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DIRECTOR
Dr. PABLO PÁRAMO BERNAL
II
NOTA DE ACEPTACIÓN
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Presidente del Jurado
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Jurado
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Jurado
III
CARACTERIZACION DEL PROCESO DE CONSTRUCCIÓN SOCIAL DEL
ESPACIO PÚBLICO PLAZA DE MERCADO LA CONCORDIA DE LA CIUDAD
DE FLORENCIA
-Una mirada desde la Pedagogía-
El trabajo además adquiere valor por su contribución al estado del arte sobre
caracterización social del espacio público y por constituirse en referente
investigativo dada la inexistencia de trabajos similares respecto a esta plaza y
otros lugares de interés público en Florencia.
IV
abordaje se fundamenta teóricamente en la comprensión de la ciudad como
realidad geográfica, como realidad pedagógica y como formadora de subjetividad.
En cuanto realidad geográfica los conceptos de espacio, territorio y espacio
público desde el enfoque de la geografía radical rusa y las corrientes de geografía
humanista, permiten comprenderla en su dimensión histórico social. En tanto que
realidad pedagógica, se aprende en la ciudad (entorno educativo), se aprende de
la ciudad (agente educativo) y se aprende la ciudad (objeto de conocimiento). Aquì
entran en escena conceptos como pedagogía urbana, etnourbanismo y ciudad
educadora. Como formadora de subjetividad, la ciudad es más que escenario de
las acciones e influye en las formas de ser, pensar y sentir de los citadinos.
Como resultado del trabajo de campo se obtiene una amplia caracterización del
proceso histórico vivido en torno a la plaza, el reconocimiento de las imágenes,
percepciones y significaciones que de ella tienen los florencianos, descripción de
los usos del espacio público y visibilización de perspectivas futuras.
V
como lugar de interés histórico y cultural de la ciudad. Lo segundo, la confluencia
de medios y estrategias educativas que permitan llegar a todos los sectores de
población y en sus diversos ambientes.
VI
CONTENIDO
Página
INTRODUCCIÓN 6
1. GENERALIDADES DE LA INVESTIGACION 10
1.1 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 10
1.2 JUSTIFICACIÓN 12
1.4 OBJETIVOS 17
1.4.1 General 17
1.4.2 Específicos 17
2. MARCO REFERENCIAL 19
2.1 CONTEXTUALIZACIÓN 19
2.1.1 Contexto general 19
2.1.2 Contexto Plaza de Mercado La Concordia 27
2.2 MARCO TEÓRICO 31
2.2.1 Espacio geográfico, territorio y espacio público 33
2.2.2 La ciudad como agente, entorno o contenido educativo 41
2.2.3 La ciudad como ambiente educativo 43
2.2.4 La ciudad como ambiente de formación de subjetividad 55
2.2.5 La ciudad en el contexto de la globalización 58
3. DISEÑO METODOLÓGICO 61
3.1 NATURALEZA DE LA INVESTIGACIÓN 61
3.2 DIMENSIONES 61
3.2.1 Según la fuente de los datos y el tipo de aproximación 61
3.2.2 Según la estrategia a utilizar. 62
3.3 PARTICIPANTES 63
3.4 FASES DEL PROCESO DE INVESTIGACIÓN 65
VII
3.5 FUENTE DE LA INVESTIGACIÓN 66
3.5.1 Fuente Primaria 66
3.5.2 Fuente Secundaria 70
4. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN 71
4.1 PERCEPCIONES DE LOS SITIOS DE INTERÉS EN 71
FLORENCIA
4.1.1 Análisis de la información 73
4.2 USOS DEL ESPACIO PÚBLICO PLAZA DE MERCADO 75
LA CONCORDIA DE FLORENCIA
4.3 PERCEPCIONES A CERCA DE LA PLAZA DE 80
MERCADO LA CONCORDIA DE FLORENCIA
5. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES 108
5.1 CONCLUSIONES 108
5.2 RECOMENDACIONES 113
BIBLIOGRAFÍA 118
ANEXOS 121
VIII
LISTA DE ANEXOS
Página
IX
LISTA DE GRÁFICOS
Página
X
LISTA DE TABLAS
Página
XI
INTRODUCCIÓN
La importancia de este trabajo radica en que posibilita dar cuenta de las imágenes
y significaciones que tiene la plaza de mercado La Concordia para sus habitantes
como lugar histórico, de relaciones sociales y de actividad económica y de este
modo abre la posibilidad pedagógica de construir en torno a ella sentido de
pertenencia e identidad local. Pero además el trabajo adquiere valor por su
contribución al estado del arte sobre caracterización social del espacio público y
por constituirse en referente investigativo dada la inexistencia de trabajos similares
respecto de la Plaza de Mercado la Concordia y otros lugares de interés público
en Florencia.
6
Concordia de Florencia. En este sentido, la investigación estuvo tensionada por
dar respuesta entre otras a las siguientes preguntas: ¿Cuál ha sido el proceso de
construcción social del espacio público plaza de mercado La Concordia y qué
imágenes y significaciones tiene para los habitantes de la ciudad de Florencia?;
¿Es sólo un punto de encuentro para el comercio o toca hilos profundos de la
sensibilidad y subjetividad de los florencianos?; ¿Qué tan importante es para el
Municipio la investigación sobre la construcción del espacio Público?. Estos
interrogantes problematizadores orientaron el desarrollo de la presente
investigación realizada en calidad de estudiantes en el marco del desarrollo de la
Maestría en Educación de la Universidad Pedagógica Nacional.
7
El Capitulo primero, presenta las generalidades del trabajo. Aquí se familiariza al
lector con los aspectos que justificaron el desarrollo de la investigación.
8
El lector se sorprenderá que tratándose de una investigación de corte pedagógico
no aparezca un capítulo referido específicamente a este tópico. Es necesario,
entonces, precisar que este trabajo como tal es en sí mismo una mirada
pedagógica del espacio público aplicado al caso particular de la plaza de mercado
La Concordia; y por tanto ésta es entendida como una dimensión que permea la
metodología, el análisis de la información, las conclusiones y recomendaciones.
Pensar propuestas pedagógicas a manera de fórmulas o guías para resolución de
problemas ubica la investigación en el plano instrumental y desnaturaliza el
concepto de la pedagogía como saber que permite comprender y dar sentido a la
realidad social. En este sentido la propuesta pretende abrir caminos para la
apropiación pedagógica de lugares que como la plaza de mercado La Concordia,
por su connotación, pueden convertirse en símbolos de identidad para la ciudad.
9
1. GENERALIDADES DE LA INVESTIGACION
10
Como lo recuerda Gustavo Montañez (MONTAÑEZ: 2002, 16), citando a Sack, los
humanos somos seres geográficos y en tal sentido transformamos la tierra pero al
mismo tiempo nos transformamos a nosotros mismos. Agrega, además, que la
naturaleza geográfica de que estamos hechos hace que al tiempo que damos
forma espacial al mundo nos transformemos con él. Por su parte, Gómez-Granell
(GOMEZ GRANELL, En: SANDOVAL: 1996, 5) parafraseado por Humberto
Sandoval, reafirma el papel activo del sujeto frente a lo real en la construcción del
conocimiento. En tal sentido, las representaciones mentales1, así como los
significados son socioculturales y contextuales, es decir, que el marco en que
construimos el conocimiento es una comunidad, una cultura. Este rápido vistazo
teórico nos permite afirmar que nos sentimos, en tanto ciudadanos, construidos
socialmente en torno al espacio público, y con responsabilidad por conceptualizar
sobre la relación de interactividad humana, social y natural que allí se da. Esta es
una razón no sólo académica sino también afectiva que nos mueve a comprender
las dinámicas psicosociales y ambientales que se generan en el espacio de la
Plaza La Concordia.
1
Se entienden por representaciones mentales las formas materiales o simbólicas que dan cuenta de algo real
en su ausencia y que están organizadas en estructuras que permiten darle sentido a su entorno. Los seres
humanos construyen representaciones mentales sobre el entorno que los rodea, sobre sí mismos, sobre la
sociedad y sobre la naturaleza en la cual se constituyen como personas. Cfr. Martha Cecilia Arbeláez Gómez.
Como la presente investigación no se inscribe en el campo de la Psicología Social no se aborda el concepto de
Representaciones Sociales, desarrollado por Moscovici y Jodelet quienes le asignan un papel determinante al
contexto social en que desarrollan su existencia los individuos, en el proceso de construcción de
representaciones de la realidad.
11
Por ello, la investigación estuvo tensionada a resolver, entre otros, los siguientes
interrogantes:
¿De qué manera potencializar la imagen mental que los florencianos tienen de ella
para posicionarla como eje de identidad local y sentido de pertenencia citadino?
¿Qué hábitos, costumbres y valores tienen las personas que ocupan el espacio
público de la plaza de mercado La Concordia?
1.2 JUSTIFICACIÓN
12
pedagógico pueden devenir en puntos de referencia identitaria local y soporte para
despertar sentido de pertenencia por la ciudad.
13
fortalecimiento de la identidad de lugar o urbana” (PARAMO y MERA : 2005, 1) los
cuales acogen nuestro interés como investigadores en torno al tema de la Plaza
La Concordia.
14
historia. Muchos de los actores del proceso de expansión urbanística de esta
capital, vivida principalmente a mediados del siglo pasado, aún se encuentran en
la región, razón por la cual consideramos que estamos a tiempo de documentar
estos procesos a partir de sus reminiscencias. No tememos ser los pioneros en
este campo de investigación en Florencia, al contrario este es un aguijón que nos
mueve a emprender el camino.
15
sus habitantes. Esto repercutirá en mayor sentido de pertenencia, formación de
vínculos afectivos con el lugar y mejoramiento de las condiciones ambientales.
16
1.3 OBJETIVOS
1.3.1 General
1.3.2 Específicos
17
Explorar las posibilidades pedagógicas hacia reconocimiento del espacio
público Plaza de Mercado La Concordia, como generador de sentido de
pertenencia con la ciudad e identidad de los florencianos.
18
2. MARCO REFERENCIAL
2.1 CONTEXTUALIZACIÓN
La historia de Florencia se escribe a la par con la historia del Caquetá, no sólo por
tratarse de su capital sino porque desde la llegada de los primeros colonos a su
territorio se consolidó rápidamente como el principal centro económico, político y
cultural de la región. Pero no se crea que es el centro urbano más antiguo del
Caquetá, pues mucho antes2, ya se habían fundado otros caseríos que no
lograron posicionarse en el ámbito regional.
2
Félix Artunduaga Bermeo, abogado e historiador, registra en su libro Mi Bello Caquetá que en
1768 se funda Solano, en 1789 La Bodoquerita, en 1791 Santa Bárbara de la Bodoquerita (estas
dos últimas poblaciones que más tarde desaparecieron) y casi paralelamente con Florencia, en
1905 San Vicente es establecido como capital del corregimiento del Caguán.
19
Alrededor de esta bodega denominada Agencia La Perdiz, se fue generando un
asentamiento, que con la llegada de los misioneros religiosos Capuchinos fue
bautizado formalmente por el Padre Doroteo de Pupiales, el 25 de diciembre de
1902, como Florencia. En esa ocasión trazaron además las primeras calles,
distribuyeron los primeros lotes y determinaron los sitios para la Plaza principal, la
sede del Gobierno, y colocaron una cruz en el lugar donde quedaría la iglesia y su
correspondiente plaza.
