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Psicología?
El blanco es un color acromático que normalmente se contrapone al negro por ser justamente
lo contrario: es la claridad absoluta, o la ausencia de oscuridad.
Pero no es simplemente eso, ya que más allá de lo que técnicamente es el blanco, queda el
impacto que este tiene en la mente humana. Un impacto modulado por la cultura en la que se
vive y por el sistema de símbolos desde el que se experimenta la realidad, desde luego, y que
se relaciona con una serie de sensaciones y conceptos que nos evoca al verlo.
En este artículo veremos qué significa el color blanco en diferentes sociedades y culturas,
centrándonos especialmente en los países occidentales.
En Occidente
Tal y como veremos, en los países occidentales el balnco se asocia a una serie de conceptos
que se asocian a un equilibrio frágil y momentáneo, un estado en el que no hay antagonismos
ni estridencias. De algún modo, estos ubican al blanco en una posición de cercanía a lo
espiritual, lo que tradicionalmente ha sido visto como más allá de la materia y no sujeto a las
imperfecciones propias de lo terrenal.
1. Pureza e ingenuidad
Lo paradójico del blanco es que, a pesar de ser la combinación de todos los colores presentes
en el arcoíris, representa la pureza. Este ha sido el significado del blanco más asociado al
blanco, entendiendo por pureza, normalmente, aquello que no ha sido corrompido, por lo cual
tiene connotaciones morales claras.
Quizás esto se debe a que el color blanco es visto como algo de existencia precaria, que puede
desvanecerse cuando cualquier otro elemento entra en contacto con ello; lo inmaculado pasa
a mancharse cuando el blanco queda invadido por la suciedad que llega de otros elementos.
Por un motivo similar, en los países occidentales el blanco significa inocencia, dado que esta
se relaciona con la infancia, lo que no ha tenido tiempo a ser corrompido. Es una percepción
fatalista del ciclo vital que se plasma en nuestra manera de atribuir significados a este color.
Además, también se relaciona con el blanco el concepto de la ingenuidad.
Por otro lado, como el blanco es la pureza, también se utiliza mucho en ceremonias
relacionadas con lo sagrado, dado que se dice que ante lo divino hay que presentarse sin
mácula. Los vestidos de novia son el ejemplo más claro de esto.
2. Lo limpio
3. Paz
Otro de los significados del blanco es el de la paz, que muchas veces es simbolizado mediante
la figura de una paloma blanca. De hecho, también por eso se vincula a la bandera de las
rendiciones y las usadas para pedir tregua.
El motivo por el cual el blanco significa paz puede tener que ver con el hecho de que está más
allá de las composiciones cromáticas típicas de las banderas y de los emblemas de los clanes
que se enfrentan en las batallas.
Mientras que el resto de los colores suelen estar presentes en figuras concretas que sirven
para distinguir bandos, el blanco es percibido como algo con entidad propia, al ser la unión de
todos los colores, y que por consiguiente está más allá de la lógica frentista basada en la
división.
4. La nada
Por lo que hemos visto, el blanco también representa la ausencia de materia, el vacío. Esta
representación de la nada permite ubicar al blanco en el concepto de lo que existe “por
defecto”, independientemente de todo lo demás.
Un espacio en blanco está ahí sin que nada tenga que rellenarlo, dado que el blanco es la nada,
y pasará a estar lleno cuando le añadamos algo. Quizás esto tenga que ver con el significado
de pureza, que nos lleva a pensar sobre este color como si fuese un elemento al que se nada le
ha afectado todavía, y al que todo está por añadírsele.
El color ha tenido grandes implicaciones a nivel simbólico desde la antigüedad, y hoy en día
es conocido incluso a nivel científico que la percepción de un color concreto puede tener
efectos a nivel psíquico tanto en nosotros como en otros seres. ¿Qué significa el color azul en
Psicología? Vamos a descubrirlo a lo largo de este artículo.
Estas asociaciones son, de hecho, las que suelen darle su significado tanto en lo positivo como
en lo negativo. Generalmente suele tener una simbología más inocente y pura el azul
claro (azul cielo, como la mañana o el agua en calma) mientras que el azul oscuro se relaciona
más a la madurez y a la dureza (más típico de tormentas, oleaje y atardecer).
