Está en la página 1de 60

NECESIDADES NUTRICIONALES PARA RUMIANTES

DE CEBO
NORMAS FEDNA

Elaboradas por:

A. Ferret1, S. Calsamiglia1, A. Bach2, M. Devant2,


C. Fernández3 y P. García-Rebollar4

1
Universidad Autónoma de Barcelona
2
IRTA- Unidad de Rumiantes
3
Universidad Politécnica de Valencia
4
Universidad Politécnica de Madrid

Patrocinadas por:

NANTA, S.A. NUTRECO PRRC TROUW NUTRITION

Octubre 2008
Edita: Fundación Española para el Desarrollo de la Alimentación Animal

Imprime: Ediciones Peninsular S.L. – c/ Tomelloso 27 – 28026 Madrid

I.S.B.N.: 13-978-84-612-7157-3
D.L.: M-47513-2008
NORMAS FEDNA PARA LA FORMULACIÓN DE PIENSOS
3. Rumiantes Cebo

Empresas colaboradoras:

Agroal S.A. Nanta, S.A.


Agropecuària Agromont S. L. Neoteg
Coop. Camp d’Ivars d’Urgell S.C.L.L. Nutral, S.A.
Coren, S.C.L. Nutreco Servicios, S.A.
Corporació Alimentaria Guissona, S.A. Ramaders de Vedella de Girona
Ilervet Nuter, S.A.
Mercabarna Setna, S.A.
Nacoop Sinual, S.L.

Trouw Nutrition, S.A.

Técnicos participantes:

Josep Alonso Jesús Lizaso Pedro Pérez de Ayala


Fernando Bacha Nuria Llanes Pau Salse
Emilio Cegarra Jaime Llena Pedro Sayalero
Javier Coll Mercé Llordella Jesús M. Toja
Andres Doblas Carlos Mediñà Victor Trigueros
Joan Grau Jesús Méndez
Jorge Laporta Francisco Moro
ÍNDICE

NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo Páginas

PRESENTACIÓN……………………………………………………………………………… 3

UNIDADES DE VALORACIÓN
Energía…………………………………………………………………………………….. 5
Proteína ………………………..……………………………………………………….. 6
Hidratos de carbono fibrosos y no fibrosos..……………………….. 7
Minerales y Vitaminas……………………………………………………………. 8

NECESIDADES NUTRICIONALES
TERNEROS DE CEBO …………………………………………………………….. 9
Tabla 1.- Características productivas de los grupos
raciales para los cuales se establecen
recomendaciones…………………………………………………………. 15
Tabla 2.- Ingestión y recomendaciones de
concentración energética y proteica en el pienso para
terneros según raza, sexo, peso y velocidad de
crecimiento…………………………………………………………………… 17
Tabla 3.- Recomendaciones de nutrientes en el
concentrado para terneros de cebo en todas sus
etapas de engorde………………………………………………………. 18
Tabla 4.- Descripción de la ración tipo para terneros
pasteros durante el período de transición a una
ración con un 90% de concentrado……………………………. 19
CORDEROS DE CEBO …………………………………………………………. 20
Tabla 5.- Características productivas de los grupos
raciales para los cuales se establecen
recomendaciones…………………………………………………………. 27
Tabla 6.- Ingestión y recomendaciones de
concentración energética y proteica en el pienso para
corderos según grupos raciales ………………………………… 28
Tabla 7.- Recomendaciones de minerales y vitaminas
para piensos de corderos de cebo………………………………. 29
ÍNDICE

NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo Páginas

ANEXOS........................................................................... 31
Anexo 1.- Cálculo de las necesidades diarias en terneros

Lista de abreviaturas…………………………………………………… 33
A.- Necesidades energéticas………………………………………. 35
B.- Necesidades proteicas……………………………………… 37
C.- Ejemplo de cálculo…………………………………………….. 39
Anexo 2.- Cálculo de las necesidades diarias en corderos

A.- Necesidades energéticas…………………………………… 43


B.- Necesidades proteicas………………………………………. 45

REFERENCIAS ………………………………………………………………………… 49
NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo 3

NORMAS FEDNA PARA LA FORMULACIÓN DE PIENSOS


3. Rumiantes Cebo

PRESENTACIÓN

La producción de carne de rumiantes en el estado español es en


buena medida diferente a los sistemas de producción del resto de
Europa y EEUU. Este sistema se caracteriza por un cebo basado en
concentrados y con un sacrificio de los animales generalmente a
pesos inferiores y menos engrasados que en otros sistemas
productivos. En consecuencia, las recomendaciones para rumiantes
de cebo desarrolladas en otros países pueden tener una utilidad
limitada en nuestro contexto. Por ejemplo, en el caso de los terneros
el INRA (1988, 2007) y el AFRC (1993) parten de una alimentación
con una importante base forrajera y velocidades de crecimiento
moderadas y siempre inferiores a las que tienen nuestros terneros.
Por otra parte, el NRC (1996, 2000) se basa en terneros sacrificados
a pesos y estados de engrasamiento muy superiores a los nuestros,
además de en la utilización regular de implantes hormonales y
antibióticos ionóforos. En el caso de los corderos, además de los
mayores pesos de sacrificio utilizados en los sistemas de cebo de
otros países (AFRC, 1993; INRA, 2007; NRC, 2007), las diferencias
más importantes se dan con los sistemas anglosajones y son debidas
a factores como la mayor edad de los corderos en cebo, la
composición de la ganancia de peso, y el sistema de alimentación
basado en forrajes. En consecuencia, parece necesario desarrollar
unas normas adaptadas a las condiciones de cebo habituales de
nuestro contexto.

El objetivo de esta publicación es proporcionar una herramienta


de trabajo para desarrollar programas de alimentación que permitan
optimizar la producción de carne de rumiantes en las condiciones de
nuestro país. Para ello, se ha considerado oportuno utilizar las
ecuaciones del NRC (1996 y 2000) para terneros y del INRA (1981,
1988) como punto de partida, ya que el sistema americano de
4 NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo

acabado, los feedlots, y el francés de agneaux de bergerie son los


que más se acercan a nuestras condiciones de cebo. Sin embargo, las
ecuaciones propuestas por ambos sistemas para la predicción de las
necesidades energéticas y proteicas se han modificado tras analizar
los datos proporcionados por el sector productivo de acuerdo con
nuestras condiciones de cebo.

A lo largo de este documento se describe la metodología seguida


como propuesta y no como punto final, sino todo lo contrario, como
punto de partida para evaluar sus resultados y aplicación práctica, y
proponer modificaciones que deberán contrastarse y mejorarse en las
próximas versiones. Además, debido a la diversidad de estrategias
productivas en función de la raza, sexo, peso de entrada al cebadero,
peso al sacrificio y tipología de canal, es imposible desarrollar
recomendaciones para todas las situaciones y necesidades. Por ello,
además de las Tablas presentadas como ejemplos de un contexto
productivo, los anexos facilitan la información necesaria para calcular
las necesidades en otras situaciones productivas.

Las recomendaciones cubren los apartados de energía, proteína,


hidratos de carbono (fibrosos y no fibrosos), minerales y vitaminas de
rumiantes cebados bajo unas condiciones de manejo y estado de
salud adecuados. Estas normas establecen recomendaciones
prácticas para condiciones de campo, por lo que en la mayoría de los
casos son superiores o inferiores a las necesidades establecidas por
las ecuaciones de predicción. Por ello, cada nutricionista deberá hacer
las modificaciones que considere oportunas en función de las
condiciones de campo propias de su contexto como la genética del
animal, el sistema productivo, y el tipo de canal producido.
NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo 5

UNIDADES DE VALORACIÓN

Energía

Los cálculos de las necesidades energéticas de los terneros se


realizan en unidades de energía metabolizable (EM, Mcal/kg materia
fresca; NRC, 1996, 2000), englobando en una misma unidad las
necesidades de mantenimiento y de crecimiento. La selección de este
sistema y unidad se debe a la flexibilidad que ofrece en el cálculo de
las necesidades para los diferentes sistemas de producción, pesos y
estados de engrasamiento (Anexo 1). Sin embargo, debido al uso
frecuente de las unidades UFC del sistema Francés (INRA, 1988 y
2007), en las tablas de recomendaciones también se presentan estas
unidades. La transformación de las unidades de EM (Mcal) a UFC se
realiza mediante la ecuación siguiente, que se ha desarrollado a partir
de los datos de UFC y EM de las Tablas de materias primas del INRA
(2007):

UFC (por kg) = 0,4515 EM (Mcal/kg) – 0,2811; n=128; R2 = 0,97

Figura 1.- Relación entre el contenido en energía metabolizable


(Mcal/kg) y UFC/kg desarrollada a partir de las tablas INRA (2007).
6 NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo

Para los corderos las necesidades se calculan en unidades de


Energía Neta (Mcal) para el mantenimiento (ENm) y para el
crecimiento (ENg). Las necesidades totales (ENm+ENg) se expresan
en UFC, dividiendo por el contenido en EN de conservación y
producción de la cebada estándar (1820 kcal/kg) para animales en
cebo (INRA, 1989).

Proteína

Todos los sistemas actualmente en uso coinciden en valorar las


necesidades proteicas en proteína absorbible, metabolizable o
digestible (AFRC, 1993; NRC, 2000, 2007; INRA, 2007). La proteína
metabolizable (MP) se define como la proteína absorbida en el
intestino, y es la suma de la aportada por la proteína microbiana y la
ingerida en el alimento no degradada en el rumen, aplicando su
correspondiente digestibilidad intestinal. El flujo de proteína
microbiana depende de la disponibilidad de energía fermentable en el
rumen y de su eficacia de utilización, mientras que la disponibilidad
de proteína alimentaria en el intestino delgado depende de su
degradabilidad ruminal, y de su digestibilidad intestinal. Para el
cálculo de las necesidades de proteína metabolizable en terneros, por
los mismos motivos expuestos anteriormente, se han utilizado las
ecuaciones del NRC (2000), aunque los valores son equiparables a los
de PDI del INRA (2007). En el caso de los corderos las necesidades se
calculan en PDI a partir de una aproximación factorial que
particulariza las ecuaciones propuestas por el INRA (1981), AFRC
(1993) y Cannas et al., (2004) a nuestras razas y sistemas de cebo.

Para facilitar su uso, los valores de proteína metabolizable


(MP/PDI) se han expresado como concentración de proteína bruta en
el pienso. En condiciones prácticas, dicha transformación es
complicada, ya que el aporte final de proteína digestible al intestino
depende de numerosos factores relacionados con la ración y los
ingredientes utilizados que afectan a la síntesis de proteína
microbiana y al flujo de proteína no degradable (Bach et al., 2005).
Para realizar dicha transformación, se han analizado 25 raciones
típicas en nuestro mercado con ingredientes de uso frecuente y
diseñadas para terneros en todas las etapas del ciclo productivo. El
valor obtenido varía en función del peso del animal, y se ha asignado
NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo 7

una constante de conversión media de proteína bruta a metabolizable


de 0,60 para terneros en crecimiento (menos de 250 kg) y 0,65 para
terneros en las fases finales de engorde (más de 250 kg), que se
aplican de forma sistemática en el proceso de conversión de proteína
metabolizable a proteína bruta del pienso. Estas constantes son
similares a las propuestas por Sahlu et al. (2004) para raciones de
pequeños rumiantes (ovino, caprino) en la siguiente ecuación:

PB (%) = PDI (%)/((64+(0,16 x PB Indegradable (%))/100)

Hidratos de carbono fibrosos y no fibrosos

Uno de los factores más limitantes en la formulación de raciones


para el engorde de terneros en condiciones intensivas es el
mantenimiento de la salud ruminal y la prevención de acidosis y
timpanismo. Esta prevención depende, en buena medida, del
equilibrio entre los aportes de hidratos de carbono fibrosos (FND) y
no fibrosos (CNF). Por ello, las recomendaciones deben incorporar
necesariamente niveles mínimos de FND y FND-efectiva, y máximos
de CNF y almidones (Calsamiglia y Ferret, 2002).

