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Las causas de dicho proceso se encuentran en una combinación de factores vinculados con la subsistencia de la agricultura, la
tala de bosques para terrenos de pastoreo, el uso ineficiente de los recursos naturales, y migrantes recién llegados que buscan
tierras para establecerse. La extracción de maderas ha sido con frecuencia un factor más, proporcionando caminos de acceso
y gente para el proceso de colonización. Las técnicas de producción, en muchos casos inapropiadas, y el uso intenso de
productos agroquímicos para ciertos cultivos, han afectado negativamente a la calidad del agua.
La agricultura en la CRSJ tiene asimetrías evidentes respecto del número de productores y las tierras disponibles. Los
productores comerciales representan el 11% del número total de fincas, y sin embargo ocupan un 55% de las tierras agrícolas,
mientras que los productores pequeños y de subsistencia representan el 89% de las fincas pero solamente un 45% del área
agrícola total.
La ganadería desempeña un papel fundamental en ambos sectores de la cuenca, en donde se halla casi el 20% de los hatos
nacionales de los respectivos países. Pero los hatos son diferentes, ya que los de Nicaragua generalmente producen carne y
leche, mientras que en Costa Rica la producción es especializada. Tiene prioridad la mejora genética de los hatos, así como las
condiciones de higiene y la ordenación de las tierras de pastoreo.
Agricultura de plantación destinada a la exportación con altos rendimientos, ya que son explotados con técnicas
modernas y elevadas inversiones de capital. Destaca la caña de azúcar, el plátano, el café y el tabaco. Ménos
importantes son el cacao y la piña.
El capital extranjero ha impulsado la agricultura de plantaciones tropicales y donde se observan con frecuencia
las siguientes características:
Los propietarios de las plantaciones, maquinaria, medios de transporte, bodegas, etc. son extranjeros que son
apoyados por su país de origen.
Generalmente son monocultivos, que también constituyen monopolios, y esto perjudica a la economía del país.
El personal técnico y administrativo provienen del extranjero, y solo la mano de obra es nativa.
En algunas zonas la agricultura tropical no es muy avanzada, ya que es muy restringido el uso de maquinaria,
y con frecuencia solo se usa machete o azada.
Productos destinados a la exportación por lo que están sujetos a los precios del mercado internacional. Cuando
hay exceso de oferta se abaten los precios los países productores y causan crisis económica.
El mercado interno es raquítico y con frecuencia estos países tienen que importar productos alimenticios, ya
que las tierras están dedicadas en su mayor parte a las plantaciones.
Objetivos[editar]
Actualmente, la gestión de los recursos naturales a escala mundial no está regulada por ninguna entidad. Por ello
su función es que los recursos naturales no sean considerados como mercancías por las grandes industrias
teniendo en cuenta que los recursos naturales son limitados, por eso la mala utilización de los mismos puede llevar
a la especie humana a su destrucción.
Internacional[editar]
A nivel internacional, el proyecto OME está mantenido por Greenpeace. En varios países como Francia (Actuar por
el Medio Ambiente, APE), Alemania, Italia, Estados Unidos y Brasil, las ONG se asocian para promover la
formación del OME.
La huella ecológica
La huella ecológica se va
consolidando como indicador de
sostenibilidad a nivel internacional.
En el contexto económico, existe
desde hace tiempo un indicador
aceptado y utilizado mundialmente:
el Producto Interior Bruto (PIB).
Sin embargo, frente los nuevos
desafíos que se nos
presentan, necesitamos completar la
información que ofrece el PIB para
poder diseñar políticas equilibradas
que reflejen nuestro compromiso con medio ambiente y el bienestar social.
Este indicador biofísico de sostenibilidad integra el conjunto de impactos que ejerce una comunidad
humana sobre su entorno, considerando tantos los recursos necesarios como los residuos generados para
el mantenimiento del modelo de consumo de la comunidad.
La huella ecológica se define como el total de superficie ecológicamente productiva necesaria para
producir los recursos consumidos por un ciudadano medio de una determinada comunidad humana, así
como la necesaria para absorber los residuos que genera, independientemente de la localización de
estas superficies.
La filosofía de cálculo de la huella ecológica parte de los siguientes aspectos:
Para producir cualquier bien o servicio, independientemente del tipo de tecnología utilizada, se necesita
un flujo de materiales y de energía, provenientes, en última instancia, de sistemas ecológicos o del flujo
de energía directa del Sol en sus diferentes manifestaciones.
Se necesitan sistemas ecológicos para absorber los residuos generados durante el proceso de
producción y el uso de los productos finales.
El espacio es también ocupado con infraestructuras, viviendas, equipamientos … reduciendo así las
superficies de ecosistemas productivos.
Aunque este indicador integra múltiples impactos, hay que tener en cuenta entre otros, los siguientes
aspectos que subestiman el impacto ambiental real:
No quedan contabilizados algunos impactos, especialmente de carácter cualitativo, como son las
contaminaciones del suelo, del agua, y la atmosférica (a excepción del CO2), la erosión, la pérdida de
biodiversidad o la degradación del paisaje.
Se asume que las prácticas en los sectores agrícola, ganadero y forestal son sostenibles, es decir,
que la productividad del suelo no disminuye con el tiempo.
No se tiene en consideración el impacto asociado al uso del agua, a excepción de la ocupación directa
del suelo por embalses e infraestructuras hidráulicas y la energía asociada a la gestión del ciclo del agua.
Como criterio general se procura no contabilizar aquellos aspectos para los que existan dudas sobre
la calidad del cálculo. A este respecto, también se tiende siempre a elegir la opción más prudente a la hora
de obtener resultados.
La convocatoria estuvo abierta desde el 24 de julio de 1896 hasta el 15 de octubre del mismo año. Finalmente se
eligió la letra del nuevo himno, sin embargo el autor permaneció en el anonimato. Rafael Álvarez Ovalle al ver
que la nueva letra también había coincidido con la música que creó en un inicio, decidió presentarla nuevamente
puesto que ya tenía el reconocimiento público.
El autor de la letra del himno aún se encontraba en el anonimato, y no fue sino hasta 14 años después que
el poeta cubano José Joaquín Palma admitió haber creado el canto a la patria de Guatemala. Posteriormente en
1934, la letra original fue ligeramente modificada por el profesor gramático José María Bonilla Ruano, quien cambió
algunos versos para hacerlo más pacífico y adecuar algunos conceptos históricos.
Datos curiosos
La primera letra de un himno, escrita por Ramón Molina, fue adoptada como un
himno nacional no oficial durante 10 años.