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Fallo Traduccion No Oficial de La CIJ (Espanol) PDF
Fallo Traduccion No Oficial de La CIJ (Espanol) PDF
Realizada por:
Modesto Julca Jara, Presidente del Consejo del Fondo Editorial del Congreso del Perú
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fotografía : cij - icj, un - onu, capital photos, frank van beek . cortesía de la cij. derechos reservados .
Índice
Presentación 13
fotografía : ministerio de relaciones exteriores del perú, daniel malpica . derechos reservados .
Presentación
13
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
14
1. El Fallo de la Corte
Internacional de Justicia
Imagen de los jueces de la Corte Internacional de Justicia y de los Agentes del Perú y Chile ante dicho
tribunal internacional, Embajadores Allan Wagner y Alberto van Klaveren, respectivamente, momento
previo al inicio de la lectura de la sentencia en el Gran Salón de la Justicia, en el Palacio de la Paz. (La Haya,
27 de enero de 2014).
fotografía : cij - icj, un - onu, frank van beek . cortesía de la cij. derechos reservados .
27 DE ENERO DE
2014
FALLO
CONTROVERSIA MARÍTIMA
(PERÚ c. CHILE)
Controversia marítima (Perú c. Chile)
Tabla de contenido
Párrafos
21
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
——————————
22
Controversia marítima (Perú c. Chile)
AÑO 2014
2014
27 de enero
Lista
General
Nro. 137
27 de enero de 2014
CONTROVERSIA MARÍTIMA
(PERÚ c. CHILE)
23
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
24
Controversia marítima (Perú c. Chile)
25
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
FALLO
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Controversia marítima (Perú c. Chile)
27
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
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Controversia marítima (Perú c. Chile)
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El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
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Controversia marítima (Perú c. Chile)
31
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
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Controversia marítima (Perú c. Chile)
La Corte,
así integrada,
tras deliberación,
emite el siguiente Fallo:
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El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
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Controversia marítima (Perú c. Chile)
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El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
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Controversia marítima (Perú c. Chile)
14. En la fase escrita del proceso, las Partes presentaron las siguientes
peticiones:
En representación del Gobierno del Perú,
en la Memoria y en la Réplica:
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El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
15. En la fase oral, las Partes presentaron las mismas peticiones que las
contenidas en sus alegatos escritos.
* *
38
Controversia marítima (Perú c. Chile)
I. Geografía
16. El Perú y Chile están situados en la parte occidental de América
del Sur; sus costas continentales miran al Océano Pacífico. El Perú
comparte una frontera terrestre con Ecuador por el norte y con
Chile por el sur. En el área concernida en este proceso, la costa
del Perú corre en dirección noroeste desde el punto de inicio de la
frontera terrestre entre las Partes en la costa en el Pacífico, mientras
que la de Chile sigue generalmente una orientación norte-sur. Las
costas tanto del Perú como de Chile en esa área mayormente no
presentan ninguna complicación y son relativamente regulares, sin
promontorios marcados ni ninguna otra característica particular.
(Ver croquis Nro. 1: Contexto geográfico.) [pág. 41].
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23. Chile alega que el principio del pacta sunt servanda y el principio
de la estabilidad de las fronteras impiden cualquier intento de
solicitar a la Corte que vuelva a trazar un límite que ya ha sido
acordado. Agrega que ambas Partes han obtenido gran provecho de
la estabilidad del límite marítimo establecido entre ambos mucho
tiempo atrás. El Perú sostiene que la línea de delimitación defendida
por Chile es totalmente inequitativa, en tanto atribuye a Chile la
totalidad de una proyección marítima de 200 millas, mientras el
Perú, en contraste, sufre un severo efecto de amputación. El Perú
expresa que es muy singular que Chile busque caracterizar una línea
limítrofe que otorga a Chile más del doble del área marítima que le
otorgaría al Perú, como una frontera estable que es beneficiosa para
el Perú.
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27. Más allá de este contexto, las Partes tienen diferentes interpretaciones,
tanto del contenido como de la significación jurídica de las
Proclamaciones de 1947.
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32. Chile agrega que los paralelos de latitud también fueron empleados
en la práctica de los Estados americanos. El Perú responde que el uso
de los paralelos de latitud por otros Estados americanos que describe
Chile, no constituyen casos de uso de paralelos de latitud como
límites marítimos internacionales.
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38. Los párrafos relevantes del Decreto del Perú de 1947 establecen lo
siguiente:
“El Presidente de la República
Considerando:
........................................................................................
Que en [la] plataforma continental existen
riquezas naturales cuya pertenencia al patrimonio
nacional es indispensable proclamar;
Que es igualmente necesario que el Estado
proteja, conserve y reglamente el uso de los recursos
pesqueros y otras riquezas naturales que se encuentren
en las aguas epicontinentales que cubren la plataforma
submarina y en los mares continentales adyacentes
a élla, a fin de que tales riquezas, esenciales para la
vida nacional, continúen explotándose o se exploten
en lo futuro en forma que no cause detrimento a la
economía del país ni a su producción alimenticia;
........................................................................................
Que el derecho a proclamar la soberanía
del Estado y la jurisdicción nacional sobre toda la
extensión de la plataforma o zócalo submarino, así
como sobre las aguas epicontinentales que lo cubren
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39. La Corte constata que las Partes están de acuerdo en que las
Proclamaciones de 1947 no establecieron por sí mismas un límite
marítimo internacional. Por tanto, la Corte considerará las
Proclamaciones de 1947 sólo para el propósito de determinar si sus
textos evidencian o no el entendimiento de las Partes acerca del
establecimiento de un futuro límite marítimo entre ellos.
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52. Chile sostiene que la relación entre las zonas marítimas generales y las
insulares debe ser entendida a la luz del hecho de que la delimitación de
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59. La Corte observa que en el párrafo II, los Estados partes “proclaman
como norma de su política internacional marítima, la soberanía y
jurisdicción exclusivas que a cada uno de ellos corresponde sobre el
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El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
mar que baña las costas de sus respectivos países, hasta una distancia
mínima de 200 millas marinas desde las referidas costas”. Esta
disposición sólo establece una reivindicación hacia el mar, sin hacer
referencia alguna a la necesidad de determinar los límites laterales
de las zonas marítimas de cada uno de los Estados partes. El párrafo
III estipula que “[l]a jurisdicción y soberanía exclusivas sobre la
zona marítima indicada incluye también la soberanía y jurisdicción
exclusivas sobre el suelo y subsuelo que a ella corresponde”. Esta
referencia a la jurisdicción y a la soberanía no necesariamente
requiere que se haya efectuado una delimitación. El párrafo VI
expresa la intención de los Estados partes de establecer en el futuro,
mediante acuerdo, normas generales de regulación y protección a
ser aplicadas en sus respectivas zonas marítimas. Consecuentemente,
aunque la descripción de la extensión de las zonas marítimas y la
referencia al ejercicio de jurisdicción y soberanía pudiera indicar
que los Estados partes no ignoraban la existencia de cuestiones
de delimitación general, la Corte concluye que ni el párrafo II
ni el párrafo III se refieren explícitamente a ningún límite lateral
de las zonas marítimas de 200 millas marinas proclamadas, y que
tampoco puede considerarse implícita la necesidad de tales límites
en las referencias a la jurisdicción y soberanía.
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82.
