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DRAMATURGIA
TEATRO R101
Bogotá, Colombia
2013 - 2014
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Ositos de Goma es el resultado de un proceso de creación grupal del Teatro R101 bajo la
dirección de Hernando Parra y Ramsés Ramos.
Ositos de Goma se estrenó el 11 de abril de 2014 en la sala del Teatro R101 y dentro del
marco del XIV Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá con el siguiente reparto y
equipo técnico:
Dirección
Hernando Parra
Ramsés Ramos
Agradecimientos
Consuelo Vargas, Patricia Huertas, Miguel Alfonso Peña, Norberto Gómez,
Jenny Cumaco, Maritza Charris, Jorge Beltrán, Nicolás Moreno, Federico Galvis,
Carlos Gutiérrez, Sebastián Illera, Andrés Florez, Santiago Ardila, María Victoria Restrepo,
Oscar Botero, María Juana Botero, Sebastián Uribe, Maira Salamanca y a todo el equipo
del Teatro R101.
Obra registrada en la Dirección Nacional de Derechos de Autor del Ministerio del Interior y
de Justicia de la República de Colombia con el número 10- 442 -426.
Bogotá, Colombia
2014
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PERSONAJES
RUTH ELENA GALVÁN DÍAZ, coordinadora. Antigua profesora de Biología. Diez años
en la institución.
Toda la acción visible al público sucederá en el salón de profesores del Colegio Distrital
Benito Pérez Galdós durante los tres horarios de descanso de los profesores.
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OSITOS DE GOMA
El salón de profesores del colegio distrital Benito Pérez Galdós es un espacio frio y
abandonado, a medio terminar. El muro del fondo está empapelado en periódico y las
paredes laterales están a medio pintar. Al fondo a la izquierda, una avalancha de cajas de
cartón que guardan la historia académica del colegio, se desploma desde el techo
amenazando con consumirlo todo. En este mismo costado, un escritorio con una cafetera
eléctrica y un teléfono de disco que se asoma entre torres de carpetas, cuadernos y libros
de texto. Contra el muro lateral, una hilera de oxidados casilleros con el respectivo
nombre de sus propietarios. En el centro del salón hay una vieja mesa circular con tres
sillas igualmente viejas. En el costado derecho, contra el muro del fondo y sobre un viejo
pupitre, hay un desactualizado computador que da la espalda al público. Del techo cuelgan
dos barras de tubos alógenos. A una de ellas le falta un bombillo. Al frente a la derecha,
una caneca con su respectiva bolsa plástica de supermercado. Tal vez hay una gotera, no
sería raro. Una escalera metálica plegable, se alza en un extremo del espacio, está
rodeada por un par de baldes y un rodillo. Una única entrada a la derecha.
ACTO I
Primera hora de la mañana. Antes de la primera clase del día. En el salón se encuentran
RIVADENEIRA, AFANADOR y LUZ D. El profesor RIVADENEIRA está sentado a la
mesa. Viste un traje desgastado y una camisa que en tiempos pasados fue blanca. Su
brillante pelo está dividido por una imperturbable raya a medio lado. Se embute una
almojábana y de vez en vez le echa un ojo a lo que hacen sus compañeros. AFANADOR
también está sentado a la mesa, bebe un café sorbito a sorbito intentando resolver un
crucigrama, junto a él sus elementos de trabajo: Una regla, un transportador y una
escuadra de madera. Lleva puesta una chaqueta de pana con coderas y debajo de ésta un
chalequito moteado color verde. Viste además, unos pantalones claros y unos zapatos
deportivos. A diferencia de su colega, su pelo es un desorden total, una maraña que viaja
tan libre como la lleve el viento. LUZ D., siempre enfundada en una sudadera roja
atravesada por una fina línea blanca, está sentada frente al computador. Teclea y de vez en
cuando le zampa una bofetada al aparato. Su muñeca derecha está adornada con un
enorme reloj deportivo y lleva puestos unos poderosos e impecables tenis blancos. Se
zampa las últimas cucharadas de un salpicón de frutas.
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Silencio.
RIVADENEIRA: PARLOTEO.
AFANADOR: ¿Ah?
AFANADOR: PALABREO.
RIVADENEIRA: No, porque después no le pega con: “Que no tiene utilidad”. Vertical.
RIVADENEIRA: es TRASTO.
AFANADOR: ¿Ah?
Pausa.
AFANADOR: … Es la red…
Silencio.
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AFANADOR: … Todo debe ser un malentendido…
RIVADENEIRA: Exacto.
Silencio.
AFANADOR: Diez.
AFANADOR: Sí…
AFANADOR: Tercera vez, profesora, tercera… Como dicen por ahí, a la tercera va la
vencida. (Suelta una risita.) ¿Cierto, profesor? Creo que en esta ocasión tengo verdaderas
posibilidades… Me… me… me he estado entrenando… Hágame una pregunta, ehhh… la
que quiera…
Silencio.
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RIVADENEIRA: No lo pueden tener allá toda la mañana. Tiene que bajar a dar clase...
RIVADENEIRA: Plauto.
Silencio.
AFANADOR: ¿Qué?
RIVADENEIRA: Nada.
Silencio.
AFANADOR: … Es la red…
Silencio.
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AFANADOR (acordándose): ¿Vieron lo del tipo que mató al vecino? (No le prestan
demasiada atención.) Lo pasaron por el noticiero… Fue… en un edificio del norte... El tipo
estaba haciendo demasiado ruido… tenía el equipo de sonido a todo volumen y cantaba y
gritaba… Vivía en el quinto piso… Entonces, su vecino que vivía en el segundo, subió a
reclamarle, al parecer no era la primera vez que esto pasaba - supongo que por eso subió –
la cosa es que el tipo abrió la puerta y le metió diecisiete puñaladas… y luego lo arrastró
hasta el interior de su apartamento y lo lanzó desde el balcón…
Pausa.
Silencio.
RIVADENEIRA: Nada...
RIVADENEIRA: Nosotros.
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de tela. Sus labios están pintados de un rojo intenso y toda ella exhala un aroma
excesivamente silvestre. Se detiene en seco al encontrarse con sus colegas.
Pausa.
AFANADOR: No señor.
RIVADENEIRA: ¿Profesora?
Va a salir.
JULIETA: Gracias…
Va a salir.
RIVADENEIRA: ¡Profesora!
JULIETA: Dígame.
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RIVADENEIRA: No habrá visto al profesor Hincapié por ahí, ¿cierto?
JULIETA: ¿Hincapié?
RVADENEIRA: Gordo.
JULIETA: Ni idea.
JULIETA sale.
AFANADOR: ¿A quién?
AFANADOR: Bueno, yo creería que debe tener unos veinticuatro años como máximo.
Pero con el maquillaje no se sabe.
RIVADENEIRA: No, profesor, ¿cuánto tiempo cree que le queda en este colegio?
RIVADENEIRA: ¿Profesor?
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AFANADOR (risita): Un juego, bien, bien /
LUZ D.: El profesor Afanador siempre aguando la fiesta. No sea tímido profesor, diga
cualquier cosa.
Pausa.
AFANADOR: Eh eh eh, Bueno… Yo, yo, yo creo que ella renuncia antes de que la
echen…
Pausa.
LUZ D.: No sea niño, profesor. Póngase serio. Yo pensaba más bien en medio sueldo.
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RIVADENEIRA: Medio sueldo es media vida /
LUZ D.: Ahí están pintados los hombres. Siempre salen corriendo con alguna excusa.
RIVADENEIRA: ¿Qué le parece a usted eso, Afanador? Ahora somos nosotros los que
salimos corriendo. Luz D. no sabe que algunos no podemos darnos el lujo de apostar media
vida.
Pausa. Se lo piensa.
Sale.
Pausa.
AFANADOR: Bertica hace bien. El año pasado se fue sin haberle pagado.
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RIVADENEIRA: Tiene un problema.
Mueve el mouse.
AFANADOR: …Un amigo mío tuvo que internar a la esposa… Era contador… Cuando él
se iba a trabajar ella se iba para un casino. Un día llegaron a cobrarle a la oficina y ahí la
descubrió… Debía un montón de plata… Resultó que su mujer era, era, era… Mitómana /
RIVADENEIRA: Ludópata.
AFANADOR: Eso…
Pausa.
AFANADOR: Este es el único aparato que funciona por estos lados… ¿Café?
RIVADENEIRA: La cagada.
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AFANADOR: Profesor sin tinto no trabaja…
Pausa.
AFANADOR (volviendo a la mesa): … He estado revisando las preguntas que han hecho
en el concurso. Las primeras tres rondas suelen ser muy fáciles, por ejemplo: ¿Qué tipo de
animal es una libélula? Un insecto… No hay misterio… Después viene lo complicado… las
preguntas tienen trampa…
RIVADENEIRA: Afanador…
AFANADOR: ¿Cuánto duro la Guerra de los 100 Años?, por ejemplo… Y todos sabemos
que duró más de cien años…
AFANADOR: … Hace dos años un concursante estaba en la ronda final, a una respuesta
de ganarse el acumulado del programa… La la la pregunta era…
AFANADOR: Sí…
AFANADOR: ¡Exacto!
RIVADENEIRA: Y ganó…
RIVADENEIRA: ¿Perdió?
AFANADOR: ¡Todo!
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RIVADENEIRA: No son preguntas tan difíciles, Afanador.
JULIETA: Una cajita. Con marcadores de diferentes colores… Estoy segura que la tenía
esta mañana.
RIVADENEIRA: ¿No sería más fácil recordar cuándo vi por última vez lo que se me
perdió?
RIVADENEIRA (para él): Parece que hoy se está perdiendo todo. Niños, marcadores,
profesores…
RIVADENEIRA: ¿Dónde?
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JULIETA: No lo sé. Estaba de espalda.
Pausa.
JULIETA: ¿Qué?
AFANADOR: Siempre es así… (Señalando sus materiales.) Nunca los pierdo de vista…
En este colegio a las cosas les suelen crecer paticas…
JULIETA: Sí…
AFANADOR: … A mí me pasa todo el tiempo. Con las llaves de la casa, por ejemplo…
Siempre se me pierden… Las busco en mi chaqueta y no están, a partir de ese momento
trato de recordar todos mis pasos hacia atrás… Cierro los ojos y voy haciendo memoria.
