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OSITOS DE GOMA

DRAMATURGIA

FELIPE BOTERO RESTREPO

TEATRO R101

Bogotá, Colombia

2013 - 2014

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Ositos de Goma es el resultado de un proceso de creación grupal del Teatro R101 bajo la
dirección de Hernando Parra y Ramsés Ramos.

Ositos de Goma se estrenó el 11 de abril de 2014 en la sala del Teatro R101 y dentro del
marco del XIV Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá con el siguiente reparto y
equipo técnico:

RUTH ELENA GALVÁN DÍAZ…… Mónica Giraldo

JULIETA MONSALVE…………….. Alexandra Viteri

LUZ DARY LOZANO………………. Cecilia Ramírez

ISMAEL RIVADENEIRA………….. Luís Velasco

IVÁN AFANADOR………………….. Cristian Ballesteros

Dirección
Hernando Parra
Ramsés Ramos

Diseño de imagen, escenografía y vestuario


Mateo Rueda
Producción escenográfica
Carla Zamora y Mateo Rueda
Asistente de dirección
Paola Puentes
Diseño de Iluminación
Maira Salamanca
Realización de Escenografía
José Castañeda
Producción ejecutiva
Vanessa Puentes y Carolina Mahecha

Agradecimientos
Consuelo Vargas, Patricia Huertas, Miguel Alfonso Peña, Norberto Gómez,
Jenny Cumaco, Maritza Charris, Jorge Beltrán, Nicolás Moreno, Federico Galvis,
Carlos Gutiérrez, Sebastián Illera, Andrés Florez, Santiago Ardila, María Victoria Restrepo,
Oscar Botero, María Juana Botero, Sebastián Uribe, Maira Salamanca y a todo el equipo
del Teatro R101.

Obra registrada en la Dirección Nacional de Derechos de Autor del Ministerio del Interior y
de Justicia de la República de Colombia con el número 10- 442 -426.

Bogotá, Colombia
2014
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PERSONAJES

ISMAEL RIVADENEIRA, profesor de Historia y Geografía. Docente durante veinticinco


años.

RUTH ELENA GALVÁN DÍAZ, coordinadora. Antigua profesora de Biología. Diez años
en la institución.

LUZ DARY LOZANO, profesora de Educación Física. Diez años en la institución.

IVÁN AFANADOR, profesor de Matemáticas y Geometría. Quince años como docente.

JULIETA MONSALVE, profesora de Arte y Manualidades, dos meses como profesora de


preescolar.

Toda la acción visible al público sucederá en el salón de profesores del Colegio Distrital
Benito Pérez Galdós durante los tres horarios de descanso de los profesores.

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OSITOS DE GOMA

El salón de profesores del colegio distrital Benito Pérez Galdós es un espacio frio y
abandonado, a medio terminar. El muro del fondo está empapelado en periódico y las
paredes laterales están a medio pintar. Al fondo a la izquierda, una avalancha de cajas de
cartón que guardan la historia académica del colegio, se desploma desde el techo
amenazando con consumirlo todo. En este mismo costado, un escritorio con una cafetera
eléctrica y un teléfono de disco que se asoma entre torres de carpetas, cuadernos y libros
de texto. Contra el muro lateral, una hilera de oxidados casilleros con el respectivo
nombre de sus propietarios. En el centro del salón hay una vieja mesa circular con tres
sillas igualmente viejas. En el costado derecho, contra el muro del fondo y sobre un viejo
pupitre, hay un desactualizado computador que da la espalda al público. Del techo cuelgan
dos barras de tubos alógenos. A una de ellas le falta un bombillo. Al frente a la derecha,
una caneca con su respectiva bolsa plástica de supermercado. Tal vez hay una gotera, no
sería raro. Una escalera metálica plegable, se alza en un extremo del espacio, está
rodeada por un par de baldes y un rodillo. Una única entrada a la derecha.

ACTO I

Primera hora de la mañana. Antes de la primera clase del día. En el salón se encuentran
RIVADENEIRA, AFANADOR y LUZ D. El profesor RIVADENEIRA está sentado a la
mesa. Viste un traje desgastado y una camisa que en tiempos pasados fue blanca. Su
brillante pelo está dividido por una imperturbable raya a medio lado. Se embute una
almojábana y de vez en vez le echa un ojo a lo que hacen sus compañeros. AFANADOR
también está sentado a la mesa, bebe un café sorbito a sorbito intentando resolver un
crucigrama, junto a él sus elementos de trabajo: Una regla, un transportador y una
escuadra de madera. Lleva puesta una chaqueta de pana con coderas y debajo de ésta un
chalequito moteado color verde. Viste además, unos pantalones claros y unos zapatos
deportivos. A diferencia de su colega, su pelo es un desorden total, una maraña que viaja
tan libre como la lleve el viento. LUZ D., siempre enfundada en una sudadera roja
atravesada por una fina línea blanca, está sentada frente al computador. Teclea y de vez en
cuando le zampa una bofetada al aparato. Su muñeca derecha está adornada con un
enorme reloj deportivo y lleva puestos unos poderosos e impecables tenis blancos. Se
zampa las últimas cucharadas de un salpicón de frutas.

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Silencio.

RIVADENEIRA: PARLOTEO.

AFANADOR: ¿Ah?

RIVADENEIRA: “Hablar mucho sin decir nada”: PARLOTEO.

AFANADOR: PALABREO.

RIVADENEIRA: No, porque después no le pega con: “Que no tiene utilidad”. Vertical.

AFANADOR: No he llegado ahí…

RIVADENEIRA: es TRASTO.

AFANADOR: ¿Ah?

RIVADENEIRA: “Que no tiene utilidad” es: TRASTO. La “T” de PARLOTEO le pega


con la “T” de TRASTO.

AFANADOR: Gracias, profesor.

Pausa.

LUZ D. cachetea el computador nuevamente.

RIVADENEIRA: Así no lo va a arreglar.

LUZ D.: Internet de mierda.

AFANADOR: … Es la red…

LUZ D.: Necesito Internet.

RIVADENEIRA: Necesita Internet.

Silencio.

RIVADENEIRA: ¿Qué sabemos de Hincapié?

LUZ D.: Nada.

RIVADENEIRA: Ya va a empezar la primera clase.

LUZ D.: Eso va para largo.

RIVADENEIRA (metiéndose un bocado): ¿Usted cree?

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AFANADOR: … Todo debe ser un malentendido…

RIVADENEIRA: Exacto.

Silencio.

AFANADOR: “Desviación de lo considerado normal”.

RIVADENEIRA: ¿De cuántas?

AFANADOR: Diez.

RIVADENEIRA (piensa): AVERRACIÓN.

AFANADOR: ¿Ve que sí hacemos un buen equipo? /

RIVADENEIRA: Ya le dije que no tengo tiempo para esas vainas, Afanador.

LUZ D.: ¿Se va a presentar otra vez?

AFANADOR: Sí…

LUZ D.: Es la cuarta vez que se presenta, ¿no?

AFANADOR: Tercera vez, profesora, tercera… Como dicen por ahí, a la tercera va la
vencida. (Suelta una risita.) ¿Cierto, profesor? Creo que en esta ocasión tengo verdaderas
posibilidades… Me… me… me he estado entrenando… Hágame una pregunta, ehhh… la
que quiera…

LUZ D.: ¿Quién descubrió América?

AFANADOR (soltando su risita): … Tan chistosa profesora… Dele, profesor


Rivadeneira…

RIVADENEIRA: No se me ocurre nada.

AFANADOR: Cualquier cosa /

RIVADENEIRA: No se me ocurre nada.

AFANADOR: Pruebe… Pruebe /

RIVADENEIRA: ¡Que no se me ocurre nada, Afanador!

AFANADOR: Eh eh eh, bueno, ya sabe. Piénselo que todavía tenemos tiempo de


inscribirnos para esta temporada del programa…

Silencio.

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RIVADENEIRA: No lo pueden tener allá toda la mañana. Tiene que bajar a dar clase...

LUZ D. le manda otro golpe al aparato.

RIVADENEIRA: “La paciencia tiene más poder que la fuerza”, profesora.

AFANADOR: ¿Quién dijo eso?

RIVADENEIRA: Plauto.

AFANADOR (sacando una libretica y apuntando): PLA-U-TO.

RIVADENEIRA: ¿Qué le estarán preguntando allá arriba?

Silencio.

Afuera se empiezan a oír las voces de los niños.

RIVADENEIRA: “… y me ha parecido que el bosque empezaba a moverse.”

AFANADOR: ¿Qué?

RIVADENEIRA: Nada.

Silencio.

RIVADENEIRA: Esta les va a encantar. En el nuevo texto de geografía falta un país…

LUZ D.: La página no carga.

AFANADOR: … Es la red…

LUZ D.: Necesito Internet.

RIVADENEIRA: Necesita Internet.

AFANADOR: ¿Qué busca profesora?

LUZ D.: Estoy investigando algo…

AFANADOR (en voz baja a RIVADENEIRA): Un profesor de gimnasia investigando…


Eso es nuevo…

LUZ D.: ¿Cuándo tendrá este colegio un computador en condiciones?

RIVADENEIRA: Cuando nos reemplacen por uno.

Silencio.

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AFANADOR (acordándose): ¿Vieron lo del tipo que mató al vecino? (No le prestan
demasiada atención.) Lo pasaron por el noticiero… Fue… en un edificio del norte... El tipo
estaba haciendo demasiado ruido… tenía el equipo de sonido a todo volumen y cantaba y
gritaba… Vivía en el quinto piso… Entonces, su vecino que vivía en el segundo, subió a
reclamarle, al parecer no era la primera vez que esto pasaba - supongo que por eso subió –
la cosa es que el tipo abrió la puerta y le metió diecisiete puñaladas… y luego lo arrastró
hasta el interior de su apartamento y lo lanzó desde el balcón…

Pausa.

… Murió de un trauma craneoencefálico…

LUZ D.: Y de las puñaladas.

AFANADOR: … En el noticiero dijeron que del golpe…

RIVADENEIRA: Estaría drogado.

AFANADOR: Trabajaba en la bolsa… De buena familia… En el noticiero mostraron una


foto. No parecía un ejecutivo… Tenía una barba muy espesa… Y los ojos… los ojos no
eran normales… Parecía un indigente…

Silencio.

RIVADENEIRA: Sí, sí… Nos estamos volviendo trastos viejos.

AFANADOR: ¿Qué se decidió en la asamblea?

RIVADENEIRA: Nada...

LUZ D.: ¿No llegaron a ningún acuerdo?

RIVADENEIRA: No llegaron a ningún acuerdo porque no llegaron a la asamblea.

AFANADOR: ¿Ellos o nosotros?

RIVADENEIRA: Nosotros.

LUZ D.: Entonces, perdimos por W.

AFANADOR: Esa platica se perdió…

RIVADENEIRA: Putos representantes.

La profesora JULIETA entra. Es joven. Su atuendo es casi infantil. Lleva un vestido


enterizo color violeta que termina arriba de las rodillas, un saquito de lana blanco encima
y zapatos verdes de hebilla. Su cabeza está adornada con una balaca blanca con una flor

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de tela. Sus labios están pintados de un rojo intenso y toda ella exhala un aroma
excesivamente silvestre. Se detiene en seco al encontrarse con sus colegas.

JULIETA: ¿Han visto a un niño?

Pausa.

RIVADENEIRA: ¿Un niño?

JULIETA: Me pareció verlo entrar aquí.

AFANADOR: Profesora Julieta, que bueno que nos visite…

JULIETA: De ocho años. Como de ésta estatura…

Todos se miran. El profesor RIVADENEIRA mira a su alrededor y debajo de su silla.

RIVADENEIRA: Profesor Afanador, ¿usted ha visto un niño entrar aquí?

AFANADOR: No señor.

RIVADENEIRA: ¿Profesora?

LUZ D.: No.

RIVADENEIRA: Yo tampoco. Ya ve señorita, ningún niño nos ha visitado. ¿Tiene algún


problema?

JULIETA: Ninguno, gracias profesor.

Va a salir.

LUZ D. (a JULIETA): ¿De qué material es el saco que lleva puesto?

JULIETA (mirando su saco): Ah… no lo sé…

LUZ D.: Está bonito.

JULIETA: Gracias…

LUZ D.: Parece fino…

JULIETA: Debe ser lana… Permiso…

Va a salir.

RIVADENEIRA: ¡Profesora!

JULIETA: Dígame.

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RIVADENEIRA: No habrá visto al profesor Hincapié por ahí, ¿cierto?

JULIETA: ¿Hincapié?

RVADENEIRA: Gordo.

LUZ D.: Bajito.

AFANADOR: Nariz estrellada.

LUZ D.: Calvo.

JULIETA: Ni idea.

RIVADENEIRA: Gracias, profesora.

JULIETA sale.

AFANADOR: ¡Adiós, profesora!

JULIETA (desde afuera): ¡Monroy! ¡Monroy!

RIVADENEIRA: ¿Cuánto le pone, profesor Afanador?

AFANADOR: ¿A quién?

RIVADENEIRA: A Julieta, profesor.

AFANADOR: Bueno, yo creería que debe tener unos veinticuatro años como máximo.
Pero con el maquillaje no se sabe.

RIVADENEIRA: No, profesor, ¿cuánto tiempo cree que le queda en este colegio?

LUZ D.: No la dejan terminar este semestre.

RIVADENEIRA: ¿Profesor?

AFANADOR: Bueno, está empezando /

RIVADENEIRA: Una aproximación.

AFANADOR: No sé… no creo que /

LUZ D.: ¿Cuánto profesor?

AFANADOR: Está empezando.

RIVADENEIRA: Sólo es un juego.

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AFANADOR (risita): Un juego, bien, bien /

LUZ D.: ¿O es que le gusta la profesora y no se atreve a hablar mal de ella?

AFANADOR suelta su risita.

LUZ D.: Se ríe el profesor.

RIVADENEIRA: No lo moleste, profesora / Yo creo que no le renuevan el contrato para


el próximo año.

AFANADOR: Hay… hay… hay que darle tiempo.

LUZ D. (rematando su salpicón): ¿Qué apostamos?

RIVADENEIRA: No se emocione, Luz D. /

LUZ D.: Sólo es un juego.

RIVADENEIRA: Sólo es un juego, sí señora, sólo es un juego. ¿Profesor Afanador?

AFANADOR: Prefiero… no participar.

LUZ D.: El profesor Afanador siempre aguando la fiesta. No sea tímido profesor, diga
cualquier cosa.

RIVADENEIRA: No lo presione Luz D.

LUZ D.: Pruebe… Pruebe.

Pausa.

AFANADOR: Eh eh eh, Bueno… Yo, yo, yo creo que ella renuncia antes de que la
echen…

Pausa.

RIVADENEIRA: ¡Muy bien, profesor! Esa posibilidad no estaba dentro de mis


aproximaciones. ¿Qué opina Luz D.?

LUZ D.: Sí, no está mal. Pero, ¿qué apostamos?

RIVADENEIRA: Déjeme pensar… ¿Qué le parece… horas extra?

LUZ D.: No sea niño, profesor. Póngase serio. Yo pensaba más bien en medio sueldo.

RIVADENEIRA: ¡Medio sueldo! Mire usted. Me va hacer reír.

LUZ D.: Hablo en serio.

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RIVADENEIRA: Medio sueldo es media vida /

LUZ D.: ¿Sí o no, profesor?

RIVADENEIRA: Sólo es un juego, Luz D. Sólo es un juego.

LUZ D.: ¿Profesor Afanador?

AFANADOR: Yo yo yo preferiría no no no participar…

LUZ D.: Ya ve, Rivadeneira. Estamos usted y yo.

RIVADENEIRA: No, Luz D. Medio sueldo es media vida.

LUZ D.: Ahí están pintados los hombres. Siempre salen corriendo con alguna excusa.

RIVADENEIRA: ¿Qué le parece a usted eso, Afanador? Ahora somos nosotros los que
salimos corriendo. Luz D. no sabe que algunos no podemos darnos el lujo de apostar media
vida.

LUZ D. (mientras se levanta): La apuesta sigue en pie.

Deja los restos de su salpicón sobre la mesa. Va a salir.

LUZ D.: ¿Me presta cinco mil pesos, Afanador?

Pausa. Se lo piensa.

LUZ D.: Yo le traigo las vueltas.

Finalmente, AFANADOR saca un billete de diez mil pesos.

AFANADOR (después de entregarle el billete): ¿Ya desocupó el computador?

LUZ D.: No.

Sale.

Pausa.

AFANADOR: … Este mes… le he prestado más de de de cincuenta mil pesos…

RIVADENEIRA: Yo siempre le digo que no tengo. Por eso ya no me pide.

AFANADOR: Y… sé que no me los va a pagar…

RIVADENEIRA: Ya no le fían en la tienda.

AFANADOR: Bertica hace bien. El año pasado se fue sin haberle pagado.

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RIVADENEIRA: Tiene un problema.

AFANADOR: Pues su problema se está volviendo mi problema…

Se levanta y va hasta el computador.

RIVADENEIRA: Ya estuvo en terapia.

AFANADOR: Pues debería volver…

Mueve el mouse.

… Facebook. ¡Lo sabía!

RIVADENEIRA: Es como los drogadictos o los alcohólicos…

AFANADOR: Dice que está trabajando pero es mentira…

RIVADENEIRA: … No es fácil aceptar esas cosas……

AFANADOR: …Un amigo mío tuvo que internar a la esposa… Era contador… Cuando él
se iba a trabajar ella se iba para un casino. Un día llegaron a cobrarle a la oficina y ahí la
descubrió… Debía un montón de plata… Resultó que su mujer era, era, era… Mitómana /

RIVADENEIRA: Ludópata.

AFANADOR: Eso…

RIVADENEIRA: Mitómano es el que dice mentiras. ¿Se curó?

AFANADOR (sacando su libretica): El matrimonio se les acabó…

RIVADENEIRA: En la salud y en la enfermedad, ¿no?

AFANADOR (apuntando la palabra): … LU-DÓ-PA-TA.

Pausa.

RIVADENEIRA: Hincapié ya debería estar aquí.

AFANADOR se levanta y va hasta la cafetera.

AFANADOR: Este es el único aparato que funciona por estos lados… ¿Café?

RIVADENEIRA: El médico me lo prohibió.

AFANADOR: ¡Que vaina!

RIVADENEIRA: La cagada.

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AFANADOR: Profesor sin tinto no trabaja…

RIVADENEIRA: Me tendré que enviciar a otra cosa.

Pausa.

AFANADOR (volviendo a la mesa): … He estado revisando las preguntas que han hecho
en el concurso. Las primeras tres rondas suelen ser muy fáciles, por ejemplo: ¿Qué tipo de
animal es una libélula? Un insecto… No hay misterio… Después viene lo complicado… las
preguntas tienen trampa…

RIVADENEIRA: Afanador…

AFANADOR: ¿Cuánto duro la Guerra de los 100 Años?, por ejemplo… Y todos sabemos
que duró más de cien años…

RIVADENEIRA: Yo no soy muy bueno en esas cosas, Afanador…

AFANADOR: … Hace dos años un concursante estaba en la ronda final, a una respuesta
de ganarse el acumulado del programa… La la la pregunta era…

RIVADENEIRA: ¿De qué color era el caballo blanco de Simón Bolívar?

AFANADOR (risita): ¿Cuál es el mamífero con mayor tiempo de gestación?

RIVADENEIRA: ¿En serio preguntaron eso?

AFANADOR: Sí…

RIVADENEIRA: ¿El elefante?

AFANADOR: ¡Exacto!

RIVADENEIRA: Y ganó…

AFANADOR: Respondió: La ballena.

RIVADENEIRA: ¿Perdió?

AFANADOR: ¡Todo!

RIVADENEIRA: ¿No se queda con lo que tenía?

AFANADOR: Si pierde en la última ronda… no.

RIVADENEIRA: Que hijos de puta…

AFANADOR: Usted hubiera ganado, ¿si ve?

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RIVADENEIRA: No son preguntas tan difíciles, Afanador.

Entra JULIETA otra vez. Entra buscando algo.

AFANADOR: ¡Profesora, Julieta!

JULIETA: ¿No han visto una cajita de marcadores?

RIVADENEIRA: ¿También se le perdió?

JULIETA: Una cajita. Con marcadores de diferentes colores… Estoy segura que la tenía
esta mañana.

AFANADOR (mirando alrededor): Una cajita...

JULIETA: Es más bien un estuche, un estuche transparente…

AFANADOR: Intente retroceder en el tiempo…

RIVADENEIRA: ¿Retroceder en el tiempo?

AFANADOR: … Es un ejercicio de memoria muy simple… A mí me suele funcionar.


Consiste en ir hacia atrás en la memoria a partir del momento en que uno se percató de la
ausencia de eso que estaba buscando…

RIVADENEIRA: ¿No sería más fácil recordar cuándo vi por última vez lo que se me
perdió?

JULIETA: Es un estuche. No muy grande. Los marcadores se ven /

RIVADENEIRA: Porque es un estuche transparente…

JULIETA: Exacto. Está el azul, el amarillo, el rojo, el verde, el /

RIVADENEIRA: Creo que todos conocemos los colores, profesora.

JULIETA: Los tenía, estoy segura que los tenía…

RIVADENEIRA (para él): Parece que hoy se está perdiendo todo. Niños, marcadores,
profesores…

JULIETA (acordándose): ¡Creo que vi al profesor Hincapié hace un rato!

RIVADENEIRA: ¿Dónde?

JULIETA: En el corredor. Entrando a los baños.

RIVADENEIRA: ¿Cómo estaba?

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JULIETA: No lo sé. Estaba de espalda.

RIVADENEIRA se levanta y sale.

Pausa.

AFANADOR: ¿Son suyos?

JULIETA: ¿Qué?

AFANADOR: Los marcadores…

JULIETA: Sí… Acá no me dan materiales.

AFANADOR: Siempre es así… (Señalando sus materiales.) Nunca los pierdo de vista…
En este colegio a las cosas les suelen crecer paticas…

JULIETA: Los necesito para dar clase…

AFANADOR: ¿Está segura que los trajo?

JULIETA: Sí…

AFANADOR: Intente recordar…

JULIETA: No sé dónde los dejé…

AFANADOR: … A mí me pasa todo el tiempo. Con las llaves de la casa, por ejemplo…
Siempre se me pierden… Las busco en mi chaqueta y no están, a partir de ese momento
trato de recordar todos mis pasos hacia atrás… Cierro los ojos y voy haciendo memoria.
Estoy sentado con mi mamá viendo el noticiero. Antes estaba en la cocina sirviendo una
aguapanela con limón para mi mamá y para mí. Antes de eso… estaba en el baño… y
antes… estaba revisando exámenes, la mitad se rajó… y antes estaba… pegando las
calcomanías nuevas en el álbum y… ¡El álbum! Voy hasta el álbum y ahí están las llaves,
entre dos páginas… Viajo en el tiempo hasta el momento preciso dónde las perdí…

Pausa.

