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    PLANEACIÓN DE DESAROLLO
 
SEMANA 2
 

 
 
 

 
 
 
 

 
 
 

 
 

Necesidades Psicológicas Orgánicas

 
 

 
 

 
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Cuando las personas están en ambientes que apoyan y nutren sus necesidades
psicológicas, entonces se manifiestan emociones positivas y un desarrollo
saludable.

Necesidades Psicológicas: Las personas y los animales son inherentemente


activos. Cuando una actividad involucra nuestras necesidades, sentimos interés;
cuando satisface nuestras necesidades, sentimos placer. Aunque en apariencia
desempeñamos actividades por interés y placer (porque el juego es divertido), la
causa subyacente es la inclusión (un origen de interés) y la satisfacción (un origen
de placer) de la necesidad psicológica.

Las necesidades psicológicas representan una adición importante a nuestro


análisis de la conducta motivada. Las necesidades fisiológicas alertan a la persona
(vía pulsión psicológica) sobre la existencia e intensidad de las emergencias
biológicas. Esta especie de conducta motivada es esencialmente reactiva
(reaccionar y subsanar). Las necesidades psicológicas tienen una naturaleza
cualitativamente diferente, la energía generada por estas necesidades es
proactiva. Las necesidades psicológicas orgánicas surgen y se expresan como
motivación para promover:

1. Un comportamiento activo con el ambiente.


2. Un desarrollo de habilidades.
3. Un desarrollo saludable.

Estructura de la necesidad: Existen muchos tipos de necesidades, los cuales se


organizan dentro de una estructura de necesidad. Las necesidades fisiológicas
son inherentes al funcionamiento de los sistemas biológicos, las necesidades
psicológicas son inherentes a los empeños de la naturaleza humana y el
desarrollo saludable. Las necesidades sociales adquiridas se interiorizan o se
aprenden a partir de las experiencias de la vida, de nuestras historias de
socialización.

La distinción entre necesidades psicológicas es más sutil. Las necesidades


psicológicas orgánicas existen dentro de la naturaleza humana y son innatas en

 
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todos, son por ejemplo la autodeterminación, la competencia y el gregarismo. Las


necesidades sociales adquiridas surgen de nuestras experiencias personales
únicas y por lo tanto varían en forma considerable de una persona a otra, algunas
son logro, afiliación, intimidad y poder.

Enfoque orgánico de la motivación: Las teorías orgánicas deben sus nombres


al término organismo, entidad que está viva y efectúa un intercambio activo con su
ambiente. La supervivencia de cualquier organismo depende del ambiente que le
proporciona recursos como comida, agua, apoyo social y estimulación intelectual.

Todos los organismos están listos para iniciar e intervenir en intercambios con su
ambiente, ya que todos poseen las habilidades y la motivación para ejercitar y
desarrollar tales habilidades. Las teorías orgánicas de la motivación dan por hecho
que los ambientes cambian de manera constante y que los organismos necesitan
flexibilidad para ajustarse y adaptarse a dichos cambios. Los organismos
necesitan recursos ambientales para crecer y actualizar sus potencialidades
latentes.

Para adaptarse, los organismos deben aprender a sustituir una respuesta


previamente exitosa, ahora caduca, por una nueva (pues el ambiente ha
cambiado); los organismos deben crecer y desarrollarse de modo que emerjan
nuevas habilidades, nuevos intereses y nuevas formas de ajuste.

Lo opuesto a un enfoque orgánico es un enfoque mecanicista, en las cuales se


considera que el ambiente actúa sobre la persona y esta reacciona de una forma
predecible. Por ejemplo, calor, sudoración, pérdida de agua, sed. Según este
modelo la persona y el ambiente se vinculan mediante una relación unidireccional,
en donde el ambiente actúa y la persona reacciona.

Las teorías orgánicas rechazan tal visión unidireccional y en su lugar subrayan la


dialéctica persona-ambiente. El ambiente obra sobre la persona y esta actúa sobre
el ambiente, ambos cambian de manera constante. Estas teorías hacen énfasis en
la motivación intrínseca de la persona (el organismo) para buscar y efectuar
cambios en el ambiente, así como en la capacidad de este para provocar en la

 
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persona una motivación extrínseca para ajustarse y acomodarse a sus demandas.