Según Chile, el Convenio sobre Zona Especial Fronteriza
Marítima de 1954 fue “el instrumento más relevante adoptado en la
Conferencia de diciembre de 1954”. Su “postulado” era que los tres
Estados “ya contaban con límites marítimos laterales o ‘fronteras’
establecidas entre ellos”. Chile continúa, citando el Fallo en el caso
Controversia Terrestre ( Jamahiriya Árabe Libia/Chad), sosteniendo que
en el Convenio sobre Zona Especial Fronteriza Marítima de 1954
“la existencia de una frontera determinada fue aceptada y se actuó
sobre esa base” (I.C.J. Reports 1994, p. 35, párrafo 66). Señala que
el Artículo 1 está redactado en tiempo presente, refiriéndose a un
límite marítimo ya existente, y que el primer considerando indica
que lo que originó el acuerdo fueron las violaciones de ese límite
existente.
84. Con respecto al primer argumento del Perú, Chile responde que el
Convenio sobre Zona Especial Fronteriza Marítima de 1954 tiene
tres Estados partes y que el sentido corriente de la expresión “los
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93. En este contexto, las Partes se han referido a una Opinión preparada
en 1964 por Raúl Bazán Dávila, Jefe de la Asesoría Jurídica del
Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, en respuesta a un
pedido de la Dirección de Fronteras, sobre “la delimitación de la
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94. Según el Perú, el hecho de que se hubiera solicitado tal cosa al Jefe
de la Asesoría Jurídica muestra que el Ministerio de Relaciones
Exteriores de Chile no estaba seguro acerca de la existencia de un
límite preexistente. Chile enfatiza la conclusión del Sr. Bazán de
que el límite marítimo entre las Partes es el paralelo que pasa por
el punto en que la frontera terrestre llega al mar. Chile también
señala que ese era un documento públicamente accesible y que si el
Perú hubiera estado en desacuerdo con la conclusión del documento
habría respondido, cosa que no hizo.
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97. Chile interpreta que las Partes, al hacer esto, consignaron expresamente
su entendimiento de que existía una “frontera marítima” entre los
dos Estados y que la misma seguía la línea del paralelo que pasa por el
Hito No. 1. Chile agrega que los delegados de las Partes “registraron
su común entendimiento de que su misión era señalizar la frontera
marítima existente”. También cita los términos empleados en la
aprobación por el Secretario General del Ministerio de Relaciones
Exteriores del Perú, en agosto de 1968, de las Minutas de una reunión
previa, según los cuales las marcas de enfilación debían materializar
el paralelo de la frontera marítima. Chile también se apoya en una
Nota peruana de agosto de 1969, según la cual la Comisión Mixta
encargada de la demarcación iba a verificar la posición del Hito
No. 1 y “fijar la ubicación definitiva de los postes de enfilamiento
destinados a señalar el límite marítimo”. El Informe Conjunto de la
Comisión registró su tarea en los mismos términos.
98. Según el Perú, los faros erigidos en virtud de tales arreglos fueron
evidentemente un mecanismo pragmático para solucionar los
problemas prácticos asociados a los incidentes ocurridos en la década
de 1960 en materia de pesca costera. El Perú señala el alcance
limitado de esos faros, que no pasaba de 15 millas marinas a partir
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101. Chile afirma que el límite es uno a todo efecto, es decir, que se aplica
al lecho y subsuelo, así como a las aguas suprayacentes, con derechos
a los recursos, de conformidad al Derecho consuetudinario, tal como
se encuentra reflejado en la Convención de las Naciones Unidas sobre
el Derecho del Mar (CONVEMAR). El Perú sostiene que la línea a
que se refiere el Convenio sobre Zona Especial Fronteriza Marítima
de 1954 concierne únicamente a ciertos aspectos de la vigilancia
de las pesquerías costeras y a facilitar la seguridad del transporte
marítimo y de la pesca en las aguas costeras.
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105. El Perú, en sus alegatos no rebatidos por Chile, enfatiza que las áreas
que bañan las costas del Perú y de Chile son ricas en recursos marinos,
destacando que el área en controversia se ubica en el Gran Ecosistema
Marino de la Corriente de Humboldt. Esa corriente, según el Perú,
permite la abundancia de vida marina, con aproximadamente
entre 18 y 20% de la captura mundial de pescado proveniente de
ese ecosistema. El representante del Perú en la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1958 (ver párrafo
106 infra) se refirió a la opinión de un experto peruano (escrita en
un libro publicado en 1947), según la cual el “límite biológico” de
la Corriente se encontraba a una distancia de entre 80 y 100 millas
marinas de la costa en el verano, y de entre 200 y 250 millas marinas
en el invierno.
El Perú recuerda que fue “el enorme potencial ballenero y pesquero”
de las áreas adyacentes a sus costas el que llevó a los tres Estados a
proclamar zonas de 200 millas marinas en 1952. La pesca industrial
se lleva a cabo hoy en día a una escala importante en las áreas
meridionales del Perú, especialmente desde los puertos de Ilo y
Matarani: el primero es “uno de los puertos pesqueros principales
del Perú y el centro pesquero más importante del sur del país”.
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111. La Corte recuerda que el carácter a todo efecto del límite marítimo
(ver párrafo 102 supra), significa que los elementos de prueba relativos
a la actividad pesquera, en sí mismos, no pueden ser determinantes
en cuanto a la extensión de ese límite. No obstante, la actividad
pesquera da cierto respaldo a la opinión de que es poco probable
que las Partes, en la época en la que reconocieron la existencia de un
límite marítimo acordado entre ellas, hubieran considerado que éste
se extendía hasta el límite de 200 millas marinas.
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117. Sobre la base de las actividades pesqueras de las Partes en esa época,
que eran practicadas hasta la distancia de unas 60 millas marinas
desde los principales puertos en el área, así como de la práctica
relevante de otros Estados y de los trabajos de la Comisión de
Derecho Internacional en materia de Derecho del Mar, la Corte
considera que los elementos de prueba de los que dispone no le
permiten concluir que el límite marítimo acordado a lo largo del
paralelo se extendía más allá de 80 millas desde su punto de inicio.
C. La práctica legislativa
119. Al examinar la práctica legislativa, la Corte primero abordará la
adopción por el Perú en 1955 de una Resolución Suprema relativa
a la zona marítima de 200 millas marinas. Su Preámbulo menciona
la necesidad de precisar, en los trabajos cartográficos y geodésicos,
la manera de determinar la zona marítima peruana de 200 millas
marinas a que se refieren el Decreto de 1947 y la Declaración de
Santiago de 1952. Su primer artículo establece que la zona debía ser
limitada en el mar por una línea paralela a la costa peruana y situada
a una distancia constante de 200 millas marinas de ella. El Artículo
2 expresa:
“De conformidad con el inciso IV de la Decla-
ración de Santiago, dicha línea no podrá sobrepasar a
la del paralelo correspondiente al punto en que llega al
mar la frontera del Perú.”
El Perú sostiene que el Artículo 1 emplea un método de arcos de
círculo, que, según dice, también sería el caso de su Ley del Petróleo
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E. Actividades de ejecución
126. Mucha de la práctica relativa a las medidas de ejecución relevante
para el límite marítimo puede ser dividida entre la concerniente a
las naves de terceros Estados y la que involucraba al Perú y Chile,
y en función del tiempo. Con respecto a la segunda distinción, la
Corte recuerda que su principal, aunque no exclusivo, interés está en
la práctica a inicios de la década de 1950, época en la que las Partes
reconocieron la existencia de su límite marítimo.
