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LA LLEGADA DEL PERONISMO

1943-1946

El 4 de junio de 1943, un nuevo golpe de estado derrocó al presidente Castillo e impuso inicialmente al general Arturo
Rawson como su sucesor. Sin embargo, tres días más tarde, Rawson fue reemplazado por el general Pedro Ramírez. La
disputa entre los militares también acabo pronto con la presidencia de Ramírez, quien entre fines de febrero y
comienzos de marzo de 1944, delegó el mando en manos del general Edelmiro Farrell y renunció luego. Mientras tanto,
una figura comenzó a ganar visibilidad, la del Juan Domingo Perón.

Así, al producirse el golpe de estado del 4 de junio, eran pocas las certezas acerca de lo que en verdad estaba
ocurriendo. Los lazos conservadores de Rawson llevaron a algunos grupos a suponer que el auténtico motivo del golpe
era acabar con la neutralidad que astillo también conservador, había sostenido, para alinear al país con los Aliados.
Otros leyeron en el movimiento, el retorno del ejército a las sendas de la democracia: el golpe habría venido a poner fin
al fraude, cuando las elecciones presidenciales estaban próximas.

EL GOU

En el interior del ejército, el Grupo de Oficiales Unidos (GOU) fue el sector más eficaz y operativo. Se trataba
inicialmente de una logia secreta, constituida en gran parte por coroneles y tenientes coroneles, también mayores y
capitanes y algunos pocos generales, que no pertenecían al núcleo original. De este modo, eran oficiales de rango bajo y
medio, y relativamente jóvenes quienes lo integraban. Esta logia se convirtió en el único sector en condiciones de
encauzar hacia algún puerto el proceso abierto luego del golpe.

Entre estos militares se difundió la opinión de que la autonomía industrial era necesaria para garantizar aquella defensa:
la decisión norteamericana de suspender la venta de armas como una del as respuesta a la política de neutralidad
argentina dio mayor trascendencia a este punto. También se entendía que una política social adecuada fortalecería
físicamente a los sectores populares que constituían al ejército. La política social no solo atenuaba la posibilidad de que
se abriera frentes internos de disputa articulados alrededor de las diferencias sociales, sino que fortalecía la capacidad
bélica de la población.

En 1943, fue el GOU el ámbito donde se decidió el reemplazo de Rawson por Ramírez. En principio Ramírez mantuvo la
neutralidad pese a la presión norteamericana y a la que comenzaba a ejercer con más decisión la mayoría de las fuerzas
políticas, que pronto se ubicaron en la oposición luego de los momentos de desconcierto inicial.

Cuando a raíz de las decisiones tomadas en el plano de la política exterior, cuando el presidente decidió romper
relaciones con el Eje, el GOU, desplazó definitivamente a Ramírez a fines de febrero de 1944, el general Farrel ocupó la
presidencia y Perón el Ministerio de Guerra. Pronto, perón ocuparía la vicepresidencia de la nación.

Perón, los Sindicatos y la Secretaria de Trabajo

A lo largo de 1944, la relación entre Perón y los dirigentes de numerosos sindicatos se afirmó notoriamente.

Las primeras políticas del gobierno militar hacia el movimiento obrero habían sido exclusivamente represivas, incluida la
prisión a dirigentes, en particular comunistas, la intervención de la CGT, proscriben al comunismo, intervienen las
universidades, establecen la educación religiosa en las escuelas. Jugando su propio juego en el interior del gobierno,
Perón designado al frente del Departamento Nacional del Trabajo en 1943, logró la transformación del organismo en
Secretaria de Trabajo y Previsión y asumió como secretario.
En ese momento, el movimiento obrero contaba con dos centrales importantes. Los sindicatos tenían un implante más
sólido en los sectores de transporte y servicios.

En 1944, la relación entre Perón y los dirigentes sindicales se afirmó notoriamente

Fue esta vinculación entre parte de la dirigencia obrera y sectores de los militares jóvenes. Se firmaron convenios de
trabajo, los activistas sindicales fueron reconocidos oficialmente y se le otorgaron credenciales que habilitaban su
entrada a los establecimientos. En el mismo periodo se establecieron los tribunales de trabajo, se controló el
cumplimiento de las jornadas laborales, se extendió el régimen jubilatorio, se sancionó el llamado Estatuto del Peón,
que por primera vez establecía derechos para los trabajadores rurales e intervenía en las relaciones laborales en el
sector, y en 1945 se fijaron las vacaciones pagas, el aguinaldo y nuevas condiciones de estabilidad para los trabajadores.

HACIA EL 17 DE OCTUBRE

En marzo de 1945, cerca ya del final de la contienda, el gobierno militar declaró guerra a los países del Eje, mientras
varias figuras de las figuras del nacionalismo más extremo eran desplazadas de sus puestos.

Se iba tejiendo una entre trama que convertiría a perón en líder de vastos sectores populares y de los trabajadores. Las
reuniones con la dirigencia sindical adepta eran permanentes. Tuvieron lugar numerosas intervenciones radiales y
declaraciones de prensa.

Las calles no eran solo de los partidarios de Perón: en septiembre se realizó una enorme manifestación opositora: La
marcha de la constitución y de la Libertad. En esa situación, los militares opuestos a perón decidieron actuar. Un
movimiento interno forzó a Perón a renunciar a sus cargos el 9 de octubre, días después el ex funcionario era
encarcelado y enviado a la isla Martin García.

Mientras los partidos se negaban a cualquier trato con el gobierno militar, bloqueando una de las salidas posibles, los
dirigentes de las organizaciones sindicales y los militares cercanos a Perón maniobraron también, a la vez que se
extendía la agitación en las fábricas y en los barrios populares, que incluyó manifestaciones acotadas. Luego de varios
días de reuniones, el 16 de octubre, en una votación en la que el resultado fue ajustado, la CGT decidió llamar a una
huelga general para el 18 de octubre, en defensa de las conquistas obtenidas. El 17 de octubre, trabajadores ocuparon el
centro de la ciudad, mientras se producían movilizaciones en otras ciudades.

La consigna central era la libertad de Perón, el ex secretario se dirigió a los balcones de la casa Rosada.

El peronismo transformó el 17 de octubre en el momento fundacional de su movimiento cuando se habría sellado la


alianza entre los trabajadores, el “pueblo peronista” y su líder.

ELECCIONES

El gobierno convocó a elecciones generales para febrero de 1946 y comenzaron a delinearse los dos bloques que
habrían de enfrentarse. Por una parte, la oposición, que finalmente constituyó la Unión Democrática y por otra la
conjunción de fuerzas que apoyaban la candidatura de perón en lo que aparecía como al continuación del gobierno
militar.

La Unión Democrática reunió al radicalismo, el socialismo el PDP y el PC en torno a la candidatura radical, que recayó en
José Tamborini y Enrique Mosca.

La candidatura de Perón fue sostenida, a su vez por el reciente Partido Laborista, construido a pocos días del 17 de
octubre sobre la base sindical, por un desprendimiento del radicalismo que se denominó UCR- Junta Renovadora, varios
de cuyos dirigentes ya ocupaban altos cargos en el gobierno militar y por agrupamientos independientes, como los
Centros Cívicos coronel perón.

El candidato a vicepresidente, Hortensio Quijano, provino del radicalismo que apoyaba a Perón. La iglesia católica indicó
que apoyaba la candidatura peronista.

La victoria peronista fue presentada como la victoria de la justicia social y de las grandes mayorías populares, coneje en
los trabajadores a pesar de que en realidad había sido un triunfo ajustado.

LA PRIMERA PRESIDENCIA DE PERÓN

SOCIAL

A medida que avanzaba la primera presidencia de Perón, la figura de Evita adquirió mayor importancia tanto en las
relaciones instituciones con la dirigencia obrera como en las más informales.

Evita es elegida para difundir la política social del gobierno.

“Fundación Eva Perón”, plantea un nuevo modo de lleva la asistencia a los sectores necesitados. Más cercana a la idea
de justicia social que propone el peronismo.

Busca asistir a los sectores más desprotegidos. Aquellos a los que las políticas sociales del estado no logran alcanzar: los
ancianos, madres de hogar, niños.

Recurre a aportes del estado, contribuciones de la CGT y donaciones de empresas privadas. La fundación empieza a
financiar sus propios proyectos de viviendas obreras, policlínicos y hogares de tránsito para familias carenciadas. Al
mismo tiempo promueve eventos deportivos, distribuye juguetes y crea bolsas de trabajo.

Las máquinas de coser que Evita entrega personalmente a las mujeres que acuden a ella en busca de trabajo, se
convierte en el emblema de la fundación. Representa el modelo de labor femenino, que sostiene el peronismo. Más
ligado a un rol femenino de madre y ama de casa subordinada al tradicional modelo de familia patriarcal, que al mundo
del trabajo fuera del hogar.

Va introduciendo en la agenda del gobierno una importante reivindicación para el género femenino: EL VOTO
FEMENINO EN 1947. La ley de Sufragio Femenino.

Se convierte en el nexo entre Perón y los trabajadores, a los que ella llama “mis descamisados”.

Crea el Partido Peronista Femenino en 1950. Con maestras, enfermeras y amas de casas. En las unidades básicas de
brinda atención médica, asesoría legal, se dictan cursos de cocina, costura y enfermería y se ofrecen servicios de
guardia.

Otras dimensiones de la experiencia peronista

La experiencia peronista, más allá de los sucesos estrictamente políticos, tuvo en la mejora de las condiciones de vida de
grupos muy extendidos uno de sus rasgos más destacados. Entre los cambios producidos en ese plano, se contó el
desarrollo de acciones de gobierno que buscaban ampliar los públicos de ciertos bienes culturales y favorecer la
incorporación de nuevos sectores al sistema educativo. Por otra parte, las iniciativas que el peronismo planteó hacia los
intelectuales resultaron fallidas en gran parte. A su vez, los grupos opositores continuaban siendo vastos. Estos
elementos se articularon cuando, en los tiempos cercanos a 1955, el conflicto político y social argentino asumió una
nueva configuración.
El peronismo y la extensión del bienestar social

Como se ha indicado en el capítulo anterior, a pesar de los cambios en la coyuntura y en las políticas económicas, los
casi diez años de gobierno del primer peronismo fueron un período de importantes mejoras en la situación de franjas
muy amplias de la población, en particular de los sectores populares. Puesto en los precisos términos de Juan Carlos
Torre y Elisa Pastoriza, cuyos planteos se seguirán en parte aquí, se trató de un proceso de "democratización del
bienestar".

Así, se amplió el número de personas con posibilidades de acceso a bienes antes reservados a sectores sociales
restringidos. También, merced a la mejora de los salarios reales y a la legislación laboral, creció el tiempo libre del que
disponían quienes trabajaban, y al mismo tiempo las posibilidades de utilizarlo en entretenimiento. El consumo de
sectores populares y medios se modificó en el mismo sentido, en un amplio arco que incluía desde la carne hasta los
aparatos de uso hogareño y desde la bebida hasta los espectáculos. Se volvió a acelerar el ritmo de crecimiento de la
escolarización primaria y también, de manera aún más marcada, la secundaria, mientras se producía una ampliación de
los grupos sociales que aportaban estudiantes al nivel universitario.