El plazo estipulado para que los dueños de los lotes construyeran no se cumplió
por lo que el primero de marzo de 1908 se levantó un acta por los habitantes, el
inspector de policía y con el apoyo y liderazgo del religioso catalán Monseñor Fidel
de Montclar, “se trazó otro plano fijando mejor las calles existentes y haciendo la
señalización de unas futuras...”. Monseñor de Montclar era Prefecto apostólico de
la Misión del Caquetá. Ese día se hace una nueva distribución de los lotes y se fija
un nuevo plazo para construir.
20
la categoría de la caqueteñidad3, se sugiere periodizar, teniendo en cuenta la
diversidad de transformaciones del territorio y metamorfosis del hombre, así:
A finales del siglo XVIII y principios del XIX, el territorio fue habitado por indígenas
y comerciantes de la quina y el caucho.
A partir de 1920 una migración huilense (hijos del desamparo social, la esperanza
y el coraje, como los califica Perdomo Castañeda), constituyó una economía frágil
y una colonización católica orientada por frailes capuchinos.
3
Gabriel Perdomo Castañeda, filósofo e historiador viene trabajando en el desarrollo de la categoría
Caqueteñidad, desde el año 1990. La define como una categoría interpretativa que permite dar cuenta del
proceso de construcción de sujetos sociales y de territorios a orillas del Caquetá y sus afluentes en diversos
momentos del devenir histórico regional. En ese sentido es memoria de un grupo multiétnico conformado por
indios negros y mestizos que han construido sociedad en ese escenario. A propósito la Asamblea
Departamental del Caquetá acaba de promulgar una ordenanza que crea la Cátedra de Caqueteñidad la cual
debe ser impartida en todas las instituciones educativas del departamento.
21
podría decir, que los colonos desarraigados reconstruían en el Caquetá las
instituciones y costumbres religiosas, en este caso liderados por los frailes. Las
Iglesias y sus templos, después de la época de las caucherías, eran el lugar de la
convocatoria social, espacios de identidad y encuentro de la comunidad.
22
pisos, grandes arcadas y zonas centrales abiertas (construcción que ha sido
demolida en gran parte).
En estas casi tres décadas (1950 – 1975), desde el punto de vista económico,
más allá del surgimiento de una economía ganadera industrial como la Hacienda
Larandia, la mayoría de los colonos, siguen internándose en la selva para abrir la
frontera agrícola del territorio. El apelativo de Colonización Dirigida conferido a
este periodo es sólo nombre y la situación de los colonos – campesinos fue tan
critica, que originó el paro campesino de 1976, que reivindicó necesidades de tipo
agrario y la profundización de las políticas del INCORA en su momento.
23
El 17 de agosto de 1962 sucede la gran inundación del sector de La Vega. Con
recursos provenientes del Vaticano y de la nación, se inicia la construcción entre
los años 1963 y 1968 del barrio Juan XXIII en honor al Papa, con 400 soluciones
de vivienda, al otro lado de la quebrada La Perdiz. El Vicariato se une a esta
campaña y dona los terrenos que hoy corresponden a los barrios Torasso, La
Libertad y los Alpes, con 700 nuevos lotes. Para el año 1965 se triplicó el tamaño
de la ciudad, aparecen los barrios El Prado, Pueblo Nuevo y Versalles, éstos
últimos construidos por el Instituto de Crédito Territorial, ICT. En lo referente a
sitios lúdicos o de encuentro en la ciudad, se creó el parque de la Consolatta.
A mediados de los años 70, debido a la precaria presencia del Estado y por
ausencia de una reforma agraria en el país, se coqueíza la colonización y se
agudizan los conflictos sociales. Es una transformación significativa: en el plano
económico determina el paso de una economía productiva de subsistencia a una
economía de orden predominantemente extractiva de pequeña y gran escala en la
producción de cultivos ilícitos, quedando la ganadería y los cultivos como maíz y
arroz en un segundo plano. A la par con esta situación se van gestando cambios
culturales: se pierde el espíritu campesino y solidario que reinaba en la
colonización y se introducen nuevos e imaginarios valores. Si antes la colonización
estaba regulada por "dios - trabajo - patria y familia" en adelante estas
concepciones entran en crisis pues ahora domina el interés por el dinero, se
incrementa la competencia y el individualismo y la vida misma entra en el mundo
de lo desechable.
24
invasión de la época, denominada Las Malvinas. Unas 3.500 familias ocupan 45
hectáreas de terrenos de propiedad de la familia Lara, cuando el municipio tenía
una población de apenas 45.000 habitantes. Posteriormente, el gobierno
departamental adquirió los terrenos y los donó al municipio para iniciar la
legalización del sector. Para esta época también aparecen los asentamientos en el
hoy barrio Cunduy, los barrios Florencia La Nueva, Nueva Florencia, Villa Mónica,
Bellavista, estos últimos cuatro construidos por el ICT, y los barrios Ipanema y el
Porvenir.
25
evolución en tamaño y en jerarquía, no ha sido coincidente con la evolución de su
organización institucional, que le permita manejar en forma apropiada la dimensión
de sus problemas.
26
Como se ve, la ocupación del actual territorio del departamento del Caquetá y por
consiguiente la urbanización de su capital es un proceso relativamente nuevo, que
escasamente se remonta a un poco más de cien años. Junto con la construcción
social del espacio se ha venido dando un lento proceso de formación de identidad
regional, que encuentra resistencias en la diversidad de los orígenes migratorios
de la población colonizadora, la separación entre su proyecto de vida personal y el
proyecto de región y el escaso sentido de pertenencia de colonos que mantuvieron
intactos sus lazos afectivos con sus pueblos de origen. Estos factores, entre otros,
explican la lentitud de los procesos de construcción de identidad cultural regional,
de sentido de pertenencia y de símbolos propios que expresen el ser y sentir de la
población.
27
viajeros que tomaban el largo camino de Guadalupe, en los primero diez años de
fundación se constituyó en el principal mercado regional en torno al entonces
puerto de La Perdiz. En estas condiciones empieza a surgir la preocupación por la
construcción de una plaza de mercado.
Por estos años, también los ganaderos, liderados por Daniel Díaz Cabrera, inician
una campaña, junto a los comerciantes, para apoyar la construcción de la plaza.
28
Por su parte la Empresa de Licores del Caquetá ordena entregar varias cajas de
licor como reconocimiento en especie a los trabajadores, mientras que el
Comisario Militar facilitó personal militar y civil del batallón para ayudar en la obra.
Estos hechos reflejan el interés de las empresas, instituciones y gremios en la
plaza de mercado.
Jair Trejos Valencia, quien elaboró una cronología de este proceso histórico,
asegura que “en los siguientes años la plaza conserva su carácter de máxima
expresión del sector comercial y social (…) es el punto neurálgico para la
convocatoria de la comunidad florenciana que semanalmente visita ese sitio (…)
es el punto de reunión y encuentro para comentar los hechos y acontecimientos
de todo orden que suceden en el pueblo (…) es el lugar preferido y estratégico
para la cita semanal no sólo de los florencianos sino de los caqueteños en general
que hasta allí llegan para adquirir o vender los productos necesarios para la
29
subsistencia, la cita amorosa, la convocatoria para realizar negocios o para el
encuentro con un amigo o familiar” TREJOS : 2004, 13).
30
pero que en razón del evidente crecimiento de la ciudad es necesario dotar a la
ciudad de nuevas áreas comerciales.
31
concebir la plaza de mercado La Concordia como un espacio público se hace
necesario profundizar estos dos conceptos para comprender las formas de
interrelación de los ciudadanos con este edificio (entendido como objeto y como
ambiente) al tiempo que los fundamentos de las políticas oficiales. En segundo
término, para aprovechar las posibilidades pedagógicas de la ciudad se requiere
transitar el universo conceptual del discurso de ciudad educadora que a su vez
implica un sinnúmero de conceptos subyacentes y afines: ciudad, educación,
pedagogía urbana, subjetivación, etnourbanismo, entre otros.
De otra parte, es importante considerar que obras como la plaza La Concordia tan
ligadas a la historia de Florencia, sirven de testimonio de identidad cultural y
regional. Por constituir parte del alma de la memoria y tradición que da carácter a
la ciudad e identidad a los florencianos debe ser objeto de planes y programas de
conservación, protección y educación para valorarla en toda su integridad,
garantizar su permanencia en el tiempo y su presencia significativa en la mente de
los citadinos.
32
2.2.1 ESPACIO GEOGRÁFICO, TERRITORIO Y ESPACIO PÚBLICO
“La noción de espacio más generalizada y simple que existe, es la de algo vacío,
es decir, un recipiente que puede ser “llenado” o “vaciado” introduciendo o
retirando objetos reales, algo que es susceptible de ocuparse o ser desocupado”
(PALACIOS: 1983, 1). Esta concepción vivencial y empirista del espacio es
alimentada por las definiciones del diccionario escolar y hasta por la edición de la
Real Academia Española de la Lengua. En efecto, el pequeño Larousse Ilustrado
lo define como “extensión indefinida, extensión superficial limitada” y lo presenta
como sinónimo de “intervalo, intersticio, hueco, capacidad”; por su parte en la
vigésima primera edición del Diccionario de la Lengua Española lo precisa como
33
“continente de todos los objetos sensibles que existen” y como “parte de este
continente que ocupa cada objeto sensible”. En este mismo sentido el Diccionario
de la Enciclopedia Encarta, de amplia consulta popular define espacio como
“extensión que contiene toda la materia existente, parte que ocupa cada objeto
sensible, capacidad de terreno, sitio o lugar”.
34
sistemas de acciones” es decir no puede ser considerado como caos ni colección
sino interacción, complejidad y cambio.
35
La dialéctica entre sistemas de objetos y sistemas de acciones conlleva las
trasformaciones en el espacio geográfico. La evolución histórica del espacio
geográfico puede verse, sostiene Montañez, como “el proceso prolongado y
complejo de creación, acumulación y cambio de los objetos artificiales en la
superficie terrestre y de transformación de sus dones naturales” (MONTAÑEZ:
2000, 20). De esta forma se ha pasado de relaciones simples entre los sistemas
hasta las más complejas, sofisticadas y tecnificadas del momento actual, con la
correspondiente impronta espacial en lo físico y lo humano.
El espacio geográfico connota también una dimensión política y afectiva,
importante de considerar en esta reflexión teórica. Llegamos de esta manera al
concepto de territorio que expresa un conjunto de vínculos de dominio, de poder,
de pertenencia o de apropiación del parte o todo el espacio geográfico por un
sujeto individual o colectivo. Territorio es el espacio geográfico revestido de las
dimensiones política, identitaria y afectiva.
36
lógicas de funcionamiento de los territorios y de intervenir en su marcha. El
significado está en función de valores, de miradas, del sentido que se le da a la
vida individual y del grupo. El territorio tiene un sentido cultural que se le puede
llamar territorialidad que no es otra cosa que el significado que se le atribuye al
territorio, en función de las pautas culturales propias.
Bienes de uso público, como aquellos inmuebles del dominio cuyo uso
pertenece a todos los habitantes.
37
Las áreas requeridas para la conformación del sistema de espacio público, en
los términos establecidos en el decreto 1504 de 1998.
Los bienes de uso público gozan de una especial protección por parte del Estado.
Su dominio está en cabeza de la Nación y su uso pertenece, sin excepción, a
todos los habitantes de un territorio.4
El primer sentido tiene que ver con la divulgación o difusión realizada de un hecho
o noticia. Algo que ya es conocido por todas las personas.