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135. Una segunda cuestión planteada por las Partes es el rol desempeñado
por el Perú en las negociaciones concernientes a la delimitación
marítima entre Estados con costas adyacentes o situadas frente a
frente. La posición peruana en esa cuestión fue expresada en varias
oportunidades durante las negociaciones; el 27 de agosto de 1980 el
Jefe de la Delegación del Perú declaró lo siguiente:
“A falta de convenio específico sobre delimi-
tación del mar territorial, la zona económica exclusiva
y la plataforma continental entre Estados cuyas costas
son adyacentes o están situadas frente a frente y donde
no prevalecen circunstancias especiales ni existan de-
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144. La Corte observa que esos Decretos definen los límites de los
distritos marítimos de las Partes en el plano interno. Sin embargo,
como señala el Perú con respecto a su propio Decreto, mientras esos
instrumentos definen los límites septentrionales y meridionales de
los distritos con cierta precisión (en referencia a paralelos de latitud),
ese no es el caso de los límites donde lindan límites internacionales
entre Ecuador y el Perú, el Perú y Chile, y Chile y Argentina. Esos
Decretos definen los límites internos de la jurisdicción de ciertas
autoridades domésticas al interior de Chile y al interior del Perú; no
tienen por objetivo definir los límites internacionales de uno u otro
Estado. Teniendo en cuenta también consideraciones temporales
mencionadas ut supra, la Corte no considera que esos Decretos sean
significativos.
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152. Habiendo concluido que existe un límite marítimo entre las Partes,
la Corte debe identificar ahora la ubicación del punto de inicio de
ese límite.
153. Ambas Partes concuerdan en que la frontera terrestre entre ellas fue
establecido y delimitado hace más de 80 años, de conformidad con el
Artículo 2 del Tratado de Lima de 1929 (ver párrafo 18), que precisa
que “la frontera entre los territorios del Perú y de Chile, partirá
de un punto de la costa que se denominará ‘Concordia’, distante
diez kilómetros al Norte del puente del Río Lluta”. El Artículo 3
del Tratado de Lima de 1929 estipula que la frontera será objeto de
demarcación por una Comisión Mixta, compuesta de un miembro
designado por cada Parte.
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156. Chile, por su parte, sostiene que el resultado del Tratado de Lima
de 1929 y del proceso demarcatorio de 1930, fue que las Partes
acordaran que el Hito Nro. 1 estaba ubicado en la orilla del mar,
con coordenadas astronómicas 18°21’03’’ S y 70°22’56’’ O, y que
la frontera terrestre empezaba en ese Hito. Chile caracteriza las
Instrucciones Conjuntas como que éstas señalaban que habría un
punto de inicio de la frontera terrestre en la costa, instruyendo a los
delegados que aseguraran la instalación de un hito para indicar dicho
punto de inicio. Chile se apoya en un Acta de Plenipotenciarios de
fecha 5 de agosto de 1930, firmada por el Embajador de Chile en
el Perú y el Ministro de Relaciones Exteriores del Perú, alegando
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158. Chile alega que los arreglos de 1968-1969 relativos a los faros también
son relevantes en tanto conllevan una verificación conjunta de la
ubicación física exacta del Hito Nro. 1. Según Chile, la Declaración
de Santiago de 1952 no identificó el paralelo que pasa por el punto en
que la frontera terrestre llega al mar. La observancia e identificación
de tal paralelo por los marinos dio lugar a dificultades prácticas entre
las Partes, como resultado de las cuales acordaron señalar dicho
paralelo con dos faros alineados a través del Hito Nro. 1. Chile hacer
referencia a un documento de fecha 26 de abril de 1968 firmado por
ambas Partes, que sostiene representa un acuerdo de que el paralelo de
la frontera marítima es el que sería marcado por los faros. Así, Chile
sostiene que “[l]os arreglos de 1968-1969 y el proceso demarcatorio
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160. La Ley de Líneas de Base del Dominio Marítimo del Perú, Ley Nro.
28621, de fecha 3 de noviembre de 2005, identifica las coordenadas
el Punto Concordia en 18°21’08’’ S y 70°22’39’’ O, en el sistema
geodésico WGS84. La Ley establece 266 coordenadas geográficas
usadas para medir las líneas de base del Perú, que terminan en el
denominado “Punto 266”, el mismo que sostiene el Perú coincide
con el Punto Concordia.
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por las Partes. La Corte observa que el Perú presenta varios mapas
oficiales de Arica que datan de 1965 y 1966, y de Chile, que datan
de 1955, 1961 y 1963, publicados por el Instituto Geográfico Militar
de Chile, así como un extracto de la Carta Náutica chilena Nro.
101 de 1989. Sin embargo, ese material en gran medida se centra
en la ubicación del punto “Concordia” en la costa y no pretende
representar ningún límite marítimo.
172. El único mapa chileno referido por el Perú que parece representar
el límite marítimo a lo largo de un paralelo que pasa por el Hito
Nro. 1 es un extracto de la Carta Náutica chilena Nro. 111 de 1998.
Ese mapa, sin embargo, confirma el acuerdo de 1968-1969 entre las
Partes. La Corte considera que no está en condiciones de extraer
ninguna inferencia de la demora de 30 años en tal representación
cartográfica por parte de Chile.
174. La Corte considera que el límite marítimo que las Partes buscaban
señalar con los arreglos relativos a los faros, estaba constituido por el
paralelo que pasa por el Hito Nro. 1. Ambas Partes posteriormente
implementaron las recomendaciones del Acta de 1969, construyendo
los faros tal como lo habían acordado, señalando así el paralelo que
pasa por el Hito Nro. 1. Los arreglos de 1968-1969 concernientes a
los faros, por tanto, sirven como prueba contundente de que el límite
marítimo acordado sigue el paralelo que pasa por el Hito Nro. 1.
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188. El Perú afirma que, en el área marítima situada más allá de 200
millas marinas de la costa chilena pero dentro de 200 millas marinas
de su propia costa, tiene los derechos reconocidos al Estado ribereño
por el Derecho Internacional general y que Chile no tiene tales
derechos.
Chile, en respuesta, sostiene que la Declaración de Santiago de 1952
establece un límite lateral único para todos los espacios marítimos de
sus Estados Partes, existentes o potenciales, invocando la referencia
en el párrafo II de la Declaración, a “una distancia mínima de 200
millas marinas”.
190. Después del Punto B, (ver párrafo 186 supra), los límites de 200
millas marinas de los títulos marítimos de las Partes delimitados
sobre la base de la equidistancia ya no se superponen. La Corte
observa que, desde el Punto B, el límite de 200 millas marinas de
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194. Dadas las inusuales circunstancias de este caso, la Corte sigue aquí la
misma aproximación y concluye que es evidente la ausencia de una
desproporción significativa susceptible de poner en duda el carácter
equitativo de la línea equidistante provisional.
VII. Conclusión
196. La Corte concluye que el límite marítimo entre las Partes empieza
en la intersección del paralelo de latitud que pasa por el Hito Nro.
1 con la línea de baja marea, y se extiende 80 millas marinas a lo
largo de ese paralelo de latitud hasta el Punto A. Desde ese punto,
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* *
La Corte,
(1) Por quince votos a uno,
Decide que el punto de inicio del límite marítimo único que delimita
los respectivos espacios marítimos entre la República del Perú y la
República de Chile es la intersección del paralelo de latitud que pasa por
el Hito Nro. 1 con la línea de baja marea;
a favor: Presidente Tomka; Vice-Presidente Sepúlveda-Amor; Jueces Owada,
Abraham, Keith, Bennouna, Skotnikov, Cançado Trindade, Yusuf,
Xue, Donoghue, Sebutinde, Bhandari; Jueces ad hoc Guillaume,
Orrego Vicuña;
en contra: Juez Gaja;
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(Rubricado) P. T.
(Rubricado) Ph. C.
