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La Apatía

LA APATÍA

“Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero,


el principio de la creación de Dios, dice esto: Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni
caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te
vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna
cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y
desnudo. Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que
seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu
desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. Yo reprendo y castigo a todos los
que amo;(H) sé, pues, celoso, y arrepiéntete. He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si
alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Al que
venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he
sentado con mi Padre en su trono. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las
iglesias.”
Apocalipsis 3:14-22

Es un estado de desinterés y falta de motivación o entusiasmo en que se


encuentra una persona y que aguanta indiferencia ante cualquier estímulo externo.
Al buscar en cualquier diccionario los sinónimos de esta palabra se encontrará con
algunos significados bien sorprendentes de lo que esta palabra significa; esta
palabra envuelve cosas tales como “indiferencia, frialdad, falta de interés,
desatención, falta de sentimiento, sin emoción, indiferente, impasible, frío”. Estas
son palabras de las cuales las Escrituras tienen mucho que decir. La Escritura
define este asunto de la apatía cuando dice que “el amor de muchos se enfriará”
Mateo 24:12. “No nos cansemos, pues, de hacer bien” Gálatas 6:9, “para que
vuestro ánimo no se canse hasta desmayar” Hebreos 12:3, y, por supuesto, el
pasaje que se ha dado, “por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente”.
“Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la
brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo
hallé.” Eze 22:30

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CAUSAS

¿Cuál es la causa de la apatía? ¿Qué causa que cristianos lleguen a ser


apáticos, sin sentimientos, sin emoción, indiferentes, fríos? ¿Qué es lo que causa
esto? Se pueden encontrar al menos cuatro explicaciones en la Escritura a la cual
ya nos referiremos que nos dan las causas de este pecado.

1. La Cizaña,

En Mateo 13, vv. 24-30; tenemos la parábola de la cizaña. Y algunos


creyentes llegan a ser apáticos por la cizaña que influencia negativamente al
cuerpo de Cristo. Se debe recordar que en la parábola se cuenta de un buen
hombre que sembró el trigo, y el enemigo, de quien Cristo dijo que era el diablo,
vino y sembró la cizaña. Y al nacer el trigo, también nació la cizaña. Y fue difícil
distinguir entre el trigo y la cizaña. Cuando alguno de los obreros trató de ir a
sacar la cizaña, el Señor dijo: “No lo hagan, porque podrían también arrancar el
trigo al tratar de sacar la cizaña.

En el día del juicio, los ángeles separarán el trigo de la cizaña”. No hay


duda que la cizaña está teniendo una gran influencia en el cuerpo de Cristo hoy
día; aquellos que no han nacido de nuevo, que no son “tan” pecadores, personas
de las cuales no se pensaría que fuesen pecadores, que hasta se han unido a una
iglesia local y profesan ser salvos, pero no tienen una vida cristiana real.

2. La Maldad

Otra causa de la apatía es la gran maldad que hay hoy en día. En Mateo
24:12 dice, “por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará”.
Oh, qué importa; por qué preocuparse por eso; sólo mira cómo marchan las cosas
en otros lugares. La gran maldad que se ve hoy día puede causar que algunas
personas lleguen a ser apáticas e indiferentes y decir, “¿vale la pena tratar de
buscar a Dios y las cosas de la Biblia, si, mira cómo va el mundo”?

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3. La Pérdida de Visión.

La pérdida de visión en cuanto a nuestra recompensa puede también


causar la apatía. En Gálatas 6:9 dice: “No nos cansemos, pues, de hacer bien;
porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos”. El v. 10 prosigue diciendo,
“Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a
los de la familia de la fe”. No se debe perder el enfoque de la recompensa que
vendrá. Si nuestra visión de esa recompensa se desvanece, podemos llegar a ser
apáticos, indiferentes y fríos al hecho de siempre proyectar un testimonio
fervoroso por el Señor Jesucristo.

4. La Presunción.

Y por supuesto, aquí en Apoc. 3 se encuentra la causa de la presunción, o


la de creerse sabio en su propia opinión, diciendo “yo estoy bien”, esto puede
producir apatía.

