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Cimentaciones en Rocas Blandas
Cimentaciones en Rocas Blandas
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Gaston Laporte
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RESUMEN
En el sector central de San José, donde se han desarrollado la mayor cantidad de construcciones de
altura, la zona se caracteriza por una geología volcánica compleja donde el perfil estratigráfico está
compuesto por espesores importantes de suelo subyacidos por rocas volcánicas blandas y muy
alteradas. Así pues, la problemática general es que se deben cimentar obras relativamente pesadas
en terrenos que, hasta una profundidad importante, presentan suelos que poseen características
mecánicas y de resistencia de pobre a regular calidad.
Ante esta situación es necesario recurrir a soluciones de cimentación profundas (pilotes) que
permitan transmitir las cargas de las estructuras a los estratos competentes del sitio, es decir, a las
rocas blandas de la zona. Para estos pilotes se tiene la condición de que a nivel superficial existen
capas del suelo muy blandas que contribuyen poco a la capacidad por “adherencia” y rocas blandas
que serán las encargadas de soportar las cargas altas a través de su capacidad “por punta”. Estas
rocas blandas, por sus características y comportamiento, resultan difíciles de caracterizar y pueden
causar dificultades desde el punto de vista de diseño y construcción.
Tomando como base la problemática anterior, en el presente artículo se hace una exposición de los
aspectos geotécnicos que forman parte del proceso de definir una cimentación profunda apoyada
sobre rocas blandas. El trabajo contiene, entre otras cosas, la siguiente información: marco teórico
sobre las rocas blandas volcánicas características del Área Metropolitana y las teorías de cálculo
que se consideran válidas para determinar la capacidad de las cimentaciones profundas. Una vez
presentado el marco teórico anterior se procede a comentar sobre resultados geotécnicos y
recomendaciones que se han realizado para edificios de más de 10 pisos que se han construido
recientemente o que se encuentran en etapa de diseño.
Para definir si una roca es blanda o dura se ha utilizado comúnmente el parámetro de resistencia a la
compresión simple (qu) de la roca intacta. Si bien el criterio de resistencia utilizado para definir si
la roca es blanda, se puede afirmar que las rocas blandas son aquellas que poseen una resistencia a
la compresión simple entre 0.5 y 10 MPa. En la Figura 1 se presenta el criterio de la Sociedad
Internacional de Mecánica de Rocas (ISRM) para definir si una roca es blanda.
En el medio geológico que se ubica Costa Rica y especialmente la Gran Área Metropolitana
(GAM), es de mucha importancia conocer en detalle el comportamiento de las rocas volcánicas
cuaternarias que cubren superficialmente extensas áreas, precisamente donde se construyen los
edificios de mayor altura.
En este tipo de formaciones volcánicas es frecuente observar un perfil del subsuelo compuesto por
diferentes tipos de rocas: lavas, brechas, tobas brechosas, tobas lapíllicas, coluvios, lahares, etc.
intercalados con paleosuelos y suelos residuales desarrollados previamente a la ocurrencia de
eventos volcánicos que los cubrieron.
El concepto de rocas suaves dentro de la categoría de las rocas volcánicas debe aclararse haciendo
una tajante diferencia entre las rocas cristalinas (tipo lavas e ignimbritas) y las aglomeráticas
compuestas por una mezcla de matriz y bloques, incluyendo dentro de esta clasificación los
coluvios y lahares. Para el caso de las rocas cristalinas, si la roca no está meteorizada generalmente
su resistencia es alta y su potencial debilidad se debe a la fracturación, mientras que en las rocas
aglomeráticas la resistencia depende de la matriz y de la resistencia, cantidad, entrabamiento y
tamaño de los bloques, pudiendo tener o no fracturas que también afectan su comportamiento
geomecánico.
Bajo este marco de referencia surgen las siguientes preguntas para establecer el comportamiento
geomecánico de las rocas blandas:
Para responder las interrogantes anteriores, se debe tener en consideración que los macizos
volcánicos, especialmente los cuaternarios pero también las rocas volcánicas terciarias, son medios
heterogéneos, discontinuos y anisotrópicos, donde las clasificaciones de macizos rocosos presentan
muchas limitaciones. Esto implica que se deben aplicar criterios adecuados para definir los
modelos geológicos y geotécnicos, así como, para seleccionar los parámetros geomecánicos que
nutren las teorías de cálculo y los programas de cómputo especializados en los diferentes temas
geotécnicos (e.g. capacidad de soporte, estabilidad de taludes, revestimiento de túneles, cimentación
en pilotes, etc).