Las necesidades de FND o FND-e tienen como objetivo principal


estimular la rumia, la secreción salivar y, en último término,
mantener la función ruminal evitando la aparición de trastornos
digestivos. Debido al limitado contenido energético de la fibra, dichos
niveles se establecen siempre como mínimos, ya que los niveles
máximos quedan autolimitados por el cumplimiento de las elevadas
necesidades energéticas de los terneros de engorde. La FND-efectiva
debe calcularse a partir de las tablas desarrolladas por el sistema de
Cornell (Sniffen et al., 1992, CNCPS version 6.1.12); los valores de
estas Tablas para algunas materias primas de uso frecuente en
raciones de rumiantes se pueden consultar en Calsamiglia (1997).

Los CNF son la fuente principal de energía para las bacterias


ruminales y el animal. Sin embargo, su alta fermentabilidad puede
conducir al desarrollo de acidosis y timpanismo, por lo que los niveles
recomendados se establecen como máximos, con el objetivo de
8 NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo

limitar la incidencia de estas patologías digestivas. Los CNF incluyen


almidones, pectinas y azúcares, y pueden calcularse como:

CNF (%) = MS(%) – [(PB(%) + FND(%) + Grasa(%) + Cenizas(%)].

Sin embargo, el almidón es la fracción mayoritaria y provoca un


mayor riesgo de acidosis, por lo que sus niveles en la ración también
se limitan a un máximo.

Minerales y vitaminas

Los aportes de macrominerales, microminerales y vitaminas en


el concentrado se establecen como recomendaciones generales, e
incluyen un amplio margen de seguridad con el objetivo de cubrir
posibles variaciones en el contenido de estos minerales en los
ingredientes utilizados. Las recomendaciones de los macrominerales
consideran los aportes de los ingredientes, pero los niveles
recomendados de microminerales y vitaminas deben proporcionarse a
través del corrector. Esta consideración tiene como objetivo evitar
errores derivados de la valoración imprecisa del contenido en
microminerales y vitaminas de los ingredientes. Todas las
necesidades se expresan en cantidad total, aunque el técnico puede
hacer consideraciones respecto a las diferencias en biodisponibilidad
de las distintas fuentes minerales (NRC 2001; INRA, 2007).
NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo 9

NECESIDADES NUTRICIONALES

TERNEROS DE CEBO

El desarrollo de un programa de alimentación para ganado


vacuno de engorde depende de la organización de la producción. Así,
mientras en algunos casos se opta por un programa de arranque
seguido por un concentrado único de crecimiento-cebo, en otras
ocasiones se llegan a diseñar programas con hasta 3 concentrados
distintos, en función de la estructura de la explotación, los objetivos
productivos y el coste del programa. En este documento se presentan
tablas de recomendaciones para sistemas productivos con dos
concentrados, uno de crecimiento y otro de cebo, calculados para los
pesos medios de cada etapa. El cálculo de necesidades para otras
etapas productivas o pesos finales puede determinarse mediante las
ecuaciones presentadas en el Anexo 1.

Los datos que se presentan son recomendaciones para la


composición de concentrados en proporción a materia fresca, y con
un consumo medio de un 10% de paja (Devant et al., 2000 y 2001;
Faleiro et al., 2007 y 2008; Mach et al., 2008; González et al., 2008
a y c), donde se asume que la paja sólo contribuye a diluir la
concentración de nutrientes y aporta fibra efectiva a la ración total.
Para programas de alimentación que utilicen otros forrajes se deberá:
1) considerar los aportes nutritivos del forraje; 2) calcular los aportes
totales de nutrientes según las ecuaciones del Anexo, pero no se
podrán utilizar las concentraciones de nutrientes presentadas en las
Tablas 2, 3 y 4, ya que éstas se refieren sólo a concentrados, y; 3)
estimar la ingestión real de la ración preparada (que será algo
superior ya que el consumo de la ración en cebo intensivo depende
de la concentración energética; NRC, 2000).

Las necesidades energéticas se calculan en función del peso


vivo final corregido (PVFC) y el peso vivo de referencia para un
determinado nivel de engrasamiento (PRE), y se han realizado
ajustes en función de varias consideraciones (Anexo 1, NRC, 2000).
Para obtener los datos de PVFC y poder estimar PRE propios de
nuestro sistema de producción, se creó una base de datos con más
de 580.000 canales sacrificadas en el matadero de Mercabarna
(Barcelona) entre los años 2002 y 2007. Los datos analizados fueron
10 NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo

raza, sexo, edad sacrificio, peso de la canal y su clasificación, y los


resultados se clasificaron por peso de la canal/edad, conformación y
engrasamiento, y se agruparon en 4 categorías. Las características
productivas de los cuatro grupos raciales definidos como modelos se
describen en la Tabla 1. Finalmente, esta tabla se completó con datos
de consumos y ganancias medias diarias (GMD) obtenidos en
condiciones de campo y experimentales. El ajuste de estas
recomendaciones es muy bueno para el macho frisón, con el cual se
han realizado validaciones en Cataluña (Devant et al., 2007; Mach et
al., 2006, y 2008). El desarrollo de Tablas para otras estrategias
productivas o pesos finales deberá realizarse mediante los cálculos
expuestos en el Anexo 1.

En cualquier caso, el factor limitante para la formulación de


concentrados con un elevado contenido energético es el riesgo de
desarrollar patologías digestivas como acidosis, intoxicación por
exceso de CNF y timpanismo (Bach, 2002; Calsamiglia y Ferret,
2002; Devant, 2008). Requiere especial consideración la definición
común de acidosis, ya que con frecuencia la sintomatología definida
como acidosis no está necesariamente asociada a un pH ruminal bajo
ni se resuelve necesariamente con estrategias tradicionalmente
consideradas adecuadas en casos de acidosis (tampones,
alcalinizantes, etc.). Por ello, y por la importancia que la definición
del problema pueda tener en la búsqueda de medidas preventivas o
terapéuticas, es necesario redefinir alguno de los casos de acidosis
como intoxicación por CNF (Bach, 2002; Calsamiglia et al., 2008;
Devant, 2008). Para prevenir su desarrollo, es necesario establecer
recomendaciones de niveles máximos de CNF y almidón, y mínimos
de FND y FND-e. El equilibrio entre estos nutrientes es esencial para
el mantenimiento de la salud ruminal, pero dependen en buena
medida del manejo de la alimentación. Datos recientes han
demostrado el impacto de la competencia en el comedero sobre la
incidencia de trastornos digestivos (González et al., 2008 b y c). Así,
en condiciones óptimas de manejo (buen estado de las instalaciones,
distribución diaria de la ración y espacio de comedero suficiente), es
posible formular concentrados con niveles de CNF y almidón de hasta
el 55% y 45%, respectivamente, y reducir los niveles de FND y
FND-e al 15 y 5 %, respectivamente (Fox y Tedeschi., 2002). Estos
niveles deben moderarse (reducir el máximo de CNF y almidones, e
incrementar los mínimos de FND y FND-e) si las condiciones de
NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo 11

manejo no son óptimas. Además, es recomendable el uso de


tampones (bicarbonato) y/o alcalinizantes (óxido de magnesio;
González et al., 2008 a), aunque en ocasiones, como se ha definido
anteriormente, el problema es más una intoxicación por CNF que un
acidosis per se, y estas estrategias tendrán un efecto limitado.
Además, los valores máximos de almidón y CNF dependen en buena
medida de la fermentabilidad del almidón que depende, a su vez, del
cereal y de su tamaño de partícula. Por último, mencionar que la
FND-efectiva en raciones de cebo procede principalmente del
consumo de paja, y que la información disponible sobre su uso en
nuestras condiciones es sólo preliminar, aunque positiva.

Otra forma de incrementar la densidad energética del pienso y


reducir el riesgo de desarrollar problemas digestivos (acidosis) es
mediante el uso de grasas. En principio la adición de lípidos a los
concentrados de cebo es una práctica recomendable, pero hay que
tener en cuenta cuatro factores: 1) que los lípidos no estén
enranciados, 2) que la palatabilidad de las fuentes lipídicas no limite
el consumo, 3) que la composición de los ácidos grasos no limite el
consumo, y 4) que la densidad energética de la ración no aumente
por encima de 1,05 UFC/kg (lo cual también disminuirá el consumo).
En principio, no hay nada fisiológicamente negativo en una
disminución del consumo, pero deberá aumentarse la concentración
de los otros nutrientes para aportar las cantidades recomendadas de
proteína, minerales, vitaminas, etc... y, por consiguiente, el coste
unitario de la alimentación aumentará. Los jabones cálcicos son
típicamente poca palatables, y es razonable asumir un descenso de la
ingestión del 2,5% por cada 1% de inclusión en la ración en forma de
jabón cálcico (Allen, 2000). Por otro lado, la adición de grasas
insaturadas no presenta un riesgo preocupante a nivel ruminal en
animales de cebo, pero debe considerarse que su inclusión puede
deprimir el consumo mediante mecanismos metabólicos post-
ruminales (Benson y Reynolds, 2001).

Las necesidades proteicas se han calculado en unidades de


proteína metabolizable (MP), equivalente a proteína digestible (PDI),
y se calculan en función del peso vivo y la ganancia media diaria
(Anexo 1). Los valores recomendados de proteína degradable y
soluble son >70% y 23-30%, respectivamente (como % de la
proteína bruta), y suelen variar poco según el tipo de animal para el
12 NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo

que se diseñe la ración o el nivel de proteína del concentrado. De


estas recomendaciones se deduce que el uso de proteína de baja
degradabilidad ruminal en terneros de engorde es innecesario, no
sólo porque el animal no la necesita, sino porque la degradabilidad
ruminal de las proteínas en un rumen de un ternero alimentado con
niveles elevados de concentrado es inferior a la degradabilidad que
reflejan las tablas de los sistemas de formulación (Devant et al.,
2000, 2001; Rotger et al., 2006 Calsamiglia et al., 2008).

Las necesidades de minerales y vitaminas son poco


conocidas. Los aportes recomendados se presentan en la Tabla 3 en
sus rangos óptimos, y en paréntesis se indican los límites legales de
incorporación. Estas recomendaciones son con frecuencia superiores
a las necesidades calculadas, ya que éstas se definen como los
niveles necesarios para evitar la aparición de síntomas de deficiencia
y no consideran los aportes de cantidades que optimicen la
producción. Además, estos márgenes suponen una medida de
seguridad frente a las variaciones en su concentración de los
ingredientes. Las necesidades calculadas de Ca y P están alrededor
del 0,1-0,2%, aunque los sistemas de formulación recomiendan
niveles de hasta 0,73 y 0,34, respectivamente (NRC, 2000). En
condiciones de campo, y para aportar un margen de seguridad
suficiente, es recomendable formular los concentrados con 0,50-0,80
de calcio y 0,30-0,40 de fósforo, pero niveles superiores, con
frecuencia observados en las condiciones de campo, son
probablemente innecesarios. De la misma manera, las necesidades
de sodio son muy bajas (0,01%), pero en condiciones de campo es
frecuente encontrar concentraciones muy superiores. Hay que
considerar que aunque el margen de seguridad del aporte de sodio es
amplio, el exceso de sodio en el pienso incrementa el volumen de
orina, por lo que puede ser conveniente limitar la aportación total de
sodio respecto a los niveles habituales en los concentrados (Delaquis
y Block, 1995).

