Está en la página 1de 29

Anatomía del plexo braquial

El plexo braquial está formado por los ramos anteriores de los nervios espinales
de C5, C6, C7, C8 y parte de T1. En su trayecto se distinguen dos porciones:
supraclavicular e infraclavicular (Patten; 1995).

A nivel SUPRACLAVICULAR el plexo pasa entre los músculos escaleno anterior


y medio. Las fibras nerviosas se distribuyen formando tres troncos primarios:
- Tronco superior: proviene de las ramas anteriores de los nervios C5 y C6
(raramente C4). En él se origina el nervio supraescapular, que va a inervar los músculos
supra e infraespinoso, y el nervio subclavio que va a inervar el músculo con el mismo
nombre (Chad; 2006).
- Tronco medio: proviene de la rama anterior del nervio C7.
- Tronco inferior: proviene de las ramas anteriores de los nervios C8 y T1.

Una vez sobrepasada la clavícula (región INFRACLAVICULAR) cada tronco se


divide en una división anterior y otra posterior, que se van a reorganizar para formar
los troncos secundarios, fascículos o cuerdas(Fournier et al; 2009):
- Las divisiones anteriores del tronco superior y medio van a unirse formando
el Fascículo o Cuerda lateral.Sus nervios terminales serán: el N. Torácico medial, el N.
Cutáneo medial del brazo y del antebrazo, el N. Musculocutáneo, y la rama lateral del
N. Mediano.
- La división anterior del tronco inferior formará el Fascículo o Cuerda medial. Sus
nervios terminales serán el N. Cubital y la rama medial del N. Mediano.
- Las tres divisiones posteriores formarán el Fascículo o Cuerda posterior. Son
ramas terminales el N. subescapular, el N. toracodorsal, el N. axilar y el N. radial
(Brazis; 2007) (Kahle; 2008) (Mumenthaler; 2004).

2. ORIGEN
El plexo braquial se forma por las comunicaciones que se establecen entre los ramos anteriores de
los nervios espinales de C5 a T1. Las variaciones anatómicas son extremadamente comunes y
pueden ser consideradas la regla y no la excepción. No es infrecuente que también reciban
comunicaciones de C4 (2/3 de los pacientes) y T2 (1/3 de los pacientes). Los ramos anteriores
de los nervios espinales pasan por detrás de la arteria vertebral y se dirigen horizontal y
lateralmente por la superficie superior de las apófisis transversas. Luego, convergen formando
tres troncos situados entre los músculos escalenos anterior y medio (Fig. 1).
Fig. 1

Origen y divisiones del plexo braquial

Las fibras que constituyen el plexo se denominan de forma sucesiva como troncos
primarios (inferior, medio y superior), divisiones (anteriores y posteriores), fascículos o troncos
secundarios (lateral, medial y posterior), ramos colaterales y nervios terminales.

- Los ramos anteriores de C5-C6 se unen cerca del borde lateral del músculo escaleno medio para
formar el tronco primario superior.

- El ramo anterior de C7 continúa sin unirse y forma el tronco primario medio.

- Los ramos anteriores de C8-T1 se unen y forman el tronco primario inferior.


Fig. 2

Ecm Músculo esternocleidomastoideo

Ts Tronco superior

Tm Tronco medio

Ti Tronco inferior

aS Arteria subclavia

La clavícula ha sido cortada

Los tres troncos reunidos pasan por encima de la primera costilla, por detrás de la arteria subclavia y
entre ambos músculos escalenos (espacio interescalénico) y se dirigen en forma descendente y
lateral hacia el hueco axilar. Al cruzar la primera costilla, los troncos se apilan unos sobre otros en
sentido antero-posterior y están más cercanos al escaleno medio que al escaleno anterior. La arteria
subclavia se apoya en la parte superior de la primera costilla (surco), donde casi siempre se apoya el
tronco inferior que queda parcialmente oculto por la arteria.

Estos dos hechos tienen una relevancia clínica importante en los abordajes realizados a nivel del
surco interescalénico: a) la aguja debe estar más próxima al borde anterior del escaleno medio
que al borde posterior del escaleno anterior y b) la arteria subclavia es una barrera que impide la
difusión del anestésico local al tronco inferior.

En el borde externo de la primera costilla, por detrás del tercio medio clavicular se produce una
división. Cada tronco forma una división anterior y otra posterior (fundamental desde el punto de
vista funcional, las divisiones anteriores son responsables de la inervación de los músculos
flexores y las posteriores de los músculos extensores) que por debajo de la clavícula se
reorganizan nuevamente para formar los fascículos o troncos secundarios (en algunos libros
hablan de cordones, pero los autores consideramos que es una mala traducción del inglés.
Nosotros vamos a referirnos a ellos siempre como fascículos).