Considerando las premisas anteriores y específicamente relacionado con el tema de fundaciones,
cuando se trata de cimentar una estructura que trasmite a sus apoyos esfuerzos muy altos, se
requiere de un medio soportante que no puede corresponder al comportamiento de un suelo, aun y
cuando la solución de cimentación sea mediante pilotes; por lo tanto, hay que encontrar un material
rocoso y determinar sus características geotécnicas necesarias para el diseño de la cimentación.
Estos parámetros para diseño deben incluir a la falla por cortante (cohesión y ángulo de fricción
interna), así como, las deformaciones esperables (módulos de deformación, razones de Poisson,
etc.).
Los métodos de clasificación del macizo rocoso (Q, RMR, SRM, etc.) permiten determinar, entre
otras cosas, valores de cohesión, ángulos de fricción interna y módulos de deformación necesarios
para calcular la capacidad soportante y los asentamientos de pilotes apoyados en roca. Estos
métodos de clasificación de macizos se basan principalmente en el RQD, o sea en el grado de
fracturación del macizo rocoso, por lo que toman vigencia todas las limitaciones explicadas en
párrafos anteriores sobre a la no aplicabilidad del concepto del RQD en rocas piroclásticas suaves
compuestas por una matriz y bloques con poca compactación y sin cementación o un soldamiento
efectivo.
Existen casos especiales como el de una toba-brechosa con una matriz arenosa, compacta pero no
cementada, la cual al ser perforada con los métodos convencionales se desintegra totalmente
resultando un RQD casi nulo. Este valor de RQD, sin embargo, no es representativo del macizo
rocoso, ya que las características geomecánicas son mucho mejores que lo obtenido de aplicar los
métodos de clasificación regidos principalmente por el RQD. Resultados similares se obtienen de
aplicar estas metodologías de clasificación a macizos coluviales o laháricos que están compuestos
por una matriz principalmente arenosa/arcillosa y bloques duros que “flotan” con poca interacción
entre ellos.
El caso opuesto se produce si se trata de aplicar los métodos de caracterización de macizos a una
roca piroclástica suave tipo toba fina, toba lapíllica o similar. Para efectos de investigación
geotécnica, este tipo de material no puede ser atravesado con perforación a percusión tipo SPT o
similar. Al usar perforación a rotación con cuidados especiales (muestreadores dobles, lodos de
peforación, etc.) es posible obtener núcleos con el 100% de recuperación y 100% de RQD. Estos
resultados, sin embargo, no significan que sea una roca de buena calidad o muy competente, en
cuyo caso las metodologías de macizos rocosos no aplican y la capacidad de la roca está regida por
la resistencia a la compresión simple.
Se utiliza una cimentación profunda cuando los esfuerzos inducidos en el terreno por las cargas
aplicadas son mayores que la capacidad de soporte de las capas superficiales o cuando los
asentamientos potenciales de una cimentación superficial exceden los valores permisibles para el
tipo de estructura considerado. También se utilizan cimentaciones profundas para resistir las cargas
horizontales provenientes del viento, de un sismo o de movimientos laterales de la masa de suelo.
La capacidad de carga axial de un pilote es el valor menor de: 1) la capacidad estructural del pilote
o 2) la capacidad soportante del terreno. La capacidad estructural del pilote dependerá del material
y tipo de pilote y de las condiciones particulares de su aplicación. Por otra parte, la capacidad
soportante dependerá de las condiciones geomecánicas de los materiales del sitio, pero también del
método utilizado para la construcción de la cimentación.
La capacidad del pilote se divide en el aporte de resistencia en la punta del pilote (qp) y la
resistencia que se produce en el fuste del pilote debido a la fricción entre el suelo y el pilote (fs). En
la Figura 2 se presenta un esquema de la transferencia de carga de un pilote preexcavado.
Los métodos disponibles para determinar la capacidad de carga axial de un pilote con base en la
capacidad soportante del suelo son los siguientes: a) cálculo teórico, b) correlaciones empíricas y c)
pruebas de carga.
A continuación se presenta las teorías que son válidas para el cálculo de la capacidad de piotes.
Primeramente se determina la capacidad por punta del pilote y posteriormente la capacidad por
fricción. Para el desarrollo de las teorías se ha tomado en cuenta que se trata de pilotes
preexcavados.
El cálculo de la capacidad por punta del pilote apoyado en la roca blanda está dado por la
siguiente expresión:
[1]
Donde,
[2]
En donde,
c = Cohesión [kPa]
D = Diámetro del pilote [m]
= Peso unitario efectivo por debajo de la punta del pilote [kN/m3]
q = Esfuerzo efectivo en la punta del pilote [kPa]
Nc, N, Nq = Factores de capacidad de carga que dependen del ángulo de fricción
sc, s, sq = Factores de forma
b. Que la hinca del pilote en roca produce un fracturamiento adicional del macizo rocoso,
que debe ser considerado a la hora de definir los parámetros c y
c. Que en el caso de pilotes excavados y colados en sitio, la capacidad de punta podría ser
drásticamente disminuida en caso de que el proceso constructivo utilizado no garantice
la total remoción de los sedimentos del fondo.
