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VIDA COTIDIANA ESPAÑOLA

Ruth Toledano

Si él trabaja por hacerse un hueco en el ámbito laboral tiene una ambición


legítima; ella es una trepa. Si él defiende sus criterios con convicción o
vehemencia tiene carácter; ella es una histérica. Si él accede a determinados
ámbitos se debe a sus buenas relaciones; ella es una enchufada. Si él sale de
casa por la mañana y regresa bien entrada la noche está muy ocupado; ella
desatiende el hogar. Si él dedica más tiempo a su profesión que a sus hijos se
está labrando un puesto en la sociedad; ella es una mala madre. Si él mantiene
un nivel de exigencia con sus compañeros o subordinados tiene gran
capacidad de organización; ella es una mandona. Si él muestra su desacuerdo
ante sus superiores es una persona crítica; ella es conflictiva. Si él tiene éxito
en los negocios es un hombre inteligente; ella es una chica lista. Si él se
adentra en terrenos vedados se está abriendo a nuevos horizontes; ella es una
intrusista. Si él alcanza un puesto de responsabilidad es que ha prosperado;
ella es que es de armas tomar. Si él no destaca en su sector es porque prefiere
mantenerse en un segundo plano; ella fracasa. Si alguien entra en el despacho
a pedir algo importante siempre se dirige a él; ella también está. […] Él es un
gourmet; ella, una comilona. Él es corpulento; ella es una gorda. Él es normal;
ella es fea. Él tiene una personalidad fuerte; ella es una bruja. Él es un
intelectual; ella escribe novelas. Él es músico; ella toca el piano. Él es
imaginativo; ella tiene la cabeza a pájaros. Él es desprendido; ella, una
manirrota. Él es sensible; ella, una cursi. Él, tierno; ella, una pegajosa. Él,
valiente; ella, imprudente. Él, templado; ella, cobarde. Él, aventurero; ella,
temeraria. Él, fuerte; ella, marimacho. Él es un maduro interesante; ella está
menopáusica. Él es independiente; ella está más sola que la una. No es de
extrañar, pues, que si él y ella realizan el mismo trabajo con idéntico
rendimiento ella gane alrededor de un 30% menos que él. Que sólo en un
6,6% de las parejas ella gane más que él. Que el nivel de desempleo de ella
esté doce puntos por encima del de él. Que la pensión de ella en la Seguridad
Social sea un 40% más baja que la de él. Que en caso de despidos salga antes
ella por la puerta de la empresa que él. Que él y ella se casen y ella deje de
trabajar fuera de casa, no él. Que ella tenga menos posibilidades de llegar a los
puestos más altos en el mundo laboral, empresarial o político que él. Que la
publicidad fomente roles discriminatorios y transmita una imagen de ella
como objeto subsidiario de él. Que si la anciana madre no puede valerse por sí
misma sea atendida por ella, no por él. Que si el niño se pone enfermo falte
ella a la oficina, no él. Que haya muchas más alumnas que alumnos en las
universidades y muchas menos catedráticas que catedráticos. Que ella no sea
promocionada internamente en la empresa por él. Que ellos supongan más del
80% de los miembros que integran los consejos de administración. Que en la
Administración Pública ellas sólo ocupen un 5% de los puestos de dirección.
Que en pleno Congreso de los Diputados el portavoz de la oposición considere
la actividad de la vicepresidenta del Gobierno como una impostura (él, acorde
con su capacidad, lo llama disfraz, que es una palabra más fácil). Y lo dice él,
que lleva pinta de constructor de provincias, de especulador de barrio, de
trapichero con ínfulas. De esos que llaman señoras a las mujeres.

EL PAÍS 17-3-2006

1.- Resuma el contenido del texto.

En este artículo de opinión se pone de relieve cómo la sociedad española


actual valora de manera diferente los mismos comportamientos, dependiendo
de si los realiza un hombre o una mujer, por lo que la consecuencia lógica de
esa absurda situación es que los sueldos y pensiones de las mujeres son más
bajos que los de los hombres, y que ellas sean las más sacrificadas en el
cuidado de la familia.