Dichos efectos y su posible aplicación práctica son estudiados en lo que se viene a conocer
como psicología del color. Dentro de esta, se ha observado que el azul suele vincularse a la
introspección, a la timidez y a la tolerancia, pero probablemente su vinculación más conocida
es con la idea de serenidad y calma. Se trata de uno de los colores más relacionados con la
tranquilidad y el control de la situación, así como con la paz, el entendimiento y la protección.
También se vincula al cuidado de los demás y a la confianza y credibilidad. Tonos más claros
son frecuentemente asociados a la inocencia y a la generosidad, mientras que los más oscuras
se relacionan con la inteligencia, el poder y el saber estar.
Asimismo, el azul suele hallarse vinculado a la estabilidad mental y emocional, así como a la
razón (también a la inteligencia) y a un modo de afrontar la realidad racional. Se ha
observado que la contemplación del azul favorece el control y la profundización en la
respiración, así como que ayuda en procesos de meditación. También parece favorecer la
creatividad y la cordialidad, así como al entendimiento entre personas.
Otros significados
Otros conceptos que una gran parte del mundo simboliza con este color son libertad, lealtad,
armonía, fidelidad, seriedad y verdad. El color azul se asocia también a la fuerza y a la
autoridad, a la energía física, a la inteligencia y al deporte. Asimismo, tradicionalmente se ha
asociado a la masculinidad, a la modernidad y desarrollo tecnológico.
Por otra parte y al igual que el resto de colores, el azul también puede tener connotaciones
negativas o que hagan más difícil el día a día. Por ejemplo, tal y como se ha dicho se asocia a la
capacidad de introspección y de control. Pero ello también lo vincula con llevar estos al
exceso: especialmente las coloraciones oscuras se asocian al comportamiento
hipercontrolado y a la falta de espontaneidad. También se asocia al egocentrismo y el
distanciamiento, así como a la ocultación y a no revelar la propia identidad o las propias
debilidades.
No es raro que el color azul pueda identificar a personas rígidas y conservadoras, melancólicas
y emocionales. En el ámbito del estado del ánimo es habitual pues que exista vinculación
entre el azul y la tristeza o la depresión, así como a la pasividad.
Utilidades prácticas
El conocimiento de estos efectos en la psique humana puede tener una gran utilidad, dado
que puede emplearse para favorecer estados emocionales concretos y contribuir a mejorar el
estado de ánimo y la salud mental.
Por ejemplo, junto con el blanco suele ser utilizado en hospitales (especialmente en las áreas
dedicadas a los niños), escuelas y centros de meditación, yoga y en la práctica de actividades
de relajación. Es habitual que también aparezca en las zonas comunes y de descanso de
oficinas y despachos de distintos tipos de profesionales. En el deporte es bastante habitual.
También se emplea en dormitorios, donde se vincula a una mayor percepción de tranquilidad
y facilita el sueño. También en cocina, donde facilita que se coma menos.
De una forma menos inocente y más interesada, también suele emplearse en el mundo de la
publicidad y el marketing por estos mismos motivos. Muchas marcas lo emplean debido a su
vinculación con la credibilidad, la verdad y el poder, así como por su asociación con el
liderazgo. Del mismo modo y debido a lo anterior, también es habitual su uso en diferentes
tonalidades en distintos eventos políticos y campañas electorales.
Este color recibe una consideración importante en gran parte de las religiones. Ejemplos de
ello son Egipto o la India, en que se considera sagrado hasta el punto de que en la religión
hindú el dios Krishna (una de las principales y más importantes deidades de su panteón,
símbolo de amor y cuidado aunque también de severidad) tiene la piel de dicho color. El
judaísmo suelen vincularlo a la santidad, así como el cristianismo (por ejemplo, los ropajes de
la Virgen suelen representarse azules).
En este artículo veremos qué es y qué significa el color naranja según la psicología del color, así
como algunos usos en psicología del consumidor.
Además, son significados que han emergido de nuestra interacción cultural con los colores. Es
decir, conforme los colores fueron definidos por distintas sociedades humanas, en relación con
los fenómenos de la naturaleza, cada uno fue adquiriendo un significado especial, así como la
posibilidad de activar emociones, pensamientos y efectos psicofísicos.
