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Adiccion a la cafeina y energizantes

Diagnostico del area sindromica de la adiccion a la cafeina y estimulantes

Su uso crónico se asocia, frecuentemente, con fenómenos de dependencia


y tolerancia de intensidad moderada, observándose clínica abstinencial tras la
interrupción del consumo.
Se considera clínicamente significativo el cuadro producido por el consumo agudo o
crónico de
cafeína, denominado cafeinismo y se considera que este trastorno puede aparecer con
consumos de más de 250mg/d

La sintomatología característica de la intoxicación por cafeína incluye: inquietud,


nerviosismo,
excitación, alteraciones del sueño, cambios del humor, pensamiento y lenguaje
acelerado, rubefacción facial, diuresis,
molestias gastrointestinales, contracciones musculares, taquicardia o arritmia cardiaca,
unidos a períodos de gran
actividad motora o agitación psicomotriz.

Las personas consumidoras crónicas que han desarrollado tolerancia


tras la retirada del consumo presentan de forma muy frecuente cefaleas, mareos y
fatiga.

Algunas veces pueden aparecer otros síntomas como irritabilidad, cambios en el estado
de ánimo, letargia, alteración del sueño,
dificultad de la concentración, disminución del rendimiento laboral, bostezos y
activación fisiológica moderada.

Estos síntomas suelen aparecer 12-24 horas tras el último consumo de cafeína. Se ha
considerado, además, que la cafeína
puede estar implicada en algunos trastornos de ansiedad y del sueño.

Los trastornos inducidos por cafeína (transtorno de ansiedad


Cinco (o más) de los siguientes signos, que aparecen durante o poco tiempo después del
consumo de cafeína:

1.Inquietud
2. nerviosismo
3. excitación
4. insomnio
5. rubefacción facial
6. diuresis
7. alteraciones digestivas
8. contracciones musculares
9. logorrea y pensamiento acelerado
10. taquicardia o arritmia cardíaca
11. sensación de infatigabilidad
12. agitación psicomotora

Trastornos inducidos por cafeína

Intoxicación por cafeína


Trastorno de ansiedad inducido por cafeína
Trastorno del sueño inducido por cafeína

La cafeína aumenta la percepción del estado de alerta/vigilia (44), así como la del
humor y el bienestar.

Parece que de estas funciones la más afectada es la del sueño; algunos reportes
señalan que concentraciones bajas, 40-60 mg, mejoran el desempeño general, y otros
muestran que cantidades superiores a los 200 mg de cafeína prolongan el inicio del
sueño, empeoran la calidad percibida del sueño y acortan su duración, pero preservan
sus fases.

Aunque algunos han sugerido que la cafeína previene o restaura las pérdidas de la
memoria y mejora el rendimiento cognitivo, otros sugieren que estos beneficios se
relacionan más con el alivio de los síntomas de abstinencia que puede producir esta
sustancia. A pesar del debate existente al respecto, estudios epidemiológicos han
mostrado que el consumo de cafeína se ha asociado con un riesgo significativamente
más bajo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas tales como las demencias y
la enfermedad de Alzheimer.

También se ha sugerido que la cafeína pudiera tener un efecto aditivo en la analgesia,


ya que cuando se acompaña de acetaminofén reduce las dosis necesarias de este
fármaco para controlar el dolor. Para el caso de las cefaleas, algunos sugieren que la
cafeína mejora los síntomas de la migraña por sus propiedades vasoconstrictoras en el
sistema nervioso central; en cuanto a las cefaleas tensionales, en las que no hay
cambios vasculares, se sugiere que la mejoría producida por la cafeína debe ser por un
mecanismo diferente.

Esta evidencia es contradictoria puesto que otras referencias citan a la cafeína como
un posible desencadenante de migrañas. Además, algunos estudios en humanos
apuntan a que la cafeína pueda tener un papel neuroprotector en la enfermedad de
Parkinson; se ha encontrado que personas que no ingieren café habitualmente tienen
un riesgo más elevado de presentar esta enfermedad, y que este riesgo es
inversamente proporcional a la dosis , a pesar de esto, falta más evidencia científica al
respecto.

En contraste, el consumo de cafeína se ha asociado con eventos psiquiátricos


indeseados, principalmente ansiedad, la cual se relaciona con el consumo de
cantidades elevadas de esta sustancia, o inclusive de cantidades bajas en individuos
que reportan sensibilidad a sus efectos, en estos últimos la sola ingestión de una taza
de café (80-110 mg de cafeína) puede inducir ataques de pánico, e incluso, se ha
descrito como disparador de crisis en pacientes que sufren de este trastorno de base.
Los consumidores infrecuentes parecen ser más sensibles a sus efectos ansiogénicos
que quienes la consumen habitualmente. Estos individuos muestran una tendencia a
reducir o dejar de consumirla por sus efectos no placenteros

referncias

Manrique, C. I., Arroyave-Hoyos, C. L., & Galvis-Pareja, D. (2018). Bebidas cafeínadas


energizantes: efectos neurológicos y cardiovasculares. Iatreia, 31(1), 65-75.
Bobes, J., Casas, M., & Gutiérrez, M. (2011). Manual de trastornos adictivos. Recuperado
de http://www. adamedfarma. es/wp-content/uploads/2012/02/doc_
productos/d_pro_44_87. pdf.

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