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 E – 20-191-A-10

Sorderas genéticas
S. Marlin, F. Denoyelle

La sordera es la discapacidad sensorial más frecuente y la etiología es genética en la


mayoría de los casos. Existen varias decenas de genes responsables de las formas pre
o poslocutivas de sordera aislada (no sindrómica) y se han descrito varios cientos de
síndromes con sordera. Hasta 2016, se han identificado 80 genes para las sorderas no
sindrómicas y más de 100 para las sindrómicas. Se ha desarrollado un diagnóstico mole-
cular de rutina para algunos de estos genes, sobre todo para el de la conexina 26 (GJB2),
que es el principal responsable de las sorderas congénitas. Las sorderas sindrómicas más
frecuentes pueden presentarse como una sordera aislada inicialmente. Una evaluación
sistemática clínica y mediante pruebas de laboratorio es particularmente importante
para orientar la estrategia del diagnóstico molecular y el consejo genético.
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Palabras clave: Sordera; Genética; GJB2; Sordera sindrómica; Etiología

Plan las sorderas prelocutivas son de origen genético, mientras


que las demás causas son ambientales. Esta modificación
■ Generalidades 1 de la estimación del componente genético de las sorderas
se debe a que el desarrollo de diagnósticos moleculares ha
■ Modos de transmisión 1 permitido atribuir a una causa genética la mayoría de los
■ Sorderas sindrómicas 2 casos esporádicos de sordera infantil, previamente clasifi-
Tres síndromes de transmisión autosómica recesiva 2 cados como de «causa desconocida».
Tres síndromes autosómicos dominantes 3 Las sorderas genéticas son enfermedades monogénicas
Síndrome ligado al X 5 en la gran mayoría de los casos; sin embargo, la relación
■ Sorderas no sindrómicas 5 entre genes, fenotipo clínico y modo de transmisión de la
Gen de la conexina 26, GJB2 (DFNB1) 5 sordera es compleja: un mismo gen puede provocar una
Sordera aislada debida al gen de la pendrina, SLC26A4 sordera autosómica recesiva y/o autosómica dominante
(DFNB4) 5 y/o una sordera sindrómica.
Deleciones del gen STRC (DFNB16) 6
Gen OTOF (DFNB9) 6
Mutaciones del gen WFS1 (DFNA6-14-38) 6  Modos de transmisión
Gen COCH (DFNA9) 7
Gen POU3F4 (DFN3) 7 Las sorderas genéticas pueden transmitirse de varios
Mutaciones del ADN mitocondrial implicadas en las modos:
sorderas no sindrómicas 7 • autosómico recesivo: los dos alelos del gen deben estar
Neuropatías auditivas 7 mutados para que el paciente sea sordo: es lo que sucede
■ Estudio etiológico 8 con más frecuencia en las sorderas aisladas congénitas;
• autosómico dominante: los individuos que tienen un
único alelo mutado (heterocigotos) son sordos, lo que
es el caso más frecuente en las sorderas aisladas progre-
 Generalidades [1]
sivas poslocutivas;
• ligado al cromosoma X: los niños son sordos, mientras
Desde 1995, los progresos en genética humana han que las niñas, que portan un segundo cromosoma X
permitido dilucidar una gran parte de las causas de las normal son oyentes o presentan una sordera menos
sorderas. Hasta 2016, se han identificado más de 80 genes grave y más tardía que los niños;
como responsables de sorderas aisladas y más de 100 de • mitocondrial: ambos sexos están afectados, pero la
sorderas sindrómicas [2] . La epidemiología se conoce mejor transmisión es únicamente por vía materna (los esper-
para las sorderas congénitas que para las formas progresi- matozoides no transmiten ácido desoxirribonucleico
vas del adulto y en la actualidad se estima que el 75% de mitocondrial [mADN]).

EMC - Otorrinolaringología 1
Volume 45 > n◦ 4 > noviembre 2016
http://dx.doi.org/10.1016/S1632-3475(16)80842-5
E – 20-191-A-10  Sorderas genéticas