2.- Señale el tema, la tesis y los argumentos. Justifique la clase a la que estos
pertenecen.

a. el tema, la tesis y los argumentos.

TEMA: desigualdad entre hombres y mujeres.

TESIS: en el texto se critica la desigualdad entre hombres y mujeres, que es la


causa de que estas trabajen menos que los hombres y ganen menos dinero
que ellos, desempeñando los mismos trabajos. Podría aparecer en todo el
tercer párrafo, pero la clara ironía que en él existe nos hace pensar más bien en
una tesis implícita, que, por tanto, no aparece con claridad en ningún lugar del
texto, sino que el receptor deduce tras haber realizado la lectura.

ARGUMENTOS: a pesar de que a lo largo del tercer párrafo la autora emplea


argumentos racionales y basados en datos objetivos (cuya procedencia no se
consigna, pero de cuya certeza en ningún momento duda el lector), sin
embargo, los ha utilizado en frases que son tremendamente irónicas (encabeza
el último párrafo con un “no es de extrañar que…”), por lo que el componente
afectivo es bastante fuerte. Del mismo modo, esa ironía aparece desde el título
del texto (“Vida cotidiana española”) y en los dos primeros párrafos (en los
que los argumentos afectivos son los predominantes), por lo que, a pesar de
emplear en ese último párrafo hay datos objetivos, predomina la subjetividad
de la autora. Los datos que se proporcionan son consecuencia de lo
mencionado en los dos primeros párrafos, y ponen de relieve cómo,
absurdamente, valora la sociedad de distinta forma lo mismo, dependiendo de
si lo realiza un hombre o una mujer. Por tanto, podemos considerar que esos
argumentos se basan en un principio ético, ya que la diferente consideración
entre hombres y mujeres no se sustenta en nada sólido, sino en meros
prejuicios, y en una visión machista de la sociedad, que es la que a lo largo de
todo el texto se pretende criticar.

3. Mencione tres mecanismos de distinto tipo que contribuyan a la cohesión


del texto.

En primer lugar, podemos analizar cómo están utilizadas las personas


gramaticales en el texto: a pesar de que hay un claro predominio de las
terceras personas (en los dos primeros párrafos, casi únicamente aparecen “él”
y “ella”, que sirven para acentuar el contraste entre hombre y mujer), en el
tercer párrafo, sin embargo, aparecen con ese valor más objetivo que
mencionábamos en el apartado anterior, si bien filtrado por las valoraciones
personales de la autora, ya que todo ese último párrafo depende de la
expresión que aparece en la línea 22 (“No es de extrañar…”) que funciona
como proposición principal de las numerosas subordinadas sustantivas de
sujeto que en él encontramos, encabezadas por la conjunción “que”.

Observamos, por tanto en ese tercer párrafo la elipsis de esa expresión que se
sobrentiende, y que permite emplear al autor el paralelismo, ya que repite de
forma insistente la misma estructura sintáctica encabezada por la conjunción
“que”. El paralelismo está presente a lo largo de todo el texto, también en los
dos primeros párrafos, en los que aparece una marcada antítesis entre “él” y
“ella”, para destacar lo absurdo que es que el mismo hecho se valore de forma
diferente, dependiendo de si es un hombre o una mujer quien lo realiza. Lo
encontramos, además, en todo el primer párrafo en todas las oraciones que
comienzan por la conjunción condicional “si”, seguida del pronombre
personal “él”, la visión positiva de la sociedad referida al comportamiento del
hombre, un nexo adversativo que se sobrentiende después del punto y coma,
el pronombre personal “ella” y la visión negativa de la sociedad del
comportamiento de la mujer.

