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PAUL C.

JAGOT

MÉTODO PRÁCTICO
PARA DESARROLLAR

LA MEMORIA
EL ARTE DE APRENDER, RETENER Y RECORDAR
EXACTAMENTE

EDITORIAL

TOR
LA MEMORIA
OBRAS DE PAUL C. JAGOT

LA EDUCACIÓN DE LA PALABRA
El arte de hablar claramente y con persuación

EL PODER DE LA VOLUNTAD
Método práctico y eficaz de influencia personal

LA TIMIDEZ VENCIDA
Método para adquirir seguridad y confianza en uno mismo

PSICOLOGÍA DEL AMOR


El instinto, la sensibilidad y la imaginación en el amor

LA MEMORIA
Método práctico para recordar exactamente y con rapidez

LAS LEYES DEL ÉXITO


Método para obtener el máximo de eficacia realizadora

LA EDUCACIÓN DEL ESTILO


Un método simple para adquirir claridad en la redacción

EL DOMINIO DE SÍ MISMO
Cómo adquirir energía y sobreponerse a las debilidades

EL INSOMNIO VENCIDO
El arte de dormirse fácilmente, renovando la voluntad

EL LIBRO RENOVADOR DE LOS NERVIOSOS


Guía práctica para vencer todo desfallecimiento nervioso

MÉTODO PRÁCTICO DE AUTOSUGESTIÓN


Para desechar todo hábito, adquirir calma, lucidez y salud

SUGESTIÓN
Cómo influyen los acontecimientos externos en la voluntad

MAGNETISMO
Atrayente descripción de las leyes de esta propiedad

HIPNOTISMO
Método para desarrollar las cualidades psíquicas superiores

OBRAS DE ORISON SWETT MARDEN

SIEMPRE ADELANTE
Hay que mirar siempre

EL PODER DEL PENSAMIENTO


Es el pensamiento el que regula nuestra conducta y la dirige

ACTITUD VICTORIOSA
Hay que asumir una actitud decidida de triunfo en todo momento

LA ALEGRÍA DE VIVIR
La vida no es una carga sino, por el contrario, una alegría

EDUCACIÓN DEL CARÁCTER


Cómo se prepara el carácter personal para todas las contingencias
INICIACIÓN EN LOS NEGOCIOS

ENCICLOPEDIA DEL HOMBRE QUE TRIUNFA

PAUL C. JAGOT

LA MEMORIA

Método práctico para aprender,


Retener y recordar exactamente
Y con rapidez

Traducción directa, por J. G. KROHN

EDITORIAL TOR
Río de Janeiro 760
BUENOS AIRES
Impreso en la Argentina
Printed in Argentina
ES PROPIEDAD.- Queda hecho el depósito que marca la ley.

NOCIONES PRELIMINARES

1. Importancia de la memoria. -2. Podemos


Modificar cada elemento de esta función. -
3. En ciertas condiciones psíquicas, la memo-
ria amplía espontáneamente los límites de sus
posibilidades humanas. - 4. Cómo obtener
una mejoría rápida y definitiva.
1. IMPORTANCIA DE LA MEMORIA

Jamás se podrá dedicar excesiva atención a la educación de esta misteriosa función, cuya
incesante actividad cumple la triple función, de registrar la multitud de nociones, que
impresionan nuestros sentidos o solicitan nuestra inteligencia, de conservarlas y recordarlas
en momento oportuno. Lograr que tal función realice su tarea de igual modo que un
secretario dócil y ordenado, es asegurar las más agradables, ventajosas y altas
posibilidades. Entonces se transforma en el íntimo y precioso auxiliar de toda realización,
en la evocadora mágica de toda realización, en la evocadora mágica de las imágenes
demasiado fugaces, en el apoyo de las más diversas especulaciones intelecuales a donde el
espíritu gusta de elevarse.
La mayor parte de los elementos de valor personal, de los medios de conocimiento y de
acción, se basan en la memoria: tales como la destreza, la rapidez y la seguridad de jucio, el
discernimiento de los caracteres, el espíritu de réplica, la facilidad de elocución, la riqueza
del estilo, la oportunidad de las resoluciones, la erudición, la extensión y la multiplicidad
del saber, la adaptabilidad, etcétera. En las profesiones liberales a que se llega después de
un examen para cuya aprobación es preciso asimilar antes una verdadera enciclopedia; en
los negocios en el recuerdo fiel del pasado debe guiar las decisiones del presente; en las
Bellas Artes que, además de facultades especiales, requieren una cultura basada en mil
matices que la imaginación debe recordar para impregnarse de ello ampliamente; en la
industria, cuyo continuo progreso debe obtener sus directivas de las fuentes diversas, el que
quiere lograr una posición más elevada y lucrativa, o, hasta más modestamente, superar el
promedio, no podrá lograr sus propósitos si carece de memoria.
Y ¡cuántas pequeñas ventajas conquistadas, cuánto tiempo y dinero ahorrados, cuántas
ocasiones fértiles aprovechadas, cuántos descontentos, dificultades y esfuerzos vanos
evitados por las personas que, de esa manera, no cometen olvidos y en cualquier
oportunidad sienten acudir a su memoria la síntesis de los recuerdos que pueden ser útiles
para ellos!
El treinta por ciento de los individuos deploran su insuficiencia mnemónica y comprueban
la inercia de su “secretario interior”, del que no saben lograr el menor servicio, sino a costa
de largos y penosos esfuerzos. Mejor que otra cualquiera persona, aprecian la importancia
de las ventajas que reporta una buena memoria, y su más vehemente deseo es transformar la
suya. Desde la antigüedad, y en todos los tiempos, han existido hombres que se
proecuparon de proveer a sus semejantes los medios necesarios para ello. Esta es una tarea
noble, que el autor del presente volumen va a tratar de proseguir digna y eficazmente.

PODEMOS MODIFICAR CADA ELEMENTO DE ESTA FUNCIÓN

Pero, ¿realmente puede una persona modificar su memoria, sobre todo después de haber
alcanzado ya una cierta edad? Sin duda alguna. Las consideraciones que exponemos lo
establecen sólidamente. Anto todo, permitidme que os diga que la aplicación de los
procedimientos descritos más adelante me ha dado la certidumbre experimental.
Dada la condición actual de vuestra memoria, a priori, parece evidente que, manejándola
con método, obtendréis un resultado sensiblemente superior. Desde Simonides hasta los
recientes trabajos de Fenaigle, Pick, Carvalho, Aimé Paris, Loisette Chavauty,
Courddavault, Guyot-Dabués, Rollin, etc., todos autores se han inspirado en el principio
anterior para combinar sistemas ingeniosos, con el fin de ayudar a la retención y
recordación. Esos sistemas han sido ensayados, y su utilización no ha obtenido la
generalización que sus autores deseaban, ello se debe a que fueron concebidos únicamente
para el estudio de textos literarios, históricos y filosóficos y de cronologías 1 .
Aun cuando con ellos se facilitan tan sólo un determinado número de operaciones
mnemónicas, los métodos de ese género contituían ya una educación parcial de la memoria,
una disciplina intelectual apropiada para favorecer la rectitud de esa función. Los resultados
a que llegaron aquellos que los han puestos en práctica, demostraron que la memoria podía
ser modificada.
Además, después que se ha dejado de considerar la memoria como una “facultad del
alma” para estudiar la función psiconerviosa implicada por su actividad, aparecieron nuevas
posibilidades modificadoras, cada uno de cuyos elementos almacena y restituye el
recuerdo, modificable a su vez.
De cada uno de esos elementos depende una determinada característica de memoria: Ya
veremos cómo puede influenciar separadamente todas sus características y llevarlas a un
funcionamiento de conjunto satisfactorio y cuidadosamente acondicionado para el fin
propuesto.
Toda cualidad o característica de la memoria de una causa accesible al esfuerzo
voluntario. Así, su extensión -a la cual, erróneamente, se le asignarían límites- se amplía
por las costumbres metódicas, de orden en las ideas, de clasificación desde el comienzo,
después de reflexionar y comparar. La rapidez de registro para una materia determinada, es
una cuestión de equilibrio general físico y psíquico, de apetencia intelectual y de
entrenamiento. La persistencia del recuerdo es proporcional a la agudeza y a la duración de
la atención puesta al recibirlo. La exactitud y la precisión de ese recuerdo son determinadas
por nuestra capacidad de análisis. En fin, la oportunidad -esa preciosa cualidad que consiste
en que en el momento mismo en que es provechoso que nos inspiremos, vengan
espontáneamente a solicitar la conciencia todas las nociones útiles- necesita un sutil y
juicioso método de asociación de ideas. La felicidad del recuerdo voluntario depende de las
mismas condiciones unidas a una voluntad evocadora concentrada.
La vida corriente ofrece a la observación hechos de los que se deduce que lejos de
mostrarse inmutable, la memoria es esencialmente variable en sus manifestaciones.
Es así que, hasta la más defectuosa organización mnemónica reproduce fácilmente, y con
la mayor nitidez, ciertos hecho, por ejemplo, que impresionaron fuertemente al sujeto. A
veces, nos acordamos con toda viveza y precisión de un detalle íntimo conexo a un suceso
medio borrado ya de nuestra memoria, porque ese detalle presenta para nosotros un relieve
que el suceso no poseía.
Los soñadores, que son, casi todos, muy impresionables, sienten con agudeza, pero
conciben sin precisión. Les agrada revivir imaginariamente aquello que les impresionó.
Poseen una rica colección de recuerdos y pueden, frecuentemente, después de veinte años
de un cierto accidente, volver a referirlo con una minuciosidad admirable; pero, en cambio,
olvidan a menudo importantes utilizados inmediatas.
Ciertos elementos de una memoria son naturalmente excelente cuando uno de los más
importantes se encuentran aniquilado por cualquier causa perturbadora. Para muchos
sucede así porque cada cual, según su temperamento, según el género y el grado de su

1
Los últimos perfeccionamientos de la Mnemotecnia se deben si abate Chavauty, que ha sabido combinar un sistema de
soportar la universidad de los conocimientos.
cultura, tiene memoria para ciertas cosas y carece casi totalmente de ella para otras.
Nuestras predisposiciones generales nos crean una apetencia de espíritu por tal o cual
especie de conocimientos, e inversamente, una indiferencia total, hasta una repugnancia
respecto a tal o cual otra. Aunque comprendiendo perfectamente la oportunidad de
aprender, a veces se experimenta una invencible dificultad retentia; pero si se aprecia esa
oportunidad, si se experimenta la necesidad de saber, es posible asimilarse las ideas, las
nociones y hasta las palabras, textuales, una por una, con gran facilidad. Como la voluntad,
la memoria obtiene de sus motivos un vigor proporcional a su intensidad.
Cuando estamos soñando, ¿no nos ocurre que revivamos una fase lejana de nuestra
existencia, de la que acaso pudiéramos acordarnos en estado de vigilia, aunque entonces
con mucha menos precisión? Además, en el transcurso del sueño, ¡cuántos recuerdos que
parecían enteramente borrados vienen a agitar nuestro espíritu! El fondo éste: sus regiones
profundas en que se hunden, faltas de un punto de asociación, las miradas de sensaciones,
de impresiones y de ideas a las que no concedimos sino una fugitiva atención, toda esa olla
podrida parece volver de nuevo a la superficie.
Surgidos por no sé qué capricho, una multitud disparatada de individuos ya olvidados, de
palabras de antaño vagamente percibidas, de espectáculos, que impresionaron nuestra
mirada en un pasado a veces lejano de pensamientos cuyo resplandor nos deslumbró
durante un segundo cierto día o un instante, manifiestan la huella que han dejado en
nosotros.
Todo eso expresa la ductilidad de la función que nos ocupa: Ella se hace más lenta o se
acelera, conserva o restituye, o se reproduce nítida o confusamente, según que tales o
cuales palancas la accionen: Aprendamos a conocer y a manejar el mayor número posible
de esas palancas, y la máquina se volverá dócil en su funcionamiento.

3. EN CIERTAS CONDICIONES PSÍQUICAS, LA MEMORIA AMPLÍA


ESPONTÁNEAMENTE LOS LÍMITES DE SUS POSIBILIDADES HABITUALES

En ciertos estados de hipnosis 1 , sobre todo en las fases frustradas y en el sonambulismo,


la memoria adquiere una lucidez maravillosa. Los menores hechos del pasado son
recordados por el sujeto hipnotizado, quien percibe igualmente las relaciones de causa a
efecto que pudieron tener sobre su estado presente las impresiones ya lejanas. Esa
posibilidad es utilizada en la psicoterapia para ciertos diagnósticos. He aquí tres casos de
ese género:
-Una extraña fobia: la de los viajes, incluso se manifiesta súbitamente en una mujer
normal de unos cuarenta años de edad, de los más cortos trayectos y en cualquier vehículo.
Esa repugnancia se hace muy pronto irresistible. Dormida por sugestión y por suave
fricción de vértex, se acuerda entonces de haber sido víctima en su infancia de un accidente
de vehículo, accidente que tenía absolutamente olvidado en estado de vigilia.
-Un niño visita con su padre la plataforma del Arco de Triunfo de la Estrella en París. A
fin de que pueda ver el panorama, su padre le toma en brazos y lo levanta. El niño, presa de
vértigo, comienza a lanzar gritos. Al día siguiente se le declara una ictericia. Veintiún años
después, aquejado de agorafobia, consulta a un médico, que lo hipnotiza; y de este modo
llega a saber que le causa de su actual estado, procedía de la impresión de vértigo
experimentada en su infancia.

1
Véase “Método Científico-Moderno de Magnetismo, Hipnotismo y Sugestión”, del mismo autor.
-Una mujer joven y normal, afectada de una alucinación visual intermitente, se presenta al

doctor G. Durville para someterle su caso: Cada vez que ella se lavaba las manos, el agua
que utilizaba le parecía teñirse de sangre. El origen de tal trastorno se remontaba a tres años
apenas y la mujer no sabía a qué atribuirlo. Dormida por el doctor Durville y sugestionada
para que percibiera los elementos de la etiología de su caso, ella se acordó de que a la edad
de cinco años, había asistido al acto de degollar a un ave cuya sangre salpicó sus manos,
que se lavó inmediatamente. Muy impresionada, quedó tan penosamente afectada por tal
escena, que cayó enferma. Aunque conservó una perturbación mental generadora de su
alucinación.
Los estados febriles que van acompañados de delirio, determinan a menudo una
extraordinaria hipermnesia. A menudo hablan de cosas de las que no tenían ni la menor
idea y de las que no vuelven a acordarse después de su curación. Casi siempre se tratade
cosas muy antiguas y cuya realidad queda confirmada por algún testigo.
Colerdige cita el caso de una analfabeta que, durante un acceso de fiebre, se puso a
disertar en hebreo y en griego. Gracias a la sagacidad de un médico a quien esa rara
manifestación había interesado extraordinariamente, se logró saber que la enferma había
sido cocinera de un clérigo que, durante horas enteras, iba y venía por una habitación, a la
que daba la cocina, recitando frases tomadas de los textos sagrados. Muchas de esas frases
había sido registradas inconscientemente por el sujeto y repetidas por ella, palabra por
palabra, durante la fiebre. Otro ejemplo:
“A la edad de cuatro años, un niño a consecuencia de una fractura de cráneo, hubo de
sufrir una trepanación. Recobrada por él la salud, no conservó ningún recuerdo ni del
accidente ni de la operación. Pero a la edad de quince años, presa de un delirio febril,
describió a su madre la operación, las personas que a ella asistieron, las ropas que vestía y
otros pequeños detalles, todo con gran exactitud. Hasta entonces, jamás había hablado de
ello ni había oído a nadie dar todos esos pormenores” 1 .
Como la trepanación se efectúa necesariamente con anestesia general, el ejemplo
precedente muestra que la narcosis va acompañada de un estado psíquico que permite
registrar un cierto número de percepciones.
El sueño clorofórmico o etérico ha dado lugar a menudo a la comprobación del recuerdo
de las nociones olvidadas principalmente de dialectos aprendidos en la infancia y
abandonados desde hacía mucho tiempo.
“Un viejo forestal -refiere Mathias Duval- había vivido durante su juventud en las
fronteras polacas y apenas había hablado el polonés. Después no había vivido 2 más que en
distritos alemanes. Sus hijos aseguraron que, desde hacía treinta o cuarenta años, no había
oído ni pronunciado una sola palabra de polaco. Durante la anestesia que duró cerca de dos
horas, ese hombre sólo habló, rogó y cantó en polaco”.
Un cirujano amigo mío me comunicó una observación del mismo género. Después de
haberle dormido mediante el éter, efectuó una amputación a un hombre que durante la
operación habló de un documento colocado entre la tapa y la sobrecubierta de un libro de su
biblioteca. Se trataba de una carta que había buscado largamente sin poder acordarse del
lugar en que la había puesto.

1
Mahtias Duval, citado por Ribot (“Les Maladies de la Mémoire”).
2
Abercrombie, citado por Ribot (“Les Maladies de la Mémoire”).
Puede decirse que todos los modificadores del estado mental actúan sobre la memoria de
manera que exaltan algunas de sus modalidades poco activas en estado de vigilia y a veces

obnubilan ciertas categorías de recuerdos. Los estupefacientes determinan efectos análogos


a los de los anestésicos. La absorción de opio, de morfina, de cocaín, de haxix, modifica la
memoria, y se ha recopilado en ese sentido un número considerable de casos de recuerdos
de nociones olvidadas desde largo tiempo.
“Me parece -dice Th. De Quincey, en sus Confesions d’un mangeur d’opium- haber vivido
setenta años o un siglo en una noche… Los recuerdos más pequeños sucesos de mi
juventud, escenas olvidadas de mis primeros años, eran reavivados a menudo. No puede
decirse que las recordaba, porque si me las hubiesen referido en estado de vigilia, yo no
hubiera sido capaz de reconocerlas como formando parte de mi experiencia pasada. Pero
colocadas ante mí como lo estan en sueños, como intuiciones; revestidas de las más vagas
circunstancias y de los sentimientos que las acompañaban, yo las reconocía
instantáneamente 1 ”.

4. LOS ESTADOS AFECTIVOS EXCITADORES DEL RECUERDO

La inminencia de un peligro mortal, una emoción intensa e imprevista, a veces mismo una
circunstancia poco importante, a menudo han llevado a la conciencia acontecimientos de
importancia profundamente escondidos en la imaginación.
He aquí algunos ejemplos clásicos:
El primero lo cita Carpenter en su Mental Phisiology, y es sugestivo desde el doble punto
de vista del registro automático y de la resitución espontánea de la impresión que se
remontan a la primera infancia:

“Un hombre dotado de un temperamento artístico muy notable (este punto es de notar) fue
con unos amigos en excursión a un castillo del Condado de Sussex, del que no tenía ningún
recuerdo haber visitado antes. Al acercarse a la puerta principal, experimentó una viva
impresión de haberla visto ya antes, y volvía a ver no sólo aquella puerta, sino muchas
personas montadas en asnos o de pie al lado de éstos, bajo el pórtico. Esa convicción
singular se impuso en él, tanto, que interrogó a su madre a fin de obtener algunas
aclaraciones acerca de ese lugar. Supo de ella que, cuando tenía deiciséis meses, había sido
llevado en una excursión a aquel lugar, que le habían llevado en un canasto a lomos de
asno, que le habían dejado abajo con los asnos y criados, mientras que las personas de más
edad se habían instalado para comer encima de la puerta del castillo”.

El segundo caso proviene del Essay on intellectual power, de Abercrombie. Presenta una
analogía soprendente con el precedente:

“Una señora en el último período de una enfermedad crónica, fue conducida al campo
desde Londres. Su hijita, que aun no hablaba, le fue traída y, después de una corta
entrevista, fue llevada de nuevo a la ciudad. La señora murió algunos días después. Su hija
creció sin acordarse de su madre hasta la edad madura. Fue entonces cuando tuvo la
ocasión de ver la habitación en que su madre había muerto. Aunque ella lo ignoraba al

1
Quincey, citado por Ribot (“Les Maladies de la Mémoire”).
entrar en la habitación se estremeció, y como le preguntaran la causa de su emoción,
respondió: “Tengo la impresión exacta de haber estado en otra época en esta habitación. En
ese rincón estaba echada una señora que parecía muy enferma y que, inclinándose sobre mí,
lloró”.

Es sabido que numerosos individuos llamados de nuevo a la vida después de haber


perdido el conocimiento como consecuencia de una inmersión accidental, han atestiguado
la extraordinaria lucidez de los últimos instantes que precedieron a su síncope. En algunos
segundos habían tenido una visión, vertiginosa pero muy precisa, de su vida entera, desde
su infancia hasta el momento del accidente. Semejante fenómeno tiene lugar a veces en el
momento de la agonía y hasta en el peligro muy grave: El hecho siguiente dará una idea de
ello:

“Un hombre de imaginación extraordinariamente viva, atravesó una vía férrea en


momentos en que un tren llegaba a toda velocidad. No tuvo tiempo sino para tenderse entre
los dos rieles. Mientras que el tren pasaba por encima de él, la sensación del peligro le trajo
a la memoria todos los incidentes de su vida, como si hubiera sido abierto ante sus ojos el
libro del Juicio Final” 1 .

SE OBSERVA, QUE TODO OCURRE COMO SI NINGÚN ESTADO DE CONCIENCIA,


NINGUNA PERCEPCIÓN, NINGUNA IMAGEN DESAPARECERÁ TOTALMENTE DE
LA MEMORIA UNA VEZ REGISTRADA EN ELLA.

5. CÓMO OBTENER UNA MEMORIA RÁPIDA

Después de haberse formado una clara idea de la función mnemónica por el estudio de los
datos contenidos en el presente capítulo y en los tres días siguientes, el lector aplicará las
instrucciones dadas a partir del capítulo V. Así se situará ante todo en las condiciones
físicas y mentales que favorecen el juego de los elementos de la memoria; después se
estudiará para desarrollar cada uno de ellos. Sucesivamente aprenderá a dirigir su
pensamiento a concebir una tabla que comporte todas sus subdivisiones necesarias para
clasificar gradualmente las nociones que quiera recordar, para registrar rápida y claramente,
para usar sutiles asociaciones de ideas, para situarse en el estado psíquico más favorable al
recuerdo, para utilizar los procedimientos mnemotécnicos en la retención de las cosas
difíciles de asoicar.
Los primeros resultados, serán casi instntáneos en los más favorecidos, instantáneos en los
más favorecidos, y no requerirán sino algunos días en las memorias más rebeldes.
Obtenidos esos resultados, los progresos se acentuarán cada vez más rápidamente y,
ayudados de la perseverancia, harán retroceder cada vez más los límites de la potencia
mnemónica.