El segundo sentido tiene que ver precisamente con lo que es propio de una
comunidad, tanto en el aspecto jurídico como en su dimensión sociopolítica:
4
Artículo 674 del Código Civil Colombiano y el Artículo 102 de La Constitución Política
38
- Perteneciente a todo el pueblo.
- Común del pueblo o ciudad.
39
El modelo reconocido es el espacio público burgués. Pero para ubicar su
importancia histórica, es necesario recordar las relaciones políticas que le
precedieron, la Edad Media, cuando la responsabilidad social dejó de ser un
asunto público y pasó a ser un asunto privado gracias a la religión católica: por un
lado los siervos debían enfrentar su suerte como un asunto propio de su
conciencia, y por el otro lado, los soberanos sólo tendrían que responder de sus
acciones ante su dios. En otras palabras, la religión delegaba en los monarcas la
responsabilidad divina de ver por su pueblo, según su propia visión de las cosas,
pero no como una obligación frente a dicho pueblo. Es así que el soberano decidía
como asuntos privados las disposiciones que luego hacía públicas, en el sentido
de difusión, para el cumplimiento por parte del pueblo (Habermas, 1981).
40
modo que el periódico, más que ser un espacio perteneciente a todo el pueblo, es
una tribuna donde intercambian puntos de vista las elites.
Por otro lado Jordi Borja afirma que hay un temor al espacio público. No es un
espacio protector ni protegido. En ciertos casos no ha sido pensado para dar
seguridad sino para ciertas funciones como circular o estacionar. En otros casos
ha sido ocupado por las “clases peligrosas” de la sociedad: inmigrantes,
delincuentes, drogaditos etc, aunque muchas veces sean las principales victimas,
no pueden permitirse prescindir del espacio público.
41
La ciudad surge de la mano con la civilización humana. Fue hacia la mitad del
cuarto milenio antes de nuestra era, cuando en algunas áreas donde la agricultura
fue particularmente intensiva, se generaron gradualmente las condiciones para la
“revolución urbana” que marcó el inicio de una nueva fase en la historia de la
humanidad. Este hecho significó el paso de las hordas a las comunidades
organizadas, sometiéndose a la disciplina de la ciudad pero también
beneficiándose con el mejoramiento de la calidad de vida y las oportunidades que
ella ofrecía. Las ciudades son desde entonces lugar de residencia, de encuentro y
desencuentro, de administración y control, de ocio y trabajo, de producción de
saber, de construcción de subjetividad. No es el propósito hacer aquí una
reconstrucción histórica del devenir de la ciudad, pero si comprender su
historicidad, con determinadas funciones de acuerdo al contexto histórico,
homogénea y diversa a la vez, ligada y definida por constructos teóricos e
ideológicos que le dan identidad y sentido para quienes la habitan.
42
En estas condiciones se hace aún más necesario explorar desde la pedagogía las
posibilidades para hacer de la ciudad un ambiente más humano y realizador de la
ciudadanía. Por eso, sin perder de vista las particularidades del proceso de
constitución de los espacios públicos y de la identidad de la ciudad de Florencia,
ámbito del presente proyecto, se hará una revisión de los conceptos afines y
relacionados con ciudad educadora, en orden a interpretar e intervenir en
perspectiva política y educativa.
43
El concepto de ciudad educadora se fundamenta en una concepción más holística
de la educación, que no la restringe a la institución educativa con sus ambientes
“didactizados” y artificiales, sino que descubre y valora el carácter pedagógico de
todos los sitios de la ciudad, de las interrelaciones ambientales y sociales que en
ellos se producen, de las significaciones que generan en la producción de
subjetividad y de la mutua interacción entre hombre y territorio. Esta ampliación de
espectro del concepto de educación implica salir de la escuela como realidad
física e institucional y ubicarse en los parques, calles, centros comerciales,
polideportivos, avenidas, puentes peatonales, museos, teatros, bibliotecas
públicas, edificios administrativos, monumentos; como espacios vividos por los
citadinos, que le dan sentido a su existencia como medios o fines en sí mismo.
Significa además, ir más allá de la jornada escolar, a todos los momentos del día.
Es una ampliación de las fronteras de la escuela a todos los lugares y tiempo de la
ciudad y a todas las circunstancias y habitantes, aún antes y después de pasar por
los umbrales de la sede escolar.
44
Es oportuno aquí establecer la diferencia entre ciudad educativa, concepto
trabajado por E. Faure en su libro “Aprender a Ser” y agenciado por la UNESCO, y
ciudad educadora que brota del Encuentro de Barcelona y se socializa en la Carta
de Ciudades Educadoras5. Pilar Figueras precisa las diferencias conceptuales de
manera sencilla: “ciudades educativas… son todas, por el mero hecho de ser
ciudades; ciudades educadoras son las que se comprometen a serlo” (FIGUERAS:
2002, 18). Una ciudad que se define educadora debe sustentarse en un proyecto
educativo institucionalizado a nivel municipal, coherente, sistemático y
permanente; consciente del alcance de sus propuestas en la construcción de
subjetividad de los citadinos y de los valores y nuevas formas de ejercer
ciudadanía que sus acciones conllevan.
5
Ciudad Educadora, movimiento que busca facilitar el intercambio y difusión de las acciones
educativas innovadoras en el medio urbano, teniendo como soporte la carta de Ciudades
Educadoras propuesta en el I Congreso Internacional de Ciudades educadoras, realizado en
Barcelona en 1990.
45
En este contexto se entiende que el reconocimiento de la ciudad como educadora
es una opción pedagógica y de política pública que se fundamenta en la
comprensión de la ciudad como un organismo social, dinámico, multifacético y
pluridimensional que entreteje la realidad física del espacio con la experiencia
humana. En tanto que política, encarna los intereses de poder dominantes que se
expresan en los proyectos oficiales de ciudad con sus correspondientes
concepciones de espacio público y relaciones sociales a su interior6; en cuanto
pedagógica, conlleva determinadas formas de vivirla, leerla y entenderla, siempre
en orden a la realización humana personal y colectiva.
6
Un buen ejercicio en este sentido lo presenta Héctor Ruíz Vanegas quien analiza el caso de los
planes de gobierno de las tres últimas administraciones de Bogotá y muestra la diversidad de
intencionalidades políticas.
46
En la perspectiva pedagógica, la ciudad educadora comprende por lo menos tres
dimensiones distintas pero complementarias, de acuerdo con la propuesta de
Jaume Trilla Bernet. “Primera, como un entramado de instituciones educativas que
trasciende la escuela formal e incorpora elementos de educación no formal e
informal. Se aprende en la ciudad como una acción sinérgica y sistémica en la que
todos sus elementos cuentan. Segundo, como fuente o agente educativo, es decir
como fuente generadora de formación y socialización. Se aprende de la ciudad,
por la densidad de encuentros humanos y de productos culturales que en ella se
generan. Tercero, la ciudad es en si misma un objeto de conocimiento, contenido
de aprendizaje. Se aprende la ciudad, se transita, se conoce, se vive. La ciudad,
es un texto en sí misma, en el que se lee, se interpreta y se revela su historia, su
memoria y sus modos de habitarla” (TRILLA: 1997, 9).
Vale la pena insistir aquí que toda ciudad tiene elementos y lugares significativos
que la caracterizan pero que estos por sí mismos no tienen importancia si los
habitantes no los asumen como tal, si no tienen conciencia de su significado, su
trascendencia e importancia en relación con la totalidad urbana. La comprensión
de la ciudad como educadora conlleva el aprovechamiento de tales lugares en
perspectiva pedagógica para generar sentido de pertenencia, orgullo por lo propio
y reconocimiento de identidad al tiempo que descubre las redes ocultas que
mueven la dinámica de los espacios y que nos devienen sujetos sociales. Uno de
tales lugares, en el caso de Florencia, es la plaza La Concordia, por el intenso
vínculo que tiene con la historia de la ciudad, por los procesos sociales allí vividos
y el carácter representativo para la ciudad.
47
involucran los actores comprometidos: la sociedad civil, las organizaciones
sociales, el Estado, la familia, las instituciones educativas.
Se asume por Pedagogía Urbana los conceptos formulados por Anthony Colom
(COLOM : 1991), para quien “hoy en día hay un núcleo de conocimientos en torno
al binomio “educación y ciudad”, que podría dar lugar a una nueva disciplina o
ciencia pedagógica que se denominaría “Pedagogía Urbana” que daría cuenta
razonada y coherente de la fenomenología propia que desarrolla la educación en
el contexto urbano” en tanto que para Páramo (PARAMO : 2006) la Pedagogía
Urbana “es entendida como el desarrollo teórico sobre la formación de ciudadano
mediante mecanismos no formales a partir de mecanismos espaciales que ofrece
la ciudad en su espacio publico.” Tales aspectos permiten suponer que la
Pedagogía Urbana abre nuevos caminos en el desarrollo de educación alrededor
de lugares considerados como iconos culturales y en general en las ciudades.
48
y aprovecharlas como parte de su proyecto educativo. Allí radica el aporte de la
teoría etnourbana al presente proyecto.
49
Factor económico: En correspondencia con la diversidad de relaciones
comerciales y de mercadeo, comprar y vender, que a diario se dan en la plaza de
mercado y que sin lugar a dudas constituyen uno de los elementos motivadores
del uso del espacio, el componente educativo hacia las mejores practicas
comerciales se constituye en factor influyente en los modos de pensamiento y
actuación de los usuarios de la plaza y por ende de las relaciones socioculturales
que allí se dan.
Factor ambiental, en tanto del producto de las interacciones que allí se generan
resultan aspectos que afectan para bien o para mal el entorno ambiental de la
plaza y por lo tanto incide en los procesos de construcción social del espacio
público. Casos como la recolección de las basuras, los avisos, vallas, la música el
bullicio y la misma organización de los productos tipifican los contaminantes
ambientales con los que deben convivir las personas asociadas al sector, por lo
que resulta de suma importancia una propuesta pedagógica en torno al buen usos
del espacio, a contrarrestar los factores contaminantes que en suma afectan la
imagen de La plaza de mercado La Concordia.
50
El aspecto cultural, que como ya se ha dicho es lo que le da sentido al espacio
público y su entorno, por sus múltiples interacciones presentes, posibilita la
construcción de una propuesta pedagógica etno-educativa, entendida esta como
un proceso a través del cual los miembros de un pueblo internalizan y construyen
conocimientos y valores y desarrollan habilidades y destrezas de acuerdo con sus
características, necesidades, aspiraciones e intereses culturales que les permiten
desempeñarse adecuadamente en sus medio y proyectarse con identidad hacia
otros grupos humanos como proceso de recuperación, valoración , generación y
apropiación de medios de vida que responden a las necesidades y características
que le plantean al hombre su condición de persona (ARTUNDUAGA : 2000)
51
planeadores, arquitectos clásicos y políticos, que permita desentrañar otras
visibilidades y decibilidades sobre este lugar, así como proyectar perspectivas
diferentes y plurales sobre las posibilidades, uso, significación, aprehensión y
vivencia de su espacio.
52
De lo anterior se deriva que la propuesta de ciudad educadora trasciende el
campo de la educación formal y se abre a la no formal e informal. No quiere decir
esto que desde la escuela no se reflexione la ciudad, al contrario, debe buscarse
su apertura para que se inspire en los ambientes pluriétnicos y multiculturales
propios del espacio urbano en que se mueven los estudiantes, de cara a la
realidad que viven. En este sentido, el programa “ciudad-escuela-escuela-ciudad”
de la Secretaría de Educación de Bogotá D.C, es un buen referente, del que dice
Páramo “promueve el uso lúdico y pedagógico de los escenarios urbanos en los
ámbitos local y barrial mediante la conformación de grupos de interés en torno a
las artes, la música, la danza, la literatura, la ciencia, la técnica, los oficios, el
afianzamiento de conocimientos, la familia y la vida productiva, social y política”
(PARAMO: 2002, 21).