En el plano léxico, observamos, además, cómo a la mujer suele aplicarle


palabras o expresiones coloquiales (“una trepa” –l.2-; “una histérica” -3-, “una
enchufada” -4-, etc.), mientras que al hombre se le aplican palabras o
expresiones más formales (“tiene una ambición legítima” -1-, “se está
labrando un puesto en la sociedad” – 6-, etc.). Lo mismo continúa en el
segundo párrafo. En el tercero, entre las líneas 25 y 27 aparece una crítica
sarcástica, en la expresión “dejar que la mujer salga antes por la puerta”, lo
que, tradicionalmente, se considera de buena educación, pero aquí, hablando
de la puerta del despido, de nuevo es algo negativo. Sólo en las últimas frases
del texto (líneas 38-39) es cuando esas expresiones coloquiales las dirige al
hombre, una vez ha descalificado la visión sexista de la sociedad. Esta mezcla
de esos dos registros del lenguaje (cuidado y de connotaciones positivas, en lo
referido al hombre; coloquial y de connotaciones negativas en lo que respecta
a la mujer) es algo característico del texto. Aparece un solo extranjerismo en
el texto, “gourmet” (línea 15) aplicado al hombre; es un galicismo que se
utiliza porque actualmente consideramos la cocina francesa como la más
refinada, por lo que acentúa el contraste entre “él” y “ella”, a la que la
sociedad considera, sin ningún tipo de refinamiento “una comilona”.
Coloquiales también son algunas expresiones que aparecen en el texto, como
“es de armas tomar” (líneas 11-12), “tiene la cabeza a pájaros” (línea 17),
“lleva pinta de” (línea 38), o “trapichero con ínfulas” (línea 39).

Por otra parte, puede apreciarse cómo a lo largo del texto, siempre que se
repiten las palabras “él” y “ella”, aparece antes la primera, lo que podría ser
muestra de cómo la sociedad da prioridad al hombre respecto a la mujer, cosa
que es criticada en el texto; también podría explicarlo el hecho de que tiene
más fuerza la antítesis si antes se pone la visión positiva (que es la que se
aplica a “él”) que la negativa, que es la que se aplica a “ella”. Además, en el
segundo párrafo, las oraciones comienzan por “Él”, que, incluso, aparece con
letra mayúscula; podría ser casual, o bien servir para acentuar esa mayor
importancia que la sociedad da a los hombres respecto de las mujeres.

4. Exprese su opinión sobre el tema del texto, de forma breve y razonada.

Creo que la autora ha abordado en su artículo un tema que, desgraciadamente


está de actualidad con más frecuencia de lo que sería deseable, y que tiene
gran importancia, ya que cualquier tipo de discriminación creo que es
rechazable. Incluso, la llamada “discriminación positiva”, que consiste en dar
prioridad en el mercado laboral a las mujeres respecto de los hombres, no es
más que otro tipo de discriminación, con la que, también debemos acabar.
Creo que en el ámbito laboral la sociedad debiera ver personas, no hombres o
mujeres, y que ocupen los puestos de trabajo las personas más capacitadas: tan
absurdo sería dejar a una mujer fuera de un puesto de trabajo, si ella es la más
capacitada, para que ese puesto lo ocupe un hombre, como dejar fuera a un
hombre (si es el más capacitado) para que su puesto lo ocupe una mujer.

En cuanto a la actualidad del tema, aspecto que acabamos de mencionar,


observemos que el artículo tiene más de diez años, pero, sin embargo, los
datos que recientemente han aparecido en los

medios de comunicación son los mismos que encontramos en las líneas 22-23:
por desempeñar el mismo trabajo una mujer percibe en nuestro país un 30%
menos de sueldo que un hombre.

Debemos acabar con cualquier discriminación, sea del tipo que sea.
5.- Divide en monemas las siguientes palabras. Indica de qué clase es cada
monema y, en función de ello, de qué clase es la palabra resultante. Indica
además a qué parte de la oración (determinante, adjetivo, nombre, verbo, etc.)
pertenece cada una de esas palabras: subordinados (línea 7), personalidad
(línea 16), marimacho (línea 20), vicepresidenta (línea 36).

6.- Extrae las perífrasis verbales que encuentres en el texto. Indica en qué
línea aparece cada una de ellas y clasifícalas de la manera más completa
posible.

7.- Extrae los pronombres que encuentres en el texto, entre la línea 1 y el


punto de la 5. Indica en qué línea está cada pronombre, de qué clase es y qué
función sintáctica desempeña.

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