Pioneros en este campo son los estudios realizados a inicios de 1800 por el novelista y
científico alemán Johann Wolfgang von Goethe, quien retomó las teorías de Newton sobre la
descomposición de la luz, para analizar los efectos morales de los colores, así como las
características intelectuales, tradicionales y de estatus según el contexto.
En la época contemporánea son reconocidos los estudios de Eva Heller, quien nos dice por
ejemplo que el color naranja se popularizó en Europa hasta que la migración y las guerras
trajeron la fruta desde oriente. De igual manera propone que todos los colores tienen un
significado no solo cultural sino psicológico, y es además un significado que puede variar si los
colores se combinan entre sí.
No obstante, hay otra forma de analizar los colores. Esta es la Ley material del color, también
llamada Sistema CMYK (Cyan, Magenta, Yellow, Key) o Proceso de cuatricromía, que es la ley
que ha permitido generar tintas y reproducir imágenes a color, por lo que es la más utilizada.
De esta ley se derivan los colores primarios rojo, amarillo y azul. Estos últimos son los únicos
que no se producen a partir de la mezcla de otros, pero que sí pueden mezclarse entre sí para
originar todas las tonalidades que el ojo humano puede apreciar.
Por su parte, los colores violeta, verde y naranja se conocen como colores secundarios, ya que
se obtienen a partir de la mezcla de los primarios. Tal como ocurre con otros colores, el
naranja tiene una amplia gama cromática, es decir, se compone de tonalidades distintas, y
cada una de ellas puede representar elementos diferentes.
¿Qué significa el color naranja?
Las distintas tonalidades del color naranja se han relacionado con rasgos de personalidad,
actitudes, motivaciones y emociones. Representa principalmente la alegría, el entusiasmo y lo
divertido. Asimismo se ha relacionado con lo exótico, lo que no genera agrado para todas las
personas.
Así mismo, el naranja se ha asociado con la lujuria y la sensualidad. Su combinación con gris
evoca al mismo tiempo discreción y extroversión; y la mezcla entre naranja y blanco evoca lo
llamativo y a la vez lo moderado. Esto último parte de la teoría de Heller que dice que hay una
combinación específica de colores que tiene efectos opuestos y contradictorios a nivel
psicológico. En términos culturales ha utilizado con frecuencia en el budismo y en relación
con el protestantismo.
En general, el color amarillo es asociado con luz, oro, felicidad y energía. Pero, ¿de dónde
vienen estas relaciones entre dicho color y una serie de objetos, elementos e incluso
emociones? ¿Se han realizado las mismas asociaciones en todas las culturas?
En este artículo veremos algunos de los significados atribuidos al color amarillo en distintas
culturas, así como los principales paradigmas de descripción de los sistemas cromáticos que
existen.
Lo anterior se remonta hasta el siglo XVII, cuando los estudios de Newton sobre la
descomposición de la luz, permitieron establecer un espectro de siete principales colores:
violeta, índigo, azul, verde, amarillo, naranja y rojo. Posteriormente se estableció un sistema
de colores que son aquellos que el ojo humano tiene la capacidad de diferenciar, y que por lo
tanto se conocen como colores primarios. Estos son el amarillo, el cian y el magenta, lo que
suele traducirse en amarillo, azul y rojo respectivamente. Por su parte, los colores que se
derivan de la mezcla de estos últimos son conocidos como colores secundarios.
En la misma época, el científico y novelista alemán Johann Wolfgang von Goethe, elaboró una
teoría de los colores donde analiza la naturaleza y la forma de representación de cada uno. En
consecuencia se hizo posible atribuir significados simbólicos a cada uno. En su teoría, el
amarillo es asociado con los siguientes valores y categorías:
Moral: Bueno.
Intelectual: Entendimiento.
Estatus: Científicos.
Tradiciones: Iluminación y ciencia.
Además, el amarillo se considera un tono cálido, que puede dar lugar a colores
calientes (aquellos que se generan a partir de mezclar amarillo-rojo, amarillo-anaranjado).
Pero, al mismo tiempo, el amarillo puede dar lugar a colores fríos, siempre y cuando sea
mezclado con el color con verde.
En el mismo sentido, lejos de que exista una relación exclusiva entre el amarillo y un
significado cultural determinado, se trata de una serie de sentidos ambiguos que han
atravesado distintas culturas.
