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Preparación para el

Sacramento
de la
eucaristía
Manual para el Catequista

Parroquia
“Señor de Huamantanga”
- Jaén -
Sección
Sección
01
01
Viviendo en
Viviendo en Comunidad
Comunidad
Todos
01 somos amigos
1. OBJETIVOS

 Que los alumnos se conozcan entre sí y se genere en el grupo la comunicación y el compañerismo.


 Que los alumnos descubran los valores de una amistad verdadera y la alegría de tener amigos y
amigas que comparten su amistad con Jesús.

2. MOTIVACIÓN
Cuento: “Los dos amigos y el Oso”
Una vez un oso se apareció a dos amigos. Uno de ellos, lleno de miedo, se aseguró en las ramas de un
árbol. El otro, abandonado a la ventura por su amigo, se finge muerte repentina. El oso se acerca al que se
hacía el muerto, mas como esté animal, según se cuenta, de cadáveres nunca se alimenta, sin ofenderlo lo
registra, y al no sentirle el aliento, ni siquiera el menor movimiento, se marcha sin recelo, sin antes hablarle
muy cerca al oído: “de nada me sirve este alimento”.
Entonces, el que estaba en el árbol, al ver que se retiraba el oso, se desprende. Y haciendo alarde de su
amistad corre a ver a su amigo. Llega y lo abraza; le hace saber lo contento que se siente por encontrarlo
vivo. Le observa si tiene alguna lesión en el cuerpo. Luego le dice: “he notado cómo el oso te hablaba al oído
y te decía algo, ¿qué te dijo?”. Su amigo, que estaba tendido en el suelo, le respondió: “te diré lo que el oso
me ha dicho: ‘aparta tu amistad de aquella persona que, cuando te ve en el riesgo, te abandona”
Dialogar:
Si es necesario, dividir a los alumnos en varios grupos para responder las siguientes preguntas:
 ¿Quiénes son los protagonistas del cuento? ¿Qué les caracterizaba?
 ¿Qué peligro se encuentran ambos amigos?
 ¿Cuál es la reacción de los dos? ¿Qué hacen ante el peligro?
 ¿Luego que el oso se aleja, qué hace el que estaba en el árbol?
 ¿Qué le responde su amigo sobre lo que el oso le había dicho?
 ¿Crees que el que subió al árbol hizo bien al dejar abandonado a su amigo ante el peligro?
 ¿Qué es lo que NO NOS AYUDA a vivir una verdadera amistad?
(Desarrollar “Nuestra Realidad” de la ficha Nº 01)
Respuestas: Egoísmo – Mentira – Calumnia – Envidia
Desprecio – Desconfianza – Incomprensión

Seguir dialogando:
 ¿Qué crees que hubiese sido mejor hacer?
 ¿Los amigos se deben cuidar? ¿sí o no? ¿por qué?
 ¿Tienes un amigo a quién quieres mucho?
 ¿Te parece importante tener un buen amigo? ¿por qué?
 A la luz del cuento ¿Cómo debe ser un buen amigo?

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3. ILUMINACIÓN
 ¿Qué es lo que hace posible una verdadera amistad?
Leer Eclo 6,5-6.14-17
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 01 – Parte 1)

4. INTERIORIZACIÓN
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 01 – Parte 2)
La amistad verdadera, queridos amigos, es una forma de amar; un sentimiento compartido y recíproco
entre dos personas que dan y reciben amor, y a las que Jesús bendice.
Pero como nos enseña el cuento, entablar una amistad no sólo es dar y recibir afecto, sino sentir que la
otra persona llegue a ser tu hermano. Ello significa que tu amigo se tiene que convertir en la persona indicada
con la que vas a compartir no sólo tus secretos, sino también tus cosas.
Para Jesús la amistad tiene mucha importancia. Él sabía que el amigo fiel es sólido refugio; que no tiene
precio; que aquel que lo encuentra, ha hallado un tesoro.
Jesús reúne a un grupo de amigos, a quienes les revela sus más íntimos secretos, les da un mensaje de
bondad y les habla del amor de Dios. Pero, lo más bonito es saber que los trataba como una familia. En Jesús
vemos la imagen del verdadero amigo: él es quien ama por encima de todo interés, y ofrece su amistad como
un regalo para todos.
Los verdaderos amigos comparten la vida cuando se sienten hermanos; cuando encuentran agradable
vivir en la amistad; porque el ser amigos se trata de convivir juntos, y de sentirse acogidos, aceptados y
valorados los unos por los otros, pero valorando sobre todo la amistad en sí y sabiendo que es Dios mismo
quien nos hace amigos y hermanos, porque él quiere que todos sus hijos e hijas vivan unidos.

5. ORACIÓN Y COMPROMISO
Que los alumnos escriban su compromiso para cuidar la AMISTAD que tienen con todos sus amigos y
que le pidan a Jesús que bendiga en ellos esa Amistad.
No olvidarse de escribir en su cuaderno de catequesis el nombre de todos los amigos que han conocido
hoy.
Canto: Hagamos amigos

Anotar en su cuaderno de catequesis las siguientes NORMAS DE CONVIVENCIA:


 Tener cuidado con el mobiliario y las paredes de la Institución Educativa.
 Puntualidad. Con tres faltas injustificadas será retirado/a (tres tardanzas corresponden a una falta).
 Vestido honesto. Mostrar respeto.
 Responsabilidad y cumplimiento con el trabajo. Traer un cuaderno.
 Estar dispuesto/a a integrarse en el grupo, a participar con todos en este proceso.
 Tener el profundo deseo de querer recibir a Cristo en la EUCARISTÍA y de seguir buscándolo en los
acontecimientos de la vida.

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Valoremos
02 a nuestra familia
1. OBJETIVOS

 Que los alumnos reconozcan y valoren la familia como lugar de encuentro con Dios.
 Que descubran desde ahora su responsabilidad como miembros de una familia.

2. MOTIVACIÓN
Dinámica: Carta a mi tío americano
Se hace la siguiente presentación a los participantes: "Háganse la idea que un tío suyo marchó a América
antes de que ustedes naciesen, y ahora está de vuelta. No le conocen, así que ¿cómo les reconocerá cuando
salgan a recibirle a la agencia de viajes? Van, entonces, a escribirle una carta dándole una descripción de su
personalidad de modo que él pueda reconocerlos. Ahora bien, no vale indicar la ropa que llevan, ni el color de
su pelo, ni el de sus ojos, ni la altura, ni el peso, ni el nombre. Tiene que ser una carta más personal: escribir,
por ejemplo, qué es lo que haces, lo que te preocupa, con qué personas vives, cómo se llaman, en qué
trabajan, cómo te sientes con tu familia, cómo les ayudas, cómo te ayudan ellos a ti, cómo te diviertes, lo que
te gusta y lo que no te gusta, etc.".
Una vez hecha la explicación, se dan 20 minutos para escribir la carta, contestando únicamente esas
preguntas. Se recogen todas las cartas y a cada uno se le da una que no sea la suya. Cada uno lee en voz
alta la carta que le ha correspondido, y tiene que adivinar a qué persona del grupo corresponde.
Pueden dársele dos oportunidades. Si no lo adivina, otro cualquiera del grupo, si cree saberlo, puede
intervenir. Tras adivinar a quién corresponde, se pregunta qué datos son los que le han dado la pista o los que
nos han despistado.

Dialogar:
 ¿Sientes que tus padres, tus abuelos y tus hermanos (si los tienes) son los más preciados para ti? ¿Los
amas? ¿Cómo demuestras que los amas?
 ¿Cuándo no estás en casa extrañas a tu familia? ¿por qué? ¿Cuándo ellos no están, es igual que estar
sin ellos en casa?
 ¿Qué pasa cuando en una familia no existe el amor? ¿cómo crees que deba vivir una familia verdadera?
(Desarrollar “Nuestra Realidad” de la ficha Nº 02)
Respuestas: Familia destruida – Alcohol, celos
Familia desunida – Incomunicación, incomprensión
Familia separada – Divorcio, engaño
Familia egoísta – Desconfianza, pereza
Familia unida – Amor, comprensión
Familia trabajadora – Esfuerzo, comunicación
Familia cariñosa – Confianza, verdad
Familia feliz – Paz, unión, servicio
3. ILUMINACIÓN
Leer el texto de Lc 2,41-47.51-52.
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 02)
Respuesta: Todos nosotros, al igual que Jesús, María y José, formamos una gran familia de amor, ya
que también pertenecemos a los hijos de Dios.

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4. INTERIORIZACIÓN
¿Quiénes son las personas más importantes en nuestra familia? Nuestros padres, ¿verdad? Por papá y
mamá hemos venido a este mundo; ellos nos han hecho el gran regalo de la vida: hemos nacido, nos han
alimentado y cuidado desde bebitos hasta ahora. Actualmente siguen dándonos la vida, pues nos alimentan,
nos envían a la Escuela, nos enseñan a trabajar, nos cuidan cuando estamos enfermos, nos dan su cariño,
etc. Algunas veces nuestros padres, por queremos educar bien son severos con nosotros: no es que no nos
quieran, sino que buscan nuestro bien de esa manera; tal vez porque así los criaron a ellos. El mejor modo de
agradecerles es "recibiendo sus regalos": comer lo que mamá prepara, ayudar en el trabajo, estudiar,
portarnos bien,... esto es lo que ellos desean para nosotros, porque sólo quieren nuestro bien.
Pero tenemos también a nuestros hermanos, primos, sobrinos... Con ellos compartimos la casa, la
comida, los juegos. Es importante aprender a vivir con los hermanos, las hermanas y primos: compartir las
cosas, los juegos, los cuadernos, porque no somos los únicos en la casa, por eso debemos aprender a
queremos todos.
Pero nuestra familia es más grande todavía: se habrán dado cuenta también que varias familias
formamos una comunidad, varias comunidades forman un distrito, varios distritos forman una provincia y
varias provincias un departamento. Todos los peruanos formamos la familia peruana, toda la gente formamos
la gran familia humana y como cristianos también formamos la gran familia de los hijos de Dios, que es la
Iglesia.
También Jesús vivió con su familia. Ellos eran una familia pobre pero bien trabajadora: José era
carpintero y María hacía las cosas de la casa, como toda mamá. Jesús como buen hijo ayudaba a sus
padres, obedeciéndoles siempre mientras crecía; aprendió de ellos a trabajar, a ayudar a los más pobres, a
leer la Biblia y, sobre todo, a conocer y amar a Dios, el Padre de todos.
Que ejemplo tan lindo nos da la familia de Nazaret. Todos tenemos el deber de hacer de nuestra casa un
hogar feliz. Pues, Jesús, María y José, también nos hacen entender que la familia constituye la base de la
sociedad. Por eso es que existen muchos valores necesarios para que la convivencia sea posible y positiva.
Vivir en familia, por tanto, significa o supone un amor sin medida entre los miembros que la conforman.
También supone la capacidad de trabajar juntos en las responsabilidades encomendadas dentro de ella, junto
a la capacidad de integración y mutua comprensión.
Además, todos nosotros estamos llamados a honrar y respetar a nuestra familia, porque ella es imagen
viva de Dios. Todos y cada uno de los miembros de la familia están llamados a aprender, compartir y respetar
los diferentes modos de ser de cada quien y, más aún, a ponerse al servicio unos de otros. Ayudar a nuestros
padres, a nuestros abuelos, a nuestros hermanos y también a nuestros tíos y primos es señal de que somos
verdaderos hijos de Dios.

5. ORACIÓN Y COMPROMISO
Después de leer el texto de Col 3,12-15, que los alumnos elaboren su compromiso y que dirijan a Dios la
oración por la familia .
Que los alumnos hagan posible el diálogo en casa, compartiendo junto con sus padres cómo debe vivir la
familia en este mundo actual.
Anotar en el cuaderno de catequesis y aprenderse para la próxima semana los 4 primeros mandamientos
de la Ley de Dios. Asimismo, traer un dado pequeño.
No olvidarse de dibujar en el recuadro de la ficha Nº 2 a cada uno de los miembros de su familia (con los
que viven en casa).
Canto: Como una gran familia

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Respetemos
03 a nuestros padres
1. OBJETIVOS

 Que los alumnos reconozcan y manifiesten que el mandamiento de honrar a nuestros padres es el
camino de vivencia del amor a Dios y al prójimo.
 Que los alumnos valoren el amor que reciben de los padres y agradezcan a Dios por ello.

2. MOTIVACIÓN
Cuento: “Dos Ángeles”
Cuenta una antigua leyenda que un niño que estaba por nacer le dijo a Dios: “Dicen que me vas a enviar
mañana a la tierra pero ¿Cómo viviré tan pequeño e indefenso como soy?”
Dios le respondió: “No te preocupes, que entre muchos ángeles, escogí dos para Ti, que te estarán
esperando, ellos te cuidarán”.
“Pero si aquí en el cielo no hago más que cantar y sonreír; eso basta para ser feliz. No me envíes a la
tierra, pues no sabré entender cuando la gente me hable, ya que no conozco el extraño idioma en que hablan
los hombres”
“No te preocupes, tu Ángel mayor te dirá las palabras más dulces y más tiernas que puedas escuchar y
con mucha paciencia y cariño te enseñará hablar”.
“¿Y qué haré cuando quiera hablar contigo?” – “Tu Ángel menor te juntará las manitos y te enseñará a
orar” – “He oído que en la tierra hay hombres malos ¿quién me defenderá?” – “Tu Ángel mayor te defenderá
aún a costa de su propia vida”.
“Pero estaré siempre triste porque no te veré más Señor”. – “Tu Ángel menor te hablará de mí y te
enseñará el camino para que regreses a mi presencia, aunque yo siempre estaré a tu lado”.
En ese instante una paz reinaba en el cielo, pero se oían voces terrestres y el niño presuroso repetía
suavemente: “Dios mío, si ya me voy dime sus nombres. ¿Quisiera saber cómo se llaman mis Ángeles?”.
“Sus nombres no importan; tú sólo les dirás PAPÁ y MAMÁ...”.
Dialogar:
 Conversar y reflexionar cómo algunas personas realmente aman a sus padres, respetándolos,
obedeciéndoles y ayudándoles. Sin embargo, existen también hijos malagradecidos, que hacen todo lo
contrario: dicen que aman mucho a sus padres, pero nunca quieren estar con ellos; no hacen lo que les
agrada y hablan mal de ellos.
 ¿Qué malas actitudes tenemos a veces para con nuestros padres?
(Desarrollar “Nuestra Realidad” de la ficha Nº 03)

3. ILUMINACIÓN
 ¿Qué actitudes o valores debemos tener para con nuestros padres?
Leer Eclo 3, 1-16
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 03)
Respuesta: Respeto – Obediencia – Amor – Honra – Servicio
Humildad – Cuidado – Perdón – Ayuda – Caridad

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4. INTERIORIZACIÓN
Hermanos no debemos olvidar que una de las cosas más importantes que debemos aprender es a
convivir y a respetar a las personas. Para lograr una buena relación con los demás es necesario conocerse y
estimarse a sí mismo, así como también respetar a los demás.
Recordemos cuál es el cuarto mandamiento: “Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus
días sobre la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar” (Ex 20, 12). Y esto significa que debemos respetar y
querer mucho a nuestros padres.
Es Dios quien nos da la vida a través de nuestros padres. Por medio de ellos nos entrega su amor, su
protección. Aunque nuestros padres no sean perfectos, ni maravillosos, ellos nos han dado la vida. Se
preocupan y trabajan por nosotros. Nos aman y quieren que seamos felices. Por eso nosotros debemos
amarlos y respetarlos también.
Pero el mandamiento nos invita a respetar y amar no sólo a nuestros padres, sino también a todos
aquellos a los que Dios, para nuestro bien, ha envestido de su autoridad (padres, profesores, abuelos,
hermanos, etc).
Además, el cuarto mandamiento ilumina las relaciones que se dan en nuestro hogar. Nos ayuda, en
primer lugar, a ver en nuestros hermanos y hermanas, a los hijos de nuestros padres. En nuestros tíos y
primos, a los descendientes de nuestros abuelos. En nuestros vecinos, a los hijos de nuestro país. En los
bautizados, a los hijos de nuestra madre la Iglesia; y en toda persona humana, un hijo o una hija que llama a
Dios “Padre Nuestro”.
Dios es también nuestro Padre porque nos ama. Y para que sintamos de cerca su amor ha puesto frente
a nosotros la imagen de nuestros padres terrenos. Por ello, el respeto que, nosotros como hijos, les debemos
a ellos se nutre en el amor que recibimos de parte de Dios, nuestro Padre celestial.
Si Dios nos ama, porque nos ha regalado la vida y la vida de nuestros padres, entonces, nosotros
debemos con todo nuestro corazón honrar a nuestros padres, porque por su amor fuimos engendrados.
El respeto hacia nuestros padres se expresa en la docilidad y obediencia verdadera: “guarda, hijo mío, el
mandato de tu padre y no desprecies la lección de tu madre... en tus pasos ellos serán tu guía; cuando te
acuestes, velarán por ti y conversarán contigo al despertar” (Pro 6, 20 – 22).
Nosotros, mientras vivamos en nuestro hogar con nuestros padres (padres adoptivos, tíos o abuelos),
como hijos debemos obedecerles, aprender de sus consejos y aceptar sus correcciones. Además, debemos
cuidarlos hasta la muerte porque así lo quiere el Señor.
Cuando nosotros respetamos a nuestros padres y a nuestros hermanos mayores, ayudamos a que exista
en nuestra familia un ambiente de paz y armonía. Y ello hace posible que se constituya en nosotros una
verdadera familia como la de Nazaret.
Jugar a la FAMILIA: Las indicaciones a seguir pueden estar escritas en tarjetas que cada alumno
volteará según lo que le toque. El juego puede consistir de hasta 3 alumnos por grupo. El hecho es llegar a
cumplir la orden de la tarjeta, cuando ésta manda a respetar a los padres.

5. ORACIÓN Y COMPROMISO
Que los alumnos elaboren su compromiso y su oración a Dios, dándole gracias por haberles puesto a su
lado a unos padres que se preocupan mucho por ellos.
Traer anotado en su cuaderno de catequesis, para la próxima semana, una breve historia de la
comunidad en donde viven, con qué instituciones, autoridades y servicios cuenta, y con cuántas familias
aproximadamente.
Canto: Padre Bueno, Dios hermano

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Vivimos
04 en comunidad
1. OBJETIVOS

 Que los alumnos asuman y reconozcan que no sólo viven dentro de una familia, sino también en una
comunidad.
 Que los alumnos sean capaces de brindar un servicio responsable en la escuela y en su comunidad.

2. MOTIVACIÓN
Dinámica: “¿Te gusta tu vecino?”
En esta dinámica se hará sentar a todos los alumnos en un círculo y sólo uno se queda de pie (el
castigado). El que está de pie preguntará a cualquiera: ¿TE GUSTA TU VECINO? Si contesta que NO vuelve
a preguntarle: ¿POR QUÉ? Entonces el que está sentado contestará: PORQUE NO ME GUSTA QUE… USE
ZAPATOS NEGROS, o USE LENTES, o TENGA EL PELO OSCURO, etc., entonces todos los que tienen
zapatos negros, o lentes, o tengan el pelo oscuro cambiarán de puestos y el que está de pie también se
sentará, quedando uno de pie que será el próximo castigado. En caso de que la respuesta sea SÍ, sólo se
cambiarán los vecinos (el de la izquierda y el de la derecha de quien responde) más el castigado, quedando
de los tres, uno de pie.
Dialogar:
 ¿Qué te ha parecido la dinámica? ¿Crees que es bueno decir lo que no nos gusta de los demás?
¿Somos capaces de aceptar a los demás como son y de ayudarles a corregir fraternalmente los errores?
 Conversar y reflexionar cómo a algunas personas no les gustan sus vecinos. Y por ello no son capaces
de organizarse ni de vivir en comunidad. En cambio, hay otros que sí, y éstos buscan siempre una mejor
manera de vivir, tratando de ayudarse mutuamente con sus vecinos ante cualquier dificultad que atente
contra su bienestar.
 ¿Qué malas actitudes hay en una comunidad o en sus representantes o autoridades que no ayudan a
vivir la fraternidad y el trabajo entre vecinos para el desarrollo del propio barrio? ¿Qué es lo que yo debo
aprender hacer para poder vivir en paz y armonía dentro de mi barrio con mis vecinos?
(Desarrollar “Nuestra Realidad” de la ficha Nº 04)
Respuestas: No – Sí – No – No – Sí – Sí – No
Sí – No – No – Sí – Sí – No – Sí

3. ILUMINACIÓN
Leer el texto de 1 Cor 12,12-21.25b-27
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 04)
Respuestas: Cuerpo – Miembros – Comunidad – Familias – Vecinos – Centros comunitarios
Autoridades – Organizada – Diferentes – Rol – Sociedad

4. INTERIORIZACIÓN
Así como el cuerpo tiene muchos miembros, así nosotros formamos parte de una comunidad, en la que
no vivimos solos, sino también con muchas familias a quienes llamamos vecinos. También contamos con
centros comunitarios (escuelas, postas médicas, centros de policía, municipalidad, etc.) cuyas autoridades o
dirigentes nos ayudan a vivir de una manera más organizada. Todos somos diferentes y desempeñamos un
rol determinado dentro de la sociedad.

