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Material restaurador.
Durante años se pensó que la causa principal de la inflamación pulpar era la toxicidad de
los materiales, hasta que Cox demostró que materiales previamente descritos como
tóxicos no causaban inflamación o necrosis cuando eran colocados directamente sobre
pulpas expuestas y dichos materiales eran sellados para evitar la infección microbiana. El
autor refiere que la respuesta de la pulpa a los materiales de restauración era leve y
transitoria. También, afirma que la presencia de bacterias entre el material restaurador y
la estructura dentaria adyacente es la principal causa de inflamación y necrosis pulpar.
Kim y Trowbridge refieren que además de la toxicidad química de los materiales, la
acidez, la absorción de agua, el calor generado y la pobre adaptación marginal podrían
producir lesión a nivel pulpar.
Permeabilidad dentinaria.
Los túbulos dentinarios son los canales principales para la difusión de los líquidos a través
de la dentina. La permeabilidad es directamente proporcional al número y diámetro de
dichos túbulos y se relaciona en forma directa con la profundidad de la preparación,
mientras mayor sea la profundidad mayor será el número y el diámetro de los túbulos,
mayor las vías de entrada de los irritantes hacia la pulpa y mayor la necesidad de proteger
el órgano dentinopulpar.
La permeabilidad puede ser modificada por algunos factores como: la presencia de los
procesos odontoblásticos, la caries dental, la capa de desechos que se produce durante
la preparación cavitaria, la remoción de la capa de desechos con ácidos, la edad del
paciente, dientes con restauraciones o erosiones y abrasiones.
Profundidad de la preparación.
La profundidad de la preparación es uno de los factores más importantes al momento de
seleccionar el protector dentino-pulpar. Una cavidad poco profunda que corta las
prolongaciones odontoblásticas cerca del límite amelodentinario sólo causa una leve
irritación, sin embargo, a medida que aumenta la profundidad de la preparación y
aumenta la cercanía a los núcleos odontoblásticos es mayor el riesgo de producir lesión
pulpar, además aumenta la permeabilidad y se produce el debilitamiento del piso
cavitario. Las preparaciones profundas son consideradas de alto riesgo por su cercanía
con la pulpa, por la posibilidad de microexposición, invisible, que se comunica con el piso
de la cavidad.
Sensibilidad térmica.
La sensibilidad térmica postoperatoria que se produce después de colocar una
restauración se ha tratado de evitar con la colocación de bases debajo de las mismas.
Existen dos teorías que explican la causa de la sensibilidad térmica, la primera teoría
explica que la sensibilidad es el resultado del choque térmico a la pulpa desde la boca al
material restaurador, por lo que se debe proteger con un material aislante. En el caso de
restauraciones de resina que tienen una baja difusividad térmica se hace innecesaria la
aplicación de una base, por lo que la protección térmica siempre quedará limitada a
materiales metálicos. La segunda teoría explica que la sensibilidad térmica se basa en el
mecanismo hidrodinámico.
Grabado ácido.
El grabado ácido de las paredes cavitarias está diseñado especialmente para mejorar la
adhesión de los materiales de restauración. La aplicación de ácido sobre la dentina
aumenta la apertura de los túbulos dentinarios y desmineralizan la dentina intertubular,
aumentando así la permeabilidad y la posibilidad de penetración de agentes irritantes
hacia la pulpa. La técnica del grabado total no es inocua, sino que resulta un factor
irritativo más, así como los estímulos provocados durante la preparación cavitaria, sin
embargo, su acción no es tan nociva como se pensaba.
El sistema adhesivo cierra los túbulos formando tapones de resina y penetra en la zona
intertubular completando el sellado mediante la hibridización
Hidróxido de Calcio
Los productos a base de hidróxido de calcio [Ca(OH)2] son utilizados, desde 1920, debido
a su comprobada capacidad para favorecer la formación de dentina reparadora,
biocompatibilidad, protección pulpar contra estímulos térmicos y eléctricos, además de
presentar propiedades antimicrobianas.
Por otro lado, los cementos de Ca(OH)2 presentan alta solubilidad y baja resistencia
mecánica, que se ve acentuada cuando son utilizados conjuntamente con sistemas
adhesivos a base de acetona o alcohol. Adicionalmente, los cementos de Ca(OH)2 no son
materiales adhesivos, la contracción de polimerización durante restauraciones de resina
compuesta puede llevar a su dislocación, llevando a la formación de grieta en la interface
con la dentina.
El recubrimiento pulpar directo se utiliza el Ca(OH)2 pro análisis (P.A.) en polvo o pasta,
que es potencialmente más activo que los cementos de Ca(OH)2, por no tener una
reacción de fraguado y al mismo tiempo, por presentar un pH más elevado. No obstante,
provoca una capa necrótica espesa reduciendo el volumen del tejido pulpar en hasta
0,7mm, que sumado al volumen ocupado por la barrera mineralizada, puede resultar en
pérdida significativa de tejido biológicamente activo.