¿De dónde venía al entrar aquí?

JULIETA: Del patio.

AFANADOR: Bien. ¿Tenía los marcadores con usted?

JULIETA: Mmmm…

AFANADOR: Cerremos los ojos… ¿Dónde está ahora?

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JULIETA: Aquí.

AFANADOR: Bien. ¿Antes?

JULIETA: En el patio…

AFANADOR: ¿Antes?

JULIETA: En el salón…

AFANADOR: Muy bien. ¿Antes?

JULIETA: En…

Pausa.

Vuelve RIVADENEIRA.

Pausa.

RIVADENEIRA: ¿Qué hacen?

AFANADOR: Estamos viajando en el tiempo…

RIVADENEIRA: Veo. Profesora Julieta, antes de que viaje hasta su infancia, creo que
Ruth la está buscando.

JULIETA: Gracias, profesor.

Sale.

AFANADOR: ¡Adiós, profesora!

Pausa.

¿Encontró al profesor Hincapié?

RIVADENEIRA: No. Está perdido… Lo deben tener allá arriba todavía.

LUZ D. entra comiendo un Chocorramo y tomando Coca-Cola.

RIVADENEIRA: ¡El desayuno de los campeones!

LUZ D.: No la dejan terminar este semestre… Háganme caso.

AFANADOR (en voz baja a RIVADENEIRA): No me va a dar las vueltas…

LUZ D. (ofreciéndoles Chocorramo): ¿Quieren?

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RIVADENEIRA (dudando): No debería.

LUZ D. (sentándose al computador): No cargó…

AFANADOR: ¿Qué busca, profesora? No hay que confiarse de todo lo que se dice en
Internet… A lo mejor podemos ayudarla.

LUZ D.: Tan chistoso, Afanador.

RIVADENEIRA: El médico me prohibió el chocolate.

AFANADOR: ¿También?

RIVADENEIRA: Me quitó el azúcar, la sal y también las harinas. Al parecer tengo todo
por las nubes. Los triglicéridos, el colesterol…

LUZ D.: Para enfermarse sólo hace falta ir al médico y a las putas.

RIVADENEIRA: Ni café, ni chocolate, ni Coca-Cola, ni vino. Aunque yo nunca tomo


vino. Los “Taninos”. Dice que son los “Taninos”. Que según los últimos estudios son los
que producen la migraña. “Doy clases en un colegio, Doctor. Mi problema son los alumnos
no el chocolate”.

AFANADOR: Entonces, tiene que cuidarse…

RIVADENEIRA: Eso mismo me dijo el médico. “¿Cómo me voy a cuidar?”, le dije yo.
Ya no duermo. La comida de la cafetería es una porquería. Paso ocho horas encerrado en un
salón aguantando a esas bestias. A este paso me va a dar una aneurisma en mitad de clase.

AFANADOR: Como a la profesora Charris.

RIVADENEIRA: Exactamente como la profesora Charris. Voy a caer fulminado en mitad


de la era del pleistoceno y voy a quedar sembrado en una silla de ruedas el resto de mi vida.

LUZ D.: Que cagada… ¿Seguro no quiere?

RIVADENEIRA: Bueno, tal vez un pedacito no me haga nada…

LUZ D. le ofrece el Chocorramo. Cuando RIVADENEIRA va a aceptarlo,


AFANADOR se lo impide.

AFANADOR: ¿Qué está haciendo Luz D.? El médico le dijo que no podía…

LUZ D.: Sólo es un pedacito…

RIVADENEIRA: No se preocupe, Luz D., Afanador tiene razón…

AFANADOR: Eh, eh, eh… Tiene que cuidarse…

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RIVADENEIRA (cambiando de tema): ¿Qué hora es?

AFANADOR: Faltan diez…

RIVADENEIRA: Es muy extraño que el profesor Hincapié no haya bajado todavía.

LUZ D.: Le dije que eso va para largo.

AFANADOR (señalando la almojábana): Y no debería estar comiendo eso…

RIVADENEIRA (deja el resto de su almojábana sobre la mesa): Lo que dice esa niña no
tiene ni pies ni cabeza.

LUZ D.: Estará dando su versión.

RIVADENEIRA (esculcando en su maletín): Eso es ridículo. El profesor Hincapié lleva


media vida en este colegio.

LUZ D.: La verdad es que siempre me ha parecido muy sospechoso.

RIVADENEIRA: Es un viejito que no le haría daño ni a una mosca.

Por fin encuentra lo que estaba buscando. Saca un kumis light y lo abre. AFANADOR le
echa una mirada a RIVADENEIRA.

RIVADENEIRA: Es light…

AFANADOR vuelve a su crucigrama.

RIVADENEIRA da un sorbo.

RIVADENEIRA: Hincapié no se mete con nadie…

LUZ D.: NUNCA habla con nadie.

RIVADENEIRA: Ni siquiera me lo puedo imaginar haciendo lo que dicen que hizo.

LUZ D.: La cagó.

RIVADENEIRA: Peores cosas han sucedido en este colegio y no ha pasado nada.

AFANADOR (después de dar un sorbito a su café): Tenía razón profesor. Era


PARLOTEO.

RIVADENEIRA: Esta mañana me lo crucé, como todos los días: “¿Cómo está, profesor?”
“Bien, profesor, bien”, con esa vocecita que tiene… “¿Qué le pareció el partido de
anoche?” “Un desastre, un desastre. A ese equipo se le olvidó jugar al fútbol”. Tenía un

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zapato desamarrado. Se lo iba a decir, porque él siempre es muy cuidadoso con esas cosas,
cuando apareció Ruth…

LUZ D.: Está estrenando carro. ¿Lo vieron?

RIVADENEIRA: … Y nos cayó encima, mirándonos con su sonrisita, esa que pone
cuando algo está pasando pero nada está pasando.

AFANADOR: Es blanco... Último modelo… Es pequeño…

RIVADENEIRA: “Buenos días, profesores” Sonrisita. “Profesor Hincapié, ¿sería tan


amable de acompañarme a rectoría? Sonrisita.

LUZ D.: ¿Último modelo? Las ventajas de tener sueldo de coordinadora…

RIVADENEIRA: Lo agarró del brazo y se lo llevó por el corredor a rectoría. Y no lo han


dejado bajar.

LUZ D.: Lo van a tener allá arriba el tiempo que se les dé la gana.

RIVADENEIRA: Es obvio que todo es un malentendido, como dice Afanador.

LUZ D.: Ella puso la queja…

RIVADENEIRA (mientras bebe de su kumis): Siempre es lo mismo. Cómo Pachón. Hace


cinco años. ¿Qué pasó? Le tocó retirarse. No aguantó la presión.

LUZ D.: Se lo buscó.

RIVADENEIRA: Les dijo a esos papás lo que debían oír. Pero a ellos no les gustó lo que
oyeron sobre su hijo.

AFANADOR: … Siempre he dicho que es mejor no meterse con los papás…

RIVADENEIRA: Sí, no fue muy brillante. Lo admito.

LUZ D.: Pobre guevón…

RIVADENEIRA: El tipo estaba intentando hacer su trabajo. Lo que pasa es que el colegio
prefirió respaldar a los papás.

LUZ D.: A ningún papá le gusta oír esas cosas de su hijo…

RIVADENEIRA: Y ahora Hincapié está encerrado arriba por lo que dice una niña…

LUZ D.: … Veinticuatro alumnos más vieron lo mismo...

RIVADENEIRA: Imposible.

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LUZ D.: Veinticinco, contando a la niña /

RIVADENEIRA: No me creo una sola palabra.

LUZ D.: Ella puso la queja.

RIVADENEIRA: Es obvio que está diciendo mentiras.

LUZ D.: Ella dice que…

Entran RUTH y JULIETA. RUTH viste un jean, una blusa sin cuello y por encima de
esta lleva un chaleco de bolsillos. Carga una carpeta debajo del brazo izquierdo y un
megáfono en la mano derecha. Su cara suele estar adornada con una imperturbable
sonrisa.

RUTH (sonriendo): … Sabía que no iba a ser un viernes normal… Tengo a la Secretaría
encima, ayer la Policía agarró a un estudiante en una tienda tomando cerveza, hay
inspección de Sanidad por la tarde, vengo de echarle un baldado de agua a dos niñas que se
estaban peleando y como si fuera poco, un alumno nos está amenazando con ponernos otra
Tutela por “vulnerar su derecho a la libre personalidad”. Lo único que me falta es un niño
perdido. (Muy amable.) Por favor, dígame que lo encontró…

JULIETA: Lo busqué por todas partes. En los columpios, en la cafetería, en la caseta de


Ancizar, en todos los salones. No sé dónde se metió. No lo encuentro…

RUTH: ¿Está segura que el niño vino al colegio?

JULIETA: Ehhh…

RUTH: No es tan difícil. Es el único alumno negro que tenemos…

JULIETA (corrigiéndola): Afrocolombiano…

RUTH: ¿Cómo?

JULIETA: Ya no se dice negro, se dice afrocolombiano…

RUTH: Ah, bueno, discúlpeme… Es el único alumno afrocolombiano que tenemos…

JULIETA: Estaba en la fila cuando los empecé a formar. No sé en qué momento se


desapareció. No les quité el ojo ni un segundo… Estoy segura que debe estar jugando por
ahí…

RUTH (saca unas gotas homeopáticas): Cuando lo encuentre… enciérrelo, profesora


Juliana.

JULIETA (corrigiéndola): Julieta…

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RIVADENEIRA: ¡Buenos días, Ruth!

RUTH: Buenos días, profesor.

AFANADOR: ¡Buenos días, Coordinadora!

RUTH: Afanador…

RIVADENEIRA: ¿Cómo está usted en el día de hoy, Ruth?

RUTH (sonriendo): No me quejo.

AFANADOR: ¿Café?

RUTH: Gracias, profesor.

RIVADENEIRA: ¿Mucho trabajo?

RUTH (sin perder la sonrisa): Lo mismo de siempre.

RIVADENEIRA: ¿Lo mismo de siempre o siempre lo mismo?

RUTH: No entiendo, profesor.

AFANADOR: ¿Azúcar?

RUTH: Si hay leche, sin azúcar. Si no hay leche, con azúcar.

AFANADOR: No hay leche.

RUTH: Entonces con azúcar.

AFANADOR: ¿Cuántas?

RIVADENEIRA: ¿Cómo está todo por allá arriba?

RUTH: ¿Allá arriba?

AFANADOR: ¿Cuántas?

RUTH: Tres.

RIVADENEIRA: Sí, usted me entiende, allá arriba. ¿Qué hay de nuevo?

RUTH: Lo mismo de siempre.

RIVADENEIRA: Sabía que iba a decir eso.

RUTH: ¿Qué le pasa hoy, profesor?

22
RIVADENEIRA: A mí, NADA. Absolutamente nada. Aquí, preparándome para dar mí
primera clase del día. Como el resto de los profesores.

RUTH (mientras empieza a repartir unos cuestionarios): Muy bien, profesor. Así me
gusta.

RIVADENEIRA: ¿A qué debemos su visita?

RUTH: La Secretaría envió esta mañana un cuestionario para ser respondido por todo el
plantel educativo del colegio. (Mirando a JULIETA.) Incluidos los profesores de Primaria/

AFANADOR le entrega el café a RUTH.

RIVADENEIRA: ¿Un cuestionario?

RUTH: Y que debe ser diligenciado de manera confidencial.

RIVADENEIRA: ¡Un cuestionario sorpresa!

RUTH: Es parte de los procedimientos rutinarios de la Secretaría.

RIVADENEIRA: Sí, por supuesto, los procedimientos.

RUTH: No ponga esa cara…

RIVADENEIRA: ¿Qué cara?

RUTH: ¿La profesora Maritza?

AFANADOR: Esta… indispuesta…

LUZ D.: Está vomitando.

RUTH: Habrá que mandarla para la casa.

JULIETA: No quiere.

LUZ D. (a RIVADENEIRA en voz baja): Le apuesto que está embarazada.

RUTH: ¿Y Pulido y Obonaga?

AFANADOR: Obonaga llamó esta mañana… Está enfermo…

RUTH: ¿Otra vez? ¿Y Pulido?

LUZ D.: Llega tarde…

RUTH: ¿Otra vez?

23
LUZ D.: Está en el juzgado…

RUTH: ¿Otra vez? Bueno, pues le va a tocar a usted encargarse de sus cursos.

LUZ D. (para ella): ¡Puto Pulido!

RUTH: Les recuerdo que no deben compartir las respuestas con ninguno de sus
compañeros. También les recuerdo que, según el comunicado enviado por la Secretaría, el
cuestionario debe ser entregado hoy mismo.

LUZ D.: ¿Hoy mismo?

RUTH: A más tardar a última hora de hoy. Antes de que acabe la jornada escolar.

JULIETA: ¿Y las clases? /

RUTH: No es tan difícil.

JULIETA: Son treinta preguntas /

RUTH: Pan comido para una niña con título universitario/

LUZ D.: No tengo tiempo /

RUTH: Invénteselo.

RIVADENEIRA: ¿“Invénteselo”?

RUTH: No sé, profesor. Sorprenda a sus alumnos con un examen sorpresa y mientras tanto
responde el suyo.

RIVADENEIRA: ¿Es un examen? /

RUTH: Es sólo un cuestionario.

RIVADENEIRA: Bueno, pues sacaremos tiempo para responder el cuestionario de la


Secretaría, aunque tengamos que utilizar nuestro descanso para hacerlo /

RUTH: Esa es la actitud.

RIVADENEIRA: ¿Carita feliz?

RUTH (intentando recordar): ¿Qué más era, qué más era? ¡Ya! No se les olvide que hoy
elegimos “amigo secreto”… No se vayan sin elegir a su amigo…

LUZ D.: Ay, que mamera…

RIVADENEIRA: No sé para qué seguimos celebrando esas cosas…

24
JULIETA: ¡Amigo secreto, que bonito!

LUZ D.: Todos sabemos cómo terminan esas fiestas…

RUTH: Es una oportunidad para la integración.

RIVADENEIRA: Como en la fiesta de navidad del año pasado…

RUTH (a JULIETA): Profesora Juliana…

JULIETA: Julieta…

RUTH: Profesora Julieta, tiene que pasar por coordinación.

JULIETA (asustada): ¿Por qué?

RUTH (tranquilizándola): No ha entregado todos los papeles para legalizar su contrato. Si


no tiene contrato no está en el sistema y si no está en el sistema significa que no existe para
nosotros.

JULIETA: ¿No existo?

RUTH: Sí, en este momento usted no existe.

JULIETA: Hoy mismo subo…

RUTH: A propósito, necesito voluntarios para cubrir horas extra esta tarde.

LUZ D.: ¿Qué pasó?

RUTH: Algunos alumnos se contagiaron de comunismo. ¿Quién se apunta?

RUTH los observa.

Silencio.

AFANADOR: Cuente conmigo, Coordinadora.

RUTH: A ver si los demás seguimos el ejemplo del profesor Afanador.

LUZ D.: Sí, hay que seguir el ejemplo del profesor Afanador.

RUTH: Más tarde le doy instrucciones…

Va a salir.

JULIETA: Coordinadora… ¿Qué se decidió sobre… usted sabe, lo que le propuse al


consejo?

25
RUTH: ¿La salida?

JULIETA: Sí…

RUTH: Ah bueno, la respuesta es: NO.

JULIETA: ¿No? ¿Por qué?

RUTH: La cosa está difícil.

JULIETA: ¿No se puede hacer nada?

RUTH: Es mucho papeleo. Imagínese. Hay que notificar a todos los padres de familia. Que
firmen la autorización… Un lío.

JULIETA: Pero si lo planificamos con tiempo…

RUTH (antes de salir): Ah, se me olvidaba. ¡Les pido, profesores, que revisen bien la cara
de sus alumnos! Al parecer tenemos dos niños que no son de este colegio. Gracias…

Va a salir.

¡Y encuentre a ese niño, profesora!

Sale.

Pausa.

RUTH (desde afuera hablando por el megáfono): ¡GUERREROQUÉESTÁHACIENDO


CONESENIÑOBÁJELOYAMISMO!

Silencio.

LUZ D. (leyendo el cuestionario): “El concepto de educación progresiva de Dewey,


versión norteamericana de la escuela activa, propone que la educación es “una constante
reorganización o reconstrucción de la experiencia”. Esta reconstrucción se añade al
significado de la experiencia y aumenta la habilidad para dirigir el curso subsiguiente de la
experiencia. Dewey enfatiza la necesidad de combinar el enfoque activo centrado en las
capacidades infantiles…”

No entiendo nada…

RIVADENEIRA: Lo que nos faltaba.

LUZ D.: Ni siquiera sé quién es ese tal Dewey.

JULIETA: John Dewey. Pedagogo norteamericano.

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AFANADOR (sacando su libretica): ¿Cómo se escribe?

JULIETA: D. E. W. E. Y. Está escrito en el cuestionario.

AFANADOR: Gracias, profesora.

LUZ D.: Como si no tuviéramos más cosas qué hacer.

JULIETA: ¿De verdad tengo que encerrarlo?

RIVADENEIRA: Y nada más y nada menos que un cuestionario de respuesta múltiple.


Qué bonito.

JULIETA: ¿Y?

RIVADENEIRA: Debemos limitarnos a las respuestas que nos ofrecen.

JULIETA: ¿Y?

RIVADENEIRA: La respuesta correcta la propone el mismo cuestionario.

JULIETA: ¿Y?

RIVADENEIRA: No podemos dar nuestra opinión.

AFANADOR: ¿Y?

RIVADENEIRA: Es un cuestionario tramposo que pretende que respondamos lo que ellos


quieren.

LUZ D.: ¿Cómo quieren que responda algo que no entiendo? /

RIVADENEIRA: Nadie entiende, Luz D.

JULIETA: Sólo es un cuestionario /

RIVADENEIRA: No es “sólo” un cuestionario. Es una prueba.

JULIETA: ¿Una prueba para qué? /

RIVADENEIRA: Para saber qué pensamos, profesora. Para saber que hay en nuestras
cabecitas. Y así ellos pueden saber con exactitud cuáles son nuestros planes macabros con
los niños de este colegio.

JULIETA: ¿Ellos?

RIVADENEIRA: Ellos. Los de arriba. Los que mandan.

JULIETA: Nos evalúan para mejorar.

27
RIVADENEIRA: Cómo se nota que usted sólo lleva dos meses aquí. Allá arriba no les
interesa que mejoremos. Les interesa jodernos…

LUZ D. (leyendo): Esta pregunta tampoco la entiendo…

AFANADOR: ¿Quién me tocó de amigo secreto el año pasado?

LUZ D. (a RIVADENEIRA): ¿Qué significa “epistemológico”?

AFANADOR: No quiero repetir amigo secreto…

RIVADENEIRA: Que estudia el conocimiento.

AFANADOR saca su libreta y anota.

LUZ D.: ¿Y por qué no lo ponen así?

RIVADENEIRA: Y no sabemos ni una palabra de Hincapié…

LUZ D.: Malditos cuestionarios de la Secretaría /

RIVADENEIRA: Entra con su sonrisita, reparte órdenes y se va…

JULIETA (sentándose): Es una salida pedagógica. No sé cuál es el problema.

RIVADENEIRA: Ahora tenemos que llenar un cuestionario de mierda gracias a los


maravillosos alumnos de esta magnífica institución docente.

LUZ D.: Me juntaron tres cursos. No tengo tiempo para contestarlo…

RIVADENEIRA: “Invénteselo”.

JULIETA: Pensé que sería bonito. Que les gustaría la idea…

LUZ D.: Acostúmbrese.

RIVADENEIRA: Estas son las cosas que me pudren de ser profesor.

AFANADOR (a JULIETA): ¿Dónde los quería llevar?

JULIETA: Quería llevarlos a ver una obra de teatro.

LUZ D.: Ay, estoy segura que se van a decepcionar muchísimo…

RIVADENEIRA: Mala idea.

JULIETA: ¿Por qué?

RIVADENEIRA: Luz D., ¿se acuerda lo que le pasó al profesor Maximiliano?

28
LUZ D.: ¿El teatrero?

RIVADENEIRA: Sí.

JULIETA: ¿Qué le pasó?

AFANADOR: Quemó un salón.

RIVADENEIRA: Lo quemaron unos alumnos.

JULIETA: ¿Qué hizo?

RIVADENEIRA: Quería hacer una obra de teatro con los alumnos de varios cursos. El
rector no estaba muy convencido pero finalmente accedió y le dio algo de presupuesto.
Ensayó varios meses con algunos estudiantes y a mitad de año presentó el trabajo. Era una
obra sobre la educación, por supuesto, y los alumnos hablaban de la pubertad, los papás, las
tareas, el matoneo, esas cosas… No estaba mal. Pink Floyd como fondo musical, obvio:
“¡No somos salchichas, no somos salchichas, no somos salchichas!”, decían todo el tiempo.
No estaba mal. La cosa es que hacia el final de la obra cada uno agarró un libro viejo y le
arrancó las hojas y entonces todos las echaron en una caneca metálica y les prendieron
fuego.

JULIETA: ¿Y quemaron el salón? /

RIVADENEIRA: No, todo muy bonito. La gente aplaudió, alumnos, profesores, todo el
mundo. Un humero ni el verraco, eso sí, pero nada más.

JULIETA: ¿Y el incendio?

LUZ D.: A la semana siguiente a unos pelados de quinto de primaria les dio por hacer lo
mismo en mitad de la clase de historia con los textos escolares y ahí fue cuando quemaron
el salón /

RIVADENEIRA: Sólo era una obra de teatro…

LUZ D.: Que casi termina en tragedia.

RIVADENEIRA: Mi punto es que al profesor lo echaron por lo que hicieron unos


alumnos a los que ni siquiera les daba clase. Y antes de que lo sacaran tuvo que llenar
cuanto formulario le pidieron. Allá arriba llegaron a pensar que la verdadera intención del
profesor había sido la de incitar a sus alumnos al “desgobierno” y la “anarquía”. A eso me
refiero.

JULIETA: Eso es injusto /

RIVADENEIRA: Desde ahí quedaron prohibidas las obras de teatro en este colegio.

29
JULIETA: Todos aplaudieron.

RIVADENEIRA: Para que se vaya dando cuenta cómo piensan los que mandan aquí.

JULIETA: Sólo quiero que vean una obra de teatro. La mayoría nunca ha visto una.

RIVADENEIRA: La mayoría de profesores de este colegio tampoco ha visto una obra de


teatro en su vida.

JULIETA: Entiendo que tengan miedo, pero no tiene por qué volver a pasar /

RIVADENEIRA: Viven muertos de miedo. Por eso se blindan detrás de cuestionarios y


reglamentos.

LUZ D.: Es mejor que se olvide la idea de la salida pedagógica.

JULIETA: Estoy segura que algo se puede hacer…

LUZ D.: Mejor haga lo que le dicen y llene el cuestionario.

