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[8.3] La amígdala
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TEMA
Esquema
TEMA 8 – Esquema
James Lange vs Cannon Bard
2
Circuito de Papez
Ideas clave
Para estudiar este tema, lee los apuntes incluidos en las Ideas clave.
Además deberás leer Bear, M. F., Connors, B. W., & Paradiso, M. A. (2008).
Neurociencia: La exploración del Cerebro. pp. 434-455. Lippincott Williams &
Wilkins.
Darwin y otros científicos entre los que se encontraba Freud, ya postulaban que el
cerebro tenía un papel fundamental en la expresión de las emociones. La teoría de la
emoción de William James Lange propone que experimentábamos emociones
como respuestas a los cambios fisiológicos de nuestro cuerpo, es decir, nos
sentimos tristes porque lloramos, mejor que lloramos porque estamos tristes.
Pero, diferentes emociones presentan las mismas respuestas corporales ambiguas, con
lo cual, la etiqueta que les apliquemos depende de la situación en que estemos, la
valoración cognitiva que hagamos.
El sistema límbico fue descrito por Broca en 1878 como la colección de áreas corticales
con el nombre de lóbulo límbico —borde alrededor de áreas corticales del tronco
cerebral.
Posteriormente se halló que el sistema límbico está íntimamente relacionado con las
emociones, nombradas como tal por el fisiólogo americano Paul Maclean.
Las estructuras límbicas forman una de las tres divisiones funcionales principales del
cerebro. Estas tres divisiones: el cerebro de los reptiles, el cerebro antiguo de los
mamíferos y el cerebro nuevo de los mamíferos, evolucionando por orden. Según esta
teoría, la evolución del sistema límbico permitió que los animales experimentaran y
expresaran las emociones, emancipando a los animales de la conducta dictada por su
tronco cerebral. Es decir, tuvo lugar una especie de ruptura con lo irracional, dotando al
hombre de la capacidad de resolver problemas y de ser capaz de tener un pensamiento
racional.
en el hipocampo, a menudo son sumamente agresivos, mientras que los pacientes con
daño en la corteza cingulada suelen mostrar apatía y depresión. Por consiguiente,
razonó Papez, el hipocampo y la corteza cingulada deben desempeñar papeles
importantes en la emoción, junto con otras regiones como el tálamo, por el cual entra
la información sensorial al cerebro, y el hipotálamo, que ayuda a regular la respuesta
del cuerpo a la emoción. Papez propuso que esas regiones cerebrales operan en un
circuito (llamado más tarde circuito de Papez) que es la vía central de procesamiento de
la emoción.
Dicho sistema se extiende por la pared medial del cerebro y conecta la corteza con el
hipotálamo. En este sistema, es el hipotálamo quien gobierna la expresión de
las emociones. El hipotálamo y la neocorteza están distribuidos de tal modo que cada
uno puede influir en el otro, lo que vincula la expresión y la experiencia de la emoción.
En el circuito, la corteza cingular afecta el hipotálamo a través del hipocampo
y el fórnix (el grueso haz de axones que abandonan el hipocampo), mientras que el
hipotálamo afecta la corteza cingular a través del tálamo anterior. El hecho
de que la comunicación entre la corteza y el hipotálamo sea bidireccional indica que
puede ser compatible con la teoría de James-Lange y la de Cannon-Bard.
8.3. La amígdala
La amígdala:
La amígdala, localizada en los lóbulos temporales, está formada por varios grupos de
núcleos, cada uno de ellos con diferentes aferencias y eferencias, con diferentes
funciones:
El sistema límbico envía información a otros núcleos del SN entre los que se encuentra
el hipotálamo, principal regulador del SN autónomo y del sistema endocrino, que
constituyen a su vez, dos importantes vías de comunicación con el sistema inmune. Bajo
situaciones de estrés se le priva de energía a la digestión y al sistema inmunológico, de
ahí las enfermedades. Mediante estas vías, los factores psicosociales percibidos como
estresantes pueden alterar la función inmune, y por tanto, afectar la salud del individuo
al aumentar la susceptibilidad a las enfermedades como resfriados e infecciones más
graves.
Los lóbulos frontales también cumplen una función importante en la capacidad de los
seres humanos para manifestar emociones de manera apropiada e identificar en otros
las expresiones emocionales, así como en la capacidad para procesar los estímulos
emocionales de una manera adecuada en que se experimentan. —control de la
manifestación de emociones, autocontrol de emociones, planificar. Ver el caso de
Phineas Gage:
Accede al vídeo a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
https://www.youtube.com/watch?v=oPAqTP7058Q
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La corteza prefrontal de los asesinos afectivos presenta tasas de actividad bajas, mientras
que ambos grupos se caracterizan porque presentan mayores tasas de actividad en la
subcorteza derecha que los del grupo control. Por esta mayor actividad subcortical, los
asesinos de uno y otro grupo pueden ser más proclives a comportarse agresivamente.
