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Ikram Antaki

(1948 – 2000)
Ikram Antaki Akel fue una destacada maestra y escritora siria inmigrada
a México, donde radicó hasta su muerte. Nació en la ciudad de
Damasco, Siria, el 9 de julio de 1948. Hija de una familia de juristas,
humanistas y amantes de los libros, su madre era experta y amante de
la literatura rusa del siglo XIX y su abuelo fue el último gobernador turco
de Antioquía y tuvo el valor de salvar a miles de armenios durante el
genocidio armenio en Turquía. La saga familiar de los Antaki puede
rastrearse hasta el siglo XI, por lo que Ikram se sabía heredera y
continuadora de una importante historia ancestral.
A los cuatro años ingresó a una escuela de monjas franciscanas
francesas, por lo que aprendió a leer simultáneamente en árabe y
francés, donde cursó la educación básica y el bachillerato.
Posteriormente en 1969 emigró a Europa para estudiar literatura
comparada, lingüística y antropología social. Se pos graduó en Etnología
del mundo árabe en la Universidad de París VII(7) Denis Diderot y en la
École Practique des Hautes. En 1975 abandonó Francia para dirigirse a
México, según palabras de la escritora, se propuso viajar "hasta el fin del
mundo". Abrió un compás sobre un mapamundi y, siguiendo una línea
horizontal imaginaria paralela al Ecuador, determinó que México era el
país más lejano a Siria, es decir, “era el fin demundo”, un lugar que ella
quería conocer. Llegó al D.F. el 14 de diciembre, a un país del cual
adoptaría la ciudadanía y en el cual residiría hasta su muerte.
Un año después nació su hijo Maruan, razón por la cual tuvo ue afincarse
y combinarla maternidad con un arduo trabajo intelectual. La capacidad
de organización de Ikram le permitió dedicarse con gran éxito a la
docencia, el ensayo, el periodismo y la radio. Antaki publicó 29 libros en
español, francés y árabe. Durante su estancia en México colaboró en los
canales (en ese entonces oficiales) 11 y 13 de la televisión en
programas al lado de personajes de la talla de Ricardo Garibay y María
Pia, y adquirió popularidad gracias a sus intervenciones en el noticiero
radiofónico Monitor de José Gutiérrez Vivó y muy especialmente con la
producción de sus propios programas: El Banquete de Platón y El Ágora.
Sus opiniones solían ser poco ortodoxas. En su opinión, la generación de
jóvenes que participó en el movimiento estudiantil de 1968 había sido la
más pobre intelectualmente en el México del siglo XX. Opinaba también
que la democracia no tenía lugar en la familia ni en la escuela y que los
plebiscitos eran un invento del fascismo.
Quienes la trataron la describen como una persona sumamente
reservada. Sus lectores, por otro lado, destacan la amenidad de sus
textos y conferencias, la profundidad de sus investigaciones y la
originalidad de su carácter. Antaki, por otra parte, se definía como
maestra, no como escritora. Ikram Antaki recibió el premio Magda
Donato en 1989 y Premio Juchimán de Plata en 1991. Antaki falleció el
31 de octubre de 2000 en la Ciudad de México.

CONTEXTO HISTÓRICO
Este libro no nos presenta un periodo histórico claro, puesto que no
narra ningún suceso histórico de nuestro país, sin embargo es posible
hacer una recapitulación de los hechos que compungían a México de los
cuales Ikram fue testigo durante el periodo en el cual escribió esta obra.
Este periodo abarca más o menos de 1980 a 1996 pero es necesario
irnos a las raíces de esta obra que son la conquista del territorio
mexicano por parte de los españoles y la conquista de Arcadia por los
romanos, de las cuales más adelante se desarrolla la obra, sucesos que
le bastan a la autora para dar un panorama de la vida y comportamiento
de los mexicanos.
Es común pensar que los primeros españoles que pisaron tierras
mexicanas fueron Hernán Cortés y sus tropas, sin embargo ocho años
antes de su llegada, Jerónimo Aguilar ya había llevado acabo los
primeros intercambios con los mayas de la península de Yucatán, como
resultado de esto tenemos el mestizaje y diferentes corrientes de
pensamiento, así como técnicas de lucha. En 1519 Hernán Cortés arribó
a las cosas mexicanas para emprender lo que sería una de las más
violentas conquistas de pueblos americanos. Tras meses de lucha y
constante avance Cortés logró llegar hasta el corazón de la nación: a
Tenochtitlan. Ayudados por los tlaxcaltecas logró su objetivo y
finalmente el 13 de agosto de 1521 logró su objetivo y con ello también
alcanzó sembrar en el espíritu de todo mexicano aquel rencor que nos
compaña día a día, que no nos permite levantar la cabeza y alzar a este
pueblo de la manera en que los Arcadios lo lograron con su nación.
Arcadia, a pesar de que aún existe, fue un pueblo patriarcal de pastores,
que resistió la hegemonía de Esparta y que estaba organizado como una
confederación de repúblicas, que permanecieron independientes.
Megalópolis fue fundada en 370 a. C. por Filopemen, y se convirtió en la
capital de Arcadia. Se trataba de un pueblo rural y humilde de
costumbres firmes. En edad antigua, en los tiempos de la Grecia clásica,
esta región estaba habitada por los Pelasgos, tribu que tomaba su
nombre de Pelasgo un personaje mítico, hijo de la diosa Gea (tierra) que
enseñó a los hombres a usar el fuego, a pastorear y construir cabañas.