Las recomendaciones de microminerales y vitaminas son


recomendaciones de incorporación a través del corrector, ignorando
los posibles aportes de los ingredientes. Las recomendaciones de
vitaminas son en todos los casos muy superiores a las necesidades
calculadas, posiblemente porque las necesidades se establecen con
criterios de evitar la aparición de síntomas de deficiencias, y los
NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo 13

niveles mayores se recomiendan por la evidencia de que mejoran el


rendimiento productivo o la salud animal (Casals y Calsamiglia,
2002). Sin embargo, las recomendaciones no consideran los posibles
beneficios de aportes superiores sobre la calidad de la carne, por lo
que el técnico puede modificarlas con dicho objetivo. Por ejemplo, los
aportes adicionales de Vitaminas E tiene efectos positivos sobre la
calidad de la carne (Casals y Calsamiglia., 2002).

La transición de los pasteros de una dieta forrajera a otra a


base de concentrado requiere un comentario específico. La llegada de
los animales pasteros al cebadero es un momento particularmente
crítico donde las consecuencias del transporte, la ubicación a una
nueva instalación, la mezcla de animales y el cambio de alimentación
y manejo pueden ser responsables de trastornos en estos animales.
Sin duda el cambio de dieta es uno de los factores más importantes
en la aparición de estos trastornos. La adaptación de una
alimentación forrajera a una con mucho concentrado causa cambios
drásticos en el entorno ruminal del animal, haciendo falta tiempo
para que las poblaciones microbianas se estabilicen. La introducción
de carbohidratos rápidamente fermentables comporta una reducción
de las poblaciones fibrolíticas y un rápido incremento de las
amilolíticas. Un cambio brusco en la alimentación de estos animales
puede provocar la aparición de acidosis ruminal que es evidente
cuando es aguda o clínica pero que resulta más difícil de reconocer
cuando es subclínica. En ese caso la disminución de la ingestión, a
menudo ligada a una gran variabilidad de la misma, y un
empeoramiento de los resultados productivos son las consecuencias
últimas de la acidosis subclínica (Owens y col., 1998). La
investigación sobre las estrategias alimentarias durante este periodo
es limitada. Para minimizar los problemas de acidosis, los ganaderos
de los feedlot americanos practican una adaptación progresiva al
concentrado durante las 3 o 4 primeras semanas tras la llegada al
cebadero, incrementando paulatinamente la proporción de
concentrado que se distribuye a los terneros. Una adaptación gradual
a una alimentación con mucho concentrado ayudará básicamente a
reducir la variabilidad en la respuesta individual de los terneros ante
el cambio de alimentación (Bevans y col., 2005; Brown y col., 2006),
previniendo la aparición de acidosis en los animales más susceptibles
(Bevans y col., 2005). Por tanto, el pienso adecuado puede ser el
mismo al que corresponde con el peso, sexo y raza de los animales
14 NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo

implicados en el cebo, que se incorpora en una proporción menor


respecto al forraje. Otra estrategia sería limitar la ingestión de
materia seca. En este sentido, Bartle y Preston (1992) sugirieron
limitarla al equivalente a 3,03 x EM del peso vivo inicial (EM = 0,115
Mcal/kg PV0,75), y los terneros consumían menos pero ganaban peso
más eficientemente. En nuestro contexto, es más frecuente la
formulación de un pienso específico para esta etapa productiva,
manteniendo como criterio principal de la formulación el
mantenimiento de la salud ruminal y su adaptación a una ración alta
en concentrado. En este sentido, no existen trabajos experimentales
que justifiquen unas recomendaciones específicas, pero la Tabla 4
presenta una propuesta tipo que es un consenso entre 10 raciones
comerciales tipo para esta etapa del ciclo productivo. Los aportes
minerales deben ser similares a los recomendados para las etapas de
crecimiento y cebo (Tabla 3), aunque algunos estudios sugieren que
algunos microminerales, particularmente el zinc, pueden mejorar el
estado inmunitario de estos animales (Nunnery et al., 2007).

Por último, es necesario remarcar que las necesidades se


calculan en unidades/día, y su transformación a recomendaciones de
concentración en el pienso requiere la estimación del consumo de
la ración, siendo éste un factor muy variable. La expresión de las
recomendaciones de concentración de nutrientes en unidades/kg
concentrado es muy sensible a la estimación del consumo. La falta de
datos fiables sobre el consumo real de concentrado de los diferentes
grupos raciales y su variabilidad (condiciones climáticas, frecuencia
de distribución del concentrado, espacio de comederos, manejo,…)
dificultan el proceso de formulación de concentrados. Por ello, es
necesario que el sector en general, y el técnico y ganadero en
particular, inviertan esfuerzos en la medición real de la ingestión
media y rendimiento productivo (crecimiento) de los animales. Sin
unos buenos datos de consumo y crecimiento, no es posible generar
unas buenas recomendaciones de concentración de nutrientes. En
este sentido, deben tenerse en cuenta todos aquellos factores no
nutricionales que pueden afectar al comportamiento y consumo de
alimento, como la densidad de animales, la ventilación, la
disponibilidad de comederos y bebederos, etc., Estos factores pueden
repercutir directamente sobre las necesidades de los animales y el
riesgo de aparición de trastornos digestivos.
NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo 15

Tabla 1. Características productivas de los grupos raciales


para los cuales se establecen recomendaciones.

Macho Hembra

Frisona
Peso entrada, kg 50 51
Peso salida, kg 480 375
Días de cebo, d 325 (346) 3 300 (337) 3
GMD, kg/d 1,32 1,1
Consumo pienso, kg MF/d 6,22 6
Kg canal 252 200
Rendimiento canal, % 52,6 53,5
Conformación 1 86% O 81% O
Engrasamiento 2 52% 3 89% 3

Pardo-Alpina, Montbeliard o cruzados cárnicos


Peso entrada, kg 65 70
Peso salida, kg 495 390
Días de cebo, d 285 (356) 3 275 (334) 3
GMD, kg/d 1,5 1,2
Consumo pienso, kg MF/d 6,0 5,5
Kg canal 278 218
Rendimiento canal, % 56 56
Conformación 1 44% R; 44%O 54% R; 40%O
Engrasamiento 2 38% 2; 60% 3 91% 3
1
Directiva 1183/2006 publicada el 24 de julio de 2006 (SEUROP, S máxima
conformación, P mínima conformación).
2
Directiva 1183/2006 publicada el 24 de julio de 2006 (1 engrasamiento
mínimo y 5 engrasamiento máximo).
3
Edad media a la que se sacrifican, en días.
16 NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo

Tabla 1 (continuación).
Características productivas de los grupos raciales para los
cuales se establecen recomendaciones.

Macho Hembra

Asturiana, Charolais, o Limousine


Peso entrada, kg 70 60
Peso salida, kg 480 365
Días de cebo, d 280 (360) 3 280 (358) 3
GMD, kg/d 1,5 1,1
Consumo pienso, kg MF/d 6 5,5
Kg canal 288 219
Rendimiento canal, % 60 60
Conformación 1 40% U 46% R 78% R
Engrasamiento 2 46% 3 87% 3

Fleckvieh o Simmental
Peso entrada, kg 80 80
Peso salida, kg 510 380
Días de cebo, d 305 (356) 3 260 (320) 3
GMD, kg/d 1,4 1,2
Consumo pienso, kg MF/d 7 6,5
Kg canal 280 201
Rendimiento canal, % 55 53
Conformación 1 18% U 61% R 90% R
Engrasamiento 2 78% 3 95% 3
1
Directiva 1183/2006 publicada el 24 de julio de 2006 (SEUROP, S máxima
conformación, P mínima conformación).
2
Directiva 1183/2006 publicada el 24 de julio de 2006 (1 engrasamiento
mínimo y 5 engrasamiento máximo).
3
Edad media a la que se sacrifican, en días.
NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo 17

Tabla 2. Ingestión y recomendaciones de concentración


energética y proteica en el pienso para terneros según raza,
sexo, peso y velocidad de crecimiento. (Los valores corresponden
a la composición del concentrado para raciones con un consumo
estimado del 10% de paja).
MACHOS HEMBRAS
Origen racial Crecimiento Cebo Crecimiento Cebo
FRISONA
GMD, kg/d 1,3 1,5 1,3 1,5 1,0 1,2 1,0 1,2
Ingestión, kg 5,5 5,5 8,0 8,0 4,5 4,5 6,5 6,5
EM, Mcal/kg 2,66 2,90 2,64 2,88 2,47 2,75 2,53 2,82
UFC/kg 0,92 1,03 0,91 1,02 0,83 0,96 0,86 0,99
MP (PDI), g/kg 103 113 83 88 99 100 80 87
PB, % 15 17 13 14 13 15 13 14
PARDO-ALPINA, MONTBELIARD , CRUZADOS
GMD, kg/d 1,5 1,7 1,5 1,7 1,2 1,4 1,2 1,4
Ingestión, kg 5,5 5,5 8,0 8,0 5,0 5,0 6,5 6,5
EM, Mcal/kg 2,82 3,06 2,79 3,01 2,51 2,79 2,77 3,06
UFC/kg 0,99 1,05* 0,98 1,05* 0,85 0,98 0,97 1,05*
MP (PDI), g/kg 113 123 91 97 100 111 89 96
PB, % 17 18 14,5 15,5 15 16,5 14 15,5
CHAROLAIS, LIMOUSINE, ASTURIANA
GMD, kg/d 1,6 1,8 1,6 1,8 1,2 1,4 1,2 1,4
Ingestión, kg 6,0 6,0 8,0 8,0 5,0 5,0 6,5 6,5
EM, Mcal/kg 2,75 2,95 2,95 3,06 2,60 2,88 2,88 3,06
UFC/kg 0,96 1,05 1,05* 1,05* 0,89 1,02 1,02 1,05*
MP (PDI), g/kg 108 117 86 93 100 108 86 93
PB, % 16 17 15 16 15 16,5 14 15
FLECKVIEH
GMD, kg/d 1,4 1,6 1,4 1,6 1,2 1,4 1,2 1,4
Ingestión, kg 6,0 6,0 8,0 8,0 5,0 5,0 7,0 7,0
EM, Mcal/kg 2,53 2,75 2,73 2,97 2,55 2,82 2,62 2,90
UFC/kg 0,86 0,96 0,95 1,05* 0,87 0,99 0,90 1,03
MP (PDI), g/kg 99 108 86 92 100 111 82 88
PB, % 14,5 16 14 15 15 16,5 13 14

* En el caso de que el cálculo resulte en un valor superior a 1,05 UFC/ kg, se ha


restringido a este valor como máximo, ya que la formulación de un concentrado
de estas características es incompatible con el cumplimiento de las restricciones
que garantizan la función ruminal normal.
18 NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo

Tabla 3. Recomendaciones de nutrientes en el concentrado


para terneros de cebo en todas sus etapas de engorde1.

