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psicología
y
psicoanálisis

DIRIGIDA POR OCTAVIO CHAMIZO


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LA PRUEBA DE RORSCHACH
Un manual de aplicación
pluricultural

por
ANNE BAR DIN
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siglo veintiuno editores, s.a. de c.v.


CERRO DEL AGUA 248, DELEGACIÓN COYOACÁN, 04310, MÉXICO, D.F.

siglo xxi editores argentina, s.a.


LAVALLE 1634, 11 A, C1048AAN, BUENOS AIRES, ARGENTINA

portada de maría luisa martínez passarge

primera edición, 2001


© siglo xxi editores, s. a. de c. v.
isbn 968-23-2323-1

derechos reservados conforme a la ley


impreso y hecho en méxico / printed and made in mexico
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A la FES (Facultad de Estudios


Superiores) de Iztacala, y a los
alumnos del Seminario sobre el
Rorschach, sin cuyos entusiasmo
y apoyo este libro no habría
podido existir
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PREFACIO

Flota entre líneas del libro de Anne Bar Din su vocación por vi-
vir la experiencia de la marginalidad; ella pareciera situarse en el
margen, al margen, en las fronteras, en la exclusión, en la tierra
de nadie, en el desarraigo, en la no pertenencia, en la fragmen-
tación. Allí donde la falta de lenguaje condena al sujeto al grito
y al silencio. Lenguaje pobre cuyo origen, sin origen, emerge de
la oquedad, del vacío, de la disonancia.
Anne Bar Din, al aplicar la prueba de Rorschach –estandarizada
para miembros de las clases medias europea y estadunidense– a
comunidades indígenas del estado de Morelos y a campesinos en
la ciudad, ubicados en la colonia Santa Úrsula del Ajusco, descri-
be, hasta donde las limitaciones del lenguaje pueden dar cuenta
de ello, la experiencia de la marginalidad.
La prueba de Rorschach fue utilizada en forma novedosa en
un contexto temporoespecial de comunidades marginadas, suje-
tas a estudio y posibles influencias que pudieran modificarse, se-
gún ciertos límites establecidos por la propia prueba. La autora
trabaja las resistencias que inevitablemente surgieron entre ella
y la comunidad, para que fuese posible la relación entre ambas.
Sólo así obtuvo la información de tipo psicológico de las comu-
nidades estudiadas.
El descubrimiento de Anne Bar Din es que más allá de los re-
sultados objetivos de la prueba, enmarcados por la teoría que la
sustenta, estudia en ella misma su relación con las comunidades
a causa del proceso provocado por la identificación de las ca-
rencias de los entrevistados, con sus propias carencias. A partir de
esta relación agrega al diagnóstico un segundo objetivo reabili-
tatorio, con el propósito de incorporarlos al trabajo productivo y
las instrucciones sociales.
Esta nueva aplicación de la prueba de Rorschach a comuni-
dades indígenas marginales deja de lado la mecánica técnica es-
pecífica del test y enfatiza el respeto y la comprensión del dolor
de los entrevistados, tanto física como psíquicamente. Anne no
se queda en el psicologismo de la prueba, sino que se hace eco

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10 PREFACIO

del dolor de sus entrevistados, sin olvidar que éste está precisa-
mente tanto en ella como en aquellos a los que aplica la prueba.
Va más lejos y la prueba es sólo un medio para establecer un
contacto con “sus” indígenas, sabedora de que la indefensión y
la incompletud están siempre presente en ambos y es vía de com-
penetración con el dolor donde se establece y fortalece el víncu-
lo humano.

JOSÉ CUELI
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NOTA ACLARATORIA

El que haya logrado llevar a término este trabajo se debe a los


alumnos del Seminario sobre la Aplicación e Interpretación de la
Prueba del Rorschach que impartí durante tres semestres en
la ENEP de Iztacala. Todos mis alumnos eran posgraduados —maes-
tros o doctores— en psicología y los pacientes que atendían eran,
mayoritariamente, personas pobres y marginadas.
Mis alumnos mostraron mucha curiosidad y gran entusiasmo
en estudiar las posibles aplicaciones e interpretaciones de la prue-
ba en sus pacientes. Cuando empezaron a trabajar con la prueba,
discutimos extensamente sus trabajos en sesiones de grupo de
profesionales en psicología. Aunque tengo 25 años de experien-
cia en la aplicación de la prueba, sin duda estas discusiones en-
riquecieron mucho mi conocimiento del Rorschach. Esto com-
prueba que, al impartir clase, siempre se aprende algo nuevo.
Además, para la elaboración del presente texto utilicé como
ejemplos varios de los estudios de los mencionados psicólogos.
Por esta razón tengo una deuda de gratitud con ellos que quiero
reiterar aquí. Las personas que colaboraron conmigo son:

Psicóloga maestra Elizabeth García Santamaría


Psicóloga Irma Dalia Roche Hudtler
Psicóloga maestra María de los Ángeles Campos Hichan
Psicóloga Blanca Liliana Juárez Cárdenas
Psicólogo Abraham Pliego Aceves.

Sin sus valiosas contribuciones, tanto en el desarrollo del Se-


minario como los trabajos que muestro más adelante, el estudio
que hoy presento hubiera resultado muy pobre. No quiero pasar
por alto hacer aquí un reconocimiento a los demás integrantes
del Seminario cuyos trabajos no han sido citados en el texto; este
hecho no se debe a que carezcan de calidad, sino a que los suje-
tos con quienes trabajaron estos últimos profesionales no resul-
taban tan representativos del sector de población que se preten-
día estudiar con mayor profundidad.

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12 NOTA ACLARATORIA

Este trabajo debe mucho al Centro Coordinador y Difusor de


Estudios Latinoamericanos de la UNAM, dependencia a la que es-
toy adscrita. Vaya mi agradecimiento en principio a su director,
el doctor Ignacio Díaz Ruiz, por las facilidades que para mi tra-
bajo de investigación invariablemente me ha brindado. También
quiero dar las gracias al Departamento de Publicaciones, en par-
ticular a su responsable, la doctora Patricia Escandón, y a la téc-
nica académica Leticia Juárez Lorencilla, que hicieron milagros
para que el manuscrito original se convirtiera en material publi-
cable. Sin las autoridades y personal del CCYDEL habría sido di-
fícil, si no imposible, poner en letra impresa el texto que hoy pre-
sento.
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INTRODUCCIÓN

¿Por qué escribir a estas alturas un nuevo manual del Rors-


chach? Porque en castellano los textos disponibles son traduc-
ciones de obras extensas, escritas originalmente en alemán o en
inglés. Obras que también suelen incluir informes sobre investi-
gaciones realizadas hace tiempo para comprobar la validez de la
prueba de manchas de tinta. Ciertamente, resulta muy útil tener
acceso a dichos estudios, pero si de lo que se trata es de habili-
tar a los principiantes con una guía para el Rorschach, los textos
que hay a la mano no son precisamente lo ideal; por el contrario,
intimidan a sus potenciales usuarios y casi invariablemente pro-
vocan en ellos una reacción del tipo: “¡Qué barbaridad... no me
alcanza el tiempo para estudiar todo eso!”, con el resultado
—harto predecible— de que nadie intenta estudiar nada que ten-
ga que ver con esta prueba, por lo demás sumamente valiosa.
Mi intención al escribir este manual va orientada por dos pro-
pósitos, el primero de los cuales es, justamente, despojar al Rors-
chach de esa carga de intimidación y aburrimiento. Tomaré
como hipótesis de trabajo —aunque sin respaldarla en mi propio
texto— que la validez del Rorschach se ha comprobado a través
de los millones de veces que se ha aplicado y de los múltiples y
valiosos estudios que se han hecho sobre él, pero que aquí no vie-
ne al caso citar. El estudiante que arda en deseos de comprobar
la validez de su trabajo con el Rorschach puede recurrir a la con-
sulta de Exner, Klopfer o Bohm, ya en sus versiones originales,
ya en alguna buena traducción española.
Lo que me propongo en este trabajo, en suma, es explicar, de
una manera sencilla y clara, la forma en que se debe administrar
la prueba y la manera idónea de anotar las respuestas, a fin de
garantizar una interpretación válida y útil.
El segundo propósito que me mueve a escribir este texto es
verlo fuera de su contexto natural, es decir, del contexto de la cla-
se media europea. Se trata de apreciar qué resultados arroja la
prueba al sacarla de su ámbito “normal” de aplicación: una po-
blación educada y “verbal”, para la que se diseñaron y estudia-

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14 LA PRUEBA DE RORSCHACH

ron las normas. Al aplicar dicha prueba a poblaciones más po-


bres, menos escolarizadas y menos “verbales”, las normas euro-
peas se vienen abajo. Esto no significa que el Rorschach no sir-
va para estudiar a las poblaciones mencionadas en segundo
término, sino más bien que la aplicación de la prueba a pobla-
ciones distintas, en condiciones distintas, dara un perfil del su-
jeto, perfil que resulta igualmente válido que el que se obtiene de
las sociedades “escolarizadas y verbales”. Y esto es algo cuya im-
portancia hay que tener muy en cuenta, dado que nosotros, los
psicólogos, no siempre tendremos ocasión de estudiar poblacio-
nes de origen europeo y de clase media. Y si nuestros sujetos de
estudio han de ser personas de sociedades heterogéneas, resulta
vital analizar las variaciones pertinentes en la manera de aplicar
la prueba, los cambios que habrá que introducir y los aspectos
que habrá que respetar al anotar las respuestas, así como los fac-
tores primordiales que habrá que considerar al elaborar una in-
terpretación de los protocolos obtenidos.
El presente manual incluye al final una sección de generaliza-
ciones y también una de investigaciones. No obstante, cabe se-
ñalar que este último apartado abarca un periodo menor de 50
años, dado que el estudio del Rorschach, en poblaciones poco
“verbales” y no habituadas a los conceptos del psicoanálisis, no
data de tanto tiempo atrás. Obviamente, la aplicación de la prue-
ba sigue teniendo sus fundamentos en el psicoanálisis. Por ejem-
plo, para la clase media europea, o para las poblaciones de cul-
tura occidental, tiene sentido hablar del concepto “complejo de
Edipo”. Bien o mal, en esos medios casi todos conocen lo que
implica la mencionada expresión que, en realidad, para la cultu-
ra europea, resulta una “frase hecha”. No es tal el caso con las
poblaciones pobres y poco “verbales” que hemos visto y estudia-
do al elaborar este manual. Si queremos explicar a unos sujetos
indígenas, hablantes de quechua, en qué consiste el complejo de
Edipo, no cabe duda de que lo entenderían e incluso, tal vez, que
retendrían el concepto, pero lo más probable es que les resulta-
se algo muy novedoso o de plano inédito, porque no forma par-
te de su bagaje cultural. Se trata, por lo tanto, de trascender las
barreras culturales y sociales para el estudio futuro de nuestros
sujetos, independientemente de que pertenezcan a poblaciones
de lengua castellana, inglesa o alemana. Finalmente, la clase me-
dia es una especie en vías de extinción y debemos prepararnos
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LA PRUEBA DE RORSCHACH 15

para satisfacer las necesidades de una enorme y creciente mayo-


ría que necesita atención psicológica, cosa que se logrará me-
diante un cambio de reglas y no afirmando: “esto no sirve para
ellos”.
A lo largo de este libro veremos cómo se deben alterar y co-
rregir las normas establecidas para otro tipo de población.
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BREVE HISTORIA DEL RORSCHACH

Sólo unos cuantos psicólogos y psicoanalistas se enteraron de la


existencia de la prueba de las manchas de tinta cuando Hermann
Rorschach, un psicoanalista suizo, publicó una monografía lla-
mada Psychodiagnostik, en septiembre de 1921. En ese momen-
to la monografía despertó interés, pero únicamente entre el grupo
de amigos y colegas de Rorschach, quien probablemente se ha-
bría mostrado muy sorprendido si hubiera podido enterarse de
todas las controversias que, andando el tiempo, habría de susci-
tar su prueba de manchas.
Rorschach no veía su obra como una prueba psicoanalítica.
Para él se trataba de un informe de investigación en el área de
percepción, que —esperaba— derivaría finalmente en una he-
rramienta avanzada para el diagnóstico diferencial de varios ti-
pos de esquizofrenia.
La idea de utilizar manchas de tinta como estímulo no partió
originalmente de Rorschach. Ya Binet y Henri (1895, 1896) ha-
bían intentado emplearlas en un temprano esfuerzo por elaborar
una prueba de inteligencia. Ambos pensaban que las manchas
estimulaban la imaginación; no obstante, más tarde abandona-
ron el proyecto.
Habrá que recordar que la vida intelectual de los psicólogos
de aquella época giraba en torno a los nuevos descubrimientos de
Freud, en especial al concepto del inconsciente. En ese tiempo
existía también un juego muy popular, denominado “Blotto”,
que utilizaba manchas de tinta. El juego y sus implicaciones fas-
cinaban a Rorschach y a un colega suyo llamado Gehring. Los
dos “jugaban” con las manchas de tinta para ver si lograban cal-
mar a sus estudiantes luego de una clase difícil.
En último término, todos estos factores se conjugaron en la
decisión de Rorschach de llevar a cabo una nueva investigación
sobre percepción. Para tal efecto se sirvió de 45 láminas distin-
tas, de las que utilizó con mayor frecuencia unas 15 en particu-
lar. Cuando quiso imprimir su nueva monografía, los editores le
pidieron —por razones económicas— que redujera el número de

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láminas a seis. Rorschach se rehusó y se quedó sin publicar el


trabajo. Como vemos, los problemas editoriales que padecemos
actualmente vienen de mucho tiempo atrás.
Por fin, una pequeña empresa editorial de Berna aceptó hacer
la edición, pero con ciertas condiciones: se imprimirían sólo 10
de las 15 láminas. Sería interesante saber dónde fueron a parar
las cinco suprimidas, pero, como haya sido, la obra salió a la luz
pública con sus 10 láminas. Sin embargo, al reproducir las man-
chas de tinta, ocurrió un fenómeno muy interesante: las manchas
originales, negras sobre papel blanco, resultaron matizadas en
gris —por efecto de diferencias en el nivel de saturación de la tin-
ta—, claroscuros que ofrecían posibilidades de anotaciones y ob-
servaciones nuevas. Esto le encantó a Rorschach, quien decidió
reanudar sus investigaciones utilizando las nuevas láminas mul-
timatizadas. El nuevo trabajo publicado recibió el título de Una
prueba de interpretación de forma; en él, Rorschach hacía espe-
cial hincapié en la necesidad de profundizar aún más en la in-
vestigación de los resultados obtenidos con las láminas antes de
conferirles validez científica. Desgraciadamente, Rorschach sólo
pudo continuar con dichos estudios un año más. Murió el 1 de
abril de 1922, a los 37 años de edad.
Los psicólogos y psiquiatras de esa época concedieron poca
atención al trabajo de Rorschach, pero en 1932, Hans Binder
añadió nuevas anotaciones. Binder se dio cuenta del enorme po-
tencial contenido en lo que los sujetos veían en las manchas, y él
fue el primero en considerar a las láminas de manchas, de tinta
como una prueba proyectiva. Pero sería necesaria la labor de Sa-
muel Beck para que la prueba de Rorschach —en una forma no
prevista por él— se diera a conocer al mundo. Para 1934, Beck
ya había publicado nueve artículos sobre el tema. Poco después,
también Bruno Klopfer se sumó a las investigaciones relativas al
Rorschach y, finalmente, la prueba del suizo se hizo famosa en
Estados Unidos, al reconocerse sus méritos para el estudio de la
organización de la personalidad. La controversia que el método
de Rorschach suscitó hasta los años 50 habrá que atribuirla, tal
vez, precisamente al hecho de que la prueba se empezó a ver de
manera distinta. Entre 1936 y 1957 surgieron cinco “Sistemas
de Rorschach” en Estados Unidos. Básicamente se trataba de
una lucha entre el “Sistema de Beck” y el “Sistema de Klopfer”.
Sin embargo, el método de Rorschach siguió prosperando, hasta
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18 LA PRUEBA DE RORSCHACH

convertirse prácticamente en sinónimo de psicología clínica,


toda vez que la prueba se utilizaba en buena medida para la ela-
boración de un psicodiagnóstico. Su base ya era la teoría psico-
analítica de Freud, y no se podía descartar una prueba proyecti-
va que aportaba un fundamento empírico a una teoría tan
importante; es decir, que ambas se convalidaban. Además, el
Rorschach ofrecía información descriptiva sobre las caracterís-
ticas psicológicas del sujeto estudiado.1

1 La información para esta nota histórica se tomó de The Rorschach. A com-

prehensive System, Nueva York, Wiley & Sons, 1986.


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ADMINISTRACIÓN

De aquí en adelante daré por sentado que el lector dispone de


buenas dosis de intuición, empatía y simpatía. Como considero
que el hipotético lector es un estudioso de la psicología, forzosa-
mente contará con estas virtudes en un grado mayor que, diga-
mos, alguien decidido a estudiar computación o contaduría. Es
muy difícil enseñar a administrar una prueba psicológica, por-
que la psicología, más que una ciencia, es un arte. Pero, como ya
he indicado, cuento con que el lector tenga dotes naturales para
ese arte, dotes que facilitarán su aprendizaje.
Quisiera referirme aquí a algunas experiencias personales re-
cogidas en el proceso de enseñanza de aplicación del Rorschach.
Siempre comienzo por pedir un voluntario —de entre mi grupo
de alumnos— que se preste como sujeto, a fin de aplicar la prue-
ba por vez primera y con propósitos didácticos. Invariablemen-
te, el voluntario resulta ser una persona que demanda ayuda. Un
caso extremo —y bastante traumático— se me presentó en una
universidad de Inglaterra, cuando impartía esta clase. La volun-
taria fue una joven de unos 25 años, cuyas respuestas mostraron
de inmediato una situación de depresión profunda y un alar-
mante deseo de autodestrucción. Sus respuestas llegaron a sus-
citar en mí verdadera preocupación, tanta que recurrí a la admi-
nistración escolar para hacer indagaciones sobre la chica en
cuestión. Ahí me enteré de que era integrante de la Fuerza Aérea
de Estados Unidos, por lo tanto, tenía acceso a las armas de fue-
go. Por este motivo comuniqué a las autoridades mis inquietu-
des sobre el peligro que corría la muchacha. Las respuestas que re-
cibí de ellas fueron cortas y un poco desdeñosas; el caso es que
la administración escolar no me tomó en serio. Pedí el teléfono
de la estudiante, con la idea de ir a buscarla y llevármela a casa.
Desafortunadamente, su número telefónico era confidencial y no
puede obtenerlo; en cualquier parte del mundo, el ejército cons-
tituye una burocracia impenetrable. Frente a tantos obstáculos,
empecé a racionalizar (también los psicoanalistas con buen ins-

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20 LA PRUEBA DE RORSCHACH

tinto racionalizan) y manejé los 100 kilómetros de vuelta a casa,


tratando de pensar en otra cosa; quizá en ese día algo me había
alterado especialmente, el conocer a esta persona u otra cosa; tal
vez había amanecido pesimista.
Cuando me presenté a la siguiente clase, no vi a la chica. Pre-
gunté por ella. “Pero, doctora, ¿no lo sabe? La semana pasada
Raquel se pegó un tiro después de la clase. La enterramos hace
cuatro días.” A veinte años del suceso, aún no logro perdonarme
el no haber insistido más, el no haber sido más obstinada. Des-
de luego, no soy tan ingenua para suponer que, si la hubiera lle-
vado a casa, la muchacha no se habría pegado un tiro cualquier
otro día, pero por lo menos en ese momento se hubiera podido
iniciar un diálogo, hubiera podido remitirla a una terapia que tal
vez, hubiera logrado salvarla... Ruego a mis futuros lectores que,
si alguna vez experimentan o suponen que un sujeto corre un pe-
ligro de esta magnitud, no se dejen disuadir ni desalentar. Ser
psicólogos nos obliga a ser muy responsables...
Volvamos a terrenos más comunes y corrientes: los métodos
tradicionales de aplicación del Rorschach recomiendan a quien
lo administra la utilización de un cronómetro, esto para medir
con exactitud el tiempo transcurrido entre la presentación de
una lámina y la primera respuesta del sujeto. El presente manual
aconseja NO emplear dicho cronómetro, porque hacer tanto én-
fasis en el paso del tiempo puede traducirse en mayor tensión y
nerviosismo por parte del sujeto. La gente más humilde, la que
verbaliza menos, puede sentirse muy presionada por la presen-
cia del cronómetro. Un vistazo al reloj es suficiente. Además,
forzosamente y a consecuencia de la falta de adiestramiento ver-
bal, el tiempo de respuesta de estos sujetos será más lento. Sólo
se recomienda tomar nota de los periodos muy largos o muy rá-
pidos que se observen en un sujeto dado. Naturalmente, se debe
consignar la duración total de la sesión. Se recomienda mucha
paciencia al administrar la prueba a personas que no pertenez-
can a esa famosa clase media europea; hay sujetos que tardan
hasta dos minutos para formular su primera respuesta. Reitero
que es preciso darles tiempo, no presionarlos. Los sujetos expe-
rimentan gran tensión ante la misma situación de la prueba. Si
se les da el tiempo necesario para que den su primera respuesta
a la primera lámina, se están facilitando las que darán a las si-
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guientes. Los factores paciencia y tolerancia son indispensables


si se desea obtener un protocolo válido, y esta afirmación es apli-
cable tanto a sujetos adultos como a sujetos infantiles. Algunos
estudiantes me han preguntado si la aplicación del Rorschach
tiene variantes en los casos de adultos y en los de niños. No hay
variación alguna; acaso, solamente sea necesario recurrir a un
poco más de paciencia y empatía para no intimidar a los niños.
Habrá diferencias de interpretación en las respuestas, pero la ad-
ministración en unos y otros es exactamente igual.
En términos prácticos, resulta preferible sentarse al lado del
sujeto que frente a él. También es mejor NO decirle al sujeto que
puede dar vueltas a la lámina para verla mejor; lo hará de todos
modos (y aunque no es algo que hagan todos los sujetos, muchos
intentan ver la lámina al revés, de lado, etc.). Esto es legítimo;
únicamente se debe registrar en el machote diseñado para la
anotación de las respuestas (indicando con una pequeña flecha
o un triángulo apuntando en la dirección correspondiente. Véase
(tabla 4) en qué posición estaba la lámina cuando el sujeto “vio”,
por ejemplo, una iglesia. Si el administrador indica al sujeto:
“Puedes voltear la lámina como quieras”, corre el peligro de que
éste interprete: “DEBES voltear la lámina como quieras”, y proceda
a tratar de descubrir algo al derecho, al revés, del lado derecho,
del lado izquierdo, etc. Si uno advierte que tal es el propósito del
sujeto, es conveniente indicarle: “No es necesario ver cosas de
todos lados”, a fin de abreviar su martirio. Como las láminas ca-
recen de sentidos obvios, hay sujetos que se torturan a sí mismos
tratando de ver algo nuevo en cada distinta posición de la lámi-
na. Se trata sólo de una prueba, no de un examen de percepción
perfecta, y es lícito recordárselos.
Una vez terminada esta primera administración, se deben
mostrar de nuevo al sujeto todas las láminas, a fin de que él o ella
confirmen el lugar exacto donde han visto lo descrito en su res-
puesta original. Generalmente, los sujetos se prestan a esta ex-
periencia con curiosidad. No es necesario explicar cómo se hi-
cieron las láminas, porque eso revela al sujeto que ambos lados
son iguales, y es preferible que sea él mismo quien mencione el
hecho de la simetría —si es que la advierte— por su cuenta. Tam-
bién es preciso aclararle que no hay respuestas “correctas” o “in-
correctas” para las láminas, pues en sí éstas no representan nada
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en particular; cada quien ve en ellas algo distinto, por lo tanto no


es posible “reprobar” por no tener alguna respuesta obligatoria.
Es importante dejar esto bien en claro, a fin de evitar que el
sujeto experimente ansiedad por el fracaso. No se puede “fraca-
sar” en el Rorschach.
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ANOTACIÓN

