Está en la página 1de 11

7 SÍNTOMAS DE MALESTAR ESPIRITUAL Por Jairo Araujo

25 de abril de 2012 a las 20:05Público


(Isaías 1:2-6) Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra
mí. El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento. !Oh gente
pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo
de Israel, se volvieron atrás.  ¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y todo
corazón doliente. Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no
están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite.
 
Síntoma: Es una señal que indica una condición o un estado.

1. SUEÑO ESPIRITUAL: Letargo, adormecimiento, sopor. (Is 29:9-16)

CAUSAS: Cuando nos acercamos a Dios de labios, pero nuestro corazón está lejos de él. (Is 29:13) Cuando venimos ante la
presencia de Dios de forma religiosa. (Is 29:13) Cuando nuestros ojos y oídos están viendo y oyendo lo que no deben, adentro y
afuera. Cuando estamos desenfocados. (Hch 20:9) 
 
EFECTO: Muerte espiritual

INDICACIONES: Conocer el tiempo. (Ro 13:11) Despertar del Sueño. (Ef 5:14) Levantarnos, clamar y obedecer. (Jon 1:6)

2. PESADEZ ESPIRITUAL: Sobrepeso espiritual. (Heb 12:1)

CAUSAS: Cuando llevamos una pesada carga que no debemos llevar, (pecado) y (peso) cosas que nos quitan el tiempo, y no
nos dejan caminar en libertad plena. Cuando nos volvemos pesados por la grosura de la carne.

EFECTO: Impide que la presencia de Dios se manifieste en nuestra vida.

INDICACIONES: Descargar el peso en él y votar lo que no sirve. Hacer ejercicio espiritual. (Oración, ayuno, vigilia, estudio
bíblico, congregarse)

3. DESANIMO ESPIRITUAL: Doble ánimo, inconstancia, falta de firmeza. (St 1:8)

CAUSAS: Falta de oración, propósito y confianza en Dios. (Lc 18:1)

EFECTO: Falta de prosperidad y fruto en la vida espiritual. (3 Jn 1:2)

INDICACIONES: Aferrarse del Todopoderoso. (St 4:8)

4. FRIALDAD ESPIRITUAL: Falta de calor, fervor, y fuego de la Presencia de Dios. (Mt 24:12)

CAUSAS: La desobediencia al no avivar el fuego. (1 Tes 5:19). La indiferencia y la falta de entrega para con Dios.

EFECTO: Alejamiento de la presencia de Dios.

INDICACIONES: Obedecer el mandato de avivar el fuego del don de Dios en nuestra vida. (2 Tim 1:6). Dejar la indiferencia
y meternos en el fuego. 
5. TIBIEZA ESPIRITUAL: Mediocridad.

CAUSAS: Presunción: Creer que se tiene algo, cuando no se tiene nada, creer que tenemos suficiente y no necesitamos más.
(Ap 3:15-18) (Laodicea) Viene cuando nuestros vestidos espirituales se manchan y cuando nuestros ojos espirituales están
cegados.

EFECTO: Lleva a quien lo padece a ser un vomitivo para la boca de Dios.

INDICACIONES: Buscar la pureza a través del fuego de lo alto, suplicar por un nuevo vestido = Renovación, ungir nuestros
ojos espirituales a través del aceite de su presencia.

6. CONFORMISMO ESPIRITUAL: Neutralidad (estancamiento).

CAUSAS: Cuando la alabanza y adoración se hace sin pasión, y cuando no le damos lo mejor de nuestras vidas a él.

EFECTO: Una vida sin experiencias y sin triunfos con Dios.

INDICACIONES: Dejar de lado la neutralidad, y darle a Dios, lo mejor de nuestras vidas en alabanza, adoración y
consagración

7. DUREZA DE CORAZÓN: Insensibilidad a la presencia de Dios, Rebeldía, Orgullo. (Heb 3:15)

CAUSAS: Cuando el corazón se llena de orgullo, se torna rebelde a las cosas de Dios, y ya no queremos oír las cosas de Dios.

EFECTO: Quien la padece se convierte en un enemigo de Dios pues provoca a Dios con su actitud. (Heb 10:31)

INDICACIONES: Humillarse, arrepentirse, convertirse y dejarse tomar por su presencia.