Las necesidades de la persona son satisfechas por el ambiente, y este, a su vez,
propicia en las personas nuevas formas de motivación.

Son dos las suposiciones que definen un método orgánico de la motivación:

1. Los seres humanos son inherentemente activos.


2. Los principios de diferenciación e integración guían el desarrollo.

Las necesidades psicológicas orgánicas representan la fuente de dicha actividad


inherente.

Diferenciación e integración describen los dos procesos de desarrollo


complementarios que subyacen en la tendencia del organismo a buscar una
trayectoria de desarrollo para llegar a ser más elaborado o complejo (crecer). La
diferenciación explica la elaboración, la tendencia del desarrollo a crecer en
formas que son cada vez más complejas; la integración comprende organización,
la tendencia de desarrollo hacia la coherencia, la totalidad o la unidad, ocurre
conforme las personas refinan su diferenciada complejidad expansiva, con lo cual
obtienen una nueva síntesis. Conforme las personas crecen en complejidad,
también tienden a organizar sus intereses y capacidades siempre crecientes con
otros aspectos del Yo.

Necesidades psicológicas orgánicas: Las necesidades psicológicas orgánicas


innatas proporcionan la motivación que apoya tal aprendizaje. Las necesidades
psicológicas orgánicas de autodeterminación, competencia y gregarismo
proporcionan a la gente una motivación natural para aprender, crecer y
desarrollarse en una forma que es saludable, así como para transformar al yo
(mediante diferenciación e integración), desde algo que comienza de un modo
simple e inmaduro hasta que se vuelve complejo y maduro.

Autodeterminación: Cuando decidimos qué hacer y cómo pasar nuestro tiempo,


deseamos flexibilidad en la elección y en la toma de decisiones. Queremos ser los
que decidamos qué hacer, cuándo hacerlo, cómo hacerlo y cuándo dejar de

 
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hacerlo. Deseamos que nuestras elecciones determinen nuestras acciones, en


lugar de que alguna otra persona o algunas restricciones ambientales nos fuercen
a seguir un curso de acción particular. Queremos que nuestra conducta esté
conectada a nuestros intereses, preferencias y deseos, en vez de estar divorciada
de ellos. Cuando anhelamos la libertad de construir metas y decidir, tenemos
necesidad de autodeterminación.

La conducta se autodetermina cuando nuestros intereses, preferencias y


creencias guían la decisión de involucrarse o no en algo. No estamos
autodeterminados cuando una fuerza exterior nos presiona para pensar, sentir o
comportarnos en formas particulares. La autodeterminación consiste en la
necesidad de experimentar elecciones en el inicio y regulación de la conducta, lo
anterior refleja el deseo de tener elecciones propias.

Tres cualidades vivenciales se unen para definir la experiencia de la


autodeterminación:

A. Sitio de causalidad percibido: SCP es la comprensión del individuo de la


fuente causal de sus acciones motivadas. Va de lo interno a lo externo.
B. Elección percibida: Experimentamos una sensación de elección cuando
nos encontramos en ambientes que nos proporcionan flexibilidad en la toma
de decisiones, es decir, nos dan muchas oportunidades.
C. Voluntad: Sentido de libertad para involucrarse en una actividad. Se centra
en cuan libre o atada se siente la gente. Es fuerte cuando la gente se
compromete en una actividad y se siente libre, más que cuando está
presionada para involucrarse.

Algunos teóricos utilizan los términos “originales” y “peones” para expresar la


distinción entre una persona cuyo comportamiento emana de un SCP interno, una
percepción de elección y una sensación de voluntad (autodeterminada), y otra
cuya conducta emana desde un SCP externo, una percepción de obligación y una
sensación de estar presionado.