Estoy sentado con mi mamá viendo el noticiero. Antes estaba en la cocina sirviendo una
aguapanela con limón para mi mamá y para mí. Antes de eso… estaba en el baño… y
antes… estaba revisando exámenes, la mitad se rajó… y antes estaba… pegando las
calcomanías nuevas en el álbum y… ¡El álbum! Voy hasta el álbum y ahí están las llaves,
entre dos páginas… Viajo en el tiempo hasta el momento preciso dónde las perdí…
Pausa.
JULIETA: Mmmm…
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JULIETA: Aquí.
JULIETA: En el patio…
AFANADOR: ¿Antes?
JULIETA: En el salón…
JULIETA: En…
Pausa.
Vuelve RIVADENEIRA.
Pausa.
RIVADENEIRA: Veo. Profesora Julieta, antes de que viaje hasta su infancia, creo que
Ruth la está buscando.
Sale.
Pausa.
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RIVADENEIRA (dudando): No debería.
AFANADOR: ¿Qué busca, profesora? No hay que confiarse de todo lo que se dice en
Internet… A lo mejor podemos ayudarla.
AFANADOR: ¿También?
RIVADENEIRA: Me quitó el azúcar, la sal y también las harinas. Al parecer tengo todo
por las nubes. Los triglicéridos, el colesterol…
LUZ D.: Para enfermarse sólo hace falta ir al médico y a las putas.
RIVADENEIRA: Eso mismo me dijo el médico. “¿Cómo me voy a cuidar?”, le dije yo.
Ya no duermo. La comida de la cafetería es una porquería. Paso ocho horas encerrado en un
salón aguantando a esas bestias. A este paso me va a dar una aneurisma en mitad de clase.
AFANADOR: ¿Qué está haciendo Luz D.? El médico le dijo que no podía…
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RIVADENEIRA (cambiando de tema): ¿Qué hora es?
RIVADENEIRA (deja el resto de su almojábana sobre la mesa): Lo que dice esa niña no
tiene ni pies ni cabeza.
Por fin encuentra lo que estaba buscando. Saca un kumis light y lo abre. AFANADOR le
echa una mirada a RIVADENEIRA.
RIVADENEIRA: Es light…
RIVADENEIRA da un sorbo.
RIVADENEIRA: Esta mañana me lo crucé, como todos los días: “¿Cómo está, profesor?”
“Bien, profesor, bien”, con esa vocecita que tiene… “¿Qué le pareció el partido de
anoche?” “Un desastre, un desastre. A ese equipo se le olvidó jugar al fútbol”. Tenía un
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zapato desamarrado. Se lo iba a decir, porque él siempre es muy cuidadoso con esas cosas,
cuando apareció Ruth…
RIVADENEIRA: … Y nos cayó encima, mirándonos con su sonrisita, esa que pone
cuando algo está pasando pero nada está pasando.
LUZ D.: Lo van a tener allá arriba el tiempo que se les dé la gana.
RIVADENEIRA: Les dijo a esos papás lo que debían oír. Pero a ellos no les gustó lo que
oyeron sobre su hijo.
RIVADENEIRA: El tipo estaba intentando hacer su trabajo. Lo que pasa es que el colegio
prefirió respaldar a los papás.
RIVADENEIRA: Y ahora Hincapié está encerrado arriba por lo que dice una niña…
RIVADENEIRA: Imposible.
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LUZ D.: Veinticinco, contando a la niña /
Entran RUTH y JULIETA. RUTH viste un jean, una blusa sin cuello y por encima de
esta lleva un chaleco de bolsillos. Carga una carpeta debajo del brazo izquierdo y un
megáfono en la mano derecha. Su cara suele estar adornada con una imperturbable
sonrisa.
RUTH (sonriendo): … Sabía que no iba a ser un viernes normal… Tengo a la Secretaría
encima, ayer la Policía agarró a un estudiante en una tienda tomando cerveza, hay
inspección de Sanidad por la tarde, vengo de echarle un baldado de agua a dos niñas que se
estaban peleando y como si fuera poco, un alumno nos está amenazando con ponernos otra
Tutela por “vulnerar su derecho a la libre personalidad”. Lo único que me falta es un niño
perdido. (Muy amable.) Por favor, dígame que lo encontró…
JULIETA: Ehhh…
RUTH: ¿Cómo?
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RIVADENEIRA: ¡Buenos días, Ruth!
RUTH: Afanador…
AFANADOR: ¿Café?
AFANADOR: ¿Azúcar?
AFANADOR: ¿Cuántas?
AFANADOR: ¿Cuántas?
RUTH: Tres.
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RIVADENEIRA: A mí, NADA. Absolutamente nada. Aquí, preparándome para dar mí
primera clase del día. Como el resto de los profesores.
RUTH (mientras empieza a repartir unos cuestionarios): Muy bien, profesor. Así me
gusta.
RUTH: La Secretaría envió esta mañana un cuestionario para ser respondido por todo el
plantel educativo del colegio. (Mirando a JULIETA.) Incluidos los profesores de Primaria/
JULIETA: No quiere.
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LUZ D.: Está en el juzgado…
RUTH: ¿Otra vez? Bueno, pues le va a tocar a usted encargarse de sus cursos.
RUTH: Les recuerdo que no deben compartir las respuestas con ninguno de sus
compañeros. También les recuerdo que, según el comunicado enviado por la Secretaría, el
cuestionario debe ser entregado hoy mismo.
RUTH: A más tardar a última hora de hoy. Antes de que acabe la jornada escolar.
RUTH: Invénteselo.
RIVADENEIRA: ¿“Invénteselo”?
RUTH: No sé, profesor. Sorprenda a sus alumnos con un examen sorpresa y mientras tanto
responde el suyo.
RUTH (intentando recordar): ¿Qué más era, qué más era? ¡Ya! No se les olvide que hoy
elegimos “amigo secreto”… No se vayan sin elegir a su amigo…
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JULIETA: ¡Amigo secreto, que bonito!
JULIETA: Julieta…
RUTH: A propósito, necesito voluntarios para cubrir horas extra esta tarde.
Silencio.
LUZ D.: Sí, hay que seguir el ejemplo del profesor Afanador.
Va a salir.
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RUTH: ¿La salida?
JULIETA: Sí…
RUTH: Es mucho papeleo. Imagínese. Hay que notificar a todos los padres de familia. Que
firmen la autorización… Un lío.
RUTH (antes de salir): Ah, se me olvidaba. ¡Les pido, profesores, que revisen bien la cara
de sus alumnos! Al parecer tenemos dos niños que no son de este colegio. Gracias…
Va a salir.
Sale.
Pausa.
Silencio.
No entiendo nada…
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AFANADOR (sacando su libretica): ¿Cómo se escribe?
JULIETA: ¿Y?
JULIETA: ¿Y?
JULIETA: ¿Y?
AFANADOR: ¿Y?
RIVADENEIRA: Para saber qué pensamos, profesora. Para saber que hay en nuestras
cabecitas. Y así ellos pueden saber con exactitud cuáles son nuestros planes macabros con
los niños de este colegio.
JULIETA: ¿Ellos?
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RIVADENEIRA: Cómo se nota que usted sólo lleva dos meses aquí. Allá arriba no les
interesa que mejoremos. Les interesa jodernos…
RIVADENEIRA: “Invénteselo”.
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LUZ D.: ¿El teatrero?
RIVADENEIRA: Sí.
RIVADENEIRA: Quería hacer una obra de teatro con los alumnos de varios cursos. El
rector no estaba muy convencido pero finalmente accedió y le dio algo de presupuesto.
Ensayó varios meses con algunos estudiantes y a mitad de año presentó el trabajo. Era una
obra sobre la educación, por supuesto, y los alumnos hablaban de la pubertad, los papás, las
tareas, el matoneo, esas cosas… No estaba mal. Pink Floyd como fondo musical, obvio:
“¡No somos salchichas, no somos salchichas, no somos salchichas!”, decían todo el tiempo.
No estaba mal. La cosa es que hacia el final de la obra cada uno agarró un libro viejo y le
arrancó las hojas y entonces todos las echaron en una caneca metálica y les prendieron
fuego.
RIVADENEIRA: No, todo muy bonito. La gente aplaudió, alumnos, profesores, todo el
mundo. Un humero ni el verraco, eso sí, pero nada más.
JULIETA: ¿Y el incendio?
LUZ D.: A la semana siguiente a unos pelados de quinto de primaria les dio por hacer lo
mismo en mitad de la clase de historia con los textos escolares y ahí fue cuando quemaron
el salón /
RIVADENEIRA: Desde ahí quedaron prohibidas las obras de teatro en este colegio.
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JULIETA: Todos aplaudieron.
RIVADENEIRA: Para que se vaya dando cuenta cómo piensan los que mandan aquí.
JULIETA: Sólo quiero que vean una obra de teatro. La mayoría nunca ha visto una.
JULIETA: Entiendo que tengan miedo, pero no tiene por qué volver a pasar /
JULIETA: No he cobrado /
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JULIETA: El contrato no me lo han dado /
RIVADENEIRA: ¿A ustedes no les preocupa que el profesor Hincapié lleve allá arriba
tanto tiempo?
Pausa.
RIVADENEIRA: Hace dos días me la intentaron hacer. Los de noveno. ¿Qué se están
creyendo? Venir a sabotearme la clase a mí /
RIVADENEIRA: Nunca en todos mis años como docente me habían hecho algo así. Debí
sospecharlo desde que entré a ese salón. Tan calladitos, tan quieticos. No era normal. Pero
yo empecé a dictar mi clase. La Revolución de los Comuneros. Llevamos dos semanas
viendo el tema. “¿Por qué se le llama así?” Nada. “¿Por qué empezó?” Nada. “¿Cuándo
empezó?” Ni una palabra. Es normal que no sepan un carajo, pero de vez en cuando algún
imbécil levanta la mano y dice cualquier estupidez. Pero esta vez, NADA… Y entonces ahí
me di cuenta: Me están castigando con la ley del silencio. Pero no les puse atención. Seguí
con mi clase. “No voy a caer en la trampa”. Les lleno el tablero con toda la Revolución de
los Comuneros. No paro. Cuando termino me volteo y todos están pegados al celular.