________________
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2. Declaraciones y opiniones
formuladas por Jueces
de la Corte Internacional
de Justicia
Jueces de la Corte Internacional de Justicia a lo largo del proceso de delimitación marítima entre el Perú y
Chile ante dicho tribunal internacional.
de izquierda a derecha:
Primera fila: Bernardo Sepúlveda-Amor (México), vicepresidente de la Corte, Peter Tomka (Eslovaquia), presidente de la
Corte e Hisashi Owada (Japón). Segunda fila: Mohamed Bennouna (Marruecos), Ronny Abraham (Francia), Kenneth Keith
(Nueva Zelanda) y Leonid Skotnikov (Rusia). Tercera fila: Cristopher Greenwood (Reino Unido), quien no participó en el caso
al haberse excusado; Antonio Cançado Trindade (Brasil), Abdulqawi Ahmed Yusuf (Somalia) y Xue Hanqin (China). Cuarta
fila: Philippe Couvreur (Bélgica), secretario de la Corte; Julia Sebutinde (Uganda), Joan E. Donoghue (Estados Unidos),
Giorgio Gaja (Italia) y Dalveer Bhandari (India).
fotografía : cij - icj, un - onu, rob ris, koot studio. cortesía de la cij. derechos reservados .
Declaración del P residente Tomka
El límite marítimo único entre las Partes empieza en la intersección del paralelo de
latitud que pasa por el Hito Nro. 1 con la línea de baja marea, y sigue ese paralelo
de latitud – Dicho límite no se detenía a una distancia de 80 millas marinas – El
Convenio sobre Zona Especial Fronteriza Marítima de 1954 incuestionablemente
reconoce la existencia de un límite marítimo entre las Partes a lo largo de ese paralelo,
sin establecerlo – Más bien, el límite estaba destinado a extenderse hasta una distancia
correspondiente a las zonas marítimas reivindicadas en esa época por las Partes, es
decir, por lo menos 200 millas marinas – El Fallo de la Corte tendrá el efecto de cerrar
la zona de tolerancia establecida por el Convenio de 1954 a una distancia de sólo
80 millas marinas de la costa, lo que parece ir en contra de la intención de las Partes
– Las Partes especificaron los límites este, sur y norte de esa zona de tolerancia, sin
fijar su límite oeste – La historia negociadora de la Declaración de Santiago de 1952
y los actos domésticos mediante los cuales las Partes formularon sus reivindicaciones
marítimas respaldan la opinión de que el límite se extendía a lo largo de 200 millas
marinas – Los travaux préparatoires en torno a la Conferencia de Lima de 1954,
y los textos resultantes, adicionalmente respaldan esta elaboración y deben ser tomados
en cuenta al interpretar la Declaración de Santiago – El párrafo IV de la Declaración
de Santiago no efectuó una delimitación marítima general de las respectivas zonas
marítima de las Partes – La Declaración de Santiago asume que la delimitación
ha sido establecida por medio de un límite marítimo general a lo largo del paralelo,
sirviendo así de evidencia del reconocimiento de las Partes de un acuerdo pero no de su
fuente jurídica – Parte de los elementos de prueba a los que se ha remitido la Corte,
particularmente aquellos correspondientes a la Corriente de Humboldt, señalan una
distancia mucho mayor a la de 80 millas marinas – Desacuerdo con la extensión
insuficiente del límite marítimo acordado en el paralelo en la decisión de la Corte, más
que en la metodología de la Corte empleada en la continuación del límite – La Corte
no necesita fallar en cuanto a la petición del Perú relativa al “triángulo exterior”,
como resultado de la manera como la Corte ha trazado el límite marítimo – El Perú
tiene título sobre una zona económica exclusiva y plataforma continental en el área
del triángulo exterior.
137
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
138
Declaración del Presidente Tomka
139
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
140
Declaración del Presidente Tomka
141
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
12. El concepto de los paralelos es, pues, empleado en los dos instrumentos
internos mediante los cuales el Perú y Chile formularon sus
reivindicaciones marítimas en 1947. Es cierto que el paralelo es
empleado para describir el límite exterior de las zonas marítimas
reivindicadas, siguiendo una línea que es paralela a las líneas de la
costa. Lo que es interesante observar es la referencia en la Declaración
Presidencial chilena al “perímetro formado por la costa con una paralela
matemática proyectada en el mar a doscientas millas marinas de las
costas continentales chilenas” (énfasis añadido).
La palabra “perímetro” claramente implica que la zona tendría límites
en todos sus lados. La palabra “perímetro” se define como “la línea o
líneas continuas que forman el límite de una figura geométrica cerrada
o de cualquier área o superficie”2.
Por tanto, parece que cuando las Partes originalmente formularon
sus reivindicaciones marítimas de manera unilateral, previeron que
sus zonas marítimas resultantes tuvieran límites, no sólo en su lado
occidental, para cuya determinación emplearon una metodología de
tracé parallèle.
13. Sería, sin embargo, ir muy lejos, afirmar que la Declaración de 1952
expresamente estableció el paralelo como el límite entre las zonas de
Chile y del Perú, respectivamente. El párrafo IV de esa declaración está
circunscrito al “caso de territorio insular”. De otro lado, se puede formular
la pregunta de si el límite que separa la zona generada por una isla y la zona
generada por la costa del territorio continental de otro Estado continuaría
2 Definición del término “perimeter”: “The continuous line or lines forming the bound-
ary of a closed geometrical figure or of any area or surface”. Shorter Oxford English Dictionary,
Quinta Edición, Vol. 2, 2002, p. 2159. De modo similar, un diccionario en legua Española define
“perímetro” como “[e]l [c]ontorno de una figura” (Diccionario de la Lengua Española, Vigésima
Segunda Edición, 2001, p. 1732).
142
Declaración del Presidente Tomka
una vez que el paralelo empleado para separarlas alcanzara su punto final,
el punto donde estaría a 200 millas marinas de una isla. ¿Eso significa que
habría un límite únicamente entre la zona marítima generada por la isla y
la zona generada por la costa continental de otro Estado, pero que no sería
un límite que separara las dos zonas generadas por las costas continentales
adyacentes de los dos Estados vecinos?
15. Los delegados peruano y chileno creyeron que “el artículo 4 [i.e.,
párrafo IV, en el lenguaje de la Corte] de la Declaración de Santiago
[era] ya bastante claro y que no [cabía] una nueva exposición” (ibid.).
143
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
16. En base a lo que antecede, uno puede concluir que las Partes acordaron
en 1954 confirmar que su Declaración de Santiago de 1952 fue adoptada
en el entendido de que el paralelo que empieza en el punto en el que su
frontera terrestre llega al mar constituía la línea divisoria de las zonas
que respectivamente reivindicaban.
19. Los travaux préparatoires revelan que el Convenio sobre Zona Especial
Fronteriza Marítima de 1954 fue negociado después de la adopción de
la Minuta arriba descrita, y que el texto actual incorporó una propuesta
3 Énfasis añadido. (Memoria del Perú, Vol. II, Anexo 50, pp. 274-275.)
144
Declaración del Presidente Tomka
21. En enero de 1955, el Perú adoptó una Resolución Suprema, que tenía por
finalidad “precisar en los trabajos cartográficos y de geodesia la manera
de determinar la zona marítima peruana de 200 millas [marinas] a que
se refiere el Decreto Supremo del 1° de agosto de 1947 y la Declaración
conjunta suscrita en Santiago el 18 de agosto de 1952 por el Perú, Chile
y el Ecuador” (Memoria del Perú, Vol. II, Anexo 9, p. 38). La zona es
definida de la siguiente manera:
“1. La indicada zona está limitada en el mar por una
línea paralela a la costa peruana y a una distancia
constante de ésta, de 200 millas náuticas;
2. De conformidad con el inciso IV de la Declaración
de Santiago, dicha línea no podrán [sic] sobrepasar a la
del paralelo correspondiente al punto en que llega al mar la
frontera del Perú.” (Ibid.; énfasis añadido.)