53
participación ciudadana, al tiempo que valora los diversos ambientes educativos
entre ellos los comportamientos sociales.
7
Una revisión general a los fundamentos filosóficos y teleológicos de los Proyectos Educativos
Institucionales y los Manuales de Convivencia de las Instituciones Educativas Juan Bautista Migani,
San Francisco de Asís y Sagrados Corazones, ubicadas en el área aledaña a la Plaza, permite
establecer que en todas ellas existe una preocupación por propiciar la práctica de los principios de
comportamiento social, respeto a los bienes comunes, formación para la convivencia, integración al
entorno y a la vida cotidiana.
54
de apoyo en la comunidad que la hacen necesaria y posible en el
aprovechamiento de las potencialidades educativas de la ciudad.
55
espacio, lo transforma y lo hace experiencia urbana. “La ciudad es hija del deseo y
la imaginación de los hombres y las mujeres que la habitan y la disfrutan (…)
construida por las prácticas y los humores de la gente, llena de confusiones,
diversidades y contradicciones”, dice Castrillón al analizar la ciudad como
experiencia urbana-humana (CASTRILLON: 2002, 35). En medio de los
encuentros y desencuentros que se viven en el espacio urbano los individuos
sufren agenciamientos colectivos que determinan procesos de subjetivación e
individuación, en otras palabras, formas de ser, pensar y sentir.
Pero también las personas transforman la ciudad y expresan en ella sus valores e
intereses. No en vano en cualquier ciudad centenaria se pueden encontrar las
huellas de por lo menos dos generaciones y si se trata de una ciudad
latinoamericana, de África o del sudeste asiático que supere los 300 años, se
podrán identificar con claridad los sectores histórico, republicano y moderno; cada
uno con marcadas diferencias en el manejo de los espacios, la arquitectura y los
56
usos del espacio. Y qué decir de los sectores históricos de uso residencial
convertidos en turísticos, de los residenciales devenidos en comerciales, de las
áreas periféricas evolucionadas a centrales. En cada uno se siente la impronta
cultural.
57
La ciudad en cuanto transforma a los individuos es productora de subjetividad pero
al mismo tiempo es expresión de múltiples subjetividades. Su identidad hay que
buscarla en este entramado que se visibiliza desde el análisis cultural y se
concreta en la formación de ciudadanos a través de proyectos educativos que se
nutren en la cultura. Existe pues una relación íntima entre ciudad, cultura y
educación.
Conceptos como centro – periferia o región nodal que servían de base para
establecer jerarquías urbanas, son sobrepasados por las nuevas realidades
económicas y sociales de la globalización. Para responder a estas nuevas
demandas explicativas, Fals Borda emplea los conceptos de bioespacio y
tecnorregión, ya trabajados por otros autores, en los cuales aunque se tiene en
cuenta la dimensión histórica se supera la concepción rígida de los límites
territoriales. El resultado son unidades espaciales permanentemente ajustables y
modificables, en correspondencia con las dinámicas existentes.
58
La ciudad, concebida como bioespacio es “una estructura más compleja,
heterogénea y variable, los bioespacios se constituyen en barrios, localidades o
zonas, circuitos diversos, distritos y áreas metropolitanas y suburbanas” (FALS
BORDA: 2000, 9). Los bioespacios son expresión de la vida colectiva en su
cotidianidad, especialmente de la relación territorio – población – servicios de la
que depende en gran parte la convivencia, la prosperidad y la paz ciudadana. La
ciudad aparece como respuesta a procesos locales y regionales de desarrollo
social, económico y político.
59
realidad local, capaz de desenvolverse bien en varios contextos culturales y de
enseñar y de aprender en ellos8, de vincular con pertinencia lo local con lo global.
8
ANTANAS, Mockus, acuña la noción de “anfibio cultural” para referirse a este sujeto
recontextualizador, preparado para actuar en un marco de alta diversidad cultural, 1994.
60
3. DISEÑO METODOLÓGICO
3.2 DIMENSIONES
61
investigativo se califica como descriptivo, ya que “los estudios descriptivos buscan
especificar las propiedades importantes de personas, grupos, comunidades o
cualquier otro fenómeno que sea sometido a análisis” (Hernández 1998).
62
metodología posibilita “un trabajo de campo en el cual el investigador toma parte
activa en la vida de la comunidad objeto de la investigación incorporándose,
aprehendiendo los valores y demás manifestaciones culturales y registrando
atentamente todos los acontecimientos de la cotidianidad” (PINEDA : 1987)
permitiendo caracterizar las diferentes formas de aprehensión y significación de
éste espacio (geográfico y conceptual), así como en identificar las
representaciones mentales, imágenes, percepciones, significados y sentido de la
unidad social al interior de Plaza de Mercado La Concordia.
3.3 PARTICIPANTES
Tabla No. 1
63
INTERIOR 12 F 31 y50 =11 Bachiller = 5 Concordia
PLAZA mayor 50= 4 Profesional =0
20 PERSONAS Menor 15 = 0 Ninguna =0 Cuestionario a personas Con
CON LOCAL EN 12 M 16 y 30 =5 Primaria = 9 locales en el exterior de la plaza
EXTERIOR 8 F 31 y50 =12 Bachiller =2 la Concordia,
PLAZA mayor 50= 3 Profesional =1
19 PERSONAS Menor 15 = 0 Ninguna =0 Cuestionario a personas Con
CON LOCAL EN 12 M 16 y 30 =5 Primaria = 8 locales en el contorno de la plaza
CONTORNO 7 F 31 y50 =12 Bachiller =11 la Concordia,
PLAZA mayor 50= 2 Profesional =0
21 PERSONAS Menor 15 = 0 Ninguna =0 Cuestionario a personas que
EN TRANSITO 11 M 16 y 30 =10 Primaria = 1 estan de transito por la plaza La
POR LA PLAZA 10 F 31 y50 =11 Bachiller =15 Concordia
mayor 50= 0 Profesional =5
10 PERSONAS Menor 15 = 0 Ninguna =0 Cuestionario a Estudiantes.
ESTUDIANTES 4 M 16 y 30 =7 Primaria = 0
6 F 31 y50 =3 Bachiller =8
mayor 50= 0 Profesional =2
Tabla No. 2
Tabla No. 3
64
3.4 FASES DEL PROCESO DE INVESTIGACIÓN
65
3.5 FUENTE DE LA INVESTIGACIÓN
66
estudiantes de la línea de investigación mencionada. Los items se seleccionaron
de común acuerdo a partir de indagaciones previas realizadas en el desarrollo de
los proyectos. Una vez identificados 16 sitios de interés se les tomaron fotos
digitales y se imprimieron en tamaño 10 x 13, a color y sin ningún tipo de edición ni
texto. Además se elaboró un formato para recoger la información de las
clasificaciones por cada uno de los participantes, de acuerdo con la propuesta de
Páramo (1999:37). Igualmente se elaboró un instrumento con preguntas dirigidas
y cerradas: la primera buscaba que en una escala de cuatro niveles el participante
valorara la importancia que le representa cada uno de los sitios propuestos en las
fotos, la segunda que señalara si estaba de acuerdo o en desacuerdo con seis
enunciados referidos a la plaza de mercado La Concordia (Véase el Anexo D).
Las entrevistas fueron realizadas entre los días 17 y 19 de junio de 2006, en los
lugares de residencia de cada participante, en horas de la mañana en ambiente
propuesto por el entrevistado. Luego de las formalidades protocolarias para este
tipo de entrevista se procedió a reconocer cada una de las fotos para estar
seguros de la correspondencia entre el icono y la lectura del entrevistado.
67
Posteriormente se inició la actividad de clasificación pidiéndole que clasifique las
fotos de acuerdo a sus propios criterios y una vez terminado cada sorteo se le
preguntaba cuál había utilizado y si deseaba hacer otra clasificación. Todos los
participantes realizaron dos o más clasificaciones, uno realizó cinco y otro realizó
seis clasificaciones. Predominaron las clasificaciones de más de tres
subcategorías y solo un participante utilizó principalmente dos subcategorías.
Así mismo para registrar los usos dados en el espacio público, se utilizaron mapas
conductuales (Véase Anexo E) diferentes días a diferentes horas, con el propósito
de conocer las preferencias y significados e importancia de los lugares y el puesto
que ocupa la plaza de mercado en las mentes de los florencianos. En efecto, Se
realizó observación y seguimiento acerca del uso dado al espacio público de la
Plaza de mercado La concordia de Florencia por sus habitantes usuarios (Véase
Mapas 1 y 2).
68
De otra parte se recopilaron evidencias acerca de las costumbres, importancia,
imágenes y significados que tiene la plaza de mercado La Concordia. Esta
indagación se realizó a través de aplicación técnicas de recolección de
información como las entrevistas con profundidad individuales y los cuestionarios
semiestructurados (Véase el Anexo A).
Para la realización de las entrevistas se elaboró una guía de entrevista como base
y orientación del dialogo con el entrevistado. Las entrevistas se realizaron de
manera personal por el grupo investigador en días y horas designados por los
entrevistados. Los personajes que participaron, conocedores de la historia de la
plaza de mercado La Concordia y de sus transformaciones del espacio publico,
fueron Alberto Torres, Rafael Torrijos, Gabriel Sandoval Laso, José Ignacio
Achury, José Maria Hernández Tierradentro, Lorenzo Salazar Gonzáles, Marleny
Valderrama, Olga Lucia Silva, Pablo Valenzuela Toledo y Rosa Tulia Leguizamon.
69
tienen de la plaza, articulación de su historia personal con el desarrollo histórico de
la plaza, actividades sociales, culturales y lúdicas en torno a la plaza de mercado,
hitos que han determinado la historia de la plaza.
70
4. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN
Tabla No. 4
71
Posteriormente se procedió a clasificar la información para llevarla al
procesamiento del programa Lifa 2000: Análisis de Escalamiento Multidimensional
(MSA) Para ello se decidió establecer la comparación entre los criterios y los
participantes, para lo cual se construyó una matriz de datos binaria en la que las
columnas corresponden a los criterios y las filas a los participantes. Se dio el valor
de 1 si el participante había seleccionado el criterio y el valor de 0 si no lo había
tenido en cuenta. Esta matriz No. 1, se construyó en Bloc de Notas y el resultado
se muestra a continuación:
Matriz No. 1
1100000000000000
0101000000000000
0011100001000000
0001010001110000
0000111110000000
0000010001001111
72
Con estos insumos se dio aplicación al programa de computador Análisis de
Escalonamiento Multidimensional (MSA) de cuyo resultado con tres dimensiones
llevó a seleccionar el siguiente esquema por ser el que mejor facilitaba hacer la
lectura de las relaciones.
