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Rito de La Entrega de La Tau
Rito de La Entrega de La Tau
Entrega de Símbolos.
...Porque la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto
es, a nosotros, es poder de Dios. 1Corintios 1:18.
La Cruz es sin duda el símbolo del Cristianismo por excelencia. Aquél símbolo
de la maldición romana para muerte del reo, se convertiría en símbolo de la
vida y la resurrección, en la obra del Hijo de Dios.
La batalla del enemigo espiritual es tal por negar la Cruz que han corrido ríos
de tinta argumentando que no era una cruz, que era un árbol, que era un
poste, con un "patibulum" travesaño, que era "el madero de tormento", en
definitiva, todo tipo de argumentos para negar la forma de aquel instrumento
de tormento usado ampliamente por Roma para ejecutar la pena máxima y que
está histórica y sobradamente documentado. Jesucristo ya en Sus enseñanzas,
que podemos leer en los Evangelios, usaba el símbolo de la cruz para referirse
a Su muerte y al significado alegórico de la carga y muerte espiritual de
negarse a uno mismo por amor a los demás, la persecución que trae anunciar
el Reino de Dios en el reino de este mundo.
Para zanjar la cuestión es que cualquiera que ve una cruz, de inmediato piensa
en Cristo, en la Iglesia y en el cristianismo. La cruz es una forma de vida, de
negación de uno mismo, de vida por Dios y por el prójimo, lo contrario a la
naturaleza del hombre, y que solo naciendo de nuevo del Espíritu de Dios se
puede sentir y desear. Muchos cristianos alegan haber nacido de nuevo, pero
con su forma de tratar a los demás niegan la cruz, porque no buscan lo de
Cristo ni lo de su prójimo, sino lo suyo. Por lo demás, una simple cruz es y será
símbolo del cristianismo y de Cristo.
Además, la cruz de Cristo implica llevar el sufrimiento que Él lleva viendo las
almas perderse porque Le aborrecen a Él y a nosotros, por ver a la humanidad
destruirse, a las personas dañándose mutuamente, por dominar, por envidias,
por poder, por prevalecer, por odiar; todo lo contrario al amor de Dios, todo eso
ha sido clavado en la Cruz en aquellos que Le aceptan como Salvador,
cambiando sus corazones.
Los Cristianos somos llamados a llevar nuestra propia cruz por amor de Cristo,
y por amor de los hermanos, lo vemos en Gálatas 6:2 y el 1Juan 3:16 y 17, este
es nuestro Sacerdocio de Melquisedec, sacerdote para siempre, nuestro Señor
Jesucristo.
Resumen
Los rituales escolares aparecen, ante una primera mirada, como un quiebre de
la cotidianeidad de la institución escolar. Quiebre que supone una puesta en
escena donde los cuerpos se tensan, el rostro se vuelve rígido y la mirada
institucional, manifiesta. Coreografías estrictas donde la participación es
obligada y en las cuáles generalmente son muertes lo que se conmemora. Aún
cuando los alumnos declaran aburrirse y los docentes afirman sentirlo como
una carga, estos rituales se perpetúan en la institución escolar. Es a partir de
esta aparente contradicción entre disconformidad retórica y conformidad
performativa que me sentí impelida a investigar qué sucede en torno de los
rituales patrióticos en la escuela, o más específicamente ¿qué mantiene los
rituales escolares? ¿Cuáles son las motivaciones que subyacen a directivos y
docentes para mantenerlos?
A diferencia de lo que muchas veces suele suponerse, los rituales no son sólo
aquellas ceremonias vinculadas con creencias que se refieren a lo sobrenatural.
En este artículo entiendo por rito o ritual toda ceremonia que implique
procedimientos y prescripciones de comportamiento fuertemente reguladas;
esto es, maneras de actuar que se repiten con cierto grado de invariabilidad y
que aluden a cierta dimensión calificable de "sagrada" (Mac Laren. 1995: 55).
Desde esta perspectiva los rituales impregnan la existencia cotidiana ocupando
un punto nodal en la cultura y constituyendo importantes fundamentos de la
vida institucional de la sociedad y de sus organismos, entre los que se
encuentran la escuela.
