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Luis Felipe Orozco Rodríguez – 2176097

Bryan Prieto Duque – 2180798

TEMPORADA DE PATOS

México – 2004, 85 minutos, blanco y negro.


Género: Comedia dramática, comedia juvenil.
Dirección y Guión: Fernando Eimbcke.
Producción: Christian Valdelievre.
Fotografía: Alexis Zabé.
Música: Alejandro Rosso, Natalia Lafourcade.
Edición: Mariana Rodríguez.
Compañías Productoras: Cinepantera y Lulú
Producciones.
Compañía Distribuidora: Gussi-Artecinema.
Actores: Daniel Miranda (Flama), Diego Cataño (Moko),
Danny Perea (Rita), Enrique Arreola (Ulises).

Sinopsis: Flama y Moko, dos amigos adolescentes, tratan de aprovechar la


ausencia de los adultos para pasar un día a base de comida basura, refrescos y
videojuegos en un apartamento de Tlatelolco, Ciudad de México. Pero dos
personajes inesperados irrumpen en la escena: Ulises, un frustrado repartidor de
pizzas, y Rita, una vecina que llama a la puerta buscando dónde hornear un
pastel.

Desde la década de los 80’s la producción cinematográfica en México cayó


vertiginosamente hasta alcanzar su nivel más bajo en 1997 con tan sólo 9
producciones. A partir de 2003 la industria nuevamente comenzó a tener un
crecimiento significativo, a pesar de no lograr todavía los niveles de la época de
oro (136 producciones en 1957).
A pesar del número significativo de producciones anuales, el cine mexicano tenía
dificultades para encontrar ventanas de exhibición en el ámbito internacional. En el
periodo 2002-2008, alrededor de 60 películas mexicanas, menos del 20% del total
producido, fueron exportadas a diversos países. Los países en los que se exhibió
el mayor número de películas mexicanas en ese periodo fueron Argentina (19),
España (16), Estados Unidos (14), Francia (10) y Colombia (10). Resulta curioso y
cabe resaltar que el cine mexicano no ha logrado penetrar en el mercado
estadounidense a pesar de su creciente población de origen latino, y mexicano
como tal, que vive en ese país.
Uno de los motivos principales por los que la exportación e internacionalización de
las películas mexicanas es reducida, de acuerdo a diversos expertos de la
industria, es porque “los temas de las películas mexicanas parecen ser de
consumo local, poco atractivos para el público potencial de otros países, por lo
que hace falta fortalecer la capacidad de hacer guiones de mayor calidad;
asimismo como falta de recursos para la distribución, incluso para la publicidad,
tráilers y exploración de nuevos mercados asociados (videojuegos, bandas
sonoras, etc)”.

El desértico panorama que enfrentaba el cine mexicano en aquella época


empezaba a provocar alucinaciones entre los porristas oficiales del Instituto
Mexicano de Cinematografía (IMCINE). Era tan apremiante la necesidad de
encontrar al cineasta que sacara del hoyo a la industria fílmica mexicana, que al
menor indicio de que existía una cinta no tan mala como las demás, y que además
había corrido con suerte en algunos festivales, los expertos se apresuraban en
proclamar al director de la obra en un genio. Esto le sucedió a Fernando Eimbcke
con su ópera prima; una película sencilla, bien hecha y que logra lo que se
propone, pero que a la fecha actual, de ninguna manera podría considerarse una
obra maestra.