El pueblo conoció primitivas formas de democracia como las asambleas
de pastores, se organizó en una confederación de repúblicas que dio
lugar a la Liga Arcadia. Aristónimo, discípulo de Platón fue el padre de
esta organización política caracterizada por su condición democrática. El
famoso historiador Polibio, el primero en escribir historia universal
estuvo dedicado por mucho tiempo a conservar independiente la Liga
Arquea, fue originario de Arcadia.
Tras años de prosperidad y una vida de tranquilidad la gloriosa ciudad
fue conquistada por Alejandro Magno, fue gobernada por diversos
tiranos y luego conquistada por Roma. Tras la dominación romana, fue
bizantina, veneciana y turca, hasta que se integró en la República de
Grecia.
Una vez que ya conocemos un poco de la historia de la nación que sirve
como punto de comparación con nuestro país, así como quienes fueron
los conquistadores de ambas tierras, toca el turno de hablar acerca del
perfil socioeconómico que tenía México en la época en la cual Antaki
escribió esta obra. El panorama no era alentador para ningún ciudadano
del país, con López Portillo como presidente, atravesando los últimos
años de su mandato, durante los 80’s México a travesaba una crisis
económica la cual sinceramente a pesar de los años no hemos podido
superar. Nuestro país sustentó su economía en la recaudación de
ingresos obtenidos de la venta de crudo, es decir petrolizaron la
economía y tanto la industria como el campo quedaron abandonados.
Tras haber encontrado importantes yacimientos de crudo en Campeche
y Tabasco, se generó la nueva obtención de préstamos que “ayudarían a
sostener la economía”. Con el crudo como aval comenzamos a importar
más de lo que exportábamos; los precios estaban al alza, la fuga de
capital, y una “innovadora” reforma fiscal amenazaba nuevamente la
economía mexicana: el IVA, que entró en vigor el 1º de enero de 1980
con un 10% de impuesto sobre todos los productos adquiridos excepto
sobre alimentos y medicinas. Como era de esperarse el gobierno no
supo administrar los recursos con los que contaba y creó programas de
apoyo para las “zonas menos protegidas”, tal es el caso del COPLAMAR
o el SAM, con la intención de ayudar a las zonas marginadas.
La economía estaba de crisis total, era inminente el despilfarro
económico y una política de influyentísmo manejaba el país. Para
diciembre del 81’muchas empresas retiraron sus inversiones del país,
alrededor de 10 mil millones de dólares fueron los que se perdieron.
Aunado a esto, la abrupta caída de los precios del petróleo
imposibilitaron a México hacerle frente a la deuda externa que veníamos
cargando desde hace tiempo, al grado que López Portillo tuvo que
declarar a México ante el mundo incompetente de pagar su deuda
externa en 1982, año en el que concluyó su sexenio y con él la deuda
había incrementado a 76 000 millones de dólares. La devaluación del
peso fue inevitable y en su último informe de gobierno como presidente,
Portillo decide nacionalizar la banca, cerrando así en noviembre su
mandato con el dólar evaluado en $100.
El gobierno que secundo fue el de Miguel de la Madrid, el sexenio más
polémico, un mandato que no tuvo pies ni cabeza. El 1 de diciembre del
mismo año, de la Madrid tomó protesta como presidente y decidió poner
en vigor un proyecto para retrasar la quiebra, este se llamó PIRE
(Programa Inmediato de Reordenación económica) con la intención de
tener un “pueblo unido” y compartir las devaluaciones, por lo que
implementó el PCE (Pacto de Crecimiento Económico) con el fin de crear
un modelo económico tecnócrata o neoliberalista en el cuál el principal
objetivo era “impulsar la economía” y tener un “libre mercado”. Desde
1983 el peso se devaluaba y para 1986 ingresó el GATT (General
Agreement on Tariffs and Trade) a nuestro país que tenía por objetivo
realizar negociaciones relacionadas a la reducción de aranceles. En el
mismo año un nuevo golpe azotó al país, al generarse una caída más en
el precio del petróleo a nivel mundial, debido a que existía más oferta
que demanda lo que generó que México vendiera el barril de crudo a un
precio absurdo de 10 dólares, como resultado de esto se provocó una
inflación que incitó el pánico en la sociedad. Ante este problema que se
agravó cada día más el sistema implementó un programa social, el Pacto
de Solidaridad Económica, con el fin de restablecer la economía; líderes
sindicales, obreros, campesinos y empresarios se comprometieron a
moderar sus demandas salariales, a controlar los precios y a no
incrementar los costos, mientras tanto el gobierno se encargaría de
“vigiar” que éstas mediadas fueran acatadas. Este plan tuvo un efecto
positivo en los extranjeros al grado de que el dólar aumentó su precio a
$1200. A todo esto se sumaba el hecho de que el sistema gastaba
mucho dinero en mantener las paraestatales que el gobierno anterior
había comprado, por lo que decidieron vender estas empresas y con ello
privatizarlas, fueron malbaratadas y de las 1155 sólo quedaron 412.
Para mayo el dólar ya se cotizaba en $1800.
Para julio de 1988 llegaron las elecciones, con cinco candidatos
aspirando a la presidencia: Cuauhtémoc Cárdenas, Manuel Clouthier,
Carlos Salinas de Gortari, Rosario Ibarra y Gumersindo Magaña. La
elección fue “especial” puesto que por primera vez el estado no la
llevaría a cabo y se utilizaría un sistema computacional que la CFE
(Comisión Federal Electoral) se había encargado de conseguir.
