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Desfloración (lesiones genitales)

Cambio impreso en los genitales femeninos a consecuencia del primer acto sexual, que
consiste en la ruptura del himen.

En condiciones normales el coito realizado por una pareja joven o adulta, en acto
consentido y sin brusquedad o violencia, la desfloración no debe acompañarse de otra
lesión. Pero si existe desproporción entre la vulva y vagina femenina y el pene de
hombre, el coito causará graves daños, como sucede en coitos con niñas menores de 8
años, donde además de la desfloración, se producirán desgarraduras vulvares y
perineales (cuanto menor sea la niña violada, la gravedad será mayor).

Según el tiempo de producida la desfloración y las condiciones en que se encuentra el


himen se hacen estas distinciones

Desfloración reciente: los bordes de los desgarros aún no están cicatrizados, habiéndose
producido hace 15 ó 20 días cuanto más.
Desfloración recentísima: producida en los tres días siguientes.
Desfloración no reciente o antigua: data de más de 15 ó 20 días. Ya ha comenzado a
cicatrizar, pero esta cicatrización no se efectúa como en las heridas cutáneas por
confrontación de las superficies seccionadas, sino que en los colgajos que resultan del
desgarro surge una fina mucosa rosada sin confrontarse los bordes, por lo que esta
cicatrización no reconstituye el himen desgarrado.
Características del himen

Membrana formada por un repliegue de la mucosa vulvar situada en la entrada de la


vagina. Entre las dos hojas mucosas hay una capa fibroelástica, generalmente con
escasos y pequeños vasos sanguíneos, aunque en ocasiones su vascularización es
grande, por lo que a veces la desfloración va acompañada de gran hemorragia.
Signos y consecuencias de la desfloración.

Aun cuando ya hemos dicho que el principal atributo de la virginidad es la integridad


del himen, el hecho de que una mujer tenga su himen intacto, no desgarrado, no
significa que no haya tenido nunca relaciones carnales, porque ciertas formas de
hímenes permiten practicar la cópula sin desgarramiento: el himen lobulado, por
ejemplo, permite a una joven de más de diez y seis años realizar el coito sin dejar
huellas, pues las muescas naturales y congénitas que tiene, permiten la introducción de
objetos voluminosos en la vagina, empujando hacia atrás los lóbulos y las muescas, sin
desgarramiento de la membrana.

Otras veces la gran elasticidad de la membrana y el tamaño de su orificio central,


