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¿EN QUÉ AFECTÓ EL ACCIDENTE DE CHERNÓBIL A LA

SALUD HUMANA?

Tras el accidente, las personas estuvieron expuestas a la radiación, tanto de


forma directa por la nube radiactiva y el material radiactivo depositado en el suelo
como por consumir alimentos contaminados y respirar aire contaminado.

2.1 Algunos miembros de los equipos de emergencia recibieron grandes dosis


de radiación durante el accidente o poco después de éste, aunque los operarios
de recuperación que intervinieron más tarde y los residentes de las áreas
contaminadas recibieron
dosis mucho menores. Las
tiroides de muchos niños
quedaron expuestas de forma
importante al yodo radiactivo
a causa de la leche
contaminada.
En la actualidad, 100.000
personas residentes en las
zonas contaminadas todavía
reciben dosis de radiación
superiores al límite
recomendado para la
población general.

2.2 Es difícil establecer con


exactitud el número de
muertes, pasadas y futuras, atribuibles al accidente de Chernóbil, ya que las
personas que estuvieron expuestas a dosis bajas de radiación mueren
frecuentemente por las mismas causas que las no expuestas.La confusión en
torno a las repercusiones del accidente ha dado lugar a exageraciones en el
número de muertos que se pueden atribuir al accidente, llegándose a sugerir la
cifra de decenas o incluso cientos de miles de personas. En realidad, el número
de muertes atribuibles directamente a la radiación del accidente de Chernóbil es
mucho menor: 28 miembros de los equipos de emergencia murieron a
consecuencia del síndrome de irradiación aguda, 15 pacientes murieron de
cáncer de tiroides y se calcula que el número total de muertes por cánceres
derivados del accidente de Chernóbil podría llegar a 4.000 entre las 600.000
personas que estuvieron más expuestas.

2.3 No existen por el momento pruebas convincentes de que el accidente de


Chernóbil
haya hecho aumentar el número de casos de leucemia o cánceres sólidos en la
población general de las regiones contaminadas, salvo en el caso del cáncer de
tiroides en la infancia. Miles de personas que eran niños o adolescentes cuando
ocurrió el accidente contrajeron cáncer de tiroides a causa de la exposición al
yodo radiactivo. La mayoría de los cánceres se han podido tratar con éxito. La
exposición de los trabajadores que recibieron dosis más elevadas de radiación
ha provocado un incremento en el número de casos de determinados tipos de
leucemia y cánceres sólidos, y es posible que también de enfermedades
cardiovasculares y cataratas. Los estudios analíticos que se realicen en el futuro
deberían arrojar luz sobre este punto.

2.4 Debido a que la mayoría


de las personas recibieron
dosis relativamente bajas de
radiación procedente del
accidente de Chernóbil, no
hay pruebas convincentes
de que el accidente haya
tenido incidencia alguna
sobre la fecundidad humana
ni sobre las enfermedades
hereditarias. Tampoco se
han observado efectos en el
resultado de los embarazos o en la salud en general de los niños de padres
expuestos.

2.5 Mucha gente quedó traumatizada por el accidente y el posterior traslado


precipitado. A falta de una información fiable, padecían miedo y ansiedad por su
salud presente y futura. Más que supervivientes, se consideraban víctimas
débiles y desamparadas.

LAS CAUSAS DEL ACCIDENTE

La primera causa del accidente que


desencadenó la explosión en la planta
nuclear, se atribuye principalmente a
los operadores del reactor, ya que no
se cumplió de forma rígida el complejo
protocolo establecido: el reactor fue
operado en menos de 700 megavatios
térmicos; no estaban introducidas en
el reactor las cantidades de barras de control adecuadas. Además,
se desconectó el sistema de refrigeración de agua de emergencia, y
otros mecanismos de seguridad que tienen función paralizar el
reactor en caso de emergencia.

Se identifican también errores del diseño del reactor, resulta que


una serie de defectos, de los cuales: primero; cuando baja la
potencia del reactor, este se hace inestable, y es difícil de controlar.
Segundo; las barras de control de seguridad tardaban 20 segundos
para controla la fisión nuclear. Tercero; las barras estaban hechas
de un material inflamable que aumentaba la reactividad. Y por
último; el reactor nocontaba con un filtro para los gases de escape.