AFANADOR (a JULIETA): Profesora, si quiere podemos llenarlo juntos…

JULIETA: No podemos compartir las respuestas.

AFANADOR: Por supuesto… a lo que me refería era a /

JULIETA: Tengo que encontrar a Monroy primero. Después me preocupo por el


cuestionario. Además tengo que subir a coordinación. No sé qué papeles tengo que
entregar…

AFANDOR: RUT, Salud y Pensión, certificación bancaria, Procuraduría, Contraloría,


Fiscalía y copia de la cédula ampliada al 150.

LUZ D.: Contrato autenticado, copia del contrato y ARP/

JULIETA: No tengo ARP /

LUZ D.: Sin ARP no puede cobrar.

RIVADENEIRA: ¿Cómo ha cobrado estos meses?

JULIETA: No he cobrado /

RIVADENEIRA: Está jodida.

JULIETA: En administración me dijeron que /

RIVADENEIRA: Le van a embolatar esa plata.

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JULIETA: El contrato no me lo han dado /

LUZ D.: Sin el contrato no puede hacer nada. Paila.

RIVADENEIRA: ¿A ustedes no les preocupa que el profesor Hincapié lleve allá arriba
tanto tiempo?

LUZ D.: A mí lo que me jode es que me hagan perder el tiempo.

Pausa.

RIVADENEIRA: Hace dos días me la intentaron hacer. Los de noveno. ¿Qué se están
creyendo? Venir a sabotearme la clase a mí /

JULIETA: Ruth, tenía razón. No iba a ser un viernes normal.

RIVADENEIRA: Nunca en todos mis años como docente me habían hecho algo así. Debí
sospecharlo desde que entré a ese salón. Tan calladitos, tan quieticos. No era normal. Pero
yo empecé a dictar mi clase. La Revolución de los Comuneros. Llevamos dos semanas
viendo el tema. “¿Por qué se le llama así?” Nada. “¿Por qué empezó?” Nada. “¿Cuándo
empezó?” Ni una palabra. Es normal que no sepan un carajo, pero de vez en cuando algún
imbécil levanta la mano y dice cualquier estupidez. Pero esta vez, NADA… Y entonces ahí
me di cuenta: Me están castigando con la ley del silencio. Pero no les puse atención. Seguí
con mi clase. “No voy a caer en la trampa”. Les lleno el tablero con toda la Revolución de
los Comuneros. No paro. Cuando termino me volteo y todos están pegados al celular.
Haciéndose los que mandaban un mensajito. Vuelvo a preguntar. Nada. Respondo por ellos.
Nada. Siguen pegados a los teléfonos. Estoy a punto de gritarles: “¡APAGUEN ESA
VAINA!”. Todos me miran. “¿Serían tan amables de desconectarse por un momento de su
realidad virtual?” Me siguen mirando. El comentario les parece divertido. Sonríen. Me giro
para seguir con mi guerra. Estuve a punto de caer en la trampa. Cuando me giré otra vez,
sonó el timbre. Ya era muy tarde… Ahora pienso que pude ser yo. Me la hubieran podido
hacer a mí pero no… Estoy seguro que se la hicieron a Hincapié y cayó… El pobre hombre
no se dio cuenta…

LUZ D.: Entonces, según usted, los alumnos se compincharon para joderle la vida a
Hincapié…

RIVADENEIRA: Siempre están esperando que nos tropecemos para caernos encima.

LUZ D.: No llore, profesor. Se la montaron por primera vez, bienvenido al club.

RIVADENEIRA se queda mirando a LUZ D.

AFANADOR: ¿Esa vaina se irá a demorar mucho?

31
LUZ D.: ¿Tiene afán, profesor?

AFANADOR: Eh… tengo cosas que hacer, sí.

RIVADENEIRA: No debió ofrecerse como voluntario.

AFANADOR: … Nadie más quiso /

RIVADENEIRA: Nunca quieren.

AFANADOR: Y sin embargo aquí estamos /

LUZ D.: No señor, está usted solito. Yo no me ofrecí como voluntaria.

AFANADOR: ¿Nadie más se va a ofrecer?

RIVADENEIRA: Yo no.

AFANADOR: ¿La la la profesora tampoco…?

JULIETA: No puedo llegar tarde a mí casa. Mi mamá me está esperando.

AFANADOR: Entonces, soy el único voluntario…

RIVADENEIRA: Parece que sí, profesor.

AFANADOR: … Ojala esa vaina no se vaya a demorar...

LUZ D.: Nunca se sabe...

RIVADENEIRA: Seguramente va a ser como las otras veces. Dos horas de gritos y
después todo el mundo para su casa.

LUZ D.: “De los cuatro comentarios que se presentan a continuación sobre evaluación,
señale el que considere más cercano a las prácticas actuales en educación:

A. Evaluar no es sólo medir; la evaluación requiere un ejercicio adicional de valoración del


proceso en forma cualitativa.
B. Evaluando se obtiene un mayor aprovechamiento del uso de los recursos.
C. La evaluación sólo sirve para cumplir con el sistema.
D. La evaluación debe realizarse al final de un proceso para verificar los resultados”.

No entiendo. De verdad. No entiendo. Allá deben pensar que acá nos la pasamos
rascándonos las /

RIVADENEIRA: C: “La evaluación sólo sirve para cumplir con el sistema”.

LUZ D. (anotando): C /

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RIVADENEIRA: ¡No sea bruta, Luz D.!

LUZ D.: ¡No entiendo!

RIVADENEIRA: Esos cuestionarios sólo quieren confundirlo a uno.

LUZ D.: Entonces, ¿cuál es la respuesta?

RIVADENEIRA: ¡La A, es la A!

JULIETA: No podemos compartir las respuestas…

RIVADENEIRA: No importa, profesora.

JULIETA: Pero Ruth, dijo que /

RIVADENEIRA: Que coincidencia que justo hoy la Secretaría envíe un cuestionario. Y


que debamos entregarlo antes de que acabe la jornada.

JULIETA: La Secretaría manda evaluaciones y cuestionarios todo el tiempo. ¿No?

RIVADENEIRA: Esto es diferente. Deberíamos quejarnos…

LUZ D.: Me voy. Tengo que preparar un entrenamiento de básquet para sesenta y cinco
alumnos con un solo balón.

LUZ D. va hasta su casillero, saca su cangurito y lo abrocha alrededor de su cintura. De


este saca un cigarrillo que pone en su boca. No lo prende.

JULIETA: Bueno, mejor empiezo mis tareas… hay mucho qué hacer. Preparar clase,
llenar cuestionario, firmar contrato y buscar un niño…

LUZ D.: ¿Ya lo buscó en el baño de las niñas?

JULIETA: No se me había ocurrido…

JULIETA sale corriendo. Se detiene. Se gira.

… Luz D., ¿esta tarde nos vemos a la salida?

LUZ D.: ¿Otra vez? Algún día lo va a tener que hacer sola.

JULIETA: Por favor…

LUZ D.: Está bien.

JULIETA: ¡Gracias, profesora!

Sale.

33
AFANADOR: ¡Adiós, profesora!

Pausa.

LUZ D.: Tiene los días contados. Anda corriendo por todas partes detrás de los niños…

AFANADOR: Está empezando…

LUZ D.: Que rara es esa niña, ¿no?

RIVADENEIRA: Para usted todo el mundo es raro.

LUZ D.: Es… muy propositiva para mi gusto…

RIVADENEIRA: Es nueva. A los nuevos les gusta proponer.

LUZ D.: Le da miedo irse sola. Llevo dos meses acompañándola hasta la principal.

RIVADENEIRA: Atravesar ese potrero es aterrador.

LUZ D.: La otra vez me llevó a la casa.

AFANADOR: ¿La llevó?

LUZ D.: Tiene carro… Lo deja en el parqueadero que está al otro lado de la principal… Un
carro muy bonito. Dos puertas… (En voz baja.) Es más bonito que el de Ruth… Más caro...

Pausa.

AFANADOR: Esas horas extras las pagarán, ¿no?

LUZ D.: Ah, entonces es eso. Las horas extras...

AFANADOR: Sólo quiero saber si me las van a remunerar /

LUZ D.: Pensé que se había ofrecido como voluntario por los alumnos.

AFANADOR: Claro que sí, pero /

RIVADENEIRA: Estos inconvenientes nunca están incluidos en el presupuesto, Afanador.


Usted debería saberlo.

LUZ D.: Bueno, yo no creo que la palabra “inconveniente” sea el mejor término para
definir lo que está pasando. Yo diría que es más que es eso.

RIVADENEIRA: Llámelo como quiera. Y no se haga muchas ilusiones con esa platica,
profesor.

Pausa.

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AFANADOR: AYAYAY.

RIVADENEIRA: ¿Perdón?

AFANADOR: “Interjección de dolor”: AYAYAY. Horizontal.

RIVADENEIRA: Es cierto. La segunda “Y” le pega con la “Y” de LACAYO; Vertical.

AFANADOR: ¿Lacayo?

RIVADENEIRA: “Criado vestido con librea”: LACAYO.

AFANADOR: … No he llegado ahí.

Suena el timbre.

Suena música.

Todos, de forma casi automática y de manera simultánea, terminan de preparar sus cosas
para salir.

RIVADENEIRA saca de su maletín un frasco de pastillas y se embute dos. Guarda el


cuestionario en su maletín.

LUZ D. le da una última mirada al computador y lo cachetea otra vez. Prueba su


encendedor y chequea su reloj. Lleva el cuestionario debajo del brazo.

AFANADOR va a su casillero, saca una bata blanca y se la pone. Vuelve a la mesa, se


sienta. Dobla su crucigrama y organiza sus instrumentos.

RIVADENEIRA va a salir. Choca con la profesora de gimnasia. LUZ D. frena. Él le


cede el paso cortésmente. Pausa. Finalmente, LUZ D. sube los hombros y atraviesa la
puerta sin agradecer. RIVADENEIRA sale detrás de ella.

AFANADOR se queda solo en el salón de profesores. Está sentado.

Silencio.

AFANADOR: Diecisiete puñaladas… Quiero dormir tranquilo y el vecino hace fiesta…


Subo a pedirle que baje el volumen…

RUTH (afuera y por el megáfono):

¡FORMANDOFORMANDOFORMANDOFORMANDO!

Pausa.

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AFANADOR (empieza a recoger la basura que dejaron sus compañeros): … Golpeo la
puerta… Mi vecino abre y me recibe clavándome un cuchillo diecisiete veces…

RUTH: ¿DÓNDEESTÁLAFILADELOSOCTAVOS?
¡NOVENOSACÁNOVENOSACÁNOVENOSACÁ!

Pausa.

AFANADOR (tira la basura en la caneca): Y luego me tira por el balcón…

RUTH: ¡PROFESORCONTROLEAESENIÑOYSINOPUEDEMEAVISA!

Va a salir. Se devuelve y recoge el cuestionario.

Sale.

Las luces bajan.

36
ACTO II

Oscuro.

Suena el timbre.

Primer descanso.

Oímos a los niños salir al patio.

Las luces suben.

RUTH y LUZ D. están en el salón Sobre la mesa varios catálogos de productos.

RUTH está sentada ojeando uno de los catálogos. Moja su dedo pulgar con la lengua y
pasa las páginas. Bebe su café mientras tanto. Su megáfono está a sus pies. Su eterna
sonrisa la acompaña.

LUZ D. está de pie con una pierna apoyada sobre una de las sillas. Se unta una loción
muscular.

LUZ D.: ¿Último modelo?

RUTH: Es el primer carro cero kilómetros que tengo.

LUZ D.: Blanco.

RUTH: “Si no hay en blanco no lo compro”. Fue lo primero que le dije al tipo del
concesionario.

LUZ D.: Está bonito.

RUTH: No es nada del otro mundo…

LUZ D.: Pero es un carro.

RUTH da un sorbito a su café.

RUTH: Lo estuve pensando mucho, y le confieso, no fue una decisión fácil. Usted ya sabe,
los gastos y esas cosas. “Ruth, no olvides que el apartamento todavía sigue siendo del
banco”. “Ruth, recuerda que el próximo año se viene la matrícula del colegio del niño”. Y
ya sabe cómo están las matrículas de los colegios privados, por las nubes. No me decidía…
Una tarde, saliendo de acá, me llaman precisamente del colegio de mí hijo y me dicen que
se quedó de la ruta… Llamo al papá. Me dice que no lo puede recoger que está muy
ocupado. “Ya que no pagas su educación, al menos recógelo”, le digo. “No puedo”, me

37
contesta. Respiro… (Café.) “Está bien, no te preocupes, yo voy por él. Al fin y al cabo yo
lo parí. No es tu problema, ¿cierto?” “No te pongas así, Ruty”. Odio que me diga Ruty,
como si todavía estuviéramos casados… “¿Ponerme así? No hay ningún problema, Mauro,
de verdad. Sé que estás ocupado dictando clase en la universidad”. “Además, él ya está
muy grande, podría coger un bus hasta la casa”, me dice el cabrón”. “¿Sabes qué?”, le digo.
“Yo me encargo. No quiero que tus alumnas se pierdan una sola de tus magistrales clases
de filosofía erótica”. “Ya empezamos…”, me suelta. “Como estás convencido que el niño
me lo metió en la barriga el Espíritu Santo sin permiso tuyo…” “Dejemos así”, me dice.
“Sí, dejemos así, Mauro, antes de que te cuente cómo se llamaba el Espíritu Santo”.
Cuelgo. (Pasa una página.) Imagínese. Me tocó arrancar para el otro lado de la ciudad. El
aguacero ya se veía venir. Agarro mi carrito viejo. No prende. Insisto. No prende. Vuelvo a
insistir. Finalmente el motor suena. Gracias a Dios. Arranco. En mitad de la autopista norte
el carro escupe su última bocanada de aire y muere en el acto dejándome abandonada a mi
suerte y al aguacero. Me lavo hasta los calzones. La mitad de la ciudad pitándome. Tengo
ganas de llorar. Me acuerdo del despistado de mi hijo, me acuerdo del hijo de puta de mi
exmarido y agarro las llantas del carro a patadas. “Maldita vida mía…” En ese momento
me dije: “Ruth, te lo mereces”.

Pausa.

LUZ D.: ¿Y no le da miedo traerlo al colegio?

RUTH: Ancizar tiene orden de no dejar acercar a nadie… (Señalando el catálogo.)


¿Cuánto?

LUZ D.: Treinta y cinco.

RUTH: Mmmm.

LUZ D.: Siempre quise un carro.

RUTH: Ya no son un lujo como antes.

LUZ D.: Las cuotas…

RUTH: Hasta en una piñata los regalan.

LUZ D.: No, ya paila /

RUTH: Sólo hay que hacer un esfuercito.

LUZ D.: No, ya es muy tarde /

RUTH: No hay edad para tener un carro.

LUZ D.: Siempre quise un carro para salir de esta ciudad /

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RUTH: Bueno, pues se lo compra y sale de paseo.

LUZ D.: No, siempre lo quise para irme lejos.

RUTH: ¿Cómo así?

LUZ D.: Para largarme a otra parte… Ya es tarde.

RUTH: ¿Tarde?

LUZ D.: Sí. Esas cosas las hace uno cuando está joven. Agarra un carro y se larga.

RUTH: A la aventura…

LUZ D.: Exacto. Siempre quise un carro para eso. Para agarrar carretera y dormir donde
me cogiera la noche. Sin importarme el día siguiente…

RUTH (mojando su dedo con la lengua y pasando la página): Bueno, siempre hay que
llenar el tanque.

LUZ D.: Exacto.

Entra JULIETA. Lleva el control de notas bajo el brazo.

RUTH: ¿Dónde está?

JULIETA: En el salón…

RUTH: ¿Lo encerró?

JULIETA: Sí señora…

RUTH: No ponga esa cara…

JULIETA: No me gusta dejarlo ahí…

RUTH (volviendo al catálogo): No le va a pasar nada.

JULIETA: Es recreo…

RUTH: No lo va a traumatizar por eso.

JULIETA: Todos sus compañeros están jugando en el patio…

RUTH: Cuando lo encontró estaba a punto de saltar desde la ventana del baño que da a la
calle. Imagínese, Luz D… Tómelo como una medida previsiva… (Mirando el catálogo.)
Que color más bonito…

JULIETA: Está encerrado /

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RUTH: Por su propio bien.

JULIETA: No es su culpa.

RUTH: ¿Se imagina que hubiera pasado si usted no lo encuentra a tiempo? En este
momento podríamos estar lamentando un incidente muy desafortunado, ¿no le parece?
Imagínese. La policía podría estar golpeando la puerta de este colegio en este preciso
instante, quién sabe con qué noticias, y todos nosotros lamentándonos por no haber hecho
algo al respecto. Agradezca que lo encontró…

JULIETA: Me parece algo exagerado dejarlo ahí adentro durante todo el recreo /

RUTH: Profesora, ya tenemos suficientes problemas en este colegio, no creo que nos
convenga ponernos a discutir por un niño de ocho años…

JULIETA: ¿No sería mejor, no sé, hablar con él?

RUTH y LUZ D. se miran. Las dos mujeres sueltan una carcajada.

RUTH: Está perdiendo el tiempo si cree que puede razonar con un niño de ocho años…

JULIETA: A lo mejor no quiere estar aquí…

RUTH (sonriendo): Es el colegio. Nadie quiere estar aquí.

JULIETA: Pero… /

RUTH: Si lo que le preocupa es que el niño la odie el día de mañana, tranquilícese. Todos
tuvimos un profesor que nos castigó alguna vez y mírenos… estamos intactas, ¿no?

AFANADOR entra. Lleva sus instrumentos debajo del brazo izquierdo. Su bata blanca
cuelga de su brazo derecho. En esta mano trae el cuestionario. Ve a las tres mujeres
hablar. No pasa del marco de la puerta. Lo miran. Pausa. Sale.

RUTH: No estoy intentando decirle cómo hacer su trabajo. Sólo trato de compartir algo de
mi experiencia con usted… Piense en el resto de sus alumnos… Piense en su próxima clase.

JULIETA: No encuentro mis marcadores.

RUTH: ¿Sus marcadores?

JULIETA: Marcadores de colores. Para la clase.

RUTH: Bueno, estoy segura que ya se le ocurrirá algo.

JULIETA: Sin los marcadores no puedo dar la clase…

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RUTH: No debe ser tan complicado. Siga el ejemplo de Luz D. Le da clase a todo el
colegio con un solo balón.

LUZ D.: Que está a punto de sacar la mano…

RUTH: Estoy confiando en que el próximo año nos van a aprobar el presupuesto y todos
vamos a quedar contentos. Marcadores de colores para todo el mundo y balones, muchos
balones…

JULIETA: ¿Y mientras tanto?

RUTH (mojándose el dedo y cambiando la página): Improvise.

LUZ D.: Cuando quiera le enseño.

RUTH: Las cosas no siempre suceden como las planeamos. Hay que adaptarse. Es algo
que aprendí en mis años como docente de Biología. Las especies se adaptan. Nosotros no
somos la excepción.

Silencio.

JULIETA observa a las dos mujeres. RUTH continúa con los ojos pegados al catálogo.
LUZ D. cambia de rodilla. Afuera se oye a los niños jugar.

Silencio.

JULIETA: ¿No extraña dar clase?

RUTH: ¡Para nada! Líbrame Señor… Prefiero estar donde estoy ahora. Mi puesto me
permite ver las cosas con mayor perspectiva… No sé si me entiende… No se alcanza a
imaginar las cosas con las que me tengo que enfrentar todos los días. Los alumnos a veces
son el último de mis problemas… Los profesores… esa es otra cosa. Con perdón de las
presentes… Aquí no hay animales fáciles de torear… Como el profesor Hincapié,
imagínese. Los profesores pueden ser peores que los alumnos y ya no hay quien los eduque.

JULIETA: Necesito mis marcadores /

RUTH: De verdad, profesora. Tiene que aprender a ser más recursiva.

JULIETA: No les puedo enseñar teoría del color sin colores.

RUTH (mirando a JULIETA): Teoría del color… Sí, bueno… Profesora, tal vez debería
pensar en bajar un poquito el nivel de sus clases.

JULIETA: ¿Bajar el nivel?

RUTH: ¿Teoría del color? ¿A unos niños de diez años?

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JULIETA: Lo que quiero es… /

RUTH: Ni siquiera yo entiendo cómo funciona la teoría del color, profesora… Sé que sus
intenciones son buenas, pero… no sé. ¿No puede ponerlos a hacer otra cosa? ¿Algo qué
esté más al alcance de ellos? No sé, sombreros en papel maché, dibujar a la familia, esas
cosas…

JULIETA: Sombreros en papel maché…

RUTH: Siempre funciona. Y se ven tan bonitos.

JULIETA: Bueno, yo quería algo más… /

RUTH (ilusionada): ¡Sombreros en papel maché! ¡Sí! Imagínese. El proyecto de final de


año. Todos con sombreritos hechos por ellos mismos y… ¡una canción! Todos cantando
una canción con sus sombreritos. A los papás les va a encantar…

JULIETA: Yo quería algo más exigente.

RUTH (después de darle un sorbo a su café): No son artistas plásticos, profesora. Aprenda
a reconocer los límites de sus estudiantes.

JULIETA: A lo mejor podemos… /

RUTH: ¡Está decidido! Va a ser muy bonito. Encárguese de la canción también, profesora.
Nada muy ruidoso. Algo lindo. (Señalando el catálogo.) ¿Cuánto?

LUZ D.: Treinta…

Silencio. JUILETA observa a las dos mujeres. Mira hacia la puerta.

JULIETA: ¿Y si el niño se escapa otra vez lo vuelvo a encerrar?

RUTH (pasando las páginas del catálogo): No se va a escapar otra vez…

JULIETA: ¿Cómo lo sabe?

RUTH: Porque usted no lo va a permitir…

Pausa.

… Porque usted ya aprendió la lección. ¿Cierto? Y este asunto no se va a volver a repetir…

JULIETA: No señora.

RUTH: Carácter. Siempre lo digo. Es una cuestión de carácter. Hay que tener carácter para
trabajar con los niños… Y una no puede andar por ahí correteando a los niños…

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LUZ D.: Es lo que yo digo…

RUTH: …Y aquí hay todo tipo de animales. Si una se descuida se la comen viva… (Al
catálogo.) Estas me gustan…

LUZ D.: Cuarenta y cinco /

RUTH: Por ejemplo, Beltrán. Una joyita… (Al catálogo.) Que color más bonito… Hace
tres años le hizo la vida imposible a una profesora. Marcela. Inglés. Muy arregladita. La
sacó corriendo…

JULIETA: ¿En serio?

RUTH: ¿Se acuerda, Luz D.?

LUZ D. (en voz baja): Dijo que la intentó violar en los baños…

RUTH: Pobre mujer…

JULIETA: ¿Cuáles baños?