Temporada de Patos es el primer largometraje realizado por el director y


realizador audiovisual Fernando Eimbcke, quien nació en Ciudad de México, en
1970. Realizó estudios de Cinematografía en el Centro Universitario de Estudios
Cinematográficos (CUEC) en la UNAM, desde 1992 a 1996, especializándose en
Dirección. Es escritor y realizador de cortometrajes que han sido reconocidos no
sólo en México, sino alrededor del mundo en encuentros y festivales
internacionales: La suerte de la fea a la bonita no le importa, proyecto ganador del
Primer Concurso Nacional De Proyectos De Cortometraje 2001, convocado por el
Instituto Mexicano de Cinematografía, obtuvo mención honorífica en la edición del
Festival de Cortometraje Cuadro 2002, y fue Opening Screenning en la Casa de
las Culturas del Mundo Interfilm Berlín (Berlin, 2002); Disculpe las molestias, se
presentó en el IX Encuentro de Cine de América Latina (Toulouse-Francia,1997) y
en el International Student Film Festival (San Diego-Tijuana, 1997); Alcanzar una
estrella, fue seleccionado como una de las diez mejores propuestas de la
Contrabienal de Video 1994 (México, D.F., 1994). Otros de sus trabajos incluyen
proyectos tales como: No sea malito, cortometraje contra la corrupción, producido
por el IMCINE para la SECODAM; No todo es permanente, cortometraje apoyado
por el programa de Coinversión Cultural del FONCA, y fue nominado al Premio
Ariel en 1996. En los talleres de "Berlinale Talent Campus 2003", Fernando tuvo la
oportunidad de mejorar sus conocimientos cinematográficos y desarrollar su
reflexión sobre la forma de realizar una película de manera profesional. The Look
Of Love, cine-minuto hecho para la solicitud del Berlinale Talent Campus 2003,
estuvo realizado en este sentido. Asimismo es de suma importancia resaltar que
Eimbcke inició su carrera realizando videoclips para grupos musicales alternativos
como Plastilina Mosh (Mr. P-Mosh), Jumbo (Siento que), Zurdok (Si me advertí), y
Molotov (Rastaman-dita), de los cuales obtuvo varios premios MTV.
Su ópera prima, Temporada de Patos, se estrenó en el año 2004 en salas de cine
y se convirtió en la gran sorpresa del cine mexicano en ese año: recibió elogios y
múltiples premios, incluidos 11 Premios Ariel de la Academia Mexicana de Artes y
Ciencias Cinematográficas (AMACC), a Mejor Película, Ópera Prima, Dirección,
Guión, Actor, Actriz, Cinematografía, Edición, Música, Dirección de Arte y
Dirección de Sonido.
La idea de Temporada de Patos surgió de la lectura del libro Alta fidelidad de Nick
Hornby, en la cual los personajes trabajan en una tienda de discos y se la pasan
platicando durante toda la novela, en la cual "no pasa nada". De ahí Eimbcke ideó
unos personajes que no tienen nada que hacer un domingo cuando se les va la
luz.