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Nuestro cuerpo tiene muchos miembros, y todos ellos son distintos, cada uno cumple una determinada
función. Pero todos y cada uno de ellos son necesarios para que el cuerpo funcione correctamente.
Las personas discapacitadas, que les falta algún miembro en su cuerpo, no pueden rendir tan
eficientemente como aquella que tiene todo completo. Así también sucede en nuestro barrio. Nosotros no lo
podemos hacer todo. Siempre necesitamos de otras personas en el barrio que nos ayuden a superar nuestras
dificultades, porque en nuestro barrio no vivimos solos, sino con muchas otras personas que necesitan ayuda
nuestra y que nosotros, a su vez, necesitamos su ayuda. No podemos negar y decir a los demás que no le
necesitamos, porque todos estamos para colaborar los unos a los otros y mejorar las condiciones de vida en
nuestro barrio, desde los más pequeños hasta los más grandes.
Dios puso cada uno de los miembros en el cuerpo según su voluntad. Esto significa que Dios nos ha
puesto dentro de una determinada familia y dentro de un determinado lugar, para ir observando tanto lo bueno
como lo malo que hay, y aprender así a optar por lo bueno y ayudar a corregir lo malo.
Todos en el barrio debemos preocuparnos los unos de los otros. Si sufre un vecino, todos los demás
debemos aprender a apoyarlo en ese sufrimiento. Si un vecino es bien tratado y se siente feliz por eso, todos
los demás debemos tomar parte de ese gozo. Todos somos distintos, y eso precisamente es lo que nos hace
miembros de una comunidad, que busca la unidad, el bienestar y la paz.
No basta que una comunidad cuente con una organización para que pueda caminar, sino que necesita la
participación de las personas que organizadamente puedan avanzar; ayudándose en las tareas comunes. De
ahí la necesidad de que sintamos el llamado de Dios a interesarnos por las personas que nos rodean,
especialmente por los más débiles, para poder colaborar de una forma organizada. Todo esto será posible en
la medida que desde nuestra edad se nos oriente la participación, tratando de ver en los adultos el modelo
necesario a seguir. Y estos adultos no sólo son nuestros padres, sino también nuestros buenos vecinos; toda
la comunidad que nos rodea, de la que tenemos que aprender lo bueno y saber corregir lo malo.
(Desarrollar “Redacta una breve historia de tu comunidad” de la ficha Nº 04)

5. ORACIÓN Y COMPROMISO
Que los alumnos reflexionen personalmente en qué pueden cambiar para seguir mejor a Jesús y en qué
pueden comprometerse para sentir que viven en comunidad (tal vez ayudar a algún vecino enfermo
visitándole a su casa); y que escriban una Oración a Jesús prometiéndole que pondrán todo de su parte para
que sean buenos hermanos entre sus hermanos.
Anotar en el cuaderno de catequesis y aprenderse para la próxima semana los otros 6 mandamientos de
la Ley de Dios.
Canto: No me importa de qué barrio vengas

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Tenemos
05 derechos y deberes
1. OBJETIVOS

 Que los alumnos reconozcan que tienen derechos que les corresponden como personas y que nadie
pueda atentar contra ellos.
 Que reconozcan también que hay deberes que tienen que cumplir, y que ellos les ayudan a crecer
como personas y como cristianos.

2. MOTIVACIÓN
Pedir prestado los cuadernos, lapiceros, etc. y colocarlos todos juntos sobre una mesa. Luego que cada
uno de los alumnos se acerque y tome no sólo aquello que le pertenece: lapiceros, cuadernos, etc., sino
también aquello que no es suyo. Si el siguiente alumno que viene no encuentra lo que es suyo en la mesa, se
va y se lo pide a quien lo cogió y éste se lo devuelve. Siempre que se acerqué uno a la mesa deberá tomar
algo ajeno y buscar lo propio, si no lo encuentra va y se lo pide a quien lo tiene. Después de terminada la
dinámica que todos digan “yo reconozco mis cosas, tengo derecho a ellas y por eso las cuido”. Luego que se
reúnan de a dos y se pregunten si alguna vez han cogido algo que no es suyo. Y que compartan también, qué
valores creen que deben tener para poder respetar los derechos de los demás.
(Desarrollar “Motivación” de la ficha Nº 05)

3. ILUMINACIÓN:
Leer Ex 20, 1–17
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 05 – Parte 1)
Respuesta: F – V – V – V – F – F – V – F – F

4. INTERIORIZACIÓN
Los deberes y derechos nos realizan como personas. Como seres humanos somos una creación
especial de Dios. Él nos ha creado completos, es decir, con todos nuestros miembros (manos, piernas, etc),
pero también con una serie de derechos que forman parte de nuestra propia naturaleza humana y que nos
ayudan a realizarnos en la vida como personas.
El derecho es aquello que yo tengo que hacer que los demás respeten en mí como persona que soy. De
estos derechos que Dios nos ha dado, los más importantes son:
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 05 – Parte 2)
Respuesta: Tengo derecho:
A una vida digna.
A alimentarnos y vivir sanamente.
A la educación y al juego.
A hablar u opinar libremente.
Al amor y al respeto de los demás.
Así, todos nosotros tenemos derecho a que nos dejen nacer y poder vivir dignamente. Necesitamos que
nuestros padres nos brinden cariño y nos den lo necesario para crecer y así lleguemos a ser personas felices.
Necesitamos que nos ayuden a conservar nuestra salud, que nos den una educación digna y todo lo
necesario para la vida: comida, ropa, casa, cuidado, juegos, etc.
Nosotros no somos cosas u objetos: somos personas. Esto tienen que entenderlo los adultos. Es verdad
que debemos obedecer a nuestros padres, pero eso no significa que hagan con nosotros lo que les venga en
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gana, sólo porque somos menores de edad. Nosotros no somos "repetición" de nuestros padres, sino
personas distintas. Y aunque no tengamos aún mayoría de edad, sabemos pensar y a veces también
podemos tener razón frente a los adultos.
Dios, que es nuestro Padre, quiere que seamos felices y que seamos respetados en nuestros derechos.
Por eso, nosotros necesitamos que nos respeten, que nos escuchen, que dialoguen con nosotros y que nos
eduquen en la libertad, para ser libres.
En este sentido, nos damos cuenta que cada uno de nosotros tiene unos derechos de manera personal, y
por eso nadie ni siquiera nosotros mismos podemos destruirlos. Eso implica, a su vez, que los derechos que
cada uno de ustedes tiene, se convierten para mí en deberes. Deberes que todos estamos llamados a
practicar y a cumplir desde que somos pequeños.
El deber, entonces, viene a ser aquello que yo tengo que cumplir para respetar a todos los que me
rodean y lleguen a ser felices como yo. Algunos de éstos son:
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 05 – Parte 3)
Respuesta: Tengo el deber:
De respetar a los demás.
De amar a mis padres, hermanos y amigos.
De cuidar a los más indefensos.
De establecer espacios de armonía y unidad.
De defender y proteger la naturaleza.

Nuestros deberes se cumplen para con mis demás compañeros, para con las demás perso nas; pero,
especialmente, para con nuestros padres, que nos han dado la vida.
A medida pues que vayamos creciendo, tenemos deberes frente a nuestros padres, frente a nuestra
familia y frente a nuestra comunidad. A pesar de nuestra corta edad, tenemos que sentimos responsables de
nuestros amigos, de nuestra escuela y de todos los que viven a nuestro lado. Desde ahora ya tenemos que
sentimos colaboradores y solidarios con los demás. Más ahora que nos estamos preparando para
"parecemos" a Jesús por la comunión.

5. ORACIÓN Y COMPROMISO
Que los alumnos elaboren su compromiso y su oración a Dios pidiéndole que les conceda la capacidad
de poder cumplir sus deberes como cristianos y de hacer respetar sus derechos como persona.
Anotar en su cuaderno de catequesis y aprenderse para la próxima semana la Oración del Credo.
Canto: Arriésgate

12
Sección
Sección
02
02
Creciendo como
Creciendo como Personas
Personas
Cuidemos
06 la creación de Dios
1. OBJETIVOS

 Que los alumnos, al observar la obra maravillosa de la creación, reconozcan que Dios tiene un
proyecto sobre ella y se sientan llamados a cuidar de la naturaleza.

2. MOTIVACIÓN
Dinámica: “Me gusta de la creación”
Cada alumno nombra algo de lo que hay en la naturaleza y explica el porqué fue creada. Ejemplo: “A mí
me gusta de la creación la tierra, porque nos da alimento para vivir”.
Sugerencia: Se puede también salir a dar un paseo con los alumnos, y que ellos vayan anotando en su
cuaderno todo lo que puedan ver de la creación.
Dialogar:
 ¿Por qué es tan bonita la creación?
 ¿Por qué hemos sido creados cada uno de nosotros?
Canto: Demos gracias al Señor (opcional)

3. ILUMINACIÓN
Leer Gn 1,1 – 2,14
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 06)
Respuesta: 1 er día: El día y la noche
2 do día: El cielo
3 er día: La tierra, los mares y toda clase de vegetación
4 to día: El sol, la luna y las estrellas
5 to día: Las aves del cielo y los peces del mar
6 to día: Los animales de la tierra y el ser humano
7 mo día: Dios descansó

4. INTERIORIZACIÓN
LA CREACIÓN ES UN ACTO DE AMOR DE DIOS
Cuando vemos a nuestros padres acariciar a nuestros hermanitos, nos damos cuenta de cuánto ellos son
capaces de amar. De la misma manera, (1) todo lo que nos rodea ha sido creado por el Amor de Dios : “y
al terminar el día sexto vio Dios que era muy bueno”.
EL CENTRO DE TODA LA CREACIÓN SOMOS TODOS NOSOTROS.
Cuando vemos a nuestra madre que da de beber a nuestro hermanito de su pecho, es para que se
alimente y crezca fuerte y sano. Así, (1) la creación tiene como finalidad darnos la vida y vida en
abundancia. Todos estamos llamados a vivir en comunión con nuestros hermanos y con la naturaleza. Así
como vivimos en nuestra casa con papá, mamá y nuestros hermanos, para cuidarnos los unos a los otros, de
la misma manera estamos llamados a conservar y proteger la creación.

LA CREACIÓN ES UN REGALO DE DIOS


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Así como en la casa, en la cual vivimos todos, somos una sola familia y estamos llamados a vivir en ella
como si fuésemos los dueños, de la misma manera la creación nos ha sido dada como un regalo del cual
también formamos parte, es decir, somos parte de la naturaleza. (1) Todo lo que nos rodea es gratuito y
debemos cuidarlo .
No respetar este orden establecido por Dios, trae consecuencias terribles que destruyen no solo la
naturaleza sino que atentan contra la vida futura.
(Desarrollar “Ver la CREACIÓN hoy” de la ficha Nº 06)
Respuesta: 1–D 2–A 3–E 4–F
5–G 6–C 7–H 8–B
(2) El ser humano ha sido creado maravillosamente por Dios para servir, amar y alabar a su
Creador y a su prójimo.
Cuando nuestra mamá nos da un beso en la cara, nos damos cuenta que nos ama de verdad. Sabemos
que ella nos amó primero porque nos ha llevado nueve meses en su vientre. Creemos además que cuando
nacimos se alegró muchísimo. De la misma manera, fue Dios quien nos amó primero, por ello (2) creó el
mundo para que los hombres puedan utilizarlo de la mejor manera y poder así vivir como
hermanos en Cristo.
TODOS NOSOTROS DEBEMOS CUMPLIR LOS DESIGNIOS DE DIOS RESPECTO A LA
CREACIÓN:
¿Cómo es que puede hacer eso?
Primero, alabando a Dios: Tenemos que respetar el Santo Nombre de Dios por sobre todas las cosas y
(3) agradecerle continuamente por el don de la creación.
Segundo, sirviendo a Dios: Tenemos que respetar la creación hecha por Dios como si fuera nuestra
propia casa y (3) aprender a utilizar con buenos fines la naturaleza.
Tercero, amando su creación: Debemos (3) ser capaces de amar todo lo que le rodea: los animales,
las plantas, la tierra, la vida de los demás, etc.
Esto es lo que Dios, nuestro Padre, ha querido que nosotros cumplamos para poder vivir en armonía con
Dios mismo, con nuestros demás hermanos y con toda la naturaleza creada.
(Desarrollar “Actuar” de la ficha Nº 06)
Respuesta: Las respuestas se encuentran en el desarrollo del tema con letra cursiva .

5. ORACIÓN Y COMPROMISO
Que los alumnos elaboren su compromiso y su oración a Dios, nuestro Padre, agradeciéndole por el
regalo maravilloso de su creación.
Canto: Alabado seas mi Señor

16
Aprendamos a
07 defender la vida
1. OBJETIVOS

 Que los alumnos descubran que la vida es un don de Dios.


 Que los alumnos se sientan llamados a cuidar, valorar, querer, respetar y amar la vida propia y la de
los demás.

2. MOTIVACIÓN:
Cuento: “Las semillas”
Cuenta una historia que un hombre trabajaba en una fábrica a cincuenta minutos de distancia desde su casa en
autobús. En la primera parada entraba una señora anciana que siempre se sentaba junto a la ventana. Ella abría una
bolsa, sacaba un paquetito y se pasaba todo el viaje arrojando alguna cosa hacia fuera. La escena siempre se repetía, y
un día, curioso el hombre le preguntó qué era aquello que arrojaba por la ventana.
- Tiro semillas - respondió ella.
- ¿Semillas? ¿Semillas de qué?
- De flores. Es que veo hacia afuera y la calle está tan vacía... Me gustaría poder viajar viendo flores coloridas por
todo el camino. ¡Imagine cuán bello sería!
- Pero las semillas caen sobre el asfalto, son aplastadas por las ruedas de los coches, devoradas por los pájaros...
¿Cree usted señora que las semillas germinarán a la orilla de la carretera?
- Así es, hijo mío. Aunque muchas se pierdan, algunas acaban cayendo en la tierra y con el tiempo van a brotar.
- Aún así... tardarán en crecer...necesitan agua...
- Ah, yo hago mi parte. Siempre hay días de lluvia. Y si alguien arroja las semillas, las flores nacerán.
Diciendo esto, se dio vuelta hacia la ventana y recomenzó su trabajo. El hombre bajó del autobús, pensando que la
señora estaba muy anciana y por eso actuaba así.
Un tiempo después... un día, en el mismo autobús, el hombre al mirar hacia afuera percibió flores en la vera del
camino, muchas flores. ¡El paisaje colorido, perfumado y hermoso! Se acordó entonces de aquella señora. Miró hacia
todos lados en el autobús, pero nada. Le preguntó entonces al chofer, que conocía casi a todos los pasajeros de viaje:
- ¿La viejecita de las semillas?.... Pues ... Murió hace cerca de un mes.
El hombre se volvió a su lugar y continuó mirando el paisaje florido por la ventana: “Quién diría, ¡las flores han
brotado!”; “¿Pero de qué le valió su trabajo? Murió y no pudo ver toda esta belleza.”
En ese instante, oyó las risas de una niña. En el asiento de enfrente, una niña señalaba por la ventana,
entusiasmada: - ¡Mira qué hermoso! ¡Cuántas flores por la calle!... ¿Cómo se llaman aquéllas...?
Entonces, entendió lo que aquella señora había hecho. Aunque no estaba ahí para ver, hizo su parte, dejó su
marca, la belleza para la contemplación y la felicidad de las personas.
Al día siguiente, el hombre subió al autobús, se sentó junto a la ventana, sacó un paquetito de semillas del bolso...
Y así dio continuidad a la Vida, sembrando con entusiasmo y alegría sus semillas...
Dialogar:
 ¿Qué es lo más importante de esta historia?
Sólo sembrando cosas buenas, podemos dar vida a todo y a los demás.
 ¿Qué es lo más importante que debemos hacer para dar vida a los demás?
Cuidando y defendiendo la vida de todos los que nos rodean.
 ¿Has defendido alguna vez la vida de algún compañero? ¿Cómo te has sentido?
 ¿Qué valores crees que son necesarios cultivar para defender la Vida?

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(Desarrollar “Valores de la vida” de la ficha Nº 07)
Respuesta: Humildad – Gratitud – Perdón – Providencia – Alegría – Sinceridad – Misericordia – Verdad
Solidaridad – Dignidad – Honradez – Justicia – Amor – Compasión – Confianza – Bondad.

3. ILUMINACIÓN
Leer Ex 20,13; Rm 12,17-21
(Desarrollar “Reflexión” de la ficha Nº 07 – Parte 1)
El mandamiento nos invita a defender la vida en: Mi mismo, mi colegio, mi familia, mi comunidad.

4. INTERIORIZACIÓN
Dios nos pide que defendamos la vida. Este mandamiento que nos dice “no matar” nos enseña no sólo el
hecho de no quitar la vida al otro, sino también el deber que tenemos de actuar siempre haciendo cosas en
favor de la vida.
La vida humana es sagrada porque desde su inicio es fruto de la obra de Dios. Sólo Él es Señor de la
vida, desde que comienza hasta que termina. Por tanto, de ninguna manera podemos atentar contra la vida
de nuestro hermano. La vida, por tanto, es un don de Dios, por eso debemos protegerla.
Se defiende la vida cuando somos buenos, generosos, amables, pacientes, solidarios, diciendo la verdad.
También la defendemos cuando cuidamos nuestra salud y la de nuestros compañeros, cuando cuidamos las
plantas, los animales, etc.
No defendemos la vida, en cambio, cuando somos violentos, peleamos con el compañero, mentimos u
ofendemos, cuando no cuidamos nuestra salud, o cuando destruimos la naturaleza con nuestras malas obras.
(Desarrollar “Reflexión” de la ficha Nº 07 – Parte 2)
Defiendo la vida cuando: Soy bueno, generoso, solidario y amable
Digo la verdad, sin ofender a nadie
Cuidamos nuestra salud y la de los demás
Cuidamos la naturaleza, las plantas y los animales
No defiendo la vida cuando: Soy violento y peleo con mis compañeros
Digo mentiras y ofendo a los demás
Descuido mi salud y no protejo a los demás
Destruyo la naturaleza con la contaminación
Recordemos siempre que no sólo estamos llamados a defender la vida de los demás, sino también
nuestra propia vida. Debemos ser capaces de cuidarnos a nosotros mismos, haciendo siempre lo que Dios
quiere para bien nuestro.
El futuro depende de nuestras acciones presentes. Y si sembramos buenas semillas, los frutos serán
igualmente buenos. Por eso, ¡No nos olvidemos de sembrar las semillas del bien, de la amistad, de la paz y
de la alegría! Cristo también murió y resucitó sembrando amor y dando vida. tú y yo tenemos que continuar
sembrando el mundo de hermosas flores, que manifiesten que estamos a favor de todo lo que genere VIDA .

5. ORACIÓN Y COMPROMISO
Que los alumnos elaboren su compromiso y su oración a Dios, dándole gracias por el don tan maravilloso
de la vida propia y la de los demás.
Dibujar en la ficha de trabajo a un grupo de personas que se encuentren defendiendo la vida: médicos,
bomberos, etc.
Canto: Nadie hay tan grande como Dios

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Respetemos
08 nuestro cuerpo
1. OBJETIVOS

 Que los alumnos reconozcan que Dios los ha creado, desde el vientre de su madre, únicos e
irrepetibles.
 Que los alumnos se respeten a sí mismos como tal y respeten a los demás como son.

2. MOTIVACIÓN
Historia real: Me llamo Carlos, todos me llaman de cariño Carlitos. Tengo 12 años de edad. Hace 3 años
tuve un accidente y perdí el movimiento de mis piernas. ¡Ustedes amiguitos no se imaginan lo terrible que es
eso para uno! Pensé que mi vida no tenía sentido. No tenía porqué seguir viviendo. Pensé que mejor sería
morir.
Desde la cama del hospital, muchas veces pensaba: ¿Qué puedo hacer ahora? ¿Para qué sirvo?
¡Dependiendo siempre de otro, siempre, siempre! No encontraba ninguna salida ¡Qué miradas! ¡Qué gestos!
¡Qué expresiones! Todo fue difícil, muy difícil. ¡Qué cambio! Claro... había que reconocer que era un inválido.
Tuve que acostumbrarme a todo ello y luchar mucho para comprender a la gente.
Todo me cansaba. Estaba agresivo... Pero por fin, luego de una larga lucha, me serené un poco. La
ayuda de mis amigos y sobre todo la de Jesús fueron importantes para este paso. Decidí seguir estudiando
en el colegio. Me gustaba mucho estudiar. Así volví a ser un nuevo Carlos para mí y para los demás.
Dialogar:
 ¿Cómo se llama el personaje principal y qué edad tenía?
 ¿Qué le sucedió? ¿Cómo se sentía después del accidente?
 ¿Cómo crees que sentía al saber que no volvería a caminar?
 ¿Quiénes fueron lo más importante para que Carlos pueda recuperarse?
 ¿Conoces algún amigo que está en la misma condición que el personaje de la historia escuchada?
 ¿Cómo debe ser nuestro comportamiento frente a ellos?
 ¿Crees qué es importante cuidar nuestro cuerpo? ¿Por qué?
 ¿Qué mensaje nos deja la historia? ¿Cómo cuida nuestro cuerpo el mundo de hoy?

Sugerencia:
Todos los alumnos pueden moverse libremente por el salón: caminar, correr, saltar, etc.
Canto: Yo canto como David.
Luego dialogan sobre la importancia que tienen nuestros miembros y el cuidado que debemos darles.

(Desarrollar “Nuestra realidad” de la ficha Nº 08)

3. ILUMINACIÓN
Leer 1 Cor 3,16-17
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 08 – Parte 1)
Respuesta: Santuario – Cuerpo – Sagrado – Destruirlo

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4. INTERIORIZACIÓN
En nuestra vida diaria vemos a muchos que les gusta jugar fútbol, a otros les gusta correr por la calle, o
hacer volar un cometa, o hacer rodar el trompo, etc. Todos estos movimientos los podemos realizar gracias a
nuestros pies, nuestras manos, o las fuerzas que tenemos y que hacen parte de nuestro cuerpo. Por eso es
que decimos que cada actividad que realizamos estamos necesariamente condicionados por nuestro propio
cuerpo. El cuerpo es parte de nosotros mismos.
De esto descubrimos que cada amiguito, cada amiguita que encontramos por la calle, en el colegio o a
donde vayamos, es una viva imagen de Dios. Y que detrás de cada cuerpo hay siempre una persona que es
mi hermano.
Así Pablo, en su carta a los Corintios, nos advierte sobre el sentido que debemos darle a nuestro cuerpo.
Pablo nos pide que no olvidemos que hemos sido creados por Dios y que por ello nos comportemos como
elegidos de Dios en medio del mundo que nos ha tocado vivir.
Nuestro cuerpo tiene sentido desde que Jesús vino a este mundo y se encarnó en el vientre de la Virgen
María. Por eso todos nosotros no debemos despreciar nuestro cuerpo, al contrario, debemos de cuidarlo
porque somos criaturas de Dios. Nuestro cuerpo es el santuario donde Dios habita.
Y aunque nuestro cuerpo no sea tan perfecto ni tan bello, aunque no tenga tanta fortaleza, aunque
carezca de energía y vitalidad, aunque no pueda valerse por sí mismo, aunque aún no haya nacido... es ya el
cuerpo de una persona humana que hay que respetar, cuidar y proteger.
Por tanto amiguitos, el cuerpo de cada persona es una obra maravillosa de Dios. La mejor obra que Dios
ha hecho. Yo también soy cuerpo. Yo y todos ustedes somos como un poema de Dios hecho realidad. Y
detrás de nuestro cuerpo late la vida del Espíritu de Dios que hermana a todos los hombres de toda raza,
cultura, aspecto físico, etc. en una misma fraternidad.
Jesús también tiene unas ideas magníficas sobre el cuerpo y el cuidado que cada uno de nosotros
debemos darle. Mucho nos pide que valoremos nuestra salud, pero más que eso, nos pide que valoremos la
de los demás. Por tanto amiguitos, nuestro cuerpo es demasiado sagrado como para destruirlo o estropearlo.
Es necesario un gran cuidado, un gran respeto y un duro entrenamiento, para poder hacer que el Espíritu de
Dios habite en él.
Por otro lado, es a través de nuestro cuerpo que podemos expresar lo que somos. Por nuestros ojos,
nuestros labios, nuestro rostro expresamos la verdad que vivimos, la felicidad y el gozo que sentimos, la
esperanza que nos anima, la limpieza de nuestro corazón sencillo. Pero también podemos expresar la
amargura, el odio, la envidia, o la mentira que anida en nosotros. Todo depende de cuánto nosotros estemos
dispuestos a valorarlo, a cuidarlo y a protegerlo.
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 08 – Parte 2)
Respuesta: Nuestro cuerpo es una obra maravillosa de Dios. Es la mejor obra que Dios ha hecho en
nosotros; por eso debemos respetarlo, cuidarlo y protegerlo. Además, detrás de cada cuerpo
hay siempre otro ser humano, al que debemos valorar y sentirlo como un hermano nuestro.

