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Entreletras Nº2 PDF
Entreletras Nº2 PDF
ISSN 1853-2535
Año 2. Número 2
Primavera/Verano 2014
Presentación ...........................................................................................................................................................................................5
Para Natalia / Liliana Daviña ..........................................................................................................................................................7
CORRELATOS CRÍTICOS..................................................................................................................................................................137
Cuando Lamborghini encontró a Balzac. El lector/espectador en el límite del género /
Carolina Repetto .............................................................................................................................................................................139
Derivas entre leer o no leer el Hamlet en un cuento de Onetti / Jorge Servián ...........................................153
Lecturas y conversaciones territoriales en torno a Loba en tobuna de Raúl Novau /
Carla Andruskevicz – Romina Tor.........................................................................................................................................167
La producción de Liliana Bodoc: relaciones de traducción e interdiscursividad /
María Victoria Tarelli.....................................................................................................................................................................189
La crónica del Perú. Experiencia y observación / Mercedes García Saraví y Jorge H. Otero ..................203
LECTURAS................................................................................................................................................................................................215
Goldchluk, G. (2011). El diálogo interrumpido: Marcas de exilio en los manuscritos de
Manuel Puig. 1974-1978. Santa Fe: Universidad Nacional de Litoral / Carolina Repetto..........................217
Steiner, G. (2007). Los logócratas. México: Fondo de Cultura Económica.
Colección Siruela / Liliana Daviña..........................................................................................................................................219
CONVIDADOS.......................................................................................................................................................................................227
Sobre el sueco del inmigrante en Misiones, Argentina / Gunvor Flodell .........................................................229
DOSSIER.....................................................................................................................................................................................................253
Catálogo de Tesinas. Monografías de Grado de la Licenciatura en Letras (1981-2011)
Proyecto de Investigación: Géneros académicos y escritura profesional (GAEP) /
Silvia Carvallo....................................................................................................................................................................................255 REVISTA ENTRELETRAS - AÑO 2 - Nº 2 - PRIMAVERA/VERANO 2014
Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales
Departamento de Letras - FHyCS - UNaM
DESIGNACIÓN DE LA DRA. ANA CAMBLONG COMO PROFESORA EMÉRITA DE LA UNAM...........277 Departamento de Letras
Universidad Nacional de Misiones
PAUTAS PARA LA PRESENTACIÓN DE TRABAJOS ..........................................................................................................281
REVISTA ENTRELETRAS - AÑO 2 - Nº 2 - PRIMAVERA/VERANO 2014
Departamento de Letras - FHyCS - UNaM
Entreletras
2ª época
Año 2. Número 2.
Primavera/Verano 2014
Departamento de Letras
Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales
Año 2. Número 2.
Primavera/Verano 2014
Revisión de textos
Carla Andruskevicz
ISSN 1853-2535
Presentación..........................................................................................................................................5
Para Natalia / Liliana Daviña........................................................................................................7
ZONAS DE DIÁLOGOS...........................................................................................................................73
Ilustración y modernidad. La búsqueda del signo del presente en
Ciencias Sociales / Javier Chemes...........................................................................................75
Plazas de Posadas. Rastros urbanos entre dos siglos /
Graciela de Kuna..............................................................................................................................89
Re/leer a Peirce. (Cita con el tercero en discordia) /
Carmen C. Guadalupe Melo.................................................................................................. 105
Ricardo Piglia. El autor como traductor / Héctor Osvaldo Mazal..................... 119
LECTURAS................................................................................................................................................. 215
Goldchluk, G. (2011). El diálogo interrumpido: Marcas de exilio en los
manuscritos de Manuel Puig. 1974-1978. Santa Fe: Universidad
Nacional de Litoral / Carolina Repetto..................................................................... 217
Steiner, G. (2007). Los logócratas. México: Fondo de Cultura
Económica. Colección Siruela / Liliana Daviña............................................................ 219
CONVIDADOS......................................................................................................................................... 227
Sobre el sueco del inmigrante en Misiones, Argentina /
Gunvor Flodell............................................................................................................................... 229
DOSSIER..................................................................................................................................................... 253
Catálogo de Tesinas. Monografías de Grado de la Licenciatura en
Letras (1981-2011). Proyecto de Investigación: Géneros académicos y
escritura profesional (GAEP) / Silvia Carvallo....................................................... 255
Hace algunos años, Fabián Casas supo escribir que las revistas literarias y
las parejas estaban destinadas a desaparecer luego del segundo número.
Su hipótesis demarcaba la duración de un ciclo editorial y humano: no un
número, porque allí las fanfarrias anuncian la novedad, sino dos. Luego,
sobreviene el final. Se sabe, en estos tiempos ya anticuados, la continui-
dad es siempre un problema. Si bien Entreletras –que, por otra parte, ya
inauguró una segunda época– no puede catalogarse estrictamente como
una revista literaria, el desafío vale para nuestro futuro, pero sobre todo
para este nuevo número, cargado de dilaciones y esperas. De algún modo
la brecha temporal que nos separa de la primera entrega de esta publica-
ción da cuenta de los avatares de nuestro trabajo intelectual y de nues-
tra persistencia en los bordes, donde las carencias y las posibilidades son
otras y distintas.
Este número es un elogio de la lentitud y de la paciencia, en el sentido
nietzscheano del término. Una celebración de la lectura lenta y detallada
pero ante todo una demostración de la prepotencia del trabajo de inves-
tigación y docencia en nuestro heterogéneo campo disciplinar. Aquí es-
tamos, nuevamente, tratando de decir algo en algún aspecto posible. En
este sentido, a diferencia de la primera entrega, este volumen se organiza
en torno a tres grandes ejes: la preeminencia del discurso teórico, el diá-
logo entre campos disciplinares y/o autores diversos, y la lectura crítica
de corpus textuales. En Mixturas, pasajes y contrabandos teóricos presen-
tamos una serie de artículos y ensayos que revisitan categorías teóricas
con el objetivo de postular nuevas perspectivas de lectura e interpreta-
ción. Zonas de diálogo despliega un conjunto de trabajos vinculados con
la puesta en conversación de propuestas críticas, teóricas y ficcionales
diversas. Finalmente, Correlatos críticos deslinda un grupo de interpreta-
ciones vinculadas con textos literarios tanto locales como latinoamerica-
nos, proponiendo múltiples cruces y derivas de lectura. La publicación se
completa conREVISTA
reseñas críticas de bibliografía que consideramos relevante
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6 Presentación
Entreletras ◆ Nº 2 ◆ 2014
Para Natalia
Liliana Daviña*
In memoriam
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Para Natalia | Liliana Daviña 9
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10 Para Natalia | Liliana Daviña
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Mixturas, pasajes y contrabandos teóricos
Construcción de la veridicción
1- Pactos de enunciación
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Juegos Aletúrgicos | Raquel Alarcón 15
Entreletras ◆ Nº 2 ◆ 2014
16 Juegos Aletúrgicos | Raquel Alarcón
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Juegos Aletúrgicos | Raquel Alarcón 17
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18 Juegos Aletúrgicos | Raquel Alarcón
Y señala los efectos de tal violencia impactera que “nos acribilló la re-
flexión, nos fusiló el pensamiento y desalojó la sensatez y la templanza
pedagógicas” (2010: 71).
El análisis del impacto permite re-leer, volver a pensar y a recolocar las
interpretaciones históricas en el escenario de la lógica del mercado y de la
espectacularidad mediática.
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Juegos Aletúrgicos | Raquel Alarcón 19
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20 Juegos Aletúrgicos | Raquel Alarcón
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Bibliografía
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Notas
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Imaginar los límites
1. Incipit
Las palabras que abren este texto funcionan como el epílogo de la se-
gunda parte de No-memorias (1995), fragmento conclusivo de un inten-
so trabajo académico e intelectual que conjuga experiencia y postulados
teóricos: la imagen de la serpiente que al crecer muda constantemente la
piel, representa en cierto modo la dinámica semiótica, tensa y paradójica,
del cambio cultural que Lotman desarrolló en sus trabajos teóricos. En
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26 Imaginar los límites | Froilán Fernández
Este universo cuya existencia hace realidad cada acto sígnico particular
posee dos rasgos distintivos: carácter delimitado e irregularidad semióti-
ca.
El carácter delimitado supone que la individualidad y la homogeneidad
de la semiosfera están dadas por la presencia de fronteras que la separan
de un espacio extra o alosemiótico circundante. De este modo, el concep-
to de frontera emerge como correlativo al de individualidad semiótica,
en tanto una semiosfera necesariamente posee límites que organizan el
espacio interno a partir de la relación diferencial con espacios extraños.
Sobre el continuum inicial, la frontera señala una discontinuidad que evi-
dencia la imposibilidad, de parte de una semiosfera particular, de definirse
de manera autónoma; la relación de separación y contacto determinada
por la presencia de fronteras supone que la identidad de una semiosfera
no está dada por sus rasgos particulares, sino por la diferencia que estos
establecen con las características de un espacio semiótico extranjero.
Concebida semióticamente, la frontera se define como “la suma de
los traductores–<<filtros>> bilingües pasando a través de los cuales un
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crasias singulares (op. cit.: 8). Hablamos de la dinámica que nos incum-
be, la de la vida en la semiosfera fronteriza misionera, una configuración
geopolítica que cristaliza en la vida práctica de los sujetos y las textua-
lidades que la habitan y conforman, pero también extendemos nuestra
reflexión conjetural a las múltiples instancias que pueden pensarse como
“semiosferas fronterizas”: espacios limítrofes generacionales, económicos
y estéticos que configuran un modus vivendi particular y excéntrico.
Inicialmente, podemos destacar que una semiosfera fronteriza se con-
figura como un espacio intermedio caracterizado por un grado constante
de ductilidad en el contacto de textos que, hacia el interior de otra se-
miosfera, pueden pensarse incompatibles y hasta inconmensurables. La
propensión a los mestizajes lingüísticos, étnicos y semióticos en general
–la mixtura de hábitos, costumbres y prácticas cuya pertenencia “natural”
reside en otra semiosfera–, define un rasgo basamental de este tipo de
universo semiótico. La experiencia de “habitar la frontera” (cf. Camblong,
2011) supone una sutil percepción de las diferencias constitutivas de la
vida cotidiana, la apertura y el contacto permanente con una alteridad
que, paradójicamente, se torna familiar y habitual, habilitando una con-
junción en la que convergen la pertenencia a un grupo específico y la dis-
posición permanente a la mixtura, constitutiva de la memoria semiótica
de ese espacio: “en el cotidiano de la “semiosfera fronteriza” los mestizajes,
las hibridaciones y fusiones operan con una movilidad abierta a las infi-
nitas alternativas, al tiempo que se reconocen regularidades afianzadas
que le confieren particularidades reconocibles” (Camblong, 2011: 9). Si
consideramos con Lotman (1999: 181–186) que la dinámica de la cultura
se constituye a partir de la tensión recíproca entre los procesos inma-
nentes de un espacio semiótico y las influencias externas producto del
contacto cultural, podemos caracterizar a la semiosfera fronteriza como
ese lugar de intersección que exacerba las tensiones entre estructuras in-
ternas y externas –como también entre procesos de gradualidad y explo-
sión– hasta confundirlas en una habitualidad paradójica. En el espacio
fronterizo, la alteridad externa adquiere una familiaridad que desnaturali-
za su condición, inaugurando un proceso de mestizaje donde el afuera y
el adentro adquieren una valoración múltiple y contingente. Recordemos
que la presencia de la frontera como condición de la semiosfera resalta su
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4. Exit
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Bibliografía consultada
Notas
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Hakú la yvy1
Silvia Graciela Insaurralde*
***
***
Yo soy la que está siendo. Sin embargo, debo retornar. Mi palabra traza
ahora el bucle hacia atrás, para posarse en el momento de mi nacimiento,
cronotopía que apenas asomó en terrenos previos de este espacio que
es mi decir. Sobre mi nacimiento, hay pocas certezas enunciadas y mu-
chas controversias. ¿Será posible determinar la catadura de los seres que
me han engendrado? Terreno sanguíneo, humedad ambiente, verdor. La
tierra es lo que me ha parido, pero [ya hablé de los vestigios del hablar en
masculino] proliferan en mi memoria los relatos de quienes han intentado
convencerme acerca de quién soy en realidad: hija de adelantado, hija de
misionero, hija de soldado, hija de supremo dictador, hija de paraguayo,
hija de porteño, hija de correntino, hija de inmigrante europeo, hija de co-
merciante, hija de refugiado. Todos ellos han reclamado, en su momento,
su potestad sobre mí. Se ha intentado, por varios medios, determinar mi
filiación, pero las pruebas llevadas a cabo han arrojado como resultado, lo
que ya era obvio para mí misma: que soy hija de la tierra sanguínea.