Finalmente el 1º de julio se hizo efectiva la elección y como era de
esperarse Cárdenas iba con todo, de no ser por el fraude que el grupo
de Salinas apoyado por Bartlet Díaz como coordinador de la CFE llevaron
a cabo. Antes de las elecciones, el grupo de Salinas viajó a Londres para
conocer RASS, o bien el cálculo de matrices biproporcionales, el software
que se utilizaría para las elecciones; ellos aprendieron a manejar este
software de tal manera que pudiesen abultar el margen o revertir el
porcentaje del resultado por lo que el día de la elección hasta las 18:00
horas del 1º de julio el señor Cuauhtémoc llevaba la delantera pero
casualmente durante las 3hrs. siguientes se cayó el sistema y para
cuando se recuperó era Salinas el vencedor y presidente electo del país.
Ante éste resultado Cárdenas realizó un frente democrático al cuál se le
sumó Clouthier y Rosario Ibarra, quienes realizaron marchas
manifestando que no aceptaban el resultado de la elección. Ante esta
manifestación la CFE aceptó que el sistema había dejado de funcionar,
sin embargo la elección si era válida; el PRI por su parte apoyó a Salinas
en Palacio Nacional bajo la leyenda: “el pueblo votó, el pueblo se
chingó”. Clouthier refutó a esta situación cerrando carreteras, Cárdenas
por su parte tenía el apoyo del pueblo para iniciar la guerra, sin embargo
él no lo quiso externando que la legalidad y la pacificación eran sus
armas. Tras no haber más movimiento las boletas electorales fueron
enviadas a una bodega del congreso y un mes después hubo un incendio
que destruyó algunas de éstas, tiempo después se decide la eliminación
total de la paquetería por lo que queman todo rastro del fraude.
A finales de julio el dólar había incrementado su precio a $2000 y para
noviembre, mes en que terminó el mandato de Miguel de la Madrid, éste
se encontraba valuado en $2285, el Estado había vendido más de la
mitad de las paraestatales quedando sólo 412 de las 1155 que tuvo en
su poder y bueno mejor no hablar de la devaluación, la cual aumentó a
un 3164%. Es así como terminó su mandato este personaje y comenzó el
gobierno de Salinas. Cárdenas había aceptado su derrota y el nuevo
presidente como primera acción de su gobierno decidió implementar
una política social “apoyando” a los sectores básicos así que puso en
práctica el Programa Nacional de Solidaridad PRONASOL con el objetivo
de atender a los mexicanos que vivían en condiciones de pobreza y
zonas marginadas además de satisfacer sus necesidades básicas como
nutrición, salud, educación, vivienda, acceso a los servicios públicos y
empleo productivos, lo cual se haría efectivo con la participación social.
En abril de 1989 Salinas firmó una carta de intención con el Fondo
Monetario Internacional y el Banco Internacional con el propósito de
disminuir la deuda externa así que se le condonó en 35% de la deuda al
país. Tiempo después de este suceso un nuevo acontecimiento
sorprendió la política mexicana pues el Partido Acción Nacional (PAN)
pactó por primera vez, después de la derrota, con su enemigo el PRI
haciendo claro una vez más el neoliberalismo con el fin de liberar
fuerzas del mercado por lo que las elecciones para la gubernatura de
Baja California fueron ganadas por primera vez por un partido que no
fuese el PRI. Posteriormente el CEN (Comité Ejecutivo Nacional) del PRI,
liderado por Luis Donaldo Colosio, con el objetivo de evitar conflictos en
la población para julio del 90 creó la COFIPE (Comisión Federal de
Instituciones y Procesos Electorales), un invento del PRI y PAN que
meses después, en octubre, desapareció para dar forma al IFE (Instituto
Federal Electoral) con el fin de “vigilar y regular” las elecciones.
La crisis estaba en su máxima expresión y el gobierno no podía más con
las paraestatales que desde tiempo atrás venía manteniendo por lo que
las desincorporó y privatizó muchas de ellas, tal es el caso de TELMEX
(Teléfonos de México). La venta fue hecha a través de una subasta en la
cual hubo poca transparencia. A pesar de que varios grupos extranjeros
ofrecieron cantidades mayores para la compra de Telmex, uno de los
requerimientos determinantes era que la propiedad mayoritaria quedara
en manos mexicanas, es por eso que de los grupos con control
accionario mexicano, la mayor fue la que encabezaba el Grupo Carso,
propiedad del empresario Carlos Slim, por lo que éste fue declarado
“ganador”. Otro de los aspectos que caracterizó el gobierno de Salinas
fue la modificación al artículo 27 constitucional, el cual hasta 1991
establecía que la obligación del gobierno de dar tierra a todo el que la
solicitara, sin embargo durante su sexenio no hubo reparto agrario
alguno manifestando que “ya no había tierras que repartir”; Así que
realizó modificaciones en el artículo 27 constitucional con las cuales se
eliminó el ejido pues éste, según el sistema, obstaculizaba el desarrollo
de los rurales. Con estas modificaciones llegó también la creación del
COETT (Comisión Reguladora de la Tenencia de la Tierra) con lo que
convertía el ejido en propiedad privada. Para diciembre del mismo año el
dólar había incrementado su precio llegando a costar $2285, a
consecuencia de esto el gobierno implementó la “banda cambiaría” con
la cual se fijaría una base y se colocaría un techo al precio del dólar, al
llegar al tope se efectuaban cambios en la economía del país. Con esto
también vino la devaluación del peso; el 1 de enero de 1993 se introdujo
el nuevo peso, el cual le quitaba 3 ceros al anterior, bajo los argumentos
absurdos de que la medida era tomada par la mejor comprensión de las
cifras, facilitar operaciones entre otros; de tal manera que 1.000 pesos
