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Los activos fijos son bienes que pertenecen a una empresa, que se utilizan para
el servicio de dicha empresa, no se compran para venderlos, sino para sacarles
un rendimiento, y que tienen un precio inicial (Precio de compra), un precio final
(precio de recuperación) y una vida útil en la que son explotados y por la que va
perdiendo su valor, correspondiendo el valor máximo con el momento de compra,
y el valor mínimo con el momento de venta o de jubilación del activo. En última
instancia, el empresario puede deshacerse de los activos fijos vendiéndolos a
otra compañía de reciclaje o de aprovechamiento de piezas sueltas.
Los activos fijos inmuebles, como pueden ser los terrenos, las oficinas…etc
raramente se deprecian por lo que se consideran activos fijos no depreciables.
Por contra, los activos fijos si depreciables se refieren a aquellos activos fijos
muebles, como pueden ser las herramientas, las máquinas, los vehículos y el
mobiliario interno de la empresa.
Para llevar una correcta contabilidad, tanto los terrenos como los edificios, que
por lo general no se deprecian, se deben de separar en cuentas distintas de
forma separada.
– Edificios : 20 años
– Mobiliario: 10 años