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Hakú la yvy | Silvia Graciela Insaurralde 43
Cierto es que los hombres luchan por la tierra, por ella libran batallas
y se desangran. Escriben historias, contando rancias genealogías, para de-
terminar qué justo varón será digno de ser llamado padre [para ostentar
la patria potestad] y amo [para ejercer derecho de pernada sobre todas
las doncellas de la comarca, y fecundarlas con su noble simiente] por man-
dato divino. A ver quién sería el dueño del verde producto de la cantera
vegetal que es esta zona, a la que en el presente designan con un nombre
propio, para distinguirla de otras zonas, de otras regiones, de lo que fue
esta misma zona antes del presente, en un pasado que –cuenta la radio
so’o– unos cuantos prefieren borrar de la memoria [memoria compartida,
memoria discursiva] para que no se note que la genealogía que se constru-
yeron es medio maú.
***
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dos esos nosotros. Tiene, también, el color del rodete que la paraguaya o
la gringa se hacen en el pelo cuando entregan su documento a la patrona,
cuando comienzan a trabajar en los quehaceres de la domesticidad ajena
[del color blanco de la ropa blanca que ellas saben lograr como ninguna].
Tiene el color de los oropeles que la pequeña burguesía por ser traía en
esos tiempos en que los inicios de este territorio se instalaba junto a la
tranquera de la trinchera y la chacra [espacio liminal por excelencia, lugar
del entre- medio de esta frontera triádica]. También se entremezclan el co-
lor del verdor, la tierra que todo lo embarra y curte la ropa, el cielo índigo
y la hiriente luz del sol a la siesta. Y miles de colores jamás nominados,
solapados por el rojo de la tierra, pero existentes.
Sonidos de música constituyen la mixtura y todos coexisten en los me-
diodías de estas latitudes [polca, kolomeika, corridos, tango, chamamés,
zamba, cumbias, sertaneja, samba] junto con los acentos de una lengua,
de muchas lenguas –concordantes / discordantes – mezcladas en un au-
téntico yopará. Plegarias de índole diversa se alzan en la hora del ocaso,
para rogar por otro día a los dioses diversos con que habita cada uno
sus diversos más allá. Algunas plegarias agradecen al bienhechor padre y
otros le ruegan tregua al sufrimiento. Y a todos esos sonidos se suman las
aves que comen de los frutos de la tierra y el cántico de los arroyos y los
ríos. Y los machetes, y las máquinas, y el tránsito.
***
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Hakú la yvy | Silvia Graciela Insaurralde 45
Ese alambrado en la periferia, puesto allí por el centro del círculo, para de-
limitar el diámetro de su égida. Capa tras capa, vino cada trazado y sosla-
yó al anterior. Alguna frontera fue delimitada por la inexorable presencia
de los propios ríos que se tendían allí, pero no faltó el aventurado clérigo
o militar10 que realizara su propia cartografía, acotando el límite más acá
o más allá de los grandes cursos de agua correntosa, instalando la vida de
los naturales en una delimitación en el intramuro11.
Yo, como muchos, siento el peso del coto sobre mi pecho. A mí me
gusta ir y me gusta venir. Cuando digo ir, doy por sentado que me en-
cuentro aquí, en el centro del territorio que llevo conmigo en mi enunciar,
e inicio el movimiento hacia el afuera. Cuando digo venir, es claro que
vuelvo hacia el adentro de ese terreno que considero el mío. Pero a mí
me gusta deambular por ahí, por las zonas aledañas a mi ser, y estas zonas
aledañas abarcan esa tierra que se halla de este lado, sobre y más allá del
ahora crecido río.
Mi familia, de hecho, sería algo así como una partícula cuyos átomos
habitan esta zona y aquélla, y todos nos pasamos así, engrosando de se-
guido eso que llaman el tráfico vecinal, cruzando el alambrado, trascen-
diendo la frontera, pasando la tranquera [lugar habilitado para el pasaje]
o remando en la canoa por el río que sutura la herida abierta en la tierra
[por los innúmeros sitios del pasaje a contramano de la aduana que ha
instalado el centro en la epidermis de su frontera], según se tenga prueba
fehaciente de la identidad nominada en el documento o se persevere en
el menester de andar indocumentado. Numerosos somos los operarios
del ejercicio de suturar los espacios tajeados por los recortes cartográ-
ficos: obreros que ejercemos el oficio de los dos lados, aceptando como
pago la moneda corriente de uno y otro territorio; paseras y villenas cuyo
femenino marginal oficio consiste en levitar, canasto en la cabeza, sobre
el trazado mismo de la frontera, esperando que los agentes de la aduana
den la venia al paso; comerciantes y compradores de ambas orillas; jó-
venes habitantes de un flanco, que deciden aprender los secretos de un
hacer en el otro; y así más…
La frontera está, y aunque mi territorio se afinca en uno de sus flancos,
creo reconocer algo de mí misma en el otro. Por esto mismo, la frontera es
móvil [también va conmigo y según el movimiento del ánimo, se acerca o se
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Notas
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los dioses Tupã vengan caminando con ferocidad, arrojará al fuego una
ratita de yerba, el polvo excelente de la yerba. Y entonces, «lentamente,
Tupã Avaete (feroz) que yo ando sin casa», tendrá que decir. Si hay un
poco del polvo excelente de la yerba, si su humo se levanta, no destruirán
los ranchos de los hombres.
����� “Es por eso que Nuestro Padre del cuerpo como el Sol hizo conocer a
todos quienes vivimos ore la tierra, aquello con que hemos de tomar
mate. Si no lo tomamos, « ¡ay!, me duele la cabeza», ya estamos diciendo,
y nos acordamos entonces nuevamente de la yerba.” (Ramos – Ramos –
Martínez, 1984: 105)
7- “Hablo en femenino, aunque la gramática de nuestra lengua oficial –el
español– estipule que cuando el enunciado se refiere a lo general hay
que usar el masculino. Desde luego, no existe un argumento lógico y
consistente que justifique que sólo esa parte pueda representar al todo,
sino que apoya su arbitraria vigencia en la fuerza del poder patriarcal.
Desentendida de semejantes residuos autoritarios, elijo lo femenino
para referirme al todo sin que por ello se resientan los logros del
entendimiento.” (Camblong, 2002: 75)
8- “Por lo demás, el problema central es irresoluble: La enumeración, si quiera
parcial, de un conjunto infinito. En ese instante gigantesco, he visto
millones de actos deleitables o atroces; ninguno me asombró como el
hecho de que todos ocuparan el mismo punto, sin superposición y sin
transparencia. Lo que vieron mis ojos fue simultáneo: lo que transcribiré
sucesivo, porque el lenguaje lo es. Algo, sin embargo, recogeré.” (Borges,
1997: 66)
9- “Nuestro uso de los gerundios ha ganado fama universal, porque no sólo los
utilizamos en cuanto hueco sintáctico se presente (ando buscando, te ando
queriendo, no me estoy hallando), sino que además enfatizamos el sentido
de proceso en marcha de acción no acabada. Se podría pensar que esta
discursividad abreva en la concepción de la vida en devenir constante, y
por ende, en la continuidad de los procesos.” (Camblong, 2002: 79)
10- “Así mientras los portugueses fortificaban Coímbra para asaltarnos en
el remoto Norte, erigí para contrarrestarlos la Fortaleza del Olimpo.
La mandé amurallar de piedras. Bastión inexpugnable. Torreones de
enceguedora blancura contra los piratas negros y negreros del Imperio.
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Retazos de memoria
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Retazos de memoria | Carmen Santander 59
sía), 1971: Veinte poemas feos (poesía), 1984: Inventario sin luna (poesía),
1985: La tumba provisoria (cuentos), 1987: Los poemas del poema (poe-
sía), 1987: Trampa a la soledad (novela). Fue incluido, entre otras, en las
siguientes antologías: Antología de la Poesía Hispanoamericana, Antología
del Cuento Argentino, Cien años de Poesía argentina, Antología de la Poesía
argentina, Doce cuentistas de Misiones.
A propósito de este trabajo resulta oportuno incorporar las palabras
de Ernst Jünger quien en su libro El autor y la escritura sostiene:
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Horas que fueron pacto plantea desde su título el pacto, con cierto
matiz dramático, del acuerdo entre el tiempo como evocación, como
evanescencia y el tiempo como presente que soy. En “Palabras para mi
padre”:
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62 Retazos de memoria | Carmen Santander
Bibliografía
Notas
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De la gramática teórica
al metalenguaje pedagógico
Recontextualizaciones en manuales
y diseños curriculares
Félix Sebastián Franco*
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De la gramática teórica al metalenguaje pedagógico | Félix Sebastián Franco 67
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68 De la gramática teórica al metalenguaje pedagógico | Félix Sebastián Franco
El capítulo final “Las reglas del lenguaje” funciona como ficha de repa-
so para el alumno y plantea la descripción de cada categoría en tres nive-
les de análisis (semántico, morfológico y sintáctico) y actividades donde
predominan las consignas de escritura creativa/literaria.
En esta perspectiva, la unidad de análisis es la oración. Los textos son
utilizados para el reconocimiento de categorías, incluso los literarios. Des-
de el paratexto que presenta los contenidos gramaticales (“A la hora de
escribir”) se observa la orientación que se da a la gramática como herra-
mienta al servicio de la producción escrita. Los contenidos gramaticales
se relacionan con los tipos textuales: las cartas con los conectores, la poe-
sía con los pronombres, la reseña con los verbos, los textos argumentati-
vos con los adverbios y el uso correcto de las formas no–verbales.
Desde el título: “Las reglas del lenguaje” se subraya el carácter norma-
tivo de esta gramática que prescribe usos correctos y presenta situaciones
modélicas de comunicación escrita. Su absoluto predominio se advierte
en ejercicios como: redacción de títulos de canciones con oraciones uni-
membres, uso de construcciones nominales para la escritura de la letra de
una canción, creación de comparaciones de distinto grado entre los per-
sonajes, confección de las referencias para un crucigrama de verbos irre-
gulares, escritura de autobiografías inéditas para determinados persona-
jes con inclusión de oraciones en voz pasiva, circunstanciales y oraciones
de predicado no verbal, etc. Estas actividades se ofrecen en paralelo con
el análisis sintáctico de oraciones y otras de completamiento/transforma-
ción como agregar adjetivos en las descripciones de un personaje, para
destacar su personalidad, completar con verbos un fragmento del cuento:
“Alí Babá y los cuarenta ladrones” o transformar oraciones declarativas en
voz pasiva a voz activa y agregar un OD en un texto de instrucciones. La
única actividad programada para el trabajo con la oralidad se vincula con
la literatura y consiste en imaginar cómo sigue la historia de Alí Babá y
narrarla teniendo en cuenta el uso de los verbos.
El manual de Editorial Kapelusz (2000) utilizado en primer año presen-
ta los contenidos gramaticales al final de cada una de las ocho unidades.
Una primera lectura del índice podría sugerir que el ordenamiento vincu-
la los distintos contenidos conceptuales planteados en las unidades. Sin
embargo, no REVISTA
hay diálogo entre ellos: al lenguaje de la historieta, le sigue
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De la gramática teórica al metalenguaje pedagógico | Félix Sebastián Franco 69
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70 De la gramática teórica al metalenguaje pedagógico | Félix Sebastián Franco
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De la gramática teórica al metalenguaje pedagógico | Félix Sebastián Franco 71
Referencias bibliográficas
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REVISTA ENTRELETRAS - AÑO 2 - Nº 2 - PRIMAVERA/VERANO 2014
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Zonas de diálogos
Introducción
El siglo XXI nos muestra que el futuro de las ciencias sociales está supe-
ditado al desarrollo conjunto de las demás ciencias debido a que no son
estrictamente autónomas, ni tampoco están confinadas al estudio de la
sociedad, sino que su preocupación estaría inscripta en una red aún más
amplia: las estructuras de saber del mundo moderno.
