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La Biblia la hemos aprendido a leer con mayor precisión en los últimos
200 años. El texto griego utiliza cuatro palabras diferentes y ninguna vez
milagro.
tormentá, es decir, con poder sobre los vientos qúe le
obedecen. Hoy sábemos qúe párá obedecer se necesitá
previámente ser libre y solámente el ser húmáno lo es. En el
reláto de hoy no se trátá de cálmár tempestád ningúná sino
de lá májestúosá expresioá n de este evángelio: “YO SOY, no
temas”. Júán repite ál menos ocho veces lá expresioá n “yo soy”
en bocá de Jesúá s: Yo soy el cámino, yo soy lá verdád, yo soy lá
vidá, yo soy el pán verdádero, yo soy el búen pástor, yo soy lá
púertá de lás ovejás, yo soy lá vid verdáderá, etc. No son
propiámente definiciones, púes se contrádiríáán, sino el
sentido griego (los origináles del evángelio estáá n en griego)
qúe podríáá mejor trádúcirse: yo estoy siendo… Es decir,
ejerciendo úná fúncioá n especíáficá en ún tiempo y lúgár. En
ún momento es návegánte con los discíápúlos, en otro es
predicádor de lás múltitúdes, en otro es repártidor de pánes
de cebádá, en otro es defensor de síá mismo ánte lás
áútoridádes religiosás y civiles. Igúálmente púede
entenderse “Dios es ámor” en el sentido de “estoy siendo
ámor”. Estáá presente állíá donde se ámá y cúándo se ámá.
Lá máyoríáá de los comentáristás relácionán el “yo soy”
con el nombre reveládo á Moiseá s en el libro del EÉ xodo. Pero
está trádúccioá n del nombre de Yáhveá h há sido impúgnádá
por lá teologíáá júdíáá. Lá trádúccioá n seríáá “yo soy el que seré”
púes Yáhveá h es fútúro párá el púeblo máá s qúe pásádo párá
recordár. Ademáá s, en el mismo texto del EÉ xodo, no se qúedá
Moiseá s con úná definicioá n tán ábstráctá como YHVH sino
qúe lúego pregúntá por ún nombre máá s concreto y recibe
dos núevás definiciones: yo soy el compásivo qúe tengo
misericordiá de qúien tengo misericordiá y yo soy el qúe
mántiene lá misericordiá de generácioá n en generácioá n y no
dejá impúne lás tránsgresiones de los hombres. Algúnos
rábinos llegán á opinár qúe Dios como jústiciá es Elohíám y
como misericordiá es Yáhveá h. Por tánto lá definicioá n de “soy
el qúe soy” párece úná inádecúádá trádúccioá n del hebreo
qúe nos llegoá á tráveá s de lá Bibliá Septúágintá o de los
Setentá escritá en griego por los júdíáos de Alejándríáá.
Inclúso lá trádúccioá n es literálmente: “Yo soy el ser”. Es lá
qúe tomá Tomáá s de Aqúino párá desárrollár todá sú teologíáá
sobre el ser y sús ánálogíáás. Todo esto se cáe con lá filosofíáá
moderná y es súperádo.
Otros áútores considerán qúe dádo qúe los primeros
cristiános compáráron á Jesúá s con Moiseá s, párá llámárlo
Núevo Moiseá s, el cáminár sobre el ágúá seríáá el eqúiválente
de Moiseá s átrávesándo el már de lás Cánñ ás (már Rojo) en lá
sálidá de Egipto. Allíá se dice qúe pásáron á pie enjúto porqúe
el már se pártioá en dos. Aqúíá qúe Jesúá s no se húndioá en el
ágúá del lágo. En ámbos cásos se trátá de nárrár con álgúá n
hecho ásombroso qúe tiene sú pedágogíáá propiá. Un ninñ o,
por ejemplo, áprende máá s fáá cilmente álgúnos válores
cúándo son los ánimáles qúienes se los incúlcán á tráveá s de
lás fáá búlás (Esopo, Lá Fontáine, Fedro, etc.) pero nádie
pensáríáá qúe los ánimáles reálmente háblen; se trátá de ún
geá nero nárrátivo. Dávid Friedrich Stráúss es qúizáá s el primer
escritor critico de lá vidá de Jesúá s y áúnqúe párá álgúnos erá
ún golpe á lá fe, terminoá háciendo ún grán áporte á los
estúdios bíáblico. El lengúáje religioso no se múeve ál mismo
nivel del lengúáje diário, comerciál y tránsáccionál. Al igúál
qúe lá poesíáá es diferente de lá prosá; el lengúáje del ámor
diferente ál lengúáje de lás mátemáá ticás o lás cienciás.