Este rubro merece un apartado especial. En el aspecto técnico,


la anotación es el punto estructural de la prueba: no se puede
elaborar una interpretación válida sobre el sujeto si la anotación
no se hizo de una manera obsesivamente correcta. Muchos de
los que administran el Rorschach se han encontrado con que no
pueden proceder a la interpretación porque su anotación de
respuestas fue incorrecta o incompleta.
Hay sujetos que dan respuestas tan largas y elaboradas que el
administrador acaba por sentirse con ellos como una secretaria
tomando dictado y piensa en la necesidad de desarrollar un sis-
tema taquigráfico que le permita tomar puntos y comas. Por su-
puesto, no es necesario llegar a tales extremos y, además, tam-
poco son tantos los sujetos que pecan por exceso de
comunicación verbal. Sin embargo, si llega a darse esta situa-
ción, basta con decirle al sujeto: “¡Momento!, ¡momento!, quiero
apuntar bien todo lo que me dice.” Porque ésa es la parte im-
portante: anotarlo todo, desde los: “¡Dios mío, está dificilísima!”,
hasta los “Perdón, pero aquí no veo nada, nada, nada”. Cada
palabra, exclamación, interjección, etc., tiene su sentido y se eva-
luará posteriormente, en el momento de elaborar la interpreta-
ción.
Hay una parte de la anotación que tiene, si cabe, aún más im-
portancia: la ENCUESTA. Al administrar el Rorschach, se muestran
al sujeto todas las láminas una primera vez, como se dijo con an-
terioridad, y, posteriormente, se le enseñan de nuevo, a fin de
precisar sus respuestas, tanto desde el punto de vista de su loca-
ción como desde el de su contenido. Esta segunda muestra de las
láminas es extremadamente importante, porque, incluso, puede
provocar respuestas adicionales por parte del sujeto. Todas las
respuestas nuevas se deben anotar con la misma precisión que
las obtenidas luego de la primera vista de la prueba. Aquí tam-
bién puede caer en error el administrador: si no apunta con
exactitud lo que el sujeto dice, al elaborar la interpretación se en-
contrará con que le falta información. La segunda muestra le

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24 LA PRUEBA DE RORSCHACH

dará oportunidad de precisar puntualmente en qué sitio ha visto


el sujeto el estímulo que dio pie a su respuesta y también qué la
causó: la forma, el color, la apariencia de texturas, de reflejos,
etc., puntos clave que veremos más adelante. La encuestra da al
administrador la oportunidad de despejar cualquier duda sobre
la naturaleza de las respuestas provocadas. Por ningún motivo,
pues, habrá de descuidarse el registro de las respuestas e infor-
maciones adicionales obtenidas a través de la encuesta.
Y aquí, nuevamente, debo mencionar un hecho importante
que tiene que ver con la aplicación del Rorschach a poblaciones
marginadas, pobres, de baja escolaridad y poco “verbales”. En
los textos que los investigadores estadunidenses y europeos han
escrito sobre el Rorschach, el promedio de respuesta por proto-
colo varía de 19 a 22. Cualquier protocolo que incluya menos
respuestas se califica de “breve y estéril”, cosa que en particular
indica John Exner. Yo aprendí a administrar el Rorschach con
los libros de Exner y respeto mucho su trabajo, pero él nunca
tuvo que administrar la prueba de manchas de tinta a poblacio-
nes como aquellas de las que me ocupo en el presente trabajo.
Esta gente rara vez genera otra cosa que protocolos “breves y es-
tériles”. Sin embargo, eso es todo lo que pueden dar. ¿Habrá que
tirar tales protocolos a la basura porque no proporcionan bas-
tante información? Yo pienso que no. La elaboración de la inter-
pretación deberá incluir todos los elementos observados en el
transcurso de la entrevista con el sujeto: su conducta durante la
administración y la totalidad de sus intervenciones verbales, a
fin de contar con elementos para fortalecer el protocolo. Dicha
tarea es bastante más compleja que la de aplicar la prueba a un
público medianamente preparado para este tipo de entrevistas;
requiere más intuición y más dedicación orientadas a compren-
der la personalidad humana. He aplicado el Rorschach desde
Harlem (Nueva York) hasta Managua (Nicaragua), y he obtenido
una gran cantidad de protocolos “breves y estériles”; aun así,
considero que he entendido muy bien a mis sujetos, que he com-
prendido sus dolores y ansiedades. Además, con estas poblacio-
nes pobres y marginadas, la sola y paciente atención de un espe-
cialista, que no hace otra cosa que escucharlas, es en sí ya
terapéutica. Por esta razón le auguro al Rorschach un futuro
muy prometedor como vehículo para estudiar y ayudar a un im-
portante sector de población a quien nadie escucha jamás. Por
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LA PRUEBA DE RORSCHACH 25

otro lado, con esta herramienta será posible escribir y descubrir


el perfil psicológico de una parte de la humanidad que no ha sido
estudiada; será posible determinar sus carencias, aparte de las
muy obvias: alimentos, casa y trabajo. Desde el punto de vista
emocional, puede decirse que no conocemos aún a esta gente,
que se cuenta por millones. Ya es tiempo de que la psicología
amplíe su campo de interés y sus enfoques.
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CODIFICACIÓN DE LAS RESPUESTAS

A] UBICACIÓN

En principio, es necesario pensar en la ubicación de lo que ha


visto el sujeto. Ésa es la primera variable que debemos anotar.
Existen cuatro categorías de ubicación:
1] W. Se registra una “W” cuando el sujeto organiza la man-
cha de tinta en un todo. A fin de explicar por qué se utiliza esta
letra en concreto, habrá que decir que el registro está basado en
la anotación de Exner, que a su vez se apoyó parcialmente en la
de Klopfer. La ventaja de emplear en nuestro código letras o anota-
ciones que provienen del inglés es que muy frecuentemente hay
coincidencias con el castellano, dado que el latín tuvo que ver
con la formación de ambas lenguas. Adoptar la anotación de
Bohm es más problemático, toda vez que ésta se sirve del ale-
mán, lengua cuyas raíces son más lejanas a las del español que
las del inglés. La “W” viene de Whole, que significa “entero”. Si
quisiéramos usar el sistema de anotación de Bohm, emplearía-
mos una “G”, símbolo de Ganz, que en alemán también quiere
decir “entero”.
Como sea, una respuesta W es muy valiosa, porque indica un
buen nivel organizacional por parte del sujeto. La importancia
de las diversas letras o iniciales que utilizaremos se explicará
más a fondo en el siguiente capítulo.
2] DW. Esta anotación corresponde a una visión de la mancha
entera a partir de un detalle (la “D” proviene precisamente de de-
tail, o sea “detalle”) que se considera el inicio de una integración
general. La anotación DW es rara y debe tratársele con cuidado,
por implicaciones clínicas que veremos más adelante. Por ahora,
baste con decir que el sujeto está perdiendo contacto con lo que
se puede ver lógicamente en la mancha; está creando una nueva
mancha, lo que indica una cierta “confabulación”.1

1 Aunque en castellano el término “confabulación” significa la asociación de

dos o más personas para realizar algo ilícito, en el sentido técnico, que es el que

[26]
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LA PRUEBA DE RORSCHACH 27

3] D. Este tipo de calificación es el que se da a una respuesta


en cuya elaboración sólo se utiliza una parte de la mancha. Por
cierto, cabe decir que este es el tipo de respuesta más frecuente.
Pocos sujetos logran organizar muchas manchas de tinta en un
todo coherente. Una respuesta ejemplo de ello podría ser: “Eso,
aquí, en la esquina, es como una casa”. Es totalmente válida. La
inicial “D”, como se dijo en el caso anterior, viene de detail, que
significa “detalle”.
4] D→W. Dicha anotación se da a una respuesta en la que el
sujeto utiliza un detalle para llegar a construir un todo: W. El re-
gistro D→W difiere del DW en el hecho de que la primera cons-
tituye una respuesta lógica, aunque esto parezca totalmente sub-
jetivo. Con la experiencia, el administrador se dará cuenta de la
diferencia: una respuesta D→W tendrá muchas dificultades en
determinar lo que ve el sujeto. En la mayoría de los casos, el ad-
ministrador no podrá ubicar la respuesta DW en la mancha de
tinta, porque esa visión de la realidad de la mancha existe sola-
mente para el sujeto (por eso el término de “confabulación”). En
el caso de una respuesta D→W, el administrador podrá ver fácil-
mente lo que describe el sujeto que está tratando de armar una
respuesta organizada, empleando para ello toda la mancha. Es
frecuente que, después de una respuesta D→W, el sujeto elabore
con mayor facilidad respuestas W, al organizar con éxito la man-
cha en un todo.
5] Dd. La calificación Dd se asigna a una respuesta que utili-
za un detalle de la mancha, pero muy pequeño. La respuesta
debe ser también inusual, pero es más difícil de juzgar, porque,
al principio, un administrador del Rorschach no tendrá la expe-
riencia suficiente —que sólo se adquiere con el tiempo— para
decidir si el detalle, aparte de ser muy pequeño, es también “inu-
sual”. Así que, de entrada, bastará con asignar Dd a cualquier
respuesta que considere un detalle realmente mínimo. Esto tam-
bién es poco frecuente, de modo que ambos requisitos para dar
Dd tienden a traslaparse.
6] S. La calificación S se da a una respuesta que usa como de-
terminante principal espacios blancos en la mancha. En general,
el empleo de espacios blancos se combina con algún detalle, lo

empleo aquí, se refiere a idear, inventar o añadir elementos producidos por la


imaginación.
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28 LA PRUEBA DE RORSCHACH

que genera una calificación DS. Si se mencionan espacios blan-


cos en una respuesta que organice a toda la mancha, tendremos
una calificación WS. En realidad, es raro que una respuesta lle-
gue a basarse únicamente en espacios blancos, pero puede ocu-
rrir, y por ello se le menciona como posibilidad.
Estas diversas posibilidades y combinaciones de ubicación de
la respuesta destacan la importancia de la encuensta: ¿qué ocu-
rriría si el administrador no entendió bien la primera respuesta
del sujeto? En el transcurso de la encuesta, siempre es posible
preguntarle: “¿Dónde está, exactamente, el castillo? ¿Me lo puede
señalar con el dedo?” 2 Con dicha aclaración, no hay margen
de confusión posible entre una respuesta W y una D.
Más adelante veremos la importancia que tiene cada tipo de
respuesta y de ubicación.

B] CONTENIDO

El segundo elemento en orden de importancia al codificar las


respuestas es su contenido. ¿De qué se trata? ¿Vio el sujeto una
casa, un gato muerto o una mariposa? Esto también tiene impli-
caciones fundamentales en la elaboración de la interpretación.
No vale la pena insistir en que Rorschach no concedió la menor
importancia al contenido. ¡Por supuesto! Lo que él había elabo-
rado era una prueba de percepción de forma; ni siquiera existía
el contenido. Pero, por el momento, no interesa lo que hizo Rors-
chach. Desde su nacimiento, la prueba que lleva su nombre ha
evolucionado mucho y de esto es de lo que nos ocuparemos.
La parte del contenido es la que ha dado lugar a las controver-
sias que se registran cuando dos administradores del Rorschach
discuten un protocolo. Gran parte de la clasificación de las res-
puestas tiene que ver con una cierta intuición, aunque hay reglas
o, mejor dicho, guías para la interpretación del contenido (véase
la tabla 3).
¿Qué ha visto el sujeto? Si lo que vio es una persona humana,
se le da una calificación H, pero si la figura es mitológica o se re-

2
Véase la tabla 2. En ese “mapa” de las láminas, el administrador debe re-
cordar dónde, en qué lugar preciso de la lámina el sujeto vio el estímulo.
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LA PRUEBA DE RORSCHACH 29

laciona con la teología (ángel, dios, etc.), o se trata de un perso-


naje literario, o uno sacado de los dibujos animados (Superman,
etc.), la anotación se convierte en (H). Los paréntesis indican
que no se trata de una figura humana ordinaria, como nosotros.
Esto resulta particularmente importante para la lámina VI, en la
que, con mucha frecuencia, se ven monstruos, que se registrarán
como (H). Si el sujeto ve unas manos humanas, unas piernas o
un rostro, se anotará Hd, es decir, “detalle humano”.
Si lo que se ha visto es un animal, se le asignará una letra A
(ya se ve que es conveniente tener al latín como idioma origen).
Y, por supuesto, si se trata de un miembro o parte de un animal,
como unas garras de tigre, la anotación será Ad (“detalle de ani-
mal”). Si el animal que ha visto el sujeto es, digamos, el Rey
León, se le calificará con una (A), como animal de tipo mitológi-
co o imaginario.
Hay también anotaciones para respuestas que no tienen que
ver con personas o seres animados. El sujeto bien puede percibir
un árbol, en cuyo caso se asigna una N (naturaleza). Puede ver
asimismo huesos o cueros de animal, que recibirán un registro
Aobj (objeto anatómico). Lo mismo puede detectar partes de la
anatomía humana, como un corazón, pulmones, etc., pero, ¡cui-
dado!, porque, en este caso, hay que aclarar si se trata formal-
mente de un corazón-víscera —que recibirá una clasificación At
(anatomía)— o de una representación de corazón tipo San Va-
lentín (que será registrado como Obj (objetos fabricados por el
ser humano). Algunas láminas se prestan también para que
el sujeto vea mapas o cartas topográficas, en cuyo caso se califi-
can como Geo (geografía).

C] DETERMINANTES

¿En qué se basó el sujeto para dar su respuesta? ¿En la forma que
vio?, ¿en su color? Éstos son algunos de los factores que determi-
nan si el sujeto vio una iglesia o una señora de tacones altos.

Forma

El determinante más frecuente es la Forma (F). Si se le conside-


ra buena, se asignará una F, sin más, pero también puede ser
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30 LA PRUEBA DE RORSCHACH

muy buena, muy creativa, y entonces se registrará como F+; o,


por el contrario, quizá la encontremos mala, “mal vista”, lo que
recibirá una F–. ¿Es subjetivo el juicio? Sí, en parte lo es, pero
aquí también interviene el sentido común. Si un sujeto ve un pe-
rro en una lámina donde mucha gente cree ver un murciélago o
una mariposa, el “perro” bien pudo haber sido muy ingeniosa-
mente armado, en cuyo caso será una F+, o, sencillamente, muy
mal visto, y se le dará una F–. Con todo, estas últimas califica-
ciones son peligrosas, dado que, si se conjugan con otras, pue-
den conducir a una interpretación bastante pesimista del proto-
colo. Pero como de lo que se trata es de reflejar la verdad, en la
medida de lo posible, para evaluar al sujeto, si creemos que me-
rece una F–, será menester anotarla.
La siguiente es una calificación muy importante, porque es, a
la vez, un determinante y un contenido. Ésta tiene que ver con el
movimiento de lo que se está viendo.

Movimiento

En principio, hay que distinguir entre los tipos de Movimiento


que se pueden observar; esto es, si se trata de movimientos hu-
manos o de tipo humano. Si la descripción del movimiento tiene
que ver con la motricidad que normalmente tiene un ser huma-
no, se anota una M. Si el movimiento es propio de los animales,
o si se trata de un movimiento que pueda considerarse animal o
realizado por un animal (como, por ejemplo: “Ésta es una lagar-
tija que camina debajo de una piedra”), la anotación que propor-
cione el sujeto es la base de la notación. Si el movimiento es el de
una hoja impulsada por el viento, se trata de un movimiento ina-
nimado, que corresponde a una m (“m” minúscula).
Hay también otros determinantes, que son aquello que indujo
al sujeto a ver una cierta imagen en una lámina, como por ejem-
plo la posición o postura. “El hombre está sentado sobre una pie-
dra”. En este caso, la respuesta recibe una anotación p (“p” mi-
núscula, porque la “p” mayúscula indica una respuesta
“popular”, que es una calificación para otro rubro).

Textura

Un determinante de gran importancia que se encuentra con ma-


yor frecuencia en los protocolos de niños o de adultos con ras-
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LA PRUEBA DE RORSCHACH 31

gos regresivos es el de Textura (T), que se aplica cada vez que el


sujeto advierte un detalle (o una mancha entera) al que asigna
características tales como: “pelo”, “cuero”, “nube”, “humo”; cali-
dades visuales con un componente tangible, palpable. En senti-
do estricto, no puede decirse que el humo o una nube sean pal-
pables, pero afectan a los sentidos, y desde ese punto de vista
tiene un elemento de textura. Esta última anotación no aparece
en los textos de todos los autores que he revisado para el pre-
sente trabajo. Exner es quien más la utiliza y, dado que —como
dije antes— yo aprendí a administrar el Rorschach con las obras
de este autor, es un elemento que considero. Por otro lado, es uti-
lísimo, pues sin él me hubiera sido imposible calificar con exac-
titud los protocolos de una multitud de niños a quienes he apli-
cado la prueba.

Color

Además de la Forma, F, otro determinante muy frecuente es el


Color, C. Uno podría pensar que tal determinante se presenta so-
lamente en las tres últimas láminas del Rorschach, que son las
que presentan manchas de diversos tonos; sin embargo, esto es
falso, pues hay muchos sujetos que en las primeras siete perci-
ben diferencias de tonalidad en los negros, grises y blancos. El
hecho de que el objeto visto no sea de un rojo encendido no quie-
re decir que la respuesta no se pueda calificar con una C. Tam-
bién vale la pena señalar que este determinante presenta varia-
ciones; esto es, que se puede asignar una C’(la letra “C” con
apóstrofo se atribuye a una respuesta basada en “colores acro-
máticos) a una respuesta si ésta se basa en la observación acro-
mática de una imagen, sólo tomando en cuenta los negros, blan-
cos y grises de las primeras láminas.
Desde luego, las respuestas también pueden ser combinadas;
por ejemplo, una FC, que indica la influencia de Forma y Color,
pero con predominio de la primera. Otra posible respuesta es
CF, que denota claramente la mayor influencia del determinante
Color que el de Forma.
Las respuestas en las que sólo intervenga el Color se codifica-
rán, naturalmente, como C. Si el sujeto menciona o nombra los
colores, por ejemplo, con un: “¡Mire, allí, ese azul!”, la respuesta
se calificará como Cn (Color naming, o “nombrar color”). Si el
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32 LA PRUEBA DE RORSCHACH

sujeto no únicamente menciona el color, sino que también le


añade algún adjetivo, o lo describe: v.g. “¡Mira, ese azul de allá,
es muy lindo!”, la respuesta será codificada como Cdes (Color
description, “descripción de color”). Si a estas alturas el lector
piensa que para calificar bien un protocolo hay que seccionar
verticalmente un pelo en cuatro partes, estará en su derecho.
Pero apelo a la comprensión de ese mismo lector al reiterarle
que es del todo indispensable ser escrupulosamente precisos en
el proceso de anotación, aunque, en cierto modo, tal cosa impli-
que “cortar ese pelo en cuatro”.
Finalmente, hay una anotación, por así decirlo, poética, que
es la que se emplea siempre que el sujeto recurre al simbolismo
del color para referirse en su respuesta, digamos, a la primavera
o a la esperanza. En este caso, la codificación utilizada es Csym
(Color symbolism, o “simbolismo de color”).
Una más es la que se aplica cuando en un claroscuro el sujeto
cree ver una imagen tridimensional proyectada en un plano bi-
dimensional (como rayos X, etc.). Este caso se registra como k
(“k” minúscula). Si dicho claroscuro tiene dimensiones mayores
—como un panorama en perspectiva—, se le califica con D.
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INTERPRETACIÓN

EL PROCESO INTERPRETATIVO

En esta sección se hace la cosecha del minucioso trabajo reali-


zado en el transcurso de la anotación. Si esta última fue buena,
no hay duda de que la interpretación lo será también.
Antes de discutir el significado de las diversas respuestas del
sujeto, es necesario organizar los resultados obtenidos.

EL RESUMEN ESTRUCTURAL

Bajo este título se deben anotar:

a] El tiempo total de la administración de la prueba.


b] El número total de respuestas, incluyendo aquellas adicio-
nales que suelen darse durante la encuesta.

La elaboración de este resumen es sumamente importante, y


más que nada lo es la precisión con la que se haga esta parte del
trabajo. Un resumen estructural bien hecho facilita enormemen-
te la interpretación. La exactitud al anotar las respuestas y la
exactitud al calcular las frecuencias repercutirán por fuerza en
la facilidad con la que se lleve a cabo la interpretación.

SECUENCIAS DE RESPUESTAS

La primera tarea consiste en hacer una lista de respuestas en or-


den cronológico, numeradas consecutivamente. Si uno es preci-
so aquí, no tendrá problemas al hacer el posterior conteo de fre-
cuencia de registro. Se debe usar un Formulario de Resumen
Estructural, en el que aparezcan todas las codificaciones utiliza-
das (tabla 4). En dicho formulario deberán figurar cuatro co-
lumnas: una para la ubicación de las respuestas, otra para sus

[33]
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34 LA PRUEBA DE RORSCHACH

contenidos, una más para la puntualización de respuestas “po-


pulares” (P) y “originales” (O) (véase la tabla 1). A este respecto,
la “P” indicará el tipo de respuesta más común, ordinaria, habi-
tual, aquella que suele dar la mayoría de los sujetos, en tanto que
la “O” se referirá a respuestas que denoten un grado mayor de in-
ventiva o imaginación. La cuarta y última columna se reservará
para las observaciones.

FRECUENCIAS DE REGISTRO

El segundo paso es anotar las frecuencias de registro o de res-


puestas para cada una de las categorías empleadas.

1. Ubicación. Cada una de las cuatro ubicaciones se calculará de


manera independiente: W, D, Dd, S.
2. Determinantes. Como en el caso anterior, la frecuencia de cada
determinante se calculará separadamente.
3. Se debe computar la frecuencia de respuestas P y O.
4. Por ningún motivo deberá prescindirse de una columna deno-
minada “Observaciones”. En ésta, el administrador registrará
los incidentes que se hayan suscitado durante la aplicación de
la prueba. Por ejemplo, que el sujeto haya incurrido en un si-
lencio anormalmente largo luego de ver una lámina; que pro-
rrumpa en cualquier tipo de exclamación, como “¡Caray, ésta
sí está difícil!”; que externe alguna manifestación física como
agitación o nerviosismo o que eche frecuentes vistazos al re-
loj, etc. Todas estas observaciones erán útiles para la fase de
interpretación.

COMPUTACIÓN ESTADÍSTICA

Una vez registrada la frecuencia de todas las respuestas, se pue-


de proceder al cálculo de porcentajes. Por ejemplo, si existen dos
respuestas DW, esto es: 2 Rs DW en un protocolo, de un total de
20 Rs, se advertirá inmediatamente en este caso que 20% de las
respuestas del protocolo apunta a una posibilidad alarmante. Si
se encuentran 10F+ en un protocolo de 35 Rs, el porcentaje de Rs
F+ es 10:35 = 0.29 × 100 = 28%, y así para todas las frecuencias.
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LA PRUEBA DE RORSCHACH 35

Bien, y ya que hemos calculado estos porcentajes, ¿para qué


nos van a servir? Veamos. En el momento de elaborar la inter-
pretación, si advertimos que un sujeto tiene 28% de Rs F+, sa-
bremos que su manera de estructurar las formas es muy buena.
Si, por casualidad, tiene también un alto porcentaje de Rs W, el
resultado es mejor todavía, porque ello indica que su capacidad
organizacional también es alta. De ello es posible concluir que,
si se le aplica una prueba de inteligencia (tipo WAIS, por ejem-
plo), son muchas las probabilidades de que tenga un IQ bastan-
te alto.
Si, en otro caso, tenemos el mismo porcentaje pero de F–, la
situación es exactamente la inversa, y muy probablemente el su-
jeto en cuestión no tendrá un elevado porcentaje de Rs W. De lo
que se desprende que las facultades intelectuales de esa persona
no son muy altas o que la situación misma de la prueba, la ex-
posición a las láminas de colores, ha afectado su capacidad de
pensar, organizar, etcétera.1
Ahora, con los datos organizados, podemos empezar a elabo-
rar la interpretación, que se integra en varias etapas.