de 1980 a enero de 1993 equivalían a 1 nuevo peso. Este cambio se
programó para realizarse en tres años desde el 1 de enero de 1993
hasta 31 de diciembre de 1995. En ese mismo año otra medida más se
tomó en el congreso al decidir aumentar el número de senadores, pues
de 64 que había se duplico su número habiendo ahora 128. Para el año
1994 entró en vigor el TLC (Tratado de Libre Comercio) entre nuestro
país, Estados Unidos y Canadá con el fin de tener un comercio “libre”
entre los tres países lo que produjo un descontento social y con esto
viene también el movimiento del Ejército Zapatista de Liberación
Nacional (EZLN) el cual salió a la luz pública el 1 de enero de 1994 en
Chiapas, cuando un grupo de indígenas armados ocuparon varias
cabeceras municipales el mismo día en que entraba en vigor el TLC. En
la Declaración de la Selva Lacandona se estableció: "...lucha por trabajo,
tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad,
democracia, justicia y paz....lograr el cumplimiento de estas demandas
básicas de nuestro pueblo formando un gobierno de nuestro país libre y
democrático." Por supuesto que este movimiento recibió una represión
militar haciendo creer al pueblo que el movimiento era malo. El mismo
año Carlos Salinas de Gortari tuvo un elevado “gasto gubernamental” lo
que orilló a México a “caer nuevamente” en la crisis. Para poder lidiar
con ello Salinas emitió los Tesobonos, instrumentos financieros del
gobierno que aseguraban pagos en dólares y con los cuales pudo
recaudar fondos el Banco de México. Con los diversos sucesos políticos
ocurridos en 1994 como los asesinatos de Luis Donaldo Colosio,
Candidato Presidencial y José Francisco Ruiz Massieu, Líder Cameral del
PRI, así como la rebelión zapatista en Chiapas, muchos de los
inversionistas se asustaron y fueron a canjear los Tesobonos por
efectivo, vaciando las reservas monetarias del Banco de México.
Es así como se da fin al gobierno de este peculiar presidente y con ello
también se da fin al contexto histórico en el cual se escribió ésta
magnífica obra.

EL PUEBLO QUE NO QUERÍA CRECER


Este libro es una maravillosa y excepcional crítica de la vida y psicología
de nosotros como mexicanos, en la cual Ikram Anataki logra plasmar
muchos de los aspectos que han detenido nuestro crecimiento como
país y obstaculizado nuestro desarrollo como seres humanos. Cabe
mencionar que Ikram adoptó un personaje masculino: “Polibio de
Arcadia” para hacer la narración de su obra, ya que como mujer sabía
que siempre correría el riesgo de ser señalada por ser extranjera y en un
país machista no tenía oportunidad alguna de desarrollarse como
escritora, además de que su obra podría tomarse como un agravio
contra el país que la acogió a pesar de que ella haya llegado conocerlo
mucho mejor que la mayoría de los que hemos nacido en él. Es un libro
el cual todos deberíamos de leer para comprendernos mejor.
Sinceramente es una obra un poco difícil de comprender y digerir debido
al lenguaje que la autora emplea, los personajes, espacios y sucesos que
utiliza además de que seguramente no a muchos les gustará leer lo que
tampoco les gusta escuchar acerca de nuestra realidad.
A lo largo de la obra, la autora se encarga de realizar un viaje sin escalas
entre Gracia y México, en el cual logra comparar nuestro país con su
nación: Arcadia, la cual al igual que nosotros fue dominada y
conquistada, con la gran diferencia de que ellos, en comparación con
nosotros, sí lograron superar el suceso y levantar de las ruinas a su
pueblo. En las páginas del libro están atrapados todos los monstruos de
nuestra sociedad, desde el vecino que se roba la luz, el tipo que se mete
en las filas, los estafadores, los políticos corruptos y demás. Una vez que
se abre los malos recuerdos vienen a nuestra mente y los errores
cometidos vienen a nuestra memoria, logrando sacarnos una sonrisa de
lo absurdo que suelen ser: desde “los errores de diciembre”, las
devaluaciones, los crímenes de policías corruptos, los magnicidios, hasta
el sentimiento de inferioridad sale a relucir.
El termino de Arcadia hace referencia a dos conceptos, el primero un
lugar geográfico real, situado en Grecia; el segundo, un concepto que
refiere a un lugar imaginado por poetas y escritores renacentistas y del
Romanticismo, como Nicolas Poussin, Miguel de Cervantes, Lope de
Vega, entre otros, donde reina la felicidad, la sencillez y la paz; un
paraíso terrenal y bucólico, Arcadia pues a través de la literatura se
convierte en un concepto que refleja el anhelo humano de vivir en paz y
armonía con su entorno y con sus semejantes. De ahí es que viene la
idea de compararnos con ella puesto que México representa todo lo
contrario de lo que es Arcadia. Por su parte Polibio es un griego que ha
viajado por incontables lugares. En uno de esos viajes llegó a México y
vivió por años entre sus habitantes, llegando a conocerlos, conocer su
naturaleza, sus costumbres y su idiosincrasia, el libro es el resultado de
su experiencia éntrelos mexicanos. El punto de partida es “la conquista”
pues de aquí se desprenden muchos de los errores que tenemos y se
mencionan en la obra. Recordemos que fuimos dominados,
conquistados, pisoteados y humillados por los españoles, que ese suceso
no lo hemos aprendido a superar y durante años nos ha servido como
excusa para justificar nuestra falta de crecimiento material e intelectual,
Polibio plantea que en México no existe capacidad alguna de crecer, de
enfrentarse y hasta de superarse, que reina la mentira en donde solo
hay hipocresía y autocompasión; tenemos excusas para todo, somos
como niños y no somos capaces de hacernos cargo de nuestros actos,
aspecto que nos ha llevado al deterioro como pueblo.