CONSECUENCIAS DEL ACCIDENTE NUCLEAR DE


CHERNOBYL

El accidente nuclear dio lugar a un posterior incendio, que no se


consiguió apagar hasta el 9 de mayo. Este incendio aumentó los
efectos de dispersión de los productos radiactivos, y la energía
térmica acumulada por el grafito todavía dio mayor magnitud al propio
incendio y a la dispersión atmosférica.

De los productos radiactivos


liberados eran especialmente
peligrosos el yodo-131 (cuyo
período de semidesintegración
es de 8,04 días) y el cesio-137
(con un período de
semidesintegración de unos 30
años), de los cuales,
aproximadamente la mitad,
salieron de la cantidad contenida en el reactor nuclear. Además, se
estimó que todo el gas Xenón fue expulsado al exterior del reactor.
Estos productos se depositaron de forma desigual, dependiendo de
su volatilidad y de las lluvias durante esos días.

Los más pesados se encontraron en un radio de 110 km, y de los


más volátiles alcanzaron grandes distancias. Así, además del
impacto inmediato en Ucrania y Bielorrusia, la contaminación
radiactiva alcanzó zonas de la parte europea de la antigua Unión
Soviética, y de Estados Unidos y Japón.
CHERNOBYL Y EL NACIMIENTO DEL CONCEPTO DE
"CULTURA DE LA SEGURIDAD"

Diversos autores suelen usar como términos intercambiables los conceptos de


cultura de la prevención, cultura de la seguridad y cultura de la salud y seguridad
en el trabajo, aunque "cultura de la seguridad" es el más usual y predominante.

El 26 de abril de 1986 dos explosiones ocurridas en la central nuclear Vladimir


Chernobyl de la entonces Unión Soviética fundieron 1,000 toneladas de concreto
del reactor 4 y liberaron productos de fisión hacia la atmósfera. En el accidente
murieron 30 personas, pero se contaminó un área de 400 millas alrededor de la
planta de Ucrania, con el significativo incremento en los riesgos de muerte por
cáncer en Escandinavia y en los países del Este de Europa.

"El accidente de Chernobyl puso en tela de juicio la confianza de la comunidad


internacional en relación con la energía nuclear", dice el especialista Carlos
Aníbal Rodríguez en su trabajo "Los convenios de la OIT sobre seguridad y salud
en el trabajo: una oportunidad para mejorar las condiciones y el medio ambiente
de trabajo", publicado por la OIT.
En aquel entonces, la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA, por sus
siglas en inglés) empleó el término "una pobre cultura de la seguridad" para
identificar al factor que contribuyó al trágico desenlace de Chernobyl. Desde
entonces se empieza a emplear y difundir el concepto de cultura de la seguridad.
Carlos Aníbal Rodríguez refiere que la principal conclusión del accidente
planteada por la Internacional Nuclear Safety Advisory Group señala "la suma
importancia de poner una autoridad completa y responsabilidad por la seguridad
en los máximos niveles de gerencia que actúan en las plantas. Las normas de
procedimiento, apropiadamente revisadas y aprobadas deben ser
suplementadas por la creación y mantenimiento de una 'cultura de la seguridad
nuclear".
Igualmente, citando a la US Nuclear Regulatory Comision (NRC) pero respecto
a la investigación de otro accidente nuclear ocurrido en Three Mile Island, indica
en sus conclusiones que se identificó que las principales deficiencias en el
reactor no se referían a problemas del hardware sino a problemas de
gerenciamiento.
El experto afirma que el concepto de cultura de la seguridad nace vinculado con
los accidentes, especialmente los ocurridos en centrales nucleares y en la
aviación. Sin embargo, agrega que a medida que se continuó desarrollando el
concepto, también comenzó a comprender las enfermedades debidas a las
malas condiciones de trabajo.
"Por lo tanto, una primera observación apunta que no solamente el término sino
el concepto y sus alcances están en permanente evolución. En todo caso,
siempre que se haga referencia a cualquiera de las denominaciones, estaremos
refiriéndonos a la prevención de accidentes y enfermedades del trabajo",
expresa Rodríguez.
Agrega que el hecho de que en los grandes accidentes se hayan localizado
fracasos en los sistemas de gestión de la seguridad ha sugerido que éstos
siempre son falibles, pese a todos los esfuerzos que se hagan en pos de su
perfección. "Esta problemática ha determinado una rápida atención a la idea de
una cultura de la seguridad", dice.
El punto de partida clave es que cualquier sistema funcionará mejor en
organizaciones que posean una cultura de la seguridad y, simultáneamente, se
sostiene que cuando se carece de ella es muy probable que los sistemas
implementados tengan fallos.

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