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Cortázar en Su Galería de Espejos (2019)
Cortázar en Su Galería de Espejos (2019)
Joaquín Manzi
Sorbonne Université
joachim.manzi@sorbonne-universite.fr
cuentos publicados en vida por Julio Cortázar. Los acercamientos críticos que le han
sido dedicados hasta hoy se pueden reagrupar en torno a dos líneas de fuerza
ahí entre la literatura y las artes de la pintura, la escultura, la música y el cine (Ramos
Ruiz 352-359).
Para enlazarlas y completarlas entre sí, voy a proponer otra, menor respecto a las
anteriores, pero muy recurrente en tanto que línea de fuga: la representación del
de las mujeres y de las artes, el sitiado o perseguido por algún enemigo. Estas y
espesor. Si algunas pocas de ellas consolidan el perfil público del escritor, uno de los
Para llegar a ese punto, uno de los ápices de la obra, veamos enseguida cómo
En este libro Cortázar practica una escritura poliédrica de la figura autorial, marcada
Para observar breve y claramente ese juego literario e icónico, volvamos al retrato
fotográfico realizado por el artista belga Pol Bury, incluído en la página 9 de Último
recortados en torno al ojo derecho hasta deformar el resto del rostro del escritor,
entonces lampineo. Accesoriamente, cabe recordar que por aquellos años el escritor
profundamente su rostro.
transponer el arte en la vida : «No soy yo quien vuelve a sí mismo», (Imagen de John
Keats 493).
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-La concepción poética de la escritura, sea cual sea su actualización discursiva : «Así
por la escritura bajo al volcán, me acerco a las Madres, me conecto con el Centro —
Estos principios rigen también en Queremos tanto a Glenda; aquí la figura autorial
autoriales no ficcionales, situados en los umbrales de cinco cuentos y, por otro, están
las proyecciones ficcionales del autor, sus sosías narradores y/o escritores,
integrados a la diégesis de otros cinco cuentos. Todos ellos poseen rasgos comunes:
Veamos enseguida las formas discursivas adoptadas por esas figuras en los
primero.
thema regium. El músico sumó un trío-sonata y una serie de cánones a las fugas.
Cuando anotó en esa partitura regis iussu cantio et reliqua canonica arte resolute, es
decir el tema proporcionado por el rey, con adiciones, resuelto en estilo canónico, el
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octava acepción del Diccionario de la Real Academia Española (en línea). Por lo
composición del cuento que precede. Así Cortázar expone una figura magnificada
de sí mismo en tanto que creador eximio, enteramente dueño del arte de cuentista
melómano.
Cuando llega el momento, escribir como al dictado me es natural; por eso de cuando en
cuando me impongo reglas estrictas a manera de variante de algo que terminaría por ser
monótono. En este relato la “grilla” consistió en ajustar una narración todavía inexistente
al molde de la Ofrenda Musical de Juan Sebastián Bach. […] Imaginar una acción
Ofrenda Musical contenía el reto, quiero decir el placer que el escritor se había
singular y luego la tercera para afirmar la aventura y la libertad que ejerció en ese
Esta nota corresponde al pensamiento poético analógico del autor, pero expresa
del octeto vocal de la primera trama. Los rasgos autoriales reflexivos y distanciados,
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entran en conflicto con la fascinación de éste y demás madrigalistas por Carlo
escribo, vi que el fragmento final tendría que abarcar a todos los personajes menos a
uno. […] Esto vale también para las referencias a Gesualdo, cuyos madrigales me
acompañan desde hace mucho. Que mató a su mujer es seguro; lo demás, otros
posibles acordes con mi texto, habría que preguntárselo a Mario. (Queremos 395-396).
hace desaparecer del cuento, desde el inicio, como una decision capital de la grilla.
del escritor.
Junto con esa nota posfacial, otros paratextos hacen surgir rastros autoriales: las
documental del artículo leído por el personaje del escultor, y el carácter ficcional del
segundo artículo, leído también por él, pero luego de la violencia ejercida por
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publicado en El País el domingo 8 de octubre de 1978 bajo el título «Morir en
Argentina» (Ramos Ruiz 169). En el cuento, la cita exacta, pero recortada y referida
testimonial.
condición de exiliada se deduce que debió de salir del país. Los nombres de sus
ficcional dentro de la invención literaria y dan a las víctimas una presencia a través de
las esculturas para las cuales Noemí logra finalmente escribir un texto. Así, en la
escena final, Noemí pregunta por el apellido de la niña que encontró en la calle y la
de la víctima.