En este sentido, el terreno de las elucubraciones y problemas de las
ciencias sociales en su conjunto podrían configurarse –incluso en el “sen-
tido de sus significaciones”– en tres marcos temporales: la construcción
histórica, los desafíos actuales y las posibles alternativas futuras. Un desa-
fío que enfrentaría no sólo cuestiones relacionadas a las reflexiones pro-
piamente filosóficas, sino quizá especialmente aquellas vinculadas con
políticas (educativas, universitarias) que confieren al contexto de época
el primero de los avales históricamente reconocidos.
Wallerstein es claro cuando señala que a partir del siglo XVIII, con la di-
visión del mundo del saber en “dos culturas” –ciencia y filosofía o huma-
nidades–, existe una marca hasta hoy indeleble en el sistema universitario
que logra sobrevivir gracias a la incorporación de una serie de disciplinas
en la facultad de filosofía. Especializaciones que vinieron a dar cuenta de
dos facultades separadas: una de artes (o humanidades o filosofía) y otra
de ciencia. En esta reestructuración, según indica Wallerstein, crece “el
prestigio cultural de la ciencia a expensas de las humanidades/filosofía”
(op.cit.: 24).
Las ciencias sociales se instituyen como tales a fines del siglo XIX, en
un contexto positivista, esgrimiendo razones metodológicas para zanjar
cuestiones de índole epistemológica. Así podemos señalar que la Me-
todología o lo metodológico intentaría dirimir la lucha con las ciencias
naturales y lasREVISTA
humanidades. Dicho de otra manera: en la medida que
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Tal parece que lo más conveniente, a pesar de las dudas que podamos
tener respecto de la validación del pensamiento científico, es no descar-
tar sus consideraciones, pues es poco probable que nos vaya mejor sin
ellas. (Las reflexiones de Wallerstein sobre el momento crítico actual en
relación con las políticas estatales, el aún dudoso desinterés de los actores
sociales involucrados y los alcances que esperamos de las mismas expo-
nen con precisión la complejidad del problema).
Escribe Wallerstein que “antes del siglo XVIII la filosofía y la teología afir-
maban que podían conocer dos cosas: la verdad y el bien”. La ciencia em-
pírica, al no contar con las herramientas para reconocer qué era bueno se
centró en la búsqueda de lo verdadero dejando en manos de los filósofos
y los teólogos el reconocimiento de lo bueno. Argumentaban que saber
qué era lo verdadero era más importante que saber qué era lo bueno.
Después, algunos sostuvieron que era imposible saber qué era el bien, por
lo tanto sólo era posible conocer la verdad. “Esa división entre lo bueno
y lo verdadero es lo que constituyó la lógica subyacente en las ‘dos cultu-
ras’.” Las humanidades fueron relegadas a la búsqueda de lo bueno y lo
bello y la ciencia monopolizó la búsqueda de la verdad (op. cit.: 29).
A pesar de los esfuerzos académicos por separar claramente las dos
esferas, resultaba inconcebible la búsqueda de lo bueno y lo bello por se-
parado. Y esto era así –sostiene Wallerstein– “porque psicológicamente,
esa separación iba en contra de la intuición, en especial cuando el objeto
de estudio era la realidad social” (op. cit.: 29).
En la actualidad (el libro de Wallerstein fue publicado en 2005), el
compromiso por la unificación de las llamadas “dos culturas” continúa
en ciernes. Tanto para las ciencias de la complejidad como para los estu-
dios culturales el desafío no perdió vigencia y el problema que enfrentan
por separado es que cada una de estas disciplinas está concentrada en
legitimaciones propias de su campo, lo cual reduce o parecería reducir las
expectativas respecto de una pronta unificación.
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Piensa Foucault que “no basta (…) con seguir la trama teleológica que
hace posible un progreso; hay que aislar en el interior de la historia un
acontecimiento que tendrá valor de signo.” Y el “signo de la existencia de
una causa” que fue guía de los hombres en la historia del progreso. “Causa
constante de la que se debe pues mostrar que ha actuado en otro tiempo,
que actúa todavía y que actuará más tarde”2. Este signo tendrá enton-
ces tres características, será: Rememorativo, Demostrativo y Pronóstico
(ídem: 74).
Será además un signo que garantiza una tendencia general del género
humano al progreso3. Pero ¿dónde aparecen estos signos? No es la revo-
lución francesa considerada por Kant como acontecimiento, indica Fou-
cault, lo que le da sentido al signo del progreso, sino “una simpatía de
aspiración que bordea el entusiasmo(…)”.
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84 Ilustración y modernidad | Javier Chemes
esto nos obligaría a ver desde otra perspectiva. Una perspectiva madura
en la que el devenir científico estuviese a la altura de los cambios sociales
de nuestro tiempo. Con mayor responsabilidad y solidaridad; con verda-
dero respeto por los derechos y la libertad humanos.
2.1 Los signos del presente. O la incierta línea del horizonte próximo
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A modo de conclusión
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Bibliografía
Notas
1- Quizá valga considerar –no sin cierta ironía– que Kant fue el primer
moderno y no Baudelaire como suele pensarse. Baudelaire es valorizado no
sólo por Foucault sino por W. Benjamin para un análisis de la modernidad
y en ambos estudios Kant es marco de referencia.
2- Resaltados nuestros.
3- Wallerstein desarrolla una metodología que llama “búsqueda de ritmos
cíclicos y tendencias seculares”. El primer concepto alude a que hay cierto
tipo de equilibrio –generalmente en movimiento y con “ruido” que revela
la “existencia de fluctuaciones” inevitables y recurrentes–. Debido a éstas,
producto de los “acontecimientos cambiantes del sistema, el equilibrio
está siempre en movimiento y es posible observar en qué dirección se
mueve”; esto último es lo que denomina tendencias seculares.
4- Resaltado nuestro.
5- Resaltados nuestros.
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Plazas de Posadas
Plantea que los diferentes lugares tienen diferente carácter, de esa ma-
nera, la nueva ciudad debía atender a ese requerimiento a fin de estar
en consonancia con el protector de ese lugar y establecer con éxito la
empresa. A partir de ese punto de anclaje que luego será el central de la
futura plaza, se establecían el cardo4 y el decumano5 ejes cruzados perpen-
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Estas plazas especiales, los atrios que precedían los templos, fueron
diseñadas para alojar a los peregrinos en la espera de su turno para entrar
en ellos. Las iglesias con gran feligresía o que eran puntos importantes del
peregrinar, encuentro de rutas de peregrinos o postas para recambio de
caballos, podían extender sus naves laterales en mayor número en corres-
pondencia con los portales de la fachada principal, en general esas naves
laterales estaban destinadas básicamente al peregrino que ingresaba por
una de sus puertas laterales recorriendo la nave lateral y a continuación
seguía por el deambulatorio –espacioso pasillo que rodea el altar prin-
cipal y que fuera especialmente creado para que no se interrumpiese la
misa que se daba en la nave central– y luego de rezar en sus capillas, se-
guía por la nave lateral opuesta y finalmente se retiraba por la otra puerta
lateral. Es por ello que todas estas construcciones poseyeron tanto en el
exterior como en el interior muy detalladas esculturas que enseñaban a
esos peregrinos ágrafos el valor de la fe en su lucha contra el mal, como
puede verse en esta escultura del tímpano de uno de los pórticos de la
catedral gótica del pueblo de Chartres, Francia.
No sólo fueron atrios, también se concibieron plazas al crear un sector
para el mercado del campo, a fin de dejar los carruajes o para venta de ca-
ballos y esclavos (cf. Pirenne, 1980: 45), además fueron el lugar de espec-
táculos diversos: carreras, demostraciones deportivas, fiestas populares,
cortejos, alegorías o grandes competencias entre los distintos barrios de la
ciudad, como es el caso de la Carrera del Palio en Siena, Italia que se repite
todos los años desde entonces.
Esos gérmenes de asentamientos urbanos, los burgos, al alojar al bur-
gués y ayudar a la construcción de la burguesía; o los castrum de don-
de derivará la palabra castrense y catastro, con que en la actualidad se
nombra el inventario urbano, dejaron rastros también en la toponimia
de algunos de ellos, tal es el caso de Burg, Würsburg, Estrasburgo, Friburgo,
Hamburgo, Chester, Manchester entre otras ciudades de Europa en general
o Borghi, Burgos, Borghetto, Borgo dell Anime, Borgo di Villanova en Ita-
lia. O la provincia de Burgos, las ciudades de Castrogeris, Castrillón, Castro
del Río, Castro Urdiales, Olula de Castro, Piedrahita del Castro, en España;
Bourg, Bourges, Castres en Francia. Del mismo modo serían el origen de
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arquitectura que nos habla de una manera conocida pero a la vez extraña.
El lenguaje urbano se despliega ante nosotros interpelándonos con dos
ejemplos apropiados en este bicentenario, generados como equipamien-
to cultural de gran significación.
Plaza 9 de Julio
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Martín, con quienes además se han borrado los límites pero se mantienen
las huellas de las antiguas calles.
Responde además a la actividad comercial de las otras dos, Colón y
Bolívar ya que amplía la superficie de circulación de manera lineal con-
formando un verdadero paseo. En el resto del planteo genera pequeños
espacios de estar bajo la espesura de la vegetación. La ausencia de las tra-
dicionales diagonales impide un paso directo entre esquinas diametral-
mente opuestas invitando necesariamente a recorrerla.
Catedral
Plaza 9 de Julio
Antes, Plaza del Piso en referencia al mismo uso que se les daba a las pla-
zas del campo es decir aquellos espacios urbanos que desde la Edad Media
mediante un solado o piso diferenciado permitían que se establecieran
los productores que traían desde el interior o extramuros sus productos
a vender, generando un área de fuerte intercambio comercial, al menos
una vez a la semana.
Su refuncionalización y el pedestal del monumento del centro de la
plaza dedicado a San Martín en los años ’30, fueron realizados por el Arq.
Alejandro Bustillo autor, entre muchísimas otras obras, del pórtico de
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Semejanzas
Las similitudes entre estas dos plazas son claras y pocas: ambas son pla-
zas, es decir, espacios destinados a la comunidad, a la gente, al uso cotidia-
no, al encuentro: las plazas son los estares de la ciudad, el lugar simbólico
de lo público. Su patrón de diseño es geométrico.
De forma cuadrada subordinada a la trama viaria, si bien la plaza cen-
tral a partir de los últimos años cambió sus dimensiones al incorporar dos
de sus calles. Las mismas fueron cerradas al tránsito vehicular reforzándo-
se su impronta institucional y conformándose en atrios que preceden el
acceso a los edificios de la Catedral, propuesta que genera un espacio de
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Diferencias
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Bibliografía
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Notas
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Re/leer a Peirce
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lación entre la teoría y la crítica literaria, así como los discursos teórico
metodológicos en el campo de la labor en investigación5. En esta línea, y
como ya lo he mencionado, me interesa el cruce que se produce entre dos
prácticas que resultan nodales en este hacer y que son la lectura y la escri-
tura entendidas en su sentido más pleno; sentido que ha sido habilitado
precisamente por los aportes de la semiótica triádica de Charles S. Peirce.
Hecho este deslinde, considero que reconocer el signo triádico pro-
puesto por este autor implica, aún en nuestros días, adentrarnos en un
territorio más bien movedizo –indisciplinado, en palabras de Fernando
Andacht (2001: 20)6– si tenemos en cuenta el panorama que ha domina-
do y aún domina el paisaje de las investigaciones científicas7. Este terreno
móvil, alejado del ánimo verificacionista del experimento o de la búsque-
da de validación de verdades absolutas, constituye la vía que me interesa
descubrir, el camino que deseo recorrer; la voluntad de ese tránsito se dis-
para precisamente por el espacio entre signos, donde según la perspectiva
peirceana siempre puede ocurrir la interpretación.
