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Normativa EURO, la normativa europea sobre

emisiones
Muchos conductores ya se están preguntando qué deparará la Normativa EURO 7 que,
pese a no haber sido formulada todavía, ya que sigue vigente la Normativa EURO 6,
ahora en su fase C, pero con la D en el horizonte, ya ha sufrido diversas intervenciones,
añadidos y correcciones. Por eso es normal que dueños de vehículos diésel o coches
antiguos se estén cuestionando hasta cuándo podrán circular con ellos.
La normativa europea sobre emisiones tiene un objetivo muy claro, reducir estas
en los próximos años para evitar una mayor contaminación del aire. Así pues, la
parte concerniente a los vehículos tiene una importancia vital, especialmente en los más
antiguos, considerados más contaminantes, y es que algunos países ya se plantean la
prohibición de su circulación por sus urbes y ciudades más pobladas y contaminadas.
Índice del artículo
 Qué es la Normativa EURO
 Historia de la normativa EURO, la normativa europea sobre emisiones contaminantes
 Las emisiones de los vehículos
 Versiones de las normativas EURO desde su versión 1 hasta la actual
 Normativa EURO 6
 Normativa EURO 7

Qué es la Normativa EURO


Para conocer mejor la normativa europea sobre emisiones, lo mejor es describir
exactamente qué es la Normativa EURO y analizarla en profundidad, desde su origen e
historia hasta su espíritu y futuro.

De momento, desde la Normativa EURO 0, se han legislado un total de siete, hasta la


Normativa EURO 6, la actual y vigente, que ya ha sufrido diversas modificaciones en
sus escritos y edictos actuales.
Al referirnos a esta normativa, nos estamos centrando en las diversas legislaciones que
ha puesto en marcha la Unión Europea desde 1988 para reducir las emisiones
contaminantes de los vehículos que se fabrican y se comercializan en el territorio
de los países que forman la UE, tanto en el siglo XX como en los que se han unido
durante el siglo XXI y los que podrían hacerlo próximamente.
Historia de la normativa EURO, la
normativa europea sobre emisiones
contaminantes
Como hemos comentado, la normativa EURO nace en 1988 bajo la calificación de 0.
Desde entonces, se ha centrado en la regulación de las emisiones de los vehículos
comercializados en el seno de la UE.

Esta normativa de obligado cumplimiento se centraba ya desde sus inicios en elementos


de los vehículos como los catalizadores, los filtros de partículas o los
catalizadores SCR. Eso sí, desde la EURO 0, que ahora cumple 30 años, ha llovido
mucho, como se dice popularmente, ya que cada vez se ha ido legislando de una
forma más exigente con los vehículos. Como ejemplo:
 La EURO 1 de 1992 ya introdujo la obligada instalación de catalizadores.
 La EURO 5 obligó a los vehículos diésel a instalar filtros de partículas.
 La EURO 6 obliga a introducir catalizadores SCR con AdBlue para los coches
diésel.
 Y ahora, incluso ha ampliado restricciones la EURO 6C, la tercera fase de la
última revisión de la normativa, que reduce dramáticamente la emisión de cinco
contaminantes potencialmente muy peligrosos para la salud humana: el dióxido de
carbono, el CO2, el NOx, los hidrocarburos no quemados conocidos como
HC y las PM, es decir, las partículas en suspensión.
Las emisiones de los vehículos
Ya hemos visto que la normativa EURO nace en 1988, aunque sus restricciones
comienzan a hacerse más visibles a partir de 1992. ¿A qué se debe? A que antaño,
nunca se había tenido en cuenta la peligrosidad de las emisiones
contaminantes expulsadas a la atmósfera por parte de los vehículos que se
fabricaban.
La primera toma de conciencia llega en los años 60. En Los Angeles, EEUU, se
produce el fenómeno conocido como smog fotoquímico al dispararse la venta de
vehículos privados. La emisión de gases a la atmósfera es ingente, según las diversas
investigaciones.
Desde entonces, los intentos por reducir emisiones en el parque automovilístico son
constantes, especialmente desde la década de los 80. Hasta ese momento, la
alimentación de combustible usaba carburación, o sea, inyección mecánica. A partir
de ahí, se introducen mejoras como la cámara de combustión.
Más adelante, y ya en nuestros tiempos, nacerán las etiquetas medioambientales que
pretende clasificar los vehículo según el grado de contaminación que producen y que en
base a esa clasificación se podrá restringir el tráfico en determinadas zonas de las
ciudades.
Versiones de las normativas EURO desde
su versión 1 hasta la actual
Así pues, también fue en los años 80 cuando la normativa, en un mundo cada vez más
consciente de que no puede seguir contaminando a ese ritmo, empieza a legislar al
respecto para reducir las emisiones de sus vehículos. Nace la Normativa EURO.