LA ETAPA PREPOSICIONAL

Para iniciar esta fase es necesario revisar escrupulosamente to-


dos los datos disponibles, a saber: el resumen estructural, las fre-
cuencias de respuesta, los porcentajes, las informaciones obteni-
das en la entrevista inicial y las informaciones adicionales
producto de la encuesta. Con apoyo en lo observado, se formu-
lan hipótesis, cuidando de no rechazar ninguna que pudiera pa-
recer contradictoria respecto de otras posibles observaciones
basadas en los mismos datos. Es decir que debemos estar abier-
tos, muy abiertos, a toda posible hipótesis.
Las hipótesis o propuestas se elaboran usando un sistema de
comprobación de varios elementos del protocolo. Por ejemplo, si
al revisar el resumen estructural se advierte que, en relación con

1 Los datos son adaptaciones hechas a partir de los textos de E. Bohm, El test

de Rorschach, Ed. Morata, 1975, y John Exner, The Rorschach: a comprehensive


system, vol. I, John Wiley & Sons, 1986. Además, estas líneas contienen observa-
ciones personales.
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36 LA PRUEBA DE RORSCHACH

el color, el sujeto casi no ha formulado respuestas o ha formula-


do muy pocas, que tiene muchas respuestas P (populares) y que
califica bien en F (forma), los datos conjuntos nos dan pie a ela-
borar una o dos hipótesis: primero, las pocas o nulas Rs al color
posiblemente sugieren una constricción emocional de P, y el he-
cho de que la F es buena puede hacer pensar que el sujeto está
dispuesto a dar respuestas conformistas. Desde luego, a partir de
estas dos hipótesis se generan muchas preguntas, pero también
aportan una infraestructura para evaluar otros elementos del
protocolo.
En general, no se aconseja llegar a proposiciones si se tiene es-
casa información, aunque, según el tipo de ésta, se pueden hacer
excepciones. Por ejemplo: una respuesta como “los restos de un
pene podrido” no puede dejar de llamar la atención de quien rea-
liza la evaluación. Asimismo, un protocolo que registra cons-
tantemente una mala F inevitablemente sugerirá al administra-
dor que hay alguna falla en el contacto con la realidad. No es
raro encontrar protocolos con un componente excéntrico que no
se puede moderar o atenuar con otros componentes del proto-
colo.
El número de proposiciones o hipótesis que se pueden elabo-
rar a partir de un protocolo dependerá de la riqueza del proto-
colo mismo. También quedará en función de la habilidad y com-
petencia de quien interpreta. En este sentido, es posible afirmar
que el Rorschach es una prueba de “banda amplia”, toda vez que
se presta para generar muchas hipótesis de interpretación. Tal
condición, precisamente, puede llamar la atención de quien in-
terpreta sobre posibilidades que hubieran quedado en la oscuri-
dad si la generación de hipótesis fuera menor.
Las tres partes del protocolo que se deben revisar para elabo-
rar una interpretación, es decir, el resumen estructural, la se-
cuencia de respuesta y la encuesta, proporcionan información,
sobre cuya base se pueden formular proposiciones. Se reco-
mienda revisar el orden en el que se presenta la información,
pues ello evitará que el proceso de interpretación sufra desvia-
ciones a causa de un componente dramático, como el mencio-
nado con anterioridad. De cualquier manera, a estas alturas aún
no se toma ninguna decisión definitiva sobre el protocolo. Pri-
mero, es necesario pasar por la etapa de integración.
Rosch 8/5/03 14:56 Página 37

LA PRUEBA DE RORSCHACH 37

ETAPA DE INTEGRACIÓN

Ahora sí, con las proposiciones acumuladas en la fase anterior,


empieza a aparecer un perfil del sujeto. Para formarse una idea
clara y correcta del sujeto en estudio no es necesario conjuntar to-
das las hipótesis que aparecieron en la etapa anterior, aunque sí
debe intervenir un cierto criterio lógico para integrar de modo co-
herente la información disponible. Forzosamente habrá contra-
dicción entre algunas hipótesis; la labor de quien interprete, en-
tonces, será descartar aquellas que no coadyuven a la comprensión
de la personalidad del sujeto y conservar sólo las proposiciones
que tengan sentido. A veces no será necesario “eliminar” una hi-
pótesis, sino “modificarla” a la luz de otra que, aparentemente, la
contradice. En este punto debe entrar en juego la capacidad de-
ductiva y lógica del interpretador. El resultado del trabajo de in-
terpretación es más descriptivo que profético. Para hacer pre-
dicciones sobre la conducta futura del sujeto o paciente hay que
utilizar herramientas adicionales, como, por ejemplo: pruebas
de inteligencia o entrevistas adicionales que aclaren tendencias
puestas de manifiesto en el Rorschach. No hay que olvidar que,
por sí solo, el Rorschach es un apoyo insuficiente para tomar de-
cisiones que puedan afectar el futuro del sujeto. Esta prueba úni-
camente nos ha abierto una ventana adicional para asomarnos a
la personalidad que estudiamos, y es menester respaldarla con
otras pruebas, diversas entrevistas y, si la situación del sujeto es
preocupante, incluso con una psicoterapia. En cuanto a esto úl-
timo, por cierto, es de sumo interés aplicar de nuevo el Rors-
chach al paciente que ha pasado por psicoterapia. Los cambios
se advierten inmediatamente.2
Durante todo el proceso de interpretación es necesario seguir
tendencias, patrones de respuesta. No hay que olvidar que una
sola R no determina una hipótesis, a menos que otros factores
del protocolo la confirmen.
Tomemos el ejemplo de un protocolo que contenga una res-
puesta DW. Si sólo hay una de este tipo, tendríamos que acabar
por descartarla y atribuirla a razones de confusión pasajera del

2 Aparte de mis experiencias y observaciones personales, estas páginas se apo-

yan parcialmente en el mencionado texto de Exner (The Rorschach: a compre-


hensive system, vol. I).
Rosch 8/5/03 14:56 Página 38

38 LA PRUEBA DE RORSCHACH

sujeto. No obstante, tengo que decir que en mi experiencia pro-


fesional de aplicación del Rorschach, a lo largo de 25 años, nun-
ca me he encontrado con este tipo de respuesta aislada (puesto
que una R DW indica “confabulación”, pérdida de contacto con
la lámina y, por tanto, con la realidad). Por lo general, cuando se
halla una respuesta de éstas, suelen darse también en el proto-
colo otros indicadores de perturbaciones graves. Una pérdida de
contacto con la realidad va aparejada con un alto nivel de an-
gustia. Así que se pueden anticipar muchas respuestas de “mala”
forma (F–) y, en cambio, muy pocas W (lo que revela pérdida
de capacidad organizacional); junto con respuestas regresivas de
múltiples referencias a texturas (T) y asimismo respuestas mór-
bidas (animales muertos o desgarrados, vísceras humanas, etc.).
Todo ello es indicativo de un alto grado de ansiedad y, dado el
hecho de que tales elementos apuntan hacia un estado psicopá-
tico, es sumamente importante proceder con cautela en la con-
firmación de tal diagnóstico. Es inncesario decir que para un in-
dividuo es muy difícil deshacerse de la etiqueta de “psicópata” o
de “psicótico”; es una clasificación de la personalidad muy peli-
grosa, y por ello reitero la necesidad de extremar los cuidados en
el manejo de los datos.
Me detengo en este tema porque es uno de los que provocan
mayor tensión y preocupación en quienes administran y manejan
el Rorschach, y hablo por experiencia propia. Yo misma he duda-
do mucho antes de llegar a la conclusión de que un sujeto de-
terminado padece un estado psicótico. Sin embargo, hay que
decir que es igualmente riesgoso rehuir la formulación de este
diagnóstico cuando se tienen todas las evidencias confirmatorias.
Por ello, quisiera presentar en seguida una lista de respuestas que
pueden confirmar el estado que sugiere una respuesta DW.

1] Respuestas indicativas de un elevado grado de ansiedad,


como animales o personas muertas.
2] Respuestas mórbidas, como por ejemplo: “Un árbol muy
triste”, “una casa que quiere caer en el abismo”.
3] Variedad de respuestas regresivas, incluyendo las alusivas a
texturas tales como: humo, neblina, nubes, etcétera.
4] Variedad de respuestas de choque ante el color, o largos si-
lencios después de examinar una lámina de colores. Estos cho-
ques indican una cierta dificultad con el manejo de las emociones.
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LA PRUEBA DE RORSCHACH 39

Como dije antes, es muy raro encontrar una respuesta DW ais-


lada, pero puede ocurrir. Aunque no hay que descartar que tam-
bién obedezca a una respuesta mal expresada o a un protocolo
mal anotado. De todos modos, su presencia supone la necesidad
de confirmarla o descartarla. No está de más señalar que los pro-
tocolos psicóticos son bastante raros y lo que suele darse, mucho
más que una psicosis, son variaciones de neurosis cotidianas.

NOTAS

En esta parte deseo referirme a algunos tipos de respuesta que


deben llamar la atención del evaluador.

Movimientos agresivos

En principio evaluaremos las implicaciones psicológicas de estas


respuestas, que serán calificadas como AG. Los movimientos
agresivos son respuestas que involucran un acto de agresión. En
este caso se cuentan, por ejemplo, la descripción de una pelea, de
dos personas golpeándose. Es importante aclarar que el acto o la
expresión agresiva deben estar ocurriendo aquí y ahora; no pue-
den ser el resultado de un acto agresivo registrado en el pasado.
Aquellas respuestas en las que alguien ha sido agredido no cuen-
tan, por ejemplo: “una persona que recibió una buena paliza” o
“un pájaro que fue capturado por un gato”. Estas descripciones
no se incluyen en la categoría de movimientos agresivos porque
el hecho violento ya ocurrió en un momento pretérito no especi-
ficado. En esto, el evaluador pisa un terreno frágil y hay que ex-
tremar cuidados, porque en tanto que la mención a una explo-
sión que ya se dio no constituye una respuesta AG, la referencia
a una explosión que está “teniendo lugar” en una lámina sí lo es.
Estas respuestas pueden revelar una cierta dificultad por par-
te del sujeto para controlar emociones fuertes.

Contenido mórbido

Este tipo de respuestas —calificadas como Mor— son aquellas en


las cuales se identifica al objeto a través de un proceso de destruc-
ción, como por ejemplo “un animal muerto” o mediante la atri-
bución de emociones negativas a un objeto: “una vista muy triste
Rosch 8/5/03 14:56 Página 40

40 LA PRUEBA DE RORSCHACH

del mar”, “estas hojas se ven como pudriéndose”. Básicamente una


respuesta de contenido mórbido es cualquiera que indique un pro-
ceso destructivo en el objeto que se ve en la lámina o que produz-
ca un efecto de desesperación en el sujeto. Este tipo de respuestas
sugieren un potencial depresivo o de ansiedad en el sujeto.3

Choques ante las láminas de color

Hay un tipo de respuesta ante las láminas de color que sólo he


mencionado pero en la que no he pormenorizado: el choque. Al-
gunos sujetos presentan una especie de reacción regresiva a la
vista de las láminas de colores. En principio, sus respuestas son
más lentas, o bien pueden reaccionar con exclamaciones de sor-
presa, como “¡Vaya, ésta sí que es imposible!” Finalmente, se re-
ponen y elaboran una respuesta. Sin embargo, a menudo, un su-
jeto de éstos que contestó las primeras láminas (en blanco y
negro o grises) con F+ pierde esta “buena forma” y empieza a fi-
jarse en pequeños detalles, de modo que ya no puede integrar la
lámina en un todo. En otras palabras, disminuye la cantidad de
respuestas W y aumenta la de respuestas D e incluso Dd. Esto se
llama un “choque ante el color”.
Las láminas de colores provocan respuestas emotivas y puede
ocurrir que las emociones de un sujeto determinado sean exce-
sivamente frágiles, de modo que la necesidad de enfrentarlas de-
riva en una producción de respuestas de menor calidad. A esto
me referí antes cuando hablé de regresión. Asimismo, puede su-
ceder que el sujeto se reponga mediante un acto de voluntad y
que luego de ver dos láminas de color recupere su F+ de res-
puesta, con lo que dará también más respuestas W. Pero ese lap-
so de pérdida de control revela una fragilidad emocional, algo de
ansiedad y temor ante las emociones. Hay sujetos que no reac-
cionan en absoluto ante los colores. Su manera de contestar no
se ve afectada por la visión de estas láminas; en realidad, ni si-
quiera parecen notarlas y no mencionan nada en particular res-
pecto a ellas. Pero esto constituye otro tipo de choque ante el co-
lor: una negación “visual” total y, muy probablemente, también
una negación absoluta a las emociones en su vida. Un control
tan férreo tampoco es bueno y este hecho se debe registrar en el
protocolo y debe ser considerado al elaborar la interpretación.
3 Esta sección es también una adaptación resumida del texto ya citado de Exner.
Rosch 8/5/03 14:56 Página 41

PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS

LA IMPORTANCIA DE LA ENTREVISTA DEL SUJETO. ALGUNOS


EJEMPLOS.1

EL CASO DE G.

Descripción del Universo de G.

G es una chica proveniente de Pinotepa Nacional, cuyos padres son ca-


sados y aún viven. Es la penúltima de 11 hermanos (7 mujeres y 4 hom-
bres), aunque en su casa ella considera que son 17, porque viven ahí 6
muchachos que ayudan a las labores del campo.
Su familia posee varias hectáreas de tierra donde se siembran plátano,
papaya, melón y café. Además, poseen animales como gallinas, pollos,
vacas, toros y puercos. Dos de sus hermanos trabajan en la ciudad de Mé-
xico; uno trabaja de albañil y una hermana es secretaria de un escritor.
G. ha sido doméstica desde los 10 años, los primeros años en la ca-
pital de Oaxaca y, posteriormente, se la trajeron a la ciudad de Méxi-
co, donde trabajó durante dos años haciendo las misma labores en la
casa donde labora su hermana. Posteriormente, un familiar de ella la reco-
mendó en la casa donde se encuentra actualmente trabajando, donde
come y duerme.
G. asegura que cursó la primaria y la secundaria completas; sin em-
bargo, tan sólo al notar su forma de hablar y el modo de seguir las ór-
denes, pareciera que esta afirmación es falsa. Por otra parte, ella co-
menta que el tener educación escolarizada no es muy importante, ya
que siempre recalca que lo importante es que la gente esté bautizada y
confirmada. Señala que desde pequeña su única preocupación es no fal-
tar a la iglesia, pues si lo hiciera se condenaría. Añade que enseñaba en
su pueblo catecismo y es lo que más extraña de allá.

1 Esta parte y las siguientes —en texto en tipo menor— reproducen entrevis-

tas e informaciones que me fueron entregadas por diversos psicólogos, todos


alumnos de posgrado en psicología de la ENEP de Iztacala y miembros del Semi-
nario sobre la Aplicación e Interpretación del Roschach que impartí en esa ins-
titución entre 1997 y 1998. A fin de salvaguardar la integridad de los datos, no he
introducido correcciones ni cambios estilísticos o gramaticales. He optado, en
cambio, por presentar los textos literalmente, tal cual me fueron proporcionados.

[41]
Rosch 8/5/03 14:56 Página 42

42 PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS

Además, menciona que se vino con mucho gusto de Oaxaca porque


no le gusta trabajar en el campo, pues se levantaba a las 3.30 a. m., y de
ahí hasta las 7.30 p. m., trabajando el campo; y como a las 8.30 se dor-
mía y todos los días era igual, exceptuando los domingos que intercam-
biaban sus cosechas por diferentes cosas como telas, ropa, semillas, co-
mida o animales... G. está decidida a no regresar a su pueblo natal, dice
que su familia allá es muy pobre.
Por último, es importante señalar que el dinero que le pagan quince-
nalmente, íntegramente lo entrega a su hermano, ya que, según ella,
éste se lo guarda en el banco.2

Dada la poca cantidad de respuestas que dio G., la psicóloga


García Santamaría quiso descartar en ella la posibilidad de daño
cerebral y le administró la prueba Denver, que no reveló ningún
problema orgánico. También le aplicó el WISC, a fin de evaluar
su nivel de adaptación a la sociedad. Sus consideraciones fueron:

G. tiene habilidades de ejecución mejor desarrolladas que las verbales.


Su método visual mejor desarrollado que el del procesamiento auditivo;
posible dificultad con la lectura; posible déficit de lenguaje; posibles li-
mitaciones en habilidades conceptuales auditivas.
Información elevada y comprensión baja, esto es, que tiene informa-
ción general pero no puede sintetizar y usar sus conocimientos para re-
solver problemas de su mundo social.
En cuanto a la relación que existe entre semejanzas y vocabulario,
tiene habilidad para el pensamiento abstracto, pero oportunidades li-
mitadas para aprender palabras nuevas.
La relación existente entre vocabulario, información y comprensión
nos indica que no es capaz de usar correctamente su facilidad verbal y
conocimientos generales en situación de la vida.
Relacionando semejanzas con retención de dígitos, digamos que tie-
ne buena habilidad de conceptualización, junto con memoria auditiva
mecánica pobre para dígitos (adquisición de habilidades para descifrar
cosas escritas que dependen bastante de la memorización de la relación
sonido-símbolo); sin embargo, su comprensión de lo que escucha es
fuerte.
Por último, la relación de ordenación de dibujos y la comprensión
muestra que es sensible a los matices interpersonales, descuidando con-
vencionalismos sociales.

2 Los datos arriba presentados los recopiló la psicóloga Elizabeth García San-

tamaría.
Rosch 8/5/03 14:56 Página 43

PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS 43

CI Total = 80 (subnormal).
Psicóloga Elizabeth García Santamaría

El CI obtenido por G. no es ninguna sorpresa. Lo peligroso de


pruebas como el WISC (R o no) es que la etiqueta de “subnor-
mal” podría quedar adherida a G. para el resto de su vida, can-
celándole para siempre de la posibilidad de aprendizajes futuros.
Esta niña nunca ha ido a la escuela y, por eso, no pudo solucionar
muchos de los problemas que le presentó la prueba. La coheren-
cia manifestada en algunas de las partes del WISC asegura que
la suya es una normalidad intelectual no cultivada. Sospecho
también que la aqueja un problema bastante común en este tipo
de población: una pérdida de agudeza auditiva producto de re-
petidas infecciones del oído interno, infecciones que, desde lue-
go, no han sido detectadas ni atendidas por un médico. Todo
esto no implica que G. padezca de retraso mental, como tendría
que deducirse forzosamente por su 80 de CI. El resultado sólo
viene a confirmar lo que las pruebas anteriores han mostrado,
esto es, que sólo se trata de una niña criada fuera de la sociedad
que la rodea, que carece de contactos afectivos e intelectuales
y que se le ha dejado crecer sola, como un pequeño animal. G.
tuvo la suficiente inteligencia para sobrevivir, pero de aquí en
adelante, si la psicóloga García Santamaría pierde contacto con
ella, G. continuará sola, hundida en su aislamiento, como ha es-
tado siempre a lo largo de su vida corta.
Quiero reiterar que la posibilidad de administrar pruebas adi-
cionales es muy rara, a menos que el administrador del Rors-
chach trabaje en una clínica, en la que se pueda dar seguimien-
to al caso de un sujeto en peligro, como lo es G. Finalmente, G.
resulta un ejemplo trágico de lo que produce la combinación de
la ignorancia paterna, la desatención y el descuido totales: un ser
humano no puede desarrollarse en el vacío.
A continuación, reproduzco las concluisones de la psicóloga
García Santamaría:

Conclusiones

Como nos podemos dar cuenta, G. es una persona marginada social-


mente, esto es, que por su falta de educación no se siente capaz de re-
lacionarse con cualquier persona.
Rosch
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44
NOMBRE G 16 AÑOS

No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P.O . N.F. Observaciones

I 3’ 1. Es que, está difícil 1. Porque está muy Choque a la lámina.


ver, es que así, el co- difícil
lor y la forma, pues

Página 44
está muy difícil.
II 2’ 1. Iglesia 1. Lo vi en lo blanco D,S F Arq.
1
2. Cruz 2. Por su forma 2 D F Obj
3. Te tengo que decir 3. Choque
mucho porque está

PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS


difícil.
III 1’10” 1. Unas personas 1. Por como están D F,p H P
paradas 1
IV 45” 1. Una campana 1. Por tal como está, D,S F Obj
así lo tomé, por
las manchas. 1
V 1’ 1. Un murciélago 1. Por la forma que W F A P
está 1
VI 25’ 1. Un corazón 1. Por el color ne- D F– At *Respuesta bajo
gro* 1 presión
VII 1’10’ 1. Es que, está difícil. 1. Es que lo veo difí-
cil 1
VIII 2’5” 1. Es que, también está 1. Por lo difícil que
difícil. está 1
Rosch
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PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS
NOMBRE G 16 AÑOS (continuación)
No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P.O . N.F. Observaciones

IX 1’ 1. Un fuego 1. Por el color rojo, D C,T,m N Choque a la lámina.


yo lo tomé como
fuego. 1

Página 45
X 2’ 1. Es que está más difí- 1. Por lo difícil que
cil. está. 1

45
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46 PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS


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PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS 47

RESPUESTAS TOTALES =7= 100%


Ubicación No. de resp. Porcentaje
W 1 14.2
D 6 85.7
S 2 28.7

Contenido No. de resp. Porcentaje


H 1 14.2
A 1 14.2
Obj. 2 28.7
N 1 14.2
At 1 14.2
Arq. 1 14.2

Determinante No. de resp. Porcentaje


F 5 71.4
F– 1 14.2
M 1 14.2
P 1 14.2
T 1 14.2
C 1 14.2

Pop.-Orig. No. de resp. Porcentaje


P 2 28.7
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48 PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS


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PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS 49

Además, por su misma educación y cultura que le fueron inculcadas


por sus padres, siempre debe estar de acuerdo con lo que le marca su
religión, y debe reprimir sus emociones, pues éstas podrían causarle
problemas, llámense éstos quedar embarazada o una posible violación
o agresión de cualquier tipo por parte de los hombres.
Por la misma falta de educación escolar, su comprensión se encuen-
tra en el nivel concreto y, para lo que no entiende, se remite a la frase
“es muy difícil”; y sí, es muy difícil para ella tratar de entender algo que
jamás ha escuchado o ha visto realizar, por lo que no sabe cómo resol-
ver o salir de ese problema, mostrando angustia y represión en cuanto
a saberse ignorante al respecto.
Ahora bien, en cuanto a su equilibrio emocional, G. es una persona
que necesita mucho afecto, pues en su núcleo familiar se ha tenido que
los hijos sirven solamente para trabajar en sus casas, sin ninguna re-
compensa. Por esto su nivel de maduración es más bajo de lo normal,
pues tal vez en su niñez le faltó mucho afecto por parte de sus padres.

Psicóloga Elizabeth García Santamaría

EL CASO DE B.

El de B. es el caso de una joven de 17 años, soltera. La adminis-


tración del Rorschach corrió por cuenta de la psicóloga Irma
Dalia Roche Hudtler. En las líneas que siguen reproduzco tex-
tualmente la entrevista que sostuvo B. con la psicóloga Roche
Hudtler.