[3]
Donde,
Adicionalmente deberá tomarse en cuenta la capacidad estructural del pilote para garantizar
que soportará la carga impuesta por la estructura.
Existen otras metodologías para calcular pilotes preexcavados apoyados en roca y no se pretende en
este artículo entrar en detalles de cálculo; sin embargo, para destacar las diferencias con el cálculo
convencional de pilotes hincados en suelos, se presentan criterios basados en la teoría y en métodos
empíricos tomados de Das (2007) y Zhang (2004).
Como una metodología específica para pilotes preexcavados apoyados en roca Das (2007) presenta
el método de Reese y O’Neill. Este método supone que existe una resistencia lateral entre el pilote
y la roca o una resistencia por punta en el fondo pero no ambas. El procedimiento a seguir es el
siguiente (modificado de Das, 2007):
[4]
Donde, qu [en kPa] es la resistencia a la compresión simple de la roca o del concreto del
pilote, rigiendo la menor
[5]
Donde,
[6]
Donde Em corresponde con el módulo elástico del macizo rocoso donde se apoya el pilote.
[7]
Donde,
Cs = Espaciamiento de discontinuidades
Ds = Espesor de discontinuidad individual
qu = Resistencia a la compresión simple de la roca o del concreto del pilote,
rigiendo la menor
3.2 Correlaciones empíricas para el cálculo de capacidad de pilotes en rocas blandas
Existen distintas correlaciones para calcular la capacidad de carga de un pilote. Estas tienen
grandes limitaciones y deben ser usadas con sumo cuidado. Estas correlaciones son particularmente
adecuadas cuando se han desarrollado y basado en la experiencia local y sirven principalmente para
estimaciones preliminares (Código de cimentaciones Costa Rica, 2009).
Zhang (2004) presenta numerosas correlaciones empíricas y semiempíricas para estimar la fricción
lateral y la capacidad por punta en rocas. En estas correlaciones la resistencia del macizo rocoso y
las discontinuidades tienen una gran importancia. También existen varios criterios basados en el
SPT que correlacionan el valor N con la capacidad; sin embargo, tratándose el tema sobre
cimentaciones en roca donde no penetra el método SPT, se omiten estas correlaciones.
Las teorías disponibles para calcular la capacidad de pilotes preexcavados apoyados en roca
se pueden agrupar en tres categorías que suponen a) la falla es plástica, b) la falla es frágil y
c) se limitan los esfuerzos debajo del área cargada a un valor menor que el necesario para
iniciar la falla.
Existe una variación importante entre las diferentes teorías usadas para calcular la capacidad
por punta de pilotes preexcavados, por lo que, se han desarrollado numerosas correlaciones
empíricas y semiempíricas. Estas correlaciones se basan en la resistencia a la compresión
simple de la roca (qu). Algunas de éstas se indican a continuación:
[12]
Donde Nms es un coeficiente relacionado con la clasificación del macizo rocoso (RQD,
RMR, Q) y el tipo de roca. Carter y Kulhawy (1988) replantean la ecuación de la AASHTO
en el límite inferior con la ecuación:
[13]
[14]
[15]
Esta metodología es quizás la más apropiada para determinar la capacidad última de las
cimentaciones profundas en rocas blandas. Esto por cuanto es la única forma de determinar que
tanto la caracterización del macizo rocoso como la aplicación de la teoría como de las correlaciones
es válida y brindan capacidades últimas ajustadas a la realidad. Las pruebas de carga pueden ser
estáticas y/o dinámicas; sin embargo, en ambos casos presentan la limitación de que pueden ser
costosas.
Hasta la fecha no se tiene registro de la ejecución de este tipo de pruebas en el Área Metropolitana.
Se destaca, sin embargo, que a medida que vayan aumentando la complejidad e importancia de las
estructuras de altura será necesario recurrir a este tipo de prueba para la determinación de la
capacidad de los pilotes en las rocas blandas.
Tabla 1.- Comparación de resistencia última de punta de pilotes apoyados en rocas blandas
Tipo de Capacidad de punta [MPa]
Roca Teoría [qp] Correlación [qmax] Prueba carga
Volcánica aglomerática 10 4.5 -
Volcánica cristalina 29 29 -
Con base en la comparación de la Tabla 1 se puede observar que para las rocas aglomeráticas (e.g.
lahares y tobas brechosas) la capacidad obtenida a través de la resistencia a la compresión simple es
baja. Esto obedece a que los valores de compresión simple para la matriz son bastante bajos. Para
el caso de las rocas volcánicas cristalinas (e.g. las ignimbritas), se observa que la resistencia última
determinada a través de los distintos métodos es prácticamente la misma.