Concentración
(en materia fresca)
NUTRIENTE
Proteína degradable, %PB 70 - 75
Proteína soluble, % PB 23 - 30
FND, % mínimo 15 - 20
2
FND-efectiva, % mínimo 5-6
3
CNF, % máximo 55
3
Almidón, % máximo 45
Extracto etéreo, % máximo 6,5

4, 5
MINERALES
Calcio, % 0,50 - 0,80
Fósforo, % 0,30 - 0,40
Potasio, % 0,55 - 1,10
Sodio, % mínimo 0,20 - 0,30
Magnesio, % 0,10 - 0,30
Azufre, % 0,15 - 0,25
Cobalto, mg/kg 0,10 (2,0)
Cobre, mg/kg 10 (35)
Iodo, mg/kg 0,5-0,8 (10)
Hierro, mg/kg 30-40 (750)
Manganeso, mg/kg 20-50 (150)
Selenio, mg/kg 0,1 (0,5)
Zinc, mg/kg 30-50 (150)

VITAMINAS4
Vitamina A, UI/kg 5.000 - 10.000
Vitamina D, UI/kg 500 – 1.500
Vitamina E, UI/kg 25 - 45
1
Se asume que la ingestión total contempla un consumo del 10% de paja.
2
Cálculos utilizando las tablas de fibra efectiva del sistema de Cornell.
3
Los niveles más elevados corresponden a manejos de alimentación adecuados
(distribución de concentrado, espacio de comederos suficiente, ausencia de
patologías,…), y deben reducirse en condiciones de manejo subóptimo.
4
Las recomendaciones de microminerales y vitaminas son para cantidades
totales añadidas en el corrector.
5
Los números en paréntesis indican el límite máximo legal.
NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo 19

Tabla 4. Descripción de la ración tipo para terneros pasteros


durante el periodo de transición a una ración con un 90% de
concentrado.

Nutriente Concentración, % MF
EM, Mcal/kg 2,40 - 2,72
UFC/kg 0,80 - 0,95
MP (PDI), g/kg 85 - 95
PB, % 14,0 - 15,0

Proteína degradable, %PB 70 - 75


Proteína soluble, % PB 23 - 30
FND,% mínimo 25 - 30
1
FND-efectiva, % mínimo 8
2
CNF, % máximo 40
2
Almidón, % máximo 30
Extracto etéreo, % máximo 6,5

1
Cálculos utilizando las tablas de fibra efectiva del sistema de Cornell.
2
Los niveles máximos corresponden a manejos de alimentación adecuados
(distribución de concentrado, espacio de comederos suficiente, ausencia de
patologías,…).
20 NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo

CORDEROS

Los modelos de producción de carne de cordero en nuestro país


se han dirigido tradicionalmente hacia la producción de canales
ligeras de pesos comprendidos entre los 5 y 13 kg procedentes de
corderos lechales, ternascos, recentales y pascuales sacrificados
entre 30 y 100 días de edad, con un intervalo de peso vivo entre 9 y
28 kg. El cordero lechal o lechazo no es considerado un cordero de
cebo, dado que se alimenta exclusivamente con leche materna y se
sacrifica al destete (20-30 días de edad) cuando alcanza un peso vivo
de 9-12 kg, dando canales de entre 5-7 kg. Los corderos de cebo
“ligero” (ternascos, recentales, pascuales) corresponden a animales
destetados, generalmente entre los 40-50 días y 14-16 kg de peso
vivo, que son cebados con concentrados y paja hasta alcanzar
aproximadamente 20-28 kg de peso vivo con 70-100 días de edad,
dando canales de 9-13 kg. Aunque de menor importancia, los
corderos de cebo “precoz” corresponden a animales procedentes de
cruces industriales cebados hasta los 25-30 kg de peso vivo, para dar
canales de 13-15 kg con una conformación muy superior a la
obtenida con nuestras razas autóctonas. Los corderos lechales
representan alrededor del 10-15% del mercado de carne de cordero
en nuestro país, y los de cebo “ligero” y “precoz” entre un 70-75% y
5-6%, respectivamente (Sañudo et al., 1998).

La escasa duración del período de cebo determina que los


programas de alimentación de los corderos estén basados en un
concentrado único de crecimiento-cebo. Las características del
concentrado varían en función del potencial de crecimiento de las
razas explotadas, con el objetivo de conseguir canales con un estado
de engrasamiento similar (valores de 2,5 en una escala de 1 a 5,
según el Reglamento (CEE) 2137/92 de clasificación de canales
ligeras; Alfonso et al., 2001). Existen actualmente 50 razas de ovino
inscritas en el catalogo oficial, de las cuales 42 son autóctonas
(MARM, 2008), lo que da una idea de la dificultad de desarrollar
recomendaciones para la formulación de piensos adaptados a cada
raza, como los propuestos en las Normas Fedna para terneros. En su
lugar se ha optado por clasificar las razas de acuerdo con su formato
corporal al alcanzar el peso adulto y su aptitud productiva (mixta o
carne). La tabla 5 muestra la clasificación propuesta en función de
estas características.
NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo 21

Las recomendaciones para la formulación de concentrados (tabla


6) han sido desarrolladas para los distintos tipos de corderos de cebo
atendiendo a dicha clasificación, con el objetivo de conseguir canales
con un peso y estado de engrasamiento acorde al exigido por el
mercado español. Los niveles recomendados para la composición de
los concentrados se presentan en proporción a materia fresca y no
tienen en cuenta el aporte de fibra de la paja, generalmente ofrecida
ad libitum junto al concentrado. El consumo de paja se estima en
alrededor de un 10% del consumo total de materia seca de la ración,
como valor medio de datos de campo (100 g/animal y día) y de
consumos medidos en condiciones experimentales (7,6 ± 3,2%;
Askar et al., 2006, Bodas et al., 2007, Carro et al., 2006; Manso et
al., 1998; 2006; Rodríguez et al., 2007 y Mungoui et al., 2007).

La estimación de las necesidades nutricionales diarias del ganado


ovino en cebo (Anexo 3) se ha basado fundamentalmente en las
recomendaciones del sistema francés del INRA, que es el sistema
más utilizado en la formulación comercial de piensos para el ganado
ovino en nuestro país. Las recomendaciones propuestas por el INRA
para razas con un potencial moderado de crecimiento han sido
comparadas con los resultados obtenidos en ensayos de
alimentación1 con corderos de razas autóctonas españolas de carne,
así como con datos medios de crecimiento y consumos en condiciones
experimentales2 y en granjas comerciales de cebo.

Las necesidades energéticas de los corderos en los ensayos


de alimentación se han estimado calculando la energía neta ingerida,
a partir del consumo de materia seca de concentrado y de paja, y de
la concentración en EM de las materias primas que componían las
raciones según las Tablas FEDNA (2003). Del consumo total de
energía neta se ha descontado el correspondiente a las necesidades
de conservación, y esta diferencia se ha utilizado para calcular la
energía retenida en el crecimiento de los corderos. La energía neta
obtenida por kg de incremento de peso es entre un 5-15% superior a
la calculada con las ecuaciones propuestas por el INRA (1981), para

1
Askar et al., 2006; Arana et al., 2006; Bodas et al., 2007; Carro et al., 2006;
Fernández et al., 1996; 2000; González et al., 2000; Manso et al., 1998; 2006;
Mungoi et al., 2007; Rodríguez et al., 2007.
2
Alcalde et al., 2000, Alzon et al., 2000; Castel et al., 2000; Jounou et al., 2004;
López-Gallego et al., 2002; Martos Peinado et al., 2001; Medel et al., 2002;
Vergara et al., 1999.
22 NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo

razas de similar potencial de crecimiento (peso vivo adulto de 85 kg


para machos y 65 kg para hembras) y un peso vivo medio de 20 kg.
Las diferencias son mayores para machos y para velocidades de
crecimiento altas (280-340 g/d), y pueden estar relacionadas con la
mayor precocidad de nuestras razas locales para la deposición de
grasa a pesos bajos y/o con una sobrestimación del valor energético
de los alimentos para corderos jóvenes en crecimiento. Por tanto,
para el cálculo de la energía retenida por kg de incremento de peso
se ha propuesto una aproximación factorial a partir de unos
contenidos medios en proteína y grasa de las ganancias de peso para
las tres categorías de corderos de cebo establecidas en la tabla 5.
Estos valores han sido estimados a partir de los datos de composición
química (Robelin et al., 1977; INRA, 1981; Manso et al., 1998,
2006), y de composición tisular de las canales de corderos ligeros en
nuestro mercado (Fernández et al., 1996; Sánchez et al., 1998;
Sañudo et al., 1998; Vergara et al., 1999; Alzon et al., 2000; Alfonso
et al., 2001; Medel et al., 2002).

Las necesidades energéticas de los corderos en cebo se calculan


en función del tipo de animal, el sexo y el peso medio de los animales
en el periodo de cebo (Anexo 3). Las recomendaciones de
concentración energética (UFC/kg) de los piensos (tabla 5) varían con
el consumo estimado. Para pesos finales de sacrificio de 20-25 kg y
dietas concentradas constituidas esencialmente por cereales, el
consumo se encuentra regulado metabólicamente para mantener
constante el aporte de energía, de forma similar a lo que ocurre en
monogástricos. Por tanto, entre límites razonables (0,98–1,05
UFC/kg), la concentración energética óptima del pienso estará
determinada por el coste relativo de los ingredientes y el objetivo
buscado en índices de conversión. Para razas pesadas, pesos finales
de sacrificio más elevados (28-30 kg) o cebos solo de hembras,
conviene limitar la concentración energética máxima del pienso
(1,01-1,03 UFC/kg) para evitar un engrasamiento excesivo de las
canales.

Los piensos para corderos incluyen niveles altos de almidón (35-


45%) y bajos de fibra (10-15% FND), basados en ingredientes de
fácil fermentación (cereales, principalmente cebada, y soja) que
permiten una renovación rápida del contenido ruminal y el consumo
de niveles altos de energía. Niveles de FND superiores al 15% o la
NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo 23

incorporación de niveles altos (> 10%) de subproductos ricos en fibra


digestible (pulpas de remolacha o cítricos, cascarilla de soja,
salvado,..) pueden limitar el consumo, reducir la velocidad de
crecimiento y empeorar el índice de conversión (Hogue y Habar,
1991; Rodríguez y Lázaro, 1997; Bodas et al., 2007).

El consumo de dietas con altos niveles de almidón fácilmente


fermentables en rumen reduce el pH ruminal, ocasionado acidosis y
ruminitis que, aunque nada deseable en el caso de corderas de recría,
tiene menos importancia en el engorde de corderos a pesos bajos por
la corta duración del periodo de cebo (Guada, 2001). En caso de
problemas o para reducir riesgos, puede ser conveniente la
sustitución de parte de la cebada (mínimo del 20% de MS; Hadda y
Nasr, 2006) o de otros cereales de rápida velocidad de fermentación
(trigo, centeno, avena) por maíz o sorgo de menor fermentabilidad.
Esta estrategia permite reducir la proporción de almidón que es
degradada en el rumen, mejorando su utilización al disminuir las
pérdidas de metano y calor durante la fermentación. Para amortiguar
la caída del pH ruminal con dietas muy fermentables también se suele
recurrir a la incorporación de tampones, como el bicarbonato sódico,
generalmente a niveles del 0,5-1% (hasta un 2%; Bodas et al.,
2003; 2007). Otra alternativa interesante puede ser utilizar cereales
enteros sin procesar (González et al., 2000, Rodríguez et al., 2003;
Askar et al., 2006; Rodríguez et al., 2007), ya que el pequeño
tamaño del orificio retículo-omasal en corderos impide su salida del
rumen sin haber sido triturados. La utilización de cereales enteros
provoca una mayor masticación, incrementando la producción de
saliva, además de ralentizar la fermentación del almidón en el rumen
al encontrarse protegido por el pericarpio del grano.