El libro está divido en subtemas que hacen referencia a nuestra forma
de vivir, pensar y actuar; los primeros 9 subtemas tratan en general de
los elementos que nos llevan a la génesis, es decir al origen de toda
sociedad empezando por los antecedentes donde nos habla
precisamente de sus antepasados, de esos padres que dieron origen a
su pueblo y que expresaron el saber de su época en la literatura y la
filosofía, continua con la infancia del pueblo, el movimiento, la mentira,
habla de la razón del conocimiento y finalmente de la atomización donde
nos hace ver que desgraciadamente en México la mayoría de las cosas
están fragmentadas ejemplo de ello la riqueza que da como resultado la
pobreza. La siguiente parte habla de los hombres y su mundo, que a mi
parecer es la parte más interesante y dónde se desarrolla el clímax de la
obra. Al igual que la primera parte se divide por subtemas en los cuales
comienza por hablar del individuo y su comunidad en cual refleja que
nosotros como mexicanos no sabemos ni nos interesa trabar en equipo,
formar comunidades para lograr el progreso “los mexicanos no gustan
de la colaboración. A veces, en los momentos dramáticos, surge una
suerte de solidaridad masiva emocional, pero ésta se apaga
rápidamente; y jamás la he visto surgir para la realización de una tarea
racional constructiva y de largo plazo”, como ejemplo tenemos que
cuando ocurre una desgracia natural muchos donamos víveres o cobijas,
sentimos ese deseo de apoyar que rápidamente se olvida cuando la
tempestad se ha calmado, ¿por qué no unirnos para lograr cosas
mejores? ¿O la unión solamente es posible cunado algún medio,
noticiero o canal nos lo pide? La educación es otro aspecto que se
menciona aquí, la educación debe ser una construcción colectiva, donde
la sociedad, la casa y la escuela deben educar por igual, sin embargo en
nuestro país no existe una armonía entre estos conceptos y las intereses
privados se oponen a esta construcción colectiva que daría como
resultado una formación sólida, la formación es otro aspecto del que nos
habla Antaki; muchos de nosotros recibimos información no saber, nos
llenan la cabeza de miles de ideas que en ocasiones no comprendemos,
tenemos una cultura que prohíbe la síntesis, la virtud de la inteligencia,
y aun así con la información en las manos no logramos la práctica del
pensamiento que se vuelve torpe cuando sólo lo utilizamos para “los
domingos de la vida”, sin embargo a los que van preparados con el rigor
del conocimiento difícilmente se les engaña con ideologías y mentiras,
difícilmente se les engaña con las absurdas telenovelas o ideas tontas
de comerciales baratos.
Los indígenas son el siguiente punto que Ikram nos menciona y la frase
que ocupa para iniciar este tema es muy contundente: “Aquí los más
leales a su historia presentan el perfil atormentado de seres que
pretenden ser fortalezas” y es que nos revela que este resentimiento
que hemos venido cargando viene desde mucho antes de que los
españoles llegaran a México. Desde el momento en que nuestros
antepasados buscaron un lugar para establecerse se percataron de que
todos los lugares estaban ocupados, situación que los llevó al
aislamiento, el resentimiento entonces fue el pan de todos los días y
desde entonces como base de su sociedad existían los esclavos en la
mayoría de las culturas prehispánicas, existiendo el deseo de
superioridad y de ser servido por otros, era como un conjunto de
bloqueos frente a lo foráneo, los de adentro se encargaban de impedir o
atrasar la introducción de las grandes novedades, orillando así a los
hombres de nuestra raza a una moral de conformidad obligada, todo
aquel que quería aumentar y hacer crecer quedaban expulsados por los
que tomaban y reducían. Esta situación sigue vigente hasta la fecha,
Ikram hace referencia a esto pues nos explica que muchos de nuestros
grandes hombres han tenido que dejar de ser grandes o han sido
ninguneados o destruidos, odiados y rechazados; algunos de ellos han
logrado salvarse escogiendo la extranjería y este terrible sistema ha
hecho de la mediocridad la virtud óptima de nuestro país que se
caracteriza por el odio profundo a todas las virtudes; cuando sabemos
que alguien progresa por cuenta propia somos los primeros que
desanimamos a esa persona, no les brindamos apoyo y la envidia se
hace presente, la fuga de cerebros es inevitable y hombres como
Guillermo González Camarena o Mario Molina buscan en otros países lo
que su propia nación no les ofrece, haciéndose una vez más la
mediocridad la principal virtud de México.
Hablar de libertad en México o mejor dicho para los mexicanos es sin
duda difícil, nosotros los mexicanos tendemos a confundir la libertad,
pensamos que es lo opuesto a la ley y que esta es limitante y represiva,
sin embargo la libertad y la ley van juntas. Nosotros afirmamos ser libres
por el hecho de hacer todo lo que queremos, sin en cambio no tenemos
un claro concepto de lo que es la libertad, no logramos asociarla con la
razón ni con la voluntad de ser libres, no buscamos justificar nuestra
visión de ella, nos basta con afirmarla y todo aquel que contradiga
nuestras afirmaciones se convierte en nuestro enemigo, somos libres y
es evidente: somos libres de morir y de sufrir, libres de cantar nuestra
desagracia, libres de abandonar a nuestra familia y trabajo, libres de
violar las reglas de convivencia, de perder el tiempo, de no hacer nada y
libres de no tener leyes; de tal manera que divorciamos la libertad de la
responsabilidad, y es precisamente la falta de responsabilidad es otro
factor que ha llevado al deterioro a nuestra sociedad, en nuestro país no
existen autores de los actos que se realizan, negamos la responsabilidad
del mal y nadie se equivoca: nadie llega tarde, algo ocurrió que hizo que
alguien llegara tarde, el niño no rompió el florero, algo hizo que perdiera
el equilibrio y se cayera. La responsabilidad del error y del daño no es de
nadie, todo es accidente, aún la destrucción y el crimen. Nuestros actos
se quedan en puras intenciones, el “yo quise” o “yo no quise” el
“hubiera” es la justificación del resultado, cualquiera que este sea.