Ello, junto con la extensión de las jubilaciones, las mejoras en la salud pública, la puesta en marcha de planes oficiales de
vivienda, el congelamiento de alquileres y la apertura de líneas de créditos baratos para la construcción, así como la
ampliación del turismo social, fueron algunos de los cambios ocurridos durante el período peronista, que llevaron a una
recuperación de las posibilidades de ascenso social y a una mayor integración. Algunas de estas políticas y fenómenos
habían comenzado con anterioridad, pero la dimensión alcanzada es lo que distingue a la etapa peronista. Desde otros
puntos de vista, puede plantearse que en el mismo movimiento se afirmaban, si bien de un modo peculiar, los
contenidos sociales de la ciudadanía.

Salarios, consumo y vivienda

Algunos índices dan cabal cuenta de las modificaciones de conjunto en el consumo de masas: entre 1946 y 1952, el
porcentaje del total de la producción de carne consumida en el mercado interno creció del 75 al 89 por ciento. La
producción de bebidas registró notables aumentos, así como la venta de vestimenta y aparatos para el hogar, las ventas
de heladeras, vestidos y calzado, por ejemplo, crecieron a niveles superiores -en algunos rubros, muy superiores- al 100
por ciento en los primeros años de la presidencia de Perón. En general, el consumo se expandió, también en estos
primeros años, a un promedio anual del 13,5 por ciento. En cuanto a la vivienda, datos de 1946 señalan que, entre los
trabajadores, el 64 por ciento no era propietario de la casa que habitaba. A su vez, el Censo Nacional de 1947 indicaba
que las viviendas alquiladas en la Capital y el conurbano rondaban el 70 por ciento del total; el Censo Nacional de 1960
marcó una baja importante al señalar el 42 por ciento en el mismo índice. Simultáneamente, de la mano de la migración
interna que continuaba, crecían las villas miseria: en 1956, unas 110 000 personas se hallaban en esa situación en
Buenos Aires y los partidos vecinos.

Salud pública y turismo social

En otra de las áreas relevantes en este proceso, la salud pública, se producían también novedades. En principio, la
creación de reparticiones estatales dedicadas específicamente a esta cuestión; así, la Dirección Nacional de Salud
Pública, creada en 1943, fue transformada en Secretaría en 1946 y en Ministerio en 1949. Desde estas reparticiones, el
doctor Ramón Carrillo impulsó campañas para la prevención de enfermedades y para la erradicación de otras, como el
paludismo y la tuberculosis, y se llevaron a cabo masivas acciones de vacunación. Esas campañas, de escala nacional,
eran respaldadas con una gran tarea de propaganda, que también se aplicaba a la educación sanitaria. En cuanto a la
infraestructura, las inversiones realizadas llevaron a que, entre 1946 y.1954, casi se duplicara el número de camas
disponibles en hospitales, por ejemplo. '
La existencia de la Fundación Eva Perón, que desarrollaba sus propias tareas asistenciales, dedicadas a los grupos más
vulnerables entre los sectores populares. La Fundación contaba con hogares para ancianos, proveedurías, sistemas de
becas y subsidios, hospitales en el conurbano y en el interior, hogares escuelas, la Ciudad Estudiantil, colonias de
vacaciones y mecanismos para la ayuda directa; Evita condujo personalmente con celo y rigor ese organismo.

También el turismo social, que había comenzado a practicarse en los años treinta en escala más reducida, experimentó
un notable crecimiento en la época peronista. El gobierno construía colonias turísticas, como las de Embalse en Córdoba
y Chapadmalal en las cercanías de Mar del Plata, ambos sitios emblemáticos del turismo de masas, que fueron
manejados por la Fundación Eva Perón. A Mar del Plata habían arribado, en el verano de 1930, unos 65 000 turistas; en
1940, los veraneantes eran 380000, y en 1955 llegaban a 1 400 000.

Educación y cultura

En la enseñanza primaria, la tasa de crecimiento anual de la matrícula se recuperó y alcanzó las cifras de los años treinta,
para luego superarlas. En la década peronista, ese crecimiento fue mayor que el que registró la población total, lo que
está asociado a la escolarización de nuevos sectores, mientras que el analfabetismo continuaba su tendencia a la
disminución. Los avances más significativos tuvieron lugar en el nivel secundario: el crecimiento anual promedio de la
matrícula rondó el 11,5 por ciento en la década peronista, superando las cifras de los años treinta. Simultáneamente,
aumentaba el número de estudiantes que eran miembros de sectores trabajadores, en particular de aquellos más
consolidados, así como la extensión de la escolarización secundaria a buena parte de los grupos medios.

También creció el número de estudiantes en el sistema universitario, integrado entonces por seis universidades
nacionales: las de Córdoba, Buenos Aires, La Plata, Tucumán, Litoral y Cuyo. En 1950, un decreto estableció la gratuidad
de la enseñanza universitaria, hasta entonces arancelada, y hacia 1952 se creó la Universidad Obrera Nacional,
transformada luego del golpe de estado de 1955 en Universidad Tecnológica Nacional.

Durante la presidencia de Perón se creó la Sub-secretaría de Cultura -cuyo rango descendió luego a Dirección Nacional-,
y una Junta Nacional de Intelectuales en el ámbito de aquella repartición. Algunas de estas iniciativas estaban dirigidas al
mundo de los intelectuales y sus asociaciones. En tanto grupo social, a pesar de las consabidas excepciones, los
intelectuales habían mantenido distancia, cuando no hostilidad, frente al peronismo en los años cercanos a 1945, y la
política oficial una vez que Perón ocupó la presidencia no logró mayores éxitos.

Otros proyectos, en cambio, apuntaban en una dirección diferente: poner al alcance de auditorios y públicos más
amplios un conjunto de productos culturales que el gobierno entendía apreciables, objetivo que se alineaba con el de la
ampliación del acceso a la educación y, más en general, con el de promover mejoras en las condiciones de vida.

Los esfuerzos del peronismo por organizar su política cultural se aquietaron parcialmente luego de 1950. A pesar esa
circunstancia, el Segundo Plan Quinquenal prestó alguna atención a los asuntos culturales e incluyó un capítulo dedicado
a la Cultura Histórica que se proponía "la divulgación y difusión de las obras de carácter histórico que concurran a
consolidar la unidad espiritual del pueblo argentino", y hacia 1954 se realizaron algunos nuevos esfuerzos en el área.

ECONOMICO

Con Europa recién recuperada de la guerra. En la Argentina, la situación económica exhibía dos características
principales. Por un lado, se disponía de divisas acumuladas en virtud de varios años de balanza comercial favorable,
resultado en parte de la restricción de las importaciones a causa de la guerra: luego del conflicto, los precios de los
productos agropecuarios, en alza, fortalecieron este saldo favorable. Por otro lado, se había ampliado y consolidado el
sector industrial asociado a la sustitución de importaciones, en alza notoria dese mediados de los años treinta. La
tendencia a la industrialización se había visto favorecida por la guerra, cuando la producción industrial de los países en
conflicto estaba en gran parte destinada al esfuerzo bélico, así como a los sistemas de transportes marítimos.

EL PRIMER PLAN QUINQUENAL: de 1947 reunió una parte importante de los instrumentos legales para llevar adelanta la
economía. Perón había conseguido que el gobierno militar nacionalizara el sistema financiero, incluido el Banco Central
y creara el Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio (IAPI). Un organismo estatal creado en los últimos
días del gobierno de Farrel. El IAPI podía intervenir firmemente en el comercio exterior, comprando a los productores y
vendiendo en el mercado externo, también subsidiaba la producción de algunos bienes y reasignaba recursos entre los
diversos sectores económicos. Fue una de las herramientas utilizadas por el peronismo al momento de defender la
industria local en aquellos primeros años de la posguerra, apuntando en particular a sostener la industria liviana,
relacionada más estrechamente con la ampliación del consumo popular. Simultáneamente se retomaba y alentaba una
política general de nacionalizaciones que incluía el gas, los teléfonos, los puertos, la energía y en 1948, los ferrocarriles.

En el centro de esta política estaba la decisión del gobierno de lograr una mejora sustantiva en los salarios reales, lo que
entrañaría un fuerte impulso hacia la redistribución de la riqueza y de alcanzar una situación de pleno empleo. Así desde
1946 hasta el fin de la década, se produjo un fuerte crecimiento de la participación de los trabajadores en el ingreso y de
las capacidades de consumo y ahorro de los sectores populares a raíz de los aumentos de salarios.

Tanto los grupos populares como los grupos medios se vieron beneficiados. Tales políticas se combinaron con la acción
de la Fundación Eva Perón, dedicada al auxilio de los sectores populares menos integrados. El peronismo también
impulsó los créditos baratos para la vivienda, a través del Banco Hipotecario Nacional, así como la construcción de
barrios para aquellos grupos. Se recuperaron en Argentina posibilidades de movilidad social ascendente para amplios
sectores de la población que lograba así alcanzar bienes y servicios que habían estado restringidos en etapas previas.

Hacia la reforma constitucional

En 1947, el Congreso sancionó la ley que consagraba el voto femenino, tuvo como protagonista destacada a Eva Perón:
el voto femenino se concretó en 1951. También obtuvieron el derecho a voto los habitantes de varios territorios
nacionales.

La nueva Constitución (1949) reconocía además derechos especiales a la ancianidad y fijaba los derechos del trabajador,
como el derecho a una retribución justa, a condiciones de trabajo y vivienda dignas, al esparcimiento, la seguridad social
y la salud, esa conclusión había sido uno de los ejes de la propaganda de la CGT a favor de la reforma. El derecho a la
huelga sin embargo, no fue sancionado.

Se establecía la propiedad nacional de subsuelo y la elección directa de senadores, de vicepresidente y presidente. Las
posibilidades de reelección eran indefinidas.

Los sindicatos continuaron siendo instituciones eficaces para llevar adelante disputas en el ámbito laboral, fuera por
reivindicaciones estrictamente económicas o por condiciones de trabajo y garantías de estabilidad.

Otras movilizaciones

Los sucesivos 17 de octubre se conmemoraban como el Día de la Lealtad y celebraban lo que se suponía era la gesta
inicial del peronismo, el momento que los trabajadores rescataban a su líder. El 1º de mayo, la fiesta del trabajo, era
también una efeméride importante en la liturgia peronista.
UN CAMBIO DE ETAPA: CRISIS ECONOMICA Y REELECCION

Las condiciones económicas comenzaron a variar entre 1949 y 1950. El deterioro de los términos del intercambio,
agravado por una serie de malas cosechas a raíz de las sequias, y una inflación que se desbordaba fueron dos de los
detonantes del cambio de etapa, que se extendería hasta 1952 aproximadamente, en la que la escasez de divisas fue
importante.

En 1951 se habían producido huelgas en ciertos sectores afectados por la baja en los subsidios estatales, de los cuales la
más intensa fue la ferroviaria, reprimida con dureza. La caída de las exportaciones impacto en la capacidad de
importación, lo que a su vez complicaba la producción industrial dado que en el sector muchos insumos provenían del
exterior.

Se apostó a fortalecer el sector rural, con la convicción de que era imprescindible aumentar las exportaciones para
sostener e crecimiento de la industria, objetivo al que no se renunció. Así, créditos a baja tasa, concentración del IAPI en
la comercialización de granos e impulso a la tecnificación fueron las medidas para el agro, con el propósito de mantener
el pie la expansión industrial.

Reformada la constitución en 1949 quedó abierto el camino para la reelección de Perón.