5. ORACIÓN Y COMPROMISO
Que los alumnos elaboren su compromiso y su oración a Dios, dándole gracias por el don de tener un
cuerpo fuerte y saludable.
Que los alumnos anoten en su cuaderno de catequesis y aprendan para la próxima semana la oración del
Gloria. Y que dirijan a Dios, antes de dormir, la siguiente Oración:

Consagración del Cuerpo (ver sus fichas)

Canto: Yo te alabo con el corazón

20
Creciendo
09 como personas
1. OBJETIVOS

 Que los alumnos busquen su realización personal y comunitaria en su relación con Dios y con los
demás.
 Que el alumno tenga el deseo de conocer y descubrir sus cualidades y expresarlas en acciones
concretas.

2. MOTIVACIÓN
Fábula: El bebe águila y las gallinas
Cierto día, un águila bebé se metió en el corral de unas gallinas y creció allí creyéndose parte de esa
familia. Y como era el más grande se pensaba el jefe de las gallinas. Llegó un tiempo en que el gallinero
amaneció alborotado, las gallinas corrían espantadas por la reacción fuera de sí que expresó el aguilucho.
Era tanto el susto que las gallinas querían salir del corral a como dé lugar. Corrían, volaban, gritaban a
grandes cacareos ¡no nos comas! Sin embargo, el aguilucho no hizo caso de sus súplicas y se lanzó sobre
ellas, destrozándolas con su fuerte pico y sus grandes garras, provocando así la muerte de algunas de ellas e
hiriendo a otras. Las que lograron huir, se escondieron de él.
De pronto el águila se encontró solo y al ver lo que había hecho se entristeció mucho, pidió disculpas a
las gallinas y se comprometió a no volver a hacerles daño. Ellas después que les pasó el miedo salieron de
su escondite y le perdonaron, pues le querían mucho y sabían que él también las quería, pero debía
marcharse para aprender que él no era una gallina.
Dialogar:
 ¿De que trata el cuento? ¿qué personajes aparecen? ¿cómo se comportaba el águila? ¿qué actitud tuvo
el águila después de haber matado y herido a algunas gallinas? ¿qué nos enseña este cuento?
Podemos ver claramente cómo el águila cambió de actitud. Se dio cuenta de quién era y de las cosas que
tenía dentro de sí.
 ¿Hay momentos en que me parezco al aguilucho? ¿vivo como el águila creyéndome una gallina o como
lo que soy: una persona valiosa? ¿cómo me considero? ¿sé que tengo muchas actitudes buenas o malas
dentro de mí? ¿cuáles pueden ser?
(Desarrollar “Motivación” de la ficha Nº 09)
Respuesta: Amigable – Servicial – Solidario – Compasivo – Educado
Inteligente – Verdadero – Humilde – Alegre – Obediente

3. ILUMINACIÓN
Leer Lc 2, 52: Comprender cómo el niño Jesús crecía en estatura, en gracia, en conocimiento y en su
manera de ser, según la voluntad de Dios.

4. INTERIORIZACIÓN
Descubrimos claramente cómo cada uno de nosotros crecemos físicamente y desarrollamos nuestras
mentes aprendiendo nuevos conocimientos. Eso es bueno, pero no es lo más importante. Lo más importante
es que crezcamos como personas. Para ello es necesario ir conociéndonos día a día un poco más; conocer
nuestras cualidades, nuestros defectos, nuestras posibilidades, pero sobre todo reconocernos como hijos
amados por Dios.

21
Analizamos ahora las acciones concretas que realizaba Jesús en ese proceso de crecimiento según la
voluntad de Dios.
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 09 – Parte 1)
Respuesta: V – F (ayudaba) – F (siempre) – V – F (perdonaba)
V – F (unía) – V – F (amaba).
Para llegar a tener una auténtica personalidad ante la sociedad, ante nuestra comunidad y, más aún, ante
nuestro Dios, hay que empezar desde pequeños, destruyendo todo aquello negativo que tenemos: odio,
rencor, envidia... y creciendo en todo aquello que resulte positivo para nuestra vida.
Desde niño creemos que es primordial que conozcamos lo que es bueno. Es un encargo que viene de
Dios que el niño descubra que es bueno ser sincero, generoso, amigable, respetuoso, obediente, amable,
servicial, paciente, solidario; para de esa manera empezar a amarse a sí mismo y amar a los demás,
manifestándose así la presencia de Dios en su vida.
El niño comenzará a crecer como persona y como un buen cristiano. Y Dios se sentirá muy contento de
ver en ese niño la alegría que se siente cuando uno toma tal decisión. De esa manera hacemos que Dios nos
diga nuevamente, a través de su Hijo: “Dejad que los niños vengan a mí”.
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 09 – Parte 2)
Respuesta: Buenos – Violencia – Amor – Perdonar
Todas las personas somos valiosas y únicas ante Dios. Y al igual que la semilla tiene dentro de sí todos
los colores de la flor, las personas tenemos dentro, muchas habilidades y cualidades que podemos hacer
crecer.
Nosotros tenemos que aprender a crecer amando a nuestros padres, respetándolos, siendo solidarios y
generosos con ellos. Debemos aprender a tener dentro de nosotros una conciencia moral, por la cual
vayamos descubriendo lo que es bueno y lo que es malo. De esta manera, creceremos con buenos hábitos y
podremos así relacionarnos dentro de nuestra familia y en nuestra comunidad como buenas personas.

5. ORACIÓN Y COMPROMISO
(Desarrollar “Compromiso” de la ficha Nº 09)
Respuesta: 1–9 2–10 3–1 4–2 5–5 6–8 7–4 8–6 9–7 10–3
Que los alumnos elaboren su compromiso y su oración a Dios, sabiendo que Jesús quiere que cada uno
de ellos crezca como persona, descubriendo dentro de sí los valores, los talentos y las habilidades que
poseen.
Para la próxima semana, aprenderse la parábola del Buen Samaritano. Buscarla en Lucas 10, 30 – 37.
Traer cada uno un pañuelo.
Canto: Vamos, no tangas miedo

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Lo más importante
10 es saber amar
1. OBJETIVOS

 Que los alumnos descubran que el amor es el resumen de todos los mandamientos.
 Que los alumnos reconozcan que no hay verdadero amor sin un compromiso con nuestros hermanos.

2. MOTIVACIÓN
Dinámica: Los Lazarillos
Se reparten vendas a la mitad del grupo, con el fin de vendarse los ojos para ponerse en la situación de
los ciegos. La otra mitad del grupo desempeña la función del lazarillo con su compañero correspondiente, es
decir, acompañándole para guiarle, ayudarle a vivir situaciones difíciles, como por ejemplo la prueba de
alimentos, oler, palpar, caminar con obstáculos (subir, bajar, etc.), pero sin utilizar el sentido de la vista.
Cuando pase el tiempo que se haya especificado, se cambian, es decir, los “lazarillos” serán los ciegos y
estos últimos los “lazarillos”.
Conversar:
1. ¿Qué les ha parecido la dinámica? ¿Qué sentimientos tuvieron cuando eran ciegos? ¿Qué
sentimientos tuvieron cuando eran lazarillos?
2. ¿Cuándo estábamos vendados, sentíamos confianza en aquel que me guiaba? ¿Qué intención tenía
yo cuando cumplía el papel de lazarillo y ayudaba a mi compañero (a) a caminar por el salón?
Dios nos pide que estemos siempre dispuestos a ayudar a aquellos que necesitan de nuestra ayuda; y
sentir un amor especial por ellos, para poder guiarlos hacia Dios. Sin embargo, siempre que ayudamos a
alguien lo hacemos muchas veces por conveniencia o por recibir algo a cambio. Así, muchos hombres y
mujeres de hoy buscan dar y recibir amor a través de:
(Desarrollar “Nuestra Realidad” de la ficha Nº 10)
Respuestas: Negativas: El placer – El dinero – El poder.
Positivas: La solidaridad – La confianza – La entrega.
(Estas respuestas son sólo sugerencias; puede haber muchas otras. Tratar de explicar con ejemplos cada
palabra, si es posible).
Sugerencia: Puede preguntarse a los alumnos quiénes han leído la lectura e invitar a un grupo a
escenificarlo, mientras se la lee como motivación al tema. Pueden ser un promedio de 7 niños (el mendigo, el
sacerdote, el levita, el buen samaritano, el médico de la ciudad y los dos asaltantes). Conversar luego acerca
de los personajes…

3. ILUMINACIÓN
Leer Lc 10, 30 – 37: “Parábola del Buen Samaritano”
Contestar las preguntas de la ficha, de la parte 1 (Iluminación). Es un trabajo reflexivo, que invita a los
alumnos a pensar de manera personal sus respuestas. Tratar de guiarlos para que no contesten algo que no
tenga que ver con la pregunta.

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4. INTERIORIZACIÓN
¡Esta enseñanza es difícil de aceptar! Aparentemente, el escriba pretende confundir a Jesús con una
pregunta difícil, y Jesús responde con una de las historias más bellas del Nuevo Testamento: la parábola del
buen samaritano.
“¿Quién es mi prójimo?”, pregunta el experto. Hubiera sido suficiente si Jesús le hubiera enseñado que
prójimo es todo aquel que ayuda al que sufre. Sin embargo, la parábola va más allá e inserta la figura de un
samaritano, quienes en los tiempos bíblicos, eran odiados por los judíos. Sin embargo, es este samaritano
marginado el que presta la ayuda que el sacerdote y el levita se negaron a realizar.
Todo ello significa, en esta parábola, que el que más ama no es el que sabe más de Dios (el sacerdote),
sino el que es considerado como “no creyente” (el samaritano). Por eso, en primer lugar, no debemos juzgar a
las personas por sus títulos o por sus apariencias, sino más bien por sus obras.
El conocimiento acerca de Dios y de su voluntad no es suficiente para alcanzar la vida eterna. La fe en
Dios debe ser expresada en obras que yo realizo con mi prójimo, con aquel que me necesita, desde mi
hermano más pequeño, hasta la persona más anciana de mi casa, de la calle, de cualquier lugar.
Este es el secreto de una vida verdaderamente cristiana, que vivamos en el AMOR: dando amor, para
recibir amor. Y darlo sin esperar nada a cambio, sólo la alegría que provocamos en Dios, cuando hacemos
algo por nuestro prójimo.
Jesús nos dijo que nos amemos unos a otros como él nos ha amado (Jn 15,12); que no hay amor más
grande que de aquél que da la vida por sus amigos (Jn 15,13); que aquellos que hayan hecho algo por los
que sufren serán bienvenidos en su Reino; que mucha gente creerá cuando vean cómo realmente nos
amamos. Por eso, Jesús quiere que nosotros seamos “buenos samaritanos”, porque desea que en nuestros
corazones reine siempre el AMOR.
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 10, parte 2)
Respuestas: Soy solidario y servicial con los que sufren – Amo a Dios por encima de todo.
Amo a los demás como a mí mismo – Estoy dispuesto a dar mi vida por los demás.

5. ORACIÓN Y COMPROMISO
Que los alumnos hagan su compromiso con Jesús de amar cada quien a su prójimo como a sí mismo y a
Dios por sobre todas las cosas, apoyándose en la frase: “Ámense los unos a los otros como yo los he
amado”. Y que pidan a Dios Padre que les haga capaces de amar y sentir amor de verdad, haciendo el bien a
sus hermanos, sobre todo, a aquellos que se encuentran más cerca: su familia.
No olvidarse de traer para el siguiente tema una estampa con la imagen de Jesús. Tampoco olvidarse de
entregar la citación a sus padres para la próxima semana.
Canto: Amar es entregarse

24
Sección
Sección
03
03
Conociendo aa Jesús
Conociendo Jesús yy aa María
María
Conozcamos
11 y amemos a Jesús
1. OBJETIVOS

 Que los alumnos conozcan al Hijo de Dios: Jesús, que vino al mundo a enseñarnos el amor y el perdón.
 Que los alumnos amen a Jesús y se entusiasmen por hacer lo que Él mismo hizo.

2. MOTIVACIÓN
Historia: Rebeca y Teodoro
Rebeca como una buena madre, todos los días se preocupaba y no veía el modo posible de cómo
enseñar a su hijo para que conozca y ame a Jesús. Cierto día llega su hermana Rosa y le contó su
preocupación. Rosa le da unos consejos muy bonitos: para que el niño conozca a Jesús hay que enseñarle
todos los días a rezar las oraciones fundamentales (Padre Nuestro, Ave María, Credo, etc). Rebeca pone en
práctica este consejo. Así fue descubriendo que, poco a poco, su hijo iba sintiendo el deseo de rezarle a Dios.
Todos las noches antes de descansar, Rebeca y Alberto, sus papás, entraban a su cuarto y le enseñaban a
rezar. Teodoro, poco a poco, fue sintiendo y descubriendo que Jesús era un verdadero amigo, a quien podía
también amar, y que teniéndole cerca podía sentirse feliz.
En el hecho de conocer y amar a Jesús, Teodoro descubrió, posteriormente, que el estar junto a él no
sólo era conversarle, hablando muchas palabras, sino y sobre todo, en la medida en que iba creciendo, cada
día descubría a Jesús, el Hijo de Dios, en su vida, en la de sus amigos y en la de su familia.
Dialogar:
 ¿Cuál era la preocupación de la madre de Teodoro?
 ¿Qué consejo da Rosa a su hermana Rebeca?
 ¿Qué oraciones sabes rezar? Menciónalas.
 ¿Tú también deseas o quieres conocer y amar a Jesús?
 ¿Quién es Jesús para ti?
(Desarrollar “Quién es Jesús” de la ficha Nº 11)
Respuesta: Jesús es el Hijo de Dios, que se hizo hombre para enseñarnos el camino hacia Dios. Toda su
vida fue una entrega constante hacia nosotros. La víspera de su muerte quiso quedarse con
nosotros en forma de Pan, para que lo podamos recibir todos los días en cada Eucaristía.

3. ILUMINACIÓN
Leer Mc 10,13-16: “Dejen que los niños vengan a mí”
 ¿De qué habla el texto bíblico?
 ¿Quiénes impiden que los niños se acerquen a Jesús?
 ¿Por qué crees que Jesús desea acoger a los niños?
- Porque quería que le conozcan, le amen y le consideren como un verdadero amigo.
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 11)
Respuesta: Alegre – Honesto – Respetuoso – Sincero – Paciente
Obediente – Servicial – Amigable – Humilde – (uno que añadan ellos)

27
4. INTERIORIZACIÓN
Claramente podemos notar cómo Jesús tiene una gran preferencia por los niños. Él desea que nosotros
estemos cerca a él, porque nos ama. Pero, ¿quién es Jesús realmente? ¿Por qué se nos habla tanto de él?
De Jesús, se nos dice, que es el Hijo de Dios, que ha venido a este mundo para enseñarnos cómo
debemos amarnos y cómo debemos amarle, para que todos seamos felices y salvados del pecado. Su vida
fue un ejemplo de amor, de paz, de sabiduría, de perdón, de amistad y de solidaridad.
Cuando Dios lo vio conveniente, pensó cumplir aquella promesa que había hecho al pueblo que él había
preparado tanto tiempo. Ese pueblo era Israel y la promesa fue el enviarles a un Salvador, no para que los
liberase del poder opresor, sino de la esclavitud del pecado.
Jesús, como cualquier niño, nació del vientre de una madre, María, en la ciudad de Belén, al otro lado del
mundo. Así lo anunciaron los profetas del Antiguo Testamento. Dios mismo había preparado a María para este
momento. Por eso, Dios es el Padre de Jesús y Padre nuestro también desde aquel mismo instante en que
empezó a hacerse uno de nosotros.
A Jesús le fue encomendada una misión: la de hacernos hermanos y así ayudarnos a salvar nuestra vida
para ofrecérsela a Dios, por quien cada uno de nosotros existimos. Por eso decimos que Jesús es el Señor.
Cuando rezamos el Credo en la Misa decimos: “Creo en Jesucristo, Hijo único de Dios”, porque para nosotros
Jesús no sólo fue un hombre más, sino que realmente era el Hijo de Dios.
Dios una vez dijo a los apóstoles de Jesús: “Éste es mi Hijo amado, escúchenlo” (Mc 9,7). Y para
escuchar hace falta guardar silencio y poner mucha atención. Es que Jesús ha venido con un mensaje muy
importante de parte de Dios y nosotros debemos “escucharlo”; es decir, recibirlo en nuestro corazón y vivir
cada día como un buen cristiano. Actualmente, podemos escucharlo a través de la Biblia y de la Catequesis.
Cuando Jesús empezó su misión, recorrió todos los pueblos y ciudades del lugar donde nació. Anunciaba
a todos la Buena Nueva de que Dios nos quiere y nos perdona. Decía: “Se ha cumplido el plazo. El Reino
de Dios está aquí. Tomen otro camino y crean en la Buena Nueva” (Mc 1,15). La Buena Nueva es el Reino de
Dios, que no es otra cosa más que el anuncio a todos los seres humanos para tratar de vivir, unidos a Jesús,
como una sola familia de hermanos, que reconozcan a Dios como Padre amoroso y se ayuden entre sí para
ser felices cada día, tanto aquí en la tierra como cuando gocemos todos juntos en el cielo.
Ahora bien, lo único que debemos hacer en nuestra vida como cristianos, es aprender a conocer y amar a
Jesús. Esto lo lograremos en la medida en que recemos y lo sintamos cerca, pues Jesús fue niño como
nosotros, tuvo una familia y sintió cosas parecidas a las que cada uno de nosotros sentimos.
Aprendemos a conocer y a amar a Jesús en la medida en que sintamos aprecio, respeto, solidaridad y
amor por los amigos, por la familia y por todos aquellos que nos necesitan.
No olvidemos que Jesús mismo es quien tiene la iniciativa de acoger y recibir a todos los niños, o a los
que son como ellos, en sus brazos. Pues si Jesús nos conoce a todos por nuestro propio nombre, de la
misma manera quiere que también nosotros le conozcamos y, más aún, le amemos, como Teodoro.

5. ORACIÓN Y COMPROMISO
Que los alumnos elaboren su compromiso con Jesús, dándole gracias por haber querido hacerse uno de
nosotros y enseñarnos la manera de cómo comunicarnos con él.
Que cada uno pegue la estampita de Jesús en la cabecera de su cama y hable con él cada noche antes
de dormir.
Canto: Yo tengo un amigo que me ama

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Jesús entregó su vida
12 para salvarnos
1. OBJETIVOS

 Experimentar con los alumnos cómo el amor de Jesús es tan grande que entregó su vida por
nosotros.
 Descubrir que la Resurrección de Jesús es fuente de Vida Nueva para todos.

2. MOTIVACIÓN
Llevar una maceta con una hermosa planta a la sesión de catequesis o hacer que los alumnos salgan a
pasear a un jardín donde haya un gran árbol y empezar a narrarles la siguiente historia:
“Había una vez, en un jardín hermoso, un árbol muy, pero muy grande. Llenos de hojas y flores
preciosas. Era época de primavera y muchos pajarillos hacían su nido en aquél árbol. Había espacio para
todos. Cuando se llegó la época de otoño, las flores empezaron a transformarse en deliciosos frutos. Y en la
época de invierno, estos frutos empezaron a producir mucha semilla. Sin embargo, los pajarillos que se
cobijaban en el árbol, se comían estas semillas. Muy pronto, aquel árbol iba a morir y sus semillas no
llegaban a tocar el suelo.
Una familia de 12 pajarillos entendió que si el árbol no crecía de nuevo las futuras generaciones no
gozarían lo que ellos vivían en aquel momento. Fue así que dejaron caer algunas de las semillas de aquel
árbol, que con la fuerza del viento se propagaron por todo el jardín. Muy pronto, por la acción de la misma
naturaleza, de la lluvia y de la tierra, del aire y del sol, estas semillas murieron para dar origen a nuevas
plantas. Con el pasar del tiempo, aquél árbol había dejado de existir en el jardín, pero toda su familia de
árboles seguidores adornaban el lugar con una belleza inigualable, porque sabían de dónde habían surgido.
El primer árbol había dado vida a los demás. Era el mismo árbol que vivía aún en todo el jardín. Y muchos
otros pajarillos, provenientes de todos lados, llegaban a este hermoso lugar para escuchar la historia del gran
árbol y seguir propagando las semillas hacia otros jardines del mundo”.
Dialogar:
 ¿De qué trata esta historia?
 ¿Con qué elementos de la historia de Jesús podemos comparar esta narración?
o Con su vida (el árbol en el jardín), muerte (dando origen a nuevas plantas) y resurrección (seguía
viviendo en el jardín con la existencia de los demás árboles: la Iglesia)
(Desarrollar “Jesús muere por nosotros” de la ficha Nº 12)
Respuesta: Jesús vivió para los demás. Se dedicó a luchar contra el mal. Con su muerte nos dio la
salvación y con su resurrección la vida eterna junto a Dios. Ésta es la más grande prueba de
su amor: morir para darnos vida y esperanza.

3. ILUMINACIÓN
Jn 15, 12-13; Lc 24, 1-7
(Dialogar y desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 12 – Parte 1)
 ¿Cómo logra Jesús la salvación para nosotros? (Con su MUERTE en la Cruz)
 ¿Qué nos demostró Jesús con su muerte? (Su gran AMOR hacia nosotros)
 ¿Cómo venció Jesús a la muerte? (RESUCITANDO, volviendo nuevamente a la vida)
 ¿Cuáles son los signos de resurrección hoy en nuestro mundo?