LA CRUZ TAU
Origen
La Cruz de tau, también llamada cruz de San Antonio (San Antonio Abad o San
Antón), cruz de Santa Tecla, o por simplificación, tau, es una figura
emblemática en forma de T, es un símbolo empleado por la Orden franciscana
como signo distintivo de los miembros de sus diferentes organizaciones.
La Tau corresponde a la última letra del alfabeto hebreo y a la decimonovena
del alfabeto griego, aunque también fue un símbolo utilizado en otras culturas
como la Egipcia (el símbolo de la vida eterna o cruz ansada: el anj). Fue el
santo egipcio San Antón (Antonio Abad) quien primero la usó como distintivo
cristiano y por ello es llamada más propiamente como cruz de San Antón. Con
color azul sobre el pecho de un hábito negro, era el uniforme distintivo de los
miembros de la Orden de San Antonio. Símbolo del dios Mithra de los Persas y
de los Aryos de la India. Para ellos, Mithra era el ángel de luz, o la luz celestial.
Es usado por modernos masones como símbolo de la T cuadrada.
Luego de tantos siglos nuevos significados y añadidos alejaron al símbolo
egipcio de lo que fue en su origen. Pasó a conocerse como la “Llave de la Vida”
debido a que, en tiempos antiguos, la Iglesia Copta de Egipto adoptó el Ankh
como una forma de la Cruz Cristiana. Hoy día se conoce como “cruz ansada” o
“llave de la vida”. El Ankh también fue identificado con la Tau griega; este
símbolo se transforma entonces en la “Cruz Egipcia”, apartándose
completamente de su significado original.
Uso franciscano
Su uso en el franciscanismo se remonta al mismo Francisco de Asís, quien la
usaba como su firma y sello personal. Durante la época de Francisco y a partir
del IV Concilio de Letrán, convocado por el Papa Inocencio III, la Tau era un
símbolo muy utilizado por la Iglesia Católica en general, como signo de
conversión y señal de la cruz.
Se le relacionaba con el libro de Ezequiel (9,3-6), en el cual Yahveh mandaba a
su enviado a marcar con una Tau en la frente a los justos de Jerusalén,
mientras que en el libro del Apocalipsis (7, 2-4), se asocia a la Tau como el
símbolo que tienen en la frente los siervos y salvos de Dios.
Otros pasajes bíblicos hacen referencia a la Tau, por ejemplo era el símbolo con
el que los israelitas marcaban los dinteles de sus puertas en la celebración de
la Pascua y representa a la vara que Moisés convirtió en serpiente.
Así la Tau, que tiene a sus espaldas una sólida tradición bíblico-cristiana, fue
acogida por san Francisco en su valor espiritual, y el Santo de Asís se apoderó
de ella de forma tan intensa y total hasta convertirse él mismo, a través de los
estigmas de su carne, al final de sus días, en la Tau viviente que él tanto había
contemplado, dibujado, pero sobre todo, amado.
Lo que no es la Tau
La Tau no es un amuleto mágico.
No es un fetiche, ni mucho menos un juguete cualquiera.
No da buena suerte ni hay que colgarlo porque “trae el bien ".
De qué es signo
Es el signo concreto de una devoción cristiana, pero sobre todo un compromiso
de vida en el seguimiento de Cristo pobre y crucificado.
Es el signo de reconocimiento del cristiano, es decir, el hijo de Dios, del hijo
salvado del peligro, del Salvado. Es un signo de poderosa protección contra el
mal (Ez 9,6).
Es un signo querido por Dios para mí, es un privilegio divino (Ap 9,4; Ap 7,1-4;
Ap 14,1).
Es el signo de los redimidos por el Señor, de los sin mancha, de quienes se fían
de Él, de quienes se reconocen hijos amados y que saben que son preciosos
para Dios (Ez 9,6).
Es símbolo de la dignidad de los hijos de Dios, porque es la Cruz que ha
sostenido a Cristo.
Es un signo que me recuerda que debo yo también ser fuerte en las pruebas,
dispuesto a la obediencia del Padre y dócil en la sumisión, como lo fue Jesús a
la voluntad del Padre.
RITOS INICIALES
La entrega de la cruz señala a todos aquellos que quieren hacer una opción
visible, externa y consecuente con el mensaje de la Buena Noticia de Jesús,
manifestada en su entrega generosa por todos nosotros en la cruz salvadora.