1
Según Vislow, citado por Ribot. (Les Maladies de la Mémoire).
PARTE TEÓRICA

CAPÍTULO PRIMERO

TEORÍA ESQUEMÁTICA DEL FUNCIONAMIENTO DE LA MEMORIA

1. Ideas de su automatismo perpetuamente


activo.- 2. Distribución. - 3. Conservación.
4. El recuerdo espontáneo. - 5. El recuerdo
voluntario.- 6. Las asociaciones internas
1. IDEA DE SU AUTOMATISMO PERPETUAMENTE ACTIVO

¿Cómo se manifiesta esencialmente la memoria? Registra nuestras percepciones,


recepciones y conceptos; los almacena desde que desaparecen de la conciencia, y los
presenta de nuevo a ésta, ya sea espontáneamente, ya bajo la acción de la voluntad. El
recuerdo recorre, pues, tres etapas: adquisición, conservación y recuerdo. Observemos que
no son sólo las cosas que tratamos de retener que se fijan en la reserva mental, en ésta
entran también nociones que no hemos ningún esfuerzo para apropiárnosla; se infiltra
asimismo una gran cantidad de imágenes y de ideas sobre las cuales nuestro entendimiento
ni siquiera se ha detenido el tiempo suficiente para que tengamos conciencia de su
irrupción. Observemos, por otra parte, que si el recuerdo es, en principio, voluntario por
definición, la sucesión de los pensamientos que agitamos -o que nos agitan- a diario,
tienden a volver a traer de las profundidades del subconsciente cosas relacionadas con su
objeto. Observemos también este hecho característico, establecido en el curso del capítulo
precedente: antes ya de hallarse en estado de comprender, el cerebro del niño puede
almacenar recuerdos, de los que no tendrá conciencia sino más tarde.
Debemos, pues, concebir la función que nos ocupa como un automatismo cuya actividad
continúa siendo para nosotros casi por entero inconsciente. Que prestemos o no atención,
continuamente registramos nociones que se distribuyen más o menos metódicamente en el
segundo. Podemos, pues, definir la memoria como: un automatismo inconsciente.
La fisiología, base racional de la psicología, no ha adquirido aún más que datos
incompletos acerca de esta función. Ella ha admitido durante mucho tiempo paralelismo
estrecho entre cerebro y memoria. Actualmente se sabe que el dominio mental es
considerablemente más amplio que el dominio cerebral. Las teorías clásicas no podrían dar
cuenta de ciertos hechos, sobre todo el orden siempre invariable del olvido de las palabras
en la afasia, cualesquiera que sean el punto del cerebro en que comience la lección y el
sentido en que ella evolucione.
Un esquema muy sencillo, a falta de una demostración más material, nos da la idea
general que necesitamos para orientar nuestro trabajo. Comprendemos la memoria a un
cilindro que gira continuamente alrededor de un eje central. Ese cilindro se le supondrá
aislado del exterior y de la conciencia excepto por una superficie de contacto figurada por
el sector OBC del disco de separación D. Por la abertura OBC, la cara lateral del cilindro,
continuando su movimiento de rotación, pone sucesivamente en relación con la conciencia
y con el sensorio todos los sectores que lo componen. Bien entendido que, por esa especie
de ventana, nuestros estados anímicos, intelectuales o afectivos, así como nuestras
percepciones sensoriales, se ponen en contacto con la mayoría y la impresionan más o
menos, según estemos atentos o distraídos. Pero el registro no tiene lugar en los dos casos
en forma parecida.

2. DISTRIBUCIÓN

Se efectúa automáticamente, en el interior del cilindro, una distribución de todo aquello


que entra por el triángulo OBC y, a tal propósito, diremos que el cilindro puede ser
considerado como dividido en dos regiones principales: la de los recuerdos asociados, de
los que vamos a ocuparnos, y de los recuerdos esparcidos. En esta última figuran aquéllos
que, sea por una falta de intensidad, sea por la de uno de los puntos de asociación con una
noción definitiva adquirida, quedan aislados sin ningún punto que los ligue a una cadena
ideológica mediante la cual podamos volver a traerlos a la superficie consciente.
La región de los recuerdos asociados incluye todo aquello de que somos capaces de
acordarnos en un estado psíquico normal. Desde su entrada al cilindro por la abertura OBC,
toda noción tiende a asociarse a alguna otra que figure ya en él y con la cual presenta la
recién llegada alguna afinidad, es decir, una analogía directa o inversa. Existen centros de
cristalización hacia los cuales convergen y con los cuales convergen y con los cuales
quedan inmediatamente ligados, según su especie, los recuerdos de diferentes catagorías.
Por otra parte, tengamos en cuenta que las ideas y las impresiones registradas con
continuidad quedan ligadas por un hilo que permite, cuando la primera vuelve a la
imaginación, encontrar sin dificultad todas las que siguen. Los escolares pueden, así, recitar
una lección de la cual no han comprendido absolutamente nada. La sucesión de sonidos que
han repetido, en voz alta o mentalmente, ha sido registrada como impresión auditiva global,
o bien el aspecto gráfico de las palabras ha impresionado su visual como una especie de
cadena mórifica continua. En el momento deseado, no tienen sino que pronunciar la
primera palabra y recitan el resto sin ningún esfuerzo.
En una memoria no cultivada, la iniciativa de la clasificación es abandonada enteramente
al inconsciente 1 . Los centros de cristalización de que ya he hablado precedentemente,
parecen desviar su origen de las profundas idiosincrasias del individuo; se condicionan bajo
la influencia de las particularidades psicológicas: temperamento, tendencia, aptitudes, etc…
El individuo cuyo carácter manifiesta un relieve bien claro, el literato innato, el músico
innato, el calculador innato, etc., consideran desde sus primeros años, con un espíritu
especialmente atento todo lo que les parece tener alguna relación con su mayor aptitud. Se
asimilan fácilmente y recuerdan sólidamente numerosas series de observaciones, de
imágenes, de palabras, que se asocian al centro de cristalización representado por la
tendencia principal.
Las personas voluntariosas que, aun cuando no experimenten ningún agrado por una rama
del saber, tienden en absoluto a poseerla, sienten que su memoria les es rehacia en los
primeros esfuerzos que hacen por fijar en ella lo que tratan de aprender. Pero el motivo que
acciona su voluntad: la ambición, el deseo de evolución o cualquier otro, crea rápidamente
en ellas un centro de cristalización. A fuerza de repetirse: “Es necesario que llegue a
aprender esto: es indispensable para la satisfacción de tal o cual de mis deseos”, disminuye
en ellas su inercia mnemónica. Pero, faltas de método, a menudo les cuesta mucho más
trabajo del necesario.

3. CONSERVACIÓN

Un clisé mental se incrusta, si así puede decirse, sólidamente en la imaginación ya sea


porque la impresione vivamente cuando la percepción inicial se acompaña de un estado
emocional intenso; ya sea porque, tan agradablemente solicitada está la atención, que queda
absorbida; ya sea, también, porque, por un esfuerzo voluntario, se la ha sostenido
firmemente en el momento de su registro. La intensidad y la duración de la atención
desempeña, pues, un papel notablemente primordial en el manejo de la función mnemónica.

1
Véase “Psicología del Amor”, del mismo autor.
Veremos más adelante, cómo ejercitarlos de manera que su grado normal permita, sin fatiga
especial, fijar fácil y definitivamente nuestras adquisiciones intelectuales.

Teniendo el recuerdo como sostén la fibra nerviosa y como órgano de recuerdo el cerebro,
su conservación y la oportunidad de su reviviscencia dependen íntimamente de la nutrición
cerebral, es decir, de la circulación. Los espiritualistas, para quienes los centros nerviosos
son los instrumentos del alma, así como los materialistas, cuya singulares teorías hacen
surgir la inteligencia de la materia, están de acuerdo, por lo menos, en un punto: que existe
una higiene física de la memoria, a la que conviene tener consideración. Para volver a
nuestra comparación esquemática la substancia del cilindro debe ser considerada como
viviente. De su vitalidad depende la de los recuerdos que contiene. Además, su docilidad
para llevar de nuevo a la superficie del triángulo OBC las nociones que contiene, a fin de
afectar la conciencia cuando ella las solicita, exige una flexibilidad que supone una
potencia funcional suficiente.

4. EL RECUERDO VOLUNTARIO

Supongamos ahora que en el disco de separación D hay una segunda abertura triangular
OEF, en contacto con la conciencia como el sector OBC. A medida que el hilo del
pensamiento se desenvuelve, los diversos objetos de nuestras cogitaciones impresionan el
cilindro por OBC y determinan en él una especie de reflejo más o menos rápido que lleva a
OEF las nociones conexas. Tal es el fenómeno del recuerdo. Su oportunidad depende
evidentemente de la lógica habitualmente aportada al encadenamiento de nuestras ideas y
de la distribución más o menos juiciosa de éstas en el interior del cilindro.
Tan pronto como la atención se detiene, cautivada, en las primeras nociones de un
recuerdo, el cilindro disminuye la velocidad de su movimiento y su actividad actúa del
interior al exterior para llevar al triángulo OEF nuevos elementos del recuerdo considerado.
Durante el sueño, el cilindro oscila sobre su eje caprichosamente y alienta el ensueño de
una manera frecuentemente desordenada.

5. EL RECUERDO VOLUNTARIO

Toda tensión voluntaria del espíritu inmovilizado sobre un orden de ideas cualquiera,
suspende momentáneamente el movimiento del cilindro o, por lo menos, disminuye
considerablemente la velocidad de su rotación. Esa tensión produce una abducción de las
nociones conexas al objeto del pensamiento. El recuerdo deliberado parece, pues, estar
influenciado por la intensidad de la voluntad.

Si es exacto que una palabra escapa a veces a nuestra memoria en el momento en que nos
esforzamos en recordarla, mientras que surgirá sin ningún esfuerzo en otro instante,
observemos que, en el primer caso, un estado excesivo afectivo o toda otra causa
perturbadora de la voluntad disocia esta última de la memoria y suprime momentáneamente
su acción. Cuando estamos tranquilos, recogidos y tenemos sangre fría, sentimos con más
fuerza la oportunidad de recordar una noción, y más dócilmente vuelve a presentarse ésta
en nuestra conciencia. Toda mejora de la voluntad trae consigo una flexibilización de la
restitución automática y, a la menor solicitación, aporta conocimientos escondidos en
nuestra reserva mental.
Vuestros conocimientos, de toda naturaleza, están a vuestra disposición en esa misteriosa
región, designados aquí bajo la figura de un cilindro, y en ella se relegan así que cesáis de
prestarle atención. Si estáis muy bien dotados, al menor requerimiento, la palabra, el
número, la imagen, la idea que os hace falta, instantáneamente son hallados de nuevo. Si, al
contrario, os ocurre con frecuencia, a pesar de vuestros enérgicos requerimientos, que no
lográis obtener al instante el documento mental que buscáis, os es posible que lo poseéis sin
embargo, tan perfectamente preciso como lo deseáis. Es el mecanismo íntimo mediante el
cual debiera acudir a vuestra memoria ese documento. Vuestro estado psíquico actual no
acciona tal mecanismo. Pero sin duda sucederá que una hora después, al día siguiente, o al
cabo de ocho días, os encontraréis en una condición psíquica que hará posible que tenga
lugar el accionamiento del mecanismo, que en vano tratáis de lograr ahora.

Supongamos que vuestro recuerdo carezca de precisión: entonces es que en el momento


del registro no ha sido cumplida alguna de las tres condiciones expuestas en el apartado 3.
El clisé, demasiado pálido, puede, empero, acentuarse mucho más de lo que pudiera
esperarse bajo el efecto de la tensión voluntaria, que entonces desempeña el papel de un
poderoso revelador.

6. LAS ASOCIACIONES INTERNAS

No es preciso creer que las diversas nociones permanecen estáticas en el interior del
cilindro: de sus asociaciones resultan nuevas ideas que se imponen, tarde o temprano, a la
conciencia, ya sea porque surjan bruscamente en la superficie del sector OEF, ya sea
porque, al detenerse voluntariamente en un sujeto determinado que le es conexo,
recordamos por él.

Tal es el principio de la sugestión directa, de la que ya indiqué los procedimientos en mi


Método científico de Magnetismo, Hipnotismo y Sugestión.

Inconscientemente, durante el sueño o en estado de vigilia, tiene lugar en la memoria un


trabajo. La educación de esta facultad en un sentido dado, proporciona una rectitud muy
interesante a este trabajo criptoide. Así se conocen numerosos casos en que la asociación

ESQUEMA DEL FUNCIONAMIENTO DE LA MEMORIA (pág 32)


subconsciente de las ideas ha proporcionado como resultante una obra de valor

Un matemático fue a dormir luego de haber buscado en vano largamente la solución de un


problema geométrico. Se durmió y soñó con él. Al despertar había obtenido la solución:
algunos de sus elementos, que en el curso de sus pesquisas habían permanecido ocultos en
las profundidades del cilindro, habían vuelto de nuevo a la superficie mientras dormía y se
habían juntado bajo la influencia generadora de su voluntad 1 .
Shopenhauer escribió: “Mis postulados filosóficos se produjeron en mí sin mi
intervención, en momento en que mi voluntad estaba como dormida y mi imaginación no se
hallaba encaminada en una dirección prevista. Así, mi persona era como extraña a mi
obra”.

Desde cierto punto de vista, la memoria parece una especie de alambique en el que
nuestros pensamientos, nuestros estados afectivos y nuestras impresiones reaccionan unos
sobre otros para dar lugar a las incitaciones más o menos complejas. Ya lo he demostrado, a
propósito de la génesis de los sentimientos, en mi obra Psicología del Amor 2 .
Es por eso que el control de la memoria es indispensable para dominarse uno mismo, para
tener el sueño tranquilo y para verse libre de las influencias del ambiente.

1
Véase del mismo autor “El poder de la Voluntad sobre sí mismo, sobre los demás, sobre el Destino”.
2
“Psicología del Amor: los sentimientos, el corazón, la idea, la seducción”.
CAPÍTULO II

LOS ELEMENTOS DE LA MEMORIA

1. Agudeza sensorial.- 2. Agudeza motriz. -


3. Agudeza emocional.- 4. Sentido estético.
5. Sentido analítico. - 6. Espíritu de síntesis
7. Sentido analógico. - 8. Noción del tiempo
9. Sentido topográfico. - 10. Cómo se esta-
blece el diagnóstico de una memoria
1. AGUDEZA SENSORIAL

La agudeza auditiva y visual constituye un determinante de importancia del


funcionamiento mnemónico. El niño que prueba hablar, trata de reproducir sonidos que ha
oído emitir y que ha retenido. Más tarde, a menos de una cultura especial, su vocabulario se
limitará a las expresiones de uso corriente en su medio, a pesar de que lea más o menos,
porque, salvo en el caso de una agudeza visual predispuesta a la retención de grafismos, el
estudiante tendrá siempre más trabajo para grabar en su memoria las palabras leídas que
oídas. Aquellos en quienes predomina la agudeza audtiva, ligan la mayor parte de sus
recuerdos a sonoridades. Para acordarse de una persona tratan de figurarse la tonalidad de
su voz, y, por poco que ésta posea un timbre ligeramente especial, se hallan en condiciones
de repetir ligeramente las conversaciones tenidas con aquella persona en una época más o
menos lejana. Cuando se trata de una palabra, el auditivo se atiene a la desinencia de tal
palabra o a otras análogas que se escucha pronunciar a fin de provocar un reflejo
mnemónico.
El visual tiende a basar la mayoría de las operaciones de su memoria en su facilidad para
registrar las imágenes. Vuelve a encontrar la fisonomía de las personas, el aspecto gráfico
de las palabras, el cuadro mental de los hechos, la forma y la composición tipográfica de la
tapa del libro que necesita.

2. AGUDEZA MOTRIZ

En aquellos en quienes el sentido muscular está en su plenitud, el movimiento, la


cinemática constituye un tercer elemento de la memoria. En vocabulario, ese sentido
condiciona ciertamente la memoria de los verbos y eso es así sin duda porque éstos
constituyen la última clase de palabras que olvidan los afásicos. El hombre dotado de un
sentido muscular en alto grado, se acordará mejor de un individuo a quien haya visto actuar
que de otros. El gesto, el movimiento, unidos a la frase o a la palabra que oye, le ayudan
considerablemente a grabar ésta en la imaginación. Retiene con dificultad los aspectos
estáticos de la Naturaleza; pero desde que hay animación en torno suyo, su memoria se
activa. Suponemos, bien entendido, para facilitad de nuestra exposición, que existe una
acentuada prominencia de uno de los elementos de percepción. El orador que puntúa sus
discursos, mediante los movimientos correlativos a sus palabras, ayuda a la formación de
las expresiones.

3. AGUDEZA EMOCIONAL

Las personas impresionables son, ante todo, receptivas para sus sensaciones. Para
figurarse una persona, una cosa o hasta una idea, tratan de acordarse de la impresión que
ella les causó. Convenientemente manejada, esa predisposición es excelente desde el punto
de vista que nos ocupa. Se ven niños absolutamente rebeldes al estudio. A pesar de sus
esfuerzos, no llegan a recordar la gramática o la aritmética; pero son los únicos para darse
cuenta de los actos y los gestos de las personas a quienes observan, de los más nimios
hechos cotidianos que por lo general pasan inadvertidos a todo el mundo. Se trata de niños
emocionales a los cuales les es indispensable, para convertirlos en buenos alumnos, que se
les exponga el interés subjetivo que para ellos tiene cada materia. Gran número de jóvenes
recuperan lo perdido tan pronto como salen de la adolescencia; pero si su impresionabilidad
va unida a una manifiesta insuficiencia, el problema de la memoria me parece insoluble.

En las personas normales, la emoción excita poderosamente la actividad interna y externa


del cilindro. Así, la música provoca un aflujo de ideas y de recuerdos de toda naturaleza.

Cuando la impresionabilidad se exagera, resulta de ello un desorden continuo del


pensamiento, del cual se resiente la memoria.

4. SENTIDO ESTÉTICO

Esta predisposición lleva a acordarse de todas las cosas por comparación con su modelo
ideal. Un grave defecto de proporción imprime, entonces, enérgicamente una imagen en el
espíritu. Un objeto, una persona, quedan registrados como presentando tal o cual defecto
mórfico.
Tal sentido pone en juego las facultades comparativas y ayudan considerablemente al
desarrollo de la memoria.

5. SENTIDO ANALÍTICO

Es el más precioso auxiliar de la memoria. Crea, en efecto, precisas y numerosas


asociaciones. Incita al examen profundo de cada noción, a la busca de las causalidades.
Toda conexión presentada por el objeto examinado con otros ya adquiridos, es descubierta
y crea un punto de ligazón en el cilindro. El analítico práctico obtiene una idea precisa de
todo aquello que llama su atención. La percepción y la apreciación de los menores matices
le permiten una clasificación distinta. Los recuerdos son siempre en él abundantes y
seguros. Sus deducciones e inducciones asimismo están afirmadas sólidamente. Puede
destacarse en el conocimiento del dominio concreto y adquirir una memoria extraordinaria
para las ideas abstractas. Reconstruye fácilmente sus recuerdos con ayuda de la profusión
de ideas secundarias que sabe sacar de cada sujeto. Sin embargo, el exceso de la tendencia
analítica conduce a perder de vista el conjunto para extraviarse en detalles.

6. ESPÍRITU DE SÍNTESIS

Si, en el estudio de una cuestión, os veis conducidos a buscar inicialmente la manera de


condicionaros una idea general; si recordáis con facilidad las nociones cuya sustancia
lograsteis hacer entrar en una fórmula compacta, estáis dotados de espíritu de síntesis. Esta
calificación, como la precedente, trae siempre consigo una notable facilidad de las
operaciones mnemónicas. El sintético utiliza inconscientemente un excelente método
retentivo. Crea ante todo un cuadro en el cual se ordenan y asocian sucesivamente todas las
nociones susceptibles de entrar en ella. Y en tanto que le falte al conjunto algún detalle, el
sintético se da cuenta perfectamente de la falta de homogeneidad del contenido de su
cuadro. Una vez que ésta esté completa, ninguno de los elementos que en ella figuran queda
olvidado, porque cada uno de ellos forma con el conjunto un bloque sólidamente
construido.
Los sinópticos, es decir, aquellos cuya mentalidad se destaca igualmente en el análisis
como en la síntesis son, a mi juicio, los que están mejor dotados.
7. SENTIDO ANALÓGICO

La rápida percepción de las analogías posibles entre un orden de ideas por asimilar y otro
ya adquirido, permite un rápido registro. El sentido analógico permite también resumir en
forma esquemática, gráfica o mental toda clase de cosas que se desea recordar. Las figuras
de aspecto extraño que se observan en las obras de ocultismo, provienen de la costumbre,
en uso entre los antiguos iniciados, de condensar en dibujos simbólicos ciertos puntos
secretos de su saber. Las veintidós primeras láminas de “tarot” 1 , proveen otros tantos
ejemplos de la aplicación de la analogía a la representación jeroglífica de las leyes
metafísicas.
Los mnemotécnicos, a los cuales no escapó el valor de la analogía, han hecho de ella el
principio de ciertos procedimientos que se hallarán en el capítulo XI de esta obra.

8. NOCIÓN DEL TIEMPO

La apreciación mental de las duraciones ya sea para localizar un recuerdo en el pasado, ya


para acordarse en el momento deseado de aquello que se tiene el propósito de llevar a cabo,
corresponde a los espíritus muy objetivos y bien equilibrados. Los asténicos dilatan, si así
puede decirse, las duraciones reales en sus cálculos. Los hiperesténicos, por el contrario,
tienden a acortarlas. A decir verdad, el sentido de las localizaciones en el tiempo no aparece
como de utilidad esencial, aunque sea apreciable para concebir las decisiones rápidas y para
ordenar la actividad de los días próximos.

9. SENTIDO TOPOGRÁFICO

El sentido topográfico predispone a esa forma curiosa de memoria que guía el hallazgo de
un objeto material abandonado, en un instante de negligencia, entre un desordenado
conjunto de otros objetos. Ese sentido facilita asimismo el recuerdo de las trayectorias. Un
ejemplo de ello fue dado por un hombre que fue secuestrado y subido a un automóvil por
sus agresores, conducido en éste y con los ojos vendados a muchos kilómetros de su
residencia y devuelto de igual modo al lugar de donde partiera. Al día siguiente el mismo
hombre logró volver a encontrar el inmueble al que había sido llevado. Para ello se sentó en
un auto al lado del chófer y, cerrando los ojos, le fue indicando el camino recorrido la
víspera.
Prácticamente, en la vida, el sentido topográfico tiene su utilidad cotidiana para aquellos
que deben realizar toda clase de recorridos y orientarse rápidamente en lugarse siempre
nuevos. En el estudio de la Geografía física, ese sentido facilita igualmente la tarea.

10. CÓMO SE ESTABLECE EL DIAGNÓSTICO DE UNA MEMORIA

Se realizan con el sujeto a examinar las siguientes pruebas:

1
Véase mi “Tratado de Ciencias Ocultas”.
-Prueba de la agudeza auditiva: Repetir lo que se haya retenido de un verso declamado o
simplemente leído delante del sujeto.

-Prueba de la agudeza visual: Dar a leer en silencio un texto en prosa. Esta lectura durará
un cuarto de hora para cincuenta líneas. El sujeto se esforzará en reconstruirlo por escrito.

-Prueba de la agudeza motriz: La declamación acompañada de gestos; el relato de un


comabate de boxeo con mímica ante el sujeto o, más sencillamente, el pasar ante sus ojos
un álbum mostrando figuras de baile o posturas gimnásticas, pueden ser utilizados. El
sujeto, seguidamente, tratará de enumerar los movimientos que le han sido mostrados.

-Prueba del sentido estético: Después de haber dado a examinar muchos dibujos o
fotografáis de rostros, unos de proporciones defectuosas, otros de facciones impecables, se
solicita una descripción de ellos.

-Prueba del sentido analítico: Propóngase un aforismo de una concepción apropiada a la


mentalidad del sujeto, rogándole comentario en voz alta o por escrito, después de un corto
instante de reflexión.

-Prueba del sentido analógico: Tratar de obtener la representación simbólica, bajo la


forma de un esquema claramente expresivo de una noción cualquiera perfectamente
asimilada por el sujeto. Esta prueba debe variar según las mentalidades. Si el examinado
fuera inexperto en el arte gráfico, se limitará a describir su composición.

-Prueba del tiempo: Apreciación de tres duraciones distintas: la de leer un texto, la de


copiarlo y la de un momento de inacción.

-Prueba del sentido topográfico: El sujeto describirá un trayecto establecido de antemano


por el examinador y del que se complicará los detalles de una manera inversamente
proporcional a la extensión de sus límites. Seguidamente, reconstitución del trayecto.

