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LITERATURA COMPARADA: LA TEMATOLOGÍA

La tematología es una rama de la literatura comparada que estudia aquella dimensión


abstracta de la literatura que son los materiales de que está hecha, así como sus
transformaciones y actualizaciones; en otras palabras, estudia los temas y motivos que
seleccionan y orientan el proceso de producción de un texto literario.
Como defendía Claudio Guillén, el tema no es sólo una elección por parte del escritor
sino una construcción por parte del lector. La tematología opera, pues, como una
especie de reagrupación de textos literarios desde una perspectiva temática.
Cuando hablamos de temas y motivos literarios (representados a través de tópicos y de
mitos-personajes) nos referimos a ideas abstractas, a menudo difíciles de distinguir
unas de otras ya que se diferencian por rasgos bastante ínfimos, pero que a la larga
generan un cambio sustancial en sus definiciones.
 El tema tendría entonces un valor abstracto: la materia prima a desarrollar en un
discurso y, en tanto que asunto o materia de ese discurso, con recursividad
diacrónica y supranacional, orienta una posible selección de incidentes o
detalles que permita su desarrollo atendiendo a las connotaciones culturales de
cada sociedad.
 El motivo sería definido como un principio estructural, como la idea dominante
de una obra. En una composición literaria el motivo en cambio se distingue por
ser una unidad casi autónoma (es decir, por ser UN incidente, UNA situación
particular, UN problema ético)
Como ya se ha apuntado, los temas han perdurado en el tiempo y la hacen con un
alcance de carácter universal. Esos temas tratados en el texto literario (lírico, narrativo
o dramático) reflejan el contenido más general del texto, por ejemplo, el amor. Sin
embargo, a la hora de abordar un texto literario, los motivos literarios que acotan el
campo de acción y concretan, aún más, el tema literario con una idea finita como, por
ejemplo, el amor imposible (o platónico o sensual, etc.) han sufrido cambios y han sido
ampliados en el actual escenario contemporáneo. Los tópicos, en tanto que lugares
comunes y estrategias para expresar el discurso en torno al tema utilizan mitos y
personajes como Don Juan o El Quijote para explicar ese discurso literario a través de
a lo largo de la historia de la Literatura y de las literaturas.
De ahí que temas y motivos devengan en mitos-personaje y que a partir de éstos se
creen textos originales, otros mitos o leyendas que luego se toman como materia prima
para un nuevo texto, mito o leyenda (de la propia literatura o de otra literatura con las
que entra en comunicación). Así, la tradición literaria al cristalizarlos los convierte en
una especie de esquemas de orden pretextual.
Los temas
Los temas tienen distintos grados de categorización sin dejar de ser abstractos en tanto
que materia pre-textual que van desde el simple concepto o tema universal hasta su
individualización en los mito-personaje.
En general reflejan emociones o sentimientos abstractos como el amor, el odio, la
muerte, que se tratan de forma semejante en la poesía, en la narrativa o en el teatro.
Aunque existen temas comunes presentes en todas las culturas, escuelas y
movimientos literarios, sin embargo, se tratan de manera diferente, según los valores,
costumbres y tradiciones de cada una de ellas. Existen diferencias significativas entre
la literatura oriental y la occidental en el tratamiento de temas, como el amor, el honor,
el respeto...
Los tópicos
Un tópico o lugar común aplicado a la literatura puede definirse como aquel esquema
del pensamiento y de la expresión ya prefijados; es decir, que podemos rastrear en sus
orígenes e influencias. La literatura es una incesante redistribuidora de tópicos.
Son formas narrativas y/o figurativas que aparecen en distintos grados de abstracción y
podríamos clasificar de la siguiente manera:
a) una idea o concepto abstracto con un mayor grado de concreción que el
tema;
b) una situación de base que se presenta como un programa narrativo potencial
('la oposición entre el padre y el hijo');
c) espacios u objetos que se presentan como programas descriptivos
potenciales ('la casa embrujada', 'el cisne', 'el laberinto');
d) imagen recurrente (palabra o frase) que puede incluso convertirse en leit-
motiv; la imagen por asociación conlleva un concepto15 (cf. el "Agenbite of inwit"
en el Ulises, de Joyce; el "nothing" en el Rey Lear, o el "fair is foul" de Macbeth);
e) topos: cristalización verbal de la idea (locus amoenus, 'mundo como teatro', 'la
vida es sueño').
A continuación, aludiremos a algunos de estos tópicos.