Cual modesta y por tanto insistente lectora de este autor, retomo en
este punto aquel (re)conocido enunciado con el cual todos hemos lidiado
en una primera aproximación y por el cual, hasta el presente, hemos que-
dado prendados: “un signo, o representamen, es algo que está por algo
para alguien en algún aspecto o capacidad” (1897: 1). Al transcribir una
vez más estas líneas, intento descifrar la obstinación con la que regreso
al enunciado y que atribuyo a la extensa grieta que abre para todo aquel
que desee sumergirse en el terreno de lo contingente, donde el sentido se
pluraliza y se fuga conjuntamente con la mirada de quien observa.
¿Lectura obvia y reiterativa? Seguramente. Sin embargo, inevitable
para quien se reencuentra y por tanto se re/apropia de este espacio para
lo posible que una y otra vez se vuelve un desafío.
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directa con tres estados mentales que, como cuando entraba al laberinto,
son la sensación (exaltación y adrenalina), la reacción (recelo y atención)
y el pensamiento (reconocimiento e identificación) y definen tres clases
de interés:
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La relación triádica es genuina, esto es, sus tres miembros están vinculados
por ella de una forma que no consiste en ningún complejo de relaciones
diádicas. Esa es la razón por la que el Interpretante, o Tercero, no puede
estar en una mera relación diádica con el Objeto, sino que debe estar con
él en la misma relación que aquella en la que está el Representamen mis-
mo. (1883–1903: 1)
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Dos cosas aquí son de la máxima importancia para asegurarse y para re-
cordar. La primera es que una persona no es absolutamente un individuo.
Sus pensamientos son lo que se está “diciendo a sí mismo”, es decir, lo que
está diciendo a ese otro yo que está llegando a la vida en el flujo del tiem-
po. Cuando se razona, es a ese yo crítico a quien se está tratando de per-
suadir; y todo pensamiento cualquiera es un signo, y es principalmente de
naturaleza lingüística. La segunda cosa a recordar es que el círculo de la so-
ciedad del hombre (no importa cuán ampliamente se entienda esta frase),
es una especie de persona flojamente compactada, en algunos aspectos
con un rango más alto que la persona de un organismo individual. Son es-
tas dos cosas solamente las que le hacen posible a uno (…) distinguir entre
verdad absoluta y lo que no se duda. (Peirce, 1904: 7. El subrayado es mío)
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Satisfacción / deleite
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de los espacios, de los lugares, de los lenguajes y por tanto del pensamien-
to.
Bibliografía
Textos citados
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Intertextos
Notas
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5- Valga el tono anecdótico para aclarar una vez más que en este momento
me desempeño como parte del equipo docente de la cátedra Teoría y
Metodología de la Investigación I (literaria) de las carreras de Profesorado
y Licenciatura en Letras. Las discusiones en torno al trabajo del
investigador que se despliegan al interior de la misma emergen a partir
del cruce entre los enfoques de la teoría y a crítica literaria, la semiótica
peirceana, la semiótica de la cultura, el giro lingüístico y los estudios
culturales.
6- Señala este autor un punto que me interesa: “…me instalo en su pensamiento
como en un lugar de observación móvil, desde el cual contemplar las
posibilidades de diversos enfoques.” (2001: 21)
7- Sólo retomar la oscilación entre significado/significante y objeto/
representamen/interpretante, o recordar el par inducción/deducción
frente a la tercera posibilidad de la abducción que el norteamericano
propone, nos deja vislumbrar la dimensión de esta problemática.
8- También objeto, representamen e interpretante.
9- Entiéndase traducción en el sentido de Thomas Kuhn. (Ver ¿Qué son las
revoluciones científicas? y otros ensayos. Barcelona, Paidós, 1989).
10- No desatiendo en este punto a las distintas reflexiones en torno a la
enunciación.
11- Esto es, la capacidad para la terceridad. Considero relevante volver a la
siguiente definición: “El pragmaticismo no intenta definir los equivalentes
fenoménicos de las palabras e ideas generales, sino que, por el contrario,
elimina su elemento sensible y se dedica a definir el significado racional,
y esto lo encuentra en el comportamiento intencional de la palabra o
proposición en cuestión”. (1904: 9–10)
12- Retomo las palabras de Peirce en “La fijación de la creencia” cuando señala
que “La posesión plena de nuestra capacidad de extraer inferencias, la
última de todas nuestras capacidades, es algo que hay que alcanzar, ya que
no es tanto un don natural como un arte prolongado y difícil”. (1877: 1)
13- Otra vez: “La irritación de la duda es el solo motivo inmediato de la lucha
por alcanzar la creencia. Lo mejor ciertamente para nosotros es que
nuestras creencias sean tales que verdaderamente puedan guiar nuestras
acciones de modo que satisfagan nuestros deseos; y esta reflexión hará que
rechacemos toda creencia que no parezca haber sido formada de manera
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tal que garantice este resultado. Pero sólo lo hará así creando una duda
en lugar de aquella creencia. La lucha, por tanto, empieza con la duda y
termina con el cese de la duda. De ahí que el solo objeto de la indagación
sea el establecer la opinión.” (Peirce; 1877: 5)
14- Me refiero una vez más a los autores que conforman el corpus de estudio
del proyecto Autores Territoriales ya mencionado.
15- Cultura que puede pensarse regional, nacional, universal o territorial, en
términos de Deleuze–Guattari.
16- Y con esto me refiero no sólo a los discursos literarios sino también a los
distintos textos críticos producidos para revistas o diarios, así como a las
entrevistas, discursos o presentaciones escritas para ser leídas que emergen
de los archivos personales de estos escritores.
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Ricardo Piglia
De narraciones y traducciones
Tanto en una traducción como en una narración hay algo que está cir-
culando de un lado al otro. Si en la narración es una historia la que es
brindada y recibida, en la traducción se supone que hay algo dicho en un
lenguaje que debe ser transpuesto a otro. Y pareciera que en ambos casos
hay límites similares, hay imposibles asociados a la tarea del escritor y
del traductor: hay algo no-narrable, hay algo no-traducible con lo que se
enfrentan de manera inevitable las dos prácticas.
En lo que respecta a la literatura, puede afirmarse que tanto la tradición
aristotélica del arte como imitación, como la concepción moderna del
arte como expresión, implicaban concebir la obra como una traducción:
en el primer caso, de algo que estaba fuera del artista, y que era pasible de
verse reflejado en la obra; en el segundo, de algo interno, de la verdad de
un yo que podía revelarse. El escritor era un transmisor, un intermediario,
un vehículo que debía plasmar lo mejor posible esas verdades exteriores
o interiores. Ya el siglo XIX desestabilizó ese rol que realismos y romanti-
cismos adjudicaron al escritor, lo entremezcló con las dudas acerca de la
posibilidad de hablar –y por lo tanto, traducir– de cualquier cosa con la
menor certidumbre: tanto el mundo como el yo se volvieron tan proble-
máticos, que la representación de cualquier verdad asociada a ellos era
al menos discutible, parcial y fragmentaria. Ese convencimiento de que
hay algo más en juego que el reflejo o la expresión atraviesa todas las pro-
puestas artísticas del siglo XX, y ha generado respuestas diametralmente
diferentes: desde diferentes visiones lúdicas, hasta concepciones místicas
del trabajo artístico.
En cuanto a la traducción, para Susan Sontag el tema de la precisión
y la fidelidad fue el más viejo en el ámbito de los traductores, en relación
con el fantasma de una inherente imposibilidad de traducir. Desde San
Jerónimo que en el siglo IV prefería sacrificar la fidelidad literal para man-
tener el sentido y la gracia del texto original, pasando por Schleiermacher
que en el siglo XIX planteaba que en un texto a traducir no interesaba
sólo el sentido, sino también y fundamentalmente el idioma en el que
estaba escrito: la traducción debería revelar de alguna manera la alteridad
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122 Ricardo Piglia | Héctor Osvaldo Mazal
relieve la íntima relación que guardan los idiomas entre sí..” (ibid.: 133), la
representan “…en una forma embrionaria e intensiva…” mediante el tan-
teo. Esa relación íntima entre las lenguas, implica cierta semejanza en la
forma de decir lo que se proponen o, más bien, una complementariedad
en sus intenciones: llegar al lenguaje puro, a ese que contiene y armoniza
todos los modos de significar. La traducción no sería entonces sino “…un
procedimiento transitorio y provisional para interpretar lo que tiene de
singular cada lengua” (ibid. 134).
La función del traductor es entonces la de encontrar en la lengua a la
que traduce una actitud que pueda despertar en dicha lengua un eco del
original; función derivada por lo tanto, pues lo que inspira su tarea es la
integración de las lenguas en una sola lengua verdadera, que “…perma-
nece latente en el fondo de la traducción” (ibid.: 137). Por eso hablar de
fidelidad o de libertad deja de ser pertinente, en la medida que en la tra-
ducción se busca algo distinto a la reproducción del sentido de un texto.
El traductor debe permitir que la lengua extranjera lo sacuda con violen-
cia, en lugar de aferrarse al estado fortuito de su lengua.
Según De Man, Benjamin relacionaba en su artículo la traducción con
la crítica, con la filosofía y con la historia, debido a que todas ellas son ac-
tividades derivadas de otras actividades originales, pero no por semejanza
o imitación, pues no se parecen a aquello de lo que derivan, sino que “…
son intralingüísticas, se relacionan con lo que en el original pertenece al
lenguaje, y no al significado como correlato extralingüístico susceptible
de paráfrasis o imitación” (De Man, 1990: 130). Así las tres prácticas des-
articulan el original, lo desequilibran y revelan su fracaso esencial, algo
que ya estaba en él: lo descanonizan al leerlo desde la perspectiva de un
lenguaje puro, totalmente libre de la ilusión de significado.
Es por todo eso que Benjamin se centraba más en el traductor que en
el poeta: la literatura como actividad que tiene alguna clase de relación
con el significado, con algo que no está solamente en el ámbito del len-
guaje, en oposición a la traducción que relacionaría fundamentalmente
lenguaje con lenguaje… y que, al hacerlo, revelaría la muerte del origi-
nal, pues se desbarrancaría inevitablemente en el abismo del lenguaje, un
abismo que hace caer en pedazos a cualquier obra en la medida que es
obra de lenguaje (cfr. ibid.: 134 y ss). Porque hay una disyunción inevitable
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…se podría pensar que esta tensión entre el mundo del letrado –el mundo
del intelectual– y el mundo popular –el mundo del otro– visto en princi-
pio de un modo paranoico pero también con fidelidad a ciertos usos de
la lengua, está en el origen de nuestra literatura y que el relato de Walsh
redefine esa relación. (Ibid.: 19)
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esa lengua está la posibilidad de esos relatos entendidos como una prác-
tica que excede las tradiciones nacionales y las fronteras.
Para volver al principio: Piglia retoma la idea tradicional del escritor como
traductor, pero la reelabora en contacto con concepciones del lenguaje,
de la narración, de la circulación de los discursos sociales y de la hege-
monía del estado que configuran una teoría compleja de la traducción
asociada a la praxis narrativa. Teoría relacionada en varias dimensiones
con la concepción benjaminiana acerca del lenguaje poético y de la tra-
ducción; en principio por el hecho de que aquello a traducir-narrar es,
para Benjamin y también para Piglia, algo secreto e intangible, un núcleo
esencial intraducible, relacionado con una significación de la forma, que
es precisamente lo que se debe plasmar en la traducción, pues aquello
que no se puede contar–traducir es lo que paradójicamente tiene que
aparecer de alguna manera.
Por otra parte, la praxis narrativa de Piglia, que integra todo tipo de
material, en especial la crítica, el ensayo y la teoría, se asemeja a la práctica
de la traducción en la concepción de Benjamin, en la medida que ésta,
al decir de De Man, se relacionaba con la crítica, con la filosofía y con la
historia, más que con la literatura. Piglia ha sido en algunos casos criticado
por el carácter ensayístico de su narrativa (especialmente de Respiración
artificial y, en menor medida, La ciudad ausente), y, por otra parte, hay
una fuerte hibridación de las dimensiones ficcionales y las crítico–teó-
ricas en su producción, hibridación que funciona en ambas direcciones:
la ficción se llena de crítica y de discusiones teóricas, y los ensayos se ven
invadidos por elementos ficcionales. El narrador es aquí traductor ben-
jaminiano en la medida que hace filosofía, crítica/teoría de la literatura,
historia, etc., integra todo eso en la narración, y trabaja así a la manera de
un traductor que construye un archivo, un híbrido lleno de traducciones.