Vivimos en la infancia eterna, ni siquiera la derrota logró hacernos
madurar, sin en cambio, logró confirmar nuestra infancia; ni el saber, ni
la vida misma han logrado sacarnos de la decisión de no crecer más.
México se ha convertido entonces en el país de los niños eternos, un día
nuestro pueblo fue vencido y para no verla derrota decidimos retroceder
en la edad para vivir la infancia que precedió nuestra derrota, nos
empujamos, caemos, nos golpeamos y al final reímos con niños; en
nuestro país tendemos a tomar todo a juego, a la ligera tenemos una
enorme liviandad y una visión infantil de la vida jugamos a amar, a vivir,
desde pequeñas a las mujeres se nos ensañan a jugar a tener hijos, a
atender una familia a cocinar, es más jugamos a la política. La
aseveración de que la eficiencia de la educación consiste en aprender
por medio del juego se ha convertido en nuestra ideología de vida, el
camino de esfuerzo, la búsqueda, la fatiga y el sendero rocoso que lleva
al conocimiento no está apto para nosotros, nos sentimos incapaces e
inferiores de lograr lo que nos proponemos.
La inferioridad es precisamente otro aspecto del que Polibio o bien Ikram
hace referencia en la obra, y a mi parecer es justamente este el clímax
del libro y el principal punto de comparación entre ambas naciones:
Arcadia y México. Polibio dice que viene de un país derrotado para llegar
a otro igualmente derrotado y a pesar de que todos estamos hechos
para sentir de la misma manera hemos desarrollado un sentido de la
injusticia. En algún momento fuimos grandes y ya no lo somos pero
¿cómo negar la historia que nos tocó vivir? Es inevitable y debemos a
prender a vivir con ello sin embargo seguimos sintiendo lastima por
nosotros mismos, de ahí es que viene la autocompasión.
Desgraciadamente en términos psicológicos nuestro país tiene una salud
deplorable proveniente de nosotros mismos como sociedad, Polibio
menciona que entre sus tantos viaje jamás había conocido un pueblo tan
hijo de la enfermedad como lo es el nuestro y se pregunta cómo es que
somos capaces de lastimar nuestras propias raíces sin perderlas en
consecuencia. Desde hace mucho tiempo nos hemos sentido inferiores e
incluso nos hemos llegado a ver inferiores a los ojos demás, por ejemplo
cuando un extranjero llega a nuestro país nos encargamos de admirarlo
y hacerle reverencias, haciendo relucir nuestro sentimiento de
inferioridad ante él. Actuamos inferiores, hablamos inferiores, trabamos
como inferiores en empresas extranjeras que precisamente vienen al
país en busca de mano barata de personas que se siente inferiores como
nosotros; Polibio define el sentir del pueblo mexicano como un “corazón
empequeñecido”. En respuesta de este sentimiento, cuando tenemos la
oportunidad, acostumbramos humillar a todo aquel que podemos con
una saña increíble, como si quisiéramos cobrar todas las humillaciones
que en algún momento sufrimos, haciendo de esta forma de vida un
círculo vicioso. Nos causa envidia el pensar y saber que alguien pudiese
ser mejor que nosotros aún a pesar de que este sea de nosotros, nuestro
hermano o primo, como si humillar al otro fuese un bálsamo que cura
nuestras heridas. El hecho de levantar la cabeza por encima de la
inferioridad colectiva es pecado en nuestro país, mientras mayor es la
virtud mayor es el odio y todos aquellos hombres y mujeres que en otros
países pudieron ser mentes brillosas en México se convierten en piedras.
El resultado de nuestro sentimiento de inferioridad se ve reflejado en
muchos otros aspectos como nuestra política, literatura, en la vida
diaria, inclusive en el trabajo; en base a esto los hombres no son
capaces de elegir a una mujer que tiene una mente privilegiada o que
tiene una inteligencia mayor a la suya, por ende prefirieren a una mujer
bella que no haga notar su inferioridad, claro es el ejemplo que los
estatus de la sociedad marcan “el hombre por excelencia debe ser más
alto que la mujer”. Deberían saber los hombres que ese sentimiento de
inferioridad no se casacón la hombría y que aquellos que se hacen
llamar machos por su aparente sexo en realidad son a la vez muy poco
hombres que creen que el hecho de tener muchas mujeres les quitara el
sentimiento de inferioridad.