145
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
146
Declaración del Presidente Tomka
26. Ahora que el límite marítimo entre las Partes ha sido determinado por
la Corte, y que sus decisiones deberán ser respetadas, estoy de acuerdo
con la conclusión de la Corte de que no tiene que fallar con respecto a la
petición del Perú concerniente al denominado “triángulo exterior”. Los
derechos del Perú sobre ese espacio marítimo han sido reconocidos en
el Fallo por la manera en que la Corte ha trazado el límite marítimo. El
triángulo exterior es parte de la zona económica exclusiva y plataforma
continental del Perú.
147
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
(Firmado)
Peter Tomka.
—————————
148
Declaración del Juez Sepúlveda-A mor
149
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
150
Declaración del Juez Sepúlveda-Amor
151
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
15. Ese instrumento meramente sugiere un posible acuerdo entre las Partes,
pero no llega a probar su existencia de manera contundente. En sí mismo,
no puede sustentar el hallazgo de un acuerdo tácito de delimitación
marítima entre el Perú y Chile.
152
Declaración del Juez Sepúlveda-Amor
18. Las controversias marítimas se encuentran, sin duda, entre las cuestiones
más sensibles presentadas por los Estados al sistema internacional de
solución de controversias. Espero que el presente Fallo contribuya al
mantenimiento de las relaciones pacíficas y amistosas entre el Perú y
Chile y, a partir de ello, al fortalecimiento del orden público de los
océanos en América Latina.
—————————
153
Opinión separada del Juez Owada
154
Opinión separada del Juez Owada
del límite marítimo único entre el Perú y Chile. Deseo explicar con
cierto detalle las razones por las que tengo que mantener mis reservas
con respecto a ciertos aspectos del Fallo, a pesar de mi voto a favor de
las conclusiones finales a las que ha llegado el Fallo.
155
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
156
Opinión separada del Juez Owada
(a) ¿Sobre qué base jurídica declara el Fallo que las Partes reconocen la
existencia del límite marítimo a lo largo de un paralelo de latitud?
7. A lo largo de los alegatos, Chile ha sostenido consistentemente su
posición de que la Declaración de Santiago de 1952 fue la base jurídica,
i.e., fons et origo del límite marítimo entre Chile y el Perú, que “estableció
un límite marítimo internacional a lo largo del paralelo de latitud que
pasa por el punto de inicio de la frontera terrestre entre los dos países y
que se extiende hasta un mínimo de 200 millas marinas” (Fallo, párrafo
22). El Fallo, en mi opinión, muy acertadamente, ha rechazado esta
posición, tanto en materia de interpretación de las disposiciones de la
Declaración como sobre la base de su historia legislativa revelada en los
travaux préparatoires de la Conferencia de Santiago.
157
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
158
Opinión separada del Juez Owada
11. Debería quedar en claro, de los párrafos citados líneas arriba, que el
sentido llano y corriente del lenguaje empleado es cualquier cosa menos
“claro”. Las palabras cruciales en el Artículo 1 expresan: “[e]stablécese
una Zona Especial … de 10 millas marinas de ancho a cada lado del
paralelo que constituye el límite marítimo entre los dos países” (Convenio de
1954; énfasis añadido). Esta redacción, sin embargo, puede ser leída sea
como declaratoria de una situación jurídica que ya existe, como sostiene
el Fallo, o como constitutiva de una línea que las Partes crearon para la
implementación de los fines de este acuerdo funcional. No hay ninguna
pista para aclarar este punto en el Preámbulo, que no contiene expresión
alguna que se refiera a este punto.
159
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
14. Los travaux préparatories del Convenio de 1954 revelan que la versión final
del texto relevante del Artículo 1 de Convenio de 1954, sobre el que se
ha apoyado el Fallo para determinar la existencia de un acuerdo tácito
sobre un límite marítimo, surgió de una situación confusa, lo que me
lleva a la conclusión de que el Fallo reposa sobre una base objetivamente
bastante dudosa.
160
Opinión separada del Juez Owada
161
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
162
Opinión separada del Juez Owada
19. Basado en este hecho, el Fallo concluye que “[ j]unto con el Convenio
sobre Zona Especial Fronteriza Marítima de 1954, los arreglos reconocen
[que ya existía un límite marítimo que se extendía a lo largo del paralelo
más allá de 12 millas marinas]” (Fallo, párrafo 99; énfasis añadido). Estos
arreglos no son, por tanto, más que un lógico seguimiento del Convenio
de 1954 y no agregan nada más (ni menos) a lo que el Convenio de 1954
establece (o no establece) acerca de la naturaleza del paralelo como una
línea de demarcación marítima.
20. En mi opinión, para que el Fallo concluya del lenguaje del Convenio
de 1954 que las Partes alcanzaron un acuerdo tácito sobre su límite
marítimo, es esencial que la Corte sea capaz de determinar los dos
siguientes puntos:
(a) que tal acuerdo entre las Partes sobre un límite marítimo que se
extiende a lo largo del paralelo más allá de 12 millas marinas cobró
existencia entre las Partes en algún punto en el tiempo sobre la
base de ciertos actos jurídicos u omisiones de las Partes posteriores
a la Declaración de Santiago de 1952, pero antes del Convenio de
1954; y
(b) que el acuerdo sobre dicho límite marítimo es de naturaleza tal que
equivaldría al límite definitivo y a todo efecto que constituye la
frontera marítima lateral entre los dos Estados vecinos del Perú y de
Chile para los fines de la delimitación de sus respectivos títulos sobre
zonas marítimas (Fallo, párrafo 14; Peticiones Finales de Chile (b)
(ii) y Peticiones Finales del Perú (1)).
163
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
24. Es sabido que la situación real en el terreno (¡o más bien en el mar!) que
imperaba en la época del Convenio de 1954 y de los arreglos de 1968-1969
concernientes a los faros en el período relevante –i.e., el período entre
las décadas de 1950 y 1970– era como se describió en el Fallo. Pero “la
situación real en el terreno”– relativa a las actividades de pesca no debería
tener relevancia alguna en la consideración de esta cuestión en el Fallo, si
el razonamiento del Fallo fuera que había surgido un acuerdo tácito como
un límite marítimo a todo efecto a lo largo del paralelo de latitud. Si el
límite que se supone que las Partes reconocieron fuera realmente uno a
todo efecto, sería extremadamente difícil argumentar que se limitara su
extensión apoyándose en la evidencia relativa a actividades de pesca y
justificar esta conclusión de que la línea limítrofe a lo largo del paralelo
de latitud debería detenerse a una distancia de 80 millas marinas. Como
el Fallo muy acertadamente reconoce, “el carácter a todo efecto del límite
marítimo … significa que los elementos de prueba relativos a la actividad
164
Opinión separada del Juez Owada
165
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
166
Opinión separada del Juez Owada
167
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
(7) Este análisis también debería bastar pasa explicar la razón por la que
debería haber un límite para tal línea limítrofe basada en el paralelo
de latitud a que se refiere el Convenio de 1954. La aceptación tácita
en su origen estuvo basada en la práctica de Estado de la época, y,
por tanto, tenía que estar limitada por la extensión de las actividades
pesqueras efectivamente llevadas a cabo por los pescadores costeros
de los dos Estados concernidos. Ello motivó a las Partes a aceptar este
desarrollo como regla normativa, en la medida en que tal aceptación
tácita tenía que ser operativa con respecto a cierta área marina donde
los pescadores de los Estados concernidos realmente desarrollaban
labores de pesca.