Damos aquí la indicación general de esas pruebas; su proceso exacto varía necesariamente
según los casos. Por este método serán conocidos aquellos elementos de la memoria cuya
debilidad reclama una reeducación particularmente atenta. Una práctica especial podrá ser
combinada para cada cual teniendo en cuenta que el sujeto compense sus puntos débiles
mediante el apoyo de éstos en sus mejores recursos mnemónicos. Por ejemplo, compensar
el defecto de agudeza auditiva con agudeza emocional, rectificar el exceso de análisis por
ejercicios de síntesis, etc.
CAPÍTULO III

DIRECTIVAS DE LA EDUCACIÓN RAZONADA DE LA MEMORIA

1. Aprender a manejar el propio pensamiento.


2. Observar la higiene psicofísica. - 3. Crear
sus centros de cristalización. - 4. Poner re-
medio a las insuficiencias funcionales. -5.
Apelar a la potencia de los motivos. - 6. De-
terminarse al esfuerzo.
1. APRENDER A MANEJAR EL PROPIO PENSAMIENTO

La primera condición necesaria al desarrollo de la memoria es la de mantener en el


espíritu el deseo de mejorarla. Es preciso tomar la determinación de trabajar diariamente en
diversos ejercicios, de esforzarse en pensar de cierta manera, de adoptar a la tendencia
anárquica de la actividad intelectual el correctivo de los principios de orden de que
hablaremos más adelante. El papel de la atención, ya puesto en claro por lo que antecede,
exige esfuerzos para acrecentar el dominio de la voluntad sobre la ideación. Las primeras
prácticas que propondré a mis lectores tendrán, pues, como objetivo el hacerles adquirir la
posibilidad de pensar deliberadamente en un tema elegido y de cesar voluntariamente de
pensar en él en un momento previsto.

La disciplina mental bastará por sí sola, tan poderoso es su efecto directo sobre la
memoria. Ella permite, en efecto, disociarse, en el momento del estudio, de todas las
impresiones exteriores y de los múltiples incidentes que nos solicitan. Cuando todo el
campo de la conciencia está acaparado, el registro se produce con fuerza y sin omisión ni
error. La atención es el buril que graba el recuerdo en la memoria: el manejarlo sin
distracción asegura la formación de clisés con relieves precisos e inalterables.

Para repetir juiciosamente las nociones registradas de manera que se creen excelentes
asociaciones, es preciso adquirir la costumbre de regir los propios pensamientos; porque es
indispensable analizarlos, apreciar sus relaciones y los diversos órdenes a los cuales
conviene unirlo en nuestro espíritu.

La recordación literal de un texto descansa enteramente en la continuidad de la atención.


Los extravíos de ésta tienen como consecuencia lagunas en el recuerdo de un texto y
vuelven penoso su estudio, porque cuesta esfuerzos fatigosos cuando, separándose veinte
veces del tema estudiado, debe llevarse de nuevo hacia él la conciencia, distraida con
cualquier incidente. Con el ejercicio se llega a concentrarse tan bien sobre un trabajo, que
se continúa aplicado a él durante horas, sin fatiga, desde que son vencidos los primeros
impulsos disociadores.

En el recuerdo, la concentración espiritual acelera la actividad mnemónica. Además, sin


ella, la afluencia de los elementos de un recuerdo queda frecuentemente incompleta, lo cual
da lugar a errores.

Una modalidad de la memoria, para la cual es inútil toda demanda, tan defectuoso es en
ese caso el dominio del pensamiento, es el olvido voluntario. Nada hay más irritante, más
penoso, más avasallador, que el sentirse constreñido a ceder a la obsesión del recuerdo de
cosas o personas que nos es desagradable ver reaparecer en nuestra imaginación. La cultura
psíquica solamente es la que proporciona la libertad interior. El olvido, es decir, el
destierro voluntario de los recuerdos esparcidos (capítulo II), se obtiene con la costumbre
de manejra el propio pensamiento. Del mismo modo como se crean asociaciones para
retener, pueden determinarse disociaciones para olvidar.
2. OBSERVAR LA HIGIENE PSICO-FÍSICA

El enorme desgaste de células nerviosas efectuado por el trabajo mental, involucra la


necesidad absoluta de una nutrición cerebral suficiente.

La higiene de la memoria consiste, pues, en asegurar esa nutrición, así como en evitar los
excesos de todo orden que agotan las energías orgánicas.

En nuestras época, existe el artritismo, cuyas primeras manifestaciones afectan el juego de


las funciones intelectuales y en especial de la memoria. Esta diátesis se desarrolla con la
misma frecuencia entre los hombres que llevan una vida tranquila, metódica, sin
intemperaciones aparentes ni desvíos de ninguna clase, que se la considera como normal,
como inseparable de la edad, cuando no se atribuye a predisposiciones fatales. En realidad,
la vida moderna engendra necesariamente el artritismo, porque comporta una alimentación
demasiado copiosa y una atonía funcional de los órganos de eliminación.

Entre los alimentos que a diario ingerimos, hay gran número a los cuales se recurre de
continuo como fortificantes indispensables y otros que se relegan como accesorios porque
su composición parece dar un aporte menos rico al organismo. Se olvida un aspecto
importante de la cuestión, la del desgaste interno ocasionado: 1º, por la elaboración en el
seno de los órganos digestivos de los productos útiles procedentes de un alimento
cualquiera, y 2º, por la eliminación de los residuos que dicho alimento desprende. No se
tienen en cuenta las toxinas resultantes de la fermentación intestinal implicada por la
composición de nuestros menús.

También, insensiblemente, nuestros tejidos se impregnan de toxinas que los desorganizan,


que ponen trabas a las funciones, que debilitan a la resistencia de los órganos y disminuyen
así nuestras potencialidades.

“Por su alimentación deplorable, escribe con razón, el doctor Gastón Durville 1 , el hombre
ha dilatado e inflamado su estómago, fatigado su hígado y sus riñones e irritado su
intestino; ha hecho más lenta su circulación e intoxicado su sistema nervioso; ha gastado
sus reservas vitales, y ha falseado sus resistencias a la enfermedad. Sus taras la ha
transmitido a su descendencia en forma de debilidad congénita, física y moral, de anemia o
de ese terreno mórbido que se llama “temperamento”.

Como ya lo demostré en mi obra El poder de la Voluntad 2 , nadie se fortalece ni física ni


moralmente sobrealimentándose, sino más bien equilibrando la asimilación y la
eliminación de los residuos mediante una composición juiciosa de la alimentación, por
medio de una actividad respiratoria suficiente mediante el frecuente uso de reacciones
circulatorias, especialmente de la hidroterapia.

1
“La Cura Naturalista. Para conservar el vigor y sanar sin medicamentos”, por el doctor G. Durville.
2
De esta Editorial.
Un estado gastrointestinal tenido en cuenta lo que precede, se tiene lúcida y clara la
imaginación para emprender la clasificación de la propia memoria.

Ya hemos visto cómo tiene lugar la distribución espontánea de los recuerdos en el interior
del cilindro y, especialmente, su asociación respectiva a aquel de nuestros centros de
cristalización a que pertenecen. Para continuar usando mi comparación del capítulo
primero, diré: fabricad con vuestro cilindro discos, cada uno de los cuales represente una
sección de vuestros conocimientos y que gire en derredor de un centro de cristalización que
figure uno de los motivos que animen vuestra vida mental. Por aritificial que sea, esta
comparación se ajusta exactamente a la realidad. En el capítulo VII veremos cómo hay que
proceder exactamente para lograr la constitución de una especie de “fichero intelectual” tan
bien clasificado y de un empleo tan sencillo como el de un repertorio material.

Los dos grandes principios de la conservación del recuerdo son, según la opinión unánime
de todos los autores: la asociación análoga y la repetición mental. Siguiendo mi sistema,
aplicaréis automáticamente las dos leyes. Así, en el momento en que concentráis vuestra
atención en cualquiera cosa que queráis fijar en vuestro espíritu, deberéis:

1º Apreciar rápidamente a qué orden general de ideas pertenece esa cosa (operación
preliminar en toda clasificación):

2º Buscar aquello que ya sabéis sobre el mismo sujeto, a fin de encontrar la noción más
análoga a aquello que deseáis fijar (dicho en otras palabras: descubrir en vuestras fichas
mentales aquellas entre las cuales debe colocarse la nueva):

3º Mantener durante un corto instante vuestro pensamiento fijo en la noción a registrar y en


sus análogas contiguas ya clasificadas (dicho de otro modo: poner la nueva ficha en su
lugar).

Del mismo modo, las diferentes secciones de vuestros diversos órdenes de conocimientos
van desfilando sucesivamente ante vuestra conciencia, lo cual hace más y más firme su
incrustación.

Así como para una biblioteca o un fichero, cada cual adopta un orden según los giros de su
imaginación, la clasificación de las ideas debe ser concebida por cada persona según su
naturaleza. Sin embargo, en el capítulo VIII daremos un ejemplo que podrá servir para
inspirarse.

4. PONER REMEDIO A LAS INFLUENCIAS FUNCIONALES

Ya hemos visto cómo reaccionaban sobre la memoria los condicionamientos orgánicos. El


diagnóstico de las insuficiencias puede establecer metódicamente según los principios
indicados en el capítulo III. En seguida se eligen aquellos ejercicios, que damos en la parte
práctica, que parezcan convenir, y se llevan a cabo puntualmente. Otros muchos análogos
serán combinados por la iniciativa del lector. Según el caso, se ejecutan prácticas que
ejercitan la agudeza auditiva, la agudeza visual, el espíritu analítico, el sentido de las
duraciones, etc.
En la mayoría de los casos, no será siquiera necesario recurrir a los ejercicios: las
insuficiencias desaparecerán por sí mismas por la aplicación de los principios generales de
mi método que lleva consigo, homogéneamente, todos los elementos de la memoria.

5. APELAR A LA POTENCIA DE LOS MOTIVOS PENSAMIENTO

El interés que se pone en una cuestión anima la actividad intelectual y crea una condición
receptiva que facilita en el más alto grado la asimilación y la retención. También conviene,
antes de emprender el estudio de una materia, meditar sobre todos los motivos susceptibles
de hacérnosla agradable. Esta meditación constituye la mejor forma de autosugestión para
desarrollar la memoria 1 . No existe en el conjunto de los conocimientos humanos teóricos o
prácticos, rama tan árida que no pueda hallarse en ella algún placer directo. Pero a falta de
este último, recurrid a la oportunidad personal de vuestros estudios. Examinad largamente
este estudio. Representaos las ventajas del medio, si no podéis considerarlo como objeto de
inmediato. Así asociaréis tan estrechamente la cuestión a vuestra ambición, a vuestro
interés, a vuestro deseo de progreso, de superioridad o de beneficio, que no tardaréis en
experimentar un deseo de asimilación que ayudará considerablemente vuestro trabajo.

La objetivación mental, esa práctica de cultura psíquica recomendada en una de mis obras
precedentes 2 como fuente de energía, da resultados sorprendentes. Consiste en
representarse mentalmente, bajo una forma concreta, todas las consecuencias de una acción
o de una omisión, del control de sí mismo o de la negligencia, de la actividad aplicada y
metódica o de la ociosidad. Observad que cuando falta la energía de voluntad,
invariablemente se descubre la causa, y que reside, ya sea en una mala higiene que intoxica
el cerebro o en una insuficiencia de las operaciones del juicio. Esta última consiste
esencialmente en que todos los elementos (los motivos) del juicio escapan en parte a la
conciencia y no despiertan una atención lo bastante sostenida. Alguien ha dicho: “El
hombre que no actúa de acuerdo con lo que piensa, piensa incompletamente”. La
objetivación obliga al espíritu a que “piense completamente”. Ella impone poco a poco sus
conclusiones a la inercia.

6. DETERMINARSE AL ESFUERZO

Las obras sobre la educación mental, que eran casi desconocidas hace un cuarto de siglo,
han adquirido un lugar cada vez más importante en el ramo editorial. Las primeras,
traducidas del inglés, procedían de Norteamérica o de Inglaterra. Su éxito fue inmenso.
Después se escribieron ya en el continente europeo en número considerable que ha
vulgarizado la cultura psíquica y ha encontrado adeptos para ella en todas las clases de la
sociedad. Hasta en las regiones agrarias más alejadas, se han interesado en el desarrollo de
la personalidad. Ese progreso, del que los psiquistas de las diferentes escuelas pueden
1
La autosugestión convenientemente ejecutada permite obtener todas las modificaciones posibles del carácter. Se podrá,
en caso deseado, poseer a fondo la teoría y la práctica de ese medio de acción, recurriendo para ello al “Método Científico-
Moderno de Magnetismo, Hipnotismo y Sugestión” y al tratado “El Poder de la Voluntad”, del mismo autor.
2
“El Poder de la Voluntad, sobre sí mismo, sobre los demás, sobre el Destino”, del mismo autor.
mostrarse sinceramente satisfechos, sin embargo deja lamentar, en el mayor número de los
casos, la insuficiencia de aplicación práctica de los principios cuya difusión viene
asegurada por el libro. Por lo general, el lector, seducido por las posibilidades prometidas,
compra la obra, la estudia, se adhiere sin restricciones a la tesis que en ella encuentra,
comprende perfectamente la necesidad y la eficacia de los principios que de ella se
desprenden, y se decide… a procurarse otro tratado para conseguir nuevas nociones. Así se
constituye una interesante biblioteca, a cuyas diversas unidades consagra a veces algún
momento de ocio; pero raramente sabe librarse del vampirismo o tiranía de las costumbres
arraigadas en él, para aplicar prácticamente las instrucciones de autocultura psíquica. Y a
pesar de eso, cada cual se imagina que está algo transformado. Algunos hasta creen
sinceramente haber obtenidos resultados. En efecto, la autosugestión inconsciente operada
por la lectura pura y simple del género de literatura de que estoy ocupándome, trae consigo
a veces, automáticamente, algunas modificaciones más o menos importantes en la manera
de actuar. Pero la totalidad y la plenitud de los resultados que preconizan los apóstoles el
poder modificador del hombre sobre sí mismo, no podrán gratificar espontáneamente a
nadie. Vosotros, los que me leéis, cuidaos de caer en la trampa del engranaje rutinario.
Determinaos a poner en práctica las indicaciones que seguirán. Empezad así que las
hayáis leído. Juzgad, mediante una experiencia propia leal, la eficacia de mi método, y
obtendréis rápidamente una perfecta memoria, flexible, rápida y exacta.
PARTE PRÁCTICA

CAPÍTULO IV

EL GOBIERNO DEL PENSAMIENTO

1. Ejercicio fundamental indispensable. - 2.


Ejercicios que desarrollan a la vez la agudeza
sensorial y la atención. - 3. Cultivo de la
Agudeza emocional. - 4. Algunas palabras
sobre el sentido estético.- 5. Ejercicios de
análisis. - 6. Ejercicios de síntesis. - 7. Cómo
se reeducan la noción del tiempo y el sentido
topográfico.
1. EJERCICIO FUNDAMENTAL INDISPENSABLE

Elegid tres temas de meditación bien distintos: por ejemplo, una cuestión personal, un
asunto profesional y un tema filosófico. Colocad ante vosotros vuestro reloj y mirad la
hora. Aplicaos inmediatamente a pensar tan sólo en la primera de vuestras tres cuestiones.
Concededle toda vuestra atención. Si no sois ya, en cierta medida, dueños de vuestra
ideación, bien pronto os sorprenderéis al veros metidoss en un incidente que os alejará más
o menos del tema. No os desaniméis: conducid de nuevo una, dos, veinte veces vuestra
conciencia a la cuestión elegida y continuad así durante diez minutos. Pasad en seguida,
bruscamente, a la segunda cuestión y, en fin, diez minutos después, a la tercera. Cuanto más
dificultoso encontréis ese trabajo, más os convendrá obstinaros en él. Cuando hayáis
logrado la perfección, elegid temas áridos totalmente ausentes hasta entonces de vuestras
preocupaciones y buscad ideas que se relacionan con ellos. Os quedaréis sorprendidos del
gran número de ellas que encontrearéis.
He aquí una variante del ejercicio precedente, la denominada “Ejercicio de los ficheros
cerebrales”. Sólo con éste se modifica seriamente la memoria. Es debido al doctor Gastón
Durville, quien lo expone así en su obra La cure naturiste:

“Durante cinco minutos, reloj en mano, pensad en un tema dado, por ejemplo, en vuestro
último paseo; en esos cinco minutos, y sin tolerar un pensamiento extraño, reved,
mentalmente, lo que hayáis visto, observado, hecho…; no dejéis que se entremezclen los
recuerdos de una manera desordenada: en vuestra exposición mental debe haber orden,
método; cada hecho deberá estar en su lugar y con su verdadero valor. Después de cinco
minutos, cerrad bruscamente el “fichero Paseo”, es decir, arrojad de pronto lejos de
vosotros todo pensamiento concerniente al paseo y “echad mano de otro fichero”; pensad,
por ejemplo, en vuestro último trabajo intelectual o manual; durante cinco minutos
exactamente, reloj en mano, repetíos bruscamente lo que habéis logrado en ese último
trabajo, en qué ha consistido, cómo lo habéis llevado a cabo, etc… Después, cerrad el
“fichero Trabajo” bruscamente y recurrid a otro; por ejemplo, el de la mejora de vuestro
carácter, y durante cinco minutos no penséis más que en los progresos adquiridos, en los
que os quedan por hacer, en las resoluciones tomadas y por tomar, etcétera.
“Después, interrumpid la experiencia. Quince minutos en total, por día, son suficientes.

“Cuando os hayáis habituado a manejar los ‘ficheros cerebrales’, inmediatamente sabréis


pensar en lo que os gusta, en lo que os es útil, en lo que os es útil, en lo que os es agradable.
Seréis vosotros los que ordenaréis vuestro pensamiento en vez de ser gobernado éste por las
circunstancias: sabréis evitar el ser invadidos por ideas parásitas, obsesionantes o por lo
menos inútiles.
“Sabréis librar vuestro pensamiento de las trabas que conturban la vida de tantas personas:
habréis adquirido el arte de saber trabajar cuando queráis hacerlo, el arte de descansar
cuando deseéis hacerlo, el arte de descansar cuando deseéis detener vuestra máquina
cerebral, el arte de dormir por la noche a pesar de vuestras preocupaciones, y el arte de
arreglar las cuestiones difíciles cuando sea necesario”.
2. EJERCICIOS QUE DESARROLLAN A LA VEZ LA AGUDEZA A SENSORIAL
Y LA ATENCIÓN

Ejercicio Nº 1 (Vista).- Tomad un objeto usual por ejemplo, una llave, colocadla ante
vosotros sobre una mesa. Recorred con la mirada sus diferentes contornos, y, después de
haber repetido atentamente esa operación varias veces, cerrad los ojos y tratad de acordaros
mentalmente, con precisión, de la forma exacta de la llave. Probablemente muchos detalles
de ella serán omitidos en este primera tentativa de recordación. Entonces hará falta mirar
nuevamente el objeto y estudiar sus detalles; después volved a cerrar los ojos y completad
vuestra imagen mental hasta que sea perfecta, aunque, para ello, os sea preciso recurrir
mcuhas veces, al modelo. Cuando creáis haber retenido por entero la forma de la llave,
dibujadla, de memoria, en un papel y comparad vuestro croquis con el original. Acaso
descubriréis entonces olvidos que necesitarán una nueva contemplación, seguida de otro
dibujo. Para llegar tan rápidamente como sea posible a la perfección, sed metódicos. Fijad
vuestra atención en las proporciones generales del objeto. Comparad su longitud (después
de haberla calculado) con la anchura de la parte superior y con la de la inferior. Estudiad en
seguida por separado esas dos partes aquilatando sus respectivas superficies, y, finalmente,
ocupaos de los pormenores de la parte inferior. No es indispensable llegar a dibujar el
modelo en su dimensión, pero por lo menos hay que ejecutar un boceto de proporciones
exactas.

Ejercicio Nº 2 (Oído).- Para este ejercicio, a menos de poseer un gramófono, es preciso


contar con el concurso benévolo de un músico cualquiera o de un cantor, a fin de que sea
posible oír muchas veces un aire o un tema musical. Durante la primera audición deberéis
abandonaros por entero a la impresión sin hacer ningún esfuerzo para analizara o para
retenerla. Algunos minutos después del fin de ejecución, tratad de repetiros vocalmente o
mentalmente algunos pequeños trozos. Escuchad una segunda ejecución, esta vez con el fin
de retener las primeras y las últimas notas, y, después, tratad de recordarlas. Procurad
encontrarlas. Una tercera audición os permitirá comprobar la exactitud de vuestro recuerdo
y recordar una serie de nueva serie de sonidos; unos, a continuación de los primeros
compases ya retenidos; otros, precediendo a los últimos igualmente registrados.
Continuando de ese modo, lograréis fijar en vuestra mente el conjunto del trozo musical, os
haréis cargo de sus matices, de los diversos movimientos de las pausas, etc. Entonces será
necesario encontrar la manera de procuraros la ilusión de que estáis oyendo una nueva
ejecución en vuestro interior, recordando el sonido exacto del instrumento o de la voz
ejecutante.

A falta de los medios necesarios para practicar el ejercicio que precede, ejercitaos
simplemente en recordar diversos sonidos: el tintineo de una moneda, el grito de un animal,
la voz de una persona oída con frecuencia u otras cosas análogas. Todo eso puede ser
reemplazado por el ensayo de repetición de una composición poética de versos muy
musicales que se hará leer previamente a un amigo. Las poesías de Alberto Samain son
muy apropiadas para este ejercicio 1 .

1
Albert Samain es un autor francés. En castellano podría utilizarse las poesías de un escritor español. - N. del T.
Ejercicio Nº 3 (Tacto).- Disponed delante de vosotros, sobre una mesa, diferentes objetos
constituidos de diversas materias: madera, metal, piedra, papel, tela, etc. Cerrad los ojos y
palpad sucesivamente cada objeto sosteniéndolo en vuestras manos. Poned toda vuestra
atención en la impresión táctil que conservaréis de cada contacto. En seguida, tratad de
recordar las sensaciones experimentadas por vuestro tacto en lo que se refiere a cada objeto
por separado. Volved a efectuar muchas veces esa doble operación, procurando que vuestro
recuerdo se halle cada vez más cerca de la realidad.

Después de haber operado con substancias muy distintas, utilizad una serie de objetos
menos dispares. Por ejemplo, diferentes muestras de tejidos de lana, algodón, hilo, seda,
crepé, sarga, paño, etc. Proceded como en el caso anterior. Finalmente podréis tratar de
distinguir pasando vuestros dedos sobre la superficie impresa de un juego de naipes, el
pequeño relieve que queda al ser impreso cada uno de ellos. Ciertos ilusionistas han llegado
así a poder distinguir instantáneamente las cartas sacadas de una baraja. Para ello hacen que
numerosas personas elijan sucesivamente en ésta varias cartas, y en el momento en que se
les da cada naipe para volver a colocarlo entre los demás, pasan los dedos sobre la
superficie de él y dicen a cada cual la carta que eligió.

La agudeza táctil tiene utilidad directa en numerosas profesiones.

Ejercicio Nº 4 (Olfato).- Como para los ejercicios anteriores relativos al oído, será
conveniente en este caso preparar un pequeño dispositivo: una docena de frasquitos, que
contengan substancias de diverso olor y una segunda serie conteniendo productos de aroma
semejante pero de intensidad variable (por ejemplo, muchas cualidades de agua de
Colonia). Como es natural, conviene empezar por la serie de perfumes variados; después de
haber aspirado largo tiempo cada frasquito se reptie la operación mentalmente y luego se
colocan los frascos en línea, acercando muchas veces las narices a sus bocas, del primero al
último, después de lo cual se trata de recordar los aromas de toda la serie. Hay que procurar
no limitarse a la adquisición de la diferencia de los perfumes, sino procurar revivir
íntegramente, la impresión obtenida al aspirar cada uno de ellos. La segunda serie de
frasquitos se estudia de la misma manera.

