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S = KB Ln Ω
Donde kB es la constante de Boltzmann, y aparece sencillamente para
determinar la escala de la entropía, que suele darse como energía por
grado de temperatura (J/K), aunque según esta interpretación podría
carecer de unidades.
Interpretación canónica
La interpretación microcanónica de la entropía concibe un sistema
termodinámico aislado, esto es, un sistema termodinámico que no
intercambia ni materia ni energía ni volumen con el exterior: la
composición del sistema, dada por N 1, N2, ..., su energía interna U y su
volumen V no cambian en ella. El sistema por antonomasia que cumple
dichas condiciones es el propio universo. Sin embargo, en muchas
ocasiones se contemplan sistemas que sí intercambian energía, masa o
volumen con su entorno.
Evidentemente, podría entonces pensarse que cualquier sistema, sean
cuales sean las condiciones de intercambio con su entorno, puede ser
tratado concibiendo el sistema global que quede sujeto a la
interpretación microcanónica. En efecto, en principio su estado de
equilibrio debería poder obtenerse sin más que considerar el número
total de microestados del sistema global. Esto, sin embargo, puede ser
muy costoso por no decir prácticamente imposible de estimar en la
mayor parte de las circunstancias: los cálculos combinatorios sobre el
número de formas en que la energía disponible en un sistema puede
distribuirse suele quedar más allá de todo conocimiento matemático. Y
es para solventar esas deficiencias que surgen el resto de
interpretaciones de la entropía.
La interpretación canónica, a veces llamada formalismo canónico o de
Helmholtz, considera un sistema termodinámico capaz de intercambiar
energía con un reservorio térmico o termostato. Según esto, al disponer
de una fuente infinita de energía, todo estado energético, desde el de
menor energía hasta el de mayor, será concebible para el sistema. Sin
embargo, en oposición al sistema microcanónico, la probabilidad de
cada uno de esos estados no será la misma: el sistema no estará la
misma fracción de tiempo en cada uno de esos estados. El punto
central del formalismo canónico es determinar la distribución de
probabilidad de los microestados. Y dicho problema se resuelve
teniendo en cuenta que el sistema global formado por el termostato y el
sistema en cuestión es un sistema cerrado, esto es, cumple el
formalismo microcanónico de que la probabilidad de cada microestado
global es la misma.