29
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 12 – Parte 2)
Respuesta: V – F (ayudamos) – F (amamos) – V – F (la paz) – V – F (respetamos) – V – F (la verdad) – V

4. INTERIORIZACIÓN
Jesús nos ha enseñado muchas cosas en su vida. Todas ellas tienen un gran valor para nosotros. Con su
ejemplo descubrimos la importancia que tiene la familia, los amigos, los marginados, los pobres, la
comunidad, el celebrar con alegría los acontecimientos de la vida diaria, incluso, nos enseña amar a Dios,
nuestro Padre.
Jesús vivió para los demás; así lo manifestó hasta su muerte en la cruz. Se dedicó con todas sus fuerzas
a luchar contra toda forma de mal: el sufrimiento, las enfermedades, la injusticia, el hambre, la pobreza, los
demonios, la muerte y el pecado.
Jesús anunció a todo el mundo una sola verdad: Dios es nuestro Padre, Él nos llama a ser sus hijos y
todos somos hermanos; llamados a vivir solidariamente, tratando de que nadie sufra, velando por los más
débiles, compartiendo lo poco que tenemos, defendiendo en todo momento la vida, motivando a la
conversión.
Jesús anunció también la salvación ofrecida por Dios, quien quiere que todos lleguen a salvarse y no sólo
una parte. Es con la muerte de Jesús que todos hemos llegado a alcanzar esa salvación. Sin embargo, para
sentirnos completamente salvados, debemos hacer nuestra esta entrega mediante un profundo acto de fe,
que abarca cuatro importantes espacios de nuestra vida.
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 12 – Parte 3)
Respuesta: Primero, en relación con nosotros mismos , ya que por Jesús hemos sido llamados a vivir
en libertad y en armonía. Segundo, en relación con el mundo creado , por medio del trabajo, para ponerlo al
servicio de todos. Tercero, en relación con las demás personas , ya que Jesús nos ha enseñado a buscar
siempre el bienestar social y la justicia. Y, por último, en relación con Dios , ya que Jesús nos enseñó a vivir
como verdaderos hijos suyos, con amor, con confianza, y no con temor.
La más grande muestra de amor hecha por Jesús fue la de haber entregado su vida por nosotros en la
cruz. Pero dicha entrega no tendría sentido si no hubiera resucitado para salvarnos, devolviéndonos la alegría
y la esperanza para superar toda dificultad; enseñándonos, además, que con la muerte no se acaba todo. Si
Jesús elige morir fue para darnos vida, para darnos esperanza.
En eso consiste la grandeza del amor de Dios, no sólo en los milagros hechos por su Hijo Jesucristo,
como sanar enfermedades o multiplicar los panes y los peces, sino en llegar a ser uno como nosotros, hasta
el punto de considerarse uno más; naciendo entre los más pobres; conociendo el esfuerzo del trabajo y del
estudio; pero, sobre todo, nos demuestra su amor llegando hasta morir por nuestros pecados, para resucitar y
alegrarnos con su nueva presencia entre nosotros.

5. ORACIÓN Y COMPROMISO
Invitar a los alumnos a realizar un momento de silencio para reflexionar sobre su compromiso de esta
semana, teniendo presente el amor de Jesús, que vive y nos acompaña. Así mismo, orar al Señor que dio su
vida para salvarnos de nuestros pecados y resucitó para darnos esperanza, elaborando, cada uno en su
ficha, una petición. Luego terminar con una celebración, en la que se dirija al Señor cada una de las
peticiones elaboradas y se conteste a cada petición: “POR TU CRUZ Y RESURRECCIÓN NOS HAS
SALVADO, SEÑOR”.
Que cada catecúmeno anote en su cuaderno de catequesis la oración del Ave María y se la aprenda para
la siguiente semana.
Canto: Aleluya, Aleluya, el Señor resucitó

30
María es
13 la Madre del Salvador
1. OBJETIVOS

 Que el alumno reconozca que Jesús es hijo de María por voluntad divina.
 Que el alumno descubra que Jesús nos entrega a María como nuestra madre.

2. MOTIVACIÓN
Historia de María, la madre de Jesús.
Hace más de 2000 años que Jesús, el Hijo de Dios, vino a este mundo. Como sabemos, él fue un hombre
integrado plenamente a una familia humana. Los evangelistas Mateo y Lucas nos narran la infancia de Jesús,
en la que se nos dice que su madre fue María, la misma que estaba comprometida con un hombre llamado
José (Lc 1,27; Mt 1,16).
Ella había sido escogida por Dios Padre para ser la Madre del Salvador. Por eso, Dios la libró de toda
mancha de pecado y la conservó llena de pureza y gracia. María fue una mujer sencilla, sus padres fueron
Ana y Joaquín y vivió en un pueblo pobre y humilde: Nazaret de Galilea, una región muy despreciada en el
país (Lc 1, 26).
Un día, el ángel Gabriel llega con un mensaje de parte de Dios y le dice: “Salve, llena de gracia, el Señor
está contigo” (Lc 1,28). Desde ese momento, María se abre al proyecto de Dios y acepta seguir su vida de
acuerdo a lo que Dios quiso para ella (Lc 1,30-38): ser la madre de Jesús.
María le dijo “sí” a Dios. Y esta fe y aceptación de Dios las manifestó en su actitud de servicio a los
demás y en su compromiso de trabajar para que el mundo sea más justo, igualitario y fraterno como Dios
quiere.
Pero del mismo modo que el resto de personas que acompañaron a Jesús, María tuvo que ir entendiendo
todo el proyecto de Dios en la historia de salvación. Todo lo guardaba en su corazón (Lc 2, 51), acompañando
la misión de su Hijo, incluso, hasta el momento de su sufrimiento (Lc 2, 35) y su muerte, en que Jesús nos la
entrega como madre nuestra, como madre de toda la Iglesia (Jn 19, 25-27).
María fue modelo de discípulo, ya que se mantuvo fiel a Dios hasta el final, cumpliendo en todo su
voluntad. Por eso fue llevada al cielo, junto a su Hijo, para que desde ahí interceda siempre por nosotros.
María no es una diosa, pero es nuestra madre coronada como reina de toda la creación.
Dialogar:
 ¿María dijo sí a la voluntad de Dios? ¿Por qué?
 ¿Cuáles son las características de María? (humilde, sencilla, madre buena, servicial, etc.)
 ¿María fue escogida para ser la Madre de Jesús? ¿Quién le anunció que iba a ser la Madre de Dios?
 Conversamos sobre nuestra madre ¿Cómo se llama? ¿Qué trabajo realiza en casa o fuera de ella? ¿Cuál
es el deseo de una madre para su hijo o hija? ¿Por qué trabaja la madre en casa? (porque quiere mucho
a sus hijos)
 Además de nuestra mamá en la tierra, nosotros tenemos otra mamá en el cielo ¿Quién es? (María, la
madre de Jesús que es también nuestra madre)
(Desarrollar “Motivación” de la ficha Nº 13)
Respuesta: María es la Madre de Jesús y también nuestra Madre, porque Jesús nos la entregó con
mucho amor desde la Cruz.

31
3. ILUMINACIÓN
Empezamos leyendo el relato de Lc 1, 26-38; Jn 19, 25-27.
 Conversar sobre el texto: ¿De qué trata cada texto? ¿Quiénes son los personajes? ¿Qué mensaje nos da
cada texto que hemos escuchado?
Observar una lámina, dibujo o cuadro de María.
 Dialogar cómo es María, nuestra madre:
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 13 – Parte 1)
Respuesta: Humilde – Sencilla – Bondadosa – Cariñosa – Servicial – Amable – Alegre – Fiel

4. INTERIORIZACIÓN
Volvemos a la historia de María y constatamos que ella verdaderamente fue la Madre de Jesús. Ella fue
también una mujer pobre y sencilla que cumplió la voluntad de Dios, para que nosotros sepamos cómo vive
un buen cristiano.
María fue la mujer que acompañó en toda su vida a Jesús, incluso hasta la muerte. Ella es un ejemplo y
modelo de madre para todas las madres del mundo, pero también para todo aquel que sigue a Jesús y se
hace llamar cristiano, ya que todos estamos llamados, como hijos de Dios, a imitar a María en hacer siempre
la voluntad del Padre.
Ella, que está ahora al lado de su Hijo, nos acompaña y nos cuida ¿Cómo podemos responder al cariño y
al amor de María por cada uno de nosotros? (siendo también amables, serviciales, alegres, bondadosos;
conversando siempre con ella, rezándole el Ave María antes de dormir...).
Jesús, a través de María, su Madre, nos enseña a creer y a mostrar esa fe sirviendo a los demás y
trabajando para que haya un mundo más justo.
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 13 – Parte 2)
Respuestas: - Jesús entrega a su Madre por puro amor a nosotros.
- Lo mismo hace María quien nos entrega a su Hijo.
- María es la Madre del Salvador y de la Iglesia.
- María fue una mujer humilde y sencilla.
- María cumplió siempre la voluntad de Dios.
- María fue llevada al cielo por Dios.
- María fue coronada como Reina de la creación.

5. ORACIÓN Y COMPROMISO
Que los alumnos se comprometan en aceptar a María, la madre de Jesús, como madre suya; y le dirijan
una oración, pidiéndole que les ayude a ser cada día más y mejores cristianos. Rezar juntos el Ave María al
terminar la catequesis.
No olvidarse de traer para la siguiente reunión una estampita de la Virgen María.
Canto: María Testigo

32
Por María
14 llegamos a Jesús
1. OBJETIVOS

 Que los alumnos reconozcan en María a una mujer humilde, pobre y sencilla que cumplió la voluntad
de Dios Padre.
 Que descubran que María es nuestra Madre que siempre intercede por nosotros ante su hijo Jesús.

2. MOTIVACIÓN
Canción: “Junto a ti María”
Junto a ti María Gracias madre mía,
como un niño quiero estar por llevarnos a Jesús,
tómame en tus brazos, haznos más humilde,
guíame en mi caminar, tan sencillos como tú.
quiero que me eduques, Gracias Madre Mía,
que me enseñes a rezar, por abrir tu corazón
hazme transparente, porque nos congregas
lléname de paz. y nos das tu amor.
Madre (4v) (Bis) Madre (4v) (Bis)
Reflexión:
Si una persona se encuentra ciega necesitará siempre de sus ojos para poder ver. Si una persona no
tiene brazos, necesitará de ellos para poder abrazar. Si una persona se encuentra postrada en cama con
dolor de cabeza, necesitará estar mejor para poder trabajar. Si alguno de nosotros no tiene padres, siempre
necesitaremos de ellos para poder aprender a amar y ser amados. Y si no los tenemos junto a nosotros,
desde donde estén, ellos siempre nos acompañan con sus oraciones. Así es María, la Madre de Jesús y
también Madre Nuestra. Ella siempre intercede por nosotros ante su HIJO, porque nos ama y es
verdaderamente nuestra MADRE.
Nosotros ¿necesitamos de una madre? ¿Sí o no? ¿Por qué necesitamos de una madre? ¿Qué nos dice
la canción que acabamos de aprender?
(Desarrollar “Motivación” de la ficha Nº 14)
Respuesta: María nos guía en nuestro caminar. Nos educa y nos enseña a rezar. Nos hace
transparentes y nos llena de paz. Ella siempre intercede por nosotros ante Jesús.

3. ILUMINACIÓN
Jn 2,1–10: Las bodas de Caná.
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 14 – Parte 1)
 ¿De qué nos habla el texto?
De un milagro realizado por Jesús, en el que convierte las tinajas de agua en el mejor vino.
 ¿En qué acontecimiento se encuentran?
En una fiesta muy grande que realizaba el pueblo de Israel, conocida como las BODAS DE CANÁ.
 ¿Quién interviene para que se realice en milagro?
María, la Madre de Jesús y Madre nuestra.

33
4. INTERIORIZACIÓN
María es la madre de Jesús. Dios mismo la eligió para ser la madre de su Hijo. Fue concebida desde el
vientre de su madre, Santa Ana, libre y preservada de toda mancha de pecado. Ella fue virgen al concebir a
su propio hijo, virgen durante el embarazo, en el parto y después del parto. Hizo la voluntad de Dios; colaboró
en la obra de salvación junto a su Hijo.
María es madre de la Iglesia, es intercesora y abogada de nosotros. Ella es quien nos acerca más a su
hijo Jesús y al mismo tiempo Jesús nos la da como Madre.
Fue una buena Madre que cuidó a su Hijo en todos y cada uno de los momentos esenciales que le tocó
vivir. María acompañó a Jesús en su vida y estuvo junto a la cruz cuando entregó su vida por todos nosotros.
María, después de la resurrección, acompañó a los apóstoles en el inicio de la formación de la Iglesia. Y
después que fue llevada a los cielos, sigue intercediendo por nosotros ante su Hijo, como lo hizo desde el
primer momento en las Bodas de Caná, siempre preocupada y atenta a las necesidades de los demás.
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 14 – Parte 2)
Respuesta: María, la Madre de Jesús, fue una mujer pobre y sencilla, que aceptó la voluntad de Dios en
su vida; enseñándonos así a ser buenos hijos de Dios.
Por eso todos nosotros debemos actuar en nuestras vidas con las mismas actitudes con las que actuó
María en toda circunstancia: en la oración, en aceptar la voluntad de Dios, en el servicio a los demás, en la
alegría y en los sufrimientos.
(Desarrollar “Profundización” de la ficha Nº 14)
Respuesta: María es una mujer humilde y sencilla.
María intercede siempre por nosotros.
María estuvo al servicio de los demás.
María es modelo de Fe.
María dijo sí a la voluntad de Dios.
María nos acerca más a su Hijo Jesús.
María es la Madre de nuestro Salvador.
María es la llena de Gracia.
María es libre de todo pecado.
María acompañó a Jesús en la Cruz.

5. ORACIÓN Y COMPROMISO
Colocar la imagen de María al centro del grupo con una vela encendida. Que cada catecúmeno elabore
su compromiso y su oración a María, pidiéndole que le ayude a aceptar la voluntad de Dios en su vida, tal
como ella lo hizo.
Que cada alumno, además, pegue la estampita de María en la cabecera de su cama y hable con ella
cada noche antes de dormir.
Canto: Junto a ti, María

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Aprendiendo a vivir
15 como los santos
1. OBJETIVOS

 Conocer y valorar aspectos de la vida de los santos, como puntos de referencia para orientar y
evaluar nuestro comportamiento.
 Que el alumno descubra que los santos nos acercan más a Dios.

2. MOTIVACIÓN
Cuento: El Pastor pobre
En tiempos del rey Herodes, la noche en que nació Jesús, los ángeles llevaron la buena noticia a los
pastores. Había un pastor muy pobre, tan pobre que no tenía nada. Cuando sus amigos decidieron ir al portal
llevando algún presente, le invitaron a él también. Pero él decía: “Yo no puedo ir. Tengo las manos vacías.
¿Qué puedo dar?” Pero los otros le insistieron tanto que acabaron por convencerle. Así llegaron donde estaba
el niño con su madre y José. María tenía al niño entre sus brazos y sonreía al ver la generosidad de quienes
ofrecían queso, lana o algún fruto. Cuando divisó al pastor que no llevaba nada, María le pidió que se
acercara. Él se acercó avergonzado. Y María, para tener las manos libres y poder así recoger los regalos de
los pastores, depositó dulcemente al niño entre los brazos del pastor que llevaba las manos vacías.
 ¿Qué entendieron del cuento?
 ¿Qué es lo más impactante?
(Desarrollar “Motivación” de la ficha Nº 15)
Respuesta: Para vivir una vida santa, no es necesario hacer tantas cosas, sino tener a Jesús con
nosotros.
Eso hicieron los grandes santos reconocidos por la Iglesia y a quienes nosotros debemos
imitar.
 Lo único que hicieron fue entender cada una de las Bienaventuranzas que a continuación escucharemos.

3. ILUMINACIÓN
Leer Mt 5, 1–10
Escuchar las bienaventuranzas, ya que son como el camino que siguieron los santos y santas para vivir
unidos al Señor. (Explicar lo que significa cada una de ellas).
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 15 – Parte 1)
Respuesta: Felices los de espíritu pobre, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Felices los humildes, porque ellos poseerán en herencia la tierra.
Felices los que lloran, porque ellos serán consolados.
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Felices los misericordiosos y compasivos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Felices los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios.
Felices los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Felices los perseguidos por el bien, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
4. INTERIORIZACIÓN
Hay que tener claro, que el santo en sí no puede hacer milagros, porque los milagros sólo los hace Dios.
Pero como santos, viven juntos y unidos a Dios en el cielo y pueden interceder por nosotros, cuando les
pedimos su ayuda. Ser santo es participar de la santidad de Dios. Jesucristo es el Santo de los santos y el
Espíritu Santo es el Santificador.
Todos fuimos creados por Dios para ser santos en la tierra y luego en el cielo. Perdimos esa vida de
santidad por el pecado, pero Jesucristo nos reconcilió con el Padre por medio de la Cruz. Es por el bautismo
que recibimos ese camino nuevo de santidad y somos liberados del pecado, pasando así a formar parte de
Cristo para ser Hijos de Dios y participar de su santidad.
Quien persevera en la santidad se salvará para la vida eterna. Dios quiere que todos se salven (1Tm 2,4),
pero no todos se abren a la gracia que santifica. Para salvarse es necesario renunciar al pecado y seguir a
Cristo con fe. Por eso San Pablo nos dice: "Hermanos: Busquen la paz con todos y la santificación, sin la cual
nadie verá al Señor" (Heb 12,14). La única verdadera desgracia es no ser santos.
Nosotros como cristianos veneramos a los santos. Los primeros santos venerados fueron los discípulos
de Jesús y los mártires (aquellos que murieron por Cristo). Mas tarde también se incluyó a los confesores (se
les llama así porque con su vida "confesaron" su fe), las vírgenes y otros cristianos que demostraron amor y
fidelidad a Cristo y a su Iglesia y que vivieron con virtud heroica su vida cristiana, es decir, son un ejemplo de
vida para nosotros. Ellos nos enseñan el camino que debemos seguir para alcanzar también la santidad.
Hasta la actualidad existen una infinidad de personas santas. Por eso se celebra la fiesta de todos los
santos, el primero de noviembre. Los santos en el cielo son como nuestros hermanos mayores que nos
ayudan con su ejemplo e intercesión hasta llegar a reunirnos con ellos. La devoción que tenemos hacia los
santos es una expresión de la comunión que existe entre todos los cristianos, tanto los que gozan de la
presencia de Dios como los que aún estamos en este mundo.
Los santos interceden por nosotros. En virtud de que están en Cristo y gozan de su presencia, los santos
pueden interceder por nosotros. La intercesión nunca reemplaza la oración que dirigimos a Dios, ya que él
puede conceder nuestros ruegos sin la mediación de los santos. Pero, como Padre, se complace en que sus
hijos se ayuden y así participen de su amor. Dios ha querido constituirnos como una gran familia, en la que
cada miembro haga el bien a su prójimo.
Los santos son modelos. Debemos imitar la virtud heroica de los santos. Ellos nos enseñan a interpretar
el Evangelio, sobre todo, aprendiendo a vivir las bienaventuranzas. Por ejemplo, al ver como los santos aman
la Eucaristía, a la Virgen y a los pobres, podemos entender hasta dónde puede llegar el amor en un corazón
que se abre a la gracia. Imitando la vida ejemplar de los santos estaremos dando gloria a Dios y pasaremos
también nosotros a vivir esa santidad que procede de Dios. Ahora bien, para llegar a serlo debemos cumplir
siempre ciertas actitudes…
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 15 – Parte 2)
Respuesta: NO – SI – SI – NO – NO – SI – SI – NO – SI – SI – NO.

5. ORACIÓN Y COMPROMISO
Que los alumnos elaboren una oración a Dios, pidiéndole que les haga más humildes. Que se
comprometan a ser partícipes de las diversas actitudes cristianas que les hagan mejores seguidores de
Jesús. Y que cada uno escriba en su cuaderno de catequesis la historia de algún santo patrono de su
comunidad.
Canto: Alma Misionera
Sección
Sección
04
04
Participando en
Participando en la
la Iglesia
Iglesia
La Iglesia,
16 nuevo pueblo de Dios
1. OBJETIVOS

 Que los alumnos reconozcan que la Iglesia la formamos todos los bautizados y que no se reduce al
templo.
 Que los alumnos descubran que están llamados a formar Iglesia.

2. MOTIVACIÓN
Canto dinámico: A edificar la Iglesia
Dialogar:
 ¿Qué grupos hay en nuestra comunidad? ¿Qué hacen estos grupos?
 ¿Estos grupos forman Iglesia? Sí o no ¿Por qué?
 ¿Qué es Iglesia? (preguntar a cada uno, felicitarle con aplausos por lo que dice)
 ¿Qué diferencia existe entre el Templo y la Iglesia? Descúbrelo desarrollando:
(Desarrollar “Motivación” de la ficha Nº 16)
Respuesta: TEMPLO – IGLESIA
El TEMPLO es la casa de Dios, donde se reúnen los cristianos para rezar y alabar a Dios.
Estas personas son y forman IGLESIA. Por eso, la Iglesia es el Pueblo de Dios presente en
todo el mundo.

3. ILUMINACIÓN
Texto Hch 2,42 - 47.
Dialogar e ir desarrollando “Iluminación” de la ficha Nº 16 – Parte 1:
 ¿De qué libro está tomado el texto?
 ¿De qué nos habla el texto?
Nos habla cómo vivían los primeros cristianos y cómo ellos fueron formando la Iglesia de Jesús.
 ¿Quiénes fueron las primeras personas que formaron la Iglesia?
Los apóstoles, amigos de Jesús.
 ¿Todos comparten lo que tenían? ¿cómo?
Sí, vendiendo sus posesiones y sus bienes y repartiendo el dinero entre todos, según la necesidad de
cada uno.
 ¿Hoy, quiénes forman la Iglesia?
Todos los bautizados en la fe cristiana.
 ¿Quién es el fundador de la Iglesia?
Jesucristo
 ¿Deseas formar comunidad? ¿por qué?
 Según la Biblia (Hch 2,42-46) ¿Cómo tenemos que vivir los cristianos que formamos Iglesia?
Acudiendo todos los días a la enseñanza de la Biblia y a la catequesis, asistiendo a la fracción del pan o
la Eucaristía, viviendo cada día en comunión con los demás y orando siempre a nuestro Padre Dios.
4. INTERIORIZACIÓN
La Iglesia, entonces, la formamos todas las personas bautizadas y aquellas que escuchan la palabra de
Dios. Jesús, durante su vida, llamó a los apóstoles para que estuvieran con él, para que ellos aprendieran de
él. Luego, ellos, cuando Jesús ya no estuvo, enseñaron juntos la palabra de Dios.
Hoy Dios mismo sigue llamando a toda la humanidad: a los niños, jóvenes, adultos para formar la Iglesia,
el nuevo pueblo de Dios; es decir, donde todos nos sintamos hermanos, amigos, compañeros, donde se
comparta lo que se tiene, ahí formamos Iglesia.
Como Iglesia e hijos de Dios, estamos llamados a crear un ambiente de solidaridad; un lugar donde
compartamos las esperanzas, las tristezas, dificultades y miedos. Por eso decimos que Iglesia significa:
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 16 – Parte 2)
Respuesta: ASAMBLEA.
El amor entre hermanos nos lleva a la unidad de la Iglesia. En la Iglesia, por mandato de Cristo, debemos
amarnos unos a otros como él nos amó y amar, sobre todo, a nuestros enemigos, porque Jesús está en el
prójimo y especialmente entre los pobres y abandonados.
Formamos Iglesia cuando rezamos, cantamos y alabamos a Dios; cuando estamos unidos y somos
solidarios; cuando ayudamos a los demás; cuando compartimos todo lo que tenemos; cuando vivimos en paz;
cuando somos buenos; cuando participamos en la Misa y celebramos la vida en comunidad.
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 16 – Parte 3)
Respuesta: La Iglesia es el Nuevo Pueblo de Dios. Su fundador es Jesucristo.
La Iglesia la conformamos todos los bautizados y debe permanecer en unión con Cristo,
porque él es cabeza de la Iglesia.
La Iglesia se caracteriza por ser misionera y todos los bautizados que participamos en ella
somos llamados hijos de Dios.