ESQUEMA No. 1
1.Importancia del lugar.2. Usos del lugar. 3. Representación del lugar. 4. Tipos de lugar.5. Función del
lugar.6.Tipos de paisaje. 7. Densidad de población.8 Tipos de cultura.9 Interés simbólico.10 Estilo
arquitectónico.11 Transito vehicular. 12. Edad de los usuarios. 13. Aceptación del lugar. 14. Riesgo de
accidentalidad. 15 Niveles de delincuencia. 16. Presencia de vendedores ambulante
73
4.2 ANÁLISIS DE LA INFORMACIÓN
La tabla No.1, que muestra el porcentaje relativo de los criterios utilizados por los
participantes indica que de los 16 criterios, tres fueron utilizados con una
frecuencia de tres que representan un porcentaje del 13% para cada uno de ellos,
equivalentes al 39%, esto es, más de la tercera parte del total. Esos criterios son:
tipos de lugar, tipos de paisaje y estilo arquitectónico. Dos criterios fueron
utilizados con frecuencia de dos, con un porcentaje del 8% cada uno, equivalentes
al 16% del total. Estos criterios son: usos del lugar y función del lugar. Es evidente
que los anteriores cinco criterios corresponden al 55% del total. Los restantes 11
criterios sólo tienen una frecuencia y representan el 45% restante.
Una primera relación se observa entre el estilo arquitectónico del lugar, con la
representación del lugar, los tipos de lugar, es decir los participantes tienden a
guardar una preferencia por estos tres criterios, aspectos que están en
correspondencia con la mayor frecuencia que presentan al menos dos de estos
criterios según análisis de la Tabla No.1.
Una tercera relación, aunque un tanto más desagrupada, sé da entre los criterios
función del lugar e importancia del lugar. Los participantes tienden a relacionar lo
importante que es el lugar dependiendo de la función que cumple el mismo lugar.
Lo anterior también permite resaltar que los criterios con mayor frecuencia
tuvieron mayor incidencia en las agrupaciones que se observan en la grafica.
74
Teniendo en cuenta lo anterior y para el caso particular de la plaza de mercado La
Concordia, ésta es percibida por los participantes como un lugar importante
históricamente, que cumple funciones de servicio y en donde predominan un
estilo arquitectónico, con presencia de vendedores ambulantes.
De acuerdo con los aportes del mapa conductual y considerando el conjunto del
espacio exterior de la plaza, en sus cuatro costados, el espacio publico de la plaza
esta caracterizado por la diversidad de usos y por cumplir diversas funciones. En
efecto, de acuerdo con las horas de registro se encontró que en la zona de
parqueo al momento de tomar el registro permanecían en el lugar un promedio de
30 motos, 16 vehículos particulares así como de 18 taxis de servicio publico y 4
coches de carga, que ocupan los espacios destinados para tal fin en los
alrededores de la plaza de mercado. Así mismo, se encontró que un promedio de
15 vendedores ambulantes de productos agrícolas, 8 vendedores ambulantes de
agua, refrescos y helados, 7 vendedores ambulantes de tinto, 2 vendedores
ambulantes de aves, 3 vendedores ambulantes de variedades y cacharro; 2
vendedores ambulantes de dulces y cigarrillos usaban el espacio público para
vender sus productos de manera ambulante y de ahí el sustento de su familia.
Pero también las personas usan el espacio público de la plaza de mercado para
acudir al servicio telefónico instalado en ese lugar y al momento del registro de la
observación había en promedio una persona haciendo uso del servicio; 13
personas en promedio, haciendo uso del lugar como punto de encuentro o de
espera. Y aunque pareciera extraño, también es usado como punto de descanso y
de diálogo, así lo reflejan los registros de 12 personas en promedio estaban
sentadas dialogando o descansando en los alrededores de la plaza de mercado al
momento de tomar el registro de las observaciones. (Véase el gráfico No. 1)
75
USOS DEL ESPACIO PUBLICO PLAZA DE MERCADO LA CONCORDIA.
Serie1
35
Serie2
30
Serie3
25 Serie4
FRECUENCIA
20 Serie5
15 Serie6
10
Serie7
Serie8
5
Serie9
0
1 Serie1
TIPOS DE USOS 0
Serie1
Gráfico No. 1
76
USOS DEL ESPACIO PUBLICO CALLE 16. Serie1
Serie2
16 Serie3
Serie4
14
Serie5
12 Serie6
FRECUENCIA
10 Serie7
8 Serie8
6 Serie9
Serie10
4
Serie11
2
Serie12
0 Serie13
1 Serie14
USOS DADOS Serie15
Gráfico No. 2
77
USOS DEL ESPACIO PUBLICO CARRERA 13 Serie1
Serie2
16 Serie3
14 Serie4
Serie5
12
FRECUANCIA Serie6
10 Serie7
8 Serie8
6 Serie9
Serie10
4
Serie11
2 Serie12
0 Serie13
1 Serie14
USOS DADOS Serie15
Gráfico No. 3
78
Serie1
USOS DEL ESPACIO PUBLICO CALLE 17
Serie2
6
Serie3
Serie4
5 Serie5
4
Serie6
FRECUENCIA
Serie7
3 Serie8
2
Serie9
Serie10
1 Serie11
0
Serie12
1 Serie13
USOS DADOS Serie14
Serie15
Gráfico No. 4
La información obtenida a través de los mapas conductuales permite ver que el espacio
79
público plaza de mercado La Concordia no sólo es utilizado con fines comerciales sino
que además es usado para actividades de tipo social, de descanso, de diálogo, de punto
de encuentro para las personas y de referencia para la ubicación de los florencianos.
Serie1
USOS DEL ESPACIO PUBLICO CARRERA 14
Serie2
5 Serie3
5 Serie4
4 Serie5
4
Serie6
FRECUENCIA
3
Serie7
3
2 Serie8
2 Serie9
1 Serie10
1
Serie11
0
Serie12
1
Serie13
USOS DADOS
Serie14
Gráfico No. 5
80
del programa informático ATLAS/ti de investigación cualitativa empleado en
Ciencias Sociales, considerando que en este software, el proceso de
sistematización de la investigación implica tres etapas: (1) la categorización de la
información, (2) la estructuración o creación de una o más redes de relaciones o
diagramas de flujo, mapas mentales o mapas conceptuales, entre las categorías y
(3) la teorización propiamente dicha. Para este efecto se procedió a organizar la
información de las diez entrevistas en igual numero de documentos y las
respuestas a las preguntas abiertas del cuestionario se agruparon dando origen a
ocho documentos, conformando en total 18 documentos los cuales se procedieron
a asignar como documentos fuentes en el programa Altas.ti. Las respuestas a las
preguntas cerradas del cuestionario se han tabulado en hoja electrónica cuyos
resultados constituyen información complementaria en este análisis.
81
Ellos, al igual que por lo menos una decena de comerciantes que han realizado su
proyecto de vida en torno a la plaza de mercado La Concordia desde mediados
del siglo pasado, llegaron a este lugar en circunstancias parecidas, han vivido a su
modo los diferentes momentos del contexto histórico y comparten hoy los mismos
sentimientos de afecto por este espacio. De entre sus recuerdos afloran con
rapidez las escenas de los primeros años de la historia de este lugar, aunque sin
la misma precisión conque realizan las sumas de sus ventas utilizando tan sólo
lápiz y papel.
Cada uno de estos longevos comerciantes tiene tras de si una historia que los
vinculó a la plaza de mercado. Lorenzo Salazar recuerda que hace
aproximadamente 50 años “no había sino la Ceiba y un tierrero, no era más”. Y
afirma a continuación que “esta galería tiene por ahí más o menos 55 años de uso.
En ese tiempo traían las verduras que entraban al Caquetá o a Florencia entraban
era en lomo de mula y papá compraba eso acá o la traía de Timaná y las vendía y
nosotros pequeños le ayudábamos al viejo ahí a vender la cebolla, el tomate, la
arracacha. Ahí fuimos aprendiendo a la sombra del viejo fuimos aprendiendo algo
del comercio”. En sus palabras se evidencia el intenso nexo comercial de la
naciente región con el Tolima Grande y la diversidad de productos de la economía
local pues como recuerda “en ese tiempo existía los negocios por decir algo la
vaina del cerdo, el maíz, el arroz. Todo llegaba porque esto inclusive desde allá y
hasta acá era descargue, eso descargaban de todo a todo. Venían los productos
del Huila, de Neiva, de Garzón, de Pitalito, todo venía acá y todo lo
comercializaban y todo lo vendían y siempre se vendía a diestra y siniestra”. Ya
entonces la plaza de mercado era el principal centro dinámico de acopio,
comercialización y distribución de productos agrícolas y pecuarios del Caquetá.
82
adolescencia como balsero en el Conflicto con el Perú. Recuerda que “después de
que pasó el conflicto nos dieron de baja y nos dijo un capitán… bueno muchachos
hubo paz todo el mundo nos vamos a ir. A mi me dieron un certificado muy grande
de que había participado en el conflicto, entonces yo ya llegué y emprendí el
trabajo, mi padre ya tenía una finca y todos nos pusimos a trabajar y conseguí
mujer, me casé. En el año 50 derrotaron la violencia de Mariano Ospina Pérez y
Laureano Gómez nos tocó dejar la finquita dejada todo botado, porque nos
amenazaron, yo me tocó salir con la familia y ya cuando me salí bajé al pueblo y
me dijeron que me habían matado a un hermano y yo me ubiqué con lo que pude
sacar compré una casita, luego llegué a la plaza de mercado en esa época el 50.
Según dice “donde es el hotel plaza hay era la plaza Santander, era el mercado de
todo el publico, frente del banco de Colombia hay era la plaza para vender ganado
y hacían chiqueros para toriar porque habían espectáculos”. En ese entonces,
aunque ya se había construido parte del actual edificio de la plaza de mercado La
Concordia, no se había entregado al servicio “no había comercio estaba cercada
con pura guadua parada, entonces nos reunimos en la plaza como unos 10
comerciantes y dijimos bueno nosotros nos estamos mojando aquí, no estamos
haciendo nada en estos barriales y fuimos a meternos en esa plaza y tumbamos
esas guaduas y nos metimos y comenzamos en el suelo a repartir”.
83
preciso afirmar que a comienzos de la década del cincuenta aún no estaba en
servicio, porque otros testimonios indican que se fue dando en servicio
paulatinamente, en la medida que se iba construyendo. El Señor Salazar, por
ejemplo, dice que “no, eso estaba completamente… el tramo que nos dejaron para
utilizarlo fue este, porque el resto era cananguchal, bueno aquí se acomodaron los
pocos y nada que había de comerciantes y aquí nos hicimos porque yo desde esa
edad seguí trabajando con mi papá y ahí ayudándoles a sobrevivir”. Rafael
Torrijos, quien llegó en 1964, recuerda que “cuando yo llegué esto no estaba ni
siquiera construido, era una especie de potrero, no había nada, era lagunoso”.
Recuerdos similares a los de Pablo Valenzuela quien había llegado 15 años antes:
“era un cananguchal, pasaba una quebrada abarcando todo el pueblo e incluso
donde está la administración era un aljibe donde estaba toda el agua”.
Otra historia de vida en relación con la plaza de mercado la entrega Rosa Tulia
Leguízamo. Madre jefe de hogar desde su juventud, a pesar de los muchos años y
los reclamos de sus hijos hoy sigue aferrada a su puesto de venta de verduras.