Las elecciones celebradas en noviembre de 1951 dieron una nueva victoria al peronismo. Perón Quijano había triunfado
con el 62 por ciento.

LA SEGUNDA PRESIDENCIA DE PERON

Perón asumió su segundo mandato el 4/6/1952. Evita moría el 26/7/1952.

ECONOMICO

En 1949 la economía entra en una fase de estancamiento. La inflación aumenta y el ingreso de divisas disminuye. La
crisis se debe, en parte, por el Plan Marshall de EE.UU, cuyo objetivo es reconstruir Europa y frenar el avance del
comunismo. El gobierno lanzó un plan de estabilización. Se buscaba frenar la inflación, que seguía siendo alta; el recurso
central elegido fue novedoso en el repertorio del gobierno, ya que se congelaron precios, salarios y tarifas por el
término de dos años y se estableció que luego de ese plazo, cuando volvieran a tener lugar las discusiones entre
empresarios y sindicatos por salarios, estos quedarían supeditados a la productividad.

A fines de 1952, Perón presentó al Congreso el SEGUNDO PLAN QUINQUENAL, que se lanzó en 1953 y apuntó a la
industrialización pesada y de sectores básicos: siderurgia, maquinaria, petroquímica. Se contemplaba además, la
convocatoria al capital extrajeron, una decisión cuestionable por algunos dirigentes del peronismo y por la oposición,
cuando se firmaron acuerdos petroleros con empresas de capitales norteamericanos.

Comenzó un intento más decidió de avance del peronismo sobre instituciones estatales. Por una parte, el conjunto de
principios doctrinarios del peronismo fue transformado en “doctrina nacional”, una decisión tomada por el Congreso.
Por otra se impulsó una política de difusión de los principios peronistas en el ejército. Hasta ese momento la actitud
había sido reconocer en las fuerzas armadas una institución fundamental de la nación, subraya su unidad con el pueblo y
asignarles funciones profesionales destacadas.

En la nueva etapa, la doctrina peronista pasó a ser parte de la bibliografía examinada en las escuelas militares. “La razón
de mi vida”, el libro que con la firma de Evita se había publicado en 1951 fue transformado un año después en texto
oficial para las escuelas primarias e incluido en los programas de literatura de las secundarias. En 1953 comenzó a
circular un número importante de libros de lectura donde las referencias a Evita y al presidente eran insistentes y
favorables.

La creación de la Confederación General Económica (CGE), en 1953, y sus equivalentes en el ámbito profesional y
universitario fueron herramientas para una intervención estatal mayor, dirigida a controlar la expresión pública de los
intereses sectoriales.

Peronismo y los medios de comunicación

En 1946 logra ganar las elecciones con diarios y radios en su contra. Para 1955 no sucede lo mismo. Los medios
radiofónicos son usados tanto para amplificar la voz de perón, en los actos multitudinarios, como para llevar su mensaje
de gobierno a todo el país. Por otro lado, los noticiarios y las películas propagandísticas producidas por el gobierno
muestran los grandes cambios sociales, económicos y culturales que trae consigo el peronismo. Todos los cines
reproducen imágenes de fábricas y barrios obreros, inauguraciones de hospitales. Saturan de imagen y discurso político
la vida cotidiana.

El peronismo había expropiado el diario porteño La Prensa, que quedó en manos de la CGT. Luego se redobló la presión
sobre otras expresiones periodísticas opositoras y el gobierno participó por varias vías de la red de radiodifusión,
mientras que se realizaron las primeras transmisiones de televisión a cargo del estado. Así muy pocos medios recogían
las voces de los opositores mientras que la censura actuaba.

En aquel clima, el conflicto entre el peronismo y anti peronismo se tornó cada vez más tenso. Grupos peronistas
atacaron el Jockey club y las sedes de algunos partidos opositores: el radical, socialista y conservador Partido
Demócrata. Los edificios fueron incendiados y sufrieron daños considerables.

CONFLICTO CON LA IGLESIA

Tal como se señaló, la iglesia había manifestado con claridad que el candidato que prefería para las elecciones de 1946
era Perón, mientras que en 1950 tuvo lugar aquel primero conflicto en ocasión del Congreso Eucarístico. En el
peronismo habían comenzado a circular con más frecuencia los argumentos que subrayaban que la predica de Jesús
tena un fuerte contenido social y manifestaban su predilección por una suerte de cristianismo espontaneo que no
estaba asociado ni a la liturgia ni a la jerarquía eclesiástica.

En noviembre se celebró un acto peronista con participación de la CGT, donde los discursos contra la iglesia fueron muy
duros.

A lo largo de diciembre, el peronismo tomó decisiones que revelan los niveles de enfrentamiento: se eliminaron los
subsidios para los colegios católicos, el diario El pueblo fue clausurado y varios sacerdotes terminaron en prisión:
prácticamente se suprimió la educación religiosa en los hechos, una decisión que luego tomaría por ley el parlamento.
En el Congreso se sancionó la ley de divorcio, se redujeron los feriados religiosos, mientras que se consideraba llevar
adelante una nueva reforma constitucional para establecer la separación entre el estado y la iglesia.

El 16 de junio de 1955, oficiales de la marina y de la fuerza aérea, intentaron un nuevo golpe de estado que tenía como
uno de sus objetivos el asesinato de Perón. El movimiento en el que aparecían complicados tanto sectores liberales
como católicos, incluyó el bombardeo en la Plaza de Mayo y otras zonas céntricas.

Esa noche, activistas peronistas emprendieron la quema de iglesias tradicionales.

Perón cambio su táctica en ese momento: levantó el estado de sitio, permitió que los opositores hablaron por la radio
en mensajes a la población y produjo modificaciones en el gabinete.
En 1955 inicia la dictadura conocida como “REVOLUCIÓN LIBERTADORA”

Deterioro de la autoridad del Estado y su correlato, y la corrupción de los mecanismos institucionales.

Resistencia y reorganización del sindicalismo: CGT.

Igualdad social, con los intentos de crear un orden alternativo al peronismo. Y legitimidad política, se manifestaba en:
niveles de vida superior (sector moderno de la economía), migraciones internas, desarrollo del sindicato.

Los civiles y militares que participaron del derrocamiento de Juan Domingo Perón en septiembre de 1955 y pretendieron
que ese acto fuese el inicio de una “revolución libertadora” estaban divididos en dos sectores:

 Los nacionalistas y católicos que rodeaban al primer jefe revolucionario, el general Eduardo Lonardi, entendían
que los conflictos que habían debilitado al régimen depuesto hasta volverlo insostenible se debían
principalmente a los vicios y errores de su líder e inspirador, sobre todo aquellos que lo habían enfrentado a la
iglesia católica. Estaban convencidos de que una vez desplazado Perón podría preservarse lo que había de
rescatable en el orden que él había creado, que no era poco.
 Por otro lado, estaban los liberales y republicanas que consideraban que el peronismo había dado origen a un
estado autoritario, corporativo y corrupto, que debía ser eliminado.

Este segundo sector, logró desplazar a Lonardi de la presidencia de la nación en noviembre, sólo dos meses después del
golpe y colocó en su lugar al general Pedro Eugenio Aramburu.

La acción de la resistencia y la reorganización del sindicalismo continuistas”. La armada, encabezada por Isaac Rojas, y
los generales liberales reclamaron la intervención de la CGT y que se tratara a los peronistas como defensores de un
régimen totalitario, indignos por tanto del ejercicio de todo derecho político. La tensión entre ambas partes fuen en
aumento y Lonardi se vio forzado a renunciar.

La designación de Aramburu en su lugar y la proscripción del peronismo y de quienes habían actuado a su sombra
llevaron a la CGT a convocar una huelga general. La protesta fue reprimida con dureza: se suspendieron las leyes
gremiales y de paritarias, la central y los gremios fueron intervenidos, y cientos de sus dirigentes detenidos.

Aramburu opta por una política “blanda” que contemplaba la reapertura de las paritarias, el control de los precios y un
déficit moderado. La gestión de la economía sacaba a la luz una nueva disidencia, en verdad presente desde un
comienzo en la Libertadora

Perón puso más empeño en promover el activismo de los sindicatos y los grupos militantes que se venían organizando
espontáneamente desde su derrocamiento. La legitimación del peronismo gremial culmino en el congreso normalizador
de la CGT de septiembre de 1957, cuando una clara mayoría de ese signo, liderada por Framini, dio origen al polo
sindical que se conocerá como “las 62 organizaciones”.

El gobierno de Aramburu, además de las medidas represivas, opto otras para entender esas expectativas: permitió al
peronismo sindical se reorganizara, e incluso que los salarios se recuperaran entre 1956 y 1957, con lo que la ola de
protestas disminuyó y los gremios descartaron una huelga.

La elección de convencionales constituyentes en julio de 1957 brindo la oportunidad para que el peronismo proscripto
usara la fuerza del número. A último momento Perón desautorizo las listas neoperonistas y llamo a votar en blanco.

En 1958 el peronismo se encuentra proscripto. Imposibilitad de presentar listas, y persecución de sus líderes. Perón se
encontraba exiliado.
DIVISIÓN DEL RADICALISMO:

 UNIÓN CÍVICA RADICAL INSTRANSIGENTE: (UCRI). Frondizi, intelectual, progresista. Había publicado un libro con
un desarrollo nacional del petróleo.. Cálidos con Perón.
 UNIÓN CÍVICA RADICAL DEL PUEBLO: con Balbin. Antipersonalistas.

Frondizi encomendó una misión clave para sumar los votos peronistas: sellar un pacto con Perón para que apoyara a los
candidatos de la UCRI 8Unión Cívica Radical Intransigente) en las elecciones generales que se realizarían en febrero. Para
Perón acordar con Frondizi era preferible a dejar crecer el neoperonismo: le permitía orientar al electorado que le
respondía, evitar que surgieran organizaciones y líderes que condicionaran esa relación privilegiada con las bases, y
sobre todo obtener reconocimiento.

Las elecciones generales de febrero de 1958 avalaron esa propuesta. El pacto con Perón aseguró el triunfo de Frondizi.
Pero lo obligaría a cumplir, desde la presidencia, algunas de las promesas que había hecho a cambio. Y tendría que
hacerlo sin dañar su prestigio entre los no peronistas, civiles y militares, cuyo concurso necesitaría para mantenerse en
el poder.

ARTURO FRONDIZI asume la presidencia en 1958. Su partido gobierna todas las provincias y tiene mayoría en las dos
cámaras del Congreso. Pero las Fuerzas Armadas y el Radicalismo del Pueblo obstruyen su gobierno.

ECONOMIA

Política Desarrollista: planificación económica para el desarrollo de países aliados con países desarrollados. Instalación
de industrias con capital extranjero. Fueron dando algunos buenos resultados en el terreno económico. Las inversiones
extranjeras, atraídas por las condiciones favorables que se les ofrecían, incrementaron la capacidad productiva en la
industria de base y fomentaron la instalación de plantas modernas en las principales ciudades. La sustitución de
importaciones se extendió así a sectores en los que el capital nacional no había hecho pie hasta entonces. La producción
de automóviles, acero y combustibles creció aceleradamente. El sector público también aumento su inversión, sobre
todo en grandes represas y caminos.

El paso de una actividad industrial en la que predominaban los pequeños talleres a otra de grandes plantas con
maquinarias y métodos modernos, que requerían servicios, hizo que se crearan nuevos puestos de trabajo. Este proceso
produjo una creciente diferenciación en los ingresos, que se extendió a las condiciones de trabajo y las posibilidades de
ascenso, calificación y estabilidad laboral.