5. ORACIÓN Y COMPROMISO
Que los alumnos elaboren su compromiso reconociéndose a sí mismos como una comunidad llamada a
“formar Iglesia”.
Que los alumnos dirijan a Dios por la noche, antes de dormir, la Oración: “Haz de mí, Señor, un
instrumento de tu paz”.
Que los alumnos anoten en su cuaderno de catequesis y aprendan, para la próxima semana, los
mandamientos de la Santa Madre Iglesia.
Canto: A edificar la Iglesia
Conociendo
17 mi parroquia
1. OBJETIVOS

 Que el alumno descubra que forma parte de una familia de hermanos en Cristo, llamada parroquia.
 Que conozca cómo funciona su parroquia, como está organizada y quién es su párroco.

2. MOTIVACIÓN
Cierto día José, un adolescente de 13 años de edad, va de visita a La Esperanza para saludar a su tía y
estar unos días con su familia. En ese tiempo muchos otros adolescentes de aquella comunidad se estaban
preparando para recibir la primera comunión. Uno de aquellos le pregunta a José: ¿cómo se llama tu
párroco? Pero José no supo qué contestarle, ya que no sabía la respuesta, pues nunca había participado en
su comunidad parroquial. Sin embargo, no se sintió triste, sino que ese día decidió quedarse con ellos para
aprender aquello que no sabía.
La catequista que preparaba a los adolescentes comenzó a explicarles los mandamientos de la Iglesia.
Decía que así como existen los diez mandamientos de la ley de Dios, existen también cinco mandamientos de
la Santa Iglesia y éstos eran los siguientes: El primer mandamiento: oír misa entera los domingos y
fiestas de precepto. Es decir que todos debemos participar en la Misa, en donde se reúne la comunidad
cristiana, ya sea el día en que se celebra la Resurrección del Señor, es decir el Domingo, o en aquellas
principales fiestas litúrgicas en que se celebran los misterios del Señor, la Virgen María y los santos.
El segundo mandamiento: confesar los pecados mortales al menos una vez al año, y en peligro
de muerte, y si se ha de comulgar: Este mandamiento nos asegura la preparación para la Eucaristía
mediante la recepción del sacramento de la Reconciliación, que continúa la obra de conversión y de perdón
que recibimos en el Bautismo. El tercer mandamiento: comulgar por Pascua de Resurrección: Es decir,
comulgar al menos una vez al año, sobre todo en tiempo de Pascua, el domingo de resurrección pasada la
Semana Santa.
El cuarto mandamiento: ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manda la Santa Madre
Iglesia: Este mandamiento nos ayuda en los tiempos de penitencia que nos preparan para las fiestas
litúrgicas, como la Cuaresma antes de Semana Santa; nos ayuda a tener dominio sobre nuestros instintos y la
libertad del corazón. Y el quinto mandamiento: ayudar a la Iglesia en sus necesidades: Este mandamiento
nos señala la obligación de ayudar, cada uno según su capacidad, a socorrer a las necesidades materiales de
la Iglesia.
Después de escuchar todo lo que la catequista decía, José se dio cuenta que como cristiano estaba en la
obligación de ayudar a la Iglesia y que tenía que acercarse más a su comunidad parroquial y conocerla más,
pero sentía una duda. Él no sabía exactamente qué era una parroquia, una comunidad parroquial, un párroco.
¿Y ustedes saben qué es todo aquello? Para poder entender vamos primero a aclarar algunos términos…
(Desarrollar “Motivación” de la ficha Nº 17)
Respuesta: TEMPLO: Es el lugar donde se reúnen las familias para celebrar.
CATEQUISTA: Es aquel que ayuda en la evangelización.
SACERDOTE: Es el que guía y acompaña a la comunidad.
FAMILIA: Principal comunidad de vida cristiana.
3. ILUMINACIÓN
Hch 2, 42; 1Cor 12, 1 – 13; Mt 18, 20;
(Desarrollar “Mi Parroquia” de la ficha Nº 17 – Parte 1)
4. INTERIORIZACIÓN
Los textos nos hablan de cómo debemos vivir como comunidad cristiana, como Iglesia. Y se nos dice,
primero, que debemos acudir a las enseñanzas de los apóstoles (de los catequistas, del sacerdote); que
debemos participar de la eucaristía (para eso nos estamos preparando); que debemos hablar con Dios
mediante la oración siempre y que debemos aprender a vivir en comunidad. Esto último nos invita a formar
parte de una determinada parroquia, dependiendo dónde vivamos.
La carta a los Corintios nos habla que todos, a pesar de ser distintos, pertenecemos a un único cuerpo, a
pesar de tener diversas funciones, vivimos todos unidos en Cristo. En Él tenemos un solo cuerpo: judíos o
griegos, esclavos o libres; y en Él bebemos del mismo Espíritu.
Lo mismo sucede con la familia de una parroquia. Una parroquia está acompañada por un gran sin
número de pequeñas comunidades. Una parroquia es comunidad de comunidades, la misma que hace
posible que el mensaje cristiano llegue a todos los hombres y mujeres que conforman dicha comunidad. Para
aprender a vivir en comunidad, debemos formar parte de una familia y acudir al Templo, lugar donde todos los
fieles cristianos acudimos para celebrar la vida junto a Jesús. Por tanto…
(Desarrollar “Mi Parroquia” de la ficha Nº 17 – Parte 2)
Respuesta: La parroquia es una comunidad de hermanos que creen en Cristo y en la que celebramos la
vida. Es una comunidad misionera, donde existe paz, amor y perdón. La formamos todos los
bautizados. Ella nos llama y nos invita a ser cada día mejores cristianos. Por eso, debemos
siempre amarla y en lo posible ayudar en su crecimiento.
Debemos ayudar en las necesidades de nuestra comunidad parroquial, ya que el último mandamiento de
la Iglesia así nos lo manda. En la parroquia todos tenemos un lugar y un espacio. Todos formamos la familia
parroquial: niños, jóvenes, adultos y ancianos.
En una parroquia hay muchos grupos, y cada cual cumple una función diferente; hay muchas
organizaciones que comparten la vida, la fe, que viven unidos, que tratan de resolver los problemas de la
sociedad, que trata de ayudar a los demás; en ella se comparte la verdadera amistad. Al menos, así debería
ser, una comunidad en la que todos vayamos caminando hacia el mismo rumbo con sinceridad, e ir
construyendo cada día un mundo mejor, más bonito, más humano, más de Dios.
Una parroquia está formada por un sacerdote que recibe el nombre de párroco. Junto a él se encuentran
sus colaboradores y los grupos parroquiales formados por personas que ayudan al sacerdote a velar por el
cuidado y la atención de la comunidad parroquial.
(Desarrollar “Mi Parroquia” de la ficha Nº 17 – Parte 3)
Respuesta: Mi Parroquia es una comunidad cristiana. Por tanto ella: Nos da el SER CRISTIANO. Nos
enriquece en el AMOR y el PERDÓN. Nos alimenta con su PALABRA y EUCARISTÍA. Nos
fortalece en la ORACIÓN. Nos prepara para vivir en COMUNIDAD. Nos conforta a la hora de
nuestra MUERTE. En ella nos encontramos UNIDOS como HERMANOS CREYENTES
celebrando sus FIESTAS de SALVACIÓN y LIBERACIÓN con mucha ALEGRÍA.
Así como todos nacemos para la vida en una familia, así también para la fe nacemos en una comunidad.
Y eso es lo que llamamos PARROQUIA.
5. ORACIÓN Y COMPROMISO
Que los alumnos se comprometan a participar de las diversas actividades que ayuden al crecimiento de
la fe desde su propia comunidad parroquial. Que cada uno elabore su oración a Dios, pidiéndole que le ayude
a estar siempre dispuesto a ayudar a los demás.
Que los alumnos anoten en su cuaderno de catequesis y se aprendan, para la próxima semana, cuántos
y cuáles son los sacramentos de la Iglesia. Así mismo, aquellos que han sido bautizados, que conversen con
sus padres cuándo, dónde y cómo celebraron su bautizo.
Canto: Juntos como hermanos
Por el Bautismo
18 somos hijos de Dios
1. OBJETIVOS

 Que el alumno descubra la importancia del sacramento del bautismo.


 Que reconozca que por el bautismo pertenece a la comunidad de los hijos de Dios.

2. MOTIVACIÓN
Dinámica: SE IBA A CELEBRAR UN BAUTISMO, PERO...
Se asigna a cada grupo de diez integrantes algo de lo necesario para la celebración del bautismo:
sacerdote, padrino, madrina, bautizando, agua, vela, crisma, prenda blanca, Iglesia, señal de la cruz.
El que guía, o uno de los miembros dice: Se iba a celebrar un bautismo, pero faltó... Ejemplo: Se iba a
celebrar un bautismo, pero faltó el padrino. Al que le correspondió el padrino, dice: El padrino sí estaba, pero
faltó el sacerdote. El otro dice: el sacerdote sí estaba, pero faltó el agua, y así sucesivamente. No sacar al
que se equivoca, pues se trata de que todos recuerden bien lo necesario para el bautismo.
Dialogar:
 ¿Qué signos se entregan en el bautismo? ¿Qué significan estos símbolos?
(Desarrollar “Motivación” de la ficha Nº 18)
Respuestas:
- El AGUA nos purifica y nos da nueva vida.
- La VELA es la luz, que representa a Cristo que alumbra el corazón para encontrar el
camino hacia Dios.
- El VESTIDO BLANCO representa la pureza de los hijos de Dios.
- El NOMBRE significa que Dios nos conoce a cada uno y nos quiere porque somos
sus hijos.
- La SEÑAL DE LA CRUZ señal de los amigos de Jesús, que murió en la cruz por
nosotros.
- El CRISMA significa que Dios mismo nos consagra como sus hijos para cumplir su
misión.
- Los PADRINOS son los que nos acompañan en el crecimiento de nuestra fe en
Dios.
- El SACERDOTE es quien nos administra el sacramento de la nueva vida.
- El BAUTIZANDO es quien recibe el sacramento de la nueva vida.
- La IGLESIA es la comunidad que nos acoge como nuevos hijos de Dios, después
de recibir el bautismo.
- El CREDO, resumen de toda la fe cristiana en la que somos bautizados.
 De todos los elementos o signos utilizados en el bautismo el más importante es el AGUA.
 Conversar sobre le agua ¿por qué es importante? ¿para qué sirve? ¿podemos vivir sin agua?
3. ILUMINACIÓN
Leer Lc 3, 15-16.21-22.
 ¿De qué trata la lectura? ¿Para qué se bautiza Jesús?
Para dejarnos un ejemplo y seguir su camino, purificar nuestra vida para que Él entre a nuestro corazón.
 ¿Quién bautizó a Jesús? ¿Qué sucede cuando estaba siendo bautizado?
Nosotros también hemos sido bautizados por el Espíritu de Dios. Leer también 1 Co 12, 13: "Todos
nosotros hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un único cuerpo".
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 18)
Respuesta: Jn 3, 5–7 ¿Qué será nacer del Espíritu? Es nacer a la vida de Dios, recibir esa vida,
convertirnos en hijos de Dios...
Rm 6, 4 ¿Qué será caminar en una vida nueva de hijos de Dios? Dejar de lado todo lo
que es muerte, envidias, venganza, pereza... y practicar todo lo que nos da vida: amor, servicio,
buenos pensamientos…
Ef 4, 22–24 ¿Cómo podemos renovar la mente para vivir como hijos de Dios? Pensar de
una forma nueva, desde el amor, la comprensión, el perdón, la misericordia, la justicia.
4. INTERIORIZACIÓN
Muchos de los que hemos sido bautizados tenemos una pobre conciencia de pertenencia y participación
en la Iglesia. Jesús nos ha dicho que al ser bautizados formamos todos parte de un mismo cuerpo, que es la
Iglesia. Y, aunque sea cierto que las personas estamos llamadas a vivir y a desarrollarnos en comunidad,
también es cierto que en nuestro tiempo hay una tendencia a pensar y a actuar de manera muy individualista.
Tendencia que se presenta al interior de la misma Iglesia, sobre todo en las grandes ciudades donde mucha
gente no tiene conciencia de pertenencia a la comunidad cristiana. El sacramento del Bautismo no es sólo
purificación, es también incorporación y vinculación a una comunidad cristiana.
Cuando llega un nuevo hijo a la familia hay actitudes y comportamientos diversos ante el acontecimiento.
¿De quién depende la vida futura del niño? ¿Qué pasa con los niños que carecen de una vida familiar? ¿Qué
diferencia hay cuando se tiene una familia que lo quiere y cuando se carece de ella? Pues, así como las
personas al nacer, para crecer y desarrollarse necesitan vivir en una familia, en una sociedad, así también el
cristiano, que en el sacramento del Bautismo recibe una vida nueva, necesita acogerse, incorporarse al
Pueblo de Dios, a la Iglesia, para vivir plenamente la vida que ha recibido.
El Bautismo hace de nosotros miembros del Cuerpo de Cristo. “Por tanto... somos miembros los unos del
los otros” (Ef 4, 25). El Bautismo nos incorpora a la Iglesia de todos los tiempos y lugares de la tierra. Dicha
incorporación al Cuerpo de Cristo encuentra su expresión concreta en la pertenencia y participación en una
comunidad cristiana, nuestra parroquia. Por esta razón, el Bautismo debe tener lugar en la parroquia donde
vivimos. Con la incorporación a la Iglesia, toda la comunidad cristiana es responsable de la fe del nuevo
bautizado. Sin dejar, por ello, de ser especial la responsabilidad de los papás y los padrinos.
Por el sacramento del Bautismo todos somos hermanos y hermanas. Esta unión fundamental de todos
los bautizados debe manifestarse concretamente en la ayuda mutua y en el intercambio de todos aquellos
dones que Dios nos ha regalado, porque en un solo Espíritu hemos sido todos bautizados, para no formar
más que un solo cuerpo (1 Co 12, 13). Por eso, debemos reflexionar, si vivimos realmente nuestro bautismo,
haciéndonos las siguientes preguntas: ¿Me siento identificado con mi comunidad parroquial? ¿Participo
activamente en la celebración dominical de la Eucaristía en mi parroquia? ¿Conozco al sacerdote y a los que
trabajan en la evangelización en mi parroquia? ¿Participo en algún grupo pastoral de mi parroquia?
(Desarrollar “Profundización” de la ficha Nº 18)
Respuestas: El bautismo nos hace hijos de Dios y hermanos de Cristo.
El bautismo nos purifica de todos los pecados.
El bautismo nos infunde nueva vida.
Por el bautismo formamos una Iglesia de hermanos en Cristo.
El bautismo imprime en nosotros un carácter imborrable. Por eso lo recibimos una sola vez.
El bautismo es la puerta para recibir los otros sacramentos.
5. ORACIÓN Y COMPROMISO
Que los alumnos se comprometan en cumplir las promesas que hicieron a Dios en el sacramento del
bautismo; y que elaboren su oración a Dios, pidiéndole que les ayude a vivir como verdaderos cristianos e
hijos suyos, dentro de su comunidad parroquial.
Que los alumnos anoten en su cuaderno de catequesis y aprendan para la próxima semana la Oración
del Padre Nuestro.
Canto: Iglesia soy
Aprendiendo
19 a hablar con Dios
1. OBJETIVOS

 Que el alumno aprenda a relacionarse con Dios mediante las oraciones fundamentales.
 Que el alumno descubra la necesidad de rezar a Dios Padre.

2. MOTIVACIÓN
Cuento: Cuánto pesa una oración
Luisa Díaz, una señora pobremente vestida con el fracaso reflejado en su mirada, entró a una tienda de
comida. Se le acercó al dueño de la tienda de la manera más humilde y le preguntó si le podría fiar algunos
alimentos. Con suavidad le explicó que su esposo estaba muy enfermo y no podía trabajar, que tenían siete
niños y que necesitaban comida.
John Orozco, el dueño, la puso en ridículo y le pidió que se marchara de la tienda. Ella pensando en la
situación de su familia, le dijo: “¡Por favor, Señor! Yo le traeré el dinero tan pronto pueda”. Pero, John le
insistió que no le podía fiar.
Parado junto al mostrador estaba un cliente que había escuchado la conversación entre los dos. El cliente
se acercó y le dijo al dueño que él pagaría por las cosas que ella necesitaba para su familia. Luego el cliente
se dirige a Luisa y le dice: “¿Tiene usted una lista de lo que necesita?”. Luisa le respondió: "Si señor", "OK"
dijo él, "ponga su lista sobre la balanza y la cantidad que su lista pese se la daré en alimentos". Luisa se
avergonzó sin saber qué hacer; entonces colocó la mano en su bolsa, sacó un pedazo de papel y escribió
algo en él. Con su mirada todavía en el suelo ella puso cuidadosamente el pedazo de papel en la balanza.
Los ojos del dueño mostraron sorpresa cuando la balanza bajó por completo y se quedó abajo. El dueño
mirando la balanza se volvió al cliente y dijo: "¡No lo puedo creer!". El cliente sonrió y el dueño empezó a
poner en una bolsa los alimentos al otro lado de la balanza. Era increíble ver cómo el otro lado de la balanza
no se movía, así que el dueño continuaba poniendo más y más alimentos hasta que la balanza no pudo más.
El dueño se quedó con la boca abierta, completamente disgustado. Y tomando el pedazo de papel de la
balanza, lo leyó con gran asombro. No era una lista de alimentos, era una oración que decía: "Querido Señor,
tú sabes mis necesidades y yo dejo esto en tus manos." El dueño le dio los alimentos que había puesto en la
bolsa sobre la balanza y se quedó en silencio, muy asombrado. Luisa le agradeció al cliente y se fue de la
tienda. El cliente le tendió un billete de 100 soles a John diciéndole: "Cada centavo gastado valió la pena".
No fue sino hasta un tiempo después que John Orozco descubrió que la escala de la balanza había
estado rota. Y se dijo a sí mismo: “Sólo Dios sabe cuánto pesa una oración”.
Dialogar y reflexionar personalmente (Desarrollar “Motivación” de la ficha Nº 19)
 Después de haber escuchado el cuento, ¿Qué es para mí ORAR?: Orar significa dialogar con Dios,
contarle nuestras cosas, tal como lo hacemos con nuestros amigos o nuestros padres.
 ¿Dialogo con mis padres? ¿en qué momento?
 ¿Rezo a Dios por la noche y también cuando me despierto?
 ¿Quiero y deseo aprender a orar? ¿por qué?

3. ILUMINACIÓN (Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 19)


 Leer Mt 6, 9-13 y responder: ¿Cuál es la ORACIÓN que Jesús nos enseñó?:
La ORACIÓN del PADRE NUESTRO.
 Leer los textos siguientes y completar: ¿Por qué rezaba Jesús?
Lc 6,12-13: Jesús pasó la noche en el monte orando a Dios, para elegir a sus discípulos.
Lc 10,21: Jesús lleno del Espíritu reza al Padre que ha revelado sus misterios a los más humildes.
Lc 22,31-32: Jesús ora por Pedro, para que su fe no se debilite.
Lc 22,41-42: Antes de su muerte Jesús ora al Padre, para que se realice en él su voluntad.
4. INTERIORIZACIÓN
¿Nosotros dialogamos con Dios? ¿Conversamos con Él? Cuando conversamos ¿qué le decimos?
Muchas veces, cuando conversamos con nuestros padres o nuestros amigos sobre cualquier cosa, ellos
nos escuchan y algunas veces nos responden. Pues así como hablamos entre compañeros o con los demás
y les contamos nuestras alegrías o penas, así también tenemos la necesidad de hablar con alguien muy
importante que se preocupa por cada uno de nosotros, todos los días. ¿Quién es? ¡Dios! ¿Y quién nos
enseñó a conversar con Dios? ¡Jesús! ¿Cómo nos lo enseñó? Vamos a descubrirlo:
(Desarrollar “Profundización” de la ficha Nº 19 – Parte 1)
Respuestas: Mt 7,21: Oramos cuando hacemos la voluntad de Dios.
Mt 6,6: Oramos cuando hablamos con Dios en lo secreto.
Mt 7,9-11: Oramos cuando pedimos a Dios cosas buenas.
Mt 18,20: Oramos cuando vivimos en comunidad junto a Jesús.
Mt 6,7-8: Oramos cuando pedimos aquello que realmente necesitamos.
Cuando nos reunimos en el nombre del Señor para rezar, escuchar su Palabra a través de la Biblia,
reflexionando la vida como hermanos y comprometiéndonos a cambiar, entonces estamos formando
comunidad. Todos los cristianos tenemos la necesidad de hablar con Dios a través de la ORACIÓN, de la
misma manera como Jesús oraba con su Padre.
De hecho, hay una diferencia entre rezar y orar. Orar, como estamos viendo hasta ahora, significa entrar
en confianza con Dios, abrirle nuestro corazón, cerrar los ojos para escuchar lo que él nos dice. En cambio,
rezar es dirigir a Dios aquellas oraciones que la Iglesia estableció, en nombre de Jesús, para que nosotros
aprendamos a orar, así como Jesús enseñó a sus discípulos. En la Iglesia hay una diversidad de oraciones,
pero las más importantes son las siguientes:
(Desarrollar “Profundización” de la ficha Nº 19 – Parte 2)
Respuestas: Oración que Jesús nos enseñó: PADRE NUESTRO.
Oración con la que el Ángel saludó a María: AVE MARÍA.
Oración para pedir perdón a Dios: YO CONFIESO.
Oración donde se resume nuestra fe: CREDO.
Oración para alabar a Dios: GLORIA.
5. ORACIÓN Y COMPROMISO
Para el momento de la oración, en una pequeña caja recoger papelitos con solicitud de oración de los
mismos alumnos, o de sus familias, o de la comunidad. Por ejemplo: por la señora que está operada, por el
papá que no tiene trabajo, por la conversión de alguien. Y en el momento de orar cada uno toma uno de
aquellos papelitos y ora por esas necesidades. Puede hacerse que cada uno lleve a su casa el papelito y ore
por esa intención durante la semana.
Que los alumnos se comprometan a hablar siempre con Dios y a vivir en comunicación constante con él y
con su Hijo Jesús.
Como tarea para la próxima semana, que los alumnos anoten en su cuaderno de catequesis el nombre y
la sigla de cada uno de los libros de la Biblia.
Canto: Padre Nuestro (rezar el Padre Nuestro, todos tomados de la mano)
Dios siempre
20 habla con nosotros
1. OBJETIVOS

 Reconocer que Dios nos habla a través de la Biblia.