El artículo periodístico, citado parcialmente, así como el texto ficcional, que Noemí
tengo que recordarlo y que tengo que escribirlo mi maldita condición y mi dura
memoria me traen otra cosa indeciblemente vivida pero no vista» (Queremos 367).
Ese deíctico temporal hace confluir la narración informal del recuerdo femenino con
de Noemí y el perfil intersticial del escritor para reunirlos en una misma práctica vital
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y exorcista de una escritura literaria abierta a los llamados del arte y a las demandas
de justicia.
Veamos otra estrategia de representación autorial a través del sexto cuento, «Tango
de vuelta», cuya puesta en escena narrativa inicial plasma una lenta fluidez digresiva:
Uno se va contando despacito las cosas, imaginándolas al principio a base de Flora o una
puerta que se abre o un chico que grita, después esa necesidad barroca de la
inteligencia que la lleva a rellenar cualquier hueco hasta completar su perfecta telaraña y
pasar a algo nuevo. […] A mí me gusta escribir para mí, tengo cuadernos y cuadernos,
versos y hasta una novela, pero lo que me gusta es escribir y cuando termino es como
cuando uno se va dejando resbalar de lado después del goce, viene el sueño y al otro
día ya hay otras cosas que te golpean en la ventana, escribir es eso, abrirles los postigos
y que entren, un cuaderno detrás de otro; yo trabajo en una clínica, no me interesa que
lean lo que escribo, ni Flora ni nadie; me gusta cuando se me acaba un cuaderno porque
es como si hubiera publicado todo eso, pero no se me ocurre publicarlo, algo golpea en
la ventana y así vamos de nuevo, lo mismo una ambulancia que un nuevo cuaderno
(Queremos 370).
transcribe por escrito la perspectiva de Flora, desflorada por Milo, quien testimonia
típicos del autor argentino. En el desenlace raudo confluyen los cuatro niveles
con ritmos tangueros semejantes a los de Trottoirs de Buenos Aires, el disco del
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Respecto del enfermero, escritor aficionado gozoso y vital, el escribiente de «Texto
quizás (Ramos Ruiz, 159), otros personajes narradores refieren desencuentros vitales
sobre todo amados por las mujeres deseadas. Por más que una de ellas,
Niágara, nombre dos veces al inventor del psicoanálisis (Queremos 403-404), las
toda invención literaria (Le créateur 29-46). Porque esas fantasías resultan insistentes
sistemáticamente.
practicar distintos recorridos por el espacio del libro. El primero, linear, subraya
todo una aproximación global convincente (Ramos Ruiz, 221). El segundo, simbólico,
Glenda», la frase repetida diez veces en el cuento homónimo. Esa letanía, o mejor,
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En el cuadro siguiente, los cuentos impares aparecen presentados en negrita a la
izquierda, y los pares a la derecha, con una breve mención de las marcas y máscaras
autoriales correspondientes.
II
III
A la izquierda, entre los cuentos impares, notamos en el centro los dos dotados de
cuento».
En el centro, a la derecha, entre los textos pares, sobresalen dos asumidos por
vuelta».
Por fuera, también a la derecha, notamos otros dos asumidos por personajes
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Ahí, y con otros cuatro cuentos, utilizo la palabra sosías para referir de manera
Cada sosías actualiza semejanzas « […] pero no se lo imagine como un calco. Más
bien una figura análoga […]» como advierte el protagonista de «Una flor amarilla»
(Final del juego 337). Ante estos sosías, dotados de algún reflejo suyo parcial y
lejanas de él una vez escritas, como lo propuso Mercedes Blanco («Topologie» 472).
Entre « Historia con migalas» y «Anillo de Moebius» se efectúa entonces otro tipo de
real, cuyas iniciales aparecen en cursiva en el paratexto. Con este décimo cuento,
subsecciones del libro. También se falsean las expectativas del lectorado femenino,
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de esa ambigüedad, esta cita proviniente de la carta a Jaime Alazraki del 6 de julio
extraña experiencia […] Me divertí con tu referencia a la crítica feminista posible sobre la
violación, porque ya mi traductora francesa me saltó encima con todas las uñas. Siempre
me parecerá una lástima que violar y ser violado no coincidan en el plano del placer;
pero si así fuera, claro, no habría violación y es mejor dejar las cosas sin más comentarios
(Cartas 1732).
del rectángulo abierto por la diagramación de los diez cuentos. Sin pasar por
solo lado logra finalmente anular la distancia casi ontológica que separa a Janet de
Robert, pero también, según el primer cuento, a Alana del narrador y, por extensión,
Yendo de «La barca, o nueva visita a Venecia», de Alguien que anda por ahí, a
el último poemario.
del contario anterior, podemos pensar que el escritor logra ubicarse también en
algunos intersticios clave entre sus últimos libros. Allí el escritor reafirma sus
y aciertos literarios.