 Sorderas sindrómicas
Sólo son responsables de un pequeño porcentaje de
las sorderas infantiles (alrededor del 10-15%) y de una
parte mal conocida, probablemente inferior, de sorderas
del adulto. Se han descrito varios centenares de síndromes
con sordera [3] y se han identificado más de 100 genes. Sin
embargo, es importante conocer y buscar los principales
síndromes, porque el tratamiento y la evaluación etioló-
gica son distintos a los de una sordera no sindrómica.
Debido al gran número de síndromes raros con sordera,
cualquier patología malformativa obliga a realizar una
evaluación auditiva sistemática. Además, para las sorderas
sindrómicas que consten de una afectación malformativa
craneofacial, la sordera se agrava con mucha frecuencia
por una otitis crónica y se debe realizar un seguimiento
otológico.
A continuación, se describen siete sorderas sindrómicas
en función de su frecuencia y/o de su gravedad potencial. Figura 1. Sordera por mutación del gen SLC26A4. Dilatación
muy marcada de los dos sacos endolinfáticos con dilatación de
los vestíbulos, en un corte axial de resonancia magnética.
Tres síndromes de transmisión
liares) ni específica (positiva sobre todo en la tiroiditis de
autosómica recesiva Hashimoto y en los pacientes con mutaciones de los genes
de la peroxidasa tiroidea o de la tiroglobulina).
Deben buscarse sistemáticamente, porque se presentan
El gen responsable del síndrome de Pendred se loca-
al principio como una sordera aislada: los síndromes de
lizó en 1997 en la región 7q31 [10, 11] y ha sido clonado
Pendred y de Usher, ambos relativamente frecuentes, y
por Everett et al [4] . El gen SLC26A4 codifica la pendrina,
el raro síndrome de Jervell y Lange-Nielsen. Todos estos
constituida por 780 aminoácidos. Hasta 2016, se han
síndromes tienen la particularidad de presentarse durante
identificado más de 100 mutaciones. Estas mutaciones se
mucho tiempo como una sordera aislada, y sólo una
distribuyen por los 21 exones del gen. Cuatro de ellas son
evaluación sistemática puede permitir detectarlos precoz-
particularmente frecuentes y se observan en el 74% de los
mente.
cromosomas mutados [12] .
Síndrome de Pendred
Este síndrome se describió hace más de 100 años. Se
Síndrome de Usher
diagnostica por la asociación de una sordera de origen Este síndrome afecta a 1/25.000 niños y asocia sordera
coclear fluctuante y a veces evolutiva, prelocutiva o pos- y retinitis pigmentaria. Existen tres formas clínicas de sín-
locutiva precoz, con un trastorno de la organificación del drome de Usher. El tipo I, que representa la mitad de los
yodo que se manifiesta por bocio. Se transmite de forma casos de síndrome de Usher, consta de sordera congénita
autosómica recesiva. El gen responsable, SLC26A4 (antes profunda, arreflexia vestibular bilateral responsable de
denominado PDS), está implicado tanto en el síndrome retraso motor, así como retinitis pigmentaria que se des-
de Pendred [4] como en una forma de sordera aislada arrolla durante la infancia. Los primeros signos visuales
(DFNB4) [5, 6] . El límite entre el síndrome de Pendred y consisten en trastornos visuales en la oscuridad (heme-
la forma de sordera aislada DFNB4 es difícil de definir en ralopía), a menudo hacia los 8-10 años. El fondo de ojo
ocasiones, pues en las familias con Pendred puede que es normal durante muchos años, pero el electrorretino-
uno o varios individuos no desarrollen la afectación tiroi- grama es patológico precozmente. El síndrome de Usher
dea [7] . La forma DFNB4 se detalla en el apartado «Sorderas de tipo I es una indicación de implante coclear bilate-
no sindrómicas» (cf infra). ral precoz para lograr la comprensión del lenguaje sin
La prevalencia del síndrome de Pendred se estima en labiolectura en estos niños que tendrán trastornos visua-
7-10 casos por 100.000 nacimientos. Cuando la sordera les graves en la edad adulta. En la práctica, se debe realizar
no es muy profunda de entrada, tiene la particularidad de una exploración oftalmológica sistemática con fondo de
evolucionar por episodios de agravación intensa seguidos ojo y repetirla en los niños y adultos sordos, y cualquier
de una recuperación generalmente parcial. Estas fluctua- sordera profunda congénita con retraso de la marcha sin
ciones son muy discapacitantes y motivo de angustia para etiología evidente obliga a realizar un eletrorretinograma,
el niño. aunque el fondo de ojo sea normal.
La edad de aparición del bocio es variable. En la mayoría En el síndrome de Usher tipo II, que supone el 50%
de los casos, se desarrolla durante la segunda década (el de los casos, la sordera es moderada o grave, a menudo
70% de los pacientes no tienen bocio a los 10 años) [8] . progresiva, y predomina en las frecuencias agudas. La reti-
Por tanto, el síndrome de Pendred se presenta como una nitis es un poco más tardía y los signos vestibulares están
sordera aislada durante muchos años. El bocio se asocia a ausentes.
hipotiroidismo en el 50% de los casos [8] . El síndrome de Usher tipo III es una forma muy rara
La tomografía computarizada (TC) de los peñascos salvo en algunas etnias. En él, la sordera es progresiva.
siempre muestra anomalías morfológicas del oído Los signos vestibulares y la edad de inicio de la retinitis
interno [9] : dilatación bilateral del acueducto del vestíbulo, son variables.
a veces asociada a una dilatación cocleovestibular y cóclea Hasta 2016, se han descrito nueve genes responsables
incompleta de tipo «Mondini» (Fig. 1). Las anomalías de de síndrome de Usher: cinco para el tipo I, tres para el
organificación del yodo pueden ponerse de manifiesto tipo II y dos para el tipo III (Cuadro 1). En la amplia
en la gammagrafía tiroidea con prueba de perclorato: la serie francesa de Bonnet et al [13] , los genes MYO7A,
incorporación del yoduro a la molécula de tiroglobulina USH1C, CDH23, PCDH15 y USH1G representarían, respec-
se realiza de forma anormal, y la administración de per- tivamente, el 55%, 7%, 7%, 7% y 4% de los casos de Usher
clorato (anión inorgánico) provoca una liberación del tipo I, mientras que USH2A, VLGR1 y WHRN, respectiva-
yoduro no organificado. Sin embargo, esta prueba no es mente, el 57%, 19% y 9,5% de los tipos II. Por último, en
sensible (normal en algunos pacientes en las formas fami- esta serie, los seis pacientes con síndrome de Usher tipo III