Haciéndose los que mandaban un mensajito. Vuelvo a preguntar. Nada. Respondo por ellos.
Nada. Siguen pegados a los teléfonos. Estoy a punto de gritarles: “¡APAGUEN ESA
VAINA!”. Todos me miran. “¿Serían tan amables de desconectarse por un momento de su
realidad virtual?” Me siguen mirando. El comentario les parece divertido. Sonríen. Me giro
para seguir con mi guerra. Estuve a punto de caer en la trampa. Cuando me giré otra vez,
sonó el timbre. Ya era muy tarde… Ahora pienso que pude ser yo. Me la hubieran podido
hacer a mí pero no… Estoy seguro que se la hicieron a Hincapié y cayó… El pobre hombre
no se dio cuenta…
LUZ D.: Entonces, según usted, los alumnos se compincharon para joderle la vida a
Hincapié…
RIVADENEIRA: Siempre están esperando que nos tropecemos para caernos encima.
LUZ D.: No llore, profesor. Se la montaron por primera vez, bienvenido al club.
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LUZ D.: ¿Tiene afán, profesor?
RIVADENEIRA: Yo no.
RIVADENEIRA: Seguramente va a ser como las otras veces. Dos horas de gritos y
después todo el mundo para su casa.
LUZ D.: “De los cuatro comentarios que se presentan a continuación sobre evaluación,
señale el que considere más cercano a las prácticas actuales en educación:
No entiendo. De verdad. No entiendo. Allá deben pensar que acá nos la pasamos
rascándonos las /
LUZ D. (anotando): C /
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RIVADENEIRA: ¡No sea bruta, Luz D.!
RIVADENEIRA: ¡La A, es la A!
LUZ D.: Me voy. Tengo que preparar un entrenamiento de básquet para sesenta y cinco
alumnos con un solo balón.
JULIETA: Bueno, mejor empiezo mis tareas… hay mucho qué hacer. Preparar clase,
llenar cuestionario, firmar contrato y buscar un niño…
LUZ D.: ¿Otra vez? Algún día lo va a tener que hacer sola.
Sale.
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AFANADOR: ¡Adiós, profesora!
Pausa.
LUZ D.: Tiene los días contados. Anda corriendo por todas partes detrás de los niños…
LUZ D.: Le da miedo irse sola. Llevo dos meses acompañándola hasta la principal.
LUZ D.: Tiene carro… Lo deja en el parqueadero que está al otro lado de la principal… Un
carro muy bonito. Dos puertas… (En voz baja.) Es más bonito que el de Ruth… Más caro...
Pausa.
LUZ D.: Pensé que se había ofrecido como voluntario por los alumnos.
LUZ D.: Bueno, yo no creo que la palabra “inconveniente” sea el mejor término para
definir lo que está pasando. Yo diría que es más que es eso.
RIVADENEIRA: Llámelo como quiera. Y no se haga muchas ilusiones con esa platica,
profesor.
Pausa.
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AFANADOR: AYAYAY.
RIVADENEIRA: ¿Perdón?
AFANADOR: ¿Lacayo?
Suena el timbre.
Suena música.
Todos, de forma casi automática y de manera simultánea, terminan de preparar sus cosas
para salir.
Silencio.
¡FORMANDOFORMANDOFORMANDOFORMANDO!
Pausa.
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AFANADOR (empieza a recoger la basura que dejaron sus compañeros): … Golpeo la
puerta… Mi vecino abre y me recibe clavándome un cuchillo diecisiete veces…
RUTH: ¿DÓNDEESTÁLAFILADELOSOCTAVOS?
¡NOVENOSACÁNOVENOSACÁNOVENOSACÁ!
Pausa.
RUTH: ¡PROFESORCONTROLEAESENIÑOYSINOPUEDEMEAVISA!
Sale.
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ACTO II
Oscuro.
Suena el timbre.
Primer descanso.
RUTH está sentada ojeando uno de los catálogos. Moja su dedo pulgar con la lengua y
pasa las páginas. Bebe su café mientras tanto. Su megáfono está a sus pies. Su eterna
sonrisa la acompaña.
LUZ D. está de pie con una pierna apoyada sobre una de las sillas. Se unta una loción
muscular.
RUTH: “Si no hay en blanco no lo compro”. Fue lo primero que le dije al tipo del
concesionario.
RUTH: Lo estuve pensando mucho, y le confieso, no fue una decisión fácil. Usted ya sabe,
los gastos y esas cosas. “Ruth, no olvides que el apartamento todavía sigue siendo del
banco”. “Ruth, recuerda que el próximo año se viene la matrícula del colegio del niño”. Y
ya sabe cómo están las matrículas de los colegios privados, por las nubes. No me decidía…
Una tarde, saliendo de acá, me llaman precisamente del colegio de mí hijo y me dicen que
se quedó de la ruta… Llamo al papá. Me dice que no lo puede recoger que está muy
ocupado. “Ya que no pagas su educación, al menos recógelo”, le digo. “No puedo”, me
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contesta. Respiro… (Café.) “Está bien, no te preocupes, yo voy por él. Al fin y al cabo yo
lo parí. No es tu problema, ¿cierto?” “No te pongas así, Ruty”. Odio que me diga Ruty,
como si todavía estuviéramos casados… “¿Ponerme así? No hay ningún problema, Mauro,
de verdad. Sé que estás ocupado dictando clase en la universidad”. “Además, él ya está
muy grande, podría coger un bus hasta la casa”, me dice el cabrón”. “¿Sabes qué?”, le digo.
“Yo me encargo. No quiero que tus alumnas se pierdan una sola de tus magistrales clases
de filosofía erótica”. “Ya empezamos…”, me suelta. “Como estás convencido que el niño
me lo metió en la barriga el Espíritu Santo sin permiso tuyo…” “Dejemos así”, me dice.
“Sí, dejemos así, Mauro, antes de que te cuente cómo se llamaba el Espíritu Santo”.
Cuelgo. (Pasa una página.) Imagínese. Me tocó arrancar para el otro lado de la ciudad. El
aguacero ya se veía venir. Agarro mi carrito viejo. No prende. Insisto. No prende. Vuelvo a
insistir. Finalmente el motor suena. Gracias a Dios. Arranco. En mitad de la autopista norte
el carro escupe su última bocanada de aire y muere en el acto dejándome abandonada a mi
suerte y al aguacero. Me lavo hasta los calzones. La mitad de la ciudad pitándome. Tengo
ganas de llorar. Me acuerdo del despistado de mi hijo, me acuerdo del hijo de puta de mi
exmarido y agarro las llantas del carro a patadas. “Maldita vida mía…” En ese momento
me dije: “Ruth, te lo mereces”.
Pausa.
RUTH: Mmmm.
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RUTH: Bueno, pues se lo compra y sale de paseo.
RUTH: ¿Tarde?
LUZ D.: Sí. Esas cosas las hace uno cuando está joven. Agarra un carro y se larga.
RUTH: A la aventura…
LUZ D.: Exacto. Siempre quise un carro para eso. Para agarrar carretera y dormir donde
me cogiera la noche. Sin importarme el día siguiente…
RUTH (mojando su dedo con la lengua y pasando la página): Bueno, siempre hay que
llenar el tanque.
JULIETA: En el salón…
JULIETA: Sí señora…
JULIETA: Es recreo…
RUTH: Cuando lo encontró estaba a punto de saltar desde la ventana del baño que da a la
calle. Imagínese, Luz D… Tómelo como una medida previsiva… (Mirando el catálogo.)
Que color más bonito…
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RUTH: Por su propio bien.
JULIETA: No es su culpa.
RUTH: ¿Se imagina que hubiera pasado si usted no lo encuentra a tiempo? En este
momento podríamos estar lamentando un incidente muy desafortunado, ¿no le parece?
Imagínese. La policía podría estar golpeando la puerta de este colegio en este preciso
instante, quién sabe con qué noticias, y todos nosotros lamentándonos por no haber hecho
algo al respecto. Agradezca que lo encontró…
JULIETA: Me parece algo exagerado dejarlo ahí adentro durante todo el recreo /
RUTH: Profesora, ya tenemos suficientes problemas en este colegio, no creo que nos
convenga ponernos a discutir por un niño de ocho años…
RUTH: Está perdiendo el tiempo si cree que puede razonar con un niño de ocho años…
JULIETA: Pero… /
RUTH: Si lo que le preocupa es que el niño la odie el día de mañana, tranquilícese. Todos
tuvimos un profesor que nos castigó alguna vez y mírenos… estamos intactas, ¿no?
AFANADOR entra. Lleva sus instrumentos debajo del brazo izquierdo. Su bata blanca
cuelga de su brazo derecho. En esta mano trae el cuestionario. Ve a las tres mujeres
hablar. No pasa del marco de la puerta. Lo miran. Pausa. Sale.
RUTH: No estoy intentando decirle cómo hacer su trabajo. Sólo trato de compartir algo de
mi experiencia con usted… Piense en el resto de sus alumnos… Piense en su próxima clase.
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RUTH: No debe ser tan complicado. Siga el ejemplo de Luz D. Le da clase a todo el
colegio con un solo balón.
RUTH: Estoy confiando en que el próximo año nos van a aprobar el presupuesto y todos
vamos a quedar contentos. Marcadores de colores para todo el mundo y balones, muchos
balones…
RUTH: Las cosas no siempre suceden como las planeamos. Hay que adaptarse. Es algo
que aprendí en mis años como docente de Biología. Las especies se adaptan. Nosotros no
somos la excepción.
Silencio.
JULIETA observa a las dos mujeres. RUTH continúa con los ojos pegados al catálogo.
LUZ D. cambia de rodilla. Afuera se oye a los niños jugar.
Silencio.
RUTH: ¡Para nada! Líbrame Señor… Prefiero estar donde estoy ahora. Mi puesto me
permite ver las cosas con mayor perspectiva… No sé si me entiende… No se alcanza a
imaginar las cosas con las que me tengo que enfrentar todos los días. Los alumnos a veces
son el último de mis problemas… Los profesores… esa es otra cosa. Con perdón de las
presentes… Aquí no hay animales fáciles de torear… Como el profesor Hincapié,
imagínese. Los profesores pueden ser peores que los alumnos y ya no hay quien los eduque.