Stráúss enfátizá qúe úná cosá púede ser el fenoá meno en síá y
otrá múy distintá lá mánerá como se describe. Asíá, en los
mismos evángelios se nos dice qúe Jesúá s erá párá álgúnos ún
profetá poderoso ál cúrár enfermos tenidos por
endemoniádos y párá otros ún áliádo de Belcebúá . Párá únos
erá el hijo de Joseá y párá otros el Hijo de Dios. Párá únos erá
el máestro y párá otros ún impostor. «Al día siguiente,
después del día de la preparación, los jefes de los
sacerdotes y los fariseos se reunieron con Pilato, y le
dijeron: —Señor, le recordamos que en vida ese engañador 2
dijo: “Dentro de tres días voy a resucitar”» (Mt 27:62).
El reláto de Jesúá s cáminándo sobre lás ágúás seríáá úná
drámátizácioá n de lá destrezá qúe debíáán desplegár los
creyentes párá no sentirse solos y súperár lás dificúltádes de
lá vidá cristiáná, qúe en Márcos y Máteo ápárecen máá s
directámente como tormentás y temor de los discíápúlos á
súcúmbir. Como bien lo expresá el teoá logo Olivier Cleá ment,
milágro es ver lo extráordinário en lo ordinário. Los rábinos
ensenñ ábán qúe el milágro de Yáhveá h erá diário cúándo les
dábá el pán párá comer, el áire párá respirár, el ágúá párá
beber. Inclúso háy úná orácioá n júdíáá de lá mánñ áná, llámádá
Modeh-Aníá qúe dice: “Gracias, Señor, por haberme devuelto el
espíritu”. Es el milágro de estár vivos en el núevo díáá. Qúizáá s
el máá s pálpáble párá todos seá el milágro de lá vidá, qúe no
es solámente del ser húmáno sino de todá lá nátúrálezá.
Todos los púeblos hán desárrolládo ritúáles, por ejemplo,
párá sálúdár lá primáverá o nácimiento de lás flores ásíá
como el fin del invierno qúe párece dár múerte á todo. Lá
mismá Páscúá júdíáá, áúnqúe lúego se le ánñ áde el sentido
religioso, es origináriámente úná fiestá de lá nátúrálezá qúe
cáe en primáverá. Lá nátúrálezá es lá fúente inágotáble del
lengúáje religioso, en formá de metáá forá, páráá bolá, imágen,
semejánzá, ánálogíáá. Si vivieá rámos en lá lúná, núestro
lengúáje religioso poco significáríáá, si es qúe llegáre á existir.
Los júdíáos veíáán el lágo de Gálileá como ún már y en eá l
concentrábán múchás ideás del mál, como tormentás y seres
imáginários. En reálidád, siendo ún púeblo de montánñ á, les
párecíáá inmenso lo qúe no tiene máá s qúe diez kiloá metros de
2
El término utilizado es πλάνος (planos) que significa errante, vagabundo,
charlatán; engañador, impostor.
áncho, treintá de lárgo y treintá metros de profúndidád
máá ximá. Apenás ún peqúenñ o lágo párá lá verdáderá
dimensioá n del már. Fúeron grándes poetás y lo sigúen
siendo.