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Cuadro 1.
Sorderas sindrómicas más frecuentes y/o graves. Todos estos síndromes pueden presentarse como una sordera aislada en el caso índice.
Los signos asociados a la sordera pueden estar presentes de forma aislada en otros familiares en las formas autosómicas dominantes con
expresividad variable o pueden aparecer en la infancia (síndromes de Usher, Pendred y Alport) [2] .
Nombre del Modo de transmisión Genes implicados Principales signos que deben buscarse Exploraciones necesarias
síndrome en las personas sordas y/o en la familia
Waardenburg Autosómico dominante PAX3 Anamnesis ++
tipo I Exploración física ++
Waardenburg Autosómico dominante MITF Mechas blancas o encanecimiento precoz Exploración oftalmológica
tipo II Iris de distintos colores o azul porcelana con fondo de ojo
Autosómico dominante SOX10 Despigmentación cutánea
Despigmentación retiniana en el fondo
Waardenburg Autosómico dominante PAX3
de ojo
tipo III
± Distopia cantal (tipo I, III)
Waardenburg Autosómico EDNRB ± Malformación de las extremidades
tipo IV recesivo/dominante (Tipo III)
Autosómico recesivo EDN3 ± Enfermedad de Hirschsprung (tipo IV)
Autosómico dominante SOX10
Branquio-oto- Autosómico dominante EYA1 Anomalías del oído externo y/o medio Anamnesis
renal SIX1 Fístulas o quistes branquiales Exploración física
Malformaciones renales Ecografía renal orientada
exclusivamente por la clínica.
Stickler Autosómico dominante COL2A1 (STL1) Paladar hendido, secuencia de Pierre Exploración física
COL11A1 (STL2) Robin Exploración oftalmológica
COL11A2 (STL3) Miopía precoz y grave
Autosómico recesivo COL9A1 Degeneración del vítreo
COL9A2 Anomalías esqueléticas y cartilaginosas
COL9A3
Usher I Autosómico recesivo MYO VIIA Retinitis pigmentaria Exploración oftalmológica
CDH23 Arreflexia vestibular (tipo I ± III) con fondo de ojo
PCDH15 Electrorretinograma tipo I
SANS
CIB2
USH1C
Usher II Autosómico recesivo USH2A
VLGR1
WRHN
Usher III Autosómico recesivo USH3
Pendred Autosómico recesivo SLC26A4 Bocio hipo o eutiroideo Exploración física
Jerwell y Autosómico recesivo KvLQT1 Síncopes Electrocardiograma
Lange-Nielsen Autosómico recesivo KCNE1(IsK) Muerte súbita
Alport Dominante ligado al X COL4A3 Hematuria Tira reactiva urinaria
Autosómico recesivo COL4A5 Insuficiencia renal
Autosómico recesivo COL4A5

que tenían sordera progresiva y arreflexia vestibular pre- Síndrome de Waardenburg


