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Estudio de Factibilidad
Fenómeno Social
Gestión Cultural
Planificación
Planificación estratégica
Proyectos de Inversión
Proyecto de Investigación
Pueblo
Pueblos Mágicos
Tipos, Niveles y Métodos de la Planificación Tipos de Planificación
De acuerdo con los métodos aplicados
Procedimientos
a) Métodos de trabajo o ejecución
b) Representados por flujogramas
De acuerdo el dinero
Presupuestos
a) Ingresos
b) Gastos
De acuerdo con el tiempo Programas
a) Correlación
b) Tiempo
c) Actividades
d) Representados por cronogramas
De acuerdo al comportamiento
Reglas o reglamentos
a) Como deben comportarse las personas ante ciertas situaciones
b) Conductas a observar en los procesos
Planificación Estratégica
Es la planificación a largo plazo que enfoca a la organización como un todo. Los
administradores consideran a la organización una unidad total y se preguntan a sí mismo
qué debe hacerse a largo plazo para lograr las metas organizacionales. El largo plazo se
define como un período que se extiende aproximadamente entre 3 y años hacia el futuro.
Se debe seguir el principio del compromiso el cual afirma que los administradores deben
comprometerse fondos para la planificación sólo cuando puedan anticipar, en el futuro
próximo, un rendimiento sobre los gastos de planificación como resultado del análisis de
planeación a largo plazo.
MÉTODOS DE PLANIFICACIÓN
Método Analítico d) Experimentación
Se fundamenta en la: e) Generalización
a) División
b) Clasificación Método Deductivo
Método Sintético Se desarrolla a través de la:
Maneja sus elementos a través de: a) Aplicación
a) Conclusiones b) Comprobación
b) Recapitulación c) Demostración
c) Diagrama
d) Definición
e) Resumen
f) Sinopsis
g) Esquema
Método Inductivo
Se basa en los siguientes aspectos:
a) Observación
b) Abstracción
c) Comparación
1.2.- Antecedentes de la planificación.
La planificación, aunque tuvo su origen en un pasado remoto, como actividad
reconocible, es un producto del siglo XX. Su área de competencia genética fue en
ambos casos la económica, pero, desde allí, se abrió camino hacia todos los demás
sectores. Estas circunstancias no fueron insignificantes pues han tenido influencias
en los diversos modelos de gestión de planificación, que aún siguen vigentes. La
historia de la planificación, en general y también su aplicación en el campo
educativo, muestra que ella siempre ha tenido como centro la preocupación por el
cambio. Del mismo modo, por ser una herramienta develada para la gestión de
procesos, su propensión es la de organizarlos de manera tal que sea posible
concretar posible concretar múltiples fines.
El referente de base ha estado en la idea de que el conocimiento, el saber, permite
no solo conocer sino también dirigir.3,4 Ha sido un reto a la sensatez lógica, al
entender que la razón es capaz de discernir qué es lo mejor en una situación
determinada y qué no. También es un reto a la voluntad de los actores, pues se
asevera que es posible, a través de ella, dirigir los procesos sociales. “En última
instancia la planificación se preocupa por el control sobre el futuro. Planeamos en
un intento de asegurar que el futuro resulte de tal forma que se aproxime a la manera
como lo deseamos.”5 a lo cual Matus agrega la idea de que ella implica un acto de
voluntad cuando señala “la planificación, como cuerpo de teoría general, puede
aplicarse a cualquier actividad humana donde es necesario un esfuerzo para
alcanzar un objetivo.” Ya desde 1964, Lyons expresaba “muchos educadores
latinoamericanos confían en que el planeamiento de la educación será un nuevo
medio para realizar los cambios que hoy son indispensables en sus sistemas de
educación.” La planificación estratégica en el ámbito universitario, como la
planificación social en general, tiene sus antecedentes históricos, desde 1953, en la
visión de Mannheim8 como estrategia que trasciende el pensamiento ideológico y
el utópico, promoviendo la profundización de una democracia económica y política
de las sociedades de mercado abierto. La noción de “planificación para la libertad
“de este autor se fundamentaba en la formación de una clase media educada y en
ascenso que asumiera los retos de equilibrar la tensión entre las tendencias
monopolizadoras y las desintegradoras del poder político y económico. Los
planificadores deben ser competentes en el manejo técnico de las herramientas de
su tarea; contar con sensibilidad para equilibrar los excesos a que en ocasiones los
lleva el mercado. Así, la planificación en el ámbito social se comenzó a desarrollar
asumiendo la imposibilidad de coordinar todos los procesos de planificación en una
sociedad abierta. Sin embargo, al mismo tiempo hacía explícita la necesidad de ser
aplicada en la reducción de las consecuencias contrarias al sentido de justicia y a
la funcionalidad del modelo económico de la racionalidad del mercado, así como
para estructurar un marco de referencia para la estabilidad y la competitividad
económica. Mintzberg, Bruce y Lampel9, a partir de los antecedentes anteriores,
delimitaron la evolución de la planificación estratégica en diez perspectivas que
posteriormente clasificaron en tres modelos generales:
1.3.-Principios de la planificación.