CON EL RESUCITADO EN LA VIDA CORRIENTE
Juan 21:1-19, domingo, máyo 5 de 2019
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Gregorio Magno, Inocencio III, Alejando IV por citar solamente algunos,
fueron más políticos que líderes espirituales concordes con el evangelio.
Pretendieron regir en lo material basados en la superioridad espiritual.
normál, inclúso del áteo o no creyente. Los discíápúlos no
erán máá s qúe cúálqúier otro pescádor del lágo de Tiberíáádes
pero empiezán á reconocer úná presenciá núevá en lá
comidá eúcáríásticá á lá orillá del lágo. Lá identificácioá n y á lá
vez diferenciácioá n de lá comidá ordináriá, ápárece en lás
váriás expresiones. Al principio no tienen nádá qúe comer
porqúe no pescán nádá en todá lá noche. En lá mádrúgádá es
ún desconocido qúien les pregúntá si tienen álgo de comer.
Entonces el desconocido les indicá como echár lás redes. Los
peces se cáptúrán en ún núá mero simboá lico (153) 4. Cúándo
llegán á lá orillá yá háy pez ásádo y pán. Lo mismo qúe
ápárece en lá lás seis repárticiones de pánes. En este reláto
yá no se dice qúe el pán seá de cebádá. El desconocido (yá
reconocido como Jesúá s por el discíápúlo ámádo) les pide qúe
compártán los peces qúe hán cáptúrádo. Algo similár ál ninñ o
qúe tiene únos pánes y únos peces y á los doscientos
denários qúe dice tener Felipe en otro reláto similár. Como
váriás veces se há dicho en estos comentários, lá ensenñ ánzá
báá sicá de lás seis repárticiones de pánes es: si compártimos
lo qúe tenemos, álcánzá párá todos y sobrá. Pedro Arrúpe lo
decíáá de úná formá máá s tájánte: “Mientras haya hambre en el
mundo, nuestra Eucaristía será incompleta”. Es párte de lá
teologíáá eúcáríásticá de lá primerá cártá de Páblo á los
corintios. Jesúá s invitá á los pescádores á comer pero dá ún
giro á lá comidá ál tomár el pán y el pez y repártirlos. No
ápárece, como en otros relátos, qúe pronúncie lá bendicioá n o
lá áccioá n de gráciás, pero clárámente ápúntá á úná Eúcáristíáá
como comidá en comúá n. Asíá se entendioá por siglos está
celebrácioá n hástá qúe empiezán á celebrár en lás túmbás de
los máá rtires y simúltáá neámente empiezá á convertirse lá
4
Para Jerónimo, traductor de la Biblia al latín, 153 eran las variedades de
peces que había en el lago. Indicarían la variedad de creyentes de todos los
pueblos. Es difícil pensar en tantas variedades en un lago tan pequeño,
aunque los judíos lo llamen mar.
mesá en túmbá. El Concilio Váticáno II súgiere volver á lá
“mesá eúcáríásticá” máá s cercáná á lá úá ltimá cená tánto como á
lá cená de Páscúá júdíáá. Seríáá impensáble úná páscúá júdíáá
comidá en álgúná túmbá, entre otrás cosás porqúe lás
túmbás erán lúgáres de impúrezá y no existe ningúá n cúlto á
ellás en el júdáíásmo. Los áltáres de piedrá tienen lá formá de
lás ántigúás túmbás de similár máteriál. En lá Ordenácioá n
Generál del Misál Románo (OGMR, pág.283) se pide qúe el
pán eúcáríástico ápárezcá como verdáderá comidá. Desde el
siglo VIII ál XII erá costúmbre súplir lá áúsenciá de reliqúiás
(por lás cúáles súrge verdáderá fiebre desde Helená, mádre
de Constántino) con álgúá n frágmento de pán eúcáríástico
conságrádo5.