LUZ D.: .. Eso dijo ella… Un día entró al baño y la estaba esperando Beltrán. Al principio
pensó que el pelado estaba jodiendo. Que era un chiste. El chino empezó a decirle que
estaba muy bonita, que olía muy rico, siempre le decía esas cosas -tampoco era nada del
otro mundo- El tipo se le fue acercando, ella se reía al principio, pensaba que era
molestando… hasta que la arrinconó e intentó meterle la mano debajo de la falda -siempre
andaba con falda- y le empezó a decir cositas al oído… Bueno, no sé cómo, ella logró
zafarse y salió corriendo a esconderse en rectoría… Eso dice ella, no me consta…

JULIETA: ¿Y lo denunció?

AFANADOR entra. Las mujeres lo miran otra vez. Pausa. Vuelve a salir.

LUZ D.: No se pudo comprobar nada.

JULIETA: ¿Y la profesora?

RUTH.: Ese fue su último día en este colegio… (Señalando a JULIETA.) Le faltó
carácter… Debía tener su misma edad.

JULIETA: ¿Beltrán en qué curso está?

RUTH: Ya se graduó… (Volviendo al catálogo.) … Éstas me gustan…

LUZ D.: Están en rebaja.

JULIETA: Quería llamar a la casa de Monroy...

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RUTH: ¿Monroy?

JULIETA: El niño perdido… Monroy… Se me ocurrió que tal vez sería buena idea hablar
con los papás…

RUTH: Monroy, sí. Bueno… Mala idea. A los papás es mejor mantenerlos lo más lejos
posible…

JULIETA: Tal vez tiene algún lío en la casa y a lo mejor puedo ayudar… /

RUTH: Tampoco somos terapeutas familiares, profesora. No se desgaste.

AFANADOR entra en silencio. Saluda con un movimiento de cabeza a JULIETA, que


sigue de pie. Las mujeres continúan su charla sin determinarlo. Mientras esto sucede, él a
hasta la mesa, se sienta, deja sus instrumentos a un lado, ubica el cuestionario frente a él y
saca su lápiz del bolsillo interior de su chaqueta. Comienza a rellenar su cuestionario y se
esconde en él.

JULIETA: Tal vez lo mejor sea dejarlo salir. Seguramente quiere jugar con sus
compañeritos… /

RUTH: Encerrar a un niño puede parecer una medida extrema, preferiría no hacerlo, pero a
veces no queda otro remedio…

JULIETA: Preferiría intentar otra cosa…

LUZ D.: Yo los pongo a saltar hasta que se cansan.

RUTH: Tampoco es que los estemos torturando. No. Imagínese. Tómelo como una lección.

JULIETA: ¿Una lección?

RUTH: Sí... de esta manera está fortaleciendo el carácter del niño. Y de paso fortalece el
suyo…

JULIETA: ¿Encerrándolo fortalezco mi carácter?

RUTH (llevando la punta de sus dedos a su frente y masajeándola, como si un dolor de


cabeza estuviera a punto de estallar): Y el del niño, sí… “Nuestro carácter es el resultado
de nuestra conducta.” ¿Le suena?

AFANADOR: ¿Quién dijo eso?

RUTH: Aristóteles.

AFANADOR saca su libretica y anota.

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JULIETA: Es un niño. Los niños corren. Los niños saltan. Los niños juegan. Los niños se
suben a las ventanas… Es un niño /

RUTH: No hay que subestimarlos, pero tampoco hay que dejarlos tomar terreno.
Podríamos decir que son como unos cachorritos. Mientras estén bajo nuestro cuidado hay
que verlos de esa manera. Mientras no se valgan por sus propios medios serán unos
cachorros a los que hay que vigilar y dar de comer… y de vez en cuando, amarrar.
Cachorros humanos. Serán eso mientras estén aquí adentro. Y para eso es necesario
fortalecer el carácter. El carácter es lo que nos diferencia de los animales.

AFANADOR (listo para anotar en su libreta): ¿Y eso quién lo dijo, coordinadora?

RUTH: Yo.

AFANADOR guarda su libreta.

JULIETA (para ella): Pensé que lo que nos diferenciaba de los animales era la risa.

RUTH: ¿Qué?

JULIETA: Nada… Un chiste.

RUTH (sonriendo): El carácter es indispensable en nuestro oficio, de lo contrario nos


convertimos en animalitos detrás de otros animalitos. Rebaños cuidando rebaños.

JULIETA (para ella): Entonces, tengo que decir que conozco animales con mucho
carácter.

Silencio. JULIETA observa a los tres profesores. RUTH bebe de su café y pasa las
páginas. LUZ D. ya terminó con sus rodillas. Se ajusta su cangurito y se acerca a RUTH.
AFANADOR continúa con el cuestionario.

LUZ D. (señalándole el catálogo): ¿Qué tal esta?

RUTH: Muy atrevida, ¿no?

LUZ D.: ¿Julieta?

JULIETA se acerca a mirar el catálogo.

JULIETA: No es mi estilo…

LUZ D.: Usted debería usar ropa más escotada…

JULIETA: ¿Para qué?

RUTH (mirando la hora): Se me terminó el descanso. A lo que vinimos.

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Toma el megáfono. Va a salir.

JULIETA: ¿Coordinadora? Quería saber si es posible que piensen otra vez lo de la salida
pedagógica…

RUTH: Ya le dije que es imposible.

JULIETA: No es tan complicado… /

RUTH: Hay que alquilar un bus para llevarlos. Hay que pagar la entrada de cada niño. No
hay presupuesto para eso.

JULIETA: Soy amiga del director, él nos hace un descuento /

RUTH: Con descuento o sin descuento sigue siendo demasiado para estos niños.

JULIETA: Algo nos podemos inventar /

RUTH: No, profesora. No se puede.

JULIETA: Es una salida pedagógica. Les va a encantar /

RUTH: No estoy muy segura de eso… Y de todos modos ese no es el problema.

JULIETA: La plata no es problema.

RUTH: ¿Quién va a pagar el bus y las entradas? ¿Usted?

JULIETA: Bueno… /

RUTH: No los consienta tanto, profesora.

Va a salir.

RUTH: A propósito. El baño de los profesores está clausurado...

LUZ D.: ¿Otra vez?

RUTH: Toca usar el de los alumnos.

LUZ D.: Que porquería…

Va a salir.

RUTH: Profesora…

JULIETA: Julieta.

RUTH (sonriendo): ¿Me permite?

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RUTH se lleva a JULIETA hasta la entrada. AFANADOR y LUZ D. Se miran de vez en
cuando.

RUTH: No se comprometa tanto con estos niños, Julieta. Ellos ya tienen mamá.

JULIETA: Yo sé que ya tienen mamá.

RUTH: Profesora… Julieta, lo que quiero decir es que… Bueno, no se encariñe mucho con
los estudiantes… ¿Me entiende?

Silencio.

… La he visto en los recreos… con los niños. Sé que no tiene malas intenciones. Pero es
mejor que no… los abrace mucho. No sé si me explico… Se podría malinterpretar…

JULIETA: No entiendo… /

RUTH: Es mejor que no los toque. Ya no se puede tocar a los niños. El código lo prohíbe.
(Levantando su megáfono.) Por eso uso esto.

JULIETA: ¿Y si se caen? ¿Si se hacen daño? ¿Si están peleando?

RUTH: Como los cachorritos. Acuérdese. Aunque estén heridos es mejor tratarlos con
distancia. No vaya a ser que la muerdan.

Pausa.

RUTH (señalando el catálogo): Apúnteme las que me gustaron, Luz D.

LUZ D.: Están en rebaja.

Sale.

AFANADOR: ¡Buen día, Coordinadora!

Pausa.

LUZ D.: Siempre me paga al siguiente mes.

Pausa.

JULIETA: No me gustan los métodos de esa señora…

LUZ D.: Hágale caso.

JULIETA: No veo qué inconveniente hay en intentar hablar con ellos…

AFANADOR: Ah, ah… ¿Leyeron en el periódico lo que le pasó a una familia canadiense?

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JULIETA: Debería llamar a los papás… /

AFANADOR: Pasó hace unos días…

LUZ D.: Ruth le dijo que no… /

JULIETA va hasta el escritorio donde está el teléfono.

JULIETA: No sé cuál es el inconveniente…

JULIETA intenta desenterrar el teléfono de la montaña de papeles. Comienza a despejar


el escritorio con cuidado. Frota las yemas de sus dedos para limpiarlos cada vez que retira
un grupo de objetos.

AFANADOR: Eh… Vivían en un motel… Los papás dormían en un cuarto y y y sus dos
hijos pequeños en otro… /

LUZ D.: No se meta en problemas, Julieta.

AFANADOR: Era tarde… Todos dormían… A mitad de la noche, la mamá se despertó…


Ni idea por qué… Simplemente se levantó y fue hasta el cuarto de sus hijos... El sexto
sentido de las mujeres, supongo…

JULIETA (apartando carpetas, libros y cuadernos): No sé cómo pueden vivir en este


desorden…

LUZ D. (mientras saca una cajita de ceda dental de su cangurito): ¿Qué les va a decir?
¿Que su hijo intentó escaparse del colegio?

JULIETA: De verdad, es como para enloquecerse… No sé cómo saben dónde están las
cosas en este sitio…

AFANADOR: … La mujer quería echarles un ojo a los niños… Abre la puerta… Se


asoma… Y lo que ve es aterrador…

Finalmente, JULIETA desentierra el teléfono y se acomoda en la esquina del escritorio.


LUZ D. empieza a limpiar sus dientes con la ceda dental.

AFANADOR: … Sus hijos están envueltos por una boa…

JULIETA (buscando un número de teléfono en el control de notas): ¿Una boa?

AFANADOR: Sí… sí… una serpiente, una serpiente gigante… Una boa se estaba
comiendo a sus hijos…

LUZ D.: Que historia más estúpida.

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AFANADOR: Salió en el periódico… /

LUZ D.: No sé qué clase de periódicos lee usted, Afanador.

JULIETA (marcando un número en el teléfono): ¿Una boa en Canadá?

AFANADOR: Salió en el periódico…

LUZ D.: Una boa…

JULIETA (al teléfono): Está timbrando… /

LUZ D.: Deje a los papás en paz…

JULIETA: No contestan.

AFANADOR: Una BOA, sí… /

LUZ D.: No van a contestar. Nunca contestan.

JULIETA: Sigue timbrando…

LUZ D.: Lo más seguro es que el número de teléfono sea de alguna vecina o de la tienda de
al lado…

JULIETA (colgando): Nada.

LUZ D.: Mejor. ¿Se imagina la cara de Ruth si los papás se enteran? /

JULIETA: Quiero hablar con ellos. Ese niño tiene un problema…

LUZ D.: ¿Un problema?

LUZ D. tira la ceda en la caneca.

JULIETA: Sí, sí. Hay algo raro en ese niño… Tiene una mirada extraña…

LUZ D. Todos tienen problemas. (En voz baja.) La mamá de uno de mis estudiantes es
homosexual…

JULIETA: Prefieren el término lesbiana o gay…

LUZ D.: ¿Quiénes?

JULIETA: Los homosexuales… Prefieren GAY o LESBIANA. “HOMOSEXUAL” les


parece una palabra muy… clínica… /

LUZ D.: Pensé que se les decía “gay” a los hombres…

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JULIETA: Sí, normalmente, pero se puede utilizar para los dos géneros… /

LUZ D.: ¿Usted tiene amigos gay?

JULIETA: Ah… Sí… muchos…

Pausa.

LUZ D.: Entiendo…

JULIETA: Y no sé qué problema hay en tener una mamá lesbiana…

LUZ D.: … Bueno, la cosa es que era un pelado muy pilo. Buen deportista. De pronto:
Malas notas… Un día lo agarro a la salida: “Bueno, ¿cuál es el problema, chino?” No me
quiere decir nada. Al final me confiesa que los papás se están separando. La cagada. Yo sí
lo veía venir. Los papás ya no venían juntos a recogerlo…

AFANADOR: Les voy a traer el artículo… /

LUZ D.: … El día de la entrega de notas se me acerca la mamá. Una señora muy dulce.
Nos ponemos a hablar del pelado. Se me pone a llorar. Me confirma lo que su hijo ya me
había dicho. El matrimonio acabado. La cagada. Que ya no era lo mismo, que sentía que ya
no quería a su marido, bla, bla, bla, y que estaba saliendo con otra persona… (En voz baja.)
Una vieja… A mi esas cosas no me importan. Que cada persona haga lo que quiera con su
vida, ¿cierto? Su marido no entendía, obvio…

JULIETA: ¿Qué tiene de malo querer acercarse a los niños?

LUZ D.: Pero hay que andarse con cuidado. Estos niños no respetan ni edad ni rango… No
hay que darles papaya… Si se descuida se le meten por la falda… o por el pantalón…
¿Cierto, Afanador?

AFANADOR: ¿Ah?

Pausa.

LUZ D.: ¿Haciendo la tarea?

AFANADOR: ¿Está utilizando el computador?

LUZ D.: La red está caída.

AFANADOR (para él): Con semejantes golpes…

Pausa.

JULIETA: Creo que esa mujer me odia.

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LUZ D.: Se le perdió un niño. ¿Cuál es el problema? A todos nos ha pasado.

JULIETA: Pero encerrarlo me parece exagerado /

LUZ D.: Entonces, estaba en el baño de las niñas.

JULIETA: Sí.

LUZ D.: Siempre están ahí metidos. Cochinos.

JULIETA: Había un grafiti en el baño…

LUZ D.: Ese baño siempre está hecho una mugre. Lo pintan y al siguiente día ya está lleno
de porquerías.

JULIETA: ¡HINCAPIÉ SE QUEDA!

AFANADOR: … Parece que el profesor tiene una admiradora…

LUZ D.: Será la única.

JULIETA: Había algo raro en las letras /

AFANADOR: Hincapié sin H…

JULIETA: No… El letrero estaba pintado con varios colores…

AFANADOR: Un artista /

JULIETA: Creo que estaba escrito con… Bueno, creo que estaba escrito con mis
marcadores…

AFANADOR: Fue el niño. Entonces, el niño tenía sus marcadores /

LUZ D.: No sea guevón, Afanador. Un niño de ocho años no va a escribir eso en un baño.

AFANADOR: A lo mejor… alguien le dijo que lo escribiera…

JULIETA: No, imposible…

AFANADOR: ¿Cómo sabe?

JULIETA: Lo sé…

AFANADOR: Bueno, al menos encontró los marcadores…

JULIETA: No, los marcadores no estaban.

AFANADOR: … Tiene que hacer el ejercicio…

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JULIETA: Yo creo que alguien más escribió eso.

LUZ D.: Rivadeneira.

JULIETA: ¿Usted cree?

LUZ D.: Es capaz.

AFANADOR: ¿Se imaginan al profesor Rivadeneira escribiendo: ¡HINCAPIÉ SE


QUEDA!? (Risita.)

JULIETA: No, no creo que haya sido él…

LUZ D.: Mucho guevón si lo hizo.

JULIETA: Si Ruth ve ese grafiti va a pensar que yo lo hice.

LUZ D.: Usted no conoce a Hincapié, tranquila.

JULIETA: Exacto. No conozco a Hincapié. Ni siquiera he hablado con él. ¿Por qué voy a
querer que se quede? /

LUZ D.: Exactamente, ¿por qué va a querer que se quede? ¿Por qué va a querer cualquier
persona que se quede?

JULIETA: Lo que quise decir es que… no lo conozco. Si lo conociera a lo mejor querría


que se quedara.

LUZ D.: Créame. Nadie quiere que ese viejo se quede.

AFANADOR: … Entonces no encontró los marcadores…

JULIETA: No.

Pausa.

LUZ D.: Póngalos a hacer otra cosa.

AFANADOR: … Eso. Póngalos a dar vueltas por el patio y dígales que es una prueba de
resistencia, como Luz D…

LUZ D.: Si no tengo material de trabajo me lo invento.

AFANADOR: … A, a, a este paso los va a convertir en deportistas de alto rendimiento… /

LUZ D.: No sea sapo. ¿Le digo cómo dictar su clase de geometría? No. Entonces no se
meta en mi clase de Educación Física.

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AFANADOR: ¡Educación Física…! Sólo le dan vueltas al patio. Unos presos hacen más
ejercicio… /

LUZ D.: ¡Yo era deportista de élite, ¿sabía?!

JULIETA: ¿En serio? ¿De qué?

LUZ D.: Lucha.

JULIETA: ¿Y no siguió?

LUZ D.: No pude. Una chocoana me cayó encima y me destrozó una rodilla en un torneo
departamental… hasta ahí me llegó el sueño de ser campeona nacional… Aproveche que
después se cae todo. Yo todavía me conservo porque me mantengo en forma...

Pausa.

AFANADOR: ¿Y el profesor Rivadeneira?

LUZ D.: ¿Necesita que él lo ayude con las respuestas?

Silencio.

… Esos concursos están arreglados, ¿sabía?

Pausa.

… Les pagan a los concursantes por perder…

JULIETA: ¿Qué concurso?

LUZ D.: ¿No le ha contado sobre el concurso? Que milagro.

AFANADOR: Eh, eh, eh… Tengo que contestar el cuestionario… /

LUZ D.: Cuéntele, Afanador. Cuéntele por qué se encierra aquí antes y después de cada
clase…

AFANADOR: Necesito concentrarme… /

LUZ D.: Pregúntele, Julieta.

JULIETA: Si él no me quiere contar no hay problema, Luz D.

LUZ D.: No sea tímido, Afanador…

AFANADOR se protege con el cuestionario.

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… Él dice que viene a estudiar. Que necesita prepararse… Pero todos sabemos por qué se
esconde aquí a llenar crucigramas, ¿cierto?

JULIETA: Luz D., de verdad. El profesor no tiene por qué contarme si no quiere…

LUZ D.: ¿Sabe cómo le dicen?

Pausa.

JULIETA: No me interesa, Luz D. /

LUZ D.: Le tiene miedo a los alumnos…

Pausa.

AFANADOR se entierra más en el cuestionario.

… Le pegan un papel en la espalda sin que se dé cuenta… Con alguna frase pendeja.

Pausa.

… Por eso no sale de aquí…

AFANADOR: No… no… no… no les tengo miedo a los alumnos…

LUZ D.: Se burlan de él.

JULIETA: Profesora...

LUZ D.: (Imita a AFANADOR como lo hacen sus alumnos.) “Ho- ho- ho- ho- hola, yo-
yo- yo- yo soy el proooffffesor A- A- A- Afandor…”

AFANADOR: … No me gusta que…

LUZ D.: “…Y hoy vvvaaammmos a- a- a hablar de la cccircunffferencia…”

Empieza a reír mientras lo imita.

AFANADOR: No es chistoso.

Ríe más fuerte.

LUZ D.: “¿Sssaben qué- qué- qué es unnna circunferencia…?”

Cada vez ríe más fuerte.

AFANADOR: Pare ya, por favor…

Empieza a tener un ataque de risa.

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LUZ D.: Les tiene pánico…

Su ataque de risa es exagerado. JULIETA sigue de pie. La observa en silencio.

AFANADOR: No es verdad…

LUZ D. (intentando controlar su risa): Discúlpeme, Afanador…

AFANADOR: No es verdad…

LUZ D. (recuperándose): Usted sabe cómo lo miran.

AFANADOR: ¡QUE NO LES TENGO MIEDO!

Silencio.

Los niños se oyen en el patio.

AFANADOR mira a las dos mujeres. Primero a LUZ D. y luego de unos segundos a
JULIETA.

Pausa.

LUZ D.: Sólo es un juego…

JULIETA: ¿Alguien quiere una gomita?

Entra RIVADENEIRA. Lleva las manos entre sus bolsillos. El maletín cuelga de una de
ellas. Va hasta su casillero, lo abre. De su maletín saca dos libros que mete dentro del
casillero y los intercambia por otros dos que guarda en el maletín. AFANADOR vuelve al
cuestionario. JULIETA insiste con el teléfono.

AFANADOR: El, el, el baño de los profesores se dañó… /

RIVADENEIRA: Esa no es ninguna novedad. Acá nada funciona como debe… Mire este
sitio. Se supone que era temporal y ya llevamos tres años metidos en esta ratonera. (A
AFANADOR.) ¿Qué está haciendo?

AFANADOR: Eh… Respondiendo el cuestionario /

RIVADENEIRA: ¿Para qué?

AFANADOR: Bueno… eh… toca responderlo… /

RIVADENEIRA: No toca.

LUZ D.: Sí toca /

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RIVADENEIRA: ¡No toca! No sean pendejos. Eso es lo que quiere hacernos creer Ruth.
No tenemos que responderlo si no queremos.

JULIETA (pegada al teléfono): Lo mandó la Secretaría… /

RIVADENEIRA: Pura mierda.

AFANADOR: ¿No lo va a contestar?

RIVADENEIRA: No.

LUZ D.: ¿Y qué le va a decir a Ruth?

RIVADENEIRA: No me pueden obligar a responderlo si no quiero.

AFANADOR: Ruth lo va a regañar… /

RIVADENEIRA: Si mis alumnos se niegan a participar en clase yo me niego a contestar


ese cuestionario…

JULIETA: Pero, ¿no dicen nada de nada?

RIVADENEIRA (mirando al frente): Nada. No dicen nada. Hoy fueron los de once.
Frente Nacional. “¿Alguien sabe qué fue el frente nacional?” Nada. Pregunto otra vez.
“¿Saben por qué se llamaba Frente Nacional?” Nada. Muy bien. Me giro. Empiezo a llenar
el tablero con el Frente Nacional. Termino cuando me he comido todo el tablero disponible.
Me giro. “¿Quién fue Laureano Gómez?” Nada. “¿Quién fue Alberto Lleras?” Nada.
“¿Quién fue Rojas Pinilla?” Nada. “¿Cuántos años duró el Frente Nacional?” Nada. Toda la
información estaba en el tablero… Sólo me miran… Que se jodan. Me siento. (Se sienta.)
Cruzo los brazos… Nos quedamos mirándonos durante dos horas hasta que suena el timbre.
Ellos se van. Yo me voy…

Silencio.

… Ese cuestionario es una pérdida de tiempo. Ninguno de nosotros debería contestarlo.

LUZ D.: No diga pendejadas, Rivadeneira…

RIVADENEIRA: ¿Qué puede pasar?

LUZ D.: ¿Nos echan?

JULIETA: Profesor, ¿ha visto mis marcadores?

RIVADENEIRA: ¿Los sigue buscando?

JULIETA: No los encuentro.

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RIVADENEIRA (a AFANADOR): Deje ese cuestionario, Afanador.

AFANADOR: Hay que entregarlo antes de que acabe el día…

Vuelve al cuestionario.

RIVADENEIRA: No responda ese cuestionario /

AFANADOR: ¿Y Ruth?

RIVADENEIRA: Nos están evaluando con ese cuestionario. Treinta preguntas tramposas
por culpa de una niñita mentirosa /

LUZ D.: Nos están evaluando por culpa de Hincapié.

