Visionario, grabador y poeta, "William Blake nació en Londres en 1757
y murió en 1827 en la misma ciudad. Fue el menos contemporáneo de los hombres. En una era neoclásica urdió una mitología personal de divinidades no siempre eufónicas: Orc, Los, Enitiharmon. Orc, anagrama de Cor, es encadenado por su padre en el monte Atlas; Los. anagrama de Sol, es la facultad poética; Enitharmon, de dudosa etimología, tiene como emblema a la luna y representa la piedad. En las Visiones de las hijas de Albiom, una diosa, Oothoon, tiende redes de seda y trampas de diamante y apresa para un hombre mortal, del que está enamorada, "muchachas de suave plata o de furioso oro". En una era romántica, desdeñó la Naturaleza, que apodó el "universo vegetal". No salió nunca de Inglaterra, pero recorrió, como Swedenborg, las regiones de los muertos y de los ángeles. Recorrió las llanuras de ardiente arena, los montes de fuego macizo, los árboles del mal y el país de tejidos laberintos. En el verano de 1827 murió cantando. Se detenía a ratos y explicaba "¡Esto no es mío, no es mío!" para dar a entender que lo inspiraban los invisibles ángeles. Era fácilmente iracundo. Creía que el perdón es una flaqueza. Escribió: "El gusano partido en dos perdona al arado". Adán fue arrojado del Edén por haber probado la fruta del Árbol de la Ciencia; Urizen fue arrojado del paraíso por haber promulgado la ley moral. Cristo enseñó que el hombre se salva por la fe y por la ética; Swedenborg agregó la inteligencia; Blake nos impone tres caminos de salvación: el moral, el intelectual y el estético. Afirmó que el tercero había sido predicado por Cristo, ya que cada parábola es un poema. Como el Buddha, cuya doctrina, de hecho, era ignorada, condenó el ascetismo. En los Proverbios del infierno leemos: "El camino del exceso conduce al palacio de la sabiduría". En sus primeros libros el texto y el grabado tienden a ser una unidad. Ilustró admirablemente el Libro de Job, la Comedia dantesca y las poesías de Gray. La belleza para Blake corresponde al instante en que se encuentran el lector y la obra y es una suerte de unión mística. Swinburne, Gilchrist, Chesterton, Yeats y Denis Saurat le han consagrado sendos libros. William Blake es uno de los hombres más extraños de la literatura.
1965 - Introducción A La Literatura Inglesa (Colaboración Con María
Esther Vásquez)
Siglo XIX. La Poesía
El poeta, pintor y grabador WILLIAM BLAKE (1757-1827) es, con
William Langland, uno de los grandes místicos de Inglaterra. Cronológicamente fue contemporáneo de los románticos; mentalmente, de los neoplatónicos, de Swedenborg y de Nietzsche. Swedenborg había dicho que la redención del hombre debe ser no sólo moral, sino intelectual; Blake lo confirma: «El tonto no entrará en el Paraíso, por más santo que sea». Agrega que la redención debe ser también estética y que así lo entendió Jesucristo, enseñando su doctrina en parábolas, es decir, en poemas. Prefería la venganza al perdón; razonaba que toda persona injuriada quiere vengarse y, si no lo hace, ese deseo insatisfecho —esto anticipa a Freud— irá enfermando su alma. Ruskin, medio siglo después, recomendaría al pintor la paciente observación de la naturaleza; Blake declara que este ejercicio anula o entorpece la imaginación del artista. Escribió que las puertas de la percepción (los cinco sentidos) nos ocultan el universo y que, si pudiéramos cerrarlas, lo veríamos tal como es, infinito y eterno. En las Bodas del cielo y del infierno, que han sido traducidas por Pablo Neruda, se pregunta si un pájaro que rasga los aires no es acaso un universo de delicias vedado al hombre por los cinco sentidos. Creó una mitología personal, cuyas divinidades se llaman Los y Enitharmon, Oothoon y Urizen. Lo atormentó el problema del Mal; el más famoso de sus poemas pregunta en qué yunques y fraguas Dios, que hizo el cordero, forjó el tigre, «que brilla en las forestas de la noche como una hoguera». En otro poema nos habla «de una región de entretejidos laberintos». En otro, una diosa arma redes de hierro y trampas de diamante y caza para su amor «muchachas de suave plata y de furioso oro».
En 1789 publicó, en verso regular, Cantos de la inocencia; en 1794,
Cantos de la experiencia. Después apareció la larga serie de sus Libros proféticos, compuestos en versículos rítmicos que prefiguran a Walt Whitman y encierran su complicada mitología. Como pintor y grabador, William Blake, desde el siglo XVIII, anticipa a los expresionistas. Murió cantando.
Dos grandes poetas dominan la era heterogénea y polémica que se ha
dado en llamar victoriana y que hoy vemos como uniforme: Tennyson y Browing. Imposible concebir dos personalidades más diversas; imposible concebir una amistad más firme.