En la película producida completamente en la Ciudad de México, se nos da a


conocer a los adolescentes de 14 años, Moko y Flama, quienes tienen pensado
pasar un domingo aburrido, casual, como cualquier otro. Los dos amigos disponen
de todo el tiempo y la libertad para aprovechar el día, el cual podría ser uno de los
últimos que compartan si Flama decide mudarse con su madre a otra ciudad, tras
un divorcio que ha generado continuas peleas y discusiones entre sus
progenitores. Su único plan es sumergirse de lleno en el mundo de los
videojuegos y matar el tiempo jugando Halo. Lo que se perfila como una perfecta
tarde de hacer pereza, se les complica a los protagonistas cuando la vecina Rita,
una adolescente dos años mayor que ellos, toca a la puerta y pregunta si puede
usar el horno durante 15 minutos. El par de chicos preferían estar solos, pero
permiten que Rita haga uso de la cocina mientras ellos dos siguen entretenidos
jugando hasta que sucede lo que ninguno se esperaba: se va la luz. Mientras
esperan a que la luz vuelva, se les ocurre pedir una pizza. Esto se convierte en
una nueva complicación cuando el par de adolescentes y el repartidor no logran
ponerse de acuerdo ya que, según ellos, la pizza llegó 11 segundos tarde,
mientras que por el contrario el empleado insiste en que fue puntual, por lo que
este último decide no abandonar la residencia hasta que le paguen por su servicio.
Premiada siete veces en la XIX Muestra de Cine Mexicano e Iberoamericano de
Guadalajara, presente en la Semana Internacional de la Crítica del Festival de
Cannes, inmediatamente después en los Festivales de Múnich, Pésaro,
Edimburgo y Toronto, finalmente, en el circuito comercial de México (siete otros
países, entre Europa y Asia, adquirieron los derechos de distribución), un ensayo
simple sobre lo no importante adquirió un estatus creciente como película de
interés global.
Eimbcke es uno de los pocos cineastas mexicanos que no se toma las cosas
demasiado en serio, por lo que tiene mucho sentido que en su primer largometraje
haya decidido narrar las aventuras de dos amigos adolescentes que, en
apariencia, no tienen ninguna preocupación por la vida y que se la pasan gran
parte de su tiempo discutiendo tonterías o cosas sin importancia, como todos
solíamos hacer a esa edad. "Quise hacer una película sobre adolescentes por
respeto a su constante necesidad de búsqueda, por su rechazo a las fórmulas y a
lo establecido, por su desenfado, por su energía, y porque los adolescentes quizás
no saben lo que quieren pero saben perfectamente lo que no quieren", explica
Fernando Eimbcke. Para la escritura de su guión, el director se acercó a jóvenes
que experimentaban la pubertad para averiguar sus gustos de música, cine,
videos y libros e investigar cómo los integran en su vida cotidiana. (Extraído del
portal web LaHiguera.net
https://www.lahiguera.net/cinemania/pelicula/1708/comentario.php).
Christian Valdelièvre, productor de 'Temporada de Patos' y de filmes de éxito en
taquilla como 'Sexo, Pudor y Lágrimas', 'Vivir Mata' y 'La Hija del Caníbal', asegura
que Eimbcke tiene una amplia sensibilidad para el tema de los
adolescentes: "Parte del corazón de esta película radica en lo que representa la
amistad y lo fuerte que es perderla. Que cosas que pueden parecernos pequeñas,
realmente a chavos de esta edad les son muy importantes", comparte
Valdelièvre. "Creo mucho en la propuesta de Fernando porque él está convencido
en tratar a los adolescentes como personas inteligentes que tienen sus propios
gustos, personalidad y manera de pensar". (Extraído del portal web LaHiguera.net
https://www.lahiguera.net/cinemania/pelicula/1708/comentario.php).

La película tiene cierto aire de la usanza del cine Hollywoodense, ya que tras la
aparente banalidad de lo que se cuenta en los conflictos que no se resolverán esa
misma tarde, obligarán a los personajes a tomar decisiones a futuro: Flama asume
una postura frente al divorcio de sus padres, Moko reconoce que se siente atraído
por su amigo, el repartidor de pizzas hace una retrospección de sí mismo y evalúa
lo que ha hecho con su vida, y Rita prepara brownies con marihuana como
autoregalo de cumpleaños. A pesar de que esto suene como algo muy serio y
dramático, los cambios que sufren los personajes con el transcurrir de la película y
la historia, aparecen bajo la forma de conversaciones sin sentido, bailes bobos y
bromas pesadas. Los cuadros están construidos a partir de acciones sutiles que
nos permiten conocer a cada uno de los cuatro personajes protagónicos, haciendo
de ésta una película emotiva que en ningún momento cae en lo cursi.

La película tiene serios problemas de ritmo. Su corta duración no la libra de


volverse un poco aburrida y monótona en ciertos momentos, como por ejemplo,
durante secuencias como la del repartidor de pizzas recorriendo las calles de la
ciudad de un lado a otro hasta llegar a su destino, siendo innecesarios tantos
planos; así como la referencia a los videojuegos o las preparaciones y mezclas
malogradas de Rita en la cocina. A esto también contribuye la decisión por parte
del Director y el Director de Fotografía, de filmar a blanco y negro, ya que
literalmente le restan colorido a una historia que pudo beneficiarse de la influencia
bien asimilada del pop-art, algo que Eimbcke sabe hacer bien. Dicen ellos
(Eimbcke y Zabé) que la película fue filmada a blanco y negro, y recurriendo a
ángulos artificiosos para potenciar el juego geométrico visual; la lectura de la
banalidad cotidiana deja por fuerza de ser literal. (Extraído del portal web Letras
Libres https://www.letraslibres.com/mexico/cinetv/patos-que-vuelan-en-v)

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