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Informe

Efectos de AFP, CAE, PSU:

Aymaras críticos

2019
Efectos de AFP, CAE, PSU:

Las AFP son empresas privadas, a las cuales el DL 3.500 de 1980, les entregó un mercado

cautivo, al obligar (artículo 2) a todo nuevo trabajador a cotizar exclusivamente en una AFP,

sin posibilidad de cotizar en alguna de las Cajas de Previsión existentes hasta esa época.

La eliminación de la libertad de escoger el sistema de previsión fue el principal motivo por

el que este importante decreto ley 1 y fue promulgado cuatro meses antes que entrara en

vigencia la Constitución de 1980.

Las AFP son una estafa. Las cotizaciones que se deben pagar a las AFP son de dos tipos:

10% que va al Fondo de Pensiones de cada trabajador, y la Cotización Adicional que

históricamente, –de 1981 a 2009–, fue en promedio un 3%, monto que va directamente a

las AFP para que administren el Fondo de 10%. No es difícil darse cuenta que es

inconcebible que se pague una comisión de 3 pesos, por administrar un Fondo o depósito

de 10 pesos. En realidad se trata de ¡Un 30%! Es un verdadero robo, pero es un robo legal,

autorizado por el DL 3.500, y los trabajadores no tenían la posibilidad de escoger otro

sistema.

Las AFP son empresas privadas pero sus ganancias no dependen del mercado, ni de una

buena o mala gestión: tienen una remuneración, o sea una ganancia, asignada por ley,

gracias a la astucia de dividir la cotización en dos partes, una destinada al Fondo de

Pensiones y otra que es ganancia para las AFP.

1
Decretos leyes son las leyes que dictan los gobiernos de facto, al margen de la Constitución y sin la aprobación de un
Poder Legislativo.
Por cada $100 de salario, te descuentan $13, de los cuales solo $10 van a tu Fondo de

Pensión. Los otros $3 van directamente a los bolsillos particulares de las AFP. De este

monto un tercio cubre los gastos de administración del sistema y el seguro de invalidez y

sobrevivencia. El resto es ganancia neta para las AFP, es decir $2, equivalentes al 20% del

Fondo. Así ocurre todos los meses y todos los años, desde 1981 a la fecha. Es la más

colosal estafa contra los trabajadores que conoce la historia de Chile.

Nunca en la historia chilena y quizás mundial, se ha visto un negocio más

extraordinariamente seguro para una empresa privada que las AFP. Cuentan con un

mercado cautivo, sin riesgo de pérdida para la empresa por su mala gestión. Ni en las peores

crisis financieras mundiales –crisis asiática, Torres Gemelas, dot.com, subprime–, las AFP

han visto disminuir sus utilidades, a pesar que la rentabilidad de los Fondos de Pensiones

que administran ha disminuido de un promedio de 12% en los años ochenta, a 10% en los

noventa, a 8% desde el año 2000, y solamente a 4% desde el año 2010.

El resultado para los trabajadores es lamentable, porque el sistema entrega pensiones

miserables. Según las propias AFP, las mezquinas pensiones que ofrece este sistema

tienen su origen en las crisis financieras internacionales que afectan el valor de los activos

en que se invierten los fondos. Según este razonamiento, las exiguas pensiones no son de

la responsabilidad de las AFP, sino del sistema financiero internacional. Razonamiento

falso, si se tiene en cuenta que quienes se ocultan tras los mercados financieros no cesan

de concentrar la riqueza producida en el mundo: el año pasado, 2017, los milmillonarios

vieron aumentar sus ingresos en un… 20%. Ellos controlan las Bolsas planetarias, el valor
de los activos y, –hay que decirlo–, el destino de los Fondos de Pensiones que tratan como

objeto de saqueo y pillaje.


CAE:

El Crédito con Aval del Estado (CAE) se crea en el gobierno de Ricardo Lagos con el objetivo

de aumentar el acceso al sistema de Educación Superior chileno, bajo el argumento de que

el Estado tiene restricciones presupuestarias y por tanto requiere de la Banca para asegurar

esta nueva política de financiamiento.

De esta forma, se fortalece aún más, la filosofıa del subsidio a la demanda como política de

financiamiento para la Educación Superior.

La promesa del aumento del acceso a la Educación Superior, se cumplió ampliamente. El

año 2005 (antes de que comience a operar el CAE), se registra una matrıcula total de

663.679 alumnos, mientras el año 2017 se llega a 1.247.746 matriculados. Sin embargo, el

70 % de este aumento se concentra en solo 20 instituciones que pertenecen a los siguientes

grupos educacionales: i) Laureate International; ii) Santo Tomas; iii) INACAP y iv) Pontificia

Universidad Católica. Adicionalmente, en este listado, se encuentran aquellas

Universidades investigadas por lucro, tales como la Universidad San Sebastián, Autónoma,

Central, del Desarrollo, entre otras.

