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FACTORES DE RIESGO PERINATALES

Los factores de riesgo perinatales son durante el parto y el alumbramiento; son características
que pueden presentarse en un periodo de 28 días previos y 28 días posteriores al parto, que
incrementan la probabilidad de estructurar una secuela del desarrollo. Los signos neurológicos
blandos son indicadores de alteraciones cerebrales mínimas o retardo en la maduración
cerebral; ambos factores pueden contribuir en la presencia de dificultades de lenguaje, siendo
importante su detección e intervención oportuna.

Prematuridad: para determinar si un bebé es prematuro o no, se deben diferenciar los tiempos
de gestación debido a las distintas repercusiones que pueden tener para el recién nacido. Así,
se entiende como parto a término aquel que se da entre las 37 y las 42 semanas de gestación;
parto prematuro sería aquel que nace antes de las 37 semanas y parto postmaduro, aquel que
nace con más de 42 semanas de gestación.

Bajo peso al nacer: del mismo modo que hay que comprobar los tiempos de gestación para ver
los posibles efectos en el desarrollo del bebé, también se debe tener en cuenta su peso. De este
modo, diferenciamos niños con bajo peso (cuando nace con un peso comprendido entre los
1.500 y los 2.500 gramos), muy bajo peso (el bebé nace con un peso entre los 1.000 y los 1.500
gramos) y extremadamente bajo (un peso menor a 1.000 gramos).

Entre los factores que se observar como posibles causantes de la prematuridad del bebé y del
bajo peso al nacer nos encontramos con embarazos múltiples, algún tipo de infección materna
durante el embarazo, factores genéticos, consumo de drogas y tabaco o problemas de nutrición
por parte de la madre.

Problemas respiratorios: el problema más importante del niño prematuro es el Síndrome de


Distress Respiratorio, el cual consiste en una insuficiencia respiratoria debida a la falta de una
lipoproteína (que se comienza a producir en cantidades suficientes a partir de la semana 34) que
recubre la superficie de los alvéolos pulmonares y evita que se colapsen durante la respiración
normal. Tras recibir tratamiento para esta insuficiencia respiratoria, muchos niños desarrollan
una enfermedad crónica denominada displasia broncopulmonar, teniendo más más
probabilidad de padecerla aquellos niños que estén más de 30 días con respiración asistida o
con un peso inferior a 1.250 gramos (además, suelen presentar algún tipo de retraso en el
desarrollo o problemas de lenguaje según van creciendo). Por otro lado, los bebés prematuros
también pueden sufrir apnea: un patrón respiratorio irregular que se caracteriza por pausas
prolongadas debido a que el Sistema Nervioso Central aún está inmaduro o presenta algún tipo
de daño.

Asfixia perinatal: es debida a una disminución de la cantidad de oxígeno que se produce y se


envía al flujo sanguíneo cerebral del bebé. Se evidencia dando una puntuación baja en el test de
APGAR, mostrando el bebé cierta irritabilidad, respuestas exageradas o pérdida de sensibilidad
y tono muscular bajo. También pueden aparecer convulsiones persistentes y graves e incluso el
coma. Las causas pueden ser varias, entre las que se deben mencionar los problemas con la
placenta o el cordón umbilical, parto difícil o bebé demasiado grande. Aquellos niños con un
problema de este tipo pueden presentar desde cierta hipotonía general hasta retraso evolutivo
y parálisis cerebral.

Problemas metabólicos: son los niños que presentan bajo peso al nacer o prematuridad
aquellos que son más susceptibles a padecer problemas de este tipo. Las deficiencias pueden
darse en productos esenciales para el metabolismo cerebral (como la glucosa) o la insuficiencia
de minerales como el calcio, potasio, sodio, fósforo, hierro y magnesio. No obstante, existen
programas de screening para detectar estas posibles alteraciones metabólicas, como la prueba
del talón.

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