Para terminar pueden numerarse los frasquitos o pegarles una etiqueta; y, tomando uno al
azar, pasar algunos minutos tratando de acordarse de la sensación olfativa producida por su
contenido, comprobar inmediatamente a otro para proceder con él de igual modo.

Todos estos ejercicios tienen la doble ventaja de habituar las diversas modalidades de la
atención y de acrecentar la agudeza sensorial.

Ejercicio Nº 5 (Gusto).- Lo mismo para los otros cuatro sentidos, será conveniente
ejercitar el gusto, porque la agudeza sensorial debe ser homogénea. Por otra parte, al
concentrar la atención sobre diferentes sujetos u objetos, a ésta se le da flexibilidad. En este
caso no se precisa utilizar modelos, porque frecuentemente se tiene ocasión de comprobar
el sabor de diversos comestibles. Basta con redactar algunas listas de manjares muy
diferentes, o análogos pero de cualidades diversas. Según el método ya empleado, se
“trabaja” primero con la serie más diferente, para terminar con la menos diferenciada.
Ejercicio acumulativo.- Este ejercicio consiste en buscar todas las precipitaciones que es
posible obtener de un objeto dado. Así, la llave que hemos estudiado visualmente mirada,
palpada, olida, arrojada al suelo o sobre el mármol o una superficie metálica, y llevada por
último a la boca. Si se experimentara alguna repugnancia en este último contacto, será
conveniente recordar que el dominio de los sentidos ayuda al desarrollo de su agudeza.
Después de haber visto así, olido, oído y gustado el mismo objeto, se busca el recuerdo de
las diversas sensaciones experimentadas y se repite todo el ejercicio hasta lograr una exacta
coincidencia entre la realidad y la imaginación.

3. CULTIVO DE LA AGUDEZA EMOCIONAL

Cuando la impresionabilidad es exagerada, enfermiza, su influencia altera el juego del


sistema nervioso, falsea el juicio, dispersa la atención y desorganiza la memoria. El
remedio más eficaz para ese estado lo constituye la gimnasia respiratoria.

En esa palabra “gimnasia” no debe atemorizar a los débiles: la práctica de la respiración y


produnda, asequible a todos, fortifica el físico y como asimismo la moral. ¿Qué proporción
de personas robustas se halla, por otra parte, en esos salones sobrecalentados en que la
costumbre impulsa en la actualidad a las parejas a agotarse durante largas horas en bailes
más o menos grotescos?

He aquí cómo deben comenzar los débiles: Tenderse en el suelo, provisto, si así se desea,
de una alfombra o de un colchón. Sacarse las ropas susceptibles de poner obstáculos a los
movimientos. Dejar que entre el aire por el balcón o ventana abierto de par en par.
Aguardar inmóvil algunos instantes. La posición decúbito supina, con la cabeza a nivel del
cuerpo, regulariza por sí misma la respiración y proporciona una sensación de binestar muy
propicia al ligero esfuerzo que sigue: Levantar los brazos perpendicularmente al cuerpo
teniéndolos muy derechos y rigurosamente paralelos; proseguir ese movimiento hasta que
las manos, extendidas sin rigidez, toquen el suelo por detrás de la cabeza. Gradualmente,
repetir, dos, cuatro, diez, treinta veces ese mismo ejercicio, que sin forzar la capacidad
respiratoria tiende a acrecentarla poco a poco.

Si, contrariamente al caso anterior, se trata de aumentar la agudeza emocional, se recurrirá


a la música y a los espectáculos. Recordemos que la falta de sensibilidad perjudica siempre
al intelecto. La recpetividad emocional es un medio de conocimiento sin el cual se está
incompleto. La naturaleza de las impresiones que estimula con mayor actividad y más
sanamente al pensamiento, es la que más conviene.

4. ALGUNAS PALABRAS SOBRE EL SENTIDO ESTÉTICO

Ya hemos visto que este sentido sirve a veces de punto de referencia para la memoria.
Unido a la agudeza visual y a la agudeza emocional, su educación otorgará siempre algunas
ventajas a la memoria. La extensión de esta obra no me permite explayarme más acerca de
ese punto secundario que, sin embargo, me he visto obligado a señalar.
5. EJERCICIOS DE ANÁLISIS

El entendimiento del sentido analítico no podría efectuarse de un modo semejante para


todos los grados de cultura. Cada cual debe elegir entre los ejercicios que siguen:

Ejercicios Nº 1 - A propósito de un objeto de uso corriente, formulaos las siguientes


preguntas:

-¿Qué era primitivamente la substancia de que está compuesto?


-¿Por qué causa esa materia ha cambiado de estado?
-¿Qué transformaciones sucesivas ha sufrido el objeto?
-¿Cuáles son sus empleos, sus propiedades y sus características?
-¿Qué relaciones presenta con otros objetos?
-¿En qué puede ser empleado?
-¿De qué conocimientos depende y cuáles son los que puede ayudar a adquirir?
-¿En qué se convertirá con el correr del tiempo?
-¿Cuál es vuestra opinión sobre tal objeto?
Justificad esa opinión.

Ejercicio Nº 2.- Observad a un individuo cualquiera y procurad sacar de esa inspección el


mayor número posible de indicaciones sobre su personalidad, su carácter 1 , su profesión, su
objetivo inmediato, etc.
Ejercicio Nº 3.- Tomad al azar una palabra en vuestro diccionario y, reflexionando sobre
su significado y sobre las ideas inmediatamente relacionadas con éste, redactad en cien
líneas vuestras consideraciones. Nada de fraseología: ideas.
Ejercicios Nº 4.- Leed diez líneas de filosofía o de metafísica y estudiad su sentido durante
media hora de atención solamente.

6. EJERCICIOS DE SÍNTESIS

Ejercicio Nº1.- Elegid un libro; una cuestión que conozcáis bien y resumid, ordenándolas
convenientemente, todas las nociones que poseéis sobre el tema elegido.

Ejercicio Nº 2.- Dadas muchas proposiciones, de las que habréis analizado


suficientemente el sentido mediante meditación analítica, ensayad de combinar otra tan
concisa como sea posible y de la cual puedan desprenderse las tres primeras.

Ejercicio Nº3.- De una serie de hechos de la misma naturaleza deducid una ley general. La
meditación de los símbolos de toda especie ejercita a la vez el análisis, la síntesis y la
analogía.

Los lectores de mi “Tratado de las ciencias ocultas” se dedicarán con ventaja al ensayo
siguiente: dado el significado de uno de los jeroglíficos del “tarot”, tratad de expresarlo por
una imagen distinta, de la que figura en el juego.

1
Véase mi sistema de lectura del carácter por el rostro.
7. CÓMO SE REEDUCAN LA NOCIÓN DEL TIEMPO Y EL SENTIDO
TOPOGRÁFICO

El ejercicio de los “ficheros cerebrales” efectuado con muchos acontecimientos en


diversas épocas del pasado está muy indicado en este caso. Después de haber detenido el
pensamiento cada suceso, recordad brevemente los principales hechos de vuestra vida hasta
la época presente, esforzándoos en precisar la fecha. Esos rápidos análisis retrospectivos,
esas vistas de conjunto tomadas del tiempo pasado, aunque secundarias, no deben ser
descuidadas. Cuanto mejores elementos posea la memoria, más fácil será su
funcionamiento.

Mientras trabajáis, o recorréis un trayecto, acordaos alguna vez de apreciar el tiempo que
en ello tardéis y de comprobarlo. Poco a poco, los errores de vuestras evaluaciones se irán
rectificando. Observad que un mismo espacio de tiempo parece más largo cuando
esperamos más o menos impacientemente alguna cosa y más corto cuando vuestra
atmósfera moral es armoniosa.

En la vida práctica, cada vez que resolvamos efectuar una tarea en un día próximo, o tener
una cita, debiéramos calcular mentalmente su duración, ver del mismo modo las otras
ocupaciones proyectadas para ese día y anotar las horas aun disponibles en aquella fecha.
La agenda de bolsillo también sirve para ello, pero no ejerce ella la noción del tiempo. En
El Poder de la Voluntad ya he indicado los métodos de control del empleo de la jornada,
que también sirven ventajosamente para el cultivo de la memoria.

El principio de las representaciones gráficas por abscisas y ordenadas tiene su aplicación


en la educación del sentido topográfico. Para orientarse en una ciudad desconocida, es
conveniente examinar primero el plano de dicha población, en el cual se trazan dos ejes
perpendiculares uno a otro. Comparando la posición respectiva de las arterias principales,
monumentos, lugares públicos de la ciudad, con la intersección de los dos ejes citados, se
crea una serie de puntos de referencia cuya retención mental pocas veces será considerada
como difícil. Para orientarse es preciso, contrariamente a lo que hacen los que siguen el
nombre de las calles en su Baedeeker, esforzarse en retener en la memoria grandes
subdivisiones y después subdividir, además, cada una de estas últimas basándose siempre
en perpendiculares y paralelas.

Para conocer rápidamente una localidad, primero se recorren las dos líneas
perpendiculares, cada una de las cuales divide la superficie de la población en dos partes
casi iguales. Cada una de las cuartas partes así delimitadas se estudia, en seguida
seperadamente, mediante el recorrido de los dos ejes y la exploración sumaria de las
dieciseisavas partes resultantes. El registro contiguo de los principales puntos de referencia
y de los nombres de las vías secundarias que se encuentran, predispone a su recuerdo en
igual orden. Lo que en esa atrayente exploración ejercita sobre todo el sentido topográfico
es la apreciación mental de cada punto de referencia frente a los demás.

Se recuerda, así, la forma de triángulo determinado por tres puntos de referencia, del
cuadrilátero formado por otro punto y los tres primeros, etc.
Cuando se ha convertido el plano de la ciudad es una serie de figuras geométricas cuyos
ángulos indican una serie de lugares especiales (estaciones, plazas, Intendencia Municipal,
museos, usinas, estatuas, edificios, etc.), puede emplearse el sistema de las tablas de
recordación (capítulo X) para retener el nombre de las calles de cada sección.
CAPÍTULO V

HIGIENE DE LA MEMORIA

1. Alimento racional.- 2. Cultura física.


3.- No deberán usarse tóxicos.- 4 El descanso
1. ALIMENTACIÓN RACIONAL

La mayoría de los que deploran alguna insuficiencia intelectual o, hasta un trastorno


cerebral de importancia más o menos grave, experimentan pura y simplemente la resultante
de una intoxicación alimenticia. Aunque en ciertos casos el estado general parece perfecto,
(lo que demuestra una mejor resistencia de los principales órganos de la vida vegetativa que
de los aparatos de relación), las alteraciones de la memoria están casi siempre relacionadas
con un desequilibrio nutritivo. Según eso, prohibimos el empleo de comestibles que
producen detritos nocivos y embarazosos, disminuyamos la cantidad de comidas y
compensemos la atonía eliminatriz determinada por el sedentarismo imponiéndonos un
ejercicio suficiente.

En El Poder de la Voluntad he expuesto en detalle los principios de la alimentación


racional. He demostrado allí claramente que un manjar fortalece, no en la medida que como
alimento nutritivo indica su composición química, sino en la diferencia que existe entre lo
que aporta al organismo y lo que gasta de energía interna en el curso de la digestión y de la
desintegración.
No queriendo efectuar repeticiones inútiles, voy a limitarme aquí a recordar la lista de los
alimentos entre los cuales debe limitarse estrictamente a elegir quien quiera tener en cuenta
la higiene de la memoria. Todos los comestibles que no se mencionan a continuación,
deben ser descartados, sin ninguna excepción.

Lista de los alimentos que aportan al organismo un máximo de confortación y que no


exigen de él sino un mínimo de elaboración. Son los que producen menos toxinas 1 .

Vaca (filet, falso-filet, rumsteak, beafteack). Carnero (costillas y paleta). Conejo, Paloma.
Pollo. Jamón.

Pescados de río muy frescos. Pescados de mar: arenques frescos, raya, merluza. Cuézanse
con agua, ásense o fríanse con aceite. Pescadilla asada. Ostras (ningún otro crustáceo, sea el
que fuere).
Pastas. Harinas de trigo, alfortón, avena, cebada y maíz. Pan con mucha corteza.
Grasas vegetales: aceite blanco, de oliva, de nuez. Manteca vegetal. Frituras al aceite.
Salsa blanca. (Todas las demás grasas, incluso la manteca cocida y la manteca de cerdo,
quedan especialmente prohibidas). Sal.

Legumbres frescas exclusivamente: Chauchas verdes. Arvejas. Lentejas. Papas,


Zanahorias. Salsafíes. Crosno del Japón. Apio. Col-rábano. Rutabaga. Colinabo. Nabo.
Remolacha. Espinacas, ensaladas crudas, o cocidas. Cebolla asada. Berros en aceite.
Espárragos. Alcauciles. Escarola. Perejil.

1
Según los trabajos del doctor G. Durville.
Huevos frescos en pequeña cantidad. Manteca cruda. Lecha cocida, Kéfir, yogurt. Quesos
de gruyére, Portsalud, peit-suisse, doble crema, blanco, de Brie, de Coulommiers.
Potajes de legumbres, de pastas, de cereales o con leche.

Tortas de frutas. Cremas. Pasteles de almendra. Pan de especias. Pastelillos al aceite.


Bizcochos secos. Meidas lunas, pan de Viena. Pasleles de arroz. Merenques. Panqueques al
aceite.

Todas las frutas, crudas maduras o cocidas sin azúcar. (Ni frutas confitadas ni configura).
Agua. Cerveza liviana. Vino con agua. Tes. Café poco cargado. Malta Kneipp.
Más de un lector pensará que aquellos que poseen la mejor memoria no siempre son los
más sobrios y que, no en todos los casos han limitado la composición de sus menús.
Ciertamente, un hombre dotado de potencia eliminadora, que arroja lejos de sí
infatigablemente las toxinas alimenticias, puede conservar durante más o menos tiempo la
integridad de su intelecto, a pesar de una intensa gastrología. Sus riñones o su hígado se
resentirán quizás antes que su cerebro. Pero el individuo disconforme de su memoria, de su
actividad mental en general, debe considerarse como elaborando más detritos de los que
elimina. Por consiguiente debe restablecer el equilibrio tal como lo indico aquí.
Si la calidad de las substancias de que uno se nutre tiene importancia, su cantidad debe
asimismo controlarse. No es posible establecer un reglamento cuantitativo que convenga a
todos los temperamentos y a todas las profesiones; pero existe una señal infalible para
conocer cuánto es excesiva una comida, y es la pesadez corporal, la fatiga del estómago y la
somnolencia que sigue a ella. Al levantarse de la mesa hay que sentirse tan dispuesto a todo
y tan ágil cmo al sentarse en ella.

2. CULTURA FÍSICA

Por muy bien regulada que pueda estar la alimentación, es necesario el movimiento,
ejercicio, para asegurar la actividad funcional del intestino y del hígado, de los pulmones y
del sistema vascular. Los que comen mucho que viven al aire libre, hacen uso de sus
músculos, camina mucho, resisten la intoxicación porque eliminan vigorosamente bajo el
estímulo de su esfuerzo físico. Cuanto más sedentaria sea vuestra existencia, más
importante será que compenséis vuestra insuficiencia respiratoria y muscular mediante una
sesión diaria de cultura física prolongada y completa, y los días de descanso en forma de
excursiones, natación, remo, etcétera.
Los manuales de gimnasia sueca, para efectuar en habitaciones, no faltan. Procuraos uno y
practicad todas las mañanas, durante veinte minutos, algunos ejercicios, de acuerdo con las
instrucciones que en él halléis.
A menos de poseer una constitución atlética, los deportes violentos no favorecen mucho el
cultivo de la memoria. Un desarrollo muscular desproporcionado con la potencia vital del
organismo, acapara para su nutrición una cantidad excesivamente grande de elementos.

3. NO DEBERÁN USARSE TÓXICOS


Entre éstos, son los peores los estupefacientes: morfina, opio, cocaína, haxix, etc. No nos
extenderemos sobre este tema; sólo diremos que todo aficionado a esas substancias deberá
abandonar su uso completamente antes de comenzar a practicar la cultura física.
En segundo lugar figura el alcohol, que es el desorganizador cerebral por excelencia. Se
llega a ser un alcoholista; dicho en otras palabas: se toma el camino de las formas graves
del artritismo (del que la tuberculosis parece constituir una etapa y el cáncer un
epifenómeno) por el uso habitual -no digo frecuente- de cantidades incluso mínimas de
bebidas más o menos alcoholizadas. El organismo resiste con frecuencia durante largo
tiempo cuando el atavismo es bueno; pero, aun en este caso, la descendencia del alcohólico
tendrá taras con toda seguridad; los hijos de los alcoholistas poseen una memoria de las
más defectuosas; son los que más tardan en reeducarse y los más difíciles de reeducar.

Los licores y los vinos en principio, contrariamente a la opinión vulgar, no son menos
nefastos que el chamapaña fino o el ron.

Los trabajos publicados en estos últimos años acerca de esta cuestión, hacen obvio todo
comentario aquí.

Los excitantes, tales como el café o el té, mucho menos peligrosos que los anteriores,
intoxican sin embargo el sistema nervioso de una manera muy apreciable. Deberán ser
tomados, pues, con la mayor moderación.

Su absorción, al dejar en libertad una cierta cantidad de la fuerza nerviosa acumulada en


los plexos, acrecienta por momentos la claridad intelectual. Pero, inmediatamente después,
sobreviene un período de depresión durante el cual el potencial de la actividad mental
desciende por debajo de lo normal.

Por fin, el uso excesivo del tabaco anula la sutileza de la imaginación. El exceso comienza
tan pronto como el fumar se hace habitual y procede una necesidad incoercible. La
absorción intratraqueal del humo y el uso de los tabacos llamados “ingleses”, tratados
químicamente, son en gran manera peligrosos.

Al mismo tiempo que se tienda, en forma graudal, a la rigurosa observancia de las


indicaciones dadas en este capítulo -porque los esfuerzos bruscos y definitivos no son
posibles para todos-, se hará uso del sistema de las compensaciones. Así, cuando bebáis una
bebida alcohólica y, sobre todo, con alcohol destilado, ayudad por lo menos a vuestros
órganos de eliminación. Haced que a esa ingestión de una bebida de esa clase siga la de un
vaso de agua mineral, especial para la gota y enfermedades del estómago, y, si es posible,
media hora de ejercicio, una marcha rápida, por ejemplo. Al día siguiente de una abundante
comida y cargada de manjares tóxicos, lavad vuestro organismo ingiriendo agua y frutas
frescas, renunciando casi por completo a otros alimentos. Y lo mismo que cuando sólo
bebéis una copita, haced que trabajen vuestro músculos al aire libre.

4. EL DESCANSO

Cuando falta el descanso, aparece la falta excesiva y con ella el debilitamiento gradual del
sistema nervioso. No siempre reposa, porque se deje de trabajar momentáneamente. Por el
contrario, continúa uno fatigándose si los cuidados, las preocupaciones, las tareas en curso,
siguen obsesionado la atención. Considero, pues, como indispensable desde ese punto de
vista, la interrupción voluntaria del acto de pensar, que ya hemos practicado en el párrafo I
del capítulo anterior. He aquí un único ejercicio, excelente contra la agitación y la fatiga
cerebrales. Nadie ha logrado jamás ejecutarlo impecablemente en un día, ni siquiera en un
mes. Lleva a la posibilidad de llegar al vacío total del campo de la conciencia con rapidez si
a la primera tentativa siguen otras. Desde el día en que se empieza a practicar ese ejercicio,
tiene una influencia calmante y reparadora que acrecienta con rapidez si a la primera
tentativa siguen otras a diario y puntualmente. El momento que separa el acto de acostarse
de la llegada del sueño, conviene a todo el mundo, pero para alcanzar la perfección es
preferible practicarlo en plena actividad mental.

Según eso, adoptad una posición tan cómoda como os sea posible, por ejemplo, acostado
de espaldas en un lecho o en un diván. Buscad para todos vuestros miembros la posición en
que se encuentren más cómodos. Acto continuo, comprobad si vuestros músculos están
relajados. Los pies, las piernas y los muslos deben reposar con todo su peso, así como los
brazos. La caja torácica debe estar libre de opresiones susceptibles de trabar el libre juego
de los pulmones, y la cabeza y el cuello deberán hallarse perfectamente apoyados.

Seguidamente, dejad que vuestros párpados se cierren en sus tres cuartas partes y vigilaos
a fin de conservar la más rigurosa inmovilidad durante cinco o diez minutos. Os vendrán
impulsos de modificar vuestra postura, de mover los dedos o los miembros. Conteneos:
repetíos mentalmente: estoy inmóvil; me mantengo inmóvil, como si todo mi cuerpo
estuviera inerte… Reposo blandamente, sin agitarme… etc., etc. Después de algunos
instantes, los impulsos que os incitaban a moveros cesarán definitivamente y éste será el
momento de inciar el ejercicio propiamente dicho, bien entendido que sin dejar de
conservar la inmovilidad más completa.

El ejercicio consiste en rehusarse a seguir una idea asi que ésta se presenta en la
conciencia. El campo mental debe ser orientado hacia la noción de inmovilidad, no dejando
que ningún pensamiento se imponga a la atención. Conservando la intención de no pensar
en nada juntamente con una inercia física completa, se va acercando uno cada vez más al
objetivo final de este entrenamiento: la absoluta vacuidad cerebral.

Al cabo de diez a cincuenta ensayos, el reposo muscular se opera con una rapidez y una
perfección sorprendentes. En algunos segundos se halla uno sumido en el más completo
estado de reposo moral a que han llevado los precedentes ejercicios, y en ese estado, muy
agradable, se encuentra uno inefablemente descansado.

La duración de las sesiones varía necesariamente con el número de las que le hayan
precedido. Para comenzar, es suficiente un cuarto de hora. Día en día sa va aumentando la
duración en forma progresiva hasta que, no experimentando ninguna dificultad, se crea o se
disipa a voluntad, tantas veces como se desee, el maravilloso estado de aislamiento
psíquico.
Mejor que cualquier narcótico y sin inconvenientes de éste, el aislamiento psíquico facilita
el sueño. Ya hace algún tiempo indiqué eso mismo a los que padecían de insomnio, en un
folleto 1 que ma valió, por parte de enfermos y de médicos, cartas que confirmaron la

certeza que yo tenía de que tal folleto había sido de utilidad para muchos.

Todas las distracciones sanas, sobre todo, los juegos al aire libre, reparan y disipan la
fatiga mental, pero el reposo no podía ser hallado últimamente sino con el ejercicio que
antecede. Por lo demás, ese ejercicio puede combinarse con las prácticas naturistas, tales
como el baño al aire, el de sol, etc.

En principio, se reposa apreciablemente de una actividad en el curso de otro, y los que


hayan aprendido a guiar sus pensamientos, a cambiar voluntariamente el curso de ellos, en
una hábil disposición de su tarea diaria hallarán un elemento suplementario de equilibrio
mental.

