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Algunas veces pueden aparecer otros síntomas como irritabilidad, cambios en el estado
de ánimo, letargia, alteración del sueño,
dificultad de la concentración, disminución del rendimiento laboral, bostezos y
activación fisiológica moderada.
Estos síntomas suelen aparecer 12-24 horas tras el último consumo de cafeína. Se ha
considerado, además, que la cafeína
puede estar implicada en algunos trastornos de ansiedad y del sueño.
1.Inquietud
2. nerviosismo
3. excitación
4. insomnio
5. rubefacción facial
6. diuresis
7. alteraciones digestivas
8. contracciones musculares
9. logorrea y pensamiento acelerado
10. taquicardia o arritmia cardíaca
11. sensación de infatigabilidad
12. agitación psicomotora
La cafeína aumenta la percepción del estado de alerta/vigilia (44), así como la del
humor y el bienestar.
Parece que de estas funciones la más afectada es la del sueño; algunos reportes
señalan que concentraciones bajas, 40-60 mg, mejoran el desempeño general, y otros
muestran que cantidades superiores a los 200 mg de cafeína prolongan el inicio del
sueño, empeoran la calidad percibida del sueño y acortan su duración, pero preservan
sus fases.
Aunque algunos han sugerido que la cafeína previene o restaura las pérdidas de la
memoria y mejora el rendimiento cognitivo, otros sugieren que estos beneficios se
relacionan más con el alivio de los síntomas de abstinencia que puede producir esta
sustancia. A pesar del debate existente al respecto, estudios epidemiológicos han
mostrado que el consumo de cafeína se ha asociado con un riesgo significativamente
más bajo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas tales como las demencias y
la enfermedad de Alzheimer.
Esta evidencia es contradictoria puesto que otras referencias citan a la cafeína como
un posible desencadenante de migrañas. Además, algunos estudios en humanos
apuntan a que la cafeína pueda tener un papel neuroprotector en la enfermedad de
Parkinson; se ha encontrado que personas que no ingieren café habitualmente tienen
un riesgo más elevado de presentar esta enfermedad, y que este riesgo es
inversamente proporcional a la dosis , a pesar de esto, falta más evidencia científica al
respecto.
referncias