Por supuesto, puede haber problemas físicos. Alguien puede estar tan
cansado físicamente y la apatía puede llegar a su vida. Alguna enfermedad
pudiera ser la causa de la apatía o aun alguna deficiencia dentro de nuestro
sistema. Pero en la mayoría de los casos, la causa de la apatía se debe a alguno
de los problemas espirituales que ya se han mencionado.

LA PERSONA APÁTICA TIENE ESTAS CARACTERÍSTICAS

1.- Perezoso.

Pereza: Heb (atsla, atsél, atsál)=ocioso, indolente, holgazán


Gr (Katanarkáo)= ser una carga, ser gravoso, estorbo / (nodsrós)=holgazán, necio,
tonto, estúpido, tardo para pensar.

La Persona perezosa es inconstante, nunca termina lo que comienza, es


negligente con sus tareas o compromisos, es tardado para reaccionar, es lento.
“Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?”
Proverbios 6:9, El perezoso siempre quiere dormir más de la cuenta,
espiritualmente siempre está dormido, nunca está en la acción, nunca está en el
fuego de Dios, siempre esta como cadáver, sin reacción, nunca pide a Dios que
obre a través de él, se acostumbra a que siempre le digan lo que tiene que hacer.

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“Como el vinagre a los dientes, y como el humo a los ojos, Así es el
perezoso a los que lo envían.” Proverbios 10:26, el vinagre es un ácido que actúa
sobre el esmalte de los dientes, haciéndolos más sensibles a las temperaturas y
también los hace propensos a la caries; el humo sobre los ojos nubla la vista y no
permite un correcto desempeño y orientación del individuo. El perezoso es
contraproducente a todo lo que se le envía, echa a perder todo lo que se le
encomienda. No se le pude encomendar nada porque todo lo estropea a causa de
la lentitud y pereza.

“El alma del perezoso desea, y nada alcanza; Mas el alma de los diligentes
será prosperada.” Proverbios 13:4, El perezoso muchas veces desea tener una
relación con Dios amplia, desea cambiar, desea dejar la apatía, desea ser mejor
cada día, desea madrugar para trabajar, pero no logra nada de lo que se propone,
anhela muchas cosas, incluso le pide a Dios por ellas, pero nunca hay esfuerzo de
su parte siempre la pereza le gana. “El deseo del perezoso le mata, Porque sus
manos no quieren trabajar.” Proverbios 21:25

“Dice el perezoso: El león está fuera; Seré muerto en la calle.” Proverbios


22:13, esta persona ve el mal y no hace nada para evitarlo simplemente se deja
caer; el mira las consecuencias antes de acontezcan pero aun así no hace nada
para evitarlas, tenemos el ejemplo de Eli: Eli era el sacerdote de Israel y sus hijos
eran desobedientes, impíos, blasfemos y pecadores, Dios le mando una profecía a
Eli de que él les quitaría la vida a sus hijos y condenaría a su familia porque Eli no
los había disciplinado y Eli dijo: “Él es el Señor; que haga lo que mejor le parezca”
1era Samuel 3:11-14,18. Eli era un hombre ya perezoso y apático a la palabra de
Dios y decidió no hacer nada al respecto e inevitablemente murieron sus hijos, él
se desnuco y el arca del pacto fue robada.

Dios quiere que te despiertes perezoso de tu dormitar, eres como un


muerto que yace en el sepulcro, vamos revive, “Por lo cual dice: Despiértate, tú
que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo.” Efesios 5:14.
“Porque los guardianes de mi pueblo están ciegos, no se dan cuenta de nada.
Todos ellos son perros mudos, que no pueden ladrar; se pasan la vida echados y
soñando; les encanta dormir.” Isaías 56:10 DHH

El Perezoso no hace bien su trabajo dentro de la iglesia, siempre están


durmiendo, nunca cumplen con su trabajo, esta personas nunca se enteran de
nada, siempre se mantienen al margen de todo, nunca se involucran más de la
cuenta. No evangelizan, no estudian la biblia, no predican, el sueño les gana. La

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pereza, la madre de los vicios. El cristiano perezoso no alcanza nada, siempre
está deseando hacer algo y nunca lo logra, siempre está anhelando cosas y nunca
las obtiene, siempre quiere mejorar y no mejora.