Para razas con un potencial de crecimiento muy elevado se han


descrito problemas de consistencia de la grasa subcutánea con el
suministro de raciones a base de cereales fácilmente fermentescibles
(Mendizabal y Purroy, 2005). Este problema parece estar asociado a
que el exceso de ácido propiónico producido en el rumen puede
superar la capacidad metabólica del hígado, y originar ácidos grasos
ramificados que disminuyen la firmeza de la grasa de la canal
(Orskov et al., 1974; Guada, 2001).
24 NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo

En nuestros sistemas de cebo de corderos con bajos pesos de


sacrificio (28-30 kg PV), la utilización de grasas en dietas de alta
concentración energética (1,02-1,05 UFC/kg) puede tener interés ya
que permite aumentar la densidad energética de la ración
manteniendo el almidón a niveles moderados (35-40%). Niveles de
grasa añadida inferiores al 5% (aceites vegetales o jabones cálcicos),
aumentando la concentración del resto de nutrientes para aportar las
cantidades recomendadas, no afectan a los parámetros de
crecimiento, índices de conversión, rendimiento, conformación,
morfología y engrasamiento de las canales (Arana et al., 2000, 2006;
Manso et al. 2006, 2007). No obstante, los corderos tienden a
acumular más tejido adiposo en los depósitos abdominales internos
(omental y pelvicorrenal), probablemente debido a una hipertrofia de
los adipocitos (Arana et al., 2006).

Las necesidades proteicas se han expresado en unidades de


proteína digestible en el intestino (PDI), equivalente a proteína
metabolizale (MP) y se calculan en función del peso vivo y la ganancia
media diaria (Anexo 3). El contenido proteico de los piensos debería
disminuir a medida que aumenta la edad de los corderos, ya que la
relación proteína/energía de la ganancia de peso disminuye conforme
avanza el estado de madurez. De igual forma, debería ser inferior en
piensos para hembras ya que el aumento de peso tiene un menor
contenido en proteína que el de los machos (INRA, 1981, 1989). Pero
en nuestros sistemas donde los corderos se sacrifican a pesos bajos y
se utiliza un único pienso de cebo, se trabaja generalmente con un
nivel intermedio en proteína (15-18%), que depende del potencial de
crecimiento de las razas y la densidad energética de las dietas
utilizadas.

Las necesidades de macrominerales se expresan en


porcentaje de la materia fresca del concentrado. Los niveles
recomendados para la formulación se presentan en la Tabla 7 y
tienen en cuenta el aporte de estos minerales por los ingredientes
habituales en piensos para el cebo de corderos, por lo que en la
práctica incluyen un margen relativamente amplio de variación. Para
nuestras condiciones de cebo (Tabla 5), las necesidades mínimas de
los corderos oscilan entre 5–7 g/d de Ca y 2,5-3,5 g/d de P (Meschy,
2007; INRA, 2007; NRC, 2007). Estos valores corresponden a aportes
óptimos para minimizar la excreción, en especial de P, y son
NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo 25

suficientes para no limitar el crecimiento y permitir una


mineralización “normal” del esqueleto en corderos sacrificados a
pesos bajos.

La riqueza en P de los concentrados ricos en cereales es elevada


y, por tanto, no suele ser necesaria la complementación de los
concentrados con fosfatos. Al contrario, el aporte de fósforo con estas
dietas puede ser excesivo y producir una orina alcalina que favorece
la precipitación de fosfatos (sobre todo, fosfato de magnesio) y la
formación de cálculos urinarios (urolitiasis). Este problema es
relativamente frecuente en corderos de cebo (especialmente en
machos) y para su prevención es recomendable valorar distintas
estrategias: i) vigilar el equilibrio fosfocálcico de las dietas
manteniendo una relación Ca:P de 2-2,5:1; ii) limitar el contenido en
magnesio del concentrado a un 0,25% para evitar la precipitación de
fosfatos y, si esto no es posible, incluir sales aniónicas
(preferentemente, cloruro amónico a dosis del 0,5-1% MS de la
ración), o iii) estimular el consumo de agua mediante la incorporación
de un nivel relativamente alto de sodio (1,5-2% de sal) para
incrementar la producción de orina y favorecer la dilución de los
cálculos. Cualquiera de estas estrategias supone aumentar el
contenido en minerales del pienso y pueden tener efectos negativos
sobre su palatabilidad.

Las recomendaciones de microminerales y vitaminas para


raciones de corderos de cebo no se han modificado en los sistemas
actuales (INRA, 2007; NRC, 2007). Los valores que figuran en la
tabla 7 son recomendaciones de incorporación a través del corrector,
sin considerar los aportes de los ingredientes. Especial mención
merece el exceso de cobre en dietas de corderos de cebo por el
estrecho margen entre necesidades y dosis tóxicas de este
micromineral para ganado ovino. Dado que el contenido en cobre de
los ingredientes de los concentrados puede permitir alcanzar
fácilmente concentraciones de 10-15 mg de Cu/kg de MS, puede ser
aconsejable evitar la suplementación con cobre en el corrector, y
nunca superar niveles de 15 mg de Cu/kg de MS en el pienso. Para
evitar el riesgo de intoxicación, los correctores suelen incorporar
concentraciones altas de azufre y molibdeno (por kg de MS de ración
0,30-0,40 % de S y hasta 3 ppm de Mo; Meschy, 2007) que actúan
como antagonistas de la absorción del cobre. Las recomendaciones
26 NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo

de oligoelementos y vitaminas contemplan las necesidades mínimas e


incluyen un margen de seguridad, pero no consideran los posibles
beneficios de aportes superiores, por ejemplo de vitamina E, sobre la
calidad de la carne y la estabilidad de la grasa. En este sentido,
aportes adicionales de vitamina E (600 mg de acetato de alfa-
tocoferol/kg) reducen la susceptibilidad a la oxidación y mejoran la
estabilidad del color rojo de la carne (López-Bote et al., 2001).
En la tabla 6 se presentan también recomendaciones para la
formulación de piensos de iniciación para corderos de cebo, cuyo
objetivo es iniciar al cordero en el consumo de alimentos sólidos
antes del destete y permitir una transición gradual hacia el cebo
posterior. Con este objetivo, los piensos de iniciación suelen estar
disponibles desde las primeras semanas de vida del cordero (1-2
semanas de edad) y es aconsejable que el consumo alcance los 200-
250 g/d en el momento del destete. En piensos de iniciación para
corderos es fundamental el nivel (30-35%) y el tipo de almidón, así
como la lactosa, siempre que su precio lo permita, ya que al ser un
disacárido simple se digiere fácilmente en el rumen y contribuye a la
rápida formación de las papilas ruminales. El contenido en lactosa no
debería ser demasiado alto (<10-15%) ni tampoco ser considerado
un nutriente indispensable, ya que la capacidad de digerir lactosa en
el intestino delgado disminuye rápidamente con la edad del cordero.
En la práctica, y en función de la edad de destete, se recomienda
utilizar mezclas de cereales cocidos y crudos (como estímulo de la
producción enzimática endógena en fases posteriores). No existen
datos suficientes que permitan aconsejar un tipo de procesado
determinado (cocido-laminado (copos), micronizado, expansión o
extrusión), siendo el coste y la disponibilidad los factores más
importantes a considerar en la formulación.
El nivel de proteína en los piensos de iniciación se sitúa en
alrededor de un 18-20% y el tipo de fuente no parece ser demasiado
importante. No obstante, dado que la capacidad de síntesis de
proteína microbiana está desarrollándose, en la práctica se
recomiendan niveles de proteína no degradable altos, superiores al
35% de la proteína total (Bacha et al., 2005). Los aportes de
minerales y vitaminas deben ser similares a los recomendados para
las etapas de crecimiento y cebo (Tabla 7).
NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo 27

Tabla 5. Características productivas de los grupos raciales


para los cuales se establecen recomendaciones.

CEBO LIGERO CEBO PRECOZ

Peso canal (kg) 8,5 - 11,5 11 - 14 13 - 15

cruce industrial
autóctonas x
Razas autóctonas autóctonas
sementales razas
extranjeras
Aptitud mixta carne/mixta1 carne
Formato pequeño medio/grande1 grande
Peso adulto (kg)
Machos 65 85 115
Hembras 45 60 85

Peso destete (kg) 12 - 15 14 - 16 16 - 18

Peso sacrificio (kg)


Machos 20 - 24 24 - 28 30 - 35
Hembras 18 - 22 21 - 25 25 - 30
Crecimiento (g/d)
Machos 250 - 290 280 - 350 360 - 420
Hembras 220 - 250 230 - 270 290 - 340

Consumo (g/d) 750 - 800 850 - 900 950 - 1050

1
Manchega y razas del tronco entrefino de formato grande.
28 NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo

Tabla 6. Ingestión de pienso y recomendaciones de


concentración energética y proteica en el pienso para corderos
según grupos raciales. (Los valores corresponden a la composición
del concentrado, para raciones con un consumo estimado del 10% de
paja).

Antes
Periodo Crecimiento-Cebo
destete

PIENSOS Iniciación Cebo lígero Cebo precoz

Razas - Autóctonas Cruces Ind.

Peso inicial, kg 4 15 16 16

Peso final, kg 14 - 16 24 26 30

GMD, g/d 200 - 250 240 280 380

Consumo, g/d - 780 880 990

UFC/kg MF mínimo 1,03 1,01 0,99 1,02

PB (%) 19 - 21 15,5 - 17 16 – 18 18 - 20

PDI (%) mínimo 13,5 10,5 11,0 12,5

FND (%) máximo 15 15 - 20

CNF (%) máximo 55 55

Lactosa (%) mínimo 5 -

Almidón (%) máximo 40 45

EE (%) máximo 6 6,5


NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo 29

Tabla 7. Recomendaciones de minerales y vitaminas para


piensos de corderos de cebo1.

Concentración
( en materia fresca)
MINERALES
Calcio, % 0,70 – 1,25
Fósforo, % mínimo 0,35
Potasio, % 0,40 – 0,90
Sodio, % 0,25 – 1,00
Magnesio, % 0,10 – 0,25
Azufre, % 0,14 – 0,30
Cobalto, mg/kg 0,11 - 0,30
Cobre, mg/kg máximo 0 - 10
Iodo, mg/kg 0,20 – 0,80
Molibdeno, mg/kg 0,15 – 2,00
Manganeso, mg/kg 50 - 80
Selenio, mg/kg 0,10 – 0,20
Zinc, mg/kg 50 - 80

VITAMINAS
Vitamina A, UI/kg 5.000 – 10.000
Vitamina D, UI/kg 1.000
Vitamina E, UI/kg 40

1
Las recomendaciones de microminerales y vitaminas son
para cantidades totales añadidas con el corrector.
30 NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo
NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo 31

ANEXOS
32 NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo
NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo 33

ANEXO 1.- CÁLCULO DE LAS NECESIDADES DIARIAS


DE TERNEROS

LISTA DE ABREVIATURAS

¾ GMD = Ganancia Media Diaria (kg/d).