Otro aspecto que Ikram menciona y que es muy cierto es el hecho de
que los mexicanos “no rugimos” nos hemos encargado de bajar la voz y
utilizar adjetivos empequeñecidos, todo el tiempo decimos “la tacita”
no la taza, “el pobrecito” no el pobre, agachamos la mirada y el
lenguaje; logramos batallas gracias a la imprudencia de nuestros
enemigos más no gracias a la audacia de nuestros soldados, aquellos
hombres que cargan sobre sus hombros el peso de sus mujeres y niños
son inexistentes. Polibio nos cuenta que su nación fue conquistada por
Roma, sin embargo jamás fueron derrotados, Arcadia le dio a Roma
emperadores, fue semillero de sabios y santos, sus prisioneros se
convirtieron en tutores de los hijos de sus enemigos, les dieron a sus
conquistadores nuevos dioses y religiones; supieron transformar la
“derrota” en victoria pues estaban seguros de su grandeza, sin en
cambio en nuestro país ¿quién es realmente grande? Hemos confundido
la grandeza con la monstruosidad que se ha visto reflejada en los
murales de nuestros antepasados queriendo representar a nuestros
dioses; normalmente las culturas embellecen a sus dioses salvo aquí
donde la divinidad es fea y temible sin asemejarse a nosotros:
serpientes, dientes, deformidades, lo contrario a lo que estamos
acostumbrados a escuchar “el hombre fue creado su imagen y
semejanza”
La realidad es otro punto importante que tratar, al parecer en nuestro
país la realidad es nula, no tenemos definido un sentido de realidad y
esta causa en nosotros el miedo de enfrentar a la vida, porque implica
excesos y riesgos así como actuar con la verdad y la nobleza; Polibio
cuenta que un místico hindú decreto alguna vez: “Cuando llegues a
conocer la verdad, la conocerás tanto a ella como a su contrario. Cuando
llegues a conocer la falsedad, solo a esta conocerás”. Mientras que en
México esto no es igual, en nuestro país lo concreto se vuelve abstracto
de tal manera que la mentira es verdad, la verdad mentira, la muerte es
vida, la agresión es amistad; lo correcto es torcido, de tal manera que no
sabemos distinguir lo real de lo irreal.
Es momento de preguntarnos ¿dónde quedo la justicia en nuestro país?
México es un país donde no hay justicia, ni prudencia díganme entonces
¿en dónde quedo ese sentimiento de querer ayudar a los demás? Ikram
dice “Si la justicia empieza por el temor y acaba por la gratitud: si los
hombres empiezan a respetar la ley para alejar su castigo y acaban por
respetarla sin esperar precio ni recompensa, entonces los mexicanos se
sitúan en el nivel más alto del orden universal”, desgraciadamente esta
idea no es concebida en México, nuestros intereses se anteponen a toda
intención de hacer algo bueno por el prójimo, el más claro ejemplo de
esto está en la política de nuestro país, donde políticos prometen y
prometen y no son capaces de hacer a un lado su avaricia y su deseo de
poder para ayudar a levantar a este pueblo demacrado. El filósofo y el
hombre de ciencia encuentran la felicidad en la sabiduría y el
conocimiento mientras que el hombre de gobierno lo hace en el poder,
los políticos tienden a confundir la autoridad con la tiranía y la
democracia con la falta de poder, sin embargo en ambos casos la
intención de obediencia del pueblo debe ser requerida, es decir para que
un gobierno funcione debe haber tanto políticos buenos como un pueblo
dispuesto a colaborar, este sistema ha sido remplazado por un aparente
sistema de atención a las masas que en la mayoría de las ocasiones es
ineficiente pero da al pueblo la impresión de no estar abandonado, un
padre vigilante cuida de nuestra salud, de nuestra educación y vida, nos
“comprende” incluso cuando tenemos la necesidad de hacer protestas;
este padre nos regala la oportunidad de organizar sindicatos llámese
SNTE, CROM, SUTERM, nos cobija y en ocasiones hasta él mismo crea
estos sindicatos. En nuestro país la justicia ha fallado al pasar de los
años, pero existen formas de convencimiento que bien podrían
aparentar una equidad: el gobierno nos da trabajo cuando en realidad no
lo hay, nos da una formación mínima con planes educativos deficientes,
da algo de seguridad y orden con policías corruptos que no cumplen su
deber como debería ser pero ante todo siempre nos da “esperanza”.
Los mexicanos tuvimos un renacimiento después de la colonia, esta
“reeculturación mexicana” puede ser la explicación del atraso que
arrastramos y mantiene la mediocridad de los cuadros políticos que nos
han gobernado y que han impedido el florecimiento del país, sin en
cambio no podemos escudar en esto nuestras pereza y falta de interés
en rescatar a nuestro país y hacerlo crecer, a pesar de que suene trillada
la frase es momento de despertar y hacer algo por nuestro país, por
años nos hemos quejado del mal gobierno, de la situación de pobreza e
injusticia en la que vivimos, pero ¿qué hacemos para cambiar la
situación? ¿De verdad estamos dispuestos a hacer algo? El pueblo
arcadio tomo un paisaje agreste y no demasiado rico para establecerse,
supo sacar de ello gran partido, creo un estilo de vida que mostraba que
a veces con poco se puede hacer mucho, en cierta forma eran la envidia
de sus vecinos más ricos y poderosos. En cambio nosotros entre más
tenemos más queremos, jamás estamos conformes y a pesar de lo
mucho que tenemos no logramos hacer nada, recursos naturales,
yacimientos petroleros; no hemos hecho nada con ellos salvo acabas por
extinguirlos. Los pastores arcadios eran conocidos en Grecia por su porte
cortés y su afición a la poseía sencilla y pastoril, a cortejar a las mujeres
y a tocar la flauta, en nuestro país quedan pocos hombres corteses, no
acostumbran acortejar a la mujer y osan chiflarles en la calle. En cierta
forma los arcadios también fueron un símbolo de libertad al negarse a
someterse a Esparta, nosotros les entregamos nuestro pueblo en
bandeja de plata a los españoles.