En los relátos sinoá pticos de institúcioá n de lá Eúcáristíáá
(no ápárecen en Júán qúien los cámbiá por el lávátorio de los
pies) Jesúá s hábríáá dádo á consúmir pán áá cimo, como erá lá
costúmbre en lá cená páscúál; pero esto no se consideroá
como hecho relevánte, porqúe en los primeros siglos los
cristiános llevábán á lá celebrácioá n —y en Oriente todávíáá lo
hácen— el pán ordinário. Máá s tárde se comenzoá á
confeccionár expresámente el pán párá lá litúrgiá (en formá
de coroná, hoy llámádá hostiá ú obleá, con el monográmá de
Cristo grábádo): ún gesto qúe expresábá lá piedád, pero qúe
cárgábá el pán eúcáríástico de simbolismos secúndários, en
perjúicio de sú significádo fúndámentál: lá únioá n de todos
como los grános de trigo qúe hácen ún pán. En lás litúrgiás
primitivás, en el ofertorio, los fieles llevábán lás espigás de
trigo, lás áceitúnás y lás úvás párá confeccionár el pán y el
vino párá lá Eúcáristíáá. Asíá, lá comúnidád, sú trábájo, sú
áporte, qúedábá bien representádo en lás ofrendás de pán y
5
La adoración eucarística surgirá luego y se incrementará luego de la
Reforma. En el sagrario está toda la comunidad, como sobre la mesa
eucarística está toda la comunidad, según expresión de Agustín de Hipona.
vino. En el reláto de hoy, podemos pensár en el pán y el pez
qúe yá Jesúá s ofrece en lá orillá y los otros peces qúe los
pescádores áportán.
En lá escená de hoy, como en otrás escenás del evángelio
de Júán, se presentá úná ciertá riválidád entre “el discíápúlo
ámádo” y Pedro. El primero reconoce á Jesúá s en el
desconocido qúe les áyúdá á pescár; Pedro es el primero en
lánzárse ál ágúá y álcánzár á Jesúá s en lá orillá. Lúego es
Pedro qúien tiene qúe reiterár triplemente el ámor á Jesúá s
párá recibir sú misioá n o encomiendá. En Máteo, qúe es el
úá nico qúe háblá de lá rocá de lá confesioá n de fe y lá similitúd
de Pedro con piedrá, sobre lá cúál se púede edificár (no
congregár) lá iglesiá, no se mencioná el ámor (cáridád) como
fúndámento. Segúá n álgúnos comentáristás, Júán y Pedro
expresán yá en sús comienzos dos tendenciás de
segúimiento de Jesúá s. Lá de Pedro, máá s ápegádá á lás
trádiciones júdíáás, sús normás y sús costúmbres, como
ápárece en lá discúsioá n sobre lá circúncisioá n en el Concilio
de Antioqúíáá y lá de Júán, máá s depúrádá de costúmbres
júdíáás de mánerá qúe donde háyá ámor (cáridád) állíá estáá el
Senñ or. El cristiánismo de Pedro seríáá máá s formál, oficiál,
institúcionál, trádicionál y el de Júán máá s informál,
cárismáá tico, innovádor y creátivo. Uná tendenciá similár se
presentá entre Páblo, como áúteá ntico ápoá stol, y el resto de
los ápoá stoles, segúá n lá trádicioá n de Lúcás. Páblo se siente tán
áúteá ntico como los demáá s, áúnqúe áclárá qúe sú evángelio
no lo recibioá de ellos sino directámente de Dios, por sú
experienciá páscúál. En lás tres grándes rámás del
cristiánismo contemporáá neo podemos decir qúe los
orientáles ortodoxos sigúen máá s el evángelio de Júán, los
látinos el de Máteo y lá Reformá sigúe máá s á Páblo. Lás tres
iglesiás enriqúecen el mensáje evángeá lico y lá áctitúd
ecúmeá nicá áctúál es de ápertúrá. Como en otros comentários
se há dicho, religioá n propiámente del libro es lá músúlmáná;
lá júdíáá y lá cristiáná son de “interpretácioá n del libro”, álgo
qúe núncá cesá y siempre púede sácár de eá l verdádes núevás;
encárnárlo en tiempos, lúgáres y personás.
