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Que es delegar ?
Conferir responsabilidades y asignar autoridad a una persona para llevar a cabo determinadas
actividades. Implica para muchos líderes el desafío de pasar del “decir”, donde el líder toma
una decisión y la anuncia, al “dejar hacer”, donde el líder permite a los colaboradores que
trabajen positivamente dentro de los límites por él definidos
Dar poder a los miembros del equipo para que asuman más responsabilidad y hagan un
trabajo más independiente. No es “ceder el poder a los empleados: A esto se le llama
Empowertment .
Empowertment es liberar el poder positivo de las personas, para mejorar la calidad, buscar la
excelencia y alcanzar la máxima plenitud.
Las personas tienen la necesidad de contribuir con algo superior a ellos mismos: esta
necesidad está en el corazón de las personas.
Manuel Barroso: “Un líder tiene que tener tiempo para sí y para los suyos, para los contenidos
y los procesos, para las necesidades y todo lo que tiene que ver con educar: tutorear, orientar,
dar apoyo y sobre todo hacer que el desarrollo sea una realidad”
- Elegir la actividad y la persona, definir qué tarea o proyecto se delega y por cuánto
tiempo.
- Conocer las fortalezas debilidades.
- Transmitir: se trata de comunicarle la nueva tarea a la persona, establecer los plazos
de su responsabilidad. Asegurarse de que la persona haya comprendido todo. Es el
momento de hablar de las expectativas y de dar instrucciones claras.
- Asegurar el seguimiento: se debe proporcionar el apoyo y los recursos necesarios para
la tarea e ir trabajando con la persona para orientarla a medida que aparecen los
problemas. Ayuda especialmente tomar las decisiones en conjunto, al menos durante
la primera etapa. Es clave ser claros en los tipos de controles que se harán.
- Expresar confianza: se debe demostrar la confianza en la capacidad de la persona y
motivarla. Aquí aparece un doble desafío para quien delega.
El cambio
Es ahí donde el líder tiene un gran papel por desempeñar. De él depende que los cambios se
lleven a cabo en forma natural y presentando, en la medida de lo posible, la menor resistencia
al cambio.
Cambiar no es muy fácil, primeramente porque ni todas las personas están dispuestas a
realizar esfuerzos en este sentido y aún que estén dispuestas es muy fácil volver a los antiguos
patrones de funcionamiento. (paradigmas).
a) Descongelar, implica tornar tan obvia la necesidad de un cambio del individuo, de un grupo
o de la organización, poder verla fácilmente y aceptarla.
b) El cambio implica a un agente de cambio (líder), quien dirigirá a los individuos, grupos o
toda la organización durante el proceso. El agente de cambio alimentará los nuevos valores,
actitudes y comportamientos a través de los procesos de identificación e internalización. Los
miembros de la organización se identificarán con los valores, actitudes y comportamientos, a
fin de poder internalizarlos.
Según estudios, algunas iniciativas de cambio fracasan, en su mayoría, por causas que tienen
que ver con aspectos humanos, lo que refuerza más aún, la idea de enfocarse de lleno en el
personal de la organización para obtener mejores resultados.
El líder de este nuevo siglo, se anticipa a los cambios y acepta de forma positiva cada cambio
que se le presenta. Visualiza y percibe cada cambio como una oportunidad y un reto.
Las organizaciones para sobrevivir requieren adaptarse a las nuevas condiciones externas y al
mismo tiempo comprender que las fuerzas del cambio pueden originarse dentro de la
organización. Las fuerzas externas tienen que ver con los factores económicos: precios,
materias primas, impuestos, competencia, etc. y las fuerzas internas pueden estar
relacionadas con: las directrices de la dirección/gerencia, las opiniones de los trabajadores, el
sindicato, la tecnología de la empresa, etc.
El cambio se puede presentar bajo dos condiciones: inesperado y planificado. Los cambios
inesperados son enfrentados por la empresa sin ninguna preparación previa, llegan a
desestabilizar a la organización y la obligan a iniciar en forma acelerada una adaptación a las
nuevas condiciones. Por otro lado, cuando el cambio es previsible y la empresa decide
afrontarlo, su reacción es proactiva y se dice ha planificado el cambio. Es posible que la
compañía planee la sustitución de tecnología o maquinaria, la reubicación de personal o su
entrenamiento, etc.