-Las divisiones anteriores de los troncos superior y medio forman el fascículo lateral (tronco
secundario antero-externo), que da origen al nervio musculocutáneo y a la raíz radial del nervio
mediano.
-La división anterior del tronco inferior forma el fascículo medial (tronco secundario antero-
interno) que da lugar a los nervios cutáneo medial del brazo, cutáneo medial del antebrazo,
cubital y a la raíz cubital del nervio mediano.

-Las tres divisiones posteriores se unen para formar el fascículo posterior (tronco secundario
posterior). Da origen a los nervios axilar y radial.

Fig. 3

3. DISTRIBUCIÓN
Según su origen, los nervios del plexo braquial, se clasifican en ramos supraclaviculares e
infraclaviculares.

El plexo braquial da origen a nivel supraclavicular a ramos colaterales (Tabla 1). Todos son
nervios motores, excepto el supraescapular (recibe fibras de C5, C6 y en el 50% de los casos de
C4) que también tiene fibras sensitivas, inervando al supraespinoso, infraespinoso y articulación
del hombro.
Tabla 1

Ramos supraclaviculares del plexo braquial

A la altura del borde lateral del músculo pectoral menor, cada uno de los fascículos o troncos
secundarios origina los nervios terminales y ramos colaterales infraclaviculares (Tabla 2 )

Tabla 2

Colaterales infraclaviculares y nervios terminales

*Estos nervios pueden originarse en la porción supraclavicular del plexo

Conocida la distribución, es importante conocer la inervación (dermatomas, miotomas y


osteotomas) y que función motora desempeñan cada uno de los diferentes nervios que componen
el plexo braquial (Tabla 3). Recordar que los anestesiólogos, en función de la respuesta motora
encontrada a la neuroestimulación, identificamos los territorios nerviosos. Es preciso conocer que
la estimulación eléctrica de ramos nerviosos colaterales (ramos supraclaviculares) provocará
respuestas motoras que no se deben confundir con las respuestas del plexo braquial, estos están
fuera de la vaina del plexo y la administración de anestésico local resultará en un fallo del
bloqueo.

A nivel supraclavicular existe una distribución metamérica de las respuestas, mientras que a nivel
infraclavicular (divisiones y separación entre musculatura flexora y extensora) la respuesta
motora y la inervación sensitiva son dependientes de cada uno de los nervios terminales. Son
numerosos los ramos responsables de la inervación sensitiva de la extremidad superior (Tabla 4)

Teóricamente cada segmento vertebral se asocia a un dermatoma (excepto C1), sin embargo, las
interconexiones entre ramos pueden explicar la variabilidad interindividual.
Fig. 4

Distribución de la inervación sensitiva. Dermatomas

Fig. 5
Tabla 3

Inervación motora

Tabla 4
Distribución sensitiva de los nervios terminales del plexo braquial
Fig. 6

Fig. 7
Fig. 8

Fig. 9
LESIÓN GLOBAL DE PLEXO BRAQUIAL
La lesión total de plexo braquial es infrecuente, y casi siempre debido a
traumatismos severos. Se afectan todas las raíces desde C5 a D1. (Chad; 2006)
(Brazis; 2007) (Mumenthaler; 2004).
Clínicamente se traduce por parálisis completa de toda la musculatura del
miembro superior, e incluso de cintura escapular si la lesión es preganglionar, con
afectación de músculos serrato y romboides, con un miembro superior pendular, con
pérdida de sensibilidad desde hombro y reflejos abolidos (Moghekar et al; 2007)
(Patten; 1995) (Wynn; 1998).

LESIÓN PARCIAL DEL PLEXO BRAQUIAL


Lesión del tronco superior del plexo braquial (tipo Erb-Duchenne)
Dentro de las parálisis incompletas, mucho más frecuentes (Wynn; 1998), la
superior por afectación de la raíces C5-C6, depara una parálisis de músculo deltoides,
supra e infraespinoso, braquial anterior, bíceps, coracobraquial y supinador largo, que
se traduce clínicamente por la imposibilidad para la abducción y rotación externa del
brazo, flexión del codo, y supinación del antebrazo (Chad; 2006). La postura resultante
es la característica “del pedigüeño” con el brazo en adducción y en rotación interna, el
antebrazo extendido y pronado, y la palma de la mano puede ser vista desde atrás
(Moghekar et al; 2007). El déficit sensitivo queda restringido a la cara externa del brazo,
antebrazo, pulgar y segundo dedo. Hay arreflexia bicipital y estilorradial (Brazis; 2007)
(Mumenthaler; 2004).

Lesiones del tronco medio del plexo braquial.