1. INVITACION GOCE DE LA VIDA.
a. carpe diem ("aprovecha el día"). Se trata de un tópico que incita a vivir
el momento. Procede de Horacio y lo podemos observar en poetas como,
por ejemplo, Garcilaso de la Vega, especialmente en el Soneto XXIII, que
en otra ocasión comentaremos.
b. collige, virgo, rosas ("coge, doncella, las rosas"). Es una derivación
del tema anterior que parte de un verso de Ausonio, poeta latino: "Coge,
virgen, la rosa" y que es también una incitación a gozar del día, pero
aplicado a una mujer. Góngora es otro de los poetas de lo ha manejado
en aquel célebre soneto que se inicia con el verso "Mientras por competir
con tu cabello...".
2. REMEMORACION.
a. ubi sunt? (¿dónde están?). Jorge Manrique en las Coplas a la muerte
de su padre formula una serie de preguntas retóricas sobre el destino de
caballeros, damas, galas, amores, músicas, bailes: todo desaparece. Este
"ubi sunt" deviene en uno de los tópicos más célebres.

3. PLENITUD Y BELLEZA.
a. locus amoenus (lugar agradable). Deriva de Teócrito y de Virgilio y tuvo
un gran desarrollo en nuestra poesía bucólica de la Edad de Oro. La
descripción del paisaje tiene las mismas características: prados verdes,
riachuelos cristalinos, pájaros cantando, árboles con deleitosa sombra. No
importa la precisión geográfica, sólo que sea el marco ideal para el amor.
Garcilaso y Jorge de Montemayor son buenos exponentes en el uso
magistral de este tópico.
4. ELOGIO DE LA VIDA SENCILLA Y LA FELICIDAD MODERADA
a. beatus ille (dichoso aquel). Recoge las palabras iniciales de un poema
de Horacio y es Fray Luis de León quien le dio mayor fuerza en su "Oda a
la vida retirada". Consiste en enumerar el ideal de felicidad basado en la
ausencia de pasiones -vanidad, avaricia, cargos...- y en vivir de acuerdo
con la propia conciencia, retirado.
5. EL AMOR
a. descriptio puellae (descripción de la mujer). Responde a una fórmula
muy conocida de la poesía de la Edad de Oro. El rostro es el centro de
esta belleza, se habla de su cabello -rubio-, de su tez, del color blanco, de
sus frente, de sus cejas, de sus ojos, de su boca, de su cuello, de sus
dientes... Petrarca lo dominó en sus poemas dedicados a Laura, así como
Fernando de Herrera, Franciso de Terrazas y otros poetas de nuestro
barroco.
6. FUGACIDAD DEL TIEMPO.
a. vita flumen (la vida como río). Es la idea de entender la vida como un
río que desemboca en el mar, que es la muerte. Las resonancias son
manriqueñas y es un tópico muy hermoso que el propio Machado ha
empleado alguna vez. Una variación es el "Homo viator" (hombre viajero)
donde se entiende la vida como un camino que nunca ha de volver. Es El
todo pasa y todo queda de Antonio Machado o la referencia de Berceo en
la introducción a los Milagros de Nuestra Señora, en que compara al
hombre con un romero o peregrino.
b. tempus irreparabile fugit (el tiempo pasa irremediablemente). Se trata
de un tópico muy duro y dramático que nos advierte de que el tiempo es
frágil. Quevedo lo recogió con absoluta maestría en muchos de sus
sonetos.
7. CONCEPCIONES DEL MUNDO Y DEL HOMBRE
a. nihil novum sub sole (nada nuevo bajo el sol). Tiene origen bíblico y
alude a la repetición constante, a que en realidad todo es siempre lo
mismo.
b. la vida como sueño. Es el famoso tópico que recoge Calderón en su La
vida es sueño en donde la vida puede entenderse como un sueño del cual
despiertas con la muerte. Otra variante es entender la vida como un teatro
en donde cada persona representa su papel, sería El gran teatro del
mundo, por ejemplo, también de Calderón de la Barca.
Hay, en fin, otros muchos tópicos y recreaciones de los mismos temas que se dieron en
el S. XVI y S. XVII, como los de la "amada enemiga", el "aurea mediocritas", el de "las
cuatro estaciones" (que Vivaldi recoge en su célebre sinfonía)...
Los mitos-personaje
Los mitos-personaje son una verdadera caja de resonancia intertextual por lo que toda
versión de éstos declara su filiación a una tradición, a un esquema narrativo fijado por
la tradición, y, por lo tanto, que toda nueva versión de un mito-personaje entabla un
diálogo significante con todas las que le preceden.
Ahora bien, en esos mitos-personjes se observan constantes desplazamientos en la
carga temática. Esos desplazamientos en la carga temática se dan en base a pretextos
ideológicos, culturales de las distintas sociedades.