Pues para Piglia todo puede traducirse en la narración, desde una teoría
sobre la circulación del dinero hasta una serie de silogismos.
REVISTA ENTRELETRAS - AÑO 2 - Nº 2 - PRIMAVERA/VERANO 2014
Departamento de Letras - FHyCS - UNaM
Entreletras ◆ Nº 2 ◆ 2014
134 Ricardo Piglia | Héctor Osvaldo Mazal
Bibliografía
Entreletras ◆ Nº 2 ◆ 2014
Ricardo Piglia | Héctor Osvaldo Mazal 135
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REVISTA ENTRELETRAS - AÑO 2 - Nº 2 - PRIMAVERA/VERANO 2014
Departamento de Letras - FHyCS - UNaM
Correlatos críticos
Hace falta más cultura para reír con Rabelais que para llorar con la muerte
de Orlando…
Umberto Eco, Estrategia de la Ilusión
y que ha desaparecido. Ese vacío no colmado y que lleva al ojo a mirar in-
sistente lo que como una herida no debería ser mirado, conduce también
a la reflexión que viene del extrañamiento que provoca. No se trata del
encabalgamiento abrupto (que ha insistido en esa separación del régimen
de su preposición y que autoriza a buscarlo en el otro renglón) al que nos
ha acostumbrado el siglo XX. Lamborghini no se limita a ello. Luego de la
preposición o nexo pone un punto que al matar la sintaxis (o deberíamos
decir: al usarla de un modo nuevo) revive en el lector la incomodidad del
arte que le exige que sea activo, que se despierte, en suma. El encabalga-
miento queda como un lejano eco, que no es más que una estrategia tibia
ante esta ruina sintáctica, llena de sentidos que insisten desde la ausencia.
La escritura de Leónidas Lamborghini es en sí misma una gran cavilación
sobre la actitud del lector -al que a menudo se dirige- y una permanente
indagación sobre las borrosas transiciones genéricas que percibe como
fértil campo de labor y que pone a trabajar en su laboratorio.
Entreletras ◆ Nº 2 ◆ 2014
Cuando Lamborghini encontró a Balzac | Carolina Repetto 141
Una vez, a pesar de toda su sutileza, había sido víctima de un israelita que,
durante la discusión, se ponía la mano detrás de la oreja, como para oír
mejor, y balbuceaba con tan aparente dificultad, que Grandet, compade-
cido, se creyó obligado a sugerir a aquel taimado judío las palabras y las
ideas que parecía ir buscando, a acabar por él los razonamientos de dicho
judío, a hablar como debería hablar el condenado judío, a ser, en fin, el
judío y no Grandet. (2001:102)
Entreletras ◆ Nº 2 ◆ 2014
142 Cuando Lamborghini encontró a Balzac | Carolina Repetto
muestra de modo explícito que para Balzac hay una lección enriquece-
dora en el ocuparse del pensamiento ajeno: es justamente adoptar por
un momento la nueva perspectiva, pero aprendiendo para siempre la
importancia de la estrategia. En efecto, creo que Lamborghini ha hecho
propia esa lección de Balzac; los largos períodos de tartamudeo, iteración,
repetición en apariencia idéntica, permiten al lector una lectura nueva,
centrada en el trance inducido por el procedimiento que hace de lo es-
crito una visión. Porque de eso se trata en la escritura del argentino: la
repetición vuelve a hacer presente algo que es una aparente copia de lo
ya dicho, de un modelo, cuando en realidad se trata de un simulacro,
con toda la carga irreverente y sediciosa que la voluntaria distorsión de
los simulacros trae aparejada. Estamos ante otro aspecto que podría ha-
ber observado Lamborghini en Balzac: No hay emoción entretejida en
las palabras, sino un consciente y reflexivo montaje basado en la premisa
de que la emoción no tiene injerencia en la creación del artefacto. Lam-
borghini, en sus colecciones de poemas, en sus obras dramáticas y en su
narrativa, pocas veces se concede una referencia a la expresión amorosa,
que siempre pasa por el cedazo de la ironía, el cuidadoso trazado grueso
de las descripciones de un enamorado –un anciano, una mujer renga, un
enfermo de disentería– o de alguien preocupado por el sentido de la vida.
En efecto la emoción adquiere un lenguaje descarnado que no por ello la
vuelve invisible; al contrario, la insistencia en los trazos paródicos focaliza
la mirada del lector en las zonas que lejos de dejar afuera las emociones
en juego en su obra, las representa con otro ropaje.
El lector/espectador
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Cuando Lamborghini encontró a Balzac | Carolina Repetto 143
TRENTO
(novela teatral)
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144 Cuando Lamborghini encontró a Balzac | Carolina Repetto
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Cuando Lamborghini encontró a Balzac | Carolina Repetto 145
Sugerencia
Dada la situación secreta en que se desarrollan los diálogos en-
tre Procopius y Gitona en las Escenas de las que son prota-
gonistas s nos permitimos sugerirle al Lector, para mejor entrar
en clima, tener en cuenta que esos parlamentos se emitían,
por la razón apuntada, en voz muy baja, incluso cuando alcan-
zaban el tono exclamativo.
Los editores.
Entreletras ◆ Nº 2 ◆ 2014
146 Cuando Lamborghini encontró a Balzac | Carolina Repetto
Aclaración
El subtítulo de “ una novela teatral” se refiere al ./ [tachado il.] rasgo
dramático
que recibe de las veintiún Escenas que /le dan ese carácter/desde el
principio hasta el final,
Se suceden en su desarrollo /en gran parte de su desarrollo/. El lector
se verá directamente involucrado
en ellas, tanto, que en más de una ocasión tendrá que resistirse al
impulso
para no interferir resistirse
Todo es teatro en literatura: escenario donde las palabras actúan. sien-
do ellas
las verdaderas protagonistas
Sugerencia
al lector
Dada la situación de clandestinidad que afecta al obispo Procopius y
a Gitona,
escondidos en un sótano, se sugiere al lector, a fin de para mejor entrar
mejor en clima,
ten tener en cuenta que sus parlamentos se emiten en voz baja aún
cuando
incluso cuando alcancen el tono exclamativo. -
N.del A.
Transforman al lector de Novela
en espectador de teatro
(de la palabra)
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Cuando Lamborghini encontró a Balzac | Carolina Repetto 147
Sugerencia al Lector
Dada la situación secreta en que se desarrollan los diálogos entre
Procopius y Gitona, en las escenas de la que son protagonistas, se
sugiere al lector, para mejor entrar en clima, tener en cuenta
que esos parlamentos se emitían, por la razón apuntada,
en voz muy baja, incluso cuando alcanzan /alcanzaran/ el tono [il.]
dramático.
Zonas de densidad
Entreletras ◆ Nº 2 ◆ 2014
148 Cuando Lamborghini encontró a Balzac | Carolina Repetto
Entreletras ◆ Nº 2 ◆ 2014
Cuando Lamborghini encontró a Balzac | Carolina Repetto 149
Entreletras ◆ Nº 2 ◆ 2014
150 Cuando Lamborghini encontró a Balzac | Carolina Repetto
Gracias tío…
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Cuando Lamborghini encontró a Balzac | Carolina Repetto 151
Bibliografía
Entreletras ◆ Nº 2 ◆ 2014
152 Cuando Lamborghini encontró a Balzac | Carolina Repetto
Notas
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Derivas entre leer o no leer
el Hamlet en un cuento de Onetti
Jorge Servián*
Pretexto
Primera deriva
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Derivas entre leer o no leer el Hamlet en un cuento de Onetti | Jorge Servián 155
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156 Derivas entre leer o no leer el Hamlet en un cuento de Onetti | Jorge Servián
Por eso, cuando ahora, solo ahora, con una peluca rubia peinada al medio
que prefiero no sacarme para dormir, una dentadura que nunca logró ve-
nirme bien del todo y que me hace silbar y hablar con mimo, me encontré
en la biblioteca de este asilo para gente de teatro arruinada al que dan un
nombre más presentable, aquel libro tan pequeño encuadernado en azul
oscuro donde había unas hundidas letras doradas que decían Hamlet, me
senté en un sillón sin abrir el libro, resuelto a no abrir nunca el libro y a
no leer una sola línea, pensando en Blanes, en que así me vengaba de su
broma, (…)
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Derivas entre leer o no leer el Hamlet en un cuento de Onetti | Jorge Servián 157
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158 Derivas entre leer o no leer el Hamlet en un cuento de Onetti | Jorge Servián
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Derivas entre leer o no leer el Hamlet en un cuento de Onetti | Jorge Servián 159
Segunda deriva
una esceno–grafía, una puesta en escena de las huellas, las trazas, las es-
trías, de todas las modalidades posibles de una tipología del injerto; cada
texto es un entramado con múltiples cabezas de lectura para otros textos,
una deriva de convergencia de operaciones de desplazamiento y prolife-
ración en las que no sólo desaparece el origen, el origen ni siquiera ha
desaparecido: nunca ha quedado constituido. (Ferro, 2009: 138)
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160 Derivas entre leer o no leer el Hamlet en un cuento de Onetti | Jorge Servián
Es algo que yo quiero ver y que no lo vea nadie más, nada de público. Yo
y los actores, nada más. Quiero verlo una vez, pero que esa vez sea tal
como yo se lo voy a decir y hay que hacer lo que yo diga y nada más. ¿Sí?
Entonces usted, haga el favor, me dice cuánto dinero vamos a gastar para
hacerlo y yo se lo doy.
(…) después se puso grave y dijo que tenía prisa, que nos explicaría el
asunto de manera que no quedara lugar para la más chica duda y que
volvería solamente cuando todo estuviera pronto.
Una catexia excesiva implica un mayor gasto de energía para que desa-
parezca la tensión excesiva. Una catexia plena significa la destrucción. Esa
plenitud de intensidad se difiere y pospone constituyendo una red mné-
sica de huellas conservadas, como un intervalo disponible para la defensa
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Derivas entre leer o no leer el Hamlet en un cuento de Onetti | Jorge Servián 161
(…) todo ese tiempo perdiendo y ganando un dinero que Dios y yo sabía-
mos que era necesario que volviera a perder en la próxima temporada, …
(…) Usted debe saber que la temporada aquí ha sido un fracaso. Hemos
tenido que interrumpirla y me he quedado solo por algunos asuntos per-
sonales.
(…) y de los cincuenta pesos que le dije haber conseguido adelantados
quiso veinte en seguida. Así que tuve que darle diez, de lo que me arre-
pentí muy pronto …
Entreletras ◆ Nº 2 ◆ 2014
162 Derivas entre leer o no leer el Hamlet en un cuento de Onetti | Jorge Servián
Yo, que tenía hambre de plata, que no podía moverme de aquel maldito
agujero hasta que alguno de Buenos Aires contestara a mis cartas y me
hiciera llegar unos pesos. Así que le mostré la mejor de mis sonrisas y ca-
beceé varias veces mientras me guardaba el dinero en cuatro dobleces en
el bolsillo del chaleco.
Los cien pesos seguían en el bolsillo de mi chaleco y hasta no encontrar a
Blanes, hasta no conseguir que me ayudara a dar a la mujer loca lo que ella
pedía a cambio de su dinero, no me era posible gastar un centavo.
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Derivas entre leer o no leer el Hamlet en un cuento de Onetti | Jorge Servián 163
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164 Derivas entre leer o no leer el Hamlet en un cuento de Onetti | Jorge Servián
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Derivas entre leer o no leer el Hamlet en un cuento de Onetti | Jorge Servián 165
Bibliografía
Notas
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Lecturas y conversaciones territoriales en torno a
Loba en tobuna de Raúl Novau
Carla Andruskevicz* – Romina Tor**
Comentarios de apertura
Por todos lados la misma y única pasión de escribir; pero no la misma (De-
leuze, 1998: 63).