sentaban mutaciones en los genes del síndrome de Usher
tipo II y no en el único gen conocido de Usher tipo III. El síndrome de Waardenburg tiene una incidencia de
El diagnóstico molecular sistemático permite realizar 1:40.000 y consiste en la asociación de sordera y anoma-
un diagnóstico prenatal. lías de la pigmentación del pelo (mechas blancas), de los
ojos (iris muy azules, heterocromía de los iris, despigmen-
Síndrome de Jervell y Lange-Nielsen tación del fondo de ojo) y de la piel (manchas cutáneas).
En algunas formas (Waardenburg de tipo I), existe una
Es infrecuente, pero su diagnóstico es fácil mediante
separación anormal entre los ojos, con los cantos internos
un electrocardiograma (ECG), prueba que debe ser siste-
desplazados hacia el exterior, con disminución de la longi-
mática en caso de sordera de percepción grave o profunda
tud de la hendidura palpebral (distopia cantal) (Fig. 2). La
congénita [14] . El ECG muestra una prolongación del inter-
sordera de percepción es muy variable, uni o bilateral, de
valo QT que refleja un trastorno de conducción cardíaca,
leve a profunda, con o sin malformación del oído interno.
causante de síncope o de muerte súbita, que puede pre-
Debido a una expresividad muy variable, el diagnóstico
venirse mediante un tratamiento médico. La detección
puede pasarse por alto si los signos de despigmentación
de los heterocigotos es importante, porque suelen presen-
están ausentes. Se han descrito cuatro tipos clínicos de
tar una arritmia sin sordera susceptible de tratamiento.
síndrome de Waardenburg en función de los signos aso-
Se han identificado dos genes que codifican un canal de
ciados: el tipo I se asocia a distopia cantal; en el tipo II no
potasio (Cuadro 1).
existe distopia cantal; el tipo III (o Klein-Waardenburg) es
un tipo I asociado a malformaciones de las extremidades;
Tres síndromes autosómicos el tipo IV (o Waardenburg-Shah) es un tipo II con enferme-
dominantes dad de Hirschsprung. En la actualidad, se han identificado
6 genes (Cuadro 1) [15] , de los que el gen SOX10 [16] es res-
Son frecuentes y es probable que estén infradiag- ponsable de una malformación del laberinto posterior y
nosticados: el síndrome de Waardenburg, el síndrome de una agenesia de los bulbos olfatorios que puede iden-
branquio-oto-renal y el síndrome de Stickler. tificarse en las pruebas de imagen [17] .

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3 A B

Figura 2. Síndrome de Waardenburg.


A. Tipo 1. 1: Aumentado; 2, 3: normales: distopia cantal.
B. Tipo 2. Heterocromía e iris azul porcelana.
C. Despigmentación cutánea.

Síndrome branquio-oto-renal tienen una frecuencia elevada en la población general,


por lo que se han establecido criterios diagnósticos del
Consiste en la asociación de sordera, anomalías bran-
síndrome BOR [18] . Los dos genes identificados en la actua-
quiales y malformaciones renales. Las malformaciones
lidad, EYA1 y SIX1, codifican factores de transcripción.
renales pueden ser graves (agenesia o hipoplasia grave)
EYA1 está implicado en el 40% de los casos, mientras que
y provocar un aborto. A la inversa, algunos pacientes no
SIX1 es mucho más raro [19] .
presentan anomalías renales (síndrome BO) o éstas son
leves (reflujo vesicouretral). Una sordera de percepción,
de transmisión o mixta se acompaña de malformaciones
del oído externo (orejas mal plegadas, aplasias auricula- Síndrome de Stickler
res, encondromas, estenosis de los conductos auditivos) Este síndrome se debe a una anomalía de las cade-
y/o del oído medio (existe un componente transmisivo nas alfa de algunos colágenos y puede manifestarse
en el audiograma) y/o del oído interno (diversas mal- al nacer por una hendidura velopalatina (completa
formaciones cocleovestibulares. Suelen observarse fístulas o submucosa), formando parte en ocasiones de una
prehelicinas y fístulas de la segunda hendidura branquial secuencia de Pierre Robin (tríada de hendidura pala-
con vestigios cartilaginosos asociados sugestivos (Fig. 3). tina/microrretrognatia/glosoptosis) o por una incompe-
Las anomalías pueden ser uni o bilaterales. En la práctica, tencia de la unión faringolaríngea, causante de trastornos
ante una hipoacusia de percepción o mixta asociada a una de la deglución y de obstrucción respiratoria que puede
fístula branquial o a malformaciones del oído externo, requerir una traqueotomía transitoria. La dismorfia facial
es aconsejable realizar una ecografía renal. Sin embargo, es constante (hipoplasia del tercio medio facial, hipoplasia
las fístulas prehelicinas y los encondromas unilaterales malar), pero a menudo difícil de apreciar en los lactantes.