Pese a que ve la luz en 1988, la primera gran ‘criba’ de la Normativa EURO se produce
en 1992. Este es el año en que se obliga realmente a reducir emisiones a vehículos
diésel y gasolina con la implantación del catalizador para reducir y transformar los
gases de combustión del vehículo.
No obstante, esta entrada en vigor no estuvo exenta de riesgos y polémicas. La
volatilidad de la gasolina, por ejemplo, provocaba fallos en el motor. Por ello, pronto se
elimina el plomo de las gasolinas y se sustituye por metil-terc-butil-éter, conocido
como MTBE.
Obviamente, entre 1992 y 2005, la Normativa EURO evoluciona notablemente
promulgando también la 2, la 3 y la 4 en siguientes años que, básicamente, son cada vez
más restrictivas con las emisiones.
Durante esta década se disminuye el volumen del motor para que consuma menos
combustible usando la sobrealimentación con tubos y compresores, por ejemplo. Se
añaden más marchas a las cajas de transmisión para rebajar el régimen de motor y
generar menos monóxido de carbono, etc.
Aun así, seguía sin ser suficiente, por lo que llegamos a 2009, cuando se implanta
la Normativa EURO 5. En este caso, se aborda principalmente el problema de los
vehículos diésel y las impurezas de sus partículas, difícil de eliminar. Pese a que no
son de las más peligrosas, sí que tienen más facilidad para penetrar en un organismo
vivo, por lo que los fabricantes se ven obligados a introducir en los vehículos filtros
antipartículas FAP o DPF, que retienen las partículas más sólidas en suspensión.
Normativa EURO 6
Pero, si una Normativa EURO ha sido restrictiva, esa es la VI, que ya está en su fase C,
aunque la D entrará en vigor en 2020. Se promulga en 2014 y ha sufrido ya varias
revisiones, cada cual más dura que la anterior.

Ahora, se reducen las emisiones de forma drástica, especialmente las de vehículos


diésel, por medio de uso del líquido AdBlue, que descompone las moléculas de óxido
de nitrógeno en materiales menos nocivos.
Pero el futuro se espera todavía más restrictivo. Con la Normativa EURO 6C y 6D se
pretende reducir drásticamente los cinco marcadores de emisiones más preocupantes,
que son el monóxido de carbono, los hidrocarburos, los hidrocarburos con
óxido de nitrógeno, los propios óxidos de nitrógeno y las partículas sólidas o
aerosoles.
Es evidente que se busca limitar drásticamente las emisiones, pero también encontramos
una apuesta decidida desde la legislación vigente por el vehículo híbrido y eléctrico.
Este cambio de ciclo en vehículos, de no producirse, puede ser realmente caro para el
usuario medio, ya que los tramos fiscales de cada coche según su capacidad
contaminante se ampliarán en el impuesto de matriculación. Y es que, automóviles
con emisiones que alcancen los 120 g/km pagarán un 4,5%, los que ronden los 160
g/km suben hasta el 9,75% y los que lleguen a los 200 g/km se van hasta el 14,75%.
Normativa EURO 7
La normativa EURO 7 aún no está en vigor pero ya está haciendo temblar los pilares
que han sustentado los coches diésel desde su nacimiento. Esta nueva normativa, que se
espera entre en vigor en 2020, es según algunos expertos la más temida por todos los
fabricantes y que se espera que sentencie definitivamente la fabricación de
motores diésel.
Queda muy claro que las marcas, tal como ha hecho Ford, deben apostar decididamente
por las nuevas tecnologías de hibridación y electrificación de vehículos
invirtiendo en sus nuevos modelos para estar al nivel requerido por la normativa
europea de emisiones. De lo contrario, los impuestos serán excesivamente lesivos para
los clientes que, por su lado, cada vez reclaman vehículos más limpios y respetuosos
con el planeta.

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