Precisamente es en estas instituciones donde se concentra el 67,4 % de los alumnos que

acceden al CAE y 67,8 % de los recursos que por esta vía ha recibido desde el año 2006

todo el sistema de Educación Superior chileno, lo que equivale a casi $3,2 billones (millones

de millones). Solo el Grupo Laureate International, ha recibido $836 mil millones a través

del CAE.

Por otro lado, en este perıodo, la matrıcula de los establecimientos estatales solo aumenta

23.358 alumnos y su participación en el total se reduce a solo 15,6 %, convirtiéndose en un

apéndice del sistema de Educación Superior.


El total de recursos entregados por los Bancos entre 2006 y 2017, a través del CAE, a las

instituciones de educación superior acreditadas donde se matriculan los alumnos

venecianos, es de $4,7 billones (millones de millones). Sólo tres bancos se han adjudicado

el 90 % de los créditos: Scotiabank, Estado, e Itau-Corpbanca.

Para hacer este negocio aún más atractivo para la Banca, el Estado se comprometió

originalmente a subsidiar a los bancos participantes, comprando cada año el 25 % de los

créditos entregados, con un sobreprecio del 6 %. Sin embargo, entre 2006 y 2017, el Fisco

ha recomprado un 52,2 % de los créditos con un sobreprecio de 26,1 % (4,3 veces más que

lo que se requería originalmente), lo que equivale a casi $640 mil millones.

En relación a los porcentajes de recompra, Itaú-Corpbanca, Internacional, Santander y

Scotiabank, presentan más del 50 % de los créditos entregados que ya han sido adquiridos

por el Fisco y en cuanto al recargo, destaca el BCI, el cual recibió un considerable

sobreprecio de 55,6 % por los créditos que el Fisco le compró.

De esta forma, mientras en 2006 el CAE representaba el 2,4 % del presupuesto de la partida

de Educación Superior, hoy, a pesar de coexistir con la política de gratuidad de mercado,

representa el 26,5 % del presupuesto y el Fisco ha comprometido recursos por $549.630

millones para el 2018. El argumento de la escasez de recursos para a acudir a la Banca,

claramente dejó de ser válido.

PSU:

Está conformada por una batería de pruebas cuyo propósito es la selección de postulantes

para la continuación de estudios universitarios.

Es una prueba que utiliza como referencia el Marco Curricular.


Es una Prueba estandarizada, de selección múltiple y respuesta cerrada, que no incorpora

la medición de dimensiones curriculares vinculadas a la emisión de opiniones,

fundamentación de una posición propia, trabajo en terreno, informes escritos, debates,

exposiciones, entre otros. Fundamentalmente la PSU mide conocimiento. ¿Qué tiene de

malo medir conocimiento?

La inteligencia, las aptitudes para el estudio o el esfuerzo están uniformemente repartidos

en la sociedad. Pero el conocimiento no está igualmente distribuido. Aprender implica haber

tenido acceso a aprender; haber contado con libros y profesores de calidad; haberse

formado en ambientes donde la cultura tiene sentido. Todo eso cuesta dinero. Preguntar por

conocimientos es, entonces hoy, casi como preguntar por la cantidad de recursos de que

dispuso la familia para educar a su hijo.

La PSU refleja la desigualdad de ingresos que existe en Chile (récord en el mundo según la

OCDE), además constituye un nuevo acto de discriminación: impide a estudiantes pobres

que tienen habilidades -pero no tuvieron acceso a conocimientos- continuar una carrera

profesional de cierta calidad.

El rendimiento en la PSU depende del sector socioeconómico.

En la medida que la PSU ha incrementado la medición de los contenidos específicos de la

enseñanza media, ha ido discriminando cada vez más a los alumnos de colegios

municipales. Entre 2004 y 2007 la PSU aumentó gradualmente la cantidad de contenidos

que evalúa y, a medida que éstos crecían, se incrementaban las diferencias de puntajes

entre colegios particulares pagados y los municipales. Entre 2004 y 2011, en la PSU de

Matemáticas, los primeros subieron su rendimiento en 17 puntos promedio, mientras que

los municipales técnico-profesionales han bajado 6 puntos promedio. La brecha actual entre
ambos establecimientos es de casi 100 puntos: 551 para los particulares; 455 para los

municipales técnico-profesionales.

En el caso de la PSU de Lenguaje, los establecimientos particulares han progresado en 13

puntos durante estos ocho años, mientras que los municipales técnicos han bajado 7. La

diferencia actual en Lenguaje es de 88 puntos entre los dos tipos de establecimientos.