Canto:
LITURGIA DE LA PALABRA
Salmo responsorial.
Sal. 23 V/.
Este es el grupo que busca al Señor. R/
Monición
Oración de bendición
El celebrante dice:
Sacerdote: Oremos
Dios Padre Todopoderoso, tu que enviaste a Jesús al mundo para que salvara a
la humanidad del pecado por medio de la más dolorosa y cruel muerte, la
crucifixión, y de esta forma resucitar a la vida eterna, bendice a los niños y
jóvenes de esta institución educativa y concédeles que vivan, a imitación tuya,
dándose por amor a los demás como miembros vivos de la Iglesia. Por
Jesucristo, nuestro Señor
Que sus palabras sean un eco de las palabras de Cristo para que sus oyentes
presten oído al Evangelio. Dígnate, Padre, infundir en sus corazones el Espíritu
Santo para que, hechos todo para todos, atraigan a muchos hacia ti, que te
alaben sin cesar en la santa Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Todos: Amén.
Monitor: La cruz que se les entrega ahora (cruz tau), es el signo del amor de
Jesús por todos los hombres y de la misión para la que han sido escogidos, para
llevar el mensaje de la fe a las personas que vengan a nosotros especialmente
de nuestra institución educativa.
Entrega de la Tau
Celebrante: Oremos
Bendice + estas taus que entregamos a estos hermanos que van a ser
enviados a anunciar la fe. Que estas cruces sean signo de que Tú estás
siempre con ellos hasta el fin del mundo siendo la fuente de su fe, esperanza,
fortaleza, alegría, fidelidad y amor. Te lo pedimos por el mismo
Jesucristo, nuestro Señor, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Todos: Amén
El celebrante rocía los crucifijos o taus con agua bendita y pronuncia la fórmula
de entrega de la cruz una sola vez para todos, diciendo en voz alta:
Recibid la cruz signo del amor de Cristo y de la misión para la que Dios los ha
elegido en si institución educativa.
Todos: Amén.
De manos de vuestros educadores recibiréis una cruz, señal del cristiano, como
símbolo de los compromisos que acabáis de realizar. También llevareis una cruz
a vuestra familia, enviada con vosotros a amar a los demás con el mismo amor
de Jesús.
1. Por el Papa Francisco y nuestro obispo José Luis Del Palacio, por los
sacerdotes, para que en la Eucaristía encuentren el modelo de su acción
pastoral universal, a favor de toda la Iglesia y de todos los hombres y
pueblos, roguemos al Señor.
2. Por toda la Iglesia y los creyentes en Cristo, para que, siguiendo las
huellas de san Francisco de Asís, se animen a ser testigos del amor y de
la salvación que viene por la Cruz, roguemos al Señor.
3. Por los que tienen responsabilidades en el gobierno de las naciones, para
que promuevan la verdadera solidaridad con los más pobres, necesitados
y sufrientes y contribuyan a saciar su hambre de amor y su sed de
justicia, roguemos al Señor.
4. Por todos los estudiantes, para que el lema “Paz y Bien” que nos
acompaña siempre, sea el ideal de nuestras vidas y nos lleve al amor de
Dios reflejado en nuestros hermanos, roguemos al Señor.
6. Por nosotros que hemos celebrado la entrega de la cruz, para que este
paso que hemos dado nos recuerde siempre que Jesús camina a nuestro
lado, roguemos al Señor.
7. Por las vocaciones misioneras en todo estado de vida eclesial, por los
misioneros franciscanos, para que sin miedo se consagren totalmente a
Cristo y a la misión y hagan de sí mismos pan partido para la vida del
mundo, roguemos al Señor.
Todos: Amén.
RITO DE CONCLUSIÓN
El celebrante, con las manos extendidas sobre los misioneros, los bendice, diciendo:
Todos: Amén.
Celebrante: Jesús, el Señor, que prometió a su Iglesia que estaría con ella hasta
el fin del mundo, dirija vuestros pasos y confirme vuestras palabras.
Todos: Amén.
Celebrante: El Espíritu del Señor esté sobre vosotros, para que, recorriendo los
hogares de nuestra parroquia, podáis anunciar el Evangelio a los pobres y
sanar los corazones desgarrados.
Todos: Amén.
Todos: Amén.
Canto final: Paz y bien.