Entreletras ◆ Nº 2 ◆ 2014
Lecturas y conversaciones territoriales... | Carla Andruskevicz – Romina Tor 169
[el] vía crucis que tenemos que tener para poder editar. Viste que nosotros
acá estamos fuera del circuito editorial, fuera de las grandes editoriales,
etc. Algunos recurren a la universidad, a la editorial Universitaria (...) Y si
no hay que ir directamente con los originales a la imprenta, o ir a los in-
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170 Lecturas y conversaciones territoriales... | Carla Andruskevicz – Romina Tor
Territorializaciones
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Lecturas y conversaciones territoriales... | Carla Andruskevicz – Romina Tor 171
cargo del Arq. Carlos Marcial, verdinegra: víboras, cartas de loba, sencillas
casas acompañadas de árboles…
El juego de la loba, la distracción lúdica de tres de los personajes que
deambulan en la novela, resulta quizá un pretexto para comenzar a des-
entramar los hilos narrativos, sin embargo también podríamos conjeturar
que el azar, el carácter imprevisible de la historia y el relato, aquí resulta
protagónico.
Para puntualizar aún más en el argumento de la novela, diremos que
los acontecimientos se desarrollan alrededor de 1973 y se enfocan en los
devenires de Cleme, una costurera, Pomposa, una antigua enfermera del
Madariaga y Alesia, jubilada de maestra rural, tres mujeres mayores que
habitan Tobuna y tradicionalmente se reúnen todos los viernes para jugar
a la loba; Locadio, gerente–administrador de una empresa de deforesta-
ción en Tobuna que mantiene una relación con Meliquia, una brasilera
que trabajaba en un burdel, y Renzo, un misionero que conoce a Nina en
Buenos Aires y luego se traslada a trabajar de administrador en esa misma
empresa. La novela relata los proyectos y entrecruzamientos de estos per-
sonajes en un territorio fronterizo político y económico que se encuentra
en vías de construcción, por lo que el porvenir de los personajes se verá
afectado por las tensiones y conflictos de este espacio. La narración se
inicia en una escena particular, donde luego se acumulará gran parte de
la tensión de la historia, en la cual nos encontramos con las tres mujeres,
Renzo, Nina y su hija en una misma habitación.
En cuanto a Tobuna, localidad ubicada en el departamento de San Pe-
dro–Misiones, se instala como un espacio geográfico que en esta novela
no sólo implica un escenario que contiene a los personajes y los aconteci-
mientos, sino también como un espacio que involucra representaciones
culturales e ideológicas desplegadas en el discurso ficcional del narrador.
Sin embargo, esta novela también se nos presenta como itinerante debido
a que recorre una multiplicidad de espacios o, mejor, algunos de sus per-
sonajes los recorren antes de arribar a Tobuna.
Uno de ellos es la ciudad de Buenos Aires, escenario de una inminen-
te tragedia que posibilita en la obra el anclaje en un momento concreto
de la historia cultural argentina. Así, los tres capítulos iniciales podrían
leerse en claveREVISTA
histórica, en el sentido de que abordan un hecho históri-
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172 Lecturas y conversaciones territoriales... | Carla Andruskevicz – Romina Tor
co individual e irrepetible (cfr. Perilli, 1995: 26), relatado desde una visión
particular, desde una mirada territorializada y configurada geográfica e
ideológicamente. En estos capítulos de Loba en Tobuna, según las pala-
bras de su autor –enunciadas en una conversación informal–, se exhibe
a los posibles lectores una versión local de un hecho histórico nacional:
la masacre de Ezeiza ocurrida el 20 de junio de 1973, día en el cual Perón
volvería del exilio y se encontraría con sus seguidores militantes. De esta
manera, en la novela también se relata el viaje en el tren El Gran Capitán,
de un contingente misionero conformado por personas de distintas eda-
des y ocupaciones –descriptas tanto en las versiones oficiales de la histo-
ria como en las ficcionales y quizá verosímiles– deseosas de participar del
gran acto de bienvenida al General en Ezeiza.
Son múltiples y variados los textos y autores que abordan la relación y dis-
cusión entre las categorías genéricas de la historia y la ficción o la reunión
literaria de ambas bajo la etiqueta de novela histórica. Sin embargo, la ma-
yoría acuerda en que cada relato, cada historia narrada resulta una inven-
ción del narrador, quien por más que se proponga la objetividad como
premisa, su relato siempre resultará modalizado y matizado con puntos
de vista que de alguna manera escapan a caracteres como la estaticidad
y la uniformidad. En este sentido, es claro que la verdad de la historia es
un constructo discursivo (cfr. Bazán Bonfil, 2002: 316), una suerte de obra
arquitectónica de la cual participan múltiples voces que agregan, comple-
tan, quitan, roban, tachan innumerables versiones y posibilidades narrati-
vas que instalan a la historia –en otros tiempos escrita con mayúscula– en
un espacio discursivo cercano a la ficción: “No se puede separar la historia
de la escritura.REVISTA
TodoENTRELETRAS
historiador- AÑO
es 2un escritor” (Perilli, 1995: 26).
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Entreletras ◆ Nº 2 ◆ 2014
Lecturas y conversaciones territoriales... | Carla Andruskevicz – Romina Tor 173
… todas [las novelas] son históricas porque “en mayor o menor grado cap-
tan el ambiente social de sus personajes” y ninguna es histórica porque “la
reconstrucción del pasado no puede pasar nunca del simple proyecto y lo
que se reconstruye es cierta imagen del pasado que es propia del obser-
vador porque toda narración transcurre en el presente aunque hable del
pasado” (Menton citado por Bazán Bonfil, 2002: 333–4).
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174 Lecturas y conversaciones territoriales... | Carla Andruskevicz – Romina Tor
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176 Lecturas y conversaciones territoriales... | Carla Andruskevicz – Romina Tor
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Lecturas y conversaciones territoriales... | Carla Andruskevicz – Romina Tor 177
Entrando al juego
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Lecturas y conversaciones territoriales... | Carla Andruskevicz – Romina Tor 179
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180 Lecturas y conversaciones territoriales... | Carla Andruskevicz – Romina Tor
–¡Señor delegado! Nos vamos a pique. Del mismo barco sacaré los elemen-
tos para tapar los boquetes.
– Lo dijo. Robar para tapar.
–¿Robar? ¿Yo? ¿Un ladrón?
–Cien años de perdón, contador. Le alcanzará el tiempo para contarlo.
– ¿Ustedes no piensan en mí, delegado?
–Sí. Es el santo de nuestra devoción, contador.
–Pero el señor se emperra decía Nina– Con un falso orgullo creyéndose un
adelantado de la Corona rechaza todo. (…)La felicidad a costa del tiempo
que me robaste es denigrante. ¡Nunca seremos felices! ¡Vulgar ladrón! (…)
– ¡Señor delegado! Es robar pero llamésmole distraer para vivir. (…)
– ¡Basta! ¡Basta Nina! ¿Dónde me quieren llevar? ¡Quieren matarme! ¡To-
dos! ¡Se han confabulado! (Novau, 2005: 87)
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Lecturas y conversaciones territoriales... | Carla Andruskevicz – Romina Tor 181
juegos de voces, a su mención como rito entre los personajes para luego
desplazarse como una de las dimensiones a partir de la cual podemos
poner en marcha al texto como juego de intereses ideológicos, juego de
apariencias, la construcción de un territorio permeable que habilita nu-
merosas alternativas de lecturas. La loba no escapa de su contexto, aún
más, nos permite pensar en su relación con lo económico, lo social, la
frontera:
– Una noche perdida repitió Alesia indignada– ¡El colmo de los incordios!
Han contagiado de muerte a la loba con víboras repugnantes, tesoros es-
condidos, prostitutas, ladrones y cuanta mala visión ande suelta. ¿No les
da vergüenza? (Novau, 2005: 116)
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182 Lecturas y conversaciones territoriales... | Carla Andruskevicz – Romina Tor
es recibido con una gran fiesta en Tobuna para jugar junto a él) fingiendo
ante al pueblo de Tobuna no estar quebrado. Este perpetuo devenir se re-
laciona con la reiterada mención de la lectura de las cartas como lectura
del futuro, un juego que pretende evitar el azar: “Como soy curioso por las
cosas y el prójimo es que consulto las figuras que representa a los desig-
nios que están ahí, son las intermediarias con los mensajes impregnados
de cada ser” (Novau, 2005: 74).
El juego de representaciones también puede ser reconocido en la inte-
racción de Renzo con las hermanas de Nina en la cual él se presenta como
pionero, conquistador de un territorio virgen, e inicia con el siguiente
enunciado: “¡Poner proa hacia el leonino Paraná! ¡Remontad!” (Novau,
2005: 58) y más adelante, cuando esta afirmación ya no esté enmarcada
en un juego ficcional será retomado por Nina con rechazo: “¡Remontad el
Paraná! Nina gesticulaba– ¡Tierra de promisión! ¡Estoy enterrada viva! ¿Me
entendes? Los cantos de la sierra y la usina serán mi réquiem mortuorio”
(Novau, 2005: 84).
A partir de este juego discursivo descubrimos cómo el devenir de los
personajes se va hilando junto con el azar, y las palabras y frases, como di-
jimos previamente, se van resignificando y habilitando nuevas relaciones.
La última expresión de este juego espectral en el cual los personajes
van creando puntos de contacto con los otros y en el que sus voces, sus
proyectos, sus acciones son refractadas, se observa en la interacción de
Renzo y Locadio y en cómo su propio proyecto de ser, su propio devenir se
vio absorbido por este juego de espejos: “Renzo el Grande, que ustedes lo
podrán ver a través de las pantallas de sus espejos…” (Novau, 2005: 120), y
más adelante: “¿usted pensó alguna vez oír al Gran Contador transforma-
do en un simple locutor de un recreo especular?” (Novau, 2005: 122). Esta
metáfora del espejo nos hace retomar nuevamente la idea del dialogismo
que rodea a la obra, fragmentos de voces, de dialectos, de territorios, de
paisajes que están en perpetuo devenir y que se refractan y chocan crean-
do nuevas imágenes.7
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Lecturas y conversaciones territoriales... | Carla Andruskevicz – Romina Tor 183
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184 Lecturas y conversaciones territoriales... | Carla Andruskevicz – Romina Tor
Bibliografía
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Notas
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186 Lecturas y conversaciones territoriales... | Carla Andruskevicz – Romina Tor
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La producción de Liliana Bodoc: relaciones de
traducción e interdiscursividad
María Victoria Tarelli*
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La producción de Liliana Bodoc | María Victoria Tarelli 191
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192 La producción de Liliana Bodoc | María Victoria Tarelli
desacralizado, la autoría visible del primer texto T1 (un mito casi inase-
quible, a estas alturas y desde nuestra posición) y la polifonía y dialogismo
del objeto nuevo T2 en que ha migrado; como, así también, augura una
no existente visibilidad para el Tn en que puede convertirse, dado el me-
canismo poliglótico de la cultura.
Cabe señalar que esta diseminación configura un sentido S1 (o varios
posibles S1n) –más allá de la caoticidad que sustenta– para el lector ¿en-
trenado? ¿formado? ¿producido? por el género (en sentido bajtiniano)
que frecuenta, divergente –pero no por ello, opuesto– al S2 (posibles
S2n) de otros destinatarios extra–género, y articulado / articulable desde
el tema, la estructura y el estilo: letra que migra / cita / inyecta el tópico
de un relato fundacional, en la organización argumental por estructura
tripartitas –tanto en Los días del venado (D1), como en Los días de la
sombra (D2) y Los días del fuego (D3)– y canjea recursos estilísticos de la
épica más tradicional con alteraciones cronotópicas del espacio y tiem-
po de la historia y del relato: a modo de invocación–apertura se monta
un artefacto distinto a las clásicas invocaciones, que evoca y no evoca la
memorabilia de los sucesos a considerar: “Y ocurrió hace tantas Edades
que no queda de ella ni el eco del recuerdo del eco del recuerdo. Ningún
vestigio sobre estos sucesos ha conseguido permanecer” (D1: 11).