168
Opinión separada del Juez Owada
169
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
—————————
170
Declaración del Juez Skotnikov
171
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
de 1950 indica que era improbable que las Partes hubieran establecido
su límite marítimo hasta una distancia de 200 millas marinas. No
encuentro que esta lógica sea convincente. Primero, las Proclamaciones
de 1947 y la Declaración de Santiago de 1952 demuestran que las Partes
querían plantear reivindicaciones que no gozaban de amplia aceptación
internacional contemporánea. Segundo, el establecimiento de un
límite marítimo entre las Partes a inicios de la década de 1950 hasta
una distancia de 200 millas marinas sólo podría entenderse como un
acuerdo inter partes, exigible primordialmente inter se. Es difícil ver por
qué esto sería más controvertido que las reivindicaciones de 200 millas
marinas en las Proclamaciones de 1947 y en la Declaración de Santiago
de 1952, que buscaban crear zonas marítimas a ser defendidas frente a
terceros Estados.
172
Declaración del Juez Skotnikov
7. Sin embargo, dado que al tratamiento dado por las Partes a la extensión
del límite marítimo acordado le falta la claridad que se habría esperado
respecto a una cuestión de tal importancia, me ha sido posible aunarme
a la mayoría al votar a favor del tercer párrafo dispositivo.
(Firmado)
Leonid Skotnikov.
—————————
173
Opinión disidente conjunta de los Jueces Xue, Gaja, Bhandari
y Juez ad hoc Orrego Vicuña
Introducción
1. Según la opinión de la mayoría de los Miembros de la Corte, para
1954 ya había cobrado existencia cierto tipo de acuerdo tácito entre
el Perú y Chile, con el propósito de def inir parte del límite lateral
entre sus respectivas zonas marítimas. Sin embargo, los elementos de
ese acuerdo no han sido claramente identif icados. No hay indicación
acerca de cuándo ni cómo se supone que fue alcanzado tal acuerdo.
174
Opinión disidente Jueces Xue, Gaja, Bhandari y Juez ad hoc Orrego Vicuña
175
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
7. Parece lógico inferir del párrafo IV que el paralelo que pasa por el
punto final de la frontera terrestre en la línea costera continental entre
Estados adyacentes también marca el límite entre las zonas marítimas
relacionadas a las respectivas costas continentales de los mismos Estados.
Por ejemplo, suponiendo que el Estado A se encuentra al norte del
Estado B, tendría poco sentido que la zona marítima generada por una
islas del Estado A estuviera constreñida en el sur por el paralelo que
corre a través del punto final de la frontera terrestre con el Estado B si
la zona marítima generada por la costa continental del mismo Estado A
pudiera extenderse más allá de ese paralelo. De otro lado, si el límite
entre las zonas marítimas generadas por las costas continentales estuviera
al norte del paralelo, se le daría un peso desproporcionado a ciertas islas
pequeñas del Estado A en caso de que tal límite fuera desplazado porque
la zona marítima de esas islas tuviera que alcanzar el paralelo que corre
por el punto final de la frontera terrestre.
176
Opinión disidente Jueces Xue, Gaja, Bhandari y Juez ad hoc Orrego Vicuña
9. Es más, dado que las partes proclamaron públicamente que cada una de
ellas poseía soberanía exclusiva y jurisdicción sobre el mar a lo largo de las
costas continentales de sus respectivos países hasta una distancia mínima
de 200 millas marinas desde sus costas, y que establecieron explícitamente
en la Declaración de Santiago que las islas situadas fuera de sus costas
debían tener zonas marítimas de 200 millas marinas, es poco convincente
extraer la conclusión de que los Estados podrían haber alcanzado un
acuerdo tácito en el sentido de que su límite marítimo a partir de la costa
sólo se extendiera hasta 80 millas marinas, lo que claramente es contrario
a su posición expresada en la Declaración de Santiago.
10. Uno puede asumir que, al mismo tiempo que había una necesidad –a fin
de evitar una superposición de reivindicaciones opuestas– de seleccionar
un criterio para delimitar las zonas marítimas de islas a las que en
principio correspondía una zona de 200 millas marinas de extensión
desde la totalidad de sus costas, había una necesidad menos percibida de
establecer un criterio para delimitar las zonas marítimas generadas por las
costas continentales. Esto es debido a que estas zonas marítimas estaban
probablemente basadas en el método del “tracé parallèle”, reflejando así el
límite exterior la forma de las costas.
177
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
13. La Ley peruana del Petróleo de 1952 definió el límite hacia el mar de
la plataforma continental como una línea imaginaria a una distancia
constante de 200 millas marinas desde la línea de baja marea a lo largo
de la costa continental. El Perú aduce que esta ley y la Resolución
Suprema de 1955, redactada similarmente, definieron el límite exterior
de la zona relevante sobre la base del método de los arcos de círculo,
considerando la distancia desde cualquier punto de la costa continental.
Sin embargo, la redacción de la ley peruana y la de la Resolución
Suprema no necesariamente implican el uso de este método. No son
178
Opinión disidente Jueces Xue, Gaja, Bhandari y Juez ad hoc Orrego Vicuña
179
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
21. En el Convenio de 1954, las tres partes decidieron establecer una zona
especial de 10 millas marinas de extensión a cada lado de la frontera
180
Opinión disidente Jueces Xue, Gaja, Bhandari y Juez ad hoc Orrego Vicuña
181
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
24. El Convenio de 1954 tiene un fin más bien limitado, dirigido sólo
a incidentes inocentes y accidentales ocasionados por embarcaciones
pequeñas. No establece dónde, ni en relación a qué tipo de actividades
pesqueras debían operar las embarcaciones más grandes de cada Estado
parte. Lógicamente, las embarcaciones que no eran los pequeños
botes aludidos líneas arriba, podían pescar mucho más allá de la zona
especial, pero dentro de los límites de la frontera marítima entre los
Estados adyacentes. Es más, las actividades de ejecución desarrolladas
por las partes en modo alguno estaban confinadas a la zona de
tolerancia. En el contexto de la Declaración de Santiago, las partes
del Convenio de 1954 de ninguna manera habrían podido intentar
apelar a las actividades pesqueras de las embarcaciones pequeñas
como un factor pertinente para la determinación de la extensión de
su límite marítimo. Si ese hubiera sido el caso, ello habría restringido
seriamente el potencial de la capacidad de captura de las partes, en
detrimento de sus esfuerzos para preservar los recursos pesqueros
dentro de 200 millas marinas, contradiciendo así el objeto y fin
mismos de la Declaración de Santiago. El hecho de que el extremo
hacia el mar de la zona especial no esté específicamente mencionado
en el Convenio de 1954, y el hecho de que, a pesar de que las
182
Opinión disidente Jueces Xue, Gaja, Bhandari y Juez ad hoc Orrego Vicuña
25. Hay una marcada diferencia entre la zona marítima que cada parte
reivindica al amparo de la Declaración de Santiago y la zona especial
en aplicación del Convenio de 1954. La última es trazada por las
partes para servir a un propósito particular, que no tiene nada que ver
con el ámbito de la primera. El único elemento que se aplica a ambas
zonas es el paralelo que sirve como el límite marítimo de las partes:
el paralelo que divide las zonas marítimas generales y sirve como una
línea de referencia para la zona especial. Dados el objeto y fin del
Convenio de 1954, es bastante cuestionable interpretar este Convenio
de reducida finalidad como si limitara el límite marítimo en función
a la extensión de las actividades de pesca cercanas a la costa como las
de 1954. Esta interpretación del Convenio no es consistente con el
objeto y fin del Convenio ni con el contexto en el que fue adoptado.