RUTH (mirando a JULIETA): Teoría del color… Sí, bueno… Profesora, tal vez debería
pensar en bajar un poquito el nivel de sus clases.
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JULIETA: Lo que quiero es… /
RUTH: Ni siquiera yo entiendo cómo funciona la teoría del color, profesora… Sé que sus
intenciones son buenas, pero… no sé. ¿No puede ponerlos a hacer otra cosa? ¿Algo qué
esté más al alcance de ellos? No sé, sombreros en papel maché, dibujar a la familia, esas
cosas…
RUTH (después de darle un sorbo a su café): No son artistas plásticos, profesora. Aprenda
a reconocer los límites de sus estudiantes.
RUTH: ¡Está decidido! Va a ser muy bonito. Encárguese de la canción también, profesora.
Nada muy ruidoso. Algo lindo. (Señalando el catálogo.) ¿Cuánto?
Pausa.
JULIETA: No señora.
RUTH: Carácter. Siempre lo digo. Es una cuestión de carácter. Hay que tener carácter para
trabajar con los niños… Y una no puede andar por ahí correteando a los niños…
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LUZ D.: Es lo que yo digo…
RUTH: …Y aquí hay todo tipo de animales. Si una se descuida se la comen viva… (Al
catálogo.) Estas me gustan…
RUTH: Por ejemplo, Beltrán. Una joyita… (Al catálogo.) Que color más bonito… Hace
tres años le hizo la vida imposible a una profesora. Marcela. Inglés. Muy arregladita. La
sacó corriendo…
LUZ D. (en voz baja): Dijo que la intentó violar en los baños…
LUZ D.: .. Eso dijo ella… Un día entró al baño y la estaba esperando Beltrán. Al principio
pensó que el pelado estaba jodiendo. Que era un chiste. El chino empezó a decirle que
estaba muy bonita, que olía muy rico, siempre le decía esas cosas -tampoco era nada del
otro mundo- El tipo se le fue acercando, ella se reía al principio, pensaba que era
molestando… hasta que la arrinconó e intentó meterle la mano debajo de la falda -siempre
andaba con falda- y le empezó a decir cositas al oído… Bueno, no sé cómo, ella logró
zafarse y salió corriendo a esconderse en rectoría… Eso dice ella, no me consta…
JULIETA: ¿Y lo denunció?
AFANADOR entra. Las mujeres lo miran otra vez. Pausa. Vuelve a salir.
JULIETA: ¿Y la profesora?
RUTH.: Ese fue su último día en este colegio… (Señalando a JULIETA.) Le faltó
carácter… Debía tener su misma edad.
43
RUTH: ¿Monroy?
JULIETA: El niño perdido… Monroy… Se me ocurrió que tal vez sería buena idea hablar
con los papás…
RUTH: Monroy, sí. Bueno… Mala idea. A los papás es mejor mantenerlos lo más lejos
posible…
JULIETA: Tal vez tiene algún lío en la casa y a lo mejor puedo ayudar… /
JULIETA: Tal vez lo mejor sea dejarlo salir. Seguramente quiere jugar con sus
compañeritos… /
RUTH: Encerrar a un niño puede parecer una medida extrema, preferiría no hacerlo, pero a
veces no queda otro remedio…
RUTH: Tampoco es que los estemos torturando. No. Imagínese. Tómelo como una lección.
RUTH: Sí... de esta manera está fortaleciendo el carácter del niño. Y de paso fortalece el
suyo…
RUTH: Aristóteles.
44
JULIETA: Es un niño. Los niños corren. Los niños saltan. Los niños juegan. Los niños se
suben a las ventanas… Es un niño /
RUTH: No hay que subestimarlos, pero tampoco hay que dejarlos tomar terreno.
Podríamos decir que son como unos cachorritos. Mientras estén bajo nuestro cuidado hay
que verlos de esa manera. Mientras no se valgan por sus propios medios serán unos
cachorros a los que hay que vigilar y dar de comer… y de vez en cuando, amarrar.
Cachorros humanos. Serán eso mientras estén aquí adentro. Y para eso es necesario
fortalecer el carácter. El carácter es lo que nos diferencia de los animales.
RUTH: Yo.
JULIETA (para ella): Pensé que lo que nos diferenciaba de los animales era la risa.
RUTH: ¿Qué?
JULIETA (para ella): Entonces, tengo que decir que conozco animales con mucho
carácter.
Silencio. JULIETA observa a los tres profesores. RUTH bebe de su café y pasa las
páginas. LUZ D. ya terminó con sus rodillas. Se ajusta su cangurito y se acerca a RUTH.
AFANADOR continúa con el cuestionario.
JULIETA: No es mi estilo…
45
Toma el megáfono. Va a salir.
JULIETA: ¿Coordinadora? Quería saber si es posible que piensen otra vez lo de la salida
pedagógica…
RUTH: Hay que alquilar un bus para llevarlos. Hay que pagar la entrada de cada niño. No
hay presupuesto para eso.
RUTH: Con descuento o sin descuento sigue siendo demasiado para estos niños.
JULIETA: Bueno… /
Va a salir.
Va a salir.
RUTH: Profesora…
JULIETA: Julieta.
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RUTH se lleva a JULIETA hasta la entrada. AFANADOR y LUZ D. Se miran de vez en
cuando.
RUTH: No se comprometa tanto con estos niños, Julieta. Ellos ya tienen mamá.
RUTH: Profesora… Julieta, lo que quiero decir es que… Bueno, no se encariñe mucho con
los estudiantes… ¿Me entiende?
Silencio.
… La he visto en los recreos… con los niños. Sé que no tiene malas intenciones. Pero es
mejor que no… los abrace mucho. No sé si me explico… Se podría malinterpretar…
JULIETA: No entiendo… /
RUTH: Es mejor que no los toque. Ya no se puede tocar a los niños. El código lo prohíbe.
(Levantando su megáfono.) Por eso uso esto.
RUTH: Como los cachorritos. Acuérdese. Aunque estén heridos es mejor tratarlos con
distancia. No vaya a ser que la muerdan.
Pausa.
Sale.
Pausa.
Pausa.
AFANADOR: Ah, ah… ¿Leyeron en el periódico lo que le pasó a una familia canadiense?
47
JULIETA: Debería llamar a los papás… /
AFANADOR: Eh… Vivían en un motel… Los papás dormían en un cuarto y y y sus dos
hijos pequeños en otro… /
LUZ D. (mientras saca una cajita de ceda dental de su cangurito): ¿Qué les va a decir?
¿Que su hijo intentó escaparse del colegio?
JULIETA: De verdad, es como para enloquecerse… No sé cómo saben dónde están las
cosas en este sitio…
AFANADOR: Sí… sí… una serpiente, una serpiente gigante… Una boa se estaba
comiendo a sus hijos…
48
AFANADOR: Salió en el periódico… /
JULIETA: No contestan.
LUZ D.: Lo más seguro es que el número de teléfono sea de alguna vecina o de la tienda de
al lado…
LUZ D.: Mejor. ¿Se imagina la cara de Ruth si los papás se enteran? /
JULIETA: Sí, sí. Hay algo raro en ese niño… Tiene una mirada extraña…
LUZ D. Todos tienen problemas. (En voz baja.) La mamá de uno de mis estudiantes es
homosexual…
49
JULIETA: Sí, normalmente, pero se puede utilizar para los dos géneros… /
Pausa.
LUZ D.: … Bueno, la cosa es que era un pelado muy pilo. Buen deportista. De pronto:
Malas notas… Un día lo agarro a la salida: “Bueno, ¿cuál es el problema, chino?” No me
quiere decir nada. Al final me confiesa que los papás se están separando. La cagada. Yo sí
lo veía venir. Los papás ya no venían juntos a recogerlo…
LUZ D.: … El día de la entrega de notas se me acerca la mamá. Una señora muy dulce.
Nos ponemos a hablar del pelado. Se me pone a llorar. Me confirma lo que su hijo ya me
había dicho. El matrimonio acabado. La cagada. Que ya no era lo mismo, que sentía que ya
no quería a su marido, bla, bla, bla, y que estaba saliendo con otra persona… (En voz baja.)
Una vieja… A mi esas cosas no me importan. Que cada persona haga lo que quiera con su
vida, ¿cierto? Su marido no entendía, obvio…
LUZ D.: Pero hay que andarse con cuidado. Estos niños no respetan ni edad ni rango… No
hay que darles papaya… Si se descuida se le meten por la falda… o por el pantalón…
¿Cierto, Afanador?
AFANADOR: ¿Ah?
Pausa.
Pausa.
50
LUZ D.: Se le perdió un niño. ¿Cuál es el problema? A todos nos ha pasado.
JULIETA: Sí.
LUZ D.: Ese baño siempre está hecho una mugre. Lo pintan y al siguiente día ya está lleno
de porquerías.
AFANADOR: Un artista /
JULIETA: Creo que estaba escrito con… Bueno, creo que estaba escrito con mis
marcadores…
LUZ D.: No sea guevón, Afanador. Un niño de ocho años no va a escribir eso en un baño.
JULIETA: Lo sé…
51
JULIETA: Yo creo que alguien más escribió eso.
JULIETA: Exacto. No conozco a Hincapié. Ni siquiera he hablado con él. ¿Por qué voy a
querer que se quede? /
LUZ D.: Exactamente, ¿por qué va a querer que se quede? ¿Por qué va a querer cualquier
persona que se quede?
JULIETA: No.
Pausa.
AFANADOR: … Eso. Póngalos a dar vueltas por el patio y dígales que es una prueba de
resistencia, como Luz D…
LUZ D.: No sea sapo. ¿Le digo cómo dictar su clase de geometría? No. Entonces no se
meta en mi clase de Educación Física.
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AFANADOR: ¡Educación Física…! Sólo le dan vueltas al patio. Unos presos hacen más
ejercicio… /
JULIETA: ¿Y no siguió?
LUZ D.: No pude. Una chocoana me cayó encima y me destrozó una rodilla en un torneo
departamental… hasta ahí me llegó el sueño de ser campeona nacional… Aproveche que
después se cae todo. Yo todavía me conservo porque me mantengo en forma...
Pausa.
Silencio.
Pausa.