Es relevante es la recursividad, porque si bien es cierto que hay una clara "asimilación"
entre culturas, no se concibe un tema sin estar inscrito en una tradición literaria
particular. En cualquier caso se convierten en mitos-personajes que superan fronteras y
límites temporales. Su modo de transmisión y su consignación por medio de la escritura
lo convierten en un hecho literario esencialmente textual.
La transmisión de los mitos sucede en base a la transtextualidad o transcendencia del
texto y se puede transmitir de las siguientes formas:
1) La intertextualidad, una relación de copresencia entre dos o más textos.
2) La paratextualidad, definida como una relación menos explicita.
3) La metatextualidad es la relación crítica por excelencia que une a un texto con
otro del que habla, sin que la cita sea indispensable.
4) La hipertextualidad describe una relación de derivación de un texto, o hipertexto,
con respecto a otro anterior, o hipotexto.
5) La architextualidad es la relación más abstracta e implícita que se presenta
como una relación de filiación genérica.
El mito suele agrupar una pluralidad de valores que reside la polivalencia de un
personaje y bajo la cobertura de un nombre propio; un mito-personaje es una síntesis
de diversos motivos y de temas-valor universal, ordenados e interrelacionados de tal
manera que dibujen un perfil narrativo que le confiera identidad al tema de los que cada
literatura, cada cultura en realidad ya que son usados en otras artes como pintura,
música, cine, etc.
En cada cultura se produce un diferente “desplazamiento de carga temática”,
produciéndose distintos grados de actualización y de jerarquización varios conceptos o
temas-valor en las subsiguientes reelaboraciones que pondrán el énfasis en uno más
que en otro en función de fuertes valores ideológicos.
LITERATURA COMPARADA: EL CANON
La formación del canon en el marco teórico de la literatura comparada supone un reto
intelectual al que enfrentarse desde una perspectiva cuestionadora y abierta.
La biblioteca global e infinita, ilimitada y periódica (como la describió Borges) es el
abrumador objeto de estudio de la literatura comparada. Esa biblioteca, como creación
humana, está sujeta a ciertos principios vertebradores que abarcan tanto la
clasificación de los libros como la combinación de los signos elementales que reflejan
la variedad idiomática y cultural del conocimiento humano. Para que la biblioteca
funcione necesita de un sistema de reglas que permita el desarrollo del conocimiento
por lo que, en el momento en que surge la necesidad de ciertas prescripciones hace su
aparición el canon literario (conjunto de las obras clásicas que forman parte de la alta
cultura. Trabajos, ya sea por sus características formales, su originalidad o su calidad,
han logrado trascender las épocas y las fronteras, resultando universales y siempre
vigentes) que originalmente sirvió para catalogar los libros y posteriormente fue
ganando en su valor denotativo hacia lo modélico, lo perfecto.
Durante la Edad Media, con la creación de las primeras universidades europeas, fue
menester establecer en la educación un corpus de textos reconocido y valioso que
sirviera de marco de referencia. En la universidad se comenzó a yuxtaponer, frente a
los autores canónicos cristianos, aquellos que provenían de una tradición pagana, de
donde nace la creación del canon moderno, destacando la cultura italiana en torno al
1500. Más tarde, El espíritu nacional francés pasó a ser, por antonomasia, el espíritu
universal del que surge, en los primeros lustros del siglo XIX, la literatura comparada.
La concepción del canon literario ha estado muy vinculada a la definición misma de la
literatura comparada. La literatura comparada abarca tres esferas de estudio. En primer
lugar, la literatura oral, particularmente los temas populares y su entrada en la literatura
culta. En segundo lugar, la literatura comparada se circunscribe a las relaciones entre
dos o más literaturas. En tercer lugar, la literatura comparada se ha identificado con el
estudio de la literatura en su totalidad, con la literatura universal, con la literatura
general o mundial.
El afán de perpetuación de la mentalidad europea es lo que determina la aparición del
canon occidental, con el fin de salvaguardar el gran tesoro de los clásicos del que
forman parte los grandes autores y los “libros importantes”, “los clásicos”. Esta
acepción de literatura comparada como literatura universal obedece a un deseo de
europeizar la cultura que fue muy fuerte a principios del siglo XX.
A la europeización del mundo y la difusión de un canon compuesto por textos europeos
contribuyó también la crítica literaria por lo que la literatura comparada comenzó siendo
literatura europea comparada. Étiemble criticó muy duramente ese eurocentrismo en
los estudios comparados y en la formación del canon y acusó a la burguesía y a las
élites literarias de destruir sistemáticamente las literaturas africanas, indias, amerindias,
etc., lo que ha terminado escindiendo la literatura en literatura de amos y esclavos.