permiten introducir el pene por dicho orificio sin ruptura del himen.
Por consiguiente, cuando una mujer ostenta la integridad de su membrana himenal, en
los casos en que la forma y elasticidad del himen hayan podido permitir una o más
cópulas. el médico-legista no debe afirmar que es virgen, sino manifestar que la mujer
presenta todos los atributos de la virginidad (si son concordantes todas las demás carac-
terísticas de la virginidad) y que no está demostrado que haya tenido relaciones
sexuales.
En cambio, si una mujer afirma haber sido violada, hasta repetidamente, y aun cuando
estuviere embarazada, en presencia de un himen intacto de consistencia firme, poco
elástico, y con un orificio muy pequeño, debe afirmarse que esa mujer no ha podido
practicar un coito completo.
Conviene manifestar así mismo que el himen puede haber sido desgarrado por causa
diferente a la de una práctica copulatoria (caída de un caballo sobre un cuerpo agudo,
caída en el agua con las piernas abierras, desfloración por el culpable con los dedos o un
cuerpo extraño).
Pero fuera de las anotadas circunstancias excepcionales, la regla que en el primer coito
completo (que no siempre coincide con la primera tentativa), el pene produce el
desgarramiento del himen, o sea, su desfloración.
Al examen, poco tiempo después del coito, se observará en el himen la existencia de
desgarros en forma de muescas irregularmente " apuestas, cuyos bordes están ulcerados
y faltos de revestimiento mucoso; lesiones estas últimas que permiten diferenciar
netamente esas muescas traumáticas producidas por el pene, de las muescas naturales de
los hímenes lobulados, cuyas características ya hemos citado.
En caso de desfloración, en el himen anular suelen producirse de cuatro a cinco
desgarros radiados. En el himen semilunar, el número de colgajos es variable.
En todo caso, después del desgarramiento, los colgajos resultantes permanecen en un
mismo plano; y el himen conserva, salvo los desgarros, la misma configuración que
tenía antes de la desfloración.
Durante los tres o cuatro días subsiguientes, se efectúa la cicatrización de los desgarros,
pero las superficies ulceradas de los bordes no se sueldan entre sí, sino que se cubren de
una mucosa, que es muy, difícil diferenciar de la inmediata,
La cicatrización puede completarse al cabo de 5, 8 ó 15 días. La infección blenorrágica
retarda el proceso.
Excepcionalmente se verifica la reunión de los colgajos del himen, y éste tendría el
aspecto del himen virginal, si no existiera una cicatriz blanca destacándose en la línea
de la soldadura, sobre el fondo rosado de la mucosa de la membrana. "
En el momento de desgarrarse el himen, se produce una pequeña hemorragia, que en
ciertos casos pasa inadvertida.
Después de muchos coitos, los colgajos del himen, frecuentemente separados entre sí y
comprimidos por el pene contra la pared de la vagina, se atrofian progresivamente.
Con el primer parto los colgajos así atrofiados, se acaban de desgarrar en numerosos
fragmentos, no quedando después de la cicatrización sino mínimos vestigios,
consistentes en crestas mucosas, denominada "carúnculas mirtiformes".
En los hímenes septum o en puente, después de la desfloración se observan los restos de
la brida membranosa, bajo la forma de dos tiras que flotan por delante de la entrada de
la vagina.
En consecuencia, les peritos en presencia de desgarros reciente sangrantes y a veces
supurados pueden emitir con bastante precisión un juicio de desfloración reciente (15
días a lo más si no hay cicatrización). En cambio, cuando los colgajos se han unido y
cicatrizado pesar de las diferencias anotadas entre las muescas naturales y las
traumáticas, puede haber en la práctica confusión y errores y su dicta debe ser muy
cauto y reservado; incluso admitida la desfloración anterior, después de un mes no es
posible prácticamente: precisar el tiempo de la desfloración si la mucosa que cubre los
bordes desgarrados tiene el color de la mucosa normal, sobre todo si hay cicatrices
blancas lineales.
Cuando en cambio se verifica la existencia de carúncula s mirtiformes, se puede afirmar
la existencia de un parto anterior.
Se suele indicar a simple título de orientación, que las mujeres que han tenido
numerosas aproximaciones sexuales con el tiempo presentan como signos
complementarios o accesorios de su no virginidad, la flacidez y alargamiento de los
grandes labios, el alisamiento de los repliegues de la mucosa vaginal, los pechos menos
firmes y los pezones más prominentes, pero esto no tiene nada de característico para
emitir un juicio seno.
De acuerdo con Thoinot, además de la desfloración, son signos probatorios del acto
sexual: 1) las lesiones de las partes genitales (por desproporción en el tamaño de los
órganos o por brutalidad en la realización del acto); 2) el contagio venéreo; 3) la
presencia de esperma; y 4) el embarazo. Agregaríamos un quinto signo que consiste en
las lesiones extragenitales y que con Manunza hemos denominado indirectas.
Las lesiones de las partes genitales por los citados motivos se producen, especialmente
cuando la víctima es impúber. Tales lesiones varían en gravedad creciente, desde las
laceraciones vaginales hasta la desinserción del recto, siendo igualmente graves sus
consecuencias hasta el punto de poder ocasionar la muerte de la víctima, (hemorragias
irrefrenables, secuelas infectivas cuando ha sido interesado el peritoneo pélvico, etc.).