Un estudio del Departamento de Evaluación y Medición Educacional de la Universidad de

Chile (DEMRE), muestra que con la PAA la distancia que había entre los más ricos de la

sociedad y los más pobres era de 100 puntos; con la PSU esa diferencia ha subido a 150

puntos. Otro dato, proveniente del Ministerio de Educación, pone las cosas en un plano

escalofriante: en la prueba de matemáticas por cada seis respuestas correctas de un alumno

de colegio particular, hay sólo una de un estudiante de establecimiento municipal.

No hay ninguna prueba que mida ciento por ciento contenido o habilidad. Todas piden un

poco de ambas, pero el problema de la PSU es el exceso de contenidos. En un sistema

donde a los chicos de sectores vulnerables no les alcanzan a pasar todos los contenidos,

una prueba como la PSU los perjudica sin ninguna duda.


RESULTADOS EN SALUD PÚBLICA, ADULTOS MAYORES Y CALIDAD DE VIDA

1. El derecho a la salud pública no está garantizada en la Constitución, sino solamente

el derecho a elegir entre estar en FONASA o ISAPRE.

2. El gasto público de salud es el 3,5% del presupuesto nacional, pero debiera ser al

menos de un 6%, según recomienda la Organización Mundial de la Salud.

3. En Chile sólo el 19% de la población tiene ISAPRE, pero recauda el 56% de las

cotizaciones (de donde obtienen las utilidades, que el 2012 fueron $80.000 millones y el

primer semestre de 2013 fue mayor a $34.0000 millones). En ellas están los más sanos y

los más jóvenes (a los otros los echan). Gran negocio.

4. Chile tiene un médico por cada 550 habitantes, cifra similar a países desarrollados,

pero el sistema público tiene sólo un tercio de las horas médicas totales del país para

atender a cerca del 80 % de la población.

5. El pago por las prestaciones del FONASA a los hospitales públicos no alcanza a

cubrir su costo real. Cubre menos de la mitad (40%), por lo cual la deuda hospitalaria sigue

creciendo, superando hoy los 105.000 millones. Está demostrado que el sistema es

eficiente, pero no se pueden hacer milagros.

6. Chile es el segundo país de la OCDE con más gasto de bolsillo de las personas en

salud. Es decir, de lo que se necesita en salud, todos los meses de su bolsillo paga al

menos un 34%.

7. Sólo en 2013, se calculó que la compra de servicios a clínicas y prestadores privados

fue de más de 1.100 millones de dólares, a los que sí se les paga al precio que cuestan

las cosas.
8. Chile tiene el menor número de farmacias de América Latina. Si usted cree que son

hartas, es porque se desplaza por los sectores acomodados del país. ¿Por qué no tener

farmacias estatales donde no hay farmacias privadas?

9. Chile es el segundo país del mundo con mayor suicidio adolescente, pero las camas

psiquiátricas han aumentado poco desde 1990 a la fecha y éstas son de adultos.

10. Chile tiene de las peores coberturas dentales de la OCDE. Sólo hay atención dental

pública en caso de tener 6 años, tener una urgencia, estar embarazada o tener 60 años.

11. 200.000 personas en Chile sufren demencia (Alzheimer u otro tipo de demencia),

pero sólo 4.000 recibe tratamiento o apoyo.

Por todo lo anterior y para el mejoramiento de la salud se requiere definiciones ideológicas,

donde se entienda que la salud efectivamente es un derecho, que requiere una visión

centrada en la solidaridad y la equidad.

ADULTOS MAYORES:

Entre las enfermedades que afectan a los adultos mayores, la hipertensión es la que

prevalece mayormente (63,3%). Un hecho llamativo es que en 10 años aumentó la cantidad

de adultos mayores que consumen más de tres medicamentos, siendo los mayores de 75

años y de nivel educacional básico, quienes consumen seis o más medicamentos.

Según reportes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) “En el caso de Chile, es el

descenso de las tasas de fecundidad y mortalidad que explican el cambio en la composición

etaria de la población, con un aumento sostenido del número de personas adultas mayores

que, al 2008, superan los dos millones de personas. Ello ubica a nuestro país en un grupo
denominado de envejecimiento avanzado con 10,2% de adultos mayores en el año 2000″.

(Chackiel, 2004).

De permanecer estables las estadísticas en los próximos años, y según datos actuales del

Servicio Nacional del Adulto Mayor (SENAMA), “Los adultos mayores de 60 años, que

constituyen actualmente alrededor del 17% de la población, llegarán al 33% para el

año 2050 y los mayores de 79 años, que hoy conforman 2,6%, alcanzarán 8,7%. Si se

mantienen constantes las otras variables, a mediados de este siglo nuestro país

entraría a la categoría de “híper-envejecido”.