Para quien administra el manejo del cambio se requiere de una serie de habilidades si se
desea sobrevivir en el mundo de los negocios:
Gerencia proactiva
- Liderazgo y visión
- Manejar la complejidad
El líder/gerente debe comprender que las personas, como las organizaciones, se resisten a
cambiar, las razones son numerosas; sin embargo, entre las principales están: los riesgos que
implica lo desconocido, el esfuerzo que supone cambiar abandonando actitudes, hábitos y
creencias que nos son familiares, etc.
La dirección
El papel que juega quien dirige estos comportamientos grupales es crucial, solo con un buen
líder y una buena dirección es como se pueden alcanzar los objetivos y metas organizacionales
en el mundo de hoy. El saber delegar es la clave para que las cosas fluyan de manera natural
en la organización.
Se debe delegar cuando nuestra responsabilidad va mas allá de nuestras capacidades, incluso
cuando se tenga responsabilidad absoluta.
Delegar es algo tan complejo, que obliga al jefe o encargado, a confiar en terceras personas,
algo que siempre generará dudas.
Para aclarar lo que se debe hacer a la hora de delegar, Peter Drucker decía que hay tres tipos
de tareas:
Efectos de la dirección
El pertenecer a determinados grupos propicia que se genere una “cohesión” entre sus
miembros, esto implica que se ven seriamente influidos por el líder que los maneja y por dicha
cohesión, fortaleciendo el hecho de que su comportamiento va a ser muy similar y por tanto,
los efectos que en ellos tendrá la dirección serán muy similares.
De hecho las formas de pensamiento también son en grupo, las personas que lo conforman
muestran una cierta conducta en masa, la cual puede ser positiva en muchas ocasiones, pero
negativa, en otras.
La expansión más allá de las fronteras nacionales es, sin embargo, mucho más que el cruce de
una línea geográfica. Es también un paso gigantesco, y en ocasiones intimidatorio, a diferentes
entornos sociales, legales, políticos y económicos. Las líneas de comunicación se extienden
enormemente y a menudo el control se dificulta. Los administradores de hoy deben adquirir
habilidades tanto lingüísticas como interculturales para tratar con personas (clientes,
proveedores, colegas, etc,) de otros países.
Ya no basta con una organización que opere en un solo idioma y una sola cultura, las
dificultades de comunicación se van haciendo presentes.
Dentro de las principales condiciones que afectan a las operaciones transnacionales, están:
Las condiciones legales y éticas: los sistemas legales y en especial las leyes laborales y
prácticas empresariales de los diversos países del mundo entero varían sustancialmente.
Las condiciones políticas: algunas de estas condiciones que tienen un significativo efecto en el
comportamiento organizacional son la inestabilidad del gobierno y los impulsos en sus
decisiones entre otros.
Las condiciones económicas: En el caso de los países subdesarrollados las condiciones que
imperan son de bajo ingreso per cápita, rápida inflación y desigual distribución de la riqueza.
Uno de los aspectos organizacionales donde resultan más evidentes los cambios y nuevas
exigencias organizacionales, es el referido al diseño o estructura. Así, los viejos patrones de
una estructura rígida, inepta, lenta, agrandada, no competitiva, sin creatividad, ineficiente,
insensible a las necesidades del mercado y actuando en ambientes estables, deben ceder su
lugar para estructuras organizacionales flexibles, reducidas, innovadoras, competitivas y
eficientes.
Lo más importante siempre será estar atentos a los cambios tanto internos como externos a
los que se enfrentará la organización y tener a líderes/gerentes/directivos con el perfil
adecuado para poder afrontarlos y sacarlos adelante.
TOMA DE DECISIONES
Uno de los campos de mayor trascendencia para el ser humano es el de la toma de decisiones,
ya que debemos elegir (basándonos en actitudes o experiencias previas) entre varias
alternativas aquella que nos parezca suficientemente racional.
AGENTE DECISORIO: Es aquella persona que selecciona la opción entre varias alternativas o
ideas de acción.
OBJETIVOS: Son las metas que el agente decisorio pretende alcanzar con sus acciones.
GUSTOS Y/O PREFERENCIAS: Son los criterios que el agente decisorio utiliza para poder
escoger.
ESTRATEGIAS: Es el curso de acción que el agente decisorio escoge para alcanzar mejor sus
metas y/o objetivos. Toda estrategia depende de los recursos que se disponga.
SITUACION: Son los aspectos del entorno que rodean al agente decisorio, muchos de los
cuales, están fuera de su control.