La modernización de la agricultura destruyó empleos en las zonas rurales y la competencia de la industria moderna hizo
lo propio en pueblos y ciudades del interior. Esa mano de obra se trasladó a las grandes urbes. A los recién llegados, se
les hizo cada vez más difícil alquilar una vivienda digna. La consecuencia fue la rápida expansión, en los anillos
periféricos de las grandes ciudades, de las villas de emergencia. El proceso de modernización también impactó en las
industrias culturales y los medios de comunicación. La televisión dejó de ser un bien de lujo y se masificó. Se dio lugar a
nuevas formas de socialización y ofreció productos accesibles a todas las clases sociales, pero también genero nuevas
formas de diferenciación social y cultural.

Las universidades nacionales vivieron un auge, creándose también equipos de trabajos e institutos. Hubo incorporación
masiva de mujeres, muchas disciplinas.

El petróleo: El 24 de julio de 1958 el presidente relato un discurso ante el país, explicando los problemas y las
consecuencias que tenía el seguir importando petróleo, el gobierno así anunció "la batalla del petróleo", el objetivo de
esta "contienda" era lograr el autoabastecimiento petrolero "sea como sea". En su discurso dio la razón de su giro
ideológico, la cual fue que Argentina no tenía más oro en el Banco para YPF, por lo que habría que atraer los capitales
extranjeros para explotar el hidrocarburo, pero las petroleras se tendrían que llevar parte de las ganancias.6

Con todos los avances que hubo en YPF, compras de maquinarias, construcción de oleoductos, YPF logró llegar a
duplicar su la producción, superando las 10 400 000 de toneladas de petróleo. Pero para lograr llegar a las 15 600 000
toneladas de petróleo, el gobierno tuvo que hacer contratos de locación de obras y servicios, en especial con tres
compañías: Banca Loeb en la Provincia de Mendoza, Panamericam en la ciudad de Comodoro Rivadavia y con la
compañía Tenneessee en la Provincia de Tierra del Fuego, así la Argentina logró por primera vez llegar al
autoabastecimiento de petróleo, rompiendo con 50 años de abastecimiento de petróleo importado por los grandes
monopolios extranjeros.

Pero se devalúa la moneda, se reducen los salarios, y el control del estado sobre las actividades privadas. Provocando
desempleo. Por otro lado, creo una amnistía y permitió a varios líderes peronistas retomar sus cargos en los sindicatos.
Aunque no cumple con levantar la proscripción. Y ante la crisis económica, los sindicatos hacen huelga y ocupan las
fábricas.

Como respuesta el gobierno pone en marcha el “Plan de Conmoción Interna”, o plan conintes. Dividiendo al país
subzonas militares, donde los comandantes de las fuerzas armadas tienen más poder que los gobernantes y empleados
públicos y estatales pueden ser juzgados por tribunales militares. Se reprime toda huelga o conflicto. Se interviene los
sindicatos. Esto lo aleja del peronismo.

Hay un descontento desde las Fuerzas Armadas porque Frondizi no se une a la política exterior de EE.UU en contra del
comunismo.

En 1962 levanta la proscripción al peronismo y ganan en provincias. Frondizi es detenido. Y asume GUIDO, con el apoyo
militar.

La caída de Frondizi y la puja que desató en las Fuerzas Armadas no solo expresaban disensos:

 Los Azules: apostaban a una salida electoral que intentara por nuevas vías la integración de los peronistas,
transitoriamente impusieron sus puntos de vista. Propinían un alejamiento de los militares de la política, ya que
esto solo dividía las fuerzas armadas.
 Los Colorados: controlaban la armada pero eran minoría en el ejército. Estaban convencidos que había que
excluir definitivamente a los peronistas. Como asimismo a todos los partidos que estuvieran tentados de
negociar con ellos.

En 1962 los azules consiguen la rendición de los colorados y Guido designa a Ongania como comandante del Ejército.

En las elecciones de 1963 elecciones e ILLIA es el nuevo presidente.

Illía y la UCRP no ocultaban su inclunacion por los colorado, afirmando la común preferencia por una política
antipersonalista lo más dura y sostenida posible. La debilidad de esa facción militar la volvía atractiva para un gobierno
también debíl, cuyo futuro dependía de que ningún actor se destacara demasiado. Por eso, si bien mantuvo al frente del
ejército a Ongania, efe azul, Illia desafió la autoridad promoviendo a puestos de mando a sus adversarios internos. De
allí que Illia apuntara a horadar las bases institucionales del poder de la “burocracia sindical” a través de la
democratización de la vida interna de los gremios, la autorización de más de una organización por rama de actividad y la
representación de las minorías en las conducciones.
ECONOMICO

En líneas generales, el gobierno de la UCRP continuo la política económica y social aplicada por las gestiones anterior,
aunque introduciendo algunas variantes: se puso el acento en el nacionalismo económico, y además en la
industrialización, en la distribución del ingreso y la garantía de los derechos sociales, valores con los que se habían
identificado ya tanto los peronistas como los desarrollistas.

Derogaron los contratos petroleros de Frondizi y enviaron al congreso un proyecto de ley que establecía el salario
mínimo, vital y móvil.

Se dispuso además el control de precios de los alimentos de consumo masivo y de los medicamentos, junto con otras
medidas destinadas a mejorar la atención sanitaria pública y gratuita.

Como médico que era, Illia se ocupó, a poco de asumir, de un tema fundamental para la salud de los argentinos: los
medicamentos. El 15 de enero de 1964 envió al Congreso un proyecto de ley, a partir de un estudio sobre unos veinte
mil productos medicinales. Impulsado por el ministro de Salud, el salteño Arturo Oñativia, que consideraba que los
medicamentos no podían ser tratados como cualquier mercadería porque eran bienes sociales, el trabajo había
detectado que muchos de los que se comercializaban en el país no eran lo que decían: algunos ni siquiera contenían la
droga que los hacía útiles; otros no la tenían en las proporciones necesarias. El gobierno les dio a los laboratorios un
plazo de seis meses para aclarar y corregir la situación, pero las empresas, conscientes de su poder, no se dignaron
contestar. La Ley 16.463, también llamada Ley Oñativia en homenaje al Ministro de Salud Arturo Oñativia, sancionada el
23 de julio de 1964 y promulgada el 8 de agosto de 1964,9 fue aprobada por todos los bloques, excepto UDELPA y la
Federación de Partidos del Centro. Establecía una política de precios y de control de medicamentos, congelando los
precios a los vigentes a fines de 1963, fijando límites para los gastos de publicidad, imponiendo límites a la posibilidad de
realizar pagos al exterior en concepto de regalías y de compra de insumos.

La política económica buscó fortalecer el modelo de pleno empleo, intervencionismo social, mercados protegidos e
industrialización por sustitución de importaciones, modelo no abandonado. El resultado fue positivo: la economía se
reactivó aprovechando las inversiones acumuladas durante el gobierno de Frondizi y dejó la recesión desatada en 1962.

Con respecto al petróleo: El 15 de noviembre de 1963 Illia firmó los Decretos 744/63 y 745/63 que anulaban dichos
contratos por "vicios de ilegitimidad y ser dañosos a los derechos e intereses de la Nación". Esto lejos de beneficiar al
gobierno lo dejaría con mala fama internacional y sumaría nuevas fuerzas, esta vez internacionales y muy poderosas, a la
coalición que lo derrocaría.

SOCIAL

El movimiento estudiantil y los universitarios en general hallaron sus propios motivos para no simpatizar con Ilia. Debido
a un creciente adhesión de los universitarios a las ideas revolucionarias, principalmente de izquierda. Y también debido a
sus constantes demandas de mayores recursos, que el gobierno ya no pudo atender.

La juventud paso a ser un actor decisivo y autónomo, público predilecto de los nuevos bienes y servicios y también de
los discusiones de la política. La modernización había impactado especialmente sobre los sectores medios, educados por
varias razones: el fácil acceso a la universidad y las corrientes de pensamientos renovadoras por entonces del mundo
occidental (el psicoanálisis, el existencionalismo, el marxismo); la liberación de la mujer y su rápida integración a la vida
cultural y económica; y la difusión del rock, el hipismo, y otras formas. Ya fuera por la forma de vestir, las críticas al
trabajo y la familia, o el interés por los bienes materiales.

Prensa: otro terreno donde el gobierno se revelo mal preparado para adaptarse a los tiempos que corrían fue el de las
comunicaciones, que tuvieron cambios acelerados en esta etapa. Los programas televisivos de actualidad se
multiplicaron y cobraron gran influencia. Surgieron sofisticadas revistas de análisis sobre la situación del país y el mundo,
como “Primera Plana”, “Panorama y confirmado” desde la derecha, “Che y Usted” desde la izquierda, que replicaban
localmente los modelos que estaban revolucionando el género de los países centrales. Illia adopto ante esta prensa y sus
criticas una actitud retraída, que lo mostro débil y carente de argumentos.

La Iglesia: La iglesia gravitaba crecientemente en la educación y también en la asistencia social a través de


organizaciones voluntarias que se volvieron masivas en aquellos años. Su jerarquía y su activismo habían ganado
protagonismo por haber sido decisivas en la caída de Perón. Su influencia en las Fuerzas Armadas creció aun más
rápidamente, y no sólo por ser un arma contra el liberalismo sino porque los militares se refugiaron en la creencia,
ilusoria de que si en su origen la nación se había basado en la fe cristiana, para recuperar el rumbo debía volver a ella.

Y por lo tanto, a medida que su influencia crecía, la iglesia fue perdiendo unidad. La iglesia se tornó un campo de batalla
entre los ortodoxos, que se sentían cada vez más amenazados por cualquier intento de reforma y por lo tanto se hacían
más y más conservadores. Desde 1962, año del Concilio Vaticano II en Roma, seguido después en Medellin,
Latinoamérica, habían comenzado a soplar vientos de cambios en la curia: se cuestionaba la tradición conservadora y se
invitaba a incorporar o enfatizar el compromiso social. Los sectores más radicalizados del clero se agruparon en el
Movimiento de Sacerdote para el Tercer Mundo, que adquirió visibilidad cuando solidarizó con los planes de lucha de la
CGT en 1964 y 65.

Es comprensible que Illia no pudiera poner freno al poder de Ongania en el ejército. El caudillo azul había incrementado
su prestigio. Puso la lucha contra el comunismo como misión esencial de las Fuerzas Armadas. Misión que la oficialidad
abrazó con fervor debido a sus diferencias en los demás terrenos y a los peligros que representaba a sus ojos un
movimiento popular que coqueteaba cosa vez más con la izquierda. Fue por eso que las tendencias que experimentaron
en estos años todos los ejércitos de la región, intensificación de las actividades de inteligencia, asistencia a academias
militares en Estados Unidos y adhesión a la doctrina de seguridad nacional, de acuerdo con la cual primaban los
“enemigos internos” en sus hipótesis de conflictos, tuvieron especial intensidad en nuestro país.

Proliferación de las Guerrillas: los jóvenes universitarios que se involucraron en un nuevo intento de crear una guerrilla
rural en Taco Ralo, al norte de Córdoba, le hicieron un flaco favor a Illia al ofrecer la evidencia empírica que la doctrina
de la seguridad nacional estaba necesitando. Aunque el grupo fue rápidamente desarticulado por la policía. En 1964
surgieron: El Movimiento Revolucionario Peronista (MRP), y las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP).