Contrariamente, las formulaciones con pH más bajo como son los cementos de Ca(OH)2
prácticamente no presentan la capa de necrosis por coagulación y la pérdida de tejido es
apenas aquella correspondiente a la formación de barrera mineralizada. Al mismo tiempo,
constituyen una protección con mayor resistencia mecánica, mayor aislamiento térmico y
eléctrico con menor solubilidad. Aun así, la formación de barrera mineralizada es más
lenta.
La formación de barrera mineralizada ha sido observada cuando se utilizan materiales a
base de calcio. Se cree que la formación de barrera de dentina mineralizada puede ser
mediada por la liberación de factores de crecimiento y otras moléculas bioactivas
presentes en la dentina, estimuladas por el Ca(OH)2. Por lo tanto el hidróxido de calcio en
forma de cemento o pro análisis (P.A.) son los materiales de elección para protección
pulpar en cavidades profundas o con exposición pulpar.
El cemento de Ionómero de Vidrio (CIV) fue desarrollado teniendo como base los
beneficios de los Flúoruros y la baja alteración dimensional proporcionada por los
cementos de silicato, así como la adhesividad a la estructura dentaria del cemento de
policarboxilato de zinc. Debido a su capacidad de neoformación ósea viene siendo
clasificado como material "bio activo".
Sistemas Adhesivos
Con el concepto de capa híbrida se lanzó la hipótesis de que los sistemas adhesivos,
inevitablemente actuasen como agentes de protección. Sin embargo, después del
condicionamiento ácido, la permeabilidad de dentina aumenta debido a la remoción de la
capa de desechos (smear layer) y los tapones de desechos (smear plugs), así como por
la desmineralización de la dentina peritubular, que aumenta el diámetro de los túbulos
dentinarios. La presencia de la humedad puede perjudicar la calidad de la capa híbrida
debido a la competición entre la presión del fluido dentinario y la capacidad de difusión del
sistema adhesivo en toda la extensión de la dentina desmineralizada. En consecuencia,
permanece una capa de fibrillas de colágeno no protegida por el adhesivo. Además,
fracciones no polimerizadas de sistemas adhesivos pueden dislocarse para el límite de la
periferia pulpar, perjudicando la integridad del tejido, principalmente en cavidades muy
profundas. Aún cuando aplicados indirectamente sobre la pulpa, los monómeros
resinosos son considerados citotóxicos. En esa línea de investigación Hebling et al.
observaron una respuesta inflamatoria mucho más evidente cuando el sistema adhesivo
fue aplicado en cavidades profundas en comparación al uso de cemento de [Ca(OH)2].
Observando que la intensidad de la reacción aumentó a medida que el remanente
dentario se tornaba más delgado, probando que la intensidad de respuesta inflamatoria
depende de la cantidad de estructura dentaria remanente.
Por lo tanto, su uso debe ser limitado a aquellas condiciones en que su presencia no
coloque en riesgo la integridad pulpar.
El MTA es un material bioactivo y que en contacto con la dentina forma en la interface del
diente/material compuestos de hidroxiapatita.
Los principales componentes son fosfato de calcio, silicato tricálcico, aluminiato tricálcico,
óxido tricálcico y óxido de silicato (33). El MTA blanco difiere del gris básicamente por la
ausencia de partículas de acero y por la disminución de la cantidad de algunos óxidos
como Al2O3 e FeO (32). En la presencia de humedad, el MTA se disocia en un gel
hidratado de silicato de calcio lo que puede explicar el éxito clínico de este material en los
procesos biológicos de reparación pulpar.
La utilización del MTA tiene otras aplicaciones como: recubrimiento pulpares directos e
indirectos, pulpotomías, perforaciones radiculares y en la región de furca. Conforme son
referenciados en la literatura, tanto en estudios in vitro como in vivo, el MTA demostró ser
un material indicado para tales situaciones, ya que presenta una capacidad excelente de
sellado pulpar y biocompatibilidad para prevenir toxicidad e irritabilidad a los tejidos, así
como la inducción y proliferación celular, regeneración del cemento y formación de puente
dentinário.
Composición:
El MTA, así como los cementos de silicato de calcio utilizados hasta el momento, están
basados en la composición del cemento portland:
75% silicato tricálcico: 3CaO-SiO2, aluminato tricálcico: 3CaO-Al2O3, silicato dicálcico:
2CaO-SiO2, aluminato férrico tetracálcico: 4 CaO-Al2O3-Fe203
Biodentine (Septodont)
Composición:
Theracal LC (Bisco)
Está compuesto por mineral trióxido agregado y una resina hidrofílica que es la que
permite que la liberación de calcio sea sostenida en el tiempo para la precipitación de los
cristales de hidroxiapatita por lo que debe ser colocado en dentina húmeda.
Bibliografía:
https://www.actaodontologica.com/ediciones/2011/1/art-15/
http://www.scielo.edu.uy/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2393-63042017000100004
https://www.actaodontologica.com/ediciones/1999/3/proteccion_dentino-pulpar.asp