B. es la hermana menor de ocho hermanos. Vive con sus papás y es la


única soltera de todos sus hermanos. Es paralítica debido a una defor-
mación en la cadera; de pequeña caminaba sosteniéndose en los mue-
bles y fue hasta los 5 años que su mamá la llevó por primera vez con un
especialista, el cual le informó a la madre que el problema era irrever-
sible, debido a que la deformación ya había avanzado, y que B. no po-
dría caminar jamás.
Es una jovencita atractiva, le gusta arreglarse y su trato es muy ama-
ble. Sonríe frecuentemente y trata de ganarse a la gente con muchos ha-
lagos, da la impresión de estar siempre nerviosa y agitada. Estudió la
primaria y la secundaria en el DIF, y ahí le proporcionaron servicios mé-
dicos y psicológicos. B. comenta que todos los médicos que la han aten-
dido le dicen que si su problema hubiera sido tratado a tiempo, ella po-
Rosch
8/5/03 14:56
50
TEST PSICODIAGNÓSTICO RORSCHACH

Nombre: B Sexo: F Edad: 17 Ocupación: Estudiante Tiempo de aplicación: 30 min.


No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P/O Observaciones

I ˆ 2” 1) ¡Qué padre, así soy yo! 1) El antifaz es de un mur- W F Obj Divide la imagen

Página 50
Es como un antifaz di- ciélago, me recuerda en dos, autoima-
vidido en dos, pero un sueño en el que es- gen escindida.
una es la mejor pinta- toy en lo alto de una
da y la otra así, de rá- montaña, estoy de pie y
pido y ya. hace viento y me mue-
ve el cabello, lo chistoso

PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS


es que estoy parada yo
sola, sin silla ni mule-
tas, como si pudiera ca-
minar.
II ˆ 1” 1) ¡Dios mío, pues ahí me 1) Lo que me impactó W Cdes Se observa un
da miedo!, no es cier- fue la mancha y lo sal- shock al rojo, se
to. Son dos colores picado. desorganizó.
muy fuertes, es como 2) Ahora veo como una D F,C A No hay conteni-
una figura central, mariposa por las alas, do.
como que impacta lue- éstos (señala) son
go luego, principal- como sus cuernos.
mente por el rojo y que
está encima del otro y
que tiene que ver con
el rojo.
Rosch
8/5/03 14:56
(continuación)

PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS


TEST PSICODIAGNÓSTICO RORSCHACH

Nombre: B Sexo: F Edad: 17 Ocupación: Estudiante Tiempo de aplicación: 30 min.


No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P/O Observaciones
III ˆ 9” 1) Es una boca pero sin 1) Esta boca no tiene el D,S F– (Hd) Shock al rojo.
forma de boca, o sea se corazón que tenemos

Página 51
ve como una boca de todos.
un muñeco o un fan- 2) Oye, ahorita que la W F,p,C H, Obj. Hace mención
tasma y la rodean volteé me doy cuenta de un sentimien-
manchas que pueden que son unas perso- to positivo, lo
caer de un brochazo nas que dos cosas las que indica que
cualquiera y que sos- están centrando. logró controlar-
tienen a esa boca. Sostienen algo como se del shock al
una mesa, como si es- rojo.
tuvieran haciendo un
pacto. Algo los mantie-
ne contentos o felices,
por ejemplo un moño.
Las manchas rojas de
arriba dividen a una
persona de la otra.
3) Es un espejo ¿sabes D F,k,p H
por qué me di cuenta?
por las manchas que
son iguales, se ve una
persona en el espejo,

51
está sentada.
Rosch
8/5/03 14:56
(continuación)

52
TEST PSICODIAGNÓSTICO RORSCHACH

Nombre: B Sexo: F Edad: 17 Ocupación: Estudiante Tiempo de aplicación: 30 min.


No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P/O Observaciones
IV ˆ 3” 1) Es como el que tiene W F-,p A Es la segunda
cinco vocales, ¿cómo

Página 52
vez que ve un
se llama? o sea un murciélago. Au-
vampiro abierto de pa- toimagen daña-
tas, lo estoy viendo de da.
cabeza, están sus pa-
tas. ¡Ah! ya me acordé,

PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS


es un murciélago.
V ˆ 15” 1) ¿Qué es? pues son 1) ¿Qué te parece tonto? D→WF–,T Hd,Ad Enfatiza lo de
unos bigotes que están Lo que te digo que pa- las patas porque
mal dibujados, que tu- recen bigotes. Las pa- es un problema
vieron por ahí patas tas son de una como para ella.
por los dos lados, ¡es cabra
muy tonto, pero bue- 2) Es el mismo murciéla- W F,p A P
no! go pero de espaldas,
dije lo de los bigotes
porque no quería epe-
tir pero si los veo tam-
bién
VI ˆ 20” 1) ¿Qué es? (risas y suspi- W F-,p H Visión deprimen-
ros), este, mm, ¡ah! ya M te, ve gente a la
sé. Son dos niños con que el mundo le
da la espalda.
Rosch
8/5/03 14:56
(continuación)

PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS


TEST PSICODIAGNÓSTICO RORSCHACH

Nombre: B Sexo: F Edad: 17 Ocupación: Estudiante Tiempo de aplicación: 30 min.


No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P/O Observaciones
sus brazos, bueno ni- Autoimagen.
ñas. Están de perfil y Dependencia.

Página 53
están descalzas y como
que saltan, a la hora de
brincarle salieron es-
tas cosas de aquí (se-
ñala), es un charco,
como que están aga-
rradas de las manos.
VII ˆ 2” 1) Son como lobos por la W F-,T Ad,N Al decir que no
nariz grande, no están están completos
completos. Lo de arri- refleja su autoi-
ba es como una nube. magen, se des-
cribe.
VIII ˆ 2” 1) A mí me gusta hacer 1) Las manos sostienen W F,T A,N Nuevamente
este tipo de cosas, me la pata del puerco. C,M, Hd menciona patas
gusta pintar y dibujar. k y manos
Lo rosa parecen unos
puercos caminando,
por eso de los cuentos,
no recuerdo cómo se
llama, ¡ah! bosque.

53
Rosch
8/5/03 14:56
(continuación)

54
TEST PSICODIAGNÓSTICO RORSCHACH

Nombre: B Sexo: F Edad: 17 Ocupación: Estudiante Tiempo de aplicación: 30 min.


No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P/O Observaciones
También hay unas nu-

Página 54
bes, el reflejo de un sol
y ¡oh, ya me di cuenta!
son como unas manos.
Lo rosa y lo naranja un
sol, lo azulado unas
nubes, lo gris son las

PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS


manos que agarran a
los cerdos.
IX ˆ 5” 1) Es la erupción de un 1) Lo amarillento son W FC N,Ad Reiterativamen-
volcán que tiene dife- como pezuñas. T,m te ve patas.
rentes colores adentro.
Cuando hizo erupción
salieron esos colores,
unos más abundantes
que otros. El que más
me llamó la atención
es el de hasta abajo, el
naranja, porque tiene
como patas de anima-
les.
Rosch
8/5/03 14:56
(continuación)

PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS


TEST PSICODIAGNÓSTICO RORSCHACH

Nombre: B Sexo: F Edad: 17 Ocupación: Estudiante Tiempo de aplicación: 30 min.


No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P/O Observaciones
X ˆ 3” 1) Es como una cara de 1) Ésta me gustó mucho. D,S F-,C, Obj.
un mono indefinido, T

Página 55
pero que llama la aten-
ción por los colores de
que está hecho.

55
Rosch 8/5/03 14:56 Página 56

56 PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS


Rosch 8/5/03 14:56 Página 57

PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS 57

dría caminar. Esto le genera mucho conflicto, principalmente de resen-


timiento hacia su madre, a la cual culpa; considera que no la atendió
porque ya estaba cansada de haber cuidado a sus ocho hermanos, por
lo cual ella no fue tomada en cuenta como los demás.
Su relación con la madre es muy ambivalente ya que, por un lado, de-
pende de ella para muchas cosas, como son el baño diario, la prepara-
ción de sus alimentos, etc., y esto la hace sentirse en deuda con la
madre, pero, por otro lado, también discute con mucha frecuencia con
ella. Afirma que su madre tiene muy mal carácter y que los trata muy
mal, a su padre y a ella. B. continuamente le reprocha a la madre que
no la haya llevado a un especialista, dice que se siente mal porque hie-
re a su mamá y que, aunque trata de no reprocharle nada, no lo puede
evitar. Por otra parte, se preocupa mucho por la salud de la madre y dis-
cute con sus hermanos para que no le pidan favores o dinero, ya que
considera que esto presiona a su madre.

Quisiera interrumpir el curso de la entrevista para hacer hin-


capié en la conducta o, mejor dicho, en los sentimientos de B.
Desde luego que se preocupa por la salud de su madre, puesto
que, lo que B., inconscientemente, repite a diario es: “Cáete
muerta... lo mereces por haberme descuidado tanto.” Aunque B.
tenga ya 17 años, su posición psicológica de inválida la coloca en
un estado de fuerte regresión y todavía le teme al pensamiento
mágico de los niños más jóvenes. El deseo de impedir que sus
hermanos pidan favores a la madre también tiene que ver con la
misma regresión: B. necesita a su madre de tiempo completo, no
puede compartirla con ocho hermanos y esperar que la señora
todavía tenga fuerza para cuidarla a ella. Su preocupación es so-
brevivir y siente que, sin el apoyo constante de la madre para
atender sus necesidades físicas, quizá no podría seguir luchando
(la vida de B. es una lucha incesante, con o sin la ayuda mater-
na). Devuelvo ahora la palabra a la psicóloga Roche Hudtler:

Con respecto a la relación que lleva con su padre, es un poco más positi-
va. El señor está jubilado y dedica gran parte de su tiempo a atender a su
hija: la lleva a terapias físicas y platica mucho con ella. B. se preocupa por
su padre, ya que él padece de diabetes y se encuentra mal de la vista; sien-
te que para él es un gran esfuerzo llevarla a los lugares a los que ella ne-
cesita ir y, por lo mismo, prefiere no comentar cuando quiere salir, para
que él no se esfuerce en llevarla. En lo concerniente a sus hermanos men-
ciona que con ninguno se lleva “super bien”; con una de sus hermanas a
veces platica, pero la mayoría de las veces termina discutiendo con ella.
Rosch 8/5/03 14:56 Página 58

58 PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS

Con otro de sus hermanos se lleva bien, pero dice que como ya está casa-
do no tiene tiempo para verla. Comenta que, como fue el último en ca-
sarse convivieron mucho, jugaban, salían a la calle y que el tiempo se le
iba muy rápido, pero que desde que él se casó ha cambiado y “ya no es el
mismo”. B. afirma que toda su familia la considera muy agresiva, como
si estuviera amargada por su enfermedad y que, por lo mismo, ella pro-
cura pasar el mayor tiempo posible encerrada en su habitación.
Actualmente se encuentra estudiando el bachillerato, con especiali-
dad en diseño arquitectónico. Dice que le ha sido difícil adaptarse, ya
que la primaria y secundaria las estudió en el DIF y todos sus compañe-
ros eran discapacitados, y que en esta escuela sus compañeros la igno-
ran por estar en una silla de ruedas; que al principio fue la novedad y
todos se acercaban a ella, pero que ahora todos son “muy mala onda”,
y hasta se esconden para no hablarle. Con respecto a sus profesores, co-
menta que se desesperan por sus limitaciones, que no la saben tratar y
que, además, las instalaciones de la escuela no están bien adaptadas
para su problema y que, por ejemplo, no hay restiradores adaptados
y que en los baños no hay barra para sostenerse, por lo que ella se tie-
ne que aguantar hasta su casa. Dice estar harta de la escuela, pero que
va a seguir yendo.
Al preguntarle respecto a sus planes, ella dice que, a pesar de todas
las adversidades, quiere estudiar una carrera, conseguir un buen em-
pleo, ganar mucho dinero y después casarse con un hombre que la ame
por lo que ella es, y no por lástima, aunque afirma estar segura que sólo
podría casarse con un discapacitado, ya que un muchacho “normal” se
avergonzaría de ella.

Se advierte que la entrevista de la psicóloga Roche Hudtler es


muy completa, que deja pocas áreas oscuras en la vida de B.
Es muy fácil imaginar la rabia que esta joven siente cada vez que
piensa en el hecho de que, si su madre se hubiera fijado a tiempo
en el problema que tenía su novena hija, ella podría caminar nor-
malmente. No le puede conceder a su madre la excusa de ignorar
que una niña normal de 5 años no necesita apoyarse en los mue-
bles para ir de un lado a otro. Antes que a ella, su madre vio cre-
cer a sus ocho hijos mayores, los vio caminar de manera normal
en su momento, y, por tanto, debería haberse percatado oportu-
namente de que algo muy grave le estaba aconteciendo a B. Ve-
remos que esta rabia se percibe claramente en las respuestas que
B. dio al Rorschach. Lo que sigue a continuación es la interpre-
tación de los resultados que elaboró la psicóloga Roche Hudtler.
Rosch 8/5/03 14:56 Página 59

PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS 59

Interpretación

Se trata de una persona con una alta capacidad para integrar las cosas
(W 64.2%), ajustada a la realidad (F 42.8%). Se observa que sus poten-
cialidades se hallan limitadas o bloqueadas, ya que a pesar de que la
cantidad de respuestas W fue amplia, el número total de respuestas fue
reducido (14).
Uno de los principales conflictos (de B.) es con respecto a su imagen,
lo cual se observa en el contenido de las respuestas, ya que en la mayo-
ría de las láminas se ve a sí misma debido a su parálisis.
Se siente agresiva y rechazada (prevalecen las imágenes de lobos,
vampiros, murciélagos, cerdos, etc.). Se puede notar cierto grado de
depresión y una gran necesidad de afecto (T 35.7%, A 28.5%, Ad 21.4%).
En el aspecto sexual se siente confundida, principalmente por la gran
dependencia que tiene con su madre, lo cual le da pocas oportunidades
de relacionarse con jóvenes de su edad; además, uno de los temores de
la madre es que vayan a abusar de su hija por ser paralítica, por lo que
la limita demasiado. (La VI, en ésta fue en la que tardó más tiempo para
responder, se puso muy nerviosa; primero vio dos “niños” y luego “ni-
ñas” pegadas y agarradas de las manos).

Psicóloga Irma Dalia Roche Hudtler

Resulta de primordial interés apreciar las ventajas y la impor-


tancia de contar con un buen análisis estadístico, tal como el que
presentó la psicóloga Roche Hudtler. A quienes piensan que este
análisis representa un esfuerzo adicional, innecesario e inútil, les
invito a que vean un resumen de resultados, a fin de que com-
prueben y se cercioren de la importancia de este esfuerzo (que
viene a ser bastante sencillo, una vez que uno domina la técnica).
El caso de B. es un maravilloso ejemplo de un protocolo que
un experto como Exner habría descartado por “breve y estéril”,
dado su bajo número de respuestas. Sin embargo, esta corta can-
tidad de respuestas aclara perfectamente los agudos problemas
que vive el sujeto. El perfil de su personalidad es nítido y viene a
comprobar, una vez más, que el Rorschach sirve, sí, sirve de mu-
cho en el estudio de poblaciones marginadas que, por una u otra
razón, son poco verbales y no están familiarizadas con este tipo
de interacción con un psicólogo.
Finalmente, es bueno saber que esta administración concreta del
Rorschach dio pie a una terapia que, a la fecha, ha ayudado mu-
cho a B. a adaptarse a una situación extremadamente dolorosa.
Rosch 8/5/03 14:56 Página 60

60 PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS

La marginación se presenta bajo muchas formas, y el siguiente


caso podría haber sido la historia de un niño “normal”, pero por
un problema de “marginación médica” la suerte de este ser hu-
mano no siguió el curso adecuado, mucho menos cuando tam-
bién estaba presente la marginación social. A continuación, cedo
la palabra a la psicóloga maestra María de los Ángeles Campos
Huichan.

EL CASO DE J.

Sujeto: J. 23 años, sexo masculino.


Escolaridad: primaria
Ocupación: empleado de intendencia
Estado civil: soltero

Historia clínica
Es el mayor de tres hermanos varones; nace en casa con ayuda de
una partera y sufre anoxia, lo que produce un problema neurológico y un
leve retraso mental, según el diagnóstico médico efectuado en el Insti-
tuto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Dicho retraso hubiera podido
superarse con estimulación temprana y un cálido ambiente familiar.
En lugar de ello, J. es maltratado muy duramente desde muy peque-
ño por su padre, debido a que es sumamente lento para aprender. Ante
esta situación, su madre lo sobreprotege. Controla esfínteres y camina
a los cuatro años; empieza a hablar a los 3 años y, en general, su desa-
rrollo es bastante lento. Acude a una escuela de educación especial y a
los 16 termina la primaria. Casi no habla, su aspecto es desagradable
debido a que es desaseado, lo que está en correspondencia directa con
la sobreprotección materna; por lo mismo, es una persona sumamente
dependiente.
Sin embargo, su vida da un giro importante cuando su madre decide
separarse del esposo después de 20 años de vivir una serie de malos tra-
tos y golpes, tanto para ella como para sus hijos. Al ocurrir esto —hace
tres años— el otro hijo, que a la fecha tiene 20 años, decide quedarse a
vivir con su papá, lo que genera a J. y a su mamá mucho dolor emocio-
nal que, hasta la fecha, no han podido superar. Eso los lleva a desear ver
a B. (hijo de 20 años), pero no lo hacen por temor de ser atacados físi-
camente por el esposo.
A partir de la separación y por carecer de un lugar para vivir y de un
trabajo que les permita ser independientes, ambos se ven en la necesidad
Rosch
8/5/03 14:56
Nombre: J Edad: 23 años Escolaridad: primaria

PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS


No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P.O . N.F. Observaciones

I 15” No sé qué sea Señaló cada parte


25” Es como un... mencionada
60” 1) Como unos ojos D F– A

Página 61
aquí ¿no? Hd
Unas manos y como
unas alas

II 30” 2) Como un animal D F A


que lleva unos picos

III 10” 3) Como la mosca ¿no? D F A


T
IV 10” 4) Como unos pies y D F Hd
como un... (30”) nada
más.

V 5) Como un muñeco D F– A
que lleva unas alas

VI 6) Como un monumen- D F– Arq


to (¿a qué o a quién?) Obj
Como a Benito Juárez

61
Rosch
8/5/03 14:56
Nombre: J Edad: 23 años Escolaridad: primaria (continuación)

62
No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P.O . N.F. Observaciones

VII 7) Como una persona Recargada en las pie- D F– H


que está como en unas dras FK
piedras P

Página 62
11
VIII 8) Como unos toros D F A P
acercándose como a M N
una montaña

IX 25” 9) Como la tráquea y D F– At

PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS


nuestro corazón

X 10) Como un río y D F– A


como una torre (¿algo N
más?) y como un bece-
rro y ovejas
Rosch 8/5/03 14:57 Página 63

PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS 63


Rosch 8/5/03 14:57 Página 64

64 PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS

CÓMPUTO DE LAS RESPUESTAS

Total de respuestas: 10
Tiempo de aplicación: 20 min.

Ubicación Frecuencia %
D 10 100

Determinantes

F 4 40
F- 6 60
FK 1 10
T 3 30
M 1 10
P 1 10

Contenido

H 1 10
Hd 2 20
A 5 50
Ad 1 10
At 1 10
Obj. 1 10
N 3 30
Arq. 1 10

Popular/Original

P 1 10

La relación con su hermano y lo difícil que ha sido para él la separa-


ción, así como el deseo de verlo otra vez y de estar juntos y felices, apa-
rece también.
No parece desesperado con sus condiciones de vida actuales, ya que
sólo en una lámina hizo referencia a la desesperación.

Maestra María de los Ángeles Campos Huichan

Otra especialista me proporcionó un caso más de margina-


ción social y emocional que presento a continuación:
Rosch 8/5/03 14:57 Página 65

PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS 65

de vivir con diferentes familiares de la madre, lo que provoca problemas


para todos y ellos se sienten rechazados, y que no caben en ningún lado.
Finalmente, la madre encuentra una pareja con la que viven ambos des-
de hace 8 meses y, por lo que refieren, están contentos con esta nueva
situación familiar. Ambos encontraron trabajo y eso les permite ser au-
tosuficientes económicamente, además de proporcionarles un incre-
mento de autoestima, puesto que se dan cuenta de que son capaces de
vivir de manera independiente.
Cabe señalar que para J. fue muy difícil separarse de su hermano,
dado que con él compartía la mayoría de las actividades de su vida, lo
extraña y desea verlo otra vez, pero le tiene mucho temor a su padre y
por eso no intenta visitarlo ni acercarse a él.

Psicóloga maestra María de los Ángeles Campos Huichan

Interpretación

Al inicio de la prueba se le dificulta bastante ver algo en la lámina; tar-


da mucho tiempo para contestar (1 min, 30 seg) y, finalmente, no pue-
de dar una respuesta global; podemos hablar de un choque ante la prue-
ba, a pesar de que no se aprecia angustiado o ansioso.
Sus potenciles se hallan limitados o bloqueados, ya que el número de
respuestas fue muy limitado (10).
Es incapaz de integrar la información visual, ya que no pudo armar
ninguna respuesta global (D 100%), lo que nos indica una muy baja ca-
pacidad de organización; asimismo, proporciona respuestas de formas
mal vistas en gran cantidad (F– 60%), lo que nos dice que su manera de
estructurar las formas que ve en las láminas es bastante mala y, por lo
tanto, que sus facultades intelectuales son bajas; ambas incompetencias
están relacionadas con su problema neurológico y de retraso mental.
Aparece una gran cantidad de animales, tres de ellos mal vistos como
en las láminas III y V, en las que le es imposible ver personas o un ani-
mal agradable, como una mariposa. En lugar de esto, ve animales inde-
finidos o partes de ellos, y los otros animales que menciona son insec-
tos (moscas). Por lo anterior, podemos decir que J. está deprimido y con
una gran necesidad de afecto.
No aparecieron respuestas ante el color, nunca hizo referencia a él en
ninguna de las láminas.
Además, proyecta la relación inadecuada entre sus padres y el deseo
de un padre amigable y que lo cuide. El deseo de escapar de situaciones
que le disgustan y la convicción de que puede lograrlo.
Rosch 8/5/03 14:57 Página 66

66 PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS

EL CASO DE N.

N. es un joven de 22 años. Su nivel de escolaridad es de 6º de primaria. Es


moreno, de cabello muy lacio y bajo de estatura. Trabaja como chofer de
transporte escolar con sus tíos, en una escuela del Estado de México.
Es originario de Acapulco, Guerrero. Fue abandonado teniendo un
año de edad y, después, regalado al año siguiente a un matrimonio de
Veracruz. La pareja es citada en la ciudad de México para llevárselo.
Ellos lo reconocen y lo registran como su hijo. A partir de aquí vive con
ellos hasta los 20 años, trabajando en el campo, cuidando animales y,
después, colaborando con su papá en un negocio de aceites para auto.
El padre de N. es alto, gordo, güero y enojón. Generalmente, se eno-
ja de todo. Acostumbra tomar, factor que disgusta, apena y preocupa a
N. por cosas inapropiadas que pueda realizar su padre.
Él afirma que en su casa de Veracruz se aburre, el tiempo es muy largo
allá, “uno no hace nada” y “mi cuerpo no se acostumbra al ritmo que llevan
ellos de tranquilidad...” “Aquí, el tiempo no rinde y allá se hace eterno”.
Expresa tener un gran agradecimiento con sus padres adoptivos y
aunque no le gusta ser como ellos, no puede reclamarles nada, ya que
siempre hicieron lo que pudieron por él, dándole todo: “su nombre, ape-
llidos”, sin ser nada de ellos, es decir, lo reconocen como su hijo, no
siendo nada de él, y dice: “quizá no tengo nada que reclamar, porque
ellos, sin tener la obligación de quererme, me han dado todo. A lo me-
jor tuve la suerte de estar ahí, y que mi papá quisiera tener un hijo y ése
fui yo. Por eso trato de ser siempre obediente, toda mi vida he sido obe-
diente: primero en casa, con mis papás, a mis tíos no les he desobede-
cido. Digamos que he sido obediente un 90%”. La obediencia aparece
aquí como algo muy sintomático. El hecho de ser obediente también so-
mete. No permite un crecimiento, no hacerse responsable o no aceptar
responsabilidades, sino siempre responsabilizar al otro de lo que falle o
del apoyo y la solidaridad si sale algo bien.
El contenido de esta historia fue proporcionado por él mismo a lo
largo de cuatro entrevistas. N. es un chico que habla muy poco y al que
cuesta trabajo sacarle información, se cuida mucho de no decir algo
inapropiado que denuncie su resentimiento con la vida o con sus padres
de origen, anteponiendo siempre la bondad de quienes lo reconocieron
como hijo y su “deber de ser obediente y correspondido por lo recibido”.