¿Cuál es la causa principal de todo enfriamiento espiritual? Por regla general creo que la
causa principal es el descuido y la negligencia en la oración privada. Es cierto que la historia
secreta de muchas caídas no se conocerá hasta el Día del Juicio. De ahí que sólo me limite a
expresar mi opinión. Pero esta opinión ha sido formada como resultado de mis experiencias
pastorales y de mis observaciones del corazón humano. Repito pues mi opinión: el motivo principal
de todo enfriamiento tiene su origen en el descuido de la oración privada.

Las Biblias que se leen sin oración, los sermones que se oyen sin oración, los matrimonios que se
contraen sin oración, los viajes que se emprenden sin oración, las amistades que se forman sin
oración, las lecturas bíblicas y devocionales con oraciones rápidas y que no salen del corazón; todo
esto constituye una serie de escalones descendentes por los cuales muchos creyentes bajan a un
plano de apatía espiritual, o al borde mismo de una terrible caída.
Por este proceso se forman las personas lánguidas como Lot; las de carácter inestable como
Sansón; las inconsistentes como Asa; las flexibles como Josafat; las cuidadosas en extremo como
Marta, etc. A menudo la causa que motiva todos estos casos es ésta: descuido de la oración privada.

No dudemos del hecho de que los que caen, primero caen en su vida espiritual privada, y más tarde
su caída es pública. Primero caen en su vida de oración, y luego a los ojos del mundo. Al igual que
Pedro, primero descuidan la amonestación del Señor de velar y orar, y luego, también como ese
Apóstol, pierden las fuerzas y en la hora de la tentación niegan al Señor.

SINTOMAS

Cansancio en el servicio: El servicio es la muestra de mi gratitud y amor a Dios. Por tanto, no debemos de
perder el ánimo de servir. El Señor hoy por su Espíritu nos pregunta lo que en su momento preguntó a
Pedro: “… Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te
amo. El le dijo: Apacienta mis corderos” (Jn. 21:15).

Pérdida de valores espirituales: Sólo recordemos cómo fue nuestro inicio en el llamado de Dios a nuestras
vidas. Recuerdo en lo personal que todo el anhelo era conocer y buscar solamente de Dios, las posibilidades
al éxito académico y material estaban allí a la orden, pero mis decisiones eran firmes, había encontrado en
Dios un verdadero tesoro. Cuando esto sucede todo lo que es fuera de Dios se considera vano; traigo a mi
mente y corazón parte de una alabanza: Cuando pienso en tu amor tan bello y te veo a ti en Santidad, y tu
dignidad excede las riquezas de este mundo… la razón por la cual yo vivo es para adorarte. El apóstol Pablo
es un claro testigo de lo que en su vida sucedió el día que Cristo se le manifestó, siendo él una eminencia
renunció a todo por amor a Cristo. “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como
pérdida por amor de Cristo.  Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la
excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo
tengo por basura, para ganar a Cristo” (Fil. 3:7-8). No dejemos que se apague esa llama que un día Dios
encendió en nosotros, retomemos todo sentimiento de renuncia a lo terrenal, por amor a él.

Sermón: 2 Crónicas 32:31 Las Causas de la Frialdad Espiritual

2 Crónicas 32:31 “Mas en lo referente a los mensajeros de los príncipes de Babilonia, que


enviaron a él para saber del prodigio que había acontecido en el país, Dios lo dejó, para
probarle, para hacer conocer todo lo que estaba en su corazón.”

             Hermanos y amigos hoy vamos a retomar el tema que habíamos estudiado la última
vez antes sobre la frialdad espiritual. Y quisiera que repasáramos algunas de las cosas que ya
dijimos la última vez que tratamos este tema.

            Cuando Dios nos salva El implanta en nuestros corazones un nuevo principio de vida
espiritual. Esa naturaleza nueva busca crecer, lucha por vivir. Como todo niño que viene a
este mundo, desde el momento que nace, lucha por sobrevivir, de igual manera lo hace la
nueva naturaleza en los creyentes.

            Pero aunque esto es así si esta nueva naturaleza no es cuidada, no es alimentada
propiamente entonces sin lugar a duda comienza a enfriarse, comienza a debilitarse. Su vigor
espiritual, su pasión por las cosas de Dios comienzan a declinar, a decaer. Y vimos que esta
debilidad espiritual es llamada por Jesús mismo en Apocalipsis 2:4 como el perder el primer
amor. Un creyente genuino puede perder ese primer amor, esa pasión y entrega por las cosas
de Dios que antes poseía.

            Dijimos que este perder el primer amor se manifiesta por una falta de apetito
espiritual. Ya no le apasionan las cosas de Dios como antes. Lee la Biblia y siente que Dios
no le habla. No tiene deseos para orar y aunque puede asistir a la iglesia lo hace más por
cumplir que por deseo de estar cerca de Dios y de disfrutar del mensaje que Dios tiene para
él o ella.

