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Confucianismo
1. Gran Saber (en chino tradicional: 大學, en chino simplificado: 大学, pinyin: dà xué)
3. Analectas (en chino tradicional: 論語, en chino simplificado: 论语, pinyin: Lúnyǔ)
Doctrina[editar]
Metafísica[editar]
En los dichos de Confucio se encuentra a primera vista un carácter ético y moral que
desarrolla en amplitud el autor; más en lo profundo de esta doctrina está el aspecto
metafísico. El concepto li significa ceremonia que en su acepción común se entiende como
buenos modales; “una eficacia para transformar las relaciones humanas” (Angus, 1989).
La ceremonia es el rito al que todos los ciudadanos asisten, y lo hacen para rendir
homenaje a sus antepasados más cercanos, vg. el padre o la madre, abuelos, etc. Por un
lado, este concepto se compone de la dimensión ética y política; por el otro, tiene por
objeto “desembarazar” al individuo de “problemas” alojados en la psique. O complejos en
el inconsciente que el psicoanalista Carl G. Jung llama espíritus. Estos están relacionados
con enfermedades psicogenas, como trastornos de tipo histérico, que son causados por
conflictos psicológicos, mayormente inconscientes, que a su vez están ligados al conflicto
subjetivo, y éstos se remontan a los recuerdos de la infancia. “Las consecuencias
psicológicas que acarrean los padres son tan fuertes que en muchos pueblos se ha creado
todo un sistema en torno al culto a los muertos.” (Jung, 2004) En estas relaciones se
articula el culto a los muertos, pues es la manera de liberar se alivian o se libera estos
complejos del inconsciente. Cabe señalar que así como ocurre en un individuo el alivio de
los complejos, también ocurre en los social cuando la ceremonia es el medio por el que
efectivamente se transforman las relaciones.
En las analectas aparece constante una figura que se interpreta como si se tratase de un
dios, una divinidad que domina u ordena de alguna manera la vida social y la vida
individual de cada uno bajo su voluntad, unos lo llaman el Dios cielo, otros como Confucio
sólo menta Cielo. Pues para él el Cielo es algo que está arriba. “El cielo generó la potencia
que tengo, ¿qué me puede hacer Huan Tui?” (7/23) La interpretación más común de este
concepto en la filosofía de Confucio remite a pensar erradamente que el cielo es un dios;
recordemos que, por generalidad, el oriente es ateo y piensa más en energías que dioses.
Es decir, Confucio no pensaba el cielo como externo al individuo, sino que el cielo está en
él mismo. O sea, denota la parte superior, lo más alto, lo que está arriba del hombre, su
cabeza (cerebro). “El maestro dijo: “no hay nadie que me reconozca, ¿verdad?” Zigong
dijo: “¿por qué nadie lo reconoce?” El maestro dijo: “Yo ni le guardo rencor al cielo, ni culpo
al hombre; al estudiar lo de abajo, he llegado a comprender lo de arriba. Si alguien me
reconociera, ¿acaso no sería el cielo?” (14/35). El antiguo idioma oriental se entiende y
presenta simbólicamente. La sentencia de Confucio “al estudiar lo de abajo, he llegado a
comprender lo de arriba” se entiende aquí como agnihotra;3 es por una parte un ritual
hindú por el que se ofrece un sacrificio al fuego; por otra parte es un fuego (como energía),
interno que mediante la meditación se concentra éste en el vientre, y también por este
mismo ejercicio sube y llega a la parte más alta del cuerpo. Dentro de las escuelas, por así
decir, del pensamiento oriental está presente esta idea de un fuego (o también se puede
entender como dinamismo) que se extiende por todo el cuerpo y que se relaciona de
alguna manera con la armonía del hombre y el cosmos.
Otro concepto se articula también en referencia a la ceremonia, el
concepto Shu (parecerse), pues éste atraviesa y unifica la moral de Confucio. “Zigong
preguntó: ¿Hay alguna sola palabra que pueda guiarnos toda nuestra vida? El Maestro
respondió: ¿No sería la reciprocidad? Lo que no desees que te hagan a ti, no se lo hagas
a los demás.” (15.24) esta última idea se característica por ser universal en tanto que
abarca la esfera de lo moral. Y, además de unificar toda la moral tiene otra dimensión aquí
entendida desde la física teórica en palabras de Eli de Gortari, donde señala que un solo
electrón ocupa todo el espacio. “cada partícula llena todo el sistema por sí sola y, por
ende, tiene la propiedad de ser politópica, es decir, tiene simultáneamente una multitud de
localizaciones espaciales diferentes.” (Gortari, 1957) Esta propiedad de la partícula
también se haya en la subjetividad humana, donde el espacio y el tiempo son dos
intuiciones puras del entendimiento humanos que son, también, condiciones subjetivas
necesarias para la representación de intuiciones externas que constituyen el conocimiento
humano, es decir, así como la partícula agota el espacio dentro de su mismo sistema, la
conciencia abarca tanto el tiempo y el espacio en infinitud como intuiciones sensibles a
priori para el entendimiento humano.
La sociedad en el confucianismo[editar]