FACULTAD DE CIENCIAS EMPRESARIALES CONTADURÍA PÚBLICA PRÁCTICA CONTABLE SISTEMATIZADA CÚCUTA 2017 EL ARTE DE LA GUERRA Sun Tzu tiene ideas que son convertidas en conceptos de negocios las cuales se ponen en práctica para así obtener el éxito. La idea es tomar todos los ejemplos y pensamientos para aplicarlos en estrategias para los negocios. Ganar todo sin combatir es un principio estratégico donde someter al enemigo sin combatir es el colmo de la habilidad. En el contexto de los negocios tomar intacto todo lo que hay bajo el cielo para que la victoria sea total, significa que sus batallas por el dominio del mercado no debe destruir la rentabilidad de la industria. Es mucho más productivo atacar los puntos débiles de su competidor que atacar sus fortalezas; atacar la debilidad acorta el proyecto que conduce a la victoria, atacar la fortaleza no alarga. La guerra es de vital importancia para el Estado; es el dominio de la vida o de la muerte, el camino hacia la supervivencia o la pérdida del Imperio: es forzoso manejarla bien. No reflexionar seriamente sobre todo lo que le concierne es dar prueba de una culpable indiferencia en lo que respecta a la conservación o pérdida de lo que nos es más querido; y ello no debe ocurrir entre nosotros. Hay que valorarla en términos de cinco factores fundamentales, y hacer comparaciones entre diversas condiciones de los bandos rivales, con vistas a determinar el resultado de la guerra. El primero de estos factores es la doctrina; el segundo, el tiempo; el tercero, el terreno; el cuarto, el mando; y el quinto, la disciplina. La doctrina significa aquello que hace que el pueblo esté en armonía con su gobernante, de modo que le siga donde sea, sin temer por sus vidas ni a correr cualquier peligro. El tiempo significa el Ying y el Yang, la noche y el día, el frío y el calor, días despejados o lluviosos, y el cambio de las estaciones. El terreno implica las distancias, y hace referencia a dónde es fácil o difícil desplazarse, y si es campo abierto o lugares estrechos, y esto influencia las posibilidades de supervivencia. El mando ha de tener como cualidades: sabiduría, sinceridad, benevolencia, coraje y disciplina. La disciplina ha de ser comprendida como la organización del ejército, las graduaciones y rangos entre los oficiales, la regulación de las rutas de suministros, y la provisión de material militar al ejército. Estos cinco factores fundamentales han de ser conocidos por cada general. Aquel que los domina, vence; aquel que no, sale derrotado. En la guerra, no hay condiciones constantes. Solamente aquel que conoce en detalle los males de la guerra, podrá conocer exhaustivamente la manera provechosa de llevarla a cabo; impida que sus competidores se unan, en caso de ataque, primero separe a su competidor de sus aliados. En todo negocio lo más importante es el liderazgo pensando en los objetivos del mismo y en el bienestar de los hombres y no en las necesidades del líder. Estos líderes son excepcionales y difíciles de encontrar por su disposición a anteponer las necesidades de los demás a las propias y poseer un carácter fuerte y templado. Son la verdadera joya de la organización. La seguridad contar la derrota implica tácticas defensivas; la habilidad para vencer al enemigo requiere tomar la ofensiva. Hay que tener mucha concentración para evitar las dificultades o tirar la victoria por la borda. Hay cinco puntos esenciales para la victoria ganara aquel que sepa cuando luchar y cuando no hacerlo, ganara aquel que sepa cómo manejar tanto a las fuerzas superiores como a las inferiores, ganar aquel cuyo ejército este animado por el mismo espíritu a través de todos sus rangos, ganara aquel que estando esperando y preparado aguarde un poco más para tomar al enemigo desprevenido, ganara aquel que tenga capacidad y no sufra interferencia alguna de parte de su soberano. La mejor victoria es vencer sin combatir y esa es la única importante distinción entre el hombre prudente y el ignorante. Actúa cuando sea beneficioso; en caso contrario, desiste. La ira puede convertirse en alegría, y la cólera puede convertirse en placer, pero un pueblo destruido no puede hacérsele renacer, y la muerte no puede convertirse en vida. En consecuencia, un gobierno esclarecido presta atención a todo esto, y un buen mando militar lo tiene en cuenta. Ésta es la manera de mantener a la nación a salvo y de conservar intacto a su ejército.