RIVADENEIRA: ¿Quiere responder el cuestionario? Hágalo. Si no puede me avisa y la


ayudo pero yo no pienso contestarlo.

LUZ D.: Hincapié se metió solito en este lío.

RIVADENEIRA: Mire, yo sé que a usted no le importa lo que pase con Hincapié y sé que
prefiere estar aquí metida con sus catálogos de ropa Made in China…

LUZ D.: De algo tenemos que vivir.

RIVADENEIRA: Usted ya es profesora. Viva de ser profesora.

AFANADOR suelta su risita.

LUZ D.: ¿Y eso qué quiere decir? /

AFANADOR (en voz baja a JULIETA): Esta mañana le presté diez mil pesos…

LUZ D.: ¿Tiene algún problema con mis catálogos?

RIVADENEIRA: Podría estar empleando su tiempo libre en algo más… productivo.

LUZ D.: ¡Necesito la plata! /

AFANADOR (a JULIETA): Y sé que no me los va a pagar…

RIVADENEIRA: Todos sabemos que necesita la plata.

LUZ D.: ¿Qué?

RIVADENEIRA: No me interesan sus catálogos… Monte una miscelánea en el colegio si


quiere.

LUZ D.: A algunos no nos alcanza el sueldo… /

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AFANADOR (en voz baja a JULIETA): A ella NUNCA le alcanza el sueldo…

LUZ D.: A usted no le importa protestar porque no tiene nada que perder.

RIVADENEIRA: ¿Y eso qué significa? /

AFANADOR (a JULIETA): Hágame caso, no le preste plata…

LUZ D.: No van a echar a un profesor que lleva veinticinco años dando clase. Es
imposible. Igual que no van a echar a Hincapié, fresco. Así que puede dejar de pintar
grafitis en los baños…

RIVADENEIRA: ¿Qué?

JULIETA (con el teléfono en su oreja): En el baño de las niñas hay un grafiti que dice:
¡HINCAPIÉ SE QUEDA!

RIVADENEIRA: Yo no lo pinté…

AFANADOR: …Creemos que lo hicieron con los marcadores de la profesora…

JULIETA: Y yo no fui…

RIVADENEIRA: Yo tampoco. Pero me alegra saber que tiene una admiradora.

LUZ D.: O un admirador…

RIVADENEIRA: Yo no escribí eso.

LUZ D.: No sé por qué defiende a ese viejo…

RIVADENEIRA: Es la palabra de ella contra la del profesor /

LUZ D.: Es la palabra de ella y la de veinticuatro alumnos más que estaban en clase y que
vieron lo que pasó.

RIVADENEIRA: Entonces es la palabra de veinticinco hijueputicas que están esperando


caernos encima al primer tropiezo.

JULIETA: ¿Hijueputicas? /

AFANADOR (a JULIETA): ¿Se imagina entrar al cuarto de sus hijos y descubrir que una
boa se los tragó? /

JULIETA: ¿Qué?

LUZ D.: Usted ve alumnos persiguiéndolo por todas partes /

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AFANADOR: Abre usted la puerta y ¿qué ve? Una boa… /

RIVADENEIRA: Si yo fuera ellos le hubiera preguntado primero al profesor por su


versión, no a la alumna. ¿Cómo es que se llama…? /

AFANADOR: Paloma, Paloma Palacios…

RIVADENEIRA: Vaya usted a creerle a la tal Paloma.

LUZ D.: La “tal Paloma” es una pelada que presentó una queja ante rectoría. Una queja
que tiene en este momento al profesor Hincapié sentado frente al rector, la coordinadora y
la psicóloga del colegio. Que cagada. Parece, Rivadeneira, que usted ya se decidió por
Hincapié…

RIVADENEIRA: La que parece que ya se decidió es usted /

JULIETA: ¿Una boa en Canadá? Qué raro /

LUZ D.: Están haciendo lo que dice el reglamento /

RIVADENEIRA: Ah, el reglamento, bueno, no creo que el reglamento sea su mayor


preocupación en este momento. Creo que están actuando de manera arbitraria. Ahora, si me
pregunta que pienso del reglamento, le diría que el reglamento está mal.

LUZ D.: Es el reglamento que hay… /

JULIETA: Las boas suelen ser de clima tropical, ¿no?

AFANADOR: A lo mejor se escapó de algún zoológico…

RIVADENEIRA: Están actuando de forma improcedente /

JULIETA (a AFANADOR): ¿La noticia no decía de dónde venía la boa?

AFANADOR: Eh… No. Sólo decía que la mujer abrió la puerta y descubrió que sus hijos
estaban envueltos por una boa… una boa pitón…

RIVADENEIRA: Esa niña es una mentirosa. Todos son unos mentirosos /

LUZ D.: Deje la paranoia, Rivadeneira. Hincapié la cagó. Acéptelo. Es un viejo


malgeniado al que se le saltó la piedra en mitad de la clase. Y si lo que usted dice de la
Secretaría es verdad, entonces ahora yo tengo que llenar un puto cuestionario que no
entiendo por culpa de Hincapié…

LUZ D. guarda sus catálogos en su casillero.

JULIETA: Una boa pitón en Canadá… /

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AFANADOR: Así es… /

LUZ D.: Permiso, tengo que dar clase.

Va a salir.

RIVADENEIRA: Cada vez los protegemos más. A este paso no los vamos a dejar nacer.

LUZ D.: Acostúmbrese.

RIVADENEIRA: ¿Acostúmbrese?

AFANADOR vuelve al cuestionario. JULIETA sigue con el teléfono.

LUZ D.: ¡Deje las cosas como están! Es lo mejor para todos. Mire, tengo muchas cosas que
hacer, y entre ellas está llenar el bendito cuestionario que nos entregó Ruth /

RIVADENEIRA: Yo no lo voy a llenar /

AFANADOR: Estoy seguro que Ruth, el rector, y la psicóloga están tratando de saber qué
pasó.

LUZ D.: Déjelos hacer su trabajo. Para eso les pagan.

RIVADENEIRA: ¿“Para eso les pagan”?

AFANADOR: Bueno… yo creo que ellos saben lo que hacen /

RIVADENEIRA: Ellos saben lo que hacen.

AFANADOR: … No es nuestro trabajo meternos en lo que hacen allá arriba… /

RIVADENEIRA: ¿Y cuál es nuestro trabajo?

AFANADOR: ¿Dictar clase?

RIVADENEIRA: Para eso nos pagan.

LUZ D.: ¡Sí!

Va a salir.

RIVADENEIRA: Y entonces nos tenemos que quedar callados. (A LUZ D.) Mientras
usted pone a sus alumnos a rebotar un balón desinflado están jodiendo a un colega suyo.

LUZ D. se detiene.

LUZ D.: ¿Un colega mío? Estoy segura que si yo estuviera en la situación de Hincapié él
no estaría acá defendiéndome /

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JULIETA: A lo mejor era la mascota… /

RIVADENEIRA: Afanador, a usted le pasó algo parecido, ¿no?

LUZ D.: Mire a quién le pregunta…

AFANADOR: Bueno, bueno… fue un caso muy diferente y no se logró demostrar nada en
mi contra… usted lo sabe… Todo fue un malentendido… Afortunadamente no pasó nada.

LUZ D.: Exactamente, profesor, no va a pasar nada. Seguramente todo se quede en un


malentendido como dice Afanador. Él sabe muy bien de qué está hablando.

AFANADOR: Profesora, quiero decirle que no me gusta lo que está insinuando…

LUZ D.: No estoy insinuando nada.

RIVADENEIRA se acerca a JULIETA.

RIVADENEIRA: Profesora…

JULIETA no sabe qué responder.

AFANADOR: Y, y, y le agradecería que moderara su tono en frente de los colegas…

LUZ D.: Siempre tan correcto el profesor Afanador…

AFANADOR: Ah, ah… Tengo que preparar una clase…

AFANADOR empieza a soltar su clase de memoria.

LUZ D.: Claro, profesor… No le quitamos más tiempo. Vaya a preparar su clase. Sus
alumnas lo esperan… /

AFANADOR (para él): … Una circunferencia es el lugar geométrico de los puntos de un


plano… /

JULIETA (con el teléfono en la oreja): Profesor, yo soy nueva. La verdad es que no


conozco muy bien al profesor Hincapié…

RIVADENEIRA: ¿Y usted creería que es capaz de hacer algo así? /

AFANADOR (para él): … que equidistan de otro punto fijo y coplanario llamado centro
en una cantidad constante llamada radio… /

JULIETA: No lo sé.

RIVADENEIRA: Sólo por su físico, ¿qué diría?

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JULIETA: Bueno… /

LUZ D.: Las apariencias engañan /

RIVADENEIRA (a LUZ D.): Estoy hablando con la profesora /

AFANADOR (para él): La circunferencia sólo posee longitud… /

JULIETA: Parece un hombre tranquilo, la verdad.

RIVADENEIRA: Lo es. Créame.

JULIETA: Pero repito: No lo conozco /

LUZ D.: Ni quiere conocerlo. Créame. Es un viejo bañado en tiza que apesta a cigarrillo /

AFANADOR (para él): Existen varios puntos, rectas y segmentos, singulares en la


circunferencia. A tener en cuenta. Dos puntos… /

JULIETA: De todos modos son veinticinco alumnos diciendo lo mismo…

RIVADENEIRA: Que podrían estar diciendo mentiras…

JULIETA: Bueno, es posible, claro.

RIVADENEIRA: Y en ese caso deberíamos protestar.

JULIETA: … Sí, sí, claro, en ese caso se estaría cometiendo una injusticia /

LUZ D.: No se deje lavar el cerebro, Julieta /

AFANADOR (para él): Centro, que es el punto interior equidistante de todos los puntos
de la circunferencia… /

JULIETA: Lo que digo es que en caso de comprobarse que los alumnos están mintiendo,
deberían tomarse medidas…

LUZ D.: Y no contestamos el cuestionario y nos arriesgamos a que nos echen. Bueno,
usted tampoco pierde nada, ¿no?

JULIETA: ¿Cómo?

LUZ D.: Sí. Usted todavía está joven. Puede hacer lo que quiera al salir de aquí. Todavía
tiene tiempo. Seguro le ofrecen puesto en algún colegio privado.

JULIETA (cuelga el teléfono): ¿Perdón?

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LUZ D.: A lo mejor se enloqueció, ¿no se le ha ocurrido? A lo mejor le llegó su hora y se
chifló. No sería el primer caso.

RIVADENEIRA: ¿Qué? /

AFANADOR (para él): Radio: El radio de una circunferencia es el segmento que une el
centro de la circunferencia con un punto cualquiera de la misma… /

JULIETA: Bueno, es muy común. Según las estadísticas los trabajadores docentes
presentan uno de los más altos índices de estrés laboral /

RIVADENEIRA: ¿Le dio un ataque momentáneo de locura?

JULIETA: A lo mejor.

RIVADENEIRA: Según las estadísticas…

JULIETA: Sí…

LUZ D.: Acuérdese del profesor Gerardino…

JULIETA: ¿Quién es el profesor Gerardino?

AFANADOR: Un profesor que se chifló…

RIVADENEIRA: El profesor Gerardino ya estaba loco cuando llegó aquí…

JULIETA: ¿Por qué se enloqueció?

LUZ D.: Era profesor de Historia, como Rivadeneira… /

RIVADENEIRA: ¡Era profesor de Democracia!

JULIETA: ¿Y qué pasó con él?

RIVADENEIRA: A lo mejor se lo ha cruzado. Es un tipo que anda por toda la ciudad


vestido con un smoking negro lleno de páginas engrapadas de la Constitución. Tiene una
banda presidencial y saluda a todo el mundo con un sombrero de copa… Se sabe la
Constitución de memoria y se la pasa recitándola a grito herido…

JULIETA: Pobrecito…

RIVADENEIRA: Yo creo que es feliz. Siempre le gustó enseñar leyes…

JULIETA: ¿Y cómo terminó así?

AFANADOR: El Ministerio de Educación acabó con esa materia…

63
LUZ D.: La próxima vez que veamos a Hincapié podría estar en una plaza gritando la tabla
del nueve mientras agita una regla de madera… /

RIVADENEIRA: El profesor Hincapié no está loco.

RIVADENEIRA los mira a todos en silencio.

RIVADENEIRA: Si quieren responder el cuestionario, háganlo. Yo no lo voy a hacer.

Silencio.

RUTH (desde afuera y por el megáfono): ¡PROFESORES! ¡REVISEN BIEN LA CARA


DE TODOS SUS ALUMNOS! ¡NO SON DOS! ¡AL PARECER SON CINCO LOS
NIÑOS QUE NO SON DE ESTE COLEGIO!

Pausa.

¡USTEDESALLÁQUÉESTÁNHACIENDOAOCUPARSEAOCUPARSEAOCUPARSE!

Entra RUTH.

Pausa.

RIVADENEIRA: ¿Qué la trae por estos territorios olvidados del mundo?

RUTH (sonriendo): De verdad, hoy no lo estoy entendiendo, profesor.

RIVADENEIRA: No me haga caso, Ruth.

RUTH: Sí, tal vez lo mejor sea no hacerle caso hoy.

RIVADENEIRA: No, en serio, ¿qué la trae por aquí? Supongo que debe andar muy
ocupada.

RUTH: No se equivoca.

RIVADENEIRA: ¿Cómo va todo por allá?

El resto mira en silencio.

RUTH: ¿Por Allá?

RIVADENEIRA: Allá arriba, ya sabe. ¿Qué se está cocinando?

RUTH mira a RIVADENEIRA por un instante. Luego se dirige a todos.

RUTH (sonriendo): Bueno, ¿quién más se va a ofrecer como voluntario?

Silencio.

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Todos se miran.

RUTH: Me encanta el nivel participativo del plantel educativo de este colegio…

RIVADENEIRA: Estamos algo cortos de tiempo. Además tenemos que contestar el


cuestionario. No sabemos si podemos colaborarle…

RUTH: ¿Qué sabemos de Pulido?

LUZ D.: Nada.

RUTH: Sólo necesito dos voluntarios más…

Mira a JULIETA.

JULIETA: Yo tengo que salir antes, ¿se acuerda que le dije? Tengo que llegar temprano a
mi casa… /

RIVADENEIRA: No está fácil. Hay mucho por hacer. Aquí donde me ve estaba
repasando una cátedra que planifiqué toda la noche para mis maravillosos y brillantes
alumnos. Sí, para todas esas cositas hermosas que se sientan frente al tablero todas las
mañanas esperando empapar sus cerebritos con renovada información sobre el mundo que
los rodea. Son tan lindos.

RUTH: Muy bien, profesor, eso me parece muy bien. Tal vez, entre tanta cátedra saca el
tiempito que necesita para llenar el cuestionario. Me interesan mucho sus respuestas.

RIVADENEIRA: ¿A usted? Pensé que sólo la Secretaría tenía acceso a las respuestas.

RUTH: Así es. Las respuestas deben ser confidenciales. Nosotros entregamos los
cuestionarios a la Secretaría, ellos los evalúan y luego nos envían la evaluación da cada uno
de vuelta y es ahí cuando yo los miro.

RIVADENEIRA: La evaluación… Entiendo.

RUTH: ¿De qué otra manera podríamos tener en cuenta las recomendaciones de la
Secretaría? Usted ya sabe cómo funciona esto.

RIVADENEIRA: Claro que sí…

RUTH: No se les olvide que antes de irse hay que elegir amigo secreto… /

AFANADOR (para él): No logro acordarme quién fue mi amigo secreto el año pasado… /

LUZ D.: ¿Podemos no participar?

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RUTH: No quiero que en el próximo día del amor y la amistad alguien se quede sin amigo
secreto. Como me pasó el año pasado, ¿se acuerdan? Y por favor, den buenos regalitos este
año. Un chocorramo no es un regalo…

Va a salir.

RIVADENEIRA: A propósito Ruth, hay unas preguntas del cuestionario que no me


quedan claras.

El resto mira a RIVADENEIRA.

RUTH: No tengo mucho tiempo, profesor. Los alumnos están particularmente inquietos
este viernes…

RIVADENEIRA: Por supuesto, hay asuntos que la esperan. Le prometo que no me voy a
demorar.

RUTH: No sé si pueda serle de ayuda, no me está permitido colaborarles con el


cuestionario. Pero cuénteme, ¿qué no entiende?

RIVADENEIRA abre su maletín y saca su copia del cuestionario. Busca una pregunta
específica. La encuentra. Aclara su garganta.

RIVADENEIRA: … Por ejemplo: “La maestra Elena se percata de que Anita, de 4 años,
no juega con sus compañeros durante el recreo, sino que permanece aislada. Ante tal
situación, lo que debe evitar hacer la maestra Elena es:

A. Ubicarla con un grupo de niños para observar si logra involucrarse.

B. No tomar en cuenta este hecho particular debido a que es parte de su personalidad.

C. Hablar con los padres de la niña para indagar un poco más y llegar a algún acuerdo para
ayudar a la niña.

D. Conversar con la niña para conocer mejor las razones que la llevan a tomar esa actitud”.

JULIETA: C. Hablar con los padres…

RUTH: ¿Qué no entiende, profesor? /

RIVADENEIRA: Bueno, me pregunto quién carajos elaboró este cuestionario. Me lo


pregunto porque es obvio que si tenemos en cuenta nuestro plantel educativo, pues Anita
está jodida.

Pausa.

LUZ D. (a JULIETA): ¿Me presta cinco mil pesos?

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JULIETA mira a AFANADOR.

JULIETA (a LUZ D.): Ehh, no tengo plata… /

RUTH (sonriendo): Es una situación hipotética, profesor.

RIVADENEIRA: Bueno, hipotéticamente hablando, Anita está jodida, porque no le están


dando muchas opciones a la maestra Elena, ¿cierto?

RUTH: Bueno, de eso se trata, profesor, de elegir la mejor opción para la maestra Elena /

RIVADENEIRA: Y para Anita…

RUTH: Por supuesto, profesor y para Anita también.

RIVADENEIRA: Pero eso es lo que estoy diciendo, la maestra Elena también está jodida
porque si elige mal le puede joder la vida a Anita y de paso se la puede joder ella también.

RUTH: No entiendo.

Pausa.

LUZ D. (a JULIETA): Pensé que la plata no era problema.

JULIETA: No tengo plata ahora… /

RIVADENEIRA: Mi punto es que dependiendo de la elección que haga la maestra Elena


puede salir volando de una patada del colegio en el que trabaja y tal vez las opciones que se
le están ofreciendo no son suficientes. A lo mejor hay otras posibilidades.

RUTH: El ejercicio es simple, profesor. Elija la mejor respuesta para el problema de Anita.

RIVADENEIRA: Bueno, yo no diría que Anita tiene un problema. Simplemente no juega


con sus compañeros /

RUTH: Elija la mejor opción para la maestra Elena. Ayúdela a elegir.

RIVADENEIRA: Pero ahí está mi punto, Ruth, si yo ayudo a la maestra Elena a elegir la
mejor respuesta para el problema de Anita, según mi criterio, dentro de las opciones que
me están presentando, podría estar ayudando a joderle la vida a Anita y de paso a la maestra
Elena… Me pregunto si no sería mejor dejar las cosas como están y dejar en paz a Elena y
a Anita.

RUTH: Profesor, usted no es la maestra Elena ni Anita. Responda dentro de la situación


hipotética que se le está planteando.

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RIVADENEIRA: Por supuesto que no soy Anita, no tengo cuatro años. Ahora, ¿está
segura que no soy la maestra Elena?

RUTH (mirando al resto): ¿Qué quiere decir?

RIVADENEIRA: Que este ejercicio no tiene nada de hipotético.

RUTH: Es sólo un cuestionario, profesor. Respóndalo y punto /

RIVADENEIRA: Si lo respondo me puedo joder la vida como la maestra Elena.

RUTH: Profesor Rivadeneira, sólo responda el cuestionario /

RIVADENEIRA: ¿Y si no quiero?

RUTH: Responda el cuestionario, por favor /

RIVADENEIRA: Me parece ridículo.

RUTH: El cuestionario no lo hice yo, lo hizo la Secretaría /

RIVADENEIRA: Lo hizo algún imbécil que vive en el País de Nunca Jamás y que se nota
que no ha dado una sola clase en su vida.

RUTH: Es una orden de la Secretaría y es su obligación responderlo /

RIVADENEIRA: ¿Y si no lo respondo?

RUTH: Responda- El- Cuestionario /

RIVADENEIRA: No es un cuestionario. Es un interrogatorio disfrazado de cuestionario.


Usted lo sabe.

RUTH: ¿Un interrogatorio? ¿De qué está hablando?

RIVADENEIRA: Usted sabe de qué estoy hablando…

RUTH toma del brazo a RIVADENEIRA y lo lleva hasta una esquina. Los demás
intentan parecer ocupados.

RUTH: No puedo creer, profesor Rivadeneira, que un docente con su experiencia este
peleando por un ridículo cuestionario de la Secretaría /

RIVADENEIRA: ¡Ah! ¡Lo admite! ¡Es ridículo!

RUTH: Mire, profesor… /

RIVADENEIRA: ¡Lo es!

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RUTH: Pues claro que es ridículo, pero no es mi trabajo… /

RIVADENEIRA: Es ridículo.

RUTH: … No es mi trabajo decidir si es ridículo o no. Eso no viene al caso. Mi trabajo… /

RIVADENEIRA: No pienso responderlo.

RUTH: ¿Qué?

RIVADENEIRA: No lo voy a responder.

RUTH: ¿Es en serio?

RIVADENEIRA: Ese cuestionario es una mentira.

RUTH: ¿Una mentira?

RIVADENEIRA: Ese cuestionario pinta un mundo ideal. ¡ES un mundo ideal! Un mundo
ridículo porque no vivimos en él…

RUTH (masajeando su frente con los dedos): Y al que me encantaría irme a vivir en este
momento porque así usted estaría respondiéndolo. Pero la verdad es que no vivo en él,
ninguno de nosotros vive en él. Vivimos en el mundo real donde usted tiene que responder
un cuestionario de la Secretaría…

RIVADENEIRA: El mundo real donde Anita y la maestra Elena se van a joder… /

RUTH: ¡Me importa un carajo la maestra Elena y Anita! Me importa un carajo lo que usted
opine del cuestionario. Me importa un carajo que lo quiera responder o no. Es su obligación
hacerlo, así que hágalo, profesor.

RIVADENEIRA: No quiero.

AFANADOR (va a entregar el cuestionario): Yo yo yo ya terminé de responder el mío /

RIVADENEIRA: No lo entregue.

RUTH (acercándose a AFANADOR): Muy bien, profesor. Entréguemelo… /

RIVADENEIRA: ¡No lo entregue!

RUTH (sonriendo): Afanador, entrégueme el cuestionario…

RIVADENEIRA: ¡No lo va a entregar!