 Suscitar en los alumnos el propósito de practicar la Palabra de Dios en cada una de sus vidas.

2. MOTIVACIÓN
Dinámica: La maleta de la abuela.
El catequista prepara una maleta o una caja con un periódico viejo, una foto de una persona importante,
un libro de cantos, una foto de la familia, o conteniendo varios libros. Se sacan las cosas una por una y las
comparamos con la Biblia, de la cual podemos sacar cosas nuevas y viejas, por ejemplo: si sacamos el
periódico veremos en él noticias viejas, historias de otros tiempos. Así, también es la Biblia, que nos cuenta la
historia de los pueblos de Dios desde hace muchos años. Si sacamos la foto de la persona importante, se
dice que también la Biblia guarda el retrato de personas importantes: Moisés, Jesús, María, los Apóstoles, etc.
El catequista puede presentar a los alumnos varios libros. Observan como están distribuidos los libros,
cuantos hay, de qué tratan. Buscan un libro de matemáticas, otro de lenguaje, de cuentos... Dialogan de lo
que hablan estos libros, qué podemos aprender de ellos.
Todos nosotros tenemos en casa muchos libros, hasta inclusive tenemos un televisor o algún equipo de
sonido. Sin embargo, todas las cosas que podamos tener son ajenas a aquello que puede servirnos para el
alma... ¿Hay algún libro que nos hable de Dios? ¿Cómo se llama este libro?
(Desarrollar “Motivación” de la ficha Nº 20): LA BIBLIA
Observar la Biblia, la ojean, conversan lo qué saben acerca de ella, de qué trata, cuándo fue escrita...etc.

3. ILUMINACIÓN
Escuchan 2 Tim 3, 14 –17: Dialogan sobre el texto bíblico. Qué nos enseña, por qué es bueno leer la
Biblia. Escuchar luego la parábola de la semilla en Lc 8, 4 – 15.
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 20 – Parte 1)
Respuestas: Palabra de Dios – borde del camino – diablo – se lleva – corazones – piedra – alegría –
raíces – prueba – espinas – ahogados – preocupaciones – riquezas – placeres – madura –
buena tierra – corazón bueno – recto – fruto – perseverancia.

4. INTERIORIZACIÓN
Es muy importante conocer la Biblia porque ella es como una carta que nos manda Dios a todas las
personas, es como la semilla que Dios pone en nuestros corazones, para conocerle más, para amarle más y
seguirle. Por eso debemos valorarla desde pequeños. Y de hecho, así lo hacemos cada vez que vamos a
participar de la Santa Misa. En ella encontramos dos partes: la primera llamada Liturgia de la Palabra, en la
que nos alimentamos de la Palabra de Dios; y la segunda, la Liturgia de la Eucaristía, en la que nos
alimentamos del Cuerpo y la Sangre de Cristo.
La Biblia es la Palabra de Dios que viene a nosotros como la lluvia para empapar la tierra de nuestra vida
y hacerla fecunda, dándonos a conocer el Plan de Dios. La Biblia es una historia de amor, el pensamiento de
Dios expresado con palabras humanas.
La palabra Biblia viene del griego “biblos” que en castellano significa conjunto de libros o biblioteca. De
eso trata la Biblia, de una colección de 73 libros que nos hablan de Dios, que recogen y reviven la Historia de
la Salvación, la historia de Alianza de Dios con los hombres.
En la Biblia encontramos relatos históricos, cantos y poemas, cartas, profecías, consejos de cómo vivir
mejor. Pero de todo eso, el centro de la Biblia lo constituye Jesucristo, la Palabra de Dios hecha carne, es
decir, una palabra viva manifestada en los Evangelios, que tratan de la propia vida de Jesús, sus milagros y
sus enseñanzas. Por eso, en la Misa, la lectura del Evangelio tiene un respeto mucho mayor. Por eso, no se
dice al terminar de leer, “Palabra de Dios”, sino “Palabra del Señor”. Y por ello, no se contesta “te alabamos,
Señor”, sino “Gloria a Ti, Señor Jesús”.
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 20 – Parte 2)
Respuestas: V – F – V – F – F – V – F – V.
Como podemos darnos cuenta la Biblia se divide en dos grandes partes: Antiguo Testamento o tiempo
antes de Cristo y Nuevo Testamento en el que nos encontramos con la persona misma de Cristo tal como lo
vivieron sus apóstoles y las primeras comunidades cristianas.
El Antiguo Testamento consta de 46 libros. Su contenido central es el paso de Dios liberando a su pueblo
de la esclavitud de Egipto y sellando con él una Alianza en la espera del Mesías: JESUCRISTO. El Nuevo
Testamento consta de 27 libros, y nos habla del paso de Jesucristo, el Hijo de Dios, que vino a este mundo
para salvarnos de la esclavitud del pecado y enseñarnos la manera de cómo acercarnos a Dios.
La Biblia fue escrita por personas o por grupos de personas muy variadas: historiadores, profetas, sabios,
sacerdotes, poetas, evangelistas, apóstoles... todos ellos inspirados por el Espíritu Santo. Por eso decimos
que el primer autor de la Biblia es Dios. Y eso significa, además, que la Biblia es un libro Divino porque su
autor principal es Dios que se revela e inspira a los autores sagrados. Pero también, la Biblia es un libro
humano porque tiene como autores a hombres de diferentes tiempos y culturas que escribieron inspirados por
Dios.
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 20 – Parte 3)
Respuestas: Jesucristo – Colección – 73 – autor – dos partes – Antiguo – Nuevo – Divino – Humano –
siempre.
Ahora que sabes estas cosas, que el mejor rincón para conservar la Palabra de Dios no sea una esquina
de la sala de tu casa, sino el centro de tu propio corazón. Es ahí donde Dios se comunica con nosotros, es
ahí donde escuchamos y llevamos a la práctica su Palabra, para vivir unidos en el Amor, tal como Dios quiere.

5. ORACIÓN Y COMPROMISO
Colocar, en el centro de un círculo formado por los alumnos, la Biblia junto a una vela apagada y unas
flores. Que uno de ellos se acerque a prender la vela y dirija una oración referente a la Biblia que ilumina
siempre nuestras vidas.
Que los alumnos elaboren su compromiso y dirijan a Dios su oración, agradeciéndole por el regalo de la
Biblia y su Palabra.
Que los alumnos anoten en su cuaderno de catequesis y se aprendan, para el siguiente tema, la oración
del YO CONFIESO. Y no olvidarse de entregar la citación a sus padres para la semana próxima.
Canto: Tu Palabra es Luz que ilumina
Sección
Sección
05
05
Celebrando los
Celebrando los Sacramentos
Sacramentos
El pecado
21 destruye nuestra vida
1. OBJETIVOS

 Reconocer que el pecado nos aparta de Dios y de nuestros hermanos.


 Descubrir la necesidad de reconciliarnos con Dios y con nuestros hermanos.

2. MOTIVACIÓN
Dinámica: Lista de pecados
Se colocan todos los participantes en círculo. El catequista lleva una pelota o algún otro objeto que dará a
cualquiera de los presentes. Al ritmo de las palmas que hará el que dirige, se van pasando el objeto de mano
en mano hasta que el catequista deje de tocar palmas. Aquél que se quedó con el objeto en las manos, se
levantará y gritará fuerte algún pecado que él conoce. Y se sigue con la dinámica. Si alguno no sabe, sale del
círculo y se sigue con la dinámica; si alguno repite algún pecado, sale del círculo y se sigue con la dinámica.
Termina el juego cuando el catequista tenga una lista de 10 o más pecados distintos.
 ¿Conversar acerca de esos pecados que ellos han mencionado?
 ¿Qué han sentido aquellos que iban siendo separados del círculo?
(Desarrollar “Motivación” de la ficha Nº 21)
Respuestas: Muerte – Engaño – Maltrato – Pobreza – Dolor – Corrupción – Enfermedad.
3. ILUMINACIÓN
Leer Gn 3,1-13 y dialogar:
 ¿Quiénes son los personajes en esta historia?
 ¿Cuál fue el pecado de Adán y Eva?
 ¿Cuántos pecados puedes reconocer en este relato?
 ¿Cuáles son los pecados que nosotros conocemos como “capitales”; es decir, del cual se desprenden el
resto de pecados?
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 21 – Parte 1)
Respuestas: Soberbia (1 = B) Avaricia (2 = D) Ira (3 = G) Gula (4 = A)
Lujuria (5 = F) Envidia (6 = C) Pereza (7 = E).
4. INTERIORIZACIÓN
Cierto día en una Iglesia, un feligrés, se acerca al sacerdote y le dice: “Padrecito, a nosotros los de la
Iglesia nos gustaría que no hablara usted tanto, ni con palabras tan precisas, sobre EL PECADO. Pensamos
que si nuestros niños lo oyen predicar con tanta frecuencia de este asunto, más pronto llegarán a ser
PECADORES, ¿por qué al pecado no llamarlo simplemente un ERROR? Pero, por favor no hable usted tan
abiertamente del pecado”.
El sacerdote de aquella Iglesia invitó al feligrés acompañarlo a un depósito de un alto estante tomó una
botella de VENENO y la mostró al visitante. La botella tenía una etiqueta con estas palabras en grandes letras
rojas: ¡VENENO NO TOQUE!
- ¿Qué quiere usted que yo haga? Preguntó el sacerdote. ¿Piensa que sería mejor que quitara esta
etiqueta clara y pusiera otra que dijera: “ESENCIA DE MENTA”? ¿No ve usted que cuanto más suavice el
nombre de la etiqueta, más PELIGROSO se hace el VENENO?...
Mi abuelita decía EL PECADO es PECADO, hoy en día vivimos en una sociedad donde a lo malo lo
vemos como bueno, al pecado lo vemos como simples errores, lo queremos llamar simples pecadillos. Como
me decía un amigo: “sí reconozco que soy pecador pero son simplemente unos pecadillos” - insinuándome
que sus pecados eran bien pequeñitos.
Se nos ha hecho costumbre ponerle tamaño a los pecados, siendo que la mayoría son “mortales” como el
veneno. El pecado, el mismo de siempre, el que causo la caída de Adán, es lo que padecemos hoy día y nos
hará más daño que bien el TRATAR DE DISFRAZARLO con una etiqueta atractiva y elegante. No
necesitamos una nueva palabra para expresarlo. ¡Lo que si necesitamos es enterarnos de lo que significa la
palabra PECADO y las consecuencias mortales que podrían causarnos el tenerlos y no confesarlos!
Otro amigo me aconsejaba: “Si te da “vergüenza” decirle tus pecados al Sacerdote, búscate uno que sea
ya mayor de edad y un poco sordo. O en todo caso ponte una peluca y unos anteojos para que no te
reconozca en la Misa”. Un gran error en el que caemos todos. Otro amigo me decía: “Pero, para qué
confesarme si yo no tengo PECADO”. Hay que tener mucho cuidado en creer esto para nosotros.
Cuando nos portamos mal ya sea con nuestros padres, nuestros hermanos o nuestros propios amigos en
el colegio o en cualquier lugar, es bueno tener en cuenta las siguientes citas de la Biblia:
“TODOS han PECADO y están lejos de la presencia de Dios. PERO DIOS en su bondad y gratuitamente,
los hace justos, mediante la liberación que realizó en Cristo Jesús.” (Rom 3,23)
“Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no hay verdad en nosotros,
pero si CONFESAMOS nuestros PECADOS, podemos confiar en que Dios, que es justo, PERDONARA
nuestros pecados y nos limpiará de toda maldad” (1 Jn 1,8-9).
Cuando cometemos pecados dañamos nuestra relación con…
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 21 – Parte 2)
Respuestas: Dios – La Naturaleza – Los demás – Nosotros mismos.
Muchas veces faltamos a nuestros deberes – como el no ir al colegio en día de clases, sin justificación o
con justificación inventada (una mentira). Muchas veces faltamos el respeto a nuestros padres o cualquier
otra persona mayor. Muchas veces, tomamos algo que no nos pertenece….
Muchas veces a nosotros no nos gusta hacer lo que debemos y sentimos deseos de hacer lo que no
debemos hacer. A esto nosotros le llamamos tentación. También Jesús fue tentado por el demonio, pero
venció a la tentación. Jesús eligió lo que estaba bien, lo que agradaba a Dios. Consentir la tentación es un
pecado. Por eso los cristianos decimos al Señor: “No nos dejes caer en la tentación”, para luchar contra el
pecado durante toda nuestra vida.
El pecado es toda desobediencia voluntaria a la ley de Dios. Es quebrantar, romper un mandato de Dios.
Es hacer cosas que dañan a los demás. Es infidelidad o rechazo a un amor; al amor de Dios. Es un “no” de la
persona que se cierra en sí misma cuando se esperaría de ella una apertura mediante la gratitud y el don de
sí mismo, mediante la respuesta a la llamada de Dios. Todo eso y más es pecado.

5. ORACIÓN Y COMPROMISO
Que los alumnos elaboren su compromiso a Dios, pidiéndole que les ayude a reconocer sus faltas
cometidas y sus pecados, para poder así ser un buen cristiano. Rezar juntos la Oración del YO CONFIESO.
Que los alumnos anoten en su cuaderno de catequesis y se aprendan, para la próxima semana, el ACTO
DE CONTRICIÓN.
Canto: Perdón por aquel mendigo
Dios
22 nos perdona siempre
1. OBJETIVOS

 Comprender que el perdón que Jesús nos otorga exige en nosotros un cambio de actitud.
 Descubrir que si Dios nos ha perdonado, es tarea de cada uno perdonar también a nuestros
hermanos.

2. MOTIVACIÓN
Experiencia de Vida: Aún no llego a comprender cómo ocurrió, si fue real o un sueño. Sólo recuerdo
que de pronto me encontré en un inmenso salón con una pared llena de armarios, como la de las grandes
bibliotecas. Cada armario tenía diversos cajones y dentro de ellos había muchas tarjetas.
Al acercarme, me llamó mucho la atención un cajón titulado: "Muchachas que me han gustado". Me
detuve para ver su contenido y me quedé totalmente sorprendido cuando reconocí el nombre de cada una de
ellas en las tarjetas que iba sacando. Se trataba de las muchachas que a MI me habían gustado.
En el resto de cajones estaban escritas las acciones de cada momento de mi vida, pequeños y grandes
detalles, momentos que mi memoria había ya olvidado. Algunos me trajeron alegría y otros, por el contrario,
un sentimiento de vergüenza y culpa.
El cajón "Amigos" estaba al lado de "Amigos que traicioné" y "Amigos que abandoné cuando más me
necesitaban". Los cajones iban de lo mundano a lo ridículo: "Libros que he leído", "Mentiras que he dicho",
"Consuelo que he dado", "Chistes que conté"; otros títulos eran: "Asuntos por los que he peleado con mis
hermanos", "Cosas hechas cuando estaba molesto", "Videos que he visto"...
Cada tarjeta que sacaba de los cajones confirmaba la verdad y llevaba mi firma. Cuando llegué al cajón
"Pensamientos malos", un escalofrío recorrió mi cuerpo. Sólo abrí el cajón unos centímetros. Me avergonzaría
conocer su tamaño. Saqué una ficha al azar y me conmoví por su contenido. Un pensamiento dominaba mi
mente: Nadie debe de ver estas tarjetas jamás. Tengo que destruir este salón. Pero descubrí que no podía
siquiera sacar los cajones. Me desesperé y traté de tirar con más fuerza, pero fue inútil.
En eso, el título de un cajón pareció aliviar en algo mi situación: "Personas a las que les he compartido el
Evangelio". Al abrirlo encontré menos de 10 tarjetas. Caí al suelo llorando amargamente de vergüenza. Y
mientras me limpiaba las lágrimas, lo vi. ¡Oh no! ¡Por favor no! ¡Cualquiera menos Jesús! Impotente vi cómo
Jesús abría los cajones y leía cada una de mis tarjetas. Intuitivamente se acercó a los peores archivos. Con
tristeza en sus ojos, buscó mi mirada y yo me llevé las manos al rostro y empecé a llorar de nuevo.
Pudo haber dicho muchas cosas, pero El no dijo una sola palabra. Allí estaba junto a mí, en silencio. Fue
el día en que Jesús guardó silencio... y lloró conmigo. Volvió a los armarios y, desde un lado del salón,
empezó a abrir sus cajones, uno por uno, y en cada tarjeta firmaba su nombre sobre el mío. Me miró con
ternura a los ojos y me dijo: "He terminado, yo he cargado con tu vergüenza y tu culpa".
En eso, salimos juntos del salón, que aún permanece abierto porque todavía faltan más tarjetas que
escribir. Aún no sé si fue un sueño, una visión, o una realidad... De lo que sí estoy convencido es que la
próxima vez que Jesús vuelva a ese salón encontrará mas tarjetas de que alegrarse, menos tiempo perdido y
menos tarjetas vanas y vergonzosas.
 ¿Qué contienen las tarjetas de los armarios de tu vida que no quisieras que Jesús viese?
(Desarrollar “Nuestra Realidad” de la ficha Nº 22)
Respuestas: Injusticia – Pereza – Egoísmo – Venganza – Odio – Envidia.
 Por el contrario, ¿Qué cosas buenas existen de ti en ese armario?
Respuestas: Amistad – Amor – Alegría – Perdón – Paz – Humildad.
3. ILUMINACIÓN
Leer Lc 15,11-32: “La parábola del hijo pródigo”
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 22 – Parte 1): Para ir aprendiendo a manejar la Biblia.
Respuestas: 1=c / 2=a / 3=b / 4=f / 5=d / 6=e.
4. INTERIORIZACIÓN
Sin duda, la parábola del hijo pródigo es la expresión más bella de lo que representa el sacramento de la
reconciliación en la vida cristiana: el perdón gratuito por parte de Dios, el arrepentimiento y conversión
sinceros del pecador, la reconciliación con el padre y los hermanos.
En esta parábola, se subraya con mucha fuerza la necesidad de celebrar una fiesta de reconciliación
después de que el hijo perdido ha vuelto arrepentido y ha obtenido el perdón del padre. Y es precisamente
esa necesidad de hacer una fiesta lo que parece que no entiende el hermano mayor, el que ha permanecido
fiel toda la vida a los mandatos del padre.
Sin embargo, la reconciliación no sería auténtica si no fuera acompañada por un signo exterior de tipo
festivo y celebrativo. En la vida ordinaria siempre lo hacemos así. Cuando un hijo ha desobedecido a su
padre, además de pedirle perdón y de procurar en lo sucesivo agradarle en todo, tiene que darse cuenta de
que su padre lo acepta otra vez por medio de un beso o un abrazo. Cuando dos amigos se han peleado y
quieren reconciliarse, tienen que perdonarse mutuamente y sellar nuevamente su amistad por medio de un
apretón de manos.
Los cristianos sabemos que, cuando pecamos, ofendemos a Dios y a los hermanos, nos separamos de la
comunión con Dios y con la Iglesia. Es muy lógico y natural que, al arrepentirnos, tengamos que acusarnos de
nuestra falta, pedir perdón y recibir el signo de nuestra reconciliación con Dios Padre y los hermanos. Es lo
que hacemos cuando celebramos el sacramento de la reconciliación, el cual es como un abrazo con el Padre,
como un apretón de manos con los hermanos, como la fiesta organizada por el padre del hijo pródigo.
Cuando el sacramento de la penitencia se celebra de este modo, se pone bien de manifiesto que
reconciliarse no significa sólo volver a la amistad con Dios, sino, muy principalmente, volver otra vez a la
comunidad de los hermanos, en el marco de una fiesta de amor y de amistad.
No es bueno vivir sin reconciliación. Pero para poder acercarnos a Dios debemos reconocer nuestros
pecados y convertirnos, es decir, reconciliarnos confesando lo mal que nos hemos portado. La conversión es
el cambio de nuestro corazón, que produce en nosotros un cambio de vida, una nueva persona a los ojos del
mundo y mucho más a los ojos de Dios. Para dar este paso, difícil pero no imposible, tenemos que dejar de
lado todos los pecados que nos atan como la vergüenza, el orgullo, las envidias, las borracheras, los robos,
los abusos, las burlas, las mentiras, los chismes, los odios, los rencores, etc…
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 22 – Parte 2)
Respuesta: La CONVERSIÓN es un cambio INTERIOR desde lo más profundo de nuestro CORAZÓN,
que nos impulsa a actuar en BIEN de nuestros HERMANOS y que nos permite estar en AMISTAD con DIOS.
JESÚS mismo encargó a sus DISCÍPULOS la tarea de PERDONAR los PECADOS y ellos lo hacen en su
NOMBRE a través del SACRAMENTO de la RECONCILIACIÓN.
5. ORACIÓN Y COMPROMISO
Que cada alumno reflexione personalmente en qué puede cambiar para seguir mejor a Jesús y en qué
puede comprometerse para trabajar como un buen cristiano dentro de la Iglesia. Que cada alumno dirija su
Acto de Contrición a Dios Padre, prometiéndole que pondrá todo de su parte para ser un buen hermano y
amigo de su Hijo Jesús. Rezar juntos el ACTO DE CONTRICIÓN.
Para el día de su confesión, recibir el anexo: “¿Por qué confesarse?”.
Que los alumnos anoten en su cuaderno y se aprendan, para la próxima semana, cada uno de los dones
del Espíritu Santo.
Canto: Mi amigo Jesús
Los dones y la fuerza
23 del Espíritu Santo
1. OBJETIVOS

 Descubrir que el Espíritu Santo es quien da a la Iglesia y a cada uno la fuerza para vivir y comunicar
el mensaje de Cristo.
 Descubrir cómo el Espíritu Santo anima a todos los creyentes a través de sus dones y sus frutos.

2. MOTIVACIÓN
Llevar en un papel y colocar en la pizarra el siguiente dibujo:
Se les pide a los alumnos que dibujen algo parecido en su ficha de catequesis.
Y en la parte donde dice “colocar don”, dejarlo en blanco para que en el momento
Colocar don
en que tengan que descubrir los dones del Espíritu Santo pidan ellos el don que
más necesitan.
Dialogar:
Durante mucho tiempo hemos venido elaborando, por cada ficha que hemos recibido, nuestro
compromiso con Jesús. Vamos a pensar cómo, en la medida de lo posible, hemos tratado de cumplir o no
nuestros compromisos semana tras semana.
 ¿Realmente me he dejado ayudar por Jesús para cumplir mis compromisos con él? ¿He notado y he
sentido la presencia de Jesús que me ayuda a hablar de él a otras personas? ¿Cómo he sentido su
presencia? ¿O, de lo contrario, he evitado cumplir tales compromisos dejándome llevar por el espíritu de
este mundo y no por el Espíritu de Jesús?
 ¿Quién creen ustedes es el que nos da la fuerza interior para convertirnos, cambiar y ser buenas
personas? (EL ESPÍRITU SANTO)
 ¿La Biblia, nos habla del Espíritu Santo? Hay muchos pasajes que nos hablan del Espíritu de Dios, pero
sólo uno nos habla de su venida que dio inicio a la obra que Jesús encargó a sus discípulos.