Y aunque pareciera ser que estas cifras nos posicionan como un país que envejece día a

día, se nos plantea un desafío como sociedad que cuando hablamos de “envejecimiento”,

estamos haciendo referencia al proceso que comienza desde el nacimiento. Dicho proceso

nos permite ampliar la mirada en torno a los adultos mayores, ya que consideramos a la

etapa de la vejez como un componente dinámico que debemos abordar desde la

infancia hasta que somos consideramos como adultos mayores.

Evidentemente una de las áreas que tienen un impacto en la vida de las personas es la

pérdida de la autonomía e independencia funcional en los adultos mayores, y por otro

lado, la disminución de la participación social en la medida que envejecemos.

Según estudios recientes, la mayoría de los adultos mayores de 60 años declara poder

realizar actividades básicas de la vida diaria sin recibir ayuda. Sin embargo, estas

proporciones disminuyen en la medida en que las personas envejecen. De esta forma en el

segmento de adultos de 80 años y más, menos del 70% declara poder bañarse sin ayuda,

siendo esta la actividad básica de mayor nivel de dificultad para los encuestados.
Debido a la etapa del ciclo vital en que se vive la mayoría de los adultos mayores van

perdiendo roles significativos en lo cotidiano, producto de los procesos de jubilación y

la pérdida del rol de trabajador. Este vacío parece no ser ocupado por nuevas actividades

razón por la cual una proporción mayor al 50% de las personas mayores de 60 años

prefiere no salir de casa a hacer nuevas actividades. Es de importancia considerar que

más del 30% de esta población refiere “aburrirse” con frecuencia y más del 74% de

ellos prefiere quedarse en el hogar antes de realizar nuevas actividades.

CALIDAD DE VIDA:

El crecimiento de las ciudades, específicamente en Chile, no ha traído aparejada,

necesariamente, una mejora en la calidad de vida y en la salud mental de sus habitantes.

Se debe abordar la conjunción entre espacios públicos, relaciones interpersonales y calidad

de vida, pues no ha sido suficientemente tratada. La calidad de vida se encuentra

estrechamente vinculada con las relaciones sociales, interpersonales, y con la integración

social, las cuales se han visto afectadas por el desarrollo de la urbe. Se debe elaborar un

diálogo interdisciplinario entre la arquitectura, la psicología social y la antropología, en torno

a los espacios públicos, la urbanización y los procesos de encuentro social, pues los

espacios públicos son escenarios relevantes en lo urbano, que cumplen funciones en las

relaciones interpersonales, la integración social y la calidad de vida. Se hace necesario de

identificar criterios para el diseño de espacios públicos como espacios de encuentro,

interacción social y vida ciudadana.

Por otro lado según los datos arrojados por la primera Encuesta Nacional de Salud el año

2003, un 42% de la población chilena mayor de 15 años fuma; alrededor de un 34%, sufre
de hipertensión arterial; un 55% presenta riesgo cardiovascular definido como alto y muy

alto y más del 90% adolece de sedentarismo. Por otra parte, los problemas de salud mental,

en especial la depresión, también tienen una incidencia significativa especialmente entre la

población femenina, situación que configura un panorama preocupante si se considera que,

debido a la actual calidad de vida que llevan los chilenos, la tendencia de estas cifras -

obtenidas hace 5 años- son al alza.

Mientras la encuesta de calidad de vida de abril de 2017 detectó un 83.5% de las personas

que dice estar muy feliz y bastante feliz y un 75% de las personas que percibe su salud

como excelente, buena y muy buena, la ENS encontró una alta prevalencia de factores de

riesgo y una preocupante situación sanitaria que sólo augura más enfermedad y muy

probablemente más muertes.

Claro, si en Chile 33.3% de las personas acusa consumo diario de tabaco, 11,7% declara

consumo riesgoso de alcohol, 86,7% dice no haber practicado deporte o haber realizado

actividad física durante al menos 30 minutos tres o más veces por semana. Lo que resulta

alarmante es el estado nutricional -medido por el índice de masa corporal[ii]- que detecta un

74,2% de población con sobrepeso, obesidad u obesidad mórbida.

¿Cómo entender la diferencia entre la autopercepción ciudadana y la medición objetiva de

problemas de salud?. ¿Es acaso que los chilenos somos gorditos felices? Y que los placeres

en la vida como compartir un trago o un cigarro entre amigos, comerse un buen asado no

son transables a la hora de decidir pasarlo bien… y es que todo al parecer se celebra

comiendo y bebiendo. Y ante esto no cabe política de promoción alguna o prohibición legal

que valga si en la intimidad del hogar y en el dormitorio el soberano es cada uno.


Las políticas de salud pública en este sentido deberán reenfocar sus estrategias y repensar a la

sociedad. Más aún si ya hemos declarado que las personas son autónomas y ellas deciden en

todo lo que tiene que ver con su asistencia en salud, es válido plantearse hasta dónde los Estados

pueden seguir forzando aspectos que están en la frontera del ejercicio propio de las libertades

humanas.

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