Este hecho ha provocado que a lo largo de la historia haya ido adquiriendo una serie de
connotaciones y simbolismos, hasta el punto de que este color ha llegado a adquirir una
simbología y a provocarnos una serie de respuestas. Ello se debe fundamentalmente al
significado psicológico que le hemos dado a este color y a su simbolismo. Es sobre este
significado del color verde sobre lo que vamos a hablar en este artículo.
En el caso del verde, vemos este color cuando nuestros ojos captan longitudes de onda de
entre 496 y 570 nm. Entre estas longitudes de onda percibimos diversas tonalidades de este
color, existiendo diferentes tipos de verde. Junto con el rojo y el azul, el verde es un color para
el que nuestros ojos tiene un tipo de cono específico.
A pesar de que biológicamente y también según el modelo de la síntesis aditiva del color el
verde es uno de los colores primarios, siendo el amarillo secundario y producto de la mezcla
del verde con el rojo, tradicionalmente se ha seguido el modelo de síntesis sustractiva en el
que se considera que este color era secundario y producto de la mezcla del azul y amarillo (es
por ello que a la mayoría de niños se les ha enseñado de este modo).
En este sentido, el verde suele tener en la psique humana una serie de connotaciones
tremendamente positivas. En primer lugar se vincula con el nacimiento, la vida, la fuerza y la
energía. Se trata de un color profundamente asociado a la primavera y ligado a la fertilidad y
al crecimiento, algo que hace de él algo relacionado con la idea de juventud. En este sentido
también es símbolo de inocencia. Otro elemento relacionado con su vínculo con el
crecimiento se da en lo económico: es símbolo de riqueza.
La naturaleza, a la cual simboliza por lo general el verde, es vista como hermosa y llena de
vida. Pero también tiene su lado oscuro: está también llena de muerte, sangre, persecución y
crueldad. Y en este sentido, el simbolismo del verde también incorpora estos elementos
negativos. Entre ellas se destaca la asociación con el veneno y la toxicidad, probablemente
derivada de la coloración de muchas plantas y animales (por ejemplo serpientes y ranas) y
del uso de tintes verdes hechos de cobre que resultaban ser venenosos. También se relaciona,
y probablemente sea su asociación negativa más conocida, con la envidia.
Relacionado con la sanación, entre los significados del verde se encuentra también el
aumento de las defensas y la preservación de la motivación. Resulta útil también en
la meditación. Además su asociación y efecto relajante ha generado que los ropajes de
médicos y cirujanos sean de color verdoso.
Su vinculación con la tolerancia y flexibilidad hace que pueda ser utilizado en la pintura de
habitaciones donde se quiere que exista armonía y se rebajen los niveles de ansiedad y estrés,
tanto en casas como en oficinas. En marketing y publicidad, se ha visto que el verde favorece
la acción, y además se asocia tanto al reciclaje y al respeto al medioambiente como a la idea de
libertad y estabilidad. Es por ello que es empleado en el diseño de gran cantidad de productos.
En el caso de los productos alimentarios es utilizado debido al vínculo entre natural y
saludable.
Variaciones culturales
Además de las asociaciones previamente citadas, el color verde ha recibe diferentes
consideraciones en distintas culturas o incluso a través de diversos históricos.
[Bolinus Brandaris]
Para obtener el púrpura se necesita la mucosidad incolora que segrega el molusco y que
contiene el principio del tinte. Lo que hacían era llenar calderas con estos moluscos y dejar
que se pudrieran, con lo que obtenían mucha más mucosidad además de un olor insoportable
por el que las ciudades tintoreras eran famosas (por ejemplo las ciudades Fenicias de Tiro y
Sidón, actualmente ciudades del Líbano).
Lo siguiente era poner las calderas de moluscos podridos al fuego durante diez días con lo que
el olor aumentaba y el líquido se reducía: 100 litros de éste líquido se quedaban en 5 litros de
extracto. Este extracto era turbio y amarillento, el mismo tono que adquirían los tejidos de
lana y de seda después de sumergirlos en él.
Por último ponían estos tejidos a secar al sol, y el amarillo sucio iba transformándose primero
en verde, después en rojo y finalmente en violeta -el color púrpura-.
Este púrpura obtenido era muy estable bajo los efectos de la luz (al ser resultado de la acción
de ésta) y por eso se convirtió, en aquellos tiempos en que casi todos los tintes se
descoloraban, en el símbolo de la eternidad.