3. ILUMINACIÓN
Leer Hch 2,1–6. Comprender cómo los discípulos, después de la muerte de Jesús, tenían miedo que los
mataran también a ellos. Sin embargo, superaron ese miedo al recibir el Espíritu Santo.
Dialogar e ir desarrollando “Iluminación” de la ficha Nº 23 – Parte 1:
 ¿De qué trata esta historia? ¿Qué personajes aparecen? (María y los discípulos, están en oración)
 ¿Con qué símbolos se presenta el Espíritu Santo? (ráfaga de viento y lenguas de fuego)
 ¿Qué hace el Espíritu Santo en los apóstoles? (les da la fuerza para vencer el miedo y salir a enseñar la
Palabra de Dios a todas las naciones)

4. INTERIORIZACIÓN
Para entender un poco más sobre quién es el Espíritu Santo, vamos a escuchar el texto de Jn 20,19-23.
En este texto Jesús dice a sus discípulos que reciban al Espíritu Santo, después de saludarlos deseándoles la
paz. El Espíritu Santo es una nueva presencia de Jesús en medio de su Iglesia, en medio de nosotros. El es
quien nos da ánimos y fortaleza ante las dificultades, ante las tentaciones. Nos ayuda a buscar a Dios como
lo más importante en nuestras vidas. Nos une en comunidad haciéndonos superar las enemistades, las
envidias, las categorías entre unos y otros. Nos ilumina para entender la Palabra de Dios y comprender el por
qué de los acontecimientos en nuestra vida y en la de los demás.
El Espíritu de Dios nos da sus dones y nos regala sus frutos: paz, alegría, amor, paciencia, bondad,
comprensión, castidad, fidelidad, mansedumbre. De hecho, Jesús siempre nos regala su paz que produce
alegría en nuestros corazones y nos promete su ayuda con la presencia del Espíritu Santo.
Verdaderamente, el amor de Jesús no tiene comparación. Quiso quedarse, a través de su Espíritu para
que comprendamos todo lo que Él había ensañado a sus discípulos. Y hoy este Espíritu continúa guiando y
acompañando a la Iglesia y a todos los cristianos por el camino de la verdad y el amor, para que sigan más
fielmente al Señor. El Espíritu Santo es el espíritu de Dios. Es el que nos da alegría y nos anima para realizar
siempre la voluntad del Padre.
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 23 – Parte 2)
Respuesta: El Espíritu anima la fe de Jesús, la de los apóstoles y la de la Iglesia
Jesús prometió a sus discípulos que su Espíritu les ayudaría a dar testimonio de la fe. Incluso delante de
sus perseguidores se llenarían de valentía para luchar contra las dificultades de la vida. La víspera de su
pasión aseguró a los Apóstoles que enviaría de parte del Padre, el Espíritu de verdad (Jn 15,26), el cual
permanecería con ellos para siempre (Jn 14,16) y les ayudaría eficazmente a dar testimonio de él (Jn 15,27).
Así fue como el día de Pentecostés, el Espíritu Santo desciende sobre los Apóstoles, reunidos con María, la
Madre de Jesús, y con los demás discípulos. Todos quedaron tan llenos de El que, alentados por el soplo
divino, comenzaron a proclamar las maravillas de Dios.
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 23 – Parte 3)
Respuesta: Paloma – Fuego – Viento – Agua – Luz – Abogado – Unión – Fuerza – Protector.
El Espíritu Santo infunde en nosotros sus siete dones, vamos a hablar de cada uno de ellos:
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 23 – Parte 4)
Entendimiento: Es el don que nos ilumina para entender las cosas divinas. Nos ayuda a comprender la
Palabra de Dios, los símbolos de la Biblia, la oración que se nos es difícil hacer.
Sabiduría: Abarca todas las cosas de la fe, es también el don de la contemplación, de la oración profunda
que nos transforma en Jesús. Nos hace ver todo desde Dios, para saber qué nos une y qué nos separa de él.
Fortaleza: Es la fuerza que nos ayuda a luchar contra nuestras debilidades y problemas, nos hace buscar a
Dios, confiar en él porque sólo él nos conforta, nos da seguridad y confianza para enfrentar cualquier reto.
Consejo: Es el don que nos hace entender y aceptar la voz de Dios que nos ayuda a actuar de manera
prudente y segura, que nos ayuda a comprender lo que Dios haría en nuestra misma situación.
Ciencia: Nos hace reconocer el verdadero valor de las criaturas, nos impulsa a desprendernos de nosotros
mismos y aceptar los sufrimientos con amor porque nos asemejan a Jesús. Nos enseña a juzgar rectamente,
guiándonos en lo que debemos o no creer, mediante la fe.
Piedad: Es compartir con el otro su sufrimiento, su alegría, sentirlo hermano, ya que todos somos hijos de
Dios, nos hace generosos, amorosos, humildes para ir al encuentro del otro.
Temor de Dios: Es la veneración de un hijo por su papá, porque es bueno. No es un miedo por el castigo,
porque Dios no es malo, él es amor. Es, más bien, el respeto a Dios que evita que lo ofendamos.

5. ORACIÓN Y COMPROMISO
Que cada uno reflexione que el Espíritu que nos estregó Jesús es de FORTALEZA, de AMOR, de
ESPERANZA y de FE; y que a partir de ello elabore su compromiso.
Todos juntos dirigir la siguiente oración pidiendo la intercesión del Espíritu Santo para tener el valor de
servir y anunciar la Palabra de Jesús: “Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo, Padre amoroso del
pobre, don, en tus dones espléndido, luz que penetra las almas, fuente del mayor consuelo. Reparte tus siete
dones, según la fe de tus siervos; por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito, salva al que busca
salvarse y danos tu gozo eterno. Amén”. (Escoger uno de los 7 dones y escribirlo dentro del dibujo)
Canto: Ven, ven Espíritu Divino
Jesús es Pan
24 de Vida Eterna
1. OBJETIVOS

 Que los alumnos reconozcan con alegría el camino que Jesús ha querido dejarnos a través del
alimento que nos da para fortalecernos.
 Descubrir que la Comunión es fuente de unión con Cristo y con nuestros hermanos.

2. MOTIVACIÓN
Dinámica (Anexo): El Rompecabezas
Repartir la figura anexa (14 fichas) y trabajar en grupo hasta completar el rompecabezas. Cada grupo que
ha trabajado, conversar acerca de la palabra que se encuentra detrás de la figura (ENTREGA). Cada grupo
va diciendo y señalando algún objeto que simbolice ENTREGA. Por ejemplo: una tiza; se va entregando poco
a poco hasta acabarse.
Responder de forma espontánea a las siguientes preguntas.
 ¿Qué se necesita para vivir?
 ¿Quiénes se entregan por nosotros día a día para darnos vida o para que sepamos vivir? (padres,
maestros, compañeros, etc.)
 ¿Conocemos a algún amigo que se entregó por nosotros hasta convertirse en Pan de Vida? (Jesús)
En Jesús se cumplió en plenitud el significado de la palabra entrega, primero se hace hombre, vive con
nosotros, como nosotros, nos da su palabra, a través de dichos y parábolas, hace milagros y el día de Jueves
Santo en la última cena se entrega en forma de pan diciendo a sus amigos “tomen y coman éste es mi
cuerpo” “tomen y beban ésta es mi sangre”, cuerpo entregado y sangre derramada al día siguiente en la cruz,
pues Jesús se entregó para darnos vida y continúa entregándose cada día en la Eucaristía (Misa). Él se
queda con nosotros en forma de pan y vino para alimentarnos, para darnos la fuerza que necesitamos y así
poder entregarnos en cada acción que hacemos en bien de los demás.
(Meditar y desarrollar “Motivación” de la ficha Nº 24)

ILUMINACIÓN
Leer Jn 6, 47 – 58
 ¿De qué habla el texto? ¿Quién es el pan de vida? ¿De dónde fue bajado este pan? ¿Este pan es un
alimento para siempre? ¿El pan que da es su misma carne? ¿El que bebe su sangre tiene vida eterna?
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 24 – Parte 1)
Respuesta: “Yo soy el Pan de Vida. El que se acerca a Mí, no tendrá hambre. Y el que tiene fe en Mí, no
tendrá nunca sed” (Jn 6,30).

3. INTERIORIZACIÓN
Es Dios quien nos da el verdadero Pan. Jesús nos enseña que a Dios no le basta con saciar nuestra
hambre, nuestro estómago, como aquellos judíos que en el desierto comieron el maná. Dios quiere para
nosotros lo mejor: nuestra salvación y felicidad total. Por eso nos ha enviado a su mismo hijo.
Jesús es el verdadero Pan de vida que ha bajado del cielo. El gran regalo que Dios nos da es Jesús
mismo: su palabra, su vida, su persona. Jesús es el verdadero pan que nos manda para alimentarnos.
Siguiéndole a Él, pareciéndonos a Él, ya tenemos en nosotros una vida eterna.
Lo que nadie hubiera podido imaginar nunca es que Jesús, que es pan de vida, pensaba darnos su
propia carne y sangre como alimento, y la dará para la vida del mundo. Solamente teniendo fe podemos
aceptar que Jesús se entrega realmente como alimento.
La Eucaristía es el alimento del cristiano. Por tanto, la Eucaristía es un banquete comunitario; es la cena
del Señor; es el centro de la vida de todos los cristianos en la Iglesia.
Jesús había logrado compartir su vida con los demás. Siempre les prodigó amistad, perdón, misericordia.
Sin embargo, vio la necesidad de su presencia permanente entre nosotros para seguir caminando hacia el
Padre. Por eso creó una manera de estar presente en la comunidad cristiana, anunciándonos que Él mismo
se haría alimento (Pan) para asegurarnos así la vida eterna.
La Eucaristía es el misterio de amor que reclama una respuesta agradecida por parte de cada uno de
nosotros. Es la única condición para tener vida, y una vida de verdad.
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 24 – Parte 2)
Respuesta: Jesús en la Última Cena nos da su Cuerpo y su Sangre como alimento y nos pide que nos
amemos unos a otros como Él nos ama.
Por eso, también nosotros podemos ser alimento para los demás: cuando dejamos que los demás
“coman” de nuestro cuerpo, de nuestra vida, cuando somos capaces de servir a los demás.
¿De qué manera podemos ser “alimento” para los demás? Jesús es nuestro alimento. A Jesús lo
recibimos en la Eucaristía cuando comulgamos; y sólo cuando comulgamos podemos recibir de Él muchos
dones, los mismos que serán alimento para los demás que no conocen a Jesús. ¿Cuáles son esos dones?
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 24 – Parte 3)
Respuesta: Fuerza – Amor – Solidaridad – Unidad – Consuelo – Esperanza – Alegría – Paz.

4. ORACIÓN Y COMPROMISO
Que cada alumno reflexione que Jesús es el Pan partido que se entrega a cada uno de nosotros y que
por eso nosotros, de la misma manera, estamos llamados a entregamos a los demás. A partir de ello, que
elaboren su compromiso con Jesús.
Que cada alumno le escriba, en su cuaderno de catequesis, una carta a Jesús, dándole gracias por
haberle ayudado en todo este camino de preparación para poder llegar a recibirlo en el Pan de la Eucaristía; y
le pida que le siga fortaleciendo con su alimento de Vida Eterna.
Anotar en su cuaderno de catequesis, para la próxima semana, cada una de las partes en las que está
conformada la Celebración de la Misa y los pasos que se sigue en cada una de ellas.
Canto: Tú nos invitas Jesús
Hagamos
25 una gran Fiesta
1. OBJETIVOS

 Que descubran que la Eucaristía es un don de Dios y es sacramento de vida, fundamento de la Iglesia .
 Que se comprometan siempre a participar, como cristianos, en la Celebración de la Santa Misa.