Maestra Leticia Hernández Valderrama


Rosch
8/5/03 14:57
PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS
Nombre: N Edad: 22 años, Escolaridad: 6° año de primaria, Ocupación: chofer
No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P.O . N.F. Observaciones

I 3’ 1. Como aves —¿Qué tipo de aves? D F A


Como un pato 1.
1’ 2. Como una araña —¿Una araña? Qué D F- A

Página 67
le diría como con
cara de pez.
II 1’ 1. Una forma de oso —¿Cómo ves a los W F,T,P A —Hay una identifi-
—son dos osos osos? Son osos tran- cación con los
quilos 1. osos por lo tran-
quilos.

III 3’ 1. Serían como dos —¿Por qué percibes D F H


cuerpos humanos que son de hombres?
de hombres. No sabría por qué 1.
4’ 2. Veo dos penes, por —(Gira las tarjetas
eso serían hombres. con los dedos poco a
poco) 1.
IV 3’ 1. Una persona aga- W F,M, —Sumamente cau-
chada, la cabeza la P teloso. No va a dar
veo abajo y los pies a nada fácilmente.
los lados. No le al-
canzo a ver los bra-
zos.
V 30” 1. Sería la forma de 1. W F A P

67
una mariposa
Rosch
8/5/03 14:57
Nombre: N Edad: 22 años, Escolaridad: 6° año de primaria, Ocupación: chofer (continuación)

68
No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P.O . N.F. Observaciones

VI 3’ 1. No le encuentro, no —¿En forma total o —Hay un bloqueo


la asocio con nada. parcial, la puedes existen elementos
¡No! asociar con algo? sexuales de los

Página 68
que no dice nada.
VII 90” 1. Serían unos peces —¿Cómo los ves? No D F,T A —Hay una connota-
con cabeza y cuerpo sé, como que se es- ción sexual de la
capan y no se de- que no dice nada,
jan atrapar 1. pero al referirse al
2 2. Sería una roca —Dura y áspera 2. D F,T N pez que se escapa

PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS


y no se deja atra-
par es él, el que no
se deja tocar.
VIII 30’ 1. Sería una mancha —¿Sangre? Sí nada D Coym At —Sale la agresión
de sangre más 1. disparada por el
color.
4’ 2. Éstos serían como —Como si jalaran D F,M, A,Ad —Color mal visto
dos perros algo 2. P
3. Ésta sería una roca,
por el color

IX 2’ 1. Ésta sería más san- 1. D C,T At —Mal visto el color


gre
Rosch
8/5/03 14:57
PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS
Nombre: N Edad: 22 años, Escolaridad: 6° año de primaria, Ocupación: chofer (continuación)
No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P.O . N.F. Observaciones

1’ 2. Éstas serían otras —Rocas como cual- D T N —No hay juego de


rocas quiera, las rocas simbolismo.
sin forma. 2.

Página 69
X 30” 1. Serían como man- —¿Cuáles? Las rojas D C,T At —Tuvo choque al
chas de sangre 1. color aunque se
suaviza con la de
madera.
2. D F A
20” 2. Unas arañas —¿Cómo qué? Como D F,T Obj
20” 3. Algo de madera un lápiz 3.
4. D D A
30” 4. Serían como unas
ranas

69
Rosch 8/5/03 14:57 Página 70

70 PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS


Rosch 8/5/03 14:57 Página 71

PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS 71

CÓMPUTO DE LAS RESPUESTAS

Total de respuestas: 17 (100%)


Tiempo de aplicación: 31 minutos

w = 3
D = 14
F = 9
F– = 3
T = 9
C = 3
Csym = 1
A = 8
H = 2
AT = 3
N = 3

8 Láminas sin forma de 17 respuestas.

Interpretación

Muy brevemente podemos decir que N. es una persona muy cerrada, rí-
gida, controlada, con mucha ansiedad, soledad, depresión, negación so-
bre toda su vida emocional, la cual se apoya en esta historia de desam-
paro inicial y donde se percibe existen odios y rencores que no se atreve
a manifestar por esta deuda con sus padres adoptivos en relación con
su promesa de pagar siendo obediente, lo cual propicia aspectos de pa-
ranoia; hay una fobia a todo lo que pueda denunciar sus odios y deseos
de agresión, por lo cual sus relaciones humanas son cortas y no muy ex-
presivas.
Puede ser una persona peligrosa, por este vivir a medias, en cuanto a
su depresión y a la sangre. Hay una deuda de sangre, de lealtad, que sus
padres biológicos no cumplieron con él y a quienes no ha podido recla-
mar por ese abandono.
Leticia Hernández Valderrama

Pasamos ahora a presentar el caso de A., una adolescente sol-


tera de 17 años. Éste lo trajo a mi consideración la psicóloga
Blanca Liliana Juárez Cárdenas, a quien cito en seguida.
Rosch 8/5/03 14:57 Página 72

72 PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS

EL CASO DE A.

A. es la menor de dos hermanas, vive con sus padres en un departa-


mento. Cuando tenía 7 años murió un abuelo paterno, el cual vivía en
el mismo edificio que ella. Su muerte fue por accidente, lo atropellaron.
La mamá de A. no quiso que (la niña) estuviera presente en el velatorio
y la mandó con su abuela materna, la cual vivía en un pueblo por Teo-
tihuacan. Esto, en lugar de beneficiarle, le afectó más, porque, cuenta
ella, sólo se la pasaba acordándose de su abuelito e imaginándose cosas,
como que las muñecas la seguían, o soñaba con su abuelo. Cuando
regresó a su casa, al verla en el estado en que se encontraba (miedo, an-
siedad, angustia) la llevaron al Seguro y la canalizaron con un psiquia-
tra, el cual diagnosticó “neorosis de ansiedad”. A. asistió a terapia un
año, después la canalizaron con un psicólogo porque el psiquiatra dejó
el hospital; estuvo dos sesiones con el psicólogo y la dio de alta en la ter-
cera sesión.
Menciona que se le quitó un poco lo nervioso, pero aún le daban mie-
do algunas cosas, como un cuadro que tenía en su casa, de un niño llo-
rando.
Hace dos meses volvió a ver a un psiquiatra. Lo decidió ella, ya que
cree que su conducta es muy agresiva y le está generando problemas;
también entra en estados nerviosos que incluso le han impedido reali-
zar exámenes.
Nuevamente le diagnosticaron “neurosis de ansiedad”; lleva una se-
sión con el psiquiatra y dos con el psicólogo, pero no le ha agradado
mucho pues la está confundiendo.
A., si se enoja, es muy agresiva, al grado de agredir física y verbal-
mente a las personas.

Psicóloga Blanca Liliana Juárez Cárdenas

Interpretación

A. es una persona a la que le es difícil controlar sus emociones, ya


que, como podemos ver en la última lámina, los colores originaron un
choque que hizo que se derrumbara.
Por la cantidad de D (94.2%) podemos decir que tiene una cierta in-
capacidad de integrar las cosas, pero se ajusta a la realidad (F 88.5).
Podemos ver claramente su agresividad, pues prevalecen imágenes de
murciélagos, lobos y leones, además de que ve caras enojadas, malas.
Rosch
8/5/03 14:57
Nombre: A Edad: 17 años, 4° sem. vocacional

PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS


No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P.O. N.F. Observaciones

I 30’ 1. Un murciélago 1. Por sus alas, cabe- W F A


za, colmillos y su
cola. 1

Página 73
II 30” 1. Una mariposa 1. Por las alas y lo de D F,C A
en medio 1
2. Una mariposa, W F,P A
aquí la veo en
toda, tiene algo de-
bajo de las alas que
le cuelga. (rojo) 2
1. Sexo femenino 1
III 60’ 1. Dos personas 2 D F H
2. Una mariposa 3. Antenas y cuerpo 3 D F A
3. Un cangrejo 4. Antenas, cabeza, D F A
4. Otro cangrejo cuerpo 4 D F A
5. Cola, cuerpo, ca-
5. Un alacrán beza 5 D F– A
6. Pico y cuerpo 6
6. Un pájaro 1. Lo veo de los dos D F–T A
IV 30’ 1. Un lobo lados 1 D F,T A
2. Lo veo de los dos
2. Un pato lados 2 D F A
3. Unos pies 3 D F Hd P

73
Rosch
8/5/03 14:57
74
Nombre: A Edad: 17 años, 4° sem. vocacional (continuación)
No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P.O . N.F. Observaciones

V 40’ 1. Un murciélago 1. Aquí en esto 1 D F A P


2. Una mariposa 2. Aquí en esta parte D F A P
2

Página 74
3. Dos avestruces 3. Las veo juntas D F-T A
como corriendo,
con sus patas ex-
tendidas, como
que chocaron 3
VI 30” 1. Un pájaro 1. Está volando, és- D F,M A

PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS


tas son sus alas. 1
2. Dos lobos que es- D F,P A
tán sentados. 2
VII 60’ 1. Una mariposa 1 D F A
2. Una persona hinca- 2. Están enfermas 2 D F-p H
da
3. Una cara 3. Cara de un hom- D F Hd
bre 3
4. Un camello 4. Lo veo acostados 4 D F- A
5. Un perro 5. Con la voca abier- D F,M A
ta como que quie-
re morder, enoja-
do 5
Rosch
8/5/03 14:57
Nombre: A Edad: 17 años, 4° sem. vocacional (continuación)

PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS


No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P.O . N.F. Observaciones

6. Dos elefantes, ca- D F Ad


beza y trompas, a
uno le veo un ojo y

Página 75
al otro los dos. 6
7. Una persona mala, D F Hd
su rostro 7
VIII 40” 1. Un armadillo 1. Veo 2, como tre- D F,M A
pando en un árbol
1
2. Un borrego 2. Cabeza, orejas, D F,T Hd
ojos 2
3. Dos animales em- D F,M A
pujando a los ar-
madillos, no sé
qué animales 3
IX 40’ 1. Unas manos 1. Como aventando D F,M Hd
algo, veo los de-
dos. 1
2. Unos dinosaurios 2. Los veo de los dos D F A
lados, cuerpo y
cuello 2
3. Un león 3. Nada más veo su D F,M Ad
cara 3

75
Rosch
8/5/03 14:57
76
Nombre: A Edad: 17 años, 4° sem. vocacional (continuación)
No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P.O . N.F. Observaciones

4. 2 personas con D F A
sombrero malas. 4
X 60’ 1. Una araña 1. Les veo muchas D F A Choque

Página 76
patas 1
2. Unos ojos 2 D F Hd
3. Unos pájaros 3. Ya no los veo 3 No lo vio en la encuesta
4. Dos animales ma- D F A
los no sé qué son4
5. Una cara mala, D F,T Hd

PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS


ojos, adorno,
boca, barba. 5
(Me da miedo por
la cara tiene mi-
rada penetrante,
hasta me sudaron
las manos)
Rosch 8/5/03 14:57 Página 77

PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS 77


Rosch 8/5/03 14:57 Página 78

78 PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS

CÓMPUTO

Total de respuestas: 35%


Tiempo: 36 minutos

Ubicación Frecuencia %
W 2 5.7
D 33 94.2

Determinantes Frecuencia %
F 31 88.5
F– 4 11.4
T 5 14.2
C 1 2.8
M 5 14.2
p 3 8.5

Contenido Frecuencia %
H 3 8.5
Hd 7 20
A 23 65.7
Ad 2 5.7
Obj 1 2.8

P/O Frecuencia %
P 3 8.5

Como se menciona, tuvo un fuerte choque en la última lámina, re-


portando un gran nerviosismo y ansiedad, al grado de que empezó a su-
dar y pidió que ya no le mostrara la lámina. Con esto, de alguna mane-
ra, se puede comprobar el diagnóstico de los psiquiatras.
Se cree que la lámina la trastornó por las miradas que veía, pues dijo
que no le gustaba platicar con nadie debido a que se sentía juzgada. Se
le quedaba viendo y como esta lámina, por los colores, desbordó sus
emociones, le pareció fea y le originaba miedo.

Psicóloga Blanca Liliana Juárez Cárdenas


Rosch 8/5/03 14:57 Página 79

PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS 79

A lo dicho por la psicóloga Juárez Cárdenas, me gustaría aña-


dir que las pocas respuestas W que dio A. tienen que ver con ese
mismo alto nivel de ansiedad, que no le permite concentrarse y
organizar sus ideas. Esa misma ansiedad la precipitó al estado
de regresión advertido, aunque no se pueda decir que un suje-
to de 17 años sea totalmente un adulto. Para mí, lo que resulta
alarmante son los diversos elementos que apuntan a una fuerte
tendencia a la paranoia. Cuando sólo contaba 7 años, A. ya ex-
perimentaba miedo frente a un cuadro que representaba a un
niño llorando. Este miedo continuo a ser “mirada”, “juzgada”,
parece poner de manifesto un problema paranoico, una situa-
ción que trasciende la patología emocional que representa una
“neurosis de ansiedad”. A. ha sido víctima de un sistema que la
marginó: los psiquiatras del IMSS la ven un par de veces y de in-
mediato la canalizan con psicólogos más o menos calificados
que no perciben el potencial peligro de psicosis que amenaza a
la chica. Un ser que padece síntomas paranoicos es una persona
potencialmente peligrosa; A. tiene la sabiduría suficiente para
“sentir” el peligro y buscar una ayuda que ella misma percibe
como inadecuada: el psicólogo la está “confundiendo”. Lo trági-
co del asunto es que A. tiene razón: no han visto la magnitud de
su problema.

Finalmente, pasamos al caso del último sujeto adulto que fue vis-
to y estudiado por uno de los alumnos del Seminario sobre el
Rorschach que impartí en la ENEP Iztacala. El administrador de la
prueba fue el psicólogo Abraham Pliego Aceves y el sujeto que eli-
gió fue una persona que lleva más de 8 años laborando en el edi-
ficio de condominios donde reside el psicólogo. El sujeto, a quien
denominaremos Al. trabaja como cuidador, lavacoches y portero.
Se lleva muy bien con los vecinos del condominio; todos lo cono-
cen y le tiene estimación. El psicólogo Pliego Aceves le propuso
que se sometiera a la administración de la prueba del Rorschach
para conocerlo mejor y también para ayudarle a que tomara de-
cisiones importantes en su vida. Al. siempre intenta superarse y al
psicólogo Pliego Aceves le pareció que algunas entrevistas basa-
das en el perfil psicológico le resultarían de ayuda. Al. estuvo de
acuerdo. Éste será el único caso en que el protocolo y su análisis
estadístico aparezcan primero, seguidos por la entrevista.
Rosch 8/5/03 14:57 Página 80

80 PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS

EL CASO DE AL.

La entrevista se realizó después de la aplicación del protocolo y de la en-


cuesta, de una manera totalmente espontánea, debido a que, luego de
terminar, el señor Al. dijo “bueno, ahora usted dígame si lo hice bien...”
A lo cual respondí que era necesario primero analizar sus comentarios
con mayor detenimiento.
“Bueno —me dijo— no está usted para saberlo ni yo para contarlo,
pero...” y empezó a relatarme diferentes aspectos de su situación actual
y de su historia personal, a lo que yo sumé algunas preguntas para tra-
tar de tener una visión de conjunto de su vida que pudiera ayudar a
“contextualizar” el proceso de psicodiagnósticos.
El señor Al. tiene 28 años, es casado, tiene dos hijas de 8 y 2 años,
respectivamente. La esposa también vive con la familia.
Es originario de la ciudad de Veracruz, y sus padres de la ciudad de
Oaxaca. Fue hijo “único” del primer matrimonio de su madre y su pa-
dre. Fue dado en adopción a los 3 meses de edad a una tía. Él dice que
lo “desaparecieron”.
La madre se volvió a casar con otra persona, y él tiene seis “medios
hermanos”. Por tanto, sus padres ya no viven juntos. Cuenta que su pa-
dre es alcohólico, un alcohólico deambulante “de los que se quedan ti-
rados en las calles”.
Nunca vivió ni conoció a sus padres durante la infancia y niñez. Los
conoció hasta que se convirtió en adolescente. Nunca estuvo seguro de
que fueran sus padres. La tía le negó esta información “por egoísta”.
Vivió con su tía desde los 3 meses hasta los 5 años. Lo mandó a México
con unos señores “que no valen nada”, porque lo trataban muy mal, “como
perro”, sobre todo la señora. Vivió con ellos de los 5 hasta los 9 años.
A los 9 años regresó a Veracruz con su tía. Estuvo 2 años más, hasta
los 11 años de edad. Trabajó recolectando basura y haciendo mandados.
Regresó nuevamente a México y vivió con una señora que lo adoptó.
Estuvo trabajando en la zapatería de esa señora. Estuvo viviendo con
esa familia hasta los 13-14 años. Se salió de ahí sin avisar. “Se quedaron
preocupados”... Se salió y no precisó qué hizo durante ese tiempo...
Se casó a los 15 años. Se “arrejuntó”. Vivió así varios años.
A los 20 años tuvo su primera hija. A los 3 años de casado “se casó
por las dos leyes”: la religiosa y la civil.
A los 26 años tuvo su segunda hija.
Trabaja desde hace 10 años en un conjunto habitacional, “haciendo
limpieza de los edificios, recolectando basura y haciendo mandados”.
También trabaja en una dulcería desde hace más o menos 10 años.
Se compró un terreno y construyó su casa. Luego compró otro terre-
no y se lo presta a su cuñada para que viva ahí. No cobra renta.
Rosch
8/5/03 14:57
PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS
PROTOCOLO

1 ^ 5min 1. Una persona alzando la mano 1. La persona está en medio. El re- 1.D FK,M, H
hacia arriba. No se ve la cara, flejo de esto no lo deja ver, la p
está tapándose. forma de la mano hacía arriba.
2. En cada lado, reflejo de... en for- Está parada viendo al frente (2m) 2.d FK,t N
ma de nubes como sombras.

Página 81
2 ^ 5min 1. Como haciendo ejercicio... en for- 1. Como dos personas con gorros, 1.D F,M H
ma que están aquí. Como si se tapada la cara, no se les ve... (3
ubicaran golpeando, sangrando... min)
2. Como dos personas, como, tapa-
das, no se ve ni la cara... 2.D F,p H

3 ^ 5min 1. Como forma de... que están ha- 1. Agachados, queriendo agarrar el 1.D F,p, H
ciendo... moño, poniéndolo hacia abajo. M
(3 min)

2. Se me figura como moño rojo Figura... como fueran dos este... 2.D F,C Obj
3. Como forma de pies como zapa- como dos personas, no se les ve 3.D F,M H, obj
tillas la cara, el rostro
Están como agachados, agarran-
do un objeto. Se lo acerco...
Lo quieren colocar hacia abajo
el objeto...

4 ^ 3min 1. Forma de animal, halcón, para- 1. Halcón, águila, forma de alas, 1.D-W F,p,A

81
do, águila en un tronco... cara, más bien arriba, sus pies, cola de
pico... alas... atrás, en medio (4 min)
Rosch
8/5/03 14:57
(continuación)

82
PROTOCOLO

5 ^ 4min 1. Animal en forma de ...un caracol 1. No como caracol, como una ma- 1. D-W 1. F,M A
saliendo... riposa... Alas, estas... extendido
como si estuviera volando. (2
min)

Página 82
6 ^ 4min 1. Un gato con bigotes... boca... 1. Forma de un gato... boca, bigo- 1.W F,t A
pies... piel… la panza de este tes... cuello... pies... la costilla...
lado al frente... (4 min)

7 ^ 3min 1. Dos animales con partes de... 1. Dos animales en forma de gato... 1.W 1. F,p,t,M A,N
arriba de... ¿cómo los dicen?... no es cierto... o sí ... como si ...

PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS


...Como rocas en la tierra, en for- estuvieran de cabeza.. parados...
ma de rosca en como si fueran rocas, en un
...Como un río pasando por aquí río pasando por aquí... (4 min)

8 ^ 3min 1. Dos animales... con un ... como 1. Dos animales como ratones, sos- 1.D F,pM,t 1. A,N
ratones... que están aquí en la tenidos en rama de árbol, brin-
orilla... cando hacia arriba... (3 min)
...Agarrados de árboles, van su-
biendo, se están sosteniendo...

9 ^ 3min 1. Animales que van saliendo 1. Igual que antes... los gatos o co- 1.D F.M. 1.A
codrilos (3 min)
Rosch
8/5/03 14:57
PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS
PROTOCOLO (continuación)

2. Como llamas de fuego 2.D F,F- 2.N


3. Como pollitos debajo del ani- 3.D F,M 3.A
mal

Página 83
10 ^ 2min 1. Forma de arañas, subiendo, que 1. Como arañas. No le vi mucha 1.D 1F,M 1.A
van aquí (rosa). Ya no hallo for- forma (2 min)
ma

83
Rosch 8/5/03 14:57 Página 84

84 PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS

CÓMPUTO

Total de respuestas: 16
Respuestas de la lámina VIII a la X =5 (VIII - X = 5)

Duración total: 66.5 minutos


Duración (1 - VI = 26)
Duración (VII - X = 10.5)
Tiempo de protocolo: 36.5 minutos
Tiempo de encuestas: 30 minutos
Tiempo promedio por respuesta: 4 minutos

Ubicación Frecuencia Pocentaje


W 2 12%
D 14(2D→W) 87%→(12%)

Determinantes Frecuencia Pocentaje


F 14(2-,) 87%
C 1 6%
M 9 56%
t 4 25%
FK 2 12%
p 6 37%

Contenido Frecuencia Pocentaje


H 5
N 4 25%
OBJ 2 12%
A 8 50%

Hace un año y medio estableció una pequeña tienda de abarrotes. Su


mujer atiende la tienda. Él se encarga de surtir o proveer todos los pro-
ductos necesarios para la venta.
Quiere comprar un coche modelo 1992 (aproximadamente). “He tra-
bajado, luchado y sufrido mucho... mi esposa y yo nos parecemos, ella
también es muy trabajadora”.

Análisis cualitativo

1. Hay una “mala” percepción. Ve una figura de una persona don-


de no existe. Toma en cuenta el clarooscuro. Ve una persona
Rosch 8/5/03 14:57 Página 85

PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS 85


Rosch 8/5/03 14:57 Página 86

86 PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS

con manos muy pequeñas. Está parado. Ve hacia el frente...