TIPOS DE DECISIONES:
1) INDIVIDUALES: Este tipo de decisiones se dan cuando existe un problema que es fácil de
resolver. Quien realiza el esfuerzo es una sola persona.
2) GERENCIALES: Son aquellas decisiones que toma el alto nivel gerencial. Son importantes y se
buscará orientación, asesoría y evaluación en cada paso del proceso.
Incluye:
MODELOS DE DECISION
1. El modelo racional
El crítico que ubica en el centro del debate al modelo racional es Herbert Simón quien enfatiza
sus observaciones en torno al concepto clásico de la racionalidad que exige severas demandas
al tomador de decisiones. Simón opina al respecto, este organismo decisor debe ser capaz de
asignar a cada posible resultado un pago y también comprenderlos de manera suficiente para
no dejar ningún espacio al surgimiento de consecuencias no-anticipadas (Simón, 1989).
A pesar de todas estas críticas se puede decir que éste modelo es la base y sostén de todos los
modelos posteriores. También es necesario destacar que algunos autores racionalistas, han
recuperado estas críticas flexibilizando sus modelos y admitiendo las limitaciones a las cuales
se enfrentan en una realidad ambigua y cambiante.
Este esquema del decisor individual fue utilizado por March y Simon para explicar la toma de
decisiones en las organizaciones (March y Simon, 1958). Estos autores consideran a la empresa
como un decisor (el actor racional unificado), al cual no le viene dada la información, sino que
ha de procurársela. Esto consiste en que las alternativas de actuación se investigan y
descubren secuencialmente.
Como se ha podido observar el modelo organizacional intenta alejarse del modelo racional, al
establecer que el decisor no posee la información completa con respecto a sus alternativas.
Como solución a esta incapacidad del ser humano los autores del modelo organizacional
postulan una racionalidad, pero de tipo limitado que se encuentra acotada por :
El término clave es el deber ser pero aplicado en formulaciones ideales. Los autores del
modelo político consideran que el modelo racional es el instrumento idóneo para intelegir el
universo, pero que su no aplicabilidad es culpa de la realidad (como también ocurre con
algunos modelos econométricos).
Como una conclusión preliminar se puede decir que las relaciones de poder admiten múltiples
modalidades, fundamentalmente por su naturaleza cambiante: en algunas ocasiones las
relaciones entre actores, éstos últimos se pueden mostrar hostiles con una pretensión
destructiva o de sometimiento y en otros momentos de la relación es posible la manifestación
de cierto grado de cooperación de tipo carismático hacia quien detente el poder (quien no
necesariamente es el jefe). Ante esta ambigüedad lo único evidente es la intencionalidad
expresa o no de los actores por mantener la relación de poder, ya que en muchas ocasiones de
ello depende su sobrevivencia dentro de la organización.
Surge de los procesos de simulación realizados por computadora del proceso decisorio. De los
resultados obtenidos de este programa los autores (Cohen y otros, 1972) derivaron un digesto
estadístico que proporciono los aparejos necesarios para su instrumentación y los
condensaron en seis hipótesis explicativas que se relacionan a continuación.
Hipótesis 1. Las decisiones que toman los participantes se hacen, principalmente, en dos
sentidos:
1) Sin considerar el problema o conjunto de problemas que se estén afectando, lo que deriva
en una "decisión por omisión"; o bien,
2) Los problemas se asocian a ciertas decisiones en tanto no exista una mejor alternativa, lo
que supone una decisión contingente.
Hipótesis 2. Los participantes como los problemas y las soluciones varían de situación en
situación; varían con el estado de naturaleza del sistema, en otra palabras las variables del
proceso decisorio carecen de memoria.
Hipótesis 3. El resultado que tenga una decisión esta en función del tiempo de que se
disponga, la situación contextual en el cual se desarrolla el proceso decisorio, los problemas
que se estén enfrentando en ese momento y de la disponibilidad que tienen los participantes
para atender su solución.
Hipótesis 4. Los problemas señalados tienen la misma prioridad en las situaciones de decisión.
Hipótesis 5. Las decisiones consideradas como "no importantes" son las que, generalmente,
resuelven más problemas.
Hipótesis 6. La toma de decisiones (sea por omisión, contingencial o por resolución expresa)
tiende a ser más eficaz cuando no se le considera como importante.