AFANADOR: … Pero ya lo terminé… /

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RIVADENEIRA: No tiene que entregarlo si no quiere.

AFANADOR: … Pero sí quiero /

RIVADENEIRA: No, no quiere…

AFANADOR: Sí, sí quiero /

RUTH: Sí quiere /

RIVADENEIRA: Que no quiere.

AFANADOR: Sí quiero /

RIVADENEIRA: ¡No quiere!

AFANADOR: ¿No quiero?

RUTH: El profesor Afanador quiere entregarme el cuestionario. Déjelo entregarme el


cuestionario.

RIVADENEIRA: Nadie quiere entregar el cuestionario /

LUZ D.: ¿Qué? Eso no es verdad.

RUTH (mirando a RIVADENEIRA): Su cuestionario, Luz D…

Pausa.

LUZ D. (mirando a RIVADENEIRA): No lo he contestado todavía…

Pausa.

RUTH: ¿Juliana?

JULIETA: Julieta…

RUTH: Entrégueme su cuestionario, por favor…

JULIETA: No lo he terminado…

Pausa.

RUTH: ¿Rivadeneira?

RIVADENEIRA: No quiero responderlo.

RUTH (sonriendo): ¡Responda el hijueputa cuestionario!

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RIVADENEIRA: ¡NO!

RUTH: Hoy no es el mejor día para que me pelee…

RIVADENEIRA: ¿Para qué responder treinta preguntas de respuesta múltiple? Treinta


preguntas enredadas que sólo pretenden descubrir si alguno de los miembros del plantel de
profesores de esta dignísima institución educativa ha pensado en algún momento que un
buen reglazo es la solución. Si alguna vez los profesores de este colegio han pensado en
ahorcar a algún alumno. La respuesta es sí. Todos lo hemos pensado. Todos hemos querido
lanzarnos al cuello de algún alumno y apretárselo hasta asfixiarlo para que ponga atención.

RUTH: Que buena respuesta, profesor.

RIVADENEIRA: Usted también lo ha pensado.

RUTH: Pero yo no tengo que contestar el cuestionario /

RIVADENEIRA: Que suerte.

RUTH: El colegio está patas arriba /

LUZ D.: Para variar…

RUTH: … Tengo inspección. Consejo académico. Una auditoría… Lo único que me falta
es un profesor que se enloqueció…

RIVADENEIRA: ¿Cómo Hincapié?

RUTH: ¿Hincapié? ¿Es eso?

RIVADENEIRA: Usted sabe de qué hablo.

RUTH: Jamás pensé que usted pudiera llegar a ser tan inocente, Rivadeneira. Tal vez usted
sí vive en ese cuestionario.

RIVADENEIRA: Donde la maestra Elena haría lo más conveniente para Anita.

RUTH: Sí, pero el profesor Hincapié no es la maestra Elena. Rellene el cuestionario,


Rivadeneira y a lo mejor nos olvidamos de todo esto.

RIVADENEIRA: ¿“A lo mejor”? Entonces no, ya para qué, ¿cierto, Coordinadora?

RUTH: Es un requisito obligatorio exigido por la Secretaría.

RIVADENEIRA: Entonces, ¿si yo no lo contesto la joden a usted?

Silencio.

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Suena el timbre.

RUTH: ¡Soldado advertido no muere en guerra! Y más les vale a todos no seguir la
iniciativa del profesor Rivadeneira. Ya saben lo que se juegan. Y profesora JULIETA su
niño anda suelto allá afuera. ¡Enciérrelo!

RUTH sale.

JULIETA: Pero es recreo...

RUTH (desde afuera): ¡NISELEOCURRAGUERREROBÁJESEDEAHÍ!


¿QUIEREQUEDARPARAPLÉJICO?

Todos se quedan quietos.

RIVADENEIRA sonríe.

Silencio.

El timbre suena nuevamente.

Las voces de los niños se oyen correr a lo lejos.

RIVADENEIRA permanece de pie en medio del salón.

Los profesores preparan sus cosas. RIVADENEIRA es el primero en salir. LUZ D. y


AFANADOR lo siguen.

JULIETA queda sola en el espacio.

Las voces de los niños inundan el salón.

Va hasta el teléfono y llama. Espera.

JULIETA: ¿Aló? Buenos días… (Pausa.) ¿De dónde me contestan? (Pausa.) ¿Una
lavandería…?

Cuelga el teléfono.

JULIETA toma nuevamente el auricular y marca otro número.

JULIETA: ¿Aló? ¿Mamá…? Estoy en descanso… No, todo bien… Llamaba para decirte
que… Sí, se portan bien, son muy juiciosos… Sí señora… Sí señora… Sí señora… No
dejar que se den cuenta que estoy cansada, lo sé… Esta tarde nos vemos, sí… ¿Mamá…?
Llamaba para decirte que te quiero mucho…

Cuelga.

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Las luces bajan lentamente.

Oscuro.

73
ACTO III

Suena el timbre.

Fin del día.

Las luces suben.

AFANADOR está solo en el salón. Continúa con su crucigrama mientras espera


instrucciones para las horas extra.

Silencio.

AFANADOR: “Adjetivo despectivo”.

Pausa.

De seis… Adjetivo despectivo… Adjetivo despectivo… Adjetivo despectivo…

JULIETA entra. Carga su bolso y el control de notas.

AFANADOR: ¡Profesora Julieta!

JULIETA se pasea por el salón buscando sus marcadores. Busca debajo de las mesas, en
las esquinas, en la mesa del computador, les echa un ojo a los casilleros de sus
compañeros, etc…

Silencio.

AFANADOR: … Voy a participar en un concurso…

JULIETA: ¿Un concurso?

AFANADOR: Sí.

JULIETA (buscando): Veo.

AFANADOR: Es es es un concurso de preguntas… En… la televisión.

JULIETA: ¿En serio?

AFANADOR: Sí.

JULIETA: Lo felicito.

AFANADOR: Es un concurso por rondas… Sólo una pareja participante puede llegar a la
última ronda de preguntas…

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JULIETA: No debe ser fácil.

AFANADOR: Para nada… Pero he estado preparándome.

JULIETA: ¿Qué clase de preguntas?

AFANADOR: Cultura general.

JULIETA: Debe usted saber muchas cosas para participar.

AFANADOR: … Hágame una pregunta…

JULIETA: ¿Una pregunta?

AFANADOR: Una pregunta sobre el tema que quiera.

JULIETA: No se me ocurre nada.

AFANADOR: Cualquier cosa…

JULIETA: No sé.

AFANADOR: Lo que se le ocurra…

JULIETA: Es que no se me ocurre nada.

AFANADOR: Inténtelo… Por favor.

JULIETA: Bueno, déjeme pensar.

AFANADOR: Y no me vaya a preguntar quién descubrió América. (Risita.)

JULIETA: La tengo: ¿Cómo se dice “BOA” en francés?

AFANADOR: ¿“Boa”?

JULIETA: Oui…

AFANADOR: Mmm, pues no sé… No sé francés.

JULIETA: Boa…

AFNANADOR: Igual que en español…

JULIETA: ¿Y cómo se dice “PITÓN”?

AFANADOR: ¿Igual?

JULIETA: Suena parecido pero se escribe muy diferente: Python.

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AFANADOR: ¿Usted sabe francés?

JULIETA: ¡Oui Monsieur!

AFANADOR: ¿Y qué hace acá?

JULIETA: ¿Perdón?

AFANADOR: Bueno, acá no se enseña francés…

JULIETA: Lo sé.

AFANADOR: Podría, ah… no sé, estar en un mejor sitio.

JULIETA: Siento que acá puedo ser más útil.

AFANADOR: ¿Más útil?

JULIETA: Bueno, a veces no estamos donde queremos estar sino donde debemos estar,
¿no le parece?

AFANADOR: … Donde debemos estar… Sí, supongo que tiene razón…

Silencio.

AFANADOR (mientras saca su libreta y se la ofrece a JULIETA): ¿Cómo se escribe?

JULIETA apunta. AFANADOR la observa.

JULIETA le entrega la libreta.

AFANADOR (leyendo e intentando pronunciar correctamente): Pytón.

JULIETA: Python…

AFANADOR: Pythooon…

JULIETA: Muy bien.

AFANADOR: ¿Cómo le va en el colegio?

JULIETA: Bueno, no es fácil… Los niños me dan algo de problemas… (Bajando la voz.)
A veces se me pierden…

AFANADOR: Pero los encuentra…

JULIETA: Sí, pero… ¿Queda entre nosotros?

AFANADOR: Le doy mi palabra…

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JULIETA: Bueno… A veces me pregunto qué hago aquí…

AFANADOR: ¿Qué quiere decir?

JULIETA: No sé, siento que estoy perdiendo el tiempo…

AFANADOR: Está empezando…

JULIETA: Sí, lo sé. Pero me pregunto si todo esto vale la pena…

Pausa.

… Me la paso todo el día corriendo detrás de ellos…

AFANADOR: Bueno, es normal…

JULIETA: No sé. Por ejemplo… uno de mis alumnos… No sé cómo decirlo… es un


poquito inquieto.

AFANADOR: ¿Inquieto? /

JULIETA: Bueno, supongo que es normal… Están en esa edad.

AFANADOR: Los niños son impredecibles. Hay que adelantárseles…

JULIETA: Creo que no soy muy buena en esto. Y creo que Ruth ya lo sabe.

Pausa.

AFANADOR: Si le sirve de algo, a mí tampoco me ponen mucha atención…

JULIETA: ¿En serio?

AFANADOR: La verdad es que siempre que dicto clase están gritando… ¿Le confieso
algo?

JULIETA: Cuénteme.

AFANADOR: Queda entre nosotros.

JULIETA: Claro que sí.

AFANADOR: Creo que tengo un niño genio entre mis estudiantes…

JULIETA: ¿Un niño genio?

AFANADOR: Sí. Pero no se lo he dicho a nadie… Tiene catorce años y ya sabe todo lo
que yo le pueda enseñar… Cada vez que abro la boca me corrige… y sus compañeros se
ríen cada vez que lo hace… (Risita.)… Debería estar en un colegio especial, no sé. ¿Y sabe

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qué? (Baja la voz.) Me desespera… (Risita.)… No lo soporto. Pero, ¿sabe qué hago ahora?
Dicto mis clases de memoria. Me le adelanto. Así no tiene tiempo de corregirme… (Risita.)

Pausa.

JULIETA: ¿Sabe qué hago yo para que me pongan atención?

AFANADOR: ¿Qué?

JULIETA: Tengo un truco.

AFANADOR: ¿Un truco?

JULIETA: ¿Quiere saber?

AFANADOR: Sí…

JULIETA: Les doy gomitas. Ositos de goma.

AFANADOR: Ositos de goma…

JULIETA: Les encantan. Debería intentarlo. ¿Quiere?

AFANADOR asiente. JULIETA mete la mano en su bolso y saca un puñado de gomitas


de una bolsa de su cartera. Le entrega unas a AFANADOR y se mete otras en la boca.

JULIETA: No es fácil encontrarlas y son caras.

AFANADOR: ¿Cómo se dice?

JULIETA: ¿Cómo se dice qué?

AFANADOR: Ositos de goma en francés…

JULIETA: Mmm, déjeme pensar. No es fácil… Yo creería que… Oursons en gélatine.

AFANADOR: Que bonito… Ursons en yelatín /

JULIETA (corrigiéndolo): URRRrsonsss EOn Gelatín-e. Oursons en gélatine.

AFANADOR: OuGrsons EOOn Yelatííín/

JULIETA: Gé- Gé- Gélatin.

AFANADOR: Ougrsonsss eoon Gelatín.

JULIETA: Ya casi. La “S” suena bajita, como si la dejara deslizar. Y el acento está en la
“E” de Gélatine. Pero pareciera que vuelve a tener acento en la “I”. En francés la E se
pronuncia de manera diferente según su acento.

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AFANADOR: Oursons En GGGélatinnn…

JULIETA: Muy bien.

AFANADOR: No es fácil.

JULIETA: Es más difícil que “BOA” y “PITÓN”.

AFANADOR: El francés es un idioma muy bonito. Todo suena mejor en francés.

JULIETA: Sí.

AFANADOR: Deberían enseñar francés en este colegio. Tal vez, tal vez, las cosas serían
mejores si todos los alumnos hablaran francés…

JULIETA: ¿Usted cree?

AFANADOR: Debería proponérselo a Ruth…

JULIETA: Si no me acepta una salida pedagógica… creo que las clases de francés están
descartadas…

AFANADOR: ¿Se habla con los demás profesores?

Pausa.

JULIETA: Con algunos…

AFANADOR: No le haga caso a todo lo que se dice por ahí.

JULIETA: ¿A qué se refiere?

AFANADOR: Bueno…, ya sabe, hay historias por ahí… historias sobre los demás
profesores y… sobre los alumnos también, usted sabe… Sobre los profesores y las
alumnas… Malentendidos…

JULIETA: ¿Cómo lo del profesor Hincapié?

AFANADOR: Ehhh… sí, como lo del profesor Hincapié… No haga caso…

JULIETA: Lo tendré en cuenta.

AFANADOR: Hágame otra pregunta.

JULIETA: Voy tarde.

Se levanta para irse.

Pausa.

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JULIETA: ¿Dijo que era por parejas?

AFANADOR: Sí.

JULIETA: ¿Y quién es su pareja?

AFANADOR: El profesor Rivadeneira.

JULIETA: Es una buena pareja.

AFANADOR: Así es. Estoy convencido que hacemos un gran equipo.

JULIETA: Pues mucha suerte, profesor.

AFANADOR: Gracias. ¿Cómo anda usted de cultura general?

JULIETA: No muy bien, como se pudo dar cuenta.

AFANADOR: Bueno, eh, no importa… Si el profesor Rivadeneira tiene algún


inconveniente, eh, bueno, queda una bacante para usted en el concurso…

JULIETA: Gracias, profesor. Lo tendré en cuenta.

AFANADOR: Pero sólo si el profesor no puede…

JULIETA: Entiendo.

AFANADOR: La palabra ante todo.

JULIETA: Claro que sí.

Va a salir.

Entra LUZ D. AFANADOR vuelve a su crucigrama.

LUZ D.: ¿Interrumpo?

JULIETA: Ya la iba a buscar… ¿Nos vamos?

LUZ D. (acomodándose frente al computador): Hoy no la puedo acompañar hasta la


principal.

JULIETA: ¿No?

AFANADOR: Tiene que cubrir horas extra…

JULIETA: ¿No me puede acompañar y después volver?

LUZ D. la mira.

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LUZ D.: No.

AFANADOR: … Yo… la puedo acompañar, profesora /

LUZ D.: Usted también se tiene que quedar...

AFANADOR: Sí, sí… es verdad, pero… puedo acompañarla hasta la avenida principal y
luego volver…

JULIETA: Gracias, profesor…

LUZ D.: Afanador no pierde el tiempo...

AFANADOR vuelve al crucigrama.

AFANADOR: ¿Cómo se dice boa en francés, Luz D.?

LUZ D.: ¿Qué?

AFANADOR: Boa…

LUZ D.: Ni idea /

AFANADOR: ¡BOA!

LUZ D.: Que no sé…

AFANADOR: Se dice “BOA”, como en español.

LUZ D.: ¿Ahora habla francés?

AFANADOR: Me enseñó la profesora Julieta.

LUZ D.: ¿Usted sabe francés?

JULIETA: … Sí…

LUZ D.: ¿Y qué hace aquí?

JULIETA: Bueno…

LUZ D.: Si yo supiera francés no estaría aquí.

Pausa.

JULIETA: Me avisa cuando esté listo, profesor.

AFANADOR: Claro que sí, profesora… Sólo estoy esperando a que llegue Ruth para
recibir instrucciones…

81
JULIETA: Podemos salir a buscarla y le pregunta…

AFANADOR: Ah… Estoy seguro que… que no debe demorar… Podemos esperarla
aquí…

LUZ D. le zampa un golpe al computador.

LUZ D. (a JULIETA): Le da miedo salir… Se lo dije.

JULIETA se sienta con el bolso sobre las piernas.

AFANADOR: “Adjetivo despectivo”.

Afuera se oye a RIVADENEIRA y a RUTH que se acercan discutiendo por el pasillo que
da al salón de profesores. En el interior del salón hacen silencio. Escuchan la discusión
con atención.

LUZ D. (en voz baja a JULIETA): Lo van a regañar…

RUTH se lleva a un extremo al profesor RIVADENEIRA.

RUTH (desde afuera): … De verdad, no entiendo el asunto del cuestionario, profesor.

RIVADENEIRA (desde afuera): No sé si pueda colaborarle, no podemos compartir las


respuestas…

Pausa.

JULIETA, LUZ D. y AFANADOR escuchan.

RUTH (desde afuera): ¿De verdad está dispuesto a dejarse joder por un simple
cuestionario? /

RIVADENEIRA (desde afuera): ¿Dejarme joder? /

LUZ D.: ¿Cómo se dice “hijo de puta” en francés?

RUTH (desde afuera): ¿Está dispuesto a manchar su hoja de vida por esto?

RIVADENEIRA (desde afuera): Que manera tan amable para volver a decir “que me van
joder” sin tener que decir que “me van a joder”. ¿Por qué me voy a joder por un
cuestionario? /

RUTH (desde afuera): Y lo del grafiti, profesor… Por Dios. Usted está muy viejo para
esas cosas /

RIVADENEIRA (desde afuera): Que yo no pinté ese grafiti /

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RUTH (desde afuera): Bueno, eso se puede solucionar… Pero lo del cuestionario,
profesor… Por favor…

Pausa.

LUZ D. se levanta y va en silencio hasta la puerta para oír mejor.

RUTH (desde afuera): De verdad, profesor. Estoy intentando ayudarlo…

RIVADENEIRA (desde afuera): Que amable… /

JULIETA (en voz baja): No sé qué hago aquí. Ya podría estar en mi casa.

LUZ D. (en voz baja): Váyase.

RIVADENEIRA (desde afuera): ¿Por qué me voy a joder por un cuestionario?

RUTH (desde afuera): Eso es lo que le pregunto yo. ¿Por qué? /

LUZ D. (con la oreja pegada a la puerta y en voz baja): Ah, es verdad, le da miedo
atravesar sola el potrero.

RIVADENEIRA (desde afuera): ¿Le preguntó lo mismo al profesor Hincapié? /

LUZ D.: ¡Uy!

RUTH (desde afuera): ¿Qué?

JULIETA también se acerca a la puerta.

RIVADENEIRA (desde afuera): ¿A qué acuerdo llegaron con él?

AFANADOR se inclina sobre la mesa para escuchar mejor.

RUTH (desde afuera): ¿Qué es lo que está queriendo decir? /

RIVADENEIRA (desde afuera): ¿Lo amenazaron con su pensión? ¿Es eso? ¿Qué pasó
allá arriba? ¿Le dijeron que si cooperaba lo dejaban quedarse un año más hasta que cobrara
su pensión siempre y cuando mantuviera la boca cerrada? ¿Siempre y cuando le diera la
razón a la niña esa? Sólo para que ustedes queden bien ante la Secretaría, ¿cierto? O ¿le
dijeron que se fuera? Sin pensión. Que se joda. Tenían que escoger un chivo expiatorio para
marcar un precedente y lo eligieron a él. ¿Es eso? Tal vez para darle gusto a los de la
Secretaría, tal vez para seguir ascendiendo en el escalafón. ¡Puto escalafón! Tal vez para
que los de arriba se ahorren una pensión. ¿Qué ganan con todo esto? ¿Ah, Ruth? ¿Qué gana
usted?

AFANADOR se une a sus compañeras en la puerta.

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AFANADOR: ¿Qué dijo? /

LUZ D.: ¡Shhh!

AFANADOR (en voz baja): ¿Qué dijo?

JULIETA (en voz baja): Que qué gana ella con todo esto…

AFANADOR (en voz baja): ¿Todo esto de qué? /

LUZ D. (en voz baja): ¡Shhh! No dejan escuchar.

RUTH (desde afuera): Voy a hacer de cuenta que usted no dijo eso, profesor
Rivadeneira…

Mientras pone atención, LUZ D. toca cuidadosamente el saco de JULIETA. JULIETA la


mira.

RIVADENEIRA (desde afuera): Usted no lo vio a la salida de esa oficina… Usted no lo


vio después de horas de interrogatorio, porque eso fue lo que le hicieron… Le hicieron caso
a una niñita mentirosa y después le hicieron una encerrona a Hincapié… Y lo torturaron
enumerándole una y otra vez las pocas opciones que le quedaban hasta que lo achicaron,
hasta que no tuvo más remedio que aceptar la basura que ustedes le ofrecieron. Usted no lo
vio. ¿O sí? No, no lo vio en medio de un salón llorando… No lo vio intentando
recomponerse cuando entré a saludarlo, intentando recuperar su tamaño, no, ya para qué, ya
se había convertido en un niño gordo y chillón embutido en un pupitre… Y nadie quiere
ver a un hombre mayor llorando. Que pesar. Que tristeza. Que porquería. No lo pude ver a
los ojos y me fui. Me fui. Me salí de ese salón asqueado por lo que había quedado de ese
hombre. Y todo por semejante pendejada. ¡Por tocar a una alumna en el brazo con una
regla! ¡Por tocarla para que pusiera atención!

Silencio.

Los demás siguen al pie de la puerta escuchando la conversación.

LUZ D. (en voz baja): Estoy convencida que ese viejo sí le pegó…

JULIETA (en voz baja): No sé…

AFANADOR: No estoy entendiendo nada… /

LUZ D.: ¡Shhh!

RUTH (desde afuera): Según ella no la tocó. Le pegó.

RIVADENEIRA (desde afuera): Según ella. ¿Y según usted?

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RUTH (desde afuera): ¿Qué? /

RIVADENEIRA (desde afuera): Me tengo que ir…

RIVADENEIRA da unos pasos para entrar. AFANADOR, JULIETA y LUZ D. corren


para volver a sus lugares. LUZ D. ocupa el computador, JULIETA se sienta a la mesa,
abre su bolso y se mete en la boca algunas gomitas y AFANADOR se esconde en su
crucigrama.

RIVADENEIRA entra cargando su maletín. RUTH lo sigue con el megáfono y la


carpeta. Los dos se detienen y observan al resto por un momento.

Pausa.

AFANADOR: ¿“Adjetivo despectivo…”?

LUZ D. (dándole palmaditas al computador): Este aparato no funciona…

JULIETA (a RIVADENEIRA): ¿Una gomita?

RIVADENEIRA: Sabe que sí…

AFANADOR: El profesor Rivadeneira no puede comer azúcar, profesora… El médico se


lo prohibió… /

RIVADENEIRA: ¡No me joda, Afanador! Si me quiero comer una bolsa entera de gomitas
lo voy a hacer…

RIVADENEIRA toma una gomita de la bolsa y se la echa a la boca. Luego va hasta su


casillero y realiza la misma transacción que en el primer descanso. Saca un par de libros
del maletín y los devuelve al casillero intercambiándolos por otros dos que estaban en el
casillero y que guarda en su maletín.