1
El insomnio vencido: El arte de dormirse fácilmente y sin drogas, a pesar de las preocupaciones, el ruido o el dolor.
CAPÍTULO VI

CONDICIONES PREVIAS PARA UN BUEN REGISTRO MENTAL

1. Clasificad vuestras ideas de lo general a lo


Particular.- 2. Estableced el mayor número
posible de conexiones.
1. CLASIFICAD VUESTRAS IDEAS DE LO GENERAL A LO PARTICULAR

Es indispensable una idea de conjunto absolutamente clara, a la que inmediatamente


podáis relacionar, para que no se os extravíe, el pensamiento que os venga a la imaginación
o el elemento de saber que acabáis de conocer. Antes de repartir las fichas en un fichero, es
preciso organizar su clasificación. Estableced, pues, procediendo de lo general a lo
particular, una serie de tablas, repartidas a su vez en secciones subdivididas ad infinitum en
categorías, para colocar en ellas vuestras adquisiciones intelectuales a medida que ellas se
vayan presentando.

En el momento en que queráis fijar una noción en vuestra imaginación, tendréis que estar
en condiciones de hallar instantáneamente el lugar que le corresponde, es decir, de juzgar a
que categoría de las cosas que os interesan corresonde esa noción y qué laguna va a colmar
en dicha categoría.

Para establecer las tablas cerebrales, adoptad el sistema de distribución más claro y más
conforme con vuestra filosofía personal.

Esa clasificación de las ideas no debe inventarse solamente, sino que además, debe
defnirse trazándola gráficamente.

A título de ejemplo en el que podáis inspiraros, doy a continuación una de las mil maneras
de fijar el origen y el desarrollo.

Todo aquello que pueda interesar a vuestra personalidad, entra en una de las cuatro
secciones siguientes:

I. Lo que se refiere a sus características. (Constituciópn, aptitudes, facultades,


tendencias, etc.).

II. Lo que se refiere a su vida y a su conservación. (Salud, renta, profesión, etc.).

III. Lo que se refiere a sus afecciones. (Familia, amigos, etc.).

IV. Lo que se refiere a sus conocimientos generales y cultura. (Ciencias, artes, letras).

Esa primera distribución podemos expresarla de la manera siguiente:


Tabla Nº 1
A.- Constitución

I B.- Aptitudes

Sus características C.- Facultades


psicofisiológicas
D.- Tendencias
II
E.- Salud
VUESTRA Su vida y conser-
vación F.- Rentas o ingre-
PERSONALIDAD sos (Profesión)
III

Sus afecciones G.- Familia

IV H.- Amigos

Sus conocimientos I.- Ciencias


generales y su cul-
tura J.- Artes

K.- Letras

Cada una de las subdivisiones de la tabla 1, desarrollada hasta los grupos de detalles: se
convertirá en un instrumento de precisión perfecta para la fijación de todo aquello que se
presente a la imaginación.

La sección IV, I, por ejemplo, puede subdividirse, si así se desea, tal como sigue:
Tabla Nº 2

Teogonía
Cosmogonía
Metafísica
El Universo Filosofía
Astronomía
Cosmografía
Matemáticas
Etc.

Geología
Topografía
Geografía
La Tierra Mineralogía
Botánica
Zoología
Química
Física
Etc.

Antatomía, fisiología, Terapéu-


tica, etc.

Psicología, Psiquismo, etc.

Origen: Androgenia, Prehisto-


ria, etc.

Historia Universal, Nacional.

Organización social
(constitución, derecho, etc.)

Política (economía sistema, etc.)

Según el caso, cada persona se limitará a distribuir, tan clara y completamente como sea
posible, aquella de las cuatro grandes secciones que le preocupe más especialmente.

El artesano deberá seguir mentalmente todas las transformaciones que su habilidad hace
sufrir, por medio de sus herramientas, a la materia que trabaja. Las fases de su tarea
habitual, los diversos útiles empleados en el curso de cada una de ellas, los movimientos,
etc., fugurarán cada uno en una subdivisión que deberá detallarse minuciosamente.

El empleado subdividirá sus conocimientos profesionales, las diversas aplicaciones que


tiene la misión de efectuar, las mejoras que convendría hacer, la gestión de sus ingresos, su
plan para ir elevándose gradualmente en la vida, etc.
El industrial constituirá un esquema que contenga: directiva general de su negocio,
administración, oficinas, compras, fuentes de materia prima, fabricación, fábrica o talleres,
personal de empleados y de obreros, venta, publicidad, representantes, etc. Bien entendido,
en que cada una de esas secciones puede incluirse todo lo que con ellas tenga relación.
El artista, para quien trabajo representa el objeto y el medio de su existencia, partirá de
dos órdenes de ideas principales: perfeccionamiento individual en su arte y realización de la
obra, etc.

El lector comprenderá que necesitaría poder leer en su cerebro para concebir y trazar aquí
la clasificación completa que él precisa.

Ese sistema parece no presentar ninguna relación directa con el papel de la memoria en el
estudio propiamente dicho. Más adelante (capítulo XI), indicaré cómo deben aplicarse más
directivas al registro de cualquier rama de la ciencia. Aquí se trata de la vida práctica.

Perfectamente puestas en orden vuestras ideas, todo cuanto pase por el campo de vuestra
conciencia despertará en ella nociones con ellas relacionadas que ayudarán a la rapidez de
vuestra asimilación y mantendrán vuestra atención alejada de los incidentes. Encontraréis
fácilmente las analogías indispensables para la retención mnemónica, porque la distribución
de cada noción transformada en tributaria de vuestro plan clasificador, irá a ocupar su lugar
de la manera más natural. En el acto juzgaréis a cuál de las grandes categorías corresponde
cada noción; ello despertará infaliblemente el sentido del interés que presenta vuestra
personalidad tomada como centro.

Una línea de analogía recordada así, y la nueva noción quedará estrechamente asociada a
ella.

2. ESTABLECED EL MAYOR NÚMERO POSIBLE DE CONEXIONES

Por medio de la meditación, aplicaos a haceros cargo de las múltiples relaciones de cada
una de las subdivisiones de las tablas 1 y 2, sobre todas las demás. La utilidad de este
ejercicio deberá aparecer claramente para vosotros si habéis comprendido bien la parte
teórica.
Vuestro estado de salud, por ejemplo (subdivisión II-E), presenta correlaciones múltiples:
interesa a vuestros ingresos (II-F), vuestra familia (III-G), vuestros amigos (III-H), vuestras
facultades (I-C), vuestros estudios (IV-I) y vuestra cultura (IV-I y IV-K); depende en alto
grado de vuestros conocimientos fisiológicos (VI-I, tabla Nº 2).
Cuando en el momento de llevar a cabo el registro veis claramente las diversas relaciones
del objeto de vuestra atención y de vuestros diversos centros de cristalización, se crean
tantos puntos de unión como relaciones percibidas.
CAPÍTULO VII

EL REGISTRO MENTAL

1.- Constitución de las fichas mentales y su


clasificación inmediata.- 2. El “cajón” de
las tareas urgentes.- 3. La clave de la re-
tención por contigüedad.
1. CONSTITUCIÓN DE LAS FICHAS MENTALES Y SU CLASIFICACIÓN
INMEDIATA

Las disposiciones que anteceden tienen por objeto como se habrá comprendido, establecer
un encadenamiento analógico estrecho entre todo el contenido de la reserva mental. Toda
persona y coas que os interesen tienen, por decirlo así, su ficha en vuestra imaginación.
Cuando llegáis a poseer sobre un tema el número de indicaciones determinado, agrupadas
en una ficha, debéis bien las conexiones, y que formarán dos o tres nuevas unidades en
vuestra salud. Sobre este particular, habéis reunido una cierta cantidad de informes. Si el
cuadro en que los habéis colocado os parece excesivamente estrecho para dejar lugar a
nuevos elementos, ampliadlo.

Ejemplo: Vuestros conocimientos anatómicos.

El funcionamiento de vuestros órganos.

En qué es normal; en qué tiende a alterarse.

Lo que conviene oponer a los eventuales trastornos:

Preventivamente (higiene). En caso de crisis. Registraréis fácilmente y de un modo


definitivo todas las veces que, antes de concentrar vuestra atención en un objeto dado,
hayáis definido claramente: 1º, qué plaza ocupa en un conjunto cuyos lineamientos
generales conocéis; 2º, lo que podéis sacar personalmente de la asimilación del tema en
cuestión.

Cuando abordéis el estudio de una rama enteramente nueva para vosotros, situad
previamente en su lugar en el conjunto de los conocimientos: 1º, humanos; 2º, que ya
poseéis. En segundo lugar, formaos una idea general del tema que os proponéis estudiar,
sea mediante una rápida lectura, ya interrogando a una persona competente. En tercer lugar,
cread vuestro cuadro. Decid: esta ciencia tiene tal o cual objeto. Ella estudia sucesivamente
tales o cuales aspectos, que presentan entre sí tales o cuales aspectos. Finalmente, hacer
vibrar el centro de cristalización a que va unida la línea análoga a que vais a ligar vuestros
nuevos conocimientos: concentrad vuestro espíritu un momento en el interés de vuestro
estudio.

En el curso de una conversación, durante la lectura de un artículo de una revista, ante el


aspecto de alguno de los mil objetos que se ven en la calle o en visita, se os aparece una
idea útil. Para recordarla en un momento oportuno, buscad su ficha mental y anotadla en
ésta.

-¿A qué se refiere?


-¿Qué cambiaría o añadiría ella?

-¿En qué momento debe ella intervenir?

La primera de esas tres preguntas os vuelve a llevar a la imaginación la región de vuestra


clasificación a que por analogía va unida la nueva idea. La segunda os permite apreciar sus
conexiones con las otras del mismo orden. La tercera os hace avanzar un instante en el
tiempo: os veis en una forma concreta actuando según el recuerdo que estáis tratando de
asegurar.

Si vuestra idea tiene alguna analogía con determinada e invisible cosa, columbrad esta
cosa con el pensamiento e imaginaos, en una especie de rápida cinematografía, que estáis
llevando a cabo vuestra inspiración. Si se trata de una persona, evocad en imagen su
aspecto acutal, oíd mentalmente su voz sin dejar de mantener por eso fija vuestra atención
en aquello de que acabáis de concebir la idea de manifestarle.

No olvidéis de precisar a qué modalidad de vuestras relaciones con dicha persona


pertenece lo que tenéis el propósito de decir o hacer: vuestra memoria funcionará entonces
con oportunidad.

2. EL “CAJÓN” DE LAS TAREAS URGENTES

El plan d las múltiples ocupaciones a que debéis entregaros inminentemente, requiere, si


queréis acordaros de cada cosa en el momento oportuno, que registréis cada una de ellas
acompañada del sentimiento de su urgencia.

Si por ejemplo, os viene a la imaginación: “Mañana por la mañana a más tardar, es preciso
que me compren este libro”, acordaos sucintamente del empleo del tiempo durante la
mañana siguiente día; asociad a ello, asignándole su hora: 1º la acción de encargar la
compra del libro y 2º la noción de desagrado o de contrariedad que el olvido de esa compra
os proporciona. Esta última noción constituye una especie de señal de parada que
funcionará a la hora prevista.

Ya hemos visto que una idea registrada en coincidencia con un estado afectivo,
impresiona la memoria y se graba fácilmente en ella. En el momento en que el recuerdo
periódicamente necesario, el dominio afectivo, reacciona a menudo en tanto que el dominio
intelectual acaparado por algún orden general de ideas, pierde de vista la utilidad inmediata.
He aquí un ejemplo: En el instante de salir de vuestra casa preocupados y “sumidos en
vuestros pensamientos”, al abrir la puerta sentís un malestar característico que acapara
vuestra atención y se convierte desde que ésta se concentra en aquél, en un sentimiento fijo
de que os olvidáis algo. Y recordáis que vuestro llavero con varias llaves, se había quedado
sobre vuestra mesa de trabajo.

Para no olvidar nada de las múltiples diligencias y tareas correlativas a un determinado


punto de vista, cada una de ellas debe tener su ficha mental ligada mediante alguna
conexión a la que sigue, en el orden preciso en que cada cosa será realizada.
Cada noche debieran prepararse las fichas de la mañana siguiente tratando de ligarlas
artificialmente si son dispares. Supongamos que tenéis en proyecto muchas pequeñas
preocupaciones: 1º, ver a un ebanista para una reparación que es preciso hacer a vuestra
butaca; 2º, comprar tinta para la pluma fuente; 3º, ver muestras de casimires en casa de
vuestro sastre; 4º, sacar pasaje en la estación; 5º, volver a estudiar el expediente de un
asunto del que tenéis necesidad de reavivar todos los detalles en vuestra imaginación. Ya
resuelto el orden en que juzgáis oportuno efectuar esas diversas tareas, suponiendo lo que
antecede, proceded a ello de la manera siguiente:

Primera ficha: Un ebanista en traje de trabajo sentado en la butaca que es preciso reparar;
en torno a su cuello colocadle un cordón que sostendrá sobre su pecho un gran cartel en que
se lea en grandes letras las palabras “pluma fuente”.

Segunda ficha: Vuestra pluma fuente; a un lado de ella una botella de tinta, volcada, cuyo
contenido mancha unos trozos de tela.

Tercera ficha: El sastre detrás de su mostrador, donde extiende algunas muestras


rectangulares de casimires. La última muestra es blanca y en ella se lee la incripción: “Ida y
vuelta para tal localidad”.

Cuarta ficha: La boletería de la estación, en la que un empleado pone ante vosotros,


vuestro pasaje colocado sobre la carpeta del expediente cuyo contenido debéis estudiar al
regresar de vuestro viaje.

Ese método ayuda considerablemente a recordar. Como es natural, permite numerosas


variantes dejadas a la elección de cada persona.

3. LA CLAVE DE LA RETENCIÓN POR CONTIGÜEDAD

Ya sabemos que las ideas, las palabras, las imágenes registradas con una relación de
estrecha contigüedad, tiende a formar en la memoria un bloque que podrá retirarse
fácilmente si se sabe tomar un fragmento de él. Tomemos, por ejemplo, un niño que estudia
lección, concentrando toda su atención en imaginarse las asonancias de cada palabra mucho
más que en penetrar el sentido. Si tiene suficiente agudeza auditiva, no tendrá gran trabajo
en recitar palabra por palabra, a la mañana siguiente, las frases que le ordenarán aprender.

La condición esencial de la retención por contigüedad es una atención es una atención sin
lagunas.

Observad cómo hay que ejercer la modalidad atentiva que se emplea en la retención por
contigüedad:

Ejercicio Nº 1.- Contad desde quinientos hasta uno, rápidamente y sin interrupción.

Ejercicio Nº 2.- Contad desde uno hasta cien, teniendo cuidado: 1º de representaros
gráficamente cada número; 2º, de imaginaros que estáis escuchando su expresión.
Ejercicio Nº 3.- Idéntico al número 2, pero en sentido inverso; es decir, de cien a uno.

Muchos estudiantes tienen la costumbre de silbar mientras trabajan, o de golpear en la


mesa con la punta de uñas, o de mover rítmicamente un pie, etc. De esta manera, la
atención que tiende siempre a desviarse, halla una especie de tope continuo en estos
pequeños movimientos que la captan cada vez que se separa del objeto de trabajo y evitan
así una distracción de mayor importancia.

En ese método, que podría ser calificado como el de la atención uniformemente variada,
desde que puede reemplazarse la atención uniformemente sostenida, se ganta tiempo y se
experimenta una menor fatiga. Los ejercicios indicados anteriormente orientan la
imaginación en el sentido deseado para procurarse la posibilidad de un esfuerzo sin
doblegarse al cansancio; pueden ser alargados o acortados, según el caso.
CAPÍTULO VIII

LAS CONDICIONES DE CONSERVACIÓN Y DE OLVIDO VOLUNTARIO

1. Reposo de las diversas secciones de conoci-


mientos.- 2. Cómo se suprime una o varias
fichas.- 3. Cómo anular los efectos de la
primera educación.
1. REPASO DE LAS DIVERSAS SECCIONES DE CONOCIMIENTOS

El hábito, recomendado en los capítulos anteriores, de situar cada recuerdo en el lugar que
le corresponde en el conjunto de las ideas del mismo orden, lleva automáticamente, a aquel
que aplica este método, a ver de nuevo sucesivamente cada una de las secciones y
subdivisiones de su clasificación. A juicio de todos los psicólogos de la memoria, la
estabilidad de un clisé mental se afianza cada vez más si se piensa en ello de nuevo. La
flexibilidad y la oportunidad de los recuerdos voluntarios y espontáneos están en razón
directa del relieve de los clisés, el que aumenta con las repeticiones. Observad cuán
obsesionantes se muestran los pensamientos en que nos hemos detenido frecuentemente y
durante largo tiempo. Todas las sensaciones que presenten con ellos la menor relación, los
evocan intempestivamente. La obsesión no es más que una manifestación mórbida de la
memoria.

Toda cuestión respecto de la cual tendéis a mentener la integridad de vuestro saber, debe
ser objeto de una metódica revisión a partir de la clasificación general en la que la hayáis
encuadrado y hasta los menores detalles correspondientes a las más pequeñas
subdivisiones. Estas últimas deben ver asignarse, según el orden lógico de su distribución,
un cambio completo, y experimentar sucesivamente la prueba de un recuerdo lo más
completo y preciso posible. En el curso de esa revisión os daréis cuenta de los puntos que
tienden a borrarse y de las lagunas que se hayan producido: veréis nuevamente los primeros
y colmaréis las segundas.

La importancia del estado orgánico general ya ha sido señalada en otra parte. Sea que
consideraremos al cerebro como la mente o como el instrumento de ésta, su perfecto
funcionamiento es indispensable en ambos casos.

2. CÓMO SE SUPRIME UNA O VARIAS FICHAS

Ninguno de los numerosos tratados de mnemotécnica aparecidos hasta ahora, abordaron


esta cuestión, a pesar de ser universalmente análoga al recuerdo voluntario. Ella no
representa solamente el interés teórico de constituir una faz de la cuestión sino que,
prácticamente, constituye una posibilidad de la cual numerosas personas han deplorado no
poseer la clave.

¡Sin ninguna duda se puede olvidar!

Hasta diría que una memoria es incompleta si sólo se le permite albergar imágenes
indeseables.
Lo mismo que se prohibe a los individuos peligrosos permanecer en el interior de las
fronteras, cada cual puede relegar a la región de los recuerdos esparcidos (véase el capítulo
I) todas aquellas nociones o ideas que juzgue inoportunas.

Ese destierro no se efectúa instantáneamente ni siquiera con rapidez, porque cad relación
mediante la cual un recuerdo del que se desea prescindir se asocia con otros, debe ser
disuelta en forma aislada.
La primera condición del olvido voluntario es la completa adhesión de la conciencia, del
juicio y de la voluntad a ese olvido. Esta determinación requiere una energía psíquica
cultivada y ejercitada. Pero su persistencia reclama más aún el contralor de sí mismo. De
este último me ocupo en El Poder de la Voluntad, en cuya obra demuestro que hasta los
más débiles caracteres pueden llegar a ser enérgicos.

Resueltos a rechazar hacia el olvido mental -la región de los sueños dispersos- una
ideación cualquiera, tened cuidado de rehusarle vuestra atención toda vez que reaparezca
en vuestro pensamiento atraída por cualquier relación con la frase inmediata de vuestro
estado de conciencia.

Dad lo más rápidamente posible, un giro a vuestra imaginación, y fijada sobre un tema
lejano. Si, a pesar de ello, os fuera imprescindible proseguir efectuando aquello que copia
vuestra actitud mental en el instante en que reapareció el recuerdo que deseáis eliminar,
realizad un esfuerzo de atención para absorberos de tal manera en los hechos principales,
que ningún incidente halle lugar donde ponerse. A veces se produce una reacción: la idea
expulsada vuelve a la carga y se vuelve obsesionante cuanto más se procura rechazarla.
Habiendo previsto bien esos diversos escollos, tened la seguridad de que serán
aniquilados si persistís.

Toda vez que negáis vuestra adhesión a un pensamiento, aun si hay lucha más o menos
larga y penosa, y hasta por si por un momento logra imponerse, disminuís la solidez de uno
se los puntos de unión de ese pensamiento en vuestra memoria. Ningún esfuerzo es vano y,
poco a poco, observando lo que antecede, llegaréis a romper los puntos de retención de un
recuerdo, cualquiera que éste sea. Una vez disociado, irá a reunirse a la gran cantidad de
aquellos, a quienes su evolución natural ha relegado al fondo de vuestra subconciencia.

La anulación, la supresión de las obsesiones se logra igualmente por el hipnotismo 1 y la


sugestión, pero es preferible no recurrir a la hipnosis sino en caso de una gran debilidad
mental, porque procediendo por la vía normal, la del esfuerzo de iniciativa personal, se
desarrollan valiosas cualidades psíquicas.

Es sabido que una mala impresión: repugnancia, temor, etc., proporciona, a veces, un
trastorno que se parece a un vencimiento. Es conveniente, pues, evitárselas a los niños y,
antes de ponerlos en presencia de un hecho que, indefectiblemente, deban conocer, será
conveniente ir preparándolos por medio de un razonamiento explicativo, a fin de que
interpreten en la forma menos desagradable posible lo que el hecho mencionado presenta
de penoso.

1
Véase “Método Científico-Moderno de Magnetismo, Hipnotismo y Sugestión”, del mismo autor.
3. CÓMO ANULAR LOS EFECTOS DE LA PRIMERA EDUCACIÓN

La memoria, desde cierto punto de vista, puede ser considerada como el infatigable
repetidor o auxiliar de aquellos que presidieron nuestra formación. Repetidor a menudo
fastidioso que reemplaza a la conciencia psicológica y hace del individuo una unidad de un

rebaño en lugar de ser capaz de transformarse en un hombre con condiciones de pensar por
sí mismo.

La extraordinaria tenacidad de las primeras impresiones representa, hagámoslo notar, una


pesada cadena remachada a un eje central y que mide el estrecho dominio que se asigna
arbitrariamente a la evolución del pensamiento.

Si es beneficioso proveer a una conciencia del conjunto tradicional de los conocimientos y


de los principios logrados por la Humanidad; si conviene despertar el criterio para orientar
las opciones intelectuales y morales, es perjudicial imponer opciones y poner ante la visión
mental una pantalla que dejare pasar solamente determinados rayos.

La libertad interior -principal finalidad de la cultura psíquica- necesita de la disociación


del “Yo” y de esas pantallas intelectuales que los prejuicios imponen al individuo, las ideas
ya hechas por completo y de cualquier clase, las idiosincrasias confesionales, regionales,
familiares, nacionales, profesionales u otras.

Para contestar a las tres preguntas siguientes: ¿Es eso verdad? ¿Es eso justo? ¿Es es
saludable?, el individuo debe, en todo y por todo, buscar por sí mismo las bases de su juicio
y crear éste en el seno de una absoluta independencia intelectual.

Para librarse de las influencias de un medio deprimente, de la presión que ejercen las
sugestiones desventuradas en nosotros, las afirmaciones inexactas recibidas en la infancia,
es preciso aplicarse ante todo a guiar el propio pensamiento (véase cap. III). Así se estará
en estado de examinar nuevamente con toda libertad cada punto, de analizarlo, de juzgar
nosotros mismos mismos causalidades de nuestras disposiciones y, considerándolas con
mirada lúcida, podremos oponerle las verdades que, merced a nuestras comprobaciones,
habremos llegado a conocer.
CAPÍTULO IX

EL RECUERDO

1.- El recuerdo depende de la concentración.


2.- Ejercicios de concentración.- 3. La sangre
fría.- 4. El recuerdo obtenido en el curso
del sueño.
1. EL RECUERDO DEPENDE DE LA CONCENTRACIÓN

Así como el registro mental requiere un esfuerzo para pensar atentamente, el recuerdo
voluntario se realiza tanto mejor cuanto más sangre fría y calma se posee y más tranquilo se
está; excepción hecha por otra parte, para algunos casos en que la exaltación mental
proviene del sentimiento de la importancia que tiene el recuerdo para nosotros. Según eso,
trátase de conservar la lucidez de espíritu en tanto se concentra atentamente la conciencia
sobre nociones capaces de despertar el recuerdo buscado.