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A B C
Figura 3. Síndrome branquio-oto-renal.
A. Displasia del pabellón.
B. Vestigio branquial cervical.
C. Fístula de la segunda hendidura branquial.

La sordera puede deberse a una afectación coclear, osi- forma rara de sordera autosómica dominante y de las for-
cular o mixta, y a menudo está enmascarada o agravada mas de sordera que se asocian a signos cutáneos (síndrome
por los problemas de otitis crónica que se asocian a la KID) [22–24] .
incompetencia faríngea [20] . Una miopía intensa muy pre- El gen GJB2 está implicado en el 50% de las sorderas
coz con riesgo de degeneración vitreorretiniana se asocia recesivas congénitas y en el 30% de los casos esporádi-
a los otros elementos del síndrome. cos congénitos en Francia [25] . En esta forma de sordera,
También existen anomalías esqueléticas y cartilagino- la deficiencia auditiva es congénita, progresiva en el 20%
sas: platispondilia, anomalía del modelado coxofemoral, de los casos, de cualquier grado de gravedad, pero en dos
artrosis precoz de las grandes articulaciones. tercios de los casos es grave o profunda, con curvas audio-
Hasta 2016, se han descrito cinco genes responsables métricas planas o descendentes. Las pruebas de imagen
de una forma de síndrome de Stickler. Los dos más fre- de los peñascos y las pruebas vestibulares calóricas son
cuentes son COL2A1 y COL11A1, ambos de transmisión normales [26, 27] .
dominante. El gen COL11A2 sería responsable de un sín- En Francia, al igual que en los países de origen caucá-
drome de Stickler sin afectación ocular y de una forma sico, existe una mutación que predomina ampliamente:
aislada de sordera de transmisión dominante. 35delG. Los portadores heterocigotos (que portan la
mutación en un único alelo del gen y son normooyen-
tes) de esta mutación son muy frecuentes en la población
Síndrome ligado al X general, entre el 2,5% y el 4% de la población en Francia,
Se debe buscar sistemáticamente un síndrome de Alport España e Italia, y el 2% en Estados Unidos. La prevalen-
en todos los pacientes con sordera poslocutiva. La sordera cia de las mutaciones de GJB2 es comparable en muchos
es progresiva (primera década), asociada a una glomeru- países a la del gen CFTR de la mucoviscidosis. En algunas
lopatía que se manifiesta inicialmente por una hematuria poblaciones, se encuentran otras mutaciones mayorita-
inicialmente microscópica durante varios años [21] . La evo- rias. 167delT en la población judía askenazí [28] , 235delC
lución hacia la insuficiencia renal es frecuente y precoz en en Japón, en China y en Corea [29, 30] y R143W en África
los varones (90% a los 40 años), pero más rara y menos subsahariana (Figs. 4 y 5).
grave en las mujeres. La sordera de percepción sigue los La demostración de mutaciones patógenas en los dos
mismos esquemas de frecuencia y de evolución. En la alelos de GJB2 en un caso esporádico de sordera congé-
exploración oftalmológica, se observa un lenticono ante- nita permite confirmar el carácter genético de la sordera
rior, sugestivo de este síndrome en los varones. También e informar a las familias de que el riesgo de recurrencia es
existen síndromes de Alport de transmisión autosómica del 25%.
recesiva y dominante. Se han identificado varios genes Algunos pacientes sordos heterocigotos para una muta-
(Cuadro 1), de los que el más frecuente es el gen COL4A5. ción intragénica de GJB2 también son portadores de una
deleción en el otro alelo que incluye un elemento regu-
lador de GJB2 y una parte del primer exón del gen GJB6
 Sorderas no sindrómicas localizado de forma adyacente en el cromosoma 13 [31, 32] .

