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ASUP: “Sin los beneficios tributarios habrá

alza de pensiones en universidades”


Amenaza de privados. Asociación de Universidades del
Perú (ASUP) se opone a que se les retire exoneración
del IGV e Impuesto a la Renta. Sunat y MEF dejan de
recaudar varios millones al año. Gobierno evalúa qué
hacer con exoneraciones.
No perderán nada. Luego de que el primer ministro César Villanuevainformara que el Gobierno viene
evaluando las exoneraciones tributarias que se les otorga a las universidades privadas desde la década de
los noventa, el presidente de la Asociación de Universidades del Perú (ASUP), Iván Rodríguez, advirtió
que el retiro de estos beneficios ocasionará el incremento de las pensiones debido a que se elevarán los
costos operativos de cada una de ellas. Así, solo se afectará, según el también rector de la Universidad
Ricardo Palma, el bolsillo de los estudiantes.
En recientes declaraciones a la prensa, el premier César Villanuevaseñaló: “Estamos revisando el tema
relacionado a universidadesprivadas en cuanto al impuesto a la renta (IR), estamos haciendo un trabajo
minucioso con el MEF”.

PUEDES VER Sunedu: Universidad Científica del Sur recibe licenciamiento por seis años
Estas exoneraciones, debemos explicar, existen desde 1996 con la Ley de Promoción de Inversión en la
Educación (DL 882) que promulgó el gobierno de Alberto Fujimori para crear universidades privadas.
"Ahí empezó el negocio de la educación. Debido a estos beneficios, que incluyen el no pago del Impuesto
a la Renta, IGV y aranceles, es que se amplió la oferta educativa, pero en perjuicio de la calidad", indica
el congresista Alberto Quintanilla.
Hoy existen 142 universidades en el Perú, de las cuales 91 son particulares. De este grupo hay 50
asociativas (sin fines de lucro, como la PUCP, la Ricardo Palma, la de Lima) y 41 societarias (con fines
de lucro, como la César Vallejo, Alas Peruanas). Pues bien, las primeras generan "excedentes" cada año,
pero sus miembros no pueden repartírselos ya que están obligados a reinvertirlos en mejoras en la
educación de sus casas de estudios. Por ello, estas instituciones están exoneradas del Impuesto a la Renta
hasta diciembre del 2018.

Casos distintos
En el caso de las universidades con fines de lucro, generan "utilidades" cada año y sus dueños pueden
hacer uso de ellas. Eso sí, al ser empresas, pagan Impuesto a la Renta. Sin embargo, si reinvierten sus
"utilidades" en mejoras a favor de sus locales acceden a un crédito tributario del 30% del monto invertido.
Estos puntos se han reafirmado en la Ley Universitaria.
Tanto las asociativas como las societarias no pagan el Impuesto General a las Ventas (IGV) en los
servicios vinculados al cobro de pensiones, entrega de certificados y diplomas y alimentación a alumnos.
Gozan también de exoneración de aranceles en la compra de bienes para el servicio educativo.
Debido a esa situación, manifiesta Iván Rodríguez, el retiro de los beneficios generará problemas a los
700 mil estudiantes de universidades privadas.
Se debe precisar que, según el último ránking del Grupo Educación al Futuro, universidades como Alas
Peruanas y San Juan Bautista cobran pensiones mensuales que varían entre 320 y 1.850 soles,
dependiendo de la carrera que se elija. Estas son las "más económicas".
"Nosotros cobramos las pensiones a los alumnos sin considerar el IGV (19%) que está exonerado. Al no
pagar el Impuesto a la Renta podemos comprar equipos electrónicos e implementar laboratorios. Por eso,
si nos retiran esos beneficios tributarios, lo que generará es que se eleven las pensiones porque deberemos
cubrir lo que vamos invirtiendo", precisa el presidente de la ASUP.

