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Artículo Conceptualización PDF
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Facultad de Construcciones
∗
Doctora. Arquitecta. Profesora del Departamento de Arquitectura de la Facultad de Construcciones,
Universidad de Oriente.
Email: scruz@cees.uo.edu.cu
INTRODUCCIÓN
En los últimos tiempos se ha hecho muy frecuente entre estudiantes y profesionales de
la arquitectura el término conceptualizar. En principio, esto resulta congruente con el
alto contenido cultural del fenómeno arquitectónico, síntesis integradora de factores
económicos, políticos, históricos, tecnológicos, artísticos, entre otros. Lo que no es
suficientemente convincente que la conceptualización se reitere como mecanismo de
imitación o repetición trivial, carente de los procesos reflexivos y críticos que
acompañan a toda creación intelectual, que debe ser resultado de la asociación de
elementos vivenciales, experiencias, conocimientos, análisis, valoraciones, juicios
críticos y todo lo que en el plano cognitivo debe caracterizar un proceso de amplia
significación teórica, donde lo lógico y lo imaginativo deben armonizar en justo
equilibrio.
Sin dedicarme en lo personal a la actividad del proyecto, hay inquietudes que como
docente de la carrera he ido acumulando y pretendo compartir, buscando desde la
propia epistemología de la arquitectura y las bases dialéctico - materialistas del
conocimiento, la explicación a este interesante proceso de construcción de conceptos y
argumentos en torno a la obra arquitectónica y urbana.
¿QUÉ ES CONCEPTUALIZAR?
Todas las creaciones intelectuales pasan por un proceso de elaboración reflexiva que
responde a la necesidad de explicar las razones que motivan una decisión, una
solución o un criterio y que se da a través de procesos mentales que van configurando
dichas razones en relación con los presupuestos teóricos que maneja el autor, para
luego hacerlas explícitas, socializarlas en entornos comunicativos, según la naturaleza
de la actividad de la que se trate.
Detrás de esos procesos de creación de soluciones artísticas, científicas o tecnológicas,
están los conceptos. Los conceptos son constructos que permiten definir objetos o
fenómenos de la sociedad, la naturaleza y el pensamiento, los que coherentemente
articulados dan lugar a las ideas como expresión de relaciones teóricas, prácticas,
metodológicas o simbólicas.
“El concepto no es el punto de partida del conocimiento, sino su resultado. (…) el
materialismo dialéctico considera que el concepto es una forma peculiar de reflejo de
los objetos, de las cosas del mundo material y de las leyes de su movimiento. Los
conceptos son objetivos por su contenido. Incluso los conceptos más abstractos tienen
sus analogías, sus prototipos en el mundo objetivo. En el concepto se refleja el
contenido encerrado en las cosas.”1
En los procesos intelectuales, la actividad humana se vale de los conceptos para
sintetizar cualidades esenciales de los objetos de estudio, de ahí que permiten
caracterizar el mundo objetivo a través de las representaciones que los seres humanos
hacen de él. “La dialéctica formula las tesis metodológicas fundamentales que
determinan el proceso de formación y desarrollo de los conceptos. Establece en primer
1
P. V. Kopnin: Lógica Dialéctica. P: 229
lugar que la causa objetiva de la formación y el desarrollo de los conceptos es el mundo
real y su base material, la práctica histórico – social de los hombres”.2
El punto de partida de los conceptos es la contemplación viva, es decir, las
sensaciones, las percepciones y las representaciones. Pero ellos se completan a través
del conocimiento que se tiene o que se va adquiriendo sobre el objeto de estudio.
Por eso se puede afirmar que los conceptos tienen una base empírica ya que
generalizan los datos de la experiencia “sin la acumulación de un determinado material
empírico es imposible formar un solo concepto (…)”3. Pero también implica un
importante contenido de actividad mental, de abstracciones, lo cual posibilita que
encierre ese aspecto cualitativo de la realidad objetiva con posibilidad de hacer
generalizaciones. “El concepto no es una simple agrupación, un crecimiento
cuantitativo, la repetición y la multiplicación de los datos sensoriales, sino el desarrollo
ulterior de los datos sensoriales, en el que se incluye el tránsito a una nueva cualidad”4.
De manera que conceptualizar es un proceso de construcción de ideas sobre la base
de experiencias y vivencias, que a través de procesos lógicos, se van configurando en
definiciones precisas de cualidades esenciales de los objetos y fenómenos de la
realidad objetiva.
2
Idem. P: 248
3
Ibidem
4
Idem. P: 253
Cuando los autores de una obra o realización (artística, científica o tecnológica)
manejan un mayor marco conceptual, tienen en consecuencia, mejores condiciones
para explicar, fundamentar, posibilitar una mejor interpretación de sus resultados, en fin,
de conceptualizar y brindar argumentos. (Fig. 1)
LA CONCEPTUALIZACIÓN COMO PARTE INTRÍNSECA DE LA ARGUMENTACIÓN
Y LA SISTEMATIZACIÓN
El acto de conceptualizar está estrechamente vinculado a la necesidad de los sujetos
de expresar sus ideas, de hacerse entender por sus semejantes en torno a
producciones de valor intelectual. Por eso los conceptos permiten elaborar ideas
convenientemente asociadas y fundamentadas a través de argumentos, para
desarrollar el acto comunicativo en torno a la creación de una obra que se quiere
explicar. De ahí que la asociación de conceptos e ideas permiten explicar los juicios y
los puntos de vista que defienden los sujetos en los procesos de creación a través de la
argumentación. Los argumentos acerca de la creación intelectual aparecen cuando se
ha alcanzado un determinado nivel de madurez en torno al dominio del objeto de
estudio.
Vale la pena entonces que se distingan dos formas de interacción comunicativa que
muchas veces se usan indistintamente: la exposición y la argumentación.
