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Tema 3
Pensar Auschwitz
Christian Delacampagne propone en Historia de la Filosofía en el siglo XX una
relectura crítica de las obras de este interesante período en el que se produce una
ruptura cuyas consecuencias todavía se manifiestan en la actualidad. El primer capítulo
arranca estrictamente a finales del siglo XIX, cuando una poderosa Europa se hace
permeable a la cultura moderna y las crisis que la acompañan, absorbiendo los
nutrientes efectos cambio. Los dos críticos más importantes de este nuevo período
antikantiano son Frege y Husserl. De sus reflexiones en torno a la razón derivarán gran
parte de la filosofía de las siguientes décadas.
La Primera Guerra Mundial constituye el primer golpe de muchos que recibirá
Europa y que no dejará intacto su pensamiento. Las filosofías del final (de Europa, de la
opresión, de la metafísica, del final mismo), nombradas de esta forma por
Delacampagne en el segundo capítulo, recoge un conjunto de pensadores que,
salvando ciertas excepciones que mantienen el racionalismo de la Ilustración,
cuestionan la razón y la metafísica. Surgen pensadores com Rosenzweig, Heidegger
que ponen la existencia del sujeto en primer término. Otros, como Lenin, Trotsky,
Stalin, Lukács, Bloch… revisan el marxismo localizándolo bajo el denominador común
de diferentes tendencias del movimiento obrero. El Círculo de Viena, bajo el
neopositivismo, cederá a las nuevas ciencias el relevo de la metafísica.
El tercer tema, Pensar Auschwitz, está planteado en torno a los acontecimientos y
pensamiento que acompañaron este exterminio que, por otro lado, fue un hito más de
los muchos que revolverían el pensamiento contemporáneo. Las elecciones
democráticas alemanas de julio de 1932 llevan al NSDAP al poder poniendo fin a la
joven República de Weimar. Si bien el antisemitismo (plenamente efectivo desde 1933)
toma por sorpresa a muchos intelectuales, hay un buen número de pensadores judíos
que emprenden Los caminos del exilio: Weil, Buber, Cassirer, Horkheimer, Adorno,
Benjamin, Bloch…
Martin Heidegger no sólo permanece en Alemania sino que , en 1933, se
convierte al NSDAP. Delacampagne plantea en este punto una cuestión clave al
analizar este compromiso político. Y es que, si bien un buen número de pensadores
franceses (y no franceses ,como Gadamer) consideran que la filosofía de Heidegger no