2.- Indiferencia

Indiferente= no muestra preferencia por nada, no muestra afecto o interés por


nada, no le interesa que se haga de una u otra manera
La Persona Indiferente es completamente neutral en todos los ámbitos,
nunca quiere escoger nada, nunca piensa en hacer algo al respecto, siempre está
esperando y muchas veces se justifica diciendo voy a ayunar a ver que dice Dios,
pero ni ayuna, ni espera el tiempo de Dios, simplemente se excusa para evitar
comprometerse en algo. Esta persona espiritualmente no sirve para nada, este es
el típico cristiano que nunca quiere leer la biblia, nunca quiere orar, nunca quiere
evangelizar, todo absolutamente todo le da lo mismo. Para este cristiano le es
igual el orar o el no orar, le es igual pecar o dejar de pecar, el no ve la necesidad
de hacer algunas cosas, todo lo cuestiona y no ve la necesidad de por qué hacer
las cosas diferentes. Este indiferente siempre está criticando, siempre está
murmurando, siempre está en contra de los que están a favor y a favor de los que
están en contra.

La Persona Indiferente es de corazón duro, ya no le importa nada de nada,


puede ver a alguien muriéndose a su lado y no es capaz de mover un dedo. El
indiferente pierde poco a poco a sus amigos, porque nunca se mueve para ellos,
se vuelve una persona egoísta y egocéntrica y solo cuando necesita a sus amigos
son importantes para él, pero cuando ellos lo necesitan a él nunca se muestra
amigo, la biblia va en contra del actuar indiferente del cristiano, si tú eres amigo
muéstrate como tal y deja la pasividad a un lado, “El hombre que tiene amigos ha
de mostrarse amigo; Y amigo hay más unido que un hermano.” Proverbios 18:24

Casi siempre la indiferencia lleva un poco de orgullo o soberbia, ya que el


indiferente piensa que las cosas son como él dice, y que solo él tiene la razón,
pero ese es el pasatiempo de él, ganar el argumento, pero es indiferente al cambio
que pueda provocar lo que dice o deja de decir, le gusta siempre tener la razón, y
si al fin decide hacer algo, tiene que ser como él dice, porque si no todo está mal
hecho, se cree más sabio e inteligente que los demás, “En su propia opinión el
perezoso es más sabio; Que siete que sepan aconsejar.” Proverbios 26:16

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El Indiferente no hace caso a la amonestación, se endurece y no cambia
sino que se queda estático, duro; y si está pecando, permanece pecando; nunca
cambia su manera de pensar (no se arrepiente), este indiferente tardo o temprano
caerá en los lazos de la maldad, “Bienaventurado el hombre que siempre teme a
Dios; Mas el que endurece su corazón caerá en el mal.” Proverbios 28:14
El indiferente no ama, él dice que ama a la gente pero nunca lo demuestra,
el indiferente pierde oportunidades únicas en la vida, el indiferente piensa en hacer
cosas distintas pero nunca las hace.

MANIFESTACIONES DE LA APATÍA

¿Cuáles son algunas áreas en las cuales se muestra la apatía?

1. Hacia la Escritura. He 5.

Encontramos una tremenda apatía hacia la Escritura. Personalmente, creo


que ese es el problema principal. En Hebreos 5:11, el escritor nos dice: “Acerca de
esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho
tardos para oír”. El problema no era que esta gente estaba privada de la Escritura,
sino que había perdido el interés de escuchar. Había una apatía hacia la Palabra
de Dios. Alguien puede estar escuchando la Palabra de Dios semana tras
semana, estar donde es enseñada y predicada y aun así tener apatía hacia la
misma. Así como una persona se puede encontrar en una multitud y decir: “me
encuentro tan solo”. En Hebreos 5 se encuentran tres áreas de apatía hacia las
Escrituras:

Primero, la pérdida de responder positivamente a la Escritura. En el v. 12


dice, “habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche”. Ellos habían
llegado a este punto por no haberle hecho caso a la Palabra; y Ud. pudiera llegar a
ser apático hacia la Palabra al no responder a ella cuando ésta es predicada o
enseñada. En Hechos 28 el apóstol Pablo habla de una multitud religiosa de
personas que tenían acceso a la enseñanza de la Palabra de Dios; aquí el apóstol
hizo una declaración que el Señor Jesucristo había hecho en Mateo 13. Esta
declaración de nuestro Señor también había citado de Isaías 6 cuando dijo: “De
oído oiréis y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis; porque el corazón
de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyeron pesadamente, y sus ojos
han cerrado, para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y entiendan de
corazón, y se conviertan, y yo los sane”. Cuando se pierde la sensibilidad a la
palabra, el corazón se pone duro.