Finalmente, el presidente Illia fue expulsado de la Casa Rosada, tras su negativa a renunciar. Y el general Ongania fue
designado en su reemplazo por la Junta Comandante.

LA REVOLUCIÓN ARGENTINA

La revolución argentina, según se proclamaba, se abriría con ella una vía pacífica, occidental y cristiana hacia el progreso.
Para concretarla empezaron por corregir los errores cometidos.

Para ello los militares asumieron plenos poderes revolucionarios, que no ejercerían en forma directa, sino delegándolos
en Ongania. Gracias a esto, el presidente de facto contó con recursos que ningún otro jefe militar y civil. No solo
ejercería el Poder Ejecutivo durante un plazo indeterminado, con total libertad para decidir sobre funcionarios y
políticas, sino también el Poder Legislativo y los poderes provinciales.

ECONOMICO

El objetivo era asegurar que el gobierno se abstuviera de “hacer política” y se ocupara exclusivamente del desarrollo
industrial, la construcción de infraestructura y el progreso técnico en todas sus formas.
La política económica tuvo imagen para combinar medidas “duras” (privilegios a la inversión extranjera, apertura
comercial y suspensión de las paritarias) con otras desarrollistas, como la promoción crediticia y fiscal de la industria y
un número impresionante de obras públicas.

El objetivo principal de Ongania era sellar una alianza con los empresarios más poderosos nacionales y extranjeros, e
integrar subordinamiento en ella a los sindicatos. Al igual que Frondizi, buscó acelerar el desarrollo para ganar ambos
apoyos a la vez. Y en el ínterin tomó medidas inmediatas para “frenar el desorden”.

Prensa y universidad: las radios y televisoras publicas fueron puestas en manos de fanáticos derechistas que celebraron
a rienda suelta la “moralidad pública” del nuevo gobierno, oponiéndola a la delegación que atribuían a los políticos del
partido y a quienes promovían costumbres e ideas liberales. Alentaron así el “consenso pasivo” de la sociedad, el
acatamiento dócil de todo lo que dispusieran las autoridades. Se prohibieron y cerraron numerosas publicaciones
independientes. Y con la misma tónica se trató a las universidades nacionales, consideradas las principales promotoras
de una cultura disolvente y atea, y de la “falsa modernidad” donde anidaba la subversión. Esta debía ser extirpada, aun
al precio de sacrificar la calidad académica. Por lo tanto, no solo se procedió a intervenir las casas de estudio sino
también a designar a derechistas para dirigirlas y , cuando ello generó resistencia, se la reprimió. El episodio más
dramático a que dio lugar esta política fu la “noche de los bastones largos”, cientos de profesores y estudiantes de la
Universidad de Buenos Aires fueron apaleados delante de la prensa mientras se los desalojaba de las facultades que
habían tomado en protesta por la intervención de la universidad.

El Cordobazo: fue una demostración de fuerza para los revolucionarios, por primera vez, y de forma espontánea,
lograron sumar en sus filas a amplios sectores de la sociedad. Miles de estudiantes y trabajadores encabezados por
Agustín Tosco, con el apoyo de vecinos, incluso de barrios acomodados, ocuparon las calles, levantaron barricadas e
hicieron huir a la policía. Actuaron movidos tanto por la solidaridad con sus partes del litoral como por las demandas
específicas desatendidas y el generalizado rechazo hacia las autoridades locales, empecinadas en poner en práctica el
corporativismo, pese a la resistencia incluso de políticos de derecha y sacerdotes católicos.

Nuevos grupos Guerrilleros: MONTONEROS, en 1970. Resistencia armada, por una patria libre, justa y soberana con
Perón en la patria (Perón exiliado en Madrid). Secuestraron al ex presidente Aramburu. “la violencia de abajo era una
repuesta a la violencia de arriba”. Y la acción clandestina e ilegal era el único instrumento que les quedaba a los
ciudadanos cuyos derechos eran vulnerados.

Las actividades de las guerrillas consiste en el ataque a policías y militares. Y buscan financiarse mediante el secuestro
extorsivo.

Onganía se mantuvo en la presidencia durante un año más, porque su prestigio en los cuarteles tardó en agotarse. Tuvo
que producirse una nueva conmoción, tan fuerte para el ánimo de los uniformados como el Cordobazo, para que
aceptaran que el reemplazo del presidente era inevitable.

El debilitamiento de la autoridad estatal era el problema clave. El estado intervenía en una infinidad de asuntos con el
afán de regularlos o gestionarlos, pero no lograba ni una cosa ni la otra; más bien los convertía en fuentes de demandas
que no satisfacía y que lo deslegitimaba. Su debilidad y falta de autonomía frente a los grupos sociales y las
corporaciones generaron, en consecuencia, crecientes desequilibrios estructurales. El más relevante de ellos, la
inflación: Argentina era ya entonces un caso único por la continuidad en el tiempo de tasas muy altas de tazas de
precios.

Finalmente, tras un nuevo epicentro de protestas con epicentro en Córdoba, que se conocería como “viborazo” y que
contó con una importante presencia de la guerrilla, el 23 de marzo de 1971, la Junta desplazó a Levingston. Asumió, en
su lugar, Alejandro Lanusse.
LANUSSE Y EL TIEMPO POLITICO

A comienzos de Abril, Lanusse proclamó el fin de las prohibiciones impuestas a los partidos en 1966 y el inicio de la
normalización institucional, que incluiría elecciones sin restricciones.

Lanusse tomó una serie de medidas para intensificar la represión entre aquellos: en junio promulgó la Ley de Represión
del Terrorismo, que habilitó la creación de una Cámara Federal específica para esos delitos y la intervención de los
jueces castrenses.

Tras la llegada de Perón al país, Lanusse le impuso condiciones, de las cuales Perón sólo aceptó una, la exclusión de su
candidatura: al haber postergado su regreso para después de la fecha límite de agosto de 1972, impuesta por la ley de
convocatoria a elecciones a todos aquellos que quisieran presentarse como candidatos, no podría serlo. Pero lo hizo
dejando en claro que, en última instancia, no necesitaba hacerlo. Y eligió como sustituto a alguien que tampoco cumplía
con ese requisito y era tan dependiente de él como afín a la Tendencia: Hector J. Cámpora.

DEL IMPERIO DE LOS PUEBLOS A LA PRIMAVERA DEL TERROR

Perón buscó en Cámpora, lanzar iniciativas moderadoras de estos conflictos: en el terreno económico impulsó un pacto
social para contener la puja distributiva y estabilizar la economía; en el político un pacto entre partidos orientado a
promover lo que llamó una democracia integrada y a crear consenso en torno a las reglas de juego. Este pacto político
implicó un compromiso interpartidario de defensa de las instituciones que tenía dos claros destinatarios: los militares y
las guerrillas. En cuanto al “pacto social” se tradujo en un compromiso firmado entre el ministro de Economía, José
BerGelbard, de la CGT y la CGE que congelaba las paritarias por dos años, postergando la esperada recuperación salarial,
y daba prioridad a la lucha contra la inflación por medio del simultáneo congelamiento de precios y tarifas, para
aumentar la inversión e impulsar el crecimiento.

Con Perón en el país, no había ya razón alguna para que no ejerciera directamente el poder. El tiempo de Cámpora se
agotó: el 12 de julio, pese a la oposición de la Tendencia, Cámpora y su vicepresidente presentaron sus renuncias y se
convocó a nuevas elecciones para el 23 de septiembre.

Perón sería electo junto a su esposa, gracias a una votación masiva.

Los Montoneros asesinan a Rucci y Perón muestra su desprecio hacia las organizaciones armadas.

Lopez Rega impulsa la creación de un cuerpo para estatal con la misión de perseguir a los militantes de izquierda. La
Alianza Anticomunista Argentina (TRIPLE A). Tienen un accionar represivo. Es un órgano de represión ilegal, dedicado a
la persecución, secuestro y eliminación de la militancia de izquierda. Base de operaciones en el mismo edificio de
bienestar social, se cobra más de 400 vidas, entre las que se encuentra la del Padre Mujica, sacerdote vinculado a la
juventud peronista. Luego de la muerte de Perón los asesinatos aumentan. Los Montoneros deciden abandonar la lucha
política para asumirse integrantes como agrupación militar, pasan a la clandestinidad.

Muere Perón, lo sucede su esposa Isabel.

En mayo de 1975, Isabel y López Rega quisieron dar un golpe de timón y nombraron ministro de economía a Celestino
Rodrigo, quien adoptó una terapia de shock para imponer un ajuste más duro y colocar a los gremios a la defensiva. La
devaluación esta vez fue del 100%, el aumento de tarifas aún mayores y la suba de los salarios muy inferior.

La presidenta intentó una vez más, con un nuevo ministro de Economía, ejecutar el ajuste necesario para seducir a
empresarios y militares. Pero las medidas fueron insuficientes para detener la inflación, aun cuando permitieron que los
salarios siguieran perdiendo la carrera contra ella. La espiral de descomposición de la autoridad gubernamental era ya
incontenible. Y prácticamente todos los protagonistas se ocuparon de adoptar las posiciones que creían más
convenientes para esperar el golpe.

Habría llegado el momento de una intervención militar mucho más intensa que todas las anteriores: una que no se
limitaría a “poner orden” ni a excluir a un sector civil “desviado” del ejercicio del poder político, y ni siquiera a cambiar
esta o aquella política para “Acelerar el desarrollo”, sino que curaría el cuerpo de la nación, enfermo de pies a cabeza.

Ésta fue la postura que adoptó el Ejército cuando Isabel designó para conducirlo a Jorge Rafael Videla.

DICTADURA MILITAR - 1976 – 1979

La Junta Militar que tomó el poder en marzo de 1976, integrada por Jorge R. Videla en representación del Ejército,
Emilio Massera por la Armada y Ramón Agosti por la Fuerza Aérea, dedicó sus dos primeros años de gobierno a aplicar
su “plan antisubversivo” que además de fines represivos contemplaba metas políticas, incluso económicas e
internacionales.

Proceso de reorganización nacional. Su intención es disciplinar a la sociedad argentina en un nuevo proyecto de país.
Ordenado, sin huelga, conflictos, ni movilizaciones populares. Con una clase obrera más obediente y un estado con
menos intervenciones en las relaciones económicas y sociales.

El proyecto de los militares cuenta con el apoyo de civiles, grupos financieros, grandes empresarios, terratenientes y
gran parte de la jerarquía de la iglesia católica.

Los juicios y las penas convencionales eran insuficientes para quebrar la capacidad de resistencia del enemigo dentro y
fuera de las prisiones. De allí que la solución consistiera en organizar un “ejército clandestino” de represores compuesto
por miembros de las Fuerzas Armadas en actividad e integrantes de las bandas paramilitares que venían de tareas
dependientes de los jefes militares de cada zona del país, y en el desarrollo de un “plan de batalla” que encabezó el
secuestro de sospechosos de pertenecer a las guerrillas y organizaciones revolucionarias, la tortura en centros
clandestinos de detención para obtener de ellos la mayor cantidad de información sobre otros miembros, y el asesinato
también clandestino cuando dejaban de ser útiles.