            Esto es serio hermanos y amigos. Cualquier esposo o esposa se preocuparía si


descubre que su cónyuge ya no le ama con la pasión y entrega que tenía antes. Y todos
nosotros nos podemos identificar si vemos que nuestros hijos ya no nos aman como al
principio o ellos sienten que nosotros no les amamos como antes y piensen que son para
nosotros una carga.

            De igual manera lo es para Dios. El nos llama a que le amemos con todo nuestro
corazón, con toda nuestra mente, con toda nuestra alma y con todas nuestras fuerzas
(Marcos 12:30-31). ¿Le amamos así? ¿Cómo no debemos amarle con todo nuestro ser y
todas nuestras fuerzas a aquel que dio su vida en la cruz del Calvario, sufrió el mismo
infierno y llevó sobre el madero nuestra maldición?

            Hermanos y amigos, hay miles de razones para amar a Dios con todo nuestra alma y
fuerzas. Pero aunque esto es así, un genuino creyente puede enfriarse espiritualmente. 
Puede desarrollar una actitud indiferente a las cosas de Dios. Puede venir a la Santa Cena y
participar de ella y salir vacío de Dios. Puede escuchar un buen sermón y no movérsele un
pelo de la cabeza. Y esto es triste. Y es serio. Tan serio que Jesús mismo reprendió a la
iglesia de Éfeso por tal frialdad espiritual. Apocalipsis 2:4 “Pero tengo contra ti”. Tengo
una queja contra ti. Esto no está bien en ti. ¿Es esa tu actitud ante esa condición espiritual?
Ahora bien.

            ¿Cuáles son causas de esta frialdad espiritual en la vida de un genuino creyente? Hay
varias causas. Y el conocerlas nos ayudará a saber cómo recuperarnos si nos hemos enfriado.
O el de ayudar a otros si les ha ocurrido. Nuevamente, ¿Cuáles son causas de esta frialdad
espiritual en la vida de un genuino creyente?

I. La Mano de Dios
            Eso es lo que tenemos aquí en 2 Crónicas 32:31. ¿Qué es lo que está pasando aquí?
El pasaje nos habla del último rey de Judá Ezequías. El fue un buen rey. Trajo muchas
reformas para el pueblo de Dios. Pero un día enfermó de muerte. Y Dios envió al profeta
Isaías para decirle que tenía que poner en orden su casa ya que iba a morir. A lo cual
Ezequías respondió en humillación. Clamó a Dios y El escuchó su ruego. 2 Reyes 20:4
“Vuelve, y di a Ezequías, príncipe de mi pueblo: Así dice Jehová, el Dios de David tu
padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí que yo te sano; al tercer
día subirás a la casa de Jehová.” Y no solo eso. Dios le añadió 15 años más de vida a
Ezequías y lo libraría a él y a Jerusalén del rey de Asiria. Junto con ello le daría una señal:
haría retroceder la sombra del sol 10 grados atrás.

            Pero luego de haber sido sanado por Dios Ezequías se enorgulleció. Y nos dice el
autor de Crónicas y Dios lo dejó. Dios se apartó de Ezequías, dejó de sostenerle. ¿Con qué
propósito? Dice el versículo “para probarle, para hacer conocer todo lo que estaba en su
corazón”.  Para ver si Ezequías confiaba plenamente en Dios para que lo librara de sus
enemigos o confiaría en los hombre y en hacer tratos con ellos. 

            ¿Qué ocurrió cuando Dios lo dejó?  Vinieron los enemigos de Dios para visitar a
Ezequías y saber sobre el milagro. Y Ezequías abrió su palacio y les mostró sus riquezas.
Ezequías se comportó como si todo lo que tenía lo había logrado por sí mismo. Y Dios se
enojó contra Ezequías.

            Hermanos, Dios hace lo mismo con nosotros. Dios nos pone a prueba
constantemente para que nosotros demostremos nuestra absoluta fidelidad a Dios. Para que
demostremos que confiamos plenamente en Dios no importa lo que pase en nuestras vidas.
Pero muchas veces fallamos. Y en vez de agarrarnos por la fe en Jesús y buscar más de El
por medio de la oración, el estudio de la Palabra y aprender a decir como dice el Salmo 27:3
“Aunque un ejército acampe contra mí, No temerá mi corazón; Aunque contra mí se
levante guerra, Yo estaré confiado.” comenzamos a descuidar la oración y nuestra fe se
desvía de Dios y se deposita en otra cosa.