Se debe a una lesión de la rama anterior de la raíz C7 o tronco medio. Su lesión
aislada es excepcional, y casi siempre debidas a heridas penetrantes (Chad; 2006). Se
produce una parálisis de la extensión del antebrazo, carpo y dedos (Moghekar et al;
2007), clínica muy parecida a la neuropatía de nervio radial, salvo por respetar al
músculo supinador largo que recibe inervación de C5 y C6 (Wynn; 1998). El déficit
sensitivo se limita al dorso del antebrazo, y zona radial del dorso de la mano. El reflejo
tricipital está abolido (Brazis; 2007) (Mumenthaler; 2004) (Patten; 1995).

Lesiones del tronco inferior del plexo braquial (tipo Dejerine-Klumpke)


La parálisis inferior por lesión de las raíces C8-D1, depara una parálisis de la
musculatura flexora de la mano y dedos: músculo cubital anterior y flexores de los
dedos, y musculatura intrínseca de la mano (músculos tenares, hipotenares e
interóseos), que se traduce por imposibilidad para movilizar la mano (Wynn; 1998). En
estadios crónicos, puede desarrollarse una mano en garra, con hiperextensión de
articulaciones metacarpofalángicas (al estar respetados los músculos extensores largos
de la mano), y flexión de interfalángicas. Existe anestesia en el borde interno de la
mano y antebrazo. El reflejo flexor de los dedos está abolido (Chad; 2006) (Patten;
1995). Si se afecta la raíz D1 a nivel proximal a la salida de las fibras simpáticas
preganglionares puede asociarse un síndrome de Claude Bernard Horner (ptosis,
miosis y anhidrosis) (Kahle; 2008) (Moghekar et al; 2007).
La lesión del tronco inferior es menos frecuente que la del superior, pero más
que la del medio (Brazis; 2007) (Mumenthaler; 2004).

Lesión de la cuerda lateral


Si la lesión del plexo braquial es a nivel de la cuerda lateral, la parálisis afectará
a los músculos inervados por el nervio musculocutáneo: bíceps, braquial y
coracobraquial, y por la rama radial del nervio mediano: músculos pronadores, flexores
del carpo y de los dedos (flexor superficial de los dedos y flexor profundo del 1º y 2º
dedos) (Chad; 2006) (Brazis; 2007) (Patten; 1995). El déficit sensitivo se limita al borde
lateral del antebrazo, territorio del nervio musculocutáneo. El reflejo bicipital está
disminuido o ausente (Moghekar et al; 2007) (Mumenthaler; 2004) (Wynn; 1998).

Lesión de la cuerda medial


Si la lesión es a nivel de la cuerda media, se produce una paresia en la
musculatura dependiente de nervio cubital: flexor cubital del carpo, flexor profundos del
3º y 4º dedos, y musculatura intrínseca de la mano y rama medial de nervio mediano:
abductor corto del pulgar, oponente, flexor superficial del 1er dedo, y los dos primeros
lumbricales (Chad; 2006) (Brazis; 2007) (Patten; 1995). Existe anestesia en el borde
interno de la mano y antebrazo (Wynn; 1998). El reflejo flexor de los dedos está abolido
(Moghekar et al; 2007) (Mumenthaler; 2004).

Lesión de la cuerda posterior


Si la lesión es a nivel de la cuerda posterior provoca parálisis a nivel del nervio
subescapular con afectación de la rotación interna del brazo, el nervio toracodorsal con
paresia del músculo dorsal ancho (adducción y rotación interna del brazo, y el nervio
axilar (abductor del brazo) (Chad; 2006) (Brazis; 2007) (Patten; 1995). Se objetiva
déficit sensitivo en la cara lateral del brazo (Moghekar et al; 2007) (Mumenthaler; 2004)
(Wynn; 1998).

Dermatoma
Un dermatoma es una zona de la piel que se inerva por un único nervio espinal.
En concreto, se controlan por neuronas sensoriales que surgen de un ganglio del nervio
espinal.
Existen ocho nervios cervicales, doce torácicos, cinco lumbares y cinco sacros.
Cada uno de estos nervios permite que podamos sentir la temperatura, el tacto, la
presión, e incluso el dolor.