Como se puede observar este modelo ha permitido generar algunas inferencias en torno a
¿Cómo operan las organizaciones bajo condiciones de ambigüedad?. Las acciones entran en un
universo de interacciones y es finalmente el ambiente el que toma posesión, en un sentido
que puede volverse la antípoda de la intención inicial. La premisa preponderante en esta
interpretación del proceso decisorio es la correlatividad existente entre las distintas variables,
pues bajo condiciones de ambigüedad, no existe un criterio universal, innegable y puro que
describa las multicausalidades existentes entre los participantes, las soluciones, los problemas
y las situaciones de decisión.
La clave entonces de este modelo consiste en entender los procesos decisorios a través de las
situaciones de decisión. Es decir son aquellos momentos en que se espera de la organización
un determinado comportamiento llamado decisión, como si fuesen "cestos o botes de basura"
en donde los individuos y sus coaliciones mezclan los problemas y las soluciones; en función de
la cantidad de cestos que existan. Las mezclas de problemas que contenga cada cesto serán
atendidas en función del tiempo disponible por los actores, los cuales tomarán un cesto o lo
dejarán por otro. Para el modelo del "cesto de basura" los participantes vienen y van dentro de
las distintas situaciones de decisión. Su actuación en los procesos decisorios es incierto pues
responde más bien a sus capacidades de negociación y a la forma en que se interrelacionan
con las distintas coaliciones dentro de los juegos de poder. Los problemas pueden separarse
de los que originalmente los provocaron. Pueden adquirir su propia autonomía, desvanecerse
o transformarse en un problema de naturaleza muy distinta; incluso pueden existir y
prevalecer independientemente de que se hayan tomado algunas acciones para "resolverlos".
Este modelo fue sugerido por Peter Senge, que se especializa en construir el sistema de
aprendizaje de las organizaciones. Sus ideas están condensadas en su libro The Fifth Discipline
(La quinta disciplina).
La idea fundamental que está detrás del aprendizaje organizacional es que lo considera como
un producto resultante de la combinación de los valores de aprendizaje individual y colectivo.
El reto que Senge observa para los negocios es el enfrentar a la era de la información,
mediante cambios constantes.
TRABAJO EN EQUIPO.
El trabajo en equipo puede definirse como aquella actividad que para concretarse,
imperiosamente, requiere la participación de diferentes personas; lo que implica una
necesidad mutua de compartir habilidades y conocimientos; donde debe existir una relación
de confianza que permita delegar en el compañero parte del trabajo propio, con la seguridad
de que éste cumplirá cabalmente su cometido.
Por otra parte, para trabajar en equipo, es imperativo asumir el compromiso con el resultado
de las metas y objetivos propuestos. Esto implica abandonar el hábito individualista de creer
sólo en el resultado del esfuerzo propio. Requiere confianza en la capacidad de los
compañeros de equipo. Creer que al igual que uno, ellos están comprometidos con los
objetivos de la organización y trabajan eficazmente por alcanzarlos.
2. Comunicación clara, concisa y en doble sentido: debe existir una comunicación en doble
sentido entre los componentes y entre estos y los directivos. Esta comunicación ascendente y
descendente debe ser clara y concisa para que sea útil, comprensible y no sature el tiempo del
que disponen los componentes.
3. Competencias complementarias: los miembros del equipo deben complementarse ente sí,
no solamente en términos de sus capacidades profesionales, sino también de su estilo de
trabajo.
• Al sentirse parte real de un equipo, donde son tomados en cuenta, las personas se
motivan a trabajar con un mayor rendimiento.
Un grupo se puede reunir por ejemplo para ir a una discotequera, donde podremos
contemplar a una cantidad de personas con edades similares y con el sólo interés común de
divertirse. El mismo grupo, la semana siguiente se reúne para ver una película. Se trata
entonces de un grupo de amigos, unidos en determinadas situaciones para cumplir con fines
particulares. El trabajo en equipo, por el contrario, contempla también metas específicas, pero
que conducen a un objetivo global.
“Si trabajamos con un objetivo común, elevándonos por encima de nuestras individualidades,
unificamos criterios y superamos diferencias, habremos aprendido a trabajar en equipo”.
Implica:
1.- Comenzar la reunión en el tiempo establecido previamente. Los asistentes que se retrasen
podrán observar que no han actuado correctamente e intentarán ser puntuales en
convocatorias posteriores. En el momento en que se incorporen no hay que volver hacia atrás
e informarles sobre lo hablado hasta el momento porque esto significaría que se está
premiando a los impuntuales.
2.- Presentar a los participantes incluyendo el nombre, procedencia laboral y rol en la reunión.