            Y cuando esto ocurre nuestra vida espiritual comienza a decaer. Y cuando vemos que
lo que le pedimos a Dios no llega nos desesperamos y dejamos de confiar en Dios, nos
ausentamos de la iglesia, dejamos de leer la Biblia, dejamos de negarnos a nosotros mismos
y tomar la cruz.

            Hermanos Dios es justo al ponernos a prueba. El es sabio al hacerlo. Que nadie dude
de esto. Cuánto tú y yo necesitamos de Él. Sin El nada podemos hacer. Si Él no nos sostiene
nos caemos con gran rapidez. En toda nuestras pruebas jamás dejes de confiar en Dios.
Jamás dejes de buscarle aunque no veas tu petición cumplida. ¿O le servimos meramente
porque nos bendice? Si El decide contestarnos un No a una petición grande en nuestras
vidas, ¿le seguiremos sirviendo?
            Dios nos suelta muchas veces para que hagamos como los niños pequeños cuando
los padres los sueltan, buscan agarrase más rápido que ligero de ellos. Así debemos hacer
nosotros.

            El pasaje de Crónicas solo menciona una causa de la frialdad espiritual. hay otras
más en otros pasaje bíblicos. ¿Qué otras causas?

II. La Vagancia de Nuestro Corazón

            Vivimos en una época en donde todos quieren las cosas fáciles. Pero a mí me
enseñaron que las cosas fáciles, fáciles se van. La vida espiritual requiere trabajo espiritual.
Buscar a Dios, estudiar su palabra, orar, meditar en la Biblia, venir a la iglesia etc. dan
trabajo. Y conlleva que tú y yo nos esforcemos en luchar hacia delante. Por eso
dice Filipenses 2:11 “Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor”. La palabra
ocupaos en el original griego [katergatzomai] significa trabajar, ocuparse, producir mediante
esfuerzo, llevar a cabo la obra. Y esto implica fajarnos. Es un mandamiento que todos
nosotros nos fajemos por el bienestar de nuestra alma. Pero la naturaleza humana caída se
resiente, lucha, es vaga, tiende a lo terrenal más que a lo espiritual.

            ¿Cómo se traduce esto? Se traduce en descuidar nuestra alma. Sacar tiempo para
todo lo demás y poco tiempo para cuidar, alimentar nuestra alma. Se traduce en poner una
alarma para que no se me olvide la novela, pero no ponemos una alarma para que no se nos
olvide orar, leer la Biblia. Se traduce en ver una detenimiento una revista o una película pero
leemos la Biblia con suma rapidez y no sacamos tiempo para meditar en lo leído. Se traduce
en estar más pendiente de lo que hacen los niños de lo que se predica aquí. Y todo esto
produce frialdad espiritual.

            Lo triste del caso es que como toda enfermedad que no se atiende ni se le pone un
freno, la misma se sigue apoderando hasta que postra en la cama a su víctima.

            ¿Cuán dedicado eres a las cosas de Dios? ¿Sacas más tiempo para ellas que para las
cosas del mundo? No es que no vayamos al cine, o ver una película, o ir a divertirnos. ¿Pero
te ocupas más de tu alma de lo que te ocupas de otras cosas? Esto no está bien. No lo tomes
como poca cosa porque no lo es.

            ¿Qué otra causa?

III. Por tolerar el pecado

            Uno de los males en nuestra época es la falta de sensibilidad al pecado. Algunos
piensan que solo debemos preocuparnos por los pecados grandes y no por los pequeños. Por
ejemplo, ponemos nuestra mirada en el mundo y la quitamos de Dios, y podríamos pensar
que es poca cosa. Y no confesamos nuestro pecado. O codiciamos a una mujer o a un
hombre, pero como no hicimos nada más podríamos pensar que no es gran cosa. Y cuando
se actúa así tal actitud nos enfría cada día más y nos hacemos más insensibles a las cosas de
Dios. Tal actitud nos aleja de Dios quien es la fuente de nuestra vida espiritual y nos lleva a
perder poco a poco el vigor espiritual.

            En otros casos, la frialdad espiritual viene por haber cometido un gran pecado el cual
ataca nuestra conciencia. Como David cuando pecó con Betsabé y Urías heteo. En este caso
hay una herida enorme. La caída es tan grande y de momento que debilita con mayor rapidez
y fuerza la vida espiritual de ese cristiano. Y no solo su caída es grande sino que su
recuperación es más difícil.

