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Tema Gral.

El carácter que Dios desea para el varón de hoy

Tema: ¿la apatía?, ¿un estilo de vida en el varón de hoy?


El Cocuite, tlalixcoyan, Ver. A 09 de octubre de 2014

Lectura: Hechos 3:1-2

Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora


novena, la de la oración. Y era traído un hombre
cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la
puerta del templo que se llama la Hermosa, para
que pidiese limosna de los que entraban en el
templo.

1
El pecado que a mucha gente no le importa… es el pecado de la
apatía. Su definición es usado para para referirse a un estado de indiferencia, en
el que un individuo no responde a aspectos de la vida emocional, social o física.

Sus sinónimos son: indolencia, dejadez, desidia, abandono,


pereza, inercia, descuido, inactividad, ocio, indiferencia,
flojedad, desgana, blandura. La apatía es un estado anímico que se
presenta con frecuencia entre los creyentes y puede llegar a afectar incluso a
Iglesias locales enteras, destruir las Iglesias y traer grandes consecuencias
sobre las personas que la padecen. Nos puede dejar cojos por mucho tiempo
como al cojo de la iglesia de la hermosa, pasivos todo el dia deseando que nada
cambie, viviendo solo de las limosnas espirituales y esperando que otros hagan
algo.

 La Escritura define este asunto de la apatía cuando dice que


“el amor de muchos se enfriará”, que hay quienes se cansan
de hacer el bien, y de quienes su ánimo en seguida se apaga
hasta desmayar
 CAUSAS
¿Cuál es la causa de la apatía? ¿Qué causa que cristianos lleguen a ser

apáticos, sin sentimientos, sin emoción, indiferentes, fríos? ¿Qué es lo que

causa esto?

La escritura nos da luz sobre las causas de este pecado en nuestra vida.

La Discordia

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Proverbios 17:14: El que inicia la discordia es como quien suelta las aguas,
¡abandona, pues, la contienda, antes que se complique!
La palabra que se traduce “contienda” o “discordia” implica falta de
armonía, desacuerdo, lucha por la superioridad o por un puesto. La discordia, la
contienda, surge cuando uno teme que alguien se va a aprovechar de uno. La
discordia dice: tengo que pelear por lo que es mío, o simplemente porque le
hacen caso a él y a mí no.

Así que el diablo los sorprende; les envía un hermano, que parece muy
piadoso, quien se les acerca sigilosamente y les dice: “¿qué opina usted de la
decisión del pastor, líder, hermano, en cuanto a ese programa? ¿En realidad
cree usted que él tomó la decisión correcta?” y empieza a sembrar en nosotros
discordia que termina en convertirse en apatía.

La maldad
. En Mateo 24:12 dice, “por haberse multiplicado la maldad, el
amor de muchos se enfriará”. Otra causa de la apatía es la gran maldad que
hay hoy en día Oh, qué importa; por qué preocuparse por eso; sólo mira cómo
marchan las cosas en otros lugares. La gran maldad que se ve hoy día puede
causar que algunas personas lleguen a ser apáticas e indiferentes y decir, “¿vale
la pena tratar de buscar a Dios y las cosas de la Biblia, si, mira cómo va el
mundo”? no tiene caso hacer esto o aquello de todas maneras nunca cambia
nada y terminamos siendo frios y apáticos con los hermanos.

La Pérdida de Visión

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La pérdida de visión en cuanto a nuestra recompensa puede también
causar la apatía. En Gálatas 6:9 dice: “No nos cansemos, pues, de hacer bien;
porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos”. El v. 10 prosigue diciendo,
“Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a
los de la familia de la fe”. No se debe perder el enfoque de la recompensa que
vendrá. Si nuestra visión de esa recompensa se desvanece, podemos llegar a
ser apáticos, indiferentes y fríos al hecho de siempre proyectar un testimonio
fervoroso por el Señor Jesucristo.

El resultado de la apatía en el varón cristiano


1.
Encontramos una tremenda apatía hacia la Escritura. Personalmente,
creo que ese es el problema principal. En Hebreos 5:11, el escritor nos dice:
“Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os
habéis hecho tardos para oír”. El problema no era que esta gente estaba privada
de la Escritura, sino que había perdido el interés de escuchar. Había una apatía
hacia la Palabra de Dios. Alguien puede estar escuchando la Palabra de Dios
semana tras semana, estar donde es enseñada y predicada y aun así tener
apatía hacia la misma. Su pecado no le deja discernir la palabra y lo lleva a La
pérdida de responder positivamente a la Escritura. En Hebreos. 5:12 dice,
“habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche”. Ellos habían
llegado a este punto por no haberle hecho caso a la Palabra; y Ud. pudiera

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llegar a ser apático hacia la Palabra al no responder a ella cuando ésta es
predicada o enseñada.
Hay algo peor que ser cabeza dura, eso es ser corazón duro, no tener un
corazón tierno a la Palabra de Dios. Un corazón duro produce apatía.