En la literatura especializada, es posible encontrar algunas diferencias de matices
al enunciar los principios de la planificación, pero también resulta factible generalizar
las esencias comunes, mayoritariamente aceptadas de los mismos, las cuales se
sintetizan a continuación:
Principio de la universalidad. Supone la inclusión de todo el universo de factores
que propicien desarrollar el plan de forma efectiva, a saber: tiempo, personal,
materiales, presupuesto, etc.
Principio de racionalidad. Las sustentaciones de los planes deben apoyarse en el
uso de la lógica, por lo que deben incluir metas logrables, las cuales dispongan de
los recursos necesarios para llevarlas a vías de hechos.
Principio de la precisión. Para lograr el cumplimiento de las metas con la eficacia y
eficiencia deseadas, es imprescindible realizar el proceso de planificación con un
alto grado de precisión, que cierre el paso a lo eventual y a las improvisaciones. Los
planes deben constituir una sólida estructura a partir de la cual puedan calcularse
las adaptaciones a las condiciones específicas del futuro mediato.
Principio de la flexibilidad. El cumplimiento del principio anterior, debe dejar no
obstante, un margen para los cambios que pueda ser necesario introducir, debido a
variaciones no previsibles de las circunstancias del entorno, que tengan lugar
después de la concepción del plan. Aún cuando este planteamiento pueda ser
considerado como contradictorio, todo plan deberá ser simultáneamente, lo
suficientemente preciso para minimizar los cambios por variaciones previsibles, y lo
suficientemente flexible, para asimilar los cambios que sea necesario introducir
debido a variaciones no previsibles. Téngase en cuenta que no es lo mismo rigidez
que exactitud.
El principio de la unidad. Todos los planes que se elaboren en la organización deben
responder a un plan general único, para lo cual es preciso garantizar su
coordinación e integración. Los planes de las diferentes áreas funcionales de la
entidad deben coordinarse de tal manera que en un mismo plan puedan encontrarse
todas las normas de acción aplicables. Lo anterior evidencia la necesidad de que
todas las áreas participen activamente en la elaboración de los planes, de forma
que se conjuguen todos los propósitos e intereses, en un único documento que
recoja las metas de la organización de manera integral.
En las empresas estatales cubanas, es preciso lograr, asimismo, la participación
activa de todos los miembros de la organización, toda vez que en una sociedad
socialista, son los trabajadores los legítimos dueños de los medios de producción.
Por otra parte, es una manera de garantizar la implicación y el compromiso
emocional de todos los empleados con las metas de la organización.
Principio de factibilidad. Lo que se planee debe ser realizable; no tiene sentido
elaborar planes demasiado ambiciosos u optimistas que sean imposibles de
lograrse. La planeación debe adaptarse a la realidad y a las condiciones objetivas
que actúan en el medio ambiente.
El principio de compromiso. Este principio indica que la planeación a mediano plazo
es la más conveniente porque asegura que los compromisos de la empresa encajen
en el futuro, preservando tiempo para adaptar mejor sus objetivos y políticas a las
tendencias descubiertas, a los cambios imprevistos. Por otra parte, las
planificaciones deben incluir el compromiso de todos los miembros de la
organización para llevar a vías de hechos las decisiones adoptadas en su ejercicio.
Principio de factor limitante. El ejercicio de la planeación, supone que los
administrativos dispongan de las competencias necesarias para detectar los
factores que puedan limitar o frenar el logro de las metas y propósitos de la
organización. Este principio enfatiza la importancia de la objetividad en el momento
de la selección de un curso de acción entre diferentes alternativas para alcanzar los
fines propuestos.