Respecto del pacto de ficción que instala el texto artístico literario en-
tre un autor-destinador y un lector–destinatario, se encuentra la pregun-
ta por lo creíble de la referencialidad que asume en un campo con autori-
dades reconocidas y referencias legitimadas que pueden dificultar o no su
recepción, que pueden filtrar, obturar o agilizar su circulación semiótica:
La saga de los confines define un orden ficcional que dialoga con otros
productos semióticos del género (por el momento, nombraremos sólo a
Tolkien como la autoridad institucional instituida e instituyente –valga el
oxímoron– que opera en una escritura hibridada de géneros, voces, luga-
res comunes de la materia oscura que damos en llamar saga).
Ese orden se relaciona no solamente con un universo / semiosfera
regulada internamente que delimita los confines de los husihuilkes, sino
también frontera / brecha / línea divisoria que deslinda una comunidad
lectora –que ha comenzado a fundar cierta fidelidad a la autora– confi-
gurada desdeREVISTA
culturas diversas: académicas, las menos; juveniles, las más
ENTRELETRAS - AÑO 2 - Nº 2 - PRIMAVERA/VERANO 2014
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Entreletras ◆ Nº 2 ◆ 2014
La producción de Liliana Bodoc | María Victoria Tarelli 193
adeptas; del mundo adulto o del universo escolar: nos estamos pregun-
tando.
Ante ello recurrimos a De Certeau (2009) para comenzar a desentrañar
la complejidad textual como una cultura plural entramada en remisiones
a contextos no reales / no materiales pero verosímiles al mundo ficcional
descripto: se trata de una odisea americana cercana y palpable, cuando el
género privilegió históricamente los escenarios lejanos y exóticos propios
de lo maravilloso del fantasy. Casi como una “revolución oculta” (op. cit.:
30) enmarcada en la comunidad de autores y lectores que en Bodoc se in-
tuyen, se enuncia una invención y se hace emerger un lenguaje / héroes /
mitos / creencias circulantes en escenarios y mapas orientadores ya desde
el íncipit de los textos; esto es, se comparte determinada constelación de
referencias y signos más o menos visibles de reconocimiento y acuerdos
para dar testimonio de lo que es fundamental decir:
Al fin, Nakín de los Búhos cayó hasta el fondo de su fatiga. Cerró los ojos,
cubrió con sus manos hasta el signo de los códices. Y dejó escapar por
la boca entreabierta cada uno de los recuerdos que guardaba. Creyó, sin
clemencia por sí misma, que era débil y apocada su alma.
La mujer abrió los ojos para llorar. Y entonces vio a través de sus lágrimas.
Y aprendió por el llanto que la memoria sólo perdura si se reinventa. (Bo-
doc, Los días del fuego: 12)
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194 La producción de Liliana Bodoc | María Victoria Tarelli
cional, del lenguaje del imaginario que es múltiple, circula en las ciuda-
des, habla a los sujetos y a los colectivos, oculta y devela voces, silencios,
presencias, ausencias, latencias: materialidad sígnica articulada en torno
a palabras, que nombran “… lo que precisamente no dan. Apelan a las
ausencias, distinguiéndose de las realidades. Signos de distanciamiento,
postulan la desposesión como la condición de la designación. Represen-
tan (…) un momento crítico” (op. cit.: 42).
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La producción de Liliana Bodoc | María Victoria Tarelli 195
Entreletras ◆ Nº 2 ◆ 2014
196 La producción de Liliana Bodoc | María Victoria Tarelli
que para Bajtin entra en el universo de los géneros discursivos, para Ange-
not refiere al conjunto de campos –literario, filosófico, científico, político,
periodístico– con interferencias o “disidencias” donde circulan discursos
que producen objetos e instituyen sujetos.
El teórico belga retoma en flagrante relación de interdiscursividad, las
nociones de Voloshinov acerca de que todo signo es ideológico, todo
lenguaje es ideológico, lleva las maneras de conocer y representar lo co-
nocido no evidente, que comportan intereses y posiciones sociales: los
discursos portan marcas de ideología, los signos de antinomias y aporías,
enfrentamientos y luchas internas, disidencias, hegemonías3.
Otros pensadores –Gilles Deleuze y Felix Guattari– configuran la es-
critura como un rizoma, o composición maquínica en conexión con otras
máquinas, en vinculación no jerárquica, sino heterogénea y en vórtices–
vértices que se transforman, fugan, se desterritorializan, con quiebres a
la manera de brotes que se abren, y en diseño cartográfico como mapa
/ construcción que “… puede ser diferente según quien lo diseñe, puede
tener múltiples entradas, se puede poner patas arriba o dar vueltas. Ade-
más, el mapa es siempre inexacto, puede y debe ser hecho nuevamente”
(op. cit.: 32).
Desde la máquina literaria que nos ocupa, ya no es relevante la noción
de autor original –sujeto Bodoc como creador / artista–, sino la discur-
sividad en que se inscribe, en tanto sujeto social que se conforma en el
universo de los discursos sociales que actúan sobre ella y sobre los que
actúa; en los decires colectivos que enuncia y desde los que enuncia; en
la intertextualidad, movimiento, pasaje, circulación, tránsito de fragmen-
tos–estilos–géneros: la obra literaria no es una reliquia mítica fosilizada
y anquilosada en un museo y sólo atendible–significable a través de un
ritual, sino admite el diálogo y el cruce de discursos y modos de decir.
En consonancia con Angenot (sd), los discursos literarios constituyen
un campo particular relacionado con otros, y esta noción de “campo” in-
cita a revisar la aceptabilidad de los mismos, los habitus de producción y
consumo de tales discursos y temas, las disposiciones y gustos receptivos
del público. Así es que la producción de los confines no se produce aislada
ni artificialmente, sino resulta una práctica social en un momento deter-
minado, que REVISTA
–comoENTRELETRAS
formación ideológica– participa de la hegemonía,
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Departamento de Letras - FHyCS - UNaM
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La producción de Liliana Bodoc | María Victoria Tarelli 197
esto es, del Discurso Social de la literatura infantil y juvenil en la que edi-
torialmente se enmarca, con respuestas que facilitan su producción (de
nuevas hegemonías: hasta el momento y a nuestro criterio, no gestadas al
menos desde la producción nacional), su reproducción (de las existentes)
o su desestabilización4.
En la poética que nos atañe –La saga de los confines, de Liliana Bodoc–,
nos conectamos a otras máquinas discursivas como el mito, dispositivo
interdiscursivo que relaciona tópicos, operaciones retóricas, y puede pro-
ducir “… una concretización ficticia de objetos dóxicos procedentes de
otra parte” (Angenot, op. cit.: 81), para decir que entre mito y literatura,
el campo que se abre no tiene objeto estable, delimitado ni especificado,
sino provee de un horizonte amplio, profuso, ambiguo, polisémico:
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Bibliografía
Notas
1- Cf. Barei, S. (sd) Recorridos teóricos. Texto – Discurso. Córdoba: Ed. Epoké
2- Cf. Kristeva, J. Semiótica II. Madrid: Ed. Espiral / Fundamentos (1981), p. 103
3- Angenot no considera la ideología en sentido althusseriano, sino como
hegemonía/ sistema regulador de las prácticas discursivas, o “… reglas
que no conforman un sistema rígido ya que muchos elementos escapan
a su control y que en algunas instancias (…) pueden poner en marcha
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La crónica del Perú
Experiencia y observación
Mercedes García Saraví* y Jorge H. Otero**
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Al borde de la Modernidad
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“…mi intención principal en esta primera parte es figurar la tierra del Perú
y contar de las ciudades que en él hay, los ritos y ceremonias de los indios
deste reino, dejaré su origen y principio (…) por donde se navega de Pana-
má a todos los puertos de Perú…” (Cieza, 1962: 35–36).
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208 La crónica del Perú | Mercedes García Saraví y Jorge H. Otero
Para reunir información, tal como lo hizo Bernal, Cieza apela al relato de
los otros. “Lo que no vi trabajé de me informar de personas de gran crédi-
to, cristianos y indios”7. Lo hace para acceder al pasado, a lo que no está al
alcance directo de los sentidos. Recoge así las narraciones de los nativos
que explican el origen del mundo, los ritos y costumbres, e intenta descu-
brir la historia de la comunidad en estrecha relación con las estructuras
de poder y la conformación social del pueblo. Entonces se ve obligado a
reconstruir organizando, comparando y reformulando los enunciados de
la oralidad, desde la inverificable opinión con una metodología precaria
para trabajar con este tipo de fenómeno discursivo. Advierte acerca de la
incertidumbre de sus fuentes, y manifiesta que:
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Idea de Vacío
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Del señorío de los ingas yupangues, reyes antiguos que fueron del Perú, y
de sus grandes hechos y gobernación; qué número dellos hubo, y los nom-
bres que tuvieron; los templos tan soberbios y suntuosos que edificaron;
caminos de extraña grandeza que hicieron y otras cosas grandes que en
este reino se hallan. También en este libro se da relación de lo que cuentan
estos indios del Diluvio y de cómo los ingas engrandecen su origen. (Cieza,
2008)
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La crónica del Perú | Mercedes García Saraví y Jorge H. Otero 211
Para fundar estas nuevas áreas en Indias, el español debió instalar una
argumentación teológica y jurídica, y desplegó cuantiosos argumentos
ideados estratégicamente. La pervivencia de estos en la mentalidad del
conquistador se rastrean en los capítulos de La crónica del Perú, por ejem-
plo a la hora en que Cieza de León analiza la ubicación de la ciudad de
Panamá al narrar su fundación, en la primera parte.
Las ciudades constituyeron puntos de concentración de todos los re-
cursos, con el propósito de que sirvan como punto de apoyo en las avan-
zadas conquistadoras sobre nuevas tierras, para afrontar lides políticas y
contiendas étnico-culturales entabladas entre conquistadores o con las
poblaciones aborígenes.
Si bien las funciones de las sociedades urbanas latinoamericanas res-
pondían al entramado urbano que tejía el imperio español, una serie de
problemáticas representaban la adversidad frente a la cual se veían en-
vueltos los conquistadores cuya misión era fundar. Estas complejidades
son referidas con precisión por Pedro Cieza de León. Sus crónicas eviden-
cian las luchas con los obstáculos naturales, la hostilidad de los indios,
todo ello agravado por los continuos enfrentamientos internos entre es-
pañoles.
A pesar de esta configuración conflictiva, se edificaron las ciudades
fuerte, las ciudades puerto, las ciudades mineras, delineadas o no sobre
las urbes aborígenes. Cuzco conservó y transformó en muchos sentidos
las bases de la ciudad indígena. Los edificios del templo y otros terrenos
como los solares fueron aprovechados, sin mayor alteración. Cieza an-
tes que Garcilaso Inca9 refiere estos procesos arquitectónicos transcultu-
radores. Los capítulos que a ello se dedican eximen relativamente de la
generalizada mala fama de destructores que recayó sobre los primeros
conquistadores. Fue principalmente durante el proceso de conformación
de los estados nacionales que se introdujeron modificaciones insalvables
en estos edificios.
Por ende no hay que olvidar el aporte indígena en la conformación
urbana de Quito, México o Cuzco. En estos espacios la ubicación de algu-
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Bibliografía
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Notas
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Lecturas
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Steiner, G. (2007)
Esto explica porqué creció en Paris hasta los cinco años, en un hogar
poblado de libros, música y cultura de la tradición judía de Europa del
Este. Ha tenido suerte, dice, de haber crecido sin miedo en un mundo
peligroso donde su infancia se abrió paso entre guerras; a los 11 años emi-
gró a New York por negocios de su padre, justo antes de que los crímenes
de exterminio comenzaran. Su extenso recorrido intelectual guarda ana-
logías con la diáspora que caracterizó a tantas personas de ese tiempo;
trabajó de editor en Penguin Book y en revistas; se doctoró en Oxford y se
volvió el referente de los estudios de Literatura Comparada en Inglaterra.