3.- Introducir los temas a tratar. De esta forma nos aseguramos de que el grupo tiene clara la
agenda, los objetivos y los resultados de la reunión. Es el momento de hacer ajustes si son
necesarios y de lograr la aprobación de los miembros del grupo del orden del día.
4.- Establecer o revisar las normas generales, lo que significa acordar los principios y
comportamientos que van a contribuir a que la reunión sea constructiva. Entre estas normas
destacan:
d).- Fijación de un tiempo límite para la discusión y toma de decisiones sobre cada tema que
se va a tratar. Si se sobrepasa debe contar con la aprobación del grupo.
e).- Exposición de las restricciones, presupuestarias, normativas,.... que existen para cada
tema, con el fin de aclarar los límites en la toma de decisiones.
f).- Identificación del responsable final de la toma de decisiones en cada uno de los temas a
tratar.
h).- Acuerdo sobre la forma de participación y límites de la misma así como sobre las
interrupciones.
i).- Determinación de la forma de recoger los temas que pueden surgir que son importantes
pero ajenos al motivo de la reunión.
Es recomendable comenzar por un tema sencillo que implique una decisión a tomar que no
plantee complicaciones. De esta forma se va creando un ambiente agradable y de colaboración
que puede facilitar el desarrollo de la reunión cuando se plantean temas más difíciles. Procurar
estar alerta para respetar el tiempo asignado y en el momento que el grupo llegue a un
acuerdo pasar al siguiente tema sin permitir distracciones.
2.- Facilitar la exposición de todos los puntos de vista. Como responsable de una reunión nos
interesa conocer todas las perspectivas y que nadie se sienta excluido y para lograrlo
podemos:
a).- Hacer una pregunta general del tipo. ¿Se nos ha olvidado algo? ¿Hemos contemplado
todas las posibilidades?
b).- Preguntar directamente la opinión de los profesionales más tímidos o callados si vemos
que no han intervenido.
e).- Designar a un participante para que actúe como "abogado del diablo" para garantizar la
presentación de distintos puntos de vista.
3.- Mantener la reunión enfocada y centrada en los temas recogidos en el orden del día . Para
conseguirlo es útil procurar revisar y hacer síntesis frecuentes de lo avanzado, así como hacer
pausas periódicas para recordar al grupo lo que queda por abordar.
4.- Actuar como líder. Implica ser consciente de la responsabilidad adquirida y del rol de
facilitador que se tiene que asumir. Para ello no hay que olvidar los siguientes aspectos:
b).- Adoptar una actitud positiva y de estímulo ante las intervenciones de los participantes.
d).- Controlar las interrupciones y a los profesionales que pretendan dominar la reunión.
e).- Intervenir si un participante critica o ataca las ideas y contribuciones de otro de forma
inadecuada.
f).- Ser consciente de que el silencio no significa que una persona no está participando.
Respetar las necesidades de escuchar de los demás.
g).- Destacar los puntos en los que se ha llegado a un acuerdo para reforzar los aspectos que el
grupo comparte.
h).- Vigilar el lenguaje no verbal de los asistentes para interpretar lo que están comunicando.
6.- Modificar la estructura del grupo, para conseguir realizar tareas e involucrar a los miembros
del grupo. Como ejemplo se puede dividir al grupo en subgrupos y repartir el trabajo, con una
puesta en común posterior de los resultados obtenidos.
1.- Resumir la reunión. Esta tarea la puede asumir tanto el líder como un participante. En ella
se deben resaltar los las decisiones y puntos clave a los que se ha llegado, así como los pasos
siguientes a acometer y quién va a ser responsable de cada tarea. Este proceso sirve para atar
cabos sueltos y para aclarar posibles dudas y confusiones. Se puede aprovechar para incluir
algún mensaje motivador.
2.- Pedir feedback sobre cómo se ha desarrollado la reunión y sobre cómo ha funcionado el
grupo, si se considera recomendable.
La expansión mas allá de las fronteras nacionales es, sin embargo, mucho más que el cruce de
una línea geográfica. Es también un paso gigantesco, y en ocasiones intimidatorio, a diferentes
entornos sociales, legales, políticos y económicos. Las líneas de comunicación se extienden
enormemente y a menudo el control se dificulta. Los administradores de hoy deben adquirir
habilidades tanto lingüísticas como interculturales para tratar con personas (clientes,
proveedores, colegas, etc,) de otros países.