LUZ D.: Cuéntele, Afanador. Cuéntele por qué se encierra aquí antes y después de cada
clase…
53
… Él dice que viene a estudiar. Que necesita prepararse… Pero todos sabemos por qué se
esconde aquí a llenar crucigramas, ¿cierto?
JULIETA: Luz D., de verdad. El profesor no tiene por qué contarme si no quiere…
Pausa.
Pausa.
… Le pegan un papel en la espalda sin que se dé cuenta… Con alguna frase pendeja.
Pausa.
JULIETA: Profesora...
LUZ D.: (Imita a AFANADOR como lo hacen sus alumnos.) “Ho- ho- ho- ho- hola, yo-
yo- yo- yo soy el proooffffesor A- A- A- Afandor…”
AFANADOR: No es chistoso.
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LUZ D.: Les tiene pánico…
AFANADOR: No es verdad…
AFANADOR: No es verdad…
Silencio.
AFANADOR mira a las dos mujeres. Primero a LUZ D. y luego de unos segundos a
JULIETA.
Pausa.
Entra RIVADENEIRA. Lleva las manos entre sus bolsillos. El maletín cuelga de una de
ellas. Va hasta su casillero, lo abre. De su maletín saca dos libros que mete dentro del
casillero y los intercambia por otros dos que guarda en el maletín. AFANADOR vuelve al
cuestionario. JULIETA insiste con el teléfono.
RIVADENEIRA: Esa no es ninguna novedad. Acá nada funciona como debe… Mire este
sitio. Se supone que era temporal y ya llevamos tres años metidos en esta ratonera. (A
AFANADOR.) ¿Qué está haciendo?
RIVADENEIRA: No toca.
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RIVADENEIRA: ¡No toca! No sean pendejos. Eso es lo que quiere hacernos creer Ruth.
No tenemos que responderlo si no queremos.
RIVADENEIRA: No.
RIVADENEIRA (mirando al frente): Nada. No dicen nada. Hoy fueron los de once.
Frente Nacional. “¿Alguien sabe qué fue el frente nacional?” Nada. Pregunto otra vez.
“¿Saben por qué se llamaba Frente Nacional?” Nada. Muy bien. Me giro. Empiezo a llenar
el tablero con el Frente Nacional. Termino cuando me he comido todo el tablero disponible.
Me giro. “¿Quién fue Laureano Gómez?” Nada. “¿Quién fue Alberto Lleras?” Nada.
“¿Quién fue Rojas Pinilla?” Nada. “¿Cuántos años duró el Frente Nacional?” Nada. Toda la
información estaba en el tablero… Sólo me miran… Que se jodan. Me siento. (Se sienta.)
Cruzo los brazos… Nos quedamos mirándonos durante dos horas hasta que suena el timbre.
Ellos se van. Yo me voy…
Silencio.
56
RIVADENEIRA (a AFANADOR): Deje ese cuestionario, Afanador.
Vuelve al cuestionario.
AFANADOR: ¿Y Ruth?
RIVADENEIRA: Nos están evaluando con ese cuestionario. Treinta preguntas tramposas
por culpa de una niñita mentirosa /
RIVADENEIRA: Mire, yo sé que a usted no le importa lo que pase con Hincapié y sé que
prefiere estar aquí metida con sus catálogos de ropa Made in China…
AFANADOR (en voz baja a JULIETA): Esta mañana le presté diez mil pesos…
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AFANADOR (en voz baja a JULIETA): A ella NUNCA le alcanza el sueldo…
LUZ D.: A usted no le importa protestar porque no tiene nada que perder.
LUZ D.: No van a echar a un profesor que lleva veinticinco años dando clase. Es
imposible. Igual que no van a echar a Hincapié, fresco. Así que puede dejar de pintar
grafitis en los baños…
RIVADENEIRA: ¿Qué?
JULIETA (con el teléfono en su oreja): En el baño de las niñas hay un grafiti que dice:
¡HINCAPIÉ SE QUEDA!
RIVADENEIRA: Yo no lo pinté…
JULIETA: Y yo no fui…
LUZ D.: Es la palabra de ella y la de veinticuatro alumnos más que estaban en clase y que
vieron lo que pasó.
JULIETA: ¿Hijueputicas? /
AFANADOR (a JULIETA): ¿Se imagina entrar al cuarto de sus hijos y descubrir que una
boa se los tragó? /
JULIETA: ¿Qué?
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AFANADOR: Abre usted la puerta y ¿qué ve? Una boa… /
LUZ D.: La “tal Paloma” es una pelada que presentó una queja ante rectoría. Una queja
que tiene en este momento al profesor Hincapié sentado frente al rector, la coordinadora y
la psicóloga del colegio. Que cagada. Parece, Rivadeneira, que usted ya se decidió por
Hincapié…
AFANADOR: Eh… No. Sólo decía que la mujer abrió la puerta y descubrió que sus hijos
estaban envueltos por una boa… una boa pitón…
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AFANADOR: Así es… /
Va a salir.
RIVADENEIRA: Cada vez los protegemos más. A este paso no los vamos a dejar nacer.
RIVADENEIRA: ¿Acostúmbrese?
LUZ D.: ¡Deje las cosas como están! Es lo mejor para todos. Mire, tengo muchas cosas que
hacer, y entre ellas está llenar el bendito cuestionario que nos entregó Ruth /
AFANADOR: Estoy seguro que Ruth, el rector, y la psicóloga están tratando de saber qué
pasó.
Va a salir.
RIVADENEIRA: Y entonces nos tenemos que quedar callados. (A LUZ D.) Mientras
usted pone a sus alumnos a rebotar un balón desinflado están jodiendo a un colega suyo.
LUZ D. se detiene.
LUZ D.: ¿Un colega mío? Estoy segura que si yo estuviera en la situación de Hincapié él
no estaría acá defendiéndome /
60
JULIETA: A lo mejor era la mascota… /
AFANADOR: Bueno, bueno… fue un caso muy diferente y no se logró demostrar nada en
mi contra… usted lo sabe… Todo fue un malentendido… Afortunadamente no pasó nada.
RIVADENEIRA: Profesora…
LUZ D.: Claro, profesor… No le quitamos más tiempo. Vaya a preparar su clase. Sus
alumnas lo esperan… /
AFANADOR (para él): … que equidistan de otro punto fijo y coplanario llamado centro
en una cantidad constante llamada radio… /
JULIETA: No lo sé.
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JULIETA: Bueno… /
LUZ D.: Ni quiere conocerlo. Créame. Es un viejo bañado en tiza que apesta a cigarrillo /
JULIETA: … Sí, sí, claro, en ese caso se estaría cometiendo una injusticia /
AFANADOR (para él): Centro, que es el punto interior equidistante de todos los puntos
de la circunferencia… /
JULIETA: Lo que digo es que en caso de comprobarse que los alumnos están mintiendo,
deberían tomarse medidas…
LUZ D.: Y no contestamos el cuestionario y nos arriesgamos a que nos echen. Bueno,
usted tampoco pierde nada, ¿no?
JULIETA: ¿Cómo?
LUZ D.: Sí. Usted todavía está joven. Puede hacer lo que quiera al salir de aquí. Todavía
tiene tiempo. Seguro le ofrecen puesto en algún colegio privado.
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LUZ D.: A lo mejor se enloqueció, ¿no se le ha ocurrido? A lo mejor le llegó su hora y se
chifló. No sería el primer caso.
RIVADENEIRA: ¿Qué? /
AFANADOR (para él): Radio: El radio de una circunferencia es el segmento que une el
centro de la circunferencia con un punto cualquiera de la misma… /
JULIETA: Bueno, es muy común. Según las estadísticas los trabajadores docentes
presentan uno de los más altos índices de estrés laboral /
JULIETA: A lo mejor.
JULIETA: Sí…
JULIETA: Pobrecito…
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LUZ D.: La próxima vez que veamos a Hincapié podría estar en una plaza gritando la tabla
del nueve mientras agita una regla de madera… /
Silencio.
Pausa.
¡USTEDESALLÁQUÉESTÁNHACIENDOAOCUPARSEAOCUPARSEAOCUPARSE!
Entra RUTH.
Pausa.
RIVADENEIRA: No, en serio, ¿qué la trae por aquí? Supongo que debe andar muy
ocupada.
RUTH: No se equivoca.
Silencio.
64
Todos se miran.
Mira a JULIETA.
JULIETA: Yo tengo que salir antes, ¿se acuerda que le dije? Tengo que llegar temprano a
mi casa… /
RIVADENEIRA: No está fácil. Hay mucho por hacer. Aquí donde me ve estaba
repasando una cátedra que planifiqué toda la noche para mis maravillosos y brillantes
alumnos. Sí, para todas esas cositas hermosas que se sientan frente al tablero todas las
mañanas esperando empapar sus cerebritos con renovada información sobre el mundo que
los rodea. Son tan lindos.
RUTH: Muy bien, profesor, eso me parece muy bien. Tal vez, entre tanta cátedra saca el
tiempito que necesita para llenar el cuestionario. Me interesan mucho sus respuestas.
RIVADENEIRA: ¿A usted? Pensé que sólo la Secretaría tenía acceso a las respuestas.
RUTH: Así es. Las respuestas deben ser confidenciales. Nosotros entregamos los
cuestionarios a la Secretaría, ellos los evalúan y luego nos envían la evaluación da cada uno
de vuelta y es ahí cuando yo los miro.
RUTH: ¿De qué otra manera podríamos tener en cuenta las recomendaciones de la
Secretaría? Usted ya sabe cómo funciona esto.
RUTH: No se les olvide que antes de irse hay que elegir amigo secreto… /
AFANADOR (para él): No logro acordarme quién fue mi amigo secreto el año pasado… /
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RUTH: No quiero que en el próximo día del amor y la amistad alguien se quede sin amigo
secreto. Como me pasó el año pasado, ¿se acuerdan? Y por favor, den buenos regalitos este
año. Un chocorramo no es un regalo…
Va a salir.
RUTH: No tengo mucho tiempo, profesor. Los alumnos están particularmente inquietos
este viernes…
RIVADENEIRA: Por supuesto, hay asuntos que la esperan. Le prometo que no me voy a
demorar.
RIVADENEIRA abre su maletín y saca su copia del cuestionario. Busca una pregunta
específica. La encuentra. Aclara su garganta.