La información viaja desde una región específica de la piel hasta el cerebro. Los
dermatomas se organizan como una pila de discos en la parte del tórax y el abdomen,
siendo suministrado cada disco por un nervio espinal distinto.
En las extremidades el patrón es diferente. De esta forma, los dermatomas
atraviesan longitudinalmente los brazos y las piernas. Así, cada mitad de cada
extremidad posee un dermatoma distinto.
Aunque todos los individuos suelen tener el mismo patrón general en la
organización de los dermatomas, las áreas de inervación específicas pueden variar en
cada persona, como si se tratara de las huellas dactilares.
La columna vertebral posee más de 30 vértebras distintas que se dividen según
su ubicación, empezando por el cuello hasta cóccix. Se clasifican en cervicales,
torácicas, lumbar y sacra. Cada vértebra contiene un nervio espinal concreto que va a
inervar áreas específicas de la piel.
Todos los nervios, excepto el primer nervio cervical (C1), están conectados con
un dermatoma. Los dermatomas permiten construir un mapa de la médula espinal muy
útil para profesionales de la salud e investigadores. Así como para el diagnóstico y
tratamiento de patologías.
Existen dos principales mapas aceptados actualmente en la profesión médica. El
primero es el mapa de Keegan y Garret de 1948. Mientras que el segundo es el mapa
Foerster de 1933. Este último es el más utilizado.
¿Qué es un dermatoma?
¿Alguna vez te has preguntado por qué el dolor de espalda da lugar a
sensaciones de hormigueo en las piernas? ¿O por qué los calambres en el cuello hacen
que sientas los dedos entumecidos?
Esto parece ser porque hay un vínculo entre las sensaciones y las
irregularidades en la superficie de la piel con las raíces nerviosas concretas que parten
de la columna vertebral. Por lo tanto, cada región que es inervada por cada una de
estas raíces nerviosas se denomina dermatoma.
“Dermatoma” se divide en “dermat”, que significa “piel”, y “oma” que quiere decir
“masa”. Tenemos 29 dermatomas en el cuerpo humano. Estos nervios están
relacionados entre sí, ya que se originaron de los mismos grupos somitas durante el
desarrollo embrionario. Las somitas son estructuras formadas a los lados del tubo
neural durante la cuarta semana del desarrollo humano.
Por ejemplo, las fibras nerviosas de la superficie de la piel que cubre parte de las
piernas y el pie, conforman un dermatoma que proviene de una raíz nerviosa de la zona
lumbar.
Los dermatomas no deben confundirse con los miotomas. Los miotomas, por el
contrario, son los que inervan los músculos esqueléticos de un mismo grupo somita.
Tipos
Los dermatomas, al igual que la columna vertebral, se diferencian en cuatro
secciones: cervical, torácica, lumbar y sacra. Cada dermatoma se clasifica según el
nervio espinal que lo inerva. Es decir, el séptimo nervio cervical inervaría el dermatoma
C7.
Ese dermatoma daría sensibilidad a la piel del hombro, algunas partes del brazo
y los dedos índice y anular.
Dermatomas cervicales
Inervan la piel de la nuca, el cuello, la espalda, los brazos y las manos.
Dermatomas torácicos
Estos cubren la piel de la parte interior del brazo, del pecho, abdomen y la zona
media de la espalda.
Dermatomas lumbares
Inervan la piel que se encuentra en la parte baja de la espalda, la zona frontal de
las piernas, los muslos exteriores y la parte superior e inferior de los pies.
Dermatomas sacros
Estos cubren la piel de zonas genitales y anales, la parte posterior de las piernas,
la parte trasera de los muslos y las pantorrillas, además del borde externo de los pies.
Sin embargo, es importante mencionar que los dermatomas se han descubierto
en los últimos años por observaciones clínicas y son solo una guía. Cada persona
puede presentar variaciones ligeras en los límites de los dermatomas.
Significado clínico
Es importante conocer cómo funcionan los dermatomas en el ámbito clínico para
localizar lesiones en los nervios o en la médula espinal.
Si ciertos síntomas se sitúan a lo largo del área asociada a un dermatoma (dolor,
irritación cutánea, erupciones…) puede deberse a algo relacionado con raíz nerviosa.
Por ejemplo, una hernia de disco que comprima la raíz nerviosa L5 da lugar a dolor y
hormigueo en la parte inferior de la pierna y el pie.
Los dermatomas son útiles para establecer un diagnóstico y tratamiento de
diferentes condiciones. Las principales son las enfermedades virales, la radiculopatía y
lesiones de la médula espinal.
Enfermedades virales
Existen ciertas enfermedades virales que se localizan en dermatomas
específicos, como el herpes zóster. Este virus se encuentra latente en la médula espinal
y cuando se manifiesta se mueve a través del nervio espinal provocando una erupción
dolorosa en la piel que se vincula con ese nervio.
La erupción del herpes zóster suele limitarse a un dermatoma específico como
en el pecho, la pierna o el brazo. Normalmente aparece en años e incluso décadas
después de la recuperación de la varicela.
Radiculopatía
Esta condición consiste en el dolor causado por daños en la raíz de cualquier
nervio. También puede provocar una pérdida o reducción de la función sensitiva. Las
regiones afectadas más comunes son L5 y S1, y menos habitualmente la C6 y la C7.
El dolor aumenta cuando nos ponemos en posiciones en las que las raíces de los
nervios se estiran. Puede ser cervical o lumbar según donde se encuentre el dolor.
Lesiones en la médula espinal
Cuando hay lesiones en la médula espinal, el profesional sanitario buscará el
dermatoma afectado. Para ello, comenzará por la parte de la piel la que el paciente ha
notado cambios. La recorrerá con un alfiler o un tenedor a ambos lados del cuerpo
hasta llegar a la sensación normal.
También puede comprobar si capta la vibración a lo largo de las vértebras. Por lo
general, el nivel sensorial se encuentra dos o tres niveles por debajo de la lesión.
Miotomas
Un miotoma es aquella porción de músculo esquelético inervado por un
nivel medular espinal único o, en un lado, por un solo nervio espinal. Los
miotomas son generalmente más difíciles de valorar que los dermatomas, porque
cada músculo esquelético del cuerpo suele estar inervado por nervios derivados
de más de un nivel medular espinal.
Los nervios motores somáticos que se encontraban originariamente asociados
con un somita determinado salen de la región anterior de la médula espinal y,
conjuntamente con los nervios sensitivos del mismo nivel, se convierten en parte de un
nervio raquídeo. Por tanto, cada nervio espinal lleva fibras motoras somáticas a los
músculos que se desarrollaron originalmente a partir del somita relacionado.
El análisis de los movimientos en articulaciones sucesivas puede ayudar a
localizar lesiones en nervios específicos o en un nivel de la médula espinal
determinado. Por ejemplo: Los músculos que mueven la articulación del hombro están
inervados principalmente por nervios raquídeos de los niveles medulares espinales C5 y
C6. Los músculos que mueven el codo están inervados principalmente por nervios
espinales de los niveles medulares C6 y C7. Los músculos de la mano están inervados
principalmente por nervios raquídeos de los niveles medulares C8 y T1.