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Mientras que los cuentos de apertura y cierre de Deshoras logran establecer una
«mirada recíproca» (Frölicher 242-248), los del libro anterior, una bisagra decisiva de
Rompiendo la metáfora constructiva por venir del texto en tanto que espejo donde
acoger la mirada ajena, los cuentos aquí estudiados parecen piezas de un conjunto
mayor dispuesto por un amo de llaves celoso, dueño de las claves del libro.
rectángulo, el espacio del libro podría tener una función mnemónica semejante a la
buscada por ciertas obras clásicas estudiadas por Frances Yates (1966): a través de
los recorridos de lectura por entre los cuentos, el escritor recuperó y observó
retratos fragmentados e inactuales de sí mismo. Por las fechas en que estos cuentos
políticas, de mediados de los años setenta (González Bermejo 29), e incluso cuarenta
para «Texto en una libreta», según lo sugerido por el autor en «Bajo nivel» (Papeles
inesperados 410-417).
El libro es entonces otra galería donde realizar diversas fantasías entre las cuales la
coincidencia ya citada en el plano del placer entre el violar y el ser violado. Como
aquella empresa cinéfila y clandestina que corrije viejos largometrajes a pesar de ser
denunciada por uno de sus miembros díscolos, esta es también una «galería de
Glenda» como título del libro, fue precisamente porque el colectivo cinéfilo ataca
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dos de los pilares clásicos de la estética, bien activos en el resto del libro: la
Yendo aún más lejos, Deshoras despliega esa crítica de la modernidad hasta el
inconcluso «Diario para un cuento», esbozo de un relato jamás escrito por imposible
de 1977, con el amor de Carol Dunlop y el triunfo sandinista. Con este contario final,
Cortázar logró llevar al cuento algunas de sus audaces invenciones poéticas (Mesa
horizonte creativo del escritor se amplió a tal punto que fue posible mirarlo todo
Bibliografía
451-472.
____. Final del juego. Cuentos completos 1. Madrid: Alfaguara, 1994. 287-401.
____. Queremos tanto a Glenda, Cuentos completos 2. Madrid, Alfaguara, 1994. 325-
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____. Clases de literatura. Ed. Aurora Bernárdez y Carles Álvarez Garriga. Madrid:
Alfaguara, 2013.
____. Papeles inesperados. Ed. Aurora Bernárdez y Carles Álvarez Garriga. Buenos
<http://dle.rae.es/?id=UBt4jVS>.
Frölicher, Peter. La mirada recíproca. Estudio sobre los últimos cuentos de Julio
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Lachman, Kathryn. Borrowed Forms: The Music and Ethics of Transnational Fiction,
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Alguien que anda por ahí, Queremos tanto a Glenda y Deshoras, Santiago de
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Compostela: Universidad de Santiago de Compostela, 2015. Web,
<https://minerva.usc.es/xmlui/bitstream/10347/13582/1/rep_877.pdf> .
Schmidt-Cruz, Cynthia. Mothers, Lovers, and Others. The short stories of Julio
Sarlo, Beatriz. «Una literatura de pasajes». Escritos sobre literatura argentina. Ed.
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Resumen
A partir del estudio de las marcas y figuras autoriales en Queremos tanto a Glenda,
el artículo propone un acercamiento al espacio del libro para definirlo dentro de la
obra de Julio Cortázar.
Palabras clave
Julio Cortázar, autor, libro, figuras, cuento
Résumé
A partir de l’étude des marques et des figures de l’auteur dans Queremos tanto a
Glenda, cet article propose une approche de l’espace du livre et une définition de sa
place dans l’ensemble de l’œuvre de Julio Cortázar.
Mots-clé
Julio Cortázar, auteur, livre, figures, conte
Abstract
This paper starts studying the author’s marks and figures in Queremos tanto a
Glenda so as to propose a vision of the book’s inner space and define his place in
Cortázar’s literary works.
Key words
Julio Cortázar, author, figures, short stories
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