Alza no es justificable
Sin embargo, para el abogado tributarista Jorge Picón, este aumento de las pensiones sería controversial,
ya que solo aplicaría si les quitan la exoneración del IGV, más no del Impuesto a la Renta. El Gobierno, a
su parecer, evalúa lo último.
"Estas exoneraciones tenían sentido en los noventa, con el contexto del terrorismo y la necesidad de
fomentar la inversión. Pero en los últimos años, el sector educativo demostró ser un negocio
increíblemente rentable. Hablamos de grupos que producen millones de soles y no pagan impuestos”,
dice.
Según la Sunat y el Ministerio de Economía y Finanzas, en el 2018 el crédito por reinversión de
instituciones educativas privadas llegaría a S/ 3 millones 87 mil. Por eso, si se elimina el beneficio
referido al Impuesto a la Renta, la Sunat podría contar con este monto anual.
Para la ex titular de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu), Lorena
Masías, ya no se requieren incentivos para las universidades privadas sino que se debe ver la forma de
que estas mejoren. Una opción es el proceso de licenciamiento que asegura condiciones básicas.
Precisó que ahora la Sunedu viene fiscalizando que estos beneficios no sean mal usados, con una vuelta a
la ley, como habría ocurrido en la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, donde el rector Luis Cervantes
Liñán ganaría más de S/ 2 millones.
El congresista de Nuevo Perú, Alberto Quintanilla, pide a la comisión de Educación del Congreso
agilizar el debate de su proyecto de ley que elimina estos beneficios. No obstante, los intereses de algunos
congresistas con universidades privadas lo impediría. Habrá que esperar para ver.

Claves
Propuesta. La Asociación Nacional de Universidades Públicas del Perú (ANUPP) ha pedido que este
monto de exoneración de impuestos pase a un fondo intangible en favor de las instituciones estatales que
lo necesitan. Estos recursos podrían ser empleados en la mejora de infraestructura y en la compra de
equipos e instrumentos.
Más beneficiados. De estas exoneraciones tributarias también gozan los institutos de educación superior y
las escuelas privadas.
Grandes sumas. Según estimaciones de la SUNAT, durante el 2018 el sector de universidades privadas
recibirá beneficios por S/ 1.925 millones, equivalentes a 0,26% del PBI.

Enfoque
Los beneficios enriquecieron a los dueños, por Daniel Mora
A la luz de los resultados adversos desde que se aplicó el DL 882 durante el gobierno fujimorista, no
deben seguir estos beneficios tributarios, sobre todo para aquellas universidades privadas con fines de
lucro. En todo este tiempo, no hemos obtenido calidad, sino que han aumentado como hongos. Sus
dueños se han enriquecido de forma desproporcionada en perjuicio de la universidad peruana.

Este dinero que no se ha cobrado por los beneficios debe ir a un fondo concursable para la mejora de la
calidad e infraestructura de las universidades públicas.
Aquellas universidades privadas sin fines de lucro pueden continuar con estos beneficios, pero la Sunat y
la Sunedu deben repotenciar la supervisión y la fiscalización porque se ha visto que algunos rectores
abusaron de estos beneficios.

La amenaza de aumentar las pensiones, si le quitan los beneficios, es tonta porque, las con fines de lucro
ya ganan lo suficiente.
Por Elizabeth Salazar y Ernesto Cabral
07 DIC 2016
El lobby universitario está hoy moviendo sus fichas en el
Congreso para anular la Ley Universitaria que, entre otras
modificaciones, permitirá fiscalizar dos de los beneficios
tributarios que favorecieron a más de 90 universidades privadas
desde el gobierno de Alberto Fujimori. De estas, 50 universidades
fueron creadas con fines de lucro y temen perder las
exoneraciones tributarias que sirvieron para enriquecer a algunos
rectores y empresarios de la educación.
La guerra contra la reforma educativa se pelea en el Congreso, pero la agitan
los dueños de las universidades privadas que temen perder parte de los
millonarios ingresos que obtienen al abusar de las exoneraciones tributarias
que mantienen desde hace 20 años. Bajo la nueva Ley Universitaria, las 50
universidades privadas creadas como empresas lucrativas no podrán pedir la
reducción de su impuesto a la renta porque ninguna ha completado la
acreditación; además, se fiscalizarán los excedentes de dinero que reciben las
41 universidades sin fines de lucro, beneficios que han servido para que
algunos rectores y empresarios incrementen su patrimonio personal.
Son cuatro los beneficios tributarios aplicables a la educación privada, y todos
fueron creados durante el gobierno de Alberto Fujimori. Los dos primeros
permiten reducir o exonerar el pago de impuesto a la renta a las universidades
con y sin fines de lucro, lo que les ayudó a ahorrar S/ 1.469 millones en
impuestos durante la última década, según la base de datos elaborada por Ojo-
Publico.com.

Las otras dos exoneraciones las liberan de IGV y aranceles por la importación
de bienes y servicios que se consideren de interés educativo. Estos dos últimos
son aplicables también al sector público y si bien la Superintendencia
Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat) no ha
cuantificado los impuestos que el sector privado -y en especial las
universidades- se ahorraron con el uso de estas cuatro exoneraciones, en
conjunto representaron una pérdida de S/ 8.887 millones para el fisco entre el
2005 y 2015, según nuestra base de datos.
CENSURA. La noche del último miércoles, la bancada fujimorista
anunció que presentará una moción de censura contra el
exministro de Educación, Jaime Saavedra. / Andina
CON LICENCIA PARA LUCRAR
La educación se convirtió en un negocio en 1996, cuando el gobierno de
Alberto Fujimori promulgó la Ley de Promoción de Inversión en la Educación
(D.L. 882) para crear universidades privadas con fines de lucro como
sociedades, empresas o cooperativas. El objetivo, según la norma, fue
“modernizar el sistema educativo y ampliar la oferta y la demanda”, es decir,
cantidad y no calidad.