RUTH (a JULIETA): ¡Su niño está allá afuera corriendo por todas partes!

JULIETA: No tuvo recreo…

RIVADENEIRA: No me respondió, Ruth…

Pausa.

RUTH mira a todos.

Deja el megáfono sobre la mesa central y retoma sin importarle la presencia de los demás.

RUTH: No me corresponde a mí decidir qué fue lo que pasó. Quiero recordarle que para
eso existe un procedimiento…

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RIVADENEIRA: Ah, claro, el procedimiento.

RUTH: Son las reglas /

RIVADENEIRA: Sabía que iba a decir eso. Cuando allá arriba empiezan a tartamudear
dejan que las reglas hablen por ustedes, ¿cierto?

RUTH: Yo no hago las reglas /

RIVADENEIRA: Me pregunto quién las hace /

RUTH: No me gusta su tono, profesor. De todos modos yo no tengo por qué darle
explicaciones de lo que hacemos allá arriba /

RIVADENEIRA: Tal vez sí tendrían que hacerlo. Yo creo que deberían inventarse una
regla para eso /

AFANADOR: Coordinadora, quería saber si estas horas extra las van a pagar… /

RUTH: El asunto es que tenemos dos versiones de lo sucedido y es nuestra obligación


compararlas.

RIVADENEIRA: A estas alturas qué más da, Ruth. Seguramente ya se decidieron /

RUTH: Usted de verdad está convencido de la inocencia del profesor Hincapié, ¿cierto?

RIVADENEIRA: ¿Importa eso ahora?

RUTH: Un curso entero dice que Hincapié le pegó /

RIVADENEIRA: ¡Nos odian!

RUTH: ¡Pues claro que nos odian, es el colegio! ¿No odiaba usted a sus profesores en el
colegio?

RIVADENEIRA: Eran otras épocas.

RUTH: Siempre van a ser otras épocas.

Suena el timbre de salida.

AFANADOR: Creo que voy a salir para ver cómo está el alumnado…

LUZ D.: ¿Y no le da miedo que le peguen? /

JULIETA: ¿Me va a acompañar?

AFANADOR: Claro, claro que sí, profesora, solamente… /

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RIVADENEIRA: ¿Y para qué el cuestionario?

RUTH: ¡Sólo es un cuestionario!

RIVADENEIRA: Es un cuestionario de respuesta múltiple.

Suena el timbre.

AFANADOR: Coordinadora… /

RUTH: ¿Se va a dejar joder por un cuestionario?

RIVADENEIRA: Ahora sí estamos diciendo las cosas como son.

RUTH: Profesor, estamos intentando averiguar qué fue lo que pasó exactamente. Lo invito
a que considere la posibilidad de que Hincapié le haya pegado a esa alumna. ¿En ningún
momento ha considerado esa opción? Piénselo. Suponga por un momento que sí lo hizo.
Sólo por un momento.

RIVADENEIRA: Eso sería admitir que esos niños nos tienen agarrados por los huevos.

Pausa.

RUTH: Piénselo.

RIVADENEIRA: La tocó. No le pegó.

RUTH: Eso depende…

RIVADENEIRA: Estaba conversando por el aparato ese en medio de la clase e Hincapié


seguramente le llamó la atención dándole un golpecito.

RUTH: Un golpecito con una regla de madera…

RIVADENEIRA: Igual que un coscorrón… Inofensivo.

Suena el timbre.

RUTH: Juliana…

JULIETA: Julieta…

RUTH: Discúlpeme, profesora Julieta. ¿Podría ir hasta portería y decirle a Ancizar que no
abra las rejas del colegio hasta que yo se lo ordene?

Pausa.

JULIETA: Sí señora…

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JULIETA sale.

AFANADOR: … Coordinadora… voy a ver cómo está el alumnado…

Va a salir.

RIVADENEIRA: ¿Profesor Afanador, sería tan amable de prestarme su regla?

AFANADOR: ¿Mi regla? Sí claro.

RIVADENEIRA: Gracias. ¿Sería tan amable de sentarse en esta silla, por favor?

AFANADOR: ¿En esta silla? Sí, como no.

RIVADENEIRA: Gracias, profesor.

Pausa.

RIVADENEIRA: ¿Sería tan amable de mirar al frente?

AFANADOR hace lo que se le indica y RIVADENEIRA rodea la silla quedando detrás


de él. Entonces RIVADENEIRA toca ligeramente el brazo de AFANADOR con la regla.
RUTH y LUZ D. observan.

RIVADENEIRA: ¿Sintió eso, profesor?

AFANADOR: ¿Qué? /

RIVADENEIRA: No lo sintió.

RIVADENEIRA acaricia el brazo de AFANADOR.

AFANADOR: Eso lo sentí.

RIVADENEIRA: ¿Qué sintió, profesor?

AFANADOR: Me rozó. Con la regla.

RIVADENEIRA: Muy bien, profesor. ¿Y qué diría que es esto?

RIVADENEIRA levanta un poco más la regla y le da un ligero golpe en el brazo.

RIVADENEIRA: ¿Diría que lo golpeé?

AFANADOR: No, yo no diría eso…

RIVADENEIRA: ¿Cómo lo llamaría?

AFANADOR: Bueno… yo diría que… me dio un golpecito.

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RIVADENEIRA: Sí, podríamos llamarlo así. Un golpecito, no un GOLPE. ¿Cierto,
coordinadora?

Alza la regla y lo golpea con más fuerza.

RIVADENEIRA: ¿Y esto?

AFANADOR: Bueno… /

RIVADENEIRA: ¿Y esto? ¿Cómo llamaría a esto?

Repite la acción pegándole aún con más fuerza.

AFANADOR: ¡Ay!

RIVADENEIRA (con más fuerza): ¿Y es esto un golpe?

AFANADOR: No me está gustando este juego…

RIVADENEIRA repite la acción varias veces, cada vez con mayor fuerza.

RIVADENEIRA: ¿Y esto?

AFANADOR se lleva la mano al brazo. RIVADENEIRA lo golpea sobre la mano.

AFANADOR: ¡Ayayay!

RIVADENEIRA (levantando cada vez más la regla): ¿Y esto? (¡Golpea!) ¿Y esto?


(¡Golpea!) ¿Y esto? (¡Golpea!) ¿Y esto?

AFANADOR: ¡Golpe! ¡Golpe! ¡Golpe!

RIVADENEIRA se detiene.

Silencio.

RIVADENEIRA: Ya ve, coordinadora. Creo que la fuerza de un golpe es directamente


proporcional a la inclinación del brazo. ¿Quiere comprobarlo?

RUTH: No, gracias.

RIVADENEIRA: ¿Todavía creé que el profesor Hincapié deliberadamente levantó una


regla de madera en medio de su clase y con todo el descaro, el atrevimiento, la insolencia y
el cinismo posible le zampó un golpe a una alumna?

Entra JULIETA.

RUTH: ¿Todo en orden?

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JULIETA: Los niños están desesperados…

RUTH.: No importa.

JULIETA: Ancizar dice que se están poniendo agresivos…

RUTH: Profesora Julieta, ¿sería tan amable de colaborarme en algo?

JULIETA: ¿En qué la puedo ayudar?

RUTH: Aquí, el profesor Rivadeneira, está tratando de comprobar algo, pero yo opino lo
contrario. ¿Sería tan amable de sentarse en esta silla?

JULIETA: OK.

RUTH: Mire al frente, por favor.

AFANADOR: Profesora Julieta…

LUZ D.: Cállese, Afanador.

RUTH repite la acción de RIVADENEIRA y toca ligeramente a JULIETA en el brazo.

RUTH: ¿Sintió eso?

JULIETA: Sí.

RUTH: No sé, ¿cómo llamaría a lo que acabo de hacer?

JULIETA: Me tocó.

RUTH: Muy bien. La toqué. ¿Y a esto como le diría?

Levanta más la regla y le da un golpecito en el brazo.

RUTH: ¿Profesora?

JULIETA: Me pegó.

RUTH: ¿En serio? ¿Diría que la golpeé?

JULIETA: Sí.

RUTH: Pero sólo fue un golpecito.

JULIETA: Pero es un golpe.

RUTH: ¿Y esto?

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Levanta la regla muy alto y la golpea con fuerza.

JULIETA (levantándose de la silla): ¿Por qué me pega?

RUTH: Un golpecito es lo mismo que un golpe. El diminutivo no le quita la intensión.


Gracias, profesora.

RIVADENEIRA: Eso depende /

LUZ D.: ¿Puedo probar?

RUTH: Si Afanador se hubiera quejado a tiempo se habría evitado una paliza /

AFANADOR: ¿Y por qué le volvió a pegar?

RUTH: Porque sí… /

RIVADENEIRA: Eso sólo demuestra que la diferencia entre un golpe y un golpecito


depende de la persona que lo recibe, ¿no?

AFANADOR se sienta nuevamente y vuelve a su crucigrama.

RUTH: Y de la persona que lo da. Volvemos al mismo punto. De todos modos no importa.
Ya no se le debe pegar a un alumno con una regla.

JULIETA: ¿Cómo así? ¿Antes sí debía?

RUTH: Ya no se hace…

RIVADENEIRA: Entonces prohibamos las reglas en los salones porque son armas corto
punzantes.

JULIETA: Antes o ahora está mal.

RIVADENEIRA: De acuerdo, profesora, pero no le voy a negar que extraño un poquito


las viejas épocas, cuando un coscorrón o un buen jalón de orejas lo solucionaba todo.

JULIETA: Gracias a ese tipo de metodologías ahora ni siquiera los podemos abrazar.

RUTH: Y a usted le encanta abrazarlos, ¿no?

JULIETA: ¿Qué hay de malo en abrazar a un niño? /

LUZ D.: Que después no se lo quita de encima.

JULIETA: ¿Qué?

RUTH: Hay que saber reconocer nuestros límites… /

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RIVADENEIRA: Un poquito de rigidez no viene mal.

JULIETA: Un golpecito en el brazo…

Suena el timbre otra vez.

RUTH: ¿Qué le pasa a Ancizar? Le di la orden que no los deje salir hasta que yo diga.

RIVADENEIRA: Si no es una cosa es la otra. O tienen estrés infantil o tienen un trastorno


bipolar o son bulímicos o tienen una depresión a los diez años o padecen el síndrome de
Tourette o sufren de hiperactividad o de déficit de atención o de un trastorno de déficit de
atención e hiperactividad… Y al año siguiente todos esos nombres cambian y vuelta a
empezar…

RUTH: Para eso estamos nosotros.

JULIETA: A lo mejor es la manera en la que usted dicta su clase…

RIVADENEIRA: ¿Qué?

JULIETA: A lo mejor ellos no son los que tienen un problema, a lo mejor somos nosotros
los que tenemos el problema… Los obligamos a sentarse y poner atención.

RIVADENEIRA: Y a lo mejor no quieren estar aquí…

JULIETA: Es obvio que no quieren estar aquí…

RUTH: Entonces, lo que usted está proponiendo es que les preguntemos que quieren
hacer…

JULIETA: No, no estoy diciendo eso… Aunque no sería mala idea saber qué piensan... /

RIVADENEIRA: Usted está empezando Julieta… /

RUTH: Mire, hay cosas que no enseñan en la universidad… /

RIVADENEIRA: … Y tiene que aprender que en la práctica todo es diferente… /

RUTH: … Y toca aprender esas cosas a la fuerza… /

RIVADENEIRA: … Nada resulta como se planea… /

RUTH: … Y mientras le toque que estar aquí, le recomiendo que se arme de valor… /

JULIETA: A mí no me toca estar aquí… /

RIVADENEIRA: Sí, sí le toca. A todos nos toca estar aquí.

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JULIETA: No, yo quiero estar aquí…

RUTH: Entiendo que cueste aceptarlo al principio… /

JULIETA: Yo elegí estar aquí.

Pausa.

LUZ D.: ¿Cómo así? ¿Usted está aquí porque quiere?

JULIETA: Lo acabo de decir.

LUZ D.: Quiere estar aquí…

JULIETA: Sí…

LUZ D.: Porque quiere…

JULIETA: No sé de qué otra forma decirlo…

LUZ D.: A ver si entiendo. ¿Usted eligió voluntariamente estar en un colegio público?

JULIETA: ¡Sí!

Silencio.

Todos la miran.

LUZ D.: ¡Que bruta!

JULIETA: ¿Por qué?

RIVADENEIRA: Nadie quiere estar en un colegio público.

RUTH: O sea que usted podría estar en otra parte pero prefirió estar aquí…

JULIETA: Sí…

LUZ D.: ¿Podría estar dando clases en un colegio privado?

JULIETA: No sé… supongo que sí…

RIVADENEIRA: Da igual… Público o privado nadie quiere estar en un colegio


voluntariamente…

JULIETA: ¿Por qué?

LUZ D.: Usted sabe francés…

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JULIETA: ¿Y?

LUZ D.: Podría estar en otra parte… /

RUTH: Aquí no se enseña francés.

JULIETA: Lo sé…

AFANADOR: Deberíamos enseñar francés en este colegio… /

RIVADENEIRA: ¿La profesora Julieta habla francés?

JULIETA: ¡Sí!

RIVADENEIRA: ¿Y qué hace aquí?

JULIETA: Me lo estoy empezando a preguntar…

AFANADOR: Profesor Rivadeneira, ¿Sabe cómo se dice BOA en francés?

RIVADENEIRA: ¿Qué?

JULIETA (para ella): No sé cuál es el problema con el francés…

AFANADOR: Se dice: Boa… como en español… /

RUTH: Es cuestión de tiempo. Al principio yo también pensé que estaba aquí porque
quería pero después de dos años hablando de la mitocondria me di cuenta que no… /

RIVADENEIRA: Diga algo…

JULIETA: ¿Qué?

AFANADOR: Boa… Ese es el tipo de preguntas que suelen hacer en la ronda final… /

RUTH (a LUZ D.): ¿Afanador se va a presentar otra vez?

RIVADENEIRA: Diga cualquier cosa… /

LUZ D.: Es la tercera vez que se presenta.

AFANADOR: Son preguntas con trampa… /

JULIETA: ¿Quiere que diga algo en francés?

RIVADENEIRA: Lo que sea.

AFANADOR: … Parecen difíciles, pero su respuesta es muy sencilla…

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JULIETA los mira a todos.

Pausa.

JULIETA: Mes beaux perdants, souriez parce que l'ignorance est votre…

Pausa.

RIVADENEIRA: ¡Qué bonito es el francés!

RUTH: ¿Qué significa?

JULIETA: Se los dejo de tarea.

LUZ D.: No entiendo como alguien que podría estar en un lugar mejor, escoge
voluntariamente estar encerrada aquí aguantando a estas bestias…

JULIETA: “Bestias”. “Cachorritos”. “Hijueputicas”. Podrían elegir una mejor manera de


referirse a sus estudiantes… /

RIVADENEIRA: ¿Angelitos?

JULIETA: Deberían empezar por verlos como personas no como animales… /

RUTH: Ni siquiera pueden ir solos al baño.

AFANADOR: Profesor, estaba pensando que… podríamos encontrarnos este fin de


semana para estudiar un poquito… para el concurso…

RIVADENEIRA: Afanador, ya le dije que no tengo tiempo…

LUZ D.: Siempre están haciendo alguna cochinada /

RUTH: Viven peleando /

RIVADENEIRA: No saben hablar. /

JULIETA: ¡Es nuestro trabajo!

RUTH: Y lo intentamos hacer lo mejor que podemos…

JULIETA: Déjeme dudar de eso.

RUTH: Si usted lo sabe hacer mejor que yo le regalo el puesto… /

RIVADENEIRA: Cualquiera podría hacerlo mejor que usted.

RUTH: ¿Ah sí?

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RIVADENEIRA: Sí.

RUTH: Por ejemplo, ¿usted?

RIVADENEIRA: A lo mejor.

AFANADOR: Profesor… es mejor que nos vayamos preparando… las pruebas para el
concurso no son fáciles… /

RIVADENEIRA: Mire, Afanador, se lo he dicho de mil maneras posibles… No voy a


participar en el concurso…

AFANADOR: Pero creo que tenemos muchas posibilidades… /

JULIETA: Yo lo único que estoy diciendo es que no estaría mal probar cosas nuevas de
vez en cuando… /

RIVADENEIRA: ¿Y qué propone? ¿Una salida pedagógica? Estoy viendo la cara de


emoción de mis estudiantes cuando les cuente que vamos a pasar todo el día en la
Biblioteca Nacional…

JULIETA: Me parece mejor que llenar un tablero con el Frente Nacional… No me extraña
que no quieran participar en sus clases.

RIVADENEIRA: Ahora me va a decir como tengo que dictar mis clases.

JULIETA: Haga su trabajo… /

RIVADENEIRA: Por mi puede utilizar en sus clases el método pedagógico que se le dé la


gana o lo que sea que le hayan enseñado en la universidad, acarícieles el estómago como a
un perrito, pégueles con un palo o hábleles en francés si lo prefiere, a mí me da igual, pero
mis clases las doy como yo quiera… /

RUTH: Tal vez esta no es la mejor institución educativa para usted Julieta, tal vez sí
debería estar en otra parte…

JULIETA: ¿Eso qué quiere decir?

LUZ D.: No sé qué es todo lo que está diciendo, Julieta. A usted se le perdió un niño...

JULIETA: Pero lo encontré…

RIVADENEIRA: Pero se le perdió y eso es lo que importa. A todos se nos perdió un niño
alguna vez, pero acá esas cosas nunca se olvidan y durante el resto de nuestras vidas nos
van a recordar ese niño que se nos perdió… Ruth es la que se encarga de eso, ¿cierto, Ruth?

96
RUTH: Yo sólo estoy intentando ayudarlo, Rivadeneira, pero usted me lo está poniendo
muy difícil…

RIVADENEIRA: ¿Eso es una amenaza?

LUZ D.: Vive corriendo detrás de sus alumnos.

JULIETA: Al menos yo me esfuerzo…

RUTH: ¡Se esfuerza demasiado!

JULIETA: ¡Yo intento hacer lo mejor que puedo, créanme! ¡Pero siempre están
escapándose de clase y corriendo por todas partes y tengo que salir a buscarlos!

AFANADOR: De verdad, profesor creo que usted y yo…

RIVADENEIRA: ¡Por Dios, Afanador! ¡Que no! ¡No quiero participar en ningún
concurso!

AFANADOR: Pero usted y yo hacemos un buen equipo… /

RIVADENEIRA: ¡No hacemos ningún equipo, nunca hemos sido un equipo!

AFANADOR: Pero… /

RIVADENEIRA: ¡Usted hace las preguntas y yo siempre respondo! ¡Usted nunca


responde nada!

Suena el timbre.

RUTH: ¡Ancizar me va a enloquecer con ese timbre!

RUTH saca sus gotas y se echa una exagerada cantidad en la lengua.

LUZ D.: ¿Sabe por qué se le escapa?

JULIETA: Ilumíneme.

LUZ D.: Le encanta verla trotar detrás de él por todo el colegio. Eso es lo que quiere. Hace
alguna cagada en frente suyo esperando que lo regañe y usted sale detrás de él. Y entonces
se deja alcanzar por usted y es ahí cuando baja la mirada con cara de arrepentimiento.

RUTH va hasta la cafetera, se sirve un café y empieza a tomárselo.

JULIETA: ¿Qué es lo que está queriendo decir?

LUZ D.: Y usted sabe muy bien lo que está buscando… /

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RUTH: Luz D…

AFANADOR: Yo pensaba que… /

RIVADENEIRA: Deje de perder el tiempo con ese concurso…

AFANADOR: ¿Por qué?

RIVADENEIRA: Es un programa de preguntas estúpidas formuladas de manera


inteligente para personas que se creen inteligentes pero que en realidad son estúpidas.

AFANADOR: ¿Ah?

RIVADENEIRA: Son preguntas estúpidas para personas estúpidas.

AFANADOR: Estúpidas…

RIVADENEIRA: Mire, profesor… Lo que quiero decir es que… Hay algunas personas
que no tienen talento para ciertas cosas… Tienen talento para otro tipo de cosas, pero hay
ciertas cosas para las cuales no tienen talento…

AFANADOR: Talento…

AFANADOR se apaga.

JULIETA: Creo que usted y yo tenemos una imagen muy diferente de estos niños.

LUZ D.: Pero, ¿sabe qué le digo? Aproveche, aproveche mientras tenga las tetas firmes y
las piernas duras, porque una vez pase de los treinta y cinco y llegue una profesora más
bonita, más joven y menos trajinada, ellos la van a dejar de mirar de un día para otro y
usted se va a convertir en un trapo viejo que nadie quiere usar…

JULIETA: ¿Qué?

RUTH: ¡Por Dios, Luz D.!

LUZ D.: ¡Es verdad!

JULIETA: No sé cómo hacen para trabajar en este sitio.

LUZ D.: Ya sabe lo que puede hacer.

JULIETA: Es para enloquecerse…

RIVADENEIRA: Seamos honestos. Acá ninguno es un santo. Todos hemos hecho algo
“indebido” dentro de este colegio. Puede que para nosotros no lo haya sido, puede que eso
que hayamos hecho esté justificado según nuestro criterio, pero no según el criterio de los
otros. Piénsenlo. Hasta la profesora Julieta, que lleva un par de meses, ya hizo algo de lo

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cual se arrepiente. Y allá arriba lo van a terminar sabiendo, si es que no lo saben ya… Y
después lo van a utilizar en nuestra contra, ¿cierto, Ruth?

RUTH: ¿A qué se refiere? ¿Al cuestionario o al grafiti del baño?

RIVADENEIRA: ¡Que yo no pinté ese grafiti! A lo mejor fue Julieta, lo pintaron con sus
marcadores /

JULIETA: ¡Yo no fui!

AFANADOR (para él): Yo creo que fue el niño perdido… /

RIVADENEIRA: ¡Sí! Seguramente fue el mocoso ese.

LUZ D.: No le eche la culpa al niño, Rivadeneira /

JULIETA: ¡No, él no fue!

RIVADENEIRA: ¿Cómo sabe? /

JULIETA: ¡Porque no sabe leer ni escribir! ¡Es un niño de ocho años que está en tercero
de primaria y que no sabe leer ni escribir! Odia estar aquí.

