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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION

DECANATO DE POSTGRADO

COORDINACIÓN DE POSTGRADO

ESPECIALIZACIÓN EN DERECHO PENAL Y CRIMINOLOGÍA

UNIVERSIDAD GRAN MARISCAL DE AYACUCHO

NEUROCIENCIAS COGNITIVAS

(FRENOLOGÍA-NEUROFISIOLOGIA Y NEUROPSIQUIATRIA)

Facilitador: Autora:

Abg. Jesús Figueroa Abg. Esther Sánchez

C.I: V-16.799.634

El Tigre, Mayo 2019


Atraves del tiempo han existido diferentes teorías acerca de los aportes favorables que la
frenología, la neurofisiología y la neuropsiquiatría le han dado a la criminología;
acentuándose estos principalmente en lo que es la forma del cráneo, la cabeza y las
facciones del individuo, sin dejar de lado la conducta y los procesos que la componen, así
como también los genes hereditarios.

De las anormalidades que afectan los cromosomas sexuales, ha sido motivo de


extraordinaria polémica el caso de los varones que poseen un cromosoma (y) extra. (XYY).
Este tipo de sujetos han sido descritos como de gran talla criminal o psicópatas, con
subnormalidad mental. Se asocia más con tendencias impulsivas que agresivas.

Se ha descrito que presentan una conducta agresiva desde su más tierna infancia, con cierto
déficit en su capacidad de sentimientos y que son individuos solitarios; algunos de estos
sujetos, entre los que se incluyen un par de gemelos adolescentes, han sido caracterizados
como individuos suaves, pasivos, dóciles e incompetentes, que presentan episodios
ocasionales de conducta impulsiva desencadenada por estímulos sexuales o por figuras
autoritarias procedentes del ambiente. Se ha sugerido una posible relación de esta conducta
episódica y la posibilidad de una actividad eléctrica cerebral parecida a la de las crisis
convulsivas.

La incidencia de esta anomalía cromosómica oscila de 1:250 y 1:2000, la más verosímil es


de 1:1000. También se han encontrado adultos con esta anomalía que no presentan historia
de conducta violenta. El estudio de recién nacidos empleando técnicas de coloración
fluorescente en las células del epitelio bucal (el cromosoma brilla incluso en la interface)
debería ser capaz de procurar mejores datos sobre la incidencia de la anormalidad en el
cariotipo como acerca de sus posibles consecuencias en el curso del desarrollo, aunque los
estudios longitudinales tienen problemas tanto desde el punto de vista ético como
metodológico.

Comporta mucho más frecuentemente de lo que se había supuesto una libido débil,
subnormalidad mental y alteraciones de la personalidad inespecíficas que van desde una
personalidad inadecuada hasta la delincuencia y la conducta parecida a la esquizofrenia.

La frenología se encarga del "estudio de las formas del cráneo con el propósito de derivar
conclusiones respecto al carácter y las cualidades de las personas.

Menciona Gall, que el crimen puede ser causado por un desarrollo parcial del cerebro, no
contrarrestado; este desarrollo produce un exceso de determinados sentimientos que llevan
al mismo.
El cerebro humano es algo tan complejo y casi perfecto que desde los tiempos de Hipócrates
ha sido motivo de curiosidad. Con el avance de la ciencia y la tecnología, las neurociencias
han ido poco a poco resolviendo los enigmas del maravilloso cerebro humano intentando
explicar el porqué de la conducta humana, incluyendo fenómenos tan complejos como lo es
el delito.

Con la recurrencia a estudios como los encefalogramas, las tomografías y las resonancias
cerebrales se ha logrado observar anomalías existentes en individuos que han desarrollado
conductas delictivas y que a través de la utilización de estos recursos han logrado atacar el
problema ya sea por medio de medicamentos o de cirugías.

Existen más estudios que relacionan las disfunciones cerebrales al trastorno antisocial de la
personalidad; por lo que investigaciones que han sido objeto de debate encabezados por la
Sociedad Norteamericana de Neurociencias sugieren que existen déficits en estructuras
concretas del cerebro que incluyen áreas relacionadas con la empatía, el miedo al castigo y
la ética entre quienes manifiestan trastorno antisocial de la personalidad.