Según dice ellos han querido sacarla de la plaza porque “les da siempre vaina de
que yo vaya y me caiga, de que venga un carro y me atropelle, o una moto, pero
entonces al mismo tiempo como ellos ven que yo no me gusta la casa o pa’mejor
yo me gusta estar cogiendo el pesito que ya de un pildorita, que ya de un
estropajo, que de un … yo vendo marañones, yo vendo lo que yo puedo pero
estoy cogiendo mis moneditas… eso es lo que a uno le falta. No es que aquí se
consigue plata, aquí usted no puede comprar un corte o un par de zapatos de una
vez, tome, cuanto vale y tome, tiene que sacarlos fiaditos aunque le toque más
caro”
84
yo me vine porque nosotros quedamos sin nada… vivíamos en el Chamón en una
finca y de ahí nos trajieron porque nosotros quedamos muy… nos trajieron para
acá y aquí ya nos metimos a trabajar aquí, ya entonces ya nos quedamos aquí”,
recuerda. Desde entonces la plaza de mercado se convierte para ella en un lugar
tan importante como su propia casa, a pesar que no llegó por decisión voluntaria,
no por gusto sino presionada por “la pobreza, porque que podíamos hacer… ya yo
tenía esas dos niñas, tenía las dos chinas y ya uno con obligación puede ser que
le de pena pero toca…. Y nosotros estábamos recién salidos de allá sin nada
porque en ese tiempo esa inundación fue muy grande. muy… Es que estamos
contando nosotros porque a mí me cogieron los trabajadores y mi marido y me
sacaron porque ya también iba ahogándome con las niñas”.
Desde sus comienzos la presión sobre el espacio en la plaza fue muy grande. Si
se tiene en cuenta que era el principal centro de comercio de una ciudad que
cumplía función comercial dominante en una amplia región, es de esperar que los
locales rápidamente se valorizaran. Por eso, “hacerse a un local” no era cuestión
fácil sino se contaba con recursos económicos. Los códigos filtrados en relación
con la forma de adquisición de locales sistematizan experiencias que van desde la
compra formal de los espacios hasta la mezcla de negocio y azar.
85
Rafael Torrijos, por ejemplo, sostiene que llegó motivado por “la necesidad de
trabajar, las oportunidades o facilidades que se le presentaron… la verdad, ya
estaba organizado este local, yo se lo compré a un señor, ya estaba establecido el
negocio”. Por su parte, José Ignacio Achuri quien llegó desde Bogotá enamorado
de una caqueteña, rápidamente se enamoró también del ambiente comercial de la
plaza de mercado y dejó su profesión de docente por la de comerciante. Adquirió
un local aunque “era muy difícil porque en ese momento el comercio de Florencia
se aglutinaba más en este sector, entonces no era muy fácil acceder, que el
municipio le dejara algún local, había trasferencias, había que pagar primas para
hacerse a un local. Afortunadamente llegué y encontramos que había un señor
que ya estaba bastante de edad y se iba para Ibagué y entonces nos cedió el
local”. Rosa Tulia Leguízamo en medio de la pobreza que le dejó la inundación
que padeció en 1963, recuerda anecdóticamente las dificultades para hacerse a
un local: “No!!!. Si usted quería trabajar tenía que sudar, trabajar con ganas
pa’poder tener un puesto. En ese tiempo un puestico de estos valía… a mi me
costó porque yo hice un carisello con un señor que era el dueño de este puesto y
entonces ese día el señor había cogido a la señora por ahí con otro señor y
entonces de bravo me lo ofreció y entonces me pedía más de lo que yo le podía
dar… lo primero era que no le podía dar, lo segundo era que no había más… no
teníamos platica, entonces ya con el carisello Pablo Valenzuela y Lorenzo Salazar
el papá de Lorenzo, ellos fueron los intermediarios para ayudar a tirar la moneda y
pa’ ayudar a hacer el carisello y para que yo me quedara aquí, porque en ese
tiempo no es como hoy, que hoy cualquiera dentra y con la plata paga y compra y
puede ser un matón, puede ser una buena persona y como tiene plata pues cabe
donde quiera, en cambio en ese tiempo no, en ese tiempo había que trabajar”.
86
Creo que esto es una despensa, Florencia es una despensa” afirma Lorenzo
Salazar. Esa imagen de la colonización, entre otras cosas hoy bastante
desvirtuada, se difundió por todo el territorio nacional y constituyó un aliciente
para las migraciones. Esta idea que surge del saber popular, alentada por la
abundancia de las primeras cosechas en tierras vírgenes, se expresa en una
anécdota del Señor Salazar: “Yo tenía una tía que era rica, vivía en Puerto Rico,
Caquetá, tenía una tienda de aquí a Pekín, con sus hijos y todo. Ella era de la cruz
amarilla, gregoriana, y ella venía siempre los lunes, cada ocho días aquí a este
mismo negocio… “tía como le ha ido”, “bien mijo , bien” y ella vivía diciéndome
“sabe que mijo, yo me voy a morir pero le voy a advertir una cosa, la despensa del
mundo es Florencia, Caquetá, porque esto es una paraíso terrenal que dejó mi
Dios”. Oiga y he visto muchos tipos que han conseguido plata en este Caquetá, se
han llenado y se han ido y han botado la fortuna y han vuelto otra vez”.
Otro de los códigos filtrados por ATLAS/ti tiene que ver con las actividades
comerciales predominantes en las diferentes épocas. En los inicios de la plaza,
dice Pablo Valenzuela “entramos a vender arroz, maíz, plátano y yuca luego fue
entrando personal así trayendo hortalizas y fueron formando ya granero, ya la
gente se animó y fue entrando y entrando hasta que se organizaron más
negocios”. La época coincide con una bonaza de la producción agropecuaria del
Caquetá, primera actividad económica de los colonos – campesinos, que
empezaban a producir un excedente. Todos esos productos pasaban por la plaza
de mercado, como lo evoca Lorenzo Salazar “si los traían aquí, entonces… todo
eso venía de Puerto Rico, San Vicente, de todas partes de los pueblos y venían y
vendían aquí los carniceros, lo comercializaban aquí. Los otros, salía directamente
pa’ Bogotá, pero eran camionadas papá, camionadas! … como ese plátano que
salía de Curillo, eran camionadas. Aquí llegar a salir de San Vicente del Caguán
40 - 50 camionados de ganado pa’ Cali y Bogotá, producidos ahí en San Vi…
(interrumpe para atender clientes)”. El Señor Valenzuela recuerda que “era plaza
para vender y la gente abastecerse de alimentos para llevar a las fincas; porque
87
esta era una ciudad supremamente arrocera, ganadera, salía mucho maíz, yuca,
plátano, el cual se sacaba para Neiva, era una plaza supremamente abastecida”.
Todo era basado en una economía lícita, porque como continúa diciendo Lorenzo
Salazar “el campesino en ese tiempo no existía ninguna coca, eso no existía eso,
existía la producción de todo a todo, todo el mundo trabajaba, todo el mundo venía
a comprar sus comidas de contado, (…) vendían sus productos y con eso mismo
compraban, se veía más plata que cuando salió esa mugrera”.
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significan las galerías o plazas de mercado y que son fundamentales. Yo diría que
incluso es casi más encuentro que en la misma Iglesia, en la Iglesia todos
estamos a nivel individual aunque todos estemos los de un pueblito o de un sector
de una ciudad en ese mismo lugar; pero acá el saludo, “que hubo, que ha habido
de nuevo, hace rato no lo veía, donde va a estar hoy, para donde nos vamos,
vamos a cine” entonces se podían poner las citas desde allí mismo para ir a cine
por la tarde al Teatro Los Alpes que era muy cercano o al Teatro Florencia”. El
testimonio es de Gabriel Sandoval Lasso, actual Secretario Administrativo del
Municipio, quien por los años setenta vivió este espacio de diversas maneras y
recuerda que “en esa época se facilitaba el contacto porque uno no pasaba ni en
carro ni en moto sino a pie por todo Florencia, entonces si vivía en el Juan XXIII en
donde un tío durante un año de estudio, entonces había que ir desde el Juan XXIII
a pié hasta el Colegio La Salle y del Colegio La Salle acá, además que los
domingos había que ir a misa y había que hacer la fila desde el colegio hasta la
Iglesia, y pasaba por la Galería… Y pues obviamente los quehaceres normales de
ir a hacer el mercado… la plaza de la Concordia era la referencia para todo el
mundo, entonces ahí con el canasto ayudándole a la familia a llevar el canasto los
días del mercadito para llevar a la casa y así mismo todas las familias, además
que muchas otras familias pues también amigas tenían su dependencia de un
negocio que habían establecido allí como heladerías, por ejemplo como quien
años más adelante fuera mi suegra tenía allí una heladería, doña Cleofe Medina y
vecinos como don Alfredo Cerquera puesto de frutas y los Ortiz también y así por
el estilo”. En fin, la plaza de mercado era un punto de referencia inevitable de una
u otra forma.
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la sigue reconociendo como Plaza Central porque dice que “ahora último fue que
le pusieron La Concordia, pero ahora… ya yo no me acuerdo en que año fue,
antes era la Galería Central y nosotros los viejos no vamos a creer que esto es la
Concordia, es la Central, pero cómo va a ser que Concordia?”. Por otra parte,
versiones formales de historiadores locales indican que con el nombre de La
Concordia se quiso expresar el ambiente de amistad, fraternidad y camaradería
que se vivía en la plaza a mediados de los años cincuenta, como un oasis de paz
en medio del conflicto social generado por la violencia en el interior del país. Es
que “aquí no se le prohíbe a nadies, a nadies se le prohíbe que trabaje, aquí sea
antioqueños, caldenses, vallunos, americanos lo que sea que se vengan p’acá a
trabajar hay campo porque no somos egoístas; lo que pasa es que si hay que
exigirle es la organización y que paguen el impuesto, porque hay gente que quiere
trabajar pero no pagar el impuesto, entonces ahí si estamos mal”.
Sin duda alguna, el momento histórico que más recuerdan los usuarios y los
comerciantes de la plaza de mercado es la remodelación de su zona aledaña. Así
lo refleja ATLAS/ti al filtrar los códigos correspondientes a diseño, espacio público
y casetas. Pese a que la mayoría de los conceptos que aparecen son favorables a
la remodelación y su positivo impacto en las ventas, no faltan quienes consideran
que antes era mejor.
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tarde usted ya no podía andar por aquí porque “ñau” le robaban la cadena y “prun”
se metían y nos los cogía nadie”. Y agrega José María Hernández que “la otra
vez si cuando estaban las elbas había mucho atracadero, uno no podía andar por
ahí porque lo atracaban. Desde que limpiaron eso todo se puso bien, ahí no hay
problemas de nada”. En lo que también está de acuerdo el Señor Salazar: “eso
cambió, eso se acabó, quitaron esas elbas, modernizaron todo como ustedes lo
ven y miren ha cambiado el ciento por ciento”
91
Pablo Valenzuela siente que “el público en turismo que entra ha sido una gran
cosa con la despejada de la plaza de mercado, porque eso era una chambrana no
había sino puros ecuatorianos alrededor muy sucios” y José Ignacio Achuri dice
que “se despejó el espacio público, está muy bonito, la gente ha vuelto a la galería
sobre todo a comprar los productos como las verduras… todo lo que se necesite
para el hogar y ya está más moderna”. Sostiene que la actividad comercial se ha
incrementado porque “el aspecto que se le ha dado, el cambio de imagen de la
galería ha sido trascendental porque ya encuentra uno parqueaderos, ya es más
llamativo, antiguamente no había donde parquear y como todo centro comercial
sin parqueaderos no vale nada, la gente no accede a comprar porque la mayoría
llega en su vehículo o también está el servicio público, también los de servicio
público, hay parqueadero de taxis entonces se hace más fácil ir a hacer sus
compras”. Agrega además que “ya vienen gentes de casi todas las clases
sociales, antiguamente no venía sino sólo el campesino, era el que más se dirigía
hacia la galería a hacer sus compras,”. En igual sentido se refiere también Lorenzo
Salazar cuando dice: “claro ha mejorado el comercio porque todo el que tiene su
carrito, su moto viene aquí, se parquea acá, se parquea allá y de una vez hace su
mercadito rápido sale y se va. Hay un celador que le está cuidando la motico, le
esta cuidando el carrito y le dan 100 pesos, 200, 500…”
92
Desde el punto de vista urbanístico la arquitecta Olga Lucía Silva comenta que en
“ese sitio se puede ver que es una zona que se ha manejado muy bien el espacio
adyacente en su concepción inicial”.