Principio de inherencia. Este principio sustenta que la planeación es inherente a
cualquier organización humana y es condición necesaria de la administración. Sólo
mediante la planificación eficaz se puede conducir la organización al éxito,
garantizar la eficacia de la gestión y ofrecer respuestas oportunas a los cambios del
entorno donde ésta se inserta.
1.4.- Tipos, niveles y Métodos de la planificación
1. Planeación personalizada.
Parte del enfoque analítico de los acontecimientos y de las acciones que intervienen
en la persona humana como origen y punto de equilibrio del contexto conocido. El
individuo posee cualidades derivadas de la herencia, la educación familiar, el medio
social, la percepción y adaptación física, la cultura, etc.
Dichas cualidades, según Eduardo Domínguez Corona, se traducen en recursos
para su desenvolvimiento personal.
2. Planeación operativa.
La planeación operativa se refiere básicamente a la asignación previa de las tareas
específicas que deben realizar las personas en cada una de sus unidades de
operaciones. Las características más sobresalientes de la planeación operacional
son: se da dentro de los lineamientos sugeridos por la planeación estratégica y
táctica; es conducida y ejecutada por los jefes de menor rango jerárquico; trata con
actividades normalmente programables; sigue procedimientos y reglas definidas
con toda precisión; cubre períodos reducidos; su parámetro principal es la eficiencia.
3. Planeación estratégica.
La planeación estratégica es un proceso que sienta las bases de una actuación
integrada a largo plazo, establece un sistema continuo de toma de decisiones,
identifica cursos de acción específicos, formula indicadores de seguimiento sobre
los resultados e involucra a los agentes sociales y económicos locales a lo largo de
todo el proceso. Los administradores consideran a la organización una unidad total
y se preguntan a sí mismo qué debe hacerse a largo plazo para lograr las metas
organizacionales.
Como tendencia general en la planeación actual se encuentra la planeación
estratégica. Este tipo de planeación contiene elementos que pudiesen hacer que se
considere de ella un método; considerando que éste se refiere tanto al enfoque de
la dirección, como al proceso.
Otro aspecto importante es que considera que un plan debe operacionalizarse
(elemento fundamental para hacer funcionar un plan) y además hace énfasis en la
efectividad del mismo (finalidad de todo plan).
Según George A. Steiner, la planeación estratégica no puede estar separada de
funciones administrativas como: la organización, dirección, motivación y control.
Además, este tipo de planeación está proyectada al logro de los objetivos
institucionales de la empresa y tienen como finalidad básica el establecimiento de
guías generales de acción de la misma.
Este tipo de planeación se concibe como el proceso que consiste en decidir sobre
los objetivos de una organización, sobre los recursos que serán utilizados, y las
políticas generales que orientarán la adquisición y administración de tales recursos,
considerando a la empresa como una entidad total.
Otro elemento fundamental dentro de la planeación estratégica es que su parámetro
principal es la efectividad.
Fernández Güell considera que los instrumentos de su evaluación más utilizados en
la Planeación Estratégica son:
• Sistema de indicadores para evaluar el progreso de los programas y proyectos
estratégicos.
• Sistema de indicadores para evaluar el grado de impacto de la puesta en marcha
de las actuaciones del Plan Estratégico sobre el desarrollo socioeconómico de la
ciudad.
• Sistema de indicadores para evaluar la evolución de los factores eternos a la
ciudad y para explorar escenarios futuros.
• Seminarios anuales para efectuar una evaluación global del progreso del Plan.
Todos estos instrumentos, según el mismo autor295, deben permitir dar a una
respuesta a las siguientes preguntas:
• ¿Qué se ha hecho en cada una de las medidas concretas?
• ¿Qué no se ha hecho y qué medidas han perdido vigencia?
• ¿Qué no se ha hecho pero sigue vigente?
• ¿Qué nuevas propuestas parecen convenientes?
• ¿Se ha consolidado la ciudad en dinamismo económico?
• ¿Ha mejorado la ciudad en calidad de vida?
• ¿Ha prosperado el equilibrio social de la ciudad?
4. Planeación sistémica.
Ricardo Guerra Quiroga menciona que las relaciones del hombre con la sociedad y
el entorno pueden ser identificadas en términos de sistemas ya que contiene partes
relacionadas entre sí, y en algún sentido constituye un todo completo. En este tipo
de sistema se intenta definir el sistema identificando las partes o elementos por un
lado, y por otro las conexiones o interacciones.