Aunado a todo esto La neuropsiquiatría viene para aportar mucho más acerca de los
trastornos mentales atribuibles a enfermedades del sistema nervioso, pues antecede a las
actuales disciplinas de psiquiatría y neurología, en la medida en que los psiquiatras y
neurólogos tenían una formación común; sin embargo, la neuropsiquiatría se ha convertido
en una subespecialidad de la psiquiatría y está estrechamente relacionada con el campo de
la neurología de la conducta, otra subespecialidad de la neurología que se ocupa de los
problemas clínicos de la cognición y del comportamiento causados por una lesión cerebral o
enfermedad del cerebro.

Según Teorías de la Escuela Positiva El delincuente nato podía caracterizarse en tres


aspectos: el físico, el fisiológico y el sicológico. El primer aspecto: el físico, el criminal nato se
caracterizaba por tener enormes mandíbulas, pómulos prominentes, orejas salientes. La
hiposensibilidad dolorífica y la agudeza visual correspondían al aspecto fisiológico. Por
último, dentro del campo psicológico se notaría en el delincuente una gran falta de
sensibilidad moral, es decir de sentimientos por la vida, de tener consigo un gran impulso de
matar, de ser imprevisto en los crímenes que realiza.

En el delincuente nato, Lombroso desarrolló una serie de divisiones en torno al criminal: el


delincuente habitual; el delincuente de ocasión; el delincuente pasional y el loco. El criminal
menos peligroso se encontraría en el delincuente por ocasión influido por las condiciones
externas que lo llevaban a cometer el delito, mientras que en los demás delincuentes
predominaba el factor endógeno o hereditario.
En la medida que aumentaran las condiciones favorables para las personas, estas se
alejarían del delito, esto fue presentado como una de las mayores contradicciones en el
pensamiento Lombrosiano debido a la explicación material y económica de evitar los delitos.
Lombroso estableció que la criminalidad se ocasionaba para los delincuentes natos por la
lesión del cerebro subcortical, en donde se presentaban las funciones vegetativas, humorales
y nerviosas llevando a que el delincuente desencadenara inclinaciones criminales. Por otro
lado, la herencia mórbida como consecuencia de la debilidad genética de los padres, se
transmitía y ocasionaba a sus descendientes una enfermedad o anomalía que llevaba
necesariamente al delito.

En esencia la teoría Lombrosiana se apoyó en el alto porcentaje de la delincuencia,


obedeciendo estos índices de criminalidad a una detención del “desarrollo embrionario que
dejaba al delincuente con caracteres propios de una condición menor a la humana en la
escala zoológica”. Con el intento de Lombroso de monopolizar la criminología para la biología
y de que la medicina recibiera amplia atención en Europa, los problemas planteados por él,
atrajeron a una gran cantidad de médicos y psiquiatras, quienes desplazaron a los jueces,
abogados y autoridades penitenciarias. Gracias a estas teorías, los médicos se “tomaron el
poder”. Empezaron a acuñar una bibliografía que permitió explicar a la criminología como
rama de la medicina, destacándose trabajos como los de Morel, Pinel, Esquirol, Gall, etc. Así,
Lombroso consolidó una aproximación histórica entre psiquiatría y derecho penal, a pesar de
que él se definía como antropólogo criminal, dando paso al soporte histórico de su teoría.

Ante el eterno debate entre sociólogos, psicólogos, biólogos entre otros especialistas del
comportamiento humano, la criminología ha optado por resolver esta cuestión bajó la
resolución de que el delincuente es producto tanto de la predisposición de sus características
psicofisiológicas, genéticas e individuales cómo de la interacción entre el entorno social, la
anomia, la cultura, la educación, entre otros.

Por tanto, decir que un determinado daño neurobiológico fue la causa definitiva de la
comisión de un delito resultaría no solo escueto sino también inconcluyente, pues el sujeto
necesita de una amplia gama de factores para consumar el delito, además de oportunidad,
móviles, etc. Es trabajo de la criminología detectar cuánta “fuerza” presenta un factor
neurológico crimino impelente como para haber sido la causa del delito, en trabajo conjunto
con las neurociencias que día a día desvelan poco a poco los secretos del sistema nervioso y
el cerebro humano.

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