Fue docente hasta 1994 en Princeton, Oxford y Ginebra, conferencista en
Cambridge e invitado en innumerables centros de excelencia y eventos
internacionales, donde ha dado a conocer muchos de los ensayos que lue-
go compusieran muchos de sus quince libros. En relación con los rasgos
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220 Steiner, G. (2007) | Liliana Daviña
Ante todo, somos los invitados de la vida y de esta tierra que despojamos
sistemáticamente, que saqueamos, destruimos y contaminamos. A mi jui-
cio, tenemos que aprender a ser los recíprocos invitados, unos de otros,
para sobrevivir; el destino singular y trágico de los judíos es tratar de vivir
esta aventura, tan difícil, que consiste en sentirse uno en su casa en todas
partes. Yo he estado en mi casa en muchísimos países.
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222 Steiner, G. (2007) | Liliana Daviña
por la crisis del lenguaje que guía a la modernidad desde Sigmund Freud,
Wittgenstein y Karl Kraus hasta la Escuela de Frankfurt, hasta el estructu-
ralismo semiótico de Lévi–Strauss, hasta Roman Jakobson, después desde
el estructuralismo hasta la dirección trazada por Husserl y Levinas. Una
dirección cuyo “epílogo” lógico es el de la actual deconstrucción derridia-
na. (41)
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Convidados
1. Introducción
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2. Fondo histórico
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(Friborg 1988:77)
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En su informe del año 1952 el cónsul no explica cuáles son los criterios
que había usado para clasificar a las personas como sueco-hablantes, sin
embargo yo he definido como sueco-hablantes “aquellas personas que
tienen una capacidad verdadera y conocida de comunicar en sueco en
una situación sencilla y familiar. Esta capacidad ha sido comprobada por
mí directamente en la mayoría de los casos. En parte he tenido que con-
fiar en las opiniones juiciosas de otras personas, nacidas en Suecia” (Flo-
dell 1986:26). Esta definición solamente incluye la capacidad de entender
y hablar, sin considerar las facultades posibles de leer y escribir.
El idioma sueco debe haber sido próspero en las décadas de 1930-40
abarcando distintos dominios de uso: hogar, familia, parientes, amigos,
escuela, iglesia y algunos lugares de trabajo. Estos dominios fueron reduci-
dos entre 1960 – 1970 a solamente hogar y familia. La Iglesia Sueca mandó
pastores desde 1942 hasta 1973, después terminaron estos puestos. Hoy
en día el idioma sueco ni se usa en el hogar, porque los sueco-hablantes
viven solos o con familiares que hablan castellano.
Un signo de afinidad muestran unas 30 personas, principalmente mu-
jeres, que se reúnen mensualmente al “Circulo Sueco” para no olvidarse
del idioma. Esta red probablemente no es suficiente para mantener un
speech community actual. Pero los participantes saben valorar su capaci-
dad de hablar, cuando aparecen turistas suecas o nórdicas.
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Ejemplo 2b)…där han låg då på ett par filtar eller på ett par peläger
(ULMA Arg 1 AH nac.1878)
(trad:…allí donde él estaba acostado sobre un par de frazadas o un par
de pelegos (mantas de caballo)
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Ejemplo 3a)…dom ska ju sacka suerte som dom säjer (ULMA Arg 39
KN)
(trad:… ellos iban a sacar la suerte, como dicen).
Ejemplo 3b)…å hon sprang åtta cuadras ska man säja åttahun(d)ra
meter ja – å kom åmnibossen.
(trad:… y ella corría ocho cuadras, puede decir ochocientos metros
si – y llegó el omnibus)
Ejemplo 3c)… för han hade ju styret som på en bil, lanchan dom säjer,
men ja sùsta me inte så mycke för ja tog reda på remman uta(v) valijan å
gav ti äga(r)n å sa att han va ett ett sto(r)t svin.
(trad:… porque tenía el manillar como en un coche, la lancha como di-
cen, pero yo no me asusté tanto porque agarré la tira de cuero de la valija
y le di al dueño y le dije que el era un gran chancho.)
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5. Más investigaciones
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Referencias
Bibliografía
Amable, Hugo (1975). Las figuras del habla misionera. Santa Fé:
Colmegna.
Bohm Tasca, Vilma (2005). A Terra Onde Corre Leite e Mel. Porto
Alegre: Edições EST.
Enquist, Per Olov (1992). Kartritarna. Stockholm: Norstedts.
Fishman, Joshua (1989). Language & Ethnicity in Minory Sociolinguistic
Perspective. Clevedon & Philadelphia: Multilingual Matters Ltd.
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Dossier
Silvia Carvallo
cual debió ser reconstruida gracias a la memoria oral, con los docentes de
la carrera y/o en las entrevistas realizadas. Por lo tanto, la datación en esta
etapa queda abierta a nuevos aportes de los miembros de la comunidad
académica. Además, cabe aclarar que no se ha incluido en este listado
la producción de trabajos finales de la Licenciatura en Articulación en
Letras, realizada en la etapa de expansión, que por sus características es-
peciales amerita una catalogación independiente.
Para el proyecto de investigación, el catálogo ha sido una herramienta
que permitió explorar sistemáticamente los archivos y abrir nuevos enfo-
ques. Si bien aquí los datos se ordenan cronológicamente, en el marco del
GAEP se realizaron otros recorridos, por ejemplo, según directores y áreas
temáticas. También vimos como las secuencias temporales y variantes
temáticas pueden brindar otras posibilidades de abordaje para nuevos
proyectos de investigación.
Aunque al hurgar en los materiales de archivo de la carrera, el proyecto
GAEP no se propuso como objetivo catalogar las tesinas, este catálogo
ha surgido como un producto interesante. Obviamente, el listado no es
definitivo, pero puede servir como base para agregar resúmenes y diver-
sas formas de extractos que estimulen la profundización de temáticas y
líneas de investigación en la carrera.
El equipo de trabajo del GAEP – integrado por habitantes ‘nativos’ del
espacio académico – luego de la experiencia de investigación cumplida
en el lapso de seis años (2004 - 2009) explorando archivos, analizando
discursos académicos y rescatando memorias letradas, espera activar con
este aporte, la memoria académica tanto de docentes como estudiantes
de la carrera y promover renovadas lecturas de los materiales de archivo
de la institución.
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Catálogo de Tesinas | Silvia Carvallo 257
1. Jeman, Liliana
Título: Un planteo existencial en la narrativa de Antonio di Benedetto
Año: 1981
Dirección: Silvia Ferrari
2. Camelino, Marta
Título: El texto narrativo y su aprovechamiento integral para el ciclo básico
Año : 1983
Dirección: Ana Camblong
3. Maidana, Elena
Tema: Un verbo en solitario: para que la escritura se ponga
a andar (sobre la obra de Martín Alvarenga)
Año: 1983
Dirección: Inés Skupieñ
•
4. Pianetti, M. Celsa
Tema: Niveles socio-lingüísticos en la narrativa de Misiones
Año: 1983
Dirección: Sin data
5. Yonamine, Mabel
Tema: La obra de Liliana Heker
Año: 1986
Dirección: Roxana Gardes
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258 Catálogo de Tesinas | Silvia Carvallo
7. Engel, Senda
Tema: Usos del Portuñol en la región
Año: s/f
Dirección: Marta Lirussi
8. Villafañe, Ofelia
Tema: Obra de un autor de La Rioja
Año: s/f
Dirección: Silvia Ferrari
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Catálogo de Tesinas | Silvia Carvallo 259
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268 Catálogo de Tesinas | Silvia Carvallo
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Catálogo de Tesinas | Silvia Carvallo 269
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270 Catálogo de Tesinas | Silvia Carvallo
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Catálogo de Tesinas | Silvia Carvallo 271
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Entreletras ◆ Nº 2 ◆ 2014
274 Catálogo de Tesinas | Silvia Carvallo
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Catálogo de Tesinas | Silvia Carvallo 275
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276 Catálogo de Tesinas | Silvia Carvallo
Entreletras ◆ Nº 2 ◆ 2014
Designación de la Dra. Ana Camblong
como Profesora Emérita de la UNaM
Normas de edición
Los artículos deberán tener una extensión de 4000 a 5500 palabras, in-
cluidas las notas al pie, en formato Word o RTF, tamaño A4, fuente Times
New Roman tamaño 11, interlineado 1,5. No enumerar las páginas.
El título del trabajo debe constar en mayúsculas, sin subrayar y en ne-
grita sobre el margen izquierdo. Debajo del título consignar el nombre
del autor. Si el trabajo posee subtítulos, los mismos deben ser destacados
en negritas y ubicados sobre margen izquierdo. Las palabras resaltadas
deben ir en cursiva. Incluir, luego del título y el/los nombre/s de autor/es,
un resumen de 200 palabras.
La cita se registrará de acuerdo con el siguiente criterio: cuando la cita
tenga una extensión menor a tres renglones deberá estar entrecomillada
en el cuerpo del texto propio. Si la cita supera los tres renglones, señalarla
con sangría doble en interlineado sencillo sin comillas. Las mismas se indi-
carán entre paréntesis siguiendo el sistema americano: apellido del autor,
año de edición: número de página.
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282 Pautas para la presentación de trabajos
Las notas deberán colocarse al final del artículo y estar numeradas co-
rrelativamente con numeración arábiga.
Las referencias bibliográficas se mencionaran, en orden alfabético, al
final del texto respetando el siguiente criterio: Autor (en negrita), año de
edición, título del libros o capítulo referido (en cursivas o entrecomillados
respectivamente), lugar, editorial, páginas (en el caso de los capítulos o
artículos de revista).
Ejemplos:
Libros:
Lotman, I. (1996): La semiosfera I. Semiótica de la cultura y del texto. Ma-
drid, Frónesis Cátedra.
Capítulos:
Bajtín, M (1982): “El problema de los géneros discursivos” en Estética de la
creación verbal. Buenos Aires, Siglo XXI editores: 248-293.
Artículos de revistas
Eco, U. (2008): “La semiótica del tercer milenio y los encuentros entre
culturas” en deSignis. Revista de la FELS, Nº 12. Buenos Aires, La crujía:
121-126.
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Sumario
ISSN 1853-2535
Año 2. Número 2
Primavera/Verano 2014
Presentación ...........................................................................................................................................................................................5
Para Natalia / Liliana Daviña ..........................................................................................................................................................7
CORRELATOS CRÍTICOS..................................................................................................................................................................137
Cuando Lamborghini encontró a Balzac. El lector/espectador en el límite del género /
Carolina Repetto .............................................................................................................................................................................139
Derivas entre leer o no leer el Hamlet en un cuento de Onetti / Jorge Servián ...........................................153
Lecturas y conversaciones territoriales en torno a Loba en tobuna de Raúl Novau /
Carla Andruskevicz – Romina Tor.........................................................................................................................................167
La producción de Liliana Bodoc: relaciones de traducción e interdiscursividad /
María Victoria Tarelli.....................................................................................................................................................................189
La crónica del Perú. Experiencia y observación / Mercedes García Saraví y Jorge H. Otero ..................203
LECTURAS................................................................................................................................................................................................215
Goldchluk, G. (2011). El diálogo interrumpido: Marcas de exilio en los manuscritos de
Manuel Puig. 1974-1978. Santa Fe: Universidad Nacional de Litoral / Carolina Repetto..........................217
Steiner, G. (2007). Los logócratas. México: Fondo de Cultura Económica.
Colección Siruela / Liliana Daviña..........................................................................................................................................219
CONVIDADOS.......................................................................................................................................................................................227
Sobre el sueco del inmigrante en Misiones, Argentina / Gunvor Flodell .........................................................229
DOSSIER.....................................................................................................................................................................................................253
Catálogo de Tesinas. Monografías de Grado de la Licenciatura en Letras (1981-2011)
Proyecto de Investigación: Géneros académicos y escritura profesional (GAEP) /
REVISTA ENTRELETRAS - AÑO 2 - Nº 2 - PRIMAVERA/VERANO 2014
Silvia Carvallo....................................................................................................................................................................................255
Departamento de Letras - FHyCS - UNaM Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales
DESIGNACIÓN DE LA DRA. ANA CAMBLONG COMO PROFESORA EMÉRITA DE LA UNAM...........277 Departamento de Letras
Universidad Nacional de Misiones
PAUTAS PARA LA PRESENTACIÓN DE TRABAJOS ..........................................................................................................281