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Caracas, 1781 - Santiago de Chile, 1865) Filólogo, escritor, jurista y pedagogo venezolano.
Interesado desde muy joven por la lectura de los clásicos y educado en la filosofía
enciclopedista, Andrés Bello completó su formación con estudios de literatura, filología y
derecho, que sin embargo no pudo terminar por falta de recursos; fue esencialmente un
autodidacta de altísima capacidad intelectual.
En 1823, junto al colombiano García del Río, publicó la revista Biblioteca Americana o
Miscelánea de Literatura, Artes y Ciencias y, en 1825 la revista Repertorio Americano, ambas
para difundir los sucesos y la cultura de Hispanoamérica. Allí aparecieron sus artículos y
poemas bajo el título genérico de Silvas Americanas, Alocución a la Poesía -fragmentos de un
poema sobre América- y la famosa oda Agricultura de la Zona Tórrida. La situación de su
país estaba lejos de mejorar y Bello no podía regresar, así que ofreció sus servicios a Chile y
aceptó la petición del embajador Mariano Egaña -hijo de Juan Egaña- hecha a nombre del
presidente Pinto, de ocupar el cargo de Oficial mayor del Ministerio de Relaciones Exteriores,
después de permanecer dieciocho años en Inglaterra.
En 1829, a los 47 años de edad, se estableció en Chile. Desde su nueva posición, Bello inició
una fecunda labor intelectual, cultural y política que dejaría profundas huellas en el país. Fue
rector de la Universidad de Chile a partir de 1843, cargo para el que fue reelegido tres veces
consecutivas. Fue también senador en 1837 y 1855 al tiempo que se constituía en redactor
fundamental del Código Civil chileno, basado en el napoleónico. Publicó, también, varias
obras de jurisprudencia y derecho internacional.
Andrés Bello fue también director y redactor de El Araucano, periódico ministerial fundado
por Diego Portales en 1830, en el cual publicó numerosos artículos de educación, filosofía y
teatro. En 1842 polemizó con el rioplatense Domingo Faustino Sarmiento sobre cuestiones
de lengua, estética y política. Se ocupó del lenguaje a través de numerosos estudios.
Sobresale su Gramática de la Lengua Castellana (1847), que le valió ser designado miembro
correspondiente de la Academia Española de la Lengua, y su Ortología y métrica, los dos
trabajos más originales que se han realizado en nuestro idioma sobre esta materia. Escribió
también un comentario a El Criterio de Balmes, y un estudio sobre El Cantar de Mío Cid.
También dio un fuerte impulso al teatro chileno con sus comentarios críticos a las
representaciones y sus sugerencias a los actores en El Araucano. En este sentido, comparte
con José Joaquín de Mora el mérito de ser el creador de la crítica teatral. Tradujo Teresa de
Alejandro Dumas e inculcó en sus discípulos el gusto por la adaptación de obras extranjeras.
Su conocimiento del teatro griego y el latino, el análisis de las obras de Plauto y Terencio, la
lectura de Lope y Calderón, le dieron la solidez suficiente para opinar sobre el asunto. Sus
mejores logros literarios los alcanzaría en la traducción y la paráfrasis, desde el inglés y el
francés, de poemas y dramas fundamentalmente. Quedó incompleta su traducción del
Orlando Enamorado de Boyardo.
Otro aspecto muy importante de sus actividades fue su función docente y el interés que
sintió por la pedagogía. Estaba convencido de que la instrucción y el cultivo espiritual son la
base del bienestar del individuo y del progreso de la sociedad, razón por la cual siempre
fomentó el estudio de las letras y de las ciencias. Bello propuso la apertura de Escuelas
Normales de Preceptores y la creación de Cursos Dominicales para los trabajadores. Muchas
de sus ideas educativas están en el Discurso Inaugural con que se iniciaba la actividad de
cinco nuevas Facultades en la Universidad de Chile en 1843.
La influencia del pensamiento de Andrés Bello no se redujo a su época, sino que sería
trascendental en la vida política y cultural de Chile y de toda América mucho tiempo después
de su muerte.