1. Se ve a sí mismo en medio de... perdido... confuso... deslumbra-
do... no puede percibir adecuadamente... Pareciera que en el
fondo existe gran desconfianza o miedos respecto de las perso-
nas, o en última instancia de alguna imagen muy inconsciente.
2. Es un ser humano que no se ve la cara. Hay violencia, hay de-
presión, angustia...
3. Estado de choque ante el color rojo... se le escaparon las aso-
ciaciones. El “moño rojo” lo desequilibró... no se atreve a de-
cir... trataba de decir algo... “el rojo se le metió”...
4. Ve un animal agresivo, un halcón, un águila...
5. Por la ansiedad no decía mucho. No integraba. “No vampiro
sino caracol” y luego “una mariposa”. Ve animales benéficos.
El caracol como ensimismado, perdido entre el follaje. La
mariposa como un animal libre que emerge del gusano.
6. Aparece la angustia... No sabe qué decir frente a la lámina.
Asocia un animal. Parece que la sexualidad está totalmente
inhibida.
7. En vez de ver personas o cabezas de personas, ve animales.
Apercibió formas y las integró a lo demás. Hay movimiento
que puede ser considerado como algo positivo, no estático,
pues hay vida, las cosas se mueven, hay dinamismo.
8. Hay recuperación gradual aunque no pudo integrar una W
pues no se trata de dos animales aislados, sino de un todo. Va
superando su angustia. El color es un choque que negó, que
trató de ignorar. Su capacidad de organización iba mejoran-
do cada vez.
9. Esta lámina le costó trabajo. Ya no pudo continuar con la in-
tegración. Sus respuestas fueron fragmentadas: animales,
llamas de fuego, pollitos debajo del animal. Al final pareció
integrar en un animal...
10. Demasiado emotivo, angustiado. Se volvió a bloquear. Se ce-
rró a partir del color. Prefiere ignorar, evitar, dar la vuelta a
las cosas que le mueven mucho...

Impresión general

Se trata de un señor joven. Él es muy jovial, de buen humor, “op-


timista” (¿formación reactiva?), de buen carácter, ánimo chistoso,
Rosch 8/5/03 14:57 Página 87

PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS 87

ingenuo, sencillo, de buen trato, servicial, muy amable, trabaja-


dor, responsable, atento, inseguro, tímido, generoso...
Su lenguaje es claro, pero un tanto reducido. Unas frases sen-
cillas y cortas, un tanto entrelazadas, entrecortadas, encimadas
pero comprensibles.
Vestía ropa “casual”, con camisa de seda. Usaba también pu-
pilentes de color azul.

Algunas observaciones clínicas

Al. se sentía muy angustiado. La tensión fue bajando paulatinamente


sin llegar a integrar las láminas en un todo, a excepción de las láminas
6 y 7.
Se tardaba mucho en contestar y fragmentaba las respuestas, por lo
que se puede llegar a pensar que sólo percibía detalles y cosas aisladas.
Quizá ello se deba a su forma de discurso, a su escaso dominio del
lenguaje. Sus respuestas eran muy escuetas. No hay mucho dominio
simbólico ni gran creatividad, a juzgar por sus producciones verbales.
hay poco fantaseo. No se permitía ir más allá. Se aprecia que tenía otras
respuestas a la mano, pero se reprimía y soltaba sólo una respuesta muy
escueta.
Su manejo de la realidad es un manejo muy concreto, a través del
control obsesivo del desorden. Parece haber una identificación incons-
ciente de los desechos... con los “mandados”... con los “desaparecidos”...
con los aparecidos, con el dolor, con los animales desprotegidos.
Por los datos encontrados, no se puede hablar categóricamente de un
cuadro o de una patología definida, pero se observan diversos rasgos re-
lacionados con una estructura de fobia. Hay también rasgos obsesivos, a
juzgar por su actitud de control, pero también elementos psicopáticos,
a juzgar por la desintegración de los elementos de las imágenes. Sin em-
bargo, parecería haber demasiado control interno de sus pensamientos
y de sus emociones, a través del ambiente y el aislamiento de los afectos.
Quizás todos estos sean aspectos que enmascaran un cuadro patoló-
gico más severo, como una especie de psicosis, pero a juzgar por los da-
tos, no se puede emitir un juicio contundente.

Comentarios finales

Sobra decir que este reporte refleja una primera aproximación al test
del Rorschach y que, como se puede apreciar, no es lo suficientemente
Rosch 8/5/03 14:57 Página 88

88 PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS

preciso ni en lo referente al cómputo ni en lo relativo a una posible in-


terpretación clínica desde el instrumento mismo.
La aplicación de la prueba es bastante compleja. En nuestro caso, nos
encontramos con una persona que tomaba cerca de 4 a 5 minutos por
respuesta, incluyendo el tiempo de inicio (reacción), así como las de-
moras entre respuestas. Ello dificultó el cómputo en términos de poder
diferenciar claramente cada una de las respuestas.
Es necesario, por mi parte, profundizar en el manejo de las partes
cuantitativas de la prueba. Pero además, parece que el instrumento mis-
mo no aporta demasiados elementos para una posible interpretación
clínica. La interpretación final parece correr por cuenta del clínico res-
ponsable de la administración y, por ello, se puede incurrir en sobre-
simplificaciones o generalizaciones demasiado burdas, que poco tienen
que ver con la situación del examinado.

Los últimos comentarios del psicólogo Abraham Pliego son


sumamente importantes: “La interpretación final parece correr
por cuenta del clínico responsable de la administración”. En rea-
lidad, no parece correr por cuenta del clínico, corre por cuenta
de él. Por eso resulta crucial saber administrar y analizar la
prueba de manchas de tinta. El psicólogo Pliego se siente inse-
guro en su diagnóstico, no solamente porque esta administra-
ción y evaluación es una de las primeras que él llevó a cabo, sino
también porque le tocó en suerte un sujeto especialmente difícil
y alterado. Ya la misma paciencia que evidenció el psicólogo
Pliego pudo haber sido un factor que alterara el diagnóstico,
pues, según indica, el sujeto contestaba luego de transcurridos
entre 4 y 5 minutos de haber visto las láminas. Un psicólogo más
seguro, con mayor experiencia, podría haber insistido para reci-
bir respuestas más rápidas. Es notable que el sujeto Al. dio dos
respuestas D—>W, preámbulo de esas peligrosas DW que son una
señal de alerta roja para verificar tendencias psicóticas. Las res-
puestas de Al. tienen un nivel de desorganización que fue adver-
tido por el psicólogo. La misma vida del sujeto sugiere una
desorganización que ha conducido a la presencia de fuertes
controles, por parte del mismo sujeto, para evitar que su perso-
nalidad se desintegre, y eso también fue percibido por el psicólo-
go Pliego. Habrá que decir que la paciencia del psicólogo “salvó”
al sujeto Al. de incurrir en más respuestas D—>W y DW y, por
ello, “alteró” la condición del sujeto. Pero, siendo esto último ob-
viamente imposible, lo que ocurrió fue que alteró el diagnóstico.
Rosch 8/5/03 14:57 Página 89

PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS 89

Esto sí es posible y es lo que probablemente ocurrió en este caso,


pues es un riesgo que siempre corre el administrador-evaluador.
Al ayudar al sujeto a calmarse, el psicólogo Pliego propició
que diera menos respuestas potencialmente psicóticas. Es muy
posible que Al. sea una personalidad borderline y Pliego no le ha-
bría ayudado en nada colgándole la etiqueta de “psicótico”. Plie-
go logró ver al sujeto como un ser individual y complejo, y no
sólo como un “estereotipo”, en este caso, un sujeto borderline o
francamente psicótico.
Para funcionar normalmente, Al. requiere un control emocio-
nal muy fuerte, pero lo tiene y, por tanto, lleva su vida por cau-
ces “normales”, aunque esto le representa mucho dolor, desde
luego, menos que el que le representaría ser tachado de psicóti-
co. No parece ofrecer peligro para sí mismo o para los demás y,
en este sentido, más vale no alterar aquello que está “suficiente-
mente bien”.
Juzgué que era muy importante presentar el caso trabajado
por el psicólogo Pliego justamente porque constituye un ejemplo
clarísimo de las dificultades que presenta la evaluación y de las
dudas que puede plantearse el clínico en el proceso. En ausencia
de datos suficientes, es bueno conducirse con prudencia; “no se
puede emitir un juicio contundente”. Para formular tal juicio, se-
ría necesario evaluar al sujeto mediante la aplicación de más
pruebas y entrevistas más profundas, hasta llegar al punto de
una terapia de corto plazo, que nos indique la manera de “ablan-
dar” sus mecanismos de defensa: el control inmisericorde que se
ve obligado a ejercer todo el tiempo sobre sus propias emociones.
Rosch 8/5/03 14:57 Página 90

PROTOCOLOS INFANTILES

Los casos que voy a presentar a continuación son parte de in-


vestigaciones mías, llevadas a cabo entre poblaciones margina-
das infantiles. La primera en el barrio de Santa Úrsula, en la ciu-
dad de México (1986-1987), y la segunda en dos poblados del
estado de Morelos (1995-1997). Considero que es de suma im-
portancia presentar estos casos y discutir los protocolos de los
niños para ilustrar este trabajo.
Como dije antes, se aplicó la prueba Rorschach a dos tipos de
población infantil, el primero de los cuales es de niños urbanos
marginados. Éstos —de los que se presentan tres casos— mani-
festaron altos niveles de ansiedad y angustia. El segundo tipo es
el niño de poblaciones rurales marginadas. La diferencia en los
niveles de ansiedad y depresión entre los primeros y los segun-
dos es notable, favorece a estos últimos y se advierte con dramá-
tica nitidez en los protocolos. También, en el caso de los niños
rurales, se presentan tres protocolos, junto con los resultados ob-
tenidos en el WISC y los dibujos realizados por ellos que repre-
sentan una persona humana, ya sea la de ellos mismos o la de
sus familias.

En principio, hablaremos de Ricardo, un niño que reside en la


ciudad de México y que tiene 9 años. Es el mayor de una familia
de 6 hijos, tres varones y tres mujeres. La familia vive en un
“cuarto redondo” de 3 × 4 metros, que se ubica en Santa Úrsula,
Ajusco, barrio marginado en las cercanías del Estadio Azteca,
Delegación Coyoacán, D.F.
La madre de Ricardo lava ropa ajena fuera de su “casa”. Para
trabajar, deja a sus hijos menores bajo la supervisión de Ricardo
y de su hermana Margarita, de 7 años de edad. Pero éste no es el
único problema de Ricardo, pues entre los hermanos que tiene
que cuidar está Mario, de 3 años, que pacede de retraso mental
y de hiperactividad. Además, Mario es un niño de gran fortaleza
física, lo que hace que la tarea de cuidarlo sea particularmente
pesada para Ricardo y Margarita. Ambos quieren y odian a ese

[90]
Rosch
8/5/03 14:57
Nombre: Ricardo 9 años

PROTOCOLOS INFANTILES
No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P.O . N.F. Observaciones

I 60’ Una calavera D F– An


40’ No veo nada más Sí, una máscara W
II 10’ Sangre... D C An

Página 91
20’ Es un gato muerto por Sí, está muerto W F–,T A
la sangre
III 20’ unos brujos, cocinan- cocinando comida D F,m (H)
do un... pero sangre de brujos D F obj
también D C An
IV 5’ ¡Un monstruo! Enor- W F (H) P Devuelve la lámina
me! No me gusta para no verla
V 10’ Un murciélago no, nada más W F H P
VI 5’ otro gato, abierto, sin sí, lo cortaron en la W,D FT,T,F A
panza mitad, se ven sus bi-
gotes
VII 30’ nubes, puras nubes no, solamente nubes W F–T H
VIII 1.20’ no sé... ¿una copa rota? sí, rota en la mitad D F– obj
IX 40’ no sé... animales que la parte verde D F– A
pican
X 50’ más animales, araña, sí, todos, horrible W F,C A
cangrejos, alacranes

91
Rosch 8/5/03 14:57 Página 92

92 PROTOCOLOS INFANTILES

CÓMPUTO

Total de respuestas: 13
Ricardo 9 años
Ubicación Frecuencia %
W 7 53.8
D 8 61.5
F 4 30.7
F 5 46.1
T 4 30.7
An 2 15.3
A 5 38.4
C 3 23
(H) 2 15.3
N 1 7.6
P 2 15.3

hermanito difícil y, a veces, peligroso. Por supuesto —como en el


caso de muchas otras familias del barrio de Santa Úrsula Ajus-
co—, no hay una figura paterna. Doña Lucía, madre de los niños,
ha tenido varios “esposos” y los ha dejado a todos porque todos
“tomaban”, le pegaban y no daban dinero a la casa. “Estoy mu-
cho más tranquila sin hombre”, dice doña Lucía. Es una mujer
joven, guapa, alegre a pesar de su pobreza; le gusta reír y hacer
chistes. Adora a sus hijos, se preocupa mucho por Mario y ha
buscado una escuela especial donde pudieran cuidarlo. Hasta la
fecha no ha dado con un sitio de éstos, donde dejar a Mario una
horas al día, a fin de que Ricardo y Margarita puedan ir a la es-
cuela “todos los días”. Por el momento, hay días en los que no
pueden asistir, porque los horarios del colegio y los del trabajo
materno no coinciden, y alguien tiene que atender a Mario. Ri-
cardo se siente muy responsable por su hermano, aun cuando
diga: “Es problema de mi mamá, pero como trabaja, la tengo que
ayudar.”

Como dije en otro estudio,1 los niños marginados de barrio an-


helan el contacto con adultos. No hay papás, la mamá está de-

1 Anne Bar Din, Los niños de Santa Úrsula. Un estudio psicosocial de la infan-

cia, México, CCYDEL-UNAM, 1989.


Rosch 8/5/03 14:57 Página 93

PROTOCOLOS INFANTILES 93
Rosch 8/5/03 14:57 Página 94

94 PROTOCOLOS INFANTILES
Rosch 8/5/03 14:57 Página 95

PROTOCOLOS INFANTILES 95

masiado ocupada para dedicarles tiempo y en la escuela tampo-


co hay diálogo con el maestro, que debe atender, por lo menos, 45
niños por salón de clase. Así que Ricardo y los demás niños con-
sideraban el momento de las entrevistas que sostuvieron conmi-
go como un tiempo privilegiado, en el que un adulto “importan-
te” les prestaba toda su atención.
En sus respuestas al Rorschach, Ricardo muestra un alto ni-
vel de ansiedad (ve animales, como todos los niños, pero los ve
muertos o lastimados). El tipo de animales que ve también es in-
dicativo de un elevado nivel de preocupación, de depresión: los
alacranes, las arañas, no son precisamente animales “felices”.
También ve sangre con mucha facilidad (láminas I, VI). Ricardo
tiene una enorme necesidad de afecto, según se desprende de las
respuestas de texturas (T láminas II, VII).
También le gustó la administración del WISC y, como muchos
niños de estos barrios marginados, quiso hacerlo una segunda
vez. Su C.I. de 90 resulta bastante alto para un niño que no pue-
de asistir a la escuela con regularidad. Es obvio que Ricardo tie-
ne una inteligencia innata que podría cultivarse bastante bien si
su presencia en el colegio fuera más frecuente. Aquí debo seña-
lar que tengo pruritos en cuanto al empleo del WISC, WISC-R,
etc., porque —en mi opinión— lo que estas pruebas ponderan es
el grado de adaptación a la cultura de la mayoría, y tal adapta-
ción sólo se logra asistiendo a la escuela. Como es lógico, cabría
preguntar ¿por qué utilizo el WISC si no me gusta? Bien, pues,
en principio, porque no existe otra prueba menos sesgada o ten-
denciosa, y en segundo término porque cuando menos ubica al
sujeto dentro de una gran multitud de niños a los cuales se les ha
aplicado la misma prueba tendenciosa.
El dibujo que —por petición mía— ha hecho Ricardo de una
persona humana resulta muy revelador. ¡Ahí aparece él mismo,
acuartelado en un primer piso que sólo se alcanza a través de
una escalera larguísima y empinada! Al parecer, solamente allí se
siente seguro, fuera del alcance de los problemas cotidianos.

El segundo caso es el de Margarita, no la hermana de Ricardo


sino una niña homónima de 8 años de edad. Es la hija mayor de
una familia indígena originaria del estado de Veracruz. Los hijos
son seis en total, y la niña menor de la familia nació sin piernas
Rosch
8/5/03 14:57
Nombre: Margarita 8 años

96
No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P.O . N.F. Observaciones

I 20’ Unos cuernitos no, nada más D F– Ad


si, dos ojos, una boca, DS F Ad
es un cerdo salvaje.

Página 96
II 10’ Hay unos pies y una —arriba, lo rojo D F–
cosa roja, como una —abajo, lo rojo tam- D F– (A)
cabeza. Está al revés bién es un mons-
truo.

III 20’ un alacrán, sí, tiene no, lo demás, no sé... D F– (A)


colmillos para hacer
oyos en la gente

IV 20’ Eso no sé... una cala- también un árbol, en D,D F–,F An,N
vera con cuernos el centro

PROTOCOLOS INFANTILES
V 18’ un diablo, por los cuer- Es también un mur- W F,T A
nos ciélago por las alas
como de pelo suave

VI 30’ parece un burro... muy —no, nada más W F– A


mal dibujado
Rosch
8/5/03 14:57
Nombre Margarita 8 años (continuación)

PROTOCOLOS INFANTILES
No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P.O . N.F. Observaciones

VII 30’ es de cabezas, qué Sí, nubes W F,T N


será, qué será, más
bien como nubes

Página 97
VIII 20’ Eso es una calavera aquí en el centro, son D F– F,S A
animales que suben, D F,Tm A
lobos, son lobos

IX 40’ ¡otra calavera! Puras no, solamente una DS F- A


calaveras en estas co- calavera
sas!

X 40’ Eso es una tumba para Sí todo, una tumba W F- A


piezas de animales abierta
muertos

97
Rosch 8/5/03 14:57 Página 98

98 PROTOCOLOS INFANTILES
Rosch 8/5/03 14:57 Página 99

PROTOCOLOS INFANTILES 99

CÓMPUTO

Total de respuestas: 14
Margarita 8 años
Ubicación Frecuencia %
W 4 28.5
D 9 64.2
DS 2 14.2
F 6 42.8
F 7 50
T 3 21.4
A 6 42.8
Ad 2 14.3
(H) 1 7.1

ni brazos, lo que representa una tortura para la madre, cuyo caste-


llano, por añadidura, es difícil de entender. Esta mujer, al igual
que doña Lucía, trabajó como empleada doméstica en casas aje-
nas, siempre cargando a Isabel, que tenía entre 8 y 9 meses cuan-
do entrevisté a la familia. Tuve un trato especialmente cercano
con todos ellos porque, mientras llevaba a cabo mi investigación
en Santa Úrsula, Felipe —el hermano menor de Margarita, que
por entonces tenía 7 años— vertió, accidentalmente, una cube-
ta de agua hirviente sobre Pablo, su hermanito de 3 años. El ac-
cidente le produjo a Pablo quemaduras de tercer grado y me vi
precisada a prestarle atención médica personalmente.
En esta familia el cuidado cotidiano de la casa corre por cuen-
ta de Margarita y Felipe. Ambos son en extremo responsables,
pero sólo tienen 8 y 7 años respectivamente... por ello es frecuen-
te que ocurran accidentes como el referido. Recuerdo con dolor la
expresión preocupada de Margarita, una noche que llegué a su
“cuarto redondo”, un poco más tarde de la hora habitual, para in-
yectar penicilina a Pablo. Margarita no quería abrirme la puerta.
—Margarita, perdona el retraso, pero es muy importante que le ponga
la inyección a Pablito. Si hay infección, peligra su pierna.
—Ya lo sé, doctora, pero lo acabo de dormir, y ya sabe lo difícil que
es dormirlo... no quiero que se despierte.

Uno de los problemas graves con Pablito era lo doloroso de las


curaciones de su pierna y por ello no puede pesarlo bien. En con-
Rosch 8/5/03 14:57 Página 100
100 PROTOCOLOS INFANTILES
Rosch 8/5/03 14:57 Página 101

PROTOCOLOS INFANTILES 101

secuencia, tampoco pude dosificarle bien el analgésico. Para no


excederme y causarle consecuencias contraproducentes, le daba
muy poco. Ese día, Margarita se mantuvo firme y tuve que re-
gresar varias horas después para inyectar al niño. Todo ese tiem-
po no pude menos que admirar la determinación de Margarita.
Los resultados de la aplicación del Rorschach a Margarita fue-
ron harto alarmantes por la gran cantidad de animales muertos
que vio (lámina X), además de la multitud de calaveras (láminas
IV, VIII y IX). Vio animales peligrosos “que hacen hoyos en la
gente” y un “cerdo salvaje”. Igualmente vio muchas malas for-
mas (7, que representaron 50% de sus respuestas). Sentí que el
miedo dominaba la vida de Margarita, un miedo permanente. Y
no es ninguna sorpresa: para una niña de 8 años no es tarea fá-
cil cuidar de tiempo completo a sus cinco hermanos menores.
Además, cuando encontré a Margarita, ella atravesaba un
momento de angustia en su corta existencia; como dije, se preo-
cupaba mucho por Pablito y, además, Isabel le daba “horror”.
“Doctora, no la quiero tocar... no tiene manos ni pies, es como un
pequeño monstruo y eso es muy malo de mi parte, porque ella se
ríe todo el tiempo, debería de quererla más.”
Margarita va a la escuela “de vez en cuando; como dos veces
a la semana, no más... y peor con Pablito así”.
Administré el WISC a Margarita y, a pesar de todos sus pro-
blemas y su casi inasistencia al colegio, obtuvo un C.I. de 100,
que es muy bueno. Esto indica, nuevamente, que la niña tiene
una inteligencia innata que le permite arreglárselas bastante bien
para cuidar a toda esta familia. Tuvo problemas para dibujar una
persona humana: “le pongo el sol y flores para que sea más bo-
nito. No sé dibujar...”
A pesar de los elementos alarmantes que arrojaron los resulta-
dos del Rorschach, no es posible decir que Margarita esté per-
diendo contacto con la realidad, pero está al borde de ello. Su rea-
lidad le infunde demasiado miedo para enfrentarla cabalmente
cara a cara. Y aunque se recupera, “pone” flores y sol y protege
muy bien a Pablito, tiene un terror mortal. Tuve la suerte de en-
contrar a su papá, quien me regaló una bolsa de 20 kilos de na-
ranja por haber cuidado de Pablo. Le conté mis inquietudes so-
bre la cordura de Margarita y, a partir de ese momento, se quedó
en Santa Úrsula, en vez de regresar a Veracruz, donde trabaja. Un
Rosch 8/5/03 14:57 Página 102

102 PROTOCOLOS INFANTILES

hermano suyo —a quien también tuve la fortuna de conocer— le


prestó el dinero necesario para quedarse en casa y ayudar a la
niña. Yo proseguí mi investigación y tuve ocasión de ver el cam-
bio operado en Margarita a medida que Pablo se iba recuperan-
do. Se presentó a la escuela con mayor regularidad, y su herma-
na Isabel fue confiada al cuidado de una tía que se la llevó a
Veracruz, para atenderla mejor. La tía era un mujer soltera de 40
años, sin hijos, que bien podía hacerse cargo de la niña. La Mar-
garita que dejé al término de mi investigación en Santa Úrsula
Ajusco era una niña trabajadora, responsable y sonriente.
Como dato interesante, no puedo dejar de mencionar que la
volví a ver hace un año. Ahora, tiene aproximadamente 21 años,
vive en Veracruz, está casada y no tiene hijos. “Yo tomo la píldo-
ra, no quiero una vida como la de mi mamá...”. Éstas son las pe-
queñas y grandes satisfacciones de la investigación.