RIVADENEIRA: … Por ejemplo: “La maestra Elena se percata de que Anita, de 4 años,
no juega con sus compañeros durante el recreo, sino que permanece aislada. Ante tal
situación, lo que debe evitar hacer la maestra Elena es:
C. Hablar con los padres de la niña para indagar un poco más y llegar a algún acuerdo para
ayudar a la niña.
D. Conversar con la niña para conocer mejor las razones que la llevan a tomar esa actitud”.
Pausa.
66
JULIETA mira a AFANADOR.
RUTH: Bueno, de eso se trata, profesor, de elegir la mejor opción para la maestra Elena /
RIVADENEIRA: Pero eso es lo que estoy diciendo, la maestra Elena también está jodida
porque si elige mal le puede joder la vida a Anita y de paso se la puede joder ella también.
RUTH: No entiendo.
Pausa.
RUTH: El ejercicio es simple, profesor. Elija la mejor respuesta para el problema de Anita.
RIVADENEIRA: Pero ahí está mi punto, Ruth, si yo ayudo a la maestra Elena a elegir la
mejor respuesta para el problema de Anita, según mi criterio, dentro de las opciones que
me están presentando, podría estar ayudando a joderle la vida a Anita y de paso a la maestra
Elena… Me pregunto si no sería mejor dejar las cosas como están y dejar en paz a Elena y
a Anita.
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RIVADENEIRA: Por supuesto que no soy Anita, no tengo cuatro años. Ahora, ¿está
segura que no soy la maestra Elena?
RIVADENEIRA: ¿Y si no quiero?
RIVADENEIRA: Lo hizo algún imbécil que vive en el País de Nunca Jamás y que se nota
que no ha dado una sola clase en su vida.
RIVADENEIRA: ¿Y si no lo respondo?
RUTH toma del brazo a RIVADENEIRA y lo lleva hasta una esquina. Los demás
intentan parecer ocupados.
RUTH: No puedo creer, profesor Rivadeneira, que un docente con su experiencia este
peleando por un ridículo cuestionario de la Secretaría /
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RUTH: Pues claro que es ridículo, pero no es mi trabajo… /
RIVADENEIRA: Es ridículo.
RUTH: ¿Qué?
RIVADENEIRA: Ese cuestionario pinta un mundo ideal. ¡ES un mundo ideal! Un mundo
ridículo porque no vivimos en él…
RUTH (masajeando su frente con los dedos): Y al que me encantaría irme a vivir en este
momento porque así usted estaría respondiéndolo. Pero la verdad es que no vivo en él,
ninguno de nosotros vive en él. Vivimos en el mundo real donde usted tiene que responder
un cuestionario de la Secretaría…
RUTH: ¡Me importa un carajo la maestra Elena y Anita! Me importa un carajo lo que usted
opine del cuestionario. Me importa un carajo que lo quiera responder o no. Es su obligación
hacerlo, así que hágalo, profesor.
RIVADENEIRA: No quiero.
RIVADENEIRA: No lo entregue.
69
RIVADENEIRA: No tiene que entregarlo si no quiere.
RUTH: Sí quiere /
AFANADOR: Sí quiero /
Pausa.
Pausa.
RUTH: ¿Juliana?
JULIETA: Julieta…
JULIETA: No lo he terminado…
Pausa.
RUTH: ¿Rivadeneira?
70
RIVADENEIRA: ¡NO!
RUTH: … Tengo inspección. Consejo académico. Una auditoría… Lo único que me falta
es un profesor que se enloqueció…
RUTH: Jamás pensé que usted pudiera llegar a ser tan inocente, Rivadeneira. Tal vez usted
sí vive en ese cuestionario.
Silencio.
71
Suena el timbre.
RUTH: ¡Soldado advertido no muere en guerra! Y más les vale a todos no seguir la
iniciativa del profesor Rivadeneira. Ya saben lo que se juegan. Y profesora JULIETA su
niño anda suelto allá afuera. ¡Enciérrelo!
RUTH sale.
RIVADENEIRA sonríe.
Silencio.
JULIETA: ¿Aló? Buenos días… (Pausa.) ¿De dónde me contestan? (Pausa.) ¿Una
lavandería…?
Cuelga el teléfono.
JULIETA: ¿Aló? ¿Mamá…? Estoy en descanso… No, todo bien… Llamaba para decirte
que… Sí, se portan bien, son muy juiciosos… Sí señora… Sí señora… Sí señora… No
dejar que se den cuenta que estoy cansada, lo sé… Esta tarde nos vemos, sí… ¿Mamá…?
Llamaba para decirte que te quiero mucho…
Cuelga.
72
Las luces bajan lentamente.
Oscuro.
73
ACTO III
Suena el timbre.
Silencio.
Pausa.
JULIETA se pasea por el salón buscando sus marcadores. Busca debajo de las mesas, en
las esquinas, en la mesa del computador, les echa un ojo a los casilleros de sus
compañeros, etc…
Silencio.
AFANADOR: Sí.
AFANADOR: Sí.
JULIETA: Lo felicito.
AFANADOR: Es un concurso por rondas… Sólo una pareja participante puede llegar a la
última ronda de preguntas…
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JULIETA: No debe ser fácil.
JULIETA: No sé.
AFANADOR: ¿“Boa”?
JULIETA: Oui…
JULIETA: Boa…
AFANADOR: ¿Igual?
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AFANADOR: ¿Usted sabe francés?
JULIETA: ¿Perdón?
JULIETA: Lo sé.
JULIETA: Bueno, a veces no estamos donde queremos estar sino donde debemos estar,
¿no le parece?
Silencio.
JULIETA: Python…
AFANADOR: Pythooon…
JULIETA: Bueno, no es fácil… Los niños me dan algo de problemas… (Bajando la voz.)
A veces se me pierden…
76
JULIETA: Bueno… A veces me pregunto qué hago aquí…
Pausa.
AFANADOR: ¿Inquieto? /
JULIETA: Creo que no soy muy buena en esto. Y creo que Ruth ya lo sabe.
Pausa.
AFANADOR: La verdad es que siempre que dicto clase están gritando… ¿Le confieso
algo?
JULIETA: Cuénteme.
AFANADOR: Sí. Pero no se lo he dicho a nadie… Tiene catorce años y ya sabe todo lo
que yo le pueda enseñar… Cada vez que abro la boca me corrige… y sus compañeros se
ríen cada vez que lo hace… (Risita.)… Debería estar en un colegio especial, no sé. ¿Y sabe
77
qué? (Baja la voz.) Me desespera… (Risita.)… No lo soporto. Pero, ¿sabe qué hago ahora?
Dicto mis clases de memoria. Me le adelanto. Así no tiene tiempo de corregirme… (Risita.)
Pausa.
AFANADOR: ¿Qué?
AFANADOR: Sí…
JULIETA: Ya casi. La “S” suena bajita, como si la dejara deslizar. Y el acento está en la
“E” de Gélatine. Pero pareciera que vuelve a tener acento en la “I”. En francés la E se
pronuncia de manera diferente según su acento.
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AFANADOR: Oursons En GGGélatinnn…
AFANADOR: No es fácil.
JULIETA: Sí.
AFANADOR: Deberían enseñar francés en este colegio. Tal vez, tal vez, las cosas serían
mejores si todos los alumnos hablaran francés…
JULIETA: Si no me acepta una salida pedagógica… creo que las clases de francés están
descartadas…
Pausa.
AFANADOR: Bueno…, ya sabe, hay historias por ahí… historias sobre los demás
profesores y… sobre los alumnos también, usted sabe… Sobre los profesores y las
alumnas… Malentendidos…
Pausa.
79
JULIETA: ¿Dijo que era por parejas?
AFANADOR: Sí.
JULIETA: Entiendo.
Va a salir.
JULIETA: ¿No?
LUZ D. la mira.
80
LUZ D.: No.
AFANADOR: Sí, sí… es verdad, pero… puedo acompañarla hasta la avenida principal y
luego volver…
AFANADOR: Boa…
AFANADOR: ¡BOA!
JULIETA: … Sí…
JULIETA: Bueno…
Pausa.
AFANADOR: Claro que sí, profesora… Sólo estoy esperando a que llegue Ruth para
recibir instrucciones…
81
JULIETA: Podemos salir a buscarla y le pregunta…
AFANADOR: Ah… Estoy seguro que… que no debe demorar… Podemos esperarla
aquí…
Afuera se oye a RIVADENEIRA y a RUTH que se acercan discutiendo por el pasillo que
da al salón de profesores. En el interior del salón hacen silencio. Escuchan la discusión
con atención.
Pausa.
RUTH (desde afuera): ¿De verdad está dispuesto a dejarse joder por un simple
cuestionario? /
RUTH (desde afuera): ¿Está dispuesto a manchar su hoja de vida por esto?
RIVADENEIRA (desde afuera): Que manera tan amable para volver a decir “que me van
joder” sin tener que decir que “me van a joder”. ¿Por qué me voy a joder por un
cuestionario? /
RUTH (desde afuera): Y lo del grafiti, profesor… Por Dios. Usted está muy viejo para
esas cosas /
82
RUTH (desde afuera): Bueno, eso se puede solucionar… Pero lo del cuestionario,
profesor… Por favor…
Pausa.
JULIETA (en voz baja): No sé qué hago aquí. Ya podría estar en mi casa.
LUZ D. (con la oreja pegada a la puerta y en voz baja): Ah, es verdad, le da miedo
atravesar sola el potrero.
RIVADENEIRA (desde afuera): ¿Lo amenazaron con su pensión? ¿Es eso? ¿Qué pasó
allá arriba? ¿Le dijeron que si cooperaba lo dejaban quedarse un año más hasta que cobrara
su pensión siempre y cuando mantuviera la boca cerrada? ¿Siempre y cuando le diera la
razón a la niña esa? Sólo para que ustedes queden bien ante la Secretaría, ¿cierto? O ¿le
dijeron que se fuera? Sin pensión. Que se joda. Tenían que escoger un chivo expiatorio para
marcar un precedente y lo eligieron a él. ¿Es eso? Tal vez para darle gusto a los de la
Secretaría, tal vez para seguir ascendiendo en el escalafón. ¡Puto escalafón! Tal vez para
que los de arriba se ahorren una pensión. ¿Qué ganan con todo esto? ¿Ah, Ruth? ¿Qué gana
usted?