El llamado “operativo independencia” había creado una decena de centros clandestinos de detención y tortura. Se
crearon casi 350 centros. El método más habitual es el de la desaparición forzada de personas. Secuestrarla y trasladarla
al centro de detención. El método usual es la picana eléctrica para sacar información. La fase final es la desaparición
física de la persona. Uno de los recursos era simular enfrentamientos, y más de un millar de secuestrados figuraron
como “muertos en combate”. Recién desde mediado de 1977 empezaron a ocultarse sistemáticamente los cuerpos de
las victimas arrojándolos al Río de la Plata y al mar, o enterrándolos en tumbas NN. Lograron instalar el miedo en la
sociedad.

Todo ello fue facilitado por la masiva presencia del terror en los lugares de trabajo. En algunas grandes firmas se llegó a
la ocupación militar de las plantas y la creación de centros de detención en ellas. También ayudo la extensa represión
legal, que afectó al conjunto de los sindicalistas y activistas sectoriales, quienes estaban lejos de ser subversivos. Cientos
de gremialistas fueron detenidos junto a muchos ex funcionarios peronistas. Fueron intervenidos los más grandes
sindicatos y la CGT, y se prohibieron las huelgas. Los demás gremios fueron suspendidos, al igual que ciertas entidades
empresariales, como la Federación Agraria.

Disuelven el congreso. Prohíben los partidos políticos. Decretan el estado de sitio. Distribuyeron los cargos entre los
oficiales activos de las tres fuerzas. Esto también fue aplicado a las radios, televisión, los sindicatos, las obras sociales y
las empresas públicas. La Junta intervenía en todos los asuntos que consideraba fundamentales.
La Escuela de las Américas: organismo creado por los EE.UU con el fin de entrenar a los ejércitos latinoamericanos en la
lucha contra el comunismo. Argentina también recibe entrenamiento del ejército francés. Métodos que incluyen la
creación de los centros clandestinos, y el uso del secuestro y tortura como métodos de conseguir información.

ECONOMICO

En 1976 Videla designa a Martinez de Hoz ministro de economía. Con el fin de frenar la inflación congela los salarios por
tres meses, achica las restricciones que limita la entrada de productos y de servicios provenientes del exterior, que
comienzan a competir en situación de igualdad con la producción nacional.

En 1977 se realiza la REFORMA FINANCIERA. Para lograr una mayor disponibilidad de divisas el estado libera las tazas de
interés de los bancos y elimina progresivamente las restricciones a los movimientos de capitales del exterior. Estos
capitales en lugar de destinarse a la producción, se vuelcan a la especulación financiera. Empresas privadas, pequeños
productores y hasta ciudadanos comunes, pequeños comerciantes se vuelcan al juego que produce ganancias a corto
plazo pero que tienen efecto negativo sobre la estructura productiva del país.

El gobierno beneficia con grandes subsidios a grupos de empresarios ligados al poder. Al mismo tiempo se dedica a
financiar obras públicas de gran magnitud, como autopistas, y el canal ATC. Otorgando las concesiones a empresas
privadas de conocidos.

En 1978 para que la competencia externa forzara a los empresarios argentinos a invertir y ajustar sus costos, y la que
sería la pieza clave que vinculaba todas las demás medidas, se pone en marcha LA TABLITA CAMBIARIA. Esa tablita
establecía un ritmo decreciente de devaluación del peso frente al dólar, para exponer los precios internos al coste de los
internacionales y así liquidar las actividades ineficientes (que el modelo de industrialización por sustitución de
importaciones había mantenido artificialmente en pie) y los mecanismos inflacionarios (con los que la economía
protegida y regulada procesaba sus desequilibrios).

Esta política permitiría un rápido incremento del consumo y del nivel de actividad, porque si bien algunos sectores
industriales resultaron perjudicados, hubo otros, en especial los servicios y la importación, que crecieron.

El dólar baja. Los ciudadanos compran productos importados, viajan, consumo desmesurado. La industria nacional al no
poder competir en calidad, variedad y precio cae en un periodo de estancamiento. Los grupos financieros grandes
aprovechan para expandir sus actividades a todos los rubros.

En 1978 el estado lleva adelante su maniobra de propaganda más cara: el mundial de futbol. De esta manera se reduce
los aranceles a las importaciones. En meses el país se ve invadido por una ola de productos extranjeros.

A mediado de 1978, Videla pasó a retiro y logró ser reelecto en la presidencia por los generales y la Junta. Seguirá con su
cargo hasta 1981.

En 1979 se produjo un cambio drástico en el escenario financiero: los EE.UU decidieron, con el objetivo de frenar la
inflación y fortalecer el dólar frente a las demás monedas, casi triplicar la tasa de interés de sus bonos. Como
consecuencia los fondos que llegaban a la Argentina para financiar sus equilibrios y sostener la “tablita” dejaron de
hacerlo y poco después comenzaron a emigrar, atraídos por esa rentabilidad de los bonos norteamericanos.

Muchos no pudieron pagar los intereses de los créditos que habían contraído para invertir y otros dejaron de hacerlo
calculando que les convenia llevar sus empresas a la quiebra y fugar al exterior todos los dólares posibles. Los bancos se
declararon insolventes y fueron liquidados. El Banco Central devolvió el dinero a los ahorristas. El estado incluso debió
hacerse cargo de los créditos externos tomados por esas entidades.
Martinez de Hoz convenció a Videla de que las altas tasas internacionales no podían durar y de que era mejor aguantar
con la tablita que abandonarla “justo cuando iba a dar frutos”.

En 1981 asume VIOLA, el nuevo mandatario arranco su gestión con una serie de devaluaciones que redujeron
drásticamente el poder de compra de los salarios y el nivel de actividad, sin lograr controlar por ello las demás variables
económicas. Apenas sirvió para la inflación, el empleo industrial se derrumbó. Y el costo social era aun mucho mayor
que entonces.

El plan de apertura no concitó ningún entusiasmo en los políticos y terminó de enemistarlo con los uniformados.

En diciembre, una votación unánime de los comandantes, inauguró el periodo de GALTIERI.

Martinez de Hoz no había logrado entregarles a sus mandantes nada parecido al capitalismo estable, abierto y
competitivo que había prometido. Si les ofreció un sistema económico más integrado y dependiente de los circuitos
financieros externos, y mucho más concentrado en pocos grandes actores.

“La Paritaria Financiera”: hizo fracasar el intento de Viola de controlar esa situación a través del desdoblamiento del
mercado cambiario (es decir, fijando un dólar comercial barato para controlar los precios de los alimentos y de los
insumos industriales importados, y un dólar financiero caro para que el estado, vendiendo los dólares que compraba a
los exportadores, pudiera quedarse con la diferencia y cerrar sus cuentas). Ello no dio resultado debido a que ahora el
comercio exterior y las finanzas estaban dominados por empresas integradas al mercado internacional.

En consecuencia, los ingresos de los sectores populares se derrumbaron. También se modificaron las pautas de
segregación urbana. Las villas de emergencias dejaron de ser un lugar de tránsito desde el cual se podía acceder, con
más o menos tiempos de espera, a una residencia consolidada, porque alquilar o comprar una vivienda se volvió
imposible para algunas familias. Los asentamientos irregulares pasaron a ser su habitad permanente.se crearon
numerosos barrios marginales en los anillos más alejados de las urbes.

“La denuncia de la plata dulce”: la sociedad se vio sacudida por imágenes de inédita crudeza; por un lado, los comedores
y las ollas populares de los que dependían los indígenas para sobrevivir. Por otro, el enriquecimiento injustificado de los
especuladores.

MALVINAS: a pesar de los reclamos por los desaparecidos y la crisis económica, los militares todavía tenían posibilidades
de controlar la situación, y ganar tiempo. La carta para resolver esos problemas eran los planes para invadir Malvinas. El
operativo se lanzó, un poco antes de lo previsto debido a la protesta sindical y los apuros económicos. Al haber
preservado el secreto hasta último momento la ocupación de la isla fue rápida. El apoyo de la opinión pública y la
dirigencia civil fue amplio y entusiasta. La causa de Malvinas fue ocasión para que periodistas, artista y dirigentes de
toda laya participaran con entusiasmo de actividades públicas que celebraban la “recuperación de las islas”. Finalmente,
se rindieron. Alrededor de 700 argentinos y 300 británicos murieron. La noticia cayó como una bomba en el ánimo de la
población, que había querido creer la versión difundida por los medios locales según la cual las pérdidas del enemigo
eran tan grandes que no tardarían en desistir. Miles de personas indignadas salieron a las calles. Como consecuencia, los
generales obligaron a Galtieri a renunciar. Designaron entonces a REYNALDO BIGNONE. Con Malvinas terminó de
descomponerse el poder militar.

Cavallo, ahora desde la presidencia del Banco Central, otorgó concesiones petroleras, de obras públicas y hasta de
medios radiofónicos y televisivos. Extendió la promoción industrial, consiente en generosas reducciones impositivas.
Inició una apresurada normalización de las conducciones sindicales y, les devolvió el control de las obras sociales y
concedió aumentos salariales.

Bignone pudo dar estos pasos porque muchos de ellos eran bien vistos por los partidos
MENEM

La Argentina conocería una situación inédita, ya que el liberalismo económico le proporcionó a un gobierno peronista el
contenido de las políticas públicas orientadas a la resolución de la crisis con la firme decisión de adaptarse a los cambios
de época en tres horizontes simultáneos se proyectaron los objetivos del programa neoliberal que instaló una economía
de mercado: a) la apertura comercial y la libre circulación de capital b) la reforma del estado a través de la privatización
de empresas públicas y c) la desregulación de los mercados que implicaba una mínima intervención económica del
Estado.

Se pueden considerar dos etapas, la primera que transcurrió entre 1989-1996, estuvo orientada a obtener el equilibrio
de las variables macroeconómicas, poner fin al proteccionismo, desregular los mercados y reducir el tamaño del Estado.

Los hitos más relevantes fueron la Convertibilidad, las privatizaciones y la caducidad de los regímenes de promoción
industrial.

La segunda etapa, a partir de 1996 hasta el fin del mandato de Menem (1999), el propósito principal estuvo orientado a
completar la primera, concluyendo con las privatizaciones, la creación de un fondo de reconversión laboral para los
empleados públicos, la desregulación laboral y del sistema de salud.

El caos económico desatado a comienzos de 1989, coronado con sucesivos picos inflacionarios a lo largo de ese año,
destruyó la moneda como medio de intercambio y de regulación de la economía.

Los legisladores peronistas votaron dos leyes fundamentales para iniciar los cambios: la Reforma del Estado y la de
Emergencia Económica, que delegaban en el Ejecutivo la decisión de privatizar prácticamente todas las empresas
estatales, suspender derechos laborales, renegociar la deuda externa, eliminar barreras comerciales, etc. A partir de ese
momento, Menem pudo gobernar emitiendo decretos avalados por dichas leyes. Se avanzó entonces con las primeras
privatizaciones, las de Entel y Aerolíneas Argentinas, a las que pronto se sumaron las concesiones de ramales
ferroviarios y rutas.

La recesión se agravó y cayeron los salarios en forma más pronunciada y prolongada que en el primer estallido. Se
ampliaron además la apertura comercial, la desregulación de la economía y las privatizaciones. En cuestión de meses, se
entregaron las dos partes en que se dividió el Entel, Aerolíneas Argentinas, los corredores viales, los canales de
televisión 11 y 13 y los primeros ramales ferroviarios. Además, la recaída en la híper fue argumento suficiente para
justificar el Plan Bonex, que convirtió los depósitos bancarios en bonos públicos a diez años de plazo.