5. Planeación para el “mejoramiento de la calidad de vida”.
Pretende resaltar el aspecto humano como finalidad y punto de partida de la
planeación regional. En ella se observan los siguientes pasos: el análisis y
diagnóstico de una situación dada y la traducción a objetivos claros y precisos de lo
que se quiera alcanzar. El desglose ordenado de los objetivos se expresan en
metas, las cuales se deben jerarquizar, estableciendo la interrelación que existe
entre ellos. Al mismo tiempo se deberá cuantificar los recursos disponibles, además
de observar la forma de distribución en el tiempo y espacio de las actividades.
6. Planeación táctica.
Parte de los lineamientos sugeridos por la planeación estratégica y se refiere a las
cuestiones concernientes a cada una de las principales áreas de actividad de las
empresas y al empleo más efectivo de los recursos que se han aplicado para el
logro de los objetivos específicos.
7. Planeación ecológica.
Se genera a partir de proyectos presentados ante el Instituto de Ecología, que
elabora programas de conservación del suelo, que incluyen: un modelo de
regionalización ecológica para descentralizar las medidas de protección del suelo,
un sistema de información de planeación general ecológica, y estudios de
planeación ecológica regional o regionalización ecológica. El enfoque integral de su
gestión se basa en la división territorial en regiones naturales: la orografía, el clima,
el suelo, las condiciones del hábitat, estudios forestales, edafología, etc.
La definición de la capacidad ambiental a efectos de planificación del espacio se
genera por medio de la sostenibilidad o sustentabilidad.
8. Planeación participativa con fines operativos (método de intervención)
Este sistema sugiere un esquema operativo cercano a los procedimientos de la
investigación participativa; método basado en el desarrollo de la comunidad y en la
participación, elementos que fungen como esencia de este método de intervención.
Este método plantea dos alcances diferentes: la estrategia cognitiva (métodos de
investigación social) y la estrategia de acción (métodos de intervención social).
Dentro de la intervención social se distinguen cuatro fases: estudio/investigación
que culmina en un diagnóstico; la programación de actividades pertinentes y
necesarias para intervenir sobre una situación social problemática; la ejecución, que
es el momento de la acción y que implica la realización de un conjunto de
actividades con el fin de transformar una situaciónproblema y la evaluación de lo
realizado o de lo que se está realizando.
9. Planeación polarizada.
Las regiones polarizadas están basadas en la existencia de la comunicación; de
aquí que las zonas carentes de comunicación no formen parte de ninguna de las
áreas de influencia analizadas en este estudio. La región polarizada es por
naturaleza un conjunto heterogéneo en el cual las diversas partes presentan un
carácter complementario, y mantienen de una manera privilegiada mayor
intercambio con un polo que con cualquier otro del mismo orden.
10. Planeación normativa.
La planificación normativa trata de someter a la voluntad humana el curso y la
dirección de procesos sociales, por una serie de procedimientos que imprimen
racionalidad a las actividades que se realizan para conseguir determinadas metas
y objetivos.
Sus perspectivas, enfoques y modos de considerar los factores que intervienen en
ella se desarrollan de la siguiente manera::la planeación normativa es un problema
meramente técnico; se centra en la “lógica de la formulación”; los planes, programas
y proyectos expresan lo deseable; enfatiza lo tecnocrático, haciendo de a
planificación una tecnología que orienta las formas de intervención social;
importancia del papel de los expertos en la elaboración del plan, programas y
proyectos; el centro de la planificación es el diseño y suele expresarse en un plan-
libro que expresa lo que debe hacerse; la definición de los objetivos resulta de
diagnóstico elaborado por los técnicos; importan decisiones del sujeto planificador
que está “fuera” de la realidad, considerada como objeto planificable; no considera
oponentes, obstáculos y dificultades que condicionan la factibilidad del plan; el punto
de partida es el “modelo analítico” que explica la situación problema, expresada en
un diagnóstico; el punto de llegada es el “modelo normativo” que expresa el diseño
del deber “ser”; la dimensión normativa se expresa en un “deber ser”, del que se
deriva un esquema riguroso, normalizado y articulado de actuación.
11. Planeación prospectiva.
La planeación prospectiva contiene elementos de la planeación estratégica y
normativa, y es conocida bajo el nombre de adaptativa, interactiva, corporativa o
transaccional. Lo que distingue a la planeación prospectiva es el énfasis en la
formulación de los objetivos o futuro deseado y la búsqueda activa de medios para
hacerlo posible. El proceso de planeación se extiende desde la formulación de los
ideales sociales y económicos más generales, hasta los detalles de la elaboración
e implantación de decisiones.