Contrariamente a lo que pudiera creerse, la concentración y la atención no son sinónimas.


El pensamiento concentrado hacia un sujeto va de sus entradas a sus salidas; describe por
así decirlo, naturalmente, meandros convergentes, mientras que por el contrario, la atención
supone una línea recta o el estar fijo el pensamiento en un punto dado. Esto no pretende ser
una definición rigurosa. Es tan solo la imagen que nos hace falta para entendernos.
Cuando tratáis de recordar algo, hasta sin método, inconscientemente recurrís a una
cadena de asociación.
Por ejemplo para recordar nuevamente ciertas circunstancias, os trasladáis mentalmente al
lugar en que se efectuaron; para descubrir algunas palabras de un visitante, de las que no
apreciasteis la importancia hasta después de haberlas “olvidado”, reconstruís las fases de la
visita, la llegada del visitante, las primeras frases cambiadas. etc. También podéis facilitar
extraordinariamente vuestros recuerdos siguiendo las instrucciones impartidas respecto al
registro; es decir, la asociación, a medida que aparecen en vuestra conciencia, de todas las
ideas e imágenes advertidas, recibidas o concebidas. Entonces observaréis que,
conservando fija vuestra atención, durante algunas fracciones de segundo, en un
determinado sujeto, todas las nociones conexas llegarán a vosotros en buen orden.

Para los recuerdos más difíciles obrad exactamente como para el registro: investigad el
lugar que el recuerdo buscado debe ocupar en el cuadro general de vuestra memoria, juzgad
cuál debe ser categoría, la sección de esa categoría o la sección o subdivisión de esa sección
en que colocasteis su “ficha”.
Esto os llevará infaliblemente a alguna conexión eficaz.

El pensamiento se deja llevar sobre ese hilo de Ariadna, con tanta mayor flexibilidad
cuando más cuidadosamente haya sido cultivado el ejercicio fundamental indicado en el
capítulo IV, párrafo I.

Véanse en el siguiente párrafo Nº 2 algunos ejercicios de concentración muy eficaces:

2. EJERCICIOS DE CONCENTRACIÓN
Ejercicio Nº 1.- Reconstruid de memoria, y en el orden en que son expuestas, las
enseñanzas de una obra que hayáis estudiado con atención. Cuando hayáis terminado lo
referente a un capítulo, releed éste y empeza de nuevo a recordarlo colmando esta vez las
lagunas y rectificando simultáneamente las inexactitudes. Por fin, después de haber
subdividido los capítulos en secciones, efectuad el ensayo de recordar al pie de la letra.

Ejercicio Nº 2.- Si tenéis conocimientos literarios suficientemente extensos, sin que eso
quiera decir que alcancen una experta competencia, adquirid las bien conocidas obras de
Reboux y Muller: ¿De quién es esto? Y A la manera de… Tratando de identificar los
diferentes estilos, os distraeréis al mismo tiempo que se irá desarrollando en vosotros esa
modalidad de la concentración mental que preside el recuerde.

Ejercicio Nº 3.- Elegid una obra en extremo árida, ejercitaos su sentido. Este ejercicio,
más o menos penoso según el grado de cultura de cada uno, no es completamente
inaccesible a nadie. Basta con no leer una frase antes de haber comprendido y analizado
íntegramente la anterior.

Ejercicio Nº 4.- Durante una discusión, tomad el hábito de sostener vuestra tesis
calmosamente y con cortesía, pero con una insistencia calculada. Emplead de un modo
exclusivo de argumentos bien sopesados, que hallaréis con facilidad si clasificáis
previamente vuestras ideas sacando de cada una de ellas todo lo que es capaz de dar.

3. LA SANGRE FRÍA

El ejemplo de fracasar en un examen a causa de la perturbación mental se llama el trac, es


notorio. A pesar de una excelente preparación y, a menudo, de un éxito brillante logrado en
los examenes escritos, el momento del examen oral va acompañado de una angustia que
entorpece en forma molesta la función de la memoria. Por desgracia, no sólo no se tiene
consideración a los jóvenes impresionables, sino que numerosos examinadores se procuran
la estúpida satisfacción de acrecentar la turbación de los candidatos con su actitud ceñuda.
Ya que nuestros programas universitarios no contienen los menores elementos de cultivo
del contralor de sí mismo, de la calma y de la resolución, la justicia de la causa exigiría que
se modificra el sistema de los exámenes orales reemplazándolo por un segundo examen
escrito en que cada estudiante debería contestar rápidamente a un cuestionario, diferente
para cada uno. Mientras llega esa reforma improbable, ha aquí cómo suavizar en la mayor
medida posible el inconveniente de las emociones disolventes.

Para recobrar la quietud, procurad, descongestionar el plexo solar mediante la respiración


abdominal. Inspirad lentamente por la nariz y llenad de aire el parénquima pulmonar. El
primer esfuerzo que se realice debe tender a dilatar la parte inferior, el vientre; el segundo a
ensanchar los costados; el tercero a hinchar la parte superior. Tan pronto como la
inspiración parezca completa, elevad la superficie del abdomen lenta, suave y
gradualmente, hasta que esté bien distendida; después llevadla hacia el interior, en hueco,
tan perfectamente como sea posible; reiniciad dos o tres veces con una inspiración ese
movimiento alternativo.
El efecto interno no se hace esperar: sobreviene con rapidez una relajación del estado
nervioso y repitiendo el ejercicio diez o quince veces uno se encuentra enteramente
desembarazado.

En cualquier caso de perturbación emocional, se hará muy bien en emplear el


procedimiento que acabamos de describir.

Recobrada la calma, el cilindro (véase la figura de la página 61) inmovilizado por la


angustia, reanuda su rotación, y la voluntad, por un momento disociada de la memoria,
recobra su imperio sobre esa función.

4. EL RECUERDO OBTENIDO EN EL CURSO DEL SUEÑO

Sin que la solicite, la memoria trabaja a menudo durante el sueño, agrupando en torno a un
centro de cristalización creado por algo que preocupa a la mente, los elementos de una
solución. Por eso se dice que “la noche aconseja”. Toda persona puede utilizar
voluntariamente esa posibilidad. He aquí cómo una psiquista muy adelantada, la señora
Annie Bessant, prescribe, en su admirable Pouvoir de la Pensée, cómo debe procederse
para obtener de la mente dormida una respuesta mnemónica:

“Lo que hay que hacer para eso es muy simple. Cualquiera que sea el problema al que se
desee encontrar solución, debe ser tranquilamente sostenido ante la mente en el instante de
dormirse; no es necesario profundizarle, buscar argumentos, sin lo cual el sueño no acudirá:
es preciso solamente exponerlo y no hace falta más. Esto es suficiente para darle al
pensamiento la orientación requerida: el Pensador volverá a hacerse cargo del problema y
se ocupará de él cuando ya no tenga que inquietarse de su cuerpo físico. Lo más a menudo,
la solución se presentará en la imaginación en el instante de despertar, es decir, que el
Pensador la habrá inscrito en el cerebro; también es una buena precacución tener papel y
lápiz cerca de la cama, para anotar inmediatamente, las soluciones al despertarse, porque
las que así se logran, son borradas con facilidad por las numerosas impresiones
provenientes del mundo físico -y no es fácil volver a hallarlas-. Muchas de las dificultades
de la vida podrían ser aclaradas con facilidad por ese procedimiento y así sería posible
trazar un sendero por en medio de los obstáculos. Del mismo modo más de un problema
mental hallará solución cuando se le somete a la inteligencia, mientras que ésta no será
entorpecida en modo alguno por el cerebro físico, que es de naturaleza más densa”.

Para la comprensión completa de este fragmento, diremos que su autora, ardiente


espiritualista, admite, según la doctrina teosófica, los destinos de la cual ella preside, que el
Ego (el Pensador) es distinto del órgano mental del pensamiento. La mente sería el
instrumento del conocimiento del Ego.
CAPÍTULO X

LA MNEMOTECNIA

1. El sistema de las ligazones.- 2. Las articu-


Laciones cifradas y sus aplicaciones.- 3. La
Alegoría.- 4. Las fórmulas rimadas.- 5. Las
tablas de recuerdo.- 6. El método de las
localidades.
1. SISTEMAS DE LAS LIGAZONES

Este sistema tiene por objeto ayudar a la memoria a retener un texto rimado. Tiene su
principal utilidad en los estudios clásicos y en el teatro. Es debido a Aimé Paris,
mnemotécnico francés del siglo XIX, cuyas obras son muy difíciles de encontrar en la
actualidad.

Para darse cuenta en el acto del procedimiento que vamos a explicar, haremos observar
previamente que un texto es tanto más difícil de retener cuanto más diferentes son sus
períodos. Cien líneas de versos que desarrollan una misma idea directriz formando un
encadenamiento continuo, parecen ser más fáciles de retener que ciertos poemas más
breves, pero en los que cada estrofa no lleva necesariamente a la imaginación al sentido de
la siguiente.

Un ejemplo de los dos casos; estrofas dispares y encadenadas, nos los proporciona una
misma composición poética de Baudelaire 1 : la que a manera de introducción puso el autor
al principio de sus Flores del mal 2 .

La sottise, l’erreur, le péché, la lésine


Occupent nos esprits et travaillent nos corps,
Et nous alimentons nos coupables remords
Comme les mendiants nourrisent leur vermine.

Nos pechés, sont têtus, nos repentirs sont


(lâches,
Nous nous faisons payer grassement nos aveux,
Et nous rentrous gaîment dans le chemin
1
Tratándose de un sistema mnemotécnico francés, hemos preferido no cambiar los versos.
2
He aquí una versión española de los mismos.

“La necedad, el pecado, la roñería,


ocupan nuestras imaginaciones y trabajan nuestros cuerpos,
y alimentamos nuestros culpables remordimientos
como los pordioseros nutren su miseria.

“Nuestros pecados son testarudos, nuestros arrepentimientos,


(cobardes.
Nos hacemos pagar ricamente nuestras confesiones
Y penetramos alegremente en el camino cenagoso
Creyendo lavar con viles lloros nuestras manchas.

“A la cabecera del mal está Satán Trimegistro,


que mece lentamente nuestro encantado espíritu,
y el rico metal de nuestra voluntad
es vaporizado por ese sabio alquimista.
(bourbeux
Croyant par de vils pleurs laver toutes nos
(taches.

Sur l’oreiller du mal, c’est Satan Trimmégiste


Qui berce lentement notre esprit enchanté
Et le riche métal de notre volonté
Est tout vaporisé par ce savant chimiste.

C’ est le Diable qui tient les files qui nous


(remuent,
Aux objets répugnants nous trouvons des
(appas;
Chaque jour vers l’Enfer nous descendons d’ un
(pas.
Sans horreur, a travers des ténébres qui
(puent.

Ainsi qu’un déshérité pauvre qui boise et


(mange
Le sein martyrisé d’ une antique catin,
Nous volons au passage un plaisir clandestin
Que nous pressons bien fort comme une vielle
(organge.

Serré, fourmillant comme un million d’hel-


(minthes
Dans nos cerveaux ribote un peuple de Démons,
Et quand nous respirons la mort dans nos
(poumons
Descend, fleuve invisible, avec de sourdes
plaintes. *

“Es el diablo quien sostiene los hilos que nos mueven


en los más repugnantes objetos hallamos encanto,
cada día damos hacia el infierno un paso,
sin temer atravesar las tinieblas que hieden.

“Tal como un un libertino pobre que besa y mordisquea


el martirizado pecho de una prostituta,
queremos, al pasar, un clandestino placer,
que estrujamos muy fuerte como una seca naranja.

“Apretado, hormigueando como un millón de helmintos,


en nuestro cerebro se agita un pueblo de demonios,
y, cuando respiramos la muerte en nuestros pulmones,
desciende como un río invisible, entre sordas quejas.

“Si el estupro, el puñal, el veneno, el incendio


no han bordado aún con sus “placenteros” dibujos
el vulgar cañamazo de nuestros míseros destinos,
es porque nuestra alma, ¡ay! no es lo bastante atrevida.

“Mas entre los chacales, las panteras, los perros,


Si le viol, le poignard, le poison, l’incendie,
N’ont pas encore brodé de leurs plaisants dessins
Le canevas banal de nos piteux destins,
C’est que notre âme, hélas!, n’est pas assez
(hardie.

Mais parmi les chacals, les panthéres, les lices,


Les singes, les scorpions, les vautours, les
(serpents,
Les monstres glapissants hulants, grognants,
ramptants,
Dans la ménagerie, infâme de nos vices.

Il en est un plus laid, plus méchant, plus im-


[monde!
Quoi qu’il ne pousse ni grands gestes, ni grands
[cris,
Il ferait volontiers de la terre un débris
Et dans un ballement avalerait le monde.

C’es l’ennui!, l’oeil chargé d’un pleur invo-


(lontaire,
Ir rêve d’échafauds en fumant son houka.

Tu le connais, lecteur, ce monstre délicat,


Hypocrite lecteur -mon semblable- mon frére!

Las siete primeras estrofas que anteceden se encandenan de una manera menos inmediata,
que las otras tres. Observad el último verso de la primera estrofa y el primero de la
segunda:

Comme les mendiants nourrisent leur vermine


Nos pêchés sont tetus, nos répeintirs sont lâches.

De uno a otro existe una vacilación forzada. Observad ahora el último verso de la octava
estrofa y el primero de la novena:

los monos, los escorpiones, los buitres, las serpientes,


los monstruos aulladores, gruñidores, rampantes
en la infame casa de las fieras de nuestros vicios,

“hay uno más feo, más malo, más inmundo


que aunque no hace grandes gestos ni lanza grandes gritos,
con gusto haría de la tierra un residuo,
y en su bostezo se tragaría el mundo.

“Es el aburrimiento, con los ojos llenos de un lloro involuntarios,


sueña con patíbulos minetras fuma su “houka”.

Tú le conoces, lector, a ese monstruoso delicado


¡Hipócrita lector -mi semejante- mi hermano!”
Dans la ménagerie infâme de nos vices
Il en est un plus laid, plus méchant, plus inmon-
[de.

En este caso, la imaginación no podría extraviarse ni siquiera vacilar: la idea directora


sigue su curso y se encadenan tan bien los dos versos, que están íntimamente de acuerdo.
El llamado jalón consiste en hallar una corta fórmula que forme un encadenamiento, tan
preciso como sea posible para unir la última palabra de una estrofa a la primera de la
siguiente. Ejemplos:

“como los pordioseros nutren su miseria


…aferrada a su piel…
nuestros pecados son testarudos, nuestros arre-
[pentimientos cobardes”.
“creyendo lavar con viles lloros nuestras man-
[chas
…blandamente apoyada su cabeza…
a la cabecera del mal está Satán Trigemisto”.

“es vaporizado por ese sabio alquimista…


…porque es él…
Es el diablo quien sostiene los hilos que nos
[mueven”.

“sin temer atravesar las tinieblas que hiden


…con las cuales delectamos nuestra delicues-
[cencia…
Tal como un libertino pobre que besa y mordis-
[quea”

“que estrujamos muy fuerte como sea naranja,


…la cual no podría calmar nuestra fiebre por-
[que…
apretado, hormigueando como un millón de hel-
[mintos”,

“desciende como río invisible entre sordas que-


[jas
…eco de los más sombríos pesares, porque, fon-
fesémoslo…
Si el estupro, el puñal, el veneno, el incendio”.

“es porque nuestra alma, ¡ay!, no es lo bastante


[atrevida.
…bajo la inspiración de infames consejeros…
Mas entre chacales, las panteras, las perras”.

Si al leer, se intercala la corta frase denominada de ligazón, o jalón, y que en los versos
cedentes va en bastardilla, el trabajo de la memoria se facilita singularmente.

He aquí, según Aimé Paris, otro ejemplo de jalones aplicados a un trozo de Boileau (L’art
poétique), del que también damos una versión española:

I'

Souvent la peur d’un nous conduit dans


[un pire;
Un vers était trop faible; et fous le rendez dur;
J’evite d’être long, et je deviens obscur;
L’un n’est point trop fardé, mais sa muse est
(trop nue?
L’autre a peur de romper, IL SE PERD DANS
[LA NUE

Jalón:

Si le plaiser de cet homme est de se perdre


[DANS LA NUE.
VOULEZ VOUS les suivre?

II

VOULEZ-VOUS du public mériter les amours?


'
“A menudo, el miedo a un daños nos conduce a otro peor.
Un verso era demasiado débil, y tú le haces duro:
uno no está en modo alguno demasiado compuesto, pero su musa está
(demasiado desnuda,
el otro tiene miedo de arrastrarse y se pierde en las nubes”.

JALÓN:

Si el placer de ese hombre es “perderse en las nubes”. ¿QUIE-


RES seguirle?

II

¿”Quieres” del público amores?


Sin cesar, al escribir, varía tus discursos.
Un estilo demasiado igual es siempre uniforme
En vano brilla a nuestros ojos, es preciso que él nos duerma.
Se lee poco a esos autores nacidos para fastidiarnos,
Que siempre en un mismo tono “parecen salmodiar”.

JALÓN:

A mí me gusta oír salmodiar: “Beati Pauperes Spiritu” (Dicho-


So los pobres de espíritu).
Sans cesse en écrivant vos discours.
Un style trop égal et toujours uniforme
En vain brille á nos yeux, il faut qu’il nous en-
[dorme.
Qui toujours sur un ton SEMBLENT PSAL-
[MODIER.
Jalón:

J’aime á entendre PSALMO DIER: “BEATI


(PAUPERES SPIRITU. (Heureux les
(paubres d’esprit).

III *

HEUREX qui, dans ses vers, sait d’une votx


(légère,
Passer du grave au doux, du plaisan au sévère!
Son livre aimé du ciel, et chéri des lecteurs,
Est souvent chez Barbin ENTOURE D’A-
CHETEURS.

Jalón:

Si vous n’avez pas de réputation, votre libre ne


(sera
jamais ENTOURE D’ACHETEURS. QUOI
QUE VOUS ECRIVIEZ.

¡”Dichoso” aquel que en sus versos sabe con vos ligera


pasar de la gravedad a la dulzura, de lo gracioso a lo severo!

Su libro, amado del Cielo y querido por los lectores,


está a menudo en casa de Barbin “rodeado de compradores”.

JALÓN:

Si no tenéis reputación, vuestro libro jamás estará “rodeado de


Compradores”, SEA LO QUE FUERE LO QUE ESCRIBÁIS.

IV

“Sea lo que fuere lo que escribáis”, evitad la bajeza:


El estilo menos noble tiene con todo su nobleza.
Con desprecio del buen sentido, lo jocoso y desvergonzado
engaña a los ojos primero, pues gusta por su novedad:
Que jamás ese estilo mancille vuestra obra.
Imitemos a Marot las chanzas elegantes
y dejemos lo jocoso a los bromistas del Puente Nuevo;
pero no vayáis tampoco, siguiendo los pasos de Brebeuf,
ni siquiera en una Farsala, a amontonar en las orillas
“de muertos y moribundos cien montañas “lastimeras”.

JALÓN:

¿Por qué obstinarse en cantar romanzas “lastimeras”? COGED


MEJOR VUESTRO TONO.
IV

QUOI QUE VOUS ECRIVIEZ, évitez la bas-


[sesse
Le sytle le moins noble a pourtand sa noblese.
Au mépris du bon sens, le burlesque effronté
Trompa les yeux d’abord, plut par sa nouveauté:
Imitons de Marot l’élegant badinage,
Et laissons le burlesque aux plaisants du Pont-
[Neuf,
Mais n’allez point aussi, sur les pas de Brebeuf,
Même en une Pharsale entasser sur les rives
“Des morts et de mourants cent montagnes
[PLAINTIVES.

Jalón:

Pourquoi vous obstiner à chanter des romances


[PLAINTIVES? “PRENEZ MIEUX VOTRE
[TON”.

V*

PRENEZ MIEUX VOTRE TON. Soyez sim-


[ple avec art,
Sublime sans orgueil, agréable SANS FARD.

Jalón:

Plutôtque d’offrir du FARD, “N’OFFREZ-


[RIEN”.

• V

“Coged mejor vuestro tono”. Sed sencillos con arte,


sublimes sin orgullo, agradables “sin fingimiento””.

JALÓN:

Antes que ofrecer con “fingimiento”, NO OFREZCÁIS NADA,


VI *

N’OFFREZ RIEN au lecteur que ce qui peut


[lui plaire.
Ayez pour la cadence une oreille sévere:
Que toujours dans vos vers, les sens coupant les
[mots
Suspende l’hémistiche, en marque le REPOS.

Jalón:

Si quelqu’un aime son REPOS, GARDEZ,


[VOUS de le troubler.

VII

GARDEZ qu’une voyelle, à courir trop hâtée,


Ne soit d’une voyelle en SON CHEMIN HEUR-
[TEE.

Jalón:

Si une femme de la halle est par vous en “son


CHEMIN HEURTEE, “IL EST UN HEREUX
CHOIX d’épithétes, emprunté au vocabulaire de

• VI

“No ofrezcáis nada”, al lector, sino aquello que pueda agradarle


Tened para la cadencia un oído severo:
Que siempre en vuestros versos, el sentido al cortar las palabras
Suspenda el hemistiquio y marque el “descanso”.

JALÓN:

Si alguien gusta de su “descanso”, PROCURAD no turbarlo.

VII

“Procurad” que una vocal por correr demasiado precipitada,


no sea una vocal “en su camino tropezada”.

JALÓN:

Si una verdulera es por ti “en su camino tropezada”, será UNA


AFORTUNADA ELECCIÓN de epítetos del vocabulario de su pro-
fesión aquello que gratificará.
sa profesión dont elle vous gratifiera.

VIII *

IL EST UN HEREUX CHOIX de mots har-


[monieux,
Fuyez des mauvais sons le concours odieuz.
Le vers le mieux rempli, la plus nable pensée,
Ne peut à l’esprit quand l’oreille est bles-
[sée.

2. LAS ARTICULACIONES CIFRADAS Y SUS APLICACIONES

El empleo de los procedimientos siguientes ayudará considerablemente a recordar las


cifras. Con un poco de costumbre, las fechas, las fórmulas, precios, etc., pueden ser
grabados instantáneamente en la mente en forma de algunas palabras construidas de tal
manera, que se halla sin dificultad el número original. Queremos, por ejemplo, fijar en
nuestra imaginación el número total de los principales huesos del cuerpo humano, o sea
198. Para ello, atribuiremos a cada una de las cifras de 1 a 0 una consonante, tal como
sigue:

1 lo substituiremos por t
2 lo substituiremos por n
3 lo substituiremos por m
4 lo substituiremos por r
5 lo substituiremos por l
6 lo substituiremos por j
7 lo substituiremos por q
8 lo substituiremos por f
9 lo substituiremos por b
0 lo substituiremos por c

Hecho esto, transformaremos 198 en sus consontantes significativas: t, b, f y en seguida,


con esas tres letras combinaremos una frase susceptible de presentar cierta relación con los
huesos cuyo nombre queremos recordar; por ejemplo: Todos Bien Formados. Es evidente
que será más fácil recordar la frase:

• VIII

“Una afortunada elección” puede hacerse de vocablos armoniosos.


Huid del concurso odioso de los malos sonidos.
El verso mejor rimado, el más noble pensamiento,
no puede gustar al espíritu cuando el oído está herido”.
“Los huesos del cuerpo humano están todos bien formados”.

que esta otra:

“Los huesos humanos suman 198”

He aquí ahora las indicaciones necesarias para emplear el sistema de las articulaciones
cifradas, comenzando por darle al alfabeto numérico mnemotécnico de Aimé Paris sin
modificaciones de ninguna clase, así como la tabla completa de esas articulaciones 1 .

