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José Emilio Pacheco El estrago es su única lengua. 6. Dondequiera que pises no habrá refugio.

Las ruinas de México (elegía del retorno) Quiere ser venerado entre las ruinas. El suelo puede ser de nuevo mar, encresparse.
selecciones Hasta el muro más fuerte se halla en peligro.
I. 12. Cosmos es caos pero no lo sabíamos No se alzan ciudadelas contra el terror.
9. La casa que era defensa contra la noche y el o no alcanzamos a entenderlo. Nuestra tierra no es tierra firme.
frío, ¿El planeta al girar desciende
la violencia de la intemperie, en abismos de fuego helado? 7. A los amigos que no volveré a ver,
el desamor, el hambre y la sed, ¿Gira la tierra o cae? a la desconocida que salió a las seis
se reduce a cadalso y tumba. ¿Es la caída infinita el destino de la materia? de la colonia Granjas-Esmeralda o de Neza
Somos naturaleza y sueño. Por tanto para ir a su trabajo de costurera o mesera;
Quien sobrevive queda prisionero somos lo que desciende siempre: a la que iba a la escuela para aprender
en la arena o la malla de la honda asfixia. polvo en el aire. computación e inglés en seis meses,
quiero pedir disculpas por su vida y su muerte.
10. Sólo cuando nos falta se aprecia el aire. II.
Sólo cuando quedamos como el pez atrapados 4 . Para talar un árbol de cierta edad Ruego que me perdonen porque nunca
en la red de la asfixia. No hay agujeros no comiences nunca encontraron
para volver al mar que fue el oxígeno por el durísimo tronco: su rostro verdadero en el cuerpo de tantos
en que nos desplazamos y fuimos libres. primero corta las raíces, que ahora se desintegran en la fosa común
el cordón que ata el árbol a la tierra, y dentro de nosotros siguen muriendo.
El doble peso del horror y el terror madre, sustento y memoria.
nos ha puesto Muerto que no conozco, mujer desnuda
fuera del agua de la vida. Para que exista el árbol ha de haber tierra. sin más cara que el yeso funeral,
Para vivir necesitamos aquello el sudario de los escombros, la última
Sólo en el confinamiento entendemos que derribó el inmenso hachazo en segundos. cortesía del infinito desplome:
que vivir es tener espacio. tú, el enterrado en vida; tú, mutilada;
Hubo un tiempo 5. Suelo es la tierra que sostiene, tú que sobreviviste para sufrir
feliz en que podíamos movernos, el piso que ampara, la fundación primero la caída y poco después
salir, entrar y ponernos de pie o sentarnos. de la existencia humana. Sin él la inexpresable asfixia: perdón.
no se implantan ciudades ni puede erguirse el
Ahora todo cayó. Cerró poder. No pude darles nada.
el mundo sus accesos y ventanas. Mi solidaridad de qué sirve.
Hoy entendemos lo que significa “Los pies en la tierra” No aparta escombros, no sostiene las casas
una expresión terrible: decimos para alabar la cordura, ni las erige de nuevo.
sepultados en vida. el sentido de realidad. Pido, al contrario,
para salir de mis tinieblas,
11. Llega el sismo y ante él no valen Y de repente la mano imposible que ya no existe o ya no
las oraciones ni las súplicas. el suelo se echa a andar, puede aferrar
Nace de adentro para destruir no hay amparo: pero se extiende todavía
todo lo que pusimos a su alcance. todo lo que era firme se derrumba. en un espacio del dolor o un confín de la nada.
Sube y se hace visible en su obra atroz.
Perdón por estar aquí contemplando, como bajo el furor de los misiles.
en donde hubo un edificio, La puerta sin pared, el cuarto desnudo, 12. Esta ciudad no tiene historia,
el hueco profundo, harapos de concreto y metal que fueron morada sólo martirologio.
el agujero de mi propia muerte. y hoy forman el desierto de los sepulcros. El país del dolor,
la capital del sufrimiento,
10. Con qué facilidad en los poemas de antes 10. Las fotos más terribles de la catástrofe el centro deshecho
hablábamos del polvo, la ceniza, el desastre y la no son fotos de muertos. Hemos visto del inmenso desastre interminable
muerte. ya demasiadas. Este el siglo
Ahora que están aquí ya no hay palabras de los muertos. Nunca hubo tantos IV
capaces de expresar qué significan muertos sobre la tierra. ¿Qué es un periódico 10. Nada es eterno, lo sabíamos;
el polvo, la ceniza, el desastre y la muerte. sino un recuento de muertos pero nunca creímos
y objetos de consumo para gastar que nos tocaría ver el final de todo en
11. Secamos toda el agua de la ciudad, la vida y el dinero y ocultarnos tras ellos segundos.
destruimos, contra la omnipotencia de la muerte? ¿Para qué construir ciudades, seguir aquí, tener
por usura, los campos y los árboles. hijos, si basta un estallido de la furia ciega sin
En vez de tierra a nuestras plantas quedó No: las fotos más atroces de la catástrofe nombre
un sepulcro de fango árido son esos cuadros en color donde aparecen para acabar con todo lo que somos?
y rencoroso, malignamente incapaz muñecas
de amparar lo que sostenía. indiferentes o sonrientes, sin mengua, sin tacha, V
entre las ruinas que aún oprimen 11. Jamás aprenderemos a vivir
III. los cadáveres de sus dueñas, la frágil vida en la epopeya del estrago.
1. La tierra desconoce la piedad. de la carne que es como hierba Nunca será posible aceptar lo ocurrido,
El incendio del bosque o el suplicio y ya fue cortada. hacer un pacto con el sismo, decir:
del tenue insecto bocarriba que muere “Lo que pasó pasó y es mejor olvidarlo.
de hambre y de sol durante muchos días Invulnerabilidad de los plásticos, Pudo haber sido peor. Después de todo
son insignificantes para ella — indestructibles sin duda, no son tantos los muertos.”
como nuestras catástrofes. que en este caso tuvieron nombre Pero nadie se traga estas cuentas alegres.
y existencia de alguna forma. Nadie cree en el olvido.
La tierra desconoce la piedad. Acompañaron, consolaron, representaron la Estaremos de luto para siempre.
Sólo quiere dicha Los muertos no morirán mientras tengamos
prevalecer transformándose. de aquellas niñas que intolerablemente nacieron vida.
para ver su futuro desplomándose
2. La tierra que destruimos se hizo presente. en el fragor de este fin de mundo. 12. No quiero darle tregua a mi dolor
Nadie puede afirmar: “Fue su venganza”. ni olvidar a los que murieron
La tierra es muda: habla por ella el desastre. 11. Hay que cerrar los ojos de los muertos ni a los que están a la intemperie.
La tierra es sorda: nunca escucha los gritos. porque vieron la muerte y nuestros ojos Todos sufrimos la derrota,
La tierra es ciega: nos observa la muerte. no resisten esa visión. somos víctimas del desastre.
Al contemplarnos Pero en vez de llorar actuemos:
3. Los edificios bocabajo o caídos de espaldas. en esos ojos que nos ven sin mirarnos Con piedras de las ruinas hay que forjar
La ciudad de repente demolida vemos al fondo nuestra propia muerte. otra ciudad, otro país, otra vida.

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