Los diferentes tonos del púrpura dependían de otras sustancias que los tintoreros añadían
pero sobretodo de las variedades de los moluscos que empleaban (hay diversas especies muy
similares).
Algunas tribus indias de México todavía tiñen hoy con este tipo de moluscos que allí viven en
los acantilados. Ponen los moluscos sobre hilos mojados con agua de mar y dejan caer gota a
gota sobre ellos zumo de limón para que segreguen su mucosidad. Los hilos son puestos luego
al sol y se quedan teñidos en pocos minutos.
Símbolo de Poder
La preparación de una vestidura púrpura duraba años: a través de las rutas de las caravanas
se transportaba la seda de China a Damasco, en Siria, y allí la tejían los mejores tejedores de
seda del mundo. Después se llevaban los tejidos a Tiro, en Fenicia, donde se teñían de
púrpura. De Tiro partían luego las telas teñidas hacia Alejandría, en Egipto, donde eran
bordadas en oro.
En el imperio romano solo el emperador, su esposa y el heredero podían llevar túnicas de
color púrpura. A los ministros y altos funcionarios se les permitía llevar sólo una orla púrpura
en la túnica. Llevar algo de color púrpura sin estar autorizado estaba castigado con la pena de
muerte.
En los mosaicos de San Vital en Rávena (Italia), que muestran al emperador Justiniano con su
corte, se puede reconocer la importancia de cada persona por la cantidad de color púrpura
que lleva. Solo el emperador aparece vestido totalmente de este color.
El púrpura siguió siendo el color del poder mientras hubo púrpura auténtico. Las telas
teñidas llegaban a occidente sólo como regalos de los emperadores bizantinos (el manto
púrpura que llevó Carlomagno cuando fue coronado era un regalo de Bizancio). Pero, desde
1453, cuando Constantinopla fue conquistada por los turcos, la púrpura desapareció. Las
tintorerías imperiales fueron destruidas y los tintoreros asesinados.
El ocaso del imperio Romano de Oriente fue también el fin del teñido con púrpura de molusco
y desde entonces fue el carmesí, el tinte rojo de los kermes, el color más preciado. Así es como
el púrpura se volvió rojo.
Teología, Penitencia y Humildad
Históricamente existe una relación muy estrecha entre el color violeta y
la teología:
• La única institución pública cuyos ministros visten de violeta es la Iglesia Católica. El violeta
es el color de obispos y prelados, cuyas sotanas, en los actos oficiales, son de color
morado. Pero también en sus sotanas negras de diario se reconoce su rango: las de los obispos
tiene botones violetas y la de los cardenales botones rojos.
• Como color litúrgico, el violeta es también el color de la penitencia. En el acto de la
confesión, el sacerdote lleva una estola violeta y los confesionarios tienen casi todos cortinas
de color violeta.
• En el simbolismo cristiano, el violeta también es el color de la humildad. La
contradicción evidente de esto con el simbolismo del violeta como color del poder, la resolvió
la Iglesia de esta manera: los soberanos gobiernan mediante la fuerza, mientras que los
cardenales y la Iglesia lo hacen mediante la humildad. De acuerdo con ello la violeta se
convirtió en la flor simbólica de la modestia.
• Cuando los profesores de las universidades aún llevaban trajes talares, los de teología
llevaban además, en los actos oficiales, un birrete violeta.
• En la novela de Alice Walker ‘The color purple’ (el color púrpura), las flores campestres de
color lila (violeta+blanco) significan que Dios está en todas las cosas. El color violeta (o lila) es
también el de lo divino y el de la fe.
Lo anterior ha sido ampliamente investigado por la psicología de los colores, generando así
distintas respuestas sobre los significados del color rosa, y sobre sus connotaciones o efectos
en términos culturales. Veremos a continuación una breve descripción de esto.
Psicología de lo cromático
Entre otras cosas, la psicología de los colores nos ha enseñado que los estímulos cromáticos
forman parte activa de nuestro desarrollo. Se encuentran en nuestro entorno y además, no son
estímulos neutros: están cargados de significados culturales, a la vez que nos permiten evocar
sensaciones, percepciones, pensamientos, ideas, juicios, actitudes, etcétera. Es decir, generan
efectos a nivel psicológico.