Pasemos a continuación al caso de Emeterio. Éste es un niño


que, por su altura y fuerza física, parece tener 12 o 14 años, aunque
sólo tiene 10. Es el mayor de una familia de cuatro hijos: dos ni-
ñas y dos niños. El menor tiene 2 años y los tres últimos no son
hijos del padre de Emeterio. En contraste con los casos presen-
tados arriba, aquí el padre de familia, Felipe, está presente, muy
presente. La madre, doña Margarita, no trabaja; apenas si se le
concede el derecho a salir de su casa (su “cuarto redondo”).
Cuando asistía a las reuniones del grupo de mujeres a través del
cual se llevó a cabo la investigación en Santa Úrsula Ajusco, yo
tenía que firmar una “constancia de asistencia”, para que Mar-
garita pudiera comprobar ante su marido que, en efecto, había
ido a la reunión y no a otro sitio. Felipe, el padre de sus tres hi-
jos menores, era sumamente violento con ella y Margarita llega-
ba a las reuniones con huellas de golpes en el rostro. Tal situa-
ción enfurece a Emeterio, que quiere proteger a su madre y se
enfrenta físicamente a su padrastro. Como su altura y su fuerza
son equiparables a las del hombre, los pleitos son en extremo pe-
ligrosos, y Margarita y los demás niños viven aterrados de que un
día uno de ellos mate al otro. Ninguno de los intentos de acerca-
miento que hice para hablar con Felipe surtió efecto; se negó a
recibirme aduciendo que aquello no era asunto mío. Yo le res-
pondí que un caso de violencia brutal contra una mujer y un
niño de 10 años se vuelve asunto público. Un médico que vive en
Rosch
8/5/03 14:57
Nombre: Emeterio 10 años

PROTOCOLOS INFANTILES
No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P.O . N.F. Observaciones

I 40’ Como que es una cara no solamente la cara W F– Hd


no es una máscara W F Obj
II 20’ Dos personas que se eso es la sangre de O F,m H

Página 103
están peleando los golpes O C An
III 40’ Dos niños que quieren para matarla D Fm H,A
atrapar una mariposa D F A Agr
IV 50’ No sé... como que es sí todo se va a morir, W F– H
un árbol partido en la está cortado, aquí se D F– H
mitad ve la línea
V 10’ Un murciélago sí todo W F A P
D F– A
VI Una mariposa arriba lo demás rocas D F–T H
VII como que son dos mu- arriba D F H
chachas
VIII 30’ una fosa abierta, con sí todo, puros huesos W F– An
huesos
IX 20’ igual, como una opera- todo W F–C An
ción, muchos huesos y
sangre
X 30’ Aquí le quitaron la piel sí, se ve, piel toda W F– An mórbido

103
a una vaca cortadita
Rosch 8/5/03 14:57 Página 104

104 PROTOCOLOS INFANTILES

CÓMPUTO

Total de respuestas: 15
Emeterio 10 años
Ubicación Frecuencia %
W 7 46.6
D 8 53.3
F 6 40
F– 8 53
m 2 13
A 4 26
C 2 13
H 2 13
Hd 1 6
An 4 26
H 2 13
Agr 1 6
mor 1 6
p 1 6

el vecindario trató de prestarme ayuda para hablar con Felipe,


pero éste lo amenazó con golpearlo “si se metía”. Desgraciada-
mente, no existe en el barrio una autoridad policiaca o civil que
pueda proteger del maltrato a Margarita y a Emeterio. Las mu-
jeres del grupo de trabajo también intentaron brindar protección
a estas dos víctimas, pero siempre que lo hacían se ponían en pe-
ligro. Margarita quería separarse de Felipe, pero éste se negaba,
porque, según decía, él pretendía “vigilar” a sus hijos.
Como los demás niños, Emeterio disfrutó mucho de la prue-
ba del Rorschach. Sin embargo —según podrá verse más ade-
lante—, su visión del mundo refleja la atmósfera de violencia y
rabia en la que vive inmerso.

El total de respuestas que dio Emeterio fue de 15, que es alto


dado su estado de ansiedad y agresión cotroladas. Su capacidad
para organizar los estímulos también resultó elevada: dio 7 res-
puestas W. Es uno de los pocos niños que dio una respuesta
abiertamente agresiva y una mórbida. Manifesta la preocupa-
ción expresa de llegar a matar a su padrastro “accidentalmente”,
pues es consciente de lo que un hecho así implicaría para su fa-
Rosch 8/5/03 14:57 Página 105

PROTOCOLOS INFANTILES 105


Rosch 8/5/03 14:57 Página 106

106 PROTOCOLOS INFANTILES


Rosch 8/5/03 14:57 Página 107

PROTOCOLOS INFANTILES 107

milia. Igualmente, externa su inquietud respecto a que Felipe lo


pudiera matar a él por accidente. ¿Podría evitar los enfrenta-
mientos? Sólo si Felipe dejara de buscar pleitos de manera per-
manente: “me tengo que defender cuando me ataca. Tampoco
puedo quedarme quieto cuando él le pega a mi mamá”. A pesar
de tanta carga de angustia y temor, Emeterio asiste a la escuela
con bastante regularidad. Sin embargo, en el WISC su estado de
confusión refleja la tensión cotidiana que vive. Obviamente, se
trata de un niño inteligente, pero obtuvo sólo 90 de C.I., lo que
es más indicativo de su miedo que de su falta de capacidad men-
tal. Su dibujo también es muy revelador: él es una figura peque-
ña, de pie atrás de su mamá. Frente a los dos aparece Felipe, con
sombrero, levantando la mano “para darle un golpe a mi mamá”.
Es terrible pensar en la vida de un niño que crece en tales con-
diciones.

Finalmente, pasamos al último sujeto entrevistado en Santa


Úrsula, quiero decir, al último que pienso mencionar en el pre-
sente estudio. En Santa Úrsula vi a un total de 60 niños y no voy
a traer sus casos a colación en este momento. Los que presenté
arriba sirven más bien de ejemplo para mostrar que el Rors-
chach es capaz de detectar alteraciones de la personalidad en ni-
ños que viven bajo condiciones de alto riesgo emocional.
Como decía antes, el último sujeto al que me referiré aquí se
llama Elsa, una niña de 10 años, la mayor de una familia forma-
da por cinco hijos, todos de padre distinto. La madre de Elsa, tam-
bién llamada Margarita, se ríe del asunto: “No, no quiero nada
de todos estos hombres. Nada más que sus hijos. Tengo que tra-
bajar mucho para criarlos, pero me gusta. Los quiero mucho y
ellos a mí, además gozo de una libertad total. ¡No hay hombre
que pueda venir a golpearme para quitarme mi dinero!” Doña
Margarita es una mujer de temperamento alegre, se ríe mucho
con sus hijos (tres hijas y dos hijos) y le cuesta trabajo castigar-
los. En cierta ocasión en que yo estaba entrevistando a Elsa, apa-
reció doña Margarita y le indicó a la niña: “Cuando termines con
la doctora tienes que darle un baño a Verónica (la hermana me-
nor de 6 años).” Elsa y yo terminamos nuestra plática, y como Ve-
rónica pasaba por ahí, Elsa la levantó y la metió completamente
vestida en la tina de agua preparada para el baño. Doña Marga-
rita se rió y le dijo: “Habrías podido quitarle la ropa primero.”
Rosch 8/5/03 14:57 Página 108

108 PROTOCOLOS INFANTILES

“No —contestó Elsa—, su ropa también está sucia. Así lavo todo
de una vez.” Verónica cooperó quitándose la falda y la blusa y
ayudando a su hermana a tallar la ropa. Las dos terminaron den-
tro de la tina, arrojándose burbujas de jabón una a la otra. Este
ambiente festivo y juguetón es típico de la familia de doña Mar-
garita. Tal vez por eso Elsa no muestra mucha ansiedad o preocu-
pación, a pesar de tener encomendada la alta responsabilidad de
cuidar y dar de comer a sus hermanos. Aun así, me dijo que te-
nía demasiado trabajo con tantos chiquitos a su alrededor. “Me
gusta ir a la escuela, pero no me da tiempo de hacer mi tarea.”
Esto es digno de atención porque en el WISC Elsa alcanzó un
C.I. de 110, calificación un poco por encima de la normal y C.I.
que pocos niños del barrio de Santa Úrsula lograron. De su di-
bujo, Elsa misma dijo: “Dibujé las casas en las cuales me gusta-
ría vivir, no en la que vivimos.” ¿Quién es la pequeña figura que
aparece atrás de ella? “Es Verónica, ella es mi consentida.”
En el Rorschach, Elsa también dio una respuesta abiertamen-
te agresiva (lámina II). Pero esto no sorprende; existe tanta vio-
lencia a su alrededor, es testigo de tantas peleas “a golpes”, que
su respuesta, dentro del total del protocolo, más bien indica un
reflejo realista del mundo que la rodea que un deseo personal de
agredir a los demás.

Cuando llevé a cabo la investigación de Santa Úrsula Ajusco no


analicé individualmente los protocolos. No era ése el objeto del
estudio. Utilicé la prueba como siempre lo hago, para tener una
idea del estado emocional de los sujetos. En el caso de Santa
Úrsula no puedo decir que encontré a los niños tranquilos y feli-
ces. Todos los protocolos eran alarmantes por el nivel de ansie-
dad y miedo que revelaban. Para el propósito del libro que es-
cribía en ese momento, consideré los protocolos como un
“grupo” de datos sobre el “grupo” de sujetos estudiados. Con
todo, resulta una suerte que, tantos años después, aún conserve
en mis archivos los datos específicos de cada niño.
Luego de haber estudiado a tantos niños alterados en un con-
texto urbano, conduje una investigación similar en ciertos ba-
rrios marginales del estado de Morelos. Los niños se parecían
mucho a los de Santa Úrsula, solamente que estaban un poco
más sucios. Las áreas de Morelos donde llevé a efecto esta nue-
va investigación carecían de agua, y tan preciosa sustancia no se
Rosch
8/5/03 14:57
Nombre: Elsa 10 años

PROTOCOLOS INFANTILES
No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P.O . N.F. Observaciones

I 40’ una fuente sí en el centro tam- D F Obj


bién dos águilas de D F,T H
cada lado

Página 109
II 20’ dos señores peleándose a golpes por la san- D F,m H Agr
a golpes gre D C An
III 20’ son animales... no son dos personas D F A
D F H
IV 60’ Oh! es un monstruo sí, peligroso W F (H)
V 10’ Es un vampiro sí, todo W F A
W F– (H)
VI 20’ Es otro monstruo tiene cuernitos D F Ad
D F– Obj
VII 50’ otra fuente dos perritos arriba D F– A
D F A
al lado
VIII 20’ dos toros están sobre rocas D FT N
en el centro D F– (Ha)
IX 10’ es como una montaña
cara de un monstruo sí, sapos, arañas, ala- D F A
cranes, víboras

109
X 30’ animales, todos malos
Rosch 8/5/03 14:57 Página 110

110 PROTOCOLOS INFANTILES

CÓMPUTO

Total de respuestas: 17
Elsa 10 años
Ubicación Frecuencia Porcentaje
W 3 17.9
D 14 82.3
F 12 70.5
F- 4 23.5
T 3 17.6
m 1 5.8
A 6 35.2
H 2 11.7
(H) 2 11.7
obj 2 11.7
Ad 1 5.6
N 2 11.7
(Hd) 1 5.6
An 1 5.6

malgasta en la empresa de lavar niños que, de todos modos, es-


tarán igual de sucios al día siguiente.
Como acostumbro hacer en estas investigaciones, apliqué la
prueba del Rorschach a los niños. Al comparar los protocolos
con los aplicados en Santa Úrsula, advertí diferencias tan nota-
bles que me vi obligada a indagar más de cerca las condiciones
de vida de los niños del campo. Según se verá a continuación, es-
tos protocolos parecen provenir de niños felices, que viven en
paz con su entorno humano y ambiental.
Los cuatro casos que presentaré son de niños de los pueblos o
barrios de Ocotitlán y Tlacotenco, ambos en las cercanías de Te-
poztlán.

El primero es el de Claudia, niña de 10 años y la segunda hija de


una familia de cinco (tres niñas, dos niños). Esta familia no vive
en un “cuarto redondo”, sino en una choza cuyas paredes están
hechas con bambúes u ocotes, a través de los cuales se filtra el
viento, la luz y las voces de los demás niños. Por eso fue necesa-
rio aplicar varias pruebas a la intemperie, lejos de los hermani-
tos o hermanitas que, a fuerza de escuchar y entrometerse, más
Rosch 8/5/03 14:57 Página 111

PROTOCOLOS INFANTILES 111


Rosch 8/5/03 14:57 Página 112
112 PROTOCOLOS INFANTILES
Rosch 8/5/03 14:57 Página 113

PROTOCOLOS INFANTILES 113

tarde podrían haber “copiado” las respuestas de otros niños.


También me topé con el problema de escasez de superficies pla-
nas donde dibujar o hacer apuntes. Tuve que resolver este in-
conveniente recurriendo a tablas o puertas que algún vecino
amable nos facilitó en préstamo.
Claudia es una niña tranquila y tímida. Le cuesta mucho traba-
jo hablar y prefiere sonreír. Como muchos de los niños entrevista-
dos en estos dos pueblos, Claudia ve bastantes animales, pero no
las bestias peligrosas que solían ver los de Santa Úrsula. Claudia
logró “ver” seis mariposas en las láminas (III, V, VI, VII y IX). Vio
también a un “bebé dormido” (lámina IX). Percibió pocas imá-
genes integradas (4 W), pero tiene 12 respuestas de buena forma
(F). Asimismo, como es común en los niños, tiene una buena
cantidad de respuestas de textura (T); de hecho, el 33% de sus
respuestas tienen que ver con ella. Obviamente, no todas sus ne-
cesidades emocionales están satisfechas, pero no evidencia altos
niveles de ansiedad, ni miedos en especial. El WISC le dio un C.I.
de 80, que, por cierto, era alto para el nivel de la población in-
fantil de ambas localidades. El problema de la escuela apareció
muy rápidamente en esta investigación. En cuanto al dibujo de
“su familia”, Claudia hizo lo que otros muchos de sus iguales: in-
cluyó como miembro de ella a niños vecinos que, por diversas ra-
zones, bien dormían en su casa o comían con ella y sus herma-
nos. Para Claudia estos niños no eran diferentes en nada a sus
hermanos carnales. Estaban tan presentes como éstos y, por lo
mismo, eran incluidos entre los integrantes de su familia.

Pasemos al caso de Héctor, también de 10 años. Héctor es el ma-


yor de una familia que tiene dos hijos. Su hermano menor, de 5
años, nació con serios daños cerebrales y por eso doña María, la
madre, pidió que la operaran para no tener más descendencia.
Doña María y sus dos hijos viven en Tlacotenco, donde el siste-
ma escolar es un poco mejor que en la vecina Ocotitlán. Héctor
es muy verbal, le encanta hablar y lo hace muy bien; su vocabu-
lario es amplio, le gusta leer y es dueño de varios libros, cosa
insólita en ese pequeño poblado. Esto tiene que ver con su madre.
Doña María quería ser maestra, le rinde auténtico culto a la edu-
cación y todavía se lamenta de no haber podido estudiar más allá
de la preparatoria. En consecuencia, es muy estricta con Héctor
y su rendimiento escolar. Frente al “fracaso” —según sus pala-
Rosch
8/5/03 14:57
Nombre: Claudia 10 años

114
No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P.O . N.F. Observaciones

I 20’ Una máscara Todo W F obj


podrían ser ángeles, D F,T (H)
los dos lados, las alas

Página 114
como

II 30’ parecen dos niños ju- Sí, y tienen garras D F,m H


gando a tocarse las rojas, de lana D F,T obj
manos

III una mariposa en el Sí, la parte roja D FC A


centro
También dos mujeres Sí, se ve pegado D Fm H
cargando una olla de
frijoles

Un gigante sentado en Sí, el tronco, se ve la W,D Fm,F,T (H)

PROTOCOLOS INFANTILES
IV 40’
un tronco de árbol corteza

V 10’ Una mariposa todo W F A P

VI 40’ otra mariposa aquí en arriba D F,T A


los lados, podrían ser todo lo demás D F–T obj
abanicos de plumas
Rosch
8/5/03 14:57
Nombre: Claudia 10 años (continuación)

PROTOCOLOS INFANTILES
No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P.O . N.F. Observaciones

VII 20’ son dos niñas paradas todo W F– H


sobre una mariposa

Página 115
VIII 20’ un payaso en el centro D F– H
y de los lados, dos ga- D F,m A
tos subiéndose

IX 10’ un bebé dormido y una parte rosa D F,T H


mariposa, no dos ma- en los lados D F– A
riposas gigantes

X 40’ Difícil... un tubo que animales como can- D F,m A


cargan dos animales lo grejos, también bo- D F,T A
demás, todos animales rregos

115
Rosch 8/5/03 14:57 Página 116

116 PROTOCOLOS INFANTILES


Rosch 8/5/03 14:57 Página 117

PROTOCOLOS INFANTILES 117


Rosch 8/5/03 14:57 Página 118

118 PROTOCOLOS INFANTILES

CÓMPUTO

Total de respuestas: 18
Claudia 10 años
Ubicación Frecuencia %
W 4 22.2
D 14 77
F 12 66
F 5 27.7
T 6 33
M 5 27.7
C 1 5
A 7 38.8
H 5 27.7
(H) 2 11
Obj 3 16
H 1 5
P 1 5

bras— del nacimiento de su segundo hijo, precisó la operación


de esterilización, aunque se separó de su marido.
Además de tener una mejor escuela, Tlacotenco tiene una clí-
nica, donde los males del hijo menor, Bernardo, pueden ser aten-
didos. Héctor se encarga de llevar a su hermano a la clínica
cuando es necesario. Héctor es un niño serio, maduro, que se
duele de no tener más hermanos. Sus respuestas al Rorschach
no muestran ansiedad, son tranquilas y se toma su tiempo para
contestar. En la primera lámina corrigió su respuesta original de
“perro” a “lobo” y dijo que le gustaría mucho ver un auténtico
lobo. “¿No te daría miedo?” “¡No! No son peligrosos para la gen-
te. Deben ser hermosos...” Presentó muchas respuestas de textu-
ras (63%). Afirma que su mamá es demasiado severa con él, que
le gustaría recibir de ella el cariño y el afecto que le prodigó a
Bernardo.
Según el WISC, Héctor alcanzó un C.I. de 95, uno de los más
altos registrados en el transcurso de la investigación. Al momen-
to de dibujar a su familia, no incluyó a Bernardo, sino a otros
tres niños: Mario, Juan y Lupe. “¿Quiénes son?” “Mis hermanos.
Los adopté.” “¿Qué dice tu mamá de eso?” “Nada, ella también
los quiere. Casi siempre están con nosotros. Su mamá murió, los
Rosch
8/5/03 14:57
PROTOCOLOS INFANTILES
Nombre: Héctor 10 años
No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P.O . N.F. Observaciones

I 20’ La cabeza de un perro más bien es un lobo W F A


por las orejas
II 40’ a ver... dos monjes que sí tienen gorras W F H

Página 119
se saludan
III 20’ dos mujeres cocinando también, un moño D F H
en los lados, pintura D F Ojb
tirada, lo rojo D F Obj
IV 40’ un gigante, visto desde sí todo W F,K (H)
abajo W F A P
V 10’ una mariposa todo W F,T A
VI 40’ una piel de gato W F, H, Obj

VII 10’ dos niñas sentadas en


un columpio
VIII 10’ dos perros a los lados abajo, más rosas D F A
D F,T N
IX 20’ lo rosa, dulces de azú- arriba nubes D F,T Obj
car sabor fresa D FT N
X 30’ muchos animalitos del arriba, arriba, dos ma- D F (H)
mar gos, cangrejos, pero D T,T A

119
también ratoncitos.
Rosch 8/5/03 14:57 Página 120

120 PROTOCOLOS INFANTILES


Rosch 8/5/03 14:57 Página 121
PROTOCOLOS INFANTILES 121
Rosch 8/5/03 14:57 Página 122

122 PROTOCOLOS INFANTILES

CÓMPUTO

Total de respuestas: 15
Héctor 10 años.
Ubicación Frecuencia Porcentaje
W 6 40
D 9 60
F 14 93
T 5 33
K 1 6
A 5 33
H 3 20
(H) 2 13
Obj 5 33
N 2 13
P 1 6

cría una abuela enferma. Prefieren estar con nosotros.” Sin sa-
berlo, Héctor me estaba dando un principio de respuesta a la
pregunta: “¿Por qué están tan tranquilos y felices estos niños?”

Volvamos al pueblo de Ocotitlán para revisar el caso de María.


Con sus 9 años, es la segunda de una familia de tres hijos. Tiene
dos hermanos, uno mayor, Simón, y otro menor, Juan. María
también es una niña tranquila. Le apliqué el CAT (Children Aper-
ception Test), una prueba que administré, junto con el Rors-
chach, a los niños poco verbales, y que administré sólo a los que
resultan demasiado jóvenes para someterse al Rorschach. Ante
una lámina que representa a un conejo sentado en su cama, en
la oscuridad, y con la puerta abierta, le pregunté si el conejillo
tenía miedo. “¿Miedo de qué?”, me preguntó. “No sé... alguien
podría entrar... ¿no crees?” A eso, María respondió con maravi-
llosa tranquilidad: “Solamente pueden entrar hojas... polvo o ga-
titos.” Esa misma lámina aterrorizaba a los niños de Santa Úrsu-
la. Para ellos, el conejito estaba en peligro de ser robado por un
monstruo o un ladrón.
En el WISC María calificó para un C.I. de 80, que es lo normal
entre los niños de Ocotitlán. Y en su dibujo de la familia, María
incluyó asimismo a varios niños vecinos que, en su concepto, re-
sultaban ser sus hermanos y hermanas.
La del último niño de Ocotitlán al que haré referencia es la his-
Rosch
8/5/03 14:57
Nombre: María 9 años

PROTOCOLOS INFANTILES
No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P.O . N.F. Observaciones

I 30’ ¿será una máscara? todo W F Obj


no más bien maripo- W F A
sa

Página 123
II 20’ eso es una araña todo mal hecha D
III 30’ eso es ... son dos señoras no hacen nada
un moño, así...
IV 40’ un gigante, sí pero no no, parado así...
feo
V 20’ una mariposa no, nada màs
VI 40’ una piel de gato como de corazón
VII 20’ dos niñitas la parte de arriba.
Abajo?
unas rocas
VIII 30’ una mariposa arriba y de los lados, dos ga-
titos
IX un foco... en el centro, con flo-
res alrededor
X animales... arañas, todo, todo
cangrejos, borregos,

123
ratoncitos
Rosch 8/5/03 14:57 Página 124

124 PROTOCOLOS INFANTILES


Rosch 8/5/03 14:57 Página 125
PROTOCOLOS INFANTILES 125
Rosch 8/5/03 14:57 Página 126

126 PROTOCOLOS INFANTILES

CÓMPUTO

Total de respuestas: 14
María 9 años.
Ubicación Frecuencia Porcentaje
W 4 28.5
D 10 71.4
F 12 85.7
F- 1 7.
T 4 28.5
H 2 14.2
A 7 5
Obj 3 21.4
(H) 1 7
P 2 14.2

toria típica de los niños de estos pueblitos. Conocí primero a su


abuela, doña Ninfa, una señora de edad avanzada que solía ver
cuando iba en camino a visitar a una familia que padecía múlti-
ples problemas. Doña Ninfa siempre quería hablar conmigo, y
me invitaba a visitarla, a entrevistar a algunos de los jóvenes que
siempre la rodeaban. Pero como éstos aparentaban tener entre
14 y 18 años, en principio no manifesté interés, dado que había
decidido no incluir adolescentes en mi investigación. Le dije esto
a doña Ninfa, quien contestó: “No hay problema, tengo dos más
jóvenes: Lisbet, de 13 años y Joaquín, de 8 y medio... no, más bien
acaba de cumplir los 9. Venga conmigo, tengo que hacer, pero le
voy a contar...” Seguí, pues, a doña Ninfa, que, en efecto, tenía
mucho qué hacer. De entrada, una verdadera montaña de ropa
sucia para lavar a mano, arrodillada frente a un lavadero de pie-
dra. La señora empezó a golpear y a tallar una enorme cantidad
de jeans y otras prendas pesadas y duras con una energía que no
pude menos que admirar profundamente. Yo nunca dispuse de
tanta fuerza física y mucho menos dispondré de ella a la edad
de doña Ninfa. Por cierto, mientras empezó a contarme su vida,
intentó acordarse de su propia edad y, al calcularla con ayuda de
algunos de sus jóvenes nietos ahí presentes, resultó que tenía
más o menos entre 72 y 74. Su historia la contó así:
Me casé a los 16 años y tuve 11 hijos, de los cuales se me murieron, muy
pequeños... a ver, como cinco, creo. Ni me acuerdo de sus nombres, es-
Rosch 8/5/03 14:57 Página 127

PROTOCOLOS INFANTILES 127

tuvieron conmigo tan poquito tiempo... Sobrevivieron seis, crecieron, se


casaron, tuvieron hijos. Pero se puso muy mala la situación, no tenían
trabajo y muchos tuvieron que ir al Norte [Estados Unidos], de brace-
ros, regresando con frecuencia para traerme dinero. Me había dejado a
sus hijos para cuidarlos; son los jóvenes que usted ve aquí.
Pero como 5 años atrás, se fue mi hijo Joaquín y nunca regresó. Se
quedó conmigo su esposa, Elisa, con sus dos hijos. El más pequeño, Joa-
quín también, de apenas 3 años. De repente, ella se fue también y tam-
poco regresó. Y yo, a los 66 o 67 años de edad, tuve que ser mamá de
tiempo completo, de Lisbet y de Joaquín. Aquí están y me parece que
tienen ellos la edad que le interesa.