Raine (2002) sugiere que la inmadurez en los lóbulos frontales puede llevar a un
comportamiento violento debido a un funcionamiento ejecutivo deficitario con
problemas en atención sostenida, flexibilidad ante el cambio de contingencias,
autorregulación y toma de decisiones. Este dato es congruente con la reflexión de Luria
(1966), en la que asemejó la conducta impulsiva de los pacientes con lesiones
prefrontales con la conducta de chicos jóvenes, en los que la corteza prefrontal continúa
su maduración durante los años escolares.
Se piensa que hay cierta dificultad en los individuos impulsivos para conectar áreas
cognitivas y emocionales y, por tanto, una alteración en la producción de los juicios
morales. El área ventromedial del córtex prefrontal se ha asociado a capacidades
volitivas, motivacionales y de regulación emocional. La comunicación ineficaz entre estas
áreas frontales representaría una ausencia de inhibición o «freno» emocional, que podría
facilitar la aparición de conductas antisociales
Los hallazgos empíricos descubiertos hasta la fecha ponen de relieve el papel crucial del
circuito neural orbitofrontal en la impulsividad y la emoción. Esta área,
extensamente interconectada con la amígdala, recibe información somatosensorial de las
áreas de asociación, que es procesada para la creación de memorias condicionadas o con
valencia emocional que están disponibles en los procesos de toma de decisión. El
procesamiento de información de carácter social y los aspectos relacionados con la
inhibición del comportamiento, la reflexividad y la representación del refuerzo o del
castigo atribuidos a las interacciones sociales son capacidades bajo el control del área
orbitofrontal.
Los individuos con una mayor activación en el córtex prefrontal izquierdo parecían tener
más éxito en suprimir emociones negativas que aquellos con niveles de activación más
bajos.
Décadas más tarde, en los años 50, Karl Pribram y sus colaboradores realizaron
experimentos con una comunidad de monos Rhesus machos, y vieron que la
repercusión de la amígdala y sus diferentes lesiones era dramática en la
conducta agresiva, afectando de forma definitiva a la estructura social de dicha
comunidad. Al descubrir que la agresión disminuía con la «amigdalectomía» en
los animales, muchos cirujanos empezaron a aconsejar dicho procedimiento en los
humanos con problemas importantes de conducta agresiva. Algunos investigadores
consideraban que la conducta violenta frecuentemente era consecuencia de los focos
epileptógenos en el lóbulo temporal. De tal forma tuvo lugar el nacimiento de la
psicocirugía, implantando electrodos intracraneales para pasar la corriente
eléctrica con el fin de destruir o disminuir la actividad de la amígdala. Las
primeras lobotomías frontales las realizó el Dr. Egas Moniz en Nueva York, quien
recibiría el premio Nobel de medicina por sus progresos en este campo. Miles de
pacientes fueron sometidos a psicocirugía: se introducía un punzón en la órbita que se
hacía girar posteriormente, para destruir las células y las vías de conexión.
Se implanta un electrodo en el cerebro de una rata, de modo que podía ser estimulada en
cualquier momento. Cada vez que la rata llegaba a una esquina, su cerebro era
estimulado. La rata no quería moverse de ese lugar.
Luego le pusieron una palanca para que se estimulara y no dejaba de darle a la palanca
hasta el agotamiento.
Refuerzo o área del placer. Parece que la estimulación se asocia con cierta recompensa o
una recompensa anticipada, pero la experiencia no siempre es agradable.
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La amígdala
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http://www.rtve.es/alacarta/videos/tres14/tres14-
amigdala/525632/#aHR0cDovL3d3dy5ydHZlLmVzL2FsYWNhcnRhL2ludGVybm8vY
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ZVNpemU9MTUmY3R4PTE3MzYmYWR2U2VhcmNoT3Blbj1mYWxzZQ==
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La lobotomía
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+ Información
A fondo
Alcázar Córcoles, M. A.; Verdejo García, A.; Bouso Saiz, J. C. y Bezos Saldaña, L. (2010).
Neuropsicología de la agresión impulsiva. Revista de Neurología. 50: 291-9.
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http://www.neurologia.com/pdf/web/5005/bd050291.pdf
Webgrafía
Science Direct
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http://www.sciencedirect.com/
Actividades
Descripción:
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http://www.paulekman.com/lie-to-me/
Otro vídeo interesante es Face Facts, en el que se explican los gestos físicos que se
reflejan por las emociones:
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https://www.youtube.com/watch?t=15&v=oluvS03XmS0
Por ejemplo, en la siguiente imagen se observa una imagen de terror y miedo. El que vio
a Draghi sorprendido por una periodista, observó como Draghi dio un salto hacia atrás,
manos arriba para protegerse, inmovilidad. También se manifiesta por una ligera
elevación de las cejas, ojos y boca abiertos, la frente se arruga.
Cuando el miedo alcanza una intensidad extrema se profiere un horrible grito de terror.
Solemos gritar cuando tenemos miedo. También se observa erizamiento del pelo,
contracción del músculo cutáneo del cuello, dilatación de las pupilas, el corazón late
rápidamente, la respiración se acelera, las ventanas de la nariz se dilatan, palidez,
transpiración, temblor de todos los músculos o relajación completa, sudor frío.
Criterios de evaluación:
Test