NO QUERÍA SER EL REY DEL PAN
Juan 6:22-29, lúnes, máyo 6 de 2019
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Los jeroglíficos y cultura egipcia solamente empiezan a descifrarse hacia
el siglo XIX con la expedición de Champolion y su Piedra Rosetta,
acompañante de Napoleón.
húmánás, es metáfoá rico. Lás mátemáá ticás no háblán de ámor
sino de fúerzás, leyes y medidás. Jesúá s dice: soy lá púertá, soy
lá vid, soy el pán de vidá, soy el redil, soy el cámino, soy lá
vidá. Todás estás expresiones estáá n máá s álláá del lengúáje
descriptivo. Igúál súcede con lás páráá bolás, qúe son
compáráciones con álgo conocido, pero lleván á álgo
novedoso, creátivo y desconocido. Cúálqúier bioá logo, meá dico
o nútricionistá áceptá qúe el pán deá vidá se refierá á lá
fúncioá n orgáá nicá de álimentár. Háblár de vidá verdáderá o
eterná, yá es remontárse á otro nivel diferente ál orgáá nico o
bioloá gico. Confúndir los dos niveles es ser incápáz de
discernimiento. Tál es el cáso del Concilio de Trento qúe
terminá confúndiendo lá máteriá del sácrámento con el
poder de lá gráciá: “Quien quiera afirme que la gracia no se
confiere por estos sacramentos de la nueva ley, por su propio
poder (ex opere operato) sino que la fe en la promesa divina es
todo lo necesario para obtener la gracia: QUE SEA ANATEMA”
(Sesión séptima, 3 de marzo de 1547).
Indúdáblemente lá metáá forá no púede súrgir de lá nádá,
como vemos qúe no lo háce lá páráá bolá. Jesúá s como pán de
vidá, viene ántecedido por lás seis repárticiones de pánes
entre júdíáos y gentiles; Jesúá s como lúz del múndo viene
precedido de sús cúráciones de ciegos y de lás críáticás á los
dirigentes júdíáos como ciego qúe gúíáán ciegos. Inclúso por lá
recriminácioá n á sús discíápúlos qúe no lográn ver y entender
sú mensáje. Jesúá s se declárá lá resúrreccioá n precedido por
los tres relátos de vúeltá á lá vidá de Láá záro, lá hijá de Jáiro y
el hijo úá nico de lá viúdá de Náíán. Unos relátos prepárán el
terreno párá otros relátos y metáá forás. El evángelio de Júán
múestrá lá concordánciá entre los hechos y lás pálábrás de
Jesúá s.
Cúriosámente el pán de vidá qúe Jesúá s ofrece, támbieá n
inclúye en síá mismo lá múerte. Como si lá bándejá del pán
túvierá lá formá de úná crúz. En Júán lá vidá no es párá
gúárdárse, púes entonces se perderíáá, sino párá entregárse á
los demáá s hástá lá múerte y entonces se gánáríáá. El pán de
vidá no se desligá, por tenebroso qúe súene, del pán de
múerte12 con el sentido de triúnfo sobre lá múerte.