En relación con el contagio venéreo, el control de la afección sobre la víctima, mediante
los exámenes de laboratorio oportunos, permitirá establecer en estos casos los elementos
de prueba contra el imputado, que debe naturalmente, resultar afecto de la misma
enfermedad. Pero debe tenerse presente que casos de contagio de enfermedades
venéreas pueden verificarse (especialmente en las jóvenes y en las niñas de las clases
sociales más pobres) cuando duermen en la misma cama con personas adultas enfermas,
por transmisión a través de la lenceria por escasa limpieza en general. Como es sabido,
para el contagio blenorrágico el período de incubación es de tres días, término que se
debe tener en cuenta a los fines de la estimación adecuada de los tasas prácticos.
Es importante también el contagio sifilítico, cuya diagnosis se hace rutinariamente por
medio de la reacción de Wassermann y otras usuales. 1) particular importancia tiene
respecto de esta enfermedad la presencia del chancro sifilítico, por la determinación
cronológica que puede establecerse para su aparición.
La presencia de esperma en los genitales de la víctima resulta, desde luego importante
como elemento de corroboración de la cópula, aunque para que haya violación no es
preciso que haya habido eyaculación del culpable. Escaso significado, por otra parte,
tiene la comprobación de "aglutinógenos" espermáticos (14) del presunto culpable en
las manchas de la lencería, puesto que ello podría indicar sólo un simple contacto
libidinoso, no copulatorio.
Acerca del embarazo, él puede ser resultado no sólo de la cópula, sino también de una
"ejaculatio ante portam" en un atentado al pudor mayor valor tiene su apreciación en
sentido negativo, es decir, cuando la época del embarazo no concuerda con la fecha en
que la víctima; pretenda haber sido víctima del acto carnal violento.
Sobre los signos de violencia extragenital (indirectos), hemos de repetir que en las niñas
prácticamente no se observan, ya que sólo, como regla, la violencia del agresor se
localiza en sus genitales, al contrario de lo que ocurre con la mujer adulta.
En efecto, en la mujer adulta no faltan nunca otros signos físicos de violencia material,
debidos a la lucha sostenida antes de ceder. Entre estos signos prevalecen las
excoriaciones ungueales, las equimosis y a veces las mordeduras. Las equimosis y las
abrasiones cutáneas se encuentran normalmente en los brazos, en las muñecas, en las
rodillas, la proximidad de los genitales, sobre la superficie interna de los muslos por la
tentativa de separarlos, sobre las nalgas como indicio de aprehensión y aproximación.
Algunas veces, excoriaciones y aun equimosis se encuentran también en el cuello y
sobre la boca, por las maniobras tendientes a impedir los gritos de la víctima.
Cuando la lucha ha sido particularmente violenta pueden aun observarse signos más
graves, como la distorsión de los miembros y las fracturas craneales por caída.
Finalmente pueden observarse zonas cuero cabelludo desprovistas de pelos por
arrancamiento. En estos no pueden surgir dudas acerca de la resistencia de la víctima.
Diferente, es la situación en que sólo se, observan pequeñas equimosis y lesiones muy
leves, que pueden haber sido producto de autolesión de la falsa víctima para preparar
una prueba de supuesta lucha.
En definitiva, debe tenerse muy presente la naturaleza, extensión y ubicación de los
signos de violencia, que pueden incluso extenderse hasta las mamas y el perineo.
Es preciso agregar que los juicios seguros en materia de evaluación de las huellas de
violencia, sólo pueden emitirse inmediatamente después del hecho o a distancia de muy
pocos días de ocurrido.
No debe perderse de vista la posibilidad de un atentado cometido por un sádico, caso en
el cual pueden observarse heridas más o menos graves inferidas con armas sobre el
cuerpo o específicamente sobre los genitales.
En el acto del examen médico en los casos de violación y estupro la mirada del perito
rebasa su función, no sólo reconoce los genitales de la víctima y los golpes que
comprobarían el acto forzado, las sinuosidades del cuerpo, la mirada y hasta la higiene
son objeto de valoración. Se revela así una gama amplia de calificativos, donde el
imaginario y las subjetividades se expresan a través de palabras que rebasan la
descripción técnica. La comprobación del hecho se enfrenta con un conjunto de
dificultades, pues no es solo necesario que se produzca la introducción del pene en la
vagina, sino también que existan evidencias de la presencia del semen del agresor.
Semen y sangre aparecen como la pareja que entorna las faltas al pudor, ambos fluidos
son ponderados con criterios diferentes, la presencia del primero es obligada para
comprobar el crimen, se duda de la procedencia de la segunda. El futuro de la víctima se
encuentra en manos de los peritos y la posible defensa se construye a través de las
estrategias sociales para la recuperación del honor. En casos de mujeres que llevan una
vida marital rara vez recurre al experto, se revela así que la virginidad es la única que
merece ser considerada para “la reparación del honor”.
En la desfloración se produce normalmente cierto desgarro, lo cual se manifiesta por
cierto dolor y sangramiento. Este signo (hemorragia) y aquel síntoma (dolor) son
generalmente discretos pero pueden tener variaciones desde el punto de vista
cuantitativo y cualitativo.