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Hay algo peor que ser cabezadura, eso es ser corazónduro, no tener un
corazón tierno a la Palabra de Dios. Un corazón duro produce apatía.

En segundo lugar, encontramos en Hebreos 5 que la falta de ejercitar o


poner en práctica lo que oímos produce apatía. En el v. 14 dice que el que tiene
los sentidos ejercitados puede discernir entre el bien y el mal. Es posible hasta en
el aspecto físico que una persona coma tanto y tanto que después de un tiempo
esté hastiado que no la quiera. Eso mismo puede suceder en el aspecto espiritual.
La escuchamos, la estudiamos y la hablamos, pero no la ponemos por obra y
después de un tiempo la comida de la Palabra de Dios va perdiendo su atracción.
Y esa falta de acción puede resultar en vagancia. En Hebreos 6:12, el escritor
dice, “a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la
fe y la paciencia heredan las promesas”.

Y en tercer lugar, la apatía hacia la Escritura produce una falta de reto. El


escrito dice en Hebreos 6:11, “Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina
de Cristo, vamos adelante a la perfección (madurez); no echando otra vez el
fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, de la doctrina
de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del
juicio eterno”. Una pérdida de reto: ésta es la razón por la cual mucha gente se
está yendo al movimiento carismático, porque están oyendo algo que no han
escuchado y les está retando a que consideren algo nuevo.

2. Hacia la Santificación.

La segunda área de apatía es una apatía hacia la santificación, apatía


hacia la santidad, lo cual está resultando en que mucha gente exprese disgusto
hacia la separación, hacia las buenas normas. En I Juan 3:2-3 dice: “Amados,
ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero
sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le
veremos tal como él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a
sí mismo, así como él es puro”.

Si llegamos a ser apáticos hacia la santificación, entonces estaremos


desenfocados en nuestra posición actual, en nuestra apariencia. Somos hijos de
Dios. La realeza debe presentarse como realeza. Yo no podría entender como una
persona que asistió a una escuela de modelaje y después tratara de dar la
apariencia como si no tuviera buenos modales. Así mismo, no puedo entender a
personas que van a una iglesia de “modelaje espiritual” y después tratan de dar la

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impresión que nunca han asistido a una iglesia así y tratan de actuar como el
mundo.

Esto es tener una apatía hacia la santidad, hacia la santificación, porque


no se tiene el enfoque correcto de nuestra posición como hijos de Dios. “Y todo
aquel que tiene esta esperanza en él (de verle), se purifica a sí mismo”. Todo
aquel que tiene un buen enfoque está preocupado por la santidad, porque espera
al Señor y no quiere que le encuentre vestido con andrajos espirituales.

3. Hacia el Servicio.

Y la tercera área de apatía, es la apatía hacia el servicio cristiano. En I Cor.


16:15 el apóstol Pablo habla de la familia de Estéfanas que “se han dedicado al
servicio de los santos”. Y entonces en el v. 17-18 dice que “me regocijo con la
venida de Estéfanas, de Fortunato y de Acaico, pues ellos han suplido vuestra
ausencia. Porque confortaron mi espíritu y el vuestro; reconoced, pues, a tales
personas”. La palabra “dedicado” en el v. 15 tiene la idea de que se habían hecho
adictos a tal tarea. Un adicto es uno que cree que va a morir si no se suple o hace
a lo que es adicto. Por el otro lado, una persona nunca dice: “bueno, de aquí en
adelante voy a ser un drogadicto”. Nadie dice: “de aquí en adelante voy a ser un
adicto al alcohol o a otra cosa”. Una persona comúnmente no hace esto, pero
estos hermanos, sí, se propusieron dedicarse al servicio de los santos.