2. MOTIVACIÓN
Cuento: Un almuerzo con Dios
Un niño pequeño quería conocer a Dios. Sabía que tendría que hacer un largo viaje para llegar hasta donde Él
vive, así que guardó en su maleta pastelitos de chocolate y refrescos de fruta… Y empezó su caminata. Cuando había
caminado unas horas, se encontró con una mujer anciana. Estaba sentada en un banco del parque, sola, contemplando
en silencio algunas palomas que picoteaban migajas de pan que ella les arrojaba.
El niño se sentó junto a ella y abrió su maleta. Comenzó a beber uno de sus refrescos cuando notó que la anciana
le miraba, así que le ofreció uno de ellos. Ella agradecida lo aceptó y le sonrió. Su sonrisa era muy bella, tanto que el
niño quería verla de nuevo, así que le ofreció entonces uno de sus pastelillos. De nuevo ella le sonrió. El niño estaba
encantado, y se quedó toda la tarde junto a ella, comiendo y sonriendo, aunque sin hablar una palabra.
Cuando oscurecía, el niño se levantó para irse. Dio algunos pasos, pero se detuvo; dio vuelta atrás, corrió hacia la
anciana y le dio un fuerte abrazo. Ella después de abrazarlo, le dedicó la más grande sonrisa de su vida. Cuando el niño
llegó a su casa, su madre quedó sorprendida de la cara de felicidad que traía. Entonces le preguntó: "Hijo, ¿qué hiciste
hoy que te hizo tan feliz?". El niño le contestó:"¡Hoy almorcé con Dios!"... Y antes de que su madre reaccionara, añadió:
"Y ¿sabes? ¡Tiene la sonrisa más hermosa que nunca he visto!"
Mientras tanto, la anciana, también radiante de felicidad, regresó a su casa. Su hijo se quedó sorprendido de la
expresión de paz que reflejaba en su cara, y le preguntó: "Mamá, ¿qué hiciste hoy que te ha puesto tan feliz?“. La
anciana le contestó: "¡Comí pastelitos de chocolate con Dios, en el parque!"... Y antes de que su hijo respondiera,
añadió: "Y ¿sabes? ¡Es más joven de lo que yo pensaba!"…
Dialogar: ¿Qué es la Eucaristía?
(Desarrollar “Motivación” de la ficha Nº 25)
Respuesta: La Comunión Eucarística es una Acción de Gracias a Dios por todo lo que nos regala cada día. Es un
Banquete de alegría y amor, porque en ella alimentamos con la Palabra, con el Cuerpo y la Sangre
de Cristo toda nuestra vida espiritual.
3. ILUMINACIÓN
Leer el texto Mt 26, 26 – 29 // Leer también Lc 24,13 – 35: “Los discípulos de Emaús".
¿De qué tratan ambos textos?: El primero trata sobre la Última Cena de Jesús con sus discípulos, momento en que
instituye el sacramento de la Eucaristía. El segundo texto es la historia de los discípulos de Emaús que se relaciona
mucho con las partes de la Santa Misa.
(Desarrollar “Iluminación” de la ficha Nº 25)
Respuesta: Ritos Iniciales: 3=M 9=O 16=G 14=D 20=Q
Liturgia de la Palabra: 2=H 11=E 19=I 5=C 15=B 7=P 6=J
Liturgia de la Eucaristía: 10=Ñ 13=F 1=S 17=L 4=K
Ritos Finales: 8=R 18=N 12=A
4. INTERIORIZACIÓN
Ciertamente el camino de Emaús es el pasaje de la Biblia donde mejor se puede explicar el significado de la Santa
Misa, conocida también como Celebración o Comunión Eucarística. Se trata de una experiencia de fin de semana, en
donde los discípulos de Emaús se sienten llenos de miedo y decepcionados de la vida, viviendo en la oscuridad, sin
poder observar y entender con claridad todo lo que había pasado con Jesús, por eso regresan a casa.
Aquella vuelta a casa se convirtió en el vehículo para el encuentro entre Jesús y los discípulos, fue un encuentro
personal con "Jesucristo Vivo". Señala el texto que ambos iban discutiendo por el camino todo lo acontecido. Y en eso
aparece Jesús. Es Él quien entra en nuestra vida, y en medio de la oscuridad, nos otorga la luz. La Eucaristía es luz.
En la narración de los discípulos de Emaús, Cristo mismo interviene para enseñar, comenzando por Moisés y
siguiendo por los profetas, haciéndoles entender el cumplimiento de toda la Escritura en su persona. Sus palabras
hacen arder los corazones de los discípulos, los saca de la oscuridad de la tristeza y desesperación y suscita en ellos el
deseo de permanecer con Él: “Quédate con nosotros, Señor”.
Los discípulos de Emaús pidieron al Señor que se quedara con ellos. Pero, Jesús hizo algo más que pasar un
momento con ellos. Él se quiso quedar para siempre en la santa Eucaristía para permanecer en ellos. Por eso, la
comunión eucarística significa la unión íntima entre Cristo y quien comulga.
Aquél fue el momento culminante del encuentro entre Jesús y los discípulos de Emaús. Jesús en cada Eucaristía
sigue partiendo para nosotros el “pan de vida”. Por eso, la santa Eucaristía es un banquete. Es significativo ver cómo
los dos discípulos de Emaús, oportunamente preparados por las palabras del Señor, lo reconocieran mientras estaban a
la mesa en el gesto sencillo de la «fracción del pan», porque una vez que las mentes están iluminadas y los corazones
entusiasmados, los signos hablan y abren de alguna manera los ojos del creyente.
Así como en Emaús, en la celebración eucarística se nos alimenta con dos mesas, la de la Palabra de Dios y la del
Pan de Vida. En la primera parte de la misa, se leen las Escrituras para que podamos ser iluminados y puedan arder
nuestros corazones. En la homilía, la Palabra de Dios es ilustrada y actualizada para la vida del cristiano en nuestro
tiempo. Y luego de ser iluminados, en los signos eucarísticos, el misterio está en cierto sentido abierto a los ojos del que
tiene fe, para reconocer a Jesús, Pan de Vida, como lo hicieron los discípulos de Emaús.
Finalmente, ambos discípulos, después de haber reconocido al Señor, se levantaron al momento para comunicar la
bella noticia. El encuentro con Jesús en la Eucaristía lleva a la Iglesia y a cada cristiano a testimoniar, a evangelizar. Por
eso, tenemos que dar gracias al Señor siempre y no dudar en mostrar nuestra fe a los demás.
(Desarrollar “Profundización” de la ficha Nº 25 – Parte 1)
Respuesta: En la Eucaristía, Jesús nos da su persona y su vida con su Palabra. Y en el Pan Partido nos entrega
su Cuerpo y en el Vino, su Sangre.
La Eucaristía es una invitación a Jesús para que se quede con nosotros, tenemos que decirle: “confío en ti, me
entrego a ti”. Al decir el Credo estamos haciendo una profesión de FE y la FE es un acto de confianza; estamos dándole
el Sí para invitarlo a la mesa a compartir la partición del pan y a entrar en Comunión con El; es decir, hacerse igual a El.
La mesa es el lugar de la intimidad, es el lugar en el que oramos, nos contamos secretos, es el lugar donde hay
sonrisas y lágrimas, etc. Así, la noche antes de su muerte, Jesús se reunió con sus discípulos y fue allí donde se realizó
la primera Misa, fue el momento en que Jesús entra en relación íntima con sus discípulos. Por eso Jesús toma el pan, lo
bendice y se los da.
Cristo se hace presente en nuestro camino, aunque ese camino esté sembrado de dudas, sufrimientos, angustias,
alegrías, fracasos, pecados, etc. Jesús nunca nos impone su presencia. Pero espera a que le invitemos a venir para
que se quede junto a nosotros. "Estoy a la puerta y llamo, al que me abre, entraré y cenaré con él" (Ap. 3,20). Y el
primer paso es pensar en cinco cosas por las que soy feliz, y por las cuales doy las gracias a Dios. Cada vez que uno
reconoce que tiene que agradecerle a Dios por ser tan bueno con nosotros es como si ya empezáramos a abrirle
nuestro corazón, nuestra puerta, para que él permanezca siempre a nuestro lado.
(Desarrollar “Profundización” de la ficha Nº 25 – Parte 2)
El no deja de decirnos; “donde dos o más estén reunidos en mi Nombre, Yo estaré en medio de ellos” (Mt 18,20).
Por eso, ¡¡¡ NO OLVIDES ALMORZAR SIEMPRE CON DIOS...!!! y participa de la Santa Misa.
5. ORACIÓN Y COMPROMISO
Que cada alumno le pida en oración a Jesús la ayuda necesaria para seguir creciendo con la enseñanza de su
Palabra, y para que le siga fortaleciendo con su Cuerpo y con su Sangre.
Sugerencia: Se puede pedir que algunos alumnos traigan algún pan o se compren algunas galletas, como
también una gaseosa, y se compartan en grupo, como signo de que es el mismo Jesús que se entrega y se reparte a
todos los que le necesitan, siempre en un ambiente de fiesta.
Canto: La Misa es una Fiesta
Anexos
Anexos
Los deberes de los padres
Tema 1 para con sus hijos
Hechos que pasan…
Aquél domingo Don Fidencio llegó borrachísimo a su casa. Y como no encontró la comida lista, comenzó
a gritar, a tirar las cosas y hasta pegarle a su mujer. Su hijo, Aníbal, de 11 años, le reclamó, llorando:
- ¿Por qué le pegas a mamá?
Por toda respuesta, Don Fidencio le gritó:
- ¡Tú te callas, mocoso! ¡Qué sabes! Ya me estás cansando con tus malcriadeces; ¿No sabes que tu
deber es obedecerme?
 ¿Conoces casos parecidos a éste? ¿Puedes compartirlos?
 ¿Qué te parece la actitud del pequeño Aníbal?
 ¿Qué hubieras hecho tú en este caso?
 ¿Qué te parece la actitud del papá?
 ¿Verdad que Aníbal es malcriado cuando le reclama a su padre algo justo?
Los padres deben convencerse que el 4°. Mandamiento no obliga sólo a los hijos frente a los padres, sino
también a éstos frente a los hijos. Los padres también tienen que 'honrar" a sus hijos.
El deber de los padres es velar por el desarrollo integral de los niños desde su más tierna edad. A ellos
les corresponde recibirlos con cariño al momento de nacer, y proteger su vida al estilo de José y María que
tuvieron que huir hasta Egipto a fin de salvar la vida del niño Jesús.
Junto con el cariño y la protección, los padres tienen que alimentar y educar a los hijos, capacitándolos
para el trabajo y para que sean personas libres, orientadas hacia el bien.
La educación no puede ser sólo con las palabras, sino sobre todo con el ejemplo. Comportamientos como
el de Don Fidencio no pueden sino escandalizar a los niños, y frente a eso Jesús se pronuncia con mucha
dureza. Leámoslo en el Evangelio según San Mateo 18,6:
"Si alguien hace tropezar y caer a uno de estos pequeños que creen en mi, mejor le sería que le
amarraran al cuello una gran piedra de moler y que lo hundieran en lo más hondo del mar. "
 ¿De qué nos habla el evangelio?
 ¿Qué entiende Jesús por "escándalo"?
El buen papá y la buena mamá tienen que comprometerse a dialogar con sus hijos, escuchando su
parecer, aunque sean todavía muy pequeños. Comprometerse a corregirlos cuando se equivocan, pero
evitando los gritos, las malas palabras y los actos brutales.
Tiene que ser compromiso sagrado no dar mal ejemplo a los niños con la borrachera, los pleitos, las
infidelidades, las trampas, etc. Una educación correcta a los hijos es el máximo deber de los padres y es, a la
vez, la máxima gloria para ellos. Aprendamos ahora lo que nos aconseja San Pablo en su carta a los Efesios:
Efesios 6, 1-4: "Hijos, obedezcan a sus padres; pues esto es un deber: 'Honra a tu padre y a tu
madre'. Es, además, el primer mandamiento que va acompañado de una promesa: 'Para que seas feliz y
goces de larga vida en la tierra'. Y ustedes, padres, no hagan de sus hijos unos rebeldes, sino más bien
edúquenlos usando las correcciones y advertencias que pueda inspirar el Señor".
 ¿Cuál es la frase que más te gusta en esta lectura de la carta a los Efesios?
 ¿Qué nos sugiere la lectura?
 ¿Siempre es pecado que el niño le conteste al papá o a la mamá?¿Cuándo no lo sería?
 ¿Qué hacer en casos como el de Don Fidencio y su hijo Aníbal?
A propósito de nuestros deberes para con nuestros hijos. Generalmente, en los adultos hay la conciencia
de que vivimos en el pecado. No es verdad que no sepamos qué es bueno y qué es malo. Lo que pasa es
que no tenemos la valentía de decidirnos cambiar.
La conciencia siempre nos dice que robar, mentir, pelear, ser mal hablados, es malo. Cuando somos
infieles en el matrimonio, cuando abandonamos a los hijos o a los padres ancianos, la conciencia nos golpea
desde dentro, diciendo: "Lo que estás haciendo no está bien. "
¿Quién de nosotros no sabe que somos hijos de Dios y que por lo tanto debe mos amarlo como a un
Padre Bueno, que debemos honrar su mismo nombre y que tenemos que tratar con justicia a nuestros
hermanos? ¿Quién no va a saber que matar y atentar contra la vida, abusar del sexo y ambicionar
exageradamente los bienes de los demás, es malo? ¿Quién puede decir que vivir en celos, en adulterio, en
peleas y rivalidades, sin acordarse de Dios, salvo cuando estamos en desesperación, no es malo? ¡No vamos
a saber que explotar y abusar del más débil es un crimen, lo mismo que faltar a nuestros deberes para con
nuestros hijos!
¡Si sabemos qué es malo, qué es pecado! Lo que pasa es que no tenemos la valentía para reconocerlo y
decidirnos cambiar. Y como no tenemos esa valentía preferimos inventarnos nuestras respuestas para
escapar: "Dios no existe ", "¿Qué me voy a confesar con hombres pecadores? ", etc., etc.
¡Claro! Conviene que Dios no exista. Así podemos seguir haciendo lo que nos parezca. ¡Qué vamos a
tener la humildad de reconocer que lo que estamos haciendo no está bien! Pero no. No podemos seguir
indefinidamente así, sin enderezar nuestros pasos. Así nos lo dice San Pablo:
"No se engañen: nadie se burla de Dios. Se cosechará de lo que se siembra. El que siembra para la
carne, cosechará de la carne corrupción y muerte. El que siembra para el espíritu, cosechará del Espíritu la
vida eterna. Hagamos el bien sin desanimamos; al debido tiempo cosecharemos, con tal que seamos
constantes. Por eso, mientras es tiempo, hagamos el bien a todos, y especialmente a nuestros hermanos en
la fe" (Gálatas 6, 7-10)
Sí – dicen algunos – pero Dios nunca me va a perdonar: soy muy pecador. Eso no es verdad. Dios que es
nuestro Padre siempre está dispuesto a perdonarnos y a recibirnos con los brazos abiertos. Si no, oigamos lo
que nos dice través del profeta Isaías: “¡Lávense, purifíquense! Alejen de mis ojos sus malas acciones, dejen
de hacer el mal. Busquen la justicia, den sus derechos al oprimido, hagan justicia al huérfano y defiendan a la
viuda. Ahora, vengan para que arreglemos cuentas: aunque sus pecados sean colorados, quedarán blancos
como la nieve; aunque sean rojos como púrpura, se volverán como lana blanca." (Isaías 1,16-18)
Y si todavía quedara alguna duda sobre la misericordia de Dios, recordemos aquél bello pasaje del Hijo
Pródigo en Lucas 15, 11-31. Aquí Jesús, que conocía en profundidad el corazón de su Padre, nos muestra
con abundancia de detalles la manera de ser de Dios:
- Aunque le duele nuestro alejamiento, sin embargo respeta nuestra libertad.
- Aunque podría salir a buscamos, sin embargo prefiere esperar la decisión nuestra de volver sobre
nuestros pasos.
- Cuando recibe al hijo que vuelve, ¡Oh asombro! Ni señales de la severidad que habríamos esperado. Al
contrario, vibra de gozo, cubre de besos y abrazos al hijo; le devuelve su dignidad y, encima, hace fiesta.
¿Y así podremos temer que no nos perdone? Todo depende de nosotros. No perdamos esta oportunidad
de convertimos cambiar nuestra vida, sobre todo, pensando en nuestros hijos: debemos cumplir realmente
nuestros deberes para con ellos, sobre todo, el deber de educarlos, de enseñarles los valores de la vida y el
amor a Dios y a nuestro prójimo. Pero recuerda: ¡Más se educa con el ejemplo que con bonitas
palabras!
La Eucaristía
Tema 2 Fuente de vida familiar
Efesios 6, 4: “Padres, no indignen a sus hijos, sino fórmenlos más bien mediante la instrucción y la
corrección según el Señor”.
El texto que acabamos de leer nos llama a ser responsables en la práctica religiosa de nuestros hijos. En
una familia cristiana, deberían existir ciertas prácticas de piedad, propias de la familia en cuanto tal, ya que
una familia que reza unida, permanece unida.
De hecho, en la sociedad actual, mucha gente desea vivir feliz, pero sin tener a Jesús a su lado, todo ese
deseo se torna difícil. Si realmente queremos tener a Jesús en nuestras vidas, para vivir unidos y felices
dentro de la vida religiosa en común de la familia, debería ocupar un lugar privilegiado la Misa dominical. Por
eso, sería muy conveniente que los miembros de una familia asistan a Misa juntos. No siempre se podrá, pero
habría que tender a eso. Nosotros, que preparamos a sus hijos para que reciban a Cristo en la Comunión,
pensamos que muchos, entre aquellos recuerdos de nuestra infancia, tenemos grabado con especial cariño,
el plan que los domingos hacíamos en familia: no sólo la Misa, sino el plan completo, desde la compra de
alguna comida un poco especial, hasta el almuerzo con abuelos o algún otro familiar. Al menos mientras era
posible. Esto obviamente depende de cada uno de nosotros y de las circunstancias particulares, pero es a lo
que se debe tender, sobre todo, cuando los hijos son pequeños. El domingo es un día para la familia.
¿Por qué es importante el domingo en la vida cristiana y familiar? Para comenzar habría que tomar
conciencia de la centralidad de la Misa dominical en la vida cristiana. Es casi similar decir que católico es
sinónimo de “aquel que va a Misa”. Y eso, porque en la Misa Cristo se entrega al Padre y a nosotros por la
salvación del mundo; de este modo se actualiza la salvación; nos unimos a Dios; divinizamos nuestra vida; en
Cristo no unimos a nuestros hermanos; nos alimentamos con el Pan que da la vida eterna... En otras
palabras, la Eucaristía es el resumen, la fuente y la cima de toda la vida cristiana.
Es imposible ser cristiano sin la Eucaristía. Jesús así lo dice: “quien come mi carne y bebe mi sangre
tiene vida eterna” (Jn 6,54). Cuando participamos de la Eucaristía surge en nosotros una vida divina que nos
identifica con Cristo y nos garantiza la vida del cielo; por el contrario, quien no participa de la Eucaristía no
tiene acceso ni a Cristo ni a la vida divina.
Por eso, en la cuestión de la asistencia a Misa es mucho lo que está un juego: perdemos la Eucaristía,
perdemos la identidad cristiana católica, perdemos la unión con Dios. Es una pendiente cuesta abajo, una
cuerda cada vez más floja que nos arroja al vacío. Y en un mundo tan materialista y, peor aún, tan
individualista, la Misa dominical debe preservarnos del riesgo total de perder la vida eterna: "si no comen la
carne del Hijo del hombre y no beben su sangre no tendrán vida en ustedes" (Jn 6,53).
La Eucaristía es también uno de los deberes más básicos porque garantiza el permanente retorno a Dios.
De hecho, todos como seres humanos caemos. Es más, una persona que va a Misa los domingos podrá
portarse mal en algún momento, pero nunca se va a alejar de Dios demasiado como aquél que no asiste, sin
poder buscar el remedio de sus posibles torpezas, que en la Eucaristía encontraría.
Por esto – y por muchas otras razones – la Iglesia ya en el siglo IV se vio obligada a imponer el precepto
de asistir a Misa los domingos para garantizar a los cristianos el “mínimo” de vida eucarística que necesitan
para vivir la felicidad que como familia siempre busca.
De hecho, el tercer mandamiento obliga a santificar el domingo. Y, como toda ley divina, no tiene
excepción. Pero, no estamos obligados necesariamente a participar cuando tenemos algún impedimento. Aún
así, se debe santificar el día del Señor de otro modo.
Nosotros como padres de familia tenemos una gran responsabilidad en la vida cristiana de nuestros hijos.
Los padres son los primeros y más importantes educadores de sus hijos, como es evidente, de toda su
formación: desde la espiritual hasta la intelectual, de la deportiva hasta los buenos modales.
Dios les ha encomendado que cultiven en sus hijos el amor hacia Él: que les enseñen a amarlo con todo
corazón. Y les pedirá especial cuenta de esta tarea, por la que los premiará con también especial
generosidad. Dentro de los diferentes aspectos de esta formación, resulta de vital importancia la eucaristía:
que los hijos conozcan, amen y valoren a Jesucristo realmente presente en la Eucaristía, que incorporen a su
vida la piedad eucarística y, como línea de mínimo, la Misa del domingo.
Cuando una persona es soltera, es responsable delante de Dios sólo de sus actos; y el de los demás,
sólo en algunos casos muy particulares. Pero cuando se casa, la cosa cambia, ya que son dos en uno... Si
bien cada uno es responsable de la propia vida espiritual, también tiene cierta responsabilidad sobre el otro.
De que uno vaya o no a Misa, depende entonces en muchos casos del otro cónyuge.
Además, está el tema del ejemplo: si el otro no es constante en la práctica religiosa necesita en primer
lugar el buen ejemplo. Más todavía cuando llegan los hijos. La práctica religiosa de los hijos – no sólo cuando
son menores sino durante toda su vida – depende en un altísimo grado de la de sus padres. De manera que
si los padres no van, su falta delante de Dios es bastante más grave que en el caso de los solteros. Y están
privando a sus hijos de la tan necesaria experiencia de la práctica religiosa que necesitan para cultivar hábitos
espirituales, sin los cuales les será difícil desarrollar su vida a los ojos de Dios.
No se trata de obligar a los hijos a ir a Misa. Pero sí enseñarles. Para ello, es importante primero,
plantearse el deseo uno mismo, como padre o como madre, luego como esposos. A veces no queremos
participar porque estamos enojados con Dios, o tenemos pereza, o algún plan más tentador, o nos quejamos
de que nos aburre, estamos cansados, o decimos que no nos dice nada. Hablar de ir a Misa hoy día suena
bastante mal: casi como un atentado a la autonomía o a la libertad de conciencia. Sin embargo, ¿qué padre
consulta a su hijo antes de enviarlo al jardín de infantes? ¿Qué padre consentiría en que sus hijos de modo
habitual no vayan al colegio, no tomen remedios cuando están enfermos, no duerman, etc., etc., etc.? Y así
podríamos poner muchísimos ejemplos.
Como podemos darnos cuenta, en las cosas básicas y necesarias, la formación exige el cumplimiento de
deberes, y es normal que se impongan. Entonces uno descubre que es bastante lógico que padres con fe, no
sólo manden sus hijos a Misa, sino y mucho mejor, como dijimos antes, que vayan con ellos.
Es bueno aclarar que no es cuestión de obligación sino de amor. Hay que ayudar a los hijos a amar la
Misa; y el primer paso es yendo: nunca conseguirá amar la Misa quien no va. Con el ejemplo y con la
enseñanza: si no saben qué es la Misa nunca llegarán a amarla. Por tanto, es muy importante ir a Misa, y
mejor, ir en familia.
El enseñar a los hijos a participar de la Eucaristía con el ejemplo es algo muy distinto que ir a ver con
ellos un partido de fútbol, visitar a la abuela, comer o no comer tal cosa, el horario de regreso a casa, etc.
Está a otro nivel. Debe quedar claro que en nuestra familia los deberes para con Dios son lo más importantes,
porque la Misa dominical es parte de la vida de familia. La Eucaristía es un compromiso de todos nosotros
con Dios como familia. Por eso, cuanto menos se practique la fe en el ambiente en que se mueven los hijos,
más atención y empeño habrá que poner para que la frialdad circundante no los enfríe a ellos y los haga ser
personas de mal.
Hay que tener en cuenta que en nuestro país el índice de práctica religiosa es muy bajo. Esto significa
que los hijos muchas veces se verán rodeados de compañeros, amigos, conocidos que se dicen cristianos y
no van a Misa. Esto no los ayuda mucho. Habrá que ayudarlos a tomar conciencia de lo que es un cristiano
de verdad, de la seriedad de los deberes para con Dios, de la importancia de la autenticidad que exige el
amor a Dios, de la importancia de la ejemplaridad, de la necesidad de cristianizar la sociedad, etc.
Ahora que tu hijo recibirá el sacramento de la Comunión con Cristo, deberás hacer que ese encuentro
permanezca siempre, acompañándolo a crecer en ese amor a Dios participando tú también, como padre y
como madre, de la Misa Dominical. Dios sólo te pide una hora por semana. Es más, el mejor sistema para
fortalecer la propia fe es contagiarla. De manera que la mejor manera de cultivar el amor a la Eucaristía es
participando. El amor personal a la Eucaristía y la unidad familiar son el mejor caldo de cultivo para la
valoración de la Eucaristía, tanto para el crecimiento de la propia fe, como la de cada uno de los miembros de
tu familia.
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¿POR QUÉ CONFESARSE?
El sacramento de la penitencia, también llamado CONFESIÓN, es el sacramento instituido por Cristo, que perdona los pecados
cometidos después del bautismo y obtiene la reconciliación con la Iglesia, al pedir perdón ante un sacerdote y recibir la absolución
sacramental.
CONDICIONES PARA UNA BUENA CONFESIÓN
A. Examen de conciencia: Recordar todos los pecados que hemos cometido desde la última confesión.
B. Arrepentimiento: Sentir sincero dolor de haber ofendido a Dios; y detestar el pecado. (Para alcanzar el arrepentimiento hay que
pedírselo a Dios)
C. Propósito de la enmienda: Decidir firmemente no volver a pecar; estar dispuestos a evitar el pecado, cueste lo que cueste.
D. Confesión: Decir al Sacerdote todos los pecados que hemos descubierto en el examen de conciencia. Esta confesión debe ser:
Sincera: Es decir, sin querer engañar por miedo, pues a Dios es imposible engañarle.
Completa: Es decir, sin callarse ningún pecado.
Humilde: Es decir, sin altanería ni arrogancia.
Prudente: Es decir, que debemos usar palabras adecuadas y correctas, y sin nombrar personas ni descubrir pecados ajenos.
Breve: Es decir, sin explicaciones innecesarias y sin mezclarle otros asuntos.
E. Satisfacción: Cumplir la penitencia que nos impone el sacerdote, con la intención de reparar los pecados cometidos. Es
obligatorio cumplir la penitencia, porque es parte del mismo sacramento.
EXAMEN DE CONCIENCIA
PECADOS CONTRA EL PRIMER MANDAMIENTO: Amarás a Dios sobre todas las cosas.
 ¿Has comulgado sabiendo que no debías hacerlo sin antes estar preparado?
 ¿Te olvidas de rezar por las mañanas y por las noches? ¿Hablas frecuentemente con Jesús? ¿Procuras agradarle en todo?
 ¿Te has enojado y desesperado con Dios?
PECADOS CONTRA EL SEGUNDO MANDAMIENTO: No jurarás el nombre de Dios en vano.
 ¿Has hablado mal de Dios, la Virgen, el Papa, la Eucaristía o la Iglesia? ¿Tienes costumbre de jurar en vano?
 ¿Has jurado hacer algo malo, como vengarte o hacerle daño a alguien?
PECADOS CONTRA EL TERCER MANDAMIENTO: Santificarás las fiestas.
 ¿Has dejado de ir a misa en algún domingo o fiesta de precepto? ¿Has estado distraído en misa, jugando y platicando?
 ¿Le doy gracias a Dios por todas las cosas buenas que me ha dado?
PECADOS CONTRA EL CUARTO MANDAMIENTO: Honrarás a tu padre y tu madre.
 ¿Has desobedecido a tus papás? ¿Te has burlado de ellos? ¿Les has hablado de mala manera y sin respeto?
 ¿Les ayudas en las labores de la casa y en el cuidado de tus hermanos? ¿Haces los recados con alegría?
 ¿Haces todos los deberes de la escuela? ¿O pierdes el tiempo? ¿Eres perezoso al levantarte?
 ¿Cómo te portas con tus hermanos? ¿Buscas para ellos lo mejor? ¿Quieres ser tú siempre el primero?
 ¿Eres caprichoso, exigiendo a tus padres más de lo que ellos pueden darte? ¿acoges con cariño todo lo que te dan?
PECADOS CONTA EL QUINTO MANDAMIENTO: No matarás.
 ¿Has deseado que alguien muera o que le pasen cosas graves? ¿Has hablado mal de alguien? ¿Estás enojado con alguien?
 ¿Has sido causante de que alguien más cometa un pecado con tus palabras o con tu mal ejemplo?
 ¿Has reñido con tus compañeros? ¿Te enfadas en seguida? ¿Les insultas o te burlas de ellos? ¿Te vengas cuando te insultan?
 ¿Te has negado a pedir perdón cuando has ofendido a alguien? ¿Tienes costumbre de acusar a tus compañeros?
PECADOS CONTRA EL SEXTO Y NOVENO MANDAMIENTO: No cometerás / No consentirás actos impuros.
 ¿Has cometido acciones que son deshonestas y que te avergonzaría que se supieran?
 ¿Has hecho cosas feas tú solo o con otros niños o niñas? ¿Has visto películas, videos o fotografías que no son buenas?
 ¿Has tenido conversaciones que nos son buenas con alguien más?
 ¿Dices palabrotas feas? ¿Vas con amigos que hablan de cosas malas?
 ¿Apartas enseguida los pensamientos impuros? ¿Has imaginado que haces cosas malas contra otras personas?
PECADOS CONTRA EL SÉPTIMO Y DÉCIMO MANDAMIENTO: No robarás / No desearás los bienes ajenos.
 ¿Te has quedado con algo que no es tuyo? ¿Has ayudado a que alguien robe algo? ¿Has copiado en tus tareas o exámenes?
 ¿Has hecho voluntariamente daño a las cosas de otras personas? ¿Has hecho trampa en los juegos para ganar?
 ¿Has intentado robarle o dañar las pertenencias de alguien más, aunque al final no lo hayas conseguido?
 ¿Has sentido envidia por las cosas buenas que le pasan a los demás o por las cosas que tienen otros que tú no tienes?
 ¿Has quitado dinero o cosas a tus papás o a tus amigos? ¿Nunca se las has devuelto? ¿Presto las cosas que me piden?
 ¿Eres vanidoso y quieres que se fijen en ti y te alaben? ¿Eres avaro? ¿Todo lo quieres para ti?
PECADOS CONTRA EL OCTAVO MANDAMIENTO: No mentirás.
 ¿Has dicho mentiras a tus papás, a tus maestros o compañeros? ¿Has dicho mentiras de alguien más para perjudicarlo?
¿Echas tus culpas sobre los demás? ¿Comentas las cosas malas de tus compañeros? ¿Has hablado mal de alguien más?
Índice
SECCIÓN 01. Viviendo en Comunidad
TEMA 01. Todos somos amigos...................................................03
TEMA 02. Valoremos a nuestra familia.........................................05
TEMA 03. Respetemos a nuestros padres....................................07
TEMA 04. Vivimos en comunidad................................................09
TEMA 05. Tenemos derechos y deberes......................................11
SECCIÓN 02. Creciendo como Personas
TEMA 06. Cuidemos la creación de Dios......................................15
TEMA 07. Aprendamos a defender la vida....................................17
TEMA 08. Respetemos nuestro cuerpo........................................19
TEMA 09. Creciendo como personas............................................21
TEMA 10. Lo más importante es saber amar................................23
SECCIÓN 03. Conociendo a Jesús y a maría
TEMA 11. Conozcamos y amemos a Jesús...................................27
TEMA 12. Jesús entregó su vida para salvarnos...........................29
TEMA 13. María es la Madre del Salvador....................................31
TEMA 14. Por María llegamos a Jesús..........................................33
TEMA 15. Aprendiendo a vivir como los santos............................35
SECCIÓN 04. Participando en la Iglesia
TEMA 16. La Iglesia, nuevo pueblo de Dios..................................39
TEMA 17. Conociendo mi parroquia.............................................41
TEMA 18. Por el Bautismo somos hijos de Dios............................43
TEMA 19. Aprendiendo a hablar con Dios....................................45
TEMA 20. Dios siempre habla con nosotros..................................47
SECCIÓN 05. Celebrando los Sacramentos
TEMA 21. El pecado destruye nuestra vida..................................51
TEMA 22. Dios nos perdona siempre...........................................53
TEMA 23. Los dones y la fuerza del Espíritu Santo........................55
TEMA 24. Jesús es Pan de Vida Eterna........................................57
TEMA 25. Hagamos una gran Fiesta............................................59
ANEXOS.................................................................................61

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