LA CONVERTIBILIDAD

Tuvo algunas similitudes con la tablita de Martinez de Hoz y con el Plan Primavera. Usaba el ancla cambiaria (es decir,
una cotización baja del dólar), y la apertura comercial para combatir el aza de precios, exponiéndolos a la competencia
internacional. Pero lo hacía de un modo mucho más audaz: dado que el estado era por completo incapaz de fijar y
sostener cualquier precio, y dado que todos los recios seguían ahora muy fielmente la evolución del dólar, se ató a la
moneda local a la estadounidense renunciando a la posibilidad de devaluar.

Usar dólares o pesos seria a partir de entonces, indistinto.

La consolidación del modelo se reflejó en la opinión pública. La idea oficial de que el plan estaba “reinsertando a la
Argentina en el mundo” y dejando atrás la decadencia fue entusiastamente reproducida por los medios. Su privatización
y la formación de poderosos multimedios ayudaron a darle solidez al consenso favorable a la “estabilidad” y rompieron
clivajes tradicionales, entre peronistas y antiperonistas, nacionalistas y liberales, progresistas y conservadores. Se volvió
por lo tanto muy difícil para la oposición plantear una batalla global contra el menemismo, más allá de las objeciones
por corrupción y abuso de poder.

Por otra parte, se logró avanzar en la integración comercial con Brasil a través de los acuerdos del Mercosur que incluiría
a Uruguay y Paraguay. Pero, dada la desventaja cambiaria para la industria local, esa apertura debió acotarse con
barreras específicas para muchos productos.

El modelo menemista fue también exitoso en su esfuerzo por atraer capitales. Pero buena parte de ellos no se destinó a
inversiones productivas sino a financiar el gasto público a través de nuevos bonos de deuda que el gobierno emitió para
conseguir los dólares que no podía obtener del comercio exterior. Algo similar sucedió con la reforma previsional (el
paso del sistema de las cajas jubilatorias a un régimen de capitalización individual –AFJP) y la venta de YPF, las dos
medidas más importantes de esta etapa.

Otro tema importante en esta etapa fue la del proyecto de modificar la Constitución. Para habilitarla y remover la
prohibición de la reelección presidencial, Menem necesitaba el voto de dos tercios de las cámaras. Alfonsín se avino a
negociar. El resultado fue el Pacto de Olivos, que se firmó entre ambos en noviembre de 1993. En él se estableció un
“núcleo de coincidencias básicas” en el que figuraban la reelección más una serie de “compensaciones” introducidas por
Alfonsín, que en general constaban ya entre las metas planteadas durante su mandato: la incorporación de un jefe de
Gabinete que pudiera ser censurado por el Parlamento para desconcentrar el poder del Ejecutivo, la elección
presidencial directa con segunda vuelta, la incorporación de un tercer sanador de cada distrito en representación de la
minoría, la autonomía para la Capital Federal y la elección indirecta de su intendente, la creación de un Consejo de la
Magistratura para limitar el poder del presidente en la designación de los jueces, y la regulación de su facultad de emitir
decretos de necesidad y urgencia.

Una vez habilitada la posibilidad de reelección, Menem inició su campaña para conquistarla. Para ello ante todo debía
cerrarles la puerta a los otros aspirantes al cargo en las filas del oficialismo: Duhalde.

Una sucesión de malas noticias nublaría el escenario preelectoral. El alza de la desocupación y del déficit de comercial
llevaron agua para el molino de los críticos del modelo. El proteccionismo ganó apoyo entre los industriales y los
opositores le prestaron su voz.

En julio de 1994, estalló una poderosa bomba en la sede de la mutual judía (AMIA) que causó 85 muertes.

Consecuencias de la convertibilidad: mientras muchas industrias incorporan nuevas tecnologías y la clase media cambia
el destino de sus vacaciones por Europa y Cancún. El gobierno inicia una nueva etapa de su reforma estatal: que incluye
el desmantelamiento de la salud, la educación pública y la entrega de los recursos energéticos. En los años posteriores a
1992, usando el argumento del federalismo el gobierno traspasa la salud y la educación pública a los estados
provinciales. La razón es mostrarles a los organismos de crédito internacional que el gasto público ha disminuido. Pero
esta transferencia tiene un efecto negativo en las provincias. Ya que el estado nacional transfiere las obligaciones pero
no los recursos necesarios para su mantenimiento. Al mismo tiempo la nación y las provincias firman pactos fiscales que
restringen el uso de los recursos de la coparticipación federal, por lo que varios estados provinciales se ven obligados a
emitir bonos.

Otras víctimas de la ola privatizadora son los bancos y ferrocarriles. Los bancos son vendidos a grupos extranjeros, o los
grandes bancos de capital nacional. En el caso de los ferrocarriles, la mayoría de los ramales del interior se cierran,
condenando a pueblos enteros al aislamiento y miseria. El gremio de la Fraternidad, sindicato histórico de los
ferroviarios no tarda en reaccionar e inicia huelgas contra la privatización. La red de ferrocarriles se reduce, en el interior
desaparecen cerca de 800 estaciones. Por la falta de mantenimiento la velocidad reduce. Se hace evidente la ausencia
del estado.
Abandono del estado de todo rol vinculado con la producción, la redistribución económica y con la promoción social y
cultural.

EFECTO TEQUILA: La crisis financiera que estalló en México en diciembre de 1994, fruto del alta de las tasas de interés
internacionales, hizo temer un efecto cascada sobre la Argentina y puso de nuevo al tope de las preocupaciones de los
actores económicos y del a sociedad en general, la cuestiono de la estabilidad. Se trataba de fuga de capitales y
devaluación de la moneda local

SOCIAL

Proliferación de los barrios cerrados. Representa la privatización de la vida social. Significa una nueva sensibilidad social
que postula como valores el aislamiento, el alto consumo y la seguridad. Contrastan con un conjunto urbano
empobrecido y abandonado.

El mercado de trabajo entra en crisis. Los trabajadores asalariados son los más afectados. Los derechos y garantías que
los protegieron durante años comienzan a ser desactivados por las políticas neoliberales. Hay un retiro del estado en el
control de las normas laborales.

Los contratos de locación de obras, o prestación de servicios eximen a las partes contratantes de responsabilidad laboral
y cargas sociales. De esta manera el trabajador deja de estar amparado por las leyes laborales y queda sujeto a las reglas
del derecho comercial. Además de tenerse que hacer cargo de los aportes jubilatorios y cobertura médicas. Pero eso
toman impulso los sistemas de jubilación privadas y las empresas de medicinas prepagas.

Para 1994 la desocupación aumenta. Los sindicatos pierden su rol de comunicación entre trabajadores y estado.

Nuevas organizaciones sociales, fundamentalmente de desocupados. Estos actores son la primera manifestación de
crítica al modelo neoliberal.

1997 manifestaciones. Nuevo método: corte de ruta, piquetes. El crecimiento de estas organizaciones se dan en
conjunto con las políticas del estado de subsidiar a los desocupados con un ingreso mensual a cambio de tareas
municipales o comunitarias. De esta manera, las organizaciones ocupan el rol de comunicación con el estado, que antes
tenían los sindicatos.

Hacia el 2000 trasladan la metodología a los accesos de las ciudades.

Finalmente Menem se impuso en las elecciones presidencial es en mayo de 1995, por un margen aún mayor que en la
de 1989.

La reelección de Menem, se debió tanto a los éxitos del plan de Convertibilidad como a sus dificultades. Lo logró en gran
medida porque la crisis del Tequila expuso la fragilidad del plan ante un cambio en los flujos de capitales y entonces el
temor ganó el ánimo colectivo. Eso no quita, que también influyeran los logros de la gestión que concluía: casi cuatro
años de crecimiento, la derrota inapelable de la inflación, la modernización de muchos servicios públicos y privados, la
incorporación del país al club de las “economías emergentes”, en fin, un proceso de cambio que no tenia parangón en la
memoria de los argentinos.

El cambio de humor social se correspondió también con la creciente insatisfacción por los resultados de las
privatizaciones: la mejora en los servicios que había sido notable en los primeros años, sobre todo en telefonía,
electricidad y algunos rubros del transporte. Pero no fue tan generalizada como se esperaba, y a medida que crecían la
percepción de corrupción y el problema del desempleo, aumentaban también por las críticas por “como” se había
privatizado. También se hizo evidente que la drástica reducción de la red ferroviaria había dejado sin razón de ser a
cientos de pueblos y había elevado enormemente los costos del transporte de cargas y pasajeros. La desocupación
estaba fomentando nuevas formas de criminalidad, de las que las fuerzas de seguridad eran más frecuentemente socias
que antídotos eficaces. El deterioro de los servicios de salud y educación gestionados por las provincias, que en
ocasiones desviaban recursos a fines políticamente más redituables o simplemente carecían de medios para
administrarlos, llevaron a cada vez más sectores a buscar institutos privados, cuyo costo siguió aumentando.

Después de la reelección, las cosas empiezan a cambiar comienza una crisis mundial, recesión y ajuste, mientras se
disparan el déficit, el endeudamiento y la desocupación.

Emerge la otra Argentina, la de los pobres, que son muchos más y se han quedado a la intemperie sin salud, sin
educación, sin seguridad, sin empleo; sólo pueden protestar con desesperación, cortando las rutas.

Los docentes luego de años de paros y marchas encuantran un medio novedoso de protesta levantan un carpa blanca
frente al Congreso y se forman grupos de docentes de todo el país que realizan ayunos por turno. La carpa es convetida
en escenario de actos del gremio y llama al atención de la sociedad. En plena campaña electoral se logra una impresisa
promesa de mejora electoral.

Resulta novedosa la manera institucional, consensual y ordenada con que la sociedad procesa sus conflictos, que no son
menores.

En política hay pocos actos públicos, clientelismo, y mucha imagen, aunque también bastante voto independiente.

La corrupción está en todas partes del gobierno Menemista y hay escándalos, como la venta de armas, el caso
informático IBM-Banco Nación , el caso Moneta con la estafa del Banco de Mendoza y muchos escándalos menores ,
además están los crímenes, como los de María Soledad, Carrasco y Cabezas, y atentados como los de la AMIA o Río
Tercero .

En medio de las dificultades, la jefatura empieza a ser cuestionada: desde afuera, por la Alianza, y desde dentro, por
quienes se sienten los sucesores.

GOBIERNO DE FERNANDO DE LA RUA

Los actores políticos todavía pensaban, sin embargo que había posibilidades de evitar la recaída y compitieron por
presentarse como la mejor opción para intentarlo. En eso consistió, la campaña electoral de 1999. Menem siguió
poniéndole trabajas a Duhalde, no logró que la Corte Suprema interpretara la Constitución para habilitar su tercer
mandato, pero si pudo demorar hasta juio la definición de la candidatura del PJ: le quitó respaldo a la campaña del
bonaerense y se preparó para encabezar la oposición al nuevo gobierno prolongando su mandato al frente del PJ hasta
el 2003. La Alianza, tuvo en cambio, el camino bastante despejado. En noviembre de 1998, había dirimido la
composición de su fórmula presidencial a través de una interna abierta que consagró al precandidato radical, Fernando
de la rua, quien sería secundado por Carlos Alvarez. Se esmeró en convencerlos de qsu capacidad para superar la
recesión y mantener en pie la Convertibilidad introduciendo cambios menores y con una administración más honesta y
prudente. Creía estar así en condiciones de evitar la especulación y de reiniciar la inversión y producción.