La norma fue suscrita por el entonces ministro de Educación, Domingo


Palermo, el mismo que –según la declaración fiscal de Vladimiro Montesinos-
ayudó a simular una transacción inmobiliaria para ocultar el financiamiento de
los estudios en el extranjero de la lidereza de Fuerza Popular, Keiko Fujimori,
y sus hermanos.

El D.L. 882 les otorgó a las universidades con fines de lucro la posibilidad de
no pagar hasta el 30% del impuesto a la renta si reinvierten sus utilidades
(ganancias anuales) en infraestructura educativa y equipamiento didáctico. No
se les exigía comprobar la inversión para acceder al beneficio.
INVESTIGADO. Rector de la Universidad Alas Peruanas es objetivo de
la Agencia Antridrogas de EE.UU. / Ojo-Publico.com
Las primeras universidades que se crearon al entrar en vigencia la norma
fueron la Universidad Privada de Ica y la Universidad San Juan Bautista, esta
última vinculada al congresista fujimorista Miguel Elías Ávalos. La
Universidad Alas Peruanas, creada en 1998 por Fidel Ramírez Prado en
representación de una cooperativa de ahorros, fue autorizada por un mandato
judicial y se acogió al D.L. 882 al convertirse en sociedad anónima. Ramírez
Prado es tío de Joaquín Ramírez, secretario de Fuerza Popular, y ambos
investigados por la agencia antidrogas de EE.UU por pertenecer a una
presunta red de lavado de dinero del narcotráfico.
La Universidad César Vallejo, la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas
(UPC), San Ignacio de Loyola, Privada del Norte y Norbert Wiener, donde la
congresista fujimorista Milagros Salazar es coordinadora de especialidad
desde 2012, también se acogieron al decreto fujimorista para convertirse en
sociedad, según información procesada al 2015 por Ricardo Cuenca, del
Instituto de Estudios Peruanos (IEP). Los congresistas que se han opuesto a la
Ley Universitaria, como es conocido, representan o tienen vínculos con
algunos de estos centros educativos.

INTERPRETACIÓN AUTÉNTICA
El mayor problema con el decreto fujimorista fue que no precisó el plazo de
su vigencia. El Código Tributario señala que, en estos casos, el beneficio dura
un máximo de 3 años, por lo que debía regir hasta fines del 1999, pero muchas
universidades no se dieron por aludidas y siguieron usando la reinversión de
utilidades durante la siguiente década. Para el 2012, cuando la Sunat expuso la
problemática que enfrentaba, el Estado ya había dejado de recaudar más de S/
200 millones por este motivo.
Un año antes en 2011, seis días antes de dejar el gobierno, Alan García,
entonces presidente de la República y desde ese año Director del Instituto
de Gobierno y Gestión Pública de la Universidad San Martín de Porres,
promulgó la polémica ley 29766 para ‘legalizar’ la vigencia de la reinversión
de utilidades hasta el año 2008. Cuatro meses antes, José Antonio Chang
había dejado de ser Ministro de Educación para luego asumir el rectorado en
la misma casa de estudios.

POLÉMICA LEY. Gobierno de Alan García extendió beneficio


tributario hasta 2008. Actualmente es director del Instituto de
Gobierno en la Universidad San Martín de Porres, donde es rector
José Antonio Chang, exministro aprista de Educación. /
Sepres: Oscar Farje Gomero
La Universidad Alas Peruanas, que reportó ingresos por S/ 422 millones el
2014, optó nuevamente por el camino jurídico y fue la primera en acudir al
Tribunal Constitucional (TC) para negarse a pagar los tributos que le
correspondían. El fallo le fue favorable: el TC ordenó a la Sunat que no le
cobre los impuestos que esta universidad reinvirtió durante 15 años, desde
1997 hasta el 2012. De nada sirvieron los reclamos de la Sunat y del
Ministerio de Economía ante la comisión de Constitución del Congreso.
Con ingresos que bordearon los S/ 600 millones en 2015, según sus propios
estados financieros, la Universidad Cesar Vallejo también ha
accedido al crédito tributario por reinversión desde el 2012 hasta el 2015, lo
que le permitió ahorrar S/ 142 millones en impuestos.