            ¿Cuál es la solución ante todo esto?

1. Reconocer que nosotros mismos somos la causa de esa frialdad. Somos nosotros lo que no
nos hemos esforzados. Somos nosotros lo que hemos jugado con el pecado. Somos nosotros
los que hemos quitado nuestra confianza con Dios. Eso fue lo que Jesús le dijo a la iglesia de
Éfeso en Apocalipsis 2:5 “Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete”. Si
nos hemos enfriado espiritualmente, y todos hemos experimentado esto en nuestras vida en
algún momento u otro, lo primero que tenemos que hacer es reconocer que nosotros nos
hemos caído por nuestro propio peso. Tú y yo somos responsables por nuestra vida
espiritual. Tú y yo somos responsables por habernos enfriado. Y la solución es una clara:
pídele perdón a Dios por haberle amado poco, por no haberle buscado con pasión. Confiesa
tu pecado.

            Lo maravilloso de esto es que Dios te ama o cristiano. Él te anhela. El quiere estar a
solas contigo. El quiere recibir tu amor como El quiere darte de su amor. Ve a El pronto.

2. Busca cuidar tu alma con temor y temblor. No vengas a la casa de Dios para adorarle sin
preparar tu corazón. Antes de venir: háblale a tu alma yo voy a la casa de Dios y allí Dios
está. Allí debo buscarle con fe creyendo que su amor es quien me invita, que mi amado
quien murió por mí me está esperando para cenar conmigo. Allí lo encontraré por la fe
cuando se lee la Biblia, cuando tomo la Santa Cena, cuando dirijo mis cántico para alabarle.
Saca tiempo para estar a solas con Dios. ¿Cuándo fue la última vez que sacaste tiempo, pero
tiempo de calidad para estar a solas con Dios en oración, en alabanza, en el estudio serio de
la Palabra. Si no lo haces te debilitarás más y más. Y aunque un genuino creyente jamás
podrá perder su salvación Dios le hará la vida difícil por no amarle con pasión.

3. Si no eres cristiano tu condición espiritual es una de muerte. Tu alma está muerta


espiritualmente. Solo Dios puede darte vida. Y la vida espiritual que Dios da refresca el alma
como nada en este mundo puede hacer. Solo Dios puede saciar todas nuestras necesidades
porque El es infinito en su Ser. La paz que El da no se consigue en ningún lugar sino en El.
En Jesús hay vida, en Jesús hay perdón eterno, en Jesús hay pleno gozo y perfecta felicidad.
Recíbele como tu Dios y Salvador. Y tendrás vida, vida abundante para toda la eternidad. Si
no vienes hoy no hay garantía que vendrás mañana. Tú no controlas el mañana. Al que ha
tomado veneno no le decimos tómate la cura mañana sino hoy, ahora, que más tarde es peor.
Ven a Cristo y verás la vida. 