La Alianza se impuso en las elecciones presidenciales de octubre con el 48.4% contra el 34% de Duhalde.

Las evidencias respecto de la gravedad de los problemas saltaron a la luz apenas se inició el nuevo gobierno: el déficit
público de 1999 llegó al 4.5% y el estado central no había dejado de cargarse con nuevos compromisos. Las provincias
peronistas comprometieron a De la Rua a renegociar sus deudas y elevar las transferencias mensuales a 1350 millones
de dólares a partir del año siguiente. De este modo, la Alianza se vio en la necesidad de elegir entre un ajuste de gastos
o un aumento de impuestos. En principio, De la Rua optó por lo segundo, estimando que sería la medida menos
impopular. Pero no resultó así: el aumento aplicado al impuesto a las ganancias, golpeo sobre todo a los sectores que
habían apoyado a la Alianza, además provocó una reducción del consumo en los sectores medios y altos, a la que se
responsabilizó por una nueva baja en el nivel de actividad al iniciarse el año 2000. Todo ello impidió que la Alianza
capitalizara su decisión de destinar simultáneamente más recursos a sueldos docentes y planes sociales.

Con esta ley en sus manos (Convertibilidad) De la Rua, esperó que las inversiones repuntaran. Pero no sucedió. El
gobierno intentó entonces la segunda via: bajar el gasto. Así fue que en mayo de 2000, dispuso un recorte para los
salarios públicos nacionales, recorte que buscó compensar las iniciativas contra el uso prebendario de recursos por parte
de la dirigencia política.

También tomo medidas a fin de reducir el costo de los servicios para las actividades productivas, renegociando
concesiones y tarifas con las empresas privatizadas. Sin embargo, el recorte de salarios se aplicó muy desigualmente y
en los otros terrenos no se alcanzó lo suficiente para equilibrar social y sectorialmente el ajuste: las privatizaciones de
correos, aeropuertos y aerolíneas n ose revieron, y la renegociación de las tarifas telefónicas beneficio a las empresas
pero no a los usuarios. En cuanto al ajuste, del gasto político, la dirigencia de todos los partidos lo resistió con éxito.

Todo ello fortaleció la idea de que los costos de la crisis recaían sobre los más débiles. Y la protesta social volvió a
dominar la escena.

En materia económica, el país no podía superar los problemas generados por el proceso recesivo que había comenzado
en 1998, mientras se decidía mantener a rajatabla el plan de convertibilidad.

De la Rua tenia graves problemas en la UCR donde era ampliamente criticado, su relación con su vicepresidente, Chacho
Alvarez, se fue deteriorando hasta que estalló el escándalo por las coimas en el senado terminando con la renuncia el 6
de octubre de 2000 con la renuncia de Carlos Alvarez. Esto provocó un impacto negativo en los mercados financieros y
en la opinión pública, derrumbándose la confianza en el presidente.

Otro hecho significativo fue la incorporación al gabinete de Domingo Cavallo como ministro de Economía. Su
designación se concretó en marzo de 2001. Con un nuevo perfil, Cavallo proponía algunas innovaciones para sortear la
crisis financiera en curso y poder crecer. Su programa económico, que incluyó en en distintos momentos el plan de
competitividad, la convertibilidad ampliada, el megacanje, el déficit cero, resultó insuficiente para frenar la debacle y
evitar las corridas sobre los depósitos bancarios.
A comienzo de diciembre, en un desesperado intento por frenar la fuga de capitales ya que las reservas habían caído a
menos de la mitad, Cavallo dispuso un “corralito” bancario (limitaba la extracción de dinero que podían hacerse en los
bancos), el clima de rebeldía se propagó no solo en los sectores bajos, sino en las clases medias e incluso en sectores
empresariales directamente afectados por la medida.

Las protestas sociales fueron en aumento, piquetes, saqueos de comercios y De la Rua intentó detenerlos decretando el
estado de sitio, lo cual llevó a una rebelión popular: piqueteros, cacerolazos, movilizaciones en la Plaza de Mayo que el
gobierno reprimió duramente causando muertes y heridos. Como consecuencia de esto, el 20 de diciembre de 2001 De
la Rua presentó su renuncia al Congreso.

DEL 2001 AL 2009 - Crisis política

En los últimos días de diciembre de 2001, sucesivas asambleas legislativas designaron a cuatro presidentes
provisionales: Ramon Puerta, Rodriguez Saa, Camaño, Duhalde.

Duhalde consiguió el apoyo de los diferentes partidos y extendió su mandato hasta fines de 2003. Apenas asumió
Duhalde derogó la Convertibilidad y amplió el corralito bancario siendo congelados los plazos fijos (“corralón). Liberaron
el valor del dólar. Se evitó la emisión de monedas, contención de gasto público, los salarios y las jubilaciones. Se
estableció un cronograma de devolución de los depósitos atrapados en el corralón.

En abril de 2002, Roberto Lavagna asumió como Ministro de Economía. Esto fue acompañado por un sólido
entendimiento con los dos poderes que más influían en este gobierno provisional: el FMI y los gobernadores. El FMI se
conformó con que se le siguieran pagando los intereses de la deuda y no aceptar nuevos créditos. Y los gobernadores
aceptaran algunas de las exigencias como fueron la reforma de la Ley de Quiebras y derogación de la ley de subversión
económica.

El tesoro nacional, comenzó a reabsorber los bonos y cuasi monedas que habían emitido desde el año anterior. Se
instrumentó el plan Jefas/es de Hogar, se otorgaba 150 pesos por mes a las familias carenciadas y eso llevó a que las
manifestaciones piqueteras disminuyeran. La inflación siguió bajando, al igual que la fuga de capitales y los indicadores
de actividad estaban en pleno crecimiento lográndose un superávit fiscal.

El poder político seguía siendo frágil. Duhalde temía que la situación social se agravara, luego del asesinato de dos
manifestantes, es por ello que decidió adelantar las elecciones para abril de 2003.

El PJ se presentó bajo tres alternativas: Menem, Rodriguez Saa y Kirchner como precandidatos presidenciales; el ARI
(Elisa Carrio) y Recrear para el crecimiento (Lopez Murphy).

Nestor sería el futuro presidente de los argentinos.

EL RIESGO PAÍS: indica la diferencia entre los intereses que pagan los bonos de los EE.UU y los de otros estados. En esta
época empezó a ser una señal decisiva para los inversores y para la opinión pública en general (en los medios se
vulgarizó su uso para aludir al peligro de una crisis aguda). Los capitalistas locales tuvieron, en este contexto, más
motivos para otra por inversiones que pudieran cambiarse rápidamente en caso de que las dificultades se agudizaran, es
decir, las financieras, en detrimiento de las productivas, a las que era más complicado abandonar de un día para otro. Y
así fue creciendo un circuito especulativo que agravaba los problemas que le habían dado origen: como existía
incertidumbre, las tasas de interés subían, y como las tasas subían, aumentaba la incertidumbre sobre el futuro de la
economía. la sospecha de que en algún momento el estado se vería obligado a repudiar la deuda o a devaluar, o a hacer
ambas cosas a la vez, fue en aumento. Y lo mismo sucedió con las oportunidades de obtener jugosas ganancias
prestándole a un estado desesperado por escapar del dilema que enfrentaba, pero solo hasta el preciso momento en
que la caída fuera inevitable, porque entonces habría que desprenderse de los bonos públicos, para eludir los costos que
pagarían todos aquellos que no pudieran fugarse a tiempo.

CORRALITO BANCARIO: limitaba las extracciones de dinero que podían hacerse en los bancos, el clima de rebeldía que
se había propagado en los sectores bajos ganó a las clases medias e incluso a sectores empresariales directamente
afectados por la medida.

CORRALON: los plazos fijos fueron congelados y se extendió el plazo de vigencia de los topes a los retiros de capital de
las cuentas bancarias.

A lo largo del 2002 la sociedad vivió en permanente estado de crispación e incertidumbre. El empobrecimiento
acelerado y la indignación con los partidos políticos se jugaron para sacar a la calle incluso a capas de la sociedad que
por norma se había abstenido de participar de movilizaciones, o que solo lo habían hecho en fechas patrias o festivas.
Comerciantes y profesionales de mediana edad, amas de casas y jubilados de barrios acomodados confluyeron con
militantes y adolescentes. Las organizaciones piqueteras y los “cacerolazos”, dominaron las calles y le dieron un tono
amenazante a las protestas sociales.
LOS AÑOS DEL KIRCHNERISMO

Nestor Kirchner asumió la presidencia el 25 de mayo 2003. Durante su presidencia, el crecimiento económico y la
concentración del poder político se conjugaron con mayor firmeza, destrabó conflictos sindicales, desplazó a los jueces
de la corte suprema (mayoría automática) y dio la reapertura a los juicios por violación a los derechos humanos.

En cuanto a los juicios por los crímenes de la dictadura, Kirchner fue mucho más allá al impulsar en el Congreso una
norma que declaraba nulas las leyes de Alfonsin. De esta manera se reabrieron muchos procesos que estaban cerrados e
iniciaron otros nuevos.

Estas acciones darían sus frutos tanto en el realineamiento político como en su imagen de la opinión pública.

En lo que atañe a la Economía, confrontó con los organismos internacionales de crédito, con las empresas privatizadas y
con la política exterior de EE. UU y Europa, dilató la renegociación de la deuda externa, destinó mayores recursos a la
reactivación económica, distribuyó recursos entre los gobernadores y subsidios para compensar tarifas retrasadas de
transporte, energía, etc.

En el 2005, también se consolidó la recuperación económica, se concluyó el proceso de renegociación de la deuda


externa, reestatizó el correo argentino, el servicio de aguas y coaclas, aerolíneas, concretó la actualización de las
jubilaciones y los salarios públicos, se redujo el desempleo y la tasa de pobreza, la CGT bajó la conducción Moyano se
manifestó a favor del nuevo modelo productivo.

Se reformó el Consejo de la Magistratura para fortalecer el control oficialista en la designación y remoción de los jueces,
reasignación en la partida de presupuestos, etc.

En relación con Latinoamerica, el clima político cultural que había ido madurando en la región a consecuencia de que
varios de los programas de reforma del mercado aplicado en los años 90 concluyeron en crisis financieras agudas,
determinó que comenzaran a proliferar los movimientos de protesta y los gobiernos de izquierda. De todos los aspectos
de este clima regional, el que más influyó sobre los gobernantes argentinos fue el discurso de Evo Morales quien llegó a
la presidencia de Bolivia en 2005. También incidió la consolidación del régimen venezolano de Hugo Chavez. Kirchner se
distanció de Washington en el rechazo de análisis, recomendación, omisión técnica del FMI en el país y se diferenció de
los gobiernos de izquierda moderada o social demócrata de la región: la concertación chilena de larga data, la de Brasil
encabezada por Lula De Silva y el PT. Y en Uruguay con el Frente amplio.

El 28 de octubre de 2007 tuvo lugar las elecciones presidenciales, con el triunfo de Cristina F. de Kirchner por el FPV.

El kirchnerismo no solo logró asegurarse un segundo turno presidencial sino habilitar nuevas releeciones al futuro.

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