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1.

PASAR DE FABRICANTE A
DISTRIBUIDOR
Al dejar de fabricar, además, se han convertido en una empresa más
ágil: “Además del ahorro de costes, el cambio nos ha permitido ampliar
el catálogo hacia productos que nosotros no podíamos fabricar, como
las máquinas de clavos y otros productos más alejados de nuestro
negocio, como los artículos de jardinería. Aprovechando los clientes que
ya teníamos, hemos ido ofertando nuevos productos. Un cambio
importante para frenar a la competencia, porque la variedad de
productos ayuda a fidelizar a los clientes y a atraer a otros nuevos”.

2. ACCEDER A LA INVESTIGACIÓN
La investigación se traduce en nuevos productos y nuevas formas de
hacer las cosas. Pero ¿cuántas pymes disponen del capital necesario?
Realmente muy pocas, aunque existen “mecanismos para transferir la
investigación a las empresas. Por ejemplo, las OTRIS –las oficinas de
transferencia de los resultados de la investigación en las universidades–
y redes nacionales como la APTE (Asociación de Parques Tecnológicos
de España) o la europea IRC (Innovation Relay Centers) vuelcan las
ofertas y demandas de tecnología de forma gratuita”, explica Fernando
Martín, director de Galileo Equipments.

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