 
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Inclusión y satisfacción de la necesidad para la autodeterminación: Los


ambientes, las relaciones y los contextos sociales varían en la medida que apoyan
o no la necesidad de una persona por la autodeterminación. Hay ambientes que
favorecen la autodeterminación o hay ambientes controladores, aquel provee:

1. Enfatiza el punto de vista del individuo.


2. Incita a la elección y la iniciativa.
3. Comunica razones para el control social, para reglas, límites o restricciones.
4. Emplea el estilo de comunicación abundante en retroalimentación positiva
no controladora.

Un sinónimo de la autodeterminación es la autonomía.

Un prerrequisito para apoyar la autodeterminación de otra persona consiste en


identificar las necesidades, intereses, preferencias y aspiraciones de dicha
persona. Una vez identificados se pueden encontrar formas de apoyar y nutrir
dichas necesidades y preferencias de manera que cultiven un SCP interno y un
sentido de elección y voluntad.

Los ambientes favorables de la autonomía incitan la elección y la iniciativa.


Conforme los individuos identifican los intereses, las necesidades, las preferencias
y los sentimientos de otros, están en mejor posición para crear oportunidades
significativas para dichas personas, respecto a la elección (p. ej., varios proyectos),
iniciativa (p. ej., toma de decisiones, prioridades) y autoconfianza (p. ej., más
tiempo para trabajos).

Los ambientes favorables de la autonomía comunican las razones de las


reglas, límites o restricciones. Las reglas son fundamentales en la estructura de
cualquier contexto social, lo importante es cómo se emplean en la estructura. Una
forma de comunicar reglas, límites y restricciones consiste en confiar en el control
e ignorar, en lo esencial, la necesidad de autodeterminación de la gente; otra
forma de comunicar es confiar en la información y hablar de manera directa a la
necesidad de autodeterminación de la gente.

 
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Los ambientes favorables de la autonomía se basan en el estilo de


comunicación rico en retroalimentación positiva no controladora. A veces la
gente se desempeña mal o tiene conductas inapropiadas. Los ambientes
favorables consideran los rendimientos insatisfactorios como problemas para ser
resueltos y no como blancos para la crítica, se evita el lenguaje coercitivo
presionante, como decir que “se debe”, “se tiene.” El ambiente favorable toma el
punto de vista de la otra persona y pregunta por qué el desempeño es
insatisfactorio: “he notado que tu promedio de anotaciones ha sido menor
últimamente ¿sabes a qué se debe esto?”, se apoya con recursos, entrenamiento
y razones respecto a la importancia de su tarea.

El hecho de que un ambiente, relación o contexto social apoye o frustre la


necesidad de autodeterminación de una persona tiene profundas implicaciones
para la motivación, el desarrollo y el bienestar. Las personas autodeterminadas
muestran un impresionante registro de resultados positivos. Cuando las personas
son libres y autodeterminadas, seleccionarán tareas que les permitan seguir sus
intereses, así como ejercitar y desarrollar sus habilidades.

Competencia: Las personas desean ser competentes. Desean interactuar de


manera efectiva con su entorno, este deseo de ser eficaz se extiende a todos los
aspectos de la vida de cada uno. Todos quieren desarrollar habilidades y cada uno
quiere expandir y mejorar sus capacidades, talentos y potencial. Todo el mundo
quiere avanzar y realizar progresos, y cuando los realiza siente emociones
positivas y satisfactorias.

La competencia es una necesidad psicológica que proporciona una fuente de


motivación inherente para buscar y superar desafíos óptimos, que son retos
apropiados para el desarrollo; de modo que solo algunos aspectos prueban de
manera exitosa las habilidades de una persona.

La competencia como motivación de efectividad: Muchas habilidades físicas,


sociales y académicas deben manifestarse y refinarse si la persona se va a
involucrar en el ambiente de manera efectiva. Para ser eficaz, las habilidades no

 
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solo deben emerger, sino que deben ejercitarse, ampliarse, mejorarse y pulirse. La
necesidad de competencia genera el deseo en las personas de buscar situaciones
que les permitan oportunidades para ejercitar, concentrar, mejorar y refinar
habilidades.