ALFABETO NUMÉRICO

┌───┬───┬───┬───┬───┬───┬───┬───┬───┬───┐
│ 1 │ 2 │ 3 │ 4 │ 5 │ 6 │ 7 │ 8 │ 9 │ 0 │
├───┼───┼───┼───┼───┼───┼───┼───┼───┼───┤
│ t │ n │ m │ r │ l │ j │ k │ │ b │ s │
│ d │ │ │rr │ │ll │ g │ v │ p │ c │
│ │ │ │ │ │ │ p │ │ │ z │
└───┴───┴───┴───┴───┴───┴───┴───┴───┴───┘

He aquí tres medios propuestos por los maestros de la mnemotécnica para fijar con mayor
facilidad en la memoria la tabla numérica descrita antes:

1º Una frase rítmica de Aimé Paris indica en el orden numérico las principales
articulaciones cifradas:

0
Sot!
1 2 3
Tu nous ments.
4 5 6
Rends les chants.
7 8 9
que flit Pan,

2º Una serie de observaciones del mismo autor, acerca de las correlaciones de cada cifra
con su principal consonante representativa:

t que representa 1, no tiene más que un palote y se parece a la cifra


1.
n que representa 2, tiene dos palotes.
m que representa 3, tiene tres palotes
r que representa 4, parece un 4 vuelto al revés
l que representa 5, se asemeja al 5, que en la escritura cursiva se
hace de un solo trazo de pluma.
j que representa 6, tiene abajo un bucle como la cifra 6.

1
Según el Abate Moigne.
couk que representa 7, parece esta cifra una especie de potencia
f que representa 8, tiene dos bucles, como esta cifra
p que representa 9, tiene un bucle en la parte superior, como dicha
cifra.
s que representa 0, parece formada de dos ceros.

3º - Una fórmula de Guyot Daubés: 1

1.- Un TauDis
2.- deux aGNeaux Nains
3.- trois Mats
4.- quatre Roues
5.- cinq Loyers
6.- six Jeunes Chats
7.- sept Ca Gots
8.- huit Fèves
9.- neuf Pieds-Bots
0.- Zero CiSeau

Una vez dominado ese sistema, puede aplicarse a las mnemonizaciones más diversas. He
aquí algunas fórmulas imaginadas para recordar los números correspondientes a las
consonantes indicadoras:

APLICACIONES A LA HISTORIA 2

Fundación de Roma.- Roma fue fundada en las proximidades de las siete “colinas” (K.-L.-
N. igual 527).
Batalla de Soissons.- Después de la batalla de Soissons, Clovis, humillado, tomó su
“revancha” (R.-V.-CH. igual 486).
Batalla de Crecy.- Perdida por Felipe IV de Francia, permitió a los ingleses continuar su
“marcha” (M.-R.-K. igual 347).
La locura de Carlos VI.- Carlos VI, a pesar de su locura, tenía un alma buena. (M.-B.-N.
igual 392, igual 1892).
Muerte de Juana de Arco.- Juanda de Arco murió en Ruán de quemaduras, por no
disponer de “tu remedio” (T.-R.-M.-D. igual 1341).
Tratado de Arras.- Por el tratado de Arras, la Borgoña entro a formar parte de Francia y la
guerra terminó. (R.-F.-N. igual 482, igual 1482).
La noche de San Bartolomé.- En esa noche, los hugonotes fueron pasados a cuchillo sin
“deliqium” (D.-L.-Q.-M. igual 1573).
Batalla de Poitiers.- En esa batalla Carlos Martel echó a los sarracenos de nuestras
“comunas” (C.-M.-N. igual 732).
Sumisión de los Lombardos y Sajones a Carlomagno.- De los Lombardos y Sajones,
Carlomagno fue el conquistador. (C.-K.-R. igual 774).

1
“El Arte de Ayudar la Memoria”.
2
Todos los ejemplos corresponden al texto original en francés. En castellano podría substituirse por otros. -N. del T.
Primera cruzada.- Los primeros cruzados, bajo Felipe I, partieron juntos (T.R.-BL. igual
905).
Ejecución de los Templarios.- La orden de los Templarios, disminuida bajo Felipe el
Hermoso, ya no existe ahora (M.-N.-T. igual 312) 3 .

FECHA DE LA MUERTE DE HOMBRES FAMOSOS

Gutemberg.- Gutenberg, al morir, nada dejó a los suyos. (R.-L.S. igual 450; igual 1450).
Racine.- Racine en sus obras entona cantos pomposos. (CH. -P.-P.- igual 699; igual a
1699).
Moliére.- Moliére se burla de las chicanas. (CH.-C.-N.-, igual 672; igual a 1672).

ALGUNAS FÓRMULAS DE HISTORIA ANTIGUA

Después de haber vencido a los Curiacios, Horacio mató a su hermana, de la que


encontraba las palabras demasiado “chocantes” (CH.-K.-T. igual 671).
Cincinato fue arrancado, para revestirse la púrpura de dictador, del campo, a donde
voluntariamente se “relegó” (R.-.L.-G. igual 457), etcétera.

No hay ninguna fecha que no pueda ser recordada fácilmente formulándola como se ha
hecho con las anteriores. Combinando por sí mismo sus frases mnemónicas, el lector se
procurará un elemento de retención suplementaria, porque no se olvida aquello que se
inventa.

APLICACIONES ARITMÉTICAS

Ejemplos

Densidad del hierro.- Ver los hierros enemigos apuntando al pecho, no es “grato” G. igual
7).

Densidad del oro.- Jamás se ve brillar el oro sobre el polvo del “pavés” (P.-V.-S. igual
98’0).

Densidad del platino.- El niño que patina por vez primera es dichoso de ser guiado por la
mano de su “papá” (P.-P. igual 99), etcétera.

APLICACIÓN AL PRECIO DE UNA FACTURA

El traje de Pedro es de fino tisú (el metro a 10 francos) igual T.-S.


Las mercaderías de Pablo son de calidad inferior (factura de Pablo: 2844 francos). 2844
igual N.-F.-R.-R.

3
Puede recordarse 312 en lugar de 1312, porque a nadie podría inducir en error la omisión del 1.
Si quisiera mnemonizarse una fecha que comprenda el día y el mes, podría hacerse uso,
por ejemplo, de las anotaciones siguientes:

Enero igual CH
Febrero igual F
Marzo igual R
Abril igual V
Mayo igual M
Junio igual Z
Julio igual J
Agosto igual T
Septiembre igual S
Octubre igual K
Noviembre igual G
Diciembre igual D

Será suficiente unir esas anotaciones a las precedentes:


La zeta igual L. Z. igual 5 de junio 1

3. LA ALEGORÍA

Nadie ignora lo que es un jeroglífico; una serie de dibujos o signos representativos de una
frase que es preciso encontrar. En nuestra juventud todos nos hemos entretenido más o
menos en buscar la solución de esos grafismos ingeniosos, a los cuales la mayor parte de
los periódicos humorísticos reservan una página o dos. El principio de la formación de los
jeroglíficos se emplea en mnemotécnica, y, aplicándolo se puede resumir en un espacio
muy reducido un importante grupo de ideas o de detalles que se refieren a un hecho
determinado. Por ejemplo: un cuadro dividido en cien partes iguales, de las que cada una
representa un año, puede servir para fijar en la memoria los sucesos principales de un siglo.
Cada hecho que se quiera recordar será resumido para ello simbólicamente en la casilla que
indique su fecha. Una memoria visual suficiente permite mnemonizar de ese modo, en
forma muy ordenada, un gran númro de conocimientos.

4. LAS FÓRMULAS RIMADAS

Quienes posean una buena agudeza auditiva, las mnemotécnicos les recomiendan el
empleo de fórmulas rimadas. Una de las más conocidas es la siguiente:

El cuadrado de la hipotenusa
es igual, si no se abusa,
a la suma de los cuadrados
de los otros dos lados.

Ello demuestra que un teorema geométrico encuentra a veces su lugar en forma poética.
Sin tener el menor talento versificador, todo estudiante algo ingenioso sabrá generalizar el
ejemplo anterior.

1
Teniendo en cuenta que los ejemplos citados por el autor pierden su eficacia en la traducción al castellano, muchos de
ellos han sido deliberadamente omitidos.- N. del T.
He aquí otra, relativa al descubrimiento y a las propiedades del oxígeno, tomada de
Guyot-Daubés:

Sheele y Priestley descubren el oxígeno,


gas inodoro, permanente,
agente vital que no es en verdad patógeno
y que por su virtud se nombra comburente.
Vástagos de hierro, o azufre, o fósforo, o
(carbono
se unen a este gas y arden claramente;
después, ese bello gas se transforma en ozono.
Por la electricidad o lo fosforecente
en un horno el oxígeno fabrico:
se calienta al rojo vivo el cuerpo (Mn 02)
o bien este cuerpo y el ácido sulfúrico.
Forman sulfato maanganésico entre los dos
o bien aún el clorato de potasa,
que el oxígeno da seis equivalentes.
En cuanto al empleo del más útil de los gases,
él solo hace vivir y quemar constantemente.

El sistema llamado de a peu prés (más o menos) consiste en reunir en una frase las
palabras iguales o parecidas a los nombres que uno quiere recordar, utilizando el sentido
evocado por sus homónimas.
Para retener una serie de palabras poco usuales, algunos autores recomiendan se recurra a
las iniciales o a las primeras sílabas de cada una, con las cuales se forma a veces un
encadenamiento de asonancias que por lo extrañas se destacan. Así, por ejemplo, los doce
signos del Zodíaco, agrupados de tres en tres, dan con sólo sus primeras sílabas cuatro
palabras que por lo raras se destacan.

Signos del Zodíaco

Aries Tauro Géminis


Cáncer Leo Virgo
Libra Escorpio Sagitario
Capricornio Acuario Piscis

De sus primeras sílabas, unidas de tres en tres, resultan:

Ataugé, Cánlevi, Liessa, Caapis,

que facilitan el recuerdo de aquéllos.

De igual modo las primeras letras de los siete colores del espectro solar dan la palabra
viavaar, que puede ayudar a retener los nombres de aquéllos: violeta, añil, azul, verde,
amarillo, anaranjado y rojo.
Con frecuencia una frase muy sencilla basta para impedir radicalmente al olvido de algo
que se quiere conservar en la memoria. Así, por ejemplo, la voz de mando tan vulgar en la
milicia: “De frente… ¡Mam!” permitirá que no vacilemos en ningún momento acerca de la
respectiva función de los dos cordones de la médula espinal, pues nos hará recordar: “El
cordón anterior ordena la motricidad y el otro la sensibilidad”.

Es fácil también para los marinos confundir babor y estribor, es decir, no saber cuál de
esas dos palabras indica derecha y cuál izquierda, pero el vocablo Baes, formado con las
dos primeras sílbas de aquéllas, nos lo hará recordar con sólo fijarnos en que ba está a la
izquierda y es a la derecha; esto es, que babor indica izquierda de un buque cuando el
observador mira hacia proa, y estribor, derecha.

5. LAS TABLAS DE RECUERDO

Estas tablas se componen de cien o más vocablos que, una vez aprendidos de memoria,
con los números correspondientes, pueden ser empleados para asociar a ellos numerosas
nomenclaturas estableciendo una analogía entre cada palabra de recordación y el
correspondiente término de la nomenclatura. Menciono este sistema a título de curiosidad,
porque la busca de analogías, labor pesadísima, lo hace por lo general muy poco práctico 1 .

He aquí las tablas:

1º- La tabla denominada por selección de

0 son 29 nos ponts 58 alluvion 87 faucon


1 ton 30 maison 59 Lapon 88 vivons
2 nom 31 mouton 60 chanson 89 faux bond
4 mont 32 mignon 61 jeton 90 potion
4 rond 33 Mamon 62 Junon 91 ponton
5 lion 34 marron 63 Chaumont 92 pignon
6 jonc 35 melon 64 juron 93 poumon
7 gond 36 manchon 65 jalon 94 perron
8 fond 37 Mâcon 66 changeons 95 plomb
9 bond 38 méfions 67 choquons 96 bouchon
10 tison 39 Maupeon 68 chifon 97 bougon
11 dindon 40 raison 69 chapon 98 bouffon
12 tignon 41 Redon 70 cassons 99 pompon
13 démon 42 renom 71 coton
14 tronc 43 ramons 72 canon
15 talon 44 raraux 73 goënmon
16 donjon 45 Rollond 74 Caron
17 Dagon 46 región 75 Colomb
18 typon 47 Orgon 76 cochon
19 tampon 48 orphéon 77 cocon
20 nation 49 harpón 78 Gavion
21 Newton 50 leçon 79 coupon
22 Ninon 51 laiton 80 façon
23 Gnomon 52 linon 81 phaéton

1
El tratado de la memoria del abate Chavauty consigue sin embargo, facilitar el manejo de las tablas analógicas. Para
información cabal de los lectores damos a continuación dichas tablas, tal cual aparecen en la edición francesa, dejando a su
buena inteligencia la versión y adaptación que les corresponda.
24 Néron 53 limon 82 fanion
25 nez long 54 larron 83 fumon
26 nichons 55 le lon 84 front
27 nigaud 56 légion 85 filon
28 Niphons 57 Hélicon 86 Fanchon

2º- La tabla basada simplemente en la articulación de las consonantes:

1 temp 35 moulin 69 chapeau


2 nuit 36 manchon 70 caisse
3 mont 37 moka 71 couteau
4 roi 38 mauvais 72 canon
5 lion 39 miope 73 caïman
6 chat 40 rose 74 croix
7 camp 41 rideau 75 clou
8 feu 42 reine 76 cage
9 pont 43 rameau 77 cocon
10 tasse 44 rire 78 couvent
11 tête 45 rouleau 79 combat
12 tonneau 46 rocher 80 fusil
13 diamant 47 requin 81 fête
14 taureau 48 ravin 82 vigne
15 étoile 49 ruban 83 femme
16 donjon 50 lance 84 forêt
17 dogue 51 lutin 85 filet
18 tafia 52 lune 86 fiche
19 taupe 53 lime 87 fagot
20 noce 54 larron 88 fève
21 natte 55 lilas 89 faux-pas
22 naine 56 linge 90 poisson
23 nîmes 57 lingot 91 bâton
24 neron 58 louve 92 bonnet
25 nil 59 lample 93 pomme
26 niches 60 chaise 94 pré
27 nougat 61 jeton 95 balai
28 nymphe 62 chaîne 96 pigeon
29 nabot 63 chemín 97 bague
30 maison 64 chariot 98 bouffon
31 mouton 65 châlet 99 bonbon
32 mine 66 juge 100 danseuse
33 momie 67 gigot
34 marin 68 cheveu

Observemos que estas tablas están formadas por palabras cuya selección no ha sido
arbitraria, puesto que se basa en el orden de las consonantes figuradas:

1: t (tono, tiempo)
2: N (nombre, noche).
10: TS (Tisón, tasse).
99: BB on PP (pompón, bombón), etc…
quien se encuentra familiarizado con el sistema de las articulaciones, no tendrá más que
realizar un pequeño esfuerzo para retener una u otras de las tablas.

Si se desea, se utilizará la primera para los cien primeros términos de una nomenclatura y
la otra para el centenera restante.

6. MÉTODOS DE LAS LOCALIDADES

En lugar de emplear palabras como puntos de referencia, algunos se han servido de una
serie de localidades conocidas cuyos emplazamientos se habían fijado en su memoria. Los
objetos contenidos en una habitación familiar, las estaciones y demás lugares de un trayecto
y las calles de una ciudad, pueden formar una serie de recuerdos que se repite siempre en el
mismo orden con el fin de asociar a ello otras nociones.
Por procedimientos parecidos es como los ilusionistas asombran a los espectadores
repitiendo cuarenta, cien, doscientas palabras sin ninguna relación que se les ha indicado
una sola vez.

7. EL TRUCO DE LOS NOMBRES VARIOS

Esta prueba, de la que la clave interesará ciertamente al lector, se lleva a cabo con
facilidad, de primera intención, aun teniendo una memoria mediocre.
El operador se dirige a las personas presentes y les anuncia que repetirá en el orden en que
se digan los nombres que le propongan. Cada espectador debe decir, a su vez, una palabra,
a su elección. Poniendo cuidado de empezar por una persona situada de tal forma que pueda
iniciarse a partir de ella un orden numérico en el cual los otros espectadores puedan figurar
sucesivamente según el lugar que ocupan, el mnemotécnico pregunta y escucha las palabras
que le van diciendo. Supongamos que éstas sean las siguientes:

1 Piano 10 cura
2 plato 11 taburete
3 llave 12 estómago
4 gato 13 libro
5 ardilla 14 billetes de banco
6 embaldosado 15 café
7 engrudo 16 guantes
8 péndulo 17 lápiz
9 locomotora 18 estatua, etc.

Estas palabras se registran en la mente, así como se oyen mediante el uso de la tabla de
recordación que hemos dado anteriormente o en otra forma similar.

1. Tiempo (cuando es lluvioso resulta agradable tocar el) piano.


2. Noche (se pasa mejor después de haber probado un buen) plato.
3. Sube (a la habitación y se olvida de la) llave.
4. Rey (de los animales es felino como el) gato.
5. León (no es tan rápido como la) ardilla.
6. Gato (corre por el) embaldosado.
7. Papel (se pega bien con) engrudo.
8. Fuego (brilla en la chimenea debajo del) péndulo.
9. Puente (de hierro por donde pasan las) locomotoras.
10. Taza (de café negro como la sotana) cura.
11. Cabeza (se apoya en el respaldo del sillón y no en el) taburete.
12. Cuba (llenarse como una cuba arruina el) estómago.
13. Diamante (una fortuna no alcanzaría para comprar un famoso) libro.
14. Toro (cuesta mucho menos) billetes de banco.
15. Estrella (brillante como una máquina de moler) café.
16. Duque (no se cree elegante si no lleva sus) guantes.
17. Escritor (casi siempre olvida su) lápiz.
18. Tafia (embriaga hasta dejaar duro como una) estatua.

Los ejemplos pueden continuar indefinidamente.

La memoria visual ayuda en forma considerable a quien es práctico. Así, a medida que
alcanza instantáneamente cada analogía, se la representa concretamente.

1. Una mujer tocando el piano un día de lluvia.


2. Dos noctámbulos.
3. Etc.
CAPÍTULO XI

LA MEMORIA Y LOS ESTUDIOS CLÁSICOS

1. Examen y análisis del programa.- 2. Plan


de estudios.- 3. Historia, Literatura, Filo-
sofía.- 4. Botánica, Zoología y Fisiología.-
4. Física y Química.- 6. Matemáticas.- 7.
Idiomas extranjeros.- 8. Geografía.
1. EXAMEN Y ANÁLISIS DEL PROGRAMA

En el transcurso del programa que habéis de estudiar figura un número imponente de


ramas científicas. Partiendo del principio expuesto en el capítulo VI para la clasificación
general de las ideas, vuestro primer trabajo deberá ser el de ligar, asociar las distintas
cuestiones a que habrá de referirse el examen que hayáis de sufrir. Sois un centro de
percepción, del que cada sección de la ciencia figurará un canal por el cual adquiriréis
conocimientos del Hombre, de la Naturaleza y del Universo. La finalidad exacta de cada
ciencia, considerada aisladamente, debe aparecérseos con claridad.
La apertura de un curso deberá “abrir el espíritu” para la materia a tratar en él y crear en el
estudiante una apetencia intelectual, estimular su interés, mostrarle la importancia de lo que
va a aprender. Si no halláis nadie que pueda preparar así la receptividad de vuestra
memoria, preparadlo vosotros mismos. Facilitaréis así notablemente vuestro trabajo futuro.
Impregnaos la imaginación: 1º, del objeto de cada rama; 2º, de todos los elementos de
conocimiento que su estudio os proporcionará; 3º, del interés que ella presenta en sí misma
y para vosotros en particular. En fin, con el fin de perfeccionar tal preparación, buscad y
anotad los diferentes apoyos de cada sección del saber humano presta a los demás.

2. PLAN DE ESTUDIOS

Quien pueda estudiar según su plan personal, establecido bajo la inspiración de las propias
concepciones generales y considerando la agudeza de sus facultades, ayuda a su aimilación,
porque ésta se realiza entonces en un orden de acuerdo con la organización individual. Pero
en la mayor parte de los casos, es más bien un plan de trabajo horario que una clasificación
lo que es preciso establecer. Como la actvidad mnemónica es, generalmente, mejor, cuando
el estudio se efectúa sin precipitaciones, sin alterar el trabajo intenso con el abandono, es
preciso tender a la regularidad. Al cabo de una cierta propensión a conformaos con las
reglas que permitan mejorar la memoria, aprenderéis con mayor rapidez y más sólidamente.
La aireación, si así puede decirse, de vuestros períodos de trabajo, recurriendo a
convenientes descansos, se ensanchará progresivamente pero desde hoy mismo estudiad
con justeza el estado de vuestras facultades y no tratéis de lograr en una hora lo que ellas no
pueden daros sino en hora y media.

Procediendo cmo os indico, con puntualidad, conforme con una distribución prevista para
cada momento del día, no sólo realizaréis profundamente el registro mental, sino que
afianzaréis la potencia, y cada vez todo se os facilitará un poco más.

3. HISTORIA, LITERATURA, FILOSOFÍA


Las etapas de la Humanidad, el desarrollo de sus medios de expresión, las concepciones
sucesivas acerca de sus orígenes y de su finalidad aquellos de sus representantes, a quienes
sus condicionamientos psíquicos indujeron a sondear los grandes problemas; esas tres
líneas luminosas que parten de vosotros mismos e iluminan, desde sus orígenes, el mundo
de vuestros ojos, ¿no pueden despertar en vosotros un interés potente? En caso afirmativo,
puedo aseguraros que la docilidad de vuestra memoria es proporcional a la intensidad de
vuestra paciencia intelectual. Supongamos ahora que para vosotros, todo eso evoca, pura y
simplemente tres caminos más o menos molestos que deberéis ir grabando las etapas en
vuestra imaginación para dar cuenta de ellas, antes de vuestra llegada, a un fastidioso
interventor pagado para impediros proseguir vuestra ruta si dejáis de contestarle de una
manera satisfactoria. Tomad por lo menos las disposiciones más cómodas para el viaje:
estudiadad según un plan preconcebido las etapas a recorrer: obtened informes acerca de las
diversas regiones que aquéllas atraviesan y formaos una idea de las características generales
de cada una. Así, cuando las alcancéis, vuestros ojos, en lugar de encontrarse desorientados
por un espectáculo desacostumbrado, buscarán todo aquello que deban esperar ver. La
agudeza de observación a que estarán obligados os será acaso más atrayente de lo que
esperabais.

Nuestros tres caminos, ya lo vimos, están trazados casi paralelamente. Desde uno de ellos
podéis examinar los otros dos y daros cuenta de la analogía de los plantes sucesivos que
parecen formar. Veréis que toda característica de uno de ellos trae alguna consecuencia a
los otros dos.
Llegados al final del viaje, los detalles de nuestra investigación de los diversos territorios
que recorren los tres senderos permancerán grabados en vuestro espíritu. La cadena de los
recuerdos formará una trama ininterrumpida. Las preguntas de vuestro examinador os
situarán en un punto de la trama, y con una mirada lúcida volveréis a encontrar los
conocimientos que hubierais adquirido antes acerca del tema de ellas.
Según eso, al comenzar vuestro año escolar procuraos, pues, esos memorándums (en los
cuales no se piensa sino al fin de aquél) y, luego de haberos formado una idea del conjunto
de cada materia, trazad un plan gráfico juiciosamente subdividido en contiguos estantes
destinados a llenarse, cada uno en lo que le corresponde, con un grupo de hechos, de
consideraciones, de teorías, que tengan alguna analogía con la etiqueta que lleve cada uno
de los respectivos estantes.
A medida que se llenen vuestros estantes, buscad una línea causal, una vía de
encadenamiento para ligar estrechamente cada compartimento a los que le siguen, a partir
del origen.