1. Formulación de la estrategia
2. Implantación de estrategias
3. Evaluación de la estrategia
1. Planeación
2. Búsqueda de valores
3. Formulación de la misión
4. Diseño de la estrategia del negocio
5. Auditoria del desempeño
6. Análisis de brechas
7. Integración de los planes de acción
8. Planeación de contingencias
9. Implementación
Una influyente corriente de pensamiento (Mill y Morison, 1985, Plog, 1973) relaciona
estrechamente el concepto de planificación estratégica con el concepto de ciclo de
vida del destino , (Christaller, 1963; Butler, 1974) Para estos autores la ausencia de
planificación va a acelerar el ciclo de vida del producto alcanzando rápidamente su
fase final. Las consecuencias de una no planificación o de una deficiente
planificación se traducen para el destino turístico en cuestión en toda una serie de
problemas como degeneración del medio natural, problemas de tráfico, perdida de
identidad cultural, falta de formación de los trabajadores, conflictos entre
comunidades locales y turístas, carencia de atracciones dentro del catalogo
turístico, etc. Problemática que trae consigo la decadencia del destino. (Porta y
Valls, 1995).
La planificación aparece, por ello, como referente inevitable en el proceso de
desarrollo turístico, si bien y tal y como establece Gunn (1994) la planificación
consta de dos fases básicas, el diseño y la elaboración del plan por una parte, y la
implementación y aplicación del mismo por otra. Siendo imprescindible de cara a
una planificación eficaz la ultimación de ambas fases, de lo contrario los
documentos podrían transmutarse en simple papel mojado.
Para Bote Gómez (1990) la planificación debe responder a tres condicionamientos
básicos: En principio el plan debe avanzar el futuro, como tal instrumento de
prognosis debe venir precedido de un análisis exhaustivo donde se exponga el
conjunto de relaciones de la actividad turística con los restantes sectores
económicos así como las características del turismo en dicha localización. En
segundo lugar el plan debe constituir un espacio de consenso donde todos los
agentes territoriales involucrados en la actividad turística, dispongan de un espacio
de participación, reflexión y discusión para la elaboración del plan. Finalmente el
plan debe establecer un cuadro marco de programación donde se delimiten una
serie de grandes líneas estratégicas, desplegadas a su vez en una secuencia de
programas y proyectos que las desarrollan.
Inskeep (1994) considera que la planificación turística debe responder a la exigencia
de establecer un enfoque de desarrollo sostenible en el diseño e implementación de
las actividades turísticas. Dicho enfoque supone la gestión sostenible y
preservación de los recursos naturales y culturales de la zona en cuestión, para su
uso presente y futuro como tales atractivos turísticos y su disfrute para la comunidad
local.
Para Bordas (1994) que sigue la metodología “cluster” de M. Porter, la planificación
debe ser una suerte de guión de desarrollo turístico, cuyas líneas directrices
implican tanto al sector público como al sector privado. A través de la planificación,
se genera el marco adecuado que permita a las empresas turísticas de cada cluster
(independientes, pequeñas y con visión parcial del mercado) lograr niveles
superiores de ventajas competitivas. Siguiendo a Porta y Valls (1995) esta reflexión
es sustancialmente importante en un sector como el turístico dominado por la
preponderancia de la Pyme, es decir por la fragmentación y atomización
empresarial, la visión parcial que tienen los pequeños y medianos prestadores del
servicio puede corregirse mediante una planificación estratégica que establezca un
entorno favorable a la creación y consolidación empresarial y facilite la consecución
de ventajas competitivas comunes.
Porta y Valls (1995) definen a la planificación estratégica turística desde una
perspectiva funcional, como la planificación que establece el modelo de desarrollo
a largo plazo que las comunidades y las instituciones desean para el territorio,
modelo de “sostenibilidad” que debe promover la rentabilidad de las inversiones
privadas, la rentabilidad social y económica, medioambiental, en una perspectiva de
colectividad.
Para dichos autores el contenido estratégico de la planificación se traduce en:
• Definición de un marco para el desarrollo armónico del territorio donde se
establezca una jerarquía de prioridades de actuación
• Visión temporal del largo plazo
• Evitar comportamientos reactivos a la demanda que provocarían un crecimiento
desordenado
• Estructurar las actuaciones públicas de manera que se superen los obstáculos
para el desarrollo turístico y se posibilite la aparición de nuevas oportunidades de
negocio