Cuando se ejercitan habilidades, se provocan efectos en el ambiente. Un ambiente


responsivo comunica el grado en el que las habilidades personales pueden o no
alterar el ambiente en una forma deseada (p. ej., un jardinero planta y crece o se
marchita su planta). La percepción de que una persona puede manipular y afectar
al ambiente en formas que son consistentes con las intenciones personales es la
experiencia que cultiva un sentido de pertenencia.

Una historia acumulada de experiencias competentes se añade a una creencia


personal de que uno posee o no posee las habilidades necesarias para interactuar
con éxito (de manera competente) para el ambiente. Esta sensación constituye “la
motivación de efectividad”. Mientras mayor sea la motivación de efectividad de uno,
mayor será el deseo personal de buscar y allegarse situaciones que desafíen las
habilidades existentes.

Para Robert White (1959), la motivación de efectividad energiza y dirige (motiva de


manera intrínseca) la conducta. La motivación de efectividad (necesidad de
competencia + historia personal de cambios en el ambiente) representa el
fundamento del deseo por ejercitar las habilidades y capacidades. Cuando se
usan las habilidades se producen cambios en el ambiente que pueden ser
intencionales y estratégicos o insignificantes y superficiales. Conforme se incide
en el ambiente se aprende el grado en el cual las habilidades influyen en los
entornos, de esta manera se pueden hacer ajustes para afectar al ambiente de
manera propositiva, intencional y dirigirla hacia metas. Cuando las habilidades se
llevan a cabo con éxito, la necesidad de competencia se satisface y el sentido
generalizado de la motivación de efectividad personal aumenta.

Mientras mayor sea el bagaje de motivación de efectividad, mayor será el deseo


personal de búsqueda y dominio de los desafíos óptimos.

 
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La competencia como necesidad implica que la gente, de manera intencional y


voluntaria, se esfuerza para dominar su ambiente y controlar los resultados que
obtiene. Esto motiva a las personas a poner atención y aprender las contingencias
que existen entre su comportamiento, las reacciones y respuestas del ambiente.

Inclusión de la necesidad para la competencia – Desafío óptimo: Para


determinar las condiciones que crean placer, Mihaly Csikszentmihalhi (1990)
encontró que la esencia del placer podía rastrearse hasta la “experiencia de flujo”.

El flujo es un estado de concentración que involucra una absorción holística en


una actividad. Al fluir, la acción no representa esfuerzo, y quien la ejecuta
concentra su atención en la tarea que le proporciona un desafío óptimo a sus
habilidades y capacidades actuales. El fluir es una actividad tan placentera que los
individuos con frecuencia repiten la actividad con la esperanza de experimentar el
flujo una vez más. El máximo placer con la implicación holística (el flujo) surge
cuando la gente percibe que los desafíos ofrecidos por la tarea se igualan o se
equiparan con las habilidades y competencias relacionadas con dicha tarea: el
desafío óptimo para el actual nivel de habilidad del ejecutor provoca el flujo.

Ser desafiado en exceso o no tener demasiada habilidad provoca problemas


emocionales y experiencias no óptimas, pero el peor perfil de experiencia emana
de la paridad entre desafío mínimo y habilidad escasa, en esta situación la
persona no se interesa en la tarea. El flujo es más complicado que el equilibrio
entre desafío y habilidad, pues una baja habilidad con un bajo desafío solo
propicia apatía.

La implicación práctica de la teoría del flujo es que dado el desafío óptimo


(equilibrio entre habilidades y desafíos razonablemente altos), cualquier actividad
puede ser placentera y generar concentración, absorción, disfrute y experiencia
óptima.

Para un desafío es necesaria la retroalimentación de rendimiento. Una persona no


experimenta desafío per se hasta que comienza a desarrollar y recibir
retroalimentación.