A medida que se llenen vuestros estantes, buscad una línea causal, una vía de
encadenamiento para ligar estrechamente cada compartimiento a los que le siguen, a partir
del origen.

En el detalle, es con el relieve como obtendréis clisés cerebrales indelebles. Si se trata de


un personaje, de muchos asociados o antogonistas, tratad, según vuestro manual, de grabar
de cada uno un retrato mental preciso, tanto en lo físico como en lo moral; estudiad cada
personaje como si puedierais verle realmente y sostener relaciones con él. Cuando en la
vida social se os habla de un individuo a quien no conocéis, o se os explican sus hechos y
sus gestos, en seguida formuláis en vosotros mismos una opinión de lo que serían
eventualmente vuestras relaciones con él, de los puntos en que no podríais estar de acuerdo.
En lo que a los hechos se refiere, seguir el mismo método: asistid a ellos con el
pensamiento, seguir mentalmente sus peripecias. Observad el alcance de tal o cual incidente
en los destinos de un pueblo, en el resultado de una batalla, en la vida económica de un
país, etc… Tratad la Literatura y la Filosofía de modo análogo y asombraréis a todo el
mundo con vuestra memoria. Para las fechas, emplead, si lo deseáis, las articulaciones de
las consonantes.

Permítaseme que observe aquí cuán perjudicial es el error psicológico que consiste en
exigirles a los niños la asimilación de materias, cuyo alcance resulta ininteligible para ellos
en sus tres cuartas partes. Señores profesores, abrid el espíritu de vuestros alumnos: de ese
modo, vuestras lecciones serán menos penosas para vuestros discípulos y para vosotros
mismos.

4. BOTÁNICA, ZOOLOGÍA Y FISIOLOGÍA

A los estudiantes se les procura excesivamente tarde el uso de ese precioso medio de
fijación mnemónica que es la analogía. Me refiero a los cursos en que se comparan la
Botánica, la Zoología y la Fisiología.

A cada cual le corresponde remediar ese mal por la aplicación a esas tres modalidades del
conocimiento los principios expuestos para la Historia, la Literatura y la Filosofía. las
nomenclaturas y clasificaciones, de aspecto bastante árido, son asimiladas con tanta mayor
facilidad cuando más en cuenta se tiene lo que sigue:

1º Dedicar una atención continua a la relaión de la etimología de cada nombre con las
características de forma y otras de la familia de los vegetales o animales, del hueso o del
músculo que designe.

2º Ligar los recursos de la agudeza auditiva y de la agudeza visual para recordar la


asonancia de la palabra, su construcción gráfica y la imagen de lo que significa.

3º Establecer la mayor cantidad posible de subsecciones, categorías bien encadenadas, y


por cada una de ellas será grabada en la mente por una definición exactamente sintética de
todo aquello que forma parte de su dominio.

5. FÍSICA Y QUÍMICA

También en este caso, la lectura de un memorándum formará en la imaginación los


cuadros receptivos de los conocimientos que tengan analogías con las distintas secciones de
la Física y de la Química. Fijad las anotaciones químicas por medio de fórmulas como la
que se citó en el capítulo anterior, o por el análisis profundo de los elementos de donde
resulta cada una de aquellas notaciones posibles. Haced que concurran el mayor número
posible de los elementos de la memoria definidos en el capítulo II. Estudiad los fenómenos
físicos y químicos, el aspecto de los cuerpos, sus propiedades, etc.
Esas ciencias hallan, generalmente, buena acogida, por que su exposición continúa el
orden experimental, orden al cual parece mejor adaptada la mantalidad moderna. La
acústica, la óptica, la hidráulica, aparecen como otras tantas pequeñas ciencias distintas, de
las que cada una muestra muchas seires de comprobaciones muy destacadas. La
distribución química de los cuerpos, las propiedades comunes a cada grupo unen con
bastante facilidad los detalles relativos.

6. MATEMÁTICAS

En esta ciencia, la atención forma el primer medio. Hace falta seguir necesariamente el
encadenamiento, de lo sencillo a lo compuesto, y como cada nueva parte obliga a
recapitular las otras, el estudiante atento no olvida nada de lo que ha comprendido
íntegramente. En las matemátias es donde se ven las memorias de bronce, aquellas en que
el buril de la atención halla la mayor resistencia para realizar un trabajo mejor que en las
memorias de cera. Para facilitar el esfuerzo, se tendrá empero ventaja en provocar la
apetencia mnemónica buscando que se despierte el interés por las posibilidades que abren
la obtención de los medios proporcionados por las matemáticas. El alumno tratará con
frecuencia de aplicar lo que ya sabe para resolver problemas que le interesen
personalmente.

El punto favorable para la recordación de esas ciencias es la inevitable acción sobre el


entendimiento de las relaciones que cada una de ellas representa con las demás. Esto ayuda
en forma considerable a la retención y debería determinar a aquéllos que organizan la
enseñanza a hacer que fueran simultáneos los estudios de ramas paralelas.

Para toda persona hay un momento de la jornada en que la atención adquiere su máximo
de agudeza, su máxima potencia de trabajo, la geometría, el álgebra y sus problemas
penetran con mayor fuerza en el espíritu.

7. IDIOMAS EXTRANJEROS

Lógicamente, una lengua extranjera debiera aprenderse según el mismo método que nos
permite comprender y hablar nuestra lengua nacional.
Las escuelas Berlitz, conocidas en todo el mundo, aplican el único sistema
verdaderamente racional; es decir, colocan al alumno en presencia de un extranjero al que
oyen enunciar en su idioma vocablos que significan los objetos que señala con el dedo, los
actos que el mima, etc. Una lecciones de enseñanza gramatical completan la iniciación
fonética desde el punto de vista de la ortografía y de la sintaxis.
A falta de este método, lo que a mi juicio es más conveniente para aquéllos que deben
aprender una lengua en lugar distinto del seno de la nación que la utiliza, es lo siguiente:

A.
1º Comprender lo escrito
2º Redactar
B.
3º Comprender las palabras
4º Hablar

Observemos que, normalmente la sección A ocuparía el lugar de la sección B y, por ende,


el concurso de la memoria auditiva precedería al de la visual.
Comprender lo escrito supone el conocimiento de las reglas usuales de la sintaxis y de un
vocabulario bastante extenso. He aquí un maravilloso medio de realizar rápidamente esas
dos condiciones.
Elíjase, o por lo menos solicítese de alguna persona competente, un trozo de literatura
extranjera en el que estén aplicadas el mayor número posible de las reglas de construcción.
Después de haberse hecho explicar las principales, ensáyese inmediatamente la traducción
del texto, con el auxilio de un diccionario.
De esta manera podrán ser íntegramente entendidos pasajes enteros. Inmediatamente se
pasará al primer párrafo que haya quedado incomprendido, y recurriendo de nuevo a un
entendido se le rogará que exponga las reglas gramaticales indispensables para la
traducción de ese párrafo y que anote en el resto del texto aquellos, cuyo sentido se
desprenda por la aplicación de las reglas en cuestión. Un segundo trabajo personal grabará
en el espíritu una segunda serie de reglas y, después de haber traducido del mismo modo
todo el texto elegido, el estudiante habrá obtenido una base sólida con la cual podrá
continuar por sí solo sus estudios.

Después del primer texto se pasará a otro más largo, por ejemplo, una novela, que se
traducirá del principio al fin, y en el curso de al cual se repetirán y se grabarán en la
imaginación las mismas palabras. Muy pronto se sabrá leer corrientemente el idioma
estudiado y se empezará a escribirlo.
Ya sólo faltará ponerse en relación con personas que hablen la lengua de que se trate, para
habituar al oído a sus modulaciones, acentos tónicos, alteraciones usuales, etc., y con el fin
de llegar a comprender aquello que se entiende y hallarse en condiciones de repetirlo.

8. GEOGRAFÍA

Generalmente, la exposición de esa ciencia va precedida de nociones cosmográficas y


geológicas bastante moderadas. A renglón seguido enntran en juego el sentido topográfico,
la agudeza visual y la memoria de las palabras.
La clave del registro de los conocimientos geográficos está en asociar siempre las
atenciones visual, auditiva y topológica. Por lo común, se estudian por separado la
geografía física, la económia, etc., pero el alumno inteligente tendrá cuidado de superponer
en su espíritu todas esas diferentes subdivisiones. Para cada provincia de un país, por
ejemplo, el alumno se construirá un clisé mental que contenga: los contornos limítrofes, el
recorrido de los ríos y canales que pudiera haber en ella, el tipo de las riquezas mineras y
agrícolas, la situación de las ciudades principales, etc. Dibujando un mapa reducido del
país, en el cual cada provincia se destaque en él como un pequeño mapa separado con los
puntos, líneas y signos representativos del valor económico, se formará una especie de
ficha mental fácilmente recordada por la imaginación y descriptible como los detalles de un
cuadro.
APÉNDICE

LOS MISTERIOS DE LA MEMORIA

1.- El sonambulismo provocado.- 2 El recuer-


do prenatal.3. Una página de Bergson.
1. EL SONAMBULISMO PROVOCADO

En el curso de esta obra, ya he dado una idea de la extraordinaria agudeza adqurida


momentáneamente por la memoria en el estado de sonambulismo provocado. Bajo el
impulso de incitaciones sugestias, una vez puesto en ese estado 1 , el sujeto remonta a gusto
del operador el curso de su existencia y vuelve a hallar la trama de su vida hasta en sus más
pequeños delineamientos. Cosa extraña, se comprende la relación causal del
encadenamiento de sus actos, los comenta y los explica. Se diría que, independientemente
de su conciencia, su mente ha elaborado una filosofía de los sucesos de su pasado.

Al terminar este libro, deseo señalar una posibilidad mucho más extraña aún que la
anterior: la regresión de la memoria.

Un experimentador nada vulgar, el coronel Rochas, ex administrador de la Escuela


Politécnica francesa, que practicaba desde hacia largo tiempo el hipnotismo, se propuso
cierto día, después de haber hecho que un sujeto retrocediera muy atrás en su pasado, llevar
más lejos la experiencia y ver si ese sujeto se acordaba de su vida fetal e incluso de sus
estados anteriores.

Ese ensayo, repetido en diecinueve personas de edades, sexos y condiciones distintas, dio
los mismos resultados en todos los casos examinados.

Entre estos últimos, cuya relación forma una parte de la obra denominada Les vies
sucdesivves, de M. de Rochas, voy a elegir uno, ni más ni menos característico que los
demás, a fin de ilustrar al lector.

2. EL RECUERDO PRENATAL

Los ensayos experimentados que van a leerse tuvieron como testigos al doctor Bertrand,
alcalde de Aix, y a un ingeniero, padre político del sujeto. No citaré las primeras sesiones
de acondicionamiento, para entrar de lleno en los resultados relativos a la memoria:

“Dormí a Mayo 2 -escribe Rochas-, primero por la presión del punto hipnógeno de su
muñeca izquierda; proseguí la magnetización por pases y la conduje hasta la formación del

1
Véanse los prccesos de la producción del sonambulismo, en el “Método Científico Moderno del Magnetismo, Hipnotismo y
Sugestión”.
2
Véase mi “Tratado de Ciencias Ocultas”.
cuerpo astral primeramente hacia la izquierda y luego hacia la derecha… Determiné
entonces por sugestión la regresión de la memoria hasta la edad de doce años y le pedí al
sujeto que escribiera su nombre, con el fin de proporcionarme una muestra de su escritura.
Ella escribió lentamente María. La hice retroceder hasta sus ocho años y le pedí lo mismo,
y con gran sorpresa escribió dos letras en árabe. Pedí de ello explicaciones al señor Lacoste,
y éste me dijo que, a esa edad, la muchacha se hallaba en Beyrut y frecuentaba el colegio de
las Hermanas. Seguí haciéndole retroceder progresivamente en el pasado hasta los seis, los
cuatro y los tres años, hasta el momento de su nacimiento, hasta la época en que en
encontraba en el seno de su madre, y aún más lejos”.
“¿Qué eres ahora?, le preguntó Rochas. y el sujeto respondió en substancia: “Soy una
mujer llamada Lina, estoy muerta; me he ahogado y no se halló mi cuerpo”.

En su sesión siguiente, el operador volvió a empezar su experimento en el mismo punto en


que lo había dejado y supo del sujeto que, cuando era Lina, su padre, un bretón, practicaba
el oficio de pescador; que ella se casó con otro pescador llamado Ivón, de quien tuvo un
hijo que falleció a la edad de dos años; que perdió a su marido en un naufragio y que,
desesperada, se tiró al mar desde lo alto de un acantilado.

El sujeto, que no tenía ninguna noción de las teorías reencarnacionistas, describió una fase
de su existencia póstuma: antes de haber sido Lina, se hallaba errante, pero en un estado
muy penoso anteriormente había sido un hombre nada bueno.

Rochas, por sugestión, la retrotrajo al recuerdo del tiempo en que era el hombre en
cuestión. el sujeto recordó entonces de esa existencia pasada bajo la forma masculina.
Remonantando el curso del pasado se vio acompañar en su entierro, morir, caer enfermo a
los cincuenta años, vivir largamente como empleadode oficina, llamarse Charles Mauville,
asistir a una revolución, etcétera…

Es preciso añadir que todas las veces que el experimentador hace remontar al sujeto al
curso de los tiempos, éste proporciona siempre en el mismo orden idénticos detalles.
Además, Rochas obtuvo a menudo de tales sujetos indicaciones de lugares y de fechas
bastante precisas para poder tratar de comprobarlas, y por esa verificación pudo certificar
de que todo había sucedido como si la memoria prenatal correspondiera a una realidad.

Por ejemplo, un sujeto, una sirvienta sin instrucción y de carácter sencillo, dormida y
llevada hacia sus existencias anteriores, encontró como una de sus antiguas personalidades
la de un tal Bourdon. Se vio siriviendo en el séptimo regimiento de artillería de Besançon,
en 1832. Realizadas las oportunas investigaciones, se supo que Besançon, tenía guarnición
en esa época. Josefina, alias Bourdon, indicó también como un día feliz en su vida militar el
1º de mayo, el día de San Felipe, cuando se celebraba la gran fiesta militar, y no el 14 de
julio.

Otro detalle importante. Cuando son situados por sugestión en un período de vida fetal,
todos los sujetos describen sus impresiones en la misma forma.

3. UNA PÁGINA DE BERGSON


En este libro hemos considerado la memoria bajo su aspecto funcional, cuidando de
expresarnos de una manera igualmente aceptable a los materialistas y a los espiritualistas,
incluso doctrinarios. Estos últimos se satisfacen, por lo general, una definción tan hueca
como facultad del alma, en tanto que sus adversarios, más simplistas todavía, definen la
memoria diciendo que es función del cerebro. Por poco que el lector se interese en el
problema de la naturaleza íntima del recuerdo, leerá con satisfacción la admirable obra de
Bergson denominada: Matiêre et Mêmoire, en que ese genio actual de la filosofía ha sabido
sacar sutilmente, de las únicas bases clásicas, una luminosa demostración de la
insuficiencia de las teorías corrientes que admiten que “el cuerpo conserva los recuerdos en
forma de dispositios cerebrales”.

Cada día aparece más claramente que la fisiología casi está muy lejos de poder dar una
explicación tan estrechamente exacta como la que se ha supuesto de la psicología.

Y de todas las concepciones metafísicas, son sin contradicción las del ocultismo las que se
atribuyen lo mejor de los hechos.

La memoria estaría no ya localizada en el cerebro, su instrumento de manifestación


material, sino que sería la propiedad de uno de los medios invisibles atribuidos por la
ciencia oculta a nuestro Ego, lo cual explicaría, entre otras cosas, la posibilidad de recordar
estados anteriores a la existencia presente y a la íntegra conservación de los recuerdos. El
de nuestros vehículos, definidos por el ocultismo, y que corresponden a lo que nuestros
psicólogos llaman inteligencia, ha sido llamado por los modernos iniciados Cuerpo mental.
Está formado por una substancia de esencia diferente de la materia física que interpenetra.

Nuestros pensamientos, según esas teorías, parten del cuerpo mental y mueven el cerebro
después de haber transmitido sucesivamente sus vibraciones a los vehículos intermediarios
entre la mente y el cuerpo físico. Pero las vibraciones psíquicas tienen otro efecto: graban,
por decirlo así, su objeto en la substancia mental ambiente. Porque, según dice Annie
Besant, la memoria es la reproducción que hace en la materia el sujeto 1 de los objetos con
que se ha encontrado ya en contacto.

Las pocas líneas que anteceden bosquejan incompletamente la teoría ocultista de la


memoria y no tienen otra finalidad que despertar la atención del lector sobre ese aspecto de
la cuestión. En las obras especiales podrán encontrarse todos los datos necesarios.

De ninguna manera podría epilogar estas consideraciones terminales, que transcribiendo


una de las páginas más sugestivas del trabajo de Bergson que he citado antes.

“Estudio ahora 2 en cuerpos semejantes al mío la configuración de esa imagen particular


que llamo mi cuerpo. Veo nervios aferentes que transmiten sacudidas a la periferia y ponen
en movimiento las diferentes partes del cuerpo o el cuerpo entero. Interrogo al fisiólogo y al
psicólogo sobre el destino de unos y otros, y me responden que si los movimientos
centrífugos del sistema nervioso pueden provocar el desplazamiento del cuerpo o de las

1
Vale decir, el Ego.
2
Matiere et Mémoire.
diferentes partes de éste, los movimientos centrípetos o, cuando menos, algunos de éstos,
hacen nacer la representación del mundo exterior. ¿Qué hay que pensar de todo eso?

“Los nervios aferentes son imágenes, el cerebro es también una imagen, las sacudidas
transmitidas por los nervios sensitivos y propagados al cerebro son también imágenes. Para
que esa imagen que llamo sacudimiento cerebral engendrara imágenes exteriores, sería
preciso que las contuviera de una manera u otra y que la representación del universo

material completo estuviera implicada en la del movimiento molecular. Pero sería


insuficnete con enunciar tal proposición para descubrir lo absurdo de ella. Es el cererbro el
que forma parte del mundo material y no es éste el que forma parte de aquél. Suprimid la
imagen que lleva el nombre de mundo material y simultáneamente aniquilaréis el cerebro y
el sacudimiento cerebral que son partes de él.

“Suponed, por el contrario, que esas dos imágenes, el cerebro y el sacudimiento cerebral,
se desvanecen: por hipótesis no borráis sino éstas, es decir, muy poca cosa, un pormenor
insignificante en un cuadro inmenso.

“El cuadro, en su conjunto, es decir, el Universo, persiste íntegramente. Hacer del cerebro
la condición de la imagen total, realmente es contradecirse uno mismo, ya que el cerebro,
por hipótesis, es una parte de esa imagen. Ni los nervios ni los centros pueden, pues,
condicionar la imagen del Universo.

“Detengámonos en este último punto. He aquí las imágenes exteriores, después de mi


cuerpo y, por último, las alteraciones aportadas por mi cuerpo a las imágenes exteriores
sobre las que llamo mi cuerpo: ellas imparten movimiento. Y veo por otra parte de qué
modo actúa ese cuerpo sobre las imágenes exteriores: les restituye movimiento. Mi cuerpo
es, pues, en el conjunto del mundo material, una imagen que obra como las demás
imágenes, recibiendo movimiento y transmitiéndolo a su vez, con la sola diferencia, quizás,
de que mi cuerpo parece seleccionar, en cierta medida, la forma de restituir lo que recibe.
Pero como mi cuerpo general, mi sistema nervioso, un particular, engendraría la totalidad o
parte de mi representación en el Universo.

“Ya digáis que mi cuerpo es materia o que es imagen, el hombre poco me interesa. Si es
materia, forma parte del mundo material; por ende existe en torno a él y fuera de él. Si es
imagen, ésta no podrá dar lo que no se le proporcionó, y puesto que, por hipótesis, ella es
solamente la imagen de mi cuerpo, sería absurdo querer sacar de ésta de todo el Universo.
Mi cuerpo, objeto destinado a mover los objetos, es, pues, un centro de acción: no podría
hacer nacer una representación”.

FIN
ÍNDICE
NOCIONES PRELIMINARES

1. Importancia de la memoria
2. Podemos modificar el elemento de esta función
3. En ciertas condiciones psíquicas, la memoria amplía espontáneamente los límites de sus
posibilidades habituales
4. Los estados afectivos excitadores del recuerdo
5. Cómo obtener una memoria rápida

PARTE TEÓRICA

I.- Teoría esquemática del funcionamiento de la memoria

1. Idea de sus automatismos perpetuamente activo


2. Distribución
3. Conservación
4. El recuerdo espontáneo
5. El recuerdo voluntario
6. Las asociaciones internas

II.- Los elementos de la memoria

1. Agudeza sensorial
2. Agudeza motriz
3. Agudeza emocional
4. Sentido estético
5. El sentido analítico
6. Espíritu de síntesis
7. Sentido analógico
8. Noción del tiempo
9. Sentido topográfico
10. Cómo se establece el diagnóstico de una memoria

III.- Directivas de la eduación razonada de la memoria

1. Aprender a manejar el propio pensamiento


2. Observar la higiene psico-física
3. Crear centros de cristalización
4. Poner remedio a las insuficiencias funcionales
5. Apelar a la potencia de los motivos (pensamiento)
6. Determinarse al esfuerzo

PARTE PRÁCTICA

IV.- El gobierno del pensamiento

1. Ejercicio fundamental indispensable


2. Ejercicios que desarrollan a la vez la agudeza sensorial y la atención
3. Cultivo de la agudeza emocional
4. Algunas palabras sobre el sentido estético
5. Ejercicios de análisis
6. Ejercicios de síntesis
7. Cómo se reeducan la noción del tiempo y el sentido topográfico

V.- Higiene de la memoria

1. Alimentación racional
2. Cultura física
3. No deberán usarse tóxicos
4. El descanso

VI.- Condiciones previas para un buen registro mental

1. Clasificad vuestras ideas de lo general a lo particular


2. Estableced el mayor número posible de conexiones

VII.- El registro mental

1. Constitución de las fichas mentales y su clasificación inmediata


2. El cajón de las tareas urgentes
3. La clave de la retención por contigüidad

VIII.- Las condiciones de conservación y de olvido voluntario

1. Repaso de las diversas secciones de conocimiento


2. Cómo se suprimer una o varias fichas
3. Cómo anular los efectos de la primera educación

IX.- El recuerdo

1. El recuerdo depende de la concentración


2. Ejercicios de concentración
3. La sangre fría
4. El recuerdo obtenido en el curso del sueño

X.- La mnemotecnia

1. Sistema de ligaciones
2. Las articulaciones cifradas y sus aplicaciones
3. La alegoría
4. Las fórmulas rimadas
5. Las tablas de recuerdo
6. Métodos de las localidades
7. El truco de los nombres varios

XI.- El recuerdo

1. Examen y análisis del programa


2. Plan de estudios
3. Historia, literatura, filosofía
4. Botánica, zoología y fisiología
5. Física y química
6. Matemáticas
7. Idiomas extranjeros
8. Geografía

APÉNDICE

Los misterios de la memoria

1. El sonambulismo provocado
2. El recuerdo prenatal
3. Una página de Bergson
Este libro se terminó de imprimir en Buenos Aires, en los Talleres Gráficos de la Editorial TOR, el día 28 de abril de
1937.
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