“La exposición es el equivalente abstracto de la descripción”5 y la descripción es “la
forma acumulativa de representación de lo individual concreto”6
Es decir, que a través de la exposición, los sujetos comunican enunciados descriptivos
que no contienen las interpretaciones del contenido, no dan prioridad a ninguna idea ni
las utilizan para producir otras nuevas, sino que las utilizan todas en el mismo plano de
igualdad. Lo que equivale a afirmar que las exposiciones no ofrecen fundamento
suficiente a su contenido.
A diferencia de las exposiciones o descripciones, la argumentación es el “mecanismo
que relaciona los datos concretos con las abstracciones y generalizaciones”7
La argumentación es un “modo de razonamiento que comprende la demostración y la
refutación (…) En el proceso de argumentación, desarrollar convicciones en el
interlocutor o el auditorio a menudo significa hacerlo cambiar de opinión. (…) La
comunicación intelectual es imposible sin la argumentación de los enunciados. La
argumentación es un instrumento imprescindible para el conocimiento humano de la
verdad.”8
De ahí que el manejo de argumentos es lo que permite que la conceptualización
implique el razonamiento, la reflexión, la combinación armónica de referentes teóricos y
vivenciales, que permiten elaborar ideas consistentes. (Fig. 2)
5
Leticia Rodríguez P. Curso de Español. Universidad para todos, P: 16
6
Ibidem
7
Idem. P: 16
8
A Guétmanova, et al: Lógica: en forma simple lo complejo. P: 34
Fig. 2: Relaciones que dan lugar a los argumentos
En la argumentación se maneja la información de determinadas proposiciones en forma
de premisas. Las premisas constituyen las bases a través de las cuales los sujetos
explican sus ideas, sus elaboraciones y vencen las posibles resistencias que genera la
asimilación de las nuevas ideas. En la medida que se pretenda que las ideas que
fundamentan una creación se comprendan e interpreten, habrá que recurrir al lenguaje
argumentativo, combinando las premisas que sustentan las afirmaciones.
Existen dos tipos de premisa. Una de carácter general que se asocia a un saber
compartido, también llamada premisa mayor y que “no es motivo de controversia ni
duda (…) las argumentaciones que se basan en una premisa mayor discutible son ya
formalmente defectuosas.”9 La premisa mayor se basa en estudios precedentes, en
conocimientos constituidos, en referentes teóricos.
El otro tipo se denomina premisa menor o saber particular, de naturaleza empírica, que
suele apoyarse en datos o informaciones y que por su carácter empírico, no alcanza la
solidez de la premisa mayor. No obstante, las premisas menores adjudican al
argumento una cualidad específica, ya que el sujeto las incorpora como resultado de un
acto reflexivo e interpretativo.
Quiere decir entonces que la construcción de argumentos es la interrelación de
premisas generales de saberes ya constituidos y por tanto de carácter teórico y
premisas empíricas asociadas a datos o experiencias relacionadas con las ideas que se
defienden. Ello permite afirmar que esas ideas deben conllevar a una conclusión o
contenido que antes no se poseía, de ahí su valor propositito y crítico.
El proceso de elaboración de ideas para ser convenientemente argumentadas, implica
un ejercicio reflexivo, de razonamiento y elaboración de juicios, el cual fortalece el valor
intelectual de la creación humana. Ese proceso intelectual conlleva a la sistematización
como proceso lógico que desarrollan los sujetos en relación con la organización,
secuenciación y jerarquización de conceptos a través de la reflexión. (Fig. 3)
9
Leticia Rodríguez.: Op. Cit. P: 17
Fig. 3: Proceso de conceptualización
Identificar conceptos, enlazarlos coherentemente para construir ideas y fundamentarlos
empírica y teóricamente a través de las premisas, conlleva un complejo proceso de
análisis que se sintetiza en la explicación de los argumentos, todo lo cual puede ser
lógicamente fundamentado a través de la sistematización de conceptos. Es la
sistematización la que permite revelar la esencia del objeto, reflejar sus nexos, sus
conexiones internas, para superar lo descriptivo y lo meramente expositivo. Es decir
que el proceso de sistematización es el resultado de conceptualizar y argumentar ideas
en torno a un objeto de estudio para poderlas explicar coherentemente, revelando las
relaciones fundamentales. (Fig. 4)
10
Eliana Cárdenas: Problemas de Teoría de la Arquitectura. P:151.
11
Idem. P: 154
Fig. 5: Construcción de las ideas fundamentales de un proyecto de arquitectura o urbanismo
12
Sergio Baroni: Temas. Encuentro sobre Arquitectura Cubana.
siguientes se muestran fragmentos de las explicaciones que acompañan las
publicaciones de referencia.
José A. Choy y Julia León. Revista Arquitectura Cuba, No. 376, 1997.
Hotel Santiago. Santiago de Cuba. 1991
“Quisimos hacer un edifico figurativo que superara la abstracción que las tecnologías
empleadas pudieran presuponer. Se buscó la identidad como experiencia cultural y de
una arquitectura significativa apoyada en la tradición, que tuviera en cuenta el valor
identificador de las arquitecturas de techos metálicos de la ciudad, las estructuras de
los centrales azucareros y los almacenes del puerto.
Una reflexión que integra tanto la tradición clásica de la arquitectura cubana como la
libertad compositiva en el uso de los elementos vernáculos. Es por eso que las
cubiertas, la composición volumétrica compleja, la utilización de diferentes pieles como
alterativas expresivas del alojamiento, la integración de la plástica al diseño interior y el
uso intenso del color, intentan encontrar la síntesis entre la memoria arquitectónica de
la ciudad y lo contemporáneo, entre lo culto y lo popular.”