De hecho así era: allí estaban los niños, tan salpicados como
doña Ninfa y como yo por las burbujas de jabón que la enérgica
actividad de la abuela mandaba a volar al aire que nos rodeaba.
Invité a Lisbet a alejarnos un poco de todo ese público; le di
papel y crayola y le supliqué que me dibujara a su familia. Lis-
bet no levantaba los ojos para verme. Desde donde lavaba su
ropa, doña Ninfa me gritó: “Es muy tímida, doctora, siempre es
así.” Bien pudiera ser que fuese tímida, pero, además, me perca-
té de que, en ese momento, varios de sus primos la estaban mi-
rando y le hacían chistes que la ponían muy incómoda. Lisbet
era una niña sumamente hermosa y en ella podían percibirse ya
rasgos de la mujer que algún día sería. La atención que le “dedi-
caban” los primos era enervante, se lo dije a Lisbet y la invité
nuevamente a venir conmigo, ahora al otro lado de mi coche, a
fin de escapar de aquellos adolescentes abusivos. Lisbet no qui-
so acompañarme. Le mostré entonces las láminas del CAT, las del
Rorschach, y la insté a que las viera más de cerca, pero eso tam-
poco modificó su actitud: no quiso hacerme caso. Le expliqué
que no importaba, que nada era obligatorio y que se trataba más
bien de un juego. Si ella no quería jugar conmigo, tampoco tenía
importancia. Entonces puso sus brazos alrededor de mi cuello:
“Son ellos, no puedo hacer nada con estos idiotas que me miran
siempre.” Tenía razón, uno de los dos “idiotas” se había metido
en mi coche, miraba a Lisbet y con la boca hacía gestos de besos
dirigidos a ella. Yo la abracé, le dije que comprendía muy bien
cómo se sentía y que, por ningún motivo, iba a insistir. En ese
momento llegó Joaquín corriendo. “Yo sí quiero jugar, quiero ver
los juegos”. Le di a él el papel, los lápices, las crayolas, todo con-
Rosch 8/5/03 14:57 Página 128

128 PROTOCOLOS INFANTILES

tra el fondo de una silla rota. Joaquín empezó a dibujar, contán-


dome cómo sus primos molestaban a su hermana Lisbet. “Y peor
hoy, porque está usted aquí. Quieren que ella haga todo mal para
burlarse de ella después.”
Decidí administrar el CAT a Joaquín, porque me pareció que
era demasiado joven para el Rorschach. Sus respuestas al CAT
fueron muy similares a las de los niños de Ocotitlán. Proyectaba
imágenes de agua cada vez que podía. Toda la población de Oco-
titlán sueña con ese líquido que tanta falta le hace. Joaquín vio
también muchos animales tranquilos y felices, dormidos, con
sus papás o jugando entre sí. La descripción de una vida sin ma-
yores preocupaciones, la descripción de un mundo que nada te-
nía que ver con el de los niños de Santa Úrsula. Joaquín quiso
ver el Rorschach. “Sí, las que tienen colores. Pero me quiero su-
bir en el coche. Los primos también me molestan.” Les pedí a los
primos que se alejaran un poco. “Sí, cómo no. Queremos mucho
a Lisbet y a Joaquín. ¡Son como nuestros bebitos!” “Pero eso les
molesta.” “Perdón, es un juego... ya nos vamos.” Uno de los jó-
venes levantó a Joaquín en sus brazos para darle un beso y, fie-
les a su palabra, se retiraron. Pensé que, tal vez, Joaquín no iba
a poder contestar a las láminas del Rorschach, pero eso tampo-
co tendría importancia. En realidad, yo no necesitaba unos re-
sultados quizá cuestionables y, en todo caso, Joaquín podría darse
el gusto de ver el “juego” que tanto anhelaba. Pero, como se verá
más adelante, las respuestas que dio fueron del todo satisfacto-
rias.
Según se puede apreciar, Joaquín dio uno de los protocolos
más largos de la investigación en Ocotitlán y también en Santa
Úrsula. Siempre se fijaba en algo nuevo. El total de sus respues-
tas (19) es alto y dio cinco respuestas W, incluyendo la lámina X,
que es extremadamente difícil de integrar en un todo. Su res-
puesta Mor (mórbida) tiene que ver más bien con un esfuerzo
suyo por transmitir una sensación de textura en la lámina VI.
Pero el sistema de anotación nos obliga a calificar de mórbida
cualquier respuesta que describa a un objeto dañado. Durante la
administración de la prueba sentí que Joaquín trataba de decir
que el “tapete” que vio en la lámina no tenía una superficie lisa y
pareja.
En el WISC Joaquín recibió una calificación de C.I. de 75, que
es la más común en Ocotitlán. Eso lo colocaría en el nivel de re-
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PROTOCOLOS INFANTILES 129

trasado mental leve, que, desde luego, en absoluto corresponde


a la realidad. Lo único que revela la cifra es su falta de asistencia a
la escuela y el poco interés que él mismo tiene en el asunto.
Cuando me entregó su obra maestra: el dibujo de su familia,
me dijo que, por falta de espacio en el papel, no había podido di-
bujar a su tía Marta ni a sus primos Enrique y Pancho. Tampoco
había podido incluir al perro llamado “Mancha”, porque no sabe
dibujar perros.

A continuación explico las conclusiones a las que llegué al tratar


de entender por qué estos niños producen protocolos sin señales
evidentes de ansiedad o miedo. Existe una colaboración enorme
entre las familias. Existe también una tercera generación, un
grupo de abuelas y abuelos que, aunque el padre sea “invisible”
y la madre esté fuera del hogar, trabajando, impide que los niños
se sientan solos y abandonados. El pueblo es su casa, y esta casa
es segura. Además, como se advirtió en los dibujos, los niños no
ponen ni ven límites entre sus hermanos de sangre y los niños ve-
cinos que pasan mucho tiempo con ellos. Las múltiples “tías”
mencionadas no son auténticas tías, sino vecinas que ayudan en
la crianza infantil, acaso mucho más de lo que ayudaría una tía
verdadera. Hay poca evidencia de presencia masculina, de hom-
bres, los miembros generalmente más conflictivos en la comuni-
dad por su alto consumo de bebidas alcohólicas y por la conse-
cuente violencia de su conducta. En los dibujos no aparecen
“tíos” adoptivos ni reales. Las comunidades estudiadas, pues, es-
tán pobladas básicamente por mujeres, niños y ancianos.
Sin la administración del Rorschach es muy probable que la
diferencia de estado de ánimo entre los dos grupos de niños
(Santa Úrsula Ajusco y los dos pueblos de Morelos) habría pasa-
do casi inadvertida y no me habría visto obligada a estudiar a la
población rural de manera más precisa. A estas alturas, no hace
falta mencionar nuevamente que el Rorschach es una herra-
mienta indispensable para el estudio de poblaciones de cual-
quier tipo. La prueba nos da un perfil bastante preciso y exacto
de los sujetos estudiados.
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Nombre: Joaquín 9 años

130
No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P.O . N.F. Observaciones

I ˇˆˇ 30’ Es una máscara para Sí, todo, no me gus- W F Obj.


el día de los muertos. taría usarla, está fea.

Página 130
II ˇ 20’ Son dos osos jugando Sí, y además tienen W F,T A
a chocarse las manos. gorritos D F,C Obj

III ˇ 10’ Dos señoras lavando Hay un moño pega- D F,m H


ropa do al muro, y dos D F Obj
manchas de pintura D F,C Obj

IV ˆˇ 30’ ¡Oh! Eso es un gigante Está sentado sobre W F (H)


un tronco de árbol. D F,T H

V ˇ 5’ ¡Una mariposa! W F,T A P


D F,T A

PROTOCOLOS INFANTILES
VI ˇˆˇ 40’ Arriba parece cara de lo demás es un tape- D F,T obj mor
gato te bien roto, desgas-
tado.

VII ˇˆ 30’ dos niñas bailando cargan unas flores en D,D Fm,T H,H
sus cabezas D Fm H
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PROTOCOLOS INFANTILES
Nombre: Joaquín 9 años (continuación)
No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P.O . N.F. Observaciones

VIII ˇ 40’ Dos gatos subiéndose Abajo hay piedras, D Fm A,H


en... ramas de árboles. están en algo como D F,T H
agua.

Página 131
IX ˆˇˆ 40’ Arriba una nube rosa y D F,T H
naranja,
abajo, dos cabezas de lo demás es una DS F,T H
elefante, mal hechas. nube, con una fuente
al centro.

X ˇˆˇ 50’ Ésas son puras flores todas separadas W F,TC H


como para hacer un
tapete de flores.

131
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132 PROTOCOLOS INFANTILES

CÓMPUTO

Total de respuestas: 19
Joaquín 9 años.
Ubicación Frecuencia Porcentaje
W 5 26
D 14 73
F 18 94
T 9 47
C 3 15.7
M 3 15.7
S 1 5
A 5 26
H 3 15.7
Obj 4 21
N 8 42
P 1 5
Mor 1 5
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PROTOCOLOS INFANTILES 133


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134 PROTOCOLOS INFANTILES


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APÉNDICE

[135]
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136 APÉNDICE

TABLA 1
RESPUESTAS POPULARES

Lámina Ubicación Contenido


I W Murciélago
I W Mariposa
II D (forma negra) Cabeza de animal,
perro, oso
II D (forma negra) Animal entero
III D (forma negra) Dos figuras humanas,
caricaturas
IV W Una figura humana
V W Mariposa
V W Murciélago
VI W o D (forma negra,
abajo) Piel de animal, tapete
VII D(forma negra arriba) Cabeza humana,
de niña, o niño
VIII D(formas rosas, laterales) Animales enteros
IX D(forma naranjada) Formas tipos humanas,
brujas, duendes
X D(Forma lateral azul) Cangrejos
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TABLA 2

REPRODUCCIÓN DE LÁMINAS

[137]
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Esta página dejada en blanco al propósito.


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APÉNDICE 139
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3

140
TABLA
SISTEMA DE SÍMBOLOS DE CLASIFICACIÓN RORSCHACH*

Ubicación Determinantes
W Mancha total M Figuras en movimiento de tipo humano
(humano, mitológico o animal)
Wx Intento de utilizar la mancha total con omisión FM Movimiento de tipo animal

Página 140
de corte de parte o partes m Movimiento abstracto o inanimado.
DW Detalle interpretado, cuya significación p Postura, posición
se atribuye injustificadamente a la mancha total T Textura
(confabulación). k El claroscuro como una extensión
D Detalle usual grande tridimensional proyectada en un plano
D→W Detalle interpretado y resto de la mancha usada bidimensional (rayos X, mapa topográfico)
como fondo, o tendencia a la W también expresada K El claroscuro, como difuminación
(contaminada). (humo, nubes)
d Detalle usual pequeño FK El claroscuro como una extensión
Dd Detalle inusual tridimensional en paisaje o perspectiva
dd Detalle minúsculo F Forma solamente, no vivificada
S Espacio blanco F+ Forma de mayor precisión que la popular
F Forma en el nivel de respuesta popular
F– Forma de menor precisión que la popular
Contenido C Color acromático de superficie
H Figuras humanas FC Forma definida con color brillante
(H) Figuras humanas mitológica o de caricaturas CF Color brillante en forma indefinida

APÉNDICE
Hd Partes de figuras humanas, no anatómicas C Color solamente
(Hd) Partes de figuras humanas, no anatómicas Cn Denominación del color
mitológicas o de caricaturas Cdes Descripción del color
Rosch
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APÉNDICE
A Figuras animales Csym Simbolismo de color–asociación
(A) Figuras animales mitológicas o de caricatura abstracta con el color brillante
Ad Partes de animales vivos (Primavera, caída, alegría, tristeza)
(Ad) Partes de animales vivos mitológicos
o de caricatura
Aobj Cueros de piel, cráneos y similares Popularidad - Originalidad

Página 141
Obj Objetos hechos por el hombre Respuestas populares
N Naturaleza O Respuestas originales: las que
At Anatomía humana (partes diseccionadas, se encuentran no más de una vez en
rayos X, cuadros anatómicos) P 100 protocolos
Geo Mapas topográficos y de contorno;
conceptos geográficos tales como islas,
golfos, canales, no visualizados en paisaje

* Elaborado por la psicóloga Elizabeth García Santamaría

141
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TABLA 4

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142
TEST PSICODIAGNÓSTICO RORSCHACH
Nombre:—— Sexo:—— Edad:—— Edo. civil—— Ocupación:—— Tiempo de aplicación:——
No. Pos. T. Respuestas Encuesta Loc. Det. Cont. P/O Observaciones

Página 142
APÉNDICE
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CONCLUSIÓN E INTRODUCCIÓN A UN TRABAJO FUTURO

Durante toda la presentación que termina aquí, existió un hecho


implícito, que ahora quiero sacar afuera en palabras claras. Si el
Rorschach nos permite acceder a las emociones profundas de
personas cuyas culturas e idiomas son tan distintos, podemos
decir que la prueba de manchas de tinta es un idioma universal
entendido por el inconsciente de todos los sujetos. No hay que
pensar que los “idiomas” solamente están hechos de palabras.
Desde la época de los filósofos griegos, se distinguían tres tipos
de lenguajes:
“El lenguaje hablado, que utiliza palabras; el lenguaje signifi-
cativo, que utiliza figuras; el lenguaje que cubre al utilizar sím-
bolos” (Heráclito).
Por supuesto, con todos los idiomas se puede “cubrir” o es-
conder el pensamiento. Es interesante notar que el Rorschach
habla justamente “el lenguaje que cubre”, dejando al sujeto la ta-
rea de descubrir lo escondido en las figuras, y por ende en su
propia mente, lo que da al psicólogo la tarea de “traducir” el len-
guaje que cubre al lenguaje hablado, que expresa en palabras los
pensamientos del sujeto. El lenguaje hecho de “figuras” o sím-
bolos muy bien podría ser universal.
Uno debe acordarse que un lenguaje X puede variar en el sen-
tido que da a las palabras según el contexto en el cual estas pa-
labras se emplean. El mismo autor, en el mismo idioma, puede
querer expresar un sentimiento distinto, con las mismas pala-
bras, según el contexto. Lo interesante del Rorschach es que a
pesar de todas estas posibles variaciones, logra transmitir emo-
ciones comprensibles en muchos contextos variados. Es cierto
que las poblaciones a las que se ha aplicado la prueba son todas,
en medidas distintas, influidas por la cultura occidental. Pero
ninguna de estas poblaciones tiene todos los referentes culturales
de las clases medias europeas para las que se había diseñado ori-
ginalmente la prueba. Sería de gran interés administrar la prueba
a poblaciones todavía más lejanas a la cultura occidental, a po-
blaciones cuyos símbolos y mitos culturales sean todavía más

[143]
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144 CONCLUSIÓN

distintos de los de las poblaciones ya estudiadas. Por eso hablo


de “Introducción a un trabajo futuro”.
Para lo que nos interesa en ese momento, la prueba de Rors-
chach ha vencido las barreras culturales y socioeconómicas sin
dificultad, y dio al investigador una imagen muy clara y aparen-
temente exacta del estado de ánimo de los sujetos, así como un
perfil claro de sus personalidades. Por eso, y en esta medida, se
puede hablar de un “idioma universal”.
Un idioma universal que nos da acceso al inconsciente de mu-
chas personas de culturas totalmente distintas quizás podría ha-
cer pensar en la posible existencia de estructuras universales en
el inconsciente.
Ahora conocemos un poco más sobre el cerebro desde el as-
pecto físico, de lo que Freud conocía cuando escribió “Proyecto
de una psicología para neurólogos”. Él tenía un plan sumamen-
te ambicioso, y todavía más difícil de llevar a cabo en el siglo XIX.
En una carta fechada el 15 de octubre de 1905 (carta 30) dijo a
su amigo Fliess:

En el curso de una noche muy atareada [...] de pronto se levantaron las


barreras, los velos cayeron, y mi mirada pudo penetrar de golpe desde
los detalles de las neurosis hasta las condiciones de la conciencia” (S.
Freud).

Como bien se puede imaginar, el entusiasmo de Freud no duró


mucho. En una carta escrita el 8 de noviembre siguiente (carta
35), Freud informaba a su amigo que “había arrojado todos los
manuscritos de la psicología en un cajón “donde deberán dormir
hasta 1896” (Ibid.).
No era fácil organizar en el mapa del cerebro de entonces a los
tres sistemas de neuronas; los proceso primario y secundario, las
dos reglas biológicas de la atención y la defensa, las condiciones
de la conciencia como función perceptiva, para sólo evocar al-
gunos de los elementos de la psicología que quería explicar
Freud.
Hoy mismo, estamos seguros de que es la conciencia, y más
difícil aún, el inconsciente.
Jean Laplanche y Jean Bertrand Pontalis dijeron (en 1968):
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CONCLUSIÓN 145

El inconsciente freudiano [no había existido otro, n. de la autora] es


ante todo una noción tópica y dinámica, DEDUCIDA [mayúsculas de la
autora] de la experiencia de la cura. Ha mostrado que el psiquismo no
es reductible a lo consciente y que ciertos “contenidos” sólo se vuelven
accesibles a la conciencia una vez superadas las resistencias; la cura ha
revelado que la vida psíquica está [...] “saturada de pensamientos efi-
cientes, aunque inconscientes” (Laplanche, J.B. Pontalis).

Es interesante ver que la definición de Laplanche y Pontalis es


más sofisticada que la elaborada varios años después por unos
científicos estadounidenses:

Los estados mentales conscientes incluyen sensaciones [...] ex-


periencias perceptibles [...] y pensamientos incidentales. La con-
ciencia es así una característica que abarca el conjunto de nues-
tra vida mental, pero también es un aspecto de nuestra vida
mental que deja perplejo. Esta perplejidad –el sentido de que
existe algo misterioso alrededor de la conciencia, a pesar de la
familiaridad que tenemos con sensaciones, percepción y pensa-
miento– aparece principalmente desde la pregunta de cómo pue-
de ser la conciencia producto de un proceso físico de nuestro ce-
rebro [escribe Martin Davis].
La idea de que ciertos tipos de experiencias conscientes se de-
ben identificar con procesos de actividad en el cerebro plantea
un problema que todavía no se expresa claramente...
Obviamente, la descripción —física o no de lo que es la con-
ciencia— está todavía lejos de una claridad cristiana... Puede ser
porque cuando yo me meto en ese terreno, camino a ciegas, en
tierra desconocida. Debo pasar la “antorcha” a unos psicoanalí-
ticamente inclinados neurólogos. Yo, como psicoanalista, sola-
mente puedo plantear la hipótesis del Rorschach como lenguaje
potencialmente universal, y la necesidad de investigar la posibi-
lidad de estructuras físicas del inconsciente siendo también de
carácter universal. Por eso, mi conclusión también es una intro-
ducción a trabajos futuros sobre la naturaleza de los muchos as-
pectos físicos del cerebro.
Además de este paréntesis, quisiera expresar mi esperanza de
que los lectores de este texto se convenzan de que sí es posible
aprender y dominar la prueba de Rorschach y de que mediante
su aplicación e interpretación se puede ayudar a poblaciones nu-
merosas y urgentemente necesitadas de ayuda.
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BIBLIOGRAFÍA

Bar Din, A., Los niños de Santa Úrsula. Un estudio psicosocial de la in-
fancia, México, UNAM/CCyDEL, 1991.
——, Los niños marginados rurales. Estudio de casos en Morelos, Méxi-
co, CCyDEL/CRIM, UNAM, 1998.
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(ed.), Assessment with Projective Techniques, Nueva York, Springer
Publishing Co., 1981.
Bohm, Ewald, El test de Rorschach, Madrid, Ediciones Morata, 1979.
——, El psicodiagnóstico de Rorschach, Barcelona, Editorial Herder,
1978.
Bohm, E., Vademecum del Test de Rorschach. Tablas auxiliares para su
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Davis, M. en R.A. Wilson y F.C. Keil, The MIT Encyclopedia of the Cogni-
tive Sciences, Cambridge, USA, MIT Press, 1999.
Exner, J.E. Jr., The Rorschach: A comprehensive System, vol. 1, Basic
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Exner, J.E. Jr., Weiner, The Rorschach: A Comprehensive System, vol. 3,
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Klopfer, B., M.D. Ainsworth, W.G. Klopter, R.R. Holt, Developments in
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Freud, S., Obras completas, trad. José Etcheverry, vol. 1, Buenos Aires,
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Heráclito en M. Kippel, Philosophie et poesie, les origines de la pensée
philosophique, París, Librairie Felix Alcan, s/f.
Laplanche, J. y J.B. Pontalis, Diccionario de Psicoanálisis, Barcelona,
Editorial Labor, 1971.

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ÍNDICE

PREFACIO 9

NOTA ACLARATORIA 11

INTRODUCCIÓN 13

BREVE HISTORIA DEL RORSCHACH 16

ADMINISTRACIÓN 19

ANOTACIÓN 23

CODIFICACIÓN DE LAS RESPUESTAS 26


A] Ubicación, 26;
B] Contenido, 28;
C] Determinantes, 29

INTERPRETACIÓN 33

PROTOCOLOS ADMINISTRADOS Y EVALUADOS 41

EL CASO DE G 41

EL CASO DE B 49

EL CASO DE J 60

EL CASO DE N 66

EL CASO DE A 72

EL CASO DE AL 80

PROTOCOLOS INFANTILES 90

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148 ÍNDICE

APÉNDICE 135

Tabla 1: Respuestas populares, 136


Tabla 2: Reproducción de láminas, 137
Tabla 3: Sistema de símbolos de clasificación, 140
Tabla 4: Machote de anotación, 142

CONCLUSIÓN E INTRODUCCIÓN A UN TRABAJO FUTURO 143

BIBLIOGRAFÍA 146
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tipografía: fernando rodríguez perezbolde


impreso en impresores aldina, s. a.
obrero mundial 201, 03100 méxico, d.f.
dos mil ejemplares y sobrantes
30 de julio de 2001

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