Distribución de los dermatomas


Hay 31 segmentos de la médula espinal, cada uno con un par (derecho e
izquierdo) de ventral (anterior) y función de las raíces de nervio dorsal (posterior) que
inervan motora y sensorial, respectivamente. Las raíces nerviosas anteriores y
posteriores se combinan en cada lado para formar los nervios espinales que salen del
canal vertebral a través de los agujeros intervertebrales o neuroforamina.
Los segmentos de la columna vertebral en cada lado dan lugar a 31 nervios
espinales, que se componen de 8 cervicales, 12 torácicos, 5 lumbares, 5 sacros y 1
cocigeo del nervio espinal.
Los dermatomas existen para cada uno de estos nervios espinales, excepto el
primer nervio espinal cervical.
La información sensorial de un dermatoma específico se transmite por las fibras
nerviosas sensoriales del nervio espinal de un segmento específico de la médula
espinal. Las raíces de nervio C1-C7 emergen sobre sus respectivas vértebras; la raíz de
nervio C8 sale entre las vértebras C7 y T1. Las restantes raíces nerviosas emergen
debajo de su vértebra correspondiente.
En el tórax y el abdomen, los dermatomas son segmentos espaciados
uniformemente apilados para arriba encima de la otra, y cada uno proviene de un nervio
espinal diferente.
Los dermatomas a lo largo de los brazos y las piernas difieren del patrón de los
dermatomas del tronco, porque corren longitudinalmente a lo largo de las extremidades.
El patrón general es similar en todas las personas, pero variaciones significativas
existen en mapas de dermatoma de persona a persona.

Mapa de los dermatomas


Los mapas de dermatomas muestran la distribución sensorial para cada nivel.
Estos mapas difieren un tanto según los métodos utilizados en su construcción. Los
gráficos están basados en la inyección de anestésicos locales en los ganglios de raíz
dorsal y solo muestran bandas de hipolgesia que continua longitudinalmente desde la
periferia a la columna vertebral.
La mayoría de las áreas de la piel son inervadas por 2 o más raíces nerviosas
espinales, que pueden ser la razón de la variabilidad entre individuos. Otras
posibilidades de esta variabilidad podrían deberse a anastomosis intersegmentales
intratecal de las raíces espinales dorsales, permitiendo que las neuronas sensoriales de
un ganglio de la raíz dorsal ingresen a la médula espinal a un nivel diferente.
Dermatomas clínicamente importantes
Extremidad superior
C6 pulgar C7 dedo medio C8 meñique
T1 antebrazo interno T2 brazo interior superior
Extremidad inferior
L3 rodilla L4 maléolo Medial L5 dorso del
pie
L5 dedos 1-3 S1 -dedos 4 y 5 /maléolo lateral