Incluso nos pueden predisponer para actuar, por ejemplo, si encontramos una señal de color
rojo es probable que automáticamente se activan nuestras alarmas en el sistema nervioso y
nos prepararemos para huir ante un posible daño. O, sin ser necesariamente conscientes de
ello, los colores pueden influir en el agregado que sentimos hacia determinados objetos, lo que
finalmente tiene consecuencias en nuestro acercamiento a estos.
Es así ya que a través de percibir colores, activamos determinadas impresiones sobre los
objetos, es decir, a través de ellos podemos condicionar nuestra percepción sobre lo que nos
rodea. Lo anterior ocurre por los significados simbólicos que les hemos colocado a través del
tiempo.
Por ejemplo, durante la asociación de los colores con los fenómenos y elementos naturales, y
también a través de su asociación con variables culturales. Ya decía Goethe que los colores,
que son finalmente codificaciones sensoriales de la descomposición de la luz natural,
producen un efecto individual siempre vinculado con la esfera moral. Así pues, los colores
transportan códigos sociales y llevan consigo la oportunidad de establecer taxonomías y
posiciones individuales, en permanente vínculo con las normas sociales.
Así mismo, suele evocar sentimientos positivos relacionados con la amabilidad, la delicadeza,
la suavidad, así como con lo infantil y la ensoñación. No obstante, esto mismo genera un
significado ambivalente, pues también se relaciona con “lo cursi”, que puede provocar rechazo
para varias personas.
Lo anterior se vuelve más complejo cuando el rosa queda mezclado con otros colores. Por
ejemplo, junto al blanco puede representar inocencia; y al lado del negro y el violeta puede
relacionarse más con el erotismo y la seducción. También al mezclarse con negro puede
asociarse a las tensiones entre lo delicado y lo rudo, la sensibilidad y la insensibilidad.
Para estudiar lo anterior, Manav (2007) evaluó la relación entre emociones y estímulos
cromáticos, encontrando que las sensaciones de disfrute, alegría y calidezestaban relacionados
con los estímulos de color rosa y amarillo, principalmente.
Algo llamativo era el uso práctico derivado de dicha asociación. Por ejemplo, los participantes
mostraron una preferencia por ubicar el color rosa dentro de sus habitaciones, y
especialmente en las habitaciones donde duermen los niños.
Por otro lado, en el catolicismo, el color rosa se ha utilizado para representar alegría, y en
algunos países también de occidente, el uso político del rosa o del rojo claro simboliza el
socialismo.
Además, el color rosa en algunos países orientales como en Japón tiene una asociación con el
erotismo, mientras que en Europa occidental se relaciona con las novelas y las historias
románticas así como con el entorno privado y la intimidad. Por su parte, en el feng shui (que
relacionan los colores con actividades cotidianas), el color rosa se encuentra vinculado al
matrimonio y los vínculos afectivos.
Esto es visible, por ejemplo, en toda la gama de productos destinados a niñas y mujeres que
se presentan mediante este color. Desde los primeros juguetes y los accesorios más sencillos
hasta utensilios de higiene personal, los objetos del espacio doméstico, o las festividades
relacionadas con la maternidad y el amor.
Respecto a los significados asociados al color rosa y sus diferencias de género, Rivera (2001)
encontró que las mujeres relacionan el rosa con “tranquilidad” y con los adjetivos “bonito”,
“tierno” y “lindo”. Por su parte, los hombres relacionaron el rosa con “cerdo”, “bebés”,
“salchicha”, “carne”, “feo”, “mujer”, “jamón”, “nada” y “horrible”. Los participantes de su
estudio tuvieron en común la asociación del rosa con “ternura”, “piel”, “niña”, “amor” y
“pastel”.
Algunos estudios sobre la historia del uso de los colores, indican que la marcada simbología
de género del rosa comenzó a finales del siglo XIX y principios del XX en Europa occidental y
Estados Unidos; cuando las casas de cuidado de infantes en situación de abandono
comenzaron a diferenciar a niños y niñas con colores celestes y rosas respectivamente. En
épocas más recientes, a partir de las revoluciones sexuales y las reivindicaciones de género, el
color rosa ha modificado paulatinamente sus usos, normalizando por ejemplo que se lleve en
prendas masculinas.