83
AFANADOR: ¿Qué dijo? /
JULIETA (en voz baja): Que qué gana ella con todo esto…
RUTH (desde afuera): Voy a hacer de cuenta que usted no dijo eso, profesor
Rivadeneira…
Silencio.
LUZ D. (en voz baja): Estoy convencida que ese viejo sí le pegó…
84
RUTH (desde afuera): ¿Qué? /
Pausa.
RIVADENEIRA: ¡No me joda, Afanador! Si me quiero comer una bolsa entera de gomitas
lo voy a hacer…
RUTH (a JULIETA): ¡Su niño está allá afuera corriendo por todas partes!
Pausa.
Deja el megáfono sobre la mesa central y retoma sin importarle la presencia de los demás.
RUTH: No me corresponde a mí decidir qué fue lo que pasó. Quiero recordarle que para
eso existe un procedimiento…
85
RIVADENEIRA: Ah, claro, el procedimiento.
RIVADENEIRA: Sabía que iba a decir eso. Cuando allá arriba empiezan a tartamudear
dejan que las reglas hablen por ustedes, ¿cierto?
RUTH: No me gusta su tono, profesor. De todos modos yo no tengo por qué darle
explicaciones de lo que hacemos allá arriba /
RIVADENEIRA: Tal vez sí tendrían que hacerlo. Yo creo que deberían inventarse una
regla para eso /
AFANADOR: Coordinadora, quería saber si estas horas extra las van a pagar… /
RUTH: Usted de verdad está convencido de la inocencia del profesor Hincapié, ¿cierto?
RUTH: ¡Pues claro que nos odian, es el colegio! ¿No odiaba usted a sus profesores en el
colegio?
AFANADOR: Creo que voy a salir para ver cómo está el alumnado…
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RIVADENEIRA: ¿Y para qué el cuestionario?
Suena el timbre.
AFANADOR: Coordinadora… /
RUTH: Profesor, estamos intentando averiguar qué fue lo que pasó exactamente. Lo invito
a que considere la posibilidad de que Hincapié le haya pegado a esa alumna. ¿En ningún
momento ha considerado esa opción? Piénselo. Suponga por un momento que sí lo hizo.
Sólo por un momento.
RIVADENEIRA: Eso sería admitir que esos niños nos tienen agarrados por los huevos.
Pausa.
RUTH: Piénselo.
Suena el timbre.
RUTH: Juliana…
JULIETA: Julieta…
RUTH: Discúlpeme, profesora Julieta. ¿Podría ir hasta portería y decirle a Ancizar que no
abra las rejas del colegio hasta que yo se lo ordene?
Pausa.
JULIETA: Sí señora…
87
JULIETA sale.
Va a salir.
RIVADENEIRA: Gracias. ¿Sería tan amable de sentarse en esta silla, por favor?
Pausa.
AFANADOR: ¿Qué? /
RIVADENEIRA: No lo sintió.
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RIVADENEIRA: Sí, podríamos llamarlo así. Un golpecito, no un GOLPE. ¿Cierto,
coordinadora?
RIVADENEIRA: ¿Y esto?
AFANADOR: Bueno… /
AFANADOR: ¡Ay!
RIVADENEIRA repite la acción varias veces, cada vez con mayor fuerza.
RIVADENEIRA: ¿Y esto?
AFANADOR: ¡Ayayay!
RIVADENEIRA se detiene.
Silencio.
Entra JULIETA.
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JULIETA: Los niños están desesperados…
RUTH.: No importa.
RUTH: Aquí, el profesor Rivadeneira, está tratando de comprobar algo, pero yo opino lo
contrario. ¿Sería tan amable de sentarse en esta silla?
JULIETA: OK.
JULIETA: Sí.
JULIETA: Me tocó.
RUTH: ¿Profesora?
JULIETA: Me pegó.
JULIETA: Sí.
RUTH: ¿Y esto?
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Levanta la regla muy alto y la golpea con fuerza.
RUTH: Y de la persona que lo da. Volvemos al mismo punto. De todos modos no importa.
Ya no se le debe pegar a un alumno con una regla.
RUTH: Ya no se hace…
RIVADENEIRA: Entonces prohibamos las reglas en los salones porque son armas corto
punzantes.
JULIETA: Gracias a ese tipo de metodologías ahora ni siquiera los podemos abrazar.
JULIETA: ¿Qué?
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RIVADENEIRA: Un poquito de rigidez no viene mal.
RUTH: ¿Qué le pasa a Ancizar? Le di la orden que no los deje salir hasta que yo diga.
RIVADENEIRA: ¿Qué?
JULIETA: A lo mejor ellos no son los que tienen un problema, a lo mejor somos nosotros
los que tenemos el problema… Los obligamos a sentarse y poner atención.
RUTH: Entonces, lo que usted está proponiendo es que les preguntemos que quieren
hacer…
JULIETA: No, no estoy diciendo eso… Aunque no sería mala idea saber qué piensan... /
RUTH: … Y mientras le toque que estar aquí, le recomiendo que se arme de valor… /
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JULIETA: No, yo quiero estar aquí…
Pausa.
JULIETA: Sí…
LUZ D.: A ver si entiendo. ¿Usted eligió voluntariamente estar en un colegio público?
JULIETA: ¡Sí!
Silencio.
Todos la miran.
RUTH: O sea que usted podría estar en otra parte pero prefirió estar aquí…
JULIETA: Sí…
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JULIETA: ¿Y?
JULIETA: Lo sé…
JULIETA: ¡Sí!
RIVADENEIRA: ¿Qué?
RUTH: Es cuestión de tiempo. Al principio yo también pensé que estaba aquí porque
quería pero después de dos años hablando de la mitocondria me di cuenta que no… /
JULIETA: ¿Qué?
AFANADOR: Boa… Ese es el tipo de preguntas que suelen hacer en la ronda final… /
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JULIETA los mira a todos.
Pausa.
JULIETA: Mes beaux perdants, souriez parce que l'ignorance est votre…
Pausa.
LUZ D.: No entiendo como alguien que podría estar en un lugar mejor, escoge
voluntariamente estar encerrada aquí aguantando a estas bestias…
RIVADENEIRA: ¿Angelitos?
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RIVADENEIRA: Sí.
RIVADENEIRA: A lo mejor.
AFANADOR: Profesor… es mejor que nos vayamos preparando… las pruebas para el
concurso no son fáciles… /
JULIETA: Yo lo único que estoy diciendo es que no estaría mal probar cosas nuevas de
vez en cuando… /
JULIETA: Me parece mejor que llenar un tablero con el Frente Nacional… No me extraña
que no quieran participar en sus clases.
RUTH: Tal vez esta no es la mejor institución educativa para usted Julieta, tal vez sí
debería estar en otra parte…
LUZ D.: No sé qué es todo lo que está diciendo, Julieta. A usted se le perdió un niño...
RIVADENEIRA: Pero se le perdió y eso es lo que importa. A todos se nos perdió un niño
alguna vez, pero acá esas cosas nunca se olvidan y durante el resto de nuestras vidas nos
van a recordar ese niño que se nos perdió… Ruth es la que se encarga de eso, ¿cierto, Ruth?
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RUTH: Yo sólo estoy intentando ayudarlo, Rivadeneira, pero usted me lo está poniendo
muy difícil…
JULIETA: ¡Yo intento hacer lo mejor que puedo, créanme! ¡Pero siempre están
escapándose de clase y corriendo por todas partes y tengo que salir a buscarlos!
RIVADENEIRA: ¡Por Dios, Afanador! ¡Que no! ¡No quiero participar en ningún
concurso!
AFANADOR: Pero… /
Suena el timbre.
JULIETA: Ilumíneme.
LUZ D.: Le encanta verla trotar detrás de él por todo el colegio. Eso es lo que quiere. Hace
alguna cagada en frente suyo esperando que lo regañe y usted sale detrás de él. Y entonces
se deja alcanzar por usted y es ahí cuando baja la mirada con cara de arrepentimiento.
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RUTH: Luz D…
AFANADOR: ¿Ah?
AFANADOR: Estúpidas…
RIVADENEIRA: Mire, profesor… Lo que quiero decir es que… Hay algunas personas
que no tienen talento para ciertas cosas… Tienen talento para otro tipo de cosas, pero hay
ciertas cosas para las cuales no tienen talento…
AFANADOR: Talento…
AFANADOR se apaga.
JULIETA: Creo que usted y yo tenemos una imagen muy diferente de estos niños.
LUZ D.: Pero, ¿sabe qué le digo? Aproveche, aproveche mientras tenga las tetas firmes y
las piernas duras, porque una vez pase de los treinta y cinco y llegue una profesora más
bonita, más joven y menos trajinada, ellos la van a dejar de mirar de un día para otro y
usted se va a convertir en un trapo viejo que nadie quiere usar…
JULIETA: ¿Qué?
RIVADENEIRA: Seamos honestos. Acá ninguno es un santo. Todos hemos hecho algo
“indebido” dentro de este colegio. Puede que para nosotros no lo haya sido, puede que eso
que hayamos hecho esté justificado según nuestro criterio, pero no según el criterio de los
otros. Piénsenlo. Hasta la profesora Julieta, que lleva un par de meses, ya hizo algo de lo
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cual se arrepiente. Y allá arriba lo van a terminar sabiendo, si es que no lo saben ya… Y
después lo van a utilizar en nuestra contra, ¿cierto, Ruth?
RIVADENEIRA: ¡Que yo no pinté ese grafiti! A lo mejor fue Julieta, lo pintaron con sus
marcadores /
JULIETA: ¡Porque no sabe leer ni escribir! ¡Es un niño de ocho años que está en tercero
de primaria y que no sabe leer ni escribir! Odia estar aquí.