           Estudio bíblico de 2 Timoteo 1:7-18


2 Timoteo 1:7-18Regresamos hoy, estimado oyente, a nuestro estudio en la
Segunda Epístola del Apóstol Pablo a Timoteo, y nos encontramos en el primer
capítulo. En nuestro programa anterior leímos hasta el versículo 6, y aunque deseamos
avanzar a partir del versículo 7, que concluye la introducción, quisiéramos dedicar un
poco de tiempo a considerar lo que comentamos sobre el versículo 6, que dice:"Por
eso te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de
mis manos"Cuando el Apóstol Pablo puso sus manos sobre Timoteo, ese acto significó
que Timoteo era un compañero de Pablo, que estaba asociado a Pablo en su
ministerio; compartió con él el don de enseñanza de la Palabra de Dios. Creo que Pablo
tenía la intención de transferir a Timoteo su ministerio, sus funciones. Este joven
siempre había estado cerca de Pablo. Cuando éste se encontraba en la cárcel de Roma,
dijo de él en Filipenses 2:20, porque no tengo a ningún otro que comparta mis
sentimientos y que tan sinceramente se interese por vosotros. Este era un hombre que
podía llevar a cabo la enseñanza y predicación de Pablo, y por ello el apóstol le
convirtió en su compañero, en su colaborador asociado. Y así compartieron juntos el
ministerio.
Ahora vemos que Pablo le aconsejó diciéndole: que avives el fuego del don de Dios que
está en ti. Este hombre tenía un don y Pablo le recomendó que lo avivara. ¿Qué le
indicaría esto a usted? Me pregunto si Pablo estaría preocupado por Timoteo allá en
Éfeso. Éfeso era la sede del templo de Diana y uno de los grandes centros de pecado
del mundo Romano. Pablo mismo había pasado 3 años en Éfeso y sabía que en aquella
ciudad había muchas atracciones y tentaciones. Me pregunto si él temía que Timoteo
pudiera ser reacio y refrenarse en enseñar todo el consejo de Dios. Podemos ver aquí
la preocupación del apóstol por aquel joven a quien llamó "amado hijo." Veamos ahora
lo que el Apóstol Pablo dijo aquí en el versículo 7, de este capítulo 1, de la Segunda
Epístola a Timoteo:"Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de
amor y de dominio propio."
Ahora, aquí se menciona esta palabra cobardía. Quizá haya personas que tengan
mucho temor de viajar en avión. Hay algunos que tienen que viajar por obligación, y
en realidad no disfrutan nunca del viaje por avión. El temor es algo natural y bueno.
Uno puede tenerle miedo a un león, a las alturas, a volar en avión, por ejemplo. Así
que es normal y bueno tener un sentido del temor. Sin embargo Pablo no estaba
hablando de una buena clase de temor, sino de la cobardía. Por eso dijo: no nos ha
dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Este
dominio propio significa disciplina. Es decir, que Dios no quiere que la derrota sea
parte normal de la vida del creyente. En realidad, tendríamos que ser creyentes bien
disciplinados antes que esclavos de nuestras emociones. Todos estamos impulsados
por nuestras emociones. Pero los cristianos no deben estar motivados por sus
emociones. Nuestras emociones no deben dominarnos. Por el contrario, tenemos que
ser disciplinados. Ahora, ¿cómo se aplica esto a la cuestión del temor? ¿Está mal tener
miedo a ciertas experiencias que ya hemos mencionado, o a otras similares? No, lo que
estaría mal sería quedarse en casa. Lo que tiene que hacer una persona que
experimenta esos miedos, es pedir la ayuda del Espíritu Santo para vencerlos
disciplinando la mente. Vencer las emociones significa no permitir que ellas nos
impidan hacer algo que deberíamos estar haciendo. Ello implicaría una derrota y mi
mente no puede aceptar el ser un cristiano derrotado por esas reacciones emotivas.
Por ello el consejo de Pablo a Timoteo es de mucha ayuda para todos. Dios nos está
diciendo que no tenemos que ser cristianos derrotados; no debemos permitir que
nuestras emociones controlen nuestra vida. Dejamos atrás la introducción, que finaliza
en el versículo 7. Y antes de comenzar a comentar este primer capítulo, repasaremos
rápidamente el Bosquejo General que presentamos en la introducción a este libro:
1. Las aflicciones del evangelio, las vemos en el capítulo 1. En los primeros 7
versículos tenemos una introducción, que ya hemos concluido en el versículo 7. En
este capítulo vemos que el apóstol no se avergüenza, y participa de la aflicción (1:8-
11) y al no avergonzarse está seguro. (1:12-18).
2. Ahora en el capítulo 2, el cristiano aparece activo y en servicio. Es un hijo (vv. 1 y
2), un buen soldado (vv. 3 y 4), un atleta (v. 5), un labrador (vv. 6-14), un obrero (vv.
15-19), un vaso (vv. 20-23) y un siervo (24-25).
3. Desde el capítulo 3:1 al 4:5 se trata el tema de la apostasía que vendría, y de la
Autoridad de las Sagradas Escrituras. En el capítulo 3:1-9 se describen las condiciones