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gente tiene la tendencia a regresar a donde estaban lo cual es una pugna como
permanente permitir otra vez que se ocupe el espacio público o impedir”. Según él
“la galería sigue estando llena y antes necesita más espacio, sigue siendo muy
importante”.
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Recordando las mejores épocas de la plaza y las costumbres de la gente, José
María Hernández identifica gratamente un periodo: “Diga usted por ahí del año 75
por hay hasta el 90 - 92 fue muy bueno, aquí vivía uno sabroso y entraba mucha
gente, mucha gente… Esto se empezó a poner malo desde cuando las marchas
campesinas, de esa época para acá esto cambió porque antes uno veía la gente
que traía plata, todo mundo andaba con plata y todo mundo trabajaba, todo mundo
venía aquí y nadie venía a decirle fíeme esta remesa sino empáqueme esto y ya
vengo a pagarle. En cambio ahoritica no, van a comprar una arroba de arroz y
averiguan en todos los negocios a cómo está”. Agrega que la balanza comercial
era mucho mejor en aquella época: “uno aquí en ese tiempo con… usted…
sábado, domingo y lunes uno se vendía cualquier quince veinte mil pesos y usted
con quince veinte mil pesos usted compraba mercado pero por toneladas.
Ahoritica eso usted hace un pedidito de cuatro - cinco cajas y eso es millón, millón
y pico, eso es… la carestía ha sido muy tenaz, el cambio es muy grande de esos
años a estos”.
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analizar de que con un poquitico de esfuerzo más podemos sacar la plaza no
como una plaza de mercado sino como un centro comercial grande en el cual
podamos brindarles las garantías de tranquilidad, de transitabilidad, de seguridad
a todos y cada uno de los ciudadanos”. Este es un reto en el que se vislumbra un
trabajo pedagógico importante para realizar tanto al interior como fuera de la plaza
de mercado.
96
institucionales pero no se complementan, porque pues… yo creo que en Florencia
mucho se ha hablado de que el Batallón es como una tranca para el desarrollo de
la ciudad. Yo pienso que pues… son dos usos institucionales que no se están
complementando, ya la ciudad creció, las condiciones cambiaron entonces hay
que ir cambiando”.
El administrador de la plaza, asume una posición más cómoda y dice que “del
Batallón no podemos hablar porque el batallón lleva más de 50 años donde se
encuentra. Desde que la ciudad de Florencia se fundó el batallón se encuentra ahí
porque eso empezó como una base militar (…) entonces y desafortunadamente ya
tiene un posicionamiento, si lo más ideal sería que el batallón se corriera hacia el
otro lado del río que es donde ellos tienen sus propiedades grandes y donde han
venido apropiándose de los diferentes terrenos, pero pues eso se requeriría de
unas gestiones intensas que no lo lograríamos nosotros en este siglo.
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Otros códigos filtrados para el análisis son campesinos, espacios público y
localización. La información obtenida permite reconocer una problemática
marcada por la tensión propia de la lucha por el espacio entre campesinos y
comerciantes habituales. Alberto Torres plantea que “el sector rural está muy
preocupado porque no cuenta con un espacio adecuado en la plaza para
comerciar sus productos, y al campesino es al que más hay que consentir. (…) es
así como le hemos abierto espacio al interior de la plaza a 80 campesinos el
sábado y 80 campesinos el domingo, para un total de 160. Contamos con un
censo de aproximadamente 500 campesinos carnetizados que distribuyen los
productos pero no vienen ellos permanentemente, vienen cada mes, cada quince
días, esa es una variación que tenemos pero si hay una propuesta del sector
campesino de que se les ubique un espacio con las condiciones higiénico
sanitarias indicadas para ellos poder laborar. (…) estamos haciendo esfuerzos
ingentes a nivel nacional e internacional con diferentes ONG haber que recursos
conseguimos por el motivo de que esa aglomeración y esa incomodidad que se
presenta los fines de semana especialmente no la tengamos sino que tengamos al
campesino ubicado en un sector bien sea cerca de la plaza o en un sector que la
gente tenga su acceso sin ningún inconveniente y que la plaza siga siendo la
plaza”.
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manifiestan la preocupación de la comunidad en general porque se les asigne a
los campesinos un lugar digno para trabajar al interior de la plaza. Expresiones
como “que mejoren la organización del mercado de los campesinos, adentro y no
afuera; que mejoren los espacios públicos para el mercado campesino; más
organización para los campesinos ofrecer sus productos” son ejemplo de esta
preocupación.
Alberto Torres acepta que sólo se ha logrado una optimización parcial del uso del
espacio público interno “porque por la falta de organización, la cual hemos venido
trabajando con el ánimo de mejorar la situación de distribución de productos no
nos ha permitido de pronto llegar a obtener el ciento por ciento de
aprovechamiento del espacio público. Si nosotros analizamos los exteriores de la
plaza están ocupados desde hace más o menos 30 años y hemos venido
luchando, ya teníamos recuperado el 50% para que estos espacios públicos sean
de la comunidad más no de unas pocas personas que vienen a ocupar por donde
cada uno de los ciudadanos debemos desplazarnos. En la parte interna hemos
venido haciendo ese trabajo, hemos venido despejando algunos pasillos por los
cuales la gente… lo importante es que la gente se sienta bien y pueda transitar sin
ningún problema sin que tenga apretujones, sin que tenga aglomeraciones”.
.
99
Otro de los códigos analizados es el impacto de la modernidad en el ambiente de
trabajo de la plaza de mercado. Así como el surgimiento de supermercados en
diversos sectores de la ciudad se ha reflejado ha repercutido en la disminución de
usuarios, también las nuevas tendencias alimenticias y las expresiones propias de
la sociedad de consumo se han hecho sentir. Ignacio Achuri observa que antes “la
gente venía y de por si que en ese tiempo los productos era todo de muy buena
calidad, los frijoles, las alverjas, todo lo que se traía era de muy buena calidad,
(…) por lo menos la gente venía a mercar y no ponían tanto requeñeque, ahora
por lo menos que las pastas tienen que ser Doria, que el aceite gourmet… en ese
tiempo no existía eso, la gente llevaba era su manteca y el frasco de aceite pero
no ponía pero que porque el aceite tiene que ser gourmet, que el fríjol tiene que
ser nima, que… en ese tiempo no, que todo fuera bueno y la gente lo llevaba”.
También Rosa Tulia Leguízamo, a su estilo, recuerda que antes era mejor la
comercialización de sus productos: “Nooo! Papito, de lo que fue atrás no hay
comparación ahora para nada, porque hoy cualquiera como sufren de colesterol,
hay el colesterol eso les hace engordar… van y engordan porque compran una
media de tomate, van y engordan si compran una libra de papa la misma cosa, se
engordan, entonces aguantan es hambre y en el tiempo de atrás la gente
comíamos… por qué tenemos alientos de siquiera contestar?... porque se comía
aunque fueran tripitas lo que hubiera, pero la gente era de gusto pa’comer.
Dígame mi amor hoy en día, es que si a usted le brindan un tinto es el más amigo
porque de resto ya ni tinto le ofrecen a uno”.
100
modificando la estructura de atención al cliente, se le está dando una nueva
imagen, más organización”
101
Otro de los códigos de análisis es el significado que tiene la plaza para los
habitantes, los arrendatarios y sus familias. Se encuentran al respecto diversas
razones de valoración según vive el espacio cada quien. La encuesta, que
presenta información sobre una población más amplia y diversa que la
entrevistada, permite identificar una valoración más amplia del estilo arquitectónico
del edificio. Las respuestas más frecuentes indican que “fue remodelada y de
alguna manera es un edifico para mostrar de Florencia, que se fundo casi al
tiempo de haberse fundado la ciudad, que ahora la remodelaron y quedo muy bien
presentada, que es una construcción vieja pero bonita”.
Lorenzo Salazar también tiene sus razones: “La plaza de mercado representa para
nosotros los que trabajamos dentro de ella primero, le colaboramos al fisco
pagando sus impuestos; segundo, nos han conocido en muchos años que hemos
sido tipos trabajadores, honestos con el comercio y que no hemos trampeado a
nadie, nos conoce todo el mundo, nos conoce la banca y el comercio, mucha
gente, las autoridades, todos nos conocen a nosotros los que trabajamos dentro
de ella… porque como trabajamos es honestamente sin hacerle daño a nadie…!,
entonces eso lo van a uno conociendo y conociendo por lo alto. Fuera de eso,
nosotros hemos trabajado y hemos conseguido el sustento de la familia dentro de
102
esta galería porque mi papá trabajó tantos años y nos dio estudio a nosotros, yo
quedé con mis negocios del viejo y le di estudio a mis hijos y los tengo
profesionales vendiendo las papas y las cebollas y el tomate, como le digo, y
nunca nos ha fallado la papita”. Concluye diciendo que “ellos saben que yo he sido
un pionero de esta galería y que me he conseguido el sustento para ellos durante
todos los años… hace 43 años me casé yo”.
Marleny Valderrama manifiesta que “es importante porque nos sirve para todo,
tanto para comprar el mercado y la gente que llega pregunta donde es la galería y
uno ya les dice “vea, aquí en frente, ahí la tenemos, la galería principal”. Entonces
para mi es muy importante eso”.
103
habitantes y yo diría no sólo de Florencia sino del Caquetá. Desde esas épocas se
establecieron así estos lugares tan importantes como puntos de encuentro común
y para mí sigue siendo eso a pesar de los cambios que digamos urbanísticamente
y desde el punto de vista de nuevas generaciones ya ha tenidos esos cambios,
pero sigue siendo un punto de referencia. (…) De pronto en cierta manera vamos
menos a la plaza de la Concordia pero está allí como referente histórico y siegue
siendo un sitio de encuentro de los campesinos también ahí digamos es el lugar
de encuentro de la parte rural y la parte urbana, no hay ningún otro sitio que
facilite ese punto de contacto tan directo, tan usual cada ocho días los sábados y
domingos, el campesino trae su panela, sus plátanos, su yuca, sus piñas y sus
papayas pero igual la gente del pueblo está también esperando la panela que es
mejor del campo, los plátanos caqueteños que trae el campesino de tal vereda y
no quiere uno consumir plátano ecuatoriano, ni quindiano sino ese. Entonces de
todas maneras sigue siendo también el punto de encuentro de lo rural con lo
urbano”.
104
por su total recuperación arquitectónica y su cambio a un uso histórico y cultural.
El detalle de las descripciones permite precisar estas conclusiones.
105
recursos para hacer la remodelación interna. Entonces como que depende de
esos factores, depende de un trabajo pedagógico, depende la alternativa que se
plantee como Central de Abastos, depende los recursos que se tengan y eso
significa que en materia de tiempo estamos hablando de que eso podrá ser
realidad en unos 8 o 10 años”.
Acerca de las remodelaciones a emprender dice que “la idea es conservar
totalmente el diseño arquitectónico al exterior y al interior también. Se han hecho
algunos cambios con ese mezanine, las puertas también se han cambiado, pero
básicamente es como conservar ese diseño tanto exterior como interior. Si
siguiéramos por la vía de un centro comercial, digamos la idea sería que estuviera
la misma gente pero con mejor presentación para ofrecer sus productos o sus
servicios y entonces estaríamos hablando de cómo modernizar pues ya los
stands, los espacios individuales de cada quién, que haya cosas como más
modernas, más higiénicas”. Este tipo de decisión conlleva un dilema, según lo
analiza el funcionario. “si modernizamos desde el punto de vista comercial
estaríamos alejando mucho más en el tiempo la posibilidad de un centro cultural.
(…) Desde ese punto de vista, yo sigo más casado con la proyección cultural,
ojalá no fuera posible en ocho años sino en menos tiempo, ojalá así fuera, que
hubiera una biblioteca, que hubiera un centro cultural allí, o un museo, una
muestra de artesanías permanentes.
Con total sinceridad, José María Hernández, arrendatario de un local dice: “Yo que
vivo aquí me toca es que siga siendo galería, porque después de que yo me
acabe ahí está el hijo que es el que tiene que trabajar, porque no hay que dejar la
tradición, hay que seguirla”.
106
personas de medianos recursos pudieran tener su mínimo vital, entonces yo
considero que la plaza si debe seguir funcionando aquí con unas reformas que se
deben hacer. (…) Para mí personalmente, no porque yo labore aquí, sino porque
yo soy caqueteño, criado aquí a dos cuadras de la plaza, la plaza debe seguir
funcionando porque es un patrimonio histórico y va a ser una necesidad para la
comunidad florenciana.
José Ignacio Achuri, más consciente de los avances urbanísticos que está
viviendo la ciudad, acepta que hacia el futuro es posible pensar en otros usos para
la edificación. “Yo creo que este edificio como patrimonio esto con el tiempo la
plaza de mercado va a desaparecer de acá porque esto lo van a dejar es para
oficinas y creo que una biblioteca está programado, no se a que plazo pero si la
intención es quedar como una biblioteca pública” manifiesta al tiempo que sostiene
estar de acuerdo con esos cambios. “Si, claro, como en toda organización tienen
que haber unos cambios y esto se va modernizando, si, yo creo que llega el
tiempo que esto necesita otro manejo”.
En últimas, propone la salida más democrática. “…como esto son patrimonios del
municipio el municipio puede darles su libre destinación, pero entonces vamos a
sentir la voz del pueblo que es la voz que manda, la voz que vive la situación que
estamos pasando en este momento”. Que se de entonces al pueblo la posibilidad
de decidir, eso si a partir de un amplio y público debate sobre el tema.
107
5. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
5.1 Conclusiones
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siglo pasado, la perciben como un elemento de identidad en la medida que ha sido
epicentro de la vida económica y social de la capital durante más de la mitad de su
centenaria existencia. Para ellos, desde su niñez fue lugar de comercio, de
encuentro y recreación; en ella vivieron momentos placenteros, hicieron negocios
inolvidables, conocieron personas determinantes en su proyecto de vida,
resolvieron sus problemas de subsistencia; fue el lugar para su cita amorosa, para
la amena charla con sus amigos, para comentar los últimos acontecimientos.
109
Para quienes tienen la plaza de mercado La Concordia como lugar de sus
actividades económicas la importancia radica en que es su medio de subsistencia.
Aunque en general valoran su belleza arquitectónica y la riqueza de su historia,
sólo les interesa que se fortalezca su uso comercial, para seguir usufructuándola
por generaciones, en beneficio propio. Es una concepción utilitarista y pragmática
del espacio en la cual la importancia se mide por los dividendos que produce y las
inversiones de la administración se valoran en proporción a la rentabilidad
individual que generan. Con una mentalidad impregnada de paternalismo y con
resistencia al cambio, esperan que se fortalezca su uso comercial, convencidos
que para esto fue construida.
Uno de los retos que plantean las diferentes percepciones sobre la importancia y
significado de la plaza para los florencianos es el relacionado con el futuro de este
lugar. En este sentido aparece el dilema: fortalecer el uso comercial o pensar en
110
otros posibles usos. La primera opción implica reestructuración del espacio público
tanto interno como externo, reorganización de locales comerciales y mejoramiento
cualitativo en la presentación de los productos y los comerciantes al igual que en
la atención al público. La segunda requiere de un proyecto pedagógico que
contribuya a sensibilizar a la comunidad sobre otras posibilidades de uso bien sea
como centro cultural, biblioteca pública, exposición permanente de artesanías
amazónicas o hasta como auditorio; trabajo pedagógico orientado a que una
decisión de tal tenor no derive en un problema social.
Una lectura desde la teoría etnourbana permite reconocer y valorar una gran
diversidad de sujetos al interior de la plaza, cada uno con su proyecto de vida,
origen particular, idiosincrasia, hábitos, costumbres y tradiciones. Es una babel en
que la diversidad no es una limitante sino una riqueza para construir un proyecto
comunitario con una red de relaciones sociales, económicas y políticas que se
enriquece aún más con la heterogeneidad de los visitantes. La construcción social
del lugar debe entenderse entonces como la resultante de distintos factores de
orden sociopolítico, económico, comunicacional y ambiental propios de los grupos
sociales en relación con la plaza que han definido formas de organización del
espacio, prácticas sociales, jergas y discursos, formas de mercadeo, formas de
recreación y entretenimiento, presentación personal y de los locales, manejo de
basuras, entre otras expresiones. Cualquier proyecto de reorganización del
espacio de la plaza de mercado debe tener en cuenta esta pluralidad étnica que
asume aquí formas urbanas concretas, que no constituyen un obstáculo sino que
abren una diversa gama de posibilidades de actuación.
Más allá de las conclusiones propias del tema de estudio es importante reseñar el
aporte que significa el presente trabajo desde el punto de vista metodológico. El
empleo de técnicas de recolección y procesamiento de información como la
Clasificación Múltiple de Ítems (CMI), las Técnicas analíticas para datos
cualitativos asistidos por computador (ATLAS/ti) y la realización de mapas
111
conductuales representan una experiencia significativa en el campo de las
investigaciones sociales en la región. Ante la necesidad de manejar amplios
volúmenes de información, clasificarla y relacionarla con aspectos puntuales del
interés investigativo ATLAS/ti demostró ser una herramienta que no sólo facilita el
trabajo sino que permite realizar inferencias que difícilmente se lograrían con el
procesamiento manual. Gracias a esta técnica fue posible identificar las familias
de conceptos filtradas por códigos, que entregaron información sistematizada a
partir de las entrevistas en profundidad y las entrevistas semiestructuradas. La
Clasificación Múltiple de Ítems, por su parte, permite auscultar las imágenes y
representaciones personales, penetrar el universo de la subjetividad individual y
obtener matrices de datos que procesadas a través del software Lifa permiten
identificar tendencias de pensamiento y establecer relaciones entre las
clasificaciones. En el caso de este estudio facilitó identificar el puesto que ocupa la
plaza en relación con otros sitios de interés de la ciudad. Los mapas conductuales
resultaron de gran utilidad al momento de identificar los principales usos del
espacio en la medida que permiten cartografiar las actividades de los individuos en
diferentes lugares y momentos de la plaza.
112
concepto urbanístico y arquitectónico, entre otros. Sin embargo estos pueden
hacer parte de proyectos que podrían adelantarse en el futuro.
5.2 Recomendaciones
No se podría cerrar este capítulo del trabajo sin hacer algunas recomendaciones
que brotan del cruce entre la teoría reflexionada y la realidad documentada en
torno a este lugar representativo de la ciudad. Son iniciativas que surgen como
producto intelectual del trabajo, no como un ejercicio especulativo sino resultado
del reconocimiento del lugar, los imaginarios de los habitantes y los proyectos
institucionales.
113
Conviene aclarar, sin embargo, como se planteó en los alcances de la
investigación, que no se pretende diseñar planes de acción y fórmulas puntuales
que ubicarían la investigación en la perspectiva de la “lógica de la solución” sino
ofrecer elementos generales que sirvan de punto de referencia para orientar el
trabajo de los planificadores urbanos y los líderes políticos, aportando elementos
de sentido en el contexto de la pedagogía urbana.
114
habitantes logren valorar sus lugares, manifestaciones culturales y expresiones
artísticas y folclóricas lograrán avanzar en el proceso de construcción de su propia
identidad, tarea difícil pero necesaria en esta época de globalización en que los
medios de comunicación amenazan con homogeneizar la cultura en menoscabo
de las identidades locales.
En cuanto opción pedagógica debe tener en cuenta las posibilidades de este lugar
como entorno o ambiente de aprendizaje que permite aprender en la plaza, como
agente o instrumento para aprender de la plaza y como objeto de conocimiento o
contenido que posibilita aprender la plaza.
El cambio de uso del lugar, más allá de las implicaciones económicas, es una
decisión política que compromete el proyecto de vida de muchas personas pero
sobre todo el papel que tendrá la plaza hacia el futuro como signo de identidad de
los florencianos y como referente que le da carácter a la ciudad. Ello implica una
mediación pedagógica que sirva de fundamento a espacios participativos donde
se debata públicamente sobre el valor histórico y cultural que representa la plaza.
Sin pretender una salida salomónica, una alternativa que podría pensarse es la de
fortalecer la imagen de la plaza como lugar de interés histórico y cultural sin perder
su uso comercial. Esta decisión implica la total reestructuración del espacio interno
de manera que se acabe el hacinamiento de vendedores y cambiar el tipo de
productos dándole preferencia al mercadeo de artesanías y productos típicos de la
115
región amazónica como arazá, cocona, palmito, piña, chontaduro, caimarones,
heliconias, etc., en diferentes presentaciones. Es una alternativa coherente con los
programas de sustitución de cultivos ilícitos que se adelantan en la región porque
permite abrir mercados al tiempo que puede suscitar el interés de organismos
nacionales e internacionales de cofinaciación para proyectos de recuperación del
patrimonio público. De igual manera, este viraje en el uso de la plaza La Concordia
ayuda a estimular el turismo, de por si bastante escaso a pesar de los múltiples
atractivos de la región
116
Es necesario también, sin detrimento de la autonomía institucional, revisar la
manera como se ha incluido en el currículo de las instituciones educativas locales
el trabajo sobre el patrimonio cultural de la ciudad, de manera particular la plaza
La Concordia. Corresponde a la Secretaría de Educación Municipal orientar para
que lugares como este se aprovechen como ejes transversales de la
programación de las áreas académicas.
117
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til Año 3 No. 8 julio-septiembre. p. 32-47.
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119
Ruíz Vanegas, Héctor. (2005). Ciudad educadora. En: Revista Pre-til Año 3 No. 8
julio-septiembre. p. 24-31.
120
Anexos
121
Anexo A.
CUESTIONARIO SEMIESTRUCTURADO
Respetado@ usuario@:
El presente cuestionario, busca caracterizar la forma como Ud. concibe y participa del
espacio publico plaza de mercado la concordia de Florencia con el propósito de proyectar
desde la investigación las acciones pedagógicas futuras.
Lea con atención cada una de las preguntas y responda con el mayor grado de
precisión sobre los diversos tópicos relacionados con su desarrollo histórico y los
usos dados. La información confiada será valiosa para la investigación.