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También conocido como perlitización. Este tratamiento consiste en llevar material a temperatura
de austenización y mantenerlo cierto tiempo, permitiendo que la austenita se sature de carbono
para posteriormente, durante el enfriamiento se produzca la transformación perlítica, de la cual se
mencionara más adelante.
Con el normalizado se puede pasar de una fundición con matriz ferrítica, grado ASTM 60-40-18 a
una fundición con matriz perlítica, grado ASTM 100-70-03. Esto implica que para una misma
composición química y dependiendo del tratamiento térmico efectuado, obtenemos diferente
matriz y por tanto, diferentes propiedades mecánicas.
Según el tipo de aleación se obtienen diversos resultados. En el caso de los aceros con bastante
contenido en carbono y mucha templabilidad, este tratamiento puede equivaler a un temple parcial,
donde aparezcan productos perlíticos y martensíticos.
Para aceros con bajo contenido de carbono no aleados no existe mucha diferencia entre el
normalizado y el recocido.
Cuando se trata de aceros de contenido medio en carbono (entre 0.3 – 0,5%C) la diferencia de
propiedades es mayor que en el caso anterior; en general, el proceso de normalizado da más dureza.
Modo de realización
El propósito de la normalización es producir un acero más duro y mas fuerte que el obtenido por
recocido total, manera que para algunas aplicaciones la normalización pueda ser un tratamiento
térmico final. Por tanto, para aceros hipereutectoides, es necesario calentar por encima de la línea
Acm a fin de disolver la red de cementita. La normalización también puede utilizarse para mejorar
la maquinabilidad, modificar y refinar las estructuras dendríticas de piezas de fundición, y refinar el
grano y homogeneizar la microestructura para mejorar la respuesta en las operaciones de
endurecimiento.
El incremento en la rapidez de enfriamiento por aire cuando se compara con el enfriamiento por
horno afecta en varias formas la transformación de la austenita y de la microestructura resultante.
Como ya no se enfría en condiciones de equilibrio, el diagrama hierro-carburo de hierro no puede
utilizarse para predecir las proporciones de ferrita y cementita y perlita proeutectoide que existirán
a temperatura ambiente. Hay menos tiempo parar la formación de la constituyente proeutectoide;
en consecuencia, habrá menos ferrita proeutectoide en los aceros normalizados hipoeustectoides y
menos cementita proeutectoide en los aceros hipereutectoides en comparación con los aceros
recocidos.
En caso de perlita normalizada media, las placas de cementita más próximas entre sí tienden a
endurecer la ferrita de modo que no cederá tan fácilmente, aumentando asi la dureza. Si la perlita
recocida gruesa tiene una dureza Rockwell C 10 aproximadamente, entonces la perlita normalizada
media será Rockwell C 20 aproximadamente. El enfriamiento fuera del equilibrio también cambia el
punto eutectoide hacia un contenido de carbono más bajo en los aceros hipoeutectoides y hacia un
contenido de carbono más alto en aceros hipereutectoides. El efecto neto es que la normalización
produce una estructura de perlita más fina y más abundante que la obtenida por recocido, lo cual
resulta en un acero más duro y más fuerte.
Temperatura de austenización:
La temperatura del normalizado debe está por encima de la temperatura critica del acero. La
temperatura critica en el caso más común para los aceros, esta temperatura critica se le conoce
como Acm para aceros hipoeutectoides y AC3 para aceros hipereutectoides. Esta temperatura
también se le conoce como temperatura de austenización.
La temperatura debe estar entre 37.77C hasta 100C por encima de la temperatura critica. El valor
exacto no es de mucha importancia. Esta parte del proceso es idéntica para aceros tanto para
hipereutectoide como hipoeutectoides.
Tiempo:
Existen reglas empíricas que sugieren tiempos en temperatura de austenización de por lo menos 1
hora + 1 hora por pulgada de espesor de la pieza. Estas reglas tienden a ser acertadas en los casos
más básicos como barras y plantinas, pero su confiabilidad disminuye rápidamente con la
complejidad de la pieza. La velocidad con la cual se calienta la pieza es de menor importancia la
escala atómica, pero los esfuerzos termales pueden inducir una deformación que puede cambiar la
geometría significativamente y al igual que puede inducir rajas y quiebres.
Este tiempo generalmente se excede sin efectos negativos en el material, esto se hace para
garantizar la austenización completa de la pieza. De ser muy poco tiempo, la microestructura no
podrá tendrá la oportunidad para austenizarse por completo lo cual puede causar zonas con
diferentes microestructuras.
Enfriamiento:
La rata de enfriamiento influye significativamente la cantidad de perlita que se forma, al igual que
su tamaño y la separación de su laminación. A ratas alta de enfriamiento, se forma más perlita y las
laminaciones son más finas y compactas. El aumento en presencia de perlita y su finura da como
resultado una gran resistencia a la tensión y durezas elevadas. De forma opuesta, a ratas bajas de
enfriamiento dan como resultado partes más blandas. La complejidad de la pieza puede presentar
zonas gruesas y delgadas. Esto puede causar variaciones en la rata de enfriamiento y por ende
variaciones en resistencias y dureza. De forma similar como el caso del calentado, estas variaciones
en grosor pueden causar distorsiones y grietas en la pieza.
Típicamente el enfriamiento se hace en aire quieto donde la pieza se saca del horno y se deja enfriar.
Para muchos casos, esto sería lo suficientemente rápido para evitar la formación de ferrita.
Dependiendo de la sección de la pieza, es posible que no se pueda conseguir una velocidad
adecuada con el aire quiero. En este caso se suele utilizar abanicos que aumentan la transferencia
de calor por convección forzada en la pieza, garantizando la formación de perlita adecuada. Si aun
así el enfriamiento es muy lento, el uso de estabilizadores de perlita como el cobre, estaño níquel y
antimonio son agregado.