Note que esta iglesia en Laodicea no estaba sin hacer nada. El Señor dijo:
“Yo conozco tus obras”. No necesariamente que no hicieran algo, sino lo que
estaban haciendo no estaba progresando. No había verdadero poder en lo que
esta iglesia estaba haciendo.

4. Hacia el Ganar Almas.

Y entonces, también hay apatía hacia el ganar almas. Pasajes tales como
Judas 22 y 23 que dice: “A algunos que dudan, convencedlos. A otros salvad,
arrebatándolos del fuego”. Hay una apatía hacia el ganar almas. Hay una
indiferencia y falta de preocupación por las almas perdidas.

En cierta ocasión, el gran predicador Percy Crawford, un hombre a quien


Dios le dio un gran ministerio especialmente con los jóvenes, iba hacia la ciudad
de Filadelfia y llegó a un punto donde no podía seguir más porque el tráfico estaba
parado. En su curiosidad, se bajó del auto y fue a ver qué sucedía más adelante.

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Pronto se dio cuenta que había ocurrido un accidente y un hombre se encontraba
entre los escombros sin poder salir. Percy Crawford inmediatamente sacó su
Nuevo Testamento y le preguntó si conocía al Señor Jesucristo como su Salvador
personal. El camionero dijo: “No, señor, no lo conozco”. El Sr. Crawford dijo: “Yo
puedo ayudarle al respecto”. Y pronto él empezó a explicarle el plan de la
salvación. Un poco más tarde llegó un oficial de la policía y al darse cuenta de lo
que estaba pasando le dijo al Sr. Crawford que tenía que moverse de ahí. El Sr.
Crawford lo hizo y pronto llegó un doctor que diagnosticó que el camionero no
tenía mucho tiempo de vida y que lo único que se podía hacer era tratar de cumplir
sus últimos deseos. El oficial de policía le dijo al camionero lo que el doctor le
había dicho y le preguntó si había algo en lo que le podía ayudar. El camionero le
contestó que había estado allí un hombre que podía ayudar. Percy Crawford oyó
lo que este hombre pedía y rápidamente fue a ayudarlo. Le presentó el plan de
salvación y le dijo que orara con él la oración del pecador.

Cuando terminaron de orar, el Sr. Crawford le preguntó si había hecho la


oración también; a lo que el camionero le contestó: “¡oh, gracias, predicador,
gracias predicador”. Y con un agradecimiento al Sr. Crawford y una sonrisa en su
rostro, ese camionero de 24 años de edad fue a encontrar al Señor ya no como su
Juez, sino como su Salvador. ¿Qué hubiese pasado si Percy Crawford hubiese
sido apático a aquella alma perdida aquel día?

Consecuencias de la Apatía

1. Incredulidad= El Cristiano apático, poco a poco va dejando de creer en


que Dios es capaz de hacer lo que Dios dice que va hacer, el apático,
muere a su fe lenta y sutilmente, esta persona llega a ser peor que un
incrédulo, ya nada lo mueve, ya nada lo motiva, se vuelve un profesional en
el servicio a Dios, pero ya no cree en lo que hace, se acostumbra a hacerlo,
"Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se
acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le
buscan." Hebreos 11:6
2. Falta de buen Fruto= Una persona apática Jamás podrá llevar buen fruto,
ya que se guía por la carne y su vida es conforme a sus deseos, la persona
apática muchas veces no es apática en todo sentido, solo en el espiritual,
¿por qué? Porque no conoce a Cristo como debería, ¿cómo sabemos
esto?, por sus frutos, "Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol
malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol

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malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y
echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis" Mateo 7:17-20
3. Falta de Amor = El Apático poco a poco va perdiendo su primer amor, su
estado de pasividad lo va llevando a apagar el fuego del Espíritu Santo en
si vida, este "cristiano" se empieza a enfriar y se profesionaliza en el
ministerio (si es que sirve en alguno), comienza a hacer las cosas por
costumbre, pero no por amor, "Pero tengo contra ti, que has dejado tu
primer amor." Apocalipsis 2:4, Esta persona va perdiendo el amor al
incrédulo y ya no predica, ya no evangeliza, ya no le importa, si se salvan
las almas.
4. Tibiez = La Persona apática se vuelve tibia, ya que nada la motiva, nada la
hace salir delante, todo le da lo mismo, poco a poco comienza a enfriarse a
tal punto en que se vuelve completamente tibia; el sábado va a bailar y el
domingo está golpeándose el pecho cantando Santo, Santo, Santo. Su
relación con Dios cae a profundidades irrecuperables, el orar o dejar de orar
es igual; el hacer lo bueno o lo malo es lo mismo, esta persona con su boca
dice una cosa, pero con su estilo de vida dice otra muy diferente. "Yo
conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente!
Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca."
Apocalipsis 3:5-6

RESPUESTA AL PROBLEMA

En Apocalipsis 3:18 y 19 se nos dan la respuesta a este problema de la


apatía. El Señor dice: “Por tanto, yo te aconsejo” y le da dos soluciones. Podemos
solucionar la apatía ya sea cambiando voluntariamente o recibiendo el castigo de
Dios. Podemos solucionar la apatía dominando al viejo hombre a través del
arrepentimiento y dándole aliento al nuevo hombre a través de la fe perfecta la
cual es representada en el oro refinado en fuego (v. 18) y las vestiduras blancas
(v. 18) y el ungimiento de los ojos con colirio para ver (v. 18) o por el otro lado,
podemos continuar rechazando el cambio, y el Señor nos corregirá fuertemente.
La Biblia dice: “Pero por cuanto eres tibio, y no fío ni caliente, te vomitaré de mi
boca” (Apoc. 3:16).

EJEMPLOS
1. Mujer indolente, Isaías 32.9.
2. Los que pasan de largo, Lamentaciones 1.12.
3. Corazón de carne, piedra, Ezequiel 11.19.
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4. Rehúsa ver, escuchar, Ezequiel 12.1–2.
5. Complacencia de Sion, Amós 6.1.
6. No pide ni pregunta, Sofonías 1.6.
7. Gente ociosa, Sofonías 2.15.
8. Corazones de diamante, Zacarías 7.11–12.
9. Invitación rechazada, Mateo 22.1–14.
10. Ni teme a Dios, ni respeta a hombre, Lucas 18.1–5.
11. El pecado que a mucha gente no le importa. Ap 3:14–22

INDIFERENCIA

1. Se burlan de advertencia, Génesis 19.14.


2. Indiferentes ante maravillas, Salmo 106.7, 13.
3. Mujeres indolentes, Isaías 32.9.
4. Todos indiferentes, Jeremías 12.11.
5. Los que pasan por el camino, Lamentaciones 1.12.
6. Indiferentes ante juicio futuro, Ezequiel 12.25–28.
7. Indiferencia ante peligro, Jonás 1.5–6.
8. Indiferencia espiritual, Sofonías 1.6.
9. Destino de ciudad alegre, Sofonías 2.15.
10. Sacerdotes indiferentes, Malaquías 1.6–14.
11. Rechazan invitación de bodas, Mateo 22.1–14.
12. Discípulos indiferentes, Marcos 14.32–41.
13. Indiferencia: Heridas tenidas por rasguños, Jeremías 8.11.

INSENSIBLE

1. Respuesta insensible de asesino, Génesis 4.9.


2. Nación sin entendimiento, Deuteronomio 32.28.
3. Pueblo insensible, Deuteronomio 28.53–57.
4. Anestesiado, Proverbios 23.34–35.
5. Insensibilidad, Isaías 42.25.
6. Peatones insensibles, Lamentaciones 1.12.
7. Cuando Dios parece insensible, Ezequiel 7.4–9.
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8. Riqueza cauteriza conciencia, Oseas 12.8.
9. Insensibles ante milagros, Mateo 11.20.
10. Ni teme a Dios ni respeta al hombre, Lucas 18.1–5.
11. Sacerdote insensible, Lucas 10.31.
12. Insensibilidad hacia Dios y el hombre, Lucas 18.1–5.
13. Corazones engrosados, Hechos 28.27.
14. Conciencia cauterizada, 1 Timoteo 4.1–2.
15. Vana palabrería, Santiago 2.16.

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