Con base en los resultados se identificó que el perfil estratigráfico típico está compuesto por las
siguientes capas: 1) suelo limo arcilloso café con un espesor de hasta 15 – 20 m, 2) lahar
compuesto por matriz areno arcillosa con bloques de lava que puede profundizarse hasta los 30 m,
3) una toba fina y alterada porosa de color beige y/o gris y de entre 10 – 15 m de espesor y 4)
ignimbrita de color gris, sana y de buena resistencia que se detecta a partir de los 40 – 50 m por
debajo de la superficie.
Aún cuando se han utilizado hasta 2 – 3 niveles de sótano en las edificaciones de altura, la
resistencia de los suelos no es suficiente para soportar las cargas transmitidas por las estructuras.
Ante esta situación ha sido necesario el diseño/construcción de cimentaciones profundas que por lo
general han sido a través de pilotes preexcavados. De acuerdo con las características del terreno y
las estructuras, estos pilotes han tenido que apoyarse en algunos de los tres estratos de rocas blandas
(lahar, tobas o ignimbritas) característicos de esta zona de San José.
En la Tabla 2 se presentan las capacidades por punta que se han recomendado para distintos
proyectos en distintas partes de San José.
Tabla 2.- Capacidad por punta última (qp) recomendada en distintos proyectos de San José
Tipo de Capacidad por punta recomendada en distintos Proyectos [MPa]
Roca Proyecto 1 Proyecto 2 Proyecto 3 Proyecto 4 Proyecto 5
(Pavas) (Sabana Norte) (Sabana Sur) (Paseo Colón) (San Pedro)
Lahar 7.1 7.2 7.6 8.5 7.6
Toba alterada - 11.9 10.7 13.2 -
Toba fina - - 24.6 17.0 -
Brecha - - - 61.3 -
Con respecto a las capacidades de punta presentadas en la Tabla 2, se debe tener en consideración
que la longitud de los pilotes varía de un proyecto a otro. También pueden existir pequeñas
variaciones en las características mecánicas de las rocas del sitio. En algunos de los proyectos no
ha sido necesario profundizar los pilotes hasta profundidades importantes debido a que las
estructuras son relativamente más pequeñas y por tal razón es que no se incluyen las
recomendaciones para todos los tipos de roca.
Por lo general en diseño se define la longitud de los pilotes con base en los resultados del
estudio geotécnico; sin embargo, debido a la heterogeneidad tanto vertical como horizontal
de las rocas volcánicas blandas se debe realizar una inspección adecuada que garantice que
la punta del pilote alcanza el material adecuado.
El tema del control de calidad de la construcción de los pilotes preexcavados es un tema que
debe ser evaluado apropiadamente. Durante la excavación o durante el colado del concreto
pueden presentarse problemas (estrangulamientos, inestabilidad de las paredes, etc.) que
pueden incidir sobre las suposiciones de diseño.
5. CONCLUSIONES
En el Área Metropolitana de San José el ambiente geológico está compuesto por rocas
volcánicas blandas. Los tipos de rocas que se pueden detectar son: lahares, coluvios, tobas,
tobas brechosas, tobas lapíllicas, etc.
Estos macizos volcánicos son medios heterogéneos, discontinuos y anisotrópicos, donde las
clasificaciones de macizos rocosos presentan muchas limitaciones. Esto implica que se
deben aplicar criterios adecuados para definir los modelos geológicos y geotécnicos, así
como, para seleccionar los parámetros geomecánicos que nutren las teorías de cálculo y los
programas de cómputo especializados y específicamente en el tema de cimentaciones
profundas.
Para las rocas aglomeráticas (e.g. tobas y lahares) la correlación con la resistencia a la
compresión simple arroja valores bajos en comparación con la capacidad determinada a
través de los métodos teóricos. Esto puede obedece a que este tipo de rocas la resistencia a
la compresión de la matriz areno arcillosa puede ser baja. Para las rocas blandas cristalinas
(e.g. ignimbritas) se obtienen valores de capacidad similares independientemente del método
utilizado.
Los valores anteriores han sido recomendaciones que han tenido un comportamiento
adecuado en los edificios ya construidos. Es importante, sin embargo, que estas
recomendaciones se validen a través de la ejecución de pruebas de carga (estáticas o
dinámicas). Estas pruebas de carga serán requeridas a medida que vaya aumentando la
complejidad y magnitud de las obras.
6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Design Methods. Federal Highway Administration, Washington D.C., USA.
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Tomlinson, M.J. (1994). Pile Design and Construction Practice – 4th Edition. E & FN Spoon,
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