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LA MUJER DE NEGRO

Descripción: Carol se divierte espiando a la vecina del apartamento contiguo, hasta que
una tarde, recibe la más aterradora de las visitas.
Personajes: Carol, Daniela, Mujer de negro, Vendedora, Pareja
PRIMER ACTO
Carol y Daniela, dos muchachas de preparatoria, se encuentran mirando la televisión en el
apartamento de la primera.
Daniela: ¿Segura que tu mamá volverá hasta tarde, Carol?
Carol: Sí, boba. Ya te he dicho que hoy sale hasta tarde del trabajo. Casi nunca está aquí,
de todos modos.
Ambas se sobresaltan al escuchar un ruido en la pared. Suena como si alguien estuviera
golpeando algo con un martillo.
Daniela: Ya está otra vez, no sé cómo aguantas esto. ¡Es la tercera vez que se escuchan
esos ruidos! Deberías decirles a tus vecinos que se calmen.
Carol: Vecina, querrás decir. Al lado únicamente vive una mujer muy extraña.
Daniela: ¿Cómo de extraña?
Carol: Siempre viste de negro, usa lentes oscuros y se tapa la cara con una bufanda, incluso
si hace calor. Es siniestra.
Daniela: Ya, claro.
Carol: ¡En serio! Mira Daniela, te voy a enseñar algo. Pega tu oído a la pared y guarda
silencio.
Las dos se ponen a escuchar y los sonidos paran de repente.
Carol (susurrando): Sabe que la estamos escuchando.
Daniela (riendo en voz baja): ¿Entonces por qué susurras?
Carol (gritando): ¡Sabemos que estás ahí, solterona amargada! ¡Déjanos ver nuestra
película!
Las dos sueltan una carcajada.
SEGUNDO ACTO
Esta vez, Carol se encuentra sola mirando la televisión. Está vestida con ropa distinta. Un
par de martillazos resuenan en la pared y ella bufa.
Carol: ¡Ya cállate, maldita loca! ¡A ver cuando te dejas de dar martillazos!
Los ruidos se detienen. Un instante después vuelven a escucharse… en la puerta de Carol.
Carol: ¡¿Pero qué demonios?!
Los martillazos van aumentando en fuerza y velocidad, hasta parecer que van a derrumbar
la puerta. Carol se mueve nerviosa en el sofá. De pronto los golpes cesan… y un último
martillazo es descargado, abriendo la puerta por completo. Una tenebrosa mujer, vestida
de negro y con el rostro cubierto, avanza hacia la muchacha con su martillo en una de sus
manos enguantadas.
Carol: ¡¿Qué hace aquí?! ¡¿Qué quiere?!
La mujer no responde, si no que avanza hasta ella lentamente.
Carol: ¡Por favor, por favor, márchese! ¡Lo siento! ¡Por favor!
Carol grita de terror y es acorralada en un rincón por la intrusa, quien solo levanta el martillo
en alto.
TERCER ACTO
La puerta del apartamento, que ahora está deshabitado, se abre y entran en escena una
vendedora de bienes raíces y una pareja joven.
Vendedora: Aquí estamos, miren con atención. El lugar es muy espacioso y está bien
iluminado. La inquilina anterior acaba de mudarse y lo dejó como nuevo.
Chica: ¿Por qué se mudó?
Vendedora: No me enteré muy bien, algo relacionado con su hija… pero nada por lo cual
preocuparse. ¿Les gusta el piso?
Joven: Nos encanta.
Unos ruidos extraños se hacen presentes a través de la pared.
Chica: ¿Qué es eso?
Vendedora: Oh, solo es la vecina. Tranquilos, no los molestará en absoluto. Vive sola y a
veces es un poco excéntrica, pero seguro podrán entenderse.
Joven: Amor, creo que nos encantará vivir aquí.
FIN

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