JULIETA: ¡Todos odian estar aquí! Este sitio es un infierno. Yo hago todo lo que puedo
pero son imposibles. No se quedan quietos. Me desesperan. Llevo dos meses aquí encerrada
y creo que me voy a volver loca… No sé cómo lo hacen ustedes. Los miro todos los días y
no logro saber cómo lo hacen, cómo logran aguantar más de cinco minutos entre estas
cuatro paredes… Tiene razón, Ruth, tal vez este sitio no es para mí… Todos los días me
levanto y me pregunto qué hago aquí… No importa lo que haga no me toman en serio... ¡Y
sí, les tengo que dar gomitas para que me pongan atención! ¡Les tengo que dar gomitas para
que me pongan atención! ¿Se lo pueden creer? Todas las tardes… al salir del colegio…
compro una bolsa de gomitas para el día siguiente... Todos los días tengo que comprar una
bolsa de gomas para que esos niños se queden quietos. A todos los niños les gustan los
dulces… y sin embargo eso no es suficiente /
LUZ D.: Nunca es suficiente. Siempre quieren un dulce más grande. No hay manera de
hacerlos feliz.
LUZ D.: Pregúntele a Afanador. Pregúntele por qué no sale de aquí. Pregúntele por qué es
el primero en llegar y el último en irse. Pregúntele porque prefiere ofrecerse como
voluntario y quedarse aquí encerrado hasta que todos los alumnos se han ido. Pregúntele.
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Todos miran a AFANADOR.
AFANADOR: Yo… yo… yo lo único que quiero es que este día se termine para poder
irme a mi casa a estudiar para mi concurso… /
LUZ D.: ¿Por qué no le cuenta a la profesora Julieta por qué lo asustan los estudiantes de
este colegio?
AFANADOR: Yo sólo quiero irme a mi casa… Yo sólo quiero ganar el concurso para
poder largarme de aquí… /
LUZ D.: ¡Lo tienen amenazado porque se metió con una alumna de once!
AFANADOR: ¡Que yo no le hice nada a esa niña! ¡Además, eso fue hace dos años y no se
demostró nada en mi contra!
AFANADOR: ¡Jamás la toqué! ¡Jamás! ¿Cuántas veces voy a tener que repetirlo? ¡La
institución me respaldó! ¡La institución me respaldó! ¿Cierto que la institución me
respaldó, Ruth? ¿Cierto que sí? ¡Dígaselo, Ruth! ¡Dígale que la institución me respaldó!
¿Cuánto tiempo más voy a tener que repetirlo? Dígaselo, Ruth, por favor, dígaselo…
Pausa.
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AFANADOR: ¡Usted salió con un alumno! ¡No puede decir nada! ¡Se la pasa chateando
con él por ese computador!
Pausa.
Pausa.
LUZ D.: ¡Sí! ¡Salí con un alumno! ¡No sé cuál es el problema! Pero ya era mayor de edad.
Tenía veintiún años y estaba en once. No se había podido largar de aquí porque le tocó
repetir noveno una vez y décimo dos veces. ¡Y no es lo mismo, guevón, no es lo mismo…!
JULIETA: Es lo mismo…
Pausa.
Sale.
Silencio.
JULIETA: Debería dejar de llorar porque su tiempo ya pasó, Luz D. De todos modos no
tiene de qué preocuparse, yo aquí no me quedo. Ya puede salir al patio tranquila. La
competencia se le acabó.
Pausa.
AFANADOR: ¿Qué?
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RIVADENEIRA: No sea mala perdedora, Luz D. Usted sabe que ganó.
LUZ D.: Entonces, usted también perdió. Le toca bajarse de medio sueldo /
JULIETA: Y ganó.
Pausa.
102
Silencio.
JULIETA regresa.
RIVEDENEIRA: ¿Qué?
Los cuatro empiezan a discutir. Cada vez lo hacen más fuerte hasta que sólo los oímos
gritar. Las voces de los niños comienzan a oírse afuera. Poco a poco los volúmenes se
invierten. El volumen de la discusión empieza a disminuir y el de los niños empieza a
aumentar. Los profesores siguen discutiendo hasta que no alcanzamos a oír sus voces. La
acción continúa, pero no los escuchamos. Como si hubiéramos presionado el botón de
SILENCIO. A la vez, el espacio es inundado por las voces de los niños en el patio.
Pausa.
RUTH entra. Se detiene en el marco de la puerta. Está furiosa y casi al borde de las
lágrimas. La discusión continúa. Los observa durante unos segundos. Los niños se oyen
afuera. Los volúmenes vuelven a invertirse simultáneamente hasta que los niños
desaparecen y nos quedamos con la gritería de los profesores.
Todos se callan.
Silencio.
RIVADENEIRA: ¿Qué?
RUTH: Se pasó, esta vez se pasó. Quería ayudarlo pero lo voy a joder…
RIVADENEIRA: No entiendo…
RIVADENEIRA: ¿Qué?
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RUTH: Usted sabe lo que hizo…
Silencio.
AFANADOR: ¿Grafitis?
RUTH (sin parar de llorar): … Por todas partes. Está lleno de grafitis. Lo pintaron por
todas partes con marcadores de colores… Está lleno de florecitas y solecitos y nubecitas y
de arco iris… y de caritas felices… Por todas partes… En las puertas, en las ventanas…
hasta le colorearon los rines…Y…y… y…y en el capó pintaron un un un… ¡un pene
gigante…!
Silencio.
RUTH lo mira.
Silencio.
Pausa.
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RUTH (secándose las lágrimas): Deje de reírse…
RUTH: No quería que este problema llegara hasta el Consejo Académico… Pero ya no me
importa… Voy a hacer que lo jodan… voy a hacer que le hagan un consejo disciplinario…
y lo van a joder…
RIVADENEIRA: Ruth… Ruth… Ruth, de verdad. No era mi intensión reírme por lo que
le hicieron a su carro… Me parece la cagada. Créame… Es sólo que me imaginé el… el…
el… Bueno, usted sabe… el… pintado en el capó y… Bueno, me parece la cagada, aunque
usted no lo crea… Pero yo no pinté su carro…
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RUTH: Tendremos que esperar a la investigación.
RUTH: A lo mejor habló con ellos y los convenció para que lo hicieran…
Silencio.
RIVADENEIRA: Ah…
RUTH: Profesor, por favor, vamos a ser sinceros de una vez. Dejemos de tratarnos como
imbéciles.
RUTH: Me odia porque fui más hábil que usted. Siempre he sido más hábil que usted. No
es algo de lo que me guste hablar, de hecho, nunca hablo de esto, pero hoy las condiciones
son propicias para que desempolvemos algunos temitas…
RUTH: No soporta que yo haya llegado allá arriba antes que usted, ¿cierto? No entiende
como alguien más joven que usted se le adelantó. Me odia por eso. ¿Cierto? Y cada vez que
nos cruzamos o me ve atravesar algún pasillo me echa esa mirada. ¿Cree que no me he
dado cuenta?
RUTH: Arquea las cejas y me mira desde las alturas. Yo la llamo, la mirada Rivadeneira.
LUZ D. se ríe.
RUTH: Me mira y se pregunta: “¿Qué habrá hecho para estar ahí?” “¿A quién se lo habrá
dado?” “¿Qué tiene ella que no tenga yo?”
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RUTH: ¡Lo hace! ¡Lo hace! Me odia porque fui más inteligente que usted. Tan inteligente
que usted no ha podido descubrir qué fue lo que hice para llegar tan rápido cuando usted
llevaba haciendo cola tanto tiempo…
RUTH: El profesor Rivadeneira, el hombre que lo sabe todo en este colegio no sabe cómo
lo consiguió Ruth…
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RIVADENEIRA: No me acuerdo de eso.
RUTH: Bueno, da igual. Ya no importa, ¿cierto? Usted está aquí y yo estoy allá.
Silencio.
Todos se miran.
Pausa.
Pausa.
Dobla una de las hojas del cuestionario varias veces y luego la corta manualmente por
cada doblez. Le entrega un papelito a cada profesor.
RUTH: Luz D…
Pausa.
…. Afanador…
Pausa.
… Julieta…
Pausa.
… Rivadeneira…
Pausa.
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Los profesores comienzan a hacerlo. AFANADOR apunta su nombre con el lápiz.
Después de hacerlo va a ofrecérselo a JULIETA, pero ésta ya ha sacado un esfero de su
bolso. Al terminar se lo presta a LUZ D. RUTH saca su esfero y apunta su nombre.
RUTH: … Faltan Pulido, que no llegó, Obonaga, que está enfermo y la profe Maritza, que
está afuera… Yo apunto sus nombres…
Lo hace.
Pausa.
Pausa.
Pausa.
Lo hace.
Mira a su alrededor buscando algo. Finalmente va hasta la caneca, saca la bolsa plástica
y vacía su contenido en la papelera. Mete su nombre en la bolsa y después se acerca a
cada profesor para que haga lo mismo. Primero LUZ D., luego AFANADOR, después
JULIETA y por último RIVADENEIRA. Echa los papelitos con los nombres del resto de
los profesores, va hasta el centro del salón y sacude la bolsa en un intento por mezclarlos
bien. Nuevamente se acerca a cada uno de los profesores, en el mismo orden anterior, para
que elijan su amigo secreto. Cada vez que alguno lo hace, RUTH abre la bolsa, deja que
el respectivo profesor introduzca la mano, y luego la cierra rápidamente. La última en
hacerlo es ella.
Silencio.
Este es un juego al azar. Cada uno reaccionará dependiendo del amigo secreto que haya
elegido en cada función. Nadie debe saber qué nombre le tocó al otro.
109
Silencio.
RUTH (sonriendo): Prohibido decirle a nadie quién les tocó de amigo secreto…
Pausa.
Pausa.
JULIETA: Gracias, profesor. No hay necesidad. Tengo que aprender a hacerlo sola.
Pausa.
Pausa.
JULIETA duda. Finalmente, saca los cinco mil pesos de su cartera y se los entrega a
LUZ D.
Van a salir.
RIVADENEIRA: Profesor Afanador… Este fin de semana nos vemos en su casa para
empezar a estudiar…
AFANADOR asiente.
Silencio.
RUTH saca de su carpeta una nueva copia del cuestionario y la deja frente a
RIVADENEIRA.
110
RUTH: Sólo falta usted… Bueno, y los profesores que no vinieron. Pero a ellos ya se les
hizo llegar por Internet…
Va a salir.
Pausa.
… Permiso, profesor. Me esperan allá arriba. Hay mucho papeleo por hacer.
111
RUTH sale.
Silencio.
Silencio.
Observa el cuestionario.
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