RUTH: Por eso se escapa…

JULIETA: ¡Todos odian estar aquí! Este sitio es un infierno. Yo hago todo lo que puedo
pero son imposibles. No se quedan quietos. Me desesperan. Llevo dos meses aquí encerrada
y creo que me voy a volver loca… No sé cómo lo hacen ustedes. Los miro todos los días y
no logro saber cómo lo hacen, cómo logran aguantar más de cinco minutos entre estas
cuatro paredes… Tiene razón, Ruth, tal vez este sitio no es para mí… Todos los días me
levanto y me pregunto qué hago aquí… No importa lo que haga no me toman en serio... ¡Y
sí, les tengo que dar gomitas para que me pongan atención! ¡Les tengo que dar gomitas para
que me pongan atención! ¿Se lo pueden creer? Todas las tardes… al salir del colegio…
compro una bolsa de gomitas para el día siguiente... Todos los días tengo que comprar una
bolsa de gomas para que esos niños se queden quietos. A todos los niños les gustan los
dulces… y sin embargo eso no es suficiente /

LUZ D.: Nunca es suficiente. Siempre quieren un dulce más grande. No hay manera de
hacerlos feliz.

JULIETA: ¡Deje de hablar así!

LUZ D.: Pregúntele a Afanador. Pregúntele por qué no sale de aquí. Pregúntele por qué es
el primero en llegar y el último en irse. Pregúntele porque prefiere ofrecerse como
voluntario y quedarse aquí encerrado hasta que todos los alumnos se han ido. Pregúntele.

99
Todos miran a AFANADOR.

AFANADOR: Yo… yo… yo lo único que quiero es que este día se termine para poder
irme a mi casa a estudiar para mi concurso… /

LUZ D.: ¿Por qué no le cuenta a la profesora Julieta por qué lo asustan los estudiantes de
este colegio?

AFANADOR: A… a… a…a mí no me asustan los estudiantes… /

LUZ D.: ¡Se caga del susto!

AFANADOR: E… e… eso no es verdad…

LUZ D.: Lo tienen amenazado.

AFANADOR: Eso no es verdad…

LUZ D.: Usted sabe por qué.

AFANADOR: Yo sólo quiero irme a mi casa… Yo sólo quiero ganar el concurso para
poder largarme de aquí… /

LUZ D.: ¡Lo tienen amenazado porque se metió con una alumna de once!

AFANADOR: ¡Que yo no le hice nada a esa niña! ¡Además, eso fue hace dos años y no se
demostró nada en mi contra!

LUZ D.: Una niñita de diecisiete años. Agradezca que no lo denunció.

AFANADOR: ¡Jamás la toqué! ¡Jamás! ¿Cuántas veces voy a tener que repetirlo? ¡La
institución me respaldó! ¡La institución me respaldó! ¿Cierto que la institución me
respaldó, Ruth? ¿Cierto que sí? ¡Dígaselo, Ruth! ¡Dígale que la institución me respaldó!
¿Cuánto tiempo más voy a tener que repetirlo? Dígaselo, Ruth, por favor, dígaselo…

AFANADOR se echa a llorar sobre la mesa.

Pausa.

Suena el timbre una vez más.

LUZ D.: Que porquería… /

AFANADOR: ¡Cállese, vaca gorda!

LUZ D.: ¿Qué dijo?

100
AFANADOR: ¡Usted salió con un alumno! ¡No puede decir nada! ¡Se la pasa chateando
con él por ese computador!

Pausa.

RIVADENEIRA: ¿Eso es un golpe o un golpecito?

Pausa.

LUZ D.: ¡Sí! ¡Salí con un alumno! ¡No sé cuál es el problema! Pero ya era mayor de edad.
Tenía veintiún años y estaba en once. No se había podido largar de aquí porque le tocó
repetir noveno una vez y décimo dos veces. ¡Y no es lo mismo, guevón, no es lo mismo…!

JULIETA: Es lo mismo…

Pausa.

RUTH: Creo que todos tenemos que tranquilizarnos…

Suena el timbre nuevamente.

RUTH: ¡Voy a matar a Ancizar!

Sale.

Silencio.

JULIETA: Debería dejar de llorar porque su tiempo ya pasó, Luz D. De todos modos no
tiene de qué preocuparse, yo aquí no me quedo. Ya puede salir al patio tranquila. La
competencia se le acabó.

Pausa.

RIVADENEIRA: Ganó Afanador…

AFANADOR: ¿Qué?

RIVADENEIRA: ¡Ganó! ¡Afanador, ganó! Usted ganó la apuesta… ¿Quién lo iba a


pensar?

RIVADENEIRA empieza a reírse.

LUZ D.: No, no, no, no, no, no…

JULIETA: ¿Qué apuesta?

LUZ D.: Él no ganó nada porque no apostó nada /

101
RIVADENEIRA: No sea mala perdedora, Luz D. Usted sabe que ganó.

JULIETA: ¿De qué apuesta están hablando? /

LUZ D.: Entonces, usted también perdió. Le toca bajarse de medio sueldo /

RIVADENEIRA: No me importa. A usted también le toca bajarse de medio sueldo.

JULIETA: ¿Qué apuesta?

RIVADENEIRA: Es sólo un juego.

JULIETA: ¿Qué apuesta, Afanador?

AFANADOR: Ellos, ellos, ellos… /

JULIETA: ¡Hable claro, Afanador!

AFANADOR: Ellos apostaron cuánto tiempo le quedaba a usted en el colegio y…

JULIETA: ¿Ah sí?

RIVADENEIRA: Es un juego, profesora… /

JULIETA: Que juegos más bonitos los que ustedes tienen.

LUZ D.: Afanador también apostó /

JULIETA: Y ganó.

AFANADOR: Pero yo no… /

JULIETA: Lo felicito, profesor.

AFANADOR: Profesora Julieta, quiero que sepa que yo… /

JULIETA: ¡Cállese, Afanador!

Pausa.

LUZ D.: Sólo era un juego...

JULIETA: Entiendo. Y no me importa, de verdad. Por mí, se pueden ir todos a la mierda:


Ustedes, los niños, el cuestionario y la Secretaría. Todos juntos. Por mí, pueden ocupar su
triste tiempo libre con lo que sea que necesiten para distraer esa soledad amarga que cargan
encima.

Todos ven salir a JULIETA.

102
Silencio.

JULIETA regresa.

JULIETA: ¡Afanador, la mitad de su premio es mío!

LUZ D.: Yo no pienso pagar…

RIVEDENEIRA: ¿Qué?

JULIETA: Claro que va pagar.

LUZ D.: ¡No!

Los cuatro empiezan a discutir. Cada vez lo hacen más fuerte hasta que sólo los oímos
gritar. Las voces de los niños comienzan a oírse afuera. Poco a poco los volúmenes se
invierten. El volumen de la discusión empieza a disminuir y el de los niños empieza a
aumentar. Los profesores siguen discutiendo hasta que no alcanzamos a oír sus voces. La
acción continúa, pero no los escuchamos. Como si hubiéramos presionado el botón de
SILENCIO. A la vez, el espacio es inundado por las voces de los niños en el patio.

Pausa.

RUTH entra. Se detiene en el marco de la puerta. Está furiosa y casi al borde de las
lágrimas. La discusión continúa. Los observa durante unos segundos. Los niños se oyen
afuera. Los volúmenes vuelven a invertirse simultáneamente hasta que los niños
desaparecen y nos quedamos con la gritería de los profesores.

RUTH va hasta la mesa central, toma su megáfono y lo enciende.

RUTH (por el megáfono): ¡SILENCIO!

Todos se callan.

Silencio.

RUTH: … Lo voy a joder Rivadeneira…

RIVADENEIRA: ¿Qué?

RUTH: Se pasó, esta vez se pasó. Quería ayudarlo pero lo voy a joder…

RIVADENEIRA: No entiendo…

RUTH: ¿Por qué? ¿Por qué hizo eso?

RIVADENEIRA: ¿Qué?

103
RUTH: Usted sabe lo que hizo…

Está a punto de llorar.

JULIETA: ¿Qué hizo?

RUTH va hasta la mesa y se sienta. Empieza a llorar.

Todos la observan en silencio.

JULIETA (acercándose): ¿Está bien?

RUTH (entre llantos): No, no estoy bien…

JULIETA: ¿Qué pasó?

RUTH: Mi carro… mi carro… Me llenaron el carro de grafitis…

Silencio.

AFANADOR: ¿Grafitis?

RUTH (sin parar de llorar): … Por todas partes. Está lleno de grafitis. Lo pintaron por
todas partes con marcadores de colores… Está lleno de florecitas y solecitos y nubecitas y
de arco iris… y de caritas felices… Por todas partes… En las puertas, en las ventanas…
hasta le colorearon los rines…Y…y… y…y en el capó pintaron un un un… ¡un pene
gigante…!

RIVADENEIRA empieza a reírse. RUTH sigue llorando.

Todos se quedan inmóviles.

RUTH: … No puedo salir a la calle con ese carro…

RIVADENEIRA ríe más fuerte.

RUTH: … Lo estaba empezando a pagar…

RIVADENEIRA sigue riendo.

Silencio.

RUTH lo mira.

Silencio.

JULIETA (a RIVADENEIRA): Profesor…

Pausa.

104
RUTH (secándose las lágrimas): Deje de reírse…

RIVADENEIRA no puede parar.

RUTH: ¡Deje de reírse!

RIVADENEIRA (intentando aguantar la risa): No puedo, lo siento Ruth, no puedo…

RUTH se pone de pie.

RUTH: Lo quería ayudar, Rivadeneira… pero ahora lo voy a joder…

RIVADENEIRA intenta recomponerse.

RUTH: No quería que este problema llegara hasta el Consejo Académico… Pero ya no me
importa… Voy a hacer que lo jodan… voy a hacer que le hagan un consejo disciplinario…
y lo van a joder…

RIVADENEIRA (componiéndose): ¿Un consejo disciplinario?

RUTH: Le voy a abrir un control interno disciplinario… Lo van a empapelar por


vandalismo…

RIVADENEIRA: Yo no pinté su carro /

RUTH: Y lo van a obligar a retirarse si quieren… /

RIVADENEIRA: ¡Yo no pinté su carro! /

RUTH: No se conformó con no contestar el cuestionario, ni con el grafiti que pintó en el


baño… Tenía que ir más allá, ¿cierto? /

RIVADENEIRA: ¡Que yo no pinté su carro!

RUTH: Eso habrá que verlo.

RIVADENEIRA: ¿Cómo así?

RUTH: Habrá que abrir una investigación, ¿no?

RIVADENEIRA: ¿Una investigación?

RUTH: Y lo vamos a tener allá arriba el tiempo que se nos dé la gana…

RIVADENEIRA: Ruth… Ruth… Ruth, de verdad. No era mi intensión reírme por lo que
le hicieron a su carro… Me parece la cagada. Créame… Es sólo que me imaginé el… el…
el… Bueno, usted sabe… el… pintado en el capó y… Bueno, me parece la cagada, aunque
usted no lo crea… Pero yo no pinté su carro…

105
RUTH: Tendremos que esperar a la investigación.

RIVADENEIRA: ¿Investigación? Yo no pinté su carro… Lo hicieron los alumnos…

RUTH: A lo mejor habló con ellos y los convenció para que lo hicieran…

RIVADENEIRA: ¡Eso es absurdo! ¡Ruth, yo no pinté su carro!

RUTH: Es su palabra contra la mía, ¿no?

Silencio.

RIVADENEIRA: Ah…

RUTH: Profesor, por favor, vamos a ser sinceros de una vez. Dejemos de tratarnos como
imbéciles.

RIVADENEIRA: Bueno, yo no creo que yo sea un imbécil.

RUTH: ¿Por qué me odia?

RIVADENEIRA: Todo el mundo odia a los coordinadores, viene con el puesto...

RUTH: Me odia porque fui más hábil que usted. Siempre he sido más hábil que usted. No
es algo de lo que me guste hablar, de hecho, nunca hablo de esto, pero hoy las condiciones
son propicias para que desempolvemos algunos temitas…

RIVADENEIRA: Me va a hacer reír, otra vez Ruth…

RUTH: No soporta que yo haya llegado allá arriba antes que usted, ¿cierto? No entiende
como alguien más joven que usted se le adelantó. Me odia por eso. ¿Cierto? Y cada vez que
nos cruzamos o me ve atravesar algún pasillo me echa esa mirada. ¿Cree que no me he
dado cuenta?

RIVADENEIRA: Yo no la miro de ninguna manera, Ruth.

RUTH: Arquea las cejas y me mira desde las alturas. Yo la llamo, la mirada Rivadeneira.

LUZ D. se ríe.

RIVADENEIRA: No sé de qué me está hablando pero que nombre más ridículo. Yo no la


miro de ninguna manera.

RUTH: Me mira y se pregunta: “¿Qué habrá hecho para estar ahí?” “¿A quién se lo habrá
dado?” “¿Qué tiene ella que no tenga yo?”

RIVADENEIRA: ¡Qué yo no la miro de ninguna manera!

106
RUTH: ¡Lo hace! ¡Lo hace! Me odia porque fui más inteligente que usted. Tan inteligente
que usted no ha podido descubrir qué fue lo que hice para llegar tan rápido cuando usted
llevaba haciendo cola tanto tiempo…

RIVADENEIRA: Su cargo me importa un comino.

RUTH: El profesor Rivadeneira, el hombre que lo sabe todo en este colegio no sabe cómo
lo consiguió Ruth…

RIVADENEIRA: ¿Qué es lo que está diciendo?

RUTH: Cuando yo llegué aquí, todos hablaban de usted. RIVADENEIRA,


RIVADENEIRA, RIVADENEIRA. Yo era una profesorcita de biología, recién salida de la
Universidad. Sólo quería aprender. Y lo veía por ahí, tan sencillo, tan tranquilo, tan serio y
me preguntaba: ¿Cómo lo hace? ¿Llegaré a aparentar tanta calma algún día…? Usted no se
acuerda pero un día, durante un recreo, me le acerqué… Lo saludé, muy tímida por
supuesto, lo invité a un tinto, un tinto que ya traía quemándome los dedos… se lo ofrecí y
usted lo aceptó y me preguntó si yo era la nueva y le dije que sí… y hasta me pareció
tierna su manera de preguntarlo… y después de un silencio simplemente empezamos a
hablar, hablamos y hablamos y sus palabras me parecían tan llenas de algo, aún no sabía de
qué, había algo en su voz, en su tono de voz, pero aún no sabía que era, pero no importaba,
yo lo oía y usted hablaba… Hablaba de cualquier cosa y me sorprendió su capacidad para
hablar de lo que fuera, de lo que fuera… y entonces usted hizo una pregunta. LA
PREGUNTA… Estábamos en elecciones por aquella época, había olvidado mencionarlo,
no sé si se acuerde, seguro no se acuerda, bueno, no importa, la cosa es que usted me
preguntó qué opinaba… que opinaba de la elecciones en el país… y yo di algunos rodeos…
quería sorprenderlo… y bueno, dije algunas bobadas y recalqué lo importante que eran
aquellas elecciones para el país… y ahí fue, ahí fue cuando le dije que eran de suma
importancia para el país pero que en este país con semejante índice de abstinencia la cosa
estaba jodida. Abstinencia, ¿oyó? Le dije ABSTINENCIA en lugar de abstención, en lugar
de ABSTENCIÓN… y ahí fue cuando todo se vino abajo, profesor, todo por un
insignificante error y entonces, fue ahí cuando usted me echó esa mirada por primera vez.
Arqueó las cejas y me miró con pesar, me miró con pesar desde las alturas… Fue sólo un
segundo, pero lo pude ver claramente. Yo lo había decepcionado y usted sintió pena por mí.
Y esa mirada me dio a entender lo que sus palabras arrastraban todo el tiempo. Arrogancia.
Sus palabras estaban llenas de arrogancia, siempre lo han estado… Sólo la arrogancia
puede inspirar tanto pesar ante un error tan estúpido… Usted se despidió, me agradeció por
el café y se fue… Y de ahí en adelante me ha dirigido esa mirada, la misma mirada que le
echa al profesor Afanador, a la profesora Julieta, en fin, a todos, porque todos están por
debajo de usted, ¿cierto, profesor? Porque ninguno de nosotros ha logrado cumplir con sus
expectativas… Pero sólo yo logré descubrirlo.

107
RIVADENEIRA: No me acuerdo de eso.

RUTH: La profesorcita que confundió ABSTINENCIA con ABSTENCIÓN se le adelantó


y eso lo jode...

JULIETA: Me quiero ir a mi casa…

RIVADENEIRA: No me acuerdo de eso.

RUTH: Bueno, da igual. Ya no importa, ¿cierto? Usted está aquí y yo estoy allá.

RIVADENEIRA: Váyase a la mierda.

Silencio.

RUTH (sonriendo): ¡Ahora vamos a elegir a nuestro amigo secreto!

Todos se miran.

RUTH: Una hoja, por favor…

Pausa.

RIVADENEIRA saca su copia del cuestionario del maletín y se lo entrega a RUTH.

Pausa.

RUTH: ¿Cuántos somos?

Dobla una de las hojas del cuestionario varias veces y luego la corta manualmente por
cada doblez. Le entrega un papelito a cada profesor.

RUTH: Luz D…

Pausa.

…. Afanador…

Pausa.

… Julieta…

Pausa.

… Rivadeneira…

Pausa.

… Y yo… Por favor, apunten sus nombres en el papelito…

108
Los profesores comienzan a hacerlo. AFANADOR apunta su nombre con el lápiz.
Después de hacerlo va a ofrecérselo a JULIETA, pero ésta ya ha sacado un esfero de su
bolso. Al terminar se lo presta a LUZ D. RUTH saca su esfero y apunta su nombre.

RUTH: … Faltan Pulido, que no llegó, Obonaga, que está enfermo y la profe Maritza, que
está afuera… Yo apunto sus nombres…

Lo hace.

Pausa.

RUTH mira a RIVADENEIRA.

RUTH: Profesor… escriba su nombre.

Pausa.

RIVADENEIRA saca un lápiz del bolsillo interior de su chaqueta y escribe su nombre en


el papelito.

RUTH: ¡Muy bien!

RIVADENEIRA: Falta Hincapié…

Pausa.

RUTH: Hincapié… Sí, supongo que podemos incluirlo… Yo lo apunto.

Lo hace.

Mira a su alrededor buscando algo. Finalmente va hasta la caneca, saca la bolsa plástica
y vacía su contenido en la papelera. Mete su nombre en la bolsa y después se acerca a
cada profesor para que haga lo mismo. Primero LUZ D., luego AFANADOR, después
JULIETA y por último RIVADENEIRA. Echa los papelitos con los nombres del resto de
los profesores, va hasta el centro del salón y sacude la bolsa en un intento por mezclarlos
bien. Nuevamente se acerca a cada uno de los profesores, en el mismo orden anterior, para
que elijan su amigo secreto. Cada vez que alguno lo hace, RUTH abre la bolsa, deja que
el respectivo profesor introduzca la mano, y luego la cierra rápidamente. La última en
hacerlo es ella.

Silencio.

Todos miran su papelito.

Este es un juego al azar. Cada uno reaccionará dependiendo del amigo secreto que haya
elegido en cada función. Nadie debe saber qué nombre le tocó al otro.

109
Silencio.

RUTH (sonriendo): Prohibido decirle a nadie quién les tocó de amigo secreto…

Pausa.

Suena el timbre nuevamente.

RUTH: ¡Ancizar me va a enloquecer! A los voluntarios les doy instrucciones afuera… Al


resto… Hasta el lunes…

RUTH se queda de pie en el centro del salón. RIVADENEIRA continúa sentado a la


mesa. AFANADOR recoge sus cosas y las guarda en su casillero. LUZ D. saca un
cigarrillo de su cangurito y lo pone en su boca. JULIETA revisa el control de notas por
última vez y lo guarda en su bolso. Todos empiezan a salir.

AFANADOR: Profesora, Julieta ¿la acompaño hasta la principal?

Pausa.

JULIETA: Gracias, profesor. No hay necesidad. Tengo que aprender a hacerlo sola.

Pausa.

LUZ D. (a JULIETA): ¿Me presta cinco mil pesos?

Pausa.

JULIETA duda. Finalmente, saca los cinco mil pesos de su cartera y se los entrega a
LUZ D.

LUZ D.: Se los pago el lunes.

Van a salir.

RIVADENEIRA: Profesor Afanador… Este fin de semana nos vemos en su casa para
empezar a estudiar…

AFANADOR asiente.

Los tres salen.

Silencio.

Afuera oímos a los niños.

RUTH saca de su carpeta una nueva copia del cuestionario y la deja frente a
RIVADENEIRA.

110
RUTH: Sólo falta usted… Bueno, y los profesores que no vinieron. Pero a ellos ya se les
hizo llegar por Internet…

Levanta su megáfono y su carpeta.

Va a salir.

RIVADENEIRA: Yo tenía en el colegio un profesor que nadie quería. Profesor de


matemáticas. Era un tipo bajito, sin cuello y de espalda ancha. Sus brazos parecían más
cortos de lo normal. Tenía una mirada hundida, como si estuviera escondiendo los ojos…
Tenía cuatro vestidos que intercalaba durante la semana. Negro, azul, gris y café. Todos
atravesados por finas rayas blancas. Traje raya tiza, creo que se le dice. Sí, creo que así se
le dice. Me dictó clase en primaria. “¡Párese recto! ¡No coma chicle! ¡Mire al frente!
¡Hable duro! ¡Sea hombre!”. Ese tipo de profesor, usted ya sabe… En fin, yo estaba en
quinto de primaria, todavía era un niño pero ya no era tan niño, ¿sabe lo que quiero decir?
La cosa es que un viernes por la tarde, ya de salida, a punto de atravesar la reja del colegio,
este tipo va y me para y me dice: “¡Mírese los zapatos!”. Yo agacho la cabeza y veo que
tengo los zapatos desamarrados. “¡Se va a caer!”, me dice, sin quitarme la mirada de
encima… No sé por qué lo hice, tal vez fueron esos ojos encerrados que tenía o el hecho de
que quisiera hacerme perder el tiempo en el último minuto de un viernes, pero yo
simplemente levanté los hombros y seguí mi camino… No había pasado un segundo
cuando sentí su mano en mi cuello… Me agarró del pescuezo y me arrastró hasta el salón.
Me entregó una caja de tizas y me hizo escribir tres mil veces en el tablero: “Debo aprender
a amarrarme los zapatos”. El tipo no se levantó del escritorio hasta que terminé…

RUTH: Bonita anécdota.

RIVADENEIRA: Lo curioso es que al año siguiente ya no daba clases en el colegio. No le


renovaron el contrato.

RUTH: ¿Usted lo acusó?

RIVADENEIRA: No. Algo más habría hecho.

RUTH: ¿Qué pasó con el profesor?

RIVADENEIRA: Le dio una embolia o se suicidó o se enloqueció… o lo mataron. Ni


idea.

RUTH: O simplemente murió de viejo.

Pausa.

… Permiso, profesor. Me esperan allá arriba. Hay mucho papeleo por hacer.

111
RUTH sale.

Silencio.

RIVADENEIRA se queda sentado mirando a la nada.

Silencio.

Juega con el lápiz en su mano.

Observa el cuestionario.

Los niños se oyen afuera.

La punta del lápiz se detiene en dirección al papel.

Las luces bajan.

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