de los últimos días. En el 3:10-17) se habla de la autoridad de las Sagradas Escrituras
en los últimos días y en el 4:1-5, se presentan instrucciones para los últimos días.
4. En el 4:6-22, se enfatiza la lealtad al Señor y del Señor. En el 4:6-8, tenemos el
testimonio póstumo, prácticamente como si estuviera en su lecho de muerte. Y en el
4:9-22, leemos sus últimas palabras, resumidas en esta declaración: Pero el Señor
estuvo a mi lado. (v. 17).
Habiendo, pues, finalizado la introducción (versículos 1 al 7) vamos a leer el versículo
8, que comienza un párrafo que hemos titulado: No avergonzado, sino un
participante de la aflicción "Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de
nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio
según el poder de Dios." Hemos titulado a este capítulo "Las aflicciones o los
sufrimientos del Evangelio". Es que existe cierta forma de pensar hoy, de que la vida
cristiana es una vida que debería ser fácil, agradable y suave como la brisa. Muchos de
nosotros pensamos que tenemos un Padre Celestial indulgente, que nos va a poner la
vida muy fácil, que removerá cada piedra del camino de la vida, y que no permitirá que
nos ocurra nada grave.
En cierta ocasión un abogado jubilado nos envió una cláusula que encontró en un
testamento. Decía lo siguiente: "A mi hijo le dejo el placer de ganarse la vida. Por 25
años él pensó que el placer era mío, pero estaba equivocado." El Señor Jesucristo
mismo dejó bien en claro que íbamos a tener dificultades, Él dijo en el evangelio de
Juan, capítulo 6, versículo 33: En el mundo tendréis aflicción. El creyente no pasará a
través de la Gran Tribulación, pero usted y yo, amigo oyente, vamos a tener pequeñas
tribulaciones. Vamos a tener problemas en nuestras vidas. Samuel Rutherford dijo lo
siguiente: "Si nosotros no fuéramos extranjeros en esta tierra, los sabuesos de este
mundo no nos estarían ladrando". El Señor Jesús nos advirtió que al mundo no le
agradarían los cristianos. El les dijo a Sus discípulos, en Juan 15:18, Si el mundo os
odia, sabed que a mí me ha odiado antes que a vosotros. Cuando un cristiano se
convierte en una persona muy popular, hay algo que no funciona bien, en esa persona
o en el sistema que ella representa. Así que la vida cristiana no es ese lecho de rosas
que algunos imaginan. Como dijo Pablo en el versículo 8, tenemos que participar de
las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios. Continuemos leyendo el
versículo 9:"Él nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras
obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús, desde
la eternidad."
Dice aquí El nos salvó, y nos llamó con llamamiento santo, no a causa de quienes
somos o de lo que hayamos hecho, es decir, no conforme a nuestras obras. Pero según
el propósito suyo y la gracia. El maravilloso propósito de Dios en el evangelio estuvo
oculto en las épocas pasadas, pero entonces fue revelado por medio de Pablo. Había
sido un misterio en el Antiguo Testamento, un secreto no revelado, que después sería
revelado en el Nuevo Testamento. Y termina el versículo hablando de la gracia que nos
fue dada en Cristo Jesús antes de la eternidad. A lo largo de todo ese tiempo Dios tenía
este plan para nosotros. Leamos ahora el versículo 10 de este primer capítulo de 2
Timoteo, en el que continuó hablando de la gracia. "Pero que ahora ha sido
manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y
sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio."
Este es un versículo que merece mucho énfasis. Dice aquí: el cual quitó la muerte, que
literalmente Él ha dejado sin efecto a la muerte. La muerte significa algo totalmente
diferente para el hijo de Dios Y esto nos indica que Él ha dejado sin efecto a la muerte.
Es decir, que la muerte ya significa algo completamente diferente para el Hijo de Dios
Cristo anuló sus efectos. Ahora, Dios no eliminó a la muerte. Recordemos que el
apóstol Pablo estaba escribiendo esta carta desde la cárcel esperando que se
cumpliera su sentencia de muerte. Pero Pablo no estaba hablando de la muerte física,
sino de la muerte espiritual, de una muerte eterna, que implica la separación de Dios.
Ahora, Cristo ha realmente abolido la muerte espiritual para que ningún pecador tenga
que ir a un lugar donde esté eternamente separado de Dios. Cristo es nuestro
Mediador, el único Mediador entre Dios y el hombre, Dios está satisfecho con lo que
Cristo ha hecho por nosotros.
La pregunta entonces es: ¿Está usted satisfecho? ¿O está usted tratando de salvarse a
sí mismo por medio de sus buenas obras? Permítame repetirle lo que hemos dicho
antes: el hombre no se puede salvar por medio de una obediencia perfecta, porque él
es incapaz de llevarla a cabo. Y no puede salvarse por una obediencia imperfecta
porque Dios no la aceptaría. Así que solo queda una solución para el dilema, y es aquel