Las formas autosómicas recesivas son las más frecuentes


(90%) y la sordera en tales casos suele ser congénita. En Sordera aislada debida al gen
las formas dominantes (8%), en la mayoría de los casos
la sordera es progresiva o de aparición retardada, en la
de la pendrina, SLC26A4 (DFNB4)
infancia o en la edad adulta. Hasta 2016, se han clonado El gen SLC26A4 es responsable de cerca del 8% de las
cuatro genes responsables de una sordera aislada (1%) sorderas aisladas infantiles, así como de una forma sin-
ligada al cromosoma X y se han identificado 83 genes drómica más rara, el síndrome de Pendred, que asocia a
diferentes en las sorderas aisladas. Una decena de ellos la sordera una disfunción tiroidea de tipo bocio con o sin
pueden transmitirse, dependiendo de la mutación, tanto hipotiroidismo (cf supra).
de forma dominante como recesiva. Trece genes son res- La sordera de la forma aislada (DFNB4) se parece en
ponsables de formas aisladas y de formas sindrómicas de todos los aspectos a la del síndrome (prelocutiva, fluc-
sordera. En este artículo, sólo se abordarán las formas más tuante y progresiva, presencia de una dilatación bilateral
frecuentes. En la página de internet Hereditary Hearing del acueducto del vestíbulo que contiene el saco endolin-
Loss Homepage puede consultarse una lista exhaustiva de fático) [5, 6] .
los distintos locus conocidos [2] . No existe relación entre el tipo de mutación y el carác-
ter aislado o sindrómico de la sordera [33] . Sin embargo,
Gen de la conexina 26, GJB2 (DFNB1) las mutaciones del gen SLC26A4 pueden identificarse tan
sólo en el 40% de las sorderas aisladas con dilatación
Este gen, denominado CX26 o GJB2, es el responsable bilateral del acueducto del vestíbulo [34] (lo que indica la
en la forma mayoritaria de sordera infantil de transmi- heterogeneidad genética de esta forma clínica), pero casi
sión autosómica recesiva. También es responsable de una en el 100% de los síndromes de Pendred [35] .

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Figura 4. Frecuencia de DFNB1 (mutaciones de


GJB2) en las sorderas congénitas, en distintas pobla-
ciones.

12-39 %
47 %
37 %
20-35 %
12-20 % 28 %
25 % 40 %
6-8 %
17 % 8%
5% 2-6 %
25 %
25 %
14 %

40 %

Figura 5. Prevalencia en los portadores heterocigo-


tos de mutaciones de GJB2 en distintas poblaciones.

0,5 %
2% 2-4 % 3,4 %
1,5-2 % 7-25 % 2%

R143W

1%

35delG 167delT 235delC IVS1

Es importante identificar las sorderas debidas al gen Una mutación de este gen, Q829X, es recurrente y parece
SLC26A4 para el consejo genético, pero también para el ser particularmente frecuente en España [39] . La muta-
pronóstico, porque su progresión previsible puede ayudar ción Q829X se encuentra en estado homocigoto en el
en la orientación educativa, hacer que se tomen precau- 3% de las sorderas profundas aisladas congénitas en Fran-
ciones frente a los microtraumatismos (algunos deportes, cia. Otra mutación del gen OTOF causa una forma clínica
barotraumatismos) y vacunar a estos niños frente al neu- sorprendente, con sordera profunda presente durante los
mococo debido al mayor riesgo de meningitis. episodios febriles, pero con un audiograma tonal normal
cuando no hay fiebre y un audiograma vocal siempre
anormal [40] .
Deleciones del gen STRC (DFNB16)
Las deleciones homocigóticas del gen que codifica la
estereocilina son responsables de una sordera aislada Mutaciones del gen WFS1
congénita bilateral [36] parecidas a las afectaciones del
gen GJB2 (bilateral, simétrica, sin malformación del oído (DFNA6-14-38)
interno ni afectación vestibular). Sin embargo, la afecta- Las mutaciones recesivas del gen WFS1 provocan un
ción es únicamente leve o moderada sin evolución a lo síndrome de Wolfram (muy infrecuente) que causa una
largo del tiempo. Esta afectación genética sería responsa- patología grave desde la infancia, consistente en la aso-
ble del 10% de las sorderas aisladas prelocutivas [37] . ciación de sordera de percepción bilateral, déficit visual
por atrofia óptica, diabetes mellitus y diabetes insípida.
Gen OTOF (DFNB9) Otros signos clínicos pueden aparecer durante la evo-
lución: disautonomía, trastornos psiquiátricos, etcétera.
Esta forma de sordera recesiva se debe a mutaciones El pronóstico vital puede verse comprometido en estos
del gen que codifica la otoferlina, OTOF [38] . La otofer- casos.
lina estaría implicada en el tráfico vesicular presináptico Las mutaciones dominantes del mismo gen pueden ser
de las células ciliadas internas. Las mutaciones de este responsables de un continuum clínico que oscila de la
gen provocan una sordera de percepción profunda de sordera aislada [41] a un síndrome de «seudo-Wolfram»
entrada, prelocutiva con otoemisiones acústicas conser- (sordera y atrofia óptica, sordera y diabetes). Sin embargo,
vadas en ocasiones durante los primeros meses de vida, los signos asociados a la sordera son menos graves y más
o un auténtico cuadro de neuropatía auditiva (cf infra). tardíos que en el síndrome de Wolfram.