183
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
184
Opinión disidente Jueces Xue, Gaja, Bhandari y Juez ad hoc Orrego Vicuña
32. Aparentemente, la instalación de los dos faros fue concebida para aplicar
la delimitación marítima entre las Partes. A partir de la correspondencia
entre las Partes sobre esta cuestión y el texto del acuerdo de 1968, queda
claro que las Partes buscaban asegurar que con la facilidad proporcionada
por los faros, los barcos observaran el límite marítimo entre los dos países.
34. Aun si fue hecha para un fin limitado, la instalación de los dos faros
confirma nuevamente que este paralelo constituye el límite marítimo
lateral entre el Perú y Chile. Consistentemente con su posición adoptada
en Santiago, el límite a lo largo del paralelo que se materializa mediante
los faros en los territorios del Perú y de Chile corre a lo largo de 200 y
no 80 millas marinas.
Conclusión
35. El texto del párrafo IV de la Declaración de Santiago de 1952 implica
que el paralelo que pasa por el punto donde la frontera terrestre llega
185
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
—————————
186
Declaración de la Jueza Donoghue
187
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
Voté a favor de este Fallo en todos sus aspectos, porque creo que refleja un
resultado sólido a la luz del Derecho aplicable y las pruebas presentadas
a la Corte. Presento esta declaración porque las circunstancias de este
caso sirven como recordatorio de las aproximaciones procesales que
pueden ofrecer ventajas cuando cuestiones que son importantes para
las conclusiones de la Corte no han sido abordadas con claridad por
las partes. Por ejemplo, una corte o tribunal tiene la opción de pedir a
las partes informes jurídicos o pruebas adicionales. Alternativamente,
al emitir una decisión interina o parcial, una corte o tribunal puede
decidir parte de un caso mientras busca aportes más precisos de las
partes sobre cuestiones remanentes.
En recientes fallos, la Corte ha mostrado creciente apertura para
aprovechar perspectivas de otras cortes o tribunales internacionales.
Al hacer uso de aproximaciones procesales como las señaladas aquí, la
Corte puede enriquecer más su práctica y jurisprudencia.
—————————
188
Declaración del Juez Gaja
189
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
190
Declaración del Juez Gaja
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191
Opinión disidente de la Jueza Sebutinde
La Corte debería haber determinado el límite marítimo entre las Partes de novo
– No hay acuerdo entre las Partes, tácito ni de ningún otro tipo, que establezca un
límite marítimo permanente a todo efecto – Ninguna Parte invoca el Convenio de
1954 como base para un límite marítimo preexistente – La práctica de las Partes no
refleja la existencia de un acuerdo concerniente a un límite marítimo a todo efecto a
lo largo del paralelo de latitud hasta 80 millas marinas – El exigente estándar de
prueba requerido para la inferencia de un acuerdo tácito no se ha alcanzado.
Introducción
1. Estoy de acuerdo con la conclusión de la Corte en el punto 1 del
párrafo dispositivo del Fallo de que “el punto de inicio del límite
marítimo único que delimita los respectivos espacios marítimos entre
la República del Perú y la República de Chile es la intersección del
paralelo de latitud que pasa por el Hito Nro. 1 con la línea de baja
marea”. Sin embargo, he votado contra los puntos 2 y 3 del párrafo
dispositivo en los que la Corte decide, respectivamente, que “el
segmento inicial del límite marítimo único sigue el paralelo de latitud
que pasa por el Hito Nro. 1 en dirección oeste” y que “este segmento
inicial corre hasta un punto (Punto A) situado a una distancia de
80 millas marinas del punto de inicio del límite marítimo único”.
Consecuentemente, también voté contra el punto 4 del párrafo
dispositivo del Fallo en el que la Corte determina el curso del segundo
segmento del límite marítimo único, empezando desde el Punto A.
192
Opinión disidente de la Jueza Sebutinde
193
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
194
Opinión disidente de la Jueza Sebutinde
195
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
196
Opinión disidente de la Jueza Sebutinde
197
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
198
Opinión disidente de la Jueza Sebutinde
199
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
Conclusión
15. La valla jurídica fijada por la Corte para establecer un límite marítimo
permanente, a todo efecto, sobre la base de un acuerdo tácito es
muy alta, y por una buena razón. Tras haber examinado todos los
elementos, sigo siendo de la opinión de que el estricto estándar sentado
en Nicaragua c. Honduras no se ha alcanzado en el presente caso.
(Firmado)
Julia Sebutinde.
—————————
200
Declaración del Sr. Juez ad hoc Guillaume
3. En primer lugar, Chile se ref irió a las proclamaciones por las cuales
en 1947 los dos Estados reivindicaron unilateralmente ciertos
derechos en el mar sobre una distancia de 200 millas marinas
desde sus respectivas costas. A justo título, la Corte juzgó que esas
declaraciones no establecieron un límite marítimo entre las Partes.
201
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
202
Declaración del Sr. Juez ad hoc Guillaume
203
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
204
Declaración del Sr. Juez ad hoc Guillaume
14. Más allá del punto así f ijado por la Corte, ésta debía determinar
el límite marítimo entre los dos Estados conforme al Derecho del
Mar consuetudinario tal como se desprende de la jurisprudencia.
A este respecto, suscribo enteramente el método seguido. Suscribo
igualmente el razonamiento desarrollado y el resultado alcanzado
en lo que concierne al triángulo exterior sobre el cual el Perú tiene
derecho a ejercer derechos soberanos en las condiciones f ijadas por
el Derecho Internacional.
205
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
(Firmado)
Gilbert Guillaume.
—————————
206
Opinión separada, en parte concurrente y en parte disidente ,
del Juez ad hoc Orrego Vicuña
1. Los Jueces Xue, Gaja, Bhandari y este juez ad hoc han presentado una
opinión disidente conjunta concerniente a ciertos aspectos jurídicos
que son centrales en el Fallo de la Corte en este caso, con particular
referencia a la correcta inter pretación de las Proclamaciones
Presidenciales de 1947 (Memoria del Perú, Anexo 6 y Anexo 27),
la Declaración de Santiago de 1952 (Memoria del Perú, Anexo 47)
y el Convenio sobre Zona Especial Fronteriza Marítima de 1954
(Memoria del Perú, Anexo 50), y a cómo estos instrumentos llevan
a la conclusión de que las Partes acordaron que su delimitación
fronteriza marítima siga el paralelo de latitud hasta una distancia de
200 millas marinas desde su punto de inicio.
207
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
208
Opinión separada del Juez ad hoc Orrego Vicuña
209
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
210
Opinión separada del Juez ad hoc Orrego Vicuña
13. Es evidente a partir del expediente que las Partes no alegaron en favor
de dicha distancia ni, en realidad, de ninguna otra distancia menor a
200 millas marinas. Algo más importante es que nada en el expediente
muestra que jamás se haya considerado cualquier distancia menor en
el curso del largo proceso del establecimiento de las zonas de 200
millas marinas mar adentro. En realidad, habría sido sorprendente que
las Partes hubieran elegido tal reducido límite en el contexto de sus
respectivos esfuerzos individuales y colectivos para establecer una zona
de 200 millas marinas y asegurar su reconocimiento internacional. Si
este hubiera sido el caso, ellos habrían hecho una declaración expresa a
ese efecto, cosa que no hicieron.