Los arcadios encarnan la vida en armonía con la naturaleza y con sus
semejantes. La Arcadia representa pues el anhelo de un mundo mejor, y
un modelo de vida perfecto, algo que ha acompañado al hombre desde
el principio de los tiempos, representa nuestro impulso de imaginar y
desear la armonía la justicia y la paz, de ese impulso nacen todas las
mejoras tangibles y reales que el hombre ha sido capaz de alcanzar
durante la historia aunque han sido pocas. Todos deseamos un mundo
mejor, todos tenemos presentes lo mil y un defectos de nuestro México
querido, todos sabemos lo que cambiaríamos si pudiésemos para crear
ese país mejor. Nuestro pueblo no es perfecto, en ciertos aspectos
podemos decir que es atroz, pero no es más atroz, pese a quien pese, de
lo que era hace un siglo, o dos cuando existían los esclavos, o existían
los sacrificios. Nuestra realidad no es para alegrarse pero tampoco para
deprimirse, debe ser un motor que nos impulse a hacer cosas mejores,
demostrémosle a todos que México es un país con mucho potencial y
que nosotros como jóvenes estamos dispuestos a echarlo a andar.
GLOSARIO
Agnosticismo: m. Actitud filosófica que declara inaccesible al
entendimiento humano todo conocimiento de lo divino y de lo que
trasciende la experiencia.
Allende: prep. Además de, fuera de
Alteridad: f. Condición de ser otro.
Anacoreta: com. Persona que vive en lugar solitario, entregada
enteramente a la contemplación y a la penitencia.
Animadversión: f. Enemistad, ojeriza.
Antípodas: adj. Geogr. Se dice de cualquier habitante del globo
terrestre con respecto a otro que more en lugar diametralmente
opuesto.
Apocamiento: m. Cortedad o encogimiento de ánimo.
Argucia: f. Sutileza, sofisma, argumento falso presentado con agudeza.
Aserción: f. Acción y efecto de afirmar o dar por cierto algo.
Atañer: intr. Incumbir, corresponder.
Avidez: f. Ansia, codicia.
Cátaro: adj. Perteneciente o relativo a varias sectas heréticas que se
extendieron por Europa durante los siglos XI-XIII, y propugnaban la
necesidad de llevar una vida ascética y la renuncia al mundo para
alcanzar la perfección.
Concomitancia: f. Acción y efecto de acompañar una cosa a otra, u
obrar juntamente con ella.
Desprovisto: adj. Falto de lo necesario.
Dimitir: tr. Renunciar, hacer dejación de algo, como un empleo, una
comisión, etc.
Disertaciones: f. Acción y efecto de disertar.
Docta: adj. Que a fuerza de estudios ha adquirido más conocimientos
que los comunes u ordinarios.
Exacción: f. Acción y efecto de exigir impuestos, prestaciones, multas,
deudas.
Famélico: adj. hambriento.
Fatua: adj. Falto de razón o de entendimiento.
Garante: adj. Que da garantía.
Gnoseológico: adj. Perteneciente o relativo a la gnoseología.
Idílica: adj. Perteneciente o relativo al idilio.
Impostura: f. Imputación falsa y maliciosa.
Indolencia: f. Cualidad de indolente.
Indómita: adj. No domado.
Inefable: adj. Que no se puede explicar con palabras.
Ineluctable: adj. Dicho de una cosa: Contra la cual no puede lucharse.
Inmutable: adj. No mudable, que no puede ni se puede cambiar.
Irredentos: adj. Dicho especialmente del territorio que una nación
pretende anexionarse por razones históricas, de lengua, raza, etc.
Loa: f. Poema dramático de breve extensión en que se celebra,
alegóricamente por lo común, a una persona ilustre o un acontecimiento
fausto.
Magro: adj. Flaco o enjuto, con poca o ninguna grosura.
Maledicencia: f. Acción o hábito de maldecir
Maniqueísmo: m. Secta de los maniqueos.
Minucia: f. Menudencia, cortedad, cosa de poco valor y entidad.
Nimiedad: f. Pequeñez, insignificancia.
Panteísmo: m. Sistema de quienes creen que la totalidad del universo
es el único Dios.
Paria: com. Persona excluida de las ventajas de que gozan las demás, e
incluso de su trato, por ser considerada inferior.
Perentoria: adj. Se dice del último plazo que se concede, o de la
resolución final que se toma en cualquier asunto.
Periplo: m. Viaje o recorrido, por lo común con regreso al punto de
partida.
Podredumbre: f. Putrefacción o corrupción material de las cosas.
Precepto: m. Mandato u orden que el superior hace observar y guardar
al inferior o súbdito.
Prolífica: adj. Que tiene virtud de engendrar.
Prosternar: prnl. Arrodillarse o inclinarse por respeto.
Pueril: adj. Perteneciente o relativo al niño o a la puericia.
Querella: f. Expresión de un dolor físico o de un sentimiento doloroso.
Reacio: adj. Contrario a algo, o que muestra resistencia a hacer algo.
Reciedumbre: f. Fuerza, fortaleza o vigor.
Sandez: f. Despropósito, simpleza, necedad.
Superflua: adj. No necesario, que está de más.
Taciturno: adj. Callado, silencioso, que le molesta hablar.
Usufructo: m. Derecho a disfrutar bienes ajenos con la obligación de
conservarlos, salvo que la ley autorice otra cosa.
Veleidad: f. Voluntad antojadiza o deseo vano.
Vicisitud: f. Orden sucesivo o alternativo de algo.
Yuxtaponer: tr. Poner algo junto a otra cosa o inmediata a ella.
Zozobra: f. Inquietud, aflicción y congoja del ánimo, que no deja
sosegar, o por el riesgo que amenaza, o por el mal que ya se padece.

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