Variantes morfológicas del himen:

Himen anular: la membrana presenta un orificio generalmente central. Ocasionalmente


puede ser excéntrico.
Semilunar: la membrana presenta un orificio cuyo borde superior es de forma convexa y
el inferior tiene forma cóncava.
Bilabiado: presenta una hendidura supero-inferior vertical que constituye el orificio
himeneal.
Cribiforme: la membrana presenta múltiples orificios homogéneos.
Con puente o brida: el orificio vulvo-vaginal se encuentra atravesado por una banda de
tejido himeneal.
Biperforado: se observan dos orificios himeneales, generalmente simétricos.
En carena: el himen es de consistencia dura, cartilaginosa.
Imperforado: la membrana no contiene ningún orificio.
Agenesia del himen: hay ausencia de la membrana himeneal.
1Complaciente: himen muy elástico, con orificio himeneal amplio, que permite el paso
del pene o del tacto bidigital sin producirse ningún desgarro ni molestia.

Diversos tipos de Violación.

En un sentido general, la violación como grave atentado a la libertad sexual y al pudor


inherente a la persona humana, consistiría en la realización del coito sobre una mujer,
sin su consentimiento. Estando sujeta a penas agravadas por exponer al embarazo a la
ofendida.
De acuerdo con nuestro Derecho Sustantivo Penal (Artículo 375), podríamos definirla
como cópula practicada en personas de uno u otro sexo (comprendido por eso el coito
sodomítico) contra su voluntad o sin su consentimiento.
En efecto, conforme al citado artículo cuando se emplean violencias o amenazas para
constreñir al acto carnal, se obra contra la voluntad del ofendido. Y en las demás
circunstancias de violencia presunta determinadas en la segunda parte del artículo
(menor de doce años; o que" no haya cumplido diez y seis si el culpable es un
ascendiente, tutor, o institutor; detenido o condenado, confiado a la custodia del
culpable persona que no estuviere en capacidad de resistir por causa de enfermedad
física o mental, o por otro motivo independiente de la voluntad ", del culpable o por
consecuencia del empleo de medios fraudulentos o sustancias narcóticas o excitantes) se
actúa' sin el consentimiento del agraviado.
La agravación de la pena para este delito, en relación con los de atentado al pudor
strictu sensu y ultraje público al pudor, se explica por el alcance de la ofensa, la mayor
que se puede inferir a una persona contra su libertad sexual y su pudor.
Violación presunta
o Aún cuando el acceso carnal se realiza con el consentimiento de la víctima es
considerado un hecho punible si al momento del delito la víctima:
o -no tuviese doce años de edad
o -o que no haya cumplido dieciseis años, si el culpable es un ascendiente, tutor o
institutor
o -o que hallándose detenida o condenada, haya sido confinada a la custodia del
culpable.
o -o que no estuviere en capacidad de resistir por causa de enfermedad física y mental;
por otro motivo independiente de la voluntad del culpable o por consecuencia del
empleo de medidas fraudulentas o sustancias narcóticas o excitantes de que éste se haya
valido.
Violación anal
o En este tipo de violación es importante determinar si hay signos de violencia
reciente o si la víctima tiene coito anal habitual.
o En caso de haber violencia, el ano presenta las siguientes características:
o -desgarro triangular
o -desgarro de algunos pliegues anales
o -desgarros rectoperineales
o -hemorragias en las paredes del ano y del perineo

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