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TIPOS DE JUSTICIA La Justicia legal o general: tiene como objeto el bien común,

razón por la que hemos dicho regula las relaciones de los particulares con la
sociedad. Hay que tener en cuenta que aquello a lo que estamos obligados por ley en
relación con los demás, se deriva de la naturaleza del bien común, y no del
conjunto de preceptos positivos que se recogen en las leyes y códigos; y nos
referimos a la ley natural; ya que, ninguna acción humana puede tener un fin que
contradiga al bien común, dado que somos seres sociales. La justicia distributiva:
regula las relaciones del bien común de la sociedad con los particulares. En ningún
caso esta forma de justicia obliga a la distribución del bien común –puesto que, o
no existiría como tal, o lo reduciríamos a una cuestión sólo material-. Este tipo
de justicia obliga a que, en caso de que haya que distribuir un bien común entre
los miembros de una sociedad, dicho reparto sea proporcionado a los méritos de los
beneficiarios, del mismo modo que la contribución de estos al conjunto ha de ser
proporcional a sus posibilidades. Es así como regula simplemente el modo en que se
ha de distribuir ese bien común, no la cantidad material del mismo, que compete a
la justicia legal. La justicia conmutativa: también se denomina “justicia
inorgánica”. Rige las relaciones entre personas particulares, pues es la virtud que
inclina a una persona a ceder a otra persona lo que le pertenece. La palabra
“conmutativa” deriva del término latino “commutatio”, que significa “intercambio”.
Este tipo de justicia se aplica, sobre todo, en contratos y compraventas. Se
establece en la línea de los contratos privados, buscando la igualdad entre lo que
se da y lo que se recibe. Lo justo en las situaciones que se derivan de la
aplicación de la justicia conmutativa es dar y recibir lo igual por lo igual, sin
atender a las capacidades o condiciones subjetivas de las personas, usurpar sus
derechos o quitarle algo. Las principales faltas contra la justicia conmutativa son
el robo, el fraude y la injusta damnificación. La deuda de justicia conmutativa es
exacta, como el precio de un bien en el mercado, ni más ni menos. Por ello,
Aristóteles también la denomina “justicia aritmética”. Esta forma es la que con
mayor exactitud muestra el concepto de justicia. El hombre tiene capacidad y
derecho de poseer y servirse de las cosas para su utilidad, pero no debe poseer los
bienes exteriores como propios, sino que debe La justicia vindicativa: Es la
voluntad ordenada de restablecer la justicia lesionada mediante una pena
proporcionada al delito. Es virtud propia, ante todo, del representante de la
autoridad, el cual, al imponer la pena y determinar su magnitud, no puede tener
otra finalidad que el fomento del bien común, el orden y la seguridad pública, la
confianza general en la justicia y, a ser posible, también la enmienda del
culpable. Pero es también virtud de los subordinados, por la que exigen el castigo
del crimen no por venganza sino por verdadero celo por la justicia y el bien común.
Esta virtud lleva al culpable a someterse a la pena merecida, en espíritu de
reparación.
Justicia retributiva: es una teoría de la justicia -y más en concreto una teoría de
la pena- que sostiene que el castigo proporcional es una respuesta moralmente
aceptable a la falta o crimen, independientemente de que este castigo produzca o no
beneficios tangibles. En ética y derecho, el "principio de proporcionalidad de la
pena” afirma que la severidad de la pena debe ser razonable y proporcional a la
gravedad de la infracción. El concepto está presente en la mayoría de las culturas
del mundo. La justicia correctiva o rectificatoria: es aquélla que restaura una
situación equitativa al revertir una ilegalidad. En la Ética a Nicómaco (libro V,
capítulo III), Aristóteles define a la justicia correctiva como aquélla que tiene
lugar cuando un ciudadano ha "cometido una injusticia contra otro, o cuando una de
las partes ha provocado un daño y otro lo ha sufrido.

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