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también se puede observar en los pacientes portadores de


mutaciones en otro gen localizado en el cromosoma X
(COL4A6).

Mutaciones del ADN mitocondrial


implicadas en las sorderas
no sindrómicas
Aunque la mayoría de las mutaciones del ADN mito-
condrial o de genes nucleares de función mitocondrial
Figura 6. Audiograma observado en una sordera por muta- provocan cuadros clínicos evolutivos y complejos con
ción del gen WFS1. afectaciones multiviscerales (como una sordera), se han
descrito varias mutaciones en sorderas aisladas: las muta-
La sordera es precoz (primera década), pero pocas veces
ciones A1555G y 961delT del ácido ribonucleico (ARN)
es congénita. Las frecuencias que se afectan más a menudo
ribosómico 12S, y las mutaciones T7511C, A7445G y
son las graves o las frecuencias conversacionales, con una
7472insC del ARN de transferencia de la serina.
curva audiométrica en U (Fig. 6). El déficit auditivo evo-
La mutación A1555G es particularmente frecuente en
luciona con una afectación de las frecuencias agudas que
las poblaciones de origen hispánico y asiático [45] . La sor-
puede culminar en una sordera profunda bilateral.
dera debida a la mutación A1555G puede ser de cualquier
grado y aparecer a cualquier edad, y también se ha des-
Gen COCH (DFNA9) crito en pacientes que han desarrollado una sordera tras
la toma de aminoglucósidos. La forma de ARN ribosómico
Este gen se expresa en gran cantidad en la cóclea. Codi- 12S con mutación A1555G se une a los aminoglucósidos
fica una proteína de la matriz extracelular coclear, la con una afinidad anormalmente elevada, lo que puede
coclina. La sordera debida a la afectación del gen COCH explicar la aparición de sordera con dosis normales de
es de transmisión dominante y comienza en las frecuen- estos antibióticos.
cias agudas en la adolescencia o la edad adulta, con una La frecuencia de esta mutación en las sorderas aisladas
progresión rápida hasta afectar a todas las frecuencias [42] . de transmisión materna es heterogénea entre los distintos
Algunos pacientes tienen episodios de vértigo, plenitud estudios. En Francia, la prevalencia de las mutaciones del
ótica y acúfenos, que pueden recordar una enfermedad ADN mitocondrial se ha estimado en el 1% de las sorderas
de Ménière, aunque la forma de la curva audiométrica es aisladas [46] . Las formas esporádicas son excepcionales.
diferente [43] .
El análisis histológico de los peñascos de los pacientes
muestra depósitos acidófilos cocleares muy característi- Neuropatías auditivas
cos. Starr [47] fue el primero en utilizar el término de neu-
ropatía auditiva para designar en los adultos las sorderas,
Gen POU3F4 (DFN3) a menudo bilaterales, asociadas a una alteración de los
potenciales provocados auditivos que contrasta con la
Este gen es responsable de una forma rara de sordera presencia de otoemisiones acústicas normales [48] . La com-
(0,9% de las sorderas aisladas prelocutivas) denominada prensión de la palabra suele estar más afectada que la
«sordera mixta ligada al X con gusher laberíntico» [44] . percepción de los tonos puros. Estas formas se conocen
Cuando el déficit no es profundo de entrada, la sordera mejor en la actualidad y requieren la realización de otoe-
de percepción se acompaña de un componente transmi- misiones para individualizarlas, durante el manejo de una
sivo importante, con Rinne de 50-60 dB, que en el pasado sordera de percepción.
hizo sospechar un bloqueo osicular y realizar una explora- El déficit puede ser localizado, o bien en la unión entre
ción del oído. En tal caso, la platinectomía provocaba un las células ciliadas y la sinapsis (cf supra) o bien a nivel
gusher masivo de LCR y causaba una cofosis. Existe una del nervio auditivo.
malformación característica: una dilatación importante Las neuropatías auditivas supondrían alrededor del 10%
del conducto auditivo interno, así como una dilatación de las sorderas congénitas y un porcentaje aún descono-
cocleovestibular con desaparición del modiolo óseo bien cido de las sorderas del adulto. La frecuencia de estas
visible en la TC (Fig. 7). Sin embargo, esta malformación sorderas es muy elevada, hasta el 25% de las sorderas

A B
Figura 7. Aspecto típico de dilatación del conducto auditivo interno, con dilatación coclear y desaparición del modiolo óseo en las
sorderas debidas a una mutación del gen POU3F4 (DFN3) (A, B).