Mas tarde, se abre un debate sobre el canon debido la querella surgida entre antiguos
y modernos sobre la preminencia del canon europeo u occidental o su apertura a otras
literaturas como las mencionadas. Con motivo de la ruptura de los estudios culturales
con la ideología uniforme se crean cánones enfrentados. El debate sobre el canon se
fue ampliando gracias a las opiniones vertidas por destacados especialistas en
literatura comparada.
El debate sobre el canon se fue ampliando gracias a las opiniones vertidas por
destacados especialistas en literatura comparada. Frank Kermode, en 1979, opinaba
que el canon está ligado al comentario, a la crítica, y no a propiedades del texto en sí.
Su instauración y perpetuación, según él, está vinculada al funcionamiento de las
instituciones. Según Harold Bloom, el canon no depende de la predilección institucional,
sino de la fuerza estética de la obra y de la individualidad del autor. El valor estético de
las obras de los grandes autores radica en la originalidad que, según Bloom, se
convierte en principio universal. Dicha originalidad no concierne a los contextos
sociales, sino a la historia interior de los textos mismos, que encaman una dialéctica
basada en la ansiedad de la influencia.
Ese debate entre ideología y estética no parece haber calado en Europa, donde se han
difundido, en mayor medida, lo que Steven Tötösy de Zepetnek (1992 y 1998)
denomina teorías sistémicas. La teoría más relevante es la teoría del polisistema de
Itamar Even-Zohar (1990).
Un polisistema es un sistema de varios sistemas que se relacionan entre sí y
parcialmente se superponen utilizando diferentes opciones, aunque funcionando como
si fuera un todo cuyos miembros son independientes. El sistema del que habla Even-
Zohar (1990) está asentado en una red de relaciones en la que sus miembros reciben
los valores a través de sus respectivas oposiciones. Sólo desde esta definición se
entiende que Even-Zohar no utilice el término ”canon” y en su lugar prefiera hablar de
la “canonicidad” o de la oposición «canonizado» frente a «no canonizado». Esta
oposición justifica que los sistemas están jerarquizados y sus relaciones tienen un
carácter conflictivo. Even-Zohar muestra que en el interior de un polisistema los
géneros o autores no canónicos dependen de los establecidos, con los cuales rivalizan.
Una concepción del polisistema basada en una oposición «canonizado»/«no
canonizado» resulta sumamente práctica porque no excluye ningún libro ni ningún
autor, sino que todos los libros y todos los autores nacionales o internacionales
estarían representados; su valor vendría dado no por el sujeto que lo selecciona, sino
por su funcionamiento dentro del sistema en que se sitúa.
A la pregunta sobre cómo es posible establecer un acuerdo para que se estudien
determinados autores y textos específicos dentro de una misma literatura nacional,
pero con diferentes lenguas y culturas regionales, como es el caso de la literatura
hispánica la teoría del polisistema ofrece una posible metodología para la comprensión
de la heterogeneidad lingüística y geográfica española.
Es relativamente sencillo, desde un polisistema, la explicación del funcionamiento de lo
canónico, pero ¿cómo se puede establecer un canon? En un país como España
existen diferentes grupos que pueden intervenir en las líneas oficiales, creando un
mapa de interacciones entre ámbitos multilingüísticos y multiculturales con el tradicional
poder político y lingüístico ejercido por una de ellas, en este caso el centralismo
castellano. El concepto de literatura nacional española, al que conduce todo intento de
formulación historiográfica, comienza a cuartearse ante el desarrollo y revalorización de
otras literaturas regionales.
El concepto de valor en la elaboración del canon y la dificultad de su elaboración es
subjetivo y, por ello, está sujeto a un debate (permanentemente) abierto.
Independientemente del canon o lista “canonizada” institucionalizada, es decir, la
selección y jerarquía de esos autores y corpus de obras generalmente aceptados
puede variar para cada uno de sus lectores. El corpus de textos sobre el que se trabaja
en literatura comparada es, al menos teóricamente, múltiple y está en constante re-
elaboración. Los valores que sirven para la creación de un canon pueden ser debatidos
en cualquier momento, de forma que la elección de una obra pueda ser justificada para
evitar la arbitrariedad. Cualquier obra podría formar parte del canon con tal de que se
acoja al principio de dialéctica con las demás y se expongan sus valores intertextuales.
Todas estas características que, según Yves Chevrel, ha de tener el corpus de textos
seleccionado hacen que la disciplina de Literatura comparada sea una disciplina de
riesgo.

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