¾ GMDC = Ganancia Media Diaria Corregida tras una noche en
ayunas (comida y bebida) =0,96 x GMD
¾ GMDVC = Ganancia Media Diaria Vacía Corregida, sin contenido
digestivo y corregida tras una noche en ayunas (comida y bebida)
= 0,956 x GMDC
¾ EM = Energía Metabolizable total (mantenimiento y crecimiento).
¾ EMm = Energía Metabolizable para mantenimiento.
¾ EMc = Energía Metabolizable para crecimiento.
¾ ENc = Energía Neta para crecimiento o energía retenida.
¾ ENm = Energía Neta para mantenimiento.
¾ kc = eficiencia de transformación de energía metabolizable a
energía neta de crecimiento.
¾ km = eficiencia de transformación de energía metabolizable a
energía neta de mantenimiento.
¾ MP= proteína metabolizable.
¾ NP= proteína neta.
¾ PRE = Peso vivo de Referencia para un determinado nivel de
engrasamiento:
o Hembras independientemente de las razas: 416 kg
o Machos de raza Frisones: 400 kg
o Machos cruzados, y de razas Montbeliard, Pardo Alpina,
Charolais, Limousine y Asturianos: 384 kg
o Machos de raza Fleckvieh: 416 kg
¾ PV = Peso Vivo (kg)
¾ PVC = Peso Vivo Corregido tras una noche de ayunas (comida y
bebida) = 0,96 x PV
34 NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo

¾ PVCEQ = Peso Vivo Corregido Equivalente, en el NRC 1984


equivale a un macho castrado de tamaño medio, y es un valor de
referencia = (PVC x PRE/PVFC).
¾ PVFC = Peso Vivo Final Esperado para alcanzar el nivel de
engrasamiento deseado.
o En caso de animales que consumen elevadas cantidades
de concentrado se restan 35 kg, como es nuestro caso,
por lo tanto el PVF correspondería:
PVFC = (Peso sacrificio (kg) x 0,96) – 35 kg
¾ PVV = Peso Vivo Vacío, es decir sin contenido digestivo= 0,891x PVC
¾ PVVEQ = Peso Vivo Vacío Equivalente, en el NRC 1984 equivale a
un macho castrado de tamaño medio sin contenido digestivo, y es
un valor de referencia = (PVC x PRE/PVFC) x 0,891
NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo 35

Cálculo de las necesidades diarias de energía

Necesidades de mantenimiento:
Las necesidades de energía metabolizable para el mantenimiento
se calculan en base a las necesidades de energía neta de
mantenimiento y la eficiencia de transformación de energía
metabolizable a energía neta de mantenimiento. Se han escogido las
ecuaciones propuestas por el NRC 2001 por ajustarse estas mejor a
nuestro sistema de cebo.

Referencia: NRC 2000


ENm = 0,08 Mcal/kg PV0,75

km = 69,4%

EMm =ENm/km

Necesidades de crecimiento:
Las necesidades de energía neta para el crecimiento se basan en
la energía retenida debido al crecimiento. Se han adaptado las
ecuaciones propuestas por el NRC (1996) a nuestro sistema de cebo.
Para su cálculo es necesario conocer el PVVEQ y la GMDVC.

Referencia: NRC 1996, con modificaciones


ENc=energía retenida (Mcal/kg)

ENc= 0,0635 x PVVEQ0,75 x GMDVC1,097

Las necesidades energéticas de energía metabolizable se


calculan aplicando la eficiencia de transformación de energía
metabolizable a energía neta de crecimiento. Se propone utilizar la
eficiencia que propone el NRC (2000) por ajustarse mejor a nuestro
sistema productivo.
36 NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo

Referencia: NRC 2000


kc= 46,4%

EMc = ENc/kc

Las necesidades de energía metabolizable totales resultan de la


suma de las necesidades de energía metabolizable para el
mantenimiento y el crecimiento.

EM (Mcal/d) = EMm +EMc

Las necesidades totales de EM (Mcal/d) deben dividirse por la


ingestión de concentrado (kg de MF) para determinar la
concentración energética en Mcal/kg MF o UFC/kg MF.

Transformación EM a UFC

UFC/kg MF = 0,4515 EM (Mcal/kg) – 0,2811

UFC ajustadas-consideraciones prácticas


¾ Para animales de < 300 kg de PV se aconseja aumentar en un
10-15% las necesidades energéticas.
¾ Para animales de > 300 kg de PV se aconseja disminuir en un
10-15% la densidad energética y no superar las 1,05 UFC/kg
de MF.

Transformación de nuevo de UFC a EM


Tras aplicar estos factores de corrección es necesario volver
aplicar la fórmula para obtener la EM total.

EM (Mcal/kg) = (UFC/kg MF – 0,2811) / 0,4515


NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo 37

Cálculo de las necesidades proteicas diarias

Necesidades proteicas de mantenimiento


El NRC (1996, 2000) estima las necesidades proteicas de
mantenimiento (MPmantenimiento) en base al peso vivo corregido (PVC)
de los animales:

0,75
MPmantenimiento (g/d) = 3,8 x PVC

Necesidades proteicas de crecimiento


Las necesidades proteicas de crecimiento (NRC, 2000) se
calculan en base a las necesidades de proteína neta para el
crecimiento (NPcrecimiento) y a la eficiencia de transformación de la
proteína metabolizable en proteína neta:

MPcrecimiento (g/d) = NPcrecimiento / Eficiencia

La proteína neta para el crecimiento se calcula, a su vez, a


partir de la ganancia media diaria corregida (GMDC) y la energía
retenida (E retenida), mediante la ecuación:

NPcrecimiento (g/d) = GMDC x [268 – [29,4 x (ENc/GMDC)]]

0,75 1,097
ENc (Mcal/d) = 0,0635 x PVVEQ x GMDVC

Finalmente, la eficiencia necesaria para calcular la proteína


metabolizable para el crecimiento (MPcrecimiento) se determina en
función de valor de PVCEQ.
38 NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo

Si PVCEQ es  300 kg

MPcrecimiento (g/d) = NPcrecimiento / [0,834 – (PVCEQ x 0,00114)]

Si PVCEQ es > 300 kg

MPcrecimiento (g/d) = NPcrecimiento / 0,492

Necesidades de proteína metabolizable total


Se calculan sumando las necesidades proteicas de
mantenimiento con las de crecimiento para cada nivel de ganancia
media diaria.

MP (g/d) = MPmantenimiento + MPcrecimiento

Las necesidades totales de MP (g/d) deben dividirse por la


ingestión de concentrado (kg/d) para determinar la concentración en
proteína metabolizable del pienso en g/kg.

Necesidades de proteína bruta en el concentrado


Para transformar la concentración de proteína metabolizable
(MP) a proteína bruta (PB) se aplica una constante de 0,6 para pesos
inferiores a 250 kg, y de 0,65 para pesos superiores a 250 kg.

Si PV es  250 kg

PB (g/kg) = MP (g/kg) / 0,60

Si PV es > 250 kg

PB (g/kg) = MP (g/kg) / 0,65


NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo 39

ANEXO 2.- EJEMPLO DE CÁLCULO DE NECESIDADES


ENERGÉTICAS Y PROTEICAS DE TERNEROS

Siempre se necesitará conocer la raza (ver grupos raciales en


Tabla 1), el sexo, PV final (PV de sacrificio), GMD y los consumos de
cada fase (datos propios o ver Tabla 1).

En el siguiente ejemplo se calcularán las necesidades para un


macho de raza Frisona a 3 pesos vivos (200, 300, y 400 kg) y 3 GMD
(1,4; 1,5 y 1,6)

Información necesaria antes de empezar:


PV, kg 200 300 400
GMD, kg/d 1,4 1,5 1,6
Consumo, kg MF/d 5,50 7,00 8,00
PV final, kg 480 480 480
PRE, kg 400 400 400

1. Necesidades energéticas.

1.1. Mantenimiento

PV, kg 200 300 400


ENm, Mcal/d 4,2 5,8 7,1
EMm, Mcal/d 6,1 8,3 10,3

1.2. Crecimiento

Para calcular la energía neta de crecimiento, es decir, la energía


retenida, el primer paso es calcular el PVVEQ y la GMDVC.
40 NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo

PV, kg 200 300 400


GMD, kg/d 1,4 1,5 1,6
PVC, kg 192 288 384
PVFC, kg 425,8 425,8 425,8
PRE, kg 400 400 400
PVVEQ, kg 160,7 241,1 321,1

GMD, kg/d 1,4 1,5 1,6


GMDVC, kg/d 1,3 1,4 1,5

ENc, Mcal/d 3,8 5,5 7,3


EMc, Mcal/d 8,1 11,9 15,8

1.3. Totales

La energía metabolizable total se obtiene de la suma de la


energía metabolizable para el mantenimiento y para el crecimiento;
para conocer la concentración energética se divide entre los datos de
consumo.

Finalmente las Mcal de EM totales por kg de MF se transformarán


a UFC (por kg MF) y a estas UFC resultantes se les aplicará los
factores de corrección;
x Para animales de < 300 kg de PV se aconseja aumentar
en un 10-15% las necesidades energéticas.
x Para animales de > 300 kg de PV se aconseja disminuir
en un 10-15% la densidad energética y no superar las
1.05 UFC/kg de MF, pues puede haber problemas
digestivos.
Finalmente, si se desea trabajar con EM se debe recalcular su
valor a partir del valor de UFC corregido.
NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo 41

PV, kg 200 300 400


GMD, kg/d 1,4 1,5 1,6
EMm, Mcal/d 6,1 8,3 10,3
EMc, Mcal/d 8,1 11,9 15,8
EM, Mcal/d 14,2 20,2 26,1
Consumo, kg MF/d 5,50 7,00 8,00
EM, Mcal/kg MF 2,59 2,89 3,27
UFC, por kg MF 0,89 1,02 1,19
Factor de corrección Aumentar un Disminuir un
10%= x 1,1 - 10%= x 0,9
UFC, por kg MF 1,07 limitado
0,97 1,02
corregidas a 1,05
EM, Mcal/kg MF
2,78 2,88 3,00
corregida

2. Necesidades proteicas

2.1 Mantenimiento

PV, kg 200 300 400


GMD, kg/d 1,4 1,5 1,6
MPmantenimiento, g/d 196 266 330

2.2 Crecimiento

PV, kg 200 300 400


PVC, kg 192 288 384

PVFC, kg 425,8 425,8 425,8


PRE, kg 400 400 400
42 NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo

PVCEQ, kg 180,4 270,6 360,4


PVVEQ, kg 160,7 241,1 321,1

GMD, kg/d 1,4 1,5 1,6


GMDC, kg/d 1,34 1,44 1,54
GMDVC, kg/d 1,3 1,4 1,5

ENc, Mcal/d 3,8 5,5 7,3

MPcrecimiento, g/d 397 426 398

2.3 Totales

Se calculan sumando las necesidades proteicas de mantenimiento


con las de crecimiento.