que en Juan 14:6 dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino
por mí. Ahora, el versículo 11 de este capítulo 1, de la Segunda Epístola a Timoteo
dice: "De este evangelio yo fui constituido predicador, apóstol y maestro de los
gentiles"
Él dijo que era un predicador, un heraldo de la Palabra de Dios y también era un
apóstol, y un maestro. Como apóstol, tenía varios dones. Tenemos nuestras dudas en
cuanto a si un hombre, después de los apóstoles, puede tener más de un don. Hay que
considerar que ya es bastante difícil ejercitar un solo don. Ahora leamos el versículo
12, que comienza este nuevo párrafo que hemos titulado: No avergonzado, pero
seguro "Por lo cual asimismo padezco esto. Pero no me avergüenzo, porque yo sé a
quién he creído y estoy seguro de que es poderoso para guardar mi depósito para
aquel día." El Apóstol Pablo estaba diciendo: no me avergüenzo. Aunque se encontraba
en la cárcel esperando el cumplimiento de la sentencia de muerte, Pablo había escrito
en Romanos 1:16, No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para
salvación de todo aquel que cree. Y retrocediendo al versículo 8 de este primer
capítulo de 2 Timoteo, vemos que Pablo le recomendó encarecidamente a Timoteo que
tampoco se avergonzara. A veces los cristianos se muestran reticentes para expresar
su testimonio personal de lo que Dios ha hecho en sus vidas. Nos sentimos tímidos,
pero no debería ser así. Y continuó diciendo Pablo estoy seguro de que es poderoso
para guardar mi depósito. Esto significa que Pablo depositó su fe en Cristo hasta el día
del juicio. O también puede querer decir "Dios ha hecho un depósito conmigo". El
depósito de Dios de dones en la vida de Pablo lo convirtió en deudor ante todo el
mundo. Estimado oyente, usted y yo somos deudores. Al oír esto quizás usted diga:
"Bueno, yo pago honradamente mis deudas". Bien, la verdad es que usted y yo no
hemos pagado nuestras deudas honestas hasta que cada persona en la tierra haya
oído el mensaje del evangelio.
La frase es poderoso para guardar mi depósito es importante porque nos da una gran
confianza saber que todo lo que somos y tenemos está en Sus manos. Y continuó
diciendo el apóstol en el versículo 13 de este primer capítulo de 2 Timoteo:
"Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo
Jesús."
Aquí se mencionan las sanas palabras. Esto nos recuerda que las palabras de la
Escritura son inspiradas. Creemos en la inspiración total de la Palabra de Dios, y no
consideramos satisfactorio a cualquier otro punto de vista, que con toda seguridad no
satisface las demandas de las Sagradas Escrituras. Continuemos leyendo el versículo
14:
"Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros."
Es importante comprobar que la vida del creyente solo puede ser vivida en el poder del
Espíritu Santo, Retrocediendo al versículo 7, vimos que Pablo habló de poder, amor, y
de dominio propio, y todos ellos son frutos del Espíritu Santo. Pablo escribió en
Gálatas 5:22-23, el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,
bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio. Y ahora en el versículo 15 leemos:
"Ya sabes que me abandonaron todos los que están en Asia, entre ellos Figelo y
Hermógenes."
El Apóstol Pablo mencionó por nombre a aquellos que no le habían sido fieles. En el
primer capítulo de 1 Timoteo Pablo destacó que algunos se habían apartado. Aquí en
el versículo 15, habló de todos, es decir, todos los que en esos días estaban en Asia, y
que anteriormente habían estado con él en Roma. Y destacamos este detalle, porque
nos parece que la apostasía no será algo que solo caracterizará a los últimos días de la
iglesia. Ha venido ocurriendo a través de toda la historia de la iglesia. Un profesor de
historia de la iglesia dijo acertadamente que la historia de la iglesia es la historia de la
apostasía o, como también dijo, la historia de las herejías. Y esta afirmación ha
resultado cierta. Leamos, finalmente por hoy, los versículos 16 al 18 de este primer
capítulo de 2 Timoteo: "Tenga el Señor misericordia de la casa de Onesíforo, porque
muchas veces me confortó y no se avergonzó de mis cadenas, sino que, cuando estuvo
en Roma, me buscó solícitamente y me halló. Concédale el Señor que halle
misericordia cerca del Señor en aquel día. Y cuánto nos ayudó en Éfeso, tú lo sabes
mejor."
Aquí tenemos a un gran santo de Dios, y a mí me hubiera agradado mucho ser
Onesíforo, pero no me hubiera gustado nada haber sido Hermógenes. Onesíforo, que
aparentemente era de Efeso, se encontraba en Roma por negocios. Era un hombre
muy ocupado, pero tuvo tiempo para ir a visitar a Pablo en la cárcel. ¡Que gesto digno!
Probablemente el apóstol lo había guiado al Señor, y usted no puede despreciar a
alguien que le ha guiado a Cristo.

También podría gustarte