211
El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
16. También debe observarse que, aun si se hubiera entendido que la Zona
Especial Fronteriza Marítima se extendía hasta una distancia limitada,
que no era el caso, el límite marítimo igual se habría extendido hasta
200 millas marinas, ya que éste fue establecido independientemente
de cualquier zona especial que más tarde pudiera ser ligada a él.
Cualquier interpretación en contrario habría tenido que apoyarse en un
entendimiento expreso entre las Partes, el cual que no existe.
19. La Declaración de Santiago de 1952 era aún más explícita con respecto
al establecimiento del límite. La Disidente Conjunta explica este aspecto
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Opinión separada del Juez ad hoc Orrego Vicuña
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El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
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Opinión separada del Juez ad hoc Orrego Vicuña
25. Este carácter está reflejado en la Nota que acompaña el texto de este
Memorándum y que fue enviada por la Embajada peruana en Santiago
de Chile al Ministro chileno de Relaciones Exteriores el 23 de mayo
de 1986, la misma que se refiere al resumen de las declaraciones que el
Embajador “se permitió formular” durante la audiencia con el Ministro
(Memoria del Perú, Anexo 76). Aunque es cierto que el comunicado
oficial expedido por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile
el 13 de junio de 1986 erróneamente considera que la iniciativa
transmitió el “interés del Gobierno peruano” (Memoria del Perú,
Anexo 109) en iniciar negociaciones sobre delimitación marítima
(Fallo, párrafo 138), el hecho sigue siendo que si ese hubiera sido su
significado, el Ministerio peruano de Relaciones Exteriores no habría
tomado 15 años en dar seguimiento a esta iniciativa. La importancia
de la práctica posterior a este Memorándum es además minimizada
por el Fallo, como si su texto fuera capaz de establecer algún tipo de
fecha crítica para los efectos de este caso.
27. El Fallo ha adoptado una solución sin precedentes para efectuar una
delimitación marítima en el contexto de las complejas circunstancias
de este caso. Parece satisfacer a una Parte siguiendo el paralelo
hasta la distancia señalada y a la otra Parte continuando a lo largo
de una línea equidistante, que fueron en realidad las dos principales
aproximaciones a esta controversia, aunque con un significado y
extensión diferentes.
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El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
30. Más importante aún es que, a la luz de esto, las Partes ahora tienen
derecho a negociar acceso por parte de los pescadores afectados a las
áreas de pesca puestas bajo la jurisdicción del Perú, de conformidad
con el Artículo 62, párrafo 2, de la Convención de las Naciones
Unidas sobre el Derecho del Mar, que establece que el Estado
ribereño dará a otros Estados acceso al excedente de la captura
permisible. El régimen jurídico de la zona económica exclusiva ahora
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Opinión separada del Juez ad hoc Orrego Vicuña
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El Fallo de la Corte Internacional de Justicia
33. El recurso a los arcos de círculo en 2005 está mucho más lejos de la
fecha crítica de 2000 y dos décadas después el Memorándum Bákula
de 1986, luego del cual el Fallo reduce la influencia de la práctica en
el resultado final de la controversia. Habría sido apropiado aplicar el
mismo criterio a la ley de 2005 y a los mecanismos de implementación
relacionados sobre los que está basado el nuevo método, y así la
influencia de estos factores en la delimitación marítima habrían sido
igualmente disminuida.
34. La segunda razón por la que este juez no puede respaldar la conclusión
del Fallo en esta materia es que es necesario que el área del “triángulo
exterior” sea considerada conjuntamente con el pedido de una línea
equidistante. La adición de ambos sectores atribuye a una Parte una
proporción largamente mayor de las áreas marítimas que la otorgada
a la otra Parte y por tanto no parece pasar apropiadamente la prueba
de no ser desproporcionada. No hay razón para considerar los dos
pedidos como separados. Son simplemente dos piernas de la misma
reivindicación del dominio marítimo que extiende la jurisdicción
lejos en el Océano Pacífico y por tanto deberían ser considerados
como un todo para efectos de decidir acerca del rol de la equidad. En
realidad, la proporcionalidad existente entre la totalidad del paralelo
y el “triángulo exterior” habría permitido un rol más razonable a la
equidad, consistente con el Derecho aplicable.
35. Esto lleva a una preocupación adicional a la luz de este Fallo, relativa
al rol pleno de la equidad en el Derecho Internacional. Aunque la
equidad está generalmente aceptada como una fuente del Derecho
bajo el Estatuto de la Corte, la Corte siempre ha considerado que
el rol de la equidad está limitado por el Derecho como un tipo de
equidad infra legem, esto es, bajo el Derecho y de conformidad con él,
a diferencia de la equidad preter legem o equidad contra legem.
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Opinión separada del Juez ad hoc Orrego Vicuña
37. Este juez ciertamente está a favor de soluciones que podrían resultar
en la conciliación de los intereses esenciales de las partes en un caso,
y así fueran recibidas con mayor aceptación, en el entendido de que
tal ejercicio está estrictamente ceñido al Derecho aplicable, que en
este caso está plasmado en tratados y otros instrumentos jurídicos.
En el contexto de este Fallo, sin embargo, esta limitación puesta en
el rol de la equidad aparece confusa, como si hubiera sido llamada
a influenciar el resultado con su sola presencia. Podría así quedar
comprometida la consistencia con el significado de la Convención de
las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.
(Firmado)
Francisco Orrego Vicuña.
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Agente del Perú ante la Corte Internacional de Justicia, Embajador Allan Wagner, acompañado de miembros
de la delegación del Perú, en la primera declaración a la prensa peruana e internacional al finalizar la lectura
del Fallo de la referida Corte, el 27 de enero de 2014 (Entrada principal del Palacio de la Paz, La Haya, Países
Bajos).
Tomo V
Historia del proceso de delimitación marítima entre el Perú y Chile
ante la Corte Internacional de Justicia
El Congreso de la República y el Ministerio de Relaciones Exteriores se
complacen en presentar el cuarto tomo de la colección “Delimitación marítima
entre el Perú y Chile ante la Corte Internacional de Justicia”, en el que se
incluye la traducción al español del Fallo emitido por la Corte Internacional
de Justicia el día 27 de enero de 2014.
La Sentencia de la Corte Internacional de Justicia constituyó un acontecimiento
histórico de la más alta importancia para nuestro país pues conseguimos el
reconocimiento de nuestros derechos soberanos exclusivos en un área de
50 172.69 km 2 . Asimismo, a lo largo del proceso ante la Corte quedó
demostrada la madurez del pueblo peruano para gestar y mantener, durante
sucesivos gobiernos democráticos y en un ambiente de unidad, una política
de Estado orientada hacia el logro de este gran objetivo nacional.
Además, la rápida ejecución del Fallo en términos de la determinación de
las coordenadas precisas del límite marítimo, constituyó un ejemplo que el
Perú y Chile dieron a la comunidad internacional de respeto al Derecho
Internacional y a la solución pacífica de controversias. Ambos países
cumplieron, en un espíritu de buena vecindad, con este mandato contenido
en el Fallo de la Corte, a tan solo dos meses de su emisión.
La conclusión de esta controversia nos permite comprender que las diferencias
entre Estados se pueden convertir en excelentes oportunidades para resolverlas
desde la perspectiva del fortalecimiento de una cultura de paz que posibilite
una relación bilateral a futuro en la que prevalezca el respeto mutuo, la
confianza, la cooperación y la integración.