EMC - Otorrinolaringología 7
E – 20-191-A-10  Sorderas genéticas

Cuadro 2. extrínseca de sordera (en particular, el citomegalovirus,


Evaluación etiológica de una sordera de percepción. mediante la anamnesis, la resonancia magnética, la reac-
Anamnesis dirigida Causas extrínsecas (infección ción en cadena de la polimerasa en una muestra de sangre
prenatal por CMV, en tarjeta de Guthrie [Cuadro 2]) o una patología aso-
ototóxicos, meningitis) ciada que podría orientar hacia una sordera sindrómica
Antecedentes familiares: genética. Cuando la sordera parece no sindrómica por sus
– sordera características clínicas, se pueden proponer uno o varios
– anomalía branquial (BOR, diagnósticos moleculares.
etc.) En la actualidad, no existe un consenso en la literatura
– mechas blancas, sobre los elementos del estudio etiológico sistemático de
heterocromía del iris las sorderas neurosensoriales infantiles. Parece razonable
(Waardenburg). limitar las exploraciones del estudio etiológico a las que
– patología renal (BOR, etc.) se resumen en el Cuadro 2.
– bocio (síndrome de En Francia, por ejemplo, muchos genetistas cuentan en
Pendred) la actualidad con formación sobre el campo particular de
Exploración cervicofacial la genética de las sorderas (red de centros de competen-
completa (fístulas branquiales, cias vinculados con el centro de referencia de las sorderas
distopia cantal, tiroides, genéticas, QS Orphanet). En todos los casos, se aconseja
dismorfia, etc.) una consulta de genética clínica, que debe proponerse al
Exploración oftalmológica con paciente sordo y/o a su familia.
fondo de ojo (síndromes de Usher,
Stickler, etc.)
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misiones acústicas en esta población. [10] Coyle B, Coffey R, Armour JA, Gausden E, Hochberg Z, Gross-
En algunos síndromes, la neuropatía auditiva se aso- man A, et al. Pendred syndrome (goitre and sensorineural hearing
loss) maps to chromosome 7 in the region containing the nonsyn-
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enfermedad de Charcot Marie, enfermedad de Friedreich, [11] Sheffield VC, Kraiem Z, Beck JC, Nishimura D, Stone EM, Sala-
etcétera. Sin embargo, la mayoría de los pacientes presen- meh M, et al. Pendred syndrome maps to chromosome 7q21-34
tan una neuropatía auditiva aislada y, en la actualidad, se and is caused by an intrinsic defect in thyroid iodine organifica-
han aislado cinco genes diferentes en este marco clínico. tion. Nat Genet 1996;12:424–6.
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exploración física muy detalladas. Salvo casos particu- Dis 2011;6:21.
lares, se aconseja disociar el estudio etiológico de la [14] Kang SL, Jackson C, Kelsall W. Electrocardiogram screening
notificación del diagnóstico de la sordera y esperar varios of deaf children for long QT syndrome: are we following UK
meses a que se haya instaurado el tratamiento audiopro- national guidelines? J Laryngol Otol 2011;125:354–6.
tésico, logopédico y educativo. Después de este período [15] Pingault V, Ente D, Dastot-Le Moal F, Goossens M, Marlin S,
inicial de diagnóstico y de tratamiento de la sordera, Bondurand N. Review and update of mutations causing Waar-
el papel del otorrinolaringólogo es fundamental para denburg syndrome. Hum Mutat 2010;31:391–406.
comenzar la investigación etiológica. Esta estrategia per- [16] Bondurand N, Dastot-Le Moal F, Stanchina L, Collot N, Baral
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mite informar mejor a las familias en colaboración con un syndrome types 2 and 4. Am J Hum Genet 2007;81:1169–85.
genetista y tratar las posibles patologías asociadas. [17] Elmaleh-Bergès M, Baumann C, Noël-Pétroff N, Sekkal A,
El principio del estudio etiológico consiste en primer Couloigner V, Devriendt K, et al. Spectrum of temporal bone
lugar en buscar, mediante la anamnesis, la explora- abnormalities in patients with Waardenburg syndrome and
ción física y varias pruebas complementarias, una causa SOX10 mutations. AJNR Am J Neuroradiol 2013;34:1257–63.

8 EMC - Otorrinolaringología
Sorderas genéticas  E – 20-191-A-10

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Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: Marlin S, Denoyelle F. Sorderas genéticas. EMC - Otorrinolaringología
2016;45(4):1-9 [Artículo E – 20-191-A-10].

Disponibles en www.em-consulte.com/es
Algoritmos Ilustraciones Videos/ Aspectos Información Informaciones Auto- Caso
complementarias Animaciones legales al paciente complementarias evaluación clinico

EMC - Otorrinolaringología 9

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