PV, kg 200 300 400


MP, g/d 593 692 728
Consumo, kg MF/d 5,50 7,00 8,00
MP (PDI), g/kg MF 107 98,8 91
PB, % 17,8 15,2 14,0
NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo 43

ANEXO 1.- CÁLCULO DE LAS NECESIDADES DIARIAS


DE CORDEROS

Cálculo de las necesidades diarias de energía

Necesidades de mantenimiento:
ENm (Kcal/d) = 74 kcal /kg PV0,75 y día
(INRA, 1981)
PV: peso vivo en kg

EMm = 96 - 103 Kcal EM/kg PV0,75 y día (ARC, 1980; INRA, 1981,
AFRC, 1993; Cannas et al., 2004; NRC, 2007)
Para dietas concentradas: Km = 67 – 76% (Vermorel y Bickel, 1980;
Degen y Young, 1982; INRA, 1981)

Peso vivo, kg 19 21 23
ENm, Kcal/d 673 726 777

Necesidades para crecimiento:

ENc (Kcal/d) = 9,5 kcal EN/g G y día + 5,7 kcal EN/g P y día

G: grasa retenida, g/d = GMD x % grasa /100


P: proteína retenida, g/d= GMD x % proteína /100
GMD: ganancia media diaria en g

Para estimar la concentración de grasa y proteína en la ganancia


de peso se utilzan los siguientes valores adaptados de Robelin et al
(1977), INRA (1981, 1989), Manso et al. (1998, 2006) para corderos
machos entre 15 y 30 kg PV.

Peso adulto (kg) Machos 65 - 85 85 115


% de la GMD Proteína (%) Grasa (%)
Peso vivo (kg)
20 15,0 27,0 23,0 18,0
25 15,0 32,2 27,8 22,2
44 NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo

Los valores propuestos de contenidos en grasa y proteína de la


ganancia de peso se han establecido asumiendo que no hay
diferencias entre animales del mismo sexo a la misma edad fisiológica
(peso del animal/peso adulto).

Machos
Peso adulto, kg 65-85 85 115
Peso medio, kg 19 21 23
GMD (g/d) 240 280 380
P (% proteína) 15 15 15
G (% grasa) 26 24 20,5
ENc, Kcal/d 798 878 1065

Para hembras se ha supuesto que el aumento de peso tiene un


10% más de lípidos que el de machos (INRA, 1981).

Necesidades totales:

EN (UFC/d) = (ENm + ENc)/1820

Ejemplo de cálculo:

Machos
Peso adulto, kg 65-85 85 115
Peso inicial, kg 14 16 16
Peso final, kg 24 26 30
Peso medio, g 19 21 23
ENm, Kcal/d 673 726 777
ENc, Kcal/d 798 878 1065
EN total, Kcal/d 1471 1604 1842
UFC/d 0,81 0,88 1,01
Consumo pienso, g/d 800 880 990
UFC/kg 1,01 1,00 1,02
NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo 45

Cálculo de las necesidades proteicas diarias

Necesidades proteicas de mantenimiento


PDI mantenimiento = 2,15 g/kg PV0,75 y día
(INRA, 1981)
Donde:
PV: peso vivo en kg

Las necesidades de mantenimiento propuestas por el INRA


(1981) incluyen los gastos nitrogenados mínimos (pérdidas de N
endógeno urinario y de N metabólico fecal). Estimaciones similares se
obtienen con las ecuaciones propuestas por Cannas et al. (2004) y
adoptadas por el NRC (2007):

PDI endógeno en orina (g/d) = 3,375 +0,147 PV (kg)


PDI endógeno fecal (g/d) = 15,2 x kg MS ingerida

Peso vivo, kg 19 21 23
PDI mantenimiento (g/d) 20 21 23

Necesidades proteicas para crecimiento de lana


Se ha estimado un peso del vellón de 350 - 400 g a 90 días de
edad para nuestras razas locales. Se han adoptado los valores de
composición de la lana propuestos por el INRA (1981): 85% de
materia seca y 12,5% de nitrógeno.

Producción lana (g/d) = 4,17 g/d


N fijado en la lana (g/d) = (4,17 x 0,85 x 0,12) x 6,25 = 0,42 g/d

Para una eficacia de retención de PDI en la lana de 0,58 (0,55 –


0,60; INRA, 1981; NRC, 2007):

PDI lana (g/d) = (0,42 x 6,25)/0,58 = 4,5 g PDI/d


46 NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo

Necesidades proteicas de crecimiento

Las necesidades proteicas de crecimiento se calculan en base a


las necesidades de proteína neta para el crecimiento (%PB en la
ganancia de peso) y una eficiencia de transformación de proteína
metabolizable (PDI) en proteína neta del 55% (INRA, 1981).

PDI crecimiento (g/d) = (GMD x % proteína /100) / 0,55

GMD = ganancia media diaria, g

Machos
Peso adulto, kg 65-85 85 115
Peso medio, kg 19 21 23
GMD (g/d) 240 280 380
% proteína 15 15 15
PDI crecimiento, g/d 65 76 104

Necesidades totales:

PDI (g/d) = PDI mantenimiento + PDI lana + PDI crecimiento

Para transformar la concentración de PDI a proteína bruta (PB)


se utiliza la ecuación propuesta por Sahlu et al. (2004), también
adoptada por el NRC (2007):

PB (%) = PDI (%)/((64+(0,16 x PB Indegradable (%))/100)


NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo 47

Ejemplo de cálculo:

Machos
Peso adulto, kg 65-85 85 115
Peso inicial, kg 14 16 16
Peso final, kg 24 26 30
Peso medio, g 19 21 23
PDI mantenimiento, g/d 19,6 21,1 22,6
PDI lana, g/d 4,5 4,5 4,5
PDI crecimiento, g/d 65,5 76,4 103,6
PDI total, g/d 85,0 97,5 126,2
Consumo pienso, g/d 800 880 990
PDI (%) 10,6 11,1 12,7
PB (%) 15,6 16,3 18,7
para PB indegradable= 25%
48 NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo

Referencias

Agricultural and Food Research Council. 1993. Energy and protein


requirements of ruminants. CAB International, Wallingford, UK.
Alcalde, M.J., J.M. Valenzuela, J.E. González-Zamora, J.J. Alvarez, E.
Espinosa de los Monteros. 2000. Actas XXV Jornadas de la
SEOC. Comunicación 3.
Alfonso, M., C. Sañudo, P. Berge, A.V. Fisher, C. Stamataris, G.
Thorkelsson, E. Piasentier. 2001. Influential factors in lamb
meat quality. Acceptability of specific designations. En:
Production systems and product quality in sheep and goats.
Rubino R., Morand-Fehr P. (ed). CIHEAM-IAMZ. pp: 19-28.
Allen, M. S. 2000. Effects of diet on short-term regulation of feed
intake by lactating dairy cattle. J. Dairy Sci. 83:1958– 1624.
Alzon, M., A. Arana, C. Santamaría, J.A. Mendizabal, J.A. Erburu, P.
Eguinoa, A. Purroy. 2000. Parámetros de crecimiento y
características de la canal de corderos de raza navarra
producidos en pasto o cebader. Actas XXV Jornadas de la SEOC.
Comunicación 8.
Arana, A., A. Purroy, M.J. Beriain, J.A. Mendizabal, M. Alzón, G.
Indurain. 1999. Utilización de jabones cálcicos de ácidos grasos
de aceite de oliva en el pienso para cebo de corderos:
parámetros de crecimiento y características de la canal. Actas
XXIV Jornadas de la SEOC. Comunicación 14.
Arana, A., J.A. Mendizabal, M. Alzón, P. Eguinoa, M.J. Beriain, A.
Purroy. 2006. Effect of feeding lambs oleic acid calcium soaps
on growth adipose tissue development and composition. Small
Rum. Res. 63, 75-83.
Askar, A.R., J.A. Guada, J.M. González, A. de Vega, C. Castrillo.
2006. Diet selection by growing lambs offered whole barley and
a protein supplement, free choice: effects on performance and
digestión. Livest. Sci. 101, 81-93.
Bach, A., S. Calsamiglia, M.D. Stern. 2005. Nitrogen metabolism in
the rumen. J. Dairy Sci. 8:E9-21.
Bacha, F., N. Llanes, E. Bueno 2005. Alimentación de terneros en
ausencia de promotores de crecimiento de tipo antibiotico:
control de timpanismo y acidosis. En: XXI Curso de
Especialización FEDNA. Eds.: P.Gª. Rebollar, C. de Blas y G.G.
Mateos. Madrid, España. pp: 133-158.
NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo 49

Bartle, S. J., R. L. Preston. 1992. Roughage level and limited


maximum intake regimens for feedlot steers. J. Anim. Sci.
70:3293-3303.
Benson, J.A., C. K. Reynolds. 2001. Effects of abomasal infusion of
long-chain fatty acids on splanchnic metabolism of pancreatic
and gut hormones in lactating dairy cows. J. Dairy Sci. 84:1488–
500.
Bevans, D. W., K. A. Beauchemin, K. S. Schwartzkopf-Genswein, J. J.
McKinnon, and T. A. McAllister. 2005. Effect of rapid or gradual
grain adaptation on subacute acidosis and feed intake by
feedlot cattle. J. Anim. Sci. 83:1116-1132.
Bodas, R., F.J. Giráldez, S. López, A.B. Rodríguez, A.R. Mantecón.
2007. Inclusion of sugar beet pulp in cereal-based diets for
fattening lambs. Small Rum. Res. 71, 250-254.
Bodas, R., Rodríguez, A.B., Lavin, P., Giraldez, F.J., Mantecón, A.R.,
López, S. 2005. XII Jornadas de Producción Animal AIDA.
Brown, M. S., C. H. Ponce, R. Pulikanti. 2006. Adaptation of beef
cattle to high-concentrate diets: Performance and ruminal
metabolism. J. Anim. Sci. 84 (E. Suppl.):E25-E33.
Calsamiglia, S. 1997. Nuevas bases para la utilización de fibra en
dietas de rumiantes. XIII Curso FEDNA, Madrid, Noviembre 1997.
pp 3-19.
Calsamiglia y Ferret, 2002. Fisiología ruminal relacionada con la
patología digestiva: acidosis y meteorismos. XVIII Curso FEDNA.
Calsamiglia, S., P. W. Cardozo, A. Ferret, A. Bach. 2008. Changes on
rumen microbial fermentation are due to a combined effect of
type of diet and pH. J. Anim. Sci. 86:702-711.
Carro, M.D., M.J. Ranilla, F.J. Giráldez, A.R. Mantecón. 2006. Effects of
malate on diet digestibility, microbial protein synthesis, plasma
metabolites, and performance of growing lambs fed a high-
concentrate diet. J. Anim. Sci. 84, 405-410.
Casals, R., S. Calsamiglia. 2002. Nutrición vitamínica óptima en
ganado vacuno de carne. pp. 169-182. Editorial Pulso Ediciones
(Barcelona). ISBN 84-86671-67-1.
Castel, J.M., M.J. Alcalde, C. Martín, A. Rodríguez, M. Delgado. 2000.
Estudio de la función de producción en corderos merinos y
cruzados, en explotación y cebadero. Actas XXV Jornadas de la
SEOC. Comunicación 2.
50 NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo

Degen, A.A., B.A. Young, 1982. Intake energy, energy retention and
heta production in lambs from birth to 24 weeks of age. J. Anim.
Sci. 54, 353-362.
Delaquis, A. M., Block, E. (1995). Dietary cation-anion difference, acid-
base status, mineral metabolism, renal function, and milk
production of lactating cows. Journal of Dairy Science, 78(10),
2259-2284.
Devant, M. 2008. Acidosis ruminal y timpanismo en terneros de cebo
¿Qué sabemos realmente? Congreso de Anembe en Salamanca
Devant, M., A. Anglada, A. Bach. 2007. Effect of plant extract
supplementation on rumen fermentation and metabolism in
young Holstein bulls consuming high levels of concentrate.
Anim. Feed Sci. Technol. 137: 46-57.
Devant, M., A. Ferret, J. Gasa, S. Calsamiglia, R. Casals. 2000.
Effects of protein concentration and protein degradability on
performance, ruminal fermentation and nitrogen metabolism in
crossbred heifers fed concentrate and barley straw from 100 to
230 kg body weight. J. Anim. Sci. 78: 1667-1676.
Devant, M., A. Ferret, S. Calsamiglia, R. Casals, J. Gasa. 2001. Effect
of nitrogen source in high-concentrate diets on microbial
fermentation studied in vivo and in vitro. J. Anim. Sci. 79:
1944-1953.
Faleiro, A.G., A Ferret, X. Manteca, J.L. Ruíz de la Torre, S.
Calsamiglia. 2007. Beet pulp as non-forage fiber source in a
total concentrate diet fed growing heifers. J.Anim. Sci. 85,
Suppl.1:553.
Faleiro, A.G., L. A. González, A Ferret, X. Manteca, J.L. Ruíz de la
Torre, S. Calsamiglia. 2008. Effect on performance and animal
welfare of an-concentrate diet fed to heifers. J.Anim. Sci. 86, E-
Suppl.2:595.
Fernández, C., L. Gallego, A. López-Sáez. 1996. Estudio del
crecimiento, engrasamiento y área del músculo Longissimus
dorsi en tres razas de corderos. Actas XXI Jornadas de la SEOC,
611-617.
Fernández, C., L. Gallego, C.J. López-Bote. 1998. Effect of betaine on
fat content in growing lambs. Anim. Feed Sci. and Technol. 73,
329-338.
Fernández, C., A. López-Saez, L. Gallego, J.M. de la Fuente. 2000.
Effect of source of betaine on growth performance and carcass
traits in lambs. Anim. Feed Sci. Technol. 86, 71-82.
NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo 51

Fox, D. G., L. O. Tedeschi. 2002. Application of physically effective


fiber in diets for feedlot cattle. Pages 67-81 in Proc. Plains
nutrition conference, San Antonio, TX.
González, J.M., Janacua, H., Guada, J.A., Castrillo, C., Ferrer, L.M.
2000. Cebo de corderos con cebada en grano y nuclo proteico.
XXV Jornadas Científicas de la SEOC 1, 283-286.
González, L., A. Ferret, X. Manteca, S. Calsamiglia. 2008a. Increasing
sodium bicarbonate level in high-concentrate diets for heifers. I.
Effects on intake, water consumption and ruminal fermentation.
Animal 2:705-712.
González, L., A. Ferret, X. Manteca, J. L. de la Torre, S. Calsamiglia,
M. Devant, A. Bach. 2008b. Effect of the number of concentrate
feeding spaces per pen on performance, behavior and welfare
indicators of Friesian calves during the first month of arrival at
the feedlot. J. Anim. Sci.86: 419-431.
González, L. A., A. Ferret, X. Manteca, J. L. Ruiz de la Torre, S.
Calsamiglia, M. Devant, A. Bach. 2008c. Performance, behavior,
and welfare of Friesian heifers housed in pens with 2, 4 and 8
individuals per concentrate feeding place. J. Anim. Sci. 86:
1446-1458.
Guada, J.A. 2001. El cebo intensivo de corderos. En: Alimentación del
ganado ovino. Ovis nº 76, 57-68.
Haddad, S.G., R.E. Nasr. 2007. Partial replacement of barley grain for
corn grain: Associative effects on lambs’ growth performance.
Small Rum. Res. 72, 92-95.
Hogue, D.E., M.A. Jabbar. 1991. Intake and fermentation rates of
diets in growing lambs. Proceedingss Cornell Nutrition
Conference for Feed Manufacturers. ppp: 83-84.
Institut National de la Recherche Agronomique. 1981. Alimentación
de los rumiantes. INRA, Paris, France.
Institut National de la Recherche Agronomique. 1988. Alimentation
des bovins, ovins et caprins. INRA, Paris, France.
Institut National de la Recherche Agronomique. 2007. Alimentation
des bovins, ovins et caprins. Besoin des animaux, valeurs des
aliments: Table Inra 2007. Quae Editions. Versailles, France.
Jounou, R., E. Molina, D. Villaba, J.L. Boleda. 2004. Crecimiento en
corderos de raza Lacaune cárnica: adpatación a las condiciones
de productividad de la zona de Lleida. XIX Jornadas de la SEOC.
López- Gallego, F., P.L. Rodríguez, M. Espejo, M.R. Pascual, M. López,
M.A. Chaso, C. Morillo. 2002. Efectos de diferentes pautas de
52 NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo

alimentación en el cebo de corderos merinos. Repercusión sobre


el crecimiento. XXVII Jornadas de la SEOC.
López-Bote, C.J., A. Daza, M. Soares, E. Berges. 2001. Dose-
response effect of dietary vitamin E concentration on meat
quality characteristics in light-weight lambs. Animal Sci. 73,
451-457.
López-Gallego, F., P.L. Rodríguez, M.A. Chaso, M.R. Pascual, J.
Alvarez. 2005. Descriptores básicos de la aplicación de la norma
IGP-Corderex: 1 Cebo de corderos sin paja: avances de
resultados. XXX Jornadas de la SEOC.
Mach, N., A. Bach, C. E. Realini, M. Font i Furnols, A. Velarde, and M.
Devant. 2008. Burdizzo pre-pubertal castration effects on
performance, behaviour, carcass characteristics, and meat
quality of Holstein bulls fed high-concentrate diets. Meat Sci. In
press.
Mach, N., M. Devant, I. Diaz, M. Font-Furnols, M. A. Oliver, J. A.
Garcia, A. Bach. 2006. Increasing the amount of omega-3 fatty
acid of meat from young Holstein bulls through nutrition. J.
Anim. Sci. 84: 3039-3048.
Manso, T., A.R. Mantecón, F.J. Giráldez, P. Lavín, T. Castro. 1998.
Animal performance and chemical body copmposition of lambs
fed with different protein supplements. Small Rum. Res. 29,
185-191.
Manso, T., T. Castro, A.R. Mantecón, V. Jimeno. 2006. Effects of palm
oil and calcium soapas of palm oil fatty acids in fattening diets
on digestibility, performance and chemical body composition of
lambs. Anim. Feed. Sci. Technol. 127, 175-186.
Medel, I., J.L. Olleta, F. Guillen, I. Garitano, C. Sañudo, I. Sierra.
2002. Características productivas y de composición tisular de
dos razas ovinas y sus ecotipos dentro de la I.G.P. Ternasco de
Aragón. XXVII Jornadas de la SEOC.
Mendizabal, J.A., A.Purroy. 2005. Alimentación de corderos. Mundo
Ganadero 179, 54-59.
Meschy, F. 2007. Alimentation minérale et vitaminique des
ruminants: actualisation des connaissances. Inra Prod. Anim.
20, 119-128.
Mungói, M., R. Casals, C. Flores, G. Caja. 2007. Utilización de malato
en raciones a base de trigo o una mezcla de mandioca y cebada
en el cebo intensivo de corderos (1): rendimiento productivo.
XII Jornadas de Producción Animal AIDA.
NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo 53

Mungói, M., R. Casals, C. Flores, G. Caja. 2007. Efecto de dosis


crecientes de malato sobre el comportamiento productivo y
fermentación encorderos alimentados con dietas altas en
concentrados. XII Jornadas de Producción Animal AIDA.
National Research Council. 1984. Nutrient requirements of beef
cattle. 7th rev. edition. Washington, D. C., National Academy
Press, USA.
National Research Council. 1996. Nutrient requirements of beef
cattle. Washington, D. C., National Academy Press, USA.
National Research Council. 2000. Nutrient requirements of beef
cattle. Update 2000. Washington, D. C., National Academy
Press, USA.
National Research Council. 2001. Nutrient requirements of dairy
cattle. 7th revised edition. Washington, D. C., National Academy
Press, USA.
National Research Council. 2007. Nutrient requirements of small
ruminants: sheep, goats, cervids and world camelids.
Washington, D. C., National Academy Press, USA.
Nunnery, G. A., J. T. Vasconcelos, C. H. Parsons, G. B. Salyer, P. J.
Defoor, F. R. Valdez, M. L. Galyean. 2007. Effects of source of
supplemental zinc on performance and humoral immunity in beef.
J. Anim. Sci. 2007.85:2304-2313.
Owens, F. N., D. S. Secrist, W. J. Hill, D. R. Gill. 1998. Acidosis in
cattle: A review. J. Anim. Sci. 76:275-286.
Robelin, J., M. Theriez, M. Arnal, M. Ferrara. 1977. Evolution de la
composition chimique de jeunes agneaux mâles jusqu’à l´âge
de 16 semaines. Ann. Zootech. 26, 69-81.
Rodríguez, A.B., R. Landa, F.J. Giraldez, P. Frutos, A.R. Mantecón.
2003. Estrategias de alimentación basadas en la libre elección
de alimentos en el cebo de corderos de raza Assaf. ITEA Tomo
II 24, 591-593.
Rodríguez, A.B., R. Bodas, B. Fernández, O. López-Campos, A.R.
Mantecón, F.J. Giráldez. 2007. Feed intake and performance of
growing lambs raised on concentrate-based diets under cafetería
feeding systems. Animal 1, 459-466.
Rodríguez, C. y R. Lázaro. 1997. Study on the substitution of soybean
hulls for barley grain in diets for fattening lambs. Assay ASA-3-
97.
Rotger, A., A. Ferret, S. Calsamiglia, X. Manteca. In situ degradability
of seven plant protein supplements in heifers fed high concentrate
54 NORMAS FEDNA: Rumiantes Cebo

diets with different forage to concentrate ratio. Anim. Food Sci.


and Tech. 125:73-87.
Sahlu, T., A.L. Goetsch, J. Luo, I.V. Nsahalai, J.E. Moore, M.L. Galyean,
F.N. Owens, C.L. Ferrel, Z.B. Johnson. 2004. Energy and protein
requirements of goats: developed equations, other considerations
and future research to improve them. Small Rum Res. 53, 191-
220.
Sánchez, A., M. Alfonso, C. Sañudo, J.J. Pardos, R. Delfa, I. Sierra, A.
Fisher. 1998. XXIII Jornadas de la SEOC, 133-137.
Sañudo, C., A. Sánchez., M. Alfonso. 1998. Small ruminant production
systems and factors affecting lamb meat quality. Meat Sci. 49,
S29-64.
Sniffen, C. J., J. D. O'Connor, P. J. Van Soest, D. G. Fox, J. B. Russell.
1992. A net carbohydrate and protein system for evaluating cattle
diets: II. Carbohydrate and protein availability. J. Anim. Sci. 1992
70: 3562-3577.
Vergara, H., C. Fernández, L. Gallego. 1999. Efecto del genotipo
(manchego, merino, ile de france x merino) sobre la calidad de la
canal de corderos. Invest. Agr. Prod. Anim. 14, 1-14.
Vermorel, M. y H. Bickel. 1980. Utilisation of feed energy by growing
ruminants. Ann. Zootech. 29, 127-143.

También podría gustarte