En Hebreos 6:12, el escritor dice, “a fin de que no os hagáis


perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan
las promesas”.
Y en tercer lugar, la apatía hacia la Escritura produce una falta de reto. El escrito
dice en Hebreos 6:1, “Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de
Cristo, vamos adelante a la perfección (madurez); no echando otra vez el
fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, de la
doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los
muertos y del juicio eterno”. Hoy en dia muchos cristianos van tras las nuevas
doctrinas carismáticas, donde no existen compromisos, ni trabajo espiritual solo
un poco de ofrenda y su vida esta resuelta.

2. Hacia la Santificación
La segunda área de apatía es una apatía hacia la santificación, apatía hacia la
santidad, lo cual está resultando en que mucha gente exprese disgusto hacia la
separación, hacia las buenas normas. En I Juan 3:2-3 dice:
“Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos
de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él,
porque le veremos tal como él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él,
se purifica a sí mismo, así como él es puro”.
1 Pedro 2:9 Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación

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santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anunciéis las
virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;
Tenemos una posición especial dentro del pueblo de Dios, pero también
tenemos una grande responsabilidad anunciar la verdad, el poder, y la
misericordia de nuestro Dios y Señor.

3. Hacia el Servicio
Y la tercera área de apatía, es la apatía hacia el servicio cristiano. En I Cor.
16:15 el apóstol Pablo habla de la familia de Estéfanas que “se han dedicado al
servicio de los santos”. Y entonces en el v. 17-18 dice que “me regocijo con la
venida de Estéfanas, de Fortunato y de Acaico, pues ellos han suplido vuestra
ausencia. Porque confortaron mi espíritu y el vuestro; reconoced, pues, a tales
personas”. Muchas veces el apático critica el servicio de otros, o no da crédito a
quien se lo merece, el apóstol pablo nos enseña que el sentía verdadero
agradecimiento por sus hermanos que servían, pues eran conocido su servcio a
la iglesia y aun hicieron un gran esfuerzo por ir a visitar a pablo, de tal manera
que los recomienda,

 ¿Ha oído del candidato a misionero cojo que aplicó a cierta misión hace
un tiempo? Mientras la junta de la misión lo examinaba le preguntaron:
“¿por qué tú, cojo, tienes tanto deseo de ir al campo misionero?” Él les
dijo: “Porque no veo muchos con dos piernas interesados en ir”.

4. Hacia el Ganar Almas


Y entonces, también hay apatía hacia el ganar almas. Pasajes tales como Judas
22 y 23 que dice: “A algunos que dudan, convencedlos. A otros salvad,
arrebatándolos del fuego”. Hay una apatía hacia el ganar almas. Hay una

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indiferencia y falta de preocupación por las almas perdidas.
Historia del joven con cáncer en el hospital general cuya mama también fue salva

CONCLUSION:

Fíjese lo que dice el Señor acerca de los que son apáticos


Acompáñeme en esta lectura
Apocalipsis 3:14-19
“Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y
verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto: Yo conozco tus obras,
que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres
tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y
me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres
un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Por tanto, yo te aconsejo
que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras
blancas para vestirte, y que no se descrubra la vergüenza de tu desnudez; y
unge tus ojos con colirio, para que veas. Yo reprendo y castigó a todos los que
amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete”.

7
NUESTRA RESPUESTA AL PROBLEMA
En Apocalipsis 3:18 y 19 se nos da la respuesta a este problema de la apatía. El
Señor dice: “Por tanto, yo te aconsejo” y le da dos soluciones. Podemos
solucionar la apatía ya sea cambiando voluntariamente o recibiendo el castigo
de Dios. Podemos solucionar la apatía dominando al viejo hombre a través del
arrepentimiento y dándole aliento al nuevo hombre a través de la fe perfecta la
cual es representada en el oro refinado en fuego (v. 18) y las vestiduras blancas
(v. 18) y el ungimiento de los ojos con colirio para ver (v. 18) o por el otro lado,
podemos continuar rechazando el cambio, y el Señor nos corregirá fuertemente.
El señor Dice: “Pero por cuanto eres tibio, y no fío ni caliente, te vomitaré de mi
boca” (Apoc. 3:16).

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