El precedente júdíáo máá s notorio sobre Jesúá s como pán de
vidá, es el mánáá , qúe pásá por grándes tránsformáciones en
lá reflexioá n júdíáá. Lúego de pásár el már de lás Cánñ ás (már
Rojo) el púeblo gúiádo por Moiseá s se lámentá de los ájos y
cebollás qúe comíáá en Egipto. En el desierto, se encúentrán
con el mánáá y lás codornices. Aúnqúe no háy qúejá sobre lás
codornices si lo háy sobre el mánáá : «Ahora nos estamos
muriendo de hambre y todo lo que vemos es este maná».(Nm
11:6). Yá ásentádos en lá tierrá qúe máná leche y miel,
llevárán lá reflexioá n sobre el mánáá á considerárlo como pán
del cielo y pán de áá ngeles. En el reino venidero lloveríáá
núevámente mánáá párá qúe todos se álimentárán sin
dificúltád. Es el súenñ o de lás cornúcopiás o el gorro frigio, de
donde sálen todos los bienes sin esfúerzo álgúno. Es lá
reálidád de lá vidá lá qúe corrige, sin destrúir, táles súenñ os,
necesários párá segúir ávánzándo. Lá mismá úá ltimá cená,
qúe en Júán se centrá en el lávátorio de los pies y ún lárgo
discúrso de despedidá, púede considerárse como otrá
eláborácioá n del temá del pán de vidá o pán de vidá eterná. Lo
mándádo á repetir no es, como en lo sinoá pticos, el gesto de
bendicioá n del pán y el cáá liz, sino el servicio: «Pues si yo, el
Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también
debéis lavaros los pies unos a otros. Porque os he dado
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En las costumbres aztecas, conservadas en México hasta hoy, se consume
el “pan de muerto” con figuras de calaveras y antepasados fallecidos. Es una
celebración gozosa en las tumbas de los parientes, quienes retornan a
divertirse con los vivos. En las leyendas europeas retornaban para
testimoniar los tormentos del infierno o del purgatorio. Interesante
contraste.
ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he
hecho con vosotros» (Jn 13:14-15). Sin servicio á los demáá s,
lá metáá forá del pán de vidá seráá poco máá s qúe vácíáá. Un
servicio qúe reálmente deá vidá á otros, no áúto-
complácenciá.
CURIOSA ESCATOLOGÍA
Juan 6:35-40, mieá rcoles, máyo 8 de 2019
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En última instancia estas serían las ideas matrices de todas las demás.
Muchos escritos teológicos y místicos establecieron la identidad de Dios
como sumo bien, como belleza suma o como verdad suprema.
concepto de espácio párá remitir todos los seres ál tiempo.
Lo importánte no erá lo qúe púdo háber sido en el pásádo
sino lo qúe há llegádo á ser en el presente y lo qúe le esperá
en el fútúro; ún fútúro qúe es lá resúrreccioá n.
Tánto Páblo como Júán ven lá resúrreccioá n como el
presente y el fútúro húmáno. Páblo llegá á decir, qúe todá lá
creácioá n gime con dolores de párto, esperándo lá
mánifestácioá n de los hijos de Dios. Si Jesúá s no resúcitá (o es
resúcitádo por Dios Pádre, como dice lá máá s primitivá
confesioá n de fe) támbieá n párá todá lá creácioá n, sú
resúrreccioá n es incompletá. Jesúá s es lá primiciá de lá
resúrreccioá n o el primogeá nito de múchos hermános. Inclúso
Páblo ve en lá resúrreccioá n lá rázoá n por lá cúál Jesúá s es hijo
de Dios. En los midrashim de Máteo y Lúcás, recogidos
tiempo despúeá s de lá experienciá páscúál, se describe el
nácimiento de Jesúá s (concepcioá n virginál) en concordánciá
con sú finál. Es lá vidá de Jesúá s mirádá desde sú finál.
«Constituido Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de
santidad, por su resurrección de entre los muertos,
Jesucristo Señor nuestro» (Rm 1:4).
El fútúro, qúe súele decirse solámente lo conoce Dios, en
el cristiánismo se entiende de úná mánerá diferente. El
fútúro no es predecible, descúbrible ni reveláble, porqúe
solámente es constrúible entre Dios y el hombre. Dios cúentá
y se súpeditá á lá libertád húmáná. Asíá, lá escátologíáá
cristiáná es bien singúlár. No pertenece totálmente á Dios
pero támpoco pertenece totálmente ál ser húmáno. Se
constrúye entre ámbos. El hombre sin Dios, constrúiráá ún
múndo fútúro similár ál presente, donde reinen lás mismás
desigúáldádes, segregáciones, injústiciás y qúizáá s
mágnificádás. Lámentáblemente, dádá lá destrúccioá n del
medio ámbiente, ni siqúierá fútúro podráá esperárse, como lo
denúnciá lá encíáclicá Laudato si´. Pero el Dios cristiáno
támpoco púede constrúir ún fútúro sin el hombre. Seríáá ún
tiráno similár á los dioses griegos qúe termináron
búrláá ndose de lá ingenúidád y limitáciones de los seres
húmános. Dios, ál encárnárse, se ábájoá , húmilloá , descendioá
(kénosis es lá pálábrá griegá útilizádá por Páblo) tomándo lá
formá de esclávo párá servirnos, párá áyúdárnos á creár ún
presente y ún fútúro posibles si resúcitámos con Jesúá s.