Según nuestra base de datos, el beneficio de reinversión sigue activo pero la


Ley Universitaria le ha puesto un candado: solo podrán usarlas las
universidades con fines de lucro que cuenten con acreditación integral por
parte del Sistema nacional de evaluación, acreditación y certificación de la
calidad educativa (Sineace). Voceros de esta institución dijeron que ningún
centro de estudios cuenta con este requisito, pues no existe un modelo vigente.

LA LEY Y LA TRAMPA

La Ley de Promoción de la Inversión en Educación también alcanzó a las


universidades privadas sin fines de lucro, a quienes se les exoneró del 100%
del impuesto a la renta por haberse inscrito como personas jurídicas bajo la
Ley Universitaria de 1983. Con la Ley del Impuesto a la Renta – creada
también por Fujimori- se les otorgó el mismo beneficio a aquellas
organizaciones educativas inscritas como asociaciones o fundaciones. Sin
ninguna condición de mejoras o inversión de por medio.

Según la base de datos de Ojo-Publico.com, durante la última década se dejó


de recaudar S/ 1.469 millones por la reinversión de utilidades del sector
educativo privado y por la exoneración de renta a las universidades sin fines
de lucro. Ese dinero debió ser utilizado en mejorar sus locales, capacitar
docentes y ampliar sus líneas de investigación, sin embargo, algunos
desvirtuaron el objetivo.
TRAMPA. Rector Cervántes compró Mercedes Benz para su uso
personal, avalado por Universidad Garcilazo de la Vega, que
incluyó el vehículo como un bien de uso educativo. / Andina

Es el caso de la Universidad Garcilaso de la Vega, institución que no paga


Impuesto a la Renta por estar registrada sin fines de lucro. Sin embargo,
su rector Luis Cervantes Liñán usó los excedentes de dinero que percibía su
centro de estudios para asignarse un sueldo y bonificaciones especiales que
ascenderían a los S/ 2 millones mensuales. Sus funcionarios más cercanos
también recibieron millonarios pagos y hoy el Ministerio Público investiga a
Liñán por el delito de lavado de activos y el incremento inusual de su
patrimonio.

El 2014 la Comisión de Educación del Congreso investigó el hecho y


concluyó que los recursos estudiantiles fueron destinados al lucro de sus
funcionarios, incumpliendo así la condición que se les impone para no pagar
la renta. En ese sentido, se estimó que el Estado dejó de recibir unos S/ 47
millones por impuestos entre el 2004 y 2013, pero solo la Sunat podría exigir
su cobro.

A raíz de esta denuncia, la Superintendencia Nacional de Educación


Universitaria (Sunedu) incluyó en el reglamento de la actual Ley
Universitaria una serie de sanciones para quienes se aprovechen de los
beneficios tributarios; desde multas hasta la anulación de la exoneración, y
será dicha institución la encargada de fiscalizarlos.
COMPRAS EXONERADAS DE IGV Y ARANCELES

Tanto las universidades con y sin fines de lucro, como todas las instituciones
educativas privadas están exoneradas del IGV y aranceles por los servicios
que brindan (dictado de cursos, conferencias, etc.), así como la importación de
materiales educativos (equipos informáticos, de escritorio e insumos para dar
mantenimiento a sus instalaciones)

Un informe de Apoyo Consultoría, realizado a pedido del Ministerio de


Economía y Finanzas (MEF) el 2003, recomienda que la exoneración a las
importaciones se limite al material didáctico porque -aprovechando la falta de
fiscalización- muchos otros bienes pueden ser comprados con fines ajenos a la
educación, eludiendo así el pago de tributos que les corresponde.

MILLONARIOS. Universidad César Vallejo, del excandidato


presidencial César Acuña, ha evitado pagar S/ 142 millones en
impuestos gracias a beneficios tributarios, desde 2012. / UCV

Es lo que ocurrió con el rector Luis Cervantes Liñán, quien se compró un


Mercedes Benz para su uso personal, avalado por una resolución del Consejo
Universitario que incluyó el vehículo como un bien de uso educativo.

El exministro de Educación, Jaime Saavedra, dijo en una entrevista en Cuarto


Poder que no tocará las millonarias exoneraciones que favorecen a las
universidades, pero basta que la Ley Universitaria busque regular la
aplicación de dos de ellas para que el lobby empresarial que se esconde tras
las universidades busque frenarla.

Ojo-publico.com se comunicó con las universidades César Vallejo, Alas


Peruanas y San Martín de Porres para entrevistar a sus autoridades, pero no
hubo respuesta al cierre de edición.

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