 
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El problema del desafío óptimo, en términos motivacionales, consiste en que


cuando la gente enfrenta tareas moderadamente difíciles, tiene las mismas
probabilidades de experimentar el fracaso y la frustración como de experimentar el
éxito y el placer. Un rasgo del desafío óptimo es que el éxito y el placer tienen la
misma probabilidad, por ello el temor al fracaso puede disminuir las cualidades de
la competencia que involucran la necesidad del desafío óptimo. Si el temor a la
frustración es intenso motiva comportamientos de evitación. Antes de que las
personas se comprometan el contexto social debe tolerar y valorar la frustración y
la comisión de errores, esto es esencial para optimizar la motivación. Aprendemos
más a partir del fracaso que del éxito, el fracaso produce oportunidades de
aprendizaje porque tiene aspectos constructivos cuando la gente identifica sus
causas, intenta nuevas estrategias, busca consejo e instrucción, etc.

Retroalimentación positiva: El hecho de que los individuos estén conscientes de


su rendimiento para ser competentes o incompetentes con frecuencia significa una
tarea ambigua. Para realizar tan evaluación, una persona necesita
retroalimentación, la cual proviene de:

A. La tarea misma.
B. Las comparaciones del rendimiento personal actual con los rendimientos
personales pasados.
C. Evaluaciones de otros.

La percepción de progreso constituye una importante señal de competencia, de


manera semejante que la percepción de una falta de progreso señala
incompetencia. La retroalimentación del rendimiento suministra la información que
los individuos requieren para formular una evaluación cognitiva de su nivel de
competencia percibida.

Gregarismo: Todos necesitamos sentir pertenencia. Formar y mantener


relaciones afectivas cercanas y cálidas con otros. Queremos ser comprendidos
por otros, ser aceptados y valorados. Deseamos experimentar interacciones que
lleguen a ser relaciones. Se desean relaciones y vínculos no solo con individuos,

 
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sino también con grupos, organizaciones y comunidades. Cuando un individuo se


siente ignorado o abandonado, se siente solo y alienado, esta es la necesidad de
gregarismo.

El gregarismo es la necesidad de establecer lazos y vínculos emocionales


estrechos con otras personas, lo cual refleja el deseo de estar emocionalmente
involucrado de manera interpersonal en relaciones cálidas. Tendemos hacia la
gente que percibimos como capaz de satisfacer nuestras necesidades y nos
alejamos de los que no pueden o no quieren satisfacerlas. Las personas funcionan
mejor, muestran más resistencia al estrés y manifiestan menores dificultades
psicológicas cuando sus relaciones interpersonales satisfacen su necesidad de
gregarismo.

Por la necesidad individual de gregarismo los lazos sociales se forman con


facilidad, la gente busca crear relaciones. Una vez se han establecido las
relaciones sociales las personas se resisten a romper los lazos sociales, a la
ruptura de las relaciones.

La interacción con otros es la condición primaria que implica la necesidad de


gregarismo, al menos en un nivel en el que dichas interacciones tienen lugar en un
ambiente cálido de cuidado y de preocupación mutua. El hecho de iniciar una
nueva relación al parecer implica sobre todo la necesidad de gregarismo. Las
personas buscan interacciones emocionalmente positivas y compañeros para
compartir.

La satisfacción de la necesidad de gregarismo implica la creación de un lazo social


entre el yo y otra persona (o el yo y un grupo). Para ser satisfactorio dicho lazo
social necesita estar caracterizado por las percepciones de que la otra persona:

A. Se preocupa por el bienestar del yo.


B. Le agrada el yo.

Las relaciones que satisfacen de manera profunda la necesidad de gregarismo


son las conducidas bajo el conocimiento de que el “verdadero yo” de uno se

 
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mostró y juzgó como importante para los ojos de la otra persona. Las relaciones
que no implican atención, agrado, aceptación y valoración no satisfacen la
necesidad de gregarismo. La ausencia de lazos sociales íntimos genera
emociones negativas, tristeza, depresión, celos, soledad.

Relaciones comunales o de intercambio: Todos nos involucramos por


diferentes razones. Las relaciones de intercambio son las que se establecen entre
conocidos o gente que trabaja junta. Las relaciones comunales son las que se
entablan entre personas que se preocupan por el bienestar de los otros, como en
el caso de las amistades, la familia y las relaciones románticas.