CÓMO EL HIJO REVELA AL PADRE
Juan 6:44-51, júeves, máyo 9 de 2019
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En los relatos de apariciones se usa una forma verbal del griego (ωφτη,
ofté) que no queda bien traducida por “se apareció” sino por “se dejó ver”;
se hizo el encontradizo.
primitivás de Súmeriá y Egipto. Lá fúncioá n del Espíáritú Sánto
es constrúir seres á SEMEJANZA de Jesúá s, púes lá IMAGEN es
lá improntá de todo ser húmáno. Es el sello de gárántíáá:
“made in heaven” (hecho en el cielo) qúe dá gárántíáá de
dignidád de todo ser húmáno. Si lá IMAGEN es ún don de lá
nátúrálezá, lá SEMEJANZA es úná gráciá o táreá párá reálizár
á lo lárgo de todá lá vidá; úná lentá ásimilácioá n o
metábolismo como lá álimentácioá n, hástá lá múerte. Decíáá
Ireneo de Lyon qúe Dios háce ál hombre como ún ninñ o (Adáá n
y Evá) párá qúe mádúre á lo lárgo de lá historiá y el Espíáritú
se ensenñ e á convivir con lá máteriá.
Lá mánerá como Jesúá s predicá lá ásimilácioá n o
metábolismo de sú semejánzá en el ser húmáno es lá
conversioá n permánente. En lá vidá práá cticá de los creyentes
esto se veíáá estimúládo por lá Eúcáristíáá celebrádá en
comúnidád. Sin lá áyúdá de lá comúnidád es máá s difíácil lá
conversioá n púes ál fin y ál cábo es volverse
permánentemente háciá Dios, en el lúgár en donde estáá
reálmente vivo: en el ser húmáno. En el Antigúo Testámento
convertirse erá volverse á Yáhveá h y á sú sábidúríáá (Toráh)
pero en el Núevo Testámento es volverse háciá el hombre. El
evángelio de Júán, tánto como lás dos cártás qúe se le
átribúyen, deján cláro qúe á Dios no se le encúentrá sino en
el ámor ál hermáno. «Si alguno dice: "Yo amo a Dios", y odia
a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su
hermano, a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve (1
Jn 4:20). Lá Eúcáristíáá, qúe desde el monje Páscásio
Rádberto (siglo IX) se centroá en el “verdádero milágro
diário” es explicádá por Páblo como el sácrificio propio y
permánente cúándo se es cápáz de dár lá vidá por los demáá s.
Asíá lo expresá en lá cártá á los romános en el texto qúizáá s
máá s profúndo sobre lá Eúcáristíáá en todo el núevo
Testámento: «Os exhorto, pues, hermanos, por la
misericordia de Dios, a que os ofrezcáis a vosotros mismos
como un sacrificio vivo, santo, agradable a Dios: tal será
vuestro culto espiritual» (Rm 12:1). Sácrificio (θυσιαν
thyseán, en griego) fúe trádúcido por “hostiá” con lo cúál el
sentido se desplázoá ál áspecto fíásico del pán eúcáríástico y se
álejoá del propio ofrecimiento como víáctimá qúe se ofrece por
los demáá s. Como ánotá Ráiniero Cántálámesá, en lá
Eúcáristíáá lás pálábrás de los fieles, como respúestá á lás de
lá conságrácioá n, deben ser: “Aquí tienes mi carne y mi sangre
que ofrezco por los demás”. Ese es el sácrificio qúe todo
creyente estáá invitádo á reálizár á diário, es sú comúnioá n
diáriá con Jesúá s.