C2/C3 Posterior de cabeza y cuello


T4 pezón
T10 ombligo

Distribución de los Miotomas


La mayoría de los músculos de los miembros superiores e inferiores
reciben inervación de más de una raíz nerviosa espinal. Por lo tanto, están
compuestos de múltiples miotomas. Por ejemplo, el músculo bíceps braquial realiza
flexión en el codo. Es inervada por el nervio musculocutáneo, que se deriva de las
raíces nerviosas C5, C6 y C7. Se puede decir que las tres raíces nerviosas espinales se
asocian con la flexión del codo.
La lista a continuación detalla qué movimiento está más fuertemente asociado
con cada miotoma:
C5 – Flexión del codo
C6 – Extensión de la muñeca
C7 – Extensión del codo
C8 – Flexión del dedo
T1 – Abducción de los dedos
L2 – Flexión de cadera
L3 – Extensión de la rodilla
L4 – Dorsiflexión del tobillo
L5 – Extensión del dedo del pie
S1 – Flexión plantar del tobillo
Relevancia clínica de los miotomas
En la evaluación de una lesión de médula espinal el medico puede probar la
función del miotoma. Esto puede ayudar a determinar si hay daño de la médula espinal,
y donde está localizado el daño.
Los miotomas se prueban en términos de potencia y se clasifican 1-5:
0 – parálisis total.
1 – contracción palpable o visible.
2 – movimiento activo, rango completo de movimiento (ROM) con gravedad
eliminada.
3 – movimiento activo, ROM completa contra la gravedad.
4 – movimiento activo, ROM completa contra la gravedad y resistencia moderada
en una posición específica del músculo.
5 – movimiento normal (normal), ROM completa contra la gravedad y resistencia
completa en una posición específica del músculo que se espera de una persona que de
otro modo no sufriera lesiones.

Lesiones de raíces nerviosas y de nervios periféricos


os trastornos de las raíces nerviosas producen déficits radiculares
segmentarios (p. ej., dolor o parestesias en una distribución dermatómica,
debilidad de los músculos inervados por la raíz). El diagnóstico puede requerir
estudios de neuroimágenes, pruebas electrodiagnósticas y pruebas sistémicas
para descartar trastornos subyacentes. El tratamiento depende de la causa, pero
incluye alivio sintomático con AINE, otros analgésicos y corticosteroides.
(Véase también Revisión sobre trastornos del sistema nervioso periférico).
Los trastornos de las raíces nerviosas (radiculopatías) son precipitados por la
presión aguda o crónica sobre una raíz nerviosa o adyacente a la columna vertebral
(ver figura Nervio espinal.).
Nervio espinal.

Etiología
La causa más común es
 Una hernia de un disco vertebral
Los cambios óseos debidos a artritis reumatoidea o a osteoartritis, especialmente
en las áreas cervical y lumbar, también pueden comprimir las raíces nerviosas aisladas.
Con menos frecuencia, la meningitis carcinomatosa produce una disfunción focal
de múltiples raíces. Pocas veces, las lesiones ocupantes de espacio espinales (p. ej.,
los abscesos y tumores epidurales, los meningiomas espinales, los neurofibromas)
pueden manifestarse con síntomas radiculares en lugar de los habituales síntomas de la
disfunción de la médula espinal.
La diabetes puede provocar una radiculopatía dolorosa torácica de la extremidad
al causar isquemia de la raíz nerviosa.
Los trastornos infecciosos, como los debidos a micobacterias (p. ej., TBC),
hongos (p. ej., histoplasmosis) o espiroquetas (p. ej., enfermedad de Lyme, sífilis), a
veces afectan las raíces nerviosas. La infección por herpes zóster suele provocar una
radiculopatía dolorosa con pérdida sensitiva en los dermatomas y erupción
característica, pero puede causar una radiculopatía motora con debilidad segmentaria y
pérdida de reflejos. La polirradiculitis inducida por citomegalovirus es una complicación
del sida.
Signos y síntomas
Las radiculopatías tienden a causar síndromes radiculares característicos del
dolor y déficits neurológicos segmentarios basados en el nivel medular de la raíz
afectada (ver Síntomas frecuentes de las radiculopatías según el nivel medular). Los
músculos inervados por la raíz motora afectada se vuelven débiles o atróficos; también
pueden estar flácidos y con fasciculaciones. La afectación de las raíces sensitivas
produce deterioro sensitivo en la distribución de un dermatoma. Los reflejos
osteotendinosos segmentarios correspondientes pueden estar disminuidos o ausentes.
Los dolores similares a golpes eléctricos pueden irradiar a lo largo de la distribución de
las raíces nerviosas afectadas.
Síntomas frecuentes de las radiculopatías según el nivel medular

Nivel Síntomas

C6 Dolor en el borde del trapecio y en la punta del hombro, que a


menudo irradia hasta el pulgar, con parestesias y compromiso sensitivo
en las mismas áreas
Debilidad del bíceps
Disminución de los reflejos bicipital y braquiorradial
C7 Dolor en la escápula y la axila, que irradia hacia el dedo medio
Debilidad del tríceps
Disminución del reflejo tricipital
T Disestesias en banda alrededor del tórax
(cualquiera)
L5 Dolor en las nalgas, en la parte posterolateral del muslo, la
pantorrilla y el pie
Caída del pie con debilidad de los músculos tibial anterior, tibial
posterior y peróneo
Pérdida sensitiva sobre la cara anterior de la pantorrilla y la parte
dorsal del pie
S1 Dolor a lo largo de la cara posterior de la pierna y de la nalga
Debilidad del músculo gastrocnemio medial con deterioro de la
flexión plantar del tobillo
Pérdida del reflejo del tobillo
Pérdida sensitiva sobre la parte lateral del tobillo y el pie
El dolor puede estar exacerbado por los movimientos que transmiten presión a la
raíz nerviosa a través del espacio subaracnoideo (p. ej., mover la columna vertebral,
toser, estornudar, hacer la maniobra de Valsalva).
Las lesiones de la cola de caballo, que afectan múltiples raíces lumbares y
sacras, producen síntomas radiculares en ambas piernas y pueden deteriorar la función
del esfínter y sexual.
Los hallazgos que indican compresión de la médula espinal son los siguientes:
 Un nivel sensitivo (un cambio brusco en la sensibilidad por debajo de una línea
horizontal a través de la columna vertebral)
 Paraparesia o cuadriparesia flácida
 Alteraciones de los reflejos por debajo del sitio de la compresión
 Hiporreflexia de aparición temprana seguida más tarde por hiperreflexia
 Disfunción de los esfínteres
Diagnóstico
 Estudios de neuroimágenes
 A veces, pruebas electrodiagnósticas
Los síntomas radiculares requieren RM o TC de la región afectada. La
mielografía es necesaria sólo si la RM está contraindicada (p. ej., a causa de un
marcapasos implantado o de la presencia de otros metales) y la TC no es concluyente.
El área de la imagen depende de los signos y síntomas; si el nivel es poco claro, deben
realizarse pruebas electrodiagnósticas para localizar la raíz afectada, pero estos
estudios no pueden identificar la causa.
Si las imágenes no detectan una alteración anatómica, se realiza un análisis de
LCR para controlar causas infecciosas e inflamatorias y se mide la glucemia en ayunas
para controlar la diabetes.
Tratamiento
 Tratamiento de la causa y del dolor
Se tratan las causas específicas.
El dolor agudo requiere analgésicos apropiados (p. ej., paracetamol, AINE, a
veces opiáceos). Los AINE son particularmente útiles para los trastornos que incluyen
inflamación. Los relajantes musculares, los sedantes y los tratamientos tópicos pocas
veces brindan un beneficio adicional. Si los síntomas no se alivian con analgésicos no
opiáceos, los corticosteroides se pueden dar por vía sistémica o como una inyección
epidural; sin embargo, la analgesia tiende a ser leve y transitoria. Se puede dar
metilprednisolona, cuya dosis se reduce durante 6 días, comenzando con 24 mg VO
diarios y con descensos de a 4 mg al día.
El manejo del dolor crónico puede ser difícil; el paracetamol y los AINE a menudo
son solo parcialmente eficaces y el uso crónico de AINE tiene riesgos sustanciales. Los
opiáceos tienen un riesgo alto de adicción. Los antidepresivos tricíclicos y los
anticonvulsivos pueden ser eficaces, al igual que la fisioterapia y la consulta con un
asistente de atención de la salud. Para algunos pacientes, pueden intentarse los
tratamientos médicos alternativos (p. ej., electroestimulación transdérmica de los
nervios, manipulación espinal, acupuntura, hierbas medicinales) si todos los otros
tratamientos son ineficaces.

Lesiones de nervios periféricos


Descripción general
Los nervios periféricos unen el cerebro y la médula espinal con el resto del
cuerpo. Los nervios periféricos son frágiles y se lesionan fácilmente.
Una lesión nerviosa puede afectar la capacidad del cerebro de comunicarse con
los músculos y los órganos. El daño en los nervios periféricos se llama «neuropatía
periférica».
El estiramiento o la presión de un nervio pueden provocar una lesión. Los nervios
también pueden dañarse debido a otras enfermedades que los afectan, como la
diabetes o el síndrome de Guillain-Barre.
En el síndrome del túnel carpiano, la presión en el nervio mediano de la muñeca
causa daños. Otro motivo es que los nervios se aplasten, corten o dañen en un
accidente, por ejemplo, una lesión deportiva o un choque automovilístico.
Las lesiones en los nervios periféricos pueden ser leves o graves. Los nervios
están compuestos por fibras llamadas «axones» que están rodeadas de tejidos que
actúan como aislantes.
Algunas veces, en una lesión en los nervios periféricos, se dañan las fibras o el
aislante. Lo más probable es que estas lesiones se curen.
En los casos más graves de las lesiones en los nervios periféricos, se dañan
tanto las fibras como el aislante, por lo que el nervio puede cortarse por completo. Estos
tipos de lesiones son muy difíciles de tratar y quizás la recuperación no sea posible.
Por ejemplo, si sientes hormigueo o entumecimiento en la pierna, el brazo, el
hombro o la mano, o sientes más debilitadas esas partes del cuerpo, es posible que te
hayas lesionado uno o más nervios en un accidente. También es posible que sientas
síntomas similares si un nervio está comprimido a causa de factores, como un conducto
estrecho, un tumor u otras enfermedades.
Las lesiones graves en los nervios periféricos pueden causar la pérdida total de
sensibilidad en la zona donde el nervio está dañado.
Es importante recibir atención médica lo antes posible en caso de lesión en un
nervio periférico porque algunas veces los tejidos nerviosos pueden repararse. En
algunos casos, el diagnóstico y tratamiento tempranos pueden prevenir las
complicaciones y lesiones permanentes.

Diagnóstico
El médico revisará tu historia clínica, preguntará sobre accidentes o cirugías
previas y hablará contigo sobre los síntomas. El médico también te hará exámenes
físicos y neurológicos. Si el examen neurológico muestra signos de una lesión nerviosa,
el médico puede recomendarte pruebas de diagnóstico, entre ellas:
 Electromiografía. En una electromiografía, un electrodo de aguja delgada se
inserta dentro del músculo para registrar la actividad eléctrica del músculo
relajado y en movimiento. La actividad reducida del músculo puede indicar
lesiones nerviosas.
 Estudio de conducción nerviosa. Los electrodos ubicados en dos puntos
diferentes del cuerpo miden la manera en la que las señales eléctricas pasan a
través de los nervios.
 Resonancia magnética (RM). La resonancia magnética utiliza imanes potentes
y ondas de radio para producir imágenes detalladas de los nervios que puedan
estar lesionados y de la zona afectada.
Tratamiento
Si el nervio está lesionado, pero no se ha dividido en dos, tu equipo de
tratamiento evaluará si se está curando.
 Si se está curando correctamente, quizás no necesites una reparación quirúrgica.
Es posible que debas dejar descansar la zona afectada hasta que se cure. Los
nervios se recuperan de manera lenta, y la recuperación total puede tardar varios
meses o años.
 Será necesario que te realices controles regulares para asegurarte de que la
recuperación continúe hasta su máximo potencial.
 Si tu trastorno se debe a otra enfermedad, tu médico tratará el trastorno oculto.
 Según el tipo y la gravedad de la lesión nerviosa, puedes necesitar medicación,
como aspirina o ibuprofeno (Advil, Motrin IB u otros) para aliviar el dolor. En
algunos casos, es posible que necesites inyecciones de corticoesteroides para
aliviar el dolor.
 Tu médico puede recomendarte fisioterapia para evitar la rigidez y recuperar las
funciones.
Cirugía

Injerto de nervio periférico


Transferencia de nervio
Si uno de los nervios periféricos no logra sanar correctamente, el cirujano puede
utilizar un análisis por electromiografía en el quirófano para evaluar si los nervios con
cicatrices se están recuperando. Realizar un análisis por electromiografía directamente
sobre el nervio es más preciso y confiable que realizarlo sobre la piel.
A veces, una sección del nervio se corta por completo o tiene daños irreparables.
El cirujano puede extraer la sección dañada y volver a conectar las terminaciones
nerviosas en buen estado (reparación nerviosa) o implantar un fragmento de nervio de
otra parte del cuerpo (injerto de nervio). Estos procedimientos pueden ayudar a que los
nervios vuelvan a crecer.
A veces, los cirujanos pueden tomar otro nervio en funcionamiento para hacer
que un nervio lesionado funcione (transferencia de nervio).
Si tienes una lesión nerviosa particularmente grave o alguna lesión que no has
tratado por mucho tiempo, el médico puede recomendarte la cirugía para restablecer el
funcionamiento de músculos fundamentales a través de una transferencia de los
tendones de un músculo a otro.
Restauración del funcionamiento
Varios tratamientos pueden ayudar a restaurar el funcionamiento de los
músculos afectados.
 Soportes ortopédicos o férulas. Estos dispositivos ayudan a mantener en la
posición adecuada la extremidad, los dedos, la mano o el pie que se vean
afectados, para mejorar el funcionamiento de los músculos.
 Estimulador eléctrico. Los estimuladores pueden activar el músculo que
funciona con un nervio lesionado mientras vuelve a crecer el nervio. Sin
embargo, es posible que este tratamiento no sea efectivo para todas las
personas. El médico hablará contigo acerca de la estimulación eléctrica si esta
es una opción.
 Fisioterapia y terapia ocupacional. La terapia implica realizar movimientos
específicos o ejercicios que mantengan activos a los músculos y las
articulaciones afectados. La fisioterapia puede prevenir la rigidez y ayudar a
restaurar tanto el funcionamiento como la sensibilidad.
 Ejercicio. El ejercicio ayuda a mejorar la fuerza de los músculos, conserva la
amplitud de movimiento y disminuye los calambres musculares.

También podría gustarte