Lo que distingue las relaciones de intercambio respecto a las comunales son las
reglas implícitas que guían el hecho de dar y recibir beneficios como dinero, ayuda
y apoyo emocional. En las de intercambio no existe la obligación de los
interactuantes de preocuparse por las necesidades de bienestar de la otra persona.
Solo las relaciones comunales satisfacen la necesidad de gregarismo.

Papel del gregarismo en la interiorización: la interiorización se refiere a los


procesos mediante los cuales un individuo convierte una regulación o valor
prescrito que antes era exterior en un valor o regulación interior. La interiorización
como proceso refleja la tendencia del individuo a adoptar de manera voluntaria e
integrar en su yo los valores y regulaciones de otras personas (o sociedad).
Relacionarse con otros proporciona el contexto social en el que ocurre la
interiorización. Cuando una persona se siente vinculada de modo emocional e
involucrado de manera interpersonal con otra, el gregarismo es intenso y la
interiorización ocurre de buena gana. El gregarismo no hace que la interiorización
sea automática, tampoco garantiza que ocurra la interiorización. La interiorización
florece en las relaciones que ofrecen un abundante suministro de:

A. Satisfacción de la necesidad de gregarismo.


B. Razones plenas de información y psicológicamente satisfactorias para que
tengan sentido las prescripciones y las proscripciones.

 
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Integración de contextos sociales que incluyen y satisfacen necesidades


psicológicas orgánicas: Ciertos aspectos específicos del contexto social son
destacables por su capacidad para incluir y satisfacer las necesidades
psicológicas orgánicas. Cuando uno se involucra en actividades que ofrecen
oportunidades de elección e iniciativa, un desafío óptimo, una interacción social
frecuente, la gente por lo general experimenta inclusión de la necesidad y se
siente interesada en lo que hace. Cuando se desempeñan actividades que ofrecen
oportunidades para favorecer la autonomía, la retroalimentación positiva y las
relaciones comunales, los individuos a menudo experimentan la satisfacción de la
necesidad y sienten placer por lo que hacen.

El modelo motivacional de compromiso ilustra la contribución que los aspectos


generales del contexto social tienen en las necesidades psicológicas orgánicas.
Compromiso es un término que expresa la intensidad y la calidad emocional que la
gente muestra cuando inicia y realiza actividades. Cuando está muy comprometida,
la gente se comporta en formas que son activas y que le permiten expresar
emociones positivas.

Jim Connell y Ellen Skinner explican las condiciones bajo las que la gente muestra
un compromiso alto o bajo al vincular el origen del compromiso con las 3
necesidades psicológicas orgánicas:

1. La inclusión mejora el compromiso porque toma en cuenta y satisface la


necesidad de gregarismo.
2. La estructura mejora el compromiso porque se involucra y satisface la
necesidad de competencia.
3. El apoyo a la autonomía mejora el compromiso pues involucra y satisface la
necesidad de autodeterminación.

La inclusión se refiere a la calidad de la relación interpersonal entre dos personas,


como el caso de un maestro y su estudiante. Lo opuesto de la inclusión es el
rechazo o la negligencia.

Referencias:

 
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Blasi, A. (1976). Concept of development in personality theory. En, J. Loevinger


(ed), Ego development (pp. 29-53). San Francisco: Jossey-Bass.

Csikszentmihalhi, M. (1990). Flow: The psychology of optimal experience. New


York: Harper & Row.

Deci, E. & Ryan, R. (1991). A motivational approach to self: Integration in


personality. En R. Dienstbier (ed) Nebraska symposium on motivation:
perpectives on motivation (vol. 38, pp. 237-288). Lincoln: University of
Nebraska Press.

Gibson, E. (1988). Exploratory behaviorin the development of perceiving, acting


and the acquiring of knowledge. Annual Review of Psychology, 39, 1-41.

Ryan, R. (1995